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Unidad 9

Fisiopatología
respiratoria
Fisiopatología general
ÍNDICE

OBJETIVOS ................................................................................................................... 3
CASO PRÁCTICO DE LA UNIDAD ............................................................................... 4
1. ANATOMÍA E HISTOLOGÍA DEL APARATO RESPIRATORIO ............................. 5
1.1. Las vías aéreas.............................................................................................. 6
1.2. La superficie alveolar ................................................................................... 9
1.3. Los pulmones .............................................................................................. 10
1.4. Los músculos respiratorios .......................................................................... 13
1.5. Recuerda .................................................................................................... 14
2. LA FISIOLOGÍA DE LA RESPIRACIÓN .............................................................. 15
2.1. Introducción ............................................................................................... 16
2.2. La ventilación ............................................................................................. 17
2.3. La hematosis ............................................................................................... 18
2.4. El transporte ................................................................................................ 19
2.5. Respiración celular ..................................................................................... 20
2.6. Recuerda .................................................................................................... 21
3. FISIOPATOLOGÍA DE LA RESPIRACIÓN .......................................................... 22
3.1. Patologías de las vías pulmonares (I) ....................................................... 23
3.2. Patologías de las vías pulmonares (II) ...................................................... 24
3.3. Patologías de las vías pulmonares. Enfermedades pulmonares
obstructivas crónicas (EPOC) .............................................................................. 31
3.4. Patologías de las vías pulmonares. Neoplasias de las vías respiratorias.
32
3.5. Patologías de la pleura ............................................................................. 34
RESUMEN ................................................................................................................... 35

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OBJETIVOS
RA1. Caracterizar los procesos que hay que realizar en los laboratorios de
citogenética y biología molecular, relacionándolos con los materiales y equipos.

a) Identificar las áreas de trabajo de cada laboratorio.

b) Identificar los equipos básicos y materiales.

c) Seleccionar las normas para la manipulación del material y los


reactivos en condiciones de esterilidad.

d) Describir las técnicas realizadas en cada área.

e) Describir el protocolo de trabajo en la cabina de flujo laminar.

f) Establecer el procedimiento de eliminación de los residuos generados.

g) Definir las condiciones de seguridad

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CASO PRÁCTICO DE LA UNIDAD
-Germán: Sin duda, como profesionales de la salud que sois, tenéis muy claro la
importancia que tiene una adecuada ventilación de los ambientes con el fin de
favorecer la calidad del aire en nuestros pulmones y tener una buena salud
respiratoria.

-Erick: La verdad es que sí, y más ahora raíz de todo lo sucedido por la Covid-19.
Creo que esa preocupación es generalizada por toda la sociedad, incluso hay
mucha gente que está trabajando aumentar su capacidad pulmonar
ejercitando los músculos necesarios para la respiración trabajando el
diafragma.

-Carlos: Sí, aunque también es cierto que la mayoría de las personas que yo
conozco interpreta que respirar es la sucesión de inspiraciones y espiraciones,
que se realiza de manera automática, sin darle mas importancia. Pero la
realidad el proceso es mucho más complejo y vital para nosotros.

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1. ANATOMÍA E HISTOLOGÍA DEL APARATO
RESPIRATORIO
Caso práctico
Pedro estaba escuchando atentamente sobre las circunstancias que se pueden dar en un
laboratorio las que deben crear los profesionales que allí trabajan para las personas con
dificultad para respirar.

-Pedro: Siempre que vamos a trabajar con algún agente químico procuramos protegernos lo
máximo posible utilizando pantallas, mascarillas y guantes.

-Valeria: En mi laboratorio procuramos evitar salir y entrar a ese espacio cuando hay alguien
trabajando con agentes químicos para evitar la fuga de gases tóxicos si se provocan o para
evitar el contacto con el aire.

Los pulmones son dos órganos fundamentales del aparato respiratorio.


Fuente: Pixabay.

El aparato respiratorio consta de una serie de conductos por los que circulan el
aire inspirado y el aire espirado, que denominamos vías aéreas, y una zona de
intercambio de gases o superficie alveolar. Parte de estas vías forman dos
órganos claramente identificables: los pulmones.

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1.1. Las vías aéreas
Las vías aéreas se dividen en dos zonas:

• Vías aéreas superiores o altas: fosas nasales, faringe y laringe.

• Vías aéreas inferiores o bajas: tráquea y bronquios.

La mucosa de las vías aéreas varía según la zona, como veremos a


continuación. Pero en todo el recorrido encontramos, con mayor o menor
presencia, células caliciformes, que son glándulas unicelulares que segregan
moco por exocitosis a la luz del conducto.

La secreción de las células caliciformes recubre el epitelio y tiene como función


principal mantenerlo húmedo. Sin esta capa, el epitelio se desecaría por el paso
constante de aire, lo cual provocaría lesiones celulares.

La respuesta de estas células a los agentes agresivos es la hipertrofia y la


hiperplasia, segregando más moco y aumentando considerablemente su
número. Estas alteraciones citológicas pueden indicar enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC), enfisema pulmonar, bronquitis crónica o asma.

- LAS VÍAS AÉREAS ALTAS

Están formadas por las fosas nasales, la faringe y la laringe.

La mucosa de estas vías presenta abundantes células escamosas. Son células


poligonales, grandes, con amplio citoplasma eosinófilo o cianófilo y núcleo de
cromatina regular, pequeño y central. Si se irritan o se infectan, estas células
maduran de una forma acelerada hasta llegar a la queratinización.

Las fosas nasales

Son dos cavidades separadas por un tabique, comunicadas con el exterior por
los orificios nasales o narinas. Constituyen el tramo inicial del aparato respiratorio,
sirviendo para la entrada y salida de aire; además, contienen el órgano del
olfato.

El interior de las fosas nasales está tapizado por membrana mucosa de dos tipos:

• Mucosa respiratoria o pituitaria roja. Recubre la mayor parte de la fosa


nasal, y contiene células ciliadas y células caliciformes que secretan
moco. El moco forma una capa superficial en la que quedan atrapadas
las partículas extrañas, a las que el movimiento de los cilios arrastra hacia
la faringe para ser eliminadas. Esta mucosa también humedece y
calienta el aire inspirado.

• Mucosa olfativa o pituitaria amarilla. Está situada en la parte superior de


las fosas nasales, y contiene células nerviosas olfativas.

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La faringe

Es un conducto complejo que conecta la cavidad nasal y la cavidad oral con


el esófago y con la laringe. Es una zona de paso mixta para el alimento y el aire
respirado, en la cual la epiglotis evita que los alimentos pasen a las vías
respiratorias.

