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Deméter

Para otros usos de este término, véase Deméter (desambiguación).

Deméter.

Deméter1 o Demetra2 (en griego antiguo Δημήτηρ o Δημητρα, ‘diosa madre’ o quizás
‘madre distribuidora’, quizá del sustantivo indoeuropeo *dheghom *mater) es la diosa griega
de la agricultura, nutricia pura de la tierra verde y joven, ciclo vivificador de la vida y la
muerte, y protectora del matrimonio y la ley sagrada. Se la venera como la «portadora de
las estaciones» en un himno homérico, un sutil signo de que era adorada mucho antes de la
llegada de los olímpicos. El himno homérico a Deméter ha sido datado sobre el siglo
VII a. C.3 Junto a su hija Perséfone eran los personajes centrales de los misterios eleusinos
que también precedieron al panteón olímpico.

En la mitología romana se asociaba a Deméter con Ceres. Cuando se le dio a Deméter una
genealogía, se dijo que era hija de los titanes Crono y Rea (ambos hijos de Gea y Urano), y
por tanto hermana mayor de Zeus. A sus sacerdotisas se les daba el título de Melisas.

Es fácil confundir a Deméter con Gea, su abuela, y con Rea, su madre, o Cibeles. Los
epítetos de la diosa revelan lo amplio de sus funciones en la vida griega. Deméter y Core
(‘la doncella’) solían ser invocadas como to theo (‘las dos diosas’), y así aparecen en las
inscripciones en lineal B del Pilos micénico en tiempos pre-helénicos. Es bastante probable
que existiese una relación con los cultos a diosas de la Creta minoica.

Según el retórico ateniense Isócrates, los mayores dones que Deméter daba a los atenienses
eran el grano, que hacía al hombre diferente de los animales salvajes, y los misterios
eleusinos, que le daban mayores esperanzas en esta vida y en la otra.4

Deméter y Poseidón
Los nombres de Deméter y Poseidón están relacionados en las primeras inscripciones en
lineal B halladas en Pilos, donde aparecen como PO-SE-DA-WO-NE y DA-MA-TE en el
contexto sagrado de echar a suertes. El elemento «DA» que aparece en ambos nombres está
aparentemente conectado con una raíz protoindoeuropea relacionada con la distribución de
tierras y honores (compárese con el latín dare, ‘dar’). Poseidón (cuyo nombre parece
significar ‘consorte de la distribuidora’) persiguió una vez a Deméter, en su forma original
de diosa-yegua. Ella se resistió a Poseidón, pero no pudo ocultar su origen divino entre los
caballos del rey Oncos. Poseidón se transformó en semental y la cubrió. Deméter se puso
literalmente furiosa (Deméter Erinia) por este asalto, pero lavó su ira en el río Ladón
(Deméter Lusia). Le dio a Poseidón una hija Despena, pero que cuyo nombre no podía ser
pronunciado fuera de los misterios eleusinos, y un corcel de negras crines llamado Arión.
En Arcadia se había adorado históricamente a Deméter como una deidad con cabeza de
caballo:

La segunda montaña, el monte Elaios, está a unos 30 estadios de Figalea y tiene una cueva
consagrada a Deméter Melania [‘Negra’]... los figaleos dicen que aprovecharon la cueva
consagrada a Deméter y pusieron una imagen de madera en ella. La imagen fue tallada de
la siguiente forma: estaba sentada en una roca y era como una mujer en todo salvo en la
cabeza. Tenía la cabeza y el pelo de un caballo, y serpientes y otras bestias crecían de ella.
Su quitón le llegaba justo hasta los pies, y sostenía un delfín en una mano y una paloma en
la otra. Por qué hicieron el xoanon de esta forma debería estar claro para cualquier hombre
inteligente versado en la tradición. Dicen que la llamaron Negra porque la diosa llevaba
ropas negras. Sin embargo, no pueden recordar quién hizo este xoanon o cómo ardió, pero
cuando quedó destruido los figaleos no le dieron una nueva imagen a la diosa y
desatendieron largamente sus fiestas y sacrificios, hasta que finalmente la esterilidad cayó
sobre el país.

