Está en la página 1de 17

TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

ESCUELA NACIONAL DE FORMACION POLICIAL


Ciencias Administrativas y Policiales
Escuela de Educación Superior Técnico
Profesional Policial de Piura

TÍTULO:

“ORDEN PUBLICO EN LA EPOCA DEL IMPERIO INCAICO”

DOCENTE:

ESTUDIANTE:

- A1

IV Periodo Académico
Piura-Sullana 2023
TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

INTRODUCCION

Los Incas fueron los dirigentes del imperio americano más grande. Cerca del
fin del siglo XIV, el imperio comenzó a extenderse de su región inicial en la
región de Cuzco hasta la región sur de las montañas Andinas de América del
Sur. Esta terminó brutalmente con la invasión española dirigida por Francisco
Pizarro, en 1532. Cabe recalcar que el orden público en esta época estaba fue
relevante y por ello el imperio controlaba una población estimada en 12
millones de habitantes, lo cual representaría hoy Perú, Ecuador y también una
gran parte de Chile, Bolivia y Argentina. Los Incas llamaban a su territorio
Tawantinsuyu, lo que, en quechua, el idioma inca, significa Las Cuatro Partes.
Un territorio de diversos terrenos y climas muy marcados, que comprendía una
larga banda desértica en la costa, entrecortada por ricos valles irrigados; las
altas cumbres y los profundos valles fértiles de los Andes; y las cumbres
montañosas de la selva tropical al Este. La palabra Inca designa al propio
dirigente, así como al pueblo del valle de Cuzco, la capital del imperio. A veces
es usado para designar a todos los pueblos incluidos en el Tawantinsuyu, pero
esto no es correcto. La mayoría de las decenas de reinos pequeños mantenían
su identidad, aun cuando estaban ligados política y económicamente a los
Incas. El quechua fue el idioma oficial y hablado en la mayoría de las
comunidades hasta la llegada de los españoles, pero al menos 20 dialectos
locales subsistieron en varias partes del imperio. Inicialmente
este trabajo de investigación se tratara de analizar las diversas funciones que
se ejercía por el orden público en ese gobierno incaico con ello recopilar gran
parte de datos y información , que ha venido cayendo en el olvido a lo largo de
los años por diversas razones, ajenas al patriotismo y conocimiento que se
debería de tener y saber.
TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

I. ANTECEDENTES DE ORDEN PUBLICO EN LA EPOCA INCAICA

I.I. ORGANIZACION POLITICA

El imperio de los Incas fue desde el punto de vista político y por ejecutora de
orden publica, una monarquía absolutista y teocrática. El poder estaba
centralizado en el Inca a quien se le consideraba de origen divino. El derecho
de gobernar se tenía por herencia. De esta manera el esquema de la
organización política fue así. El gran elemento de unificación fue la lengua,
todos los pueblos conquistados tenían que aprender y practicar el quechua o
Runa Simi porque era la lengua oficial del Tahuantinsuyo, Para ello los incas
enviaban a profesores que enseñaban y vigilaban la práctica del quechua. Otro
elemento de unificación fue la religión. Obligatoriamente todos los pueblos
rendían culto al dios Sol, sin que por ello dejaran de adorar a sus propios
dioses.

EL INCA

Era el soberano del Tahuantinsuyo que reunía en su persona tanto el poder


político como el religioso era llamado Sapainca. Su poder no tenía
restricciones, sus órdenes se cumplían con la mayor celeridad sin que nadie las
objetara, pese a este absolutismo la mayoría de los Incas gobernaron en
beneficio popular aplicando los principios de reciprocidad y redistribución
características de la sociedad incaica. El inca residía en Cusco en una palacio
construido especialmente para ser habitado por él, ya que el cusco era la cuna
de los incas se convirtió en capital incaica y desde allí gobernó ayudado por los
muchos funcionarios incaicos que viajaban de norte a sur del imperio
enviándole información al inca para una
buena administración ,esta administración fue eficiente gracias a los
mensajeros andinos "Los chasquis" era unos verdaderos maratonistas eran
educados desde niños para ser los mejores atletas del imperio y así ayudar a
su administración. Aunque según estudios recientes de María Rostworowski
existía una dualidad en el mundo andino. Ya que el imperio incaico se
encontraba en un mundo nuevo, y no podía ser regido por normas Europas
como quisieron hacerlo los cronistas españoles.

EL AUQUI

Es el nombre que poseía el príncipe heredero en el Imperio Incaico o


Tahuantinsuyo. De manera genérica, se denominaban auquis a todos los hijos
varones del Inca; sin embargo, el título específico recaía en uno solo de ellos,
cuya elección se basaba en criterios distintos a los del mundo oriental (se
tomaba más en cuenta su capacidad, antes que su calidad de primogénito o de
hijo legítimo). Por extensión, se denominan auquis a los espíritus que rodean al
Apu o supremo protector de una comunidad, todos los cuales habitan en las
montañas, de acuerdo a la mitología inca.

Atribuciones:

Era hijo del Inca y de la Coya (esposa principal), aunque no siempre el hijo
mayor, sino el que demostraba más capacidad, tanto en las funciones de
gobierno como en el arte de la guerra. La elección podía recaer también en
TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

uno de los hijos del Inca tenido en alguna de sus esposas secundarias, para lo
cual se realizaba una ceremonia de legitimación, durante la cual la Coya
sentaba en su regazo al príncipe y le acomodaba los cabellos, convirtiéndolo
así en su hijo adoptivo.