Figura 9.1. Zonas de la faringe.


Fuente: Editorial Altamar.

La faringe, por tanto, es un tramo común de los aparatos respiratorio y digestivo.


Distinguimos tres zonas en ella:

Nasofaringe, con epitelio cilíndrico ciliado pseudoestratificado. Está situada


detrás de la nariz, por encima del paladar blando.

Orofaringe o mesofaringe, con epitelio escamoso estratificado. Es la porción


más posterior de la boca y en ella se encuentran las amígdalas palatinas o
anginas.

Laringofaringe o hipofaringe, con epitelio cilíndrico ciliado pseudoestratificado.


Es la posición que comunica con el esófago. En la laringofaringe desembocan
dos tubos anatómicos, la laringe por delante y el esófago por detrás; entre
ambas se localiza la epiglotis, una estructura cartilaginosa que durante la
deglución cierra la laringe para evitar que los alimentos pasen a las vías
respiratorias.

La laringe

Es un órgano tubular, constituido por varios cartílagos mayormente semilunares,


que comunica la faringe con la tráquea.

Tiene una región denominada glotis, formada por dos pares de pliegues o
cuerdas vocales. Los pliegues superiores se denominan cuerdas vocales falsas y
los inferiores, cuerdas vocales verdaderas. Las cuerdas vocales verdaderas son
las responsables de la emisión de los sonidos propios del habla al vibrar cuando
pasa entre ellas el aire espirado.

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- LAS VÍAS AÉREAS BAJAS

Están formadas por la tráquea y los bronquios. En estas vías se observan


abundantes células cilíndricas ciliadas, que también encontramos en la
cavidad nasal. Son células prismáticas y triangulares con una larga cola y una
barra apical de cilios en su parte luminal. El núcleo de estas células es único y
alargado, y está situado en el tercio basal o medio de la célula.

Son células que se descaman de forma aislada o en pequeños grupos. A veces


pueden presentar signos degenerativos como pequeñas vacuolas
supranucleares, pérdida de cilios y picnosis nuclear y también contorno irregular.

La tráquea

Es un conducto de unos 12 cm de longitud y unos 3 cm de diámetro, que


conecta la laringe con los bronquios. Su mucosa tiene células
pseudoestratificadas ciliadas, que actúan de línea defensiva frente a la entrada
de partículas. Está formada por entre 16 y 20 anillos de cartílago hialino en forma
de C, con la porción abierta orientada hacia atrás para permitir la distensión del
esófago durante la deglución de los alimentos.

Los bronquios

La tráquea se divide en dos conductos o bronquios primarios, uno dirigido hacia


el pulmón izquierdo y otro hacia el derecho. Dentro de cada pulmón, los
bronquios primarios van hasta las vías aéreas de conducción de menor calibre
o bronquiolos terminales.

Figura 9.2. Corte transversal de un bronquio. Su estructura es similar a la de la tráquea.


Fuente: Editorial Altamar.

• Bronquios principales: primarios, secundarios y terciarios. Su luz está


recubierta por un epitelio respiratorio columnar alto no estratificado, en
el que se observa una menor cantidad de células caliciformes a medida
que pasamos de un bronquio a otro.

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La lámina propia es fina y elástica, y aparece completamente rodeada
de músculo liso dispuesto en espiral, lo cual permite disminuir el diámetro
y la longitud del bronquio. Por debajo del tejido muscular encontramos
una red cartilaginosa que también va disminuyendo a medida que
pasamos de un bronquio a otro, hasta que solo quedan unas cuantas
placas irregulares.

• Bronquiolos. Su epitelio es de tipo simple, cilíndrico ciliado con pocas


células caliciformes. También posee musculatura lisa dispuesta en espiral,
pero carece de esqueleto cartilaginoso.

• Bronquiolos terminales. Su epitelio carece de células caliciformes y está


formado principalmente por células cuboideas ciliadas y por unas
cuantas células no ciliadas con función secretora, denominadas células
de Clara.

• Bronquiolos respiratorios. El epitelio de los bronquíolos respiratorios


muestra una transición a partir del de los bronquíolos terminales, con más
células de Clara cuanto más distal sea la porción.

1.2. La superficie alveolar


A continuación de los bronquiolos, la ramificación continúa con:

• Conductos alveolares.

• Sacos alveolares.

• Alveolos. El epitelio alveolar es muy plano y está rodeado de capilares.

Las células epiteliales que recubren los alveolos se denominan neumocitos. Los
hay de dos tipos:

• Neumocitos de tipo I. La mayoría de la superficie del alveolo está cubierta


por este tipo de células. Son grandes y extremadamente planas, y son las
encargadas de que se produzca el intercambio de gases.

• Neumocitos de tipo II. Son responsables de segregar una sustancia


surfactante. Por fuera de estas células hay fibroblastos que sintetizan
fibras elásticas y conectivas que proporcionan soporte al alveolo y que
son las responsables del comportamiento elástico de los pulmones.

En los alveolos también hay macrófagos alveolares, que recorren la superficie


alveolar y fagocitan las partículas extrañas que han conseguido llegar hasta
esta zona, constituyendo la última barrera defensiva. Normalmente proceden
de los monocitos sanguíneos.

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Son células grandes, ovoideas, de núcleo excéntrico, de formas variables, pero
frecuentemente arriñonadas. Tienen escaso valor diagnóstico ya que pueden
aparecer sin patología; su presencia en una muestra de esputo demuestra que
la muestra procede del tracto respiratorio inferior.

En la neumonía del sarampión y otras infecciones virales, así como en los


carcinomas o durante la radiación pueden aparecer macrófagos
multinucleados.

1.3. Los pulmones

Las redes de conductos en que se ramifican los bronquios y todos los alveolos y
sacos alveolares en que acaban estas redes constituyen dos órganos definidos:
los pulmones.

Los pulmones son dos masas esponjosas situadas en la cavidad torácica.


Descansan sobre el diafragma y están separados entre sí por una zona
llamada mediastino.

Tenlo en cuenta

La cavidad torácica está limitada por el esternón, las costillas, la columna


vertebral y el diafragma.

- ANATOMÍA DE LOS PULMONES

Se distingue entre pulmón izquierdo y pulmón derecho, que es de mayor


tamaño. Externamente los pulmones siguen la forma redondeada de la caja
torácica. En la zona del mediastino, el pulmón izquierdo presenta una hendidura
donde se acomoda el corazón.

Figura 9.3. Vías aéreas bajas.


