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LOPEZ-AMO

EL PRINCIPIO zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXW

ARISTOCRÁTICO

S O CI E D AD DE ESTUDIOS
P OLÍ TI COS
Án ge l Ló pe z-Am o zyxwvutsrqponmlkjihgfed
[Alicante,
16.XII.1917-Washington,
20.XII.1956] fue catedrático de
Historia del derecho en las
Universidades de Valencia, Oviedo y
Santiago, puesto que desempeñó,
compaginándolo con estancias en
Suiza e Italia, entre 1945 y 1952. En
el entonces recién creado Estudio
General de Navarra (octubre de
1952) se ocupó de la cátedra de
Derecho político, materia en la que
instruyó al Príncipe Juan Carlos de
Borbón, designado sucesor de
Franco en 1969. La temprana e
inesperada muerte de López-Amo
privó al pensamiento conservador
español, en una hora decisiva, de
una inteligencia jurídica superior. Su
obra más importante eszyxwvutsrqponmlkjihg
El poder
político y la libertad (1952). zyxwvutsrqpon


Migue l An xo Basto s Bo ube ta
[Vigo, 1967] es profesor de Ciencia
política en la Universidad de Santiago
de Compostela. Estudioso de las
políticas públicas, la teoría económica
austríaca y el pensamiento español.
Autor de diversas monografías sobre
burocracia y gestión pública,
intervencionismo y políticas públicas.
ADVER TENCIA zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIH

«En elzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
fact u m b ru t u m del 18 de julio de ipjó buscaron varias generaciones de españoles la
fuente legitim adora del Régim en de las Leyes fundam entales. La Guerra civil, la dictadura y
el regreso de los Borbones al Palacio de Orienteform an parte inseparable de un largo proceso
constituyente cuyos efectos trascienden de 197J, el año en el que fue rogada una constitución-
puente no reconocida com o tal (Ley para la Reform a política, especie de las co n s titu cio n e s
i n n o m i n ad as ^ y 1978, el año de la arribada del sistem a político franquista al punto de par-
tida: la ch arte o ctro yé e del 6 de diciem bre que traía, nuevam ente, la dem ocracia pluralista y
centrífuga. En esta ocasión, a diferencia de experiencias anteriores (diciem bre de ipji), quedó
instaurado a p ri o ri un régim en de m ás sólido funcionam iento, pues la Transición se asentó
sobre las clases m edias, el Estado adm inistrativo y el apestillam iento del poder por los par-
tidos políticos. Así, la constitución otorgada de 1978 resultó finalm ente una ecuación perfecta
cuyos sum andos eran franquism o sociológico y consenso, es decir, una afortunada conjunción de
Planes de desarrollo, Estado de derecho a la española y Partitocracia.

El Pacto de la corona con los partidos, a los cuales se entregó el poder constituyente, natura-
lizó la operación política ("el Cam bio") consistente en transform ar una nación de m entalidad
conservadora y un sentido de lo decente tal vez algo anticuado, en un país con pujos de progre-
sism o, en una sociedad nihilista. De un día para otro, o casi, España se convirtió en una grey
de izquierdas. En un prim er m om ento, la derecha conservadora creyó políticam ente rentable,
lo cual era lógico, vindicar el legado de Franco. Así fue com o el "neofranquism o", sin entender
el nuevo lenguaje político, se suicidó electoralm ente. Con la ayuda im pagable de la derecha
postfranquista, devenida "centro".

Este "centro" desem peñó en aquellos años un papelprotagónico en la voladura del edificio de
las Leyes fundam entales, pues la doctrina "De la ley a la ley, pasando por la ley" únicam ente
podían aplicarla políticos que detentaban de facto elpoder, con independencia de su descrédito
entre los recalcitrantes, fieles todos ellos a una obra política o, quizás, a la palabra em peñada,
bisoñam ente, en un juram ento político.
Vino así el poder, principiados los años 80, a uno de los partidos que, tam bién desde dentro,
subvirtieron la II República y contribuyeron, com o ningún otro, al desencadenam iento de la
guerra civil. El quintacolum nism o, por acción u om isión, parece ser lo m ás característico de los zyxwvutsrq

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partidos españoles del siglo XX. Tal es la ley de bronce de la estasiología hispana. La derecha
del centro recibió entonces la prom esa del m ando a cam bio de som eterse voluntariam ente a un
proceso que se llam ó de "civilización'. Pero la patente de legitim idad dem ocrática, el salvocon-
ducto constitucional que había de ser la recom pensa de la "derecha civilizada", se le otorgó a
ésta únicam entezyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
sub con d it ion e. Aunque nunca le serían reconocidas tan escandalosas abju-
raciones (antifranquism o, neoliberalism o, deshispanización cultural), la derecha del centro
renunció a sus señas de identidad espiritual, histórica y política hasta quedar intelectualm ente
inerm e, incapacitada para oponerse en lo sucesivo a cualquier m utación constitucional e im pe-
dir el desapoderam iento del Estado, este sí, genuino legado de los juristas de Franco.

