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2. Martin LUTHER KING: LA FUERZA DE AMAR... fica Bice 1. Apuntes biogréficos... 2.1. Humenidad 2.2. Responsabllidad. 2.3, Caridad.. 3. Un motor: Sélo Cristo... BAL Fe 3.2, Esperanza. 3.3, Amor... { |. PRELIMINARES ‘1, PrInciPtos Y OBJETO DE LA ETICA odriamos defini ls ética como una parte de Ia filosofla que se ‘ocupa de los actos morales, pero la complejidad de la reflexisn ética nos fuerza a ser més exigentes, de modo que seguimos a José Luis L. Aranguren en su intento de dibujar el perfil y delimitar progre- sivamente el objeto que le es propio a la ética, frente a otros saberes cercanos. Para este propésito, nada mejor que atender los puntos de partida o principios desde los que iniciar la reflexion. 1. Principio metatisico ‘Antes de preguntamos por lo bueno y lo malo moral parece 16- gico ocupamos primero del propio hombre, su esencia y naturaleza, "Ck Jos Lis L, Aragon: Eco, Modi Abanza Eira, 183. Pos. 15-130, 5 fica Bea su lugar en el mundo, su fin cltimo. Por eso tradicionalmente se ha asignado a la Metafsica et lugar de mayor privilegio, el titulo de “filosofia primera”, y parece necesario, por tanto, estudiar este ° primer principio de la ética para delimitar qué tipo de relacién mantiene con ella, Sin embargo, hay que advertir también que: “toda metafisca, finalmente, se consuma y se deja juzgar por la étca que ella hace posible.” Y aun mast ante el horror del siglo XX simbolizado por Auschwitz algunos filésofos han procurido un principio distinto, haciendo precisamente ala ética como filosofia primera, De la con~ mocién por los exterininios en la Europa del siglo XX, hija de la Tstracién, dan cuenta la teologia y la filosofia de la segunda mitad dal siglo, pero lo hacen también los poetas y la suya es una vox en ‘ocasiones atin més honda.’ Frente al mundo diabslico sintetizado en Auschwitz ya no cabe flosofia ni teologia alguna que no se haga eco de semejante realidad. Bl pensacor de origen judfo Emmanuel Lévi- nas, que perdié a su familia en los campos de exterminio nazis, hizo suyo ese reto procurando edificar toda la reflexidn filossfica desde cl interrogante ético por el semejante, por el oto, en particular por ‘el que sufre, Lévinas enfatiza “la universalidad absoluta de la ética, que consiste en ser responsable de todo y de todas ante todos.” La <ética es para Lévinas a filosofia primera a partir de la cual las demas amas de la metafisica cobran sentido, porque la pregunta primera en el ambito de lo humano ¢s la cuestién de la justcia: desde el mo- * Jean-Lue Marion: Prolegémenos a la carldad. Madeid: Copamds Eaitores, 1998. Pg 46. > Cir Leon Felipe: “Auschwit”. In Oh, este viejo y moto violin * Philippe Nemo: “Para proseguir el dilogo con Lévinas”. In jb y el exceso de ‘mal. Madrid: Capartos Eaitores, 1995, Pg, 170. * Cit, Emmanuel Lévinas: Erica ¢ hifnito. Masrid: Visor, 1991. Pas. 89-96 6 1, Preloninares filosofia occidental que hasta el presente ha hecho en general de la ontologia ka filosofla primera, pero en este punto nos sentimos espe- Galmente cercanos al intento y la sensibilidad de Lévinas. 2. Principio psicolégico 0 antropolégico Oto principio de la Etica resulta de la pregunta por el oxi- gen de Ia moral en el hombre y su relacién con la psicologia. Es preciso definir si la moral le viene al hombre “desde fuera” 0 por el contrario la moral es algo constitutivamente humano que hhunde sus raices en la psicologia, en la antropologia. Frente al sociologismo que apuesta por lo primero, afirmamos més bien lo segundo: aunque la ética no puede reducirse a psicologia brota de esta, ya que todo hombre, aun antes de ser bueno o malo, es moral por ser inteligente y libre. 