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Cartaphilus 5 (2009), 152-166

Revista de Investigación y Crítica Estética. ISSN: 1887-5238


 
 
 
 
EL CONCEPTISMO, EL TIEMPO Y LA OTREDAD
COMO ALMA DE CREACIÓN EN ÁNIMA MÍA, DE CARLOS MARZAL

Basta con que te sueñe y tú me sueñas.


Basta con que te cante y tú me cantas.

Ánima mía, soplo, mi animosa,


infúndeme de ti, tú que me inspiras,
tú que respiras mientras yo respiro.
Estás en mí, despierta,
a condición de que despierto esté
para inventarte.
Como te inventas tú
-siempre me velas-
a aquellos que me usurpan , cada noche,
en la noche del ánima.

Ánima fiel, nosotros, indivisos,


Nada el uno del otro conocemos.

¿Quién podrá desdecir lo inexpresado?

¿Quién nos podrá robar lo que no somos? 1

1-. Introducción Irrumpe Carlos Marzal, en el escenario del


gran teatro de la vida, con un poemario de nota-
ÁNIMA mía, tú,
ble y excelsa calidad, al saber dar cauce a lo sen-
lo que no existe
bajo forma ninguna tido y a lo presentido, a lo conocido y a lo des-
que no sea mi forma de existir. conocido, a lo que forma parte del texto y forma
parte del mundo, a lo que te afecta a ti y me
Ánima mía, leve, a mi custodia, afecta a mí, mediante una literatura muy porosa,
tú que lates que aúna con mucho tino los elementos que
en todo lo que late y el inerte, quedan desdibujados por la lógica tirana que
anima en mí somete el lenguaje a su rigidez y fosilización.
el gusto de vivir que a ti te alumbra, Marzal consigue proyectar el texto más allá de
mi criatura carnal, pero incorpórea. los límites de la lógica y de la memoria hasta
puntos universales con significados siempre
Ánima mía, yo.
Creo que existes,
aunque no crea en ti, porque tú crees
1
en esta rogativa en que te ruego. -. Carlos Marzal: “ÁNIMA MÍA” en Ánima mía, editorial
Tusquest, Barcelona, 2009, pág. 17.

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nuevos y casi siempre ocasionales. No obstante, creación literaria y a la muerte; en otras ocasio-
para desempeñar tan arduo quehacer, el poeta, nes, el presente es un vehículo para recordar y
ese médium entre lo humano y lo divino, recurre lograr así hacer nuevamente presente el pasado.
a una labor intertextual que va más allá de los Además encontramos el tratamiento cíclico, con
textos a los que remite el texto, ya que, además, reminiscencias de la cultura griega y el universos
consigue crear una intertextualidad con diferen- de Borges, al traer a colación la repetición de lo
tes periodos literarios, con diferentes filosofías, metavivido, ya sea mediante dicotomías niño /
con diferentes concepciones del tiempo sobre el adulto, ya sea mediante el circuito rotativo de la
tiempo, con diferentes estilos de escritura y un memoria y de la historia en definitiva.
trasfondo en el que se puede observar una resu-
rrección muy personal de diferentes épocas lite-
Además de todo lo mencionado, hallamos
rarias y autores2, pero como una fuente de vida
motivos y temas, que se encuentran con el lector
inextinta y reinterpretada, al ser presentizada en
y su vida, a través del texto, por ejemplo: la vida,
clave Marzal. Por ello, el poemario -y el poema
la muerte, el futuro, el amor, la memoria, el olvi-
en sí, si se prefiere- se convierte en un universo
do, la caducidad de la lógica, lo inexplorado y el
de convergencias, en el que, entre otros muchos
mundo en toda su extensión en definitiva. Así,
puntos, encontramos en plena simbiosis y ós-
Ánima mía se metamorfosea en un poemario
mosis los siguientes: un arte conceptual que
que va más allá de la propia poesía. Se trata casi
remite, por los juegos de palabras, a la tradición,
de un tratado en el que con una escritura, más
más concretamente, a Gracián y a Quevedo; un
propia de dioses que de humanos, el poeta da y
riqueza léxica que va y oscila desde los latinis-
rinde cuentas de su relación con el mundo desde
mos y la etimología hasta el léxico médico que
múltiples perspectivas. Para llevar a buen puerto
remite a la más cercana y cruel enseñanza del
tan personal empresa, es menester un juego de
dolor, por ejemplo, en títulos de poemas, como
apelación al receptor y el desdoblamiento del yo
“Apneas”3; también hallamos la deconstrucción
poético que, de algún modo, hace partícipe al
tratada como proceso de la construcción del yo
receptor. A pesar de lo reseñado, también cobra
con extensión al tú, junto a la creación literaria
fuerza y un vigor que vislumbra más allá de los
como una filosofía de vida más, o, si se quiere, el
límites y lo trazado la dualidad de la existencia
concepto de la otredad; de la misma manera,
del poeta, ya que dará como resultado la suma
asistimos a diferentes interpretaciones del con-
del tú más el yo, que es igual al nosotros, un no-
cepto tiempo, además de la disposición isotópi-
sotros que comparte y construye el mundo, un
ca formal del mismo, ya que ,a veces, el presente
universo de convergencias, como se dijo ante-
queda definido como un albergue de la memo-
riormente, que se materializa en el poema. Por
ria y, por tanto, del pasado; otras veces, en cam-
consiguiente, ese nuevo mundo y universo de
bio, el tiempo es contemplado como una fuerza
encuentro múltiple (los conceptos por los juegos
que arroja al poeta, al estar fluyendo en él, a la
sintácticos, el lector, el propio poeta con su yo
desconocido que va dando forma a su mundo y
2
al mundo), el texto poético, se convierte en un
-. El concepto de la creación literaria en Machado, co- lugar, con existencia física en el poema y metafí-
mo un estado de situación entre la vigilia y el sueño,
encuentra aquí una nueva reinterpretación:
sica en el infinito o en el cero, en ninguna parte y
No importa que ahora sueñe en la totalidad de lo existido y por existir.
en la vigilia,
o que haya despertado
y ande muerto. (pág. 78)
En conclusión, la propia materia prima de la
3 creación literaria se convierte en motivo temáti-
-. Vid. Pág. 72