Fuente: Editorial Altamar.

Anatómicamente se dividen en lóbulos, separados por cisuras.

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A su vez, los lóbulos se dividen en lobulillos, separados por tabiques de tejido
conjuntivo y de forma y tamaño variables.

En cada pulmón se observa la entrada de un bronquio, que se va ramificando


en conductos cada vez más pequeños hasta desembocar en los alveolos, que
es donde se produce el intercambio de gases gracias a que tienen un epitelio
muy delgado y están rodeados de una red de capilares. El número total de
alveolos en los pulmones oscila entre los 300 y los 600 millones, lo cual
proporciona una superficie total para el intercambio de gases de unos 100 m2.

- LA PLEURA

La pleura es una membrana serosa que recubre ambos pulmones, el mediastino,


el diafragma y la parte interna de la caja torácica. Está formada por dos hojas
que delimitan un espacio interpleural:

• Hoja parietal o exterior. Está adherida a la cara interna de la pared costal.

• Hoja visceral o interna. Se encuentra adherida firmemente a los


pulmones.

• Espacio interpleural. Es muy reducido ya que las dos hojas están muy
próximas (la separación es de entre 5 y 10 μm). Contiene unos 20 ml de
líquido pleural, que se obtiene por ultrafiltración del plasma y que se está
renovando continuamente.

En condiciones normales no se pueden observar las dos hojas; pero cuando


entre ellas se acumula aire o más líquido de lo normal, se produce una
separación y se puede apreciar la existencia individualizada de cada hoja.

La presión en la cavidad pleural es negativa, y puede mantenerse gracias a los


capilares linfáticos que drenan el líquido y generan con su aspiración una
presión negativa. La entrada de aire a la cavidad pleural elimina la presión
negativa, provocando el colapso del pulmón y limitando en gran medida la
respiración.

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Histológicamente las hojas de la pleura están formadas por:

• Un epitelio formado por una capa de células mesoteliales, entre las


cuales se localizan otras células: leucocitos, linfocitos, hematíes, células
plasmáticas, histiocitos, etc. Las células mesoteliales son células de forma
cuboidea con microvellosidades que presentan núcleos redondos,
arriñonados u ovales, y numerosas vesículas pinocíticas que liberan varias
sustancias.

• Una lámina basal con varias capas de tejido conectivo, formado


principalmente por fibras de colágeno y de elastina, que contiene vasos
sanguíneos y linfáticos. La capa fibrosa de la pleura visceral se extiende
hacia el interior de los pulmones constituyendo tabiques fibrosos que se
continúan con el esqueleto fibroelástico del parénquima pulmonar.

La pleura tiene dos funciones:

• Mantener en contacto el pulmón con la pared torácica, de forma que


sus movimientos vayan al unísono.

• Actuar como lubricante, permitiendo que las hojas resbalen entre sí y no


haya mucha fricción en un órgano en continuo movimiento.

- LA VASCULARIZACIÓN E INERVACIÓN DE LOS PULMONES (I)

El aporte de sangre a los pulmones es tan importante para la respiración como


la entrada de aire al espacio alveolar.

La circulación pulmonar dispone de una extensa red de capilares (300 millones)


que rodean cada uno de los alveolos. La superficie total de este lecho capilar
es de unos 70 m2, lo que permite una estrecha correlación entre las superficies
alveolares y endoteliales.

Los pulmones tienen una doble irrigación:

• La circulación entre corazón y pulmones, para la oxigenación de la


sangre:

o La arteria pulmonar sale del corazón y lleva la sangre a los


pulmones para su oxigenación.

o Las venas pulmonares devuelven la sangre oxigenada al corazón.

Esta red vascular se denomina irrigación funcional, ya que es necesaria


para que el aparato respiratorio desarrolle su función fisiológica.

• La circulación para la irrigación de las distintas zonas del aparato


respiratorio. Es de origen aórtico y constituye la irrigación, ya que es la
que proporciona oxígeno y nutrientes a los tejidos del aparato
respiratorio.

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Hasta las vías respiratorias llegan fibras procedentes del sistema nervioso
autónomo, que inervan las fibras musculares lisas de esta zona.

Tenlo en cuenta

La arteria pulmonar es la única arteria que transporta sangre «venosa»; lo


mismo ocurre con las venas pulmonares, que son las únicas venas que llevan
sangre oxigenada. La razón es que las denominaciones arteria/vena no se
deben al tipo de sangre que llevan, sino que identifican si el vaso procede del
corazón (arteria) o si va hacia él (vena).

1.4. Los músculos respiratorios


Los músculos principales de la respiración, el diafragma y los músculos
intercostales internos y externos, forman parte de la caja torácica.

El diafragma es el músculo que delimita la cavidad torácica por su zona inferior.


Este músculo se mueve hacia abajo durante la inspiración, haciendo descender
las vísceras abdominales y aumentando la capacidad de la caja torácica.
Cuando se relaja, asciende y reduce el tamaño de la cavidad torácica, lo cual
provoca la espiración.

Los músculos intercostales externos también contribuyen a aumentar la


capacidad durante la inspiración, mientras que los intercostales externos la
recuperan durante la espiración.

Tenlo en cuenta

Durante la respiración forzada o laboriosa y en la insuficiencia respiratoria,


además de los músculos respiratorios participan otros, desde los del cuello
hasta los del abdomen.

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1.5. Recuerda

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2. LA FISIOLOGÍA DE LA RESPIRACIÓN
Caso práctico
Germán insistió en que una mala salud bucodental multiplica el riesgo de padecer neumonía,
bronquitis o exacerbaciones de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

- Germán: Son estudios realizados por la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA). Y es que,
la continuidad anatómica entre la cavidad oral y los pulmones hace que exista una íntima
relación entre ellos. En condiciones normales, un agente infeccioso debe vencer los
sofisticados mecanismos de defensa inmunológicos y mecánicos para alcanzar el tracto
respiratorio, pero en ocasiones, este mecanismo falla.

Figura 9.4. El diafragma (en la base de los pulmones) es el principal músculo respiratorio.
Fuente: Editorial Altamar.
Antes de comenzar, es necesario definir qué entendemos por respiración. A nivel
popular se interpreta que respirar es la sucesión de inspiraciones y espiraciones,
pero en realidad el proceso es más complejo e incluye:

• Ventilación. Es el proceso mecánico de entrada y salida de aire desde el


exterior hasta los alveolos a través de las vías aéreas.

• Hematosis. Es el intercambio de gases que tiene lugar en los alveolos.

