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tema
Citología de las vías
respiratorias

1. CITOLOGÍA DE LOS ESPUTOS


El esputo, es una mezcla de secreciones y partículas procedentes del apa­rato
respiratorio y que son eliminadas mediante la expectoración. En condi­ciones de normalidad,
sólo una mínima cantidad, casi imperceptible, se expulsa a diario. Básicamente se compone
de: secreciones traqueobronquiales (plasma, agua, electrolitos y mucina), exfoliaciones
celulares, secreciones nasales y salivales y flora microbiana (de tipo saprofita) procedente
de la cavidad bucal.
Las muestras de esputo mediante expectoración, deben obtenerse, a ser posible a
primera hora de la mañana al levantarse de la cama, ya que el cam­bio postural moviliza
las secreciones facilitando su eliminación. Es conve­niente que antes de expectorar, el
paciente se enjuague la boca para evitar posibles contaminaciones. El esputo se deposita
en frascos estériles que son los que se remiten al laboratorio. Para una buena rentabilidad
diagnóstica deben enviarse 3 muestras consecutivas como mínimo.
Una vez recibida la muestra, se suelen realizar los siguientes pasos:
1. Se procede a su identificación y registro.
2. Se deposita el esputo en una caja de Petri y se realiza un examen
macroscópico, anotándose la cantidad y su aspecto (consistencia y color). Así,
podemos distinguir esputos mucosos, purulentos, herrumbro­sos (típico de las
neumonías neumocócicas), hemoptoicos (con presencia de sangre), etc... Es
importante observar zonas con flóculos, pequeños fragmentos, sangre, pues
esas zonas se deben seleccionar para configu­rar los extendidos y, a veces,
confección de bloques celulares.

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3. Realización de extendidos y fijación. Para ello, se deposita una peque­
ña cantidad de esputo sobre un portaobjetos y se procede a realizar un
extendido suave y uniforme con la ayuda de otro porta (fig. 1), desli­zando
ambos portaobjetos (previamente identificados) en direcciones opuestas e
introduciéndolos en alcohol de 96º para su fijación, durante un mínimo de
30 minutos.

Fig. 1. Método para hacer extendidos de esputos con la ayuda de dos portaobje-
tos. Debemos procurar realizarlos de forma fina y uniforme, sin ejercer excesiva
presión sobre los portas.

4. Tinción y montaje de los extendidos. Una vez transcurrida la fijación, se


procede a su coloración mediante la técnica de Papanicolaou. Por último,
se montan las preparaciones procurando que no queden bur­bujas de
aire atrapadas entre cubre y porta (es muy útil realizarlo sobre un fondo
oscuro).
En el caso de los aspirados y cepillados, las muestras ya suelen venir extendidas y
fijadas, procediéndose a su coloración. Para ello, además de la tinción de Papanicolaou se
suele hacer también la de Giemsa.
En las muestras procedentes de lavados, para la confección de los extendi­dos se suele
hacer citocentrifugación, o también centrifugación convencional y posterior extensión
del sedimento obtenido.

2. HISTOLOGÍA Y CITOLOGÍA DE LAS VÍAS RESPIRATORIAS


El aparato respiratorio, lo constituyen una serie de órganos destinados a facilitar
el intercambio gaseoso entre la sangre y el aire (respiración externa).

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Anatómicamente está formado por: vías respiratorias (fosas nasales, farin­ge, laringe
y árbol traqueobronquial), pulmones y una serie de órganos acce­sorios (pleuras, diafragma,
huesos y músculos de la pared costal).
El árbol traqueobronquial, está formado por una serie de estructuras tubu­lares (vías
aéreas) con numerosas ramificaciones que, progresivamente se van estrechando y acortando.
Desde un punto de vista anatómico y funcio­nal, se suele dividir en dos zonas:
a) Zona de conducción, formada por la tráquea, los dos bronquios primiti­
vos (derecho e izquierdo), 5 bronquios lobulares, numerosos bronquios
segmentarios y por último los denominados bronquiolos terminales.
b) Zona respiratoria, formada por los bronquiolos respiratorios (de sus paredes
brotan algunos alvéolos), los conductos alveolares y los alvéolos pulmonares.
Dicha zona constituye la práctica totalidad del parénquima pulmonar.
En conjunto, ambas zonas representan una superficie de 50 a 100 metros
cuadrados.
Desde un punto de vista histológico, la mucosa que tapiza el interior de las vías
respiratorias inferiores (laringe, tráquea y árbol bronquial) posee el deno­minado epitelio
«respiratorio», exceptuando a las cuerdas vocales, las cuales poseen un epitelio escamoso
estratificado. Dicho epitelio, a nivel de laringe, tráquea y bronquios es cilíndrico ciliado
pseudoestratificado (fig. 2), con numerosas células caliciformes intercaladas.

Fig. 2. Sección histológica de la mucosa de un bronquio principal. Los núcleos a diferentes


alturas confieren el aspecto pseudoestratificado. Se observan cilios en el polo apical y
células caliciformes intercaladas de citoplasma claro (HxE, 400x).

A medida que se desciende por el árbol bronquial (bronquios de menor calibre


y bronquiolos), el epitelio es de tipo cilíndrico simple ciliado y progre­sivamente llega a
hacerse cuboidal. A nivel de los bronquiolos, las células caliciformes son sustituidas por

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las denominadas células de Clara. A nivel alveolar, aparece un epitelio simple formado por
células aplanadas denomi­nadas neumocitos de tipo I y de tipo II (estos últimos elaboran el
surfactante pulmonar). Además, en los alvéolos pulmonares podemos observar la pre­sencia
de macrófagos (fig. 3).

