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DEFINICIÓN DE GRAFOSCOPIA

En la materia de Grafoscopía existe diversidad de términos que la definen, tales como


Grafología, Grafotécnica, Grafocrítica, Grafometría, Pericial Caligráfica, entre otros, así
tampoco existe consenso en cuanto a los conceptos y contenido que maneja la Grafoscopía
que permitan un lenguaje común en esta Disciplina.

“La Grafoscopía es el estudio de la escritura manuscrita, con los métodos apropiados, con la
finalidad de establecer si la misma fue o no falsificada, respecto del autor a quien se atribuye
dicha escritura y en el segundo supuesto, de ser posible, identificar quien la imprimió”

EL OBJETO DE ESTUDIO DE LA GRAFOSCOPÍA

Es el estudio de la escritura manuscrita, mismo que es de carácter científico, porque se apoya


en el conocimiento de las leyes y principios que rigen a la escritura manuscrita que es
fundamentalmente en el conocimiento de los procesos fisiológicos y psicológicos que
intervienen en la producción de la escritura, que son las leyes de la escritura o grafismos que le
dan su carácter científico.

FINALIDAD DE LA GRAFOSCOPÍA

La Grafoscopía se plantea como finalidad, determinar la autenticidad o falsedad de la escritura


manuscrita, y su posible autor. Esta particular finalidad pone de manifiesto que la Grafoscopía
en la actualidad es una Disciplina que integra a la Criminalística, pues generalmente la falsedad
o autenticidad de la escritura tiene que ver con algún hecho delictuoso o criminal. Sin
embargo, no siempre se trata de un hecho delictivo por esclarecer, pues puede tratarse de
asuntos que atañen al Derecho Civil, Laboral, Fiscal, Penal, entre otros, o inclusive tratarse de
intereses estrictamente particulares, ajenos a alguna controversia legal.

ELEMENTOS ESTRUCTURALES DE LA ESCRITURA O GRAFÍA

El término estructura significa la distribución y orden de las partes de un todo, y al referirme a


los elementos estructurales se hace respecto de las partes esenciales que configuran el todo,
en este caso, de la escritura.

La palabra escrita está formada por un conjunto de líneas. Si estas líneas forman parte esencial
de la letra, se denominan trazos, los cuales pueden ser, a su vez, rectos, curvos y mixtos, y los
curvos pueden ser, cóncavos y convexos.

De esta suerte la escritura parte de la configuración de elementos que sean trazos rectos y
curvos y un tercero, mixtos o sea aparte rectos y parte curvos.
El empleo de estos trazos se realizan por todos aquellos que escriben y pretenden
comunicarse con un determinado lenguaje, en ese sentido, todos escriben en semejante
forma, de tal suerte que cualquiera que conozca el lenguaje puede leer y comprender el
mensaje que se busca transmitir con la escritura; en ese sentido no se aprecia diferencia entre
quienes escriben, porque su escritura obedece a la escritura que en los trazos se requieren
para configurar letras, guarismos, sílabas frases, números, es decir, en lo que constituye el
alfabeto y los guarismos, para que puede ser comprendido por cualquier lector que conozca el
lenguaje.

La configuración de los trazos guarda indiscutible semejanza, porque obedece a los mismos
criterios estructurales, es decir, a la forma o manera en que se configura cada trazo, y así se
advierte que la escritura de individuo a individuo aun cuando sufra pequeñas variaciones,
generalmente no impiden su o lectura, que resulta más o menos legible, según que lo
elementos estructurales varíen del modo ideal que generalmente se nos transmite cuando
aprendemos a escribir mediante determinado método de caligrafía. Algunos autores de la
Grafoscopía señalan como elementos estructurales del grafismo los siguientes:

ANGULOSIDAD

Se presenta cuando en los trazos predomina el ángulo sobre la curva y la frecuencia en que
esto sucede. Generalmente en los trazos llamados magistrales que son aquellos cuyo
movimiento es de arriba hacia abajo y que comúnmente corresponden a mayor presión y por
ende son más gruesos, se unen entre sí mediante curvas llamadas de enlace en las que
aparecen líneas más finas o perfiles; sin embargo, al sustituirse la curva por la forma del ángulo
que puede ser total o parcial, según que los arcos o curvas se sustituyan por trazos en ángulo.

DIMENSIÓN

Se refiere a dos tipos de proporciones: a la altura de las letras y a la extensión de la escritura.