Como príncipe heredero, ocupaba el primer lugar de una Panaca y en algunos


casos participó en el co-reinado del Tahuantinsuyo junto a su padre. Como
símbolo de recibir esta función de corregente, se le ceñía una borla amarilla.
Ello servía no solo para entrenarlo en las cuestiones de Estado, sino también
para consolidar sus derechos de ser reconocido como Inca a la muerte de su
padre, ya que se ponía en evidencia sus virtudes y defectos.

EL CONSEJO IMPERIAL

El Tahuantinsuyo Camachic o Consejo Imperial, era el máximo organismo


político del Imperio incaico, cuya función era asesorar al Inca o soberano.
Estaba integrado por los cuatro suyuyuc o gobernadores de las cuatro
provincias (suyos), así como por otros funcionarios de alto rango. Algunos
autores lo denominan el Consejo de los Apokuna o de los Suyuyuc Apu. Su
sede era el Cuzco, la capital del imperio. Modernos historiadores consideran
que la idea de un "consejo imperial" incaico fue esbozada por los cronistas de
la colonia, siguiendo las pautas de las monarquías del Viejo Mundo.

Miembros:

Los cuatro gobernadores incaicos de las provincias del imperio o suyos


(Suyuyuc o Suyuyuc Apu). Estos solían ser dos nobles de los Hanan Cuzco y
dos de los Hurín Cuzco. Si bien eran siempre parientes cercanos del Inca, se
los seleccionaba de entre los más capacitados para ejercer tal alta función.
Doce consejeros, más directamente vinculados a los suyos del Imperio. Esta
cifra se repartía de acuerdo a la importancia de cada uno de los suyos. Así, el
Chinchaysuyo y el Collasuyo, por ser las más extensos, tenían cada uno cuatro
representantes; y el resto de los suyos, el Contisuyo y el Antisuyo, por ser
menores, solo dos cada uno.

Funciones:

- Asesoraba al Inca en los asuntos importantes.


- Contribuía poderosamente en la concepción de las leyes y en la
formulación del plan de gobierno.

EL APUNCHIC

Era el nombre con que se designaba al gobernador de una gran provincia


(huamani) en el imperio incaico. Algunos cronistas lo nombraron con el cargo
hispano de virrey.

Atribuciones:

Llamados virreyes o gobernadores por diversos cronistas, estaban al frente de


los huamanis o provincias en que se subdividían cada uno de los llamados
cuatro suyos.
TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

El Apunchic tenía atribuciones políticas, pero mayormente militares. Residía en


un palacete de piedra, coincidiendo por lo general con alguna fortaleza, ya que
tenía mando de tropas y poder para acrecentarlas. Su tarea principal era
precisamente mantener el orden y por ello son mencionados generalmente
como guerreros. También asumían funciones judiciales y de recojo
de impuestos. Al parecer, tenía como subordinados al Yacucamayoc o
superintendente de canales; el Hatun Ñan Camayoc o superintendente de
caminos; y el Chaca Camayoc o superintendente de puentes.

Tenía el privilegio de viajar en litera una vez al año al Cuzco, para asistir a la
fiesta del Inti Raymi, ocasión que aprovechaba para presentar al Inca y su
Consejo Imperial (Tahuantinsuyo Camachic) un informe general de su
actuación.

EL TUCUY RICUY

El tucuirícuc, tucuiricuy o tocricoc (el que todo lo ve), era un funcionario


especial de alto rango, bajo el imperio incaico. Era enviado por el Inca a las
provincias para observar el cumplimiento de los mandatos imperiales. Tenía la
facultad de imponer castigos a los funcionarios que se hubieran portado con
negligencia o abuso; incluso, en casos extremos, podía tomar el gobierno de la
provincia. Era una especie de "gobernador volante".

Nombramiento:

El tucuirícuc era elegido por el Inca de entre los hombres más sabios y
justicieros de la nobleza. No era un cargo perpetuo ni hereditario. Entre sus
privilegios, se contaba el poder viajar en hamaca.

Su radio de acción era inmenso, llegando incluso hasta 50 leguas. Se sabe,


por ejemplo, que el tucuíricuc de Vilcashuamán (actual departamento de
Ayacucho) ejercía desde Uramarca hasta Acos, junto al valle de Jauja (actual
departamento de Junín). A los sitios donde no podía llegar, enviaba a sus
delegados.

Cada año viajaba secretamente por su territorio y se presentaba en forma


sorpresiva por cualquier lugar. Para observar todo tranquilamente, no se daban
a conocer hasta que lo consideraban necesario. Entonces mostraban el hilo de
la mascapaicha (borla imperial) que el Inca les había entregado como señal de
la gran autoridad que les daba.

Funciones:

Supervisaba la labor de los funcionarios que tenían a su cargo las divisiones


administrativas, es decir a los huno-camayocs, huaranga-camayocs, pachaca-
camayocs y chunca-camayocs, en lo concerniente al cumplimiento de las
ordenanzas religiosas, el movimiento de los mitimaes, la distribución de tierras
entre los hatunrunas (plebeyos), la producción y las necesidades generales, el
aprovisionamiento de los tambos, el reclutamiento de hombres para la guerra,
la selección de mujeres para los acllahuasis. Recogía los tributos para
remitirlos al Cuzco, la capital imperial. Asumía el papel de juez (taripa-
camayoc), atendiendo quejas y demandas, e imponiendo penas a los que se
TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

habían portado con negligencia o abuso, aunque fueran altos funcionarios.


