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INTRODUCCIÓN

En este libro el tema principal es el liderazgo donde nos brinda por qué se debe tener claro
hacia dónde se dirige la organización, y deben ser capaces no solo de transmitirlo al resto,
sino de facilitar la consecución de los objetivos tanto de equipo como individuales. El
liderazgo se debe entender como un concepto, y no como la competencia clave de un solo
individuo. Liderazgo es la actitud que asumen las personas que buscan algo distinto en
compañía de otras personas, es la influencia que se ejerce sobre otros con un propósito
determinado, es un modo de pensar y actuar influenciando a otras personas.

Pero también se menciona que liderazgo es un término polisémico, es decir, que tiene
varios significados y ámbitos de aplicación; sin embargo, todos confluyen en una serie de
cualidades y actividades que hacen resaltar a un individuo del común, sin importar la esfera
de actividad humana. A partir de ahí tenemos distintos tipos de liderazgos: en lo social,
económico, político, militar y en todo ámbito que requiera interacción social; esto hace
necesario precisar el concepto.
De acuerdo con la Real Academia Español de la lengua en su definición básica, el liderazgo
es: la influencia que una persona ejerce sobre un grupo, a partir de una serie de cualidades
que posee para lograr objetivos personales y que benefician a otros.
Nos da una definición que dice; el liderazgo se ejerce desde un individuo al que se le
denomina líder y se entiende como la: "persona que dirige u orienta a un grupo que
reconoce su autoridad, o, persona situada a la cabeza en una clasificación"
Un líder no tiene que ser necesariamente el jefe, y el jefe no siempre es líder. Ser líder es
una actitud, ser jefe es un cargo. Hay un gran camino a recorrer entre los dos conceptos. En
la organización, el liderazgo aporta una visión de futuro que se traduce en qué queremos
innovar, qué magnitud tiene, dónde está el problema. Tengo que planificarlo o con el
equipo, ver los recursos y valorar alternativas para convencer al gestor y que considere
necesario el cambio.
Desde el liderazgo hay que crear una visión para el cambio: puntos clave, beneficios, por
qué lo hacemos y cómo lo haremos. Tiene que ser una visión sólida, para poder defenderla,
porque el cambio se vive como una amenaza. Así nos lo van a hacer ver, preocupa que
pueda cambiar su rol profesional, su status laboral o tener que adquirir nuevos
conocimientos y habilidades para la nueva competencia profesional. Donde se empezará el
cambio, que se haya puesto en marcha debe tener pequeños éxitos a corto plazo. A veces es
económicos, a veces el logro de una parte de lo que nos hemos propuesto. El equipo verá
que lo que hace tiene valor, el gestor tendrá resultados que es lo que espera, y toda esa
retroalimentación hace que la máquina no se detenga.

A partir de lo anterior, es pertinente afirmar que el líder tiene ciertas cualidades que
impulsan sus esfuerzos hacia determinados objetivos y resultados que al materializarse lo
posicionan como autoridad, por ejemplo, como persona de éxito y por tanto un modelo a
seguir; por ello su comportamiento debe ser integro.
Sobre ese triunfo hay que seguir trabajando, no termina el cambio ahí. Se aprovecha la
inercia generada, se hace mejora continua de lo aprendido, se termina de comprobar que
hemos llegado donde queríamos.
Pronto veremos ese cambio como algo que pasó hace tiempo, pero plenamente incorporado.
Volveremos a hacer lo mismo cuando haya que introducir otros cambios para seguir
mejorando. “Para mantenerse en el mismo sitio, hay que evolucionar constantemente”
resume muy bien la idea del cambio.

Para que todo esto se pueda ocurrir, el líder debe señalar el camino, ser símbolo de lo que
importa, hacer compartir ideales, involucrar a las personas y obtener todo su potencial, ser
un ejemplo para los demás.
Ya que es de suma importancia porque es un elemento esencial para la supervivencia de
cualquier tipo de organización. Pero además, es relevante porque guía, dirige y motiva con
el firme propósito de que el equipo se mantenga en orden, ejecute acciones y logre los
objetivos establecidos.
En ocasiones puede existir un solo líder que guíe a un equipo reducido de personas. No
obstante, en organizaciones más grandes, la existencia de un modelo de liderazgo basado en
unos valores compartidos es una cuestión clave para el éxito de la misma.
El líder o los líderes deben tener claro hacia dónde se dirige la organización, y deben ser
capaces no solo de transmitirlo al resto, sino de facilitar la consecución de los objetivos
tanto de equipo como individuales. El liderazgo se debe entender como un concepto, y no
como la competencia clave de un solo individuo.

DESARROLLO

Un líder que confía en su grupo de trabajo suscita un alto desempeño, tal como se expone la
relación existente lo que un líder piensa de su grupo de trabajo y la productividad de dicho
grupo. Si las expectativas del líder hacia sus trabajadores son positivas, así mismo es su
trato hacia ellos, lo que provoca una respuesta favorable reflejada en términos de
productividad. En contraste, si sus expectativas son negativas, su actitud gerencial proyecta
inseguridad y desconfianza, lo que inevitablemente produce bajos resultados en el
rendimiento del grupo.
Adicionalmente se identificó que la percepción que los gerentes tienen de sí mismos,
determina lo que piensan de sus colaboradores, por lo tanto los mejores gerentes son
aquellos que tienen alta confianza en su propia capacidad para desarrollar las habilidades de
sus subordinados. Y concluye diciendo que las expectativas del gerente deben ser realistas y
realizables para dirigir eficazmente, so pena de causar el efecto contrario.

Podemos ver entonces que el líder debe tener pleno conocimiento propio y partir de sus
propias posibilidades para plantear su estrategia. Pero también es indispensable conocer a la
competencia, el terreno donde se desenvuelve, sus debilidades y sus fortalezas, para poder
construir su direccionamiento, basado en las fuerzas que se tienen y en las del contrincante
a fin de transformarlas en su favor.
Esto se logra realizando minuciosos estudios de mercado y de la competencia, que permitan
identificar con qué recursos internos cuenta la empresa y a qué se enfrenta en el mercado,
de esta manera se forja la estrategia utilizando las fortalezas propias y oportunidades en el
ambiente, preparándose también para enfrentar las adversidades a través de la identificación
de amenazas.
Entender la relevancia del líder y cómo funciona implica reconocer la importancia que las
personas tienen para transformar la realidad, mejorar su vida, la de su familia e impactar en
el desarrollo de la socie-dad. En este sentido, el líder

El líder es la persona que, al destacar por sus cuali-dades, encabeza, inspira, motiva, influye
o representa a un grupo en un marco de valores compartidos. Los objetivos son los fines
imprescindibles hacia los cuales se dirigen los esfuerzos y recursos del líder y sus
seguidores, quienes son los partidarios o colaboradores activos del líder, consolidan un
grupo o equipo colaborativo, que puede ser la familia, las amistades o los equipos de
trabajo.

El liderazgo se conforma por cuatro dimensiones:

Líder: es la persona capaz de influir, entrenar, asesorar y guiar a otras personas hacia el
logro de sus objetivos.
Contexto: es la formación de una serie de circunstancias (como el tiempo y el espacio
físico) que facilitan el entendimiento de un mensaje.
Objetivos: es una meta o fin último hacia el cual se dirigen las acciones o las operaciones
de algún proyecto específico.
Seguidores: son aquellos capaces de ejercer poder coercitivo sobre sus líderes, por ejemplo
retener información o retrasar el trabajo.

Cuando estos elementos se entremezclan en una circunstancia detonante, el liderazgo,


generalmente, tiene lugar mediante un sujeto o una serie de individuos que sobresalen de la
mayoría al guiar una causa
o acciones. El autor explica que el liderazgo es el resultado de los atributos personales y
características específicas que adquieren las personas con el tiempo, mismos que en la
interacción le ayudan a los sujetos a conformar grupos sociales que se dividen entre
gobernantes y aristocráticos líderes, y no gobernantes, no líderes.
El liderazgo auténtico es un estilo de liderazgo que implica ser honesto contigo mismo y
con los demás, y liderar a través de tus valores y principios. Se trata de ser tú mismo, sin
pretender ser alguien que no eres, y de llevar a cabo tus responsabilidades de liderazgo de
una manera honesta y transparente.

El liderazgo auténtico emerge como una poderosa fuerza impulsora de la influencia


positiva. Más allá de las estrategias tradicionales y las habilidades gerenciales, el líder
auténtico se destaca por su capacidad de conectarse genuinamente con los demás. Se basa
en la congruencia entre lo que el líder dice y hace, y sus valores fundamentales. La
autenticidad no es simplemente una cualidad deseable, sino el cimiento mismo sobre el cual
se construye la confianza. Cuando un líder muestra coherencia entre sus palabras y
acciones, los seguidores reconocen y valoran la autenticidad, generando un terreno fértil
para la lealtad y la colaboración.

Este ensayo explora la conexión intrínseca entre el liderazgo y la autenticidad, destacando


cómo la sinceridad y la transparencia no solo fortalecen las relaciones, sino que también
inspiran a seguir de manera más efectiva. En lugar de tratar de encajar en un molde de lo
que se supone que es un líder “perfecto”, el liderazgo auténtico reconoce que cada persona
tiene sus propias fortalezas y debilidades, y que la diversidad es una fuerza que puede ser
aprovechada para alcanzar objetivos comunes.

El liderazgo auténtico también implica ser abierto y honesto en tus relaciones con los
demás. En lugar de fingir ser alguien que no eres, debes ser transparente acerca de tus
objetivos y tus motivaciones. Esto permite a las personas confiar en ti y establecer
relaciones más fuertes y más efectivas. Los líderes que actúan de manera auténtica y
transparente inspiran a las personas que los rodean y les permiten confiar y seguirlos. Los
líderes deben ser conscientes de su impacto en los demás, y la autenticidad permite una
mayor conexión con las personas.

Tenemos que aclarar otros conceptos alrededor del liderazgo:


1) Autoridad. Reconocimiento de prestigio y crédito que se le da a una persona o institución
por su legitimidad, calidad y competencia en una materia o al ejercer un mando.
2) Poder. Capacidad de ejercer la voluntad propia sobre otros.
3) Autonomía. Condición de los individuos para no depender de nadie.
4) Lealtad. Acto de fe y fidelidad que una persona profesa a otra.

Nos dice que cuando la persona se posiciona frente a otros como líder, obtiene un
reconocimiento de autoridad y, hasta cierto punto, de poder por lo cual convierte al líder en
una persona capaz de influir en los demás.
Su condición de liderazgo implica autonomía para tomar acciones o decisiones, sin
embargo, requiere de ciertos grados de lealtad de sus colaboradores para diligenciar los
esfuerzos necesarios en pro de los objetivos que atanen a todos.

Actualmente, el liderazgo se aplica en las diferentes esferas de la actividad humana, marca


el rumbo, los objetivos y un margen de acción para alcanzar lo que se desea o para
posicionarse a la cabeza de un sector. Si bien, sobresalen los sectores militar, económico.
Para ser líder es importante identificar el estilo personal de liderar, si ese es un liderazgo
natural que se puede ejercer o se podría cambiar por uno mejor.

Para ello hay que reflexionar hasta dónde ejerzo mi liderazgo, qué tan líder me siento,
cómo mis acciones y resultados impactan en otras personas y especialmente en las más
cercanas e importantes.

Cuando pensamos en un líder, viene a la mente una persona, sea hombre o mujer, pero con
una serie de cualidades como: congruencia, honestidad , comunicación, compromiso,
creatividad, adaptación, solidaridad, éxito, autoconfianza, entusiasmo, motivación, delegar,
responsabilidad; que le hacen destacar del común de la población; sin embargo, estas
cualidades no son las únicas.

Las cualidades de un buen líder son ánimo resuelto, autocontrol, sentido de justicia,
exactitud de decisiones, precisión de planes, dar más de lo que se recibe como pago,
personalidad agradable o carisma, simpatía y comprensión, dominio del detalle, disposición
para asumir la responsabilidad y sentido de cooperación.
Ahora bien, estas cualidades no siempre están presentes en todos los líderes y dependen
tanto de la personalidad como de la forma en que se asuma la autoridad y mando (tipo de
líder).

Un buen liderazgo tiene como prioridad la ética, que a través de la honestidad genera una
cultura de confianza dentro del grupo. El líder que practica el valor de la honestidad es
honesto consigo mismo y los demás, busca siempre comunicar con la verdad de manera
directa y clara. La comunicación efectiva juega un papel crucial en: Construir la confianza:
los líderes que se comunican abiertamente, son responsables y escuchan a sus empleados
pueden construir una cultura en la que las personas se sienten más capaces de compartir
ideas y opiniones.

Debe desarrollar dotes comunicativas para hacer llegar sus ideas y proyectos con su propio
estilo. No solo a través de datos o ideas, sino ser capaz de conectar con la gente con
transparencia, transmitiendo emociones y manteniendo una coherencia entre lo que dice, lo
que ha hecho y lo que hará en su trayectoria. Parte de la responsabilidad es saber
enfrentarse a los cambios y desafíos, sin dejar en el camino sus valores.

Las personas necesitan estar seguras de que al frente hay otras que creen en lo que hacen y
que trabajarán para construir esa sociedad que tanto desean. Este valor deja huella y se
refleja en todo lo que se hace, se nota en el día a día y en los resultados finales. Se necesitan
figuras que sientan pasión por lo que hacen, que brinden con entusiasmo una guía,
orientación y busquen mejorar la realidad. Debe existir cercanía con la gente, se deben
conocer los problemas y mostrar empatía.
Es necesario en momentos de crisis, para tomar decisiones trascendentales y no debe llegar
a convertirse en autoritarismo, todo el mundo se equivoca, hay que aprender, reconocer y
corregir los errores, capacidad de marcar el ritmo de un proyecto, hacer que otros lo sigan
convencidos del objetivo y del camino para alcanzarlo.

Es fundamental saber trabajar en equipo, delegar para obtener mejores resultados mientras
se concentra en otras tareas. Un buen líder sabe que no es experto en todo.
Para saber ser líder es importante tener conocimiento de nuestros propios sentimientos y
emociones y cómo estos influyen en el desarrollo de habilidades , estado de ánimo,
comporta-miento; así como en el rumbo, desempeño y capacidad de mejora. Para que
permita reflexionar y dominar nuestros sentimientos, emociones y pensamientos para no
dejarnos llevar por ellos ciegamente y enfocarnos en detectar las dinámicas emocionales, o
de pensamiento, su duración y consistencia para poder aprovecharlas con el entorno y
obtener ciertas ventajas.
Así que debemos tener motivación para enfocarse en el cumplimiento de objetivos y metas
para ponerse nuevos retos, pasión por las actividades cotidianas y elevar la calidad en el
desempeño. Además de estas cualidades, un líder debe poseer claridad en sus objetivos,
rumbo y motivaciones de vida; ser capaz de reconocer y manejar las emociones de tipo
negativo; utilizar la crítica como algo positivo, analizarla y aprender de ella; tener mayor
capacidad para ser feliz, hacer frente a las adversidades y contratiempos; generar confianza
en un entorno donde los demás se sientan a gusto.
Por lo que es fácil darse cuenta de que las características del líder dependen de quien define
el liderazgo, pero confluyen en que son personas de acción, modelo a seguir y de alguna
forma, potencian los talentos personales y de aquellos que están alrededor.

En este sentido, ser líder es cuestión de una suma de cualidades, pero sobre todo de
carácter, congruencia , enfoque a sí mismo y a los demás. Al adoptar y aplicar algunas de
las cualidades mencionadas, incrementarás tu liderazgo, con la cotidianidad te convertirás
en un gran líder, para ti, para tu familia y para tu entorno, sea en lo laboral, con tus
amistades o en tu comunidad.

CONCLUSIÓN

Por ello, he llegado a la conclusión de que el liderazgo es un conjunto de habilidades y


decisiones complejas que deben ejecutarse para atender necesidades organizacionales,
dentro de un contexto de relaciones interpersonales que requieren determinación constante
y objetivos firmes.
Un líder no solo es el que inspira, también es un sujeto en busca de la mejora continua y
comparte el rumbo que encontró para ayudar a otros a ser líderes. El objetivo no es ganar,
sino llegar a la meta con la mayor cantidad de personas que compartan las ganas de crecer,
para esto deben saber motivar y persuadir a las personas, no manipularlas.

Es una persona que influye en los demás para sacar lo mejor de ellos. Es optimista y motiva
a todos para conseguir los objetivos y metas en común que desean alcanzar. Sabe cómo
manejar equipos y abordar diferentes situaciones de crisis.

BIBLIOGRAFÍA
Ricardo Escutia Miranda
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