Fig. 3. Sección histológica del parénquima pulmonar, en la que aparecen los alvéolos
pulmonares conteniendo macrófagos con material fagocitado (HxE, 400x).

Por debajo del epitelio respiratorio, a nivel traqueobronquial, existe una lámina
propia fibroelástica donde suelen observarse numerosos linfocitos. El resto de la pared
se completa con una capa de músculo liso y una submucosa (con glándulas seromucosas
abiertas a la luz traquoebronquial y un estroma fibrocolagenoso laxo) que se adhiere a
una cantidad variable de tejido cartilaginoso hialino (inexistente a nivel bronquiolar).
Las células que se describen a continuación, son las que habitualmente se observan
tanto en el esputo como en muestras obtenidas con método endoscópicos.

2.1. Células escamosas.


La presencia de abundantes células escamosas (fig. 4), suele ser debida por
contaminación del esputo a su paso por vías altas (faringe y boca). Cuando prácticamente
son el único componente celular que observamos en un extendido de esputo, dicha muestra
la debemos considerar como insuficiente o poco representativa para realizar un estudio
citológico.
En ocasiones, se puede plantear el diferenciar entre células pavimentosas, parabasales
y células bronquiales que han sufrido un proceso de metaplasia escamosa.
Sus principales rasgos citológicos, son similares a los de las células pavimentosas
de otros epitelios de tipo escamoso estratificado (esófago, exocérvix, etc...):

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Fig. 4. Una muestra de
esputo, como la observa-
da en esta imagen, en la
que prácticamente sólo
se aprecian células pavi-
mentosas de contamina-
ción, debe considerarse
como insatisfactoria o
insuficiente para su estu-
dio citológico (Papanico-
laou, 200x).

- Células cuyo tamaño oscila de 15 a 40 micras.


- Citoplasma planos de contornos ovales o poliédricos, a veces plegados.
- Coloración variable, eosinófila o basófila.
- Núcleos de disposición central, redondos, conservando detalles cromatínicos
o de aspecto pienótico.

2.2. Histiocitos (macrófagos alveolares).


Su presencia en el esputo (figs. 5 y 6) proporciona la seguridad de que el material a
estudiar es adecuado para el examen citológico. Sus principales rasgos morfológicos son:

Fig. 5. Histiocito multinucleado en el esputo. A diferencia de las células gigantes multinu-


cleadas tipo Langhans, los núcleos aparecen superpuestos y sin una distribución especial.
En su citoplasma podemos ver material extraño fagocitado (Papanicolaou, 400x).

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Fig. 6. Presencia de histiocitos en un
extendido de esputo. En alguno de
ellos, se observa la típica forma reni-
forme de los núcleos y la presencia de
material fagocitado (Papanicolaou,
400x).

- Forma redondeada u oval y de tamaño variable (entre 14 y 40 micras de


diámetro).
- Citoplasmas de color cianófilo pálido, a veces eosinófilo, microvacuolados
(de aspecto espumoso) y con frecuencia con restos de material fagocitado
(células del polvo).
- Núcleos excéntricos, de forma reniforme, frecuentemente binucleados o
multinucleados.
- Cromatina granular fina y con pequeños nucléolos visibles.
A veces, los macrófagos contienen en su citoplasma partículas de hemosiderina
que son positivas para la tinción de hierro (fig. 7), recibiendo en este caso el nombre de
siderófagos. Son células que suelen estar presentes en la congestión crónica de los pulmones
(células de fallo cardíaco) (fig. 8).
Con el empleo de tinciones para la demostración de la grasa (Oil red, Sudán), pueden
observarse histiocitos que han fagocitado partículas de lípidos (histiocitos sudanófilos o
lipófagos), apareciendo dichas células con un citoplasma lleno de partículas de color rojo

Fig. 7. Macrófagos en esputo, donde


se aprecia un material intracitoplas-
mático de color azul, correspon-
diente a hemosiderina y por tanto
positivo para el hierro (tinción de
Perls, 400x).

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Fig. 8. Sección histológica de pulmón en la que observamos focos de congestión vascular.
En los espacios alveolares aparecen numerosos macrófagos que fagocitan hematíes y
acumulan hemosiderina (HxE, 200x).

(fig. 9). Entre las situaciones que pueden causar la existencia en el esputo de este tipo
de histiocitos, cabe destacar las denominadas neumonías lipoideas (por aspiración de
grasas), utilización de medios de contraste de contenido graso (lipidol) para la realización
de broncografías y determinados procesos que pueden cursar con destrucción tisular
(inflamaciones, tumores, etc...).
Una variedad de los histiocitos son las denominadas células epitelioides, caracterizadas
por poseer unos núcleos alargados de forma ovoide o curvos y con una cromatina fina
granular. Sus citoplasmas suelen ser pálidos y de bordes mal definidos. Suelen aparecer
sueltas o en grupos más o menos laxos. Pueden asociarse a procesos granulomatosos tales
como tuberculosis o sarcoidosis.

Fig. 9. Macrófagos, en un extendido de


esputo, con material graso fagocitado
en forma de pequeñas gotas de color
rojo (OH red, 200x).