Podía incluso aplicar la pena de muerte en casos especiales. Adoptaba el
papel de autoridad casamentera o "repartidor de mujeres" (huarmicoco), es
decir, celebraba los matrimonios. Visitaba las obras públicas y recomendaba
las medidas pertinentes para determinados trabajos. En situaciones graves,
como guerras y rebeliones, podía destituir al curaca y asumir el mando. Al
regresar al Cuzco presentaba al Inca un minucioso informe.

EL CURACA

El curaca era el jefe político y administrativo del ayllu. Después de la invasión


del Perú por parte de Francisco Pizarro y sus compañeros, los
hispanohablantes le empezaron a conocerle con la voz taína de cacique, que
denota autoridad. «Curaca» deriva de la voz quechua kuraq (el de mayor edad/
hijo primogénito) que significa el primero o el mayor entre todos los de su
colectividad natalicia. Originariamente debió ser el más anciano, sabio y
gobernaba de manera paternalista; pero como su autoridad la podía heredar a
un hijo que denotaba especial capacidad, es obvio que el criterio de la edad no
fue siempre seguido. Los incas, a su vez, nombraron curacas para reemplazar
a los que hubiesen demostrado resistencia tenaz contra su dominación. Entre
sus funciones se hallaban:

 Reparto de topos o lotes de tierras agrícolas.


 Protección de los pobres o huacchas.
 Labores de mantenimiento de la red hidráulica (limpieza y reparación de
canales de riego).
 Resguardo de los linderos de la comunidad.
 Organización de la minka o trabajo comunal.
 Redistribución de los excedentes almacenados en pirguas o collcas.

Debido a su autoridad, tenían derecho a poseer tierras y ganado de carácter


privado, y acceso a pastos de la comunidad. Disponía del trabajo de mitayos,
cuyo servicio lo canalizaba en su propio beneficio. El curaca, por lo tanto,
podía exigir prestaciones personales, pero no se apropiaba de bienes en
especie, salvo de los mercaderes. Asimismo, vivía en una casa amplia con
servidumbre de ambos sexos. Tenía varias esposas, provenientes de su mismo
ayllu o de pueblos vecinos, y a veces incluso, cedidas como favor especial, por
el propio Sapa Inca.

El curaca, sin embargo, no actuaba solo, compartía su poder con un


yanapaque o segunda persona, como lo conocieron los españoles. Éste
generalmente era un pariente cercano, o usualmente su hermano, quien lo
reemplazaba cuando se enfermaba, envejecía, estaba incapacitado físicamente
o se ausentaba. El símbolo supremo de su autoridad era la tiana (quechua:
tiyana, 'asiento') o dúho, un asiento de madera, piedra o metal, de apenas 20
cm de altura aproximadamente, objeto del cual tomaban posesión el día de su
asunción al mando.

I.II. ORGANIZACION SOCIAL

ANTECEDENTES
TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

La sociedad Inca, fue y rígida. Existieron grandes diferencias entre las clases


sociales, siendo estas diferencias respetadas por todos los habitantes del
Imperio. Las clases jerarquizadas formaban una pirámide donde el Inca, con
todo el poder, se encontraba en la cúspide, mientras que el pueblo, que era la
gran mayoría, constituía su base social. La organización social incaica estaba
constituida de la siguiente manera:

EL INCA

El Inca o Sapa Inca era el supremo emperador del Tahuantinsuyo;


los cronistas cuentan que también era llamado Intipchurin, es decir "hijo
del Sol". La capac cuna o lista oficial de gobernantes incas está
conformada por 13 soberanos, desde la fundación del Cusco (1250) hasta
la captura de Atahualpa (1532).

EL AUQUI

El auqui era el hijo del Sapa Inca elegido como sucesor en el gobierno imperial.
Generalmente era un hijo del Sapa Inca con la coya, su esposa principal. Al ser
designado recibía como distintivo una mascaipacha amarilla, la cual cambiaba
por una de color rojo cuando era proclamado Sapa Inca.

PANACAS REALES

Las Panacas eran linajes de los descendientes directos de un inca reinante,


excluyendo el sucesor y conservaban la momia del inca fallecido, al igual que
sus memorias, quipus, cantares y pinturas en recuerdo del finado de
generación en generación.

Estas Panacas reales formaban la élite cuzqueña. Tuvieron un rol en


la política del incanato y sus alianzas y enemistades fueron cruciales para
la historia de la capital inca. Se dice que hubo otras Panacas, que tuvieron un
papel importante en épocas anteriores. Una nota curiosa acerca de las
Panacas, es que, si se le añaden las Panacas tradicionales, se obtiene un total
de 8 Panacas por cada dinastía, el cual es un número frecuente en la
organización andina de los ayllus por ser un múltiplo de la dualidad y de la
cuadruplicación.

LA NOBLEZA

Todos los familiares del Inca eran parte de este grupo social. Usaban unos
aretes enormes como símbolo de poder, por eso se les llamaba orejones.
Todos ellos ayudaban de alguna manera en la
administración y organización del Estado cusqueño. Esta clase se dividía en
dos: de sangre y de privilegio.