La dimensión respecto a la atura es la proporción que guardan las letras mayúsculas respecto
de las minúsculas; y en relación a la extensión es la prolongación de la escritura en su recorrido
a la derecha.

Usualmente el autor de la escritura en forma automática, por mecanismos fisiológicos y


psicológicos, escribe con determinada altura y extensión de los elementos gráficos que a veces
varía en tamaño, pero que guardan proporción de acuerdo a la mayor o menor disponibilidad
de espacio para escribir con que cuenta el autor; si es menor se ve obligado a “reducir” la
dimensión de su escritura usual. Lo importante es destacar, que aun en el caso de “reducir” la
escritura, la proporción no la pierde las mayúsculas y minúsculas y la extensión de la escritura
se conserva, el tamaño disminuye, la proporción se conserva.
Algunos autores se refieren a la proporcionalidad como un elemento estructural
independiente; pero en realidad se considera que queda incluido en el principio denominado
dimensión, de que nos hemos ocupado en este apartado, ya que la proporcionalidad la
refieren a la altura o tamaño que guardan entre sí las mayúsculas y las minúsculas, e inclusive
a la magnitud de trazos que integren los mismos elementos, letras y números, y que
constituyen el campo de la grafometría. La proporcionalidad es uno de los caracteres más
constantes en la escritura espontánea, y si bien, su tamaño y dimensión pueden variar, por
ejemplo, por el espacio del papel o soporte de que se disponga para la escritura, pero la
proporción se conserva. El simulador de una escritura está atento a la forma de las letras y a
otras características, pero a veces olvida la proporcionalidad de los elementos de la grafía.

DIRECCIÓN

En el aprendizaje de la escritura se trata de adoptar un patrón ideal que se plantea como


modelo, el cual se propone en una dirección sobre un plano horizontal; es decir, la escritura en
su desplazamiento a la derecha debe colocarse sobre una línea horizontal, y después es el
llamado “alineamiento básico”, que puede tener como guía las línea horizontales del papel
pautado, o las líneas horizontales imaginarias que inconcientemente toma en cuenta quien
escribe sobre el papel que carezca de líneas. El trazo normal es el apuntado, pero puede
suceder que el autor de la escritura escriba en dirección ascendente o descendente, respecto
de la línea horizontal de alineamiento básico; y más raramente en forma ondulada, a veces
ascendente y a veces descendente, lo que puede suceder debido al hábito inconsciente del
autor de la escritura, o por causas accidentales como la posición del papel, distracciones,
enfermedad, y aun a una actitud falaz.

ENLACE

La escritura “cursiva” cuya característica es la escritura de las letras en solución de continuidad


es un ejemplo claro de la característica de “enlaces”, pues es precisamente a esta solución de
continuidad, que une letra con letra, a la que se le denomina enlace.

En el enlace se presenta la mayor o menos habilidad. El enlace se puede presentar con arco, o
en ángulo, o con cortes, es decir, que la solución de continuidad se interrumpe, así
encontramos frecuentemente que las letras mayúsculas no se enlazan con las minúsculas que
las prosiguen sino que se aíslan, de tal manera, que cuando la grafía se presenta con las
características del as mayúsculas se enlazan a las minúsculas, esto resulta un trazo distintivo,
que además de ser estructural, puede ser particular. Los enlaces pueden presentarse en el
trazo de toda la palabra y se le denomina ligado o intenso; o cuando comprende el enlace de
varias letras, cuatro o cinco, de la misma palabra y entonces se llama enlace medio; o reducido
o desarticulado cuando se enlazan menos de cuatro o cinco letras; o fragmentado cuando se
enlaza por sílabas, o por letras, o bien por letras y sílabas. Tan importante es el análisis de la
cantidad de enlaces, como lo es el estudio de la forma en que estos se presentan, es decir, si el
enlace se presenta en forma horizontal, o de arriba hacia abajo, o a la inversa, entre otros.
INCLINACIÓN

La escritura guarda un grado de inclinación que parte de la consideración de que el


alineamiento básico o línea horizontal sobre la cual se imprime la palabra, se toma en cuenta
para considerar una línea perpendicular, que marcará un ángulo recto de 90º que no tiene
inclinación. De esta suerte la escritura cuyos trazos de su base a la cúspide se orientan en
forma vertical se observarán en un plano de ángulo recto, si se inclinan a los lados de esta línea
perpendicular se establece la inclinación, ya se a la derecha, o a la izquierda del ángulo recto.