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COMO ALMA DE CREACIÓN EN ÁNIMA MÍA, DE CARLOS MARZAL

co, por ejemplo, la música, la sintaxis4… No obs- Cuando ese pedernal que hay en mi mente
tante, el texto poético, más concretamente su rompe a pensar, y rompe
construcción, se convierte en un proceso de todo aquello que piensa;
sufrimiento, mientras camina por medio de la si levanta la tapa de mis sesos,
abro mi frente en dos,
metamorfosis hacia su metaencuentro con un
la disecciono,
ser más vivo y más muerto, más autoconocido y y arrojo sin piedad la amarga rosa.
más autodesconocido, porque, al desterrar, con
su posterior asilo, al yo poético a la reflexión, Cualquier poema es una cirugía.
supone una intervención quirúrgica del yo sobre Una trepanación
la totalidad del infinito y, posteriormente, la ci- de lesa intimidad,
rugía recíproca, a modo de catarsis, que el poeta
sintetiza mediante la percepción, ya sea por el por donde asoma el alma de la piedra.
orbe físico o metafísico, por ejemplo en el poe-
ma “Extracción de la piedra de la locura”5: En definitiva, se trata de una serie de poemas
ensayísticos, por el autoconocimiento y desco-
A medida que el tiempo cristaliza, nocimiento consciente mutuos, que, al igual que
que su suero,
la filosofía platónica y cristiana, precisan de la
gota a gota se cierne en nuestro fondo;
mientras su flor perversa, creación de un mundo alterno para explicar el
grano a grano, propio. En eso consiste básicamente la buena
se desgrana en las horas, literatura: en crear un mundo de sinrazón para
por su polen, explicar la razón. Por tanto, el poeta es otro
el aluvión del mundo, que me arrastra, hacedor –única palabra para decir dios de mane-
se deposita en mí. ra atea- al ser constructor de mundos.
Hoy sediento
en todo cuanto soy, en cuanto he sido,
en cuanto no sabré que hay en mi poso. 2-. El camino hacia la luz sobre la materia
oscura mediante el conceptismo.
Esa tumefacción es una piedra.
Mi piedra de moler.
Piedra de escándalo. En este ínclito poemario, encontramos un
Piedra que crece en mí y me petrifica. paradigma de textos poéticos que aparecen
hilvanados en torno a un red que los formaliza, a
Mi piedra tiene edad: saber, me refiero al arte conceptual, que, al crear
la edad que tengo. una tensión entre las palabras, siguiendo los
Es una esfera impura, en cuyo núcleo planteamientos de Gerardo Diego, convierte lo
hay circunvoluciones, ya usado en un cementerio de palabras; así, por
concéntricos anillos de sangre, consiguiente, el poema se convierte en el ele-
donde siente por mí una perla enferma.
mento transformativo donde las palabras ad-
A esta piedra angular vienen aristas, quieren un nueva vida, aunque, claro está, la
desde lo más lejano en que consisto, verdadera y auténtica vida será la que cada lec-
y lógicas expanden su locura. tor le otorgue. De este modo, en el poema “Sa-
ber de perro”6, el poeta mediante los juegos
conceptuales realizados con y sobre las palabras,
4
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 49
5 6
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 91-92. El subrayado -. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 107
es nuestro.

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logra un producto textual que adquiere una gran


dificultad, pero la disposición formal del mismo Disponte a merecerla.
te dicta que la gloria, la vida, el perro es lo que se He ahí el perro.7
sabrá de ti cuando tú ya no estés o dejes de es-
tar. El yo poético juega con “el perro” de manera Siguiendo con los parámetros de ese arte
polisémica mediante la tensión y distensión de conceptual, encontramos el poema “El abismo y
los conceptos semánticos: en primer lugar, en- el puente”8. El texto poético, al igual que ocurre
contramos “el perro” como el insulto en cuanto a en otros poemarios, como por ejemplo El hace-
ser consciente con lo que te y le rodea; en se- dor, de Jorge Luis Borges, cumple la función de
gundo lugar, como un guía y, finalmente, como declaración de intenciones, en definitiva, de arte
el propio animal que una vez muerto, cuando ya poética, aunque, también con sus pertinentes
no se está, quedará a tu lado fiel, es, por lo tanto, reminiscencias en el Don de la ebriedad, de Clau-
según se pauta en el alma del juego verbal, lo dio Rodríguez, el poeta da cuenta de la insufi-
que quedará de lo que sabes. En definitiva, es un ciencia del lenguaje para expresar su realidad, ya
juego entre el significado denotativo y connota- que el lenguaje es un elemento que somete la
tivo del yo poético. Por consiguiente, la verte- realidad, al pasarla por su tamiz, a un proceso de
bración del poema se fundamenta en una aso- descreación. Por ello, el yo poético expone su
ciación de conceptos con su pertinente raigam- modo y utensilios de trabajo, así como el mate-
bre intertextual en Gracián y el Conceptismo del rial al que le da forma. Por tanto el conceptismo,
Siglo de Oro, más allá de los motivos y más cen- ese arte, que mediante metáforas, tensa, acerca y
trada en la construcción y formalización del asocia los conceptos, posibilita al rapsoda, o lo
poema: la referente al urbe del conocimiento y la dota si se quiere, de una capacidad para trasva-
vida, mediante el perro y el tiempo, que, en sar y transponer los sentidos a los que el uso
cualquier caso, todos dan cuenta de que una vez común había condenado a las palabras:
muerto ya no se está y de que, del mismo modo,
Es una opción para el camino
vivir es doloroso, porque implica conocer, pero
todo lo que separa dos distancias.
siempre con limitaciones. La vida no es más que
eso, un camino, en el que vas abriendo camino Entre ambos puntos, trazo yo mi recta,
de manera restringida en lo desconocido: como entre dos conceptos mi metáfora.
Este saber de perro no es de perro, Sólo quiero salvar, mientras lo estrecho,
ni tampoco de hombre: el abismo que se abre en las palabras.
no es saber.
Es el haber sabido desde siempre: Palabras que persiguen consolarnos
nada importa, de nuestra condición sin alas.
y lo importante es eso.
[…] Pasar al otro lado del sentido,
Se está. No se está luego: he ahí la gloria. para poder ponerme en salvaguarda.
Este perro saber clarividente
no es clarividencia:
se extravía 7
-. Íbidem. Los corchetes son nuestros e indican que se
por el solo placer del extravío. ha suprimido parte del producto textual con el fin
[…] de traer las líneas que son pertinentes para justificar
Un póstumo saber de que se supo y apoyar los argumentos expuestos.
8
y no pudo olvidarse: he ahí la vida. -. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 63
[…]