 La nobleza de sangre
TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

Constituida por la coya, hijos legítimos, hermanos y descendientes por una sola
línea imperial y solar. Constituían la panaca, que era la familia de cada inca,
formaba un ayllu real. El único hijo del inca que no formaba parte de la panaca,
era su heredero, que era el próximo monarca, porque cuando llegara a serlo
formaría su propia panaca. La nobleza imperial constituía toda una verdadera
aristocracia y tenía en sus manos todas las funciones estatales y todos los
privilegios.

 La nobleza de privilegio

También había nobles de privilegio, quienes alcanzaban esta posición porque


habían hecho favores al Inca y por eso, ocupaban cargos importantes en el
Tahuantinsuyo.

Por ejemplo:

 Encargados del mantenimiento de la red de caminos (capac ñan


tocricuc)
 Encargados de gobernar una región (tocricuc)
 Encargados de inspeccionar el territorio del Tahuantinsuyo (tucuyricuy)
 Ayudante del gobernador (michic)

 Experto en manejo de los quipus y de cuentas (quipucamayoc).

EL PUEBLO

 El Ayllu

El ayllu fue la base y el núcleo de la organización social del imperio Incaico. Era
una agrupación de familias que se consideraba descendiente de un lejano
antepasado común. El imperio inca se organizaba en ayllus que tenían a su
cargo una extensión de tierra que les servía para alimentarse. Los miembros
del ayllu trabajaban su tierra, pero también tenían la obligación de trabajar la
tierra del estado para que se pudieran alimentar los gobernantes, los nobles, el
ejército, los artistas (entre ellos los artesanos que trabajaban la piedra y las
mujeres que tejían para el imperio), los ancianos y los enfermos que no podían
alimentarse ellos mismos por sus cargos o su indisponibilidad.

Vínculos del Ayllu:

Los miembros del ayllu se consideraban unidos por los siguientes vínculos:

 De sangre. Era un vínculo de parentesco. Los miembros del ayllu creían


tener un origen común; es decir, se creían descendientes de un mismo
antepasado, de un mismo tronco familiar que se había convertido en su
dios protector.
 Económico. Constituido por el territorio o lugar donde vivían, trabajaban
y usufructuaban en común, llamado marka.
 Religioso. Era el culto que todos los miembros del ayllu rendían a la
divinidad protectora de la que se creía descender, llamado tótem " ser
que engendra" , que podía ser un cerro, un relámpago, un halcón, etc.
TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

 Político. Este vínculo también los unificaba porque todos los miembros
del ayllu tenían un mismo jefe: el curaca, tiempo de paz y el sinchi en
tiempo de guerra.

El Sacerdocio: En el Tahuantinsuyo, el sacerdote era un hombre que tenía


que estar dotado de cierta investidura y espíritu, que sólo poseían
determinados seres y tenía que pertenecer a la nobleza cusqueña. Al inicio del
imperio, el jefe de la Iglesia fue el mismo inca, quien reunía en sí el poder
político, militar y religioso; así pasó a ser jefe de la Iglesia un hermano o tío de
él, que era el sumo sacerdote o willac huma "cabeza que habla", que era
muchas veces tan poderoso o aún más poderoso que el Inca, porque cuando
éste moría, las insignias pasaban al supremo sacerdote, quien las imponía al
nuevo Inca.

Las Acllas: Aclla quiere decir "escogida" o seleccionada. Eran las mujeres
escogidas, cuando niñas, por su belleza; las reclutaban por todo el imperio y se
les recogía en las Acllahuasi. Existieron dos clases de acllas: Las que estaban
dedicados exclusivamente al culto (auxiliares del sacerdocio) y las que eran
escogidas para ser mujeres del Inca y los nobles. La preparación que recibían
fue distinta. Mientras que a las primeras las preparaban en las prácticas del
culto, las segundas debían ser iniciadas para desempeñar como buenas
madres de familia: cocinar, tejer, crianza de animales, cerámica, etc., una
aclla salía de la clase popular al ingresar en el acllahuasi ascendía de categoría
social.

Normas de conducta

En el Tahuantinsuyo todo era regido por normas y leyes; no estaban


compilados en forma escrita en un código, eran más bien un
derecho impuesto por la costumbre; por lo que eran claras, precisas y poco
numerosas. Cada uno sabía lo que debía y lo que no debía hacer.

Algunas de las normas de conducta en el Imperio de los Incas, constituyeron


máximas cardinales de la moral incaica y se convirtieron en una forma
de salud común.

AMA SUA No seas ladrón.

AMA LLULLA No seas mentiroso

AMA KELLA No seas perezoso

La conducta moral reposaba en estos tres principios, es decir, la honradez, la


veracidad y el trabajo; constituían la base y el patrón de toda la legislación en
el orden jurídico y moral de los incas.

La no observancia de estos principios no solamente constituía una falta, sino


un delito.

Los Incas, como era su política con los pueblos conquistados, toleraron que
siguieran vigentes algunas normas de conducta y costumbres jurídicos de
dichos pueblos, al mismo tiempo impusieron el derecho imperial cusqueño.
TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

CONTROL  DE LA POBLACIÓN

El incario extendió su dominio bajo distintas etnias. El mestizaje era casi nulo.


