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EL LENGUAJE

DE WINNICOTT
Un diccionario del uso de las palabras según
Winnicott.

Jan Abram - 2da Edición. KARNAC

D. W. Winnicott

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INTRODUCCIÓN

Los escritos de Donald Wood Winnicott [1896 - 1971]

Donald Woods Winnicott era pediatra y psicoanalista, cuyos escritos están formados
por artículos teóricos, reseñas, artículos de revistas de investigación y cartas. Su
primera publicación fue Notas clínicas sobre los trastornos de la infancia (1931a)
producido como uno de la serie de ayuda para profesionales pediatras. Cuando
Winnicott publicó este volumen, había estado trabajando como pediatra durante siete
años y estaba en proceso de capacitación como psicoanalista en el Instituto de
Psicoanálisis de Londres. Esto significaba, que además de su trabajo de tiempo
completo como pediatra, se analizaba con James Strachey y estaba comenzando su
práctica psicoanalítica con pacientes adultos. Como resultado, aunque su primera
publicación fue escrita para pediatras, el lector puede discernir el impacto del
psicoanálisis en su trabajo con niños y sus familias. En el prefacio de su primera
publicación Winnicott escribe: “Indirectamente al profesor Sigmund Freud estoy
agradecido por la creciente capacidad de disfrutar investigando factores
emocionales”. Más tarde, en la introducción el escribe lo siguiente:

El niño, en su difícil tarea de averiguar cuantos de los impulsos instintivos se pueden


aprovechar sin provocar un choque con el ideal, necesita amigos. Las amistades
adecuadas son las formadas en la escuela y en el entorno inmediato. Incluido en el
entorno está probablemente un médico y gran parte de su trabajo es una forma
especial de amistad.

[Notas clínicas en desórdenes de la infancia, pp. 5-6]

Estas palabras transmiten la esencia de la comunicación de Winnicott a lo largo de


todos sus escritos posteriores –una sensibilidad de la necesidad humana por las
relaciones confiables. Es esa actitud hacia la necesidad del individuo de un
entorno/madre confiable que caracteriza la contribución de Winnicott al desarrollo de
la teoría psicoanalítica, como teoría y práctica, en trabajo con niños y adultos.

Winnicott calificó como psicoanalista de adultos en 1934 y en el siguiente año como


el primer psicoanalista infantil masculino con el Instituto de Psicoanálisis. Desde este
momento hasta su retiro de la pediatría tres décadas después, continuó trabajando
tanto como pediatra como psicoanalista de niños y adultos en práctica privada. En

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consecuencia, sus principales contribuciones al desarrollo de la teoría psicoanalítica
han sido modeladas por su participación con las familias y sus hijos en su papel de
pediatra, en tándem con su trabajo clínico como psicoanalista. También hay que tener
en cuenta que su experiencia personal de psicoanálisis, primero con James Strachey
y luego con Joan Riviere, fue central en el desarrollo de sus teorías. En los últimos
años de su vida escribió como fue afectado por estos dos analistas diferentes
(Winnicott, 1965v [1962]; 1989f [1967]).

Las siguientes dos publicaciones, Conociendo a tu bebé (Heineann, 2945) and La


madre común y su bebé (una publicación de la British Broadcasting Corporation,
BBC), son trascripciones de programas de radio para padres dadas entre 1940 y
1950. Ambas publicaciones salieron de circulación y fueron publicadas nuevamente
en un solo volumen, El niño y la familia, por Publicaciones Travistor. En el mismo año
fue publicado un volumen acompañante, El niño y el mundo exterior; en este los
artículos estaban dirigidos a padres y a todo profesional trabajando con niños más
grandes en el contexto de la sociedad. En 1964, la mayoría de los artículos de estos
cuatro volúmenes fueron compilados en un volumen− El niño, la familia, y el mundo
exterior− el cual se convirtió en un libro popular para todas las familias jóvenes, así
como un texto recomendado en la lista de lectura de cursos de entrenamiento para
maestros, trabajadores sociales, y cuidado de niños.

El primer artículo psicoanalítico significativo de Winnicott fue “La defensa maníaca”,


la cual el presentó en un encuentro psicoanalítico de la Sociedad Británica de
Psicoanálisis en 1935. Este fue uno de muchos artículos dirigidos a sus colegas
psicoanalistas, y en 1958 una colección de estos artículos junto con aquellos dirigidos
a profesionales que trabajan con niños− A través de la pediatría al psicoanálisis− fue
publicado por Publicaciones Travistor. Este se convirtió en uno de los mayores
volúmenes. El complemento para este volumen, El proceso madurativo del entorno
facilitador, publicado en 1965, es una colección de artículos en su mayoría dirigidos
a psicoanalistas. En el mismo año otro volumen de los artículos de Winnicott (la
mayoría de los cuales fueron publicados en varias revistas de investigación entre
1950-64) fue publicado por Publicaciones Travistor. La familia y el desarrollo individual
es una combinación de entrevistas mediáticas y clases dadas a practicantes
trabajando con familias y niños.

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Mientras tanto Winnicott estaba enseñando, supervisando, y dando clase en su país
y fuera del mismo, y antes de su muerte en 1971 dos volúmenes de su trabajo estaban
en preparación. En Juego y realidad, el cual se ha convertido en uno de sus
volúmenes más conocidos, Winnicott explora los temas relacionados a su concepto
de fenómeno transicional. Él había desarrollado este concepto en su artículo de 1951,
“Objetos de transición y fenómenos de transición” (1953c [1951]). Por el contrario,
Consultas terapéuticas en psiquiatría infantil es una colección de casos clínicos del
trabajo de Winnicott como psiquiatra de niños. Ilustra como el aplicaba su
conocimiento psicoanalítico de modo de facilitar el desarrollo de niños y adolescentes
con mínima intervención. Muchos de estos casos ilustran el uso de Winnicott del
“Juego de los Garabatos” en la entrevista diagnóstica (ver JUEGO DE LOS
GARABATOS).

Cuando Winnicott murió, dejó varis artículos, cartas y notas clínicas sin publicar, y en
1977 su viuda Clare Winnicott, una trabajadora social y también psicoanalista fundó
el Comité de las Publicaciones de Winnicott, con el objetivo de publicar este gran
cuerpo de trabajo. En los próximos veinte años los editores fueron responsables de
publicar otros nueve volúmenes de los artículos de Winnicott (Davis, 1987). Además
de esto, una selección de cartas de Winnicott fue publicada en 1987. Hasta la fecha,
hay 22 publicaciones de las obras de Winnicott (ver la Lista completa de las
publicaciones de D. W Winnicott). Las primeras cinco están agotadas, aunque la
mayoría de los documentos están reproducidos en la publicación de 1964, El niño, la
familia y el mundo exterior (1964a).

El objetivo principal del proyecto de Clare Winnicott eta publicar todo trabajo inédito,
y esto es lo que se ha logrado principalmente. Pero, in embargo, se publican muchos
más libros sobre Winnicott, incluyendo este, el completo reconocimiento de las
contribuciones de Winnicott a la salud de los niños y al psicoanálisis no estará en
evidencia hasta la publicación de Obras psicoanalíticas recopiladas de D. W.
Winnicott. Se planean al menos 12 volúmenes, y se presentarán escritos
cronológicamente de 1919 a 1971. La colección incluirá una concordancia y algunos
escritos inéditos (principalmente documentos cortos y correspondencia) que se han
descubierto recientemente en los archivos. La bibliografía principal será la de Knud
Hjulmand, que se ampliará a medida en que se adicione cada nuevo escrito. El

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proyecto de Obras completas, patrocinado por El fideicomiso de Winnicott, se ha
desarrollado desde 1998, y el trabajo está en curso.

La matriz teórica de Winnicott

En otros lugares he sugerido que el trabajo de Winnicott se puede dividir en un período


de Fundación seguido de tres fases más, cada una marcada por un gran avance
teórico (ver Abram, 2007):

 Fundamentos: 1919-1934
 Fase uno: 1935-1944 No existe tal cosa como un bebé
 Fase dos: 1945-1960 Fenómeno transicional
 Fase tres: 1960-1971 El uso de un objeto

Las próximas obras psicoanalíticas recopiladas de D. W Winnicott ilustrarán con


mayor detalle cómo evolucionó su pensamiento y la forma en que puede verse caer
en distintas fases. Este diccionario, sin embargo, está focalizado en las concepciones
clave (componentes) de la matriz estructural teórica.

Naturaleza humana: el marco de referencia de Winnicott

Revisar todo lo que escribe Winnicott es una preocupación sobre la condición humana
y lo que significa ser un sujeto. Todas sus preguntas, desde el principio, tienen que
ver con al significado de la vida y de lo que hay dentro que hace que valga la pena
vivirla. Con el desarrollo de su trabajo, ubico al psicoanálisis firmemente en el marco
de la naturaleza humana (ver Green, 1996, en Abram, 2000). Y mucho de lo que
inspiró a Winnicott sobre el trabajo de Melanie Klein, especialmente su enfoque en la
experiencia en la experiencia subjetiva del bebé de su cuerpo y sus observaciones de
una constelación edípica temprana, tenían sentido a partir de sus observaciones en
su trabajo pediátrico diario. Al principio, sin embargo, enfatizó que el desarrollo
emocional del individuo era siempre en relación con la madre/otro. Por lo tanto,
crucialmente, la clave para el éxito del fracaso del desarrollo del bebé caer sobre la

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contribución de la madre/otro, en la forma en que ella negoció el paso del bebé a
través de las etapas de la dependencia. Es este énfasis en las relaciones sujeto/objeto
que distingue el trabajo de Winnicott. Sobre la base de Freud, y en el discurso, y a
menudo en desacuerdo, con Klein, el introduce un genuino cambio de paradigma en
el pensamiento psicoanalítico.

La Matriz del trabajo de Winnicott gira en torno a una noción importante: la centralidad
del sentido del Yo. Esta noción es intrínseca a todas las otras, y central al entorno
interpersonal (intersubjetivo). Los tres conceptos principales que estructuran esta
matriz son: la relación padre-hijo, los fenómenos de transición y la creatividad psíquica
primaria. Cada uno sustenta una base importante de su desarrollo teórico.

La relación padre-niño

La comprensión de Winnicott de que “no existe tal cosa como un bebé” significaba
que nunca volvió a conceptualizar sin reconocer la dependencia del bebé del objeto;
el siempre insistió que, debido al estado dependiente del bebé, la actitud de la
madre/otro va a colorear el mundo interno del bebé y tendrá impacto sobre su
desarrollo emocional. Si bien su trabajo con Melanie Klein puede haberlo ayudado
para centrarse en el mundo interno del recién nacido y el niño en desarrollo, él llegó
a sentir que su desarrollo del trabajo de Freud no tomó lo suficientemente en cuenta
la madre/otro y sus estados mentales subjetivos en su aproximación a su bebé
(Winnicott, 1965v [1962]). No podía ignorar la experiencia diaria de su práctica
pediátrica, que parecía revelar la interrelación entre el desarrollo emocional del bebé
y el cuidado emocional de la madre. Mientras forjaba sus propias teorías, en un
discurso con Klein y los kleinianos, él enfatizó cada vez más la naturaleza crucial del
entorno y como sus cualidades psíquicas y físicas influencian dan forma a la psique
del sujeto.

A principios de la década de 1950, Winnicott comenzó a referirse al “entorno-


configuración individual” para poder enfatizar el poder y la responsabilidad del objeto
real (la madre/otro) en el mundo y como sus estados mentales subjetivos impactan el
desarrollo emocional del recién nacido. Desarrollando este tema en su artículo
“Proporcionando para el niño en salud y crisis” (1965x [1962]), dibuja una correlación

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clara entre la edad del bebé y la falla del entorno y muestra cómo cuanto antes la
falla, más grave la enfermedad mental. El sentido del Yo del sujeto está así formado
por la adaptación al entorno/objeto a las necesidades/estado de dependencia del
bebé.

Creatividad psíquica primaria

La creatividad psíquica primaria es el concepto de Winnicott que enfatiza como las


necesidades biológicas en el bebé son atendidas por la madre/entorno. Es el atender
a las necesidades biológicas del bebé (las cuales en las primeras etapas de la vida
son inseparables de la necesidad emocional), aunque la respuesta emocional de la
madre, que va a constituir lo que Winnicott describe en naturaleza humana (1968
[1954]) como la alimentación primaria teórica.

La alimentación primaria teórica está representada en la vida real por la sumatoria de


las experiencias de alimentarse varias veces. Luego de la alimentación primaria
teórica el bebé comienza a tener material con el cual crear.

[Naturaleza humana, p.106]

Para Winnicott el bebé nace al mundo equipado con un potencial creativo. Esta
tendencia heredada (predisposición innata basada en las necesidades corporales y
el impulso de crecer) está vinculada con las sensaciones en el cuerpo y el estrado de
dependencia absoluta del bebé. La habilidad de la madre de reconocer los
predicamentos del bebé la ayuda a responder a sus necesidades−esto es, ofrecerle
su pecho. Este primer contacto entre madre e hijo es el comienzo de una acumulación
gradual de la ilusión de la omnipotencia del bebé. La ilusión de la omnipotencia es la
experiencia del bebé de que su necesidad (el hambre) crea el pecho (la comida).
Winnicott ve esto como el momento crucial que constituye los cimientos para todo
desarrollo posterior. La habilidad de la madre para adaptarse a las necesidades del
bebé facilita la noción de omnipotencia. Esta es la primera alimentación teórica.

Al menos hasta que sepamos más, debo asumir que existe un potencial creativo y
que en la primera alimentación primaria el bebé tiene una contribución personal que
hacer. Si la madre se adapta lo suficientemente bien, el bebé asume que el pezón y

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la leche son el resultado de un gesto que surgió por necesidad, como resultado de
una idea que apareció en la cresta de una ola de instinto de tensión.

[Naturaleza humana, p.110]

La ola de tensión instintiva −es decir, el hambre− debe de cumplirse por la adaptación
de la madre (identificación profunda) a las necesidades de su bebé y SI la
temporalidad es lo suficientemente buena, el bebé libera su tensión, y como
consecuencia comienza a concientizarse de su hambre puede ser satisfecho por algo
que él hace: “Yo lloro, y la comida viene”. Su acción no solo satisface su hambre en
la manera escrita por Freud sobre el instinto, pero y críticamente, provee al bebé con
la ilusión de que él ha creado el objeto: “Yo lloro, y la comida viene, porque yo hice
que viniera por medio de mi necesidad/llanto”. Es esta ilusión de omnipotencia lo que
contribuye a la habilidad del bebé de distinguir entre Yo y No-Yo. Para ilustrar la
secuencia relacionada al desarrollo de un sentido del ser surgiendo de la ilusión de
omnipotencia, Winnicott (1967c) escribió lo siguiente:

Cuando miro soy visto, entonces existo


Ahora puedo permitirme mirar y ver.
Ahora miro creativamente y lo que apercibo también percibo.
De hecho, me cuido de no ver lo que no está ahí para ser visto (a menos que esté
cansado).
[“El rol de espejo de la madre y de la familia en el desarrollo del niño”, p.114]

El potencial para crear el objeto, por lo tanto, existe en el bebé recién nacido, y para
que este potencial se desarrolle en una capacidad, la madre debe poder identificarse
con el estado de dependencia absoluta del bebé. Winnicott nombró esta particular
cualidad de identificación “preocupación maternal primaria”. La no tan buena madre
obliga al bebé en encontrar una manera de proteger su ilusión de omnipotencia (que
habrá ocurrido sólo fugazmente), y la forma del sujeto de protegerse a sí mismo es
cumplir las demandas (inapropiadas) del entorno. En su artículo de 1960, “distorsión
del ego en términos del verdadero y falso Yo”, Winnicott muestra como el desarrollo
de un falso Yo obediente está basado en la necesidad del bebé de proteger su
creatividad psíquica primaria que está alojada en el verdadero Yo.

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Para que la madre pueda proporcionar la alimentación primaria teórica, tendrá que
poder sobrevivir a la cruel necesidad de su bebé recién nacido por ella. Esta crueldad
es lo que Winnicott llamó anteriormente agresión primaria, pero más adelante en su
trabajo describió la destrucción necesaria del objeto y explora como el objeto externo
lo suficientemente bueno sobrevive el ataque/necesidad primitiva del bebé. Esto es
otro aspecto de lo que ocurre en la alimentación primaria teórica y está asociada con
los estados emocionales del bebé y la capacidad de la madre para identificarse con
la comunicación de su bebé. La madre lo suficientemente buena sobrevive al no
sentirse abrumada por la expresión del bebé de intensa tensión instintiva, y ella es
capaz de tolerar los estados agitados de su bebé en su esfuerzo por descubrir y
entender a través de su atención empática. La madre que no es capaz de tolerar esta
demanda común, pero en lugar de ello, tiende a sentirse atacada por el bebé e incluso
perseguida por los sentimientos abrumadores que ella proyecta en el bebé, es la
madre la que no sobrevive. Por mucho que quiera ella hacerle bien a su bebé, ella de
hecho le fallará a su bebé y comprometerá el desarrollo de su sentido del Yo.

Fenómeno transicional

A través de su observación y comprensión de los primeros predicamentos del bebé,


Winnicott ofrece una teoría que explica el cambio de la experiencia interna del bebé
y su camino hacia la capacidad de simbolizar. Aquí es donde el construye sobre la
teoría de Freud de las zonas erógenas y las etapas por medio de la elaboración de
los impulsos auto eróticos tempranos (por ejemplo, chuparse el dedo) y la emergencia
de un objeto especial, como una muñeca o un osito. Winnicott llamó a este objeto
especial objeto de transición. Él lo vio como un marcador silencioso de una etapa
intermedia del fenómeno transicional y funcionamiento, durante el cual el bebé es
ayudado por medio de un buen cuidado maternal para separar los medios interno y
externo. El solo logrará esto adecuadamente si el Objeto/entorno madre real puede
adaptarse a sus necesidades reales de tal manera que construye un sentido de lo que
el mundo real puede proporcionar. En esencia, el proceso de separación de lo interno
y lo externo, Yo del No-Yo es un viaje desde la inmediatez sensorial a la consciencia
simbólica. Winnicott detalla las etapas de este proceso y describe cómo culmina en
la capacidad del bebé de jugar.

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La capacidad de juego creativo se produce a través de la negociación exitosa de esta
área intermedia que no está dentro ni fuera y se encuentra entre la unión y la
separación. Posteriormente, en Juego y Realidad (1971a), Winnicott sigue
elaborando como las experiencias transicionales persisten en la vida adulta y
contribuyen con la experiencia cultural (por ejemplo, el disfrutar de la música o el
fútbol). Por lo tanto, su teoría ofrece una nueva comprensión del desarrollo humano y
una explicación más rica y que da cuenta de modo menos patológico de la vida mental
posterior. En este espacio potencial, se pueden experimentar estados mentales de
transición entre y dentro de la relación diádica (ver ILUSION).

Desde una perspectiva clínica, la teoría también ofrece un nuevo enfoque de la


relación analítica como un reino de ilusión. Por lo tanto, no es suficiente analizar las
asociaciones libres del paciente e interpretar el contenido inconsciente. Lo que
importa es la capacidad del paciente de ilusión (juego), porque sólo a través del juego
puede el paciente descubrir un sentido del Yo y de experiencia personal. Si esto falta,
el análisis sería una actividad falsa, un ejercicio de conformidad con el analista. El
analista en este caso necesita facilitar la capacidad del paciente para jugar: él debe
esperar y dar lugar (espacio potencial) para que se desarrolle la capacidad, y esto
requiere otro tipo de técnica. Esto es otro ejemplo más de como Winnicott busca en
el dominio de las actividades de psicoanálisis que fueron observadas primero en su
trabajo como pediatra junto con su experiencia como paciente en psicoanálisis.

El sentido del Yo

Como se indicó anteriormente, el estudio explícito de Winnicott sobre la naturaleza


humana y el desarrollo emocional constituye una concepción general del sentido del
Yo, haciendo que el trabajo de Winnicott sea esencialmente una teoría del sentido del
Yo. Sus preguntas se refieren a lo que constituye el sentido de Yo y cómo surge. En
la última década de su vida el explora las complejidades de este proceso y como dio
significado a la experiencia individual.

Desde el punto de vista evolutivo, el sentido del Yo comienza con la alimentación


teórica primaria, cuando comienza a percibirse la creatividad psíquica primaria. Pero
el Yo no llega a existir completamente hasta el tercer o cuarto mes de vida, cuando el

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bebé comienza a distinguir entre Yo y No-Yo. La madre/el otro/entorno es
completamente responsable de si se alcanzará o no esta etapa. En cuanto más falle
el entorno, más tendrá el bebé que enlistar técnicas para proteger el verdadero Yo; y
luego se desarrollará u ser complaciente. Tal falla del entorno está asociada con la
noción del impacto total que interrumpe la continuidad de ser del bebé. Lo que parece
ser un buen entorno puede no ser necesariamente lo suficientemente bueno para este
bebé en particular.

Sin negar la importancia de las tendencias heredadas−las innatamente biológicas−


en todo bebé recién nacido, el foco de Winnicott reside en la noción de la madre/otro
en identificarse con el estado de dependencia del bebé. Su combinación de crianza
fisiológica y emocional es la única forma en que pueden ocurrir las tendencias
naturales y heredadas del bebé. Respecto de esto, su noción del entorno, influenciado
por Darwin, y en la línea de trabajo de Freud y de Anna Freud, es esencial de un
entorno psíquico en donde el bienestar del bebé depende de los sentimientos de la
madre por su bebé y del modo en que esto afecta su respuesta a él. Esta teoría toma
necesariamente en consideración como la madre misma se sintió cuando era bebé y
la calidad del sostén que ella recibió por su propia madre.

El trabajo de Winnicott sobre el verdadero y falso Yo es una contribución importante


a la teoría psicoanalítica no solo por derecho propio, sino también porque,
clínicamente, alerta al analista sobre los diferentes tonos de la experiencia verdadera
y falsa en la matriz de la transferencia-contratransferencia.

Entradas de texto y cómo leer las referencias

Cada entrada de texto tiene su propia lista de contenidos numerados para indicar los
temas pertinentes al concepto. Esta lista es seguida por una breve definición de la
palabra o frase.

Las entradas tienen citas seleccionadas de los artículos de Winnicott, que abarcan
casi cuarenta años, para seguir la evolución de sus teorías. Al final de cada bloque
de cita, el título del artículo y la fecha de escritura se mencionan entre corchetes.
Todos los trabajos citados en cada entrada se enumeran en orden cronológico en la
lista de referencias al final de la entrada. Esta lista de referencia muestra tres fechas:

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la primera fecha indica la fecha histórica de escritura; la segunda fecha (en negrita)
indica la publicación de Winnicott en que el lector encontrará el artículo (ver
Publicaciones de D. W. Winnicott); y la tercera fecha es el código asignado al artículo
en la bibliografía de D. W. Winnicott. Por ejemplo

Luego de un bloque de cita en el texto:

[“La distorsión del ego”, 1960, p141]

En la lista de referencias al final del libro:

1960 La distorsión del ego en términos del verdadero y falso Yo. En: 1965b. 1965m

En las Publicaciones de D. W. Winnicott

1965b El estado de maduración y el entorno facilitador. Londres, Hogarth.

AGRESION

1 El concepto de agresión en psicoanálisis

2 Agresión primaria

3 La crueldad del bebé

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4 El odio estimulado del analista

5 La evolución de la agresión en el niño en desarrollo

6 La tarea de fusión

7 La necesidad de oposición y la realidad del objeto externo

8 Amor cruel

9 Tolerancia y destructividad llevando a la preocupación

10 Supervivencia: de la relación-objeto a uso-objeto

11 El impulso de muerte y el padre

Para Winnicott, la agresión en el individuo comienza en el útero y es sinónimo de


actividad y motilidad. Tempranamente en su trabajo, Winnicott se refiere a la
“agresión temprana” y expresa claramente que la agresividad instintiva es
originalmente parte del apetito.

La agresión cambia a medida que el niño crece. Este cambio depende absolutamente
del tipo de entorno en el cual el niño se halla inmerso. Con una maternidad lo
suficientemente buena y un ambiente facilitador, la agresión en el niño en crecimiento
resulta integrada. Si el medio no es lo suficientemente bueno, la agresión se
manifiesta de modo destructivo y antisocial.

Gradualmente, mientras el trabajo de Winnicott fue evolucionando, la agresión como


concepto –en la actualidad “destrucción”- vino a ocupar un lugar central en su teoría
del desarrollo emocional y es pívot en todos sus conceptos más celebrados – “La
tendencia antisocial”, “creatividad”, La suficientemente buena madre”, “fenómeno
transicional”, “el verdadero y falso Yo” y hacia el final de su carrera y probablemente
lo más central de todo “el uso de un objeto”.

1 El concepto de agresión en psicoanálisis

La noción de un impulso de agresión separado no fue tomada por Freud hasta el


1920, en “Más allá del principio del placer”. En este escrito Freud introdujo su teoría
dual de los instintos de vida y muerte, una teoría que genero un feroz debate y
desacuerdo entre psicoanalistas.

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El trabajo de Melanie Klein en niños pequeños le llevó a ampliar la teoría del instinto
de Freud, y ella llegó a ver la agresión como la manifestación del instinto de muerte,
con sus derivados, sadismo y envidia. Por tanto, según la teoría Kleiniana la agresión
es sinónimo de envidia, odio y sadismo, todos los cuales son manifestaciones del
instinto de muerte. Como el instinto de muerte es innato, así también lo son la envidia,
el odio y el sadismo en el neo nato y pequeño infante.

La versión Kleiniana del instinto de muerte de Freud, cambió esta teoría, a quien
Freud miraba con precaución, en una certeza. El problema de la representación del
instinto de muerte de Melanie Klein (y sus seguidores) se convirtió en uno de los
factores que llevó a las discusiones controversiales en la Sociedad Psicoanalítica
Británica entre 1941 y 1945 (King y Steiner, 1992). Una de las críticas dirigidas a

Klein durante las “discusiones” era que ella estaba malinterpretando a Freud de tal
modo que sus teorías eran vistas como un repudio de las de este.

Anna Freud y seguidores, así como junto con muchos otros analistas, no pudieron
aceptar la teoría del instinto de muerte de Klein, y algunos de ellos fueron tan lejos
como para descartar dicha teoría por completo. También hubo algunas críticas sobre
la traducción del alemán de “Todestrieb” como “instinto” de muerte y serpia más
adecuado traducirlo como “impulso” de muerte (Pedder, 1992).

Winnicott es ambiguo sobre su mirada de la teoría del instinto de Freud, aunque el sí


utiliza la palabra “instinto” para denotar un impulso de origen biológico. Sin embargo,
el deja claro su desacuerdo con la teoría Kleiniana del “impulso de muerte”, porque él
cree que la envidia, el sadismo, y el odio son signos de crecimiento emocional que se
desarrollan en el niño en relación con su entorno psíquico. Es el inter entorno psíquico,
en la teoría de Winnicott de la agresión, que influencia el modo en el cual el niño va a
tratar con su propia agresión innata. En un buen entorno la agresión resulta integrada
en la personalidad del individuo como energía útil relacionada al trabajo y el juego,
mientras que en un ambiente pobre la agresión puede tornarse en actuaciones de
violencia y destrucción.

Desacuerdos en la Sociedad Psicoanalítica Británica sobre el valor del instinto de


muerte se convirtieron en un problema político entre los diferentes grupos. Cuatro
escritos publicados entre 1959 y 1969 proveen una cantidad de pensamientos y

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puntos de vista de Winnicott sobre la continuación (en cierta medida) de las
discusiones controversiales.

Estas fueron publicadas póstumamente en “Exploraciones psicoanalíticas” (1989,


pág. 443-464) bajo el título general de “Melanie Klein: Sobre su concepto de envidia”.
El tono de estos escritos es pasional y suplica por un pensar más original.

Aquí en nuestra sociedad, aunque servimos a la ciencia, debemos hacer un esfuerzo


cada vez que tratemos de re abrir asuntos que parecen ya estar asentados. No es
solamente la inercia quien pertenece al miedo a la duda, es también el hecho de que
tenemos lealtades. Asociamos ideas específicas con pináculos de logros que
marcaron el progreso de nuestros pioneros. En este sentido, cuando miramos
nuevamente a las raíces de la agresión hay dos conceptos en particular, cada uno de
los cuales debe de ser descartados deliberadamente, de modo de poder ver si
estamos mejor sin ellos. Uno de ellos es el concepto de Freud del instinto de muerte,
un subproducto de sus especulaciones en las cuales parece estar alcanzando una
simplificada teorización que puede ser comparada con una gradual eliminación de la
técnica de un escultor tal como Miguel Ángel. La otra es la configuración de la envidia
de Melanie Klein en el lugar prominente que le dio en Génova en 1955.

Winnicott se refiere al escrito seminal de Melanie Klein “Envidia y gratitud” y su


principal argumento es que la envidia deviene en el niño como resultado del desarrollo
emocional en relación a su entorno y por tanto no puede ser descripto como algo
innato. En un artículo que fue leído en su ausencia por Enid Balint, escrito como una
de las contribuciones a un Simposio sobre la Envidia y la celosía en 1969, el escribe:

En principio asumo que no estamos en esta discusión preocupados por la envidia y


la celosía dado que estas palabras aparecen en aproximadamente todos los artículos
clínicos dados en años recientes por los Kleinianos. También declaro que en el
presente uso de estos dos términos la envidia es un estado mental y pertenece a una
organización mental altamente organizada, mientras que la celosía tiene la
característica de que su uso implica que la persona como un todo ya hubo comenzado
a movilizar revancha o robo.

[Simposio de envidia y celosía, 1969, p.462]

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En cada uno de los cuatro artículos él hace, suplica que se tenga en consideración el
medio ambiente o el entorno.

Mi objeción tiene que ver con la determinación de la Sra. Klein de hace un anuncio
completo del desarrollo individual del bebé humano en términos del bebé solo sin
referencia a su ambiente. Esto, en mi opinión, es imposible…

Toda tendencia a la maduración es heredada y el psicoanálisis simplemente se


preocupa de la interacción con lo que es heredado y lo que viene dado por el entorno.

[Simposio de envidia y celosía, 1969, p.463]

Aunque hoy en día, tras cuarenta años del enunciado que acabamos de escribir, la
teoría psicoanalítica atestigua la influencia del ambiente interpsíquico en lo
intrapsíquico, aún permanece siendo un área controversial entre todas las escuelas
psicoanalíticas (ver ENTORNO).

2 Agresión primaria

El primer enunciado de Winnicott sobre la agresión puede encontrarse en un artículo


simplemente titilado “Agresión”, el cual fue una charla dirigida a maestros en 1939.
No pasará desapercibido que 1939 marca el principio de la Segunda Guerra Mundial,
aunque en el artículo esa realidad externa nunca es mencionada por Winnicott.

Los puntos de vista fundamentales de Winnicott sobre la agresión nunca cambian


realmente desde este artículo en adelante, aunque su preocupación con el rol de la
agresión en el desarrollo individual lo lleva a elaborar las ideas escritas en este primer
artículo como veremos a continuación (ver Especial, 4, 5, 7 10, 11).

Winnicott da a su audiencia de maestros muchos ejemplos de cómo la agresión


primaria se manifiesta así misma en relaciones externas, y al mismo tiempo, incluye
la idea de un mundo interior en donde la agresión se manifiesta a través de la fantasía.

Una madre que conozco dijo, “cuando me trajeron el bebé, ella se arrojó a mi pecho
de modo salvaje, rasgó mis pezones con sus encías, y en minutos comenzaron a
sangrar. Me sentí rota en pedazos y aterrorizada. Me tomó bastante tiempo
recuperarme del odio que la pequeña bestia generó en mí, y creo que esta fue una

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importante razón por la cual ella nunca desarrolló real confianza sobre la buena
comida”.

Esta es la recolección de hechos de una madre que revelan su fantasía, así como lo
que pudo haber ocurrido. Sea lo que fuera que este bebé realmente hizo, es un hecho
que la mayoría de los bebés no destruyen el pecho que le ofrece la madre, aunque
tenemos buena evidencia de que ellos quieren e incluso creen que si los destruyen al
alimentarse de ellos.

[“Agresión”, 1939, pp. 86-87]

Winnicott introduce la idea de examinar los mundos internos de ambos, madre y bebé
en relación al evento real de alimentarse. El pecho no es realmente destruido, el
sentimiento de la madre de ser destrozada corresponde a las fantasías de la misma,
asociadas con sus propios sentimientos violentos hacia el bebé [los sentimientos de
odio de la madre por su neonato son explorados por Winnicott ocho años después,
en 1947, en su artículo “Odio en la contratransferencia” (ver ODIO: 6).] En este escrito
de 1939, aunque fijándose en las experiencias de propia agresión del bebé, Winnicott
continúa explorando la fantasía de destrucción involucrada en la agresión primaria
junto con una inhibición del impulso de real destrucción. Esto introduce la
diferenciación de Winnicott entre la destrucción que ocurre en la fantasía de la
agresión actuada, real. Esta noción es central para la teoría de Winnicott del uso de
un objeto, la cual puede llegar a buen término en 1968:

Es real entonces que el niño tiene una vasta capacidad de destrucción, aunque es
también cierto que tiene una vasta capacidad de proteger eso que ama de su propia
destructividad, y la destrucción principal debe siempre existir en sus fantasías. Es
importante notar que respecto a la agresividad instintiva es que, aunque pronto se
convierte en algo que puede ser movilizado al servicio del odio, es originalmente una
parte del apetito, o de algún otro modo de amor instintivo. Es algo que se incrementa
durante la excitación y su ejercicio es altamente placentero.

Tal vez la palabra codicia expresa con mayor facilidad que cualquier otra idea, la
fusión ente amor y agresión, aunque el amor aquí se confina al amor bucal.

[“Agresión”, 1939, pp. 87-88]

17
En su descripción de agresión primaria, Winnicott usa los términos “agresión
intelectual”, “Codicia teórica” “Apetito-amor primario”, y “Amor-bucal”. El señala que
todos estos aspectos de la agresión en el infante recién nacido pueden ser vistos por
el observador (o ser sentidos por su madre) como “crueles, hirientes, peligrosos” pero
−y esto es crucial en la teoría de Winnicott− para el infante son totalmente azarosos.
Esto conecta la constante diferencia de opiniones de Winnicott con Melanie Klein y
sus seguidores. El siente que nombrar una emoción, tal como la envidia innata,
cuando observamos al niño, implica intensión por parte del niño. De sus
observaciones a madres y niños, Winnicott concluye que, en principio, el niño no es
capaz de sentir envidia porque esto pertenece a una etapa posterior del desarrollo
emocional.

La diferenciación entre intensión y azar es establecida por Winnicott dos años antes
de las Discusiones Controversiales y siete años después de que Melanie Klein
designara a la envidia como un instinto innato. Reiterando, Winnicott considera que
la agresión temprana en el niño puede ser vistas por el observador como de odio (de
envidia o sadismo) pero es en principio no intencional por parte del niño y por y por
tanto no forma parte aun del vocabulario emocional del niño.