• Transporte. Es el transporte del oxígeno a través de la sangre desde los


capilares que rodean los alveolos hasta el interior de cada una de las
células del organismo.

• Respiración celular. Es el proceso metabólico mediante el cual las células


utilizan el oxígeno para oxidar nutrientes y generar energía metabólica.
En este proceso se produce dióxido de carbono.
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2.1. Introducción
Además de su participación en la respiración, el aparato respiratorio cumple
otras funciones:

• El lecho capilar pulmonar actúa como un filtro para la sangre, ya que


pequeños coágulos, restos celulares o burbujas de aire que esta pueda
contener son eliminados en este aparato. Además, es un importante
reservorio de sangre.

• Las vías aéreas ejercen una gran acción de defensa del organismo,
impidiendo la entrada de agentes patógenos en el cuerpo.

• Participa en mecanismos homeostáticos como control de la


temperatura, control de líquidos corporales, control ácido-básico, etc.

• Tiene importantes funciones metabólicas.

Figura 9.5. Mucosa traqueal, con epitelio pseudoestratificado ciliado. Los cilios tienen una
función de defensa.
Fuente: Editorial Altamar.

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2.2. La ventilación
La inspiración y la espiración permiten la circulación del aire entre el exterior y
los alveolos. Los conductos que forman las vías respiratorias canalizan este aire.

- INSPIRACIÓN Y ESPIRACIÓN

La inspiración se consigue por la contracción de los músculos respiratorios, que


amplían la cavidad torácica; la espiración, en cambio, se produce de forma
pasiva: el diafragma y el resto de los músculos se relajan, las vísceras
abdominales vuelven a su lugar y los pulmones se vacían.

La doble membrana de la pleura y el efecto lubricante del líquido pleural


permiten que los pulmones modifiquen su tamaño sin sufrir fricciones. Además,
la presión negativa del espacio pleural evita que los pulmones se colapsen
durante la espiración.

Los volúmenes respiratorios

Los volúmenes respiratorios son las cantidades de aire que entran y salen de los
pulmones con cada movimiento. La medición de estos volúmenes proporciona
información sobre la capacidad pulmonar.

Los distintos volúmenes posibles son:

• Volumen corriente (VC): es el volumen de aire inspirado o espirado en


cada respiración normal; es de unos 500 ml.

• Volumen de reserva inspiratorio (VRI): es el volumen adicional máximo de


aire que se puede inspirar por encima del volumen corriente normal
mediante inspiración forzada; es de unos 3.000 ml.

• Volumen de reserva espiratorio (VRE): es el volumen adicional máximo de


aire que se puede espirar mediante espiración forzada, después de una
espiración corriente normal; suele estar sobre los 1.100 ml.

• Volumen residual (VR): es el volumen de aire que queda en los pulmones


y las vías respiratorias tras efectuar una espiración forzada; es un volumen
que no se puede exhalar. Es de unos 1.200 ml.

La entrada del aire

El aire entra en el organismo a través de las cavidades nasales, que constituyen


además la primera barrera de defensa.

La presencia de los cornetes nasales proporciona un incremento de superficie


para que el aire contacte con la mucosa respiratoria, que tiene una gran
cantidad de células mucosas, y además presenta una densa red de capilares
a nivel de la submucosa, y pelos o vibrias en su superficie.

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Estas características estructurales permiten que el aire, al penetrar en las fosas
nasales, desarrolle, por lo tortuoso de su recorrido, un flujo turbulento que golpea
contra las paredes, permitiendo así:

• El filtrado del aire inspirado y la eliminación de las partículas en suspensión


que tengan un diámetro superior a los 4-6 µm.

• El calentamiento del aire, por contacto con el flujo sanguíneo que circula
por la red de capilares. La temperatura del aire inspirado se puede
incrementar unos 2-3 ºC.

• La humidificación del aire. El recorrido por las vías aéreas altas produce
una saturación de vapor de agua (100%).

• La protección, ya que las terminaciones nerviosas sensoriales del nervio


trigémino detectan la presencia de irritantes y producen el reflejo del
estornudo.

- LA CONDUCCIÓN DEL AIRE

Todos los conductos que llevan el aire desde la faringe hasta los sacos alveolares
tienen como función básica la conducción, aunque también contribuyen a
limpiar, humidificar y calentar el aire.

En los bronquios hay células que producen un fluido mucoso que ayuda en el
proceso de humidificación y limpieza del aire inspirado. El moco es arrastrado
por los cilios de las células epiteliales, que lo empujan hacia la faringe a una
velocidad media de 2 cm/min; por esta causa, a este sistema de protección se
lo denomina sistema escalador mucociliar.

2.3. La hematosis

Hematosis

Es el intercambio de gases entre el aire alveolar, rico en oxígeno, y la sangre,


rica en dióxido de carbono.

Los gases difunden debido a la diferencia de concentración: el oxígeno pasa a


la sangre y se combina con la hemoglobina de los glóbulos rojos, y el dióxido de
carbono pasa al alveolo para ser eliminado con el aire espirado.

El intercambio de gases entre los alveolos y la sangre de los capilares que los
envuelven se produce por la diferencia de concentración, y es posible gracias
a que:

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• Los neumocitos tipo I son células epiteliales muy planas, lo cual facilita el
paso de los gases.

• La superficie interior de los alveolos está recubierta por una sustancia


surfactante segregada por los neumocitos tipo II.

Esta sustancia está compuesta por una mezcla de proteínas, fosfolípidos y iones
que reduce la tensión superficial entre el aire respirado y la sangre, lo cual
disminuye el trabajo respiratorio y proporciona estabilidad a los alveolos
impidiendo su colapso.

Figura 9.6. Zona de intercambio de gases.


Fuente: Editorial Altamar.

2.4. El transporte
El transporte de los gases se produce mediante el sistema circulatorio.

Normalmente, cerca del 97% del oxígeno conducido desde los pulmones hacia
los tejidos se transporta en combinación química con la hemoglobina en los
hematíes. El 3% restante circula disuelto en el agua del plasma y de las células.
Por tanto, en condiciones normales, el oxígeno es transportado a los tejidos casi
en su totalidad por la hemoglobina.

Ya en los tejidos, se produce de nuevo una diferencia de concentración y una


nueva difusión de los gases en sentido inverso a la que se ha producido en los
alveolos: el oxígeno pasa a las células y el dióxido de carbono a la sangre.

El transporte del dióxido de carbono en la sangre desde las células hasta los
pulmones no suele ser problema, ya que puede ser transportado en cantidades
muy superiores a las de oxígeno.