Se calcula que la población total del imperio fue de entre 16 a 18 millones,
dependiendo las fuentes.

II. FUNDAMENTOS DEL PRE–DERECHO INCA

Derecho Inca, debemos agregar que hablamos de un pre–Derecho Inca porque


el conjunto de normas, costumbres o mores religiosos, económicos y morales
no aparecen en una estructura orgánica completa o sistematizada bajo
instrucciones jurídicas propias del Derecho. En todo caso,
podríamos señalar como hipótesis de trabajo que los Incas estaban en camino
de estructurar su Derecho, dejando atrás el pre o actos previos que sólo
anuncian el alborear de algo. Y ésta es la constante en los pueblos primitivos
donde el Derecho "no aparece completo y perfecto" como lo señala el mismo
Basadre Grohmann.

Sin embargo, siguiendo a Maine sabemos que el Derecho Penal aparece


primero que el Derecho Civil. De ahí que las normas o costumbres morales y
religiosas se confundan con el Derecho. La sola presencia de los "mores" o
reglas morales que se expresaban en las famosas frases de los AMAS-kella,
Sua, Llulla, Sipix, Mappa, Maclla, etc. no nos confirman la existencia de todo un
Derecho Penal Inca. Es de conocimiento general que estos refranes no seas
prezoso, no mentiroso, no ladrón, no asesino, no pervertido, no afeminado, etc.
fueron utilizados como una simple salutación tan igual como lo fue el "salve"
romano, o lo es aún el "shalom" israelí (Pease).

Un poco de los estudios más serios sobre el Derecho Penal Inca, es el Franklin
Pease G. Y. aparecido en el N° 29 de la Revista
Derecho de la Universidad Católica (Lima, 1971) bajo el título de "Aproximación
al delito entre los Incas", y en él afirma que "la religión preside el mundo
jurídico de los pueblos arcaicos", donde el "tabú" es guardado y conservado por
las normas consuetudinarias y, finalmente, asimilado al Derecho. Empero, este
Derecho como tal no se dio en los incas, sino simplemente se quedaron en
"tabú" y "costumbres" para preservar lo correcto, lo real o lo verdadero para el
hombre tradicional.

III. EL DERECHO PRE–INCA

Hemos afirmado que cuando estudiamos el derecho de los pueblos primitivos


tenemos que referirnos y diferenciar lo que es costumbre y lo que es norma
jurídica: Aquello que se vio hacer por primera vez se aceptó como conforme y
se repite (costumbre), se convierte en regla de conducta para el futuro y su
desconocimiento suscrita el rechazo del conglomerado social. Es después de
esa primera etapa, más o menos larga, que la autoridad establecida,
cualquiera que fuere su origen, impone la norma cuya violación es sancionada.

Ambas vivencias, costumbre y norma jurídica, tienen una naturaleza coactiva;


el desprecio y a veces el repudio de la comunidad o la sanción compensatoria
o intimidatorio cuando se inobservan.
TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

Es probable, al menos es lo lógico, dentro del examen intuitivo de la naturaleza


humana, que la primera reacción del hombre, afectado en su persona; en
sus familiares o en sus bienes es la réplica violenta, la venganza. A veces en
esta acción interviene toda la familia y si se trata de un ser extraño o la
comunidad, podía derivar en una guerra tribal: por un lado persiguiendo al
delincuente, por el otro acudiendo en su defensa.

Una etapa de progreso es la "compensación" que la aceptan los interesados o


la impone la autoridad. La compensación es la reparación del daño causado
por medio de la entrega de algo que justifique el olvido del hecho dañoso. En
esta primera etapa domina el sentido de lo que hoy llamamos la culpa objetiva
o sea la apreciación del daño con prescindencia de la intencionalidad o
capacidad del agente: fuere persona incapaz, menor, animal o caso la
causante de aquel.

IV. EL DERECHO PENAL EN LOS PUEBLOS PRIMITIVOS

Las leyes penales en el imperio Incaico, como ha ocurrido generalmente en las


sociedades primitivas, eran severísimas. Este carácter se explica aún más si se
tiene en cuenta que el Inca o jefe del Estado era considerado como un dios, de
manera que las normas que dictaba tenían el alcance de un precepto religioso
y que el ayllu inca domino por conquistar el territorio y requería imponer
férreamente su señorío.

Si a lo anterior se agrega que el sistema de gobierno era socialista y por ende,


la reglamentación de la vida económica y privada muy minuciosa, toda
infracción o desobediencia tenía que ser sancionada de manera tal que el
castigo tuviera un signo ejemplarizador que evitara el desajuste de este
sistema político-económico que se desarrollaba como un mecanismo de
relojería.