3. Principio genético-hist6rico a Es importante estudiar el principio y desarzollo de la éti propésito de la pregunta por su carieter primario, si es indivi- dual o social. Entendemos que la ética no puede ser reducida a politica 0 sociologia, pero es igualmente cierto que posee una dimensién social: todo fo que hacemos ocurre no en el vacio sino cn una situacién concreta, en una situacién social. Mas atin, de- bemos hablar de co-responsabilidad, de solidaridad ética: todo mo modo que nos Jo que hacemos afecta a los demis, del afecta todo lo que ellos haven. Totalidad e Ininito: Salamanca: Ediciones Sigueme, 1977. Graciano Gonzalez: E. Livins: Imamiemo y Buea, Madrid: Editorial Cincel, 1988. fice Bibi 4. Principio pre-filos6fico Auin antes de identificarnos con uno u otro de los distintos sis- temas éticos, poseemos una cierta actitud ética ante la vida, una , consideracién pre-filoséfica de Ia moral, De ahi nace la distincién clésica entre “ethica docens” 0 filosofia moral claborada, y una “ethica utens” o moral vivida, 5. Principio etimolégico El estudio del sentido etimologico de las palabras “ética” y “moral” nos ayuda en esta tarea de definicién porque rescata su significado original y provee a todos los que se interesen por esta labor de un significado comtin a dichas palabras 5.1. Etica La palabra “ética” procede del griego “éthos”. En su sentido primero y mas antiguo significa “residencia", “lugar donde uno habita’, y se aplicd en la antigtiedad a los lugares donde los animales hallaban alimento y refugio, pero también a los paises de los hombres. El segundo significado del vocablo “éthos", y el més comin desde Aristételes, es ‘modo de ser” 0 “caric- tet"; cardcter, no en cl sentido de “temperamento”, sino como el modo de ser y vivir que cada uno va construyendo a lo largo de su existencia. Nacemos con una “naturaleza primera” pero con nuestro actuar la modificamos y vamos modelando y con- firmando el caracter dia tras dia como una verdadera “naturale za segunda’: “Asi que la ética es sencillamente aquel quehacer que consiste en Ia forja del caricter.”* De esa forja cotidiana © Carlos Diaz: Focabulario de formacion social. Valencia: EDIM ediciones, Arzobispado de Valencia, 1995, Pg. 160. 18 1. Preliminares del cardcter da cuenta In etimologia porque, efectivamente, “ethos” (caricter) deriva de “éthos” (hibito); el “éthos? se ad- quiere mediante ciertos hdbitos. Estos habitos resultan a su ver de la repeticion de actos iguales, aunque al mismo tiempo son el principio intrinseco de los actos. vital caracter-habitos-actos por el que “éthos” es principio de los actos pero también su resultado, fuente y producto a la vez de los actos concretos. establece asi un circule 5.2. Moral En latin, “mos”. Ast, “mores” sirve cn los escritos latinos para roferir~ se a los sentimientos pasajeros y cambiantes, a las costumbres més dependientes de la propia voluntad que los anteriores, y al caricter que muestra Ia personalidad construida a lo largo dc la vida EI significado de “mos" o “mores” como costumbre thos” y “éthos” se expresan con la misma palabra: acabé por imponerse en la historia de la Filosofia y de ahi que a menudo se hable hoy de moral como sinénimo de hil sean virtudes o vicios. Para entender la relacién entre “ética” y 05, “moral” nos bastard la sencilla explicacién que nos ofrece Fer- nando Savater: “Moral! es ef conjunto de comportamientos y normas que ti, yo y algunos de quienes nos rodean solemos aceptar como validos; ‘ética’ es Ia reflexién sobre por qué los consideramos vilidos y la comparacién con otras ‘morales’ que tienen personas diferentes.” > Remand Savater Eea para Amador. Barcelona: Paitorial Ariel, 2006. Pe. 54 edicién, 1991, Para una clarificacin terminoligica sobre “tea” y “moral” més scorde con el vocabularie reciente merece la pena consulta: Jorge J. Ferre y Tuan C. Alvarez: Para findamentar la bios Teorias y paradlgmas tedrics en la insta contempordnea. Bilbao: Deselée de Browser, 2003. Pps. 21-29, 9 fica Bea 6. Objeto material y objeto formal de la Etica Una vez delimitado el objeto de la reflexion ética, podemos ser atin mas precisos y sefalar que la Etica se ocupa de los actos humanos como su objeto material, y de la moralidad de los mis~ mos como su objeto formal El hombre, atin