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LIDERAZGO

INTEGRAL Y CREATIVO
Materia Identitaria 1
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Objetivos

- Desarrollar una vida unificada que implica un estilo de


vida saludable y el desarrollo de nuestras potencialidades.

- Desplegar una vida orientada que supone un proyecto


de vida y el desarrollo de nuestras posibilidades.

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INTRODUCCIÓN

El ser humano es una unidad que hay que articular entre naturaleza y libertad.
Naturaleza y libertad de la que emerge un proyecto de vida que enriquece a
la persona y da sentido a la vida.

Hablamos de liderazgo integral y creativo refiriéndonos al hecho de articular


estas dos realidades de nuestra persona: naturaleza (integrar todas las
dimensiones que conforman el ser humano) y libertad (libertad es la condición
necesaria para la creatividad, pues los animales se adaptan al medio, mientras
que el hombre adapta el medio a sus necesidades y a su propio fin).

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

En las asignaturas identitarias vamos a desarrollar los elementos que pueden ayudar
a tener una vida plenamente lograda. Una vida que se despliega íntegra y creativa-
mente. Un líder que es capaz de recapitular su vida con ese grado de satisfacción o
complacencia que da el saber que ha desarrollado todas sus potencialidades, que ha
transitado por múltiples posibilidades y que ha ejercido lo más valioso del ser humano
que es la libertad.

Al hablar de libertad nos referimos a todas sus dimensiones, no solo a la libertad fren-
te a las situaciones (una libertad que se conquista: libertad liberada), sino a la libertad
para algo (una libertad liberadora), esa libertad para desarrollar la mejor versión de
uno mismo y para transformar a la humanidad enriqueciendo el tejido social.

Para lograr nuestro objetivo vamos a estudiar:



i. Cuatro pilares fundamentales: potencialidades, posibilidades, empoderamiento y
plenitud.

ii. Tres lógicas esenciales: lógica del don, lógica de la alteridad y lógica de la misión.

iii. Un valor principal: la parresía.

iv. Cuatro coordenadas actitudinales: actitudes hacia uno mismo, hacia los otros, ha-
cia los proyectos y hacia el entorno.

v. Un contexto actual de aprendizaje continuo para una sociedad del conocimiento.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

CUATRO PILARES
FUNDAMENTALES

Dentro de los cuatro pilares fundamentales donde se ejerce el liderazgo


integral y creativo; el primero es el sentirse unificado integralmente. Como
seres humanos tenemos distintas dimensiones, múltiples ocupaciones,
diversas relaciones personales, distintos ámbitos de vida, un sinfín de
experiencias significativas.

Lo importante es saber cómo vivir de tal manera toda esta riqueza sin
perder lo fundamental, es decir: sentirnos en todo momento unificados, en
equilibrio y armonía.

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Proyecto
Proyecto dede Viday yGestión
Vida Gestiónde
deTalento
Talento

Sentirse unificado integralmente, por tanto, crea un estilo de


vida saludable.
Cuando hablamos de estilos de vida saludable, no sólo nos estamos refiriendo a la
vida de las personas, también nos referimos a la vida de las familias, de las organiza-
ciones e instituciones. Armonía, equilibrio y unificación componen el primer pilar del
liderazgo integral y creativo. El fruto inmediato de este pilar consiste en un estilo de
vida saludable que hoy en día tiene un valor incalculable.

El segundo pilar es experimentarse orien-


tado vital y vocacionalmente. El ser hu-
mano, una comunidad o una institución
no sólo necesitan sentirse unificados sino,
también, orientados vocacionalmente.
Todo crecimiento, todo desarrollo o toda
formación, no sólo es integrador (que uni-
fica), sino que requiere orientación. ¿Ha-
cia dónde crece? ¿Cuál es su meta? ¿Qué
ideal le mueve?

En síntesis, la formación no es sólo inte-


gral o integradora sino también prospec-
tiva. Más adelante profundizaremos en
lo que significa vocacionalmente, ahora,
como introducción general, decir que sig-
nifica la razón del ser de cada uno de no-
sotros, cuál es su impronta y ese carácter
que hace de cada persona, comunidad u
organización alguien o algo único e irre-
petible. Tan importante es saber de dón-
de partimos como saber hacia dónde va-
mos.

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El tercer pilar es sentirse dinamizado vital y socialmente.


socialmente De nada sirve sentirse
unificado y orientado si no hay un movimiento que revierta hacia afuera, hacia el
entorno. Es el que nos dinamiza hacia nuestros objetivos. En este dinamismo es
donde el liderazgo integral y creativo se convierte en un liderazgo significativo en
los propios ámbitos de vida.

La presencia significativa del líder consiste en ser una vida que irradia luz y sentido,
que aporta guía y orientación; que contagia alegría, entusiasmo y pasión por
las cosas; que transmite fuerza y energía; que genera sentido de solidaridad y
cadenas de compromiso. El liderazgo no sólo se vive unificado y orientado, sino
que es fundamental que se viva dinamizado, y dinamizando, dinamice, movilice
y transforme los ámbitos de vida de la persona: laboral, familiar, social, etc. En
este dinamizarse consiste el enriquecimiento y la transformación social cuando
aportamos los propios dones y talentos. Una transformación hacia un mundo
más digno, más humano, más solidario. Un mundo que posibilite el crecimiento
y felicidad de las personas. Este liderazgo, como llevamos diciendo, no sólo es
personal, también se da en comunidades (ya sean familias, colectivos de barrios,
amigos, etc.), organizaciones e instituciones (asociaciones sociales, partidos
políticos, empresas, instituciones educativas, sanitarias, etc.).

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El cuarto y último pilar es el sentirse enraizado espiritualmente. No se refiere a


lo religioso. Se refiere a esos valores fundamentales, a esas metas o coordenadas
invisibles desde donde uno comprende el sentido último de la vida y le da un carácter
transcendente a todo lo que dice, realiza y acontece a su alrededor. En esto consiste
la dimensión espiritual del ser humano.

Sentirse enraizado espiritualmente es tener siempre una actitud y una disposición


felicitante. Para saber en qué consiste la disposición felicitante, es necesario
expresar qué significa felicidad.

La felicidad consiste no sólo en tener bienestar, sino, también, en tener relaciones


profundas y gozosas de amor y reconocimiento. Vivirlo todo en un crecimiento
continuo hacia las metas y proyectos que uno va eligiendo para vivir plenamente la
mejor versión de uno mismo. Por tanto, la disposición felicitante o disposición para
la felicidad, tiene que ver con diversos rasgos. Entre ellos están: escoger esas metas
que te hagan crecer; saber gestionar los conflictos; aprender a recuperarse de los
fracasos; valorar los pequeños pasos que puedan darse cada día; cuidar las relaciones
personales y saber mantener un equilibrio entre la seguridad (cierto bienestar) y
el arrojo para emprender nuevos proyectos. Hasta en los fracasos está presente la
disposición felicitante, porque se sabe cuál es la razón última, el por qué se hacen
las cosas. Porque aún en medio del fracaso, puede vivirse con gozo su aprendizaje
cuando se está sostenido en los valores y las convicciones que troquelan la vida.

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TRES LÓGICAS
Primera
La lógica del don
Ésta se refiere a desplegar los dones y talentos que uno tiene, aquello que uno quiere
expresar o comunicar; es lo que va desde el interior de la persona hasta el exterior:
es el aprendizaje por los proyectos que uno sueña, aquello que uno quiere aportar
o cristalizar. Es materializar esa idea, plasmarla en un escrito, en una acción que se
realiza; es dar aquello que lleva su impronta personal, que lleva su huella, su sello, que
queda plasmado en lo que se expresa y realiza.

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Segunda
La lógica de la alteridad
Ésta se da cuando lo externo a mí me alcanza y me moviliza. Es decir, cuando la
problemática o necesidad de mi entorno se me adentra y me invita a actuar. Es esa
lógica de fuera hacia dentro. Es aquello que me conmueve, que me fascina, que me
interpela. Es una lógica que nos lleva a aprender por los problemas, retos y desafíos.
Es responder a una situación, lo que algunos filósofos llaman “hacerse cargo de la
realidad”. Es estar en un contexto donde la realidad me habla, me grita, me arrastra,
me seduce, hace que yo me movilice.

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Tercera
La lógica de la misión
Es la lógica donde uno se experimenta llamado a vincularse con aquellos proyectos
y misiones de otras personas, comunidades e instituciones, a los que uno se adhiere,
se vincula y los hace suyos. Es la lógica donde uno se sabe partícipe de un proyecto
mucho más grande. Se trata del aprendizaje por vinculación con unas redes que van
más allá de lo que podemos alcanzar personalmente. El niño nace e inmediatamente
se le va dando forma, lenguaje, costumbres y se le inserta en una cultura. Conforme va
estudiando se le va introduciendo en una educación, en un estilo de vida, y también,
en proyectos que va haciendo suyos: un equipo de deporte, una asociación cultural o
social en la que se incorpora. Al asociarse se identifica con dicho grupo, crea lazos de
pertenencia y hace suya esa misión. Nunca partimos de cero, desde nuestro nacimiento
aportamos lo que somos a un legado cultural, social o religioso mucho más amplio.
Todo esto es lo que supone la lógica de la misión.

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UN VALOR
PRINCIPAL
La parresía
Hay un valor central en el liderazgo integral
y creativo propio de las sociedades
del conocimiento llamadas a generar
y gestionar el talento de las personas,
las comunidades, organizaciones e
instituciones del siglo XXI.

Este valor central al que nos referimos es


el VALOR DE LA PARRESÍA.

Es un término griego que significa


audacia y valentía para vivir. Expresa que
ahí donde parece que estás arrojado a
la existencia para enfrentar la vida, ahí
mismo experimentas el arrojo y la audacia
para afrontar el desafío de tomar la vida
en tus manos y desplegar lo mejor que
llevas dentro.

Vivimos en un contexto de intemperie,


de dificultades, de individualismo, en
una sociedad compleja, incierta y volátil.
¿Cómo afrontar y desplegar con arrojo la
vida en un contexto así?

Este valor de la parresía se refiere a la


audacia, a la integridad, a la valentía
de vivir todos estos retos con fidelidad
creativa.
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Este valor central de la parresía tiene cuatro rasgos:

1) Ser creativos en el soñar: siendo fieles a unos principios (fidelidad) y ejerciendo una
capacidad de adaptación a un contexto (creatividad): fidelidad creativa.

2) Ser íntegros y prudentes en el decidir: son indispensables la prudencia, el temple


y la moderación en la toma de decisiones; y más aún, que los objetivos, metas y
proyectos que se propongan sean íntegros, honestos y humanizadores.

3) Ser audaces y entusiastas en el emprender: una vez que se toman decisiones


prudentes e íntegras, hay que poner toda la carne en el asador. De la libertad interior
para tomar decisiones se pasa a la pasión y audacia para emprenderlas con ánimo
y liberalidad. La parresía es la fuerza, el motor, el arrojo y la libertad liberadora y
comprometida.

4) Ser constantes en la acción y valientes para afrontar las dificultades: sólo quien
toma buenas decisiones con la cabeza y pone todo el entusiasmo del corazón, puede
mantener firme el rumbo de la nave con sus manos. Cabeza, corazón y manos están
en profundo alineamiento. Sólo así se será constante y se afrontará con valentía y
fortaleza los obstáculos del camino que siempre son inevitables.

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Cuatro coordenadas
actitudinales
El valor central de la parresía y sus cuatro rasgos, se canalizan en cuatro coordenadas
actitudinales: actitudes hacia uno mismo, hacia los otros, hacia los proyectos y hacia
el entorno.

1) ACTITUDES HACIA SÍ MISMO: alegría, libertad interior y paz. El líder íntegro y


creativo es una persona alegre, que se experimenta con esa libertad interior de no
estar atado o coaccionado por nada, ni cubriendo expectativas de los demás; y,
además, es una persona pacificada, equilibrada, con profunda armonía interior.

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2) ACTITUDES HACIA LOS DEMÁS: empatía, compasión e inclusión. El líder íntegro


y creativo ha de ser empático, compasivo e incluyente. Empático para comprender la
situación del otro en una sintonía mental. La sintonía mental es com-prender con la
cabeza, saber leer y descifrar la realidad de una situación personal, social, laboral, etc.
Pero no puede quedarse en esa racionalidad, esa comprensión tiene que bajar
alcorazón en una sintonía cordial.

La sintonía cordial consiste no tanto en comprender con la mente sino en tener com-
pasión: com-pasión: apasionarse con el otro en sus sueños, proyectos, alegrías, etc.,
y, también, com-pasión de compadecerse del otro en sus sufrimientos, dificultades,
vulnerabilidad, etc. Finalmente la empatía y la compasión bajan hasta las manos
convirtiéndose en sintonía vital: es el com-promiso incluyente: es contar con las
personas, incluirlas para que sean protagonistas de su propia historia y también
protagonistas del proyecto común que deseen construir. Todos son importantes, nadie
puede quedar excluido porque todos tienen algo que aportar. Cada ser humano es un
don y un regalo para los demás.

El verdadero líder integral y creativo es un sabio en la empatía, la compasión y la


inclusión de todos y cada uno.

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3) ACTITUDES HACIA LOS PROYECTOS: magnanimidad, confianza y humildad humildad.


El magnánimo, es el que tiene el alma (ánima) grande, es la persona de grandes
aspiraciones. Hablamos de sanas ambiciones, de grandes aspiraciones, deseos y
sueños. La magnanimidad tiene que ir unida a la confianza en uno mismo, en los demás
y en el entorno. El contrapunto de la magnanimidad es la humildad. No es el opuesto
porque el opuesto del magnánimo es el pusilánime, es la persona que muestra poco
ánimo y falta de valor para emprender acciones, enfrentarse a peligros o dificultades
o soportar desgracias. Aquí nos referimos al contrapunto de la humildad necesaria
para saber, soñando en grande, que los proyectos comienzan por el primer ladrillo,
comienzan tan pequeños como un grano de mostaza. Para vivir con la humildad que
se necesita para valorar el pequeño paso que se pueda dar cada día.

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4) ACTITUDES HACIA EL ENTORNO: sostenibilidad, justicia social y solidaridad.


Un líder integral y creativo en el mundo de hoy tiene una relación hacia sí mismo, hacia
los demás, hacia los proyectos que realiza y de igual forma, hacia el entorno en el que
habita. Es importante que todo lo que despliegue tenga en cuenta la sostenibilidad,
la justicia social y la solidaridad. Ante las crudas y desiguales condiciones sociales,
culturales y ambientales, se hace necesario ejercer un liderazgo que cuide la
sustentabilidad, donde la justicia social se exija y la solidaridad se proponga. Estos tres
términos son catalizadores dinámicos del bien común; y el bien común es la matriz de
una sociedad más digna y humanizadora que posibilita la felicidad de sus miembros,
teniendo siempre presente a los más vulnerables, a los que peor lo están pasando.

EN SÍNTESIS: en el equilibrio de todas estas actitudes tenemos el valor de


la parresia para ser creativos en el soñar, prudentes en el decidir, entusias-
tas en el emprender y perseverantes en el actuar.

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Un contexto social de
aprendizaje continuo:
Estamos dentro de una sociedad global en crecimiento, una sociedad que supone
un aprendizaje continuo. Hoy en día, el valor de las sociedades no se mide ni por la
materia prima, ni por el capital, sino lo que realmente hoy en día añade valor es: el
talento. De ahí la importancia del aprendizaje continuo de las sociedades llamadas
del conocimiento. El aprendizaje continuo ha sido desarrollado por la UNESCO*. Por
nuestra parte, asumiendo lo que dice la UNESCO, ampliaremos algo más el desarrollo
del aprendizaje. Presentaremos cuatro formas fundamentales:

Aprender a conocer y a aprender


Aprender a ser y a hacer
Aprender a emprender y a convivir
Aprender a transformar y a trascender

*Este trabajo toma como referencia la obra “Educación: Un tesoro para descubrir
– Educação: Um Tesouro a Descobrir” de Jacques Delors, preparada para la
UNESCO, sobre los cuatro pilares del conocimiento: aprender a saber, a hacer, a
vivir juntos y a ser.