Cabe advertir que la inclinación de una misma escritura guarda parámetros de uniformidad, es
decir, debemos de considerar un rango de inclinación con un margen de aproximadamente 5º
a 10º de variabilidad, de esta manera la inclinación puede ubicarse entre los 25º a 35º, sea
derecha o izquierda, de tal manera que al estudiar la escritura ese grado de variabilidad
establece que la escritura puede pertenecer a determinado autor, si además de la
consideración de este elemento estructural se toman en cuenta otros.

PRESIÓN

Al escribir es necesario ejercer fuerza o energía de la pluma o bolígrafo o del instrumento de


que nos valemos para estampar la grafía y esa fuerza o energía se le lama presión o presión
muscular. Sobre la consideración de la presión, es importante el instrumento impresor, ya que
en el uso de plumas de acero, más o menos flexibles, las alternativas de presión al escribir
varían, y así en los movimientos ascendentes la presión era baja, para evitar el “enganche” con
el papel y el trazo resultaba fino; y la presión aumentaba en los trazos descendentes que
daban lugar a los trazos gruesos o marginales. En cambio, con el empleo del bolígrafo, su
punto, la esfera que imprime la tinta, se estampa en forma más uniforme, sin riesgo de
“enganchar” el papel, y la diferencia de perfiles, delgados o gruesos ya no es tan fácil de
percibir como cuando se emplea pluma de acero o estilográfica.

Hasta la fecha no existe un instrumento que pueda medir con exactitud la presión, por lo que
el perito lo hace de una manera cualitativa y se clasifica en los siguientes tipos que son cuatro:
presión fuerte, presión media, presión débil y presión mixta.

La presión muscular cuando es fuerte se aprecia por la profundidad del surco trazado y ésta es
observable, a veces, examinando el reverso del papel en que se escribió, donde el relieve del
surco puede apreciarse por el tacto de las protuberancias que dejó la escritura, y más aún si
empleamos luz indirecta, o bien con el auxilio del Microscopio Estereoscópico o del
Microscopio Universal de Comparación (MUC), equipos con los que cuenta la Universidad
DeLaSalle Bajío, como equipo de apoyo didáctico para un mejor aprendizaje de sus
estudiantes.

La presión media se aprecia porque los surcos del trazo solo penetran escasamente en el papel
y al reverso del papel la escritura casi no se aprecia al tacto, o apenas observable con la luz
indirecta o con el auxilio del microscopio.
La presión débil corresponde a personas que ejercen una presión que prácticamente no deja
huella de surco en el papel, y tampoco no aparecen concentraciones de tinta o entintamiento,
y desde luego al reverso del papel NO son apreciables los surcos al tacto o a la luz indirecta.

La presión mixta es aquella en que la presión fuerte o media, alterna con la débil en el trazo de
las letras o sílabas de la palabra o palabras, y al observar el reverso del papel sólo destaca
aquéllas de presión fuerte y no aquéllas de presión débil.

Es importante observar, respecto a la presión muscular, la impresión de la tinta, pues es gruesa


cuando el trazo en la presión muscular es fuerte; y el trazo fino o delgado corresponde a la
presión débil, pues a mayor presión, la descarga de tinta impresa es mayor, y se traduce en el
grosor de los trazos, y a la inversa, menor tinta en los trazos más delgados.

VELOCIDAD Y RAPIDEZ

Esta característica estructural se refiere al mayor o menor tiempo empleado en estampar la


escritura y generalmente tiene que ver con la habilidad o práctica para escribir, la lentitud es
propia de quien no ha adquirido destreza, salvo que la menor rapidez se deba a problemas de
salud. A la velocidad también se le califica como espontaneidad, ya que la escritura lenta de
quien carece de habilidad la estampa “pensando” o “concentrándose” en los trazos de la
escritura, y quien lo hace a velocidad lo hace “pensando” más en el mensaje de la escritura, y
no en los trazos de la misma.

La escritura considerando su velocidad se clasifica en:

Según el Tiempo de Ejecución:

Lenta. Menos de 100 letras por minuto. Suele haber adornos, exageraciones, etc. Hay que
valorar si la lentitud se produce por tendencias perfeccionistas o por inhabilidad o alteración
psicomotriz.

Pausada. Entre 100 y 013 letras por minuto. Escritura normalmente cuidada y precisa.