Para Winnicott, la agresión temprana es parte del apetito y del amor − “Amor-bucal”
− Tres años antes, en su artículo del 1936 “Apetito y desorden emocional”, Winnicott
demostró la relación entre el apetito del bebé y su desarrollo emocional mediante la
observación del uso de la espátula por el niño (Véase el Juego de la espátula). La
forma en que el niño de entre cinco y trece meses de vida se relaciona con la espátula
es una demostración de cómo su agresión innata hubo cambiado y desarrollado de
acuerdo a su relación con su madre, tal que sus acciones cuando el trata de alcanzar
la espátula: la toca, la levanta, la tira, la chupa, van a corresponder con su experiencia
a como su madre lo sostuvo, lo alimentó, lo amo, y como ella lo trató en términos
generales. Aquí hay in énfasis implícito en que la madre determina la salud de su
niño, no obstante, Winnicott se focalizaba en la comunicación entre la madre y su niño
y como su inter mutualidad inconsciente contribuye al proceso de maduración del
niño.

3 La crueldad del bebé

18
Para el 1945, los pensamientos de Winnicott sobre la agresión habían evolucionado
considerablemente. En su primer artículo seminal “Desarrollo emocional primitivo”
(1945), varios de los temas que continuaban preocupando a Winnicott por el resto de
su vida son expuestos como cimiento para todas sus conceptualizaciones futuras
(Phillips, 1988, p.76). El postula la iniciación de tres procesos al comienzo de la vida.

Hay tres procesos que a mi modo de ver parecen comenzar muy tempranamente en
la vida: 1) integración, 2) personalización, 3) a continuación la apreciación del tiempo
y el espacio y otras propiedades de la realidad – simplemente, concientización
(comprensión).

Mucho de lo que tendemos a dar por sentado tenía un principio y una condición de la
cual se desarrolló.

[“Desarrollo emocional primitivo”, 1945, p.149]

Aunque los tres procesos recién mencionados deben de comenzar en él bebe en las
primeras veinticuatro horas de vida, Winnicott reclama aquello que denomina “la
crueldad primitiva del Yo” Esta crueldad ocurre antes de que el bebé pueda sentir
preocupación, por tanto, el Yo cruel depreda al Yo preocupado. Pero el Yo
preocupado −la habilidad de sentir preocupación− depende de que el Yo cruel pueda
expresarse para su desarrollo.

Si uno asume que el individuo está comenzando a integrarse y personalizarse y ha


tenido un buen comienzo en su concientización, aún tiene un buen camino por
recorrer antes de poder relacionarse como una persona completa con una madre
completa y pueda preocuparse por sus propios pensamientos y acciones en relación
a su madre.

Debemos postular una relación objeto cruel temprana. …El niño normal disfruta de
una relación cruel con su madre, la cual se muestra principalmente mediante el juego,
y este necesita de su madre porque sólo de ella puede esperarse la tolerancia de su
relación cruel con ella incluso en el juego, porque esto la lastima y agota. Sin este
juego con su madre, el bebé puede solamente esconder el Yo cruel para darle vida
en un estado de disociación.

[“Desarrollo emocional primitivo”, 1945, p.154]

19
En este artículo, Winnicott no especifica, respecto de la edad aproximada del niño
quien está siendo cruel con su madre. No obstante, como veremos, la crueldad que
el bebé y niño en crecimiento demuestran es un aspecto de los primeros dos años de
vida. El juego asociado con el Yo cruel se refiere a un niño de aproximadamente seis
meses en adelante−un bebe/ niño que es capaz de jugar (ver JUGAR: 3).

Sin embargo, el aspecto cruel del jugar es la promulgación de la crueldad temprana


anteriormente a las relaciones objeto. Encontramos aquí un punto de evolución en el
pensamiento de Winnicott, en su artículo de 1945 “Desarrollo emocional primitivo”,
Winnicott se refiere a una relación objeto cruel que debe de existir al comienzo de la
vida. Para 1952 en un corto artículo, “Ansiedad asociada con inseguridad”, el propone
una fase cuando madre e hijo están fusionados, que precede a la relación objeto. Esta
fusión ocurre en la fase de absoluta dependencia (ver SER: 3, DEPENDENCIA. 2;
ODIO: 5; ILUSION; 5, 6).

Debe recordarse que este en un tiempo al cual Winnicott se refiere como “pre-
juventud” o “pre-preocupación”. En otras palabras, el niño no es consciente de su
crueldad. Sólo cuando el comienza a ser consciente es capaz de mirar al pasado y
decir “era cruel en ese entonces” (ver PREOCUPACION: 6).

Como es la respuesta de la madre respecto de este niño cruel es un aspecto crucial


de como la agresión innata afecta el desarrollo emocional en el niño en crecimiento
(ver AGRESION: 2).

Si el niño es obligado a esconder su crueldad a causa de encontrarse en un entorno


que no puede tolerar la agresión, deberá tener que desasociarse – es decir, no
integrado, no tomado en cuenta, y dividido. Es entonces esta disociación lo que
explora Winnicott en uno de sus artículos seminales de 1947 “El odio en la
contratransferencia” (ver ODIO: 1).

4 El odio estimulado del analista

Este artículo de 1947 trata los sentimientos de la agresión primitiva estimulada en el


analista cuando trabaja con pacientes con personalidad límite o psicóticos a los cuales
Winnicott se refiere como “casos de investigación” (ver ODIO: 3).

20
La relevancia de esto es que Winnicott cita al artículo de Freud “Los instintos y sus
vicisitudes” (1915c) para aclarar e ilustrar porque él cree que los conceptos de odio
constitucional, sadismo, y envidia son insostenibles.

“Podríamos apresuradamente decir de un instinto que “ama” el objeto…Entonces nos


damos cuenta que no podemos decir que las actitudes de amor y odio caracterizan la
relación de los instintos con sus objetos, sino que están reservados para las
relaciones del ego como un todo para con los objetos”.

…Siento que esto es verdadero e importante. ¿Acaso esto no significa que la


personalidad debe de estar integrada antes que de un niño pueda decirse que odia?
Sin embargo, la integración temprana puede ser lograda – tal vez la integración ocurre
anteriormente a la altura de la excitación o de la ira – existe una etapa temprana
teorética en la cual cualquiera sea lo que el niño hace que daña no es hecho desde
el odio. He usado el término “amor cruel” para describir esta etapa. ¿Es esto acaso
aceptable? Mientras el niño se vuelve capaz de sentir el ser una persona completa,
también lo hace la palabra odio y desarrolla su significado como la descripción de un
cierto grupo de sus sentimientos.

[“Odio en la contratransferencia”, 1947, pp. 200 – 201]

Continuando su discurso con Melanie Klein, Winnicott argumenta que la envidia, el


odio, y el sadismo son emociones que implican intensión, y que el niño inmaduro aún
no hubo adquirido la capacidad de conciencia intensional. Una persona completa,
para Winnicott, es el individuo que hubo adquirido el “estatus de Unidad” y es capaz
de distinguir entre “Yo” y “No-Yo”, dentro y fuera (ver EGO: 3; DEPRESION: 3).

Desde los inicios de 1950 como observaremos, las reflexiones de Winnicott sobre la
agresión como un concepto hubieron evolucionado y proporcionaron al psicoanálisis
con una perspectiva alternativa sobre el desarrollo emocional temprano a la propuesta
por Melanie Klein.

5 La evolución de la agresión en el desarrollo del niño

21
En el artículo de 1950 “La agresión en relación al desarrollo emocional” el cual es una
combinación de tres artículos, se expone la definición definitiva de Winnicott sobre el
rol de la agresión.

El comienza por demarcar la agresión en tres estadios diferentes del desarrollo del
Ego:

Un estudio completo trazaría a la agresión tal como aparece en varios estadios del
desarrollo del Ego:

Temprano Pre- Integración

Propósito sin preocupación

Intermedio Integración

Propósito con preocupación

Culpa

Persona completa Relaciones interpersonales

Situaciones triangulares, etc.

Conflicto consciente e inconsciente

[“Agresión en relación con el desarrollo emocional”, 1950, pp. 205 – 206]

Debe tenerse en cuenta que, aunque Winnicott hizo posteriormente una distinción
entre el Ego y el Yo a lo largo de todo su trabajo el uso de estos términos puede a
veces ser ambiguo y/o contradictorio (ver EGO: 1; YO: 1)

Winnicott es bastante explícito en su deseo de reemplazar la “Posición depresiva” de


Melanie Klein y al mismo tiempo elabora sus ideas sobre el destino de la agresión:

ETAPA DE PREOCUPACIÓN

Ahora viene la etapa descripta por Melanie Klein como “Posición Depresiva” en el
desarrollo emocional. Para mi propósito llamaré a esto la “Etapa de la Preocupación".
La integración del Ego del individuo es demasiado para el como para poder apreciar

22
la personalidad de la figura de la madre, y esto tiene el resultado tremendamente
importante de que él está preocupado por el resultado de sus experiencias instintivas,
tanto físicas como en el plano de sus ideas.

El estadio de preocupación trae consigo la capacidad de sentir culpa. De ahora en


adelante parte de la agresión aparece clínicamente como dolor o un sentimiento de
culpa o equivalente físico, tal como el vómito. La culpa se refiere al daño que se siente
fue hecho sobre la persona amada en la excitada relación. En estado de salud el niño
puede sostener la culpa, y por tanto con la ayuda de una madre viva y personal (la
cual encarna un factor temporal) es capaz de descubrir su propia necesidad personal
de dar y construir y enmendar. De esta manera mucha de la agresión es transformada
en funciones sociales, y aparece como tal. En tiempos de impotencia (tal como
cuando ninguna persona puede encontrarse que acepte un regalo o reconozca el
esfuerzo para intentar reparar) esta transformación se rompe y re aparece la agresión.
La actividad social no puede ser satisfactoria excepto que esta esté basada en un
sentimiento de culpa personal respecto de la agresión.

ENOJO

En mi descripción ahora viene un lugar para el enojo a la frustración. Frustración, la


cual es inevitable en cierto grado en toda experiencia, alienta la dicotomía: 1. Impulsos
inocentes agresivos hacia objetos de frustración, y 2. Impulsos agresivos que generan
culpa hacia objetos buenos. La frustración actúa como una seducción apartada de la
culpa y fomenta un mecanismo de defensa, llamado, la dirección del amor y el odio
en líneas separadas. Si este separar a los objetos en buenos y malos toma lugar, hay
un ayudar a esos sentimientos de culpa, pero a modo de pago el amor pierde parte
de su valuado componente agresivo, y el odio se transforma en su forma más
disruptiva.

[“Agresión en relación del desarrollo emocional”, 1950, pp. 206 – 207]

Este último párrafo da vuelta de cabeza la teoría de Melanie Klein, El bebé en la teoría
Kleiniana separa bueno y malo desde el principio (la posición paranoide –esquizoide)

23
en cuanto que aquí, aunque el bebé de Winnicott se dividirá en lo bueno y lo malo,
esto será como resultado de la frustración. El foco de Klein es el mundo interno del
bebé, para Winnicott, la coloración del mundo interno del bebé es absolutamente
contingente con su relación con el mundo exterior (ver SER: 5; ENTORNO: 1;
PREOCUPACION PATERNAL PRIMARIA: 1)

Como mencionáramos arriba, Winnicott nunca acepto la teoría instintiva de “Vida y


muerte” de Klein, por el contrario, el descubre en su trabajo clínico lo que describe
como dos raíces diferentes de la vida instintiva: la raíz agresiva y la raíz erótica. Lo
que sorprende a Winnicott es:

…Que cuando un paciente está comprometido en descubrir la raíz agresiva el analista


es el que más se agota en el proceso, de un modo u otro, que cuando el paciente
está descubriendo la raíz erótica de su vida instintiva.

[“Agresión en relación del desarrollo emocional”, pp. 214]

El alude a una diferencia en calidad, pero él no es claro en su significado de “erótico”.


A lo largo de todo el trabajo de Winnicott raramente usa la palabra “erótico” y su teoría
es frecuentemente vista como “a un vuelo de lo erótico”. (Phillips, 1988, p.152).
Parece ser que, al citar a sus colegas de la Asociación Psicoanalítica Británica de
aquel entonces, se frustraba por su patologización de algo que el percibía como
normal.

…La confusión existe mediante nuestra en uso en ocasiones del término agresión
cuando en realidad queremos decir espontaneidad.

[“Agresión en relación del desarrollo emocional”, 1950, p. 217]

La propensión de Winnicott es siempre la de buscar la salud en oposición a la


patología, en el individuo, pero su uso idiosincrático de la terminología freudiana
mezclada con el lenguaje de sus pacientes, pueden hacer algunos de los pasajes de
su artículo de 1950, confusos y difíciles de entender. Las cuatro áreas clave
relacionadas con la agresión son:

 La tarea de fusión
 La necesidad de oposición
 La necesidad de la realidad del objeto externo de ser real

24
 La necesidad de un objeto más que la necesidad de placer

6 La tarea de fusión

La fusión fue un término usado por Freud en relación con su teoría de los instintos.
Winnicott ve que la fusión de los componentes eróticos y agresivos no deben ser
tomados por sentado, deberían, por el contrario, ser celebrados como un logro:

Asumimos una fusión de componentes agresivos y eróticos, pero no siempre


otorgamos significado correcto a la era de pre-fusión y a la tarea de Fusión. Podemos
a veces tomar demasiado por sentada a la fusión, y de este modo nos enredamos en
argumentos fútiles, ni bien abandonamos la consideración de un caso real.

Debe concederse que la tarea de fusión es una tarea severa, la que incluso en estado
de salud es un tema incompleto, y que es muy común encontrar grandes cantidades
de agresión sin fusión complicando la psicopatología de un individuo que está siendo
analizado.

…En desordenes severos que involucran falla en el momento de fusión, encontramos


a la relación del paciente con el analista agresiva y erótica. Es aquí que digo que el
analista más probablemente se canse de la primera más que de la última relación
parcial.

[“Agresión en relación del desarrollo emocional”, 1950, p. 214 – 2015]

Winnicott hace referencia a los paralelismos entre el paciente que hace regresión en
su análisis y un recién nacido. Si la tarea de fusión no hubo ocurrido en el individuo
por un fallo temprano del medio, luego deberá ser adquirido en la relación
transferencial (ver REGRESIONES: 5, 6, y 7).

El no clarifica su preciso significado de “La relación del paciente con el analista es


agresiva y erótica al mismo tiempo” pero deberemos asumir que lo “agresivo” conecta
con la crueldad del bebé la cual realmente agota a su madre. Lo erótico, por el
contrario, está ligado al sentido de “coexistencia sensual” del bebé en un estado no
integrado con su madre en su preocupación materna primaria.

25
Estas dos raíces separadas de la vida instintiva pueden también relacionarse con la
tesis de Winnicott sobre “El estado de preocupación” que el mismo elabora como la
noción de como para el infante existen dos madres: la madre-objeto y la madre-medio.
La primera es la madre que percibe el niño en su estado excitado y la segunda es la
madre que es percibida por el niño en su estado de quietud y paz. La conjunción de
estas dos madres en la madre del niño es necesaria para el desarrollo del niño que lo
habilita para desarrollar el sentido de preocupación. Por tanto, la “tarea de fusión”
podría ser percibida como la teoría precursora para Winnicott, la cual para 1962 hubo
evolucionado en “La tarea de traer o encontrar a las dos madres” (ver
PREOCUPACION: 3).

Además, podríamos suponer que el cansancio de la madre con su niño está


atravesando el objetivo de la fusión y que el analista con su paciente quien también
te en regresión está pasando por la dificultad de fusionar las dos raíces de la visa
instintiva al odio engendrado en la madre por su bebé y en el analista por su paciente.
Doloroso pero necesario (ver ODIO: 3, 7).

7 La necesitad de oposición y la realidad del objeto externo

…Los impulsos agresivos no dan ninguna experiencia satisfactoria salvo que exista
oposición. La oposición debe venir del medio ambiente, desde lo No-Yo lo que
gradualmente deviene distinguible del Yo…En el desarrollo normal la oposición del
medio externo trae consigo el desarrollo del impulso agresivo.

[“Agresión en relación del desarrollo emocional”, 1950, p. 215]

Lo que el designó en sus trabajos iniciales como “agresión primaria” Winnicott ahora
llama “Fuerza Vital” − “el estado vivo de los tejidos” − lo cual, el destaca, es más o
menos igual para cada feto individual:

La complicación es que la cantidad de potencial agresivo que conlleva un niño


depende de la cantidad de oposición a la que hubo estado sujeto. En otras palabras,
la oposición afecta la conversión de energía vital en potencial agresivo. Aún más, el
exceso de oposición introduce complicaciones que hacen imposible en la existencia

26
de un individuo que posee un potencial agresivo, se pueda lograr su fusión con lo
erótico.

[“Agresión en relación del desarrollo emocional”, p. 216]

La última oración se refiere a la disrupción del desarrollo emocional desde las


reacciones a la vulnerabilidad (ver ENTORNO 7). Si la oposición externa es muy
intrusiva, el bebé solo puede reaccionar en lugar de responder.

Reaccionar a la vulnerabilidad, según la terminología de Winnicott, significa que el


sentido de Yo del bebé, así como la continuidad–de-Yo-vivo se ven interrumpidas.
Por tanto, la tarea de fusión es prevenida (ver MEDIO AMBIENTE: 7;
COMUNICACIPON: 10).

Winnicott nota que la cantidad −De lo que el hoy llama “el potencial agresivo” − no
depende de factores biológicos (lo cual determina la motilidad y el erotismo) pero
depende de la chance de una vulnerabilidad ambiental temprana, y, por tanto, a
menudo, en las anormalidades psiquiátricas de la madre, y el estado del medio
emocional de la madre.

[“Agresión en relación del desarrollo emocional”, 1950, pp. 217-218]

En la tercera parte de este artículo titulado “La naturaleza externa de los objetos” el
cual fue inicialmente presentado ante un grupo privado en 1954, Winnicott formula
una personalidad con tres Yos (Siendo el plural del Yo):

La personalidad comprende tres partes: el verdadero Yo, con el Yo y No-Yo


claramente establecidos, y con algo de fusión de los elementos agresivos y eróticos;
un Yo que es fácilmente seducido en las líneas de la experiencia erótica, pero con el
resultado de pérdida del sentido de la realidad; un Yo que se hubo rendido
enteramente y cruelmente hacia la agresión. Esta agresión no es siquiera organizada
para la destrucción, pero que tiene valor para el individuo porque trae consigo un
sentido de realidad y de relación, pero solo se convierte en real por medio de una
activa oposición, o más tarde en persecución.

[“Agresión en relación del desarrollo emocional”, p. 217]

27
Winnicott no se refiere específicamente a estos tres Yos en subsiguientes trabajos
como parte de uno mismo. No obstante, para 1960, el desarrollo de su pensamiento
en la disociación relacionada al desarrollo del sentido de Yo, emerge en este artículo
“la distorsión del ego en términos del verdadero o falso Yo” (ver YO: 4).

En la teoría de los instintos de Freud, el principio del placer juega un papel mayor en
la necesidad del niño por un objeto – es decir, el niño busca placer en el hecho de
buscar un objeto. Winnicott está en desacuerdo con esto, aunque nunca dice
categóricamente que él está en desacuerdo con Freud. Su desacuerdo es con Klein:

El gesto impulsivo alcanza y se convierte en agresivo al encontrar la oposición. Hay


realidad en esta experiencia, y fácilmente se fusiona en experiencias eróticas que
esperan al niño recién nacido. Estoy sugiriendo: que es esta impulsividad, y la
agresión que se desarrolla de ella, la que hace a la necesidad del niño por el objeto
externo y no solamente a de un objeto de satisfacción.

[“Agresión en relación del desarrollo emocional”, p. 217]

El párrafo final en este artículo anticipa el concepto de Winnicott más difícil y tal vez
más ingenioso, un artículo en el cual el seguiría trabajando hasta casi el día de su
muerte, − “El Uso de un Objeto y Relacionarse Mediante Identificaciones”:

En una relación sexual adulta y madura, es tal vez cierto que no son las satisfacciones
puramente eróticas las que necesitan un objeto específico. Es el elemento agresivo y
o destructivo en el impulso fusionado lo cual fija al objeto y determina la necesidad
que es percibida por la presencia real del compañero, la satisfacción, y supervivencia.

[“Agresión en relación del desarrollo emocional”, 1950, p. 218]

“El Uso de un Objeto y Relacionarse Mediante Identificaciones”: fue escrito en 1968


y publicado en el libro de Winnicott “El Juego y La Realidad”. Antes de la existencia
de este artículo, y desde 1954 en adelante, los temas de la agresión de Winnicott
emergieron en numerosos artículos, específicamente en relación a la depresión y a la
postura depresiva, el sentido de la culpa y la reparación, la creatividad y la capacidad
de preocupación (ver TENDENCIA ANTISOCIAL: 10, PREOCUPACIÓN: 8;
CREATIVIDAD: 5; MADRE: 8).

28
8 Amor cruel

El artículo de Winnicott de 1954, “La posición depresiva en el desarrollo emocional


normal”, comienza con, como él marca, como una cuenta personal a la posición
depresiva de Melanie Klein (ver PREOCUPACION: 2).

El reitera que al principio el “amor instintivo” del niño es la “crueldad”. En pocas


palabras el introduce la idea que luego desarrollará en “El uno de un objeto” y los
artículos Juego y realidad, cuando él dice que el amor cruel del niño en un principio
ayuda a “colocar al objeto fuera del Yo”.

El círculo benigno que pertenece a “la capacidad por la preocupación” y la idea de las
dos madres la madre-objeto y la madre-medio se introducen en este artículo y siguen
siendo desarrolladas en 1960s (ver PREOCUPACIÓN: 3,5).

Dos años más tarde, en 1956, en un artículo que celebra el centenario de Freud, la
“crueldad” es positivamente conectada con la creatividad del artista. En un párrafo
enigmático subtitulado “El artista creativo”, Winnicott aplaude al “Yo cruel” en el
artista.

Ordinariamente la gente regida por la culpa encuentra esto desconcertante, aún


tienen una mirada furtiva por la crueldad que, de hecho, en dichas circunstancias,
logra adquirir más que el trabajo guiado por la culpa.

[“Psicoanálisis y el sentido de la culpa”, 1956, p.26]

En mayo de 1960, en una charla dictada a la Liga Progresiva, titulada “Agresión, Culpa
y Reparación”, Winnicott continúa explorando el cruel amor temprano y su naturaleza
necesariamente destructiva:

Deseo utilizar mi experiencia como psicoanalista para describir un tema que vuelve
una y otra vez en el trabajo analítico y el cual es siempre de gran importancia. Tiene
que ver con una de las raíces de la actividad constructiva. Tiene que ver con la
relación entre constructivo y destructivo.

[“Agresión, culpa y reparación”, 1960, p.136]

29
Esto es seguido por un tributo a Melanie Klein, quien según Winnicott “tomó la
destructividad que existe en la naturaleza humana y comenzó a comprenderla en
términos psicoanalíticos”.

9 Tolerancia a la destructividad llevando a la preocupación

Winnicott destaca en su artículo de 1950 lo importante que es para cada persona el


comprender que su impulso primitivo y destructivo pertenece a su amor primario.

Tal vez es cierto decir que los seres humanos no pueden tolerar el objetivo destructivo
de su amor temprano. Sin embargo, la idea de ello puede ser tolerada si el individuo
que está llegando a ello tiene evidencia de un objetivo constructivo ya al alcance de
la mano y del cual él o ella puede ser recordado.

[“Agresión, culpa y reparación”, 1960, p.139]

Este objetivo destructivo, él dice, es un aspecto del sentido de culpa:

Estamos lidiando con un aspecto del sentido de culpa. Viene de tolerar nuestros
propios impulsos destructivos en nuestro amor primitivo. Tolerar nuestros impulsos
destructivos resulta en algo nuevo, la capacidad de disfrutar ideas, aunque estas
contengan en ellas destrucción, así como las experiencias corporales que les
pertenecen o que pertenecen. Este desarrollo da lugar flexible a la experiencia de
preocupación, lo cual es la base de cualquier evento constructivo.

[“Agresión, culpa y reparación”, 1960, p.142]

Cuando Winnicott escribe sobre el valor de la destrucción, él se está refiriendo


específicamente a la destrucción que ocurre en la fantasía inconsciente, en oposición
a la destrucción que se lleva a cabo abiertamente. Puede verse en una letra que él
escribió a un colega en 1963, que había estado trabajando para sí el significado de la
destrucción inconsciente en su camino interno para ver sus conexiones con la relación
objeto y el uso del objeto. El describe uno de los sueños que tubo, el cual consiste de
tres partes: en la primera, él era parte del mundo que estaba siendo destruido, en el
segundo él era el agente de destrucción, y en el tercero, se despertó del sueño:

30
…Y sabía que había soñado en que me destruían y que yo era el agente de
destrucción. No había disociación, así los tres Yos estábamos todos en contacto con
el otro. Esto se sintió como algo inmensamente satisfactorio, aunque el trabajo
realizado demandó mucho de mi parte.

[“Sueño de D.W.W relacionado a la revisión de Jung”, 1963, p.229]

Para Winnicott, este sueño era de “especial importancia” ´porque se hubo dado
cuenta del significado del rol de la agresión en relación al estado de desarrollo
emocional donde el uso del objeto reemplaza la relación- objeto. La “agresión
primaria” y la “Crueldad” son aspectos de una especie de destructividad primaria la
cual, si el Objeto/ medio ambiente las sobrevive, conducirá al sujeto a poder ver el
mundo real por lo que es.

Tuve una aguda conciencia en la tercera parte del sueño y cuando despierto, esa
destrucción pertenece a la relación con objetos que se encuentran por fuera del
mundo subjetivo o al área de la omnipotencia. En otras palabras, primero está la
creatividad que pertenece al estar vivo, y el mundo es solo un mundo subjetivo. Luego
está el mundo percibido objetivamente y la absoluta destrucción del mismo y de todos
sus detalles.

[“Sueño de D.W.W”, p.229]

En un principio, el niño no puede distinguir Yo de No-Yo, y los objetos (el medio) son
percibidos subjetivamente – Relación Objeto. Mientras que el niño se desarrolla,
dependiendo de un entorno facilitador y de una suficientemente buena madre,
comienza a percibir objetivamente el mundo del Uso-Objeto.

Winnicott se da cuenta cuán difícil es la aceptación de la idea de destrucción.

Para ayudar espero poder expresar que me refiero a dichas cosas como afán o ansia.

[“Comentarios de mi artículo “El Uso de un objeto”, 1968, p.240]

…Uno puede hacer uso lucrativo de la idea del fuego que sale de la boca del dragón.
Cito a Pliny, quien al hacer tributo al fuego escribe “¿Quién puede decir si en esencia
el fuego es constructivo o destructivo?” De hecho, la base fisiológica de lo que me
estoy refiriendo es al primer respiro y a los respiros subsecuentes, exhalando.

31
[“Comentarios de mi artículo” p.239]

Esto es reminiscente del origen filológico de inspiración, lo cual es inhalar, una


conspiración es el respirar juntos, el aliento (espíritu) es santo en la cultura Judeo-
cristiana.

El artículo que he presentado le da al psicoanálisis una chance de re pensar este


tema. En esta etapa vitalmente importante la “destructiva” (fuego-aire, u otro) vitalidad
del individuo es simplemente un síntoma de estar vivo, y nada tiene que ver con el
enojo de un individuo ante las frustraciones que pertenecen a conocer el principio de
realidad.

Como he tratado de decir, el impuso es destructivo. La supervivencia del objeto


conlleva al uso del objeto, lo cual lleva a la separación de dos fenómenos:

1- La Fantasía
2- El posicionamiento del objeto fuera del área de las proyecciones. Por tanto, su
impulso destructivo temprano tiene una función positiva vital (cuando por
supervivencia del objeto, funciona) llamada la objetivación del objeto (el
analista en la transferencia).

[“Comentarios de mi artículo” p.239]

Más tarde, Winnicott dice que lo que él está llamando “Impulso destructivo” podría
haberse llamado “Impulso combinado de amor-lucha”-no dos instintos distintos de
vida y muerte, sino una combinación de los dos en un principio.

10 Supervivencia: de la relación-objeto a uso-objeto

Refiriéndose al “destino del impulso destructivo” Winnicott enfatiza la parte crucial que
juega el medio ambiente el cual debe sobrevivir la destrucción del objeto. Así será
como el individuo llega al Uso-Objeto:

La suerte de esta unidad impulsiva no puede decirse sin hacer referencia al medio. El
impulso es potencialmente “destructivo” pero el que sea destructivo o no dependerá
de cómo sea el objeto ¿es que el objeto sobrevive, es decir, retiene su carácter o es
que este reacciona? Si se da lo primero, no hay destrucción, o no demasiada, y existe

32
un momento posterior en el cual el bebé puede y de hecho gradualmente se da cuenta
de un objeto atrapado más la fantasía de haber destruido, herido, dañado, o
provocado al objeto. El bebé en esta provisión ambiental extrema entra en un patrón
de desarrollar agresión personal, que provee el telón de foro de la continua
(inconsciente) fantasía destrucción.

Aquí podríamos usar el concepto de Reparación de Klein, el cual relaciona el jugar


constructivo y el trabajo con esta (inconsciente) fantasioso telón de foro de
destrucción o provocación (tal vez la palabra correcta aún no se haya encontrado).
Pero la destrucción de un objeto que sobrevive, que no hubo reaccionado ni
desaparecido, conlleva al uso.

[“El uso de un objeto en el contexto de moisés y monoteísmo”, 1969, p.245]

El niño que es capaz de percibir el mundo objetivamente ha tenido la experiencia de


que el objeto sobreviva a su destrucción (agresión primaria). Esto significa que el
objeto se queda más o menos igual y no toma represalias del tipo de desprecio o
castigo. La madre que no es suficientemente buena y no puede responder a los
gestos espontáneos del niño, no sobrevive y por tanto pinza en el desarrollo
emocional de su niño. Una consecuencia de este tipo de pinzamiento es que el niño
está en peligro de desarrollar un Falso Yo Obediente, o aún peor (ver ENTORNO: 4,
7, MADRE: 6).

En algunas notas escritas en 1965 y publicadas en 1984, Winnicott provee una


ilustración de la diferencia entre promulgación de la destrucción y la destrucción en la
fantasía.

Por ejemplo, la persona antisocial entra en una galería de arte y ralla una pintura
hecha por un gran maestro, no está activada por amor a la pintura y de hecho no está
siendo tan destructivo como el que ama el arte es cuando preserva la pintura y la usa
totalmente y en sus fantasías inconscientes destruyéndola una y otra vez. No
obstante, el acto de vandalismo realizado por el vándalo afecta a la sociedad, y la
sociedad debe protegerse a sí misma. Este ejemplo, bastante crudo, puede servir
para mostrar la existencia de una vasta diferencia entre la destrucción inherente en la
relación-objeto, y la destructividad que nace de la inmadurez de un individuo.

[“Notas realizadas en el tren”, 1965, p. 232]

33
En otras palabras, para Winnicott, existe una destrucción que es saludable y otra que
es patológica. La destrucción saludable es inconsciente y en fantasía, significa
integración y madurez emocional. La patológica, representar la destrucción indica
una agresión que no ha sido integrada en la personalidad y permanece
escindida−esto pertenece a la madurez emocional.

En un pasaje mucho más citado de “El uso de un objeto y relacionarse mediante


identificaciones”, Winnicott ilustra como el camino de la Relación-Objeto al Uso-
Objeto es lograda mediante la destrucción inconsciente.

Este cambio (de relacionarse al uso) significa que el sujeto destruye al objeto. Desde
aquí podría discutirse por un filósofo de sillón de que no existe entonces en la práctica
algo así como el uso de un objeto: si el objeto es externo, entonces el objeto es
destruido por el sujeto. Si el filósofo saliese de su silla y se sentase en el piso con su
paciente, entonces, él se dará cuenta de que existe una posición intermedia. En otras
palabras, él se dará cuenta de eso después “El sujeto se relaciona con el objeto”
deviene en “El sujeto destruye al objeto” (así como deviene externo), y luego puede
venir “Objeto sobrevive la destrucción por el Sujeto”. Pero puede como puede no
haber sobrevivencia. Surge una nueva cualidad en la teoría de la Relación-Objeto. El
sujeto le dice al objeto; “Te destruí”, y el objeto está allí para recibir dicha
comunicación. De ahora en más el sujeto dice: Hola Objeto “te destruí”, “Te amo”.
“Tienes valor para mí porque has sobrevivido a mi destrucción”. “Mientras que te amo,
al mismo tiempo te estoy destruyendo en mi fantasía inconsciente”. Aquí la fantasía
comienza con el individuo. El sujeto puede ahora usar al objeto que sobrevivió. Es
importante destacar que no es solo que el sujeto destruye al objeto porque el objeto
está localizado fuera del área de control omnipotente. Es igualmente significativo decir
esto del otro modo posible y decir que es la destrucción del objeto que coloca al objeto
fuera del área del control omnipotente del sujeto. En esta manera el objeto desarrolla
su propia autonomía y vida y (si sobrevive) contribuye al sujeto, de acuerdo con sus
propias propiedades.

[“El uso de un objeto y relacionarse”, 1968, p.89-90]

Vale notar otra diferencia fundamental entre Winnicott y Klein: El objeto que es
destruido no es reparado por el sujeto, por el contrario, dado la supervivencia del
sujeto, es completado, separado y externo, en la percepción del sujeto:
34
La asunción está siempre allí, en teoría ortodoxa, que la agresión es reactiva al
encuentro con el principio de realidad, mientras que aquí está el impulso destructivo
que crea la cualidad de lo externo. Esto es central en la estructura de mi
argumento…No hay enojo en la destrucción del objeto a la cual me estoy refiriendo,
pero podría decirse que disfrutamos con la sobrevivencia del objeto.

[“El uso de un objeto y relacionarse”, p.93]

Hacia el fin de este artículo, Winnicott clarifica su sentido del uso de la palabra “Uso”:

Quisiera concluir con una nota sobre el utilizar y el usar. Por “Uso” no quiero decir
“Explotación”. Como analistas sabemos que lo que gusta de ser usado, que podemos
ver el fin del tratamiento, aunque esté varios años por delante. Muchos de nuestros
pacientes ya vienen con este problema resuelto −pueden usar objetos y pueden
usarnos a nosotros así cono al análisis, así como han usado a sus padres, a sus
hermanos y hogares. No obstante, hay muchos pacientes que nos necesitan para
poder tener la capacidad de usarnos. Esto para ellos es el análisis. Para satisfacer
las necesidades de tales pacientes, deberemos saber lo que estoy diciendo aquí
sobre nuestra sobrevivencia a su destructividad. Construimos un telón de foro de la
destrucción inconsciente de analista, y lo sobrevivimos o, alternativamente, ete aquí
otro análisis interminable.

