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Se puede decir, con una finalidad descriptiva, que la cavidad abdominal se divide
visualmente en cuatro cuadrantes. Dos líneas perpendiculares imaginarias que se cruzan a
la altura del ombligo dividen el abdomen en los cuadrantes superior derecho e inferior
derecho y los cuadrantes superior izquierdo e inferior izquierdo.
Otro método de descripción consiste en dividir el abdomen en nueve zonas: epigastrio,
mesogastrio, hipogastrio, hipocondrios derecho e izquierdo, flancos derecho e izquierdo y
fosas ilíacas derecha e izquierda. Se trazan dos líneas verticales imaginarias, que son
prolongaciones de las
líneas mesoclaviculares,
hasta la parte media de los
ligamentos inguinales.
Estas líneas forman el
borde externo de los
músculos rectos del
abdomen. Se trazan dos
líneas horizontales
paralelas en ángulos rectos con las dos primeras líneas: una pasa por los bordes costales y la
otra por las espinas ilíacas anterosuperiores.
La pared posterior del abdomen se divide
mediante una línea vertical media, que une las
apófisis espinosas vertebrales, y dos verticales
laterales, que van del tercio posterior de la cresta ilíaca correspondiente a las 12vas costillas.
Las regiones adyacentes a la línea media, se denominan lumbares internas (o renales) y las
más extensas, lumbares externas (o lumbo-abdominales), que se confunden con los flancos
respectivos.
Estas zonas topográficas sirven para la comunicación y, en cada una de ellas, se ubican
determinados órganos intraabdominales (siempre que no haya desplazamientos viscerales).
El examen del abdomen comprende los cuatro tiempos de todo examen físico, a lo que se
agrega el examen anal y el tacto rectal, destinado a examinar la ampolla rectal y el
peritoneo
pélvico. Durante el examen Derecho Izquierdo
el esófago, la presencia de una lesión obstructiva puede producir disfagia, o dificultad para
la deglución. El reflujo gastroesofágico puede ocasionar pirosis. Cuando el alimento entra
parcialmente digerido en el estómago, éste se relaja. La falta de relajación puede dar lugar a
saciedad precoz o dolor. El estómago funciona como un reservorio de alimentos, secreta
jugo gástrico y estimula la actividad peristáltica con su pared muscular. La mucosa del
estómago produce diariamente entre 2 y 3 litros de jugo gástrico que afecta a la digestión de
las proteínas. Se denomina quimo el material semilíquido y cremoso que resulta de la
digestión gástrica de los alimentos. La secreción de jugo gástrico puede generar dolor
cuando existe una úlcera gástrica. El vaciamiento intermitente del estómago se produce
cuando la presión intragástrica supera la resistencia del esfínter pilórico. La evacuación
gástrica termina normalmente cuando han transcurrido unas 6 horas desde la comida, y todo
lo que la obstruya puede producir vómito.
La entrada del quimo del estómago en el duodeno estimula la secreción de enzimas
pancreáticas y la contracción de la vesícula biliar. El flujo de jugo pancreático es máximo
unas 2 horas después de una comida; la secreción diaria es de 1 a 2 litros. Las tres enzimas
del quimo, lipasa, amilasa y tripsina, intervienen en la digestión de los lípidos, los
almidones y las proteínas, respectivamente. En los casos de insuficiencia pancreática las
heces están pálidas y voluminosas, y tienen un olor que es más desagradable de lo normal.
El quimo y el efecto neutralizador de estas enzimas disminuyen la acidez del contenido
duodenal y alivian el dolor producido por la úlcera péptica duodenal. En esta fase del ciclo
digestivo se agrava el dolor producido por una vesícula con inflamación aguda o por una
pancreatitis.
El alimento digerido sigue su curso por el intestino delgado, en el cual siguen teniendo
lugar la digestión y la absorción. Cuando no hay producción de bilis o bien cuando la
vesícula biliar no la libera, disminuye la digestión y la absorción de los lípidos, lo que
produce diarrea. El tipo de alimentación del paciente o una predisposición hereditaria
pueden dar lugar a la formación de cálculos biliares.
El hígado sintetiza bilis, detoxifica los productos secundarios de la digestión de los
alimentos y metaboliza proteínas, lípidos y carbohidratos. La secreción diaria de bilis es de
alrededor de 1 litro, y cuando la función hepática no es normal puede sobrevenir ictericia,
ascitis y coma.
El yeyuno y el íleon continúan con la digestión y la absorción de los nutrientes. En el íleon
se absorben los ácidos biliares y la vitamina B12. El color oscuro de las heces está causado
por la presencia de la estercobilina, un metabolito de la bilirrubina que se secreta en la bilis.
Si la bilis no fluye hacia el intestino delgado, las heces adquieren un color pardo pálido a
grisáceo y se denominan acólicas o carentes de bilis.
El colon absorbe gran parte del agua y los electrólitos remanentes del quimo. Casi 600 ml
de
líquido entran diariamente en el colon, y tan sólo se excretan 200 ml de agua al día en las
heces. Una función anómala del colon provoca diarrea o estreñimiento. Los sacos
aneurismáticos de la mucosa del colon pueden causar hemorragia; si se infectan aparece
dolor. La obstrucción del colon produce un dolor intenso. Los tumores pueden ser causa de
obstrucción o de hemorragia.