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PRIMERO: APRENDER A CONOCER Y A APRENDER


SOMOS GRANDES ESPECTADORES DEL MUNDO DE LA VIDA.
Aprender a conocer, siendo importante pero es insuficiente. No se trata de que
me transfieran conocimientos sino de que yo sepa buscarlos. Aprender a conocer y
aprender a aprender es saber ser un espectador del mundo de la vida, es saber dónde
se captan y se transmiten los conocimientos. Tan importante como los conocimientos
(datos, información, contenidos) son también las nuevas posibilidades que se pueden
generar; los nuevos horizontes que se pueden vislumbrar y que vienen marcados por la
admiración y el asombro. Por ejemplo: de nada serviría conocer todas las características
del petróleo o cualquier otra energía si, al mismo tiempo, no se generara el uso que
pueden dárseles como la posibilidad de poder volar o ir al espacio.

SEGUNDO: APRENDER A SER Y A HACER


SOMOS GRANDES AGENTES DEL MUNDO DE LA VIDA
Aprender a ser, significa entendernos como agentes. El agente se refiere a la persona
que cuenta con sus potencialidades y sus facultades, con sus dotes y con sus
sensibilidades, con sus sueños y preferencias. Pues bien, aprender a ser a través del
hacer es la expresión de la lógica del don: lo que se fragua y se gesta en el interior
se va expresando en un ir aprendiendo a través del hacer: aprender haciendo. Un
aprendizaje donde la persona, a través del hacer, va configurando su ser o, dicho
de otra manera, va siendo aquello que desea ser. Cualquier acción que realices por
muy sencilla que sea, irá marcando y configurando tu personalidad. Si tú realizas una
acción justa, no sólo realizas algo que transforma la realidad (aprender a hacer), sino
que, simultáneamente, te vas configurando como una persona justa (aprender a ser).
El hacer configura el ser.

TERCERO: APRENDER A CONVIVIR Y A EMPRENDER


SOMOS ACTORES EN EL MUNDO DE LA VIDA
No solo somos agentes, también somos actores en el escenario del mundo. Somos
actores porque desplegamos nuestros dones y nuestras potencialidades (lógica del
don) a través de las posibilidades que la vida y otras personas nos brindan, o a través de
las posibilidades que creativamente uno puede generar. Posibilidades que realizamos
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dentro de un contexto que nos invita a actuar, donde hay áreas de oportunidad
maravillosas y también amenazas peligrosas, y ahí tenemos que desenvolvernos. En ese
convivir con los demás, tenemos que aprender a relacionarnos, a trabajar en equipo y
a colaborar; además, tenemos que ir emprendiendo proyectos, respondiendo a retos
y a problemas, gestionando conflictos y trabajando contracorriente. Aquí no entra sólo
la lógica del don, donde la gente va con todos sus dones, con todas sus potencialidades
y facultades, sino también entra la lógica de la alteridad, cuando el contexto me lleva
a tomar decisiones que nunca me hubiera imaginado porque la realidad me habla, me
interpela, me pide compromiso.

Si la vida fuera una partida de cartas, las cartas serían mis dones y capacidades, pero el
juego, la partida, los otros, me hacen jugar de una u otra manera. Justamente, en esta
combinación de agente y actor, de la lógica del don y de la alteridad, se va fraguando
la vocación, la llamada a lo que tengo que responder en la vida. Los grandes genios,
los grandes héroes, los grandes santos, en fin, los grandes líderes se fraguaron a la
luz de estas dos lógicas. Teresa de Calcuta no hubiera encontrado nunca su vocación
si no se hubiera dejado alcanzar por la pobreza extrema de la India. Gandhi hubiera
sido un excelente abogado inglés, pero no el líder mundial que fue si no hubiera
sufrido en Sudáfrica el desprecio, si no se hubiera dejado alcanzar por la humillación
que sufren las personas de color. Tanto Teresa como Gandhi, fueron alcanzados por la
cruda realidad de su entorno (lógica de la alteridad) y decidieron comprometerse con
esa realidad aportando sus dones y talentos (lógica del don).

CUARTO: APRENDER A TRANSFORMAR Y A TRASCENDER


SOMOS AUTORES EN EL MUNDO DE LA VIDA
No sólo somos espectadores, no sólo somos agentes dotados, no sólo somos actores
que nos tenemos que desenvolver en la vida, sino que también somos autores
de nuestros propios proyectos, porque la vida no sólo tiene misiones, sino que es
constitutivamente misión.

Sólo puedo configurar mi ser realizando acciones, realizando una misión en la vida.
Y esto es la lógica de la misión. Por eso dijimos que entre el don y la alteridad se va
desplegando la misión. Una misión en la que voy aprendiendo a transformar mi entorno,
mi mundo; y transformando el mundo, me voy transformando a mí mismo. Y más
todavía: en ese transformarme a mí mismo y transformar al mundo voy trascendiendo.
Hay palabras, gestos, acciones y proyectos que tienen futuro, que realizamos con
perspectiva de eternidad. Todo lo que se realice con amor y haga crecer el amor; todo
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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

lo que humanice y haga crecer al mundo en humanidad; todo lo que enriquezca el


tejido social y haga posible una sociedad más digna, más justa y más feliz es lo que
hace que nuestra vida tenga sentido.

Esto hace que la vida trascienda más allá de uno mismo para ser modelo y referencia
para otros. Quienes han vivido así, aumentando el amor, humanizando con sus actos el
mundo y enriqueciendo el tejido social, son las personas recordadas, son las biografías
en las que aprendemos lo más importante: aprender a saber vivir y vivir en plenitud y
sobreabundancia.

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DIMENSIONES DE LA
CONCIENCIA FRAGMENTADA

El área de oportunidad para un estilo de vida saludable


Proyecto de Vida y Gestión de Talento

DIMENSIONES DE LA
CONCIENCIA FRAGMENTADA:
El área de oportunidad para un
estilo de vida saludable

Objetivo
Identificar el área de oportunidad de unificación que hay
en medio de una sociedad y una cultura del vértigo y la
atomización.

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La dificultad del contexto y el


área de oportunidad personal

En el contexto social y cultural en el que estamos es un reto poder sentirnos


unificados e integrados porque lo normal es vivir fragmentados, atomizados
y dispersos. Para ello necesitamos identificar qué es lo que nos atomiza,
nos dispersa, en definitiva, lo que nos impide llevar un estilo de vida
saludablemente integral.

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Primer nivel de la conciencia


fragmentada:
la cultura del vértigo
En un mundo global donde hay división de
culturas, hay un relativismo que hace que
no sepamos a qué atenernos, hay lo que
se llama una contaminación cognitiva, es
decir, yo tenía unas convicciones que me
enseñaron en mi familia pero de pronto
me encuentro en un ámbito laboral
donde esas convicciones no funcionan
como mapa de la vida y me contamina,
me generan una inseguridad donde
parece que todo es relativo, esto me va
fragmentando. 

Dentro de mis propios ámbitos de vida


hay continuas divisiones, desconfianzas,
intereses, problemas, conflictos, crisis, y
nos sucede que quizá en mi familia pienso
de una manera, pero llegó al ámbito
laboral y actúo con otras convicciones,
luego llego al ámbito de mis amigos y me
sitúo de otra manera, llego al ámbito de
las noticias, de la política, etc., y en ello
nos sentimos fragmentados, dispersos,
atomizados, sin saber a qué atenernos. 

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Segundo nivel de la conciencia fragmentada:


la falta de vida interior.
Vivimos en unas corrientes culturales de una sensibilidad tal, que nos incapacitan
a recogernos. Nos impide tener silencio con uno mismo y reflexionar sobre lo que
vamos viviendo. Es la experiencia de sentir que vivimos una constantvve incoherencia
entre nuestros deseos, aquello que deseamos o buscamos, entre los miedos que nos
paralizan, entre los resentimientos que nos distraen, entre las antipatías y simpatías,
entre las frustraciones y los logros. Internamente vivimos ese carácter atomizado,
incoherente, de estiras y aflojas, de fuerzas y compulsiones internas.  Y cuando
además tomamos distancia, nos vamos a un retiro, a un spa, salimos a una montaña,
hacemos senderismo, sucede que antes de encontrar ese silencio, esa pacificación
interior, emergen miles de cosas, salen insatisfacciones, van pasando los años y
vemos sueños y proyectos no realizados que se tienen que abandonar. Se imponen
duelos de pérdidas, duelos por lo que lo que hubiera querido hacer, surge la falta
de aceptación hacia uno mismo porque cuesta quererse a sí mismo cuando uno se
ve con tantas limitaciones y miserias, ese estar minados con pensamientos que están
ahí continuamente minándonos y saboteándonos. Todo ello nos lleva a una falta de
armonía, de equilibrio, tanto en el exterior del primer nivel como en el interior de este
segundo nivel. 

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Tercer nivel de la
conciencia fragmentada:
el futuro incierto y
amenazante.
Es importante caer en la cuenta de
que es difícil trabajar en el sentirnos
unificados, integral y saludablemente,
cuando el futuro inmediato es incierto
a corto, medio y largo plazo. Las
preocupaciones que nos desasosiegan:
la ansiedad por lo que va a pasar
mañana, el qué va a ser de mí, de mi
familia, qué va a ser de mis hijos, qué
va a ser de mi trabajo, todo eso va
generando preocupaciones por un
futuro incierto, volátil.

Esto va generando zozobras y


desasosiegos que nos van turbando,
saber que cada vez tenemos menos
control sobre nuestras ocupaciones
y responsabilidades, además de
otras áreas de incertidumbre a las
que estamos expuestos en distintas
corrientes: las decisiones de un jefe, de
compañeros de trabajo, de la noticia
del día, etc. 

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Cuarto nivel de la conciencia fragmentada:


las dobles vidas. 
Por una parte vivimos la necesidad de responder a un rol de papá, de mamá, de
esposo, de figura pública; Y, por otra parte, el deseo de una vida paralela, que quiere
evadirse, divertirse, diversificarse, que impide tomar conciencia de uno mismo. Eso
que se refleja, por ejemplo, en los fines de semana donde de lunes a jueves o viernes
somos un tipo de personalidad marcado por un trabajo compulsivo, deshumanizador,
y como quien abre una olla de presión, llega el fin de semana. Entonces, acontece
ese vértigo del cambio de ropa, de estilo, de vida y, comienza, la excitación del ocio,
del tiempo libre, del descargue, de la dispersión, de estimulantes, drogas, evasión…
Poco a poco, aunque se ría por fuera y se viva una aparente felicidad, se está triste por
dentro porque va experimentando un vacío interior.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Síntesis de los cuatro niveles de la conciencia fragmentada

Este es el panorama de los cuatro niveles de una conciencia atomizada y fragmentada


donde nos tenemos que desenvolver.

El primer nivel: el de esa conciencia exterior de un mundo globalizado y relativista; el


segundo nivel: de esa conciencia interior de los deseos, contradicciones, dispersiones
internas, que ni en el silencio logra encontrar esa pacificación y esa unificación porque
salen muchos ruidos interiores; el tercer nivel: de un futuro que continuamente nos
está adviniendo y amenazando en el grado de incertidumbre y volatilidad que el que
vimos; y finalmente, ese cuarto nivel de una vida con un orden tan inestable que va
generando dos, tres, cuatro o cinco vidas, un tipo de esquizofrenia que no es tanto
una patología psicológica sino la patología cultural y social en la que tenemos que
vivir y desenvolvernos.

Esto sintetiza el área de oportunidad que tenemos delante. Tenemos que afrontar,
en medio de este contexto, el arte de una vida llamada a vivirse de forma unificada,
integrada, en armonía, etc., propia del liderazgo integral y de un estilo de vida saludable.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Apoyos bibliográficos: 
- López Quintás, Antonio. “Vértigo y éxtasis” Rialp.
- Olaizola, José María. “Hoy es ahora: gente sólida para tiempos líquidos” Sal Terrae.
- Zygmut Bauman: Artículo “una voz sólida en una sociedad líquida” José Ignacio García-Valdeca-
sas https://revistas.comillas.edu/index.php/razonyfe/article/view/9341
- Conferencia YouTube: “En un mundo adicto a la velocidad, la lentitud es un superpoder”. Carlo
Honoré, escritor. https://youtu.be/9OwXyBfKXdM Versión corta: “Estamos corriendo por la vida
en vez de vivirla”. (4:26 min) https://youtu.be/zek8K7lESM4
- Conferencia YouTube: “El tiempo y la salud son los bienes más valiosos que tenemos” (4:35)
https://youtu.be/W7PHH7vjOA4

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LAS CINCO DIMENSIONES
FUNDAMENTALES DE LA
REALIDAD PERSONAL
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

LAS CINCO DIMENSIONES


FUNDAMENTALES DE LA
REALIDAD PERSONAL

Objetivo
Distinguir y conocer las cinco dimensiones de la realidad
personal que son la corporal, la cognitiva, la emocional,
la ejecutiva y la espiritual. 

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Introducción

Entre las distintas formas de adentrarnos en la realidad personal, vimos en la


introducción general, que nos podía ayudar entender a la persona humana con
estos rasgos: como espectador, como agente, como actor y como autor de su
propia vida. En este apartado vamos a presentar nuestra realidad personal como
“agente”. La realidad personal tiene cinco dimensiones fundamentales y al hablar
de un liderazgo integral tenemos que saber cuáles son las dimensiones que tienen
que integrarse y unificarse.

Vamos a presentar unas pinceladas de esas cinco dimensiones que van desde
la corporal hasta la espiritual pasando por la dimensión cognitiva, emocional y
ejecutiva, sin las cuales no puede darse el desarrollo integral de la persona.

Estas dimensiones empiezan por conocer el propio cuerpo y la experiencia del


cuerpo, accediendo a él no por teoría sino desde la experiencia personal que tiene
una forma descriptiva. La dimensión cognitiva se refiere a describir la realidad,
interpretarla y explicarla; tan importante como el percibir y describir está el estimar
y valorar la realidad. Ahí radica la dimensión emocional de la inteligencia emocional
donde no solo estimamos y valoramos sino que inmediatamente se genera una
jerarquía, un orden de valores sobre los que podemos ir valorando el conjunto de
la realidad. Ahí percibimos, nos encontramos y afrontamos conflictos de valores,
de ahí la importancia de su jerarquía. Ello nos lleva a la dimensión ejecutiva de la
inteligencia, es decir, necesitamos deliberar, tomar decisiones y ejecutarlas.

Tan importante como describir y explicar cognitivamente la realidad; tan importante


como el jerarquizarla y valorarla, es importante el decidir qué hacemos con ella,
cómo ejecutamos las acciones, cómo discernimos las alternativas, cómo tomamos
las mejores decisiones, cómo gestionamos los tiempos, cómo priorizamos, etc. A
todo esto se refiere la dimensión ejecutiva.

Hay una última dimensión que es la espiritual, donde vemos la trascendencia que
tiene cada una de las otras dimensiones; es el cómo le damos el sentido último a
las cosas, el desde dónde estimamos las dimensiones de la realidad, que sin esta
inteligencia espiritual no captaríamos y quedaría sesgada.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

¿Cómo están integradas y ¿cómo interactúan estas


cinco dimensiones para que puedan unificarnos? 

Vamos a ver los rasgos de cada una de ellas y, después, veremos cómo
interactúan, pues no sólo se trata de un crecimiento y desarrollo integral
(cinco dimensiones), sino, también, de un crecimiento integrador, de ahí la
importancia de una formación integradora (encontrar el equilibrio con que
interactúan las dimensiones). Sólo así se podrá contemplar la importancia
de sentirse unificado y en armonía para existir  con un estilo de vida
saludable: una salud integral. 