[“El uso de un objeto y relacionarse”, p.94]

En los últimos años de su vida la preocupación más importante de Winnicott era con
los temas pertenecientes al rol del impulso de destructivo en la relación-Objeto y Uso-
Objeto. Lo mejor para un desarrollo saludable es la capacidad de encontrar y usar el
objeto. Para Winnicott el ser usado por otro era un cumplido.

Para la mayoría de las personas el máximo cumplido es el ser encontrado y usado, y


por ello supongo que estas palabras pueden representar la comunicación del bebé
con la madre.

Te encuentro,

Tu sobrevives lo que te hago ya que te reconozco como el No-Yo,

Te uso,

35
Te olvido,

Pero tú me recuerdas,

Sigo olvidándote;

Te pierdo,

Estoy triste

[“Comunicación entre el niño y la madre, y madre y niño, comparados y contrastados”,


1968, p.103]

Si existe algún artículo que reúna los cuarenta años de pensamiento de Winnicott
respecto a los problemas relacionados con la agresión, esto es “El uso de un objeto
y el relacionarse mediante identificaciones”, lo cual fue presentado a la Sociedad
Psicoanalítica de New York. El principal núcleo del artículo por lo que se dejaría ver
por lo dicho más arriba, es la agresión −en este artículo la “destrucción” − es un
aspecto esencial del desarrollo emocional ordinario. Sin embargo, el uso de la
paradoja de Winnicott, su moneda corriente de palabras tales como “destrucción” y
“supervivencia” y sus combinaciones inventadas de nuevas palabras tales como
“Relación-Objeto” “Uso-Objeto” hacen al artículo de difícil comprensión para
cualquiera no muy versado en este tipo de trabajo. La respuesta inicial de la Sociedad
de New York respecto de este artículo tiene su propia dolorosa historia (ver Goldman,
1993, pp.197-212; Kahr, 1996, pp.118-120).

La falta de comprensión de parte de la Sociedad Psicoanalítica de New York que


experimentó Winnicott, lo llevó a escribir dos cortos artículos más en relación al
concepto del Uso de un Objeto (En “Exploraciones psicoanalíticas”, 1989ª, pp.238-
246). El segundo de estos artículos “El uso de un objeto en el contexto de Moisés y
monoteísmo”, datado en enero 1969, muestra de forma poco habitual la importancia
del padre (descripta en “En Exploraciones Psicoanalíticas”, pp.217-218).

11 El instinto de muerte y el padre

Publicado póstumamente, es en “El uso de un objeto en el contexto de Moisés y


monoteísmo” que Winnicott comenta en el legado del Instinto de Muerte de Freud. En

36
relación al último enunciado de Winnicott en el modo en que la agresión se desarrolla
en un niño, examinamos dos puntos:

1- El papel que juega el padre en relación a la habilidad del niño para integrar;
2- El papel que juega el medio ambiente en la etiología de la psicosis.

Winnicott dice que él quiere liberar a Freud del peso de su teoría del instinto, diciendo
que el trabajo con psicóticos tiene que llevar a una diferente conclusión:

Para advertir al lector debo decir que creo nunca haber estado enamorado con el
instinto de muerte y me daría felicidad si pudiese liberar a Freud del peso de tener
que llevarlo por siempre en sus Hombros-Atlas…Siempre es posible que la
formulación del instinto de muerte fue uno de los lugares en los que Freud se
encontraba cerca de un enunciado comprensible, pero no puedo hacerlo porque
mientras que él sabía todo lo que nosotros sabemos sobre psicología humana desde
la represión de la ID en relación con objetos catecados, él no sabía que casos de
personalidad límite y esquizofrénicos nos enseñarían tres décadas después de su
muerte.

[“El uso de un objeto y en el contexto de Moisés”, 1969, p.242]

Luego Winnicott se refiere a la importancia del rol del padre. No hay nada realmente
nuevo en términos de los pensamientos de Winnicott sobre la función del padre. Él
siempre se dio cuenta de la importancia del compañerismo de los padres y el impacto
sobre el niño en crecimiento (ver MADRE: 6, 7, 8, 9). Sin embargo, en este artículo,
poco más de a un año antes de su muerte, es el rol del padre como el tercero en ser
enfatizado −no sólo el padre y quien es como persona en relación con la madre, pero
también el padre como aquel al que la madre guarda en su mente mientras se es
madre.

… ¿Qué es lo que hay en la presencia del padre, y el papel que este juega en la
experiencia de la relación entre él y el niño y entre el niño y él? ¿Qué es lo que esto
hace por el bebé? Dado que hay una diferencia dependiendo si el padre está allí o
no, si es capaz de tener una relación o no, si es sano o no, si es libre o rígido en su
personalidad.

37
Si el padre muere, esto es significante, y cuando exactamente es que este muere en
la vida del niño, también hay que considerar y tomar en consideración aquello que
tiene que ver con el Imago del padre en la realidad interna de la madre y su “destino”
allí.

[“El uso de un objeto y en el contexto de Moisés”, 1969, p.242]

Winnicott postula la existencia de un padre quien es siempre, entonces, un objeto


completo para el niño.

…la tercera persona juega o cree que juega un gran papel. El padre puede o no haber
sido un sustituto de la madre, pero en algún momento el comienza a hacerse sentir
que está allí en un rol diferente, y sugiero que es aquí que el bebé es probable que
haga uso de su padre como un plano para su propia integración cuando dé a
momentos forman una unidad…

De este modo uno puede ver que el padre puede ser la primera mirada para el niño
de integración y de unidad personal…

Es fácil asumir que porque la madre comienza como parte-objeto o como una
combinación de partes-objeto el padre del mismo modo viene a ser como un agarre
para el ego. Pero sugiero que en un caso favorable el padre comienza como un todo
(por ejemplo, como padre y no como madre sustituta) y luego aparece dotado con
una parte-objeto significante, que el comienza como una parte integral de la
organización del ego y en la conceptualización mental del bebé.

[“El uso de un objeto y en el contexto de Moisés”, p.242-243]

La implicancia de Winnicott es que un medio lo suficientemente bueno depende de la


madre en adaptación a las necesidades de su bebé, mientras que la madre, o tercero,
está siempre presente en su mente así también como en su propio derecho en
relación a ambos a la madre y al niño (ver ENTORNO: 8).

38
SOLO (LA CAPACIDAD DE ESTAR SOLO)

1 Afinidad del Ego (capacidad de relacionarse)

2 Estoy solo

3 Retirada y soledad

La capacidad de estar solo se basa en la paradoja del estar solo en presencia de otro
e implica salud y un máximo de madurez emocional.

La experiencia de estar solo en presencia de otro está enraizada en la relación


temprana del niño con su madre, a lo cual Winnicott llama la Afinidad del Ego – y
luego en su trabajo “Relación – Objeto”. Esto hace referencia en el tiempo en que la
madre está en estado de preocupación maternal primaria y el niño está en la fase de
absoluta dependencia.

La capacidad de estar solo no debe confundirse con el estado de abstinencia o


retirada.

39
1 Afinidad del Ego (Capacidad de relacionarse)

“La Capacidad de Estar Solo” fue presentada a la Asociación Psicoanalítica Británica


en 1957 y subsecuentemente publicada por primera vez en 1958 en La Revista
Internacional de Psicoanálisis, Aunque muchos de los temas de Winnicott
contribuyeron a la tesis de este artículo, el tema de la habilidad de estar solo se
explora solamente aquí.

La capacidad de estar solo se basa en una paradoja.

“Aunque muchos tipos de experiencia van a establecer la capacidad de estar solo,


hay una que es básica, y sin tener suficientemente de ella, la capacidad de estar solo
no ocurre; Esta experiencia es aquella de estar solo, como un infante o niño pequeño,
en la presencia de su madre. Entonces, la base para la capacidad de estar solo es
una paradoja, es la experiencia de estar solo mientras que otro está presente”

[“La capacidad de estar solo”, 1957, p.30]

La capacidad de estar solo se desarrollará en el bebé dependiendo de cómo es


acogido, o sostenido particularmente en los dos primeros años de vida (ver SOSTEN:
4,5).

En 1956, un año antes de que se escribiera el artículo mencionado más arriba,


Winnicott introdujo el término “Afinidad del ego” en dos artículos – “Preocupación
maternal primaria” y “Tendencia antisocial”. La afinidad del ego se refiere al momento
en el cual madre e hijo se fusionan. Durante este tiempo de fusión cuando el bebé ve
a la madre, él se ve a sí mismo, y cuando la madre ve al niño ella recuerda
(inconscientemente) sus propios primeros días y semanas de vida lo cual le permite
identificarse con las necesidades de su bebé, tal como si viera sus propias
necesidades. Esta es la madre en un estado de preocupación maternal primaria.
Estos momentos tempranos, días y semanas son un punto de inicio vital para el
desarrollo emocional sano del individuo (ver SER: 4, 5; PREOCUPACION
MATERNAL PRIMARIA).

En el artículo mencionado anteriormente de 1957, Winnicott explora la naturaleza de


la afinidad del ego en el contexto de la establecida teoría Freudiana de la escena
primaria y la teoría Kleiniana del Buen Objeto Interno.

40
En la escena primaria de Freud, la habilidad de estar solo significa que el bebé o niño
es capaz de tolerar el hecho de que los padres tienen sexo. En la teoría del Buen
objeto interno de Klein, estar solo implica que el buen objeto interno hubo sido
internalizado y establecido en el mundo interno del niño.

Por posicionar su idea de la capacidad de estar solo en ambas teorías, la Freudiana


o la Kleiniana, Winnicott usa los diferentes énfasis de ambos (Edipo y la teoría de la
relación con objetos internos) para sentar su foco de pensamiento. Al mismo tiempo,
dispensa con buen fraseo psicoanalítico para enfatizar la naturaleza crucial del estado
mental de la madre en relación a su bebe recién nacido (ver ILUSION: 4, 5, 6;
PREOCUPACION MATERNAL PRIMARIA).

2 Estoy solo

Estudiando la frase “Estoy solo” Winnicott apunta a tres etapas diferentes del
desarrollo emocional, siempre recalcando la importancia del entorno:

En principio está la palabra “Yo”, implicando bastante crecimiento emocional. El


individuo se establece como unidad. La integración es un hecho. El mundo externo
es repudiado y un mundo interno ha comenzado a ser posible…

Luego vienen las palabras “Yo soy”, representando una etapa de crecimiento
individual. Por lo dicho el individuo no solo tiene forma sino también vida. En los
comienzos de “Yo soy” el individuo está por así decirlo, crudo, es indefinido,
vulnerable, potencialmente paranoico. El individuo puede solo lograr la etapa del “Yo
soy” porque existe un medio protector, el medio protector es de hecho la madre
preocupada por su hijo y orientada a los requerimientos del ego del niño mediante la
identificación con su propia niña.

No hay necesidad de postular una conciencia de la madre sobre la parte que tiene el
niño en esta etapa del “yo soy”.

Luego llegamos a las palabras “Yo estoy solo”. De acuerdo con la teoría que estoy
exponiendo esta etapa posterior involucra de hecho una apreciación por parte del niño

41
de la constancia de la existencia de su madre. Con esto no quiero necesariamente
decir una conciencia con la mente consiente. Sin embargo, considero que el “Yo
estoy solo” es un desarrollo del “Yo soy”, dependiente de la conciencia del niño de la
continua existencia de una madre confiable cuya confiabilidad hace posible que el
niño pueda estar solo y que disfrute el estar solo, por un período limitado.

[“La capacidad de estar solo”, p.33]

La etapa del “Yo” representa la propia emergencia del set up del medio-individuo (el
tiempo de fusión) cuando el niño comienza a poder diferencial el Yo del No-Yo (ver
SER: 3) La etapa del “Yo soy” ocurre entre las edades de tres y seis meses y está en
relación a los logros en desarrollo de la posición sobre depresión de Klein o el estado
de preocupación de Winnicott (ver PREOCUPACION: 6) El “Yo estoy solo”, por lo
tanto, puede ocurrir en el niño de unos seis meses de edad en adelante, pero la
presencia materna tiene que continuarse para que esto pueda establecerse.

Winnicott desea enfatizar el aspecto crucial de la afinidad del Ego.

Será visto que adjunto gran importancia a esta relación, ya que considero que es de
lo que la amistad está hecha. Podría resultar ser la matriz de la transferencia…

Creo que es generalmente aceptado que el impulso ID (identificatorio) es significativo


sólo si está contenido en la vida del Ego. El impulso ID bien interrumpe un ego débil
o bien fortalece un fuerte ego. Es posible decir que las Relaciones ID fortalecen el
ego cuando ocurren en el marco de la afinidad del ego. Si esto es aceptado, entonces
sigue un entendimiento de la importancia de la capacidad de estar solo. Es solamente
cuando sólo (es decir, en la presencia de otro) que el niño puede descubrir su vida
personal. La alternativa patológica es una falsa vida construida sobre reacciones a
estímulos externos. Cuando se está sólo, en el sentido en el que estoy usando el
término, y únicamente cuando solo, el niño es capaz de hacer el equivalente de lo
que sería llamado relajarse en el adulto. El niño es capaz de desintegrarse, de estar
en un estado en el cual no hay orientación, la posibilidad de existir por un tiempo sin
ser reactor contra una vulnerabilidad externa o una persona activa con una dirección
de interés o movimiento. El escenario esta armado para una experiencia ID. En el
curso del tiempo llega una sensación o un impulso. En este escenario la sensación o
impulso se sentirá real y será una real experiencia personal…

42
Es sólo bajo estas condiciones que el niño puede tener una experiencia que se sienta
real. Un gran número de estas experiencias forman las bases para una vida que tiene
dentro realidad en lugar de futilidad. El individuo que hubo desarrollado la capacidad
de estar solo es constantemente capaz de re descubrir el impulso personal, y el
impulso personal no se desperdicia porque el estado de estar solo es algo que
(aunque paradójico) siempre implica que alguien más está allí.

[“La capacidad de estar solo”, p.33.34]

Por experiencia ID Winnicott quiere decir impulsos fisiológicos (como el hambre) a lo


cual la madre, por su habilidad de identificarse con el niño, es capaz de responder.
La calidad de la respuesta del entorno para lograr las expectativas del niño transforma
la experiencia ID y por tanto fortaleciendo la sensación del Yo. El efecto acumulado
de las innumerables repeticiones de la madre complaciendo las necesidades de su
bebé, significa que este está capacitado de sentirse real y vivir creativamente (ver
COMUNICACIÓN: 2; CREATIVIDAD: 4; EGO: 2, SOSTEN: 2; YO: 5).

Winnicott no deja claro por qué el prefiere referirse a la relación temprana madre/hijo
como la “Afinidad del Ego” y el resumen de este artículo dice de hecho que este puede
ser un término temporal. De hecho, en su trabajo posterior el descarta este término;
lo reemplaza por “Relación-Objeto” el precursor del “Uso-Objeto” (ver AGRESION:
10)

3 Retirada y soledad

La capacidad de estar solo no debe confundirse con el estado de retirada. El individuo


que debe retirarse de relaciones con otros hubo, según la teoría de Winnicott,
experimentado seria vulnerabilidad desde un principio y tuvo que retirarse para
preservar el centro de su Yo de ser violado (ver COMUNICACIÓN: 12). La retirada
constituye un relacionarse con objetos subjetivos que facilita el sentido de la
sensación de realidad, y Winnicott destaca que hay un aspecto de la retirada que es
saludable. Sin embargo, la retirada es también un aislamiento tal como el estado
autista, no ayuda a enriquecer ni desarrollar el sentido del Yo, aunque la sensación
de realidad esté presente. Entonces mientras que el individuo que pasa una gran de
cantidad de tiempo solo parece haber adquirido la capacidad de estar solo, en relación

43
a la tesis de Winnicott, el estado de retirada puede muy bien demostrar una
incapacidad de estar solo (ver COMUNICACIÓN: 9; ENTORNO: 9; REGRESION: 10).

Igualmente, el individuo que experimenta intensa soledad también estuvo vulnerable


por una falta de experiencia de la afinidad del ego con una madre que es capaz de
estar confiablemente presente porque ella está en identificación con su bebé.

Sería apreciable si de hecho el estar solo no es lo que estoy discutiendo. Una persona
puede estar en confinamiento solitario y aun así no poder estar solo. Lo que deberá
estar sufriendo entonces va más allá de nuestra comprensión.

[“La capacidad de estar solo”, p.30]

Winnicott también ve la capacidad de estar solo en presencia de otro como una


necesidad en el desarrollo de un análisis.

En la mayoría de nuestros tratamientos psicoanalíticos hay momentos en los que la


capacidad de estar solo es importante para el paciente. Clínicamente esto puede ser
representado por una fase silenciosa o sesión silenciosa, y este silencio lejos de ser
evidencia de resistencia, resulta ser un logro por parte del paciente. Tal vez es aquí
que el paciente hubo logrado estar solo por primera vez.

[“La capacidad de estar solo”, p.29]

Para el paciente, así como para el analista estar en sesión es entonces un logro. Estar
desintegrado, asociar libremente, rendirse, tener dificultades, son todos signos de que
la capacidad de estar solo está en proceso de ser alcanzada (ver SER: 7; YO: 11).

44
TENDENCIA ANTISOCIAL

1 La experiencia de evacuación
2 Delincuencia y comportamiento antisocial normal
3 La necesidad de robar
4 Dos tendencias: destructiva y búsqueda del objeto
5 El momento de esperanza
6 Tendencia antisocial y psicoanálisis

La tendencia antisocial es in término inextricablemente ligado con privación. El acto


antisocial (robar, mojar la cama, etc.) es un acto que significa un fallo del entorno en
el momento de relativa dependencia.

En la tesis de Winnicott, la tendencia antisocial indica que niño hubo experimentado


con un entorno lo suficientemente bueno durante el tiempo de absoluta dependencia
que luego se perdió. Por tanto, el acto antisocial es un signo de esperanza de que el
individuo vaya a re descubrir la buena experiencia de ese momento antes de que
ocurra la perdida.

La tendencia antisocial no es un diagnóstico y aplica a ambos, niños y adultos.

Winnicott hace una distinción entre la tendencia antisocial y la delincuencia, aunque


ambos tienen la misma raíz − privación.

1 La experiencia de evacuación

45
El descubrimiento de Winnicott de que la tendencia antisocial era un signo de
esperanza evolucionó desde su trabajo durante la Segunda Guerra Mundial, cuando
se convirtió en Psiquiatra Consulto para el Esquema de Evacuación en una zona de
recepción en las afueras de Londres. El impacto de Winnicott ante esta experiencia
dio lugar a muchas conversaciones y programas durante la guerra y post guerra, en
donde se exploran los temas vinculados con separación y privación de la vida de casa.
Algunas de estas conversaciones fueron publicadas póstumamente junto con otros
artículos escritos tiempo después de la guerra y pueden ser encontrados en la
colección titulada Privación y delincuencia. (1984a).

En la introducción de esta colección de artículos, Clare Winnicott, quien fue la primera


en conocer y trabajar con Winnicott en este período, describe algo del proceso de
descubrimiento de

Winnicott mientras trabajaba con niños y adolescentes que han sufrido privación.

Aunque las circunstancias en las que Winnicott se encontró eran anormales dado a
que se estaba en tiempos de guerra, el conocimiento ganado con la experiencia tiene
aplicación general porque niños que han sufrido privación que se convirtieron en
delincuentes tienen problemas básicos que se manifiestan de forma predecible
cualquiera fueran las circunstancias. Además, los niños que pasaron a ser
responsabilidad de Winnicott fueron aquellos que necesitaban provisión especial
porque no podían asentarse en casas normales o regulares. En otras palabras, ya se
encontraban en problemas viviendo en su propia casa…

La experiencia de privación tuvo un efecto profundo en Winnicott porque tuvo que


conocer de forma concentrada la confusión traída por la ruptura generalizada de la
vida familiar, y tuvo que experimentar el efecto de separación y pérdida, de
destrucción y muerte. La respuesta personal es el comportamiento bizarro y
delincuente que se sucedió tuvo que ser manejado y abarcado y gradualmente
entendido por Winnicott trabajando con un grupo de trabajo a nivel local. Los niños
con los que él trabajaba habían alcanzado el fin del camino, no había ningún otro
lugar para que ellos fueran y por tanto como contenerlos se convirtió en la
preocupación de todos aquellos que trataban de ayudarlos.

46
No hay duda que trabajar con niños que han sufrido privación le dio a Winnicott una
nueva dimensión y una nueva manera de pensar y en su práctica, afectando sus
conceptos básicos en crecimiento emocional y desarrollo. Bien temprano en su
trabajo comenzaron a tomar forma y a ser expresadas sus teorías sobre los motivos
detrás de la tendencia antisocial.

[Clare Winnicott, 1984, pp.1-3]

Clare Winnicott describe como su colaboración mutua fue grabada y


subsecuentemente utilizada como información vital que contribuyó a que pase la ley
de Niños en 1948.

Las palabras de Clare Winnicott al final de la introducción son saludables. La


tendencia antisocial como concepto es relevante no solo para evacuados durante la
guerra, sino para la sociedad y para todos los individuos quienes no hubieron
experimentado un entorno contenedor en etapas cruciales de su desarrollo
emocional.

Aunque estos escritos son de interés histórico, no pertenecen a la historia, sino al


siempre presente encuentro entre los elementos antisociales en la sociedad y las
fuerzas de salud y sanidad quienes alcanzan ayuda para reclamar y recuperar lo que
ha sido perdido. La complejidad de este encuentro no puede ser sobre estimado. El
punto de interacción entre el cuidador y el que recibe atención dado que es siempre
el foco de terapia en este área o trabajo, y requiere atención constante y apoyo de los
profesionales expertos involucrados, y el respaldo iluminado de los administradores
responsables. Hoy, como siempre, la pregunta practica es como mantener un entorno
que sea lo suficientemente humano y fuerte para contener a ambos, a los que cuidan
y a los que son cuidados, los carenciados y delincuentes quienes desesperadamente
necesitan cuidado y contención, pero quienes harán lo mejor posible para destruirlo
cuando encuentres esa contención y ese cuidado.

[Clare Winnicott, 1984, pp.5]

2 Delincuencia y comportamiento antisocial normal

47
En 1946, justo un año tras el final de la guerra, Winnicott habló ante una audiencia de
magistrados. Este artículo titulado “Algunos Aspectos Psicológicos de la Delincuencia
juvenil”, atribuye el acto de delinquir con carencia emocional temprana. Mediante la
introducción del inconsciente de Freud, Winnicott espera transmitir a su audiencia que
el comportamiento antisocial es el producto de una comunicación inconsciente.

Antes de explorar los aspectos de privación en la delincuencia, Winnicott ilustra la


normalidad del acto antisocial en el desarrollo emocional, incluso en un buen hogar.

¿Cómo es el niño normal? ¿Es que el solo come y crece y sonríe dulcemente? No,
él no es así. Un niño normal, si tiene confianza en sus padres, pone todas las barreras.
Con el curso del tiempo prueba su poder para molestar, para destruir para asustar,
para desgastar, desperdiciar, y para apropiarse. Cualquier cosa que lleve la gente a
la corte (o a los asilos) tiene su normal equivalente en la infancia y en la niñez
temprana, en relación del niño con su propio hogar. Si el hogar puede soportar todo
lo que el niño hace para irrumpirlo, se pone a jugar, pero primero a los negocios
debemos hacer las pruebas y especialmente si hay un debut como la estabilidad de
los padres y su hogar. Al principio el niño de be ser consciente de la existencia de un
marco de referencia para poder sentirse libre, y para poder jugar y dibujar sus propios
dibujos, y ser un niño irresponsable.

[“Algunos aspectos psicológicos”, 1946, P. 115]

Winnicott explica por qué el niño necesita ser así y se refiere a la cualidad esencial
de un medio fuerte y cariñoso. La respuesta de los padres a la agresión primaria del
niño es un componente vital de su teoría (ver AGRESION: 3, 4, 6).

¿Por qué esto debe ser así? El hecho es que las etapas tempranas del crecimiento
emocional están llenad de potencial conflicto y de ruptura. La relación con la realidad
exterior no está aun firmemente enraizada, la personalidad no está aun
completamente integrada, el amor primitivo tiene un blanco destructivo, y el niño
pequeño aún no tiene la capacidad de tolerar y lidiar con los instintos. Él puede llegar
a manejar estas cosas, y más, si su medio es estable y personal. En un principio el
niño necesita absolutamente vivir en un círculo de amor y fuerza (con la consecuente
tolerancia) para no sentir miedo de sus propios pensamientos y de su imaginación
para poder progresar en su desarrollo emocional.

48
[“Algunos aspectos psicológicos”, 1946, P. 115]

Esta es la foto de un niño que hubo tenido un buen comienzo, un ambiente facilitador.
La tolerancia de los padres por la agresión del niño es clave para la habilidad que
tenga el niño para crecer. Esto es a lo que va a conducir al individuo a desarrollar el
sentido de libertad. Al niño al que no se le han puesto límites no va a sentirse libre
−por el contrario, se sentirá ansioso.

Ahora ¿qué pasa si el hogar le falla al niño antes de que el mismo tenga el concepto
de un marco de referencia como parte de su propia naturaleza? La idea popular es
que, el encontrarse a sí mismo como libre hace que pueda disfrutar de sí mismo. Lo
cual está lejos de ser verdad. Al encontrar roto el marco de su vida, el deja de sentirse
libre. Se pone ansioso, y si tiene esperanza sigue buscando un marco de referencia
fuera de la casa. El niño al cual le falla su hogar en proporcionarle seguridad, busca
fuera de su casa por aquellas cuatro paredes; aún tiene esperanza, y lo busca en
abuelos, tíos y tías, amigos de la familia, la escuela. Busca una estabilidad externa
sin la cual él podría enloquecer…

El niño antisocial está simplemente mirando un poco más allá, mirando a la sociedad
en lugar de a su propia familia o escuela para proporcionarse la estabilidad que
necesita, si debe atravesar las etapas tempranas y bastante esenciales de su
crecimiento emocional.

[“Algunos aspectos psicológicos”, 1946, P. 115-116]

Si la comunicación inconsciente del acto antisocial no es comprendida por el medio,


entonces el comportamiento antisocial del niño corre peligro de convertirse en
delincuencia. Winnicott diferencia entre delincuencia y la tendencia antisocial. Para el
delincuente, puede que ya sea demasiado tarde para un tratamiento.

Al tiempo que el niño o niña se hubo endurecido por la falla en la comunicación, el


acto antisocial no está siendo reconocido como algo que contiene un pedido de ayuda
(S.O.S), y cuando las ganancias secundarias han cobrado importancia y se hubo
adquirido gran habilidad en alguna actividad antisocial, es entonces mucho más difícil
ver (lo que sin embargo sigue estando allí) ese pedido de ayuda que es una señal de
esperanza en el niño o niña antisocial.

49
[“Delincuencia como señal de esperanza”, 1967, p.90]

El individuo probable de convertirse en delincuente ha perdido el contacto con el


sentido de la privación original, y el modo de vida antisocial mantiene a raya el dolor
psíquico. Sin embargo, como señala Winnicott, si la raíz del acto criminal es
reconocida, la rehabilitación y el tratamiento pueden pensarse como opuesto al
castigo, lo cual únicamente servirá para endurecer la defensa.

El punto es que el castigo y la fuerza llevan a la conformidad y al vivir como un Yo-


Falso. En un artículo de 1962 − “Moral y educación” − Winnicott ilustra lo que quiere
decir:

El profesor Niblett en su clase inaugural de esta serie se refiere a la directora de


escuela Keate quien dice a un niño: “Vas a creer en el espíritu santo para las cinco
en punto esta tarde o te golpearé hasta que lo hagas”, y de este modo a esto el
profesor Niblett llevó a la idea de la futilidad de los valores de la enseñanza y religión
a la fuerza. Estoy tratando de abrir este importante tema y examinar las alternativas.
Mi punto principal es que existe una buena alternativa y que la misma no va a ser
encontrada en una enseñanza más sutil de la religión. La buena alternativa tiene que
ver con la provisión de esas condiciones para el niño, de modo de permitir cosas tales
como la confianza, y el “creer en” y las ideas de lo bueno o lo malo, desarrolladas
fuera del trabajo de los procesos internos del niño.

[“Moral y educación”, 1962, pp. 93-94]

En este mismo artículo se 1963 −originalmente presentado en la Universidad de


Londres Instituto de Educación− Winnicott hace una breve referencia a la maldad
como la manifestación de la tendencia antisocial.

La maldad corresponde al panorama clínico producido por la tendencia antisocial…En


breve, la tendencia antisocial representa la esperanza en un niño que hubo sufrido
privación que de otro modo no tiene esperanza, es desventurado e inofensivo; una
manifestación de la tendencia antisocial en un niño significa que él hubo desarrollado
esperanza, esperanza de que puede encontrarse un camino a través de la brecha.
Esta brecha es un quiebre en la continuidad de la provisión de su entorno
experimentada a una edad de relativa dependencia. En cualquier caso hubo

50
experimentado un quiebre en la continuidad de la provisión experimental y uno que
hubo resultado en sostener un estado de proceso de maduración y un doloroso y
confuso estado clínico en el niño. La maldad se va si se tiende un puente sobre la
brecha. Esto es una sobre simplificación, pero debe ser suficiente. La maldad
compulsiva es la última cosa a ser curada o incluso detenida por cuestión de
educación moral. El niño sabe en sus huesos que es la esperanza la que está
prisionera en el comportamiento maligno, y que la desesperación está ligada a la
conformidad y falsa socialización. Para la persona maligna o antisocial el educador
moral se encuentra en el lado equivocado.

[“Morales y educación”, pp.103-104]

La función paterna en relación con el medio de sostén es un factor importante cuando


se trata con el elemento antisocial de todos los bebés y niños. El artículo “Algunos
aspectos psicológicos de la delincuencia juvenil” fue escrito tempranamente como en
1946, y no obstante puede verse que los problemas del medio indestructible
relacionados con la autoridad del padre son parte de lo que en 1960 y −en 1968 en
particular (el “Uso de un objeto y relacionarse mediante identificaciones”) − se
convierte en la supervivencia del objeto y la necesidad del sujeto de que sobreviva el
objeto para ganar salud mental (ver AGRESION: 10).

Cuando un niño roba azúcar él está buscando por su buena madre, su madre, por la
cual él tiene el derecho de tomar toda la dulzura que en ella existe, dado que él la
hubo inventado y a su dulzura, fuera de su propia capacidad de amar, fuera de su
propia creatividad primaria…Él también está buscando a su padre, uno podría decir
quién va proteger a su madre de sus ataques, ataques hechos en el ejercicio del amor
primitivo. Cuando un niño roba fuera de su casa este aún se encuentra buscando por
su madre, pero busca con sentido de frustración, y necesitando cada vez más de la
autoridad paterna que puede e irá a poner límites a los efectos de su comportamiento
impulsivo, y al poner en efecto sus ideas que vienen cuando se encuentra en un
estado de excitación. En la delincuencia desatada es difícil para nosotros
espectadores porque lo que encontramos es la necesidad del niño por un padre
estricto quien protegerá a la madre cuando la encuentren. Este padre estricto que
evoca el niño puede también ser amoroso, pero primero debe ser estricto y fuerte.
Solo cuando la figura de un padre estricto y fuerte está en evidencia es que el niño

51
puede ganar nuevamente sus impulsos primitivos de amor, su sentido de la culpa, y
su deseo de arreglar y enmendar. A menos que se meta en problemas, la delincuencia
solo puede decrecer progresivamente, inhibida por el amor, y en consecuencia más
y más deprimida e impersonal, y eventual y absolutamente incapaz de sentir la
realidad de las cosas a excepción de la realidad de la violencia.

[“Algunos aspectos psicológicos”, pp.116-117]

Respecto de esto, el criminal endurecido puede necesitar este modo violento de vida
como el único modo de sentirse real. El acto antisocial es esencialmente un signo de
esperanza para el individuo que realiza el acto. Esperamos que los límites perdidos
(la autoridad del padre) puedan ser re descubiertos.

El individuo está buscando por aquél medio que va a decirle que “No”, no en forma
punitiva sino en un modo que va a crear un sentido de seguridad. En la tesis de
Winnicott del uso de un objeto, el objeto tiene que sobrevivir para que el niño
desarrolle un real sentido del Yo.

La delincuencia indica la existencia de un remanente de esperanza. Veremos que no


es necesariamente una enfermedad del niño cuando este se comporta de modo
antisocial, y el comportamiento antisocial por momentos no es más que un pedido de
ayuda por ser controlado por alguien fuerte y seguro que lo quiera. La mayoría de los
delincuentes están de algún modo enfermos, sin embargo, y la palabra enfermedad
resulta apropiada por el hecho de que, en muchos casos, el sentido de seguridad no
se incorporó en la vida del niño lo suficientemente temprano para ser incorporado en
sus creencias. Mientras bajo fuerte administración, un niño antisocial parecería estar
bien, ni bien le damos libertad sentirá la amenaza de la locura. Entonces vuelve a
cometer una ofensa a la sociedad (son saber lo que está haciendo) para re establecer
el control desde fuera.

[“Algunos aspectos psicológicos”, pp.116-117]

La tesis de Winnicott de que el medio le falló al delincuente significa que debe


pensarse en el tratamiento. Winnicott cree que cada niño tiene el derecho de un
entorno lo suficientemente bueno. Por tanto, niños y adolescentes que nunca han
tenido este derecho, necesitan ser compensados por esta pérdida mediante la terapia
y de ser necesario administración.

52
Además de ser descuidados (en cuyo caso llegan a las cortes juveniles como
delincuentes) pueden ser tratados de dos maneras. Pueden ser tratados con
psicoterapia individual, o pueden ser provistos por un entorno estable con cuidado
personal y amor y gradualmente incrementar sus dosis de libertad. De hecho, sin esto
último lo anterior no sería exitoso. Y con la provisión de un entorno −hogar sustituto
adecuado, la psicoterapia puede no ser necesaria lo cual sería afortunado porque
raramente se encuentra a su disposición…

La psicoterapia individual está dirigida habilitar al niño para que complete su


desarrollo emocional. Esto significa muchas cosas, incluyendo el establecimiento de
una buena capacidad de sentir la realidad de cosas reales, internas como externas, y
el establecimiento de la integración de la personalidad individual.

[“Algunos aspectos psicológicos”, pp.118]

A lo largo de todo el trabajo de Winnicott, la naturaleza del entorno nunca deja de ser
importante, tanto física como emocionalmente. Aunque ara el niño en desarrollo, y
particularmente al principio, es el entorno que contribuye a la configuración de un
patrón de expectativas internas. El niño o adolescente que muestra una tendencia
antisocial hubo perdido el límite contenedor del entorno y está inconscientemente
impulsado a encontrarlo.

La tendencia antisocial es caracterizada por un elemento en ella que obliga al entorno


a ser importante. El paciente mediante impulsos inconscientes obliga a alguien a
tener que dirigirlo. Es el trabajo del terapeuta el involucrarse en esto, en el impulso
inconsciente del paciente, y el trabajo es hecho por el terapeuta en términos de
dirigirlo, tolerarlo y comprenderlo.