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2.5. Respiración celular

Respiración celular

La respiración celular o interna es el conjunto de reacciones bioquímicas por


las cuales determinados compuestos orgánicos son degradados mediante
oxidación hasta convertirse en sustancias inorgánicas, en un proceso que
proporciona energía aprovechable por la célula.

Tiene lugar en las mitocondrias y permite que la energía contenida en distintas


biomoléculas, como la glucosa, se libere de manera controlada y se pueda
almacenar en forma de moléculas de ATP. Esta energía será la que utilizará la
célula en todos sus procesos biológicos.

Recuerda que…

Algunos microorganismos no utilizan oxígeno para obtener energía; son los


microorganismos anaeróbicos.

Figura 9.7. Las alteraciones respiratorias tienen efectos a escala sistémica, ya que todas las
células necesitan recibir oxígeno.
Fuente: Editorial Altamar.

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2.6. Recuerda

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3. FISIOPATOLOGÍA DE LA RESPIRACIÓN
Caso práctico
Valeria y Pedro estaban fumando en la calle en el descanso de las sesiones cuando aparece
Germán. tanto Valeria como Pedro son conscientes que el tabaco es el aliado de una amplia
variedad de enfermedades, un enemigo común para la salud bucal y respiratoria. En muchas
de estas enfermedades es considerado un factor de riesgo adicional, mientras que en otras
se sitúa como el elemento principal desencadenante y/o agravante de las mismas.

- Valeria: Ya sé que evitar fumar es la primera medida que debe tomarse para prevenir tanto
la neumonía como la bronquitis, así como para asegurar una buena salud bucodental.

- Pedro: No se preocupe Germán, nos estamos quitando, solamente arrastramos un poco lo


de ser fumadores sociales.

- Germán: No bajéis la guardia, sobre todo siendo profesionales de laboratorio. El tabaquismo


produce afectaciones en la capacidad pulmonar y una mayor inflamación por lo que si algún
día tenéis algún problema con algún agente químico en el laboratorio tenéis más
probabilidades de tener más problemas pulmonares que vuestros compañeros...

Existen muchos trastornos que afectan a la respiración, los más frecuentes se deben a
alteraciones en la pleura.
Fuente: Pixabay
Los problemas respiratorios se deben principalmente a procesos que limitan o
impiden el paso del aire por los conductos. Las causas de estas obstrucciones
pueden ser diversas; las más frecuentes son las inflamaciones, las infecciones y
las neoplasias.

También son frecuentes los problemas respiratorios debidos a trastornos en la


pleura.

Como es lógico, otros muchos trastornos afectarán a la respiración: las


alteraciones de la circulación o la fiebre modificarán la frecuencia respiratoria,
las lesiones en algunos músculos causarán dolor al inspirar o espirar, etc.
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3.1. Patologías de las vías pulmonares (I)
Se distingue entre las vías altas y las bajas. Los trastornos de las vías altas son más
frecuentes (rinitis, faringitis, etc.); la gravedad dependerá de la patología, pero
se debe tener en cuenta que si la obstrucción de la vía es total se producirá
asfixia ya que el aire no tendrá conductos alternativos por los cuales circular.

En las vías bajas no hay riesgo de asfixia por obstrucción ya que la superficie de
intercambio de gases es muy grande, pero la reducción de esta superficie por
cualquier trastorno puede causar una insuficiencia respiratoria.

- INFLAMACIONES DE LAS VÍAS ALTAS

Las inflamaciones se denominan en función de la zona afectada. Muchas de


ellas tienen origen infeccioso:

Recuerda que…

Cualquier infección en la mucosa del tracto respiratorio superior se denomina


«infección de las vías respiratorias superiores» (IRS).

Rinitis

La rinitis es una inflamación de la mucosa de la cavidad nasal. Se manifiesta con


picor nasal, moco acuoso y estornudos frecuentes. Generalmente se
acompaña de enrojecimiento en la garganta y ojos llorosos.
Se suele deber a infecciones víricas, como el catarro común o la gripe, pero
también pueden causarla agentes irritantes o alérgenos que se transmiten por
el aire (rinitis alérgica o «fiebre del heno»).

El tratamiento dependerá de la etiología aunque la eliminación del agente


causante, el reposo y el uso de antihistamínicos y anticongestivos suelen aliviar
los síntomas.

Faringitis

La faringitis es la inflamación de la faringe. Se conoce como «dolor de garganta»


y suele deberse a infecciones víricas o bacterianas. Un agente lesivo habitual es
el estreptococo.

Aparece generalmente dolor de garganta, que se suele poner roja, y dificultad


para tragar. Algunos fármacos, el reposo y el aumento de la ingestión de líquidos
suelen ser suficientes, aunque a veces se hace necesario el uso de antibióticos
si la infección es bacteriana.

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Laringitis

Se caracteriza por un edema de las cuerdas vocales, que produce ronquera y


dificultad para hablar. Hay que tener mucho cuidado pues cualquier pequeña
inflamación puede obstruir la glotis, de manera que el aire no podría pasar y se
produciría asfixia.

Se puede producir por infecciones adyacentes, la inhalación de tóxicos o


agentes irritantes, como el humo del tabaco, la intubación endotraqueal, el
abuso de las cuerdas vocales (grandes oradores) o la ingesta de alcohol. El
tratamiento conservador, como limitar la conversación, suele ser suficiente.

En los niños menores de cinco años, la laringitis puede causar crup, que es un
síndrome caracterizado por una inspiración trabajosa y una tos ronca y vibrante
que se parece al sonido de una foca. Se suele deber al virus Parainfluenza. El
niño afectado suele desarrollar síntomas después de irse a la cama y se
despierta asustado y tosiendo, pero sin fiebre.

Un cuadro mucho más peligroso y que progresa con rapidez es la epiglotitis, una
enfermedad que amenaza la vida debida a Haemophilus influenzae de tipo B
y que suele afectar a niños de entre tres y siete años. El niño presenta fiebre alta,
está ansioso y enfermo, suele estar sentado muy erguido, no puede tragar y
respira con la boca abierta. Hay que llevar al niño al hospital lo más rápido
posible.

3.2. Patologías de las vías pulmonares (II)

- INFLAMACIONES DE LAS VÍAS BAJAS

Las inflamaciones más frecuentes son el asma, la bronquitis y la neumonía.