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Dimensión corporal

Es la inteligencia corporal en la que no se trata de tener un “cuerpo-objeto”


que contemplo junto a otros objetos, sino experimentarme como “cuerpo-vivo”
sentiente, es decir, no sólo se trata de mi cuerpo como algo que veo, toco, gusto...,
sentiente
sino de mi cuerpo en tanto que él mismo es el que siente, el que sin dejarse
ver y sentir: ve, escucha, toca, huele, gusta… todas las realidades del mundo. A
este cuerpo vivo como cuerpo sentiente es al que se le llama: protoámbito.  Mi
cuerpo es el protoámbito donde mi realidad última, donde mi ser está encarnado
e interactúa con el mundo. 

Dimensión cognitiva

Es la inteligencia que siente y conoce; es ese conocer para saber vivir y estar en
la realidad. 

Dimensión emocional

Es la inteligencia emocional o el sentimiento afectante, porque el hombre no


sólo percibe y conoce, sino que también, en todo lo que percibe está, al mismo
tiempo, estimando, es decir, valorando, hay un valorar para recrear nuestra vida. 

Dimensión ejecutiva

Es la inteligencia ejecutiva para la acción, y acción que transforma el entorno para


crear un ámbito que construya una vida mejor; y sucede que en esa acción, en esa
transformación, me voy transformando.

Dimensión espiritual

Es la inteligencia espiritual la que nos da el sabernos únicos e irrepetibles como


personas, con una misión en el mundo, es la que da trascendencia a todo el
despliegue de nuestra vida. 

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Primera Dimensión
LA INTELIGENCIA CORPORAL

Introducción a los tres estratos que supone el cuerpo


Podemos dividir el cuerpo en tres estratos según se vaya ganando en profundidad.
Un primer estrato es el cuerpo o la experiencia originaria de él. No se trata del
cuerpo biológico, orgánico y objetivo, sino mi cuerpo como la primera noticia, la
primera experiencia que tengo de mi dimensión corporal, del cuerpo vivo que soy.
El segundo estrato, es el ámbito que crea el cuerpo, o sea, el cuerpo está localizado
en un espacio que se convierte en ámbito. Si esto es así, entonces, mi cuerpo es el
proto-ámbito: el primer ámbito de todos los ámbitos. Y el tercer estrato es el cuerpo
como expresión, como ventana por la que se muestra o se manifiesta el interior de
la persona.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

El primer estrato: el cuerpo como un don


El primer estrato, la experiencia originaria del cuerpo, es la auto experiencia de un
regalo, de un don que es mi propio cuerpo. Auto experiencia se refiere a que soy yo
mismo quien experimenta el “me”: me siento de una u otra manera, es mi sentir, mi
ver, mi gustar, mi gozar y padecer…. Me siento amado y amo, veo y me ven, abrazo y
me abrazan… todo esto no lo realizo “con” o “por” el cuerpo, no se trata de tener un
cuerpo, sino que lo hago y realizo corpóreamente, somáticamente: no tengo cuerpo,
sino que soy cuerpo sentiente. Y, ¿qué es el sentirme? Se refiere a que lo que siento
es algo que recibo.  Es la experiencia de mi propia realidad carnal, de mi cuerpo
vivo. Soy un “a donado” una donación, surjo de una donación, de algo dado, es el
don por antonomasia.  

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Es la persona, es mi realidad, en último término soy un cuerpo sentiente, un cuerpo


vivo. No se trata de una mirada desde fuera del cuerpo sino una mirada desde dentro
de mi propio cuerpo.  El cuerpo que siente, es el cuerpo sentiente que es lo más
originariamente mío, lo que nunca podría suprimir porque es la realidad con la que
accedo al mundo y el mundo accede a mí. Es el cuerpo como encarnación, como
carne, cualquier cosa que se me aparece o que acontece siempre será “a través de”,
mediado por la interpretación de mi carne, de mi cuerpo, de mi sensibilidad. Nunca
podré sentir “lo otro” sin sentirme a mí mismo “en lo otro”. En este “sentirme” se
produce algo maravilloso que es, que la carne, que el cuerpo nos fija, nos implanta,
nos clava en el espacio y en el tiempo.
 
Una inteligencia sin cuerpo, no tendría espacio ni tiempo, no estaría ubicada en ningún
lugar, no estaría localizada. El cuerpo me abre al mundo, a su luz y me vuelve visible.
El cuerpo sentiente nos individualiza, nos toma antes de que nosotros podamos elegir
nuestro propio cuerpo, nuestro propio sexo, nuestra propia naturaleza. El cuerpo es
el aquí donde todo acontece, pues todo sucede corpóreamente: con, desde y por mi
propio cuerpo. Es un cuerpo que se mueve, un cuerpo que yo muevo, un cuerpo que
es movimiento, que es despliegue. La experiencia del cuerpo es el primer estrato de
esa realidad personal necesaria para un sentirme unificado integralmente.

Segundo estrato: el cuerpo como el proto-ámbito

En segundo lugar está el


cuerpo como el protoámbito de
donación y de sentido; el centro
y eje del ámbito y del campo
de mi realidad que surge a mi
alrededor. El cuerpo humano
es todo él lugar viviente de la
presencia en el mundo, donde
los demás me encuentran, se
comunican, me reconocen.
El cuerpo como protoámbito
convierte los ámbitos de vida
en ámbitos de posibilidades.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Primeras experiencias fundantes: el cuerpo es el que convierte un espacio natural


en un ámbito de vida porque alumbra las posibilidades para gozar, para sentir, para
disfrutar, para temer, para padecer. El cuerpo es esa urdimbre afectiva dónde están
marcadas las experiencias fundantes del sentirse amado, seguro y valioso.

Ponemos una imagen: el niño siente su cuerpo cuando la madre lo abraza, es la


primera experiencia de sentirse profundamente amado. Y cuándo la madre susurra
en el oído antes de articular el niño palabra, susurra su nombre, cuando la madre de
alguna manera lo mira y el niño se siente mirado, esa es la bondad, verdad y belleza
fundante primera de mi vida.

El hogar no deja de ser el ámbito para que ese cuerpo sintiente y vivo, esa presencia
corpórea que nosotros somos, pueda expresarse, comunicarse, encontrarse y entrar
en comunión. Pero sobre todo, para sentirse seguro, en familia, resguardado. El niño
no sólo se siente amado, sino también confiado y seguro. 

Es en este ámbito familiar donde se fragua lo más importante del cuerpo: la propia
sensibilidad, se educan los sentidos para saber mirar y escuchar, tocar y acariciar, para
saber oler y rastrear, gustar y saborear la vida. No sólo descubrimos lo valioso de la
vida, sino que nos sentimos valiosos para los demás. Las experiencias fundantes de
sentirnos amados, seguros y valiosos acontecen en nuestro propio cuerpo y quedan
definitivamente impresas en nuestra memoria celular. 
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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Mediación para la inmediatez: un segundo momento es el cuerpo como protoámbito


de esa mediación para la inmediatez. No hay inmediatez que no esté mediada por el
cuerpo. Todo lo que somos cada uno tenemos que expresarlo corporalmente, nuestro
cuerpo es la expresión de nuestra vida en toda su riqueza. Es el de dentro a afuera
pero también es el de fuera a adentro. No sólo es expresión de mi interior hacia
afuera sino también es impresión de la realidad de afuera que se imprime y crea su
impronta en mí. Por ejemplo, sólo puedo acceder a lo profundo de la persona a través
de la acaricia de la superficie de su piel.

Tercer estrato: El cuerpo como protoámbito de la alteridad

Se trata de la relación con las otras personas. Mi cuerpo no es un objeto para los
demás. No soy una realidad que se la pueda cosificar: medir, pesar, experimentar con
ella… No. Es todo lo contrario: la luz, el sentido, lo que realmente soy no viene de
fuera, ni de los datos de la biología y psicología, sino desde el interior. Cuando la luz,
el sentido, la inteligibilidad brota desde dentro se llama epifanía. El rostro humano
es la epifanía del alma, del mundo interior. Por eso siempre se dice que los ojos son
el reflejo de alma. Si realmente se quiere conocer a alguien, no se le puede invadir,
avasallar, imponer… Todo lo contrario, hay que saber acoger, dejar que desde el
interior del otro se manifieste, se revele, se exprese; el rostro es la epifanía porque de
él brota la luz. ¿Qué es el cuerpo como epifanía? Para entender al propio cuerpo como
epifanía pondremos 3 imágenes: el cuerpo como caricia, el cuerpo como abrazo y el
cuerpo como beso.
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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Primera imagen: la acaricia. Entre los múltiples gestos de nuestro cuerpo como epifanía
en su condición afectiva-sexual, comunicativa, está la caricia. Cuando acariciamos nos
estamos relacionando con el otro a través de la mediación del cuerpo para hacernos
presente en el otro a través de nuestras manos, de nuestra piel. Entre los sentidos que
tiene el hombre hay dos, el oído y la vista, donde tengo a la persona en frente, en
distancia y la escucho; y hay tres sentidos de proximidad que son el olfato, el gusto y el
tacto. Estos son los sentidos de proximidad, de intimidad. En la caricia se experimenta
ese carácter accesible y simultáneamente inaccesible al otro. La mano que acaricia no
coge sino que acoge, ahonda en la intimidad a través de esa triple suavidad. Primera:
la caricia, es la mano acariciadora; segunda: es la superficie acariciada; y, tercera: es
la delicadeza del acariciar. Entonces el cuerpo no sólo es la epifanía hacia el mundo
sino también el mundo que nos abraza, a través de una brisa, de una suavidad, de una
atmósfera, de un no estar a la intemperie sino en esa temperie, en ese atemperarse
que supone el sentirse acariciado y envuelto por la ternura de la realidad. 

Segunda imagen: el abrazo. En segundo lugar del cuerpo como epifanía está el
abrazo. En el abrazo se produce un triple movimiento: es abrir los brazos para recibir,
es cerrar los brazos para acoger y es reservar al otro en el lugar junto a mis entrañas.
Por eso se habla de amor entrañable, una madre acoge al hijo en sus entrañas, hace
de mi cuerpo unas entrañas y una matriz, un espacio donde mi vida acoge al otro o
donde mi vida es acogida por el otro. 

Tercera imagen: el beso. En tercer lugar del cuerpo como epifanía está el beso. El
besar es depositar todo nuestro ser, todo nuestro interior a través de nuestros labios
sobre el cuerpo del otro, es el gesto de ir a esas fuentes, nuestros labios, nuestra
boca, esas fuentes donde emergen toda palabra, donde se manifiesta toda promesa.
Para los antiguos a través de los labios y la boca es como se exhalaba el aliento que
era la fuente de vida. Besar es la fuente, es el soplo, es trasmitir el espíritu. La fuerza
del beso no está en erotizar el alma sino en hacer místico y espiritual nuestro cuerpo.

Síntesis final: el cuidado de la dimensión corporal del ser humano. Junto a estos tres
elementos hay que subrayar el cultivo del cuerpo. Cuando se cultiva, cuando se cuida
el cuerpo a través del movimiento, del ejercicio, del deporte, de la actividad física,
se favorece un estilo de vida saludable, parte importante en un liderazgo integral.
Ahí se refleja cómo me siento con mi cuerpo, cómo me acepto, cómo visto y cuido
mi cuerpo, no tanto por narcisismo sino para que lo exterior sea expresión de lo que
llevó en el interior. En eso no hay cánones establecidos, no es la corbata o el buen
vestido, sino que toda expresión corpórea habla de ese interior.

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Segunda dimensión:
LA INTELIGENCIA COGNITIVA

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La segunda dimensión es la dimensión intelectiva o lo que es la inteligencia


cognitiva, y para entenderla tenemos cuatro elementos: 

Describirla

No se trata solo de percibir la realidad en toda su riqueza, sino, también,


de describirla, de saberla definir, conceptualizar, ordenar y articular. 

Interpretarla

Además de describir la realidad está el interpretar la realidad. No sólo se


trata de nombrar las cosas, sino que toda descripción, toda percepción es
“con vista a” realizar algo con ello, siempre tiene ese carácter subjetivo:
siempre que describo algo es con vista a gozarlo, a escrutarlo, a usarlo,
a realizar algo con ello. Es el interpretar. Percibir la realidad, interpretar
la realidad. 

Conocer la realidad
Es decir, incorporar la racionalidad que puede ser científica, histórica,
filosófica, espiritual, etc. No sólo hay un modo de conocer la realidad, ni
sólo un tipo de verdad. 

Comprender la realidad
Es la síntesis de todas ellas. El hombre no sólo conoce las cosas, sino
que las comprende, y comprendiéndolas, sabe de la vida, del mundo,
de la realidad y además, consigue lo más importante: saber estar en la
realidad. 

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Interpretar la realidad
No se trata sólo de seleccionar datos de
la infinita riqueza de la realidad, sino que
toda percepción y descripción es siempre
“con vista” a: bien lo que me he figurado
de la realidad, bien lo que deseo hacer o,
simplemente, gustar y contemplar algo.
Toda descripción es una interpretación
incoada. No es lo mismo contemplar
el mismo mar cuando lo quieres pintar
que cuando quieres pescar. En el primer
caso interpreto el mar con todo el
juego de azules, coloridos, iluminación,
etc. En el segundo caso, la forma de
Describir la realidad seleccionar los datos y ordenarlos va en
La realidad posee una insondable riqueza función de si está en calma o de si hay
de matices, dimensiones, datos, de corrientes que pueden hacer peligrar
referencias a otras realidades, etc. Esto la pesca. Finalmente, si aparece un
supone que en toda percepción siempre bañista, ni le interesará los colores ni las
hay una selección de datos. La realidad corrientes marinas de bancos de peces,
siempre es mucho más de lo que podemos sino sólo si el agua está templada, fría
describir. Cuando percibo y describo o congelada. Siempre interpretamos la
algo, ya estoy seleccionando unos datos y realidad. Todos tienen la misma realidad
dejando en el silencio y en olvido a otros delante, pero todos la interpretan “con
datos. Por eso, es fundamental educar vista” a aquello que les interesa. Tanto el
y formar los sentidos para no reducir la describir como el interpretar, interactúan,
realidad. Es importante formarse y crecer cuanto mejor describo la realidad más
en saber mirar la realidad en toda su me abre posibilidades de distintas
hondura, altura, anchura y largura. Un interpretaciones; pero cuanto más intelijo
ejemplo sencillo es que un esquimal que con vista a algo que quiero hacer, más
vive en el polo norte puede distinguir selectivo soy en los datos que deseo
mucho más los matices del color blanco resaltar y más profundizo en ellos. 
que un europeo o hispanoamericano. 