[“La tendencia antisocial” 1956, p.309]

Queda bien claro en los escritos tempranos de Winnicott, que el siempre remarco la
importancia de la continuidad entorno o medio y la estabilidad como cimientos de la
salud mental (ver ENTORNO: 1). En los artículos escritos luego de la Segunda Guerra
Mundial, la continuación de una administración se recomienda fuertemente para niños
que requieran cuidado residencial, por carecer de familia o porque su hogar le hubo
fallado:

53
Hay dos amplias categorías de niños en clínicas tiempos de paz: niños sin hogar o
con padres incapaces de generar un entorno estable en el cual un niño pueda
desarrollarse, y niños que si tienen un hogar pero que sin embargo habitan con un
padre con enfermedad mental. Estos niños aparecen en nuestras clínicas tiempo de
paz, y encontramos que necesitan justo aquello que los niños difíciles necesitan. El
entorno de su hogar les hubo fallado. Debemos decir que lo que estos niños necesitan
en estabilidad de su entorno, administración personal y continuidad de esta
administración. Asumiendo un estándar de cuidado personal.

[“Hospedajes para niños en tiempos de guerra y de paz”, 1948, p.74]

Winnicott subsecuentemente subraya que la continuidad en la administración y la


estabilidad del entorno dependen de la habilidad del personal de soportar la carga
emocional que causa un niño en situación de angustia.

Para asegurar una correcta administración personal el personal del hospedaje debe
ser el adecuado, y las celadoras o personas a cargo deben poder soportar la tensión
emocional que corresponde al cuidado apropiado de cualquier niño., pero en especial
en el cuidado de niños a los que su entorno les hubo fallado en soportar este tipo de
tensiones. Por este motivo las celadoras necesitan constante apoyo de trabajadores
sociales y psiquiatras. Los niños (inconscientemente) miran al hostal, o en sentido
más amplio el fallar eso a la sociedad, para proveer el marco de referencia de sus
vidas que no fue provisto por sus padres. Un grupo de trabajo inadecuado en estos
hostales imposibilita su buena administración, generando por el contrario mala salud
y ruptura en el grupo de trabajo, consecuentemente interfiriendo con la continuidad
de la relación personal lo cual es esencial en este trabajo.

[“Hospedajes para niños en tiempos de guerra y de paz”, 1948, p.74]

El énfasis en la contribución psicológica hecha por el entorno a la salud física y


psicológica del individuo caracteriza el trabajo de Winnicott. Por tanto, el sentido del
“Yo” en el individuo depende de la presencia de un medio contenedor y facilitador −y
la habilidad de acoger y sostener viene de la propia memoria inconsciente de aquel
que proporciona cuidado (ver SOSTEN; ENTORNO; PREOCUPACION MATERNAL
PRIMARIA).

3 La necesidad de robar

54
El Veinte de junio de 1956, Winnicott lee su artículo, “La tendencia antisocial”, a la
Sociedad Británica de Psicoanálisis. Se hubo convertido en su declaración definitiva
en el tema de privación en tiempos de relativa dependencia e incluye
recomendaciones de tratamiento.

Desde el comienzo de este artículo, Winnicott se propone ilustrar como la tendencia


antisocial puede ser discernida en la actuación extrema del individuo aso como en el
individuo que desde todo punto de vista parece tener un buen hogar, pero tiene la
necesidad de robar por haber tenido experiencias de privación. En la ilustración del
primer caso, el paciente adolescente de Winnicott es eventualmente enviado a una
escuela aprobada para recibirlo ya que no puede ser contenido de forma suficiente
con psicoterapia; en el segundo caso, Winnicott ayuda a un amigo mediante una
sugerencia que le hace en horas de su almuerzo, una simple interpretación que puede
hacerle a su hijo quien está pasando por una fase de robar. Esto no solo ayuda al
niño en cuestión sino también a la madre, la amiga de Winnicott.

Al considerar este caso debe recordarse que he conocido muy bien a la madre durante
su adolescencia y dentro de un cierto límite la he visto a ella misma atravesar una
fase antisocial. Ella era la mayor en una familia numerosa. Su hogar era bueno, pero
con una estricta disciplina instaurada por el padre, especialmente en el tiempo que
ella era una pequeña niña. Lo que hice entonces tuvo el efecto de una doble terapia,
permitiendo a esta mujer joven que ahonde en sus propias dificultades a través de la
ayuda que ella podía proporcionarle a su hijo. Cuando podemos ayudar a los padres
a ayudar a sus hijos de hecho estamos ayudando a estos padres sobre sí mismos.

[“Tendencia antisocial”, 1956, p.308]

Winnicott subraya que es relativamente directo el ayudar a ambos, padres e hijos,


durante las primeras etapas de la tendencia antisocial, si la intervención terapéutica
toma en cuenta la comunicación inconsciente de la esperanza de encontrar aquello
que se hubo perdido.

El niño que hubo sufrido privación y se comporta de un modo antisocial es de hecho


más esperanzado que aquel niño que no puede portarse mal. Para este último, ya no
hay esperanza, y el niño se siente derrotado.

55
La tendencia antisocial implica esperanza. La falta de esperanza es la característica
básica del niño que hubo sufrido privación quien, por supuesto, no pasa todo el tiempo
siendo antisocial. En el período de esperanza el niño manifiesta la tendencia
antisocial. Esto debe ser incómodo para la sociedad, así como para uno si es nuestra
bicicleta la que es robada, pero aquellos que no están personalmente relacionados
pueden ver la esperanza que subraya a la compulsión de robar. Tal vez una de las
razones por las cuales tendemos a dejar la terapia de los delincuentes para otros
¿será que nos disguste que nos roben?

[“Tendencia antisocial”, 1956, p.309]

Porque el acto antisocial evoca tal odio y enojo en la mayoría de las personas,
Winnicott subraya la importancia de comprender que se trata de una expresión de
profunda necesidad, y por lo tanto los adultos deben poder apreciar su significancia.

La comprensión de que el acto antisocial es una expresión de esperanza es vital en


el tratamiento de niños que muestran una tendencia antisocial. Una y otra vez vemos
que el momento de esperanza es desperdiciado, o marchito debido a una mala
administración o intolerancia. Esta es otra forma de decir que el tratamiento de la
tendencia antisocial no es psicoanálisis sino administración, un encuentro y
coincidencia con el momento de la esperanza.

[“Tendencia antisocial”, 1956, p.309]

Winnicott es muy consciente de lo intenso que puede ser el odio de la gente


movilizado por el acto antisocial. En este sentido, los problemas de administración de
pacientes psicóticos se hacen paralelos al manejo o administración de niños y
adolescentes con comportamiento desafiante (ver ODIO: 2).

Winnicott distingue entre carencia y privación La primera implica que el niño nunca
hubo tenido una experiencia positiva, mientras que la segunda por otro lado implica
un individuo que tiene en algún lado un sentido de lo que es bueno −esto es, la
consciencia inconsciente de haber sido amado.

Cuando hay una tendencia antisocial es que ha habido una real privación (no una
simple carencia), en otras palabras, ha habido pérdida de algo que fue hasta cierto
momento positivo para la experiencia del niño, esto hubo sido removido o quitado, y

56
esa falta se hubo extendido por un período de tiempo más largo del cual el niño pueda
conservar viva la memoria de lo que se perdió. La declaración completa de la
privación, que implica lo tardío y lo temprano, el traumatismo puntual y la condición
traumática sostenida, y también lo cercano a lo normal y lo claramente anormal.

[“Tendencia antisocial”, p.309]

Lo que le ocurrió al niño en términos de falla del entorno va a afectar el estado de los
sentimientos de privación. Hay entonces un espectro de tendencia antisocial, en
términos de etiología, así como de expresión.

4 Dos tendencias: destructiva y búsqueda-objeto

A lo largo del espectro, sin embargo, existen dos tendencias, cada una con su propio
objetivo.

Siempre existen dos tendencias en la tendencia antisocial, aunque el acento se sitúa


en general más en una que en otra. Una tendencia se representa típicamente en el
robo, y la otra es la tendencia destructiva. Por una de las tendencial el niño está
buscando algo, en algún lado, y al fracasar en encontrarlo lo busca en otra parte,
cuando aún esperanzado. Por la otra tendencia el niño está esperando esa estabilidad
del entorno con fuerza suficiente de soportar la tensión que resulta del
comportamiento impulsivo. Esta es una búsqueda de provisión del entorno que se
hubo perdido, una actitud humana, la cual, por poder contar con ella, da libertad al
individuo a moverse, actuar y a emocionarse.

Examinando lo casi normal y (en términos de desarrollo individual) las raíces


tempranas de la tendencia antisocial deseo tener en mente todo el tiempo estas dos
tendencias: Búsqueda-objeto y destrucción.

[“Tendencia antisocial”, p.310]

Es la tendencia destructiva la que se relaciona con la búsqueda inconsciente del


cuerpo de la madre, de sus brazos −el primer entorno del niño.

Particularmente es por la segunda de estas tendencias que el niño provoca


reacciones totales del entorno, como si buscara un marco de referencia cada vez más

57
amplio, un círculo que tiene como primer ejemplo los brazos o el cuerpo de la madre,
Uno puede discernir una serie −el cuerpo de la madre, la relación parental, el hogar,
la familia incluyendo primos y relaciones cercanas. La escuela, la localización de las
estaciones de policía, el país con sus leyes.

[“Tendencia antisocial”, p.310]

Esto es reminiscente del entorno-madre de la vida temprana del niño de Winnicott −


la madre de los momentos tranquilos del niño de des integración (ver SER: 1),
mientras que la madre de los tiempos de emoción- la madre-objeto- es inicialmente
percibida por el niño como algo diferente y separado de la madre-entorno. La unión
de estas dos madres en la mente del niño contribuye al estado de desarrollo de la
capacidad de preocupación (ver: PREOCUPACION: 3). El niño privado, quien no solo
ha sufrido de real privación de su entorno, sino que también hubo sido privado de la
posibilidad de unir a ambas madres, no puede aún alcanzar el importante estado de
preocupación (ver DERPESION: 4, 6) Robar un objeto es entonces visto como el acto
de buscar objeto-entorno-madre,

Robar es el centro de la tendencia antisocial, con el mentir asociado.

El niño que roba un objeto no está buscando el objeto robado, sino que busca a la
madre sobre la cual él o ella tienen derecho. Estos derechos derivan del hecho (desde
el punto de vista del niño) de que la madre fue creada por el niño. La madre encuentra
la creatividad primaria del niño y por tanto se convirtió en el objeto que el niño estaba
listo para encontrar.

[“Tendencia antisocial”, p.310]

La última oración se refiere a la función de la madre en la presentación de objetos.


Una madre lo suficientemente buena provee al niño de un ambiente que facilite el
sentido de omnipotencia en el mismo −lo que significa, que él es Dios el creador del
mundo (ver: CREATIVIDAD: 2, DEPPENDENCIA: 9, MADRE: 12).

El niño/ adolescente que muestra una tendencia antisocial ha perdido el sentido de


omnipotencia y el entorno necesario para fusionar “Raíces de motilidad agresiva”
(instintos) con las raíces libidinosas (Búsqueda-Objeto) (ver: AGRESION: 6).

58
Cuando en el momento de privación física existe una fusión entre raíces (de motilidad)
agresivas con raíces libidinosas, el niño reclama a la madre mediante una mezcla de
robo, dolor y desorden, de acuerdo con los detalles específicos del momento del
desarrollo emocional de ese niño. Cuando hay menor fusión el comportamiento de
Búsqueda –Objeto y la agresión tienen una mayor separación entre sí, y hay un mayor
grado de disociación en el niño. Esto lleva a la proposición de que el costo de la
molestia del niño antisocial es una característica esencial, y es también en su mejor
momento, una característica favorable nuevamente indicando una potencialidad para
la recuperación de la fusión perdida de las raíces de motilidad y libidinosas.

[“Tendencia antisocial”, p.311]

La tendencia antisocial es un aspecto normal del desarrollo emocional, al principio de


la vida, lo cual en general pasa desapercibido. El costo de la molestia implica que hay
una comunicación desde el niño que necesita ser reconocido y registrado por la
madre.

En el cuidado ordinario del niño la madre está constantemente lidiando con el costo
de la molestia de su niño. Por ejemplo, un bebé comúnmente se hace pis en la falda
de su madre mientras está siendo amamantado. Más tardíamente esto aparece como
un momento de regresión en el sueño o al momento de despertarse mojando la cama.
Cualquier exageración del costo de la molestia causada por un niño puede indicar la
existencia de un grado de privación y tendencia antisocial.

La manifestación de la tendencia antisocial incluye robar y mentir, incontinencia y en


general hacer mucho lío. Aunque cada síntoma tiene su significado específico y su
valor, el común denominador para mi propósito en mi intento de describir la tendencia
antisocial es el valor de la molestia de los síntomas. El valor de la molestia es
explotado por el niño y no ocurre por casualidad. Mucha de la motivación es
inconsciente, pero no necesariamente toda.

[“Tendencia antisocial”, p.311]

Las raíces de la tendencia antisocial derivan desde el principio de la vida en el


contexto de la relación madre-hijo, y los “primeros signos de la privación son tan
comunes que pasan como normales”. La codicia es uno de los primeros signos “de
un grado de privación y de cierta compulsión a buscar una terapia respecto de esta

59
privación, a través del entorno” (“Tendencia antisocial”, p.311-312). Esto implica que
el entorno es responsable por el sentido de privación que el niño siente, lo cual lo
obliga a buscar compensación desde su entorno.

En el punto de desarrollo emocional cuando el niño necesita unir o fusionar las raíces
de la motilidad y la libido, la madre es requerida por el niño para el apoyo de su ego,
porque en esta etapa el ego del niño es muy débil como para llevar a cabo la tarea de
integración. Si la madre no suplementa el ego en este momento crucial, es que el niño
es decepcionado y experimenta privación. Este es el momento de “privación original”.

Hay un punto especial que quiero remarcar. En las bases de la tendencia antisocial
hay una buena experiencia que se hubo perdido. Seguramente, es una característica
esencial que el niño haya adquirido la capacidad para percibir que la causa del
desastre yace en la falla del entorno. El correcto conocimiento de que la causa de la
depresión o desintegración es de origen externo, y no interno, es responsable por la
distorsión de la personalidad y del impulso de la búsqueda de una cura mediante la
búsqueda de un nuevo entorno. El estado de madurez del ego que permite una
percepción de este tipo determina el desarrollo de una tendencia antisocial en lugar
de la enfermedad de la psicosis. Un gran número de compulsiones antisociales se
presentan pueden ser exitosamente tratadas en las etapas tempranas por los padres.

[“Tendencia antisocial”, p.313]

Para Winnicott, la etiología de la psicosis yace en la falla temprana del entorno durante
el tiempo de absoluta dependencia.

Una falla en este momento significa que la madre no pudo identificarse con su niño y
por tanto no estuvo en el estado de preocupación maternal primaria que es requerido
para que el niño se desarrolle fuertemente, Pero las raíces de la tendencia antisocial
refieren al tiempo después del tiempo de la absoluta dependencia, cuando la falla
ocurre en tiempos de relativa dependencia. Es durante este tiempo de dependencia
de sus necesidades que el niño comienza a ser consciente de su dependencia, y si
es decepcionado, experimentará privación. Cuando y si las cosas cambian y este
percibe una chance de recobrar lo que hubo perdido, es que recobra la esperanza.
Es la esperanza que motiva el acto antisocial (ver DEPENDENCIA; 1, 2; AGRESION:
7).

60
5 El momento de esperanza

Winnicott provee una lista de lo que está ocurriendo con el bebé o el niño en el
momento de la esperanza:
En el momento de la esperanza el niño:
 Percibe un nuevo escenario que tiene algunos elementos de confiabilidad.
 Experimenta un impulso que puede ser llamado Búsqueda –Objeto.
 Reconoce el hecho de que la crueldad está por convertirse en característica
y, por tanto
 Revuelve el entorno inmediato en un esfuerzo de ponerlo alerta al peligro,
y organizarlo para tolerar las molestias.

Si la situación se sostiene, el entorno debe ser testeado y re testeado en su capacidad


para tolerar la agresión, de prevenir o evitar la destrucción, de tolerar las molestias,
de reconocer el elemento positivo en la tendencia antisocial, para proveer y preservar
el objeto que es de ser buscado y encontrado.

En un caso favorable…las condiciones favorables pueden con el curso del tiempo


facilitar que el niño encuentre y ame a una persona, en lugar de continuar la búsqueda
través de reclamos sobre objetos substitutos que hubieron perdido su valor simbólico.

En la siguiente etapa el niño tiene que poder experimentar desesperación en una


relación, en lugar de solo esperanza. Más allá de esto es que existe la real posibilidad
de una vida para ese niño. Cuando las institutrices y el resto del grupo de trabajo en
el hostal sostienen al niño a través de todo ese proceso, Seguramente han hecho una
terapia que se asemeja al trabajo psicoanalítico.

[“Tendencia antisocial”, p.314]

En 1967, once años luego de que Winnicott hubo escrito “La tendencia antisocial”, el
presentó un artículo titulado “Delincuencia como signo de esperanza” en la
Conferencia del asistente del gobernador Brostal. Resaltando en este artículo,
ilustrando la evolución del pensamiento de Winnicott, no es necesariamente la
búsqueda del objeto perdido, sino sobre la capacidad de buscar y de tratar de lograr

61
la atención de alguien. La capacidad tiene la convicción a un profundo nivel y hay algo
que puede ser encontrado. En términos de desarrollo esta capacidad está ligada a la
búsqueda del sentido del Yo (ver YO: 11).

…Es necesario ver que estamos hablando de dos aspectos de una misma cosa, la
tendencia antisocial. Me gustaría relacionar una de estas a la relación entre el niño
pequeño y la madre y la otra al desarrollo tardío que tiene que ver con la relación del
niño con su padre. La primera tiene que ver con que la madre en su adaptación a las
necesidades del niño pequeño le permite al niño encontrar objetos. Ella inicia el uso
creativo del mundo. Cuando esto falla, el niño ha perdido el contacto con los objetos,
hubo perdido la capacidad creativa de encontrar objetos.

[“Delincuencia como un signo”, 1967, pp. 92-93]

Winnicott advierte que la investigación policial y el castigo como modos de lidiar con
la persona joven solo exacerbarán el problema, porque la verdadera comunicación no
hubo sido escuchada. El argumenta por una respuesta dual de la sociedad, la de
administración y terapia. El joven delincuente necesita un escenario lo
suficientemente seguro y estructurado (administración) así como también el
tratamiento uno a uno (psicoterapia). La terapia es una parte importante del proceso
de rehabilitación, porque el acto antisocial es un pedido inconsciente de parte del niño
o el adolescente de regresar a un estado Anterior al momento de Privación. El acto
antisocial significa la potencialidad del restablecimiento de algo bueno.

La pregunta es ¿qué es la esperanza? ¿Qué es lo que el niño espera hacer? Es difícil


responder esta pregunta. El niño, sin saberlo, espera poder tomar a alguien que
escuche en retrospectiva al momento de la privación o a la fase en la cual se consolidó
la privación en esta inexplicable realidad. La esperanza es tal que el niño o niña será
capaz de revivir en relación a la persona que está actuando como psicoterapeuta el
sufrimiento intenso que hubo seguido inmediatamente al momento de la privación. En
el momento que el niño usa el sostén que le da el psicoterapeuta para alcanzar ese
intenso sufrimiento de aquel momento determinante en su vida o período de tiempo,
es que entonces deviene la memoria del tiempo que precede al momento de
privación. En este sentido el niño ha deseado alcanzar el viejo sufrimiento de aquel
momento decisivo o período de tiempo, luego sigue el recuerdo de tiempos antes de
la privación. En este sentido el niño hubo tratado de llegar nuevamente o a la

62
capacidad de encontrar objetos o a la perdida de seguridad de su marco de referencia.
El niño hubo tratado de alcanzar nuevamente a su relación creativa con la realidad
externa, o bien al período en el cual la espontaneidad era algo seguro, incluso si
involucrase impulsos agresivos.

En este momento el tratar de alcanzar fue hecho sin robo y sin agresión, porque es
algo que ocurre automáticamente como resultado de la llegada del niño a lo que
previamente fue intolerable: el sufrimiento reactivo a la privación. Por sufrimiento
quiero decir, aguda confusión, desintegración de la personalidad, el continuo caer,
falta de contacto con el cuerpo, completa desorientación y otros estados de este tipo.
Una vez que uno llevó a un niño a esta área de eventos y el niño hubo llegado a
recordarlo y a recordar lo que ocurrió anteriormente, es entonces que uno no tiene
dificultad alguna en entender porque este niño antisocial tiene que pasar su vida
buscando por ayuda de este tipo. Ellos no pueden seguir con sus vidas hasta que
alguien haya retrocedido con ellos a dicho momento y haya facilitado el recuerdo por
haber revivido el resultado inmediato de la privación.

[“Delincuencia como un signo”, 1967, pp. 92-93]

En otras palabras, el momento de la privación debe ocurrir en la relación de


transferencia. La capacidad del terapeuta de conocer y combinar el momento de la
esperanza que este (el terapeuta) es capaz de proporcionar el entorno contenedor
que eventualmente conducir al paciente a su habilidad de integrar.

6 La tendencia antisocial y el psicoanálisis

El concepto de la tendencia antisocial abre nuevos terrenos en la teoría psicoanalítica


del desarrollo emocional. Hasta ahora Freud, hubo atribuido el crimen a un sentido
inconsciente de culpa enlazado con al complejo de Edipo: el criminal comete un
crimen para deshacerse de los intolerables sentimientos de culpa −su sentido de
culpa estuvo asociado a un crimen externo −El crimen externo (el acto antisocial) fue
entonces una distracción o actuación del crimen interior fantaseado− parricida o
incestuoso. El alivio deviene del accionar y castigo subsecuente (Freud, 1916d).

63
Como fue ilustrado anteriormente, Winnicott remarca que el medio externo juega un
papel crucial en la persona que comete un crimen, y que su etiología está enraizada
en la temprana relación niño-madre. La privación para Winnicott, ocurre como
resultado de la pérdida del soporte necesario para el ego del niño al tiempo de relativa
dependencia. El acto antisocial compele al entorno a ser importante. El paciente
mediante impulsos inconscientes compele a alguien a que lo dirija y administre.

[“Tendencia antisocial”, p.309]

Masud Khan, en su introducción a “A través de la Pediatría al Psicoanálisis” (1958ª),


señala que para Freud “cada síntoma conlleva deseo de ser cumplido en sí mismo”,
mientras que “Winnicott se extiende más allá para mostrar cómo cada
comportamiento antisocial conlleva en sí mismo la declaración de la necesidad
insatisfecha en su origen”.

Para Khan la importancia de la contribución de Winnicott al concepto de la tendencia


antisocial es su valor en relación a pacientes psicoanalíticos. Khan se dio cuenta que
lo que en principio el veía como resistencia o una respuesta negativa del tratamiento
en sus pacientes podía ser de hecho visto con mayor positividad como una
comunicación que hace el paciente respecto de su privación.

Si el analista es capaz de reconocer la privación del paciente y poder “discernir el


momento de la esperanza”, hay una subsecuente chance de que el paciente pueda
re descubrir las buenas experiencias que él hubo perdido.

El paciente que muestra una fuerte tendencia antisocial en la relación analítica tiene
dificultad en simbolizar y es forzado a actuar su angustia. Si el analista lee el acto
antisocial como signo de esperanza, la comunicación del paciente será al menos
recibida, y existe una chance de que el acto desembocará en la habilidad del paciente
de simbolizar y por tanto utilizar el espacio transicional (ver FENOMENO
TRANSCICIONAL).

SER (LA CONTINUIDAD DE)

1 El centro de gravedad

2 El verdadero Yo incomunicado

64
3 Apercepción creativa

4 Ser y el elemento femenino

5 De que se trata la vida

La continuidad del Ser puede ser descrita como un estado o sentimiento que deviene
como resultado de la experiencia subjetiva del niño de estar fusionado con una madre
lo suficientemente buena. Winnicott también describe esta sensación de “Ser” como
el centro de gravedad, lo cual tiene que ocurrir en las primeras semanas de la etapa
de total dependencia del bebé y es sólo posible si la madre se encuentra en un estado
de preocupación materna primaria.

Ser pertenece al verdadero Yo y su potencial heredado. Ser está ligado a la no


integración, quien es el precursor de la habilidad de relajarse y disfrutar. La habilidad
de Ser deriva de la experiencia de un entorno contenedor desde un inicio. De la
experiencia de Ser puede desarrollarse la capacidad de “Vivir creativamente” y
“Jugar” siendo estos aspectos de la integración y que llevan a hacer.

Winnicott ubica la experiencia de “Ser”” con el elemento femenino − él también dice


que, en el corazón del Ser, se localiza la cultura.

1 El centro de Gravedad

El uso que Winnicott le da a la palabra “Ser” y a la frase “Continuidad del Ser” se


desarrolló durante la última década de su vida y trabajo. Con esto no queremos decir
que esta fuera una nueva idea, sino simplemente que el específica y localiza una
subjetividad interna. Esta manera de describir el sentido del Ser, dentro del bebé, trae
un sabor existencial al trabajo de Winnicott, aunque esto no era lo que él quería lograr.
En una charla dada en 1966 titulada “La madre devota común” y publicado el mismo
año, Winnicott traza una distinción entre sus pensamientos y el existencialismo:

Está el comienzo de todo, y este da sentido a palabras muy simples como el Ser
Podríamos usar una palabra afrancesada existir y hablar de la existencia, y podemos
tornar esto en una filosofía y llamarlo existencialismo, pero de un modo u otro nos

65
gusta comenzar con la palabra Yo y luego con la declaración Yo Soy. Lo importante
es que Yo Soy no significa nada a menos que el Yo en el comienzo Soy junto con otro
ser humano quien aún no ha sido diferenciado. Por este motivo es más acertado
hablar de Ser que de usar las palabras Yo soy, que corresponde a la próxima etapa.
No puede ser sobre enfatizado que el Ser es el comienzo de todo, sin lo cual Hacer y
Ser Hecho no tendrían ningún significado.

[“La madre devota común”, 1966, pp.11-12]

Winnicott parece descartar el valor de la filosofía existencial al poner su énfasis en la


existencia sobre la relación temprana madre-niño. Sin embargo es esta dimensión
afrancesada de trabajo de Winnicott que precisamente extiende y a veces altera
radicalmente la teoría psicoanalítica (con sus consecuentes ramificaciones para la
técnica), y aunque Winnicott lo haya deseado o no, su teoría del desarrollo emocional
realmente hace una contribución significativa en áreas de investigación filosófica.

En un corto artículo presentado a la Sociedad Psicoanalítica Británica en 1952,


“Ansiedad asociada con inseguridad”, el corazón del concepto del “Ser” de Winnicott
fue presentado. El Ser emana de la noción del “Centro de gravedad”. Aquí existe una
importante distinción entre las teorías de Winnicott y la de Klein. Donde Klein dice que
las relaciones objeto comienzan desde el comienzo de la vida, Winnicott observó el
comienzo de las relaciones objeto emanando de las primeras semanas, donde la
madre y el bebé funcionaban como una configuración entorno-individual.

¿Qué es lo que precede la primera relación objeto? Por mi parte he tenido una larga
lucha con este problema. Comencé cuando me encontré diciendo en esta Sociedad,
y lo dije con cierta excitación y acalorado: “No existe tal cosa como un bebé”. Me
alarmé de escucharme enunciar estas palabras y traté de justificarme indicando que
si me muestras un bebé también me muestran a alguien que cuida y se preocupa por
el bebé o al menos alguien que tiene los ojos y los oídos pegados a ese bebé. Uno
ve una “Pareja de lactancia”.

Hoy diría, de manera más calmada, que anteriormente a las relaciones objeto el
estado de las relaciones es el siguiente: La unidad no es el individuo, la unidad es
una configuración entorno-individual. El centro de gravedad del Ser no comienza en
el individuo. Yace en la configuración como un todo. Para un cuidado lo

66
suficientemente bueno, técnica, sostén, y administración general; la carcasa va
siendo gradualmente tomada y el núcleo (que ha lucido todo el tiempo como un bebé
humano para nosotros) puede comenzar a ser un individuo. El comienzo es
potencialmente terrible debido a las ansiedades que mencioné y debido al estado de
paranoia que sigue de cerca en esta primera integración, y también en los primeros
momentos instintivos, trayendo al bebé como hacen, un nuevo y tranquilo significado
a las relaciones objeto. La de cuidado del bebé, que es lo suficientemente buena
neutraliza las persecuciones externas y prevé la sensación de desintegración y
pérdida de contacto entre psiquismo y cuerpo.

En otras palabras, sin una buena técnica de cuidado del niño, este nuevo ser humano
no tiene chance alguna. Con una técnica lo suficientemente buena el centro de
gravedad del Ser en la configuración entorno-individual puede alojarse en el centro,
en el corazón en lugar de en la coraza. El ser humano ahora desarrollándose como
una entidad desde su centro puede comenzar a ser localizado en el cuerpo del bebé
y por tanto puede comenzar a crear un mundo externo al mismo tiempo que adquiere
una membrana limitante y un interior. De acuerdo con esta teoría en un comienzo no
había mundo externo, aunque nosotros como observadores podíamos ver un niño y
su entorno.

[“Ansiedad asociada con inseguridad”, 1952, pp.99-100]

El narcisismo primario, como muchos términos Freudianos, cambia su énfasis y


significado dependiendo de la interpretación del escritor y el uso de la teoría.
Winnicott usa el término poco frecuentemente, pero cuando lo hace se refiere a las
etapas tempranas de la madre y el niño, anteriores a las relaciones objeto.

La madre que está en un estado de preocupación maternal primaria es tomada por la


preocupación por su bebé por su intensa identificación con su situación. Esto le
permite proporcionar una protección física y psicológica para su bebé (ver
PREOCUPACION MATERNAL PRIMARIA: 1, 2, 3, 4).

Fusionado significa para Winnicott que ambos, madre y niño son parte de uno, aunque
la madre sana se da cuenta de ella misma y de su niño (ver EGO: 4). El estado de
fusión para el niño significa que el aún no es capaz de distinguir entre Yo y No-Yo. Él

67
ve la cara de su madre y piensa que es la suya. Este estado de ensueño entre el niño
y su madre esta enlazado con las teorías de mutualidad Winnicott, la necesidad de
ilusión y de comunicación con objetos subjetivos (ver COMUNICACIOON: 9,
DEPENDENCIA: 1, MADRE: 4, YO: 3).

Temprano en su obra Winnicott describe el estado del “ser” como un estado de


desintegración y describe lo que significa en algunas notas escritas en 1948, cuando
se preparaba para dar una charla.

En los momentos de calma no existe la línea entre lo interno y lo externo, sino muchas
cosas separadas, el cielo visto a través de los árboles, algo relacionado con los ojos
de la madre viendo dentro y fuera, deambulando. Hay una falta total de integración.

Esto es algo muy valioso de retener: nos falta algo sin ello, Tiene algo que ver con
estar calmado, descansado, relajado, y el sentirse uno con la gente y las cosas
cuando no hay excitación.

[“Primera introducción con la realidad externa”, 1948, p.25]

La habilidad de relajarse y rendirse de este modo dependerá por completo de un


entorno-brazos de la madre, el cual puede ser confiado por completo. La habilidad de
desintegrarse y relajarse es paradójicamente un signo de integración y madurez (ver
SOLO: 2).

En 1960, la acumulación del trabajo de Winnicott con bebés y sus madres resulta en
el artículo “La teoría de la relación entre padres e hijos”. En este él se enfoca en los
aspectos cruciales de los efectos de un entorno lo suficientemente bueno en la
continuación-del-ser en el niño. Winnicott elabora sobre detalles del cuidado parental
y como contribuyen estos al desarrollo del sentido de bienestar del niño (ver SOSTEN;
4, YO: 5).

Con el “cuidado que recibe de su madre” cada niño es capaz de tener su propia
existencia, y por tanto comienza a construir lo que puede ser llamado la Continuidad
del ser. Sobre la base de esta continuidad de ser el potencial heredado gradualmente
se desarrolla en un niño individual. Si el cuidado maternal no es lo suficientemente
bueno luego el niño no logra llegar a existir, dado que no hay continuidad del ser; en
lugar de esto la personalidad se basa en reacciones contra el impacto del entorno.

68
[“Relaciones padres-niño”, 1960, p.54]

Una vida construida sobre el efecto acumulativo de las reacciones contra el impacto
resulta en un vivir de falso Yo, lo cual no es vida (ver YO: 7)

Sin embargo, hay un saludable falso Yo, falso Yo, que existe para proteger el centro/
el verdadero Yo.

2 El verdadero Yo incomunicado

Winnicott asume la existencia de un Yo central desde el comienzo de la vida. Este


Yo central solo puede existir en un modo autentico y vivo si es protegido y se le
permite permanecer aislado. La noción del Yo aislado es uno que Winnicott comienza
a explorar en su artículo, “La teoría de la relación padre-hijo”.

Otro fenómeno que necesita consideración en esta etapa es el esconder el centro de


la personalidad. Examinemos el concepto de un Yo central o Verdadero Yo. Puede
decirse que el Yo central sería el potencial inherente que está experimentando una
continuidad del ser y, adquirirlo en su propio modo y a su propia velocidad, una
realidad psíquica personal y un esquema corporal personal. Parece necesario permitir
el concepto de aislamiento de este Yo central como una característica de salud.
Cualquier cosa que amenace este aislamiento del Yo verdadero constituye un punto
de mayor ansiedad en esta etapa temprana, y defensas de la infancia primaria
aparecen en relación a fallas por parte de la madre (o en el cuidado materno) de alejar
los golpes que puedan perturbar este aislamiento.

[“Relaciones padres-niño”, p.46]

El tema del aspecto del aislamiento del Yo verdadero es elaborado por Winnicott en
1963, en uno de sus mejores artículos: “Comunicándose sin comunicarse levando al
estudio de ciertos opuestos” (ver COMUNICACIÓN: 12).

Estoy presentando y destacando la importancia de la idea del Aislamiento permanente


del individuo y afirmando que en el núcleo del individuo tampoco hay comunicación
con el mundo No-Yo…

69
Este tema del individuo como aislado tiene su importancia en el estudio de la infancia
y la psicosis, pero también es importante en el estudio de la adolescencia. El niño y
la niña en pubertad pueden ser descriptos de muchas maneras y una de ellas trata el
adolescente como aislado. La preservación del aislamiento personal es parte de la
búsqueda de identidad, y para el establecimiento de una técnica personal para
comunicarse lo cual no lleva a una violación del Yo central. Esta puede ser una de las
razones por las cuales los adolescentes evitan en general el tratamiento
psicoanalítico, aunque están interesados en las teorías psicoanalíticas, Ellos se
sentirían violados por medio del psicoanálisis, no sexualmente sino espiritualmente.
En la práctica el analista puede evitar confirmar los miedos del adolescente con
respecto de esto, pero el analista de un adolescente debe esperar ser testeado por
completo y debe estar preparado para usar comunicación de tipo indirecto, y de
reconocer la simple falta de comunicación.

