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LAS NORMAS TRIBUTARIAS EN EL ESPACIO

AMBITO INTERNACIONAL

 LA SOBERANIA DE LOS ESTADOS


Cada nivel del estado ejerce dentro su la delimitación espacial de las leyes está dada en el ámbito
internacional por el alcance de la soberanía de los estados de cada estado que a prueba sus
normas
para que se encuentran vigentes dentro de él y no fuera de él
AMBITO INTERNO

 ORGANIZACIÓN POLITICA E INSTITUCIONAL


ámbito interno las normas tributarias en el espacio responden a la organización política e institucional del
país es decir depende de cómo cada país se organice principalmente desde el punto de vista de la
potestad tributaria en el caso de Bolivia por el régimen autonómico que se encuentra vigente existen
cuatro niveles con potestad tributaria el nivel central , el departamental , el municipal y el nivel originario
campesino entonces cada nivel del estado ejerce su potestad tributaria dentro de sus respectivos
territorios en ambos casos entonces se consagra .
El principio de territorialidad según el cual extiende sobre todas las personas y hechos jurídicos que se
encuentran en el territorio dentro del cual rige el estado u órgano competente para dictarlas normas y
dentro del tema de la aplicación de las normas tributarias en el espacio adquiere especial
Importancia la doble imposición o doble tributación
jurídicamente la doble imposición o doble tributación se produce cuando la misma persona un
mismo mismo es grabado dos o más veces con la realización periodos de tiempo por parte de dos
o más sujetos con poder tributaria por lo tanto para definir la doble imposición se debe tomar en
cuenta los siguientes parámetros en primer lugar el sujeto pasivo que es la persona obligada al
cumplimiento de la prestación tributaria en segundo lugar el hecho generador o imponible que es el
acto o la situación expresamente determinada por ley para tipificar el tributo cuya realización
origina el nacimiento de la obligación tributaria

EL PODER TRIBUTARIO. Es casi unánime en la dogmática jurídico financiera, que el concepto del poder
financiero deriva del concepto político de soberanía y existe también coincidencia en distinguir entre un
poder financiero originario, y otro derivado según su titular esté investido del mismo en virtud de una
norma jurídica constitucional o por una ley ordinaria.
El poder financiero (actividad financiera), se desplegaba en dos aspectos: el referente a la formulación de
los gastos y el referente a los ingresos. En el campo de los ingresos, los más importantes son los
tributarios.
El poder tributario es una de las manifestaciones del poder financiero del Estado; su ejercicio por éste y la
pluralidad de organismos, cuerpos intermedios, entidades, e instituciones que tienen una existencia
reconocida dentro de aquél, plantea una serie de problemas que generalmente se identifican con la
concurrencia y superposición de actividades. Se hace imperioso, por tanto, lograr el equilibrio entre los
poderes tributarios, para evitar formas de doble imposición sobre los mismos hechos imponibles, por el
riesgo de crear situaciones económicas y políticas perjudiciales e indeseables. Cuando se habla de poder
tributario, no se alude a un poder distinto del Legislativo, Ejecutivo y Judicial, sino simplemente que la
soberanía o el poder político, se manifiesta con caracteres propios en materia tributaria, e incluso, la idea
de imposición coactiva sobre la voluntad de los demás, adquiere fuerza y vivencia indiscutible, cuando
mediante ella se establecen tributos
. LA FORMULACIÓN DEL ART. 2o del CTB. La formulación del art. 2 del CTB, en sentido que: “Las
normas tributarias tienen vigencia en el ámbito territorial sometido a la facultad normativa del órgano
competente para dictarlas, salvo que en ellas se establezcan límites territoriales más restringidos , alcanza
su significado a tiempo de delimitar la potestad tributaria de un Estado frente a la de otro u otros países,
así como al momento de delimitar las distintas potestades y competencias tributarias asignadas por la ley
al gobierno central, a los gobiernos locales y a otras entidades que comparten o se dividen el poder
tributario dentro de un mismo Estado.