Rápida. Entre 130 y 200 letras por minuto. Suele haber simplificaciones. Ritmo rápido, cierta
inclinación y propensión de trazos a la derecha, movilidad.

Precipitado. Más de 200 letras por minuto. Dificulta la legibilidad, imprecisa y descuidada en la
ejecución.
Según el Ritmo de Ejecución:

Lanzada. Prolongación hacia la derecha, a veces hacia arriba o hacia abajo, de los signos y
rasgos finales.

Contenida. Contención en los trazos horizontales y finales de la palabra, con terminaciones


limpias y ausencia de prolongaciones.

Irregular. Cambios de velocidad, intermitentes y bruscos.

Se atribuyen como características de la escritura concernientes a la velocidad del trazo rápido,


el que sea de elementos gráficos medianos o pequeños o filiforme, en forma de líneas
delgadas o “hilos”; de curvas rápidas; simplificación de las letras, abreviando sus trazos; los
puntos, acentos y barras de la “T” cargadas a la derecha, si el autor escribe con la mano
derecha; la escritura es a veces desigual o inacabada y/o ascendente; con movimientos
dextrógiros que sustituyen a los sinistrógiros porque son más veloces; supresión de elementos
de estilización; en general, la tendencia a movimientos que simplifiquen cualquier movimiento
regresivo gráfico.

En cuanto a la velocidad de un trazo lento, se pueden señalar la torpeza e inseguridad,


revelados por las formas groseras y la aparición de “tembloteos”, o sea de líneas ligeramente
ondulatorias e irregulares que son características de la inhabilidad en la escritura; de
elementos de tamaño generalmente mayor que el común; a veces con abundancia de rasgos
suplementarios o adornos, de tendencias a movimientos sinistrógiros o regresivos como son
bucles anormalmente ensanchados de las letras sobresalientes, superiores e inferiores, o de
enlaces en forma de lazos o bucles o de formas triangulares o de dobles lazos en las
prolongaciones inferiores; los signos de puntuación antepuestos al sitio en que comúnmente
se colocan; de tendencia descendente.

Considerando la velocidad de trazo “normal” o pausado, es decir, intermedia entre la rápida y


la lenta, se pueden considerar como características: dimensión de los elementos gráficos
normal o media; uniformidad de dimensión, espaciamiento, dirección, entre otros, signos de
puntuación y tildes colocados sobre las letras que deben llevarlos; trazos sin vacilación, ni
retoques; presión muscular media o normal.

En relación a este punto es digno de considerar, que la velocidad es fruto de la habilidad o


práctica de escribir, mientras la lentitud demuestra la inexperiencia del escritor. Pero esta
lentitud puede ser fingida por mano experta. Lo que no puede ocurrir es que el inexperto
pueda imitar la rapidez y soltura del experto.

La mano experta que imita a una escritura torpe, se puede detectar por detalles que escapan a
su control, y que a manera de ejemplo, puede suceder que en algunas partes del trazo de los
elementos se efectúan con soltura lo que pone de manifiesto la imitación.

ORDEN Y REGULARIDAD

Se refiere a la colocación de las letras, palabras y sobre todo de los renglones que permiten
observar un conjunto equilibrado respecto a su alineamiento respecto a su relación con los
márgenes del papel o soporte, sean éstos superior, inferior, derecho o izquierdo, en particular
con el sangrado de los párrafos, la simetría o asimetría de encabezados, y cuyo resultado es
producto del orden y regularidad de los elementos gráficos que redunda en claridad y belleza
de lo escrito.

Trazos REGULARIDA

Las líneas rectas, curvas o mixtas que conforman las letras o los números se imprimen con
líneas cuyo movimiento inicial comúnmente va de arriba hacia abajo y después movimientos
que pueden ir de abajo hacia arriba o lateralmente, o se desplazan en movimientos a la
derecha o izquierda, en planos horizontales o inclinados.

Las líneas de arriba hacia abajo corresponden generalmente a mayor presión muscular y por
ende a mayor grosor; las líneas de abajo hacia arriba o laterales se presentan por lo regular
con menor presión muscular y resultan de menor grosor así como en las líneas de enlace entre
las letras de sílabas o palabras. A estas líneas se les identifica como gruesos y fino o perfil.

