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Sin embargo, la economía de Brasil ha experimentado una lenta pero continua

recuperación en los últimos años. En 2022, se estima que el PIB creció un 2,8%,
impulsado principalmente por el consumo de los hogares, la inversión privada y las
exportaciones. Se espera que la mayor economía de Sudamérica crezca a un ritmo más
lento en los próximos años, y el FMI prevé un crecimiento del PIB del 1% en 2023 y del
1,9% en 2024.
En 2022, la tasa de inflación alcanzó un 9,4%, con lo que superó el objetivo del Banco
Central del 3,5% y su margen de tolerancia del 5%, y los salarios no han seguido la
misma tendencia. Sin embargo, se espera que la inflación disminuya al 4,7% en 2023 y al
3,9% en 2024. La tasa de inflación relativamente alta y el endurecimiento de las
condiciones de crédito debilitaron el consumo de los hogares en 2022. El gobierno
brasileño asegura que lo peor para la economía ya quedó atrás. En 2022, la deuda del
gobierno bajó al 88,2%, y se espera que se mantenga estable durante los próximos dos
años en el 88,9% en 2023 y en el 90,6% en 2024
La tasa de desempleo en Brasil bajó en 2022, y alcanzó un esperado 9,8%, en un
contexto de recuperación posterior a la pandemia. Sin embargo, el gobierno considera
que las cifras reales son mucho más elevadas, como muestra una encuesta oficial sobre
el desempleo, en la que se señala que alrededor de 32 millones de personas está
subempleadas, lo que significa que no trabajan o que trabajan menos de lo que podrían.

El país también atrae a muchos grupos multinacionales en las industrias de alimentos y


biocombustibles. No obstante, aunque la agricultura representa el 40,1% de las
exportaciones, contribuye relativamente poco al PIB (6,9%) y solo emplea al 9,1% de la
población. Además, en 2022 el país sufrió una sequía, que afectó las cosechas de los
principales productos, como el maíz, la soja y el azúcar.
Brasil también es una gran potencia industrial, y se ha beneficiado enormemente de su
riqueza en minerales. 
Según un informe publicado en julio de este año por el Centro de Estudios Económicos
Fundación Getúlio Vargas (FGV), en los primeros años del Gobierno de Bolsonaro (2019 -
2021) hubo 9,6 millones de "nuevos pobres”.

La tasa de desempleo en septiembre de 2022 se ubicó en 8,7%, lo que Bolsonaro


calificó como “la mayor caída del desempleo en comparación con otros 40
países". 

"La pobreza nunca ha sido más alta en Brasil que en 2021, desde el comienzo de
la serie histórica en 2012, haciendo una década perdida", dijo Marcelo Neri,
director de FGV Social.

Desde que Bolsonaro asumió el cargo en enero de 2019, su Administración ha


realizado un cúmulo de cambios que se reflejan en los informes estadísticos del
país; sin embargo, analistas opinan que algunos de esos reportes son
contradictorios, pues mientras la inflación, los costos de la energía y el desempleo
están bajando, los mismos datos están por las nubes para el resto del mundo.

Jair Bolsonaro recibió al país con una inflación anual de 11,6%, y aunque en el
transcurso de su mandato la tasa alcanzó el 13,2%, actualmente ostenta una
inflación del 7,17%, una de las más bajas de la región. 

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