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INTRODUCCIÓN:

El hombre es un ser social por naturaleza, y uno de los aspectos más destacados de su
naturaleza social es su condición de animal político. Esta idea, planteada por el filósofo griego
Aristóteles, señala que el ser humano tiene una tendencia innata a vivir en sociedad y
participar en la vida política.

Para entender la importancia de esta condición, es necesario comprender el concepto de


política. La política es el arte de organizar y regular la convivencia de los seres humanos en
sociedad. A través de ella, se establecen normas, leyes e instituciones que permiten mantener
el orden, proteger los derechos individuales y promover el bienestar común.

El hombre como animal político se caracteriza por su capacidad de formar comunidades y


establecer vínculos sociales. Desde tiempos remotos, los seres humanos han vivido en grupos,
organizados en tribus, clanes, ciudades y naciones. Estos grupos requieren de una organización
política que asegure la estabilidad y el desarrollo de la comunidad.

Cuerpo:

Una de las principales razones por las cuales el hombre es un animal político es su necesidad
de seguridad. Vivir en comunidad brinda protección contra amenazas externas y facilita la
cooperación en la búsqueda de recursos básicos como la alimentación, el refugio y la
supervivencia. A través de la política, se establecen mecanismos de defensa y se defendieron
los intereses colectivos.

Además, la política proporciona un marco de referencia moral en la vida de los seres humanos.
A través de las normas y leyes establecidas, se define lo que es aceptable o inaceptable, justo o
injusto. Estas reglas ayudan a mantener el orden y la armonía en la sociedad, y permiten la
convivencia pacífica y la resolución de conflictos de manera justa.

La participación política también es una forma de expresión y de ejercicio de la ciudadanía. A


través del voto, la opinión pública y la participación en organizaciones de la sociedad civil, los
individuos pueden contribuir a la toma de decisiones y al desarrollo de políticas que afectan su
vida cotidiana. Esto les permite influir en su entorno y buscar el bienestar colectivo.

Sin embargo, también es importante reconocer que la política puede ser utilizada de manera
negativa. Los seres humanos tienen la capacidad de manipular y corromper los sistemas
políticos en beneficio personal o de grupos de poder. Esto puede generar desigualdades y
abusos de poder que afectan la dignidad y los derechos de las personas.

Conclusión:

En conclusión, el hombre es un animal político por su naturaleza social y su necesidad de vivir


en sociedad. La política, como arte de organizar la vida comunitaria, permite mantener el
orden, proteger los derechos individuales y promover el bienestar común. Sin embargo,
también es necesario reflexionar sobre cómo esta condición puede ser utilizada tanto de
manera positiva como negativa, y buscar siempre la participación activa en la construcción de
una sociedad justa y equitativa.

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