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EL CONCEPTISMO, EL TIEMPO Y LA OTREDAD
COMO ALMA DE CREACIÓN EN ÁNIMA MÍA, DE CARLOS MARZAL

El mundo es lo que digo que es el mundo, palabras respecto al referente, aunque en otros
Aunque no acierte nunca a decir nada. textos se hable sobre el lenguaje como un ele-
mento descreador en relación a la realidad, y, de
La vida se me aleja si la nombro, este modo, por los motivos citados con anterio-
y sólo si la nombro se me alcanza.
ridad, vemos como una flor puede ser más olo-
¿No ves que estoy huyendo? Dame asilo.
rosa en el poema que en la propia realidad: “hue-
Dame en tu corazón puente de plata.9 le más en su nombre la camelia/ que la camelia
misma.”12. Esto indudablemente remite al Crea-
Si en el poema anterior hemos hablado de cionismo y a V. Huidobro por aquello de que no
arte poética, sería muy importante traer a cola- cantéis la rosa, sino que la hagáis florecer en el
ción el poema “Sintaxis”10, ya que, nuevamente, poema, puesto que el rapsoda textual tiene la
hay una referencia a la fundamentación del mo- capacidad de crear siempre a su modo la vida
dus operandi. La sintaxis, más que una disciplina que han de tener las cosas.
de estudio, aquí, en el texto, además de un mo-
do de conocer, es un arte de casar todo con to- Conocer, como otra serie de procesos vitales,
do, pero centrado en el yo y su circunstancia de siempre va a resultar descorazonador, porque,
Ortega y Gasset. Además de lo reseñado, encon- por ejemplo, en el poema “Cosas que la mar no
tramos la reciprocidad de la otredad que queda tiene”13, el poeta, y por extensión los lectores y el
albergada en el lenguaje como un espejo de la mundo en sí, hallan la verdad poética mediante
realidad: una alegoría donde las cosas no están y, de ahí,
se explica el arte de los conceptos, de la parado-
Lo que hay fuera de mí ja, el arte de habitar lo inhabitado y, en definiti-
es de mi adentro, va, el arte de conocerse por ir alumbrando lo
igual que lo interior es de mi afuera: desconocido; la invasión y contaminación de la
los iguala en su entraña este discurso. “mismidad” en la otredad. El mar se convierte en
El arduo devenir un elemento cuasiinfinito, ya que en él está al-
deviene en redes.
bergada toda la historia cifrada y descifrada de lo
He llamado sintaxis
al hondo conocer que nos descubre.11
desconocido:

El secreto ulterior está en buscar


Si nos fijamos con atención en el texto cita- las rosas que se desangran,
do, pronto nos percataremos de que existe una donde las rosas no están.
vinculación intertextual con las teorías que fray
Luis de León emitió sobre el lenguaje, ya que el A la mar fui por la rosas.
poeta místico afirmó que, cuando y cuanto un
hombre conoce más palabras, más cosas del La música se encuentra en perseguir
mundo exterior quedan albergadas en su inter- canciones que dicen todo,
ior, por consiguiente, esto nos permite hilar lo donde no hay nada que oír
reseñado, el conceptismo, con el conocimiento
A la mar fui a por mis canciones.
y, nuevamente, la porosidad textual. Queda así
planteada, en este poema, la superioridad de las […]14

9 12
-. Íbidem. -. Íbidem.
10 13
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 69. -. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 83
11 14
-. Íbidem. -. Íbidem.

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traposición yo/ mundo. Se trata de ese yo que se


15
Ya en el propio poema “Ánima mía” , que comprende por construcción personal y un pro-
abre el poemario y este propio artículo, las pala- ceso mutuo, en superlativo, de reciprocidad.
bras, más concretamente sus bordes semánticos, “Otra noche en vela” supone un proceso de revi-
sus relieves aparecen y, así las encontramos, en sitación, de reencuentro del poeta con el dolor:
difuminación, pero con una proyección tenebris- “oigo crecer las uñas carne adentro”17.Se trata de
ta, ya que la luz, el conocimiento, irrumpe sobre una imagen deconstructiva. El regreso de ese
lo desconocido y se desvanece para acabar en lo dolor trae el recuerdo cifrado en estampas me-
desconocido. Del mismo modo, la construcción morísticas y, por consiguiente, la creación del
del yo poético se fundamenta por medio de la poema. Ansia por quebrar la noche y que, con la
otredad en la indefinición, en la vida en y de llegada del día, pueda oír la luz que quiebre y
todo lo que de algún modo no existe y que defi- trice, o trace, ese dolor que, como el parto, ha
ne al poeta representado mediante un yo poéti- engendrado el poema: “Cuanto tarda en romper
co. También encontramos una red isotópica do- el nuevo día”18. Como se puede observar, existe
ble del tú y del yo (todo /nada). Como andamiaje una sensación gravitatoria del tiempo mientras
para esta tramoya textual, el poeta recurre a la se vive en el dolor. A la vez, el poeta expresa su
inefabilidad, de lo conocido y lo desconocido, deseo y, por tanto, el deseo y el recuerdo se con-
para ser explotada de manera muy provechosa, vierten en poema por contraposición a lo que la
ya que, cuanto rodea a este ser construye y for- realidad le oferta en el momento, que, paradóji-
ma parte de su yo, es decir, lo que no somos - camente, también pasa a formar parte del uni-
algo muy del mundo occidental- también forma verso textual. Nuevamente, aparece la concep-
parte de nosotros. Por los motivos reseñados, el ción de la vida -en este caso de ciertas sensacio-
yo y el tú encuentran cabida en el poema, por- nes- que se repiten de manera cíclica, porque la
que éste, el texto poético, es una fusión para la vida es un pasado que va tomando forma en el
definición y, aquí, queda latente que en un presente y, ese presente, se convertirá en pasado
poema las palabras están plenamente vivas, y, por tanto, todo seguirá una cadena cíclica,
aunque sólo nos acerquemos al abismo de su porque también el futuro se ha de repetir. Tal
profundidad desde los bordes. Por ello, el signifi- vez, aquí radique uno de los problemas de la
cado ocasional de los pronombres cobra una sociedad y del mundo actual: en que desconoce
dimensión más y muy universal. Aquí, el arte mucho de su historia.
conceptista lo hallamos en la relación etimológi-
ca y en el juego de los acentos prosódicos, y los La línea de construcción textual basada en
gráficos, jugando al juego de hacer cosas con ese arte de unir mediante tensión superlativa los
palabras, esto es, el homo ludens y la res cogi- conceptos también la encontramos en el poema
tans jugando a crear su mundo, a crearse a sí “Dedos de niño”19. El yo poético plantea la con-
mismo, a crearse en poema, punto convergente vergencia de mundos: el niño como prolonga-
para encontrarse con el lector. ción de la vida del poeta. Además el poeta es
plenamente consciente, aunque no lo explicite,
El poema “Otra noche en vela”16 sigue para la de que habrá de construir su futuro, un día que
formalización del mismo ese arte conceptista y, no será ni pronto ni tarde, con recuerdos. Por
de la misma manera, sigue insistiendo en la con- ello, el presente se convierte, de este modo, en