Descripción de Grecia, VIII, 42.17

Relación de Deméter con Perséfone


Ceres (Deméter), alegoría de Agosto: detalle de un fresco de Cosimo Tura, Palazzo
Schifanoia, Ferrara, 1469-70.

El mito fundamental de Deméter, que constituye el corazón de los misterios eleusinos, es su


relación con Perséfone, su hija, y ella misma de joven. En el panteón olímpico, Perséfone
era hija de Zeus y consorte de Hades (Plutón para los romanos, dios de la riqueza del
inframundo). Perséfone se convirtió en diosa del inframundo cuando Hades la secuestró en
la tierra y la llevó con él. Perséfone había estado jugando con algunas ninfas (o Leucipe) a
quienes Deméter convirtió en sirenas como castigo por no haber intervenido. La vida se
paralizó mientras la deprimida Deméter (diosa de la tierra) buscaba a su hija perdida
(descansando en la piedra Agelasta). Finalmente, Zeus no pudo aguantar más la agonía de
la tierra y obligó a Hades a devolver a Perséfone enviando a Hermes para rescatarla. Pero
antes de liberarla, Hades la engañó para que comiese seis semillas de granada, lo que la
obligaba a volver seis meses cada año. Cuando Deméter y su hija estaban juntas, la tierra
florecía de vegetación. Pero durante seis meses al año, cuando Perséfone volvía al
inframundo, la tierra se convertía de nuevo en un erial estéril.

Estos seis meses son los de verano, pues en Grecia es cuando toda la vegetación muere por
el calor y la falta de lluvia. Por el contrario, el invierno traía abundantes lluvias y
temperaturas suaves, floreciendo la vida vegetal. Fue durante su viaje para rescatar a
Perséfone del inframundo cuando Deméter reveló los misterios eleusinos. En una versión
alternativa, Hécate rescató a Perséfone. En otras versiones Perséfone no era engañada para
comer las semillas de granada sino que decidía comerlas por sí mismas. Algunas versiones
afirman que comió cuatro semillas en lugar de seis. En cualquier caso, el resultado final es
la ocurrencia del verano, la primavera, el otoño y el invierno.
Estancia de Deméter en Eleusis

Relieve votivo de Deméter y Perséfone (Coré) celebrando los misterios eleusinos cuando la
primera entrega a Triptólemo gavillas de trigo para que enseñe la agricultura a la
humanidad. Museo Arqueológico Nacional de Atenas.

Mientras Deméter buscaba a su hija Perséfone, habiendo tomado la forma de una mujer
anciana llamada Doso, recibió la hospitalaria bienvenida de Céleo, el rey de Eleusis en
Ática (y también de Fítalo). Céleo le pidió que cuidase de Demofonte y Triptólemo, los
hijos que había tenido con Metanira.

Como regalo a Céleo por su hospitalidad, Deméter planeó convertir a Demofonte en un


dios, cubriéndolo y ungiéndolo con ambrosía, respirando suavemente sobre él mientras lo
sostenía entre sus brazos y su pecho, y haciéndolo inmortal quemándolo sobre carbones al
rojo vivo en la chimenea del hogar familiar cada noche, a espaldas de sus padres.

Deméter no pudo completar el ritual porque Metanira sorprendió una noche a su hijo en el
fuego y chilló asustada, lo que enfureció a Deméter, quien lamentó que los mortales no
entendiesen el concepto y el ritual.

En lugar de hacer inmortal a Demofonte, Deméter decidió enseñar a Triptólemo el arte de


la agricultura y, a través de él, el resto de Grecia aprendió a plantar y segar cultivos.
Triptólemo cruzó el país volando en un carro alado mientras Deméter y Perséfone cuidaban
de él, ayudándolo a completar su misión de educar a Grecia entera en el arte de la
agricultura.

Más t

arde, Triptólemo enseñó a Linco, rey de Escitia, el cultivo del trigo, pero Linco rehusó
enseñarlas a sus súbditos, y trató de matar a Triptólemo. Deméter lo transformó en lince.
Algunos investigadores creen que la historia de Demofonte está basada en una leyenda
popular prototípica anterior.18

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