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CATEDRA: Biología
CATEDRATICO: Vicente Alberto Cifuentes
GRADO: 6to. Bachillerato SECCION: C
INTEGRANTES:
09 Hernández Rivera, Shirley Azucena
12 Hernández Tzoy, Andrea Lourdes
18 Jopin Pech, Katerine Elizabeth
21 Juárez Mejicanos, Betzayda Eunice
22 Lacán Yupe, Gissell Eunice
58 Melgar Martínez, Estela Mishell
60 Méndez Hernández, Ian Josué
FECHA: 13 de junio de 2023
INDICE
CARATULA……………………………………………………………………………………………………………………………………………………..1
INDICE……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………2
INTRODUCCION………………………………………………………………………………………………………………………………………………3
BIOLOGIA EVOLUTIVA………………………………………………………………………………………………………………………………………11-12
CONCLUSION ……………………………………………………………………………………………………………………………………………………13
E-GRAFIA ………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….14
INTRODUCCION
El origen de las especies es, primero y ante todo, un largo argumento dedicado a explicar
de manera científica el diseño de los organismos. Darwin trata de explicar el diseño de los
organismos, su complejidad, diversidad y maravillosos ingenios como resultado de procesos
naturales. La evidencia de la evolución entra en juego porque la evolución es una
consecuencia necesaria de la teoría del diseño de Darwin.
El origen de las especies —título original en inglés: On the Origin of Species— es un libro de
Charles Darwin publicado el 24 de noviembre de 1859, considerado uno de los trabajos
precursores de la literatura científica y el fundamento de la teoría de la biología evolutiva.
El título completo de la primera edición fue On the Origin of Species by Means of Natural
Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life —Sobre el origen de
las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en
la lucha por la vida—. En su sexta edición de 1872, el título fue cambiado a uno más corto,
On the Origin of Species —El origen de las especies—. El libro de Darwin introdujo la teoría
científica de que las poblaciones evolucionan durante el transcurso de las generaciones
mediante un proceso conocido como selección natural. Presentó pruebas de que la
diversidad de la vida surgió de la descendencia común a través de un patrón ramificado
de evolución. Darwin incluyó las pruebas que reunió en su expedición en el viaje del Beagle
en la década de 1830 y sus descubrimientos posteriores mediante la investigación, la
correspondencia y la experimentación.
La selección natural es un proceso evolutivo que fue descrito por Charles Darwin en su libro
El origen de las especies e inspirado en las ideas del Ensayo sobre el principio de la
población de Thomas Malthus que establece la supervivencia del más apto o la
preponderancia de la ley del más fuerte en un medio natural sin intervención externa, por lo
que los individuos menos aptos o más débiles perecen y sus rasgos no se transmiten a las
generaciones siguientes al no reproducirse, en contraposición al concepto de selección
artificial donde sí existe una intervención directa, por el humano, con el propósito de
mejorar los rasgos de los individuos manipulándolos a voluntad. Estrictamente hablando, se
define como la supervivencia y reproducción diferencial de los fenotipos de una población
biológica. La formulación clásica de la selección natural establece que las condiciones de
un medio ambiente favorecen o dificultan, es decir, seleccionan la reproducción de los
organismos vivos según sean sus peculiaridades.
Se desconocía su antigüedad y como se había extendido por todos los continentes. Los
trabajos de Alain Wilson y Rebecca Cann en 1987 abrieron las puertas a este conocimiento
sobre nuestras raíces. Pudimos saber que procedemos de África, donde emergimos hace
más de 160.000 años, y a partir de hace unos 100.000 nos extendimos fuera de nuestra
cuna.
nuestra especie, Homo sapiens, pertenece al grupo de los primates, que han estado
asociados con las selvas de tipo tropical casi desde su origen en el Cretácico, hace más de
65 millones de años, donde aparecieron algunos pequeños mamíferos que vivían en los
árboles. A los humanos se nos clasifica entre los hominoideos, donde se incluyen los
llamados simios antropomorfos (de forma humana) como los chimpancés, los gorilas, los
orangutanes y los gibones. De éstos, nuestros parientes más cercanos son los chimpancés,
luego los gorilas, y mucho más alejados los orangutanes y gibones. Los hominoideos
florecieron en el Mioceno, entre 25 y 5 millones de años atrás. Nuestro antepasado más
antiguo, que fue descubierto apenas en 1994, Australopithecus ramidus, apareció entre
cinco y siete millones de años atrás en África, y marca la separación de nuestro linaje del
de los chimpancés.