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2.3. Células bronquiales.
Podemos encontrar tres tipos celulares: columnares ciliadas, caliciformes y células
de reserva.
Las células columnares ciliadas (figs. 10 y 11), poseen las siguientes características
citológicas:
- Típica forma prismática o columnar.
- Citoplasmas anchos en el polo apical (donde se pueden apreciar los cilios
insertados en la placa terminal) y muy estrechos en su polo basal, formando
una cota.
- Coloración eosinófila o basófila.
- Núcleos en posición basal, redondos, con cromatina finamente granular
(puede observarse la denominada cromatina «en pezón») o de aspecto
picnótico. A veces presencia de nucléolos.
- Pueden presentarse sueltas o en grupos, adoptando las típicas disposi­ciones
en «panal de abeja» o en empalizada.

Fig. 10. Células bronquiales de tipo


columnar en un extendido de esputo.
Los núcleos están situados cerca del
polo basal, en donde se aprecian finas
prolongacio­nes del citoplasma. En el
polo apical (más ancho) se observan
placas terminales y cilios (Papanico-
laou, 400x).

Fig. 11. Células de la mucosa bronquial,


dispuestas en empalizada, halladas
en esputo. Se aprecian muy bien, en
el polo apical, la placa terminal y la
presencia de cilios (Papanicolaou,
400x).

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La ciliocitoftoria, es un proceso de tipo degenerativo que sufren las células del epitelio
respiratorio, caracterizado por la presencia de prolongaciones citoplasmáticas a modo de
penachos y desaparición de la estructura nuclear (fig. 12). En algunos casos se observa
la presencia de inclusiones eosinófilas intracitoplasmáticas que pueden corresponder a
lisosomas fusio­nados.

Fig. 12. Ciliocitoftoria en una citolo-


gía de esputo. Se identifican restos
citoplasmáticos sin núcleos y con
prolongaciones a modo de cilios.
Además de las células bronquiales
degeneradas, se observan pequeños
histiocitos (Papanicolaou, 400x).

La presencia en el esputo de células caliciformes (fig. 13), es mucho menos frecuente.


Suelen aparecer aisladas o en pequeños grupos. Aparecen aumentadas en número en
procesos irritativos de tipo crónico. Sus principa­les rasgos morfológicos son:

Fig. 13. Citología de esputo, donde observamos la presencia de células calicifor­mes junto
a células bronquiales ciliadas. Las células caliciformes se reconocen por sus citoplasmas
claros y distendidos, con los núcleos rechazados hacia el polo basal (Papanicolaou,
400x).

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- Forma columnar, aunque los citoplasmas aparecen distendidos (de aspecto
globuloso).
- Tintorialmente muy pálidas, con numerosas vacuolas intracitoplasmáticas
(mucina).
- Núcleos en posición basal, con frecuencia rechazados por las vacuolas y con
forma de media luna. A diferencia de las células columnares cilia­das, no
suelen apreciarse los detalles cromatínicos.
Las células de reserva, no suelen presentarse de manera espontánea en el esputo,
apareciendo tras procesos que cursan con alteraciones del epitelio bronquial (erosiones,
traumatismos, daño celular, etc...) (fig. 14). Como prin­cipales características (fig. 15),
podemos destacar:
- Son pequeñas (de 6 a 7 micras), de forma redondeada y se presentan
agrupadas.
- Poseen un citoplasma cianofílico escaso y un núcleo central de forma oval
con cromatina condensada.

Fig. 14. Sección histológica de la mucosa bronquial. Por debajo de la células bronquiales ci-
liadas desprendidas, se observan pequeños acúmulos de células de reserva (HxE, 400x).

2.4. Células sanguíneas.


La presencia de eritrocitos no es infrecuente y, a menos de que se obser­ven en gran
cantidad (proceso de tipo exudativo y/o hemorrágico), no suele tener importancia.
La presencia de neutrófilos, en poca cantidad, es común en el esputo. Es frecuente
observarlos parcialmente desintegrados contribuyendo a formar un fondo proteináceo

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Fig. 15. Presencia de un pequeño grupo de células de reserva en un extendido de esputo. Los
núcleos son de escaso tamaño y uniformes, siendo los citoplasmas casi inapreciables (Papani-
colaou, 400x).

en los extendidos. Cuando están en mayor número, se suelen asociar a procesos de tipo
infeccioso (neumonía bacteriana).
Los linfocitos (fig. 16), pueden ser indicativos de diversos procesos infla­matorios
crónicos (bronquitis crónica, tuberculosis, sarcoidosis, bronquitis folicular, etc...). Al ser
células que presentan por su morfología una gran des­proporción N/C, conviene diferenciarlas
netamente de células malignas (sobre todo las de la variedad «oat cell»), destacando para
ello el tamaño y la uniformidad de sus núcleos. Es característica su disposición en regueros
y la presencia combinada de diferentes estados madurativos.

Fig. 16. Linfocitos pre-


sentes en un extendido
de esputo. Es caracte-
rística su disposición en
reguero, así como la uni-
formidad en el tamaño
nuclear (Papanicolaou,
400x).

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Los eosinófilos (fig. 17), suelen estar presentes en procesos de tipo alérgico como
el asma. Poseen rasgos citológicos muy peculiares, tales como los núcleos bilobulados y
los citoplasmas granulares de tonalidad eosinófila.
La presencia de fibroblastos en una expectoración (fig. 18), es un hecho poco habitual,
siendo producida en algunos casos por erosiones de la mucosa bronquial que afectan a la
lámina propia (por ejemplo, crecimiento infiltrativo de carcinomas). Se suelen reconocer
por el aspecto alargado del núcleo y finas prolongaciones citoplasmáticas.
Además de los componentes celulares descritos, en los esputos pueden observarse
una serie de constituyentes no celulares, entre los que cabe destacar:

Fig. 17. Eosinófilos en el esputo.