p.ej.: la exención del impuesto a los inmuebles de propiedad de gobiernos extranjeros sede de sus
representaciones diplomáticas, o a algunas situaciones reguladas por los tratados internacionales en
materia de tributación para evitar la doble imposición, cuestión que trataremos en el Capítulo XVI sobre
derecho tributario internacional.
LA DOBLE IMPOSICIÓN INTERNA. En el orden nacional de cada país, coexisten potestades tributarias
diferenciadas; sin entrar a analizar las estructuras políticas propias de los Estados federales que acusan
particularidades muy diversas dependiendo del régimen constitucional adoptado, vamos a circunscribir el
tema a nuestro ordenamiento jurídico. En Bolivia, el poder tributario originario corresponde exclusivamente
al gobierno central a diferencia,
p.ej., de la República Argentina y Brasil países en los que por razones históricas y el triunfo del
federalismo, las Provincias o Estados tienen poderes tributarios originarios y exclusivos unos, y
concurrentes otros, con la Nación.
Por el contrario, en nuestro país, los caminos del centralismo político a tiempo de converger en el
unitarismo como forma de gobierno, fortificaron, en lo financiero, el reconocimiento exclusivo del gobierno
central como fuente del poder de imposición en desmedro de los departamentos y demás entidades
locales menores Ni los departamentos, ni las municipalidades, tienen potestad tributaria originaria, sino
que ésta, les es conferida por la Constitución. De acuerdo al art. 300 de la nueva Constitución, “Son
competencias exclusivas de los gobiernos departamentales autónomos, en su jurisdicción

 (núm. 22) La creación y administración de impuestos de carácter departamental, cuyos hechos


imponibles no sean análogos a los impuestos nacionales o municipales”.
 (núm. 23) La creación y administración de tasas y contribuciones especiales de carácter
departamental”.
 Idéntico tratamiento está previsto en los arts. 302 (núm. 19 y 20) para los gobiernos municipales
autónomos, y en el art. 304 (núm. 12 y 13) para las autonomías indígena originario campesinas.

Lo importante para regular el sistema de reparto, es que en la propia Constitución se dispuso la potestad
exclusiva de la Nación sobre determinados impuestos
p.ej.; los impuestos al comercio exterior, la fijación de tasas postales, valores fiscales en timbres,
documentos públicos de identidad, registros, etc.; se disponga también la potestad de aplicar impuestos
indirectos en concurrencia con las Provincias, o la aplicación de impuestos directos proporcionalmente
iguales en todo el territorio nacional. Respecto a otros tipos de impuestos, el régimen de coparticipación
tributaria en Argentina y Brasil fue el resultado de leyes-convenio entre la Nación y las Provincias o los
Estados, respectivamente.
La delimitación del poder tributario del Estado y de los Departamentos, debe establecerse en la
Constitución, compulsando cuidadosamente las bases económicas, técnicas, administrativas y también
políticas, que permitan asignar al Estado y a los Tesoros Departamentales y éstos -a su vez- coordinando
con los Municipios de su jurisdicción, la competencia tributaria que impida una doble tributación
En el caso de Bolivia, esta finalidad a la que habrá de llegarse próximamente a través de un proceso de
autonomías regionales, requiere -además de lo dicho precedentemente- actuar con un criterio de
solidaridad nacional a riesgo de crear situaciones negativas que pueden afectar por igual a economías
departamentales más débiles o más fuertes que otras. Valga recordar que la doble o múltiple imposición no
está prohibida -en general- por la ley, pero todos coinciden en que es un fenómeno económico indeseable
para el desarrollo de las actividades productivas que los hacendistas tratan de evitar; la doble tributación
provoca, además del aumento de la presión tributaria, el inevitable crecimiento de la burocracia
administrativa, un costo de recaudación más alto y mayores costos operativos a los contribuyentes.
Como prevenía FONROUGE, la distribución de competencias tributarias en un Estado unitario -nosotros
añadiríamos- y acentuadamente descentralizado como el que se debe implantar en Bolivia, debe
considerar p.ej., las siguientes situaciones:

 ¿Dónde o en qué lugar se gravarán los bienes del activo fijo de las empresas?;
 ¿Y los vehículos de propiedad de las personas, en el lugar donde se patentaron o en el que
habitualmente circulan?;
 ¿Los impuestos sobre fletes de carga y tarifas de pasajes cobrados por empresas de
transporte interdepartamental o provincial?;
 ¿Los bienes del activo circulante, dónde deben ser gravados?;
 ¿Y los demás bienes de activos exigibles, disponibles, pasivos, etc., se pueden asignar a
distintas jurisdicciones?
En los casos de ingresos brutos percibidos de una actividad lucrativa provenientes de un proceso único,
económicamente inseparable y ejercida en más de una o dos jurisdicciones departamentales o
territoriales, cómo se delimita el poder tributario, considerando p.ej., la extracción de la madera en una
jurisdicción provincial; su industrialización (secado, tableado, etc.) en la ciudad de Santa Cruz y la
comercialización en La Paz, Cochabamba, etc.; ¿En el asiento o sede principal del negocio, en el lugar de
ventas, o en el de compras?; ¿y los varios casos especiales, como de empresas de construcción,
compañías de seguros, bancos, profesiones liberales, etc.?
Cuándo se produce jurídicamente la doble imposición con todos sus efectos económicos. Jurídicamente
existe doble o múltiple imposición cuando las mismas personas, los mismos bienes o los mismos actos,
son gravados dos o más veces por la realización del mismo hecho imponible, en el mismo período de
tiempo, por parte de dos o más sujetos con poder tributario. Doble imposición es, entonces, la
convergencia de potestades tributarias distintas respecto a un mismo hecho imponible; esta convergencia
se manifiesta: a) en la identidad del objeto de la imposición
b) en la simultaneidad del gravamen, siendo indiferente que las alícuotas o tipos de los tributos sean
distintos.
El conflicto entre las necesidades financieras de los Tesoros departamentales, municipales, e
institucionales por un lado, y la necesidad de evitar la doble tributación interna por otro, se resolvió en La
ley 843 de Reforma Tributaria, adoptando el sistema de la “coparticipación tributaria” y disponiéndose en el
art. 94 que: las necesidades de los organismos e instituciones del Gobierno Central, que con anterioridad a
la vigencia de esta ley fueran beneficiarios de rentas destinadas, serán consignadas en el Presupuesto
General de la Nación”. Uno de los mecanismos legislativos, utilizado por la citada Ley, para evitar la doble
tributación interna, fue el de la derogación de todos los impuestos “... creados por los municipios, cuyos
hechos imponibles sean análogos a los tributos creados por los Títulos I al VII de esta ley...” y la
prohibición legal, en el art. 95, a los mismos municipios de “...aplicar gravámenes en el futuro sobre
hechos imponibles análogos a los creados por la Ley 843 y que son objeto de participación”.
DUVERGER, el hecho de que un país esté fuertemente descentralizado, no es argumento que pueda
servir para dar absoluta libertad a los entes locales y que éstos establezcan sus tributos. Dice este
destacado maestro que: “...la intervención económica y social del Estado, que caracteriza a la Hacienda
pública moderna, debe ejercerse fundamentalmente en el marco nacional: supone una planificación global
y no es posible admitir que las colectividades locales puedan realizar una política fiscal que no tenga en
cuenta esta planificación y que incluso pueda hacerla fracasar”.
DUVERGER nos señala una serie de sistemas o mecanismos para delimitar en el ámbito nacional la
potestad tributaria de los entes locales, y con acierto señala que los contribuyentes suelen aceptar con
mayor agrado los impuestos con destino a caminos rurales, alcantarillado, agua potable y desarrollo
económico de su región, que los impuestos estatales. La autonomía local, en conjunción con la
planificación regional y nacional, son las bases para el funcionamiento de la democracia y la forma de
evitar el posible surgimiento de desigualdades en las regiones, por un exceso de autonomía en el poder de
imposición

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