La raíz originaria
B. “El origen de las especies” fue escrito por Charles Darwin y publicado por primera vez
en 1859. En este libro, Darwin presentó la teoría de la evolución mediante selección
natural, que revolucionó nuestra comprensión de la diversidad de la vida en la tierra.
Es importante tener en cuenta que el término “rectificaciones de Darwin” no es un
concepto reconocido en la comunidad científica. Sin embargo, es posible que te
refieras a las modificaciones, revisiones o ampliaciones que se han hecho a las ideas
originales de Darwin a medida que avanzó la investigación científica.
C. A lo largo de los años, se han realizado numerosos avances científicos y
descubrimientos en el campo de la biología evolutiva, que han ampliado y refinado
nuestra comprensión de los mecanismos y procesos de la evolución. Estos avances
incluyen la genética, la paleontología, la biología del desarrollo y otros campos
relacionados.
D. Por supuesto, aquí te mencionaré algunas de las áreas en las que se han realizado
ampliaciones o rectificaciones a las originales de Darwin:
E. Genética y herencia: Darwin no tenía conocimiento de la genética mendeliana, que
establece cómo se transmiten los rasgos de una generación a otra. La síntesis
moderna de la teoría de la evolución incorporó los principios de la genética.
F. Mecanismos de herencia no mendeliana: Además de la genética mendeliana, se
han descubierto otros mecanismos de herencia que pueden influir en la evolución de
las especies. Esto incluye la epigenética, que estudia los efectos heredables de las
modificaciones en la expresión génica que no implican cambios en la secuencia de
ADN. La epigenética ha demostrado tener un papel importante en la adaptación y
evolución de las especies.
G. Biología del desarrollo perspectivas: La comprensión de los procesos biológicos que
guían el desarrollo de un organismo desde fertilización hasta la formación de un
individuo adulto ha brindado nuevas sobre la evolución, Los mecanismos de
regulación genética y las interacciones entre genes y factores ambientales durante el
desarrollo pueden tener un impacto significativo en la evolución de las especies.
H. Paleontología: El registro fósil ha proporcionado evidencia crucial para respaldar la
teoría de la evolución. A través de los descubrimientos paleontológicos, se ha
demostrado que las especies han cambiado a lo largo del tiempo y que muchas
especies que existieron en el pasado ya no están presentes en el presente además, se
han descubierto fundamentos que muestran transiciones graduales entre diferentes
formas de vida, lo que respalda la idea de que las especies han evolucionado a lo
largo del tiempo.
I. Genómica comparativa: El avance de la tecnología genómica ha permitido
comparar el ADN de diferentes especies y comprender mejor su relación evolutiva. La
genómica comparativa ha revelado la existencia de genes compartidos entre
especies y ha ayudado a trazar los árboles filogenéticos, que representan la relación
evolutiva entre diferentes grupos de organismos.
J. Selección sexual: Darwin reconoció la importancia de la selección natural como un
mecanismo clave de evolución, pero inicialmente subestimó el papel de la selección
sexual. Desde entonces, se ha reconocido que la selección sexual, que implica la
competencia entre individuos de la misma especie para obtener parejas sexuales,
puede ser un motor importante de la evolución y puede dar lugar a características
elaboradas ya veces extravagantes en los organismos.
K. Estas son solo algunas de las áreas en las que se han realizado ampliaciones y
rectificaciones a las ideas originales de Darwin a medida que ha avanzado la
investigación científica. La ciencia es un proceso en constante evolución, y nuestro
conocimiento de la evolución continúa expandiéndose a medida que se realizan
nuevos descubrimientos y se desarrollan nuevas tecnologías.