V. CARACTERES GENERALES DEL DERECHO PENAL INCAICO

Sin pretender agotar la relación de lo considerado como delito en el Imperio,


que en la práctica era todo lo que contradijese la minuciosa norma
gubernamental, podemos intentar la siguiente clasificación.

a. Delitos contra la seguridad del


Estado.
b. Delitos contra el soberano.
c. Delitos contra la religión.
d. Delitos contra la organización
administrativa.
e. Delitos contra la
administración de justicia.
f. Delitos contra los deberes de
función.
g. Delitos contra el honor sexual y las buenas
costumbres.
TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

h. Delitos contra la vida y la salud.


i. Delitos contra los bienes ajenos

VI. ALTERACION DE ORDEN PUBLICO

En el sistema incaico, un delito se originaba en un tabú social; la palabra “tabú”,


en ese sentido, hace referencia a una prohibición que ocasiona la reacción
automática del poder en forma de un castigo o sanción no siempre determinado
con exactitud. Por otro lado, el poder sancionador provenía de la divinidad que
usaba al Estado, y a su representante máximo: el Inca, para castigar lo que
consideraba como una infracción a los principios que impartía. De esta manera,
un precepto social y religioso adquiere forma de ley al recibir protección estatal
y al ser respaldada por una sanción que usa la fuerza del Estado en función del
orden público. Es así como las normas constitudinarias (costumbres sociales
impulsadas por principios religiosos) serán luego asimiladas por el Derecho. En
este sistema de normas, no se toma en cuenta la intencionalidad del sujeto al
infringir la norma o quebrar el tabú puesto que la ofensa a la divinidad se ha
producido y debe ser sancionada; por esta razón, no existen ni atenuantes ni
agravantes para las faltas que puedan cometerse. En el mismo sentido, otros
autores han mencionado que “este carácter (teológico o religioso) de las
normas se explica al tener en cuenta que el Inca o Jefe del Estado era
considerado como un dios, de manera que las normas que dictaba tenían
alcance de precepto religioso. Esto coincide con lo dicho por Pease cuando
menciona que el Derecho Inca inicia la consolidación de sus normas en el
ámbito constitudinario por costumbres sociales de origen y contenido religioso.
Luego de resaltar este aspecto, el autor entra a tallar en la idea de “delito” que
se tenía en aquella época. Pease menciona que, a pesar de lo que dicen
muchos cronistas, el famoso saludo de los incas “ama qella, ama llulla, ama
suwa” no era una fórmula o resumen de las leyes incaicas, sino que se trataba
de un saludo en el que se llamaba la atención del sujeto saludado y se le
señalaba que quien hablaba no era un delincuente. De la misma forma, existen
muchas otras costumbres y preceptos que han sido malinterpretados por los
cronistas y se han visto modificados de su original sentido; esto se debe a que
los cronistas observaban estas creencias y comportamientos desde una óptica
española, medieval y cristiana que hacía que su visión de los fenómenos en la
sociedad Inca esté predeterminada por esos parámetros, alterando así la
esencia de la costumbre. Como ejemplo de lo señalado, podemos observar lo
señalado por el cronista Pedro Cieza de León que en sus escritos repite en
múltiples oportunidades el término “pecado” cuando se quiere referir a lo que
se consideraba “delito”; así, se lee: “oí decir que, si por ellos era sabido de
alguno que de tal pecado hubiese cometido, castigando con tal pena que fuese
conocido y señalado entre todos”. Cuando se refiere, este cronista, al castigo
se debe entender como pena que se imponía a ciertos comportamientos que
eran considerados “pecado”, término que de por sí pertenece al ámbito
religioso, específicamente católico, y no al ámbito jurídico incaico. En culturas
como la incaica, la costumbre legal no puede ser separada completamente de
la costumbre religiosa puesto que ese es precisamente su origen y su esencia.
TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

A lo largo del apartado, se hace una somera clasificación de los


delitos: En primer lugar, están los delitos contra el Estado, el Culto y
la persona sagrada del Inca. Dentro de este apartado, se menciona
que, al ser considerado como una obra divina, el Estado tenía una
protección extra; esto se demostraba al castigar fuertemente los
delitos que atenten contra él, ejemplo de esto es el delito de rebelión
o sublevación que era considerado como una ruptura del orden
divino establecido por la divinidad. En forma similar, se presenta la
violación de las propiedades que tenía el Estado (robo de especies
estatales o animales), la destrucción de cualquier tipo de obras
públicas o cualquier tipo de acción que contribuyera a crear
desorden; esto se debe a que la ruptura del orden legal es
equivalente a la violación de un status divino lo que generaría una
inmediata necesidad de reparación del orden establecido por la
divinidad. Asimismo, siguiendo con este tema, existió también una
ley que ordenaba especiales castigos para quien atentara contra la
integridad de la persona sacra que era el gobernante del
Tahuantinsuyo: el Inca; ante esto, hay que tener en cuenta que no
sólo se protege a la persona en sí, sino que también se resguarda a
todas las disposiciones que emanen de él. El segundo lugar, se hace
referencia a los delitos contra la persona. Según el autor del texto, se
castigaban los delitos contra la vida y contra la salud (lesiones). Así,
el homicidio tenía diferentes condiciones que hacían variar la
gravedad en función de la persona que se convertía en sujeto pasivo
del delito; si la persona era sagrada, el delito era recién considerado
como tal y tenía consecuencias graves. En esta cultura, se entendía
que la muerte podía ser producida por hechizo utilizando fuerzas
mágicas contra la persona agraviada; se identifica también el
homicidio como consecuencia de otro delito (robo, por ejemplo), así
como el asesinato del hombre por parte de su mujer y el asesinato en
caso de adulterio. Con respecto a las lesiones, hay una tendencia a
reparar el daño causado mediante una indemnización, generalmente
en especie.