Del m ism o m odo que la izquierda española no sabe quehacer con un pasado crim inal (Revo-
lución de Asturias, Guerra civil, Persecución religiosa) y quiere lavar sus pecados invocando
las fantasías republicanas delaño 31, a la derecha del centro parece pesarle en las alas el plom o
delfranquism o, coyuntura política histórica que renuncia a interpretar para lasfuturas gene-
raciones de españoles, y por eso acude unas veces al canovism o, otras al liberalism o foráneo,
sucedáneos de una posición política independiente, gallarda y cívica». zyxwvutsrqponmlkjihgfedc

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Los párrafos transcritos ofrecen una sintética interpretación de m ás de m edio siglo de política
constitucional española. Sobrecogen el ánim o de un lector de 2008por su frialdad y desenvol-
tura, pero tam bién porque condensan unas posiciones contrarias, polarm ente contrarias, a la
lección del consenso, a la doctrina (académ icam ente) vulgarizada sobre el cam bio de régim en
en España. Es nuestra responsabilidad que para los españoles nacidos en este año puedan
llegar a ser esas opiniones, con todo su realism o, elem entos norm ales para la historiografía
constitucional que se cultive, digam os, en 2038, que quisiéram os quefuese una narración his-
tórica veraz y no ideologizada de los sucesos políticos.

Nuestra convicción es que los cam bios de las m entalidades son procesos arduos y lentos, pero no
im posibles. Ni siquiera en «la falsa España de las falsas ideas». Nos m erece la pena, por tanto,
aplicar constancia y entendim iento en la dirección que consideram os justa.
La "dirección justa" es la de la verdad histórica, la de varias prom ociones de españoles que,
m ediado el siglo XX, elaboraron una doctrina política y constitucional independiente para
edificar un Estado en España; pero tam bién para som eter al Derecho, dándole form a, la
voluntad constituyente de la nación, suspendida en m anos de los vencedores de una guerra.
Con ese esfuerzo jurídico configurador, que es el m ism o que acom pañó, por desgracia sin éxito,
al grupo de constitucionalistas que seform aron, entre 1932 y 1936, bajo el m agisterio de Nicolás
Pérez Serrano, quieren enlazar estos papeles sobre elpensam iento de nuestros juristas conser-
vadores, todos ellos, en rigor, ju rist as de Estado. Más allá de toda ideología . Pues nuestro
hilo de Ariadna no son la servidum bre partidocrática ni una m ilitancia cualquiera, sino las

1 Decía Rodrigo Fernández-Carvajal que la prim era condición del cultivador de la ciencia política es «no ser
IQ8I, zyxw
político». R. Fernández-Carvajal, El lugar de la Ciencia política. Murcia, Servicio de Publicaciones,zyxwvut
PP- 5-3<>-
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constantes delpensam iento jurídico-político español del siglo XX, cuya traum ática experien-
cia, vista la infam e m anipulación histórica de los últim os años, no parece superada del todo.

En el Derecho político del siglo pasado descuellan cuatro juristas, en cuya obra y azares biográficos
se condensa, com plem entándose todas, las grandes etapas de nuestra últim a publicística: Adolfo
Posada o el enciclopedism o krausista; Nicolás Pérez Serrano, m aestro delprotoconstitucionalism o
hispano; Javier Conde o la Escuela española del Derecho político y Rodrigo Fernández-Carva-
jal, con quien epiloga en España la doctrina de la anafilaxia constitucional'. La seriezyxwvutsrqponmlkj
Juristas de
Estado quiere ocuparse de ellos, pero tam bién de otrosjuristas que dan tono al paisaje del Derecho
político español. Algunos están a la altura de los grandes juristas y pensadores políticos europeos
de su tiem po y a una distancia, sideralya, de sus m enguados sucesores hodiernos: nos referim os a
Gonzalo Fernández de la Mora, AngelLópez-Am o, Jesús Fueyoy Eustaquio Galán Gutiérrez.
No hay en esta relación prejuicio alguno contra otras escuelas de pensam iento, porque en realidad
no hay tales. La deriva socialdem ócratay el m im etism o constitucional que im peran actualm ente
en España carecen de interés para nosotros. Por otro lado, la prim era generación de juristas
socialistas bien form ados (que a veces se confunde con los últim os coletazos universitarios del
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krausoinstitucionsim o) se incorporó, después de la guerra, a las tareas político-constitucionales de


la dictadura (en un séquito político, en la cátedra, en el Instituto de Estudios Políticos), de m odo
que en el caso, ciertam ente im probable, de que sus sucesores actuales tuvieran noticia y conciencia
científica de su talla, no podrían incorporarlos sin escándalo de sus colegas al acervo histórico del
izquierdism o y cobrarse su prestigio.