[“Comunicarse sin comunicarse”, 1963, p190]

Anteriormente en este artículo, Winnicott postula que el miedo de la sociedad por el


psicoanálisis está asociado a la violación del Yo.

Podemos comprender el odio que la gente tiene por el psicoanálisis que hubo
penetrado mucho en la personalidad humana, y lo cual constituye una amenaza para
el individuo en su necesidad para aislarse en secreto. La pregunta es: ¿cómo aislarse
sin tener que aislarse?

[“Comunicarse sin comunicarse”, p.187]

Esta pregunta paradójica e importante esta enlazada con temas de violación del Yo y
estados de abstinencia (ver SOLO; 3).

El respeto y la apreciación por la necesidad del paciente no necesitan comunicar la


noción radical en psicoanálisis en donde la tradición ha sido que el paciente pueda
hablar de todo.

3 Apercepción creativa

70
Apreciación creativa es nombre que pone Winnicott a la experiencia subjetiva del niño,
desde el comienzo, de su madre y su entorno.

La apreciación creativa es más que nada lo que hace que el individuo sienta que a la
vida vale la pena ser vivida. En contraste con esto está su relación con la realidad
externa que es una realidad de cumplimiento, el mundo y sus detalles siendo
reconocidos pero solo como algo a lo que se debe poder pertenecer y que demanda
adaptación.

[“La creatividad y sus orígenes”, 1971, p65]

El niño que se desarrolla desde el centro de gravedad y por lo tanto está alojado en
el núcleo (su propio sentido de Yo) en oposición a su coraza (la necesidad narcisista
de su madre por ser vista) es capaz de percibir creativamente. Es esto y solo esto
que lleva a un sentido del Yo y de sentirse reales. Este sentir presta significado a la
vida y hace que la vida valga la pena de ser vivida. Esto es lo que más preocupaba a
Winnicott durante su última década (ver CREATOVIDAD: 6, YO: 11).

Para Winnicott existe una secuencia entre apreciación y percepción. El bebé, si


pudiese, diría:

Cuando miro estoy viendo, entonces existo.

Ahora puedo mirar y ver.

Ahora miro creativamente y lo que percibo también percibo.

De hecho, me ocupo de no mirar lo que no está allí para ser visto (salo si estoy
cansado).

[“El rol de espejo de la madre y familia en el desarrollo del niño”, 1967, p.114]

La pregunta crucial aquí en términos del Ser es “cuando miro soy mirado” y por tanto
“Existo”. El niño depende en ser visto (sus necesidades adaptadas) por su madre para
poder sentirse vivo. Ver y ser visto son el foco de la identificación primaria. Del
sentido-del-Ser y de ser-visto emerge un lugar en el cual poder soñar y jugar.

La secuencia de Winnicott que recién mencionamos se relaciona con el proceso en


el individuo sano que se solapa con la comunicación silenciosa y la relación con

71
objetos subjetivos. Este tipo de relaciones con uno mismo establecen y enriquecen el
sentido de sentirse real (ver COMUNICACIÓN: 4, 9).

4 Ser y el elemento femenino

En un artículo “Creatividad y sus Orígenes” −una combinación de dos artículos


escritos dentro de los últimos dos años se su vida− Winnicott se refiere a “Elementos
masculinos y femeninos”. El ubica al “Hacer” con el elemento masculino y el “Ser” con
el elemento femenino. De este modo, su teoría del desarrollo emocional incluye la
naturaleza crucial del padre y la tercera área (ver FENOMENO TRANSICIONAL: 7).

Deseo decir que el elemento que estoy llamando “masculino” hace tráfico en términos
de relación activa o pasiva relacionada con.

…Mi consejo es que, por el contrario el elemento puramente femenino se relaciona


con el pecho (o de la madre) en el sentido de que él bebe se convierte en el pecho (o
la madre) en el sentido de que el objeto es el sujeto…Aquí este relacionarse de
elementos puramente femeninos al “pecho” es una aplicación práctica de la idea del
sujeto objetivo −esto es, la idea de un Yo, y el sentimiento de realidad que se
desprende del sentido de tener una identidad.

Por compleja que sea la psicología del sentido del Yo y del establecimiento de una
identidad eventualmente se convierte a medida que él bebe crece, ningún sentido del
Yo emerge excepto sobre la base de este relacionarse en el sentido del SER. Este
sentido del ser es algo que antecede la idea de ser-uno-con, porque aún no hubo sido
nada más que identidad. Dos personas distintas pueden sentirse una, pero aquí en el
lugar que estoy examinando, el bebé y el objeto son uno. El término identificación
primaria pudo tal vez haber sido usado solo para esto que estoy describiendo y estoy
tratando de mostrar lo vitalmente importante que esta experiencia es para la iniciación
de toda experiencia subsecuente de identificación.

Ambas identificaciones proyectivas e introyectivas provienen de este lugar en donde


una es la misma que la otra.

[“La creatividad y sus orígenes”, 1971, p79-80]

72
En la primera etapa del desarrollo, Winnicott señala que objeto y sujeto están en
principio fusionados, fusión primaria y que el objeto es en realidad un objeto subjetivo
(ver ILLUSION: 6).

En el crecimiento de un bebé humano, mientras el Ego comienza a organizarse, esto


que estoy llamando Relación-objeto de elementos femeninos solamente, establece lo
que es tal vez la experiencia más simple de todas, la experiencia de ser. Aquí uno
encuentra una real continuidad de generaciones, el Yo que es pasado de una
generación a otra, a través del elemento femenino de hombres y mujeres y de niños
y niñas…Se trata del elemento femenino en ambos hombres y mujeres.

[“La creatividad y sus orígenes”, 1971, p80]

Winnicott señala que el psicoanálisis ha descuidado ese aspecto de lo que él llama el


elemento femenino-la capacidad de ser.

Los psicoanalistas dieron especial importancia a este elemento masculino o aspecto


de conducción de relación-objeto, y aun así descuidaron la identidad sujeto-objeto
hacia la cual estoy atrayendo la atención aquí, lo cual es la base de la capacidad de
ser. El elemento masculino Hace mientras que el elemento femenino Es. Aquí vendría
en esos hombres del mito griego quienes trataron de estar al mismo nivel que la diosa
suprema. Aquí también hay una manera de decir que la envidia bien asentada en una
persona hombre sobre la mujer cuyo elemento femenino es tomado por sentado,
aunque a veces sea un error.

[“La creatividad y sus orígenes”, p81]

Esta última oración se relaciona con la tesis de Winnicott sobre las MUJERES: La
envidia hacia la mujer basada en la fantasía de que ellas poseen el elemento
femenino está ligado con el “Miedo a las MUJERES”. El miedo a las MUJERES, que
puede existir en hombres, así como en mujeres, se debe al hecho no reconocido de
que todos fuimos alguna vez absolutamente dependientes de una mujer (ver
DEPENDENCIA: 2, 3, 4).

Un a discusión del elemento femenino es imposible, para Winnicott, sin la referencia


de una madre lo suficientemente buena, quien es capaz de ofrecer un entorno
facilitador.

73
Regreso ahora a la consideración de la etapa muy temprana en la cual el patrón está
siendo establecido por la manera en que la madre maneja sutilmente a su bebé. Debo
referirme a este ejemplo especial del factor ambiental. O bien la madre tiene un pecho
que Es, por tanto, el bebé también puede Ser cuando ambos aún no se hubieron
separado en la mente rudimentaria del bebé; o bien la madre es incapaz de hacer
esta contribución, en cuyo caso el bebé debe desarrollarse sin la capacidad de ser, o
con una capacidad lisiada del ser.

[“La creatividad y sus orígenes”, p81-82]

En un mensaje dirigido claramente a los Kleinianos, quienes creen que la envidia es


innata, Winnicott desea remarcar su desacuerdo teórico de larga data con Melanie
Klein, y señala que la envidia emerge de la falla del entorno. La experiencia de una
madre tentadora −a veces bueno, a veces malo, pero nunca demasiado bueno− es
la peor madre de todas (ver MADRE: 12).

La madre que es capaz de hacer esta cosa tan sutil a la que me estoy refiriendo, no
produce un niño cuya “puro Yo femenino” sea envidioso del pecho. La envidia es un
término que puede aplicarse en la experiencia de una falla tentadora del pecho como
algo que Es.

[“La creatividad y sus orígenes”, 1971, p81-82]

La Relación-Objeto (Relación –Ego) en términos del elemento puramente femenino


no tiene nada que ver con instinto e impulso.

El estudio del puro, destilado, no contaminado elemento femenino nos lleva al SER,
y esto forma la única base para el descubrimiento del Yo y del sentido de existir (y
luego en la capacidad para desarrollar un interior, ser contenedor, tener la capacidad
de usar los mecanismos de proyección e introyección y de relacionarse al mundo en
términos de introyección y proyección).

[“La creatividad y sus orígenes”, p.82]

5 De que se trata la vida

Winnicott no parece poder enfatizar lo suficiente que el ser está en el centro de


cualquier subsecuente experiencia en la vida. De hecho, si el individuo no ha tenido

74
la oportunidad de simplemente Ser, su futuro no augura nada bueno en términos de
calidad emocional de vida. Es muy probable que el individuo se sienta vacío.

…Encuentro que la característica del elemento femenino en el contexto de la relación-


objeto es la identidad, darle al niño las bases para su ser, y luego más tarde una base
para ese sentido del Yo. Pero encuentro que es aquí, en la absoluta dependencia de
la provisión materna y en esa calidad especial por la cual la madre logra o falla en
hacer del funcionamiento temprano el elemento femenino, el que debemos buscar los
cimientos para la experiencia del ser.

…Ahora quiero decir;” Luego de ser-hacer y ser-hecho. Pero primero, ser.”

[“La creatividad y sus orígenes”, pp.84.95]

La habilidad de hacer, por tanto, se basa en la capacidad de ser. La búsqueda y


descubrimiento del sentido del Yo, en el contexto de la terapia, tiene que ver con
encontrar una identidad.

EN 1967, Winnicott hace la pregunta −una que hubiera sido más familiar para
filósofos que para psicólogos− en su artículo, “La Ubicación de la Experiencia
Cultural”:

Tenemos que abordar la pregunta de qué trata la vida en sí misma. Nuestros


pacientes psicóticos nos fuerzan a prestar atención a este tipo de problema
básico…Cuando uno habla de un hombre uno habla de él junto con su bagaje cultural.
El todo forma una unidad.

Solía considerar a la experiencia cultural como una extensión de la idea de un


fenómeno transicional y de jugar sin estar seguro que puedo definir la palabra
“cultura”. Claro está que el acento está en la experiencia. Al usar la palabra cultura
estoy pensando en la tradición heredada. Estoy pensando en algo que está en el pool
común de la humanidad a la cual individuos y grupos de personas pueden contribuir
y de lo cual todos podemos sacar si es que tenemos donde poner lo que encontremos.

[“Ubicación de la experiencia cultural”, 1967, pp.98-99”]

Para Winnicott la cultura pertenece al verdadero corazón de la experiencia fusionada


de la madre y el bebé en un comienzo, junto con e incluyendo el hecho de la

75
contingencia −el contexto en el cual la madre se encuentra a sí misma (ver
CREATIVIDAD: 3).

Pero el niño que no tiene la experiencia de tener una buena madre no pude
desarrollarse ni descubrir la capacidad de ser. Es el bebé quien va a experimentar
aquello a lo que Winnicott llama Ansiedad Impensable, agonía primitiva y aniquilación
(ver ENTORNO: 6).

La ansiedad en estas etapas tempranas de la relación padre-hijo se relaciona con la


amenaza de aniquilación, y es necesaria para explicar lo que significo con este
término.

En este lugar que está caracterizado por la esencial existencia de un entorno


contenedor, el “potencial heredado” se está convirtiendo en “la continuidad del ser”.
La alternativa al ser es reaccionar, y reaccionar interrumpe al ser y aniquila. El Ser y
aniquilar son las dos alternativas. El entorno acogedor tiene entonces como su función
primaria la reducción al mínimo a los daños a los cual el niño debe reaccionar dando
como resultado la aniquilación de su persona. Bajo condiciones favorables el niño
establece una existencia con continuidad y comienza a desarrollar sofisticaciones que
hacen posible acumular los daños en el área de la omnipotencia.

[“Relación padre-bebé”, 1969, p47]

Con un buen sostén puede haber “ser”, lo cual está relacionado a la salud y la
integración y una habilidad de “ser”, con un entorno no muy contenedor el bebé no ha
tenido las provisiones que facilitan la oportunidad del “ser” y solamente puede
reaccionar. Este reaccionar primitivo constituye trauma y causa agonías primitivas, un
constante caer que lleva a la inhabilidad de distinguir entre dentro y fuera, Yo o No-
Yo. La “Condición favorable” puede ser el psicoanálisis, y dentro de la relación de
transferencia el individuo puede tener una chance de comenzar a “Ser” (ver YO: 11).

76
COMUNICACIÓN

1 Simbolización no verbal
2 La experiencia de mutualidad
3 La controversia de tocar a los pacientes durante el tratamiento
4 Dos categorías de bebés
5 Comunicarse y no comunicarse
6 La función de la insatisfacción
7 La necesidad de negar el buen objeto
8 Dos opuestos de la comunicación
9 La sensación de sentirse real
10 Violación del yo
11 Implicaciones para la técnica psicoanalítica
12 Aislamiento y adolescencia

77
En el corazón de la Teoría de Winnicott de la Comunicación, yace la paradójica noción
de un Yo Incomunicado/aislado que no se está comunicando. Estados se
sentimientos entre madre e hijo desde un comienzo constituyen comunicación y
“mutualidad”. Los sentimientos de la madre de por su niño aún antes del nacimiento,
comienzan en la imaginación de su Yo infante. Todos los niños sienten a la madre
desde el vientre materno.

Winnicott diferencia entre ciertas cualidades de comunicación que varían


dependiendo de cada etapa del desarrollo del niño.

En un estado saludable el Yo incomunicado nunca debe de comunicarse, pero si la


comunicación se filtra, ocurre una violación, y el individuo debe establecer un
mecanismo de defensa para sellar y proteger su centro/ verdadero Yo.

1 Simbolización no verbal

En la última década de su vida Winnicott exploró el significado de la comunicación, la


cual elaboró en varias áreas de su trabajo –Relación temprana entre madre-niño,
relación-objeto, la transición de objetos percibidos subjetivamente a objetos
percibidos objetivamente, y la comunicación creativa del área transicional (ver SER:
2; CREATIVIDAD: 2,3; SOSTEN: 4; MADRE: 12, PREOCUPACION MATERNAL
PRIMARIA: 2).

Poniendo el foco en la comunicación inconsciente, Winnicott considera que la


habilidad para comunicarse no depende, inicialmente, en la adquisición del lenguaje
sino en una interacción preverbal a través de la “mutualidad”. Por lo tanto, la
capacidad del niño para jugar y simbolizar precede al tiempo en el que comienza a
utilizar palabras.

…La madre puede o no hablar con su bebé, no importa ya que el lenguaje no es


importante.

Aquí ustedes quisieran que yo diga algo sobre las inflexiones que caracterizan al
lenguaje, incluso en su máxima sofisticación. Un analista está trabajando, como se lo
llama, y el paciente está verbalizando y el analista interpretando. No es solo una
cuestión de comunicación verbal. El analista siente que una tendencia en el material

78
que el paciente está presentando llama a la verbalización. Mucho depende en el modo
que el analista usa la palabra, y por tanto a la actitud que yace bajo la interpretación.
Un paciente clavó sus uñas en la piel de mi mano en un momento de intensa
sensación. Mi interpretación fue: “Ow!”. Esto apenas involucró mi intelecto, y fue muy
útil porque vino inmediatamente (no tras una pausa para reflexionar) y porque significó
para el paciente que mi mano estaba viva, y que era parte de mí, y que yo estaba allí
para ser usado. O debería decir, puedo ser usado si sobrevivo.

[“Comunicación entre el niño y su madre, y madre e hijo,


comparados y contrastados”, 1968, p.95]

Al tiempo en que su artículo “Comunicación entre el niño y su madre, y madre e hijo,


comparados y contrastados” fue escrito en el año 1968, Winnicott había llegado a su
teoría del uno de un objeto, presentado en el mismo año. El uso del objeto se
desprende de la supervivencia del objeto (ver AGRESION: 10).

El tono irónico de este artículo no pasará desapercibido junto con otra noción radical
para el psicoanálisis. No es que las palabras no sean importantes, sino que a veces
pueden ser irrelevantes.

Aunque el psicoanálisis de objetos adecuados se basa en la verbalización, todo


analista sabe sin embargo que, junto con el contenido de la interpretación, la actitud
se refleja en los matices y en el tiempo y en los miles de formas que se comparan con
la infinita variación de la poesía.

[“Comunicación entre el niño y su madre, 1968, p.95]

Keats destaca que la poesía, como la medicina, cura. Winnicott valora el modo en
que se transmite el significado en la sesión analítica:

Por ejemplo, la aproximación no moralista que es, base para la psicoterapia y para el
trabajo social, no se comunica en palabras, sino en la cualidad no moralista del
trabajador. Es lo positivo de la canción del music hall que dice: “no es exactamente lo
que ella dice, sino el modo horrible en que lo dice”.

En términos de cuidado del niño, la madre que siente que puede mostrar una actitud
moralista mucho antes que palabras tales como “maligno” puedan tener sentido para
el bebé. Ella tal vez disfrute de decir: “Te maldigo, pequeño mocoso” de buen modo

79
para sentirse mejor y para que el niño sonría, contento de que le estén haciendo burla.
O aún más sutilmente, que decimos de: “Cállate niño allí en lo alto de los árboles” que
no es particularmente agradable verbalmente, pero hace de una muy bonita canción
de cuna.

[“Comunicación entre el niño y su madre, p.96]

Fue en 1947 que Winnicott, es su artículo “El Odio en la Contratransferencia”, observó


que cada madre odiaba a su bebé desde un comienzo, y dio al menos dieciocho
razones para ello. Su tesis sobre el odio incluye la necesidad de la experiencia
subjetiva del bebé por el odio de su madre, así como de su amor (ver ODIO: 6).

Es también posible para una madre, mostrar a su bebé quien aún no tiene lenguaje,
que ella quiere decir: “Dios te matará si te ensucias ahora que acabo de limpiarte” o
el muy distinto: “No puedes hacer eso allí” que involucra una directa confrontación de
voluntades y personalidades.

[“Comunicación entre el niño y su madre, p.95-96]

2 La experiencia de mutualidad

La preocupación materna primaria −la sincronía con su bebé de la buena madre−


viene a ser referido por Winnicott como “mutualidad” −es similar al trabajo de Daniel
Stern en los efectos de la “sintonización” (Stern, 1985). Para Winnicott la mutualidad
corresponde a la comunicación pre verbal.

Desde el nacimiento un bebé puede visto comiendo. Digamos que el bebé encuentra
el pecho materno y succiona ingiriendo una cantidad suficiente para satisfacer sus
instintos y para crecer. Esto puede ser lo mismo en el caso que el bebé tenga un
cerebro que se va a desarrollar normalmente o bien un cerebro dañado o defectuoso.
Necesitamos saber sobre cómo es la comunicación que ocurre o no con ese
alimentarse. Es difícil estar seguro de estas cuestiones por mera observación del
bebé, aunque parece que algunos bebés miran al rostro de la madre de modo
significativo aún en las primeras semanas. A las doce semanas sin embargo los bebés
pueden darnos información que podamos utilizar mejor, que tratar de adivinar que la
comunicación es un hecho.

80
Aunque los bebés normales varían de forma considerable en su estado de desarrollo
(especialmente si medimos por fenómenos observables), puede decirse que a las
doce semanas son capaces de jugar a juegos tales como: Nos preparamos para
tomar el pecho, el bebé mira a su madre y su mano se extiende para tocar su cara de
modo que jugando el bebé está “alimentando a su madre” introduciendo su dedito en
la boca de la misma.

Puede ser que la madre haya jugado su parte en el establecimiento de este juego,
pero aun así esto es verdad, no invalida la conclusión que saco del hecho de que este
tipo de juego puede ocurrir.

De esto concluyo que, mientras que todos los bebés se alimentan, no existe una
comunicación entre madre y bebé excepto el establecimiento de una situación de
alimentación mutua. El bebé alimenta y la experiencia del bebé incluye la idea de que
la madre sabe lo que se siente al ser alimentada.

Si esto ocurre para que todos puedan observarlo a las doce semanas, entonces de
algún modo o de otro puede (aunque no debe) ser cierto en algún modo oscuro en
una etapa anterior.

[“La experiencia de mutualidad madre-bebé”, 1969, p.255]

Entonces, la comunicación y los estados sentimentales entre madre y bebé están


intrínsecamente ligados con la habilidad de la madre de identificarse con su bebé (de
fusionarse). El bebé cuya madre está involucrada en esta intensa identificación con
él, se beneficia por la experiencia de ser comprendido (ver SER: 3).

Winnicott sugiere que la experiencia de mutualidad depende de ambos, en la madre


por su identificación con el bebé, y en el bebé por su potencial interno de crecimiento.
Para el bebé, esto constituye un logro.

En este sentido presenciamos una mutualidad que es el comienzo de la comunicación


entre dos personas; esto (en el bebé) es un logro del desarrollo, en cuanto que
depende de procesos heredado del bebé que conducen al crecimiento emocional y
también dependen de la actitud de la madre y su capacidad de realizar los deseos del
niño de descubrir y crear.

[“La experiencia madre-bebé”, 1969, p.255]

81
Para que el bebé se desarrolle normalmente, realmente depende de la presencia de
una madre que facilitará su capacidad de crear el mundo (ver CREATIVIDAD: 2)

En este punto Winnicott liga sus comentarios al pie al trabajo de Sechehaye´s en


“Realización simbólica” −que significa permitir que una cosa real se convierta en un
símbolo significante de mutualidad en un entorno especializado (“La experiencia
madre-bebé”, p.255). Este trabajo debe ser llevado a cabo por el paciente quien ha
sido privado de la experiencia de crear el mundo debido a una falla temprana del
entorno (ver ENTORNO: 3, 4; YO: 8).

Winnicott explora las diferentes experiencias individuales entre madre-bebé en su


tarea mutua de comunicarse en una variedad de niveles.

En este punto es necesario interpolar una referencia con el obvio hecho de que la
madre y su bebé llegan al punto de mutualidad de diferentes modos. La madre ha
sido un bebé cuidado, también hubo jugado a “la mamá”, tal vez hubo experimentado
la llegada de hermanos, cuidado de bebés pequeños en su propia familia o en otras
familias, tal vez aprendió o leyó sobre los cuidados de un bebé y tal vez tenga una
fuerte opinión personal sobre lo que se debe y no debe hacerse en el cuidado de un
bebé.

El bebé, por otro lado, está siendo bebé por primera vez, nunca hubo sido madre y
nunca hubo recibido instrucciones. El único “pasaporte que el bebé trae a la aduana”
es la suma de las características heredadas y sus tendencias innatas de crecimiento
y desarrollo.

Consecuentemente, mientras que la madre puede identificarse con su bebé, aún con
un bebé en útero, de modo muy sofisticado el bebé trae a la situación solo la
capacidad de desarrollarse y de lograr identificación cruzada en la experiencia de
mutualidad que se materializa. La mutualidad pertenece a la capacidad de la madre
de adaptarse a las necesidades del niño.

[“La experiencia madre-bebé”, 1969. p.256]

“Identificaciones cruzadas” es un término que Winnicott usa en sus últimos trabajos.


Aparece en artículos publicados en “Juego y realidad, 1971a) − “Creatividad y sus
orígenes”, “Conceptos contemporáneos del desarrollo adolescente y sus

82
implicaciones en la educación superior”, “Interrelación aparte del impulso instintivo y
en términos de identificaciones cruzadas”- así como en algunos artículos publicados
póstumamente en Exploraciones psicoanalíticas (1989a). El término se refiere
básicamente a la habilidad de sintonizar y empatizar con el otro (ver CREATIVIDAD:
7).

Respecto de esta última oración − “Esta mutualidad pertenece a la capacidad de la


madre para adaptarse a las necesidades del bebé” − Winnicott agrega una nota al
pie:

La palabra “necesidad” tiene significado aquí, así como “impulso” tiene significado en
el área de la satisfacción del instinto. La palabra “deseo” está fuera de lugar ya que
pertenece a la sofisticación que no debe darse por sentada en este estado de
inmadurez que estamos considerando.

[“La experiencia madre-bebé”, 1969. p.256]

La diferenciación de “necesidades” y “deseos” está ligada a las fases relevantes del


desarrollo emocional y aplica particularmente al trabajo psicoanalítico llevado a cabo
con pacientes en estado de regresión y aquellos que hacen una regresión durante el
análisis (ver DEPENDENCIA: 1, 4; REGRESION: 9).

A continuación, los deseos de Winnicott de “entrar en las profundas aguas de la


mutualidad que no se relacionan directamente con tensiones de impulsos o instintos”.
El alude a los diferentes tipos de mutualidad, una que pertenece a la necesidad y otra
a los deseos. Mutualidad sin tensión instintiva pertenece a las necesidades del
paciente y al área de “Regresión a la dependencia”.

Como mucho de lo que conocemos de estas experiencias de la primera infancia, este


ejemplo deriva del trabajo que tiene que ser hecho en análisis en niños más grandes
o en adultos cuando el paciente está en una fase, corta o larga en la cual la regresión
a la dependencia es la principal característica de la transferencia. Trabajos de este
tipo siempre tienen dos aspectos, el primero siendo el descubrimiento positivo en la
transferencia de experiencias de tipo tempranas que habían sido pasadas por alto o
distorsionadas en la historia personal del paciente, en la relación temprana con su
madre; y la segunda siendo el uso del paciente de las fallas técnicas de su terapeuta.
Estas fallas producen enojo, y esto tiene valor porque el enojo evoca el pasado en el
83
presente. Al momento de la falla inicial (o falla relativa) la organización del ego del
bebé no estaba organizado lo suficiente como para temas tan complejos como el odio
por algo específico.

[“La experiencia madre-bebé”, 1969. p.257]

Este componente de los errores y fallas del analista como teniendo que formar parte
de esa transferencia es explorado más a fondo por Winnicott en su artículo de 1962,
“Dependencia en Cuidado de bebés, Cuidado de niños y en el Entorno Psicoanalítico”
(ver DEPENDENICA: 7).

3 La controversia de tocar a los pacientes durante el tratamiento

En los ejemplos de casos clínicos expuestos por Winnicott en su artículo de 1969 “La
Experiencia de mutualidad de madre-bebé” él critica específicamente al “analista con
una rígida moralidad analítica que no permite el contacto”. Winnicott señala la
importancia del contacto en aquellos casos en los que la madre del paciente hubo
fallado continuamente a su niño en momentos cruciales del desarrollo:

Este ejemplo es tomado del análisis de una mujer de cuarenta años (casada y con
dos hijos) quien falló en recuperarse completamente en un tratamiento analítico con
una colega mía. Acordamos con mi colega el ver qué ocurriría en el análisis con un
hombre y por tanto comenzó un segundo análisis.

El detalle que he elegido para describir tiene que ver con la absoluta necesidad de
esta paciente, de tanto en tanto, de estar en contacto conmigo (ella tenía miedo de
dar ese paso con una analista mujer por las implicancias homosexuales que esto
podría tener).

Fueron probadas una variedad de intimidades principalmente aquellas que


pertenecen a la alimentación y manejo de un bebé. Hubo episodios violentos.
Eventualmente surgió que ella y yo estábamos juntos y ella tenía la cabeza en mis
manos.

Sin acción deliberada de ninguno de nosotros se desarrolló un ritmo oscilante, como


de acunamiento. El ritmo era más bien rápido como de setenta por minuto (como la

84
frecuencia cardíaca) y tenía que hacer cierto trabajo para adaptarme a este ritmo. Sin
embargo, allí estábamos expresando una mutualidad en términos de un movimiento
oscilatorio (cual mecedora) sutil pero persistente. Nos estábamos comunicando sin
palabras. Esto ocurría en un estado de desarrollo que no requería que el paciente
hubiese madurado en aquello que ella se encontraba poseyendo, en aquella regresión
de dependencia de esta fase de su análisis.

Esta experiencia, que se repetía frecuentemente, era crucial para la terapia, y la


violencia que nos hubo conducido a ello ahora solo se veía como una preparación y
una compleja prueba de la capacidad del analista, de encontrar las varias técnicas de
comunicación de la infancia temprana.

Esta experiencia de mecerse en conjunto ilustra lo que me quiero referir en las etapas
tempranas del cuidado del bebé. Los impulsos instintivos del bebé no están
específicamente involucrados. Lo más importante es una comunicación entre madre
y bebé en términos de la anatomía y fisiología de cuerpos vivientes. El tema puede
ser fácilmente elaborado, y el fenómeno significante va a ser la cruda evidencia de
vida, como el latir del corazón, los movimientos respiratorios, el calor al respirar,
movimientos que indican la necesidad de cambiar de posición, etc.

[“La experiencia madre-bebé”, 1969. p.258]

Es como si Winnicott se transformase, en esta interacción con su paciente, en una


partera que facilita el pujar de la madre y el movimiento del bebé hacia adelante.

Sin embargo, este énfasis en el contacto es un área de controversia para los clínicos
trabajando en la tradición analítica. Algunos dicen que cualquier forma de contacto es
sexualmente estimulante para el paciente. Pero hay muchos otros quienes han estado
trabajando en la adaptación de la técnica en particular para los pacientes que están
en regresión o comienza una regresión en la relación transferencial.

Las dificultadas relacionadas con si el analista debería o no entrar en contacto con su


paciente en consulta, son ilustradas en dos artículos psicoanalíticos de tradición
Independiente: Jonathan Pedder y Patrick Casement. En su artículo de 1976, Pedder
explica por qué el decidió que el contacto era la intervención más apropiada para este
paciente, y Casement, en su artículo de 1982, explica porque el resistió el pedido de
su paciente de tomar su mano.

85
En 1969, como varios clínicos trabajando con pacientes privados y en regresión,
Winnicott creía que él se estaba adaptando a una necesidad, y por tanto en el caso
citado en el artículo de 1969 el eligió tocar a su paciente de un modo que le pareció
el más apropiado, En psicoanálisis contemporáneo cualquier tipo de contacto como
el descripto no sería determinado como apropiado en un tratamiento psicoanalítico
(ver REGRESION: 9).

4 Dos categorías de bebés

Winnicott hace referencia a dos categorías de bebés −aquellos que experimentaron


un entorno confiable y aquellos que no. Los bebés que saben de fiabilidad reciben
una comunicación “silenciosa” de la celebración de sus madres, y los bebés cuyas
madres no son capaces de sostener a sus bebés reciben una comunicación
traumática que constituyen un “grave impacto” (ver ENTORNO: 7).

He tratado en otros sitios de desarrollar el tema del proceso del desarrollo de bebes
que necesitan para su devenir real, el sostén de su madre. La comunicación
“silenciosa” es una comunicación de confianza la cual de hecho protege al bebé de
reacciones automáticas de impacto de la realidad externa, reacciones que rompen la
línea de vida del bebé y generan trauma. El trauma es eso para lo cual el individuo no
tiene una defensa organizada y por tanto prevalece un estado de confusión, seguido
tal vez de una reorganización de las defensas, defensas de tipo más primitivo que
aquellas buenas y prevalecientes antes de la ocurrencia del trauma.

La examinación del bebé que está siendo sostenido muestra que la comunicación es
o bien silenciosa (dando por sentada la fiabilidad) o bien traumática (generando la
experiencia impensable o arcaica de la ansiedad).

Esto divide el mundo de los bebés en dos categorías:

1. Bebés que no fueron significativamente decepcionados en su infancia, y cuyas


creencias en fiabilidad llevan a la adquisición de una confianza personal, la
cual es un ingrediente importante del estado que puede llamarse “hacia la
independencia”. Estos bebés tienen una línea de vida y retienen la capacidad

86
de moverse hacia adelante y hacia atrás (en términos de desarrollo) y son
capaces de asumir todos los riesgos por estas bien seguros.
2. Bebés que fueron significativamente decepcionados bien una vez o de modo
reiterado por fallas del entorno (relacionado con el estado psicopatológico de
la madre o madre sustituta). Estos bebés llevan consigo la experiencia de la
ansiedad impensable o arcaica. Ellos saben lo que es estar en un estado de
aguda confusión o en agonía de desintegración. Saben lo que se siente al ser
dejados, tirados para caer por siempre, o dividirse en una desunión
psicosomática.

En otras palabras, han experimentado el trauma, y sus personalidades deben


construirse alrededor de esta reorganización de las defensas luego de ocurrido el
trauma, defensas que deben retener características primitivas como la división de
la personalidad.

[“La experiencia madre-bebé”, 1969. pp.259-260]

La “división” se refiere a la división defensiva del verdadero y del falso Yo. Las
“comunicaciones silenciosas” del Yo central presentado en el artículo de Winnicott
“Comunicarse y No comunicarse levando al Estudio de Ciertos Opuestos” se refiere
a la división necesaria que es característica de bebés saludables de la primera
categoría. Para estos bebés hay una elección entre comunicarse y el derecho de no
comunicarse que se relaciona con la división patológica de aquellos bebés que
sufrieron la violación del Yo y como consecuencia están limitados en su elección.

5 Comunicarse y no comunicarse

La afirmación central de Winnicott sobre comunicación es que cada individuo es en sí


mismo aislado, y por tanto su derecho a no comunicarse debe ser respetado. Este
punto se basa en una de las famosas paradojas de Winnicott—“Es una alegría el estar
oculto y un desastre el no ser encontrado” (“Comunicarse y no comunicarse”, p. 186).

El artículo “Comunicarse y No comunicarse llevando al estudio de Ciertos Opuestos”,


fue presentado en 1963, cuando Winnicott tenía sesenta y siete años. Marcó sus
preocupaciones finales, el fruto de cuarenta años de investigación emocional,

87
observación, y análisis de la relación de madre-hijo y su uso como paradigma para la
relación de analizado y analista.

La extensión y elaboración de los temas pertinentes a lo más crucial de las relaciones


del individuo al comienzo de la vida abren el tema de la auto comunicación del
individuo y de la necesidad de un Yo “incomunicado”, privado, secreto. Es el Yo
secreto que no solo tiene el derecho de no comunicarse, pero, esencialmente, “nunca
debe comunicarse con o ser influenciado por la realidad externa” (“Comunicarse y no
comunicarse”, p. 187).

Winnicott comienza su artículo de 1963 por citar una línea de Keats: “Todo punto de
pensamiento es el centro de un mundo intelectual” y dice que su artículo “contiene
sólo una idea”. Esta idea se insinúa en el segundo párrafo y se relaciona claramente
con la experiencia subjetiva presente de Winnicott.