También se mencionan los delitos contra la propiedad. Para los


incas, la propiedad tenía un carácter colectivo puesto que el
propietario de la tierra de labor no era el campesino que la trabajaba,
sino que el titular era el ayllu al que pertenecía y, a través de este,
era el Estado el que manejaba las tierras, pero se podría afirmar que
en última instancia era la divinidad quien era la propietaria de todo lo
existente. De esta manera, la propiedad individual estaba
absolutamente restringida a un tipo de usufructo temporal por el
periodo de un año; a pesar de esto, los frutos de la tierra sí eran de
propiedad del hatun runa. Aquí se crea una relación mística entre la
cosa y su dueño puesto que, como señala el autor, la divinidad era la
verdadera dueña de todo por lo que mientras la relación entre la cosa
y la persona era una, la relación entre la divinidad y la persona era
otra; de esta manera, se formaba una doble vía de relación. En
cuarto y último lugar, el autor presenta los delitos sexuales desde la
TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

sodomía, pasando por la prostitución y la violación hasta llegar al


adulterio. Para poder entender la situación de aquel tiempo, hay que
tener en cuenta que los cronistas que rescataron las costumbres en
este aspecto aplicaron sus propios criterios morales y religiosos. Esta
visión occidentalizada y conservadora ha podido generar errores de
apreciación, tergiversando algunas de las costumbres, dándole un
matiz pecaminoso o delictivo a ciertos comportamientos que en este
contexto no eran considerados como tales. Hecha dicha advertencia,
con relación a lo señalado, hay casos como el de la poliginia; el que
según la moral cristiana que influenciaba las normas españolas era
un delito y un pecado, pero que en el mundo Inca estaba permitido y
era una práctica común entre miembros de las elites que obtenían el
privilegio de mayores tierras para el cultivo (esto debido a que se le
otorgaba una porción de tierra por cada mujer que tenía). Por otro
lado, la sodomía en la moral andina estaba permitida para casas
particulares en los que se autorizaba los contactos sexuales
anormales por razones estrictamente rituales y que se realizaban en
santuarios determinados; esto también se relaciona con la
prostitución sagrada, la cual no era vista como algo pecaminoso, sino
que era considerada una práctica común en la que los sacerdotes
iniciaban a las mujeres en la vida sexual considerando que se hacía
uso de un poder sagrado. Con respecto al aborto, era común la
ingesta de hierbas o la realización de otros procedimientos
mecánicos o de hechicería; en estos casos, la responsabilidad
alcanzaba también a quien ejercía el procedimiento o daba la
pócima. Ahora, cuando se menciona al adulterio surge un problema
puesto que este término se basa en la existencia de un vínculo
matrimonial legal y religioso que, en el mundo incaico, no siempre
existía; en la zona andina, existe la tradición del matrimonio de
prueba, o servinacuy, y esto hace que no se pueda medir el adulterio
de la misma manera en que se hace con el matrimonio regular;
además de esto, hay que tener en cuenta que la virginidad no fue
apreciada, ni entonces ni ahora, en la zona andina puesto que es
vista como una tara para la mujer pues se consideraba que sólo
quedaban vírgenes las mujeres que no habían logrado atraer a
ningún varón. En este tema, el autor también aclara que la infidelidad
no podía ser medida tampoco con respecto al embarazo de la mujer
puesto que los Incas creían que la mujer quedaba embarazada por
tener contacto con algunos de los lugares donde habitaban las
divinidades de la fertilidad y no por mantener relaciones sexuales.

El castigo y sus formas


Para poder entender los castigos correspondientes a los delitos del
mundo incaico hay que tener en cuenta que los cronistas asimilaron
inconscientemente su mundo cultural al andino y trasladaron a él los
conceptos penales europeos. De esto podemos deducir que el
castigo que se impone es “divino” y no “legal” puesto que el delito no
es visto como una falta al ordenamiento, sino como una falta contra
la divinidad; esta idea es relacionada, por Pease, con el ritual
TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

