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SEMINARIO TEOLÓGICO BAUTISTA

ASIGNATURA FILOSOFÍA MODERNA


PROFESOR CRISTIÁN CABRERA A.
ESTUDIANTE ÁLVARO CAMPOS PINTO
FECHA 12 JULIO2022

TAREA 3 – DESCARTES
Descartes ya había hablado respecto a la duda metódica, el método para acercarnos
a conocer algo que es verdadero. Él mismo indica “de manera que me hacía falta intentar
seriamente una vez en mi vida deshacerme de todas las opiniones a las que hasta entonces
había dado crédito, y comenzar todo de nuevo desde sus fundamentos, si quería establecer
algo firme y constante”. Para Descartes, todo conocimiento verdadero y seguro que él había
adquirido había sido por medio de los sentidos, pero también afirma “ahora bien, algunas
veces he comprobado que esos sentidos eran engañadores, y es prudente no fiarse nunca
por completo de quienes hemos sido alguna vez engañados”. Con esto, Descartes ya está
indicando que la sensibilidad, o sea nuestros sentidos, no son un medio fiel para la
generación de conocimiento verdadero, ya que estos nos engañan. Para Descartes, la única
forma del verdadero conocimiento es por medio del pensamiento, la inteligencia, la razón.
De ahí surge su máxima expresión que es cogito, ergo sum (pienso, luego existo). Para
Descartes el hombre es una sustancia pensante e inmaterial, y este conocimiento es
independiente a lo sensible. Esto le lleva a pensar que incluso el cuerpo, o la forma en
como conocemos los cuerpos en general, no son conocidos con los sentidos sino con el
pensamiento. En esto, Descartes señala que podemos dudar de todo, pero de aquello que
podemos estar seguros con plena certeza es el acto de pensar: el acto de pensar es la prueba
de su existencia.
Descartes señalará que estas facultades del ser humano, del espíritu humano, no
pudieron haber surgido de la nada, por lo tanto, señala que debe haber un Dios quien es el
responsable de poner en nosotros estas ideas. Solo Dios tiene el poder de existir por sí
mismo y la idea de la existencia del hombre y la idea de un ser perfecto, tiene que venir de
alguna parte, a lo que Descartes señala que viene de Dios mismo. Esta idea de perfección
no puede ser algo que se agregue o quite, o que pueda ser transmitida por los sentidos. Esta
es, lo que llama Descartes, una idea innata. Como el hombre es un ser finito, no puede
comprender lo infinito, por lo tanto, cualquier idea de alguna substancia infinita debe
provenir de ella misma. Lo que hace aquí Descartes es señalar la existencia de Dios. La
idea de Dios es la más sublime de las ideas verdaderas e innatas, ya que no depende del
pensamiento, sino que es una reproducción de la naturaleza eterna y verdadera. Lo sensible,
señala, nos nubla la mente y no podemos ver con claridad la existencia de Dios. Y aquí es
donde Descartes llega a concluir que sin la certeza de Dios no se puede saber nada, por
ende, la verdad, lo verdadero, depende del conocimiento de Dios.

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