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Conocer la realidad

No es lo mismo ver un color con los sentidos, describirlo e interpretarlo, que


conocer qué es el color más allá de la percepción, es decir, qué es realmente en
la realidad el color. Y ahí ejerzo un tipo de inteligencia que ya no es descriptiva ni
interpretativa, sino es inteligencia racional: por ejemplo, usar la racionalidad científica,
o histórica, o metafórica. Puedo decir de este color azul del mar que son unas ondas
electromagnéticas o un chorro de fotones, porque es conocer cómo es esa realidad
que yo he descrito y que yo he interpretado. Es realmente la realidad desde el punto
de vista de la ciencia.  Es preguntarse ¿qué son las cosas reales en el mundo? Para ello
tenemos que contemplar las cosas reales y los hechos como cosas y hechos, pero a la
luz de unas categorías que coloco para conocerlas en su realidad profunda, según las
categorías que use. En esto consiste la racionalidad con que conozco la realidad en
todas sus posibilidades. Si selecciono un mismo hecho, como puede ser un hombre a
punto de morir, entonces puedo conocer la misma realidad desde distintas categorías:
si la conozco desde categorías científicas, tendré un “hecho-científico”, pero si la
conozco desde categorías históricas, conoceré ese mismo hecho como un “hecho-
histórico”. La racionalidad nos va mostrando toda la riqueza de la realidad.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Un ejemplo:
Siguiendo este mismo hecho vamos a conocerlo desde cuatro racionalidades diferentes:
la racionalidad vital-existencial, la racionalidad científica-médica, la racionalidad
teologal-religiosa y la racionalidad histórica. Vayamos al ejemplo (usaremos uno que
le gustaba mucho al filósofo Ortega y Gasset): hay un hombre tendido en la cama de
su habitación (recámara) a punto de fallecer. Allí hay cuatro personajes: la esposa, el
médico, el sacerdote y un fotógrafo: 

La esposa: está abrazada al hombre. Junto al lecho de muerte no hace más que llorar,
ella está contemplando no a alguien que muere, sino un universo vital que termina,
una pérdida tan grande que no sabe cómo podrá vivir después del acontecimiento.
Ella interpreta la situación como oscuridad, desolación, un antes y un después. 
El médico: junto a la cama, lo único que interpreta es la espera de la muerte de
uno más de sus muchos pacientes. Tiene cogido el brazo del moribundo, no para
acariciarlo, sino para medir su pulso y ver si aún sigue vivo. Sólo espera el fallecimiento
para firmar el acta defunción. 
El sacerdote: un poco más distante se encuentra un sacerdote. Está poniendo la mano
sobre la frente, no para medir la fiebre, sino para ayudarle a rezar y encomendar su
alma. Interpreta no la inminente muerte, sino el tránsito a la vida eterna. Sus palabras
sobre el enfermo terminal son de consuelo y esperanza. Contempla el final de una
misión y de un proyecto de vida que será recogido por el Dios en el que cree. 
Un fotógrafo: al final de la habitación se encuentra un fotógrafo. Es periodista. El
moribundo parece ser una persona importante. Está realizando un capítulo de la
historia de la ciudad donde este hombre era importante.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Comprender la realidad para saber estar en ella


Siguiendo con el ejemplo anterior, todos tienen delante la misma realidad, pero
el conocimiento y la racionalidad que les mueve es diferente. Todos conocen
“verdaderamente” (son verdades racionales) pero cada uno ilumina una dimensión
profunda de la misma y única realidad. Por eso la verdad no se reduce a lo científico-
técnico. 
La verdad integral es la que articula todos estos conocimientos racionales. En síntesis:
no es lo mismo la racionalidad científica que conoce al hombre en su estructura
biológica o fisiológica, o en su racionalidad médica; que conocerlo desde otro tipo
de racionalidad, como, por ejemplo, una racionalidad filosófica donde hablamos de
la persona como vocación, como misión, como sentido de vida; o, más aún, desde
una racionalidad histórica donde vemos que el hombre no parte de cero sino que,
naciendo, recibe una educación que le va transmitiendo toda una historia en la que
vive sobre los hombros de gigantes: el niño de hace diez mil años, teniendo la misma
inteligencia que el niño del siglo XXI, no tenía lo que sí tiene el niño contemporáneo:
las posibilidades de saber tocar un instrumento de música, hablar dos idiomas,
comunicarse por internet, etc. Vemos que esa racionalidad propia del conocimiento
es mucho más amplia que la simplemente científica. 

En síntesis: más allá de describir, interpretar y conocer la realidad, está el  comprender
la realidad en toda su hondura: es ver a la persona en toda su riqueza más allá de la
simple percepción. He comprendido una situación, un rostro, una persona, un proyecto,
un libro. Hacerme cargo de la realidad, es saber estar y vivir en esa realidad.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Tercera dimensión:
TRES NIVELES DE LA
INTELIGENCIA EMOCIONAL O
EL SENTIMIENTO AFECTIVO
Introducción
Hemos hablado de la dimensión corporal, luego de la inteligencia cognitiva y, en
tercer lugar, tenemos la inteligencia emocional o sentimental. Significa que junto
al percibir (describir, interpretar, conocer, comprender) está el estimar (valorar,
jerarquizar, enjuiciar, etc.).  En todo percibir la realidad no sólo puedo describirla,
sino que toda percepción ya es una estimación o una valoración. No hay elemento
cognitivo que no esté intrínsecamente unido al elemento estimativo. En todo lo que
percibo hay una dimensión de fruición: me gusta o no me gusta, me siento a gusto
en esta situación o a disgusto. Vivo atemperado en la realidad que me rodea (una
habitación, un ámbito de vida, etc.) o me siento a la intemperie, vulnerable, etc. 

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Esta forma de vivir atemperados, de valorar y estimar la realidad se hace


constantemente a través de las emociones, ellas son las que nos informan cómo
nos está afectando la realidad y de esta manera nos conectan con la vida. Si las
reprimimos o las bloqueamos, anestesiamos la vida y perdemos la capacidad
personal de afrontar el mundo al no contar con lo que nos orienta sobre lo que
sucede para nombrar y valorar la realidad.  

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

En toda percepción hay una valoración:


porque al percibir estamos estimando
también la realidad.
La estimación o valoración tiene tres
niveles fundamentales: el primer nivel
es el de los valores y los juicios que
podemos hacer con ellos; el segundo,
es que los valores tienen un orden y una
jerarquía; pero, hay un tercer nivel, en el
que los valores, queramos o no, entran
en conflicto y, por tanto, dinamizan
una dimensión más de la persona: la
dimensión volitiva ejecutiva. 

Primero: el universo de los valores y los jucios de valor


Si la inteligencia cognitiva nos abre a lo
que es el conocimiento de la riqueza de
la realidad, la inteligencia emocional nos
abre a la cualificación o a la valoración
de la realidad. Es la valoración, es
estimar la realidad como algo valioso,
valioso para la vida, valioso para mí,
valioso para el mundo. Por ejemplo, te
presentan a una persona y no sólo la
conoces, no sólo la describes, sino que
también puedes decir: me cayó bien o
me cayó mal. Esa valoración o estimación
se convierte en juicios de valor. Junto a
los juicios de hechos (bajo, alto, rubio o
moreno…),  también están los juicios de
valor (atractivo o repulsivo, guapo o feo,
elegante o vulgar). 

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Segundo: la jerarquía de valores

Los valores también se jerarquizan, hay valores que son más importante para mi
vida, otros que son menos importantes. Hay valores que para la sociedad son muy
importantes, por ejemplo, el valor de la paz, de la seguridad ciudadana, el valor de
la tolerancia. Todos estos valores sueltos, desordenados, necesitan de una jerarquía
y a eso se llama una axiología de valores. En el proceso de la educación desde que
somos niños los valores se van jerarquizando.

Dentro de esta jerarquía de valores hay siempre una escala, un canon, un marco, un
patrón en el que tenemos que convivir. Por otra parte, hay valores instrumentales
y valores intrínsecos. Los valores instrumentales tienen que estar al servicio de los
valores intrínsecos. Por ejemplo, el dinero es un recurso instrumental, pero la salud
es un valor intrínseco. Distinguimos ese valor intrínseco cuando nos preguntamos
¿qué sería del mundo sin ese valor? Y respondemos que sería una pena que se
hubiera perdido. Qué importante es favorecer un mundo donde la salud, la justicia, la
belleza estén, presentes como valores intrínsecos y nunca los valores instrumentales
(lo útil o inútil, lo caro o barato, cómodo o incómodo, etc.) estén por encima de los
valores intrínsecos. Pongamos una pequeña escala o jerarquía de valores a modo
de ejemplo: 
Valores sobre realidades no personales: 
Valores instrumentales: caro o barato, abundante o escaso, útil o inútil. 
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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Valores vitales: vivo o muerto, sano o enfermo, agradable o desagradable, placentero


o doloroso. 

Valores sobre realidades personales: 


1. Estéticos: bello o feo, elegante o inelegante. 
2. Lógicos: exacto o inexacto, verdadero o falso. 
3. Jurídico: correcto o incorrecto, legítimo o ilegítimo.
4. Morales: buenos o malos, justo o injusto, leal o desleal.
5. Espirituales: religioso o no, sagrado o profano, reverente o irreverente. 

Tercero: el conflicto de valores


Continuamente estamos jerarquizando, hay valores que tienen mayor importancia
que otros y luego se dan conflictos de valores. Por ejemplo, situaciones en las que
uno no sabe qué debe hacer porque si realizo este valor, me encuentro con que
estoy negando otro.  Hay conflicto porque hay una jerarquía de valores, porque hay
valores que nos parecen más importantes personal y familiarmente pero que, por
ejemplo, organizacionalmente se contraponen.
Por ejemplo, en una empresa donde trabajo, hay unos valores utilitarios, hay que
sacar beneficios, rendimientos, pero estos valores no pueden atentar contra valores
éticos como la justicia, la honestidad, la honradez. Ahí está ese equilibrio necesario
de la inteligencia cognitiva y de la inteligencia emocional. Justo aquí es donde
entra otra dimensión fundamental: la inteligencia volitiva o ejecutiva. 

En síntesis: la inteligencia
emocional ha de trabajarse
para aprender a estimar y
valorar la realidad de acuerdo
a una jerarquía de valores
que nos conecte con la vida,
que nos oriente hacia aquello
que nos lleve a desplegar lo
mejor que somos y a aportar
al mundo lo mejor que hay
en nuestro interior como
plataforma para una vida
plena y feliz.  

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Cuarta dimensión:
LA INTELIGENCIA EJECUTIVA

Introducción: tres aspectos sobre la realización de valores.  


La inteligencia ejecutiva es la que lleva a la acción y esto es la ética. El ser humano
no sólo describe la realidad, no sólo la estima o la valora, no solo la jerarquiza, sino
que esos mismos valores los realiza, los encarna, los lleva a la práctica, los lleva a
la vida. Los valores se proyectan con la inteligencia emocional y se realizan con la
inteligencia ejecutiva. Al realizarlo, los proyectos cobran cuerpo y se materializan. Es
así como se incrementa el valor de la realidad: ya sea personal, familiar, empresarial,
política, religiosa, etc. Son, por tanto, tres momentos: el momento ético de la
realización de los valores, el momento ético de la configuración de la persona que
realiza esos valores y, finalmente, la realización supone la deliberación. 

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

En primer lugar: encarnando valores se transforma la realidad

Los valores por su misma naturaleza exigen ser realizados. Pongamos un ejemplo.
Cuando alguien, vamos a llamarlo A contempla la acción de una persona (llamémosla
B) y la estima valiosa en orden a la bondad que transmite, la justicia que realiza, la
solidaridad que ejerce… esa persona nos sólo capta esos valores y los reconoce
como valores fundamentales. Más aún, descubre esos valores no sólo en el proyecto
de vida personal de B, sino, también, en la organización de la que es miembro y,
a su vez, está teniendo un fuerte impacto en la sociedad, muchas veces insensible
a los que peor lo están pasando. Pues bien, esa persona A, emocionalmente
interpelada, se siente atraída, arrastrada, empujada, también ella, a realizar esos
valores, a encarnarlos desde su proyecto de vida, quizás distintos del personaje
B, y, además, en otra organización. Las palabras convencen, pero los ejemplos y
las vidas ejemplares arrastran, despiertan lo mejor de las personas. Sólo así en el
mundo se irán incrementando los valores y creándose posibilidades para nuevos
proyectos de vida humanizadores. 

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

En segundo lugar: encarnando valores no sólo se transforma el mundo, sino que


se transforma la persona que lo realiza: se empodera. 

Aquí radica lo propio del crecimiento ético. Por ejemplo, si yo capto el valor de la
justicia y realizo acciones justas, entonces el mundo será más justo. El mundo se irá
transformando y enriqueciendo hacia la justicia. Y además, no sólo transformo la
realidad sino que, en ese transformar la realidad, yo me voy transformando, si yo
realizo el valor de la justicia, yo me voy volviendo una persona justa. Si yo hago el bien
y realizo bien las acciones del orden que sea, profesionalmente, intelectualmente,
familiarmente, no sólo voy haciendo el bien, sino que, también, me voy convirtiendo
en una buena persona, en un excelente profesional, en un buen hermano o amigo.
Por lo tanto, tiene esta doble dimensión. No sólo es transformar la realidad sino
transformarme a mí mismo. Entonces mi persona se va capacitando cada vez más.
Creando hábitos no sólo transformo la realidad, sino que me transformo a mí mismo
formando lo que se llama una virtud.

En tercer lugar: encarnar valores, realizar la acción ética, supone deliberación y


prudencia. 

La realización de valores nos sitúa en un campo que no es fácil porque tenemos


que ejercer no sólo la dimensión emocional de valorar, sino ejercer la inteligencia
ejecutiva de deliberar y actuar incrementando unos valores y dejando en la sombra
otros. Si hacemos A no podemos hacer B, si desarrollamos este valor no podemos
desarrollar ese otro, y a esto no se le llama jerarquización sino de deliberación. Para
tomar las mejores decisiones posibles, por ejemplo, si soy un político en orden al
bien común, si soy un padre de familia en orden a la unidad familiar y a la misión
que tiene la familia, sí soy un empresario en orden al beneficio de la empresa y la
responsabilidad social de la misma, etc., estos conflictos y estas determinaciones
siempre suponen un discernimiento. Ahí es donde entra esta dimensión ejecutiva en
la cual hay que distinguir entre el querer, el poder y el deber. Deliberar es combinar
los tres momentos como si fueran 3 pelotas: el querer, lo que yo querría; el poder,
lo que yo puedo realmente, porque entra en conflicto con otras situaciones, con
otros intereses, con otras personas, con otras limitaciones; y lo que yo realmente
debo. Entonces, en esa combinación vamos tomando decisiones. Esto es la ética:
realizar valores discernidamente para transformar la realidad y configurar la propia
personalidad. El arte de tomar buenas decisiones es lo que se llama: prudencia. En
la introducción hablamos de ser creativos en el soñar, audaces en el emprender y a la
hora de tomar decisiones, hay que ser prudentes en el decidir. Esta es la prudencia
entre el querer, el deber y el poder. Ahí entra la grandeza del ser humano.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Por ejemplo: en el orden político:

i. Hay dos valores fundamentales para una sociedad que un político tiene que
gestionar como servidor público, uno es la paz y otro es la seguridad ciudadana. 

ii. Si pongo el valor de la paz como algo muy importantes quizá se contrapondría


con el hecho de invertir en armas, pues no debería haber guerras, ni violencia.
Pero el hecho es que las hay. El “debería” es siempre abstracto: no debería haber
conflictos entre padres e hijos, entre pueblos, etc.  Pero el “deber” es lo real entre
el querer y el poder. 

iii. De ahí que, junto a este valor de la paz, está el valor de la seguridad
ciudadana y como gobernante que debe garantizar una seguridad ciudadana, tiene
que designar una partida de impuestos al sistema de seguridad: comprar armas,
pagar cuerpos de seguridad y militares, etc. Tal cosa parece que se contradice con
la paz. 

iv. Aquí es donde entra el arte de la deliberación, el discernimiento y, siempre,


con la sabiduría propia de la prudencia. Nos movemos siempre entre el ideal que
debería ser y la realidad que nos fuerza a tomar decisiones que “debemos” tomar. 

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Quinta dimensión:
LA INTELIGENCIA ESPIRITUAL

Introducción
Finalmente, junto a la dimensión corporal, cognitiva, emocional y ejecutiva, se
encuentra una última dimensión: la dimensión espiritual o la inteligencia espiritual y
trascendente que hace relativamente poco que se ha puesto en boga. Hasta ahora
todas las dimensiones aportan una novedad en la vida, pero la dimensión espiritual
no es una franja más, no hay un plus de conocimientos sino que, en todo lo que
conocemos, valoramos, realizamos, etc., lo que se da es un “RE”: re-conocimiento.
Eso quiere decir que el conocer, el valorar y el realizar las cosas no agota la riqueza
de la realidad. La realidad es mucho más. Tres son los momentos fundamentales
de esta dimensión espiritual: un nivel de profundidad que reconocemos; unas
expresiones y una racionalidad propia y, finalmente, tres grandes vías o marchas
por las que el hombre desarrolla su capacidad de transcender y vivir la dimensión
espiritual. 
27
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Primero: la profundidad última de la realidad que se re-co-


noce

Todo conocer-me remite hacia lo último, hacia las fronteras, hacia lo inefable, hacia
el misterio como fundamento último, misterio como el sentido último de la realidad,
misterio como aquellos valores últimos absolutos. Entonces hay un remitir que no
se trata de un nuevo conocimiento, sino que en ese conocer voy reconociendo que
algo se hace presente, que la realidad es una ventana por la que se hace presente
algo que no puedo objetivar, algo que emerge, algo que arrastra, que susurra, que
no se ve pero se siente.