Comenzando desde un lugar no fijo pronto llegué, mientras preparaba este


artículo…para reclamar, para mi sorpresa, el derecho a no comunicarse. Esta era una
protesta que nacía desde el núcleo de mi Yo a la fantasía aterradora de ser
indefinidamente explotado. En otro lenguaje esto sería la fantasía de ser tragado. En
el lenguaje de este artículo es la fantasía de ser encontrado.

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, p. 179]

Subsecuentemente, a fin de explorar el tema del derecho a no comunicarse, Winnicott


hace referencia a las etapas tempranas del desarrollo emocional, revisitando sus
formulaciones en la relación-objeto (hasta ahora relacionado con el ego). Esto lo
provee con la oportunidad de representar la noción de que el bebé crea el objeto.
Esto fue escrito aún cinco años antes de su presentación de “El Uso de un Objeto y
Relacionarse Mediante Identificaciones”, en lo cual él estaba examinando el camino
desde relación-objeto a Uso-del-Objeto (ver AGRESION: 10).

El bebé que experimenta omnipotencia bajo los auspicios del entorno facilitador crea
y re crea el objeto, y el proceso gradualmente se construye y recoge un recuerdo de
apoyo.

Sin duda aquel que eventualmente se convierte en intelecto afecta la capacidad del
individuo inmaduro de hacer esta difícil transición desde relacionarse con objetos

88
subjetivos a relacionarse con objetos percibidos objetivamente…En condiciones de
salud el niño crea lo que está de hecho por allí esperando a ser encontrado. Pero en
condiciones de salud el objeto es creado, no hallado. El aspecto fascinante de la
relación-objeto normal fue estudiada y varios de mis artículos, incluyendo el que trata
de “Objetos Transicionales y Fenómenos Transicionales” (1951). Un buen objeto no
es bueno para el niño al menos que haya sido creado por el niño. ¿Debo decir, creado
por necesidad? Aún el objeto debe ser encontrado para poder ser creado. Esto debe
ser aceptado como una paradoja…

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, pp. 180-181]

La fuerza de la agresión en el bebé debe ser respondida por el entorno- de una forma
sin represalias. Es esta respuesta la que determinará la habilidad del niño de llegar a
cierto estado de madurez emocional y de poder distinguir entre Yo y No-Yo (ver
AGRESION: 5).

Winnicott ve las dos tendencias en comunicarse y no comunicarse como un dilema,


particularmente para el artista.

En los artistas, creo que uno puede detectar un dilema inherente, que pertenece a la
coexistencia de dos tendencias, la urgente necesidad de comunicarse y la necesidad
aún más urgente, la de no ser encontrado.

[“Comunicarse y no comunicarse”, p. 185]

Esta sincera oración sin duda se relaciona con el dilema personal de Winnicott como
escritor y comunicador.

6 La función de la insatisfacción

De modo de llegar a la habilidad de distinguir entre Yo y No-Yo, el bebé debe de lograr


una tarea de desarrollo en términos de percepción. Winnicott se refiere a dos tipos de
percepción, una subjetiva, y la otra objetiva. El objeto percibido subjetivamente se
refiere al tiempo en el que el bebé cree que lo que ve cuando mira al rostro de su
madre, es el mismo (ese soy Yo). A medida que se concientiza de la diferencia entre

89
su propio cuerpo y los objetos externos (ese No soy Yo) es que comienza a percibir
objetivamente.

No obstante, para hacer el recorrido desde percibir objetos subjetivos (ese soy Yo) a
objetos objetivamente percibidos (ese No soy Yo) se requiere un puente −un período
entre las dos percepciones− Entonces antes de arribar a un estado en el que se
pueda percibir el mundo objetivamente, necesita haber sido establecida la ilusión de
omnipotencia (he creado este objeto por propia necesidad, por tanto soy Dios) (ver
ILUSION: 5, 6; MADRE; 8). Un aspecto crucial de este entre estados, es la experiencia
de insatisfacción.

Hay otro punto de importancia si uno considera la ubicación del objeto. El cambio de
la forma del objeto de “subjetiva” a “percibida objetivamente” se transita menos
efectivamente por las satisfacciones que por las insatisfacciones. La satisfacción
derivada de alimentarse tiene menos valor en este sentido del establecimiento de la
relación-objeto que cuando el objeto es, por así decirlo, en el camino. La gratificación
instintiva da al bebé una experiencia personal y hace poco a la posición del objeto, he
tenido un caso en el que la satisfacción eliminó el objeto por un paciente adulto
esquizoide, de modo de no poder permanecer en el sofá, este reproducir de la
situación de las insatisfacciones infantiles que eliminaron la realidad externa o la
externalidad de los objetos.

Dicho de otro modo, diciendo que el bebé se siente “engañado” por una alimentación
satisfactoria, y puede encontrarse que la ansiedad de una madre lactante puede
basarse en el miedo de que si su bebé no esté satisfecho entonces la madre será
atacada y destruida. Luego de ser alimentado el bebé satisfecho deja de ser peligroso
por un par de horas…Por el contrario, la agresión experimentada por el bebé, ella que
pertenece al erotismo muscular, al movimiento, y a fuerzas irresistibles que se
encuentran con objetos inamovibles, esta agresión, y las ideas ligadas con él, se
presta al proceso de ubicar al objeto, de ubicar al objeto como separado de su Yo, en
lo que el Yo ha comenzado a emerger como una entidad.

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, p. 181]

El bebé debe tener la idea de que ocurrió por su esfuerzo −su succionar energético−
que él recibió la leche (creó el objeto). Este tipo de satisfacción conduce a la

90
sensación de sentirse real, en lugar del tipo de satisfacción que ocurre sin este
esfuerzo, que es una satisfacción engañosa.

La función del tipo de insatisfacción que habilita al bebé a desarrollar un sentido del
Yo en relación al mundo está también ligado al proceso de desilusión en el trabajo de
Winnicott (ver MADRE: 11).

7 La necesidad de negar el buen objeto

Winnicott llama la atención sobre otro aspecto de la etapa intermedia del desarrollo
saludable: el camino desde la experiencia del Yo subjetivo a la experiencia objetiva
del Yo-esto-No es, la habilidad de decir que no:

Hay un estadio o etapa intermedia en el desarrollo saludable en la cual la experiencia


más importante del paciente en relación al buen objeto o al objeto potencialmente
satisfactorio, es rehusarse a él. Rehusarse a él es parte del proceso de crearlo.

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, p. 182]

Esta paradoja de crear el objeto en el hecho de rehusarse a él trae una diferencia en


el propósito de la comunicación a lo largo del camino:

TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN

Estos asuntos, aunque yo los he mencionado en términos de la relación-objeto,


parecen afectar el estudio de la comunicación, porque naturalmente se produce un
cambio en el propósito y en los medios de comunicación tanto que cambia el objeto
de ser subjetivo a ser objetivamente percibido, en la medida que bebé deja
gradualmente el área de omnipotencia como experiencia vivida. En la medida que el
objeto es subjetivo, hasta ahora es innecesario que se establezca una comunicación
explícita con él. En la medida que el objeto es percibido objetivamente, la
comunicación es o explícita o tonta. Aquí aparecen dos cosas nuevas, el uso y el goce
del individuo de los diferentes modos de comunicación, y el Yo individuo no
comunicado, o el centro personal del Yo que es verdaderamente aislado…

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, p. 182]

91
El bebé sano quien se beneficia de un entorno confiable tiene la elección de
comunicarse o de no comunicarse. La habilidad de elegir emerge de la relación
temprana entre madre-bebé y está ligada a la exploración de Winnicott de dos madres
en una-la madre-entorno y la madre-objeto-en su artículo “El desarrollo de la
capacidad de preocupación” (ver PREOCUPACION: 3).

8 Dos opuestos de la comunicación

Habiendo establecido la diferencia en calidad entre comunicación en los bebés y


luego en el desarrollo emocional, Winnicott delinea dos tipos de no comunicarse:

Dos opuestos de la comunicación:

1 Simple no comunicante

2 Una no comunicación activa o recreativa

Es fácil de entender la primera de estas. Simple no comunicante es como descansar.


Es un estado en sí mismo, y pasa a comunicarse y reaparece naturalmente.

[“Comunicación entre madre y bebé”, 1968, p. 183]

Simple no comunicante se refiere a los momentos de calma de no integración y del


Yo entre madre y bebé, lo cual es el precursor de la relajación (ver SER: 4).

El “no comunicante que es activo” pertenece a la salud y proviene de la elección. El


“no comunicante que es reactivo” pertenece a la patología y surge de un entorno que
no ha sido lo suficientemente bueno y consecuentemente ha fallado en facilitar el
crecimiento.

En la psicopatología…la facilitación falló en cierto modo y grado, y en el asunto de la


relación-objeto el bebé desarrolló una división. De un lado de esa división, el bebé se
relaciona con el objeto que se le presenta, y para este propósito se desarrolla lo que
he denominado un Yo obediente o falso. Por el otro lado de la división, el bebé se
relaciona con un objeto subjetivo o al mero fenómeno basado en la experiencia
corporal, esto siendo apenas influenciado por un mundo percibido objetivamente
(clínicamente no vemos esto en movimientos de balanceo autista, por ejemplo, en la

92
pintura abstracta que es una comunicación “Sin salida” y ¿esto acaso no tiene validez
general?).

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, p. 183]

Bebés que sufren fuertes impactos deben crear una estructura defensiva que divide
su personalidad. Winnicott ve este tipo de división como un resultado necesario del
impacto traumático del entorno. En su artículo de 1960, “La Distorsión del Ego en
Términos de Verdadero o Falso Yo”, complementa los aspectos que el explora
relacionados con la comunicación verdadera o falsa que emana del verdadero o falso
Yo (ver YO: 6, 9).

9 La sensación de sentirse real

La tesis de Winnicott contiene la noción de que la comunicación “sin salida” patológica


(el no comunicante reactivo) −por ejemplo, ilustrado por los estados de retirada− de
hecho, ayuda al individuo a sentirse real, mientras que la comunicación que
corresponde al falso Yo no se siente real porque esta desacoplada o separada del
verdadero Yo, por tanto, no hay comunicación con objetos subjetivos:

Parece no haber duda que por toda esta futilidad de parte del punto de vista del
observador, la comunicación sin salida (comunicación con objetos subjetivos)
conlleva todo sentido de realidad. Por el contrario, dicha comunicación con el mundo
como ocurre en el falso Yo no se siente real; no es una verdadera comunicación
porque no involucra el Yo central.

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, p. 184]

Desde el punto de vista del observador, un individuo puede tener éxito en el mundo,
pero el éxito basado en el falso Yo, lleva a una insatisfacción de la sensación de vacío
y desesperación. Esto refiere al falso Yo intelectual al cual se refiere Winnicott en
1960 (ver YO: 8).

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Winnicott está sugiriendo algo bastante nuevo: la división o des asociación que es
evidente en estado patológico (retracción, retiro) tiene un correspondiente paralelo en
el individuo saludable −de hecho, es parte de la Salud.

Es fácil ver que, en casos de enfermedad leve, en donde hay patología y hay salud,
debe de esperarse una no-comunicante activa (retiro clínico) por el hecho de que la
comunicación fácilmente se liga a cierto grado de obediente o falsa relación-objeto;
comunicación silenciosa o secreta con objetos subjetivos, los cuales llevan un sentido
de lo real, debe de hacerse cargo periódicamente para restaurar el balance.

Estoy postulado que en una persona sana (esto es madurez respecto del desarrollo
de la relación-objeto) hay una necesidad de algo que corresponde al estado de
división de la persona, en la cual una parte de esa división se comunica
silenciosamente con objetos subjetivos.

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, p. 184]

Es específicamente esta comunicación silenciosa con objetos subjetivos lo que


Winnicott enlaza con el “establecimiento de la sensación de realidad”. Esto es todo
parte integrante de la percepción creativa y la habilidad del Yo (ver SER: 3).

10 Violación del Yo

La compleja noción de la habilidad de crear una división personal entre comunicarse


y no comunicarse en estado de salud, está ligada con la tesis de Winnicott de la
violación del Yo. Mientras que él nos conduce al tema de la violación en su artículo
de 1963 “Comunicarse y no comunicarse”, nos provee dos breves ejemplos clínicos
de dos pacientes mujeres.

La paciente mencionó que en su niñez (nueve años) le habían robado un libro de la


escuela en el cual ella coleccionaba poemas y dichos, y ella escribió en el “mi libro
privado”. En la portada escribió “lo que un hombre piensa en su corazón, así es él”.
De hecho, su madre le preguntó: “¿de dónde sacaste este dicho?” Esto es malo
porque significaba que la madre debe de haber leído su libro. Hubiese estado bien si
la madre hubiese leído su libro sin decir nada.

94
Aquí tenemos la escena de un niño que está estableciendo su Yo privado que no se
está comunicando, pero al mismo tiempo quiere comunicarse y quiere ser encontrado.
Es un sofisticado juego de las escondidas en el cual es divertido esconderse, pero un
desastre el no ser encontrado.

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, p. 186]

Este recuerdo de uno de los pacientes de Winnicott se produjo atreves de su


asociación con un sueño de que ella había tenido de ser invadida. Su recuerdo de la
infancia le mostro a Winnicott cual violada se sintió esta paciente por la intrusión de
su madre al centro de su Yo (representado por el libro secreto).

La segunda ilustración clínica describe para Winnicott la manera en que su paciente


necesita relacionarse con objetos subjetivos a través de la escritura de poesía, sin
importar si la misma sería leída alguna vez por alguien más que ella.

Cuando necesita formar un puente con la imaginación de cuando era niña, esto debe
de ser cristalizado en un poema. Ella se aburriría escribiendo una autobiografía. Ella
no publica sus poemas ni se los muestra a nadie más, porque, aunque a ella le gustan
en un principio cada uno de sus poemas, fácilmente pierde interés en ellos. Ella
siempre fue capaz de escribir poemas más fácilmente que sus amigas debido a una
habilidad técnica que parece serle natural. Ella no está interesada en a pregunta:
¿son los poemas realmente buenos? ¿O no? Es decir: ¿Otras personas pensarían
que son buenos?

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, p. 187]

La ilustración lleva a Winnicott al quid del artículo que puede decirse representa el
propio corazón de la obra de su vida.

Sugiero que en el estado de salud existe un centro de la personalidad que


corresponde al verdadero Yo de la personalidad dividida, sugiero que este centro
nunca se comunica con el mundo de los objetos percibidos, y que el individuo sabe
que nunca debe de comunicarse o ser influenciado por la realidad externa. Este es
mi punto principal, el punto de pensamiento que es el centro de un mundo intelectual
y en mi artículo. Aunque las personas sanas se comunican y disfrutan de
comunicarse, el otro hecho es igualmente cierto, que cada individuo es uno aislado,

95
permanentemente no comunicándose, permanentemente desconocido, de hecho, sin
ser encontrado.

En vida y viviendo, este duro hecho es ablandado por el compartir que pertenece al
espectro completo de la experiencia cultural. Como el centro de cada persona es un
elemento incomunicado, y este es sagrado y merecedor de ser preservado. Ignorando
por el momento las aún tempranas y devastadoras experiencias de fracaso del
entorno-madre, diría que las experiencias traumáticas que llevaron a la organización
de las defensas primitivas pertenecen a la amenaza al centro aislado, la amenaza de
ser encontrado, alterado, y comunicado con. La defensa consiste en persistencia del
esconderse del Yo secreto, aun en el extremo de la proyección y de su infinita
diseminación…

...Violación, y ser comido por caníbales, estas son meras pequeñeces en


comparación con la violación del Yo central, alteración de los elementos centrales por
la filtración de la comunicación a través de las defensas. Para mí esto es el pecado
en contra del Yo. Podemos entender el odio que la gente tiene del psicoanálisis ha
penetrado mucho en la personalidad humana, y lo cual pone una amenaza al individuo
humano en su necesidad de estar secretamente aislado. La pregunta es: ¿cómo estar
aislado sin tener que estar aislado físicamente?

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, p. 187]

El estado de violación psicológica del Yo es mucho peor que la violación y el comer


carne humana es un punto discutible, pero esta es la manera en que Winnicott parece
querer acentuar cuan poderosa el cree que este tipo de violación puede ser.

El postula subsecuentemente tres hebras de comunicación en el desarrollo saludable.

Bajo las mejores circunstancias, el crecimiento ocurre y el niño pasa a poseer tres
líneas de comunicación: la comunicación que es por siempre silenciosa, la
comunicación que es explícita, y esta tercera forma de comunicación la intermedia
que se desliza fuera de jugar en experiencias culturales de todo tipo.

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, p. 188]

96
11 Implicaciones para la técnica psicoanalítica

La pregunta vital de “como ser aislado sin tener que estar aislado físicamente” tiene
implicaciones importantes para vivir en condiciones creativas y saludables, tanto
como la técnica y la práctica de la psicoterapia. Esto es una de las notables
contribuciones de la técnica psicoanalítica.

En la práctica hay algo que debemos permitir en nuestro trabajo, la no comunicación


del paciente como una contribución positiva. Debemos preguntarnos ¿es que nuestra
técnica permite al paciente comunicar que él o ella no se está comunicando? Para
que esto ocurra, nosotros como analistas debemos estar listos para ver esa señal:
“no me estoy comunicando”, y poder distinguirla de la señal asociada con una falla en
la comunicación. Hay un enlace aquí con la idea de estar solo en la presencia de
otro, en principio un evento natural en la vida de un niño, y posteriormente de modo
de adquisición de la capacidad de retirarse sin perder la identificación con eso de lo
que uno se retira o retrae. Esto aparece como la capacidad de concentrarse en una
tarea.

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, p. 188]

Esto altera el escrito del psicoanálisis, por cuanto Freud advocaba la necesidad del
paciente de asociar libremente y “decirlo todo”, aquí Winnicott advoca que la
madre/analista debe respetar la necesidad del Yo privado del niño /paciente de “no
decirlo todo” y de “no” comunicarse.

Winnicott elabora y enfatiza esta diferencia por los peligros que él ve son inherentes
al psicoanálisis si el derecho a permanecer callado no es respetado por el analista.
La medida inusual del mensaje de Winnicott se relaciona con su entendimiento de la
diferencia entre un paciente que puede usar el lenguaje (y consecuentemente el área
de transición) y uno en el cual las palabras no resultan útiles, porque el paciente aún
no ha alcanzado la habilidad de simbolizar (ver FENOMENO TRANSCICIONAL: 3).

En el claro caso de psico-neurótico no hay dificultad porque todo el análisis se hace


por medio del intermediario de la verbalización. Ambos, paciente y analista quieren
que esto sea así. Pero es solo fácil para el analista (donde hay un elemento
esquizoide escondido en la personalidad del paciente) transformarse en una colusión
infinitamente prolongada del analista con la negación a la comunicación por parte del

97
paciente…En dicho análisis un período de silencio puede ser la contribución más
positiva que puede hacer el paciente, y el analista entonces se involucra en el juego
de la espera. Uno puede por supuesto interpretar movimientos y gestos y todo tipo de
detalles comportamentales, pero en el tipo de caso que tengo en mente es mejor que
el analista espere.

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, p. 189]

Winnicott urge al analista a que espere y que le dé al paciente el espacio para llegar
a sus propias interpretaciones, particularmente mientras que el analista está en el
proceso (en la experiencia del paciente) de convertirse en un objeto percibido
objetivamente.

…en el lugar en donde el analista no hubo cambiado de un objeto subjetivo a uno que
es percibido objetivamente, entonces el psicoanálisis es peligroso y el peligro es uno
que puede ser evitado si sabemos cómo comportarnos. Si esperamos, pasamos a ser
percibidos objetivamente en el tiempo que el paciente necesite, pero si fallamos en
comportarnos de un modo que sea facilitador para el proceso analítico del paciente
(lo cual es el equivalente del proceso de maduración del bebé o niño) nos convertimos
de repente en No-Yo para el paciente, y luego sabemos demasiado, y somos
peligrosos porque estamos cerca de la comunicación con el quieto y silencioso punto
central de organización del Ego del paciente.

Por esta razón encontramos conveniente, incluso en el caso de un caso de psico-


neurosis de evitar contactos que están fuera del análisis. En el caso de un esquinzo
o de personalidad limite, este tema de cómo manejamos los contactos extra
transferenciales pasa a formar parte del trabajo con el paciente.

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, p. 189]

Esto se relaciona con la necesidad de barreras que proveen un marco seguro en la


relación analítica.

Winnicott, usando una inversión paradójica de interpretación Freudiana que implica


que el analista sepa, advoca que el analista no sepa, como una experiencia útil para
el paciente.

98
Aquí uno puede discutir el propósito de la interpretación del analista. Siempre he
sentido que una función importante de la interpretación es el establecimiento de los
límites del entendimiento del analista.

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, p. 189]

12 Aislamiento y adolescencia

Reiterando el caso del individuo como aislado, Winnicott usa al adolescente como el
primer ejemplo de aislamiento que pertenece a cada individuo.

Este tema del aislamiento del individuo como aislado tiene su importancia en el
estudio de la infancia y de la psicosis, pero también tiene importancia en el estudio de
la adolescencia. El niño o niña en la pubertad pueden ser descriptos de muchas
maneras, y una de esas maneras concierne al adolescente como aislado. Esta
preservación del aislamiento personal es parte de la búsqueda de la identidad, y por
el establecimiento de una técnica personal para comunicarse que no lleva a la
violación del Yo central. Esta puede ser una de las razones por las que en general los
adolescentes evitan el tratamiento psicoanalítico, aunque se interesan en las teorías
psicoanalíticas. Ellos sienten que serán violados por el psicoanálisis, no sexualmente
sino espiritualmente. En la práctica el analista puede evitar confirmar los miedos del
adolescente en este punto, pero el analista de un adolescente debe esperar a ser
testeado completamente y debe estar preparado para usar una comunicación
indirecta y para reconocer simple no comunicación.

En la adolescencia, cuando el individuo está experimentando los cambios de la


pubertad, y no está necesariamente listo para ser un adulto aún, es que ocurre un
fortalecimiento en las defensas de ser encontrado, es decir, ser encontrado antes de
estar allí para ser encontrado. Eso que es realmente personal y que se siente real
debe ser defendido a todo costo, aun cuando esto signifique una ceguera temporal al
valor del compromiso. Los adolescentes forman agregados, más que grupos, y
mediante el parecerse enfatizan la soledad esencial de cada individuo.

[“Comunicarse y no comunicarse”, 1963, p. 189]

99
La diferencia entre compromiso y obligación es algo que el adolescente debe
aprender (ver YO: 11). El punto principal de Winnicott en este artículo en particular es
el aislamiento existencial de cada individuo.

PREOCUPACIÓN

1 La posición depresiva
2 Una visión personal de la posición depresiva
3 Dos aspectos de la madre
4 Dos tipos de ansiedad
5 El círculo benigno
6 Ambivalencia
7 La función de contribuir
8 La dimensión del tiempo
9 Moralidad innata
10 Maldad

El estado de preocupación se aborda cuando el bebé comienza a sentir preocupación


por su madre, hacia quien ha sido dirigido su amor despiadado. La capacidad del niño
de sentir preocupación por su madre marca el logro del desarrollo del camino “pre-
piedad a piedad”.

Las características superpuestas del estado de preocupación de Winnicott son


ambivalencia, el círculo benigno, contribuyendo y moralidad innata.

100
1 La posición depresiva

En 1935, cuando Winnicott se recibió de como psicoanalista, Melanie Klein estaba


trabajando en uno de sus mayores desarrollos teóricos, lo que llegó a conocerse como
“la posición depresiva”. Este término pasó a convertirse en parte del vocabulario
Kleiniano y es tan importante como la teoría del Complejo de Edipo de Freud.
Winnicott entre muchos otros, mientras reconocieron los componentes de la teoría
como crucial en relación con el desarrollo emocional, sin embargo, no gustaron de
que el término tuviese su manera de describir esta etapa del desarrollo.

A lo largo de muchos artículos de Winnicott del año 1950, puede discernirse que él
estaba trabajando en su propia contribución teórica a esta estado particular del
desarrollo emocional en el bebé pertinente a la dependencia relativa, notablemente
en su artículo de 1954 “La posición depresiva en el desarrollo emocional normal” y
posteriormente en 1956 en “Psicoanálisis y el sentido de la culpa”, Estas ideas en
evolución mencionadas en estos artículos dieron frutos en 1962, en “Desarrollo de la
capacidad de preocupación”; Winnicott está ahora listo para reemplazar la “posición
depresiva” de Klein con su “Estado de preocupación”.

2 Una visión personal de la posición depresiva

En “La posición depresiva en el desarrollo normal” Winnicott se propone a


proporcionar su punto de vista personal de los principios de la “Posición depresiva de
Klein. Su énfasis es en “normalidad” y los logros del desarrollo alcanzados de la
posición depresiva.

Tempranamente en su artículo Winnicott critica el término y ofrece una alternativa,


para indicar salud en lugar de enfermedad.

El término posición depresiva es un mal término para un proceso normal, pero nadie
ha sido capaz de encontrar uno mejor. Mi sugerencia es que debería de ser llamado”
El estado de preocupación”. Creo que este término claramente incluye el concepto…

101
A menudo ha sido señalado que un término que implica enfermedad no debe ser
utilizada cuando se describe un proceso normal. El término posición depresiva parece
implicar que bebés normales pasan por una etapa de depresión, o de enfermedad del
estado de ánimo. De hecho, esto no es lo que se quiere decir.

[“Posición depresiva”, 1954, pp. 264-265]

Winnicott destaca que la depresión es un síntoma de enfermedad y nada tiene que


ver con el desarrollo saludable normal y la posición depresiva (ver DEPRESION: 1).

El uso de la palabra “depresivo” entonces nos ofrece un rompecabezas −uno que


Winnicott quiere explorar en términos del amor cruel del bebé (agresión primaria) por
su madre, lo cual dentro de un entorno facilitador cambiará a preocupación y piedad
(ver AGRESION: 3, 8).

En un principio el bebé (desde nuestro punto de vista) es cruel, no tiene preocupación


sobre los resultados del amor instintivo. Este amor es originalmente una forma de
impulso, gesto, contacto, relación, y le da al bebé la satisfacción de expresarse y
liberar la tensión instintiva, más coloca el objeto fuera del Yo.

Debe notarse que el bebé no se siente cruel, pero en retrospectiva (y esto ocurre en
regresiones) el individuo puede decir: ¡yo fui cruel entonces! La etapa es la pre-
piedad.

[“Posición depresiva”, 1954, p.265]

Winnicott ve el camino del niño desde la pre-piedad a la piedad como el aspecto más
vital del desarrollo emocional. Es este camino el que caracteriza la etapa d
preocupación.

En uno u otro momento en la historia del desarrollo de cada individuo humano normal,
deviene el cambio de la pre-piedad a la piedad. Nadie va a cuestionar esto. Lo único
es, cómo es que esto ocurre, cuando, y bajo qué condiciones. El concepto de la
posición depresiva es una forma de tratar de responder estas tres preguntas. De
acuerdo a este concepto, el cambio de crueldad a piedad ocurre gradualmente, bajo
ciertas condiciones definidas de maternidad, durante el período de los cinco a doce
meses de vida, y no se establece definitivamente hasta mucho después; y puede
encontrarse en el análisis que nunca ocurrió.

102
La posición depresiva es entonces un asunto complejo, un elemento inherente en un
fenómeno no controversial, aquel del surgimiento en cada ser humano desde la pre-
piedad a la piedad o a la preocupación.

[“Posición depresiva”, pp.266.267]

El camino desde la pre-piedad a la piedad involucra al bebé en un gran trabajo. Este


trabajo puede comenzar una vez que el bebé es capaz de ver a su madre como otro
aparte de sí mismo. Winnicott describe este proceso como el de lograr un “estado de
unidad”. Esto es, cuando el bebé llega al punto de distinguir entre “Yo” y “No-Yo”.

3 Dos aspectos de la madre

El bebé que adquiere “estado de unidad” debe comprender que las dos madres en su
fantasía son una y la misma. En su artículo de 1954, Winnicott se refiere a estas dos
madres como la madre de las fases tranquilas y la madre de los momentos de
excitación (para el año 1963, estas dos madres son llamadas “Madre-entorno” y la
“Madre-objeto” respectivamente).

La función de la madre durante este tiempo continúa siendo vital para el bebé, en
tanto tiene que adaptarse a las necesidades del bebé y apreciar que el bebé que la
ataca despiadadamente no tiene intención de herirla. Es instinto, un impulso biológico
como el hambre, lo que hace que el bebé sea cruel (ver AGRESION: 2, 3).

El bebé, siendo una persona completa, es capaz de identificarse con su madre, pero
no hay una distinción clara entre lo que se pretende y lo que sucede realmente. Las
funciones y sus elaboraciones imaginativas aún no están claramente distinguidas
como hecho y fantasía. Es asombroso lo que el bebé tiene que lograr en este
momento.

[“Posición depresiva”, 1954, pp.266.267]

Winnicott provee un ejemplo para ilustrar la tarea del bebé:

103
Pensemos ahora en términos de un día, con la madre conteniendo la situación,
asumiendo que, en algún momento, temprano en el día, el bebé tiene una experiencia
instintiva. Para simplificar, pienso en el alimentarse, dado que esto está en la base de
todo este asunto. Aquí aparece un ataque cruel de tipo canibalista, lo cual se muestra
parcialmente en el comportamiento físico del bebé, y es en parte una cuestión de la
elaboración imaginativa del bebé respecto de la función física. El bebé pone uno y
otro juntos y comienza a ver que la respuesta es una y no dos. La madre de la relación
dependiente (analítica) es también el objeto del amor intelectual (impulsado
biológicamente).

[“Posición depresiva”, pp.267-268]

4 Dos tipos de ansiedad

El instinto impulsado biológicamente, que causa que el bebé sea cruel sin intención,
también le genera ansiedad. En este artículo de 1954, Winnicott escribe sobre dos
tipos de ansiedad depresiva (para 1963, el deja de usar la palabra “depresiva” como
adjunta y sólo se refiere a “ansiedad”).

Este primer tipo de ansiedad se relaciona a la percepción del bebé de que su madre
no es la misma luego de amamantarlo, que la que era antes del ataque despiadado
canibalístico. Winnicott pone en palabras la experiencia del bebé de este tipo de
ansiedad pasiva:

Si queremos podemos usar palabras para describir lo que siente el bebé y decir: hay
un agujero en donde había previamente había un cuerpo lleno de riqueza.

[“Posición depresiva”, 1954, p.268]

El segundo tipo de ansiedad se relaciona con la creciente conciencia del bebé de


cómo se siente por dentro, porque es durante esta etapa del desarrollo que se está
dando cuenta de la diferencia entre Yo y No-Yo. Estos dos tipos de ansiedad ponen
al niño en una lucha del desarrollo.

104
…Este niño, luego de ser alimentado, a pesar de ser aprensivo sobre el agujero
imaginado sobre el cuerpo de su madre, está también capturado en la lucha consigo
mismo, una lucha entre lo que se siente bien, es decir ser autosuficiente, y lo que se
siente mal, es decir, persecutorio para uno mismo.

[“Posición depresiva”, p.269]

El resultado exitoso de la lucha del bebé dependerá de: (a) como su madre lo contiene
y (b) el modo en el cual ella recibe sus “regalos” (ver SOSTEN: 2).

En todo momento la madre contiene la situación a tiempo. Así, el día del bebé
continúa, la digestión física, así como también un proceso de trabajo correspondiente,
tiene lugar en la psique. Este proceso de trabajo lleva tiempo y el bebé solo puede
esperar el resultado, pasivamente entregado a lo que está sucediendo por dentro. En
el estado de salud, este mundo interno se convierte en el infinitamente rico núcleo del
Yo.

Hacia el final de este día en la vida de cualquier niño sano, como resultado del trabajo
interno realizado, el niño tiene cosas buenas y cosas malas para ofrecer. La madre
toma lo bueno y lo malo, y ella supuestamente debe saber que se ofrece como bueno
y que se ofrece como malo. Aquí está la primera ofrenda, y sin este dar no hay un
verdadero recibir. Todos estos son asuntos prácticos cotidianos de cuidado infantil y,
de hecho, de análisis.

[“Posición depresiva”, p.269]

Estos asuntos “prácticos asuntos cotidianos”, que son el dar y el recibir entre madre
y bebé, son absolutamente esenciales para que el bebé pueda juntar ambas madres
(Entorno/tranquilo, Objeto/excitado) en su mente, lo cual reside en el centro del
trabajo de integración (ver EGO: 3).

Winnicott enfatiza que es el papel que juega la madre en la interacción en esta etapa,
lo que hará gran diferencia.

El bebé que está bendecido con una madre que sobrevive, una madre que sabe
reconocer cuando se hace un gesto de regalo, ahora está en una posición de hacer
algo al respecto de este agujero, el agujero en el pecho o en el cuerpo, creado
imaginativamente el momento instintivo original. Aquí vienen las palabras, reparación

105
y restitución, palabras que significan tanto en el contexto correcto, pero que puede
tornarse fácilmente en clichés si se usan libremente. El gesto del regalo puede
alcanzar el “agujero” si la madre hace su parte.

[“Posición depresiva, 1954 p.270]

5 El círculo benigno

La lucha del bebé para distinguir entre las dos madres en la relación con cómo se
siente se acumula en una dinámica secuencial, que necesariamente se repite
constantemente. Winnicott nombra esto fenómeno del "círculo benigno" y proporciona
una lista útil de sus aspectos:

Ahora hay establecido un círculo benigno. Entre todas las complicaciones podemos
discernir

 Una relación entre el bebé y la madre complicada por la experiencia instintiva.


 Una percepción tenue del efecto (agujero).
 Una elaboración interna, siendo resueltos los resultados de la experiencia.
 Una capacidad de dar, debido a la separación de lo bueno y lo malo por dentro.
 Reparación.

El resultado de un refuerzo diario del círculo benigno es que el bebé puede tolerar el
agujero (el resultado del amor instintivo). Aquí entonces está el comienzo del
sentimiento de culpa.

Esta es la única verdadera culpa, dado que la culpa implantada es falsa para el Yo.
La culpa comienza a través de la unión de las dos madres, y del amor tranquilo y
excitado, y del amor y el odio, y este sentimiento gradualmente crece para ser una
fuente normal y saludable de actividad en las relaciones. . ..
En la operación del círculo benigno, la preocupación se vuelve tolerable para el bebé
a través de un reconocimiento que, en dado tiempo, se puede hacer algo sobre el
agujero, y los diversos efectos del impulso de identificación en el cuerpo de la madre.
[“Posición depresiva, 1954 p.270]

106
En artículos subsecuentes, en particular “Psicoanálisis y el sentido de la culpa” (1956)
y “El desarrollo de la capacidad de preocuparse” (1962), en donde se elaboran
aspectos del círculo benigno.

