P AN AU LAU CA
deconstrucción de quién soy y reafirmarme
borrador manifiesto impala
SOMOS IMPALAS, pero también somos
cazadores de la palabra. Así como el hombre
de Panaulauca en la Sierra Central (Junín) se
adaptó a la altura transitando de cazador a
pastor. Nosotros, impalas, domesticados en
poesía desde un ámbito no antes hecho en la
tradición peruana como es el ámbito jurídico,
puesto que también somos hombres de leyes
con la firme convicción de amalgamar el
quehacer jurídico y la justicia poética1. En ese
sentido, adheridos al movimiento Derecho y
Literatura trazamos la defensa de los derechos
fundamentales de la persona, puesto que la
persona y su bienestar son el fin supremo de
la sociedad, por ello, forjamos nuestros versos
al calor de la invención de lo humano.
Verástigui, poeta mayor a quién tuve el
chance de conocer en la séptima FELIZH, da
un alcance sobre lo que es poesía: ”La poesía
es, por tanto, abstraerse de un momento y
encontrar el sentido a ese momento, y
encontrar el sentido de plenitud de la
existencia, en ese momento”. Para mi, la
poesía es sobrevivencia, pero sobrevivencia
en el sentido de aferrarme a este
conocimiento alto con el propósito de
encontrar mi voz dentro de las distintas voces
que pueblan el espectro de la poesía
peruana, para ello, conocer la cronología y su
desarrollo histórico es fundamental en
contravención al facilismo de reproducir lo
hecho; por el contrario reinventarme en mis
textos. PRIMERO, desde una valoración de
mis influencias producto de mis lecturas
consolidando objetivos en los principios de
libertad y confraternidad con los impalas.
1
Libro escrito por Martha Nuusbaum y publicada en 1995, por Beacon
Prees. El propósito del libro es describir ese ingrediente del discurso
público cuya ausencia Whitman notaba en su época.
SEGUNDO, rescatando mi identidad desde la
como hombre de letras, puesto que mi poesía
nace de mis experiencias adoptando un halo
confesional y usa como máxima La filosofía de
la composición de Poe. En ese sentido mi
poética busca exorcizar mis demonios libre de
todo prejuicio moral con el sentido de
alcanzar un grado estético inherente a mi voz,
a mi personalidad, pero con la visión de un
profeta y, en mis visiones buscar; música,
imágenes y la reflexión para armar bombas de
relojería que exploten en el rostro del lector,
teniendo como fin descongelar la indiferencia.
Quiero lograr lo que menciona Shklovsky: “La
finalidad del arte es dar una sensación del
objeto como visión y no como
reconocimiento”. TERCERO, desligarme de la
retórica, el egocentrismo y condensar la
magia de mi poética volviendo a la tradición
de los aedas, donde la oralidad potenciará
mis poemas como se advierte en Muchachos
desnudos bajo el arcoíris de fuego volumen
colectivo, donde; Bolaño, Montané, Santiago
y otros ochos poetas, mencionan: “Este libro
debe leerse / de frente y de perfil / que los
lectores parezcan platillos voladores”.
De Canto caníbal: Canto I
Volvamos a los clásicos
al vino
a las noches de luna llena
Volvamos a las musas
a sus besos
al desorden de los sentidos
Volvamos en una nave
hacia Ítaca
y asesinemos a los sátiros
de Penélope
Volvamos a Homero
a la poesía
pero volvamos...
En ese sentido. Ser Poeta es, alimentar tu
alma con experiencias de vida arriesgando tu
propia vida, por que lo vale y si realmente lo
sientes, no importa, hambre, calor o frío que
azote tu cuerpo; el Poeta no busca llegar a
buen puerto, busca el viaje interminable. Ser
Poeta es, ser valiente, ir a cazar dragones y
monstruos marinos armado solo con tu aliento
y rescatar a la Musa con la consciencia
alterada o lucida, pero volver con ella, hacer
el amor con ella, discutir con ella, por que no
entiendes su magia y tratas de descifrar su
belleza en otras bellezas. Hablo de cosas no
sutiles como el aletear de una mariposa bajo
el ojo de la tormenta o, el romper de las olas
en el mar de los deseos. Hedonismo puede
ser mi apellido o, la única bala en el tambor
de mi Smith & Wesson para jugar la ruleta
rusa y antes de jalar del gatillo, redimirme en
los preceptos de Séneca, por tanto, ser Poeta
es, quebrarse en lágrimas en un charco de
mierda buscando su reflejo y perderse,
perderse, perderse para encontrarse en el
canto a las estrellas y el universo.
De Canto caníbal: Canto XX
La Musa baila en el desierto
sus pasos
conspiran tormentas
sus pasos
agrietan las capsulas del reloj
princesa suicida
reina asesina
La Musa lee el tarot
arcanos galopando
constelaciones
agujero de gusano
naciendo en la tumba lunar
agujero de gusano
muriendo en el santo grial
La Musa es mil oficios
es porno star
psicoanalista
fotógrafa de guerra
es el gran angular de un soldado caído
es la herida de esquirla
es sangre muerta
La Musa viste sedas rojas
las ropas oscuras enlutan
su primavera
rosas y tulipanes
tulipanes y lluvias estivales
gota a gota
enraíza tus ideas
La Musa condición de migrante
sin pasaporte
sin sellos
sin viajes ni escalas
aterriza en las cuentas de banco
aterriza en las sesiones de quimioterapia
aterriza en el adiós de los amantes
La Musa vive al otro lado del mundo
no contesta el correo
no responde las llamadas
solo se deja besar
cuando tiene ganas de oír
poesía.
Para finalizar, respondo a la pregunta; escribo
poesía buscando reconciliarme con las
injusticias de mi vida, aunque no me lo crea
del todo, sin embargo, escribo poesía por que
tiempo atrás surgió del desamor y fue la única
forma de hacerle frente a ese sentimiento
romántico, mismo Bécquer en sus Rimas, pero
luego llegaron Espronceda con su “Reo de
muerte”, Neruda con “Farewell” y Bolaño
envenenando mis días con “Los perros
románticos”. Acondicionado a su narrativa, a
su prosa solventada desde sus muchas
lecturas de poesía y, en su forma de vivir
poéticamente busqué mi destino renegando
de ser un flojo estudiante de Derecho al
punto de tirar la toalla y pasar los días
leyendo y escribiendo mi primera novela
policial, luego me empleé como librero para
seguir leyendo gratis en Ibero, Crisol y mi
última aventura Gaceta Jurídica, pero ahí
estaban los amigos poetas y mi poesía, sin
técnica, sin herramientas, sin lecturas. Escribía
por el gusto de no perder la costumbre,
quizás emulando al tío Hank (Bukowski),
poesía que releída al día de hoy, me
avergüenza y me reta a mejorar, por eso hoy
vuelvo a buscar a la Musa y despojarla de sus
ropas y una vez desnuda susurrar en su oído
mis cantos. Quiero escribir 1,001 cantos y
luego cribar para al menos obtener 100
cantos bajo el título de Canto caníbal. En ese
mismo sentido, escribo poesía, por que es el
camino correcto para mejorar mi prosa, pero
al margen de ello, es un sentimiento y una
necesidad que va creciendo día a día.
Referencias
Herralde, Jorge (2006). Para Roberto Bolaño. Lima: Estruendomudo.
Sutherland, Jhon (2011). 50 cosas que hay que saber de literatura.
Barcelona: Ariel
Verástegui, Enrique (2015). El análisis de la poesía. Lima: Bracamoros.