antes de ser moralmente bueno o malo, es moral de forma radical: es estructuralmente moral. A diferencia de los animales el hombre se halla “desajustado”, no esta deter- minado fatalmente por los instintos; en consecuencia aprende a clegir entre distintas opciones y lo hace en base a un particular proyecto vital. Por eso sélo el hombre puede ser calificado mo- ralmente, s6lo el hombre es sujeto ético. Y cardcter moral ten dean, ISgicamente, slo las acciones “humanas”, producto de un acto de voluntad libre y consciente, y ditigidas a un valor dotado de moralided. E] objeto formal de la Brica tiene que ver con el andlisis del caracter, habitos, acciones y actitudes humanas en la pers pectiva de su “dcber ser”, en su significacién especificamente moral. “Dijimos a su tiempo que el objeto material de Ia ética lo constituyen Jos actos, los habitos, la vida en su totalidad unitaria y lo que de ella retenemos apropiindonoslo, a saber, el éthos, carictet 0 personalidad moral. Estudiemos, pues, ahora cada una de estas entidades en su especificacién moral: los ac t05 en cuanto buenos o malos; los habitos en cuanto virtudes © vicios; las formas de vida desde el punto de vista moral y, en fin, lo que a lo largo de la vida hemos querido y logrado 0 malogrado ser y que quedard fijado para siempre en el instante de la muerve.” * José Luis L. Aranguren: Fuca. Op. Cit Pg. 199, ” |. Prelunmares 2. Sistemas ETICOS La historia del pensamiento nos ha legado una amplia diver- sidad de propuestas éticas que resumen el esfuerzo intelectual de reflexionar sobre la moralidad, dar razén de este hecho, funda mentarlo y ofrecer desde esos fundamentos una orientacién para In accidn. Las teorias étieas pueden ser onganizadas para su estudio atendiendo a diversos crterios, que resumimos 2 continuacién” 1. Eticas descriptivas y éticas normativas Las éticas descriptivas no son estrictamente teorias éticas ias sociales (antropolo- sino reflexiones propias de las cie ia, psicologia, sociologia, historia de Ia moral). Se limitan a describir el fenémeno moral sin pretender arientar la can ducta, al modo de la filosofia del andlisis del lenguaje moral de G. E. Moore y sus Principia ethica (1903). Por el contrario, las éticas normativas no se limian a describir Jo moral sino que tratan de dar razén del fensmeno de la morali- dad y al fundamentarla, de una w otra forma, oftecen orientaciones rormativas para la accidn. Es el caso del formalismo kantiano, el utilitarismo, la ética de los valores, o las actuales éticas del discurso. 2. Eticas naturalistas y éticas no naturalistas Las éticas naturalistas abordan el anilisis de los fenémenos morales como fenémenos naturales reducibles a predicados, sean * Cle Adela Cortina: Ef mundo de tas valores, Erica y edcaclin. Santalé de Bogoti, D.C. Fditorial El Bio, 1997, Pps. 113-12. a ica Ben de caricter biol6gico, psicolégico o sociolsgico, pero nunca aso- ciados a cualidades mas allé de las que puedan ser empiricamen- te contrastables. Asi, las éticas empiristas (emotivismo, utilita- iso), los positivismos (Helvetius, Comte) y el neopositivismo logico del Circulo de Viena (Ayer, Kraft). Incluso Nietzsche en sus consideraciones éticas podria considerarse como una mues- tra peculiar de naturalismo vitalisa. Por su parte, las éticas no naturalistas sittian Ia moral “fue- ra del mundo”, irreducible a los hechos empiricos y a los pre~ dicados naturales. Asi los intuicionismos (ética material de los valores, personalismo, G. E. Moore) y las corrientes de origen kantiano. - 3. Eticas cognitivistas y éticas no cognitivistas Las éticas no cognitivistas niegan que las cualidades mo- rales puedan ser objeto de conocimiento como Io son las na- turales, Afirman que es imposible argumentar sobre lo mo- ral, ya que desde su perspectiva de los enunciados morales no puede decirse que sean verdaderos 0 falsos como pue- de hablarse por el contrario en el mbito del conocimiento cientifico teérico, que esta basado en criterios de verificacién © falsacién. No hay lugar para una intersubjetividad racio- nalmente fundada y, por tanto, estas corrientes cientificistas niegan a la moral aun su cardcter de saber racional. Las éticas cognitivistas afirman en cambio la posibilidad de llegar a acucrdos intersubjetivamente fundados sobre lo moral cen base a la existencia de una racionalidad prictica que, siendo peculiar, nunca deja de ser racionalidad. En este sentido las éti~ cas kantianas se pueden clasificar como cognitivistas, 2 1, Frelininares 4. Eticas materiales y éticas formales Esta distincién fue ofrecida por Kant pera distinguir los sistemas éticos conocidos hasta entonces (materiales) de su propio sistema (formal). “Las éficas materiales consideran que es tarea de la ética dar contenidos morales, dar materia mo~ ral, mientras que las éticas formales atribuyen a la ética ini- camente la tarea de mostrar qué forma ha de tener una norma para que la reconozcamos deentoligica; es decir, se ocupan del deon, del deber.”” Las éticas materiales dan un contenido a la tarea moral especificando cudles deben ser los fines morales que debe proponerse el hombre; las éticas formales estin vactas de contenido, no establecen ningtin bien o fin que haya de ser perseguido y no descienden a instruir sobre qué debemos hacer en cada caso, sino cémo debemos obrar siempre para hacerlo moralmente (por deher, dird Kant). Las éticas materiales suelen dividirse en éticas de bienes y éticas de valores. Las éticas de bienes se ocupan en primer lugar de descubrir el bien o fin que buscan Jos hombres, el objeto de la voluntad humana, para deseribir después su contenido y sefla~ lar cémo aleanzarlo, En ese sentido la mayor parte de las éticas griegas (Sécrates, sofistas, Platén, Aristételes, epictireos, estoi- cos) asi como los hedonismos son ejemplos de éticas materiales de bienes Las éticas de bienes pueden subdividirse en y éticas de fines, En su intento de determinar en qué consiste ‘el bien de los seres humanos, las éticas de fines procuran iden- tificar la esencia del hombre, porque entienden que el bien y el fin del hombre consisten en la plena realizacién de ésta. En la "© Adela Cortina: “Fundamentacidn dela Exes”. In Dieclonario de pensamiento contempordneo, Madrid: San Pablo, 1997, Pgs, 447 2 ‘tea bea biisqueda de la esencia del hombre recurren a la Metafisica par- tiendo de Ia experiencia y siguiendo después con los conceptos, segtin el método empirico-racional aristotélico. Eticas de fines son las de Sdcrates, Platén, Aristoteles, asi como el tomismo, 0 la nco-escolastica. Las éticas de méviles, para determinar el bien humano pretenden descubrir cudles son los méviles empiricos de Ja conducta humana, qué bienes mueven a Jos hombres a actuar; para esa tarca se sirven de la psicologia y de un mérodo empitico de investigacién. Las éticas de sofistas y epicdizeos en Grecia, y Jas de Hume y el utilitarismo, clisico (James Mill, Jeremy Ben- tham, John $. Mill) o contemporineo (R.B. Brandt, D. Lyons), son ejemplos de éticas de méviles, La ética material de los valores surge en el siglo XX y hace de los valores y no de los bienes el contenido central de la ética. La ética puede ser material sin ser empirista, viene a decis, ya que los seres humanos poseemos, ademas de razin y sensibilidad, una intuicién emocional por Ia que captamos el contenido de los valores sin necesidad de extraerla de la ‘experiencia; las demés categorias de lo moral giran en torno al valor. Max Scheler es la figura seftera de esta perspectiva ética y con él Nicolai Hartmann, Dietrich von Hildebrand, y algunos de los fildsofos vinculados al personalismo cristiano de Emmanuel Mounier. 