Esto es lo que hace que desde la realidad y en la realidad podamos trascender.


Puede llamarse Dios, puede llamarse valores absolutos, o simplemente es el
trascender porque el ser humano no queda agotado en lo que es la realidad
puramente fáctica. A ese sentido, a esa profundidad, a esa altura y anchura de la
realidad inagotable es a lo que nos referimos como espiritualidad y transcendencia.  

28
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Segundo: la fuerza de la razón, del sentimiento y de la


voluntad, propias de la dimensión espiritual.

Esta dimensión tiene su propio lenguaje, sus propias formas de expresión: ahí
entra la racionalidad simbólica y metafórica, o la racionalidad filosófica, teologal,
espiritual. Esta racionalidad consiste en tener otra actitud fundamental ante la misma
realidad: un mismo objeto, puedo verlo como algo profano o, desde la actitud
espiritual, algo sagrado, es decir, en el que enigmáticamente se hace presente
otro nivel de realidad. Por ejemplo, puedo entrar en un templo religioso (católico,
budista, judío o musulmán, etc.) con una actitud de turista cultural y ver obras de
arte valiosas, etc. Pero puedo entrar, también, con otra actitud y otra racionalidad,
pues ahí está aconteciendo un ámbito diferente: la luz y el brillo, la atmósfera de
incienso, los cánticos de fondo, las expresiones físicas de inclinación, postración,
etc. Ya no se trata de hechos sino de acontecimientos, pues está aconteciendo
algo que me desborda, me sobrecoge, me invita al silencio y recogimiento. Los
acontecimientos son los hechos con un plus de sentido, portadores de una nueva
luz que ilumina mi realidad y la realidad toda, abriéndola a nuevas posibilidades
de vida; portadores de unos sentimientos de paz, alegría, fascinación, etc., que
transforman profundamente el corazón; y, finalmente, portadores de una fuerza que
dinamiza y fortalece la voluntad para dar pasos y tomar decisiones insospechadas.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Tercero: tres vías en la tradición de la dimensión espiritual


Tres vías que abarcan muchas corrientes filosóficas humanistas, tradiciones culturales
y religiosas.

1a. La vía cosmológica. Es cuando toda la naturaleza, el cosmos, la riqueza de


realidad hace que el hombre transcienda: al ver el firmamento o un simple amanecer;
al ver cómo ha sido creado todo: la vida, el fuego, el mar, la riqueza de la tierra.
En esos conocimientos se reconoce la armonía, la inteligencia universal, las fuerzas
cósmicas. Hasta Einstein tenía un sentido profundamente religioso de las ciencias.
Es también la experiencia de sentirse pequeño, frágil ante tanta inmensidad y, al
mismo tiempo, el único ser capaz de reconocer tanta grandeza y de estar en la
cúspide de la creación. 

2a. La Vía de la dificultad. Hay otra vía que apenas está explorada. La encontramos
también dentro de las tradiciones religiosas del budismo, del cristianismo, de otras
tradiciones, en los cambios de vida que son las experiencias límites. Son aquellas
experiencias de reconocer que a pesar de la fuerza que tiene los enigmas del mal,
30
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

del sufrimiento y de la muerte; a pesar de tanta tragedia, fracasos, culpabilidades,


etc., a pesar de todo, el ser humano sabe que esto no tiene la última palabra, que
hay que esperar y mantener la esperanza por encima de toda desesperanza; de que
el bien, la belleza y la verdad tienen una fuerza que nada ni nadie podrá apagar. 

3a. La vía de la luz. Son los acontecimientos positivos que tienen un plus de
sentido: dilatando la mente, ensanchando el corazón, dinamizando las fuerzas.
Experiencias que me abren un horizonte insospechado, por ejemplo, la experiencia
de la libertad. Esa experiencia donde en último término y a pesar de todos los
condicionamientos biológicos, fisiológicos, sociológicos, tengo esa capacidad de
decir sí o no, tengo esa capacidad de decisión. La experiencia de la gratuidad, la
experiencia del amor, la experiencia de la belleza, son experiencias que me abren
hacia lo inefable. Entre todas estas experiencias se encuentra la experiencia de la
gratitud pues uno se descubre que la vida es un inmenso don, que hemos sido
agraciados, que todo puede contemplarse desde la condición de ser un regalo: es
la verdadera religiosidad y espiritualidad. 

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Síntesis final de la dimensión o inteligencia espiritual: la inteligencia espiritual


recoge cada una las dimensiones que hemos visto: 

• La dimensión del cuerpo, donde el cuerpo se presenta como una realidad


misteriosa, es ese respeto a la dignidad del cuerpo, ese carácter sagrado que
tiene aún después de muerta la persona: porque sabemos que ahí ha habitado
un ser humano, una dignidad, un fin en sí mismo, una realidad, una imagen de
un ser superior. 
• También hablamos en la línea del conocimiento espiritual en la inteligencia
cognitiva: ese sentido último de la realidad, ese escrutar lo inefable, esa
experiencia límite en todos los aspectos. 
• Hablamos de la dimensión emocional cuando está bañada o recubierta por
valores espirituales, valores que están por encima de todo, el don de la gratitud,
ese agradecimiento al don de la vida, aunque no sepa si es un ser superior, o
Dios, o quién, o qué es, pero sé que soy destinatario de unos dones y regalos
que la vida me ha dado.
• En la dimensión ejecutiva propia de nuestras acciones, mencionamos cómo en
todo acto no solo realizo unos valores, no solo me realizo yo como persona, sino
que esa acción me lleva a un gozo especial que nos lleva a ideales de plenitud:  
1. Está en el héroe de acciones relevantes, significativas…
2. Está en el genio que abre el mundo de la sabiduría en todo el espectro
de posibilidades…
3. Y está en el santo, que quizá no son grandes acciones, pero que son
acciones de un calado significativo y de una irradiación especial.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

INTERACCIÓN ENTRE LAS DIMENSIONES


FUNDAMENTALES PARA UN CRECIMENTO
NO SÓLO INTEGRAL SINO PARA UNA
PERSONALIDAD INTEGRADA

Introducción
Para que una formación no sea sólo integral sino integradora, es decir, que vaya
unificando a la persona, vamos a ver 3 apartados. El primer apartado es la imagen
de una palanca. En una palanca tenemos varias piezas: en un extremo está la carga
que hay que levantar; en el otro extremo está la fuerza que hay que depositar para
levantar la carga; atravesando toda la palanca se encuentra el brazo; finalmente,
está el punto de apoyo donde el brazo se sostiene y se realiza la palanca. 

La imagen de la palanca o la integración de todas las dimensiones fundamentales


para una personalidad integrada. 

1. La carga: vamos a llamarlo metas, retos, objetivos, lo que queramos lograr


en la vida. 

2. La fuerza necesaria para levantar la carga: vamos a llamarla inteligencia


cognitiva o el conocimiento para desarrollar un proyecto, para afrontar un reto, para
vincularse y aportar a una misión, a un objetivo. Esa fuerza cognitiva es necesaria
para conocer bien la realidad, comprenderla. Pero siendo necesario todo esto, no
es suficiente.  

33
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

3. El brazo de la palanca: además de la inteligencia cognitiva necesitamos la


inteligencia emocional. Al realizar un proyecto, al cumplir un objetivo, además de
tener el conocimiento, necesitamos el brazo que sería la inteligencia emocional,
lo que es el sentimiento afectante, ese carácter de los valores. Es decir, esa forma
de gestionar las emociones, cuanto más largo sea el brazo de la palanca, mayor
agilidad se tendrá, menos esfuerzo será necesario para levantar la carga, para lograr
el objetivo o la meta. Lo mismo podemos decir de la inteligencia emocional: vemos
cómo en la inteligencia emocional, conocer lo que me emociona, saber neutralizar
mis miedos, saber gestionar las emociones contradictorias, jerarquizar los valores,
empatizar con los demás, etc. En cualquier esfuerzo o dificultad que surja, cuanto
más yo domine la inteligencia emocional, mejor se afrontarán los retos y con mayor
facilidad se lograrán los objetivos. Cuanto más tenga desarrollada la inteligencia
emocional junto a la cognitiva, el proyecto o la carga podrá levantarse con mayor
agilidad, pero todavía falta un elemento más, que es el cómo articular los distintos
movimientos. 

4. La estrategia del levantar la carga. Colocar en su lugar la carga, situar


el brazo donde más convenga, poner la fuerza necesaria y mantener la presión,
etc. Todo el proceso y la estrategia para levantar una carga supone la inteligencia
ejecutiva o la dimensión volitiva de la acción. Saber si tengo las fuerzas necesarias
o, tratándose de la vida, los conocimientos y aprendizajes necesarios, saber en
qué medida puedo valerme de ellos, o contemplar las sinergias para que pueda
embarcarme en un proyecto. Saber qué recursos emocionales: valores como la
paciencia, la tolerancia, el trabajo en equipo, etc., todo eso es esencial para el
discernimiento. Es la capacidad para tomar decisiones, la fuerza de voluntad. La
voluntad supone no solo determinarme, es decir, decidir, sino, también, consiste en
incorporar aquello que ha determinado a mi propia vida y sentir, lo que es el gozo
de haber realizado esta acción o haber creado esta alianza. Es decir, cuando yo
apuesto por algo, cuando afronto un proyecto no solo me focalizo y juego con todas
las variables que tenga, sino que, también, en esa determinación voy gozando con
el camino que voy emprendiendo, esa sería la inteligencia ejecutiva repercutiendo
sobre la inteligencia emocional. 

5. El punto de apoyo. Queda un elemento más en la palanca que es el punto


de apoyo. No es lo mismo que el punto de apoyo esté cerca de donde se ejerce
la fuerza, es decir, que el brazo sea mucho más largo en la parte que da a la carga,
que en la parte donde se imprime la fuerza, que es en este caso la inteligencia
cognitiva. Entonces, cuando el punto de apoyo esté más alejado de la carga, en
este caso del objetivo, proyecto, reto o problema, más difícil será levantarla, pero
en cuanto yo ponga el punto de apoyo más cerca de la carga y el brazo se extienda
más donde ejerzo la fuerza, más fácil se levantarla. ¿Esto a que se refiere? Se refiere
34
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

a la inteligencia espiritual, donde un proyecto, un reto o un desafío sintonice con


mis valores, con mis convicciones, con todo aquello en que yo creo, será más
llevadero, más fácil. El plus de sentido con que haga las cosas será infinitamente
mayor al que tendría si yo me sintiera distante y no conectara con ese proyecto.
O si tuviera que hacer ese proyecto o ese trabajo porque me da dinero, o porque
no tengo otra alternativa. O porque fuera lo único que me ofrecieran o porque me
sintiera coaccionado. Ahí, por mucha inteligencia cognitiva que tenga, por mucha
deliberación que haga, por mucha agilidad emocional que aplique, no dejará de
ser algo que me desagrada, algo con lo que no conecto o algo con lo que no me
siento identificado en el sentido de mis convicciones profundas y en aquello que da
sentido a mi vida. 

Síntesis final: si todo eso se combina, se da la articulación de estas dimensiones,


podemos irlas integrando y sentirnos unificados en todo lo que vayamos realizando
en la vida. Nuestros proyectos personales, familiares, laborales, sociales, etc., se
vivirán de forma unificada, en armonía interior, con un estilo de vida francamente
saludable. Este aprendizaje en el ser y el actuar, en el convivir y emprender, en
el transformar y transcender… irá mostrando un liderazgo integral propio de las
personas íntegras.

35
ÁMBITOS EN LOS QUE
SE DESPLIEGA NUESTRA VIDA:
LOS CUATRO EJES FUNDAMENTALES
DE LA RUEDA DE LA VIDA
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

ÁMBITOS EN LOS QUE SE


DESPLIEGA NUESTRA VIDA:
LOS CUATRO EJES
FUNDAMENTALES
DE LA RUEDA DE LA VIDA
Objetivo
Conocer y distinguir los ámbitos que conforman la
rueda de la vida y la importancia de vivirla en equilibrio
y armonía. Los ejes de la salud, el amor, el poder y la
autoridad.

2
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Ámbitos en los que despliega


nuestra vida
Una vez que hemos profundizado en
nuestra realidad personal, y hemos
contemplado la riqueza de dimensiones
que nos conforman, vamos a detenernos
en el contexto donde desplegamos la
vida, allí donde nuestra realidad personal
se va expresando.

Así como hemos hablado de las


dimensiones fundamentales de la persona
y de la importancia de vivirlas de una forma
integral e integradora, ahora vamos a dar
un paso más para descubrir la importancia
de vivirlas de forma unificada, en armonía
y equilibrio.

Para ello vamos a contemplar nuestra


vida como si fuera una rueda formada por
diversos ámbitos: la “Rueda de la Vida”.

Dentro de ella vamos a distinguir en primer


lugar 4 ejes: la salud, el amor, el poder y
la autoridad. Lo importante es descubrir
que sólo viviendo equilibradamente estos
4 ejes podremos sentirnos unificados, en
armonía y capaces de crear un estilo de
vida saludable, propio de un líder íntegro
y creativo.

Cada uno de estos cuatro ejes estará


formada por dos ámbitos de vida
específicos.

3
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

El primer eje: Salud


El cuidado de nuestra salud nos traerá beneficios físicos (como sentirnos más ágiles
o descansados) pero también emocionales donde volvemos a sentir inspiración y
somos capaces de disfrutar de la vida. Experimentarnos con una mejor autoestima,
más alegres, menos susceptibles, es sin duda fundamental para sentirnos sanos y
saludables. Por tanto, este eje nos ayuda a sentirnos sanos integralmente. Abarca
la salud física y la emocional a través de los espacios de recreación.

Ámbito Físico: comporta el cuidado de nuestro cuerpo con todo lo que


implica: atender las necesidades básicas de alimentación, descanso,
ejercicio, revisiones médicas… es decir, cuidar todo aquello que se
requiere para su adecuado funcionamiento.

Ámbito Recreativo: en el cuidado personal también es importante tener


espacios para la dimensión lúdica y los tiempos libres (aventura, diversión,
juego, ocio, etc.), para recuperarse del estrés o de un ritmo de vida a veces
muy exigente que va restando energías. Es saber contar con los espacios
necesarios para respirar, tomar distancia, regresar a lo más auténtico en
nosotros y poder escuchar nuestras necesidades.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

El segundo eje: AMOR


Sentirnos amados y capaces de amar es algo esencial en nuestro proceso de
crecimiento y maduración, una experiencia fundante sin la cual es muy difícil
desplegar lo mejor que somos y tenemos. Conlleva poder experimentarnos, a través
de la relación con los demás, reconocidos, queridos, apoyados y aceptados por
quien somos más allá de lo que hagamos. El cultivo de este eje nos ayuda a sentirnos
amados. Y está formado por dos ámbitos: familiar y amigos.

Ámbito Familia: se incluye en este ámbito tanto aquella en la que hemos nacido
como la que quizá hemos creado. Unas relaciones familiares que en algunas
ocasiones se extienden más allá del núcleo más íntimo y cercano.

Hay un amor que recibimos y entregamos desde una relación asimétrica como
son las relaciones entre padres e hijos, abuelos, tíos; pero también hay un amor
que vivimos de forma más horizontal y simétrica: con hermanos o primos.

Todo ello nos da una vivencia de identidad familiar que nos va conformando.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Ámbito Amigos: son aquellas personas que forman parte de nuestra vida y
con las que decidimos libremente entablar una relación de afecto, confianza y
complicidad. Son relaciones que nacen de compartir una sensibilidad común,
aficiones, vivencias significativas…

Nos abren a un campo de comunicación profunda y sincera, esencial para vivir.