17
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 19.
18
15
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 18 -. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 20.
16 19
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 19 -.Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 21.

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EL CONCEPTISMO, EL TIEMPO Y LA OTREDAD
COMO ALMA DE CREACIÓN EN ÁNIMA MÍA, DE CARLOS MARZAL

un punto para redescubrir y reescribir el pasado: cambio, es todo lo desconocido, todo lo que está
“a tu custodia estoy asido al tiempo”, ya que por descubrirse y ser descubierto mediante la
cada uno recuerda a su manera, a la vez que escritura, o bien, descubrirse para ser escrito. La
contempla el futuro: escritura, para Marzal, es como el amor, es decir,
si sabes lo que vas a sentir, entonces para qué
Más hijo yo que tú, amar. La escritura del texto poético, para Marzal,
me redescubro. es algo ensayístico, porque es un vehículo estéti-
Más padre tú que yo, co y de conocimiento, pero que, para formalizar-
te me antecedes.
lo, hay que autoconocerse muy bien. De aquí
Tengo la certidumbre, por tu guía,
de aquello que no sé, pero que supe,
viene el planteamiento que presentan los poe-
de aquello que perdí, pero que hoy tengo, mas de amena y profunda divagación. Además
cuando me tienes tú, corazón índice, de lo reseñado, encontramos la formalización
para heredarme a ti, textual por medio del tratamiento expuesto en
reminiscente.20 el punto anterior de este artículo, es decir, el arte
conceptista y la gran fuerza de las redes isotópi-
cas. Se trata de un poema muy bien estructurado
tanto formalmente, como temáticamente; es
3-. La Otredad como vehículo hacia el co- pues un lugar donde todo es incertidumbre y
nocimiento y filosofía de creación. suspensivo, porque todo está por escribir.

En el poema “Joya casual”21, encontramos al En cambio, asistimos a lo largo del poemario


poeta como otro, ese ser que como en El rapsoda a otros poemas, en los que la construcción del yo
de Platón es un punto de convergencia entre lo se fundamenta en la suma de los otros yo y, por
humano y lo divino, ese ser que está más cerca otro lado, su sombra será la suma de las otras
del suelo que del cielo, pero con aspiraciones sombras del yo y, aunque, sea como dice el pro-
divinas, que advierte su especial calado al con- pio título del poema, “Prendido de alfileres”23,
templar la magia de ciertas cosas que al resto de llega a cristalizar –en el texto en este caso- y por
los mortales les están veladas o les aparecen tanto se sobrepone a una extensión que abarca
como inadvertidas. Así surge la doble materiali- y va más allá del yo, porque el yo es él y sus lími-
zación de la realidad en poema y referente. El tes. La vida en el poema es la que hace al huma-
poeta es un rey Midas de la poesía, porque po- no humano:
see el don de convertir en poesía todo aquello
cuanto mira y decide crear en poesía. No obstan- La suma de mis otros es más suma
te, el problema de la escritura y la otredad en que todo lo que soy.
Marzal lo encontramos de forma más explícita –y La suma de mis sombras es más suma
apuntando siempre hacia esa arte poética- en “Si que todo lo que doy:
sé lo que escribir jamás escribo”22. La escritura todo es anómalo.24
queda plasmada como una manera de otredad,
como la dualidad de la propia realidad. No obs- En “Cumbre del corazón”25, poema de nota-
tante, la escritura es lo que conduce al poeta al ble calidad, queda planteada la otredad, pero
descubrimiento de ciertas cosas; la otredad, en esta vez recurre a la dicotomía mediante el

20 23
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 21. -. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 27
21 24
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 31 -. Íbidem.
22 25
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 33 -. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 141.

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mío/tuyo, mediante las palabras que me he es- cante es el mismo para todos, pero el significado
crito y me las has dado tú al escribir el mundo. forma parte del ámbito personal y, por tanto, de
Además podemos apreciar nuevamente el poeta la otredad respecto al mosaico de seres huma-
como ese otro que es capaz de percibir o hacer nos que se sirven de él para comunicarse:
las veces de vínculo entre lo que los hombres
perciben y lo que forma y conforma parte del Esta preposición lo dice todo,
orbe de los dioses: porque viene de lejos y en voz alta.
Su desuso
Todo mi corazón cabe en tu mano no significa nada en este idioma
y en este corazón ya cupo el mu ndo: con que yo ajusto el mundo a mi deseo.
el mundo que no cabe en parte alguna, […]
salvo en tu mano dios, la continente. He remontado el tiempo hasta mis labios,
y mis labios la amparan con presente.
[…] […]