El origen de las especies, publicada en 1859, el título es un resumen del original On the origin
of species by means of natural selection or the preservation of favoured races in the struggle
for life. El libro se ha publicado en unos 30 idiomas, se sigue leyendo y vendiendo, es vigente
y una lectura obligada para los estudiosos de la naturaleza y recomendada para todo
público por su contenido de enorme interés y la fácil lectura. Es sin duda un clásico de la
ciencia, una notable contribución al conocimiento.
El origen de las especies deja en el lector de manera clara el tema de la evolución de los
organismos a través del tiempo, lo que se fundamenta en las abundantes y meticulosas
observaciones que hizo el autor directamente en la naturaleza, a lo largo del viaje por el
mundo en el Beagle entre 1831 y 1836, así como en la lectura de obras de otros naturalistas y
en el intercambio verbal y epistolar, lo que dio como resultado una explicación lógica y
racional del origen de lo que hoy se conoce como biodiversidad.
Charles Darwin, sin embargo, no es el autor de la teoría de la evolución, misma que tiene
antecedentes en Georges Louis Lecrec Conde de Bufón (1707–1788), en Erasmus Darwin, su
abuelo (1751–1802) y en el naturalista considerado el padre de la teoría, Jean Baptiste
Lamarck (1744–1829).
El origen de las especies fue resultado de la investigación relacionada con diversas disciplinas
científicas, la biología en primer lugar; segundo, la paleontología que se refiere a los fósiles,
organismos del pasado remoto contenidos en las rocas; tercero, la geología, que
precisamente empezó a definirse como ciencia moderna a partir de 1830 cuando se publicó
el primer libro de Charles Lyell, Principles of Geology; cuarto, la biogeografía, o la distribución
de los organismos vivos de acuerdo con las condiciones geográficas. Todos estos elementos,
independientes y en conjunto, reforzaron el concepto del origen común de las especies. En
cuanto a la formulación del mecanismo de la evolución, Darwin propuso la teoría de la
selección natural, que se resume en que los seres vivos compiten por los recursos entre sí y
con los integrantes de otras poblaciones, donde sobreviven los más fuertes que heredan a
sus descendientes sus características, y en esto influyó en 1838 la lectura que hizo del Ensayo
sobre el principio de la población de Thomas R. Malthus (1766–1834).
Difícilmente Charles Darwin hubiera expuesto su teoría sin el apoyo que representó en esa
época el avance de otras disciplinas científicas, y no sólo enriqueció sus conocimientos con
el estudio de geología y paleontología, sino que hizo contribuciones originales en el primer
caso, y en el segundo interpretó de manera distinta los fósiles, cómo se hace hoy día; hizo
una "lectura" de la naturaleza diferente a la que dominaba en aquella época. Un obstáculo
que costó mucho superar fue el del tiempo de la Tierra. Junto con Lyell, Darwin estaba
convencido que las capas de roca y los fósiles que contenían reflejaban un tiempo del orden
de 300 millones de años. Tenían en contra la teoría catastrofista de Cuvier, de amplia
aceptación, que reducía el tiempo a algo insignificante, al tratar de explicar los cambios
bruscos por medio de procesos breves y violentos. El físico William Thomson o Lord Kelvin (1824–
1907) había hecho varios cálculos de la edad del planeta considerando su enfriamiento, y
una de sus conclusiones fue que era poco probable que la edad pasara de los 90 millones
de años. Pero al descubrirse la radiactividad a principios del siglo XX los estudios debieron
volver a realizarse. La edad de la Tierra fue creciendo gradualmente, gracias a la aplicación
de la radiactividad, hasta establecerse la edad hoy aceptada de 4 500 millones de años.
Darwin tardó en publicar El origen de las especies; revisando, corrigiendo y agregando
información pasó más de una década. Tomó la decisión de poner fin a la obra cuando otro
naturalista, Alfred Wallace, le dio a leer un estudio que pretendía publicar, en el que sostenía
un concepto muy semejante al de Darwin sobre la selección natural. Pudo ser quien se llevara
la gloria, y de no ser Wallace hubiera sido otro, tarde o temprano los estudios de la naturaleza
llegarían a la misma explicación del por qué de la biodiversidad.