El tercer eje: PODER


Como seres humanos necesitamos realizarnos a través de 2 ámbitos que nos generan
capacidad de hacer y crear. Este poder viene dado por dos ámbitos fundamentales:
el trabajo y los bienes que voy acumulando (finanzas). Si la salud es la experiencia
de sentirme sano y el amor es sentirme amado, la del poder es la de experiencia de
sentirme seguro. Es una seguridad que se vuelve aplomo y fortaleza para enfrentar
dificultades, pero también para desarrollar nuevos recursos y habilidades. Es saber
que cuentas con capacidades y recursos valiosos para afrontar la vida y desarrollar
proyectos.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Ámbito Laboral: me capacita para la vida, pues me hace desplegar mis dones y
talentos, y me genera la posibilidad de aportar a los demás y a la sociedad. Es
una dimensión que me hace dar fruto y el poder de transformar la realidad.

Ámbito Económica-Financiero: que es fundamentalmente el fruto de ese


trabajo, junto a otros que son recibidos. Son los bienes que gestiono, que voy
acumulando, que voy poniendo en movimiento desde mis deseos y opciones.
Esto me da poder porque me hace “pudiente”, es decir, “me voy empoderando”.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

El cuarto eje: AUTORIDAD


Es la capacidad de irradiar, de atraer, de influir. No es una cuestión de legitimidad,
de tener muchos bienes o un puesto de trabajo muy alto. La autoridad la da una
vida ejemplar, integral, coherente, íntegra… Este eje está a su vez compuesto por 2
ámbitos también: uno sería el crecimiento personal y el otro el compromiso social.

Una persona que cultiva estos dos ámbitos propios de la autoridad se siente y
experimenta valiosa.

Ámbito Crecimiento Personal: lo entendemos como esa formación continua que


abarca no solo el aprendizaje en lo intelectual y profesional, sino también en lo
emocional y en lo espiritual. Es vivir desde la convicción de que continuamente
estamos creciendo, en camino, con necesidad de seguir desarrollándonos. No
somos seres estáticos sino que terminando un periodo de crecimiento viene
otro. Muchas veces alternamos etapas de estabilidad con otras que nos implican
salir del área de confort para redescubrirnos y evolucionar. Necesitamos seguir
creciendo en conocimiento y cultura, pero también en habilidades, en sabiduría
de vida, en saber y en profundizar en las cosas, en trabajo espiritual y en la
dimensión ética. A esto nos ayuda la reflexión, la lectura, el estudio, pero también
el cine, la estética, el arte, la cultura, la espiritualidad, la ética… Todas estas
experiencias generan un crecimiento hacia dentro que genera esa autoritas, es
decir, la autoridad que no se ejerce por presión, derecho o superioridad legal,
sino por atracción, seducción, convicción. Una personalidad con autoridad irradia
y contagia luz (cabeza: sentido), entusiasmo (corazón: pasión) y fortaleza (manos:
congruencia y transformación).

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Ámbito Compromiso Social: todo aquello que deseo aportar en la vida y que
no pasa por una remuneración. Puede ser un compromiso social pero también
puede ser un compromiso cultural, solidario, religioso… No es cuestión de
ejercer un trabajo sino de encarnar unos valores en sentido amplio. Puede ser
por ejemplo, la colaboración en una asociación, en un voluntariado, tomar un
compromiso activo en mi vecindario, participar de un movimiento solidario,
artístico, ecológico, espiritual, etc.
Para experimentar una vida plena y en armonía todos los ámbitos son importantes
y necesarios. Muchas veces dentro de la cultura o la familia a la que pertenecemos,
o incluso por gusto personal, aprendimos a sobrevalorar algunos ámbitos y a
dejar de mirar otros. Esta forma de valorar nuestra realidad nos lleva sin saberlo a
desequilibrarnos. Pensamos que, si le dedicamos muchas horas o esfuerzo a una
franja, ésta compensará lo que dejamos de invertir en otras áreas. Y éste es uno de
los grandes engaños, cada ámbito es indispensable y trae algo diferente a nuestra
vida.

Otra confusión en la que se puede caer es creer que el equilibrio viene de dedicarle
el mismo tiempo a todas las franjas. No se trata de dividir nuestras 16 horas de
tiempo activo en 8, sino de aprender a dedicarle un tiempo proporcionado a cada
ámbito, jerarquizando según las prioridades, pero sin dejar de atender ninguno.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Finalmente, para experimentarnos unificados es necesario no sólo vivir un equilibrio


en todos los ámbitos, sino que es necesario que todos ellos estén articulados y
conectados entre sí para poder sentir que hay congruencia y estabilidad entre ellos;
de lo contrario, podemos llegar a sentirnos desbordados por las distintas demandas
o caer en la experiencia de fragmentación.

Vivir unificados es el poder desplegar y dinamizar todas nuestras acciones desde un


centro vital, que podemos llamar la dimensión espiritual del ser humano, y desde la
que se proyecta y se orienta la existencia dando armonía a la forma en la que nos
vivimos en nuestros ámbitos de vida.

Cae en la cuenta de lo que estás llamado a ser y a vivir cuando estos ámbitos están
cuidados y están conectados entre sí: poder experimentarte san@, amad@, segur@, y
valios@. ¿Tienes esta experiencia? ¿Te gustaría vivirla más profundamente? ¿Intuyes
que tu rueda de la vida está en armonía o quizá te es fácil ubicar desajustes o falta
de equilibrio?

En la parte práctica vamos a hacer un ejercicio que te ayudará a descubrir dónde


y cómo estás. Desde ahí podrás identificar las áreas o ámbitos de vida en los que
podrías mejorar, en los que necesitas trabajar y a partir de este diagnóstico, aprender
a autoevaluarte para medir tus avances cada cierto tiempo.

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EL ÁREA DE OPORTUNIDAD
PARA UNA VIDA
VOCACIONALMENTE ORIENTADA
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

EL ÁREA DE OPORTUNIDAD
PARA UNA VIDA
VOCACIONALMENTE
ORIENTADA

Objetivo
Distinguir cuál es nuestra área de oportunidad ante una
sociedad y cultura que nos desorienta porque es volátil,
incierta, compleja y ambigua (VUCA).

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento
SENTIRNOS ORIENTADOS
VOCACIONALMENTE:
LA LIBERTAD PARA LA
CREATIVIDAD.

Como seres humanos somos una realidad


personal abierta a nuestra propia realización.
Somos una realidad que no actúa sólo por sus
instintos (como pueden hacerlo por ejemplo
los animales), sino que estamos llamados
a actuar con vista a nuestra propia realidad
personal, haciéndonos cargo de la realidad y
eligiendo la respuesta más adecuada en las
diversas circunstancias. Así, toda acción que
se realiza en el marco de un proyecto de vida
hace que tenga sentido lo que hacemos.

Esta realidad humana abierta a su propia


realización y plenitud personal es lo que se
llama: orientación vocacional. Orientación
porque la apertura tiene como finalidad la
propia realización personal, y vocacional,
porque responde a una llamada en lo más
interior de la persona. Esto es lo que nos
hace únicos e irrepetibles con una misión que
realizar en la vida.

Esta madurez vocacional es la expresión


donde se van a ir generando y gestionando los
distintos talentos que tenemos las personas,
comunidades y organizaciones. Aquí entra
en juego una de las cosas más bellas del ser
humano: la libertad y la creatividad. No puede
haber creatividad sin libertad, y no puede
haber libertad que no sea creativa. De ahí
que lo más importante en un ser humano sea
desplegar una fidelidad creativa: fidelidad a
todo lo que son los principios, convicciones y
valores; creativa: porque tienes que realizarlos
dentro de unos proyectos y metas que tú te
propongas libremente.

3
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

ORIENTACIÓN VOCACIONAL, LIBERTAD Y CREATIVIDAD PARA


UN PROYECTO DE VIDA
Como personas vamos descubriendo nuestras dotes, potencialidades, facultades,
tendencias e inclinaciones de lo que nos gustaría ser y hacer: deseos, sueños, etc. Pero,
también, estamos en un contexto que trae sus desafíos y nos brinda posibilidades.
Este proceso nos va haciendo cada vez más capaces para realizar cosas, es decir, nos
vamos empoderando.

La vocación no es algo que simplemente está dentro del interior de la persona, sino
que nos viene tanto de dentro como de fuera. Y en esa combinación vamos viendo
que nuestra vida necesita estar orientada desde un llamado, desde algo que tenemos
que hacer y que nos sale de dentro. Es como una voz que nos dice: “tengo que hacer
esto, estoy llamado a hacer esto, y no lo de más allá”.

Así, la persona con todos esos recursos va, como autor de su propia vida, esbozando
distintos proyectos, adquiriendo distintas metas dentro de un bloque de sentido, y
con ello se va configurando lo que podemos llamar la misión de la vida. Cuando
una persona, al final de su vida intenta recapitularla, no recoge fragmentos sino que
recoge un todo unificado. En síntesis: junto a ese liderazgo integral, tiene que darse
un liderazgo creativo, que es la orientación vocacional.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

LAS DIFICULTADES DEL CONTEXTO Y EL ÁREA DE


OPORTUNIDAD PERSONAL.
Vamos a plantear cuál es el área de oportunidad y el contexto. Si ante un mundo
fragmentado o una conciencia atomizada buscamos sentirnos unificados, ahora, ante
un mundo incierto en el que no sabemos a qué atenernos, plural y diverso en multitud
de ofertas, lo que buscamos es sentirnos orientados.

En este mundo que ahora presentamos en cuatro rasgos fundamentales es en el que


tenemos que encontrar la orientación vocacional que dé sentido pleno a nuestros
proyectos de vida. El peligro está en que escuchamos tantas voces que podemos
perdernos en cubrir expectativas y patrones fijados más que en responder a ese
llamado que brota del interior.

En esta situación de sentirnos desorientados, en los años 90 el ejército americano


acuñó un término para reflejar 4 rasgos que configuran en el mundo, cuyas siglas
forman la palabra VUCA. Son 4 términos que luego pasaron al mundo empresarial.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

“V” Volátil
Vivimos en un mundo absolutamente cambiante, donde todo varía rápidamente.
Es más, el cambio ha llegado para quedarse. Ya no estamos en sociedades estables,
y por tanto estamos en un mundo que produce mucha desorientación. No es fácil
orientarse en medio de tantos cambios.

“U” Incierto: “U” (Uncertainty)


Estamos en un mundo incierto, donde el exceso de información al que accedemos
a través de internet y las redes sociales más que generar certidumbre nos genera
incertidumbre, dificultad para distinguir lo que es relevante e importante de lo que
no lo es, para escoger ante tantas ofertas. Además, mucha de la información no es
verdadera, hay también falsas noticias. La incertidumbre antes estaba marcada por el
futuro, por la pregunta “¿qué va a ser de mí?. Ahora vivimos en un mundo en el que
fácilmente nos sentimos con ansiedad, un desasosiego de quererlo todo y terminar
sin nada. Es como el que va a un restaurante y son tantas las opciones y todo luce tan
delicioso, que al final no gustas ni saboreas nada. Es tanta la saturación que en vez de
crear gozo nos genera insatisfacción y vacío.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

“C” Complejo
Vivimos en un mundo que también es complejo, caracterizado por una fuerte
globalización e interconexión. Antes uno tenía unas coordenadas estables y bajo
esas coordenadas construía su vida. Pero ahora ya está todo tan interconectado que
podemos hasta no comunicarnos con el vecino, pero sí con el que vive al otro lado
del mundo. Antes, por ejemplo, las personas a lo largo de su vida trabajaban en uno,
en dos, o máximo en 3 lugares diferentes. Hoy hay gente que ya trabaja en 14, 15
lugares diferentes a lo largo de su trayectoria laboral. No sólo por la inestabilidad del
trabajo, sino, también, porque nadie se quiere comprometer de forma estable por los
cambios que pueda haber, eso es la complejidad.

“A” “Ambigüedad”
No sólo vivimos en un mundo volátil, incierto, complejo sino también ambiguo. Antes,
los patrones y roles estaban muy definidos, empezando por la misma familia (ej: papá
como proveedor y mamá como ama de casa), la empresa, etc… Hoy en día ya no
existen esos roles tan estáticos y definidos, sino que se da una mayor flexibilidad.
Esto a veces trae como resultado una fuerte ambigüedad. Volviendo a la imagen
de la familia, el padre y la madre tienen que desarrollarse los dos para que estén
empoderados, deben tener ambos un trabajo, pero los dos son amos de casa, los dos
también son cuidadores... En el ámbito laboral; hoy trabajo aquí, mañana dentro de
la misma empresa tengo que trabajar allá.

7
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

En síntesis, podríamos decir de estos cuatro conceptos del VUCA (de lo volátil, la
incertidumbre, lo complejo y lo ambiguo) se condensan en la afirmación del sociólogo
Zygmunt Bauman: “vivimos en sociedades líquidas, donde hasta las mismas relaciones
humanas están marcadas por una fuerte desorientación”

8
LA LIBERTAD PARA LA
CREATIVIDAD VOCACIONAL
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

LA LIBERTAD PARA LA
CREATIVIDAD VOCACIONAL

Objetivo
Conocer las distintas dimensiones de la libertad: seducida,
liberada, liberadora, comprometida y religada.

2
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

INTRODUCCIÓN
En medio de todo esto, la
persona no sólo tiene que
vivir un liderazgo integral, sino
que, en ese contexto, tiene
que desplegar una madurez
vocacional donde la vida tenga
una orientación, un sentido. De
ahí que vayamos a adentrarnos
en estudiar cómo emerge la
libertad.

Primero: dando un paso más, la


persona tiene unas tendencias,
unos deseos en las distintas
dimensiones de la vida, tiene
un dinamismo hacia adelante.
Van generando sueños,
posibilidades que se abren
con ese carácter atractivo y
seductor.

Segundo: y esos sueños van


convirtiéndose en metas, en
objetivos, en retos; y esos retos
van articulándose en proyectos,
y esos proyectos terminarán
materializándose en programas.
Todo lo que se va gestando es
la madurez vocacional.

Tercero: el ser humano tiene la


capacidad, aún en medio de la
incertidumbre, de un contexto
volátil, cambiante, etc., de
poder ir cobrando ese rumbo,
y ahí es donde entra la libertad,
la libertad para la creatividad.

3
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Cuarto: la libertad para la creatividad es donde yo, conociendo la realidad (inteligencia


cognitiva) y valorándola (inteligencia emocional), voy articulando y creando posibilidades
para realizar cosas y realizarme como persona (inteligencia ejecutiva) a través de
poner en funcionamiento las distintas dimensiones de mi vida (cognitiva, afectiva o
emocional, ejecutiva y espiritual). Recogiendo todo eso voy creando posibilidades y
esbozos de posibilidades, de cómo podría ser el mundo, mi mundo; como podría ser
yo en el mundo y, desde ahí, vamos intentando transformarlo y transformarnos en él.
Este ejercicio de la libertad es la real fuente del liderazgo creativo.

Quinto: la libertad tiene cuatro grandes dimensiones que vamos a presentar a


continuación

PRIMERA DIMENSIÓN: LA LIBERTAD SEDUCIDA.


La vida, en el contexto vital donde nos desenvolvemos, despierta en nosotros estos
sueños diurnos que están desde la infancia, las experiencias fundantes que marcaron
nuestro corazón.
Cuando le preguntas a un niño qué quieres ser de mayor, aquellos que han crecido en
una experiencia maravillosa con su maestro o con su entrenador de algún deporte o
con su catequista, quiere vivir eso, quiere realizar ese sueño; si se ha encariñado con
un personaje, quiere reproducir eso, quiere desear eso, es la realidad que enamora,
atrae, encanta… y despierta la libertad seducida.

4
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Es decir, la persona es una realidad libre, que no sabe qué desear y, entonces, a través
de esas mediaciones que son los referentes, los objetivos, la educación…, la libertad
se va sintiendo seducida. Y brota la pregunta: ¿qué va a ser de mí? Esta es una pregunta
que marca la inquietud radical del ser humano. Pero es una pregunta que se vuelve
sobre uno mismo: no sólo soy el destinatario sino el protagonista de mi propia vida
y formación. Es decir, a la pregunta: “¿qué va a ser de mí?” sólo la puedo responder
diciendo: “¿qué quiero hacer conmigo?”. Ahí es donde entran los deseos, los sueños,
las aspiraciones, las metas.