adivinatorio denominado laxcallpa; en el cual, se interroga a las


fuerzas sobrenaturales sobre la inocencia o culpabilidad de los reos
y, muchas veces, se dejaba en sus manos el castigo que debía
imponerse al delincuente. De esta manera, es la divinidad la que
decide quién es culpable y quien no, sin mayor utilización de medios
probatorios; esto demostraría que la premisa del autor es cierta pues
las sanciones tienen un sustento “divino” y no “legal”. A pesar del
origen divino de las sanciones, existían mecanismos más terrenales
de castigo a los delincuentes. Uno de ellos era el uso del
Sancahuasi, un establecimiento carcelario subterráneo que existía
cerca del Cuzco, este estaba cubierto y empedrado con superficies
puntiagudas y era habitado por animales salvajes como felinos,
serpientes e insectos; en ese recinto, eran recluidos los malhechores
y todo aquel que atentara contra el Estado o el Inca. Es mecanismo
de castigo consistía en que, si al término de veinticuatro horas no
eran muertos por dichos animales, los sacaban y se reconocía su
honradez pues se les consideraba protegidos por las divinidades y
eran exculpados del delito (esto es lo llamado “ordalía” que es similar
a decir “juicio de Dios”). Otro ejemplo es la Hiwaya, mecanismo de
castigo que implicaba lanzar una piedra enorme sobre el culpable y
esto hacía que, supuestamente, se cause su muerte, pero, en caso
no sucediera, la vida del reo quedaba perdonada. En el mismo
sentido, sobre el tema de los castigos impuestos como penas, se
dice que “las penas eran múltiples. Fluctuaban entre la represión y la
muerte, pasando por el tormento y las mutilaciones de esta manera,
era posible observar que la mayoría de los castigos eran físicos.
Luego de evidenciar que es la divinidad la que imponía la sanción
para los Incas, el autor también menciona las diferencias en el sujeto
sobre el que recae el castigo. El hombre de la élite y el del pueblo
configuraban dos sujetos distintos para el Derecho Inca; al plebeyo
sublevado, por ejemplo, le tocaría un castigo más severo que a un
noble que cometiera la misma acción. Se dice que el ridículo público
y la pérdida del cargo oficial causaban más daño al noble que el
exilio o la tortura practicada al hombre pobre puesto que el prestigio
del noble tenía mayor valor que la misma vida del hatun runa común.
Además de lo señalado, en caso de una sublevación, un noble
quedaba impune y reivindicado si lograba triunfar y hacerse del
poder; esto demuestra que la ley tenía variedades desde el punto de
vista del sujeto basándose en las clases sociales. El castigo tenía su
base en el principio de retribución que implica que, al haberse
alterado el orden natural establecido por la divinidad, se exigía una
acción que cree una compensación por esa alteración; entonces, se
debía dar una reparación por haber violado el orden divino que debía
ser repuesto de alguna manera. La reparación o retribución
mencionada aparece como el motor de la justicia Inca. Con respecto
a la clasificación de los delitos, también existían distintos castigos
dependiendo del tipo de delito: En el caso de los delitos contra el
Estado, el Culto y el Inca; se daban sanciones originadas en
primitivos tabú que castigaban incluso la más simple desobediencia
de ordenes llegando a aplicar hasta la pena de muerte. Según el
TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

autor, citando a Huamán Poma, estos delincuentes eran muertos y


luego se hacía de sus cráneos vasos para brindar con ellos en
ciertas ceremonias. Los delitos contra el Inca no eran los únicos,
también se castigaban las faltas contra la nobleza y contra las acllas
(conocidas también como ñustas o vírgenes del sol). En ciertos
casos especiales, se daban castigos comunitarios, por ejemplo, en el
caso de las comunidades o poblaciones sublevadas en masa o que
traicionaban a la autoridad sagrada. En el caso de los delitos contra
la persona, se castigaba el homicidio y el asesinato por hurto con una
reparación que podía llegar a ser equivalente a la vida del
delincuente dependiendo de que fuera lo hurtado y de otras
circunstancias. Por otro lado, los delitos contra la propiedad tenían
sanciones tales como la pena de azotes, el destierro, entre otros; el
destierro, en particular, era una sanción grave puesto que estar
alejado del Cuzco, centro sagrado, significaba estar alejado del
ámbito de protección de la divinidad. Por último, en el caso de los
derechos sexuales, se establece que era posible llegar a la pena de
muerte en el caso de los sodomitas; mientras que, en el caso del
adulterio, la prostitución y los demás se tenían penas que iban desde
el destierro hasta la muerte.

VII. CONCLUSIONES

- Los Incas lograron su apogeo gracias a su capacidad de rescatar


avances organizativos de anteriores culturas, reestructurándolas y
adecuándola a la nueva orden publica de dicha época.
- El sistema de reciprocidad constituyó la columna vertebral del
crecimiento y apogeo de la sociedad inca; obligándolo al
acrecentamiento de la producción agrícola y explotación ganadera,
mediante el uso de diferentes tecnologías, así como al empleo masivo
de los mitimaes y yanas.
- La culminación de la civilización andina fue la construcción de un imperio
por parte de los incas, en tan solo un siglo, alcanzando un nivel de
bienestar material en general. Además, llegaron a tener un conocimiento
bastante avanzado de la bóveda celeste, sus saberes en cuanto a la
astronomía, las relacionaban con la vida en sí.
- Al ser el hombre parte del universo, el respeto y convivencia con la
naturaleza, constituía la columna vertebral del funcionamiento de la
sociedad inca, por ello las actividades productivas expresando el respeto
y convivencia con la naturaleza, al igual que entre los humanos, se
ubicaría en una perspectiva de sustentabilidad.
- El propósito del gran camino inca (Qhapaq Ñan) fue mantener
comunicado un enorme territorio, sirviendo como rutas de comercio,
actuando como articulador económico e ideológico; uniendo lugares de
culto, comercio y administración.
- Su expansión, ocurrió debido a la utilización de una estrategia que
combinaba lo militar con lo social, asegurando niveles de convivencia
entre los distintos grupos culturales, los principios de reciprocidad y
redistribución le permitieron una relación adecuada al interior de las
TEMA: ORDEN PÚBLICO EN EL IMPERIO INCAICO.

comunidades, posibilitando elevar la interculturalidad al rango de política


pública.

VIII. BIBLIOGRAFIA
https://www.machupicchuperutours.com/cultura/organizacion-politica-de-los-
incas/
https://www.boletomachupicchu.com/organizacion-del-gobierno-inca/

 Basabre Ayulo, Jorge. Historia del Derecho


peruano.
 Basadre Grohman, Jorge. Los fundamentos de la
historia del Derecho.

También podría gustarte