La primera edición se agotó el mismo día que se puso a la venta con 1 250 ejemplares, y las
posteriores han continuado con éxito. La teoría en su origen novedosa y avanzada, fue y
sigue siendo cuestionada por especialistas, no así el concepto de la evolución que se ha
reforzado con el tiempo, al grado que los argumentos a favor son cada vez más sólidos y se
puede decir que a principios del siglo XXI se tienen las pruebas, como la contribución de la
biología molecular en el hecho de que el material genético de los seres humanos es
compartido con el chimpancé y el gorila en 98.4%, lo que permitió inferir que las tres familias
mencionadas tuvieron un antepasado común hace cuatro millones de años. Sin embargo, el
tema humano fue tratado en otro libro cuyo título en español es El origen del hombre,
publicado en 1871.
Pocos autores han sido motivo de tantas publicaciones en todo el mundo. Desde el punto de
vista científico hay elogios y apoyo a la selección natural, así como críticas y rechazo;
también hay la descalificación que se basa en el desconocimiento y el mito, algo
equivalente a contraponer la astrología a la astronomía.
Este proceso evolutivo se inició en el mar primitivo, donde se generó la vida primera, y a partir
de eso las composiciones moleculares se fueron alterando, conservando ciertas similitudes
que permiten dar cuenta de la cadena evolutiva completa.
El hombre ha encarado de distintos modos esta evolución para explicarla de un modo que
se encuadre en su interpretación del mundo. Veamos algunas teorías que han tenido mayor
o menor aceptación dentro de las sociedades:
Teoría de las mutaciones. Gregor Mendel propuso una teoría muy fuerte respecto a esa
herencia, diferenciando los genes recesivos de los dominantes. De este modo es como
comenzó a tomar fuerza la teoría de las mutaciones. Con este término se habla de los
cambios permanentes en el material genético de una célula, que pueden ocurrir por
acción de agentes mutagénicos o bien por errores en la copia del material genético
durante los procesos de división celular. Se creyó que las mutaciones introducen
nuevas especies, siendo la fuente por excelencia de la evolución.
Religión. La religión ha tenido durante siglos una posición en contra de todas las teorías
evolutivas. La primera respuesta ha sido siempre el creacionismo, la interpretación
directa de la Biblia que explica el origen de las especies a través de Dios o una figura
similar que los crea. Con el correr del tiempo y la evidencia cada vez más fuerte de la
evolución, los científicos religiosos se fueron alejando de esa doctrina categóricamente
creacionista.
Los primeros biólogos evolutivos, aunque ellos no sabían todavía que lo eran, se dedicaban
a recoger y comparar fósiles. Con ello, no contradecían la teoría creacionista que defendía
que Dios había creado todas las especies y estas eran inmutables. En este sentido, Charles
Darwin tal vez no fue el «primero que tiró la piedra», pero sí el que la tiró más fuerte. Sus
descubrimientos sobre los orígenes de las especies sacudieron el statu quo de cómo las
especies habían llegado a ser tal y como eran.
Pero actualmente estamos en la era de la genómica. La gran disponibilidad de datos sobre
nuestros genomas ha revolucionado el modo de estudiar la biodiversidad. En lugar de mirar
si las jirafas tienen el cuello más corto o más largo, los científicos ahora miran su ADN y
estudian qué hace que sea más largo y qué mecanismos lo han hecho posible.
Tal vez a priori no lo parece, pero estos descubrimientos nos permiten mejorar la calidad de
la vida. Entender las bases de la evolución nos ayuda a resolver problemas biológicos que
impactan en nuestra salud. Por ejemplo, si entendemos los patrones evolutivos de los
patógenos o de los genes causantes de enfermedades, podemos contrarrestarlos de un
modo más eficaz. Además, los conocimientos derivados de estos estudios facilitan la
preservación de la biodiversidad y promueven su uso de una manera más sostenible.
CONCLUSION
https://es.wikipedia.org/wiki/Biolog%C3%ADa_evolutiva
https://blog.caixaresearch.org/biologia-evolutiva-desde-el-origen-de-las-especies-hasta-la-secuenciacion-de-
nueva-generacion/