Por ejemplo, hay personas que están en la medianía de edad con un trabajo, con
una familia, pero comienza una crisis de la mediana edad donde se va arrastrando
una serie de insatisfacciones, un vacío muy grande, una tristeza, una melancolía, un
algo que no sabe por qué está sucediendo en ese momento de su vida. Entonces,
uno de los elementos más importantes es volver a la infancia y redescubrir aquella
libertad seducida por los primeros paradigmas de lo que siempre se deseó ser cuando
niño. Volver a aquello que no se ha cumplido, aquello que ha quedado reprimido,
marginado, fuera de juego. Hay ese deseo de volverlos a recuperar y, así, es como
muchas personas vuelven sobre esa libertad seducida donde emergió la libertad
seducida por la magia y el color de la realidad, de los ideales, de los sueños… de las
aspiraciones de felicidad.

SEGUNDA DIMENSIÓN: LA LIBERTAD LIBERADA: LIBERTAD-DE.


Junto a esa libertad seducida hay otra dimensión de la libertad, que es la “libertad de”, la
libertad liberada de toda situación de coacción, de impedimentos. La persona necesita
sentirse liberada, “libre-de”, esto empieza por experimentar la libertad interior para
poder tomar decisiones. Hay impedimentos que están marcados por la resignación,
por un tipo de educación donde se siempre se nos ha dicho: “tú no puedes, o esto
es muy difícil para ti, esto te desborda, tú no tienes capacidad”; entonces uno se va
resignando en la vida y no es libre; es esclavo de la propia resignación. Por otro lado,
hay situaciones que te impiden externamente, bien por coacción, bien por chantaje,
bien por presiones impuestas. Se trata de una libertad que tiene que sentirse liberada
de la esclavitud. De ahí la llamada a conquistar la libertad esclavizada.

Primero: tienes que conquistar la libertad, la libertad liberada tanto externamente


de las presiones impuestas, de las expectativas que puedan tener sobre uno; como
internamente, de las propias resignaciones, complejos y auto-sabotajes.

Segundo: quizá uno de los elementos de esta falta de libertad interior sean los propios
miedos, el miedo a definirme; es decir, si opto por esto a lo mejor no puedo hacer lo
otro. Entonces estamos en una indefinición continua: el miedo a equivocarme, a

5
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

fracasar, a sentir “esto no es lo mío”, el miedo a cerrar otras opciones, el miedo a


tomar una decisión.
Tercero: entonces nos vamos esclavizando externa e internamente, los mismos
desordenes de la vida de confundir los medios con el fin, no sé en el fondo por qué
hago esto y no lo otro. Todo esto es la libertad que necesita ser liberada. Libre de
ataduras externas, de ataduras internas, o históricas, o de las que pueden venir del
futuro por los miedos, por los traumas del pasado, por las angustias.
Cuarto: toda persona que quiere ejercer la creatividad junto a la libertad seducida
que despertó esa atracción en uno, necesita liberar la libertad “de” toda esclavitud y
atadura. En eso consiste conquistar la “libertad-de”.

TERCERA DIMENSIÓN: LIBERTA LIBERADORA: LIBERTAD-PARA.


Pero hay un tercer mecanismo de la libertad muy importante, una tercera dimensión
fundamental para el liderazgo creativo. En primer lugar, hemos visto en qué consiste
ser libres “de”, mi libertad conquistada. Pues bien, ahora que he conquistado mi
libertad, ahora que he puesto delante de mí lo que realmente me seduce, ahora que,
de alguna manera, los impedimentos que podían quitarme cierta autonomía y el
margen de flexibilidad para tomar decisiones están atajados, ahora viene la pregunta
fundamental: ¿qué hago con la libertad? Una vez que tengo en mis manos la libertad
liberada, ¿qué hago con ella?, ¿dónde la invierto, dónde la entrego? De ser un fin que
busco (sentirme libre) se convierte, ahora, en un medio: es la libertad para algo, para
hacer algo con ella. Esta nueva dimensión se llama: la libertad liberadora.

6
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

No es la libertad de cualquier tipo de coacción sino la


libertad para… Este es uno de los grandes problemas
del hombre actual. Nunca como hoy nos sentimos libres,
el problema es que no sabemos en qué usar nuestra
libertad, en qué apostar la vida, en qué proyectos, a qué
personas, en qué ámbitos tengo que entregar la libertad
y para qué: ¿para tener más? ¿para la autosuficiencia?
¿para someter a otros?

Es ahora donde la orientación vocacional entra de


lleno. Pues se trata de la libertad “para” un ideal al qué
servir. Es la libertad para elegir las metas que realicen la
mejor versión de mi propia vida, para que brote lo más
verdadero, bueno y bello que hay en nuestro interior. Es
la libertad para desear y elegir lo que más me ayude al
fin, al sueño, a la vocación que siempre he deseado.

CUARTA DIMENSIÓN: LA LIBERTAD COMPROMETIDA:


LIBERTAD-EN.
Es la libertad en fidelidad creativa con el ideal y el proyecto de vida al que uno se
adhiere y, por tanto, se compromete hasta las últimas consecuencias. Realizando
ese ideal de forma comprometida: con parresía, es decir, constante en el actuar y
valiente en el afrontar las dificultades y obstáculos, se trata de una libertad que al
ser comprometida, ese compromiso con la realidad me va realizando y conformando
como persona, transformando y orientando mi personalidad hacia la plenitud que
aspiro como persona de forma íntegra y plena. Esta libertad es la que recoge los
sueños, neutraliza los miedos, supera las dificultades y obstáculos, y empieza a
7
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

desplegar esbozos
y proyectos de un
mundo mejor en el
que quiero trabajar y
comprometerme de
tal forma que vaya
realizando mi propia
misión en la vida y
conformando lo que
he deseado ser. Es
sentirse y ser libre
“en” la realidad.

QUINTA DIMENSIÓN: LA LIBERTAD RE-LIGADA.


Es la libertad religada a esos ideales
últimos donde mi vida es como un
hermoso mosaico, que refleja los
grandes ideales de la humanidad.
Una libertad enraizada en los valores
últimos. No soy un conglomerado de
compartimentos estancos, no es que
yo tenga una vocación familiar, una
vocación profesional, con amistades,
en un país, etc. Al contrario, todo
está unificado en una única vocación,
donde cada pequeña meta está
dentro de un proyecto que tiene
plenitud y sentido. Ese ejercicio de la
libertad, significa el ejercicio de las 4
libertades, la seducida, la liberada, la
liberadora, la comprometida, quedan
unificadas en esa libertad religada.
Cuando una persona se siente así,
se experimenta así, ya no solo se
experimenta unificada integralmente
sino orientada vocacionalmente
desde la libertad.

8
LA GESTIÓN DEL TALENTO
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

LA GESTIÓN DEL TALENTO

Objetivo
Conocer en qué consiste y cómo se generan los talentos
personales con el valor de la parresía como motor para
gestionarlos.

2
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

LA GENERACIÓN Y GESTIÓN DEL TALENTO

Vamos a adentrarnos al
contexto de donde brotó
el término “talento” que
hoy en día ha cobrado
tanto valor. En principio,
el talento es una medida
monetaria que expresa
algo de inmenso valor,
pero ha pasado a la
historia a través de una
parábola evangélica que,
independientemente de
las creencias, sigue siendo
fundamental para todos.

La parábola cuenta que un gran señor confió varios talentos a tres servidores suyos.
Pasado un tiempo, el señor pidió cuenta a sus servidores de lo que habían realizado
con los talentos que se les habían confiado. Dos de los tres servidores invirtieron los
talentos en distintos proyectos y empresas llegando a ganar el doble. En cambio,
el tercero de los servidores, por miedo y temor a su amo, enterró el talento para
devolvérselo al señor a su regreso. El señor, felicitó a los dos primeros servidores
confiándoles otros más. Pero reprendió al tercero por no “haber puesto el talento
en acción”, sino que, al haberlo enterrado, no sólo quedó el talento estéril sino que
terminó perdiéndolo todo.
Lo que esta parábola nos comenta del talento, no es tanto la moneda de gran
valor, sino el uso que se le da. Si caemos en la cuenta de que el gran don que todos
poseemos es la inteligencia múltiple, entonces descubrimos el potencial enorme que
cada uno de nosotros posee. El talento no es otra cosa que ese gran potencial puesto
al servicio de grandes metas: que enriquezcan la vida y transformen el entorno. Un
talento sin cultivar, una vida sin riesgo, sin apuestas, sin emprendimiento, es una vida
que termina malográndose y el “talento” potencial termina perdiéndose.

En síntesis, podemos decir que el talento es poner las distintas dimensiones de la


persona en acción en la búsqueda y realización de buenas metas. Se elige la información
necesaria, se gestionan las emociones, se pone en práctica las virtudes y estrategias
de la inteligencia ejecutiva, se va ampliando la capacidad de acción para conseguir
una mejora continua. Desde aquí podemos convenir en las siguientes definiciones.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

GENERACIÓN DEL TALENTO

Es el dinamismo donde entran en juego las habilidades, capacidades y hábitos que


van fraguando un carácter y un estilo propio de afrontar la vida.
Vamos a explicarlo despacio. Se va acumulando un capital intelectual, emocional,
volitivo, lleno de hábitos y habilidades, de ideas e ideales, de sabiduría teórica y
práctica, etc. A este recurso o capital, siempre a la mano de las personas que han ido
generando este tesoro, es a lo que se le llama el talento.

El talento no es algo innato. Al principio solo hay biología, el talento se va fraguando


cuando esos dones naturales se invierten como en la parábola de los talentos (no se
esconden) sino que se ponen en movimiento para realizar proyectos y metas. Entonces
esos dones se incrementan y se convierten en dotes y capacidades que amplían el
talento. Es importante distinguir entre “dones” (potencialidades, inclinaciones,
elementos innatos que favorecen un dinamismo vital propio, ya sea la condición atlética
o la creatividad, las altas capacidades o la empatía natural). Cuando descubrimos
esos dones es cuando decimos que la persona está dotada para esto o lo otro. Ahora
bien, cuando estos dones se cultivan, se educan, se movilizan al servicio de ideales y
proyectos valiosos, entonces la persona va adquiriendo “capacidades”, es decir, va
siendo cada vez más capaz, más eficiente, más brillante… En fin, estas habilidades,
hábitos y capacidades van fraguando un carácter, un estilo propio de estar y afrontar
la vida. Este dinamismo y movimiento es a lo que llamamos “generación del talento
personal”.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

GESTIÓN DEL TALENTO


El talento no sólo se genera, sino que se aprende también a gestionarlo. Es la
inteligencia en todas sus dimensiones que emerge de la interacción con otras
personas: inteligencia compartida, organizaciones del talento compartido, sociedades
inteligentes. La persona, como sabemos, no se desenvuelve solo en la vida, sino que
por nuestra condición social, estamos continuamente interactuando con los demás.
Hoy en día un “lobo solitario” tiene poco recorrido. Ya lo dice la sabiduría popular:
“si quieres ir rápido camino sólo, pero si quieres llegar lejos, ve acompañado”. En
esto consiste la gestión del talento. La vida personal, las organizaciones y ciudades,
si realmente quieren llegar lejos y volar alto, tienen que aprender a gestionar los
talentos personales. Frente a las posturas que fomentan la rivalidad competitiva, los
verdaderos líderes promueven la “colaboración”, la complicidad y la co-aspiración
conjunta.

El talento así es:

1. Un don que se acoge y reconoce: son los dotes, sensibilidades, tendencias,


cualidades físicas, psíquicas y espirituales.
2. Un don que se profundiza: es cuando se van poniendo todas estas dimensiones
al servicio de proyectos, metas y objetivos que transformen el entorno, y vayan
transformando a la persona y generando en ella el talento.
3. Un don que se comparte: es el trabajo en equipo, aprender a gestionar el talento
personal con otros talentos en busca de metas conjuntas, organizativas, comunitarias,
sociales…
4. Un don que se entrega: se va objetivando, creando valores, encarnándose en la
cultura, abriendo nuevas posibilidades de vida y bien común en las sociedades.
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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Talento: don que


se acoge,
se profundiza,
se comparte
y se entrega.

CINCO PASOS A TENER EN CUENTA PARA LA GENERACIÓN Y


GESTIÓN DEL TALENTO DEL LÍDER ÍNTEGRO Y CREATIVO.

Dentro de la propuesta de liderazgo que CESUMA Universidad Internacional del


Talento tiene, queremos presentar cómo el talento se fragua a través del valor de la
“parresía”. Este término griego que no tiene una traducción literal, sino que abarca
varias dimensiones es, quizás, el motor más profundo de la generación y gestión del
talento. Como ya hemos comentado, la “parresía” significa el ser creativos en el soñar,
audaces en el emprender, íntegros en el decidir y constantes y valientes en el actuar.
Vamos a desglosarlo brevemente.

PRIMER PASO: que la persona sepa elegir bien


las metas, determinar las metas es de enorme
importancia. Tener buenas ideas, seguir grandes
ideales, despertar los mejores sueños, dar forma
a los grandes deseos. A todo este momento se le
llama ser CREATIVOS EN EL SOÑAR.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

SEGUNDO PASO: comenzar a movilizar todas las dimensiones


para emprender con arrojo y audacia. Es tener la iniciativa de
realizar un proyecto concreto, puede ser la idea de un negocio,
de una organización, crear una empresa y llevar a cabo la
producción de un bien o la prestación del servicio, es acometer
y comenzar una obra con empeño. Todas las dimensiones se
ponen en marcha:
a) la inteligencia cognitiva para conocer el alcance de las metas,
recabar la información que se necesita.
b) la dimensión emocional y los valores que entran en juego, las
actitudes que se tienen que cultivar, las emociones negativas
que se tienen que neutralizar.
c) las estrategias y la fortaleza propia de la inteligencia ejecutiva
para crear las adhesiones necesarias, desencadenar y generar
las cadenas de compromiso, saber distribuir bien las fuerzas, etc.
d) tomar las pausas y paradas necesarias para transcender
el momento y contemplar el futuro a medio y a largo plazo:
la transcendencia del proyecto, la riqueza que aporta, el
crecimiento que supone, las relaciones nuevas que se generan,
el equilibrio con las otras franjas de la vida (familiar, laboral,
amistades).A este momento se le llama ser ENTUSIASTA EN EL
EMPRENDER

TERCER PASO: no sólo consiste en elegir buenas metas


y elaborar proyectos en el que se movilicen todas las
dimensiones de la realidad personal: la salud integral,
la inteligencia cognitiva, la inteligencia emocional y
los valores, la inteligencia ejecutiva y las decisiones, la
inteligencia espiritual y el sentido último de las cosas y
su verdadera trascendencia. Efectivamente, podemos
soñar y emprender muchísimas cosas. Los deseos y
anhelos son infinitos. Pero sería un error enorme pensar
que somos seres infinitos y sin límites. El principio de
realidad y la finitud de nuestra vida, exige que tengamos
que priorizar, distinguir lo urgente de lo importante, lo
que más deseamos realizar de lo que, querámoslo o no,
tenemos que renunciar. Si tuviéramos cinco vidas, seguro
que la llenaríamos de sueños y emprendimientos. El punto
es que sólo tenemos una y, por tanto, el realismo exige
ser prudentes, equilibrados, realistas, eficientes. De ahí
que haya que medir las fuerzas, ponderar las dificultades,
sopesar las capacidades, tener la autonomía correcta si es
un proyecto compartido, etc. A todo este momento se le
llama ser PRUDENTES E ÍNTEGROS EN EL DECIDIR.
7
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

CUARTO PASO: una vez que hemos


discernido y decidido cuáles son los
proyectos que deseamos emprender,
comienza una nueva etapa: la
ejecución. De ahí la importancia de
aprender a valorar los pequeños
pasos que se van dando, a disfrutar
de las etapas que se van recorriendo,
a cultivar siempre la alegría y el
entusiasmo. De igual modo enseñar
a soportar el esfuerzo, a mantenerse
perseverante en las metas elegidas.
Esto es ser CONSTANTES EN EL
ACTUAR.

