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ANÁLISIS DE LA EQUIDAD DE GÉNERO EN LAS ACTIVIDADES

ACADÉMICAS EN VENEZUELA

La igualdad de género es esencial para crear una sociedad más justa, inclusiva y
próspera, los avances en estos temas cumplen un papel importante para el logro
de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que buscan solucionar problemas
como la explotación de recursos naturales, la pobreza y la desigualdad. No puede
existir el desarrollo sostenible si no se afrontan los obstáculos tangibles e
intangibles que impiden que la mitad de la población progrese.

En el año 2020 se publicó un estudio de las Dra. Daissy Marcano centrando su


foco en el análisis de género en los centros de generación de conocimientos en
Venezuela: las universidades. Dicho estudio se sustentó en un cuidadoso y
riguroso análisis cuantitativo de la presencia de las mujeres en el ámbito
universitario, analizado desde varios puntos de vista. Los principales
descubrimientos del estudio demostraron evidentes avances por parte de las
mujeres en las actividades académicas ya que en seis de las diez universidades
analizadas, el número de profesoras es mayor o igual al de sus pares varones.

Aunque las mujeres siguen ascendiendo en mayor número que los hombres a la
categoría de titular aún existe un obstáculo conocido como "techo de cristal" que
se refiere al conjunto de normas no escritas al interior de las organizaciones que
dificulta a las mujeres tener acceso a los puestos de alta dirección. Se cita que
desde la creación del Ministerio del Poder Popular de Educación Universitaria en
2002, solo una mujer ha sido ministra, y hasta el año 2018, solo el 20% de los
rectorados han sido ocupados por mujeres. A pesar de esto, se plantea que la
meta de tener más mujeres en altos puestos de gestión universitaria se puede
lograr en la actualidad.

Si recorremos a las historia de Venezuela para conocer la participación y


representación de la mujer en las actividades académicas a finales del siglo XIX y
principios del siglo XX se sabe que debido a los valores culturales predominantes
en la época, que no consideraban apropiado que las mujeres estudiaran y se
dedicaran a actividades intelectuales, ya que se esperaba que cumplieran un rol
tradicional de esposas y madres. el bajo nivel de educación en general en el país
hacía que fuera difícil para las mujeres acceder a instituciones educativas.

Evidencia documental solo los varones de familias urbanas y adineradas tenían el


privilegio de cursar estudios universitarios. Esto significa que la educación superior
estaba reservada para una élite privilegiada, lo que limitaba aún más las
oportunidades de las mujeres.

En la actualidad hay cincuenta y tres (53) universidades nacionales y veintiséis


(26) universidades de gestión privada para un total de setenta y nueve (79)
universidades en todo el territorio nacional. En las 79 instituciones universitarias,
solo el 20,3 % de las mujeres ocupa actualmente el cargo de rectora. Con
excepción de las cinco universidades no experimentales donde hay tres mujeres
rectoras, el IPG del resto está muy por debajo de 1, lo cual refleja la baja
presencia de mujeres en este cargo

Vale la pena mencionar que la presencia de mujeres en los cargos de alta


dirección universitaria ha sido casi nula en las cinco universidades no
experimentales en toda su historia. En la tabla 2 se presenta a modo de ejemplo
cómo ha sido la presencia de mujeres en la dirección de las cinco universidades
más antiguas de Venezuela desde su creación. En esas universidades ha habido
227 rectores y solo seis han sido mujeres (2,6 %), tres de las cuales están
ejerciendo el cargo en la actualidad (Universidad Central de Venezuela,
Universidad de Carabobo y Universidad de Oriente).

No hay una excepción clara número de mujeres en la universidad y centros de


investigación, al menos en la región latinoamericana, especialmente en
Venezuela, reconociendo que se han logrado avances significativos en términos
de integración inserción de la mujer en el mercado laboral y en la actividad
académica. Pero aunque las mujeres logran el porcentaje de titulados
universitarios es superior a los hombres siguen estando infrarrepresentados en
algunos campos del conocimiento, sectores institucionales y altos cargos
Jerárquicos en los campos académicos y científico La igualdad en la academia
venezolana enfrenta grandes desafíos.

A pesar de los avances en el acceso de hombres y mujeres a la educación,


persisten las desigualdades en oportunidades y resultados. En términos de acceso
a la educación superior, las mujeres venezolanas están sobrerrepresentadas en la
educación superior que los hombres. Según el Instituto Nacional de Estadística de
Venezuela, las mujeres constituían el 58% de los estudiantes universitarios en
2019.

Sin embargo, a pesar de una mayor representación, aún existe desigualdad en los
campos de estudio elegidos por hombres y mujeres. Las mujeres tienden a
especializarse en carreras relacionadas con las ciencias sociales, humanidades y
ciencias de la salud, mientras que los hombres tienen más probabilidades de
trabajar en campos como la ingeniería y las ciencias exactas.

Estas diferencias en la elección de carreras pueden estar influenciadas por


estereotipos de género profundamente arraigados en la sociedad venezolana que
asignan roles tradicionales a hombres y mujeres. Además, la falta de modelos
femeninos a seguir en ciencia y tecnología puede contribuir a la falta de
motivación de las mujeres para ingresar a estos campos.

También existen disparidades de género en la participación en actividades


académicas extracurriculares como conferencias, seminarios y grupos de
investigación. Las mujeres suelen estar representadas en estos campos, lo que
limita sus oportunidades de desarrollo académico y profesional.

Además, se debe enfatizar que las mujeres se ven afectadas de manera


desproporcionada por la situación socioeconómica y la crisis económica en
Venezuela, lo que puede afectar negativamente su acceso y acceso a largo plazo
a la educación superior. En conclusión, aunque las mujeres venezolanas tienen un
mayor acceso a la educación superior, persisten las desigualdades en la elección
de carrera y la participación en actividades académicas fuera de la escuela. Deben
abordarse los estereotipos de género arraigados en la sociedad y debe
promoverse la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres en el mundo
académico.

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