En 1956 el énfasis está en la responsabilidad que el bebé comienza a sentir hacia su


madre, junto con el reconocimiento de la edad a la cual el bebé está llegando a esta
etapa del desarrollo:

…Esta etapa importante del desarrollo está compuesta de innumerables repeticiones


esparcidas a lo largo de un período de tiempo. Hay un círculo benigno de (i)
experiencia instintiva, (ii) la aceptación de la responsabilidad que llamamos culpa, (iii)
un procesar y, (iv) un gesto de verdadera restitución…

Sugiero que estamos hablando del primer año de la vida del bebé, y de hecho sobre
todo el período en el cual el bebé tiene una clara relación de dos-cuerpos con su
madre…Para la edad de seis meses un bebé parece tener una psicología compleja,
y es posible que los comienzos de la posición depresiva sean encontrados en esta
edad.

[“Psicoanálisis y el sentido de la culpa”, 1956, p.24]

Para 1962 en “El Desarrollo de La Capacidad de Preocupación”, Winnicott estaba listo


para reemplazar a la teoría de Klein con su propia teoría. En este artículo su posición
definitiva sobre los aspectos del desarrollo emocional en este momento crucial,
constituye una contribución original a la teoría psicoanalítica. El énfasis en la salud y
en los procesos de maduración normales en el bebé, siempre en relación con su
entorno.

La relación interna entre madre y bebé en esta etapa es referida para 1962 como
“destrucción” en lugar de ataque cruel. Es a esta “destrucción” a la que Winnicott se
refiere cada vez más en su trabajo de 1960, y en este artículo sus ideas en evolución
sobre la agresión primaria pueden discernirse, llevando a su artículo de 1968 “El uso
de un objeto y relacionarse mediante identificaciones” (ver AGRESION: 10).

La preocupación es usada para cubrir positivamente un fenómeno que está cubierto


de manera negativa por la palabra “culpa”. Un sentido de la culpa es la ansiedad
ligado al concepto de ambivalencia, e implica un grado de integración en el ego

107
individual que permite la retención del buen objeto-imago junto con la idea de la
destrucción del mismo. La preocupación implica mayor integración y mayor
crecimiento y se relaciona positivamente con el sentido de la responsabilidad del
individuo, especialmente con respecto a relaciones en las cuales hubo ingresado el
impulso instintivo.

[“Desarrollo de capacidad”, 1962, p. 73]

6 Ambivalencia

La conciencia de la ambivalencia es un logro del desarrollo que indica el


reconocimiento de amar y odiar a la misma persona al mismo tiempo. Esta
ambivalencia equivale a la conciencia del bebé de que la madre de tiempos de calma
es la misma que la madre de los momentos excitados.

Al comienzo de la “concientización” de las dos madres, en su mente relacionadas con


su propia ambivalencia, el bebé es particularmente vulnerable. Su madre también lo
debe dejar ir y dejar que él se separe de ella. Winnicott recuerda a Humpty Dumpty:

Este estado de las cosas, inicialmente precario, puede apodarse como “la etapa
humpty-dumpty”, la pared sobre la cual Humpty Dumpty se posa, por ser la madre
que hubo dejado de ofrecer su falda.

[“Desarrollo de capacidad”, 1962, p. 73]

Siguiendo el esquema de Winnicott de los dos aspectos de la misma madre en 1954


(ver PREOCUPACION: 3), ahora él ofrece términos para describir estos aspectos,
mientras que al mismo tiempo espera no sonar dogmático:

Es de ayuda postular la existencia de las dos madres para el niño inmaduro − ¿debo
llamarlas la madre-objeto y la madre-entorno? No tengo la intención de inventar
nombres que se atascan y eventualmente desarrollan una rigidez y una cualidad
obstructiva, pero parece posible usar estas palabras “madre-Objeto” y “madre-

108
Entorno” en este contexto para describir la vasta diferencia que hay para el bebé entre
ambos aspectos de su cuidado, la madre como objeto o como propietaria de la parte-
objeto que puede satisfacer a las necesidades urgentes de su bebé, y la madre como
una persona que cuida al bebé de lo impredecible y quien activamente administra y
provee todos los cuidados del bebé…

En este lenguaje es la madre-entorno quien recibe todo lo que puede llamarse afecto
y coexistencia sexual, es la madre-objeto quien se convierte en objetivo de una
experiencia emocionante respaldado por una tosca tensión instintiva. Es mi tesis que
la preocupación aparece en la vida del bebé como una experiencia altamente
sofisticada en el encuentro de la madre-objeto y la madre-entorno. La provisión del
entorno sigue siendo vitalmente importante aquí, aunque el bebé está comenzando a
tener la estabilidad interna que corresponde al desarrollo de la independencia.

[“Desarrollo de capacidad”, 1962, p. 76]

La atención de Winnicott es la de romper los componentes de esta etapa del


desarrollo que involucra el destete y la separación. Él se concentra en la destrucción
del bebé (referida anteriormente como “agresión primaria”), que lleva al sentimiento
de culpa, responsabilidad, y preocupación. Esta destrucción (en fantasía) involucra
para el bebé, ambas necesidades, la necesidad de poseer y de proteger.

La fantasía que acompaña los impulsos ID (impulsos de identificación) de sangre,


contienen ataque y destrucción. No es solo que el bebé imagina que devora el objeto,
pero también que el bebé quiere tener posesión de los contenidos del objeto. Si el
objeto no es destruido, es debido a su propia capacidad, no por la protección del bebé
por el objeto. Esta es sólo un lado de la cuestión. El otro lado de la cuestión tiene que
ver con la relación del bebé con la madre-entorno, y desde este ángulo puede venir
una exagerada protección de la madre tal que el niño se inhibe o se aleja. Aquí hay
un elemento positivo en la experiencia del bebé de ser destetado y una de las razones
por las cuales algunos niños se destetan por su cuenta.

[“Desarrollo de capacidad”, 1962, p. 76]

Esta idea de protección es importante y esencialmente liberadora porque dibuja un


límite entre la responsabilidad del sujeto y la responsabilidad del objeto. Por ejemplo,
no es la responsabilidad del niño si a la madre le persigue su llanto. Sin embargo, si

109
la madre es perseguida constantemente por las necesidades del bebé debido a sus
propias dificultades, el niño probablemente crecerá convencido de que él es
responsable de los sentimientos de la madre.

7 La función de contribuir

Con el estrés del buen entorno, Winnicott describe la técnica del bebé para lidiar con
su ambivalencia:

En circunstancias favorables se desarrolla una técnica para la solución de esta


compleja forma de ambivalencia. El bebé experimenta ansiedad, porque si el
consume a su madre la perderá, pero esta ansiedad se modifica por el hecho de que
bebé tiene una contribución que hacer para la madre-entorno. Hay una confianza
creciente de que habrá oportunidad de contribuir, para dar a la madre-entorno una
confianza que hace que el bebé sea capaz de aguantar su ansiedad. La ansiedad
mantenida de esta manera se altera en calidad y se convierte en culpa…

Cuando la confianza en este círculo benigno y en las expectativas de oportunidad son


establecidas, el sentimiento de culpa en relación al impulso-ID se modifica aún más,
y entonces necesitamos un nuevo término para ello, como “preocupación”. El bebé
comienza a poder preocuparse, a tomar responsabilidad por sus propios impulsos
instintivos y las funciones que les corresponden. Esto provee uno de los elementos
constructivos fundamentales del juego y el trabajo. Pero en el proceso de desarrollo,
fue la oportunidad de contribuir lo que le permitió la preocupación dentro de las
capacidades del bebé.

[“Desarrollo de capacidad”, 1962, p. 76]

Nuevamente Winnicott tiene claro que la madre no solamente tiene que sobrevivir la
despiadada necesidad que tiene el bebé por ella, sino además tiene que estar allí
para recibir el “regalo” –“gesto espontáneo”. Es su habilidad de recibir que constituye
su supervivencia. La capacidad de la madre de recibir el regalo de su bebé se predica
en su apreciación emocional de la comunicación de su bebé. La calidad de su
recepción es vital para que el bebé pueda comenzar a convertir su ansiedad en

110
preocupación. Esto se convertirá en una característica importante de la tesis de
Winnicott “El uso de un objeto” (ver AGRESION: 10)

Si la madre tiene dificultad en recibir el gesto del bebé, el mismo tiene menos chances
de desarrollar una capacidad de preocupación integrada:

Brevemente, el fracaso de sobrevivir de madre-objeto o el de la madre-entorno de


proveer una oportunidad confiable para la reparación, lleva a una pérdida de la
capacidad de preocupación a su reemplazo por crudas ansiedades y crudas
defensas, como separación y desintegración. Solemos discutir la ansiedad pro la
separación, pero aquí estoy tratando de describir lo que ocurre entre madres y sus
bebes y entre los padres y los hijos cuando no hay separación, y cuando la
continuidad externa de cuidado del niño no ese quiebra. Estoy tratando de dar cuenta
de cosas que suceden cuando se evita la separación.

[“Desarrollo de capacidad”, 1962, p. 77]

Aquí, la tesis de Winnicott, como muchas de sus teorías, es paradójica. Para él la


ansiedad por separación no tiene que ver con el miedo a separarse, sino más bien
con las dificultades de no ser capaz de separarse.

8 La dimensión del tiempo

Parte de la responsabilidad de la madre en su función de sostén es el de cuidar del


tiempo:
Una característica que se debe notar, especialmente con respecto al concepto de
ansiedad es que se “retiene”, es que la integración en el tiempo se hubo adherido a
la más estática integración de las etapas tempranas. La madre hace que siga
corriendo el tiempo, y este es un aspecto de su función de auxiliar del funcionamiento
del Ego, pero el bebé llega a adquirir un sentido del tiempo personal, que al principio
dura solo unos instantes.

[“Desarrollo de capacidad”, 1962, p. 77]

Esta dimensión del tiempo también contribuye a la continuación del ser −una
experiencia muy central que debe tener el bebé para poder crecer. La característica

111
temporal de la relación madre-bebé es elaborada en el artículo de Winnicott de 1967,
“La ubicación de la experiencia cultural” (ver CREATIVIDAD: 3).

9 Moralidad innata

En 1962, en una serie de clases tituladas “El niño pequeño en casa y en la escuela”,
Winnicott presentó sus ideas a una audiencia de la Universidad del instituto de
Educación de Londres sobre la enseñanza de moralidad. Fue subsecuentemente
publicado en “Educación moral en una sociedad en cambio” (Niblett, 1963) y en 1965
en “El proceso de maduración y el entorno facilitador” (1965b), bajo el título de
“Educación y moral”.

La moral y la inmoralidad están para Winnicott, ligadas la propia vida verdadera y


falsa (su artículo “Distorsión del ego en términos del verdadero y falso Yo” fue escrito
justo dos años antes, en 1960).

La moral más feroz es la de la primera infancia, y esto persiste como una racha en la
naturaleza humana que se puede discernir a lo largo de la vida de un individuo. La
inmoralidad para un niño es tener que obedecer a cuestas de su propia forma de vida.
Por ejemplo, un niño de cualquier edad puede sentir que comer está mal, incluso
hasta el punto de morirse de hambre por principio. El cumplimiento trae recompensas
inmediatas y los adultos suelen confundir cumplimiento con crecimiento. Los procesos
de maduración pueden ser evitados por una serie de identificaciones, por tanto, lo
que se muestre clínicamente es un actuar se falso Yo, tal vez una copia de alguien, y
lo que puede llamarse verdadero o esencial se esconde y se le priva de la experiencia
de vivir.

[“Moral y educación”, 1962, p.102]

La tesis de Winnicott en este artículo y en todo su trabajo que la enseñanza de la


moral no significa nada si el niño no hubo antes desarrollado su sentido de
preocupación. En otras palabras, la capacidad de preocupación en el bebé es el
cimiento del sentido de la moral y ética del adulto, lo cual es parte de la madurez
emocional y la salud.

112
…La educación moral sigue naturalmente a la llegada de la moralidad en el niño por
el proceso de desarrollo natural que facilita el buen cuidado.

[“Moral y educación”, 1962, p.100]

10 Maldad

Si el niño no hubo tenido la oportunidad de contribuir y no puede entonces desarrollar


su sentido de preocupación, él puede convertirse en “malvado”, lo cual en este
contexto está logado a la tendencia antisocial (ver TENDENCIA ANTISOCIAL: 2).

La maldad compulsiva es una de las últimas cosas que pueden ser curadas por la
educación moral. El niño sabe en sus huesos que es la esperanza lo que está preso
en el comportamiento maligno, y que la desesperación está ligada al cumplimiento y
a la falsa socialización. Para la persona antisocial o malvada el educador moral está
del lado equivocado.

[“Moral y educación”, 1962, p.104]

Las palabras de Winnicott sobre moralidad son características de toda su actitud en


términos de la confianza en tendencias del desarrollo del bebé cuando es apoyado
por padres normales y cariñosos.

La teoría de Winnicott del estado de preocupación contribuye aún más a la posición


depresiva de Klein, por su énfasis en el rol que juega el entorno. Central a la teoría
de Winnicott es el reconocimiento de la madre de los gestos de regalo del bebé y de
su capacidad de recibir dicho regalo.

Este paradigma se extiende en el entorno psicoanalítico a la capacidad del analista


para recibir el “regalo” del paciente (1989b).

113
CREATIVIDAD

1 Creatividad psíquica primaria


2 El bebé recién nacido como creador del mundo
3 La experiencia cultural y su ubicación
4 Vivir creativamente es hacer
5 La creatividad y el artista
6 Buscando al yo
7 Elementos masculinos y femeninos
8 Elemento puramente femenino
9 Elemento puramente masculino

En el corazón de la teoría de Winnicott de la creatividad está la noción de “creatividad


psíquica primaria” −esto es, un impulso heredado hacia la salud; un impulso creativo.
La habilidad de la madre de adaptarse a las necesidades del bebé, facilita al niño a
sentir que él ha creado el objeto por su propia necesidad. Desde este comienzo el
sentido del Yo puede comenzar a crecer.

La creatividad psíquica primaria está asociada con el “elemento femenino” en el


trabajo posterior de Winnicott que se focaliza en la “localización de la cultura”. El
postula que esta es la base para “vivir creativamente” y para “sentirse real”.

La capacidad de vivir creativamente debe distinguirse del acto creativo (pintar, bailar,
etc.).

114
1 Creatividad psíquica primaria

La teoría de la creatividad de Winnicott es diferente de la de Freud y de la de Klein,


en que el ubica las raíces de la creatividad al principio de la vida y en el corazón de
la relación madre-bebé. Brevemente, para Freud la creatividad en el adulto está ligada
a su teoría de sublimación, y para Melanie Klein la creatividad está asociada con
aspectos reparativos de su teoría de la posición depresiva (lo cual ocurre algunas
semanas o meses luego del nacimiento).

Durante 1950, los pensamientos en evolución de Winnicott sobre la función pívot de


la madre en la relación con su bebé antes y justo después de nacer, ubica la noción
de creatividad psíquica primaria en el principio y en el centro de la primera relación.
En 1953, Winnicott junto con Masud Khan, hacen de críticos de un artículo de W. R.
D Fairbairn, Estudios Psicoanalíticos de La Personalidad. La tesis de Winnicott de la
creatividad primaria comienza a emerger en esta crítica. Refiriéndose al trabajo de
Fairbairn dice:

En su teoría, la actividad psiquiátrica primaria no es una propiedad humana; una


infinita serie de introyecciones y proyecciones forman la experiencia psíquica del
bebé. La teoría de Fairbairn aquí se alinea con la teoría que nos da Melanie Klein,
que también permite no pagar ningún tributo a la idea de la creatividad psíquica
primaria.

En la teoría estrictamente Freudiana puede decirse que este punto no ha surgido,


dado que el lugar en el trabajo clínico en el que se plantea la cuestión de la creatividad
primaria no hubo sido alcanzado. El analista se preocupa por todo el rango de realidad
y fantasía asociadas con las relaciones interpersonales y el logro gradual de la
madurez en los elementos instintivos de estas relaciones; sin embargo, no se afirma
que estos asuntos cubren todo el rango de la experiencia humana. Parecería que sólo
recientemente comparativamente, los analistas comenzaron a sentir la necesidad de
una hipótesis que permitiría áreas de experiencia infantil y de desarrollo del ego que
no están básicamente asociadas con el conflicto instintivo y donde hay un proceso
psíquico intrínseco como el que aquí llamamos “creatividad (psíquica) primaria”.

[Revisión de estudios psicoanalíticos”, 1953, p.420]

115
Para Winnicott, la creatividad psíquica primaria es esencialmente un impulso innato
hacia la salud y está inextricablemente vinculado con varios de sus temas principales:

 La necesidad de experimentar la ilusión de la omnipotencia en los primeros


días y semanas de la relación del bebé con la madre (ver ILUSION: 5, 6; YO:
3; SOSTEN: 4; PREOCUPACIÓN MATERNAL PRIMARIA: 2).
 La habilidad de la madre de responder a los gestos espontáneos del bebé y
por tanto facilitar el desarrollo del sentido del Yo emanando del verdadero Yo
(ver YO: 5).
 El rol de la agresión primaria y los requerimientos del bebe por un objeto
(ambas la madre-objeto y la madre-entorno) para sobrevivir su amor cruel (ver
AGRESION: 2, 3, 8, 9; PREOCUPACION: 3, 4; MADRE: 3, 4; FENOMENO
TRANSCICIONAL: 3).

10 El bebé recién nacido como creador del mundo

En 1951, en su artículo “Objetos de Transición y Fenómenos Transicionales”,


Winnicott se refiere a la habilidad del bebé para la actividad creativa que crea el
pecho.

Se agrega aquí una nota al pie:

{Incluyo la completa técnica de la maternidad. Cuando se dice que el primer objeto es


el pecho, se usa la palabra “pecho”. Creo defender la técnica de la maternidad, así
como también la propia carne.

La madre coloca su pecho justo allí donde el bebé está listo para crear, y en el
momento correcto.

[“Objetos de transición”, 1951, pp238-239]

Este posicionar al objeto en el lugar preciso y en el momento preciso es algo que la


madre es capaz de hacer solo si ella está en un estado de preocupación maternal
primaria, lo que significa que se identifica con el bebé y por lo tanto a un nivel muy
profundo trata de encontrar lo que el necesita (ver MADRE: 8).

116
En este artículo, Winnicott se concentra en la relación entre la subjetividad del bebé
y su dificultad de percibir al mundo objetivamente:

Por lo tanto, desde el nacimiento, el ser humano se preocupa por el problema de la


relación con entre lo que es percibido objetivamente y lo que se concibe
subjetivamente, y en la solución de este problema no hay salud para el ser humano
quien no hubo comenzado lo suficientemente bien con su madre. El área intermedia
a la que me estoy refiriendo es el área que se le permite el bebé, entre a creatividad
primaria y la percepción objetiva basada en el testeo de la realidad. El fenómeno
transicional representa las primeras etapas del uso de la ilusión, sin el cual no tiene
significado para el ser humano la idea de una relación con un objeto que es percibido
por otros como externo a ese ser.

[“Objetos de transición”, 1951, p. 239]

Diecisiete años más tarde, en 1968, Winnicott clarifica el significado y el valor de la


experiencia de omnipotencia del bebé, parafraseando el mensaje materno para su
bebé cuando ella realiza la tarea de presentar el objeto:

Debemos decir que el bebé creó el pecho, pero que no hubiera podido hacerlo si la
madre no hubiera venido con el pecho en ese preciso momento. La comunicación con
el bebé es: “Ven al mundo creativamente, crea el mundo; solo lo que tu creas tiene
sentido para ti”. Luego viene;” el mundo está bajo tu control”. De esta experiencia
inicial de omnipotencia el bebé puede comenzar a experimentar frustración e incluso
llegar algún día al otro extremo de la omnipotencia, esto es, tener un sentido de ser
una mera mancha en el universo, en un universo que estaba allí anteriormente a que
el bebé fuera concebido, y concebido por dos padres que disfrutaban de estar juntos.
¿No es por ser Dios que los seres humanos llegan a la humildad propia de la
individualidad humana?

[“Comunicación entre bebé y madre, y madre y bebé comparados


y contrastados” 1968, p.101]

3 La experiencia cultural y su ubicación

117
En 1967, Winnicott exploró el tema al cual se refiere como “la experiencia cultural”.
Característicamente, particularmente en este momento de su vida y obra, Winnicott
prosiguió “La ubicación de la experiencia cultural”, título de su artículo. La teoría de
Winnicott del “uso de un objeto” ya está en preparación en este artículo y un año
después, en 1968 a los 72 años, presentó su artículo “El Uso de un Objeto y
Relacionarse mediante Identificaciones”

Esencialmente, la experiencia cultural comienza en la secuestrada y temprana


relación de la pareja lactante. Mientras que el entorno sea facilitador y lo
suficientemente bueno, el bebé tendrá la ilusión de “ser Dios”, y sobre la base de esta
experiencia el podrá desarrollarse y trabajar a través de un proceso de desilusión,
que, de hecho, él no es Dios. Para ayudarlo en su camino desde la ilusión a la
desilusión, el bebé o niño normal usará un objeto de transición. La actitud de ambos
padres con el objeto de transición es crucial (ver FENÓMENO TRNSICIONAL: 3, 4)

Hube afirmado que cuando presenciamos el uso de un objeto de transición por un


bebé, la primera posesión No-Yo, estamos presenciando tanto el primer uso del niño
de un símbolo, así como su primera experiencia de juego. Una parte esencial de mi
formulación del fenómeno transicional es que acordamos que nunca desafiaríamos al
bebé con: ¿Has creado este objeto, o lo encontraste convenientemente en el suelo?
Esto es, una característica esencial del fenómeno transicional y de objetos de
transición es la calidad en nuestra actitud al observarlos.

El objeto es un símbolo de reunión del bebé y la madre (o parte de la madre). Este


símbolo puede ser localizado. Está en el lugar en el espacio y el tiempo donde y
cuando la madre está en transición de ser (en la mente del bebé) fusionada con el
bebé y alternativamente siendo experimentado como un objeto para ser percibido en
lugar de ser concebido. El uso de un objeto simboliza la unión de cosas que ahora
están separadas, bebé y madre, en el punto del espacio y el tiempo de la iniciación
de su estado de separación.

[“Ubicación de la experiencia cultural”, 1967, pp.96-97]

Aquí Winnicott se refiere a la habilidad creciente del bebé de distinguir entre Yo y No-
Yo; ilustrado por enfatizar al elemento del tiempo:

118
Tal vez valga la pena intentar formular esto de una manera que proporcione el debido
peso al factor del tiempo. La sensación de la existencia de la madre dura X minutos.
Si la madre es más que X minutos, es que el imago se desvanece, junto con esto
cesa la capacidad del bebé de usar el símbolo de la unión.

El bebé está angustiado, pero esta angustia se repara pronto porque la madre regresa
en X+Y minutos. En X+Y minutos el bebé no se ha alterado. Pero en X+Y+Z minutos
el bebé se ha traumatizado. En X+Y+Z minutos el regreso de la madre no repara el
estado alterado del bebé. Trauma implica que el bebé ha experimentado un quiebre
en la continuidad de su vida, tal que defensas primitivas ahora se organizan para
defenderlo de repetir la “ansiedad impensable” o el regreso al estado agudo de
confusión que pertenece a la desintegración de la estructura naciente del Ego.

Debemos asumir que la mayoría de los bebés nunca experimentan la privación de la


cantidad X+Y+Z. Esto quiere decir que la mayoría de los niños no llevan consigo de
por vida la experiencia de haberse enloquecido. La locura aquí simplemente significa
una ruptura de lo que pueda existir en el momento de una continuidad de la existencia
personal. Después de “recuperarse” X+Y+Z de la privación, un bebé debe comenzar
de nuevo permanentemente privado de la raíz que podría proporcionar continuidad
con el comienzo personal. Esto implica la existencia de un sistema de memoria y una
organización de las memorias.

[“Ubicación de la experiencia cultural”, 1967, p. 97]

Winnicott enfatiza en cómo la madre debe actuar en representación de su bebé de


modo de protegerlo de una ruptura en la continuidad del ser (ver PREOCUPACION:
5; ENTORNO: 1, 2).

Por el contrario, a partir de los efectos de los grados de privación X+Y+Z, los bebés
son curados constantemente por el malcriar localizado de su madre, repara la
estructura del Ego. Esta reparación de la estructura del Ego re establece la capacidad
del bebé de usar un símbolo de unión; el bebé nuevamente permite e incluso se
beneficia de la separación. Este es el lugar que se me dispongo a examinar, la
separación que no es una separación sino una forma de unión.

[“Ubicación de la experiencia cultural”, pp. 97-98]

119
Si el bebé se ha acostumbrado gradualmente a estar separado de su madre por no
más de X+Y minutos, entonces él es capaz de recordarla y de tenerla en mente.

Esto enlaza con el concepto de Winnicott de la capacidad del niño para estar solo (ver
SOLO: 2) Pero, ¿Cómo se vincula esto con la ubicación de la cultura?

El énfasis en la teoría de la cultura de Winnicott se coloca en la experiencia subjetiva


del bebé de las idas y venidas de su madre, así como también su sentido su idioma,
en conjunción con sus tendencias heredadas. Esto último refiere a su idioma −el
idioma del bebé− esto es, las características esenciales que son únicas de su
personalidad y disposición. Las costumbres reales, el idioma, etc., que se relacionan
con cada sociedad específica, surgen de esta cultura temprana:

He usado el término experiencia cultural, como una extensión de la idea del fenómeno
transicional y de juego sin estar seguro de que puedo definir la palabra “cultura”. El
acento esta de hecho en la experiencia. Al usar la palabra cultura, estoy pensando en
la tradición heredada. Estoy pensando en algo que está en el grupo común de la
humanidad, en el cual individuos y grupos de personas pueden contribuir, y de desde
donde todos podemos extraer, si tenemos donde poner lo que encontramos.

Aquí hay una dependencia en algún tipo de método de grabación. Sin duda en
antiguas civilizaciones se ha perdido mucho, pero en los mitos que fueron producto
de la tradición oral, podría decirse que hay un conjunto cultural de la cultura humana
una abarca seis mil años. Esta historia a través del mito persiste en el presente a
pesar de los esfuerzos de los historiadores de mantener la objetividad, lo cual nunca
pueden ser, aunque deben intentarlo.

[“Ubicación de la experiencia cultural”, 1967, p. 99]

Winnicott se refiere al pasaje de una generación a la otra, no solo de costumbres y


tradiciones de una sociedad particular, sino de su sentido emocional y simbólico.
Claro que cada familia tiene sus propios mitos e historias en el contexto de cada
sociedad, lo cual también juega su parte en el psiquismo individual de cada bebé/niño:

…en cualquier campo cultural no es posible ser original excepto sobre las bases de
la tradición. Por el contrario, nadie en la línea de contribuyentes culturales se repite,
excepto como una cita deliberada, y el pecado imperdonable en el campo cultural es

120
el plagio. La interacción entre la originalidad y la aceptación de la tradición como la
base para la inventiva parece ser un ejemplo más, y uno muy excitante, de la
interacción entre unión y separación.

[“Ubicación de la experiencia cultural”, p. 99]

Winnicott desea enfatizar continuamente la naturaleza de la creatividad en términos


de vivir y estar vivo y sentirse real:

… ¿De qué se trata la vida? Puede curar a su paciente y no saber qué es lo que lo
hace continuar viviendo. Es de suma importancia para nosotros reconocer
abiertamente que la ausencia de enfermedad psiconeurótica puede ser salud, pero
no es vida. Pacientes psicóticos quienes que están todo el tiempo flotando entre vivir
y no vivir nos obligan a mirar este problema, el cual realmente pertenece a todos los
seres humanos no a la psiconeurótica. Estoy afirmando que estos mismos fenómenos
que son la vida y la muerte para pacientes esquizoides y con personalidad límite,
aparecen en nuestra experiencia cultural. Es esta experiencia cultural la que provee
la continuidad en la raza humana que trasciende la experiencia personal. Asumo que
las experiencias culturales están en directa continuidad con el juego, el juego de
aquellos que aún no han oído de los juegos.

[“Ubicación de la experiencia cultural”, 1967, p. 100]

Central a la teoría de Winnicott de la ubicación de la experiencia cultural es la


habilidad del sujeto de “recordar”, inconscientemente, la protección de la madre y la
buena presentación de los objetos al principio de la vida. Esta experiencia es
internalizada y por tanto crea un recurso interno para vivir creativamente.

4 Vivir creativamente es hacer

Así como el juego y el ser pertenecen a la relación temprana entre madre-hijo, la vida
creativa también se origina aquí. En un artículo de Winnicott, escrito en 1970, justo
antes de su muerte, el elabora aún más los temas de la creatividad y de vivir
creativamente:

121
Cualquiera sea la definición a la que lleguemos, debe incluir la idea de que la vida
vale la pena ser vivida o no, según sea la creatividad o no parte de la experiencia de
vida de una persona individual.

Para ser creativa una persona debe existir y tener la sensación de existir, no de forma
consciente, sino como un sitio básico desde el cual operar.

La creatividad es entonces ese hacer que surge del ser. Indica que aquel quien es,
está vivo. El impulso puede estar en reposo, pero cuando la palabra “hacer” se vuelve
apropiada, entonces ya hay creatividad.

…Creatividad, entonces, es la retención a lo largo de la vida de algo que pertenece


propiamente a la experiencia del bebé: la habilidad de crear al mundo.

[“Vivir creativamente, 1970, pp.39-40]

Sobre las bases de la sensación de haber creado al mundo es que se construye todo
lo demás que es significativo. No puede haber desilusión sin antes haber tenido la
ilusión, sin destete a menos que haya primero una buena alimentación, no hacer nada
a menos que primero se pueda ser. Los cimientos de la vida creativa, es la apreciación
creativa, que a su vez se basa en la experiencia de haberse fusionado con la madre.
Es precisamente esta experiencia de “tener en cuenta a la madre” que se desarrolla
en recordar y se convierte en el lugar de la experiencia cultural. Aquí hay una
comunicación silenciosa con objetos subjetivos en el mundo interior del individuo.
Este es el elemento incomunicado de cada personalidad y es crucial en hacer que la
vida sea significativa y que merezca ser vivida (ver SER: 2; COMUNICACIÓN: 9).

5 La creatividad y el artista

Vivir creativamente tiene y no tiene que ver con el artista.

Debo hacer clara la distinción entre vivir creativamente y ser creativo artísticamente.

En el vivir creativamente vos o yo encontramos que todo lo que hacemos fortalece la


sensación de estar vivos, de que somos nosotros mismos. Uno puede mirar un árbol
(no necesariamente a una foto) y mirar creativamente. Si alguna vez ha tenido una
fase depresiva del tipo esquizoide (y la mayoría lo tienen), sabrá esto en el negativo.

122
Cuantas veces me han dicho: Hay un pequeño árbol lleno de flores amarillas
colgantes en mi ventana y el sol brilla, se intelectualmente que debe ser una bella
vista, para aquellos que puedan verla. Pero para mí esta mañana (lunes) no hay
significado en ello. No puedo sentirlo. Me hace agudamente consciente de no ser yo
mismo “real”.

Aunque aliado a la vida creativa, las creaciones activas de escritores de cartas,


poetas, artistas, escultores, arquitectos, músicos, son diferentes. Estará de acuerdo
que, si alguien está comprometido en la creación artística, esperamos que él o ella
puedan acudir a un talento especial, pero para una vida creativa no necesitamos un
talento especial.

[“Vivir creativamente, 1970, pp.43-44]

Esta idea es elaborada en el artículo de Winnicott titulado “Jugar: Actividad Creativa


y la Búsqueda del Yo” (1971). Aquí Winnicott postula que en el artista la necesidad
de crear es la búsqueda por la apercepción creativa que está cercanamente
conectada y vinculada con la ubicación de la cultura y los sentimientos del bebé de
haber sido fusionado con su madre. Porque es sólo a partir de este sentimiento que
el verdadero sentido del Yo puede comenzar a crecer.

En una búsqueda del Yo la persona en cuestión puede haber producido algo valioso
en términos de arte, pero un artista exitoso puede ser aclamado universalmente y sin
embargo no haber logrado encontrar el Yo que él o ella estén buscando. El Yo no se
encuentra en productos del cuerpo o la mente, por valiosas que sean estas
construcciones en términos de belleza, habilidad, e impacto. Si el artista (en cualquier
entorno) está buscando el Yo, puede decirse entonces que con toda probabilidad hay
ya un fracaso para ese artista en el campo general de vivir creativamente. La creación
terminada nunca cura la subyacente falta del sentido del Yo.

[“El Jugar: actividad creativa”, 1971, pp.54-55]

6 Buscando al Yo

En “Jugar: Actividad creativa y la Búsqueda del Yo”, Winnicott comenta y re evalúa el


significado de la técnica de Freud de la asociación libre. Para él, es el entorno

123
contenedor y la confianza en la configuración lo que puede permitir al paciente buscar
su yo. De todos modos, esta búsqueda debe surgir naturalmente y en el tiempo del
paciente, sin forma:

La persona que estamos tratando de ayudar necesita de una nueva experiencia en


una configuración especializada. La experiencia no es intencional, se podría decir que
es un tipo de tic tac sobre la personalidad no integrada. Me refiero a esto como a lo
sin forma.

…Me estoy tratando de referir a lo esencial que hace posible la relajación. En términos
de asociación libre esto significa que, al paciente en el diván o el paciente niño entre
los juguetes en el piso, se le debe permitir comunicar una sucesión de ideas,
pensamientos, impulsos, y sensaciones que no están ligadas, excepto de algún modo
neurológico o psicológico o tal vez no detectable. Es decir, es donde hay propósito, o
donde hay ansiedad o donde hay falta de confianza basada en la necesidad de
defensa, que el analista será capaz de reconocer y marcar la conexión (o varias
conexiones) entre los varios componentes del material de asociación libre.

En la relajación que pertenece a la fiabilidad profesional y al entorno terapéutico


(siendo este analítico, psicoterapéutico, trabajo social, arquitectónico, etc.) hay lugar
para la idea de secuencias de pensamiento no relacionadas que el analista hará bien
en aceptar tal como son, sin suponer la existencia de una trama significativa.

[“Jugar: Actividad creativa”, 1971, pp.54-55]

Luego Winnicott introduce un tema inusual para el psicoanálisis −el valor de las
tonterías. El advoca que el analista debería rendirse a lo sin tiempo y sin forma dentro
de la estructura de la sesión psicoanalítica. La implicación es que, por medio de
rendirse a la incertidumbre, se le facilitará al paciente el encontrar algo relacionado
con su propio sentido de creatividad.