Son rasgos muy característicos,
la tonalidad eosinófila de sus
citoplasmas y los núcleos
de aspecto bilobulado
(Papanicolaou, 400x).

Fig. 18. Extendido de esputo con la presencia de células con núcleos fusiformes y
citoplasmas alargados, probablemente de origen estromal. Dicha expectoración procedía
de un paciente afectado por un carcinoma escamoso de pulmón (Papanicolaou, 400x).

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Moco. Es una sustancia presente en todas las muestras en mayor o menor cantidad.
Aunque es un buen conservante de las células, suele ser también un gran distorsionador de
las mismas. Generalmente aparece en forma de estructuras fibrilares o grandes bandas de
tonalidad basófila o eosinófila, orientadas en la misma dirección en que se ha efectuado
el extendido.
Espirales de Curschmann (fig. 19). Estructuras filamentosas mucinosas que
presentan un eje en espiral formado por restos de abundantes células que se tiñe bien
con hematoxilina, debido a que existe abundante mate­rial cromatínico. A la tinción con
el PAS, presentan positividad. Constitu­yen verdaderos moldes bronquiales formados por
situaciones que cursan con obstrucción e hipersecreción, estando presentes en numerosas
enfer­medades como el asma y la bronquitis crónica, aunque también pueden observarse
en pacientes con cáncer de pulmón. A veces pueden reconocerse macroscópicamente,
apareciendo como fila­mentos ondulantes, mucoides y blancoamarillentos, frecuentemente
enrollados en forma de pequeñas bolas.

Fig. 19. Espiral de Curschmann en una citología de esputo (Papanicolaou, 400x).

Cristales de Charcot-Leyden (fig. 20). Estructuras espiculadas que adop­tan forma


romboidal alargada, de diverso tamaño y con reacción tintorial generalmente eosinófila. Son
frecuentes en esputos de pacientes asmáti­cos. Se piensa que son debidos a la desintegración
de los eosinófilos y posterior cristalización de una proteína, la lipofosfolipasa.
Cuerpos ferruginosos (fig. 21). Estructuras alargadas de longitud varia­ble (30-80
micras), revestidas por un material proteico y compuestos ferruginosos de color marrón
amarillento. Frecuentes en las neumoconiosis, sobretodo en la asbestosis.
Concreciones calcáreas (fig. 22). Estructuras laminares birrefringentes, formando
círculos concéntricos que les dan un aspecto redondea­do. Su color pardo rojizo es debido a

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Fig. 20. Citología de esputo con la presencia de numerosos cristales de Charcot. Se
reconocen muy bien por su morfología romboidal (Papanicolaou, 400x).

Fig. 21. Citología de esputo


donde observamos, en el
centro de la imagen un cuerpo
ferruginoso de morfología
alargada y acabando sus
extremos en forma de maza.
Hay también gran cantidad de
material antracótico, tanto en
el fondo del extendido como
fagocitado por los macrófagos
(Papanicolaou, 400x).

la presencia de sales de calcio. Rela­cionadas con situaciones diversas, tales como procesos
obstructivos pulmonares, tuberculosis, etc...
Cuerpos amiláceos (fig. 23). Formaciones esferoidales de color azul pálido (no están
calcificadas), formadas por compuestos glucoproteicos. No tienen significado específico
pudiendo aparecer en situaciones tales como bronquitis crónica, fallo cardíaco, infarto
pulmonar, etc...
Cristales de hematoidina (fig. 24). La hematoidina es una sustancia resultante
de la descomposición de la hemoglobina y que se puede encon­trar en antiguos focos

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Fig. 22. Formación
correspondiente a una
c o n c re c i ó n c a l c á re a , e n
un extendido de esputo
(Papanicolaou, 400x).

Fig. 23. Cuerpo amiláceo en


una citología de esputo. A
diferencia de las concreciones
calcáreas, los cuerpos amiláceos
no poseen depósitos de sales
cálcicas (Papanicolaou, 400x).

hemorrágicos. Suele cristalizar como estructuras en forma de haces con numerosas


prolongaciones a modo de agujas.
Bandas fibrilares (fig. 25). Estructuras parecidas al moco y que se tiñen intensamente
con la hematoxilina. Se las suele encontrar en esputos purulentos, representando
probablemente proteínas nucleares de leucoci­tos desintegrados.
Las fibras elásticas pueden encontrarse en pacientes con procesos des­tructivos del
parénquima pulmonar, tales como abscesos pulmonares, tuberculosis, etc...

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Fig. 24. Cristales de hematoidina en un extendido de esputo. Se reconocen por su
forma alargada, a modo de agujas, y dispuestos en haces (Papanicolaou, 400x).

Fig. 25. Bandas fibrilares presentes en un esputo mucopurulento, donde observamos


también numerosos leucocitos polimorfonucleares (Papanicolaou, 200x).

3. PROCESOS INFLAMATORIOS
La mayoría de los procesos inflamatorios del aparato respiratorio se carac­terizan
por presentar una serie de alteraciones inespecíficas que, por sí solas, no son diagnósticas
pero pueden ser orientativas del proceso a considerar. Una excepción, son los procesos
infecciosos en los que se visualice el ger­men causal, bien por su morfología o utilizando
tinciones específicas (Gram, Zihel-Neelsen, Grocott, etc...).