A nadie extrañe que los universitarios españoles acepten consuetudinariam ente la purga o dis-
crim inación intelectual practicada por la com m u n is op in io iusconstitucionalista. Tam poco
se sorprenda el lector de que ni uno sólo de estos ingenios haya sido reconocido en los pagos de la
derecha partitocrática. Allá todos ellos. La política es una obra infinita y los saberes políticos
un acarreo no m enos largo y tesonero de m ateriales: las ideas y, porque no son exactam ente lo
m ism o distinguim os, los conceptos políticos. Por esto últim o, tal vez, resulta m ás grave toda-
vía la desatención académ ica que padece la obra de nuestros juristas de Estado del siglo XX.
Rescatarles del ostracism o será com o despejar de m ezquindades y falsificaciones el últim o siglo
de historia constitucional. zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

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Nos interesam os en estas páginas de Pensam iento conservador españ ol, las prim eras que
en m ucho tiem po se dedican a los juristas de Estado del siglo pasado, por una generación

2 El Tratado de Derecho político (193;?) de Posada, La constitución española de 1931 (1932) de Pérez
Serrano, Representación política y régimen español (194$) de Conde y La constitución española (1969) de
Fernández-Carvajal son, sin énfasis alguno, cuatro m onum entos de la publicista española contem poránea.
3 Epónim o de ese grupo, form ado en la cercanía del m agisterio de Pérez Serrano y la Revista de Derecho
Público, es Manuel García-Pelayo. Acaso se acuse m ás la personalidad de esa prom oción socialista en Javier
Conde, consejero de príncipes durante los prim eros años del franquism o.

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«suficientem ente aislada y hasta aborrecida que pudo em prender su cam ino propio con toda
la sinceridad de quien no busca agradar a nadie» . Tam poco buscam os nosotros agradar, ni
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siquiera indisponer. Nuestro objetivo resulta m ucho m ás m odesto y, por así decirlo, patrió-
tico: presentar al lector, adelantandozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHG
j o años la reparación de una injusticia, una gavilla de
escritores políticos y juristas que, adem ás de desm entir los engañosos tópicos españoles sobre el
Páram o de nuestra cultura, picaron m uy alto en su ciencia. En sus páginas, algunas lejanas
en el tiem po pero todas próxim as a nosotros en el avatar político, hay estudio y penetración
histórica, creem os que tam bién prudencia y consejo.
ha m ayor parte de estos ingenios pertenecen a la que venim os denom inando Escuela Espa-
ñ ola del Derech o Polít ico, el grupo de juristas hispanos m ás solvente y com pacto desde el
Siglo de Oro. Los prim eros volúm enes de la serie, que seguirán a éste sobre El p rin cip io aris-
tocrático de López-Am o (est. prel. de MiguelAnxo Bastos, de la Universidad de Santiago),
son: El Est ado y la con stitución de Esp añ a, de Jesús Fueyo; La con stitución españ ola,
de Fernández-Carvajal; Los defectos de la con stitución españ ola de 1978, de Eustaquio
Galán y Gutiérrez; Represen t ación polít ica y régim en españ ol, de Conde y La p a r t it o -
cracia, de Fernández de Mora.

El lector sabrájuzgar y, tal vez, apreciar nuestro em peño.

Murcia, 23 de septiem bre de 2008


Jerónim o Molina
Universidad de Murcia

4 Angel López-Am o, El poder político y la libertad. Madrid, Rialp, 1952, p. iy (prólogo). zyxwvutsrqponmlk

- IO -
Co le cció n zyxwvutsrqpon
El Pensamiento conservador
español

Se ri e zyxwvutsrqponmlk
LOS JVRISTAS DE ESTADO

Director

Jerónimo Molina

1. Á n g e l L ó p e z - A m o , El principio
aristocrático. Escritos sobre la
libertad y el Estado. Estudio
preliminar de Miguel A n x o
Bastos Boubeta.

2. Jesús Fueyo, El Estado y la


constitución de España.

3. Rodrigo F e r n á n d e z - C a r v a j a l ,
La Constitución española.

4. Eustaquio Galán Gutiérrez,


Defectos de la Constitución
española de 1978.

5. F e r n á n d e z de la Mora,
La partitocracia.

6. Javier Conde, Representación


política y régimen español.
Co le cció n zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONM
El Pensamiento conservador español

Se ri e zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONML
LOS JVRISTAS DE ESTADO

Director
Jerónimo Molina

López-Amo
El principio aristocrático

Fueyo
El EstadozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y la constitución de España

Fernández-Carvajal
La Constitución española

Galán Gutiérrez
Defectos de la Constitución española de 1978

Fernández de la Mora
La partitocracia

Conde
Representación política y régimen español

2008 - Sociedad de Esludios Políticos


MURCIA

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