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No cabe duda de que cuando vemos una pintura en un museo, la perspectiva simula
la profundidad y los efectos que se quieren dar para un observador externo.
En la teoría de las organizaciones, en particular en el amplio campo de estudio del
liderazgo, la perspectiva tiene un alcance mucho mayor que la observación de un
dibujo y percibir la profundidad del mismo. Estamos refiriéndonos a ver cosas
nuevas, a replantearnos la visión sobre los escenarios actuales construyendo los
nuevos, o al menos, poniendo a disposición de la organización, los elementos que
necesariamente van a conformar las nuevas reglas de juego. Por tanto, ver en
perspectiva es mirar en mediano y largo plazo.
La profundidad de la pintura en el museo se transforma en las organizaciones, en
el acto de despejar el horizonte temporal que con el día a día a veces se hace
imposible ver en toda su amplitud.
La perspectiva bien usada es la que ayuda a que categoricemos a un líder como
efectivo. Si pasamos algún tiempo considerando una nueva perspectiva, con
seguridad nos plantearíamos nuevas preguntas. Lo más seguro es que surgirán de
manera automática.
Perspectiva y clientes
El liderazgo nos permite ver una determinada situación que también están mirando
de la misma manera un equipo o todos los diferentes grupos de trabajo y/o
departamentos, con la perspectiva del cliente. Es el momento en que tanto a los
clientes internos como externos se les pida opinión e información, en base a los
intereses recíprocos que tendrán, pero que aportarán las perspectivas personales
que serán herramientas eficaces para hacer cambios, generalmente en
procedimientos.
Cuánto más perspectivas recojamos, más plenamente veremos una situación y las
mejores decisiones que podemos tomar. No menos importante las acciones más
efectivas que podemos tomar, aunque ya estén en curso, porque siempre la visión
del líder facilita la comprensión de cuál es el cambio y/o ajuste que hay que hacer.
Perspectiva y cambio
La adaptación al cambio constante es materia implícita del liderazgo, persiguiendo
no sólo los buenos resultados del ejercicio, sino el carácter de empresa sostenible
en el tiempo. Que el medio plazo no sea una quimera, sino una realidad la cual se
va plasmando con las acciones del presente. Por ello, la visión y la perspectiva
entran en juego desde el vamos, son inherentes a los procesos de liderazgo efectivo
y no puede ser de otra manera.
Cada vez que en el estudio del liderazgo se hace mención del cambio, no puede
eludirse la responsabilidad del líder de mantener los buenos resultados que se están
obteniendo en el presente (estabilidad), pero fundamentalmente se trata de ver el
impacto que el cambio está teniendo en la organización, sus servicios y productos,
para que esos mismos resultados sean posibles a un año vista y más. O sea,
estabilidad más la perspectiva es igual a crecimiento. No es una ecuación, sino un
procedimiento que el líder hace día a día revisando objetivos, metas, estrategias y
los cambios del entorno.
En primer lugar, el líder hace tomar consciencia al personal, de la exacta dimensión
de las situaciones que deben abordarse, buscando las oportunidades de mejoras,
así como eliminando y/o neutralizando los factores negativos que ya tiene
perfectamente contabilizados. La toma de consciencia es previa al proceso de
cambio que debe gestionarse.
El siguiente paso es entender qué nuevo pensamiento y creencias se necesitan
adoptar para adaptarse de la mejor manera a la nueva situación. Cómo pensamos
determina cómo nos comportamos.
El liderazgo es un atributo único para cada persona que lo ejerce, al mismo tiempo
que ésta es vista de manera diferente por el resto de personal de una empresa. Por
tanto, el líder se apoyará sobre la base de su propio estilo específico de liderazgo y
eficacia.
Los líderes efectivos saben que la clave está en enfrentar los desafíos para lo cual
necesita el desarrollo y fortalecimiento del personal y el de él mismo. El desafío
radica en cómo traducir lo que suele ser un proceso de funciones y personas en
algo que se traduzca en comportamiento organizacional. Como las piezas de un
mecano, que tienen su sitio y lugar pero que deben funcionar perfectamente
coordinadas.
Si cumple debidamente con estos pasos, será uno de esos líderes de los cuales se
puede decir que es más efectivo que muchos.
Flexibilidad
En la actualidad, se espera que los líderes deban ser flexibles. Deben tener la
capacidad de ajustar y adaptar las cosas que están sucediendo alrededor de ellos.
En vez de ir por el libro de reglas todo el tiempo, deben tener la tenacidad de
comprobar el mérito de una situación particular y luego actuar en consecuencia. En
otras palabras, los líderes se han convertido en algo impredecible en los tiempos
modernos. No se sabe cómo actuarían cuando se enfrentan a una situación
particular. Sus acciones se basan en la gravedad de cada situación individual.
Curiosidad
El enfoque racional se observa en todos los líderes efectivos de la actualidad. No
van a actuar sobre algo que hayan hecho sus empleados, es decir, ellos también
harán preguntas. Ellos van a querer encontrar toda la información que puedan
obtener. Siempre es curioso que la mente esté en el trabajo y es por esto que las
organizaciones exitosas de liderazgo se han mantenido en este momento.
Energía
El liderazgo no es algo que se realiza en forma pasiva en la actualidad. Se
caracteriza por una gran cantidad de energía, existe un gran deseo de triunfar, de
hacer algo diferente y constructivo. Este tipo de energía se ve en todas las reuniones
que el líder tiene, e incluso cuando un líder entra en una habitación en particular.
Esto se deriva del hecho de que los líderes eficaces no sólo quieren que se
establezcan como jefes ejecutivos, ellos quieren exudar su energía en todos los
niveles de su organización a través de su entusiasta participación y apoyo.
Trazos prioritarios
Todos los líderes eficaces de hoy en día tienen una habilidad genial para priorizar
las cosas. Cuando se enfrentan a varias situaciones, son capaces de averiguar
cuáles de ellas son los más importantes y saben lo que se debe hacer en ese
momento. Ellos guían a las personas en la formulación de un plan fácil y aplicable
para las responsabilidades empresariales que todavía no se encuentran en
resolución.
Los líderes empresariales son una parte importante de la empresa, ya que estos,
además de las habilidades antes mencionadas, gestionan de forma eficiente y eficaz
los problemas financieros empresariales. Es necesario e importante saber cómo
resolver estos problemas, y es aquí donde entran en juego los líderes
empresariales.
La importancia vital de una correcta administración empresarial ayuda a corregir los
problemas esenciales que no se encontrarán determinados en la práctica diaria.
4. De creencias firmes
Persigue conseguir unas metas y es consciente de que para alcanzarlas tiene que
idear un plan diario. Tiene capacidad para organizar a su equipo y sacar el mejor
rendimiento de cada uno de ello. Tiene un conocimiento sólido de lo que hace cada
empleado y lo supervisa.
5. Confianza en sí mismos
Para estar al mando de una empresa se necesita tener seguridad en el potencial
como líder. Saben que el fracaso puede llegar en cualquier momento y lo tienen en
cuenta. Muestran la capacidad de tener todo controlado y lo transmiten a su equipo.
6. Don de gentes
Saben lo importante que es mantener una buena relación tanto con sus empleados
como con sus clientes y desarrollan dotes para conseguirlo. Se interesan por
conocer los intereses de las personas y cautivarles con los suyos. El desarrollo del
espíritu del equipo es la base de su trabajo.
9. Eficientes
No crean falsas expectativas en su equipo y esperan a que otros hagan el trabajo
por él. El buen líder es el primero en llevar a cabo un trabajo determinado y dedica
el tiempo necesario para que el resultado sea el esperado. Nunca deja el trabajo sin
terminar y pide consejos cuando los necesita.