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Nov,2022

Las insolencias de Sigmund


Freud

Lic.Christian Jacobo Armando


Jiménez Valverde

Modulo1: Persona Humana.


Las insolencias de Sigmund Freud

¿Y si el hombre fuese una fuente de pulsiones?


En este apartado Sigmund Freud postula que “En el hombre civilizado se produce una
continua lucha entre naturaleza y cultura”. Por ejemplo menciona que “el hombre lucha
entre sus tendencias innatas que van dirigidas a la satisfacción mediante el placer, al
dominio y a la agresividad”. Mientras que al mismo tiempo estos deseos se ven
reprimidos gracias a “las exigencias de la cultura, que prohíbe la satisfacción directa
de esas tendencias”.

¿Será verdad que nos regimos de esta manera?


Para tratar de responder a esta pregunta, es necesario conocer la segunda Tópica de
Freud en donde habla de las Instancias psíquicas (ello, yo y superyó). Pues al momento
en el que el indica que nos regimos bajo nuestras pulsiones naturales, entiendo que se
refiere a que el sujeto está siendo gobernado por el ello. De acuerdo a Freud, “el ello
es totalmente inconsciente y está dominado por el principio de placer. Sus impulsos
más radicales son de dos tipos: eróticos (instinto de la vida y del cuidado) y tanáticos
(instinto de la muerte y de la agresividad)”. En cuanto a la cultura vista como
prohibición de la satisfacción directa del sujeto, entiendo que actúa otra instancia
psíquica que es el superyó o también conocida como el ideal del yo. Freud señala que
el superyó, “es propiamente inconsciente y se refiere a la asimilación de las normas de
la sociedad en la cual se encuentra inmersa la persona desde la infancia. Es la sede de
la conciencia ética y social. El superyó censura y castiga los impulsos o actos innobles
y aprueba los nobles”.

Con lo anterior, comprendo claramente cómo es que podemos observar que un


sujeto con poca cultura, puede llegar a tener un comportamiento desadaptativo en
nuestra sociedad, si es que este se conduce únicamente bajo las demandas del ello. Por
esta razón es importante destacar la importancia que tiene otra instancia psíquica
dentro de la psique del sujeto, me refiero al yo. De acuerdo a Freud, “el yo es la
estructura racional de la psique humana. Casi totalmente consciente, equivale a la
persona como sujeto de conocimientos, de afectos y de actitudes en contacto con el
mundo externo. En el yo domina el principio de realidad y el esfuerzo por adaptarse al
mundo real y a las normas ético-sociales”.

Con esto último enfatizo, la importancia de tener un yo sano y fortalecido para


poder inhibir los deseos destructivos y eróticos que provienen del ello; así como saber
filtrar sanamente aquellos imperativos, preceptos y normas que provienen de la
sociedad y que fueron instaurados en el superyó. Por otro lado, también pienso que en
este postulado no se habla de la madurez cerebral del sujeto. Por ejemplo, en mi
adolescencia llegue a tener algunas conductas de riesgo, pero si nos basamos
únicamente a Freud la respuesta la encontraríamos en el ello y sus pulsiones. Sin
embargo, gracias a las neurociencias, hoy se sabe que en la adolescencia actuamos más
por el arrebato de las emociones, debido a que ya tenemos desarrollado el sistema
límbico. .
Por lo tanto en esa etapa de la vida la estructura del yo, está debilitado y carece de
una buena racionalidad. Así que el yo se fortalecerá una vez que se termine de
desarrollar en el individuo la corteza prefrontal del cerebro, que es responsable de la
toma de decisiones

¿Y si la religión fuese pura represión?


En este apartado Freud resalta la función represiva de la religión, bajo una serie de
normas prohibitivas , castigos y algunos rituales meticulosos. Me llama la atención
como es que Freud llega a vincular la neurosis obsesiva con algo parecido a la vivencia
del hombre religioso. Es aquí en donde la lectura me hizo recordar cuando en mi
infancia mis padres y yo visitábamos a mis abuelos tanto maternos como paternos.
Explico brevemente… Mis abuelos maternos eran muy católicos, no hacían fiestas
familiares, no salían de vacaciones, y en su casa estaba prohibido que los niños
jugáramos con alguna pelota, salir a jugar a la calle, correr, gritar o hacer algún tipo
de ruido. En la hora de la comida no podíamos ingerir ningún alimento, sin antes hacer
una oración. Y era muy común escuchar comentarios como ¡Dios te está viendo y te va
a castigar si no obedeces!. Mientras que por el lado de mis abuelos paternos que no
predicaban alguna religión, eran más abiertos en pensamiento y no se tenían todas esas
restricciones con los niños.

También me hace sentido la parte en la que Freud desarrolla que la religión, “es la
respuesta suprema a la dureza de la vida que el hombre encuentra en su cultura”. Por
ejemplo, es muy sabido que muchas personas que se encuentran viviendo, o pasaron por
una situación adversa como; un desastre natural, alguna enfermedad terminal, un
accidentegrave, la muerte de un ser querido, recurren a la religión. En esto Freud
señala que “el hombre es un ser necesitado de consuelo y que ante la dureza de la vida,
responde el consuelo de la religión”. Desde mi experiencia, no me considero una
persona muy religiosa, pero sí espiritual. Sin embargo, recuerdo que hace cinco años
cuando recibí el diagnóstico de Glaucoma y posteriormente haber perdido la vista. Una
de mis reacciones, así como la de mis familiares fue recurrir a la religión católica y
cristiana, buscando alguna sanación por medio de un milagro divino. Ese milagro no
llegó como hubiese querido, pero por medio de la fe encontré una fortaleza espiritual
que me ayudó a ir incorporando ladiscapacidad a mi vida. Que de acuerdo a Elisabeth
Kübler Ross y sus etapas del duelo, se podría decir que por medio de la religión es que
pude llegar a la aceptación. Y de acuerdo a Sigmund Freud, se diría que encontré en la
religión un consuelo ante la dureza de la vida, “porque el hombre es un ser lábil que se
hunde y necesita empuje para seguir luchando”.

¿Y si Dios Padre fuese una proyección de la conciencia infantil?


En esta parte de la lectura Freud postula que “los dioses de los hombres, ídolos del
deseo, son como la figura agrandada de un padre que amenaza, que prohíbe, que da
leyes a los hombres, que instituye el orden de las cosas y de las ciudades, que
compensa y consuela, que reconcilia al hombre con la severidad de la vida”. De
acuerdo a la educación que recibí en la infancia, coincido en parte con lo que
argumenta Freud. Sin embargo, desde una mirada psicoanalítica todo lo que se puede
revisar en este capítulo, no se puede considerar como una verdad absoluta, ya que en
nuestra época las ciencias han ido evolucionando y enriqueciéndose constantemente de
un mayor conocimiento. Finalizo resaltando la importancia del psicoanálisis y sus
aportes que hizo Sigmund Freud a la ciencia y a nuestra cultura.

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