Asma

El asma es una enfermedad pulmonar obstructiva y difusa caracterizada por tos,


dificultad para respirar y sibilancias (sonido del pecho como silbido). La
característica que define el asma es la inflamación de los bronquios, lo cual
hace que se vuelvan más gruesos y de luz más estrecha, que produzcan más
moco y que sus fibras musculares se contraigan con más facilidad. Todo esto
dificulta el paso del aire a través de ellos y genera una serie de síntomas:

• Tos: generalmente en accesos y de predominio nocturno y de


madrugada, o bien en relación con emociones (al reír o llorar) o con el
ejercicio físico.

• Sibilancias o pitos: ruidos en forma de pitos o silbidos al respirar.

• Opresión torácica, muchas veces manifestada como sensación de peso


o tirantez en el pecho.

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• Disnea o fatiga: dificultad para respirar que se puede manifestar como
respiración entrecortada o jadeo.

Los bronquios inflamados son excesivamente irritables y muy sensibles al


contacto con distintas sustancias inhalables y ante determinadas situaciones,
estímulos que en conjunto se llaman agentes desencadenantes. Algunos de
estos factores son:

• Infecciones respiratorias, tales como cuadros gripales.

• Los denominados alérgenos de los cuales los más comunes son el polvo,
los ácaros del polvo, la saliva y la caspa de los animales, y los hongos de
los ambientes húmedos.

• El ejercicio intenso.

• Los contaminantes ambientales: humo de cigarrillo o de lámparas de


queroseno o de chimeneas, olor de pinturas y de desinfectantes, etc.

El tratamiento convencional del asma bronquial puede ser:

• Sintomático. Tiene por objeto interrumpir la crisis mediante medicamentos


de acción rápida, como la adrenalina, un corticoide, oxigenoterapia,
etc.

• Preventivo. Indica el uso regular de broncodilatadores, antihistamínicos,


corticosteroides, terapia respiratoria, inmunoterapia específica, etc.

El tratamiento más eficaz para el asma se basa en identificar los elementos que
inician la crisis y, de ser posible, eliminar la exposición a dichos factores.

Fig. 9.8. Cambios en los bronquios durante una crisis asmática.


Fuente: Editorial Altamar

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Bronquitis

Se caracteriza por una inflamación del árbol traqueobronquial, causada


generalmente por una infección. Como parte o como consecuencia de una
infección del tracto superior, aparece a menudo durante el invierno. Según su
duración y etiología, se distingue entre:

• Bronquitis aguda, de corta duración y generalmente de origen


infeccioso. Se ve favorecida por factores predisponentes, como la
exposición al frío, la fatiga, la malnutrición o la exposición a la polución.
Los mecanismos normales de protección del epitelio bronquial se alteran,
y se producen numerosos líquidos que se acumulan en los bronquios. La
bronquitis aguda comienza por lo general con tos no productiva y
seguidamente se presentan otros síntomas:

o Tos con mucosidad, a veces sanguinolenta. Si el moco de la


bronquitis es verde amarillento y va acompañada de fiebre, lo más
probable es que haya infección bacteriana.

o Pitidos o sibilancias.

o Se nota un burbujeo en la auscultación.

o Dificultad respiratoria.

o Malestar general con dolores de espalda y cuello.

• Bronquitis crónica, de larga duración y con recidivas frecuentes. La


bronquitis crónica se considera un tipo de enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC). En la bronquitis crónica, además de los
síntomas de la bronquitis aguda también pueden presentarse los
siguientes síntomas:

o Inflamación de tobillos, pies y piernas.

o Coloración azulada de los labios provocados por los bajos niveles


de oxígeno en sangre.

o Propensión a sufrir infecciones respiratorias como resfriados y gripe.

o Como tratamiento se recomienda el reposo en caso de fiebre y el


uso de antitusígenos si la tos es excesiva, así como el uso de
antibióticos si es producida por una infección bacteriana. En caso
de necesidad también se pueden usar broncodilatadores para
facilitar la respiración y corticoides para la inflamación.

26
Neumonía

La inflamación del tracto respiratorio inferior que afecta a las vías aéreas
pulmonares se denomina neumonía. La neumonía puede ser causada por varios
agentes etiológicos:

• Bacterias, entre las cuales el neumococo (Streptococcus pneumoniae)


es una de las más frecuentes.Algunas bacterias como Legionella
pneumophila, Mycoplasma pneumoniae y Chlamydophila pneumoniae
provocan cuadros clínicos distintos a los de las demás neumonías, por lo
que la enfermedad se denomina neumonía atípica.

• Virus, como el Virus sincicial respiratorio o virus de las familias Adenovirus,


Influenza o Parainfluenza.

• Hongos, como Pneumocystis jiroveci o cándida.

La neumonía hace que el tejido que forma los pulmones se vea enrojecido e
hinchado y se torne doloroso. Puede afectar a un lóbulo pulmonar completo
(neumonía lobular), a un segmento de lóbulo (neumonía lobulillar), a los alveolos
próximos a los bronquios (bronconeumonía) o al tejido intersticial (neumonía
intersticial).

Fig. 9.9. La neumonía es una inflamación del tracto respiratorio inferior.


Fuente: Editorial Altamar

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Las neumonías se pueden clasificar así:

• En función del agente causal: neumocócica, estafilocócica, vírica, etc.

• Por la localización anatómica macroscópica: bronconeumonía,


neumonía intersticial, etc.

• En función de la reacción del huésped: neumonía supurada o fibrinosa.

• En función del ámbito de adquisición: extrahospitalarias o


intrahospitalarias.

Generalmente, la neumonía está precedida por una enfermedad como la gripe


o el catarro común. Seguidamente se produce:

Fiebre elevada, a veces con fuertes escalofríos.

Tos que puede producir una expectoración de tipo mucopurulento. La tos


puede contener sangre.

Dolor torácico de características pleuríticas, es decir, que aumenta con la


respiración profunda y con la tos.

Frecuencia respiratoria aumentada (taquipnea) y disnea. Taquicardia y baja


presión arterial, ya sea sistólica o diastólica.

Otros síntomas posibles son dolores de cabeza, piel sudorosa y húmeda, falta de
apetito, cansancio, cianosis, náuseas, vómitos, cambios de humor y dolores
articulares o musculares.

Es importante destacar que las neumonías se pueden producir en situaciones


especiales:

• En pacientes inmunocomprometidos pueden provocar una neumonía


microorganismos que no lo hacen en personas sanas.

• En infecciones intrahospitalarias (neumonías nosocomiales): pacientes


ingresados o en tratamiento por otras patologías pueden contraer la
enfermedad en el entorno sanitario.

En el tratamiento se incluyen antibióticos para controlar la infección si es


bacteriana y terapia de soporte si se observa compromiso o fallo respiratorio. La
eliminación de las secreciones traqueobronquiales es importante para
mantener la integridad de las vías aéreas.