Todo mi corazón es, en tu mano, Más que estar a la orilla,


la mano que ahora escribe este dictado yo estoy cabe.
que dista el corazón incontinente.26 Más que vivir al lado,
cabe vivo:
que indica mi más hondo.
Los motivos de la otredad no quedan aquí,
[…]
sino que también son llevados al ámbito lingüís-
tico, etimológico, aunque siempre en clave per- Cabe tu oído,
sonal, por ejemplo en “Cabe el vivir estoy”27, cuento lo que cuento.
poema que pertenece a la parte V, que queda Cabe lo que más amo,
bautizada por el autor como “Lo adentro del estoy amando.29
cantao”, de naturaleza más miscelánea, con
poemas tan duros como “Uña de muerto”28, Si la inspiración es como la luz, imaginemos
donde se plantea el existir, desde la contempla- un cielo diáfano en el que aparece un coágulo,
ción del día, como una uña de muerto es vida hagamos la descripción de un día, contemple-
que se abre vida entre la vida o la muerte para- mos la ropa y describámosla; posteriormente
dójicamente. Se conjugan aquí, en “Cabe el vivir reforcemos todo esto con una serie de imágenes
estoy” muchos de los motivos (por ejemplo el de naturaleza y estirpe muy desagradable, pero,
juego de asociación de conceptos mediante el en un momento dado, aparece la luz y cercena
poliptoton) que han aparecido a lo largo del todas las sombras, dando e irradiando vida a
poemario, es decir, el problema del tiempo gra- todo cuanto toca o mira. Pues bien, eso es lo que
cias a una preposición que está en desuso y la encontramos en “Mínimo renacer”30. Eso es la
propia problemática del poema que plantea inspiración, la luz, sentirse vivo de nuevo, sentir-
nuevamente el autoconocimiento y cómo, a se otro, en eso consiste aquí la otredad, en que,
pesar del desuso por parte de las gentes, al poe- mientras que se está inspirado, si tenemos en
ta sí que le sirve esa preposición para dar una cuenta los planteamientos de Octavio Paz, vivi-
autodefinición, no ya sobre sí mismo, sino tam- mos enajenados y, por tanto, vivimos en uno de
bién sobre la propia creación poética. El signifi- los tiempos de la otredad. Tal y como queda
planteado, vemos que la otredad, para Marzal,
26
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 141-142.
27 29
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 131 -. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 131-132.
28 30
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 138 -. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 109.

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EL CONCEPTISMO, EL TIEMPO Y LA OTREDAD
COMO ALMA DE CREACIÓN EN ÁNIMA MÍA, DE CARLOS MARZAL

puede tener naturaleza cíclica y además produce La manifestación de la otredad se vehicula,


una catarsis. Todo funciona así: “A punto de es- entre otros, mediante los mecanismos expuestos
trenarme, / de nacer,/ recién lavado y tierno para con anterioridad, pero Marzal no se queda aquí,
el mundo.”31 sino que, también, recurre a la deconstrucción
como proceso de metamorfosis, de reformula-
ción y, por tanto, de construcción de un nuevo
De algún modo, y de manera siempre nece-
yo mediante la reconstrucción reformulada, por
saria, la reciprocidad es una fuente de vida y,
ejemplo, en “Apetencia simple”34. En otras oca-
para el caso que nos ocupa, una manifestación
siones, el yo poético, con hábil maestría, utili-
contundente y muy explícita de la otredad. Por
zando como utensilio y herramienta la decons-
ello, en “Dinámica de fluidos”32, un buen poema,
trucción subordinada al tiempo, crea la recons-
debemos considerar la ósmosis como un plan-
trucción del yo en proceso por medio o median-
teamiento recíproco y, por supuesto, siempre
te el recuerdo equiparado de las cosas ausentes
generador de vida. Si deja de haber ósmosis, se
(por proceso de metamorfosis) que dejan todo
autodestruye el circuito de retroalimentación y,
su peso albergado en el hoy y, por extensión, en
cómo no, la vida en sí. No obstante, sería de al-
el poema en sí, por ejemplo, en “Tea”35:
guna manera mermar la concepción poética, si
esa reciprocidad citada no la llevásemos, o ex-
trapolásemos, a la creación literaria, ya que todo Lo que queda del árbol sin el árbol,
lo que recuerda al bosque sin el bosque,
poeta o escritor que pretenda escribir tiene y
Aún se mantiene en pie contra su suerte.
debe de alimentarse de lecturas, pero, en este
[…]
caso, asistimos a una filosofía que tematiza el
poema como una alteridad en comunicación A esa indocilidad nos encomiendo,
con el yo, al ser ésta uno de los centros vitales con esa obcecación ardo en mi quema.36
que dan y otorgan un porqué a su existencia:

Estoy en ti
disuelto, 34
como disuelta estás -. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 102.
35
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 103. Muy revelador
tú mi linfa.
resulta para la interpretación del poema la polise-
mia que la propia palabra alberga en su alma, ya
Que reciprocidad la de estos mis néctares
que, en síntesis superlativa, conviven en ella todos
con que nos ofrecemos los puntos que vertebran el poema (la luz, la unión,
desleídos, la vinculación…). Observemos la definiciones en el
qué mutuo proceder hacia su fondo, DRAE:
para libar mejor nuestras sustancias.
[…] tea. (Del lat. taeda).
1. f. Astilla o raja de madera muy impregnada en resina,
Somos los dos, en uno, este bautismo. que, encendida, alumbra como un hacha.
2. f. coloq. borrachera ( efecto de emborracharse).
El vaso de agua pura para el otro.33
3. f. Mar. Cable, cuando se leva con él desde una lancha.
Levar por la tea.
~s maritales, o ~s nupciales.
1. f. pl. Las que antiguamente llevaban los desposados
delante de sus esposas.
31
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 109-110. 2. f. pl. bodas ( casamiento).
32 36
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 105. -.Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 103-104.
33
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 105.