5. Eticas teleologicas y éticas deontolégicas La distincién entre estas éticas puede hacerse segtin dos cxi- terios distintos. El primero de ellos es el consecuencialismo: una ética seré deontoldgica si, para determinae si una norma de ac ci6n es correcta 0 no, entiende necesario considerar Ia bondad © maldad de la norma en si misma y no las consecuencias que resulten de su aplicacién, Por el contrario, una ética teleoldgica 4 L. Proluminares afirmard que es imposible determinar si una accién (utilitarismo del acto) 0 una norma (utilitarismo de la regla) son moralmente correctas 0 incorrectas sin tener en cuenta las consecuencias que de ellas resultan, Obviamente, si aplicamos el criterio del conse~ cuencialismo, las étieas teleoldgicas son consecuencialistas y las éticas deontoldgicas son no consecucncialistas El segundo criterio es la prioridad entre Io justo y lo bueno. Una ética deontolégica afirmaré la prioridad de lo justo entendi- do como lo universalmente exigible, por racional, estableciendo asi el marco de lo que es justo para una sociedad; lo que cada persona y cada grupo consideren como bueno para si debe ser determinado por cada uno dentro del marco de lo que es justo. Es el caso de la ética de Rawls. Sin embargo, as éticas teleolégi- cas afirman que la ética puede y debe identificar qué cs lo bueno para los hombres y establecer a partir de ese bien la opcién moral in contrihnya a elevar ese hien al m4 los distintos sistemas éticos ese bien podri ser una caracteristica bumana como Ie racionalidad y asi lo moralmente correcto seri buscar su perfeccién (éticas de fines), 0 podré ser un mévil de la conducta como la biisqueda del placer y en tal caso, segtin el uti- Titarismo, lo moralmente correcto ser procurar el mayor plicer al mayor mimero. fimo. Segrin 6. Eticas sustancialistas y éticas procedimentales En realidad se trata de una nueva versién del contraste entre éticas materiales y formales, desarrollado en las tltimas décadas del siglo XX. Las éticas procedimentales entienden que su labor no se centra en los contenidos morales sino en proveer los proce- dimientos racionales que debe seguir un grupo social para poder determinar la moralidad de una norma. Las éticas sustancialistas mantienen que es posible dar contenidos morales, bien porque % fica Abia tuna comunidad puede compartir una idea de bien comin (co- ‘munitarismos), o bien considerando que los proceditnientos no son lo mis importante sino los resultados adonde conducen, y de al la necesidad de fijar los procedimientos desde los resultados alos que se llega y no al revés, 7. Eticas de la convicci6n y éticas de ta responsabilidad Max Weber establecis este contraste en 1919: las éticas de Ja conviccién animan a determinadas acciones y repudian otras cen funcién de su bondad o maldad intrinsecas, sin considerat cl contexto en que se dan ni las consecuencias que puedan produ- cir, Las éticas de la responsabilidad procuran alcanzar el bien propuesto pero teniendo en cuenta de forma expresa el contexto y las consecuencias, Las primeras se afirman en la convieeién que det bien no puede resultar el mal, mientras que las segundas advierten que no siempre del bien resulta el bien y que es prefe- ‘ible analizar qué grado minimo de mal sea éticamente legitimo para conseguir el bien propuesto considerando las consecuencias previsibles de la accidn. Entre las éticas de la conviccién hay que situar la ética radical del Sermén del Monte o el imperati= vo categérico incondicionado kantiano. La mayora de las éticas actuales, sin embargo, pueden ser incluidas como ejemplos de éticas de Ia responsabilidad. { II HISTORIA DE LAETICA Proponemos una sproximacién bésica a los sistemas éticas més destacados en la historia del pensamiento occidental si- guiendo la clasica divisin mencionada anteriormente entre éti- cas materiales y formales. 1. Ericas MATERIALES 1. Socrates (470-399 a.C.) La ética soeritica puede definirse como intelectualismo ético. Para Socrates saber y virtud vienen a ser una misma cosa, de modo que quien conoce lo recto actuard también con rectitud; en otras palabras: nadie escoge cl mal en cuanto mal. Los hombres hacen el mal por un extor intelectual y no por debilidad moral Para entender a Sécrates es necesario comprender el significado n

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