En Grafoscopía a la letra, o a las líneas, sean estas rectas, curvas, o mixtas, también se les
conoce con el nombre de gramas. Así mismo en Grafoscopía se emplea el término de hampa
que etimológicamente deriva del francés hampe que significa asta de lanza y que se emplea
para designar las líneas de las letras cuya característica es de configuración alargada, sea en
forma vertical o inclinada que partiendo de la línea del alineamiento básico sobresalen hacia
arriba.

Por otra parte el nombre de jamba cuya etimología proviene del italiano que significa pierna.
En efecto jamba como término grafoscópico se aplica a las líneas de la letra de configuración
alargada, que se prolongan hacia abajo del alineamiento básico, siendo lo opuesto a hampa. O
bien en algunas letras se presenta hampa y jamba como en la “efe” minúscula.

Rasgos Gráficos

Si las líneas no son parte esencial de las letras y obedecen a cuestiones complementarias u
ornamentales, se denominan rasgos. En este tipo de líneas encontramos los siguientes
subtipos:

Punto de Ataque o Inicial. Corresponde al punto donde empieza el trazo de la letra.

Punto Final. Es cuando se concluye el trazo de la línea complementaria u ornamental.

Enlace. Consiste en las líneas que sirven de unión entre letra y letra y que califica a la escritura
de cursiva, es decir, de elementos gráficos que se continúan, que siguen en curso.

RASGOS PECULIARES
En los rasgos se presentan, sean en los extremos iniciales, finales o en el desarrollo de los
trazos de las letras, que las modifican, a veces en forma casi imperceptible , a veces de forma
notoria, y que por sus características resultan fundamentales para identificar al autor de una
escritura. Los rasgos peculiares, aparecen impresos por cada persona con características
particulares, y por ello su importancia en la determinación de la autoría de la escritura.

Como rasgos peculiares se reconocen los siguientes:

Botón o Parada Inicial. Es el Punto de Ataque y se aprecia por la acumulación de tinta que da
lugar a un engrosamiento del punto inicial o de ataque y después el trazo se adelgaza y no
conserva su engrosamiento, lo que revela una presión muscular mayor al inicio y menor en su
desarrollo posterior.

Arpón. Puede aparecer tanto en el punto de ataque como en el punto final, y se observa como
un pequeño vértice que semeja la punta de un arpón.

Gancho. Se presenta en el punto inicial o en el punto final, a la izquierda o a la derecha, o en la


parte superior o inferior, siendo una curva vuelta hacia adentro o regresiva.

Gaza. Se denomina así al espacio, generalmente alargado, entre dos líneas paralelas
ligeramente curvas unidas en un extremo que, generalmente es una pequeña curva o vértice, y
que se entrecruza en su otro extremo. La gaza es característica en letras como: la L, la G, la D,
la Z, la Y, entre otras.

Lazada. Este rasgo se aprecia en trazos curvos que rodean o enlazan a otros de la misma letra
como la F.

Bucle. Es una pequeña especie de lazada colocada generalmente en el punto final o de salida
de la letra.

Ojal. Es una pequeña abertura redondeada que aparece como un adorno de la letra,
semejando a un ojal.

Arco. Es el trazo curvo que aparece en forma de semicírculo, que puede ser completo o
incompleto. Puede ocupar toda la letra o parte de ella.

Espuela. Se trata de un rasgo que se adosa o adiciona al comienzo de las letras, observándose
en el punto de ataque; no se observa en el enlace, pues pasan a formar el enlace mismo.

Patín. Es un rasgo que se coloca a las letras, ya sea en su parte superior o en su parte inferior
en forma de una pequeña raya horizontal.

Tilde. Es un rasgo generalmente pequeño y en plano horizontal y que es complemento de


algunas letras como la “T”, y que puede ser: Recto, Curvo o Mixto, que puede adoptar muchas
variantes debido a su trazo: en cuanto a su ubicación, a su desplazamiento hacia la derecha o
hacia la izquierda, a la presión muscular que se le imprima, entre otras cosas.

Ángulo. Parte de las gramas de la letra, aparecen formando vértices y con ellos ángulos.

Curva. Es cuando la letra presenta gramas curvas en su cuerpo.

Puntos. Son los trazos que se colocan sobre las letras “I”, “J”, o como diéresis, o en alguna
parte de la firma a manera de personalizarla, pueden ser de forma circular, puntos bien
definidos, o puntos con cauda; y se caracterizan también por la presión muscular que se haga
en el momento de escribirlos.

BIBLIOGRAFÍA

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