Quizás pueda ilustrar el contraste entre condiciones relacionadas si uno piensa en un


paciente que es capaz de descansar luego del trabajo, pero no puede lograr el estado
de relajación el cual puede dar lugar al trabajo creativo. De acuerdo con esta teoría,
la asociación libre que revela un tema coherente ya está siendo afectada por la
ansiedad, y la cohesión de ideas es una organización defensiva. Tal vez debemos
aceptar que hay pacientes que por momentos necesitan que el terapeuta se dé cuenta

124
de las tonterías que pertenecen al estado mental del individuo relajado sin la
necesidad de que el paciente comunique este sin sentido, es decir, incluso sin la
necesidad de que el paciente comunique estas tonterías. Las tonterías organizadas
sin ya un modo de defensa, tanto como que la organización del caos es la negación
del caos. El terapeuta que no puede tomar esta comunicación se involucra en un
intento inútil de encontrar alguna organización sin sentido, como un resultado de lo
cual el paciente abandona el área del sinsentido por la falta de esperanza de
comunicar estas tonterías. Se perdió una oportunidad para descansar por la
necesidad del terapeuta de encontrar sentido en lo que no tiene sentido. El paciente
no ha podido descansar por una falla de la provisión del entorno, que deshizo el
sentido de confianza. Sin saberlo el terapeuta abandonó el rol profesional, y lo hizo
tratando por todos sus medios de ser un analista inteligente y ver orden en el caos.

[“Jugar: actividad creativa”, pp.55-56]

Para ilustrar su tesis, Winnicott relata una pieza de trabajo clínico de dos largas
sesiones con uno de sus pacientes. El paciente eventualmente llega a hacer una
pregunta. Aquí es donde, tras un largo silencio, Winnicott interpone.

Ella hizo una pregunta, y yo dije que la respuesta a esa pregunta puede llevarnos a
una larga e interesante discusión, pero era la pregunta lo que me interesó. Dije: “usted
tobo la idea de hacer la pregunta”.

Luego de esto ella dijo las palabras exactas que necesito para poder expresar mi
significado. Ella dijo, despacio, con un sentimiento profundo: “Si, ya veo, uno podría
postular la existencia de un YO de la pregunta, así como de la búsqueda”.

Ella ahora había hecho la interpretación esencial en el sentido de que la pregunta


surgió de lo que sólo puede llamarse su creatividad, creatividad que surge luego de
la relajación, que es lo contrario de la integración.

[“Jugar: actividad creativa”, pp.63-64]

Las conclusiones de Winnicott de esta sesión proporcionaron un sabor cartesiano a


su trabajo: cuestiono, luego soy. La consciencia del sentido del Yo tiene que salir de
“la falta de forma sin propósito” −esta es la tercera área, a la que Winnicott se refiere

125
en este artículo como “zona natural” (ver YO: 11, FENOMENO TRANSCICIONAL: 5,
7).

7 Elementos masculinos y femeninos

En “La creatividad y sus orígenes” (1971), Winnicott incluye un artículo que presentó
en 1966 a la Sociedad Psicoanalítica Británica sobre “Elementos masculinos y
femeninos a encontrarse en hombres y mujeres”.

En un breve relato, Winnicott describe que mientras escuchaba a un paciente


masculino, se le ocurrió que estaba escuchado a una mujer. Winnicott comparte su
sentimiento de contratransferencia con el paciente.

Lo que emerge es el descubrimiento del analista que, aunque su paciente masculino


se siente como un hombre en todo sentido, en las etapas tempranas de su vida su
madre lo veía como una mujer. Esto era lo que se volvía a repetir en la relación de
transferencia del análisis, y por qué Winnicott (como la madre) escuchó a una mujer.
¿Cómo se relaciona esto con los elementos masculinos y femeninos?

Winnicott detalla esta experiencia con su paciente hombre y explica el efecto que tiene
en él. Ahora, el escribe, este es él mismo en asociación libre:

Cuando me di tiempo para pensar sobre lo que había sucedido me sentí perplejo.
Aquí no había un nuevo concepto teórico, aquí no había un nuevo principio de técnica.
De hecho, mi paciente y yo hemos visitado este terreno anteriormente. Sin embargo,
tuvimos aquí algo nuevo, nuevo en mi propia actitud y nuevo en su capacidad para
hacer uso de mi trabajo interpretativo. Decidí rendirme a lo que sea que esto puede
significar en mí mismo, y el resultado se encuentra en este artículo que presento.

DISOCIACIÓN

Lo primero que noté fue que nunca antes había aceptado la completa disociación
entre el hombre (o la mujer) y el aspecto de la personalidad que tiene el sexo opuesto.
En el caso de este paciente hombre la disociación era casi completa.

[“La creatividad y sus orígenes”, 1972, pp.75-76]

126
El “elemento femenino escindido” en el paciente de Winnicott, tiene sus orígenes en
la convicción de la madre (presumiblemente debido a su deseo) de que cuando ella
miraba a su niño bebé, ella veía a una niña bebé. Aunque esto no le pasa a cada
persona, sin embargo, empujó a Winnicott a reflexionar y repensar algo que Freud
había introducido como la “bisexualidad” de cada persona.

…Me encuentro con un nuevo atributo de una vieja arma, y me pregunto cómo
afectaría o puede afectar el trabajo que estaba haciendo con otros pacientes, ambos
mujeres y hombres, o niños y niñas. Decidí entonces, estudiar este tipo de
disociaciones, dejando a un lado, pero sin olvidar todos los otros tipos de división.

[“La creatividad y sus orígenes”, p. 76]

La dificultad de este artículo es que el material clínico se refiere a una identidad de


género disociada en uno de los pacientes de Winnicott, lo cual inicia su pensamiento
sobre los elementos masculinos y femeninos en ambos, hombre y mujer. Aunque
estas nociones se superponen, hay una diferencia entre la identidad de género y la
existencia de elementos masculinos y femeninos en la misma persona. La cuestión
de la identidad de género es una gran área de investigación que se ha desarrollado
desde la escritura de Winnicott −los elementos masculinos y femeninos que él desea
explorar son metapsicológicos, aunque enraizados en la realidad de la relación
madre-bebé de las primeras semanas.

La tesis principal de los comentarios de Winnicott sobre elementos femeninos y


masculinos, es que el sentido del Yo depende de un casamiento de ambos elementos
emergentes en la fase apropiada del desarrollo.

8 Elemento puramente femenino

El elemento femenino se ubica al principio de la vida, cuando madre e hijo están


fusionados y no se sienten uno, sino que son uno (ver SER: 1) Para que el sentido
del Yo sea posible, debe haber ocurrido un establecimiento de Ser-en-unidad:

…ningún sentido del Yo emerge excepto sobre la base de esta relación en el sentido
del SER. Este sentido del ser es algo que antecede la idea de ser-uno-con-uno,
porque aún no ha habido otra cosa excepto la identidad. Dos personas distintas

127
pueden sentirse una, pero en el lugar que estoy examinando, la madre y el bebé son
uno. El término identificación primaria, tal vez fue usado sólo para esto que describo
y estoy tratando de mostrar cuan vitalmente importante es esta primera experiencia
para la iniciación de todas las experiencias subsecuentes de identificación.

[“La creatividad y sus orígenes”, 1971, p. 80]

Para Winnicott, el elemento femenino tiene su raíz en la fusión con la madre. Esta
identificación primaria, donde el bebé no experimenta diferencia entre el mismo y su
madre, es precursor y cimiento de cualquier desarrollo posterior.

De esta manera Winnicott coloca el elemento femenino en el centro del escenario


Entorno-individuo y en el mismo lugar en donde ubica a la cultura y la creatividad.

Winnicott considera que el elemento femenino tiene sus raíces en estar entre madre
e hijo fusionados, pero no integrados. Desde esta raíz de identificación primaria,
crecen los procesos de identificación proyectiva e introyectiva relacionadas con la
diferenciación de Yo y No-Yo.

Las identificaciones proyectivas e introyectivas derivan de este lugar en donde cada


uno es igual al otro:

En el crecimiento del bebé humano, mientras que el ego comienza a organizarse, esto
a lo que estoy llamando la relación-objeto del elemento puramente femenino,
establece lo que es tal vez la más simple de todas las experiencias, la experiencia de
SER. Aquí uno encuentra una verdadera continuidad de generaciones, siendo lo que
se transmite de una generación a otra, a través del elemento femenino de los
hombres, mujeres, niños y niñas. Creo que esto se ha dicho anteriormente, pero
siempre en términos de mujeres y niñas, lo cual confunde el tema. Es una cuestión
de elementos femeninos en ambos machos y hembras.

[“La creatividad y sus orígenes”, 1971, p. 80]

9 Elemento puramente masculino

El elemento masculino entra en juego cuando el bebé está en la lucha por distinguir
entre el Yo y No-Yo; es parte del proceso de separación y se relaciona con la etapa

128
de preocupación, donde se juntan precariamente ambas madres: la madre-entorno y
la madre-objeto (ver PREOCUPACION; 3).

Por el contrario, la relación-objeto del elemento masculino con el objeto presupone


separación. Tan pronto como la organización del ego esté disponible, el bebé permite
al objeto la cualidad de ser No-Yo o separado, y experimenta la satisfacción ID que
incluye el enojo en relación con la frustración.

[“La creatividad y sus orígenes”, p. 80]

Entonces el elemento puramente masculino denota capacidad de diferenciarse,


basado en la separación y el desarrollo del ego.

Vivir creativamente está asociado con un acercamiento de ambos elementos el


masculino y el femenino, ambos con la habilidad de ser y hacer, y esto tiene que
aparecer en una secuencia:

Luego de ser−hacer y terminar de hacer. Pero primero ser.

[“La creatividad y sus orígenes”, 1971, p. 85]

Winnicott sugiere que la disociación de los elementos masculino y femenino,


previenen al individuo de vivir creativamente (aunque esto debe ser distinguirse de
identidad de género).

129
DEPENDENCIA

1 Un viaje a través de la dependencia


2 El hecho de la dependencia
3 El miedo a la MUJER
4 Dependencia relativa
5 Desadaptación y fallas
6 El comienzo de una comprensión intelectual
7 Conciencia: hacia la independencia

La realidad de la dependencia del bebé de su entorno determina su desarrollo


emocional. Winnicott postula tres etapas de la dependencia: “absoluta dependencia”,
“relativa dependencia”, y “hacia la independencia”. La negociación de las primeras
dos etapas de la dependencia depende de una provisión del entorno lo
suficientemente buena desde un principio. Es el establecimiento de estas tres etapas
lo que facilitará el estado de madurez− llamado “hacia la independencia”.

1 Un viaje a través de la dependencia

El reconocimiento de Winnicott del “hecho de la dependencia del bebé” realmente


comenzó a partir de 945 cuando reconoció que no existe tal cosa como un bebé (ver
Introducción), pero el comenzó a teorizar sobre las etapas secuenciales de
dependencia durante la década de 1960 en los siguientes artículos: “La teoría de la
relación padre-bebé” (1960c), “Proveer a un niño en salud y en crisis” (1965x [1962]),
y “De la dependencia hacia la independencia en el desarrollo del individuo” (1965r
[1963]).

Esencialmente, Winnicott ve el desarrollo emocional del individuo como un viaje


desde la dependencia absoluta (a menudo referida como “doble dependencia”
durante sus artículos de la década de 1950) a independencia. Las últimas etapas de
este viaje que él llama “hacia la independencia” lo que implica que nadie logra la
independencia total. Las etapas están dinámicamente relacionadas en el mundo

130
interior del individuo, por tanto, aunque la vida adulta está caracterizada por la
interdependencia con responsabilidad, habrá tiempos, como en la enfermedad,
cuando el adulto vuelve a un estado de dependencia absoluta. En “La teoría de la
relación padre-hijo”, las tres etapas de la dependencia se definen brevemente:

Dependencia

En la fase de espera, el bebé depende al máximo. Uno puede clasificar la


dependencia como sigue:

(i) Absoluta dependencia. El estado en que el bebé no tiene medios para


conocer el cuidado materno que es en gran medida una cuestión de
profilaxis. No puede obtener el control sobre lo que está bien y lo que está
mal hecho, pero solo está en una posición para obtener ganancias o sufrir
disturbios.
(ii) Dependencia relativa. Aquí el niño puede darse cuenta de la necesidad de
los detalles de la atención materna, y cada vez más puede relacionarlos
con el impulso personal, y luego en un tratamiento psicoanalítico, puede
reproducirlos en la transferencia.
(iii) Hacia la independencia. El bebé desarrolla medios para hacer sin un
cuidado real. Esto se logra a través de la acumulación de recuerdos de
cuidado, la proyección de necesidades personales y la introyección de
detalles de atención, con el desarrollo de confianza en el entorno. Aquí
debe agregarse el elemento de comprensión intelectual con sus tremendas
implicaciones.
[“Teoría de la relación padre-bebé”, 1960, p.46]

Dos años después, en “Proveer para el niño en salud y crisis”, Winnicott


desglosa las etapas a grados de dependencia relacionadas con
necesidades y provisión. Aquí su énfasis en la provisión del entorno se
vuelve muy claro. Cuanto antes falla el entorno, más desastroso será el
resultado para la salud mental del individuo. Si se satisfacen las
necesidades del bebé durante las primeras y precarias etapas del
desarrollo, el estará en una fuerte posición de sobrevivir una falla posterior
del entorno.

131
5. Discutimos proveer para el niño−y para el niño en el adulto. El adulto maduro está
de hecho participando en el proporcionar. En otras palabras, la infancia es una
progresión de la dependencia a la independencia. Necesitaos examinar las
necesidades cambiantes del niño a medida que la dependencia cambia en la
independencia. Esto nos lleva a un estudio de las necesidades muy tempranas de
niños pequeños y de bebés, y a los extremos de la dependencia. Podemos pensar a
los grados de dependencia como una serie:

a) Dependencia extrema. Aquí las condiciones deben ser lo suficientemente


buenas, de lo contrario el bebé no puede comenzar el desarrollo que nace con
él.
Fracaso del entorno: defecto mental no orgánico; esquizofrenia infantil;
responsabilidad para un desorden de hospital psiquiátrico en una fecha
posterior.
b) Dependencia: aquí las condiciones que fallan de hecho traumatizan, pero aquí
ya hay una persona para ser traumatizada.
Fracaso del entorno: responsabilidad ante trastornos afectivos; tendencia
antisocial.
c) Mezclas de dependencia-independencia. Aquí el niño está haciendo
experimentos en independencia, pero necesita ser capaz de volver a
experimentar la dependencia.
Fracaso del entorno: dependencia patológica.
d) Independencia-dependencia. Esto es lo mismo, pero con el acento en la
independencia.
Fracaso del entorno: desafío; brotes de violencia.
e) Independencia. Implicando un ambiente internalizado: una habilidad del niño
para cuidarse a sí mismo o a ella misma.
Falla del entorno: no necesariamente dañina.
f) Sentido social. Aquí está implícito que el individuo puede identificarse con
adultos y con un grupo social, o con la sociedad, sin una gran pérdida del
impulso personal y originalidad, sin demasiada pérdida impulsos destructivos
y agresivos que han, presumiblemente, encontrado expresiones satisfactorias
en formas desplazadas.

132
Falla del entorno: responsabilidad parcial del individuo, él o ella, padre o figura
parental en la sociedad.
[“Proveyendo para el niño”, 1962, pp. 66-67]

Winnicott tiende a no especificar las etapas en términos de edad. Sin embargo, se


puede ver a través de su trabajo que la dependencia absoluta y varios grados de ella
existirán en el bebé desde entre las seis semanas y cuatro meses; la dependencia
relativa sigue posteriormente, hasta entre 18 meses y 2 años de edad. La etapa de
“hacia la independencia” comenzará una vez que el bebé/niño pequeño ha logrado
las tareas de estas primeras etapas.

2 El hecho de la dependencia

Winnicott a menudo se refiere al “hecho” de la dependencia en el comienzo de la vida.

Es valioso reconocer el hecho de la dependencia. La dependencia es real. Que los


bebés y los niños no pueden arreglárselas solos es tan obvio que los simples hechos
de dependencia son fácilmente perdidos.

Puede decirse que la historia del niño en crecimiento es una historia de dependencia
absoluta que se mueve constantemente a través de la disminución de los grados de
dependencia, y anda a tientas hacia la independencia.

[“Dependencia en el cuidado del niño”, 1970, p. 83]

El hecho de la dependencia de la situación del bebé al comienzo de la vida es la fase


de soporte. Para enfatizar la contribución del entorno al desarrollo del bebé, Winnicott
señala que la dependencia absoluta del bebé constituye la mitad de la teoría de la
relación padre-hijo.

La mitad de la teoría de la relación padre-hijo concierne al niño, y es la teoría del


camino del niño de la absoluta dependencia, a través de relativa dependencia, hacia
la independencia, y en paralelo, el camino del niño desde el principio del placer al
principio de realidad, y desde el autoerotismo a las relaciones objeto. La otra mitad
de la teoría de la relación padre-hijo se refiere al cuidado materno, es decir las

133
cualidades y cambios en la madre que cumple con las necesidades específicas y del
desarrollo del bebé hacia cual ella se orienta.

[“Teoría de la relación padre-niño”, 1960, p. 42]

Winnicott usa el término “dependencia absoluta” específicamente para describir la


situación del bebé: necesita el útero de su madre en el cual desarrollarse, y cuando
nazca necesita que su madre se “adapte perfectamente” a sus necesidades. Si ella
está en un estado de preocupación materna primaria (identificación interna con su
bebé), entonces es más probable que crezca bien, tanto física como emocionalmente.
Winnicott llama la atención sobre la paradoja contenida en la situación del recién
nacido:

…en términos de psicología tendríamos que decir que el niño es al mismo tiempo
dependiente e independiente. Es que esta paradoja que necesitamos examinar. Esta
todo lo que es heredado, incluidos los procesos de maduración, y quizás tendencias
heredadas patológicas, y estas tienen una realidad propia y nadie puede alterarlas; al
mismo tiempo, los procesos de maduración dependen para su evolución en la
provisión del entorno.

[“De la dependencia a hacia la independencia”, 1963, pp. 84-85]

Luego hace un punto crucial:

Podemos decir que el entorno facilitador hace posible el progreso constante de los
procesos de maduración. Pero el entorno no hace al niño. En el mejor de los casos,
permite al niño realizar su potencial.

[“De la dependencia a hacia la independencia”, p. 85]

Los padres no saben cuáles serán las tendencias heredadas del niño. Es el idioma
personal de su hijo a lo que ellos necesitarán adaptarse y responder. Todo lo que
pueden hacer es proveer el entorno correcto (adaptación a las necesidades), porque
no pueden hacer que su bebé sea el bebé de sus fantasías.

El tiempo durante el cual el bebé es absolutamente dependiente se liga con muchos


otros temas de Winnicott− seguir siendo, o la continuidad del ser, reacciones al
impacto, preocupación maternal primaria, fusión, objetos que son percibidos

134
subjetivamente, comunicación, y sostén (ver SER: 1; CREATIVIDAD: 1; EGO: 2;
ENTORNO: 4; MADRE: 11, 12; JUGAR: 9; YO: 5).

Desde el punto de vista del niño, la característica más importante de la dependencia


absoluta es que él no es consiente en lo absoluto del cuidado de su madre y de su
dependencia de ella. Su madre es él mismo, y cuando él recibe lo que necesita, siente
que ha creado esto porque Dios y esto es la “ilusión de omnipotencia” (ver ILUSION:
5m 6).

3 El miedo a la MUJER
Misoginia no era una palabra usada por Winnicott; sin embargo, alude a las raíces de
la misoginia, cuando en 1950, escribe sobre el miedo a una MUJER, en un documento
titulado, “Algunos pensamientos sobre el significado de la palabra Democracia”,
publicado en 1950. En Relaciones humanas:
En el trabajo psicoanalítico y aliado se encuentra que todos los individuos (hombres
y mujeres) tienen en reserva cierto temor a la MUJER. Algunos individuos tienen este
miedo en mayor medida que otros, pero se puede decir que es universal. Esto es
bastante diferente que decir que un individuo teme a una mujer en particular. El miedo
a la MUJER es un agente poderoso en la estructura social, del hecho de que en muy
pocas sociedades es una mujer quien tiene las riendas políticas. También es
responsable de la inmensa cantidad de crueldad hacia las mujeres, que se puede
encontrar en costumbres que son aceptadas en casi todas las civilizaciones.
La raíz de este miedo a la MUJER es conocida. Está relacionado al hecho de que en
la historia temprana de cada individuo que se desarrolla bien y quien está cuerdo y
quien ha sido capaz de encontrarse, hay una deuda con una mujer−la mujer que era
devota a ese individuo cuando niño, y cuya devoción fue absolutamente esencial para
el sano desarrollo de ese individuo. La dependencia original no se recuerda, y por
tanto la deuda no se reconoce, excepto en que el miedo a la MUJER representa el
primer estadio de este reconocimiento.
[“El significado de la palabra democracia”, 1950, p. 252]

Winnicott agrega, en una nota al pie:

135
Estaría fuera de lugar discutir esto aquí en detalle, pero la idea puede ser alcanzada
mejor si se aproxima gradualmente:
(i) Miedo a los padres en toda niñez temprana
(ii) Miedo a la figura combinada, de mujer con potencia masculina incluida en sus
poderes (bruja).
(iii) Miedo a la madre quien tiene absoluto poder en proporcionar al comienzo de
la vida del niño, o de fallar en proporcionar, los elementos esenciales para el
establecimiento temprano del yo como individuo.

[“El significado de la palabra democracia”, 1950, p. 252]

En los dos párrafos siguientes, Winnicott hace una declaración revolucionaria (aunque
contenciosa): el comienzo de una comprensión psicoanalítica de por qué hay una
preponderancia de sociedades patriarcales.

Se establecen los cimientos de la salud mental del individuo al principio, cuando la


madre simplemente se está dedicando a su bebé, y cuando el bebé está doblemente
dependiente porque es totalmente inconsciente de la dependencia. No hay relación
con el padre que tiene tal cualidad, y por esta razón un padre que en un sentido
político está en la cima puede ser apreciado por el grupo mucho más objetivamente
de lo que una mujer puede ser si ella está en una posición similar.

Las mujeres a menudo afirman que, si las mujeres estuvieran a cargo de los asuntos
políticos, no habría guerras. Hay razones por las cuales esto puede dudarse como
una declaración final de la verdad, pero, incluso si esto fuera justificado, aún no
ocurriría que hombres o mujeres tolerarían alguna vez el principio general de las
mujeres en el punto más alto del poder político (la corona, por estar fuera o más allá
de la política, no está afectada por estas consideraciones).

[“El significado de la palabra democracia”, pp. 252-253]

En los dos párrafos siguientes, Winnicott extiende esta idea a aplicar a razones detrás
de una dictadura y grupos de personas que requieren un líder dominante:

…uno puede considerar la psicología de un dictador, quien se encuentra en el polo


opuesto de cualquier cosa que la palabra “democracia” pueda significar. Una de las

136
raíces de la necesidad de ser un dictador puede ser una compulsión para lidiar con
este miedo a la mujer al abarcarla y actuando por ella. La curiosa costumbre del
dictador de no exigir solo obediencia absoluta y dependencia absoluta pero también
“amor”, puede derivarse de esta fuente.

Además, la tendencia de los grupos de personas a aceptar e incluso a buscar la


dominación real se deriva del mido a la dominación por parte de la mujer de fantasía.
Este miedo los lleva a buscar, e incluso a dar la bienvenida a la dominación por un
conocido ser humano, especialmente quien ha asumiendo la carga de personificar y
por tanto limitar las cualidades mágicas de la mujer de fantasía todopoderosa, a quien
se le debe gran deuda. El dictador puede ser derrocado y eventualmente debe morir;
pero la figura femenina de la fantasía primitiva inconsciente no tiene límites a su
existencia o poder.

[“El significado de la palabra democracia”, 1950, p. 253]

El “miedo a la MUJER” es el entendimiento de Winnicott del tratamiento demandante


de las mujeres en todas las sociedades.

En 1957, en una postdata a la colección de las transmisiones de Winnicott “la


contribución de la madre a la sociedad”, destaca la importancia de cada individuo de
reconocer el hecho de la dependencia y como este reconocimiento disminuirá el
miedo.

Una vez más, permítanme enfatizar, cuando llegue el resultado del tal reconocimiento
no habrá gratitud ni alabanza. El resultado será una disminución del miedo en
nosotros mismos. Si nuestra sociedad se retrasa haciendo pleno reconocimiento de
esta dependencia, que es un hecho histórico en la etapa inicial de desarrollo de cada
individuo, debe quedar un bloqueo tanto para progresar como para hacer una
regresión, un bloqueo que está basado en el miedo. Si no hay verdadero
reconocimiento de la parte de la madre, entonces debe quedar un vago miedo a la
dependencia.

Este miedo a veces tomará la forma de miedo a la MUJER, o miedo a una mujer, y
en otras los tiempos tomarán formas menos fáciles de reconocer, siempre incluyendo
el miedo a la dominación.

137
[“La contribución de la madre a la sociedad”, 1957, p. 125]

Nuevamente se refiere a la necesidad del dictador de dominar y a la gente de


necesitar ser dominados, una consecuencia de no reconocer el hecho de la
dependencia.

Desafortunadamente, el miedo a la dominación no conduce a los grupos de personas


para evitar ser dominados; por el contrario, los empuja hacia una dominación
específica o elegida. De hecho, si fueran estudiadas las psicologías de los dictadores,
uno podrías esperar encontrar eso, entre otras cosas, él en su propia lucha personal
está tratando de controlar a la mujer cuya dominación teme inconscientemente,
tratando de controlarla abarcándola, actuando por ella, y a su vez, exigiendo una
sujeción total y “amor”.

Muchos estudiantes de historia social han pensado que el miedo a la MUJER es una
causa poderosa del comportamiento aparentemente ilógico de los seres humanos en
grupos, pero este miedo se remonta de algún modo a su raíz. Rastreado hasta su raíz
en la historia de cada individuo, este miedo a la MUJER resulta un miedo a reconocer
el hecho de la dependencia.

[“La contribución de la madre a la sociedad”, 1957, p. 125]

Algunos años más tarde, en 1964, en un artículo que presentó en la Liga Progresista,
Winnicott desarrolló brevemente estos temas designado el término “MUJER” para
significar “la madre no reconocida de las primeras etapas de la vida de cada hombre
o mujer” (“Este feminismo”, 1964, p.192).

Esto lleva a la forma personal de Winnicott de diferenciar entre hombres y mujeres.


En cada mujer hay tres mujeres:

…podemos encontrar una nueva forma de establecer la diferencia entre los sexos.
Las mujeres tienen la obligación de lidiar con su relación con la MUJER por
identificación con ella. Por cada mujer siempre hay tres mujeres: (1) niña bebé (2)
madre (3) madre de la madre.

En el mito aparecen constantemente las tres generaciones de mujeres, o tres mujeres


con tres funciones separadas. Ya sea una mujer tiene bebés o no, está en esta serie
infinita; ella es bebé, madre y abuela, ella es madre, niña bebé y bebé del

138
bebé…mientras el hombre comienza con un tremendo impulso de ser uno. Uno es
uno y está solo, y siempre lo será.

EL hombre no puede hacer lo que la mujer puede hacer, esta fusión con la raza, sin
violar su toda su naturaleza.

…El hecho incómodo sigue siendo, para hombres y mujeres, que cada una dependía
una vez de la mujer. Y de alguna manera el odio por esto tiene que ser transformado
en una especie de gratitud total se debe alcanzar la madurez de la personalidad.

[“El feminismo”, 1964, pp. 192-193]

Los hombres envidian a las mujeres por el riesgo que corren en el parto, postula
Winnicott, lo que lleva a los hombres a buscar deportes peligrosos, donde están
obligados a correr riesgos. Pero, señala enigmáticamente, “cuando un hombre muere,
él está muerto, mientras que las mujeres siempre fueron y siempre estarán” (“El
feminismo”, 1964, p.193).

4 Dependencia relativa

La fase en donde el niño comienza a distinguir entre Yo y No-Yo involucra cinco


características importantes y superpuestas, en relación con el proceso de destete,
que ocurre en ambos, madre y bebé en relación con el otro.

Winnicott estima que esta fase normalmente dura alrededor de 6 meses a dos años,
e indica que el objetivo del destete es “utilizar la capacidad de desarrollo del bebé
para deshacerse de las cosas y dejar que la pérdida del pecho no sea simplemente
un asunto casual”.

Las cinco características principales del estado de dependencia relativa son las
siguientes:

 El fracaso gradual y la desadaptación de la madre en respuesta al desarrollo


del bebé.
 El comienzo en el niño de una comprensión intelectual.
 La presentación constante y confiable del mundo de la madre al bebé, que
depende de su capacidad de ser ella misma (presentación de objetos);

139
 La creciente conciencia del bebé de su dependencia;
 La capacidad del bebé de identificarse.

5 Desadaptación y fallas

La madre comienza a salir de su estado de preocupación maternal primaria y recuerda


quién es ella en términos de ser un individuo independiente en el mundo, Ella se está
recuperando, física y emocionalmente, de las últimas etapas importantes del
embarazo, de dar a luz, de ser fusionada en la identificación con su bebé en absoluta
dependencia de ella.

El bebé requiere que su madre se des adapte como ella recuerda. Este fracaso por
parte de la madre introduce el “principio de realidad” para el niño y es parte del
proceso de desilusión, relacionado con, pero no es lo mismo que el destete (ver
MADRE: 11).

Al “fallar” de esta manera, la madre, sin saberlo, permite que el bebé sienta y
experimente sus necesidades. Este “fracaso” contribuye a su desarrollo del sentido
del Yo− un Yo que es “Yo” y separado de la madre.

Sin embargo, si la madre no puede “fallar” (podríamos decir, en cambio, dejar ir y


permitir que su bebé crezca), luego el impulso de realización personal es impedido.

…el bebé que ha comenzado a separarse de la madre no tiene medios para controlar
todas las cosas buenas que están pasando. El gesto creativo, el grito, la protesta,
todos los pequeños signos que se supone que producen lo que la madre hace, faltan
todas estas cosas, porque la madre tiene ya ha satisfecho su necesidad como si el
bebé aún estuviera fusionado con ella y ella con el bebé. De esta manera la madre,
siendo una madre aparentemente buena, hace algo peor que castrar al bebé. Al bebé
le quedan dos alternativas: estar en un permanente estado de regresión y fusionarse
con la madre, o de otro modo despreciar a la madre totalmente, incluso a la madre
que parece ser buena.

Vemos entonces que en la infancia y en el manejo del bebé hay una sutil diferencia
entre la comprensión de la madre de las necesidades de su bebé basada en la
empatía, y su cambio a una comprensión basada en algo en el bebé o en el niño que
140
indica necesidad. Esto es particularmente difícil para madres por el hecho de que los
niños vacilan entre un estado y el otro, un minuto están fusionados con la madre y
requieren empatía, mientras que al día siguiente están separados de ella, y luego si
ella sabe su necesidad con antelación es que ella es peligrosa, una bruja.

[“La teoría de la relación padre-hijo”, 1960, pp. 51-52]

Vale la pena clarificar el uso de Winnicott de la palabra “fracaso”. Fracaso con “f”
minúscula se asocia con la desadaptación. Esto es saludable porque es un aspecto
necesario del desarrollo del bebé−necesario, porque facilita (inconscientemente) el
proceso de desilusión a través de la madre/mujer siendo ella misma (continuando su
desarrollo y viviendo su vida).

La madre que no puede hacer esto por ella misma y quien se aferra de su bebé más
allá de la edad apropiada, previene que su niño alcance la edad de preocupación y
su habilidad para usar el espacio transicional (ver PREOCUPACION: 7; FENOMENO
TRANSCICIONAL: 3).

Por otro lado, la madre que realmente decepciona a su bebé y causa un repentino
quiebre en la continuidad del ser del bebé, constituye un fracaso con “F” mayúscula.
La etiología de las tendencias esenciales surge de este tipo de falla del Entorno (ver
TENDENCIA ANTISOCIAL; 2, 3).

Uno de los componentes cruciales durante este tiempo de relativa dependencia,


entonces, es que el bebé le hace saber a su madre lo que necesita. Esta “señal” del
bebé a la madre puede también aplicarse a la relación paciente-analista.

…Al final de la fusión, cuando el niño se ha separado del entorno, una característica
importante es que el bebé debe proporcionar una señal. Encontramos esta sutileza
apareciendo claramente en la transferencia del trabajo analítico. Es muy importante
cuando el paciente hace regresión hacia su infancia temprana y a un estado de fusión,
que el analista no debe saber las respuestas excepto hasta que el paciente de pistas
sobre ello.

[“La teoría de la relación padre-hijo”, p. 50]

Winnicott explora la dependencia en la relación terapéutica en su artículo de 1962,


“Dependencia en el cuidado del bebé, cuidado del niño, y en el escenario

141
psicoanalítico”. Este artículo se enlaza con su artículo de 1954, “Lo metapsicológico
y los aspectos clínicos de la regresión en el escenario psicoanalítico”, en él se refiere
a los aspectos del cuidado infantil que se relacionan a la relación analítica. Ambos
artículos se refieren a la etapa de dependencia que los pacientes pueden desarrollar
en la relación terapéutica.

En su artículo de 1962 Winnicott describe la importancia de los errores del analista


dentro de la relación de transferencia. Si los errores se hacen muy temprano, pueden
causar un trauma repetido por el paciente, pero en el momento justo en la relación
terapéutica contribuirán a las necesarias fases de desilusión paralelas a la
desadaptación y “fracaso” de la madre.

6 El comienzo de una comprensión intelectual

La baja de la inteligencia del bebé deriva de la etapa de sostén de la absoluta


dependencia, y se desarrolla en la habilidad del bebé de comprender intelectualmente
al tiempo de la relativa dependencia. Winnicott proporciona un ejemplo:

Pensemos en un bebé esperando a ser alimentado. Llega un tiempo en que el bebé


puede esperar porque los ruidos de la cocina indican que la comida está a punto de
aparecer. En lugar de estar simplemente contento por los ruidos, el bebé usa el hecho
de la noticia para poder ser capaz de esperar.

[“De la dependencia hacia la independencia”, 1963, p. 87]

Este ejemplo de cómo el bebé es capaz de esperar también ilustra como la madre
puede tomar ventaja de la habilidad de su bebé de pensar. A través de la fase de
absoluta dependencia, ella debió pensar por el bebé en su capacidad de auxiliar de
su ego. Durante esta fase de relativa dependencia, ella ahora puede permitir a su
bebé que comience a pensar por sí mismo. Esta capacidad de desarrollarse de la
bebé lobera a la madre de su preocupación maternal primaria, mientras que ella
recupera su propio sentido del Yo separado de su bebé.

[“El primer año de vida: miradas


modernas del desarrollo emocional”, 1958, p. 7]

142
Hay peligros heredados en depender del intelecto del niño en esta etapa del
desarrollo, el bebé que es forzado a una posición de liberar a su madre, y debe usar
su inteligencia demasiado, puede desarrollar un quiebre intelectual del falso Yo (ver
YO: 8).

La habilidad del bebé de pensar dependerá en cómo el mundo le es presentado por


su madre:

Naturalmente los bebés varían mucho en su capacidad de usar comprensión


intelectual tempranamente, y a menudo el entendimiento que pueden tener está
retrasado por la existencia de una confusión en el modo en que la realidad es
presentada. Aquí hay una idea de énfasis, porque todo el procedimiento de cuidado
del bebé tiene como