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Tuberculosis

Se trata de una infección bacteriana crónica causada por Mycobacterium


tuberculosis.

Es una enfermedad muy contagiosa transmitida por el aire. La transmisión solo


pueden realizarla personas que tengan activa la enfermedad, a través de
partículas expelidas con la tos, estornudo, hablando, cantando, escupiendo,
etc.

Las lesiones inflamatorias, denominadas «tuberculomas», se forman alrededor


de las colonias de los bacilos tuberculosos, produciendo los síntomas
característicos como tos no productiva, astenia, dolor torácico, pérdida de
peso, fiebre, sudores nocturnos, etc. A medida que la TB avanza, se puede
desarrollar disnea (respiración dificultosa) y hemorragia pulmonar.

Si se infectan grandes áreas pulmonares y se destruye mucho tejido, se


producen cicatrices que dan lugar a la disminución del volumen pulmonar y a
la enfermedad pulmonar restrictiva.

La TB puede afectar a otros órganos o tejidos, como el sistema linfático, el


sistema genitourinario o el tejido óseo.

El tratamiento de la tuberculosis es fundamental para su control, ya que si es


correcto y se completa se rompe la cadena de transmisión.

El tratamiento se realiza con combinaciones de fármacos antituberculosos,


resultando especialmente eficaces las pautas de seis meses de tratamiento en
dos fases: dos meses en la primera fase de tratamiento y cuatro meses más en
la segunda fase.

Gracias al desarrollo de nuevos fármacos antituberculosos, la incidencia de la


TB ha disminuido extraordinariamente durante los últimos 50 años. Sin embargo,
distintos factores han hecho que cepas muy resistentes de TB resurjan de nuevo.

Fig. 9.10. Evolución de la tuberculosis.


Fuente: Editorial Altamar

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Pop up

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) […] ha


informado de que, según los últimos datos oficiales disponibles de la Red de
Vigilancia Epidemiológica, en 2013 se notificaron en España un total de 5.177
casos: 3.931 de tuberculosis respiratoria, 66 de meningitis tuberculosa y 1.180
de otras tuberculosis.

Estas cifras sitúan la tuberculosis en la cuarta posición dentro de las


enfermedades de declaración obligatoria en incidencia, precedida por
enfermedades como la gripe, la varicela y las paperas.

«La tuberculosis es una enfermedad con una incidencia importante, con casos
graves y en personas jóvenes, que afecta a grupos que pueden tener
dificultades en el tratamiento y con casos resistentes, lo que hace necesario un
control y programación que debería ser llevado a cabo con una Estrategia
Nacional de Tuberculosis», ha pedido el coordinador del Área de Tuberculosis
y Enfermedades Infecciosas de SEPAR, José María García.

«Es muy relevante el descenso progresivo que está experimentando la


tuberculosis en España. En 2011 se registraron 6.379 casos, en 2012 fueron
5.705 y los últimos datos recogidos muestran que en 2013 se notificaron 5.177
casos. En un periodo de tres años se han registrado 1.202 casos menos», ha
destacado la presidenta de SEPAR, Pilar de Lucas.

Sin embargo, a pesar de esta tendencia decreciente de la incidencia, «La


tuberculosis representa un reto científico, con relación a la me- jora de los
tratamientos, el diagnóstico y la prevención», ha subrayado De Lucas, que
también ha exigido una «estrategia nacional de la tuberculosis para ayudar a
contener las todavía altas cifras de esta enfermedad en España».

Según el European Centre for Disease Prevention and Control, en Europa se


diagnosticaron en 2012 un total de 68.423 casos de tuberculosis, lo que
equivale a una tasa de 13,5 por cada 100.000 habitantes.

Los países con la incidencia más alta fueron Lituania y Rumania (con un
intervalo de 50-99 casos por cada 100.000 habitantes), mientras que España
registró una tasa de 10-19 casos por cada 100.000 habitantes, junto con países
como Irlanda, Reino Unido, Polonia y Eslovaquia.

El estudio europeo alertó que 2.845 menores de 15 años fueron diagnosticados


de tuberculosis, un 4,2% del total de casos de tuberculosis en Europa.

Extraído de Elperiodico.com, 23 de marzo del 2015

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3.3. Patologías de las vías pulmonares. Enfermedades
pulmonares obstructivas crónicas (EPOC)
Las EPOC son enfermedades crónicas que pueden tener distintas causas y que
se caracterizan por una obstrucción de las vías bajas que provoca dificultades
para respirar.

La bronquitis crónica, que ya hemos explicado, se incluye en este grupo. Otra


enfermedad con estas características es el enfisema pulmonar.

Efisema pulmonar

El enfisema pulmonar es una enfermedad que produce el agrandamiento de


los alveolos pulmonares de forma permanente, dañándolos de tal manera que
se obstruyen para dificultar y disminuir la función respiratoria, es decir, hay
dificultad para respirar.

Figura 9.11. El enfisema es una enfermedad obstructiva que lesiona los alveolos de forma
permanente.
Fuente: Editorial Altamar.
A medida que empeora, el enfisema convierte los sacos de aire esféricos en
sacos grandes e irregulares, con grandes agujeros en sus paredes internas. Esto
reduce el área superficial de los pulmones y, a su vez, la cantidad de oxígeno
que llega a la corriente sanguínea.

El enfisema también destruye poco a poco las fibras elásticas que mantienen
abiertas las vías respiratorias pequeñas que conducen a los sacos de aire. Esto
permite que estas vías respiratorias se colapsen al espirar, por lo que el aire de
los pulmones no puede escapar. Además, destruye los capilares que suministran
sangre al alveolo.

La enfermedad tiene un proceso lento y progresivo, que se manifiesta de


manera generalizada y con carácter crónico, es decir permanente.

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Existen muchas causas para el enfisema pulmonar, pero la más común es el
consumo de tabaco, que contiene productos químicos que dañan las paredes
de los alveolos y eliminan sus propiedades elásticas. También pueden
provocarlo los humos de las ciudades o los gases y productos químicos
industriales.

Otros elementos que pueden provocar un enfisema pulmonar son la edad


avanzada, las bronquitis, la deficiencia de alfa-1 antitripsina (producida en los
pulmones y que lo protegen) o el asma.

Los síntomas y signos son la disnea al esfuerzo y más tarde en reposo, pérdida
de peso, ansiedad, edema, fatiga, tos y sibilancias.

Se distinguen principalmente cuatro tipos de enfisema, según las estructuras


afectadas: panacinar, centrolobulillar, paraseptal e irregular.