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MIGUEL ÁNGEL RUBIO SÁNCHEZ – ENCARNA FERNÁNDEZ ROBLEDO

En “Dicho en silencio y escuchando”37 -bajo Me sobrentiendes.38


nuestro criterio uno de los mejores poemas de
esta obra-, la otredad queda manifestada por En páginas aledañas a las citadas, encontra-
medio de la reivindicación del silencio como otro mos “Materia oscura”39, que supone una nueva
medio de comunicación, pero Marzal, previo versión de la otredad. El planteamiento del ser
paso por el yo poético, no se queda aquí, sino (su yo por extensión) y el universo (otredad) en
que va más allá: el silencio como expresión del porcentaje. El poeta, mediante un autorretrato
yo mismo mediante comunicación con la otre- poético, se dibuja y desdibuja como una materia
dad. El juego de la otredad aquí consiste preci- obscura, ya que el 4% es lo que conoce de sí
samente en eso, en la descripción de lo que los mismo; el resto, también otredad, es puro des-
silencios dicen. Recordemos, en este punto, que conocimiento, por tanto, el sujeto se construye
muchos de los momentos cumbre de la comuni- por medio de lo que conoce y lo que desconoce.
cación humana están preludiados por el silencio. Se trata de un desdoblamiento, aunque al hablar
El poeta quiere dejar constancia de que los vo- sobre ese poema y transformarlo en materia
cablos de amor acaban en eco, acaban, como literaria, aumenta los cercos del conocimiento e
diría Nietzsche, fosilizándose, ya que la palabra irradia luz en lo desconocido:
más elocuente en el amor es el silencio y que la
otra persona y, aquí, es donde entra la otredad, Mi cuerpo pesa en mí más que yo peso.
el amador /amado sepa interpretarlo. El que Mi instinto sabe más de cuanto sé.
Irradio, de ignorancia, una luz negra.40
escribe el poema, el que emite y lanza al aire los
gestos es uno, pero ha de haber una segunda
persona que sepa interpretar y dar un sentido, Como no podía ser de otra manera, la propia
como plantea Umberto Eco en Opera aperta, a creación literaria también se convierte en otro
los huecos o intersticios y rellenarlos de una me- tipo de formalización de la otredad, ya que, de
nar correcta y muy personal. Luego, finalmente, algún modo, supone la creación, gracias a la
asistimos nosotros al poema, al espectáculo de materialización textual, de un yo diferente al que
las palabras encadenadas, para darle vida a esa siente, es decir, el que hace de amanuense
historia, esta vez por contradicción, hecha con cuando oye la luz mientras amanece.41, es decir,
palabras bellas y elocuentes que explican el si- va dando luz (materialización) y forma a esa sen-
lencio: sación cíclica de inundar de vida todo con luz y
luminosidad por y sobre lo oscuro, como llenar
el papel en blanco, con la llegada del día, o, si se
Todo cuanto se dice acaba en eco,
por eso dice más lo que se calla. quiere, con la llegada de las palabras caídas en
Lo que callamos juntos nos define, paracaídas como en Huidobro, en versión van-
como el amor da voz a lo que somos. guardista, con la inspiración:
[…]
He visto madurar,
Silente sé que escuchas lo que escucho. -fui su amanuense-
Tácita, sé que tú me sabes, tácita. por el balcón abierto, el nuevo día.42

[…]

38
Tú entiendes más allá: -. Carlos Marzal: Íbidem.
39
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 95.
40
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 96
41
-. Vid. poema “Contraalba” pág. 89-90.
37 42
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 99-100. -. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 90

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EL CONCEPTISMO, EL TIEMPO Y LA OTREDAD
COMO ALMA DE CREACIÓN EN ÁNIMA MÍA, DE CARLOS MARZAL

También, hilvanado temáticamente con lo son. No obstante, en el poema “Sanación”46, en-


anterior, encontramos, dentro del apartado tu contramos todo el proceso y la labor de lo que
planeta, el poema “¿Qué me levanta en medio supone escribir en relación a la otredad, hasta
de la noche?”43, donde se habla sobre la inspira- que ésta pasa a formar parte de sí mismo:
ción, ya que encontramos la otredad mediante o
subordinada como una manifestación de la ins- Me curo de vivir en lo que escribo,
piración que, paradójicamente, se manifiesta en y en lo que vivo sano de escribir.
otro punto de otredad, esto es, en el poema: Son dos fervores
y una misma dolencia.
Me prescribo palabras,
Como absurda resulta esta alegría mi narcótico:
de que algo me levante, sin porqué, sin ellas, mi no-mismo
en mitad de la noche y que me dicte, está enfermo de mí.
para ser el calígrafo de nadie.
La alegría, si no escribo alegría, no es perfecta,
Para ser y cuando ya lo he escrito, se me brinda
el oráculo de todos mis fantasmas.44 la realidad, alegre, para el brindis.
[…]47
En pleno diálogo con la crítica literaria, con-
cretamente con la línea de la estética de la re- La intertextualidad, como en “Joana”48, tam-
cepción, encontramos “Se sentir”45 . Por medio bién puede convertirse en un motivo de otre-
de la fórmula se sentir, que es igual a sentirse, el dad, ya que la historia de la literatura, como
poeta trata de dar explicación a su yo y desen- afirmase Horacio, ha consistido básicamente en
trañar el enigma formulario de vivir y explicarse. eso, en echar vinos nuevos en odres viejos.
Como podemos observar, este poema mantiene Siempre ha habido una serie de arquetipos que
vínculos intertextuales, ya sea, o por el plantea- han generando otra serie de personajes descen-
miento temático u otros, con los poemas que dientes. Igual que un dolor trae el recuerdo de
versan de diferentes modos sobre el arte poéti- otros dolores, igual que, en una lágrima, está
ca. Las cosas, aquí, se sienten cuando son escri- albergada el alma de todas las lágrimas. Es una
tas y, por tanto, no necesitan de existencia física, manera de hacer presente todo lo pasado, aun-
sino que, desde el desconocimiento el poeta que el libro de Joana trae el recuerdo, pero la
urde y trama una realidad, en este caso el poe- lágrima permite, como el poema, llorar a Joana.
ma, pero asimismo afirma que cada cual sobre La poesía es conocimiento y, por tanto, dolorosa;
esa referencia objetiva tiene un aprehensión conocer implica desentrañar, y ser consciente a
subjetiva y, por tanto, diferente. Por tanto, la un tiempo de lo que la realidad nos hurta, sa-
construcción del mundo es caleidoscópica y biendo que parte de ella está muerta; y la que
fenomenológica y, por consiguiente, de aquí se nosotros conocemos, morirá con nosotros, ex-
justifica la necesidad de crear el poema para cepto si sobrevive como materia literaria, porque
crear vida, conocimiento, o lo que se desee, se- siempre, mediante la lectura, habrá alguien que
gún las necesidades del momento. La literatura le dé una nueva vida:
es un mundo de posibilidades, porque permite
crear cosas inexistentes o como podrían haber ¿Por qué la poesía es el vislumbre
sido, frente al mundo histórico que dicta lo que de lo que, estando vivo, ya está muerto,

43 46
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 65. -. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 51.
44 47
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 65- 66. -. Íbidem.
45 48
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 85. -. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 59

- 162 -
MIGUEL ÁNGEL RUBIO SÁNCHEZ – ENCARNA FERNÁNDEZ ROBLEDO

y de lo que en la muerte sobrevive?