3.1. Citología de las broncopatías.


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Bajo dicha denominación se engloban una serie de enfermedades como son la
bronquitis crónica, el enfisema y las bronquiectasias. Todas ellas poseen una clínica muy
sugestiva y métodos diagnósticos específicos (prue­bas funcionales pulmonares, radiológicos,
etc...). El estudio de la citología de esputo suele aportar datos inespecíficos, tales como
gran cantidad de moco, aumento en el número de células caliciformes (fig. 26), presencia
de linfocitos, estructuras como las concreciones calcáreas y cuerpos amiláceos, etc...
A veces, fenómenos de tipo hiperplásico o metaplásico en las células bron­quiales
pueden ser observados.

Fig. 26. La presencia de numerosas células caliciformes en el esputo suele denotar algún
tipo de fenómeno, irritativo o inflamatorio, que afecta a la mucosa bronquial (Papanicolaou,
400x).

3.2. Citología del asma bronquial.


El asma bronquial es un proceso inflamatorio que cursa con episodios de
broncoespasmo y producción excesiva de moco, lo que se traduce en una obstrucción de las
vías aéreas. Existe además una dilatación vascular marca­da de vasos pequeños y un exudado
que es rico en eosinófilos. En los espu­tos de pacientes asmáticos, y sobretodo después de
las crisis, suele obser­varse una intensa descamación celular (fig. 27) con gran cantidad
de núcleos desnudos y numerosos detritus celulares, estando el número de eosinófilos
muy aumentado (fig. 28). Recientemente se ha sugerido la pre­sencia de ciertos parásitos
ameboflagelados con morfología parecida al fenó­meno de la ciliocitoftoria. Es frecuente
también observar la presencia de espirales de Curschman y cristales de Charcot.

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Fig. 27. Citología de esputo correspondiente a un paciente asmático Es muy llamativa
la descamación de células bronquiales degeneradas, con núcleos picnóticos y restos
citoplasmáticos (Papanicolaou, 400x).

Fig. 28. La presencia de eosinófilos en los esputos de personas asmáticas, suele ser un
hallazgo habitual (Papanicolaou, 400x).

3.3. Hidatidosis pulmonar.


La hidatidosis, es un tipo de helmintiasis (enfermedades provocadas por gusanos),
de transmisión animal y cuyo principal responsable es la Tenia equinococus (fig. 29).
A nivel pulmonar, la principal lesión es el quiste hidatídico, el cual puede visualizarse
mediante estudios radiológicos (fig. 30). En el interior del quiste hay líquido que contiene

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gran cantidad de escólex (cabezas de la tenia), pudiendo vaciarse su contenido hacia la luz
bronquial o a la cavidad pleural. El principal método diagnóstico es el inmunoserológico.

Fig. 29. Imagen


(100x) de una Tenia
echinococcus con
el cuerpo comple-
to (estróbilo). Se
pueden apreciar la
cabeza (escólex) y 3
proglótides, siendo la
última la más ancha
(proglótide grávida).

Fig. 30. Imagen radiográfica (proyección lateral) en la que se


apre­cia la presencia de un quiste hidatídico a nivel del lóbulo
inferior del pulmón derecho.

3.4. Citología de la tuberculosis.


La tuberculosis, es una enfermedad infecciosa cuya forma de transmisión es
fundamentalmente por vía aérea y que está provocada por unos bacilos pertenecientes
a la especie Mycobacterium, de los cuales los más importan­tes son el M. tuberculosis o

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bacilo de Koch y el M. bovis. La enfermedad pro­duce afectación pulmonar y extrapulmonar
(genitourinaria, osteoarticular, ganglionar, digestiva, etc...), provocando la formación de
granulomas (fig. 31) que, a diferencia de la sarcoidosis, son caseificantes.

Fig. 31. Histopatología de un granuloma tuberculoso. Se aprecia una zona central


con necrosis caseificante, rodeada por numerosas células epitelioides. En la parte más
externa hay un rodete de linfocitos. Del mismo caso de la figura 1.32 (Hxt, 200x).

Aunque en los exámenes rutinarios de esputos no existen datos concretos que


confirmen la existencia de infección, la presencia de células epitelioides y células gigantes
multinucleadas tipo Langhans (fig. 32) pueden orientar hacia la naturaleza del proceso y
realizar pruebas más específicas como la tinción de Ziehl-Neelsen (fig. 33), coloraciones
fluorescentes (auramina-rodamina) y medios de cultivo como el de Lówenstein-Jensen.

Fig. 32. Tuberculosis


pulmonar. Imagen de una
citología de esputo donde
observamos una célula
gigante multinucleada tipo
Langhans, con un citoplasma
borroso y los núcleos situados
en la periferia (Papanicolaou,
400x).

34 Tema 1 Citología de las vías respiratorias


Fig. 33. Sección
histológica de tejido
pulmonar donde se
observan pequeños
bacilos de color
rojizo, algunos de
ellos fagocitados
por macrófagos,
correspondientes a un
caso de tuberculosis
(coloración de Ziehl-
Neelsen, WOOx).

La sarcoidosis, es una enfermedad sistémica (provoca afectación de varios órganos)


y de causa desconocida. Uno de los órganos afectados con mayor frecuencia es el pulmón,
provocando adenopatías hiliares (fig. 34) e infiltrados pulmonares. A nivel histológico, la
sarcoidosis se caracteriza por la formación de granulomas no caseificantes (fig. 35), siendo
la biopsia transbronquial uno de los métodos de diagnóstico. En los esputos de pacientes
afectados por dicha enfermedad pueden aparecer células epitelioi­des (fig. 36) y células
gigantes multinucleadas tipo Langhans.