Los tratamientos difieren de uno a otro, y también según la edad, el sexo, la


gravedad de la enfermedad o las alergias o enfermedades relacionadas.

3.4. Patologías de las vías pulmonares. Neoplasias de las vías


respiratorias.
Se pueden producir neoplasias en cualquier tramo de las vías, aunque una de
las más frecuentes es la de pulmón.

Cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón es un conjunto de enfermedades resultantes del


crecimiento maligno de células del tracto respiratorio, y uno de los tipos de
cáncer más frecuentes a nivel mundial.

El cáncer de pulmón es una entidad maligna del tejido pulmonar que no solo
destruye el vital intercambio de gases en dicho tejido, sino que también deriva
con cierta frecuencia en metástasis e infiltración a otros tejidos del cuerpo.

La causa más común de cáncer de pulmón es el tabaquismo, siendo el 95% de


pacientes con cáncer de pulmón fumadores y ex fumadores. Otros factores que
se piensa contribuyen al cáncer de pulmón son la exposición pasiva al humo del
tabaco, al amianto, al cromo, a los productos derivados del carbón y del
petróleo, a la corrosión y a la radiación ionizante. Otros factores de riesgo son
enfermedades pulmonares o los antecedentes familiares.

La gran mayoría de los tipos de cáncer de pulmón son carcinomas, es decir,


tumores malignos que nacen de células epiteliales. El cáncer de pulmón
presenta, junto con el cáncer de hígado, páncreas y esófago, los pronósticos
peores; es una de las enfermedades más graves y uno de los cánceres con
mayor incidencia en el ser humano, responsable de los mayores índices de
mortalidad oncológica a escala mundial. Es la primera causa de mortalidad por
cáncer en el varón y la tercera, después del de colon y mama, en la mujer.

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Los síntomas más frecuentes suelen ser: dificultad respiratoria, tos permanente
que empeora con el tiempo y que puede presentar sangre, pérdida de peso y
apetito, dolor constante en el pecho, falta de aliento, episodios repetidos de
neumonía y bronquitis, fatiga, inflamación de cuello y cara, etc.

El cáncer de pulmón se clasifica en dos tipos principales, en función del tamaño


y apariencia de las células malignas:

• El cáncer pulmonar de células pequeñas (microcítico).

• El cáncer de células no pequeñas (no microcítico).

Esta distinción condiciona el tratamiento y así, mientras el primero por lo general,


es tratado con quimioterapia y radiación, el segundo tiende a serlo, además,
mediante cirugía.

Los distintos tipos histológicos tienen diferente evolución natural y, por tanto,
como paso previo al tratamiento es necesario un diagnóstico histológico preciso
realizado por un anatomopatólogo experto.

Las principales decisiones con respecto al tratamiento se toman en la distinción


entre los carcinomas de células pequeñas y los que no corresponden a este tipo:
los epidermoides, adenocarcinomas, carcinoma de células grandes, y otros
tipos. Los tratamientos también dependerán del estadio en que el cáncer ha
sido diagnosticado.

Los tratamientos que se utilizan son:

• Cirugía: resección del segmento afectado o parte del afectado o de


todo el pulmón.

• Radioterapia: radiación externa (bomba de cobalto) o interna (implantes


radiactivos).

• Quimioterapia: pastillas, inyecciones y suero.

• Criocirugía: destrucción por congelación del tejido canceroso.

• Terapia fotodinámica (PDT): combinación de productos químicos con


láser.

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3.5. Patologías de la pleura
La pleura puede mostrar también distintos procesos patológicos. Como es una
capa de protección, que facilita el movimiento de los pulmones, las
afectaciones suelen hacer que los movimientos respiratorios resulten dolorosos.
Es característico un dolor agudo que empeora con la tos o la respiración
profunda.

Las alteraciones pueden ser:

• De la propia membrana. La inflamación de la pleura se


denomina pleuritis. Distintas patologías pulmonares (tumor, pulmonía,
tuberculosis, etc.) pueden hacer que las membranas se inflamen y rocen
entre ellas al respirar, produciendo un gran dolor.

• Del espacio pleural. Se puede producir una entrada de aire (neumotórax)


desde el pulmón o desde el exterior, o un acúmulo anormal de líquido
(derrame pleural).

Figura 9.12. Los derrames se suelen localizar en la zona inferior de la cavidad pleural, debido a la
acción de la gravedad.
Fuente: Editorial Altamar.

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RESUMEN
El aparato respiratorio consta de una serie de conductos por los que circulan el
aire inspirado y el aire espirado, que denominamos vías aéreas, y una zona de
intercambio de gases o superficie alveolar.

Las vías aéreas se dividen en dos zonas: vías aéreas superiores o altas (fosas
nasales, faringe y laringe); y vías aéreas inferiores o bajas (tráquea y bronquios).

Como hemos visto, en la superficie alveolar hay macrófagos alveolares que


recorren la superficie alveolar y fagocitan las partículas extrañas que han
conseguido llegar hasta esta zona, constituyendo la última barrera defensiva.

Las redes de conductos en que se ramifican los bronquios y todos los alveolos y
sacos alveolares en que acaban estas redes constituyen dos órganos
definidos: los pulmones. Los pulmones son dos masas esponjosas situadas en la
cavidad torácica.

Los músculos principales de la respiración son el diafragma y los músculos


intercostales internos y externos que forman parte de la caja torácica.

El proceso de respiración incluye: ventilación, que es el proceso mecánico de


entrada y salida de aire desde el exterior hasta los alveolos a través de las vías
aéreas.; hematosis, que es el intercambio de gases que tiene lugar en los
alveolos; transporte, que se refiere al transporte del oxígeno a través de la sangre
desde los capilares que rodean los alveolos hasta el interior de cada una de las
células del organismo; y respiración celular, que es el proceso metabólico
mediante el cual las células utilizan el oxígeno para oxidar nutrientes y generar
energía metabólica.

En las patologías de las vías pulmonares, se distingue entre las vías altas y las
bajas. Los trastornos de las vías altas son más frecuentes (rinitis, faringitis, etc.); la
gravedad dependerá de la patología, pero se debe tener en cuenta que si la
obstrucción de la vía es total se producirá asfixia ya que el aire no tendrá
conductos alternativos por los cuales circular. En las vías bajas no hay riesgo de
asfixia por obstrucción ya que la superficie de intercambio de gases es muy
grande, pero la reducción de esta superficie por cualquier trastorno puede
causar una insuficiencia respiratoria.

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