QUINTO PASO: finalmente,


tenemos que aprender a resolver
problemas, a gestionar los conflictos,
a superar los obstáculos, a procesar
los fracasos y caídas, a replantear
los problemas y las soluciones, a
marcar la independencia, a poner
las bases de la cooperación con
otras personas que entran en juego,
etc. A este momento se le llama ser
VALIENTES EN AFRONTAR LOS
OBSTÁCULOS.

En síntesis: la parresía es el dinamismo, la fuente y el manantial que posibilita la


generación del talento, no sólo a nivel personal, sino en cualquier comunidad,
organización o institución. La grandeza de la parresía está en que genera una
atmósfera cultural alrededor que irradia y contagia un estilo de vida saludable,
fecundo, pleno.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

EL DISCERNIMIENTO O EL ARTE DE ELEGIR BUENAS METAS


PARA ENRIQUECER LA ORIENTACIÓN VOCACIONAL

EL EJERCICIO DE LA LIBERTAD ORIENTADA VOCACIONALMENTE.

La vida está llena de decisiones que debemos tomar y éstas nos van configurando. Al
final somos lo que vamos decidiendo. Desde las pequeñas decisiones del día a día
que se pueden transformar en hábitos, hasta las decisiones más importantes como
la carrera que elegimos, si decidimos casarnos y con quién, mudarnos o cambiar de
trabajo, etc.; nos puede ayudar el discernimiento. Discernir es más que decidir, es
distinguir entre varias opciones aquella que me hace más feliz; y más y mejor se acerca
al propósito integral y misión que tenemos en la vida.

El discernimiento tiene que ver con la decisión de esas metas y proyectos, aquello
que hace que salga lo mejor de cada uno, aquello que se quiere realizar de la vida,
la vocación para la que se ha sido llamado. Más adelante tendremos oportunidad de
seguir profundizando en él; además, en el ejercicio práctico se te acompañará a realizar
un pequeño discernimiento paso a paso para que puedas comprobar su fecundidad.
Ahora queremos presentarlo teóricamente y presentar cómo el discernimiento moviliza
no sólo todas las dimensiones de la persona, sino que incorpora también los ámbitos
de vida donde se despliega la vida.

En primer lugar, a través del discernimiento, las metas que se proponen son fuentes
de luz y sentido. Esto supone en el líder creativo, un proceso de aprendizaje continuo.
Un aprendizaje donde no sólo se aprende a “aprender” y “conocer”, sino también a
saber ser quién se es y a realizar los proyectos con pleno sentido, sabiendo qué se
quiere realmente y en qué nos estamos convirtiendo. Los proyectos a discernir han
de hacerse desde la lucidez y la inteligencia cognitiva.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

En segundo lugar, las metas no sólo son fuente de luz y sentido sino también son
fuente de gozo y alegría. Es decir, a través del discernimiento se ha de aprender a
gestionar lass emociones para encontrar esos manantiales tonificantes que ilusionan
y entusiasman. Todo ello para seguir aprendiendo en los emprendimientos audaces
que se van realizando en los distintos ámbitos de la vida. En fin, los proyectos no sólo
han de tener sentido y lucidez, sino que la vida y los proyectos también tienen que
ser fuente de alegría y de gozo. El discernimiento no es solo cuestión de cabeza,
sino una cuestión de corazón, de gozo, alegría, de tonificación, complacencia. Es la
inteligencia emocional la que también entra en juego en el discernimiento.

Hay una tercera dimensión dentro de estos proyectos a discernir:


tiene que darse la fuerza o el poder transformador para emprender y
trascender. Los proyectos y metas suponen deliberar y decidirse con
tenacidad y constancia, dando pequeños pasos, pero firmes y constantes.

En síntesis, si nos fijamos bien, ese objetivo o meta a discernir, ese sueño o
proyecto sobre los que vamos tomando decisiones (discerniendo), tiene que estar
marcada por estos 3 focos. Estos tres focos movilizan todas las dimensiones de
nuestra persona generando el valor más importante: “el talento” o “los talentos”.

1.- Primero: debe ser algo que tenga sentido y visión (cabeza). El talento es la
inteligencia múltiple en acción. Los griegos lo llamaban: LOGOS (razón y sentido).

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

2.- Segundo: tiene que ser algo apasionante y entusiasta, que sea fuente de gozo y
alegría (corazón). El talento es la dimensión emocional, afectiva y tónica bañándolo
todo. Los griegos lo llamaban: PATHOS (pasión y entusiasmo).

3.- Tercero: tiene que ser algo que dé la suficiente fuerza, tenacidad y poder para
embarcarse, para emprender, para ser constantes (manos). El talento moviliza
todos los dinamismos volitivos: tendencias, determinaciones, elecciones, opciones,
apropiaciones. Los griegos lo llamaban: ETHOS (estilo de vida, moral, congruencia,
integridad).

A modo de síntesis, podemos decir que el talento es poner todas las dimensiones de
la persona (cabeza, corazón y manos) en busca de la meta, el objetivo o el proyecto
que se ha discernido y, por tanto, elegido.

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Proyecto de Vida y Gestión de Talento

EL DISCERNIMIENTO COMO UN MEDIO CUALIFICADO PARA


LA GENERACIÓN Y GESTIÓN DEL TALENTO.
Hemos visto la riqueza que aporta el discernimiento en la generación del talento.
Entre las múltiples herramientas para la generación y gestión del talento, el
discernimiento se presenta como la mejor. De ahí que, además del ejercicio práctico
que realizaremos, volveremos sobre el discernimiento en otra de las sesiones de este
diplomado. Profundizando un poco más en el discernimiento, queremos resaltar
algunos elementos fundamentales de él.

En primer lugar, el discernimiento tiene que ver con el conocimiento de uno mismo.
Tanto de las propias capacidades, fortalezas y potencialidades, como de las propias
limitaciones, fragilidades y debilidades. Porque esto nos sitúa en la realidad de lo
que somos. Partiendo de esto, es importante estar atentos a los detalles y signos
de novedad que la vida nos va presentando y desde los cuales nos habla, para
orientarnos en responder a nuestra verdadera vocación o propósito integral. En todo
proyecto humano son imprescindibles dos ejes vertebrales, a saber: por un lado, el
“hacia dónde queremos ir”. El ser humano es un animal proyectivo, tiene siempre que
proyectar lo que desea emprender, lo que desea hacer al día siguiente, el próximo
mes, los próximos años. No somos animales programados, ni realidades cerradas,
sino que la realidad personal es una realidad abierta a su propia realización. Junto a
este eje, tiene que contemplarse el otro, es decir, no sólo preguntarnos por el “hacia
dónde” queremos ir, sino el “desde dónde” partimos.
Todo horizonte y proyecto
de futuro, para no quedarse
en puro espejismo o
huida hacia delante, tiene
necesariamente que
enclavarse en el presente. Por
ejemplo, querer a los 50 años
prepararse para ser jugador
profesional de un deporte
es algo absurdo, pues la
condición física imposibilita
dicho deseo o sueño. Por
tanto, todo discernimiento
respecto de las metas,
objetivos, propósitos, etc.,
tiene que partir del “aquí y
ahora”, de lo “real” posible.
Esto es lo que significa estar
enclavado en el presente.
12
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

En segundo lugar, precisamente para saber de “dónde” partir, es fundamental


conocerse muy bien a sí mismo. De ahí que dentro del discernimiento, hay una
nueva herramienta que nos puede ayudar a conocernos en el momento actual. Esta
herramienta es el DAFO o FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas).
Se trata de una buena herramienta para tomar conciencia de dónde estamos, con qué
contamos y de qué podríamos disponer. Una cosa es definir una meta o un proyecto y,
otra muy distinta, tener claro cómo abordarlo. El FODA ayuda no sólo a saber con qué
fortalezas se puede contar para conseguir el objetivo, sino también que debilidades
hay que afrontar para que el proyecto u objetivo no se frustre. Más aún, no sólo hay
que contar con las capacidades personales, sino que es fundamental contemplar el
entorno donde el proyecto o propósito desea realizarse. Si deseo continuar estudiando,
tengo que medir no sólo las fuerzas personales, sino contemplar la accesibilidad de
las universidades el entorno (oportunidades) o los compromisos ya adquiridos que me
puedan impedir sacar tiempos de estudio (amenazas).

Por tanto, una vez que tenga formulado el “objeto a discernir” y, además, lo más
definido posible: qué quiero realizar, cuándo lo quiero realizar, qué tiempo me
llevará, con quién tengo que contar, etc., entonces es cuando se hace fundamental el
FODA. Los entendidos consideran que el FODA es importante introducirlo en unas
coordenadas para así a golpe de vista ver la situación en la que me encuentro.

13
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Una vez que se hayan formulado las categorías que vienen en la tabla en función del
objeto del discernimiento (el proyecto) que queremos realizar, el punto es considerar
en qué medida las fortalezas y oportunidades se pueden ampliar empujando el eje
horizontal hacia arriba y disminuyendo las zonas de amenazas y debilidades. Aquí las
estrategias pueden ser varias. Entre ellas, te recomendamos la siguiente:
1. Comenzar por la FO, es decir, partir de las fortalezas y oportunidades. Ayuda a
sentirse entusiasmado, con ánimo y liberalidad.
2. Continuar con la DA, o sea, ver por dónde puede acontecer una pequeña crisis
de cara a conseguir dicha meta.
3. Finalmente realizar el FODA DIANA, es decir, dotar escribir las cualidades de la
fortalezas y debilidades, y las situaciones de las amenazas y oportunidades, dotándolas
de un peso (del 1 al 10). Y luego, ordenarlas en cada cuadrante con comentarios,
colocando las que menos peso tienen en los extremos y terminando con las que más
peso tienen en el interior del cuadrante. La imagen de DIANA es la de los círculos
concéntricos, como si de una diana se tratara. Así nos permite conocer no sólo los
ítems, sino visualizar una priorización a la hora de actuar.

En tercer lugar, otro elemento fundamental a contemplar en el discernimiento es el


universo de las “mociones”.
Discernir no sólo es tomar en cuenta las ventajas y desventajas que una decisión pueda
tener; sino sopesar y hacer un balance de qué puede tener mayor trascendencia o
qué decisiones abonan más al propio propósito integral. En este sopesar, surgen
movimientos interiores que nos inspiran ilusión, alegría, paz, expansión, cuando se
alinean al propósito integral de nuestra vida; o por otro lado, al visualizarnos en esa
decisión podemos experimentar agobio, tristeza, desánimo o vacío, y esto generalmente
nos aleja de aquello a lo que hemos sido llamados. Estos movimientos que nos guían
son fundamentales tomarlos en cuenta para tomar decisiones. Técnicamente, las
emociones son esos “movimientos” o el “plus energético” que acompañan nuestras
visualizaciones o ideas que, cuando las estamos contemplando, nos envuelven con sus
emociones y sentimientos, tanto de consolación (alegría, paz, entusiasmo, serenidad,
etc.) como de desolación (tristeza, agobio, confusión, desasosiego, etc.). Y esto es así
porque la inteligencia nunca se reduce a lo estrictamente racional, sino que nuestra
inteligencia es una inteligencia sentiente, es decir, tiene un componente emocional y
genera unas tendencias que nos abren al mundo de los sentimientos y la voluntad que
fuerza a que nuestra libertad decida (discierna) lo que más y mejor nos ayude, no sólo
a nuestras metas, sino a realizar una verdadera vida plena.

14
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Ahora bien, ¿cómo podemos detectar estas emociones y descubrir el peso que tienen?
Pues de una forma muy sencilla. Cuando se ha formulado el “objeto del discernimiento”,
es decir, cuando se tiene delante aquello que ha resonado o deseado y, además,
se ha concretado; entonces se proyecta la imaginación y uno se puede contemplar
realizando esa meta: ¿qué voy sintiendo?, ¿cómo me voy desenvolviendo mientras
me imagino concretando, saboreando y disfrutando aquello que me siento llamado
a realizar?, ¿a qué otras cosas tengo que ir renunciando o que reajuste con respecto
a mis otros proyectos y metas tengo que ir realizando? Es decir, la imaginación juega
un papel fundamental para poder sopesar el valor, la hondura y la trascendencia que
puede tener para lanzarse a ese proyecto o meta que se desea discernir. En fin, lo
más importante es el ejercicio práctico donde de forma ordenada podrás ir dando los
pasos y descubriendo los beneficios del discernimiento para la generación y gestión
del talento.

En cuarto lugar, lo que se decida (discierna) siempre es importante contrastarlo con


alguna persona responsable y madura de confianza que nos pueda dar perspectiva.
Cuando se trate de una decisión de alto calado, es importante el contraste, pues
nos ayudará a objetivar, a ponderar lo que pueda suponer y las consecuencias que
pueda tener tal decisión, y también, a descubrir quizás aspectos no contemplados
por uno mismo. Es importante que esta persona con la que se contraste o ayude en
el discernimiento sea absolutamente neutra, es decir que no sea juez y parte de la
decisión, pues entonces no ayudará a tomar la decisión que más ayude a realizar el
propósito integral de nuestra vida.
15
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

Finalmente, una última observación sobre el discernimiento es la temporalización.


Toda decisión que cambie el rumbo de nuestra vida o integre metas nuevas a nuestro
proyecto de vida, necesita de un periodo de confirmación. Se trata de ir recogiendo los
signos de confirmación en medio del día a día para ir realizando los reajustes y cambios
necesarios. Puede ser que, pasado un tiempo, descubramos que la decisión tomada
no se está confirmando, es decir, no está suponiendo lo que nos habíamos propuesto:
ni se realiza, ni está siendo fuente de gozo y fortaleza, etc. De ahí la importancia de
la temporalización. Cuando tomemos una decisión es importante contemplar cuánto
tiempo se mantendrá en un periodo de prueba. Este tiempo no puede ser ni demasiado
corto para que, a la mínima dificultad, tiremos la toalla; ni demasiado largo para que
sabiendo que no se está confirmando, me ofusque tercamente en mantenerlo pase
lo que pase. Dependiendo del calado de la decisión o el proyecto a discernir será el
tiempo de confirmación: una semana, un mes, tres meses, etc.

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RECAPITULACIÓN:
Proyecto de Vida y Gestión de Talento

A modo de recapitulación final, hemos


visto unos de los núcleos fundamentales
del espíritu del liderazgo que esta escuela
desea transmitir. Todo proyecto de vida en el
fondo supone elegir metas y objetivos que
plasmen y desplieguen los ideales, sueños y
valores que conforman nuestra vida. Discernir
esos proyectos, movilizar todas nuestras
potencialidades, gestionar nuestros recursos
y ejecutar nuestras acciones, dan como
resultado la generación del talento. Hoy más
que nunca, tanto nuestros propios ámbitos
de vida como las organizaciones y sociedades
donde nos desenvolvemos requieren del
“talento”. El talento lo definimos como la
inteligencia múltiple en acción al servicio
de proyectos que enriquecen a la persona
y abonan al bien común. Pero el talento, en
su misma raíz histórica, como acontece en
la parábola, es una moneda de gran valor.
Efectivamente, las personas que lo poseen
son personas valiosas, las organizaciones e
instituciones se convierten en insustituibles,
el mundo se llena de los grandes valores y la
época histórica adquiere una trascendencia
insospechada. Esto fue lo que sucedió en los
momentos ejes de la historia: la filosofía griega,
el derecho romano, el judeo-cristianismo,
la cultura prehispánica en Latinoamérica, el
renacimiento, la modernidad, etc. Entre los
valores más preciados hoy en día están el
bienestar, la salud integral, la justicia social,
la promoción del bien común, la solidaridad
con los que peor lo están pasando, la verdad,
la bondad y la belleza. En fin, hoy más que
nunca se necesitan personas creativas en el
soñar, audaces en el emprender proyectos
valiosos, prudentes e íntegros en las tomas
de decisiones y, ¡cómo no!, constantes y
valientes en el actuar.

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