proceso de metamorfosis por conocimiento el
yo se va haciendo mestizo de todas las influen-
cias que lo habitan. Para él, su mundo es todo lo
El diálogo con lo eterno también florece en que ha conocido y ya forma, por tanto, parte de
esta ánima mía, por ejemplo, en “Perezoso en la su conocimiento por absorción del yo en cons-
arena”49 , donde la eternidad es entendida como trucción mediante la metamorfosis procesual,
repetición de la mismidad, pero al ser universal frente, por oposición, a lo que desconoce (el
muchos otros por extensión también la viven. La mundo circundante u otros modelos de mundo):
otredad, mediante los juegos conceptistas, de “el insensato mundo que he inventado, / para
alguna manera nuevamente subordinados al caber en el mientras me invento”53.Todavía más
tiempo, la podemos hallar en “El cielo del desier- reveladora es la siguiente cita:
to”50, donde básicamente se plantea que en los
capítulos de la vida convergen los pasos –al estar No habito en universos de un extraño:
todo en construcción- y lo oído de niño, en el para extraña me basta esta extrañeza,
momento en que ocurrieron los hechos, no tiene mi propia extranjería me es bastante.54
por qué ser el mismo momento en el que se na-
rra el poema. El poema es un punto neurálgico De la misma manera, en “Donde cupo el
para el tiempo, ya que permite traer el pasado al amor”55, a través del vínculo conceptista, descu-
presente y atisbar el futuro, al mismo tiempo brimos nuevamente el motivo de la otredad,
que le permite al poeta crear un juego al inte- aunque esta vez se centre, de nuevo, en la crea-
grarse a él y al lector en esa concepción. ción del poema, es decir, la ampliación de los
horizontes del yo poético: “Sólo en su amor mi
Además de todo lo apuntado, la mutilación amor tiene cabida”56. El punto angular de esta
parcial de la otredad se convierte precisamente metamorfosis de la que las cosas son en parte
en una de sus formas. Así, en “Ayunando”51, la del yo viene por medio de la poesía, y ésta se
necesidad de experimentar el no tener, de lo que presenta como uno de los centros de su vida en
ya forma parte del yo para saberse vivo, propicia expansión y es algo que, por disposición formal,
que, al despojar a ese yo, de lo que tiene o ha tal y como podemos observar, seguirá haciendo
adquirido mediante conocimiento, se halle la en el futuro al ser uno de los centros y pilares de
propia necesidad de estar vivo. Por otro lado, su vida:
asistimos a la expansión, por contaminación de
Transformo
lo circundante, del poeta, por ejemplo en “Mun- unidades de amor en unidades
do mío”52, reclama su mundo y lo define. En ese de energía verbal.
Caballos de mi amor,
en el vapor verbal de estos caballos
que resuellan aquí, de tan henchidos.57

53
-. Íbidem.
49 54
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 77. -. Íbidem.
50 55
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 57. -. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 41.
51 56
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 55. -. Íbidem.
52 57
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 49. -. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 41 y 42.

- 163 -
EL CONCEPTISMO, EL TIEMPO Y LA OTREDAD
COMO ALMA DE CREACIÓN EN ÁNIMA MÍA, DE CARLOS MARZAL

4-. Disposición isotópica formal y temáti- ungir con claridad cuanto rozaba,
a mayor gloria, en paz, de su belleza.
ca del tiempo.
Este sol de soslayo es el sol mío,
58 para este sol oblicuo yo me empeño
En “Último sol” , en pleno diálogo con la con toda rectitud.
tradición de la buena literatura, hay una imagi-
nería que remite a Machado. Así, el sol irradia e A este sol le requiero que me ampare.
ilumina, como el poeta, todo cuanto toca. El pre-
sente se convierte, de este modo, en un punto Te suplico que enciendas,
mi sol póstumo,
en proceso de extinción y de conocimiento al ir
explorando sobre el futuro desconocido. El poe- la vida por vivir:
ta habla del sol de la tarde, el que se va a extin- mi última vida.59
guir, como su propia vida y pide, anhela, desde
el presente irradiación de luz para la vida que En “Un percance en verano”60, el poeta afir-
queda por vivir, esto es, el fututo. Por tanto, el ma que el derecho de un niño es ser feliz, porque
presente se convierte en un punto equidistante la muerte, ese momento de la vida que late en
de todos los tiempos y convergente: es el resul- todos los momentos de la vida, esa certeza abso-
tado de un presente en pasado y es, asimismo, la luta ya va prefijada e implícita en el alma de la
fragua del futuro teniendo en cuenta las directri- semilla. De nuevo, el yo poético se sitúa entre en
ces del pasado: el juego de presentes (el pasado) y el futuro me-
diante la apelación al receptor por medio de las
Todo este sol postrero,
preguntas. También el poema queda cristalizado
este sol ulterior en que se inmola el día, en un presente inmortal, aunque los hechos
sol sin más horizonte que extinguirse; estén en duelo entre el pasado hecho presente y
todo este sol violeta moribundo el propio presente: “[…] yo buscaba/ hacer de
que agoniza de rosas y azucenas,
aquel instante mi arquetipo”.61 La fuerza del
el sol de extremaunción con que la tarde
se muere de la tarde hacia sus sombras, poema radica en la transfiguración del paisaje y
esta resaca de mi mar de luz, la construcción del momento por lo otro ausen-
que fluye, gota a gota, hacia el ocaso te. Esto otorga profundidad y ahí, puramente,
mantiene el mundo en pie, poético, queda el mar como testimonio mudo
lo cuida en ascuas,
de estricta liviandad lo ampara en vilo.
del llanto, al igual que literario. Existe un juego
conceptista entre el título y el poema:
Este sol desangra su entereza,
este sol cardinal superviviente, ¿Cuántos podrán saber que hubo un verano?
es la esencia del sol, ¿Cuántos sabrán contar que hubo un percance?62
es un sol sabio:
el sol dueño de sí, que no se abate
por más que alguien lo crea ya abatido, En otros poemas, por medio de la metonimia
sol que no vuelve atrás, de un elemento corporal y del recorrido crono-
ni se arrepiente, lógico –bajo el marbete de una diacronía cíclica-
nómada sol conforme y sedentario,
que todo lo perdona, porque todo
lo han visto como un don sus ojos ciegos,
un sol en el que no cupo la desdicha, 59
-. Carlos Marzal: “Último sol” en Ánima mía…, págs. 24
y sólo se ocupó de lo importante: y 25.
60
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 35.
58
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 25. 61
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 35.
62
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 36.

- 164 -
MIGUEL ÁNGEL RUBIO SÁNCHEZ – ENCARNA FERNÁNDEZ ROBLEDO

que éste realiza, por ejemplo, en el poema tuales con John Keats, pero con una proyección
“Dientes”63, el poeta construye un edificio textual muy personal: “La belleza es la verdad sólo si
que da a dos caras, o dos partes de raigambre duele”. 67 De este modo, florecer, escribir, implica
puramente maniquea, es decir, por oposición: crear la belleza, pero es como verter lágrimas y,
bueno / malo, en los que se contempla la utili- por ello, necesariamente doloroso, ya que el
dad cronológica de los dientes y su evolución, alma de la lágrima siempre está nutrida de dolor.
pero, asimismo, siempre perdura en ella la no
muerte del elemento instintivo. Por tanto, los
En cambio, en “Extracción de la piedra de la
dientes, en su periplo por extensión universal,
locura”68, el planteamiento temático, con el fin
llevan implícita la connotación de asidero a la
de disponer sus ejes temporales, se cimienta en
vida. Son, han sido y seguirán siendo también un
el juego de la disposición adverbial sobre el pa-
instrumento de amor. En definitiva, se trata de
pel de manera formal. Hay en el poema, y en eso
un recorrido diacrónico, en que ha habido, tal y
radica su importancia, dos concepciones del
como se describe en el poema, multiplicidad de
tiempo no dicotómicas y sí complementarias, es
usos, que han ido desde lo instintivo al amor,
decir, por un lado, encontramos aquélla en la
desde lo más parecido a un animal hasta lo más
que el tiempo se contempla como un camino
parecido a un humano. La concepción del tiem-
hacia la muerte, que es igual a cristalizar, pero,
po, en un sentido cíclico, como cíclica es la deu-
por otro lado, encontramos una concepción del
da con Nietzsche y la filosofía griega, la encon-
tiempo más borgesiana, a saber, el tiempo de
tramos en “Septembral”64. El poeta, aquí, concibe
manera cíclica, porque un concepto se contem-
el tiempo de manera cíclica y repetitiva, pero
pla desde el ahora y desde su futura repetición.
con ciertos matices, ya que regresar a septiem-
Asimismo el tiempo petrifica al poeta, lo está
bre es como regresar a Ítaca, porque es el año en
metamorfoseando al hurtarle la vida. Hay una
que nació y, por tanto, es regresar a la patria que
segunda parte que habla del poema como un
da esa sensación de que todavía estás aquí, to-
acto de cirugía hacia el sujeto y hacia el objeto.
davía estás en tregua y lucha con la vida:
Escribir un poema supone una invasión en el
porque nací en septiembre, y allí nace
alma y hurgar en ella mediante la reconstrucción
cada septiembre, en mí, sobre la cirugía que previamente se ha hecho
la certidumbre, por sobre la realidad. El instrumental quirúrgico
de que cierta estación es el pensamiento sometido mediante el lengua-
del año es una patria, je a reflexión de las percepciones externas e in-
[…]65
ternas.69
No obstante, el poeta muy versado en ardi-
des con el lenguaje, logra contemplar el tiempo En “Será imposible devolverte el tiempo”70, el
de forma extemporánea, por ejemplo, en “Los yo poético plantea, con mucha calidad, el dilema
almendros en flor”66. La consecución de este del tiempo compartido, es decir, el tiempo de la
objetivo es posible gracias a un estado de aso- otredad, el tiempo vivido junto a mí, como lec-
ciaciones por recuerdos. Además, también, co- tor, aunque el planteamiento parece que se diri-
mo sustrato, hallamos reminiscencias intertex- ge a una pareja, no es tiempo vivido, no es poe-

63 67
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 29. -.Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 24.
64 68
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 98 -. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 91.
65 69
-. Íbidem -. Vid nota 5.
66 70
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 23 -. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 81.

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EL CONCEPTISMO, EL TIEMPO Y LA OTREDAD
COMO ALMA DE CREACIÓN EN ÁNIMA MÍA, DE CARLOS MARZAL

sía, porque no es compartido. De este modo, el 5-. Parte perorativa


tiempo sólo será tiempo, cuando sea de los dos.
Como parte perorativa, para este artículo, só-
En este poema, la disposición formal del tiempo
lo nos queda decir que así, bajo nuestro criterio,
no es relevante, a diferencia de otros:
es como Marzal, con su linterna mágica, alumbra
No sabré, ni siquiera, resarcirte lo conocido y lo desconocido, lo que las palabras
con lo que me resarzo de tu ausencia dicen y lo que las palabras anhelan decir, mien-
la incautación que hacemos del presente. 71 tras el tiempo fluye buscando puntos conver-
gentes y divergentes en un planeta tuyo y, por
Existe otro tipo de Poemas, como por ejem- extensión, mío, donde la disciplina de la creación
plo “Para todo perdón que nos alcance”72, en los literaria logra que, mediante la “aithesis”, vea la
que el poeta expone los planteamientos filosófi- luz “lo adentro del cantao” para reencontrarnos
cos de la vida como una forma de dar perdón, en en una catarsis que irremediablemente nos has
el que nuevamente convergen los ejes del tiem- de arrastrar a cuestionarnos los cimientos del
po, para dar la vida con el fin de ser perdonados mundo y su lógica, los límites semánticos de las
y dar la muerte a un mismo tiempo, para ser palabras, así como su insuficiencia y su posibili-
perdonados, si cabe, con las deudas contraídas dad para albergar el universo en sí.
en el pasado. De manera que todo futuro, si pro-
fundizamos, necesariamente ha de ser muerte.

Finalmente, en “Días sin dolor”73, este rapso-


da, con anhelos infinitos y posición terrestre,
habla, nuevamente desde el presente, de la au-
sencia del dolor y del recuerdo del dolor al pre-
sentizarlo, pero sabe que eso ya quedo atrás,
aunque no olvida esa extraña complicidad que
surge entre el dolor y el doliente, como la que
existe entre el poeta y su búsqueda angustiosa MIGUEL ÁNGEL RUBIO SÁNCHEZ
del y por el poema.
ENCARNA FERNÁNDEZ ROBLEDO

71
-. Íbidem
72
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 88.
73
-. Carlos Marzal: Ánima mía…, pág. 45.

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