Fig. 34. Imagen radiográfica de una sarcoidosis pulmonar, donde se observan las típicas
adenopatías hiliares bilaterales.

Tema 1 Citología de las vías respiratorias 35


Fig. 35. Detalle de un granuloma pulmonar donde se observan, en la parte central, dos células
gigantes multinucleadas tipo Langhans. De un caso de sarcoidosis (HxE, 200x).

Fig. 36. En los extendidos celulares, las células epitelioides se caracterizan por sus núcleos alar-
gados o de forma oval y con una cromatina muy tenue. Los citoplasmas están poco definidos
y la disposición celular es laxa (Papanicolaou, 400x).

La bronquitis folicular, es una entidad consistente en la infiltración de la submucosa


bronquial por numerosos linfocitos (fig. 37), que presentan diferentes estados de
maduración. En los extendidos de esputo pueden observarse gran cantidad de linfocitos

36 Tema 1 Citología de las vías respiratorias


(fig. 38), dispuestos en regueros o en densos agregados sin superposición. Suele plantearse
el diagnóstico dife­rencial con el carcinoma «oat cell» y con los linfomas.

3.5. Infecciones virales.

Fig. 37. Sección


histológica de la
pared de un bronquio,
donde observamos un
infiltrado de linfocitos
por debajo de la
mucosa bronquial
(HxE, 400x).

Fig. 38. Presencia


de numerosos
linfocitos en un
extendido de esputo,
los cuales aparecen
a t ra p a d o s p o r e l
moco y dispuestos
en reguero. Es muy
importante constatar
la uniformidad de los
núcleos, tanto en el
tamaño como en la
propia morfología
(Papanicolaou, 400x).

Este tipo de infecciones son quizás las más frecuentes a nivel de las vías respiratorias.
En personas sin una patología grave subyacente, suelen ser autolimitadas y no provocan
graves daños en el epitelio respiratorio. Aunque en los exámenes del esputo podemos
observar datos inespecíficos (aumento de la descamación celular, necrosis, infiltrado
inflamatorio, etc...), a veces, dependiendo del virus de que se trate pueden aparecer
alteraciones más específicas.

Tema 1 Citología de las vías respiratorias 37


El virus del Herpes, provoca los típicos cambios (fig. 39) consisten­tes en:
multinucleaciones con cariomegalias y moldeamiento de los núcleos, inclusiones
intranucleares eosinófilas y marginación de la cromatina con el típico aspecto en «vidrio
esmerilado». La neumonía herpética puede estar asociada con otros agentes infecciosos,
principalmente hongos, de forma particular en pacientes debilitados con estados avanzados
de cáncer o SIDA.

Fig. 39. Imagen citológica de un aspirado bronquial, correspondiente a un caso de traqueo-


bronquitis herpética. Se observan numerosas células bronquiales mostrando multinucleaciones,
moldeamiento de los núcleos y marginación de la cromatina hacia los bordes (aspecto «en
vidrio esmerilado») (Papanicolaou 400x).

El virus de la parainfluenza, produce la pérdida de los cilios del epitelio respiratorio


y muchas células columnares contienen pequeños cuerpos de inclusión eosinófilos
intracitoplasmáticos.
La infección por adenovirus, produce inclusiones intranucleares de tonali­dad basófila
(fig. 40).
La infección por el virus sincitial respiratorio, provoca células multinucleadas grandes,
a veces con inclusiones intracitoplasmáticas basófilas.
El Citomegalovirus, se presenta muy infrecuentemente y dicha infección suele
darse en lactantes por infección intrauterina, o en inmunodeprimidos (sobretodo en
trasplantados). Los núcleos de las células infectadas por este virus contienen inclusiones
intranucleares generalmente eosinófilas, de gran tamaño y rodeadas por un halo claro.

38 Tema 1 Citología de las vías respiratorias


Fig. 40. Infección por adenovirus, con la presencia en el esputo de células bronquiales con
llamativas inclusiones intranucleares de tonalidad basófila (Papanicolaou, 400x).

3.6. Neumonías bacterianas.


En las neumonías bacterianas (fig. 41), aparece en los extendidos de esputo una
gran cantidad de exudado fibrinoso junto a numerosos leucocitos polimorfonucleares y
abundantes detritus celulares (fig. 42). Con tinciones específicas (sobretodo la de Gram)
puede observarse generalmente el microorganismo causal. Es importante mencionar que,
procesos neumónicos en vías de organización y de tipo necrotizante pueden ser causa de
diagnósti­cos falsos positivos.

Fig. 41. Neumonía aguda, al comienzo de la denominada fase de hepatización roja.


Pueden observarse los espacios alveolares repletos de leucocitos junto a una notable
congestión vascular (HxE, 200x).

Tema 1 Citología de las vías respiratorias 39


Fig. 42. Citología de esputo correspondiente a un paciente afectado por una neumonía bacteriana.
El extendido posee las características de un proceso inflamatorio agudo (Papanicolaou, 200x).

3.7. Citología de las enfermedades intersticiales.


Las enfermedades pulmonares intersticiales, se caracterizan porque a par­tir de un
proceso inflamatorio de etiología conocida (radiaciones, agentes químicos, inhalación de
partículas, etc...) o en otros casos desconocida, se desarrolla un proceso de fibrosis con
afectación alveolointersticial y también de pequeñas vías aéreas y vasos sanguíneos.
Para su diagnóstico, en la mayoría de los casos el examen citológico del esputo no
aporta datos concretos, siendo por el contrario el lavado broncoalveolar de gran utilidad.
Así, un aumento de neutrófilos es propio de enferme­dades como la fibrosis pulmonar
idiopática y la asociada a enfermedades del colágeno. Un aumento de linfocitos es propio
de la sarcoidosis, la alveolitis alérgica extrínseca y neumonitis por irradiación. Un aumento
en el número de eosinófilos puede darse sobretodo en las eosinofilias pulmonares.
Debido a la terapéutica con radiaciones de los propios tumores pulmona­res o de
órganos adyacentes, se producen en las células pavimentosas de epitelios estratificados
(boca y faringe) y de la mucosa traqueobronquial, una serie de alteraciones (fig. 43) que
conviene interpretarlas de forma muy cautelosa. En general, las células exfoliadas pueden
presentar:
- Aumento del tamaño celular, tanto del citoplasma como del núcleo, pero
con conservación de la relación N/C.
- Binucleaciones o multinucleaciones.

40 Tema 1 Citología de las vías respiratorias


Fig. 43. Cambios postradioterapia en una citología de esputo. Aunque hay un agrandamiento celular,
se mantiene la relación N/C. Es muy llamativa la tingibilidad de los citoplasmas, algunos de ellos con
vacuolas y leucocitos fagocitados (Papanicolaou, 400x).

- Cromatinas poco tingibles con alteraciones en su distribución.


- Vacuolizaciones citoplasmáticas y cambios en su reacción tintorial (anfofilia,
eosinofilia, etc...).
Los distintos fármacos antitumorales pueden provocar cambios, tanto en las
células del parénquima pulmonar como en las de la mucosa bronquial. Dichos cambios
consisten fundamentalmente en aumento del tamaño celu­lar, cariomegalias, tendencia
al hipercromatismo y presencia de nucléolos.
Las Neumoconiosis, son un variado grupo de enfermedades que surgen como
respuesta de los pulmones a la inhalación de diversos tipos de sustan­cias de origen
inorgánico o mineral. Están englobadas dentro del capítulo de enfermedades pulmonares
profesionales.
Entre las más representativas destacan la antracosis, la silicosis y la asbestosis.
La antracosis, resulta de la inhalación y posterior infiltración pulmonar por el polvo
de carbón (fig. 44). En los extendidos de esputo se obser­van numerosos macrófagos que
han fagocitado partículas de carbón (fig. 45), las cuales forman también parte del fondo
del extendido.
La silicosis, es pulmonar. La lesión anatomopatológica característica es el denominado
nódulo silicótico (fig. 46). Es frecuente su asociación con la antracosis (silicoantracosis).

Tema 1 Citología de las vías respiratorias 41


Fig. 44. Sección histológica de pulmón, donde observamos la infiltración de material antra-
cótico (HxE, 200x).

Fig. 45. Citología de esputo, con la presencia de gran cantidad de material antracótico fago-
citado por numerosos macrófagos (Papanicolaou, 400x).

La asbestosis. Está producida por la inhalación de partículas de fibras de asbesto


(mezcla de óxido de hierro y silicato de magnesio). Su importancia radica en el potencial
carcinogénico de dicho compuesto. Una vez inhala­das las fibras de asbesto, las que no
pueden ser digeridas por los macrófagos, inducen una respuesta fibrogénica que lesiona
el parénquima pulmo­nar, dando lugar a cuadros de alveolitis y de neumonitis intersticial.

42 Tema 1 Citología de las vías respiratorias


Fig. 46. Sección, mediante técnica de corte especial, que nos
muestra todo un pulmón afectado por silicoantracosis. A sim-
ple vista, observamos el depósito de material antracótico y la
extensa reacción fibrótica acompañante.

En los extendidos de esputo pueden observarse los denominados «cuerpos de


asbesto» (fig. 47), formados por fibras de asbesto que están envueltas por material proteico
y compuestos férricos (respon­sables de su coloración). Otras estructuras denominadas
«cuerpos ferru­ginosos», son muy parecidas a los cuerpos de asbesto pero sin dicho
componente.

Fig. 47. Cuerpo de asbesto en un extendido de esputo. Se observa el depósito de


material férrico que envuelve a una fibra de asbesto (Papanicolaou, 400x).

Tema 1 Citología de las vías respiratorias 43


4. ARTEFACTOS Y CONTAMINANTES
En los extendidos de esputo, son sobretodo numerosos los contaminan­tes originados
a su paso por la cavidad bucal o por contaminación de los colorantes para su tinción. Como
muestra de ejemplos observados, podemos mencionar:
Células vegetales. El parénquima vegetal, denota la presencia de células alargadas
y con paredes gruesas. La presencia de dichas células en el esputo, en ocasiones puede
hacernos confundir con la presencia de célu­las metaplásicas atípicas (fig. 48).

Fig. 48. Parénquima vegetal


en un extendido de esputo.
Llama la atención la presen-
cia de células de contornos
poligonales, alineadas en
cordones y rodeadas por
una especie de cubierta.
Para un observador inex-
perto, dichas células pueden
ser confundidas con células
propias del esputo (Papani-
colaou, 400x).

Algas microscópicas. Se pueden observar varios tipos (diatomeas, cianofíceas,


etc...) que adoptan una gran variedad de formas (alargadas, estrella­das, redondeadas,
etc...), resultando su presencia generalmente por conta­minación del agua utilizada en el
laboratorio. Al microscopio suelen aparecer fuera de foco (figs. 49A y 49B).

Figs. 49 A-B. Microalga de morfología estrellada (Papanicolaou, 200x). Microalga en forma de fibra, con tabi-
caciones y paredes dentadas (Papanicolaou, 400x).

44 Tema 1 Citología de las vías respiratorias


Granos de polen. Suelen aparecer adoptando diferentes formas. Al microscopio
llaman la atención sus gruesas paredes birrefringentes y en ocasiones fuera de foco (fig.
50). Algunos pólenes pueden seme­jar huevos de parásitos.

Fig. 50. Polen de pino,


como contaminante de
un extendido de esputo
(Papanicolaou, 400x).

Granos de talco (fig. 51). Debidos a la utilización de guantes durante la toma o


el procesado de la muestra. Aparecen como estructuras cristaloi­des, transparentes y con
una especie de espiculación en el centro. Al ser observados con luz polarizada presentan
la típica cruz de Malta.

Fig. 51. Granos de tal-


co en una citología de
esputo (Papanicolaou,
400x).

Hongos. Su presencia suele ser debida a contaminación de los propios colorantes.


Como algunos ejemplos podemos mencionar: Alternaria (fig. 52), Geotrichum (fig. 53),
Aspergillus, etc...

Tema 1 Citología de las vías respiratorias 45


Fig. 52. Extendido
de esputo con la
p re s e n c i a d e d o s
macroconidios
correspondientes a
la especie Alternaria
(Papanicolaou, 400x).

Fig. 53. Citología


de esputo en la
que observamos
formaciones
rectangulares y
alargadas, a modo
de hifas, compatibles
c o n l a p re s e n c i a
de Geotrichum
(Papanicolaou, 400x).

Bacterias. Suelen aparecer en los extendidos al contaminarse el esputo a su paso


por la cavidad bucal. Entre ellas podemos destacar: Sarcinas, Leptothricia bucalis (fig. 54),
Actinomyces (fig. 55), etc...
Fibras musculares. Resultantes de la contaminación por restos de alimen­tos en la
cavidad bucal. Se suelen apreciar las típicas estriaciones trans­versales (fig. 56).

5. CITOLOGÍA DEL EXUDADO NASAL


La citología del exudado nasal, es una técnica sencilla en la que, mediante una
torunda de algodón aplicada en las fosas nasales, obtenemos un mate­rial que es extendido
en un portaobjetos y teñido, bien con la técnica de Papanicolaou, o bien con Giemsa.

46 Tema 1 Citología de las vías respiratorias


Fig. 54. Presencia de numerosas formaciones de aspecto filamentoso y dispuestas a modo
de madeja, en un extendido de esputo, compatibles con la existencia de Leptothricia bucalis
(Papanicolaou, 400x).

Fig. 55. Extendido de esputo con la presencia de formaciones alargadas y con pequeñas
prolongaciones filiformes o de aspecto algodonoso. Dichas estructuras son muy sugestivas
de la presencia de Actinomyces (Papanicolaou, 200x).

Este tipo de citología suele ser de utilidad en el diagnóstico complementa­rio de la


rinitis alérgica activa, existiendo generalmente en estos casos un aumento significativo
en el número de eosinófilos, correlacionándose éste con la magnitud de la exposición y
con los síntomas. El examen de los exten­didos, proporciona los siguientes datos:

Tema 1 Citología de las vías respiratorias 47


Fig. 56. Presencia de fibras musculares estriadas, en una citología de esputo (Papanicolaou, 400x).

- Presencia de células escamosas de tipo superficial e intermedio (prove­nientes


del vestíbulo nasal) y células columnares de la mucosa nasal.
- Presencia de moco en forma de estructuras filamentosas.
- Comúnmente células inflamatorias de tipo neutrófilos.
- Presencia de eosinófilos (fig. 57), siendo la cifra en los recuen­tos superior al
10% del total de los leucocitos para considerarse como patológico.

Fig. 57. Citología de un exudado nasal donde observamos, junto a leucocitos


polimorfonucleares de tipo neutrófilo, la presencia de un gran número de eosinófilos
(Giemsa, 200x).

48 Tema 1 Citología de las vías respiratorias


6. CITOLOGÍA DEL LAVADO BRONCOALVEOLAR
El lavado broncoalveolar (BAL), es una técnica que consiste en la introduc­ción, en
un determinado segmento pulmonar, de suero salino fisiológico y posterior aspiración del
mismo.
A través del fibrobroncoscopio se introducen entre 100 y 200 ml. de líquido,
recogiéndose mediante aspiración entre el 30 y el 70% de la cantidad intro­ducida, la cual
es depositada en recipientes de plástico (los macrófagos se adhieren al vidrio).
En el laboratorio, las muestras suelen citocentrifugarse y teñirse con Papanicolaou
(fig. 58) o con Giemsa.
En el recuento celular se valora la presencia de histiocitos, linfocitos, neu­trófilos,
eosinófilos y basófilos. En condiciones normales el recuento es de un 94% de histiocitos,
un 5% de linfocitos y un 1% de polimorfonucleares neutrófilos.
Sus principales indicaciones son:
- Estudio y valoración de las alveolitis en las enfermedades pulmonares
intersticiales difusas.
- Análisis microbiológico (pneumocistis, hongos, virus, etc...).
- Búsqueda de células malignas.

Fig. 58. Citología de un


lavado broncoalveolar,
correspondiente a un
caso de neumonitis in-
tersticial. Observamos
un grupo de células
alveolares con ligeras
cariomegalias y presen-
cia de nucléolos, acom-
pañadas por un gran
número de leucocitos
polimorfonucleares (Pa-
panicolaou, 400x).

Tema 1 Citología de las vías respiratorias 49


50 Tema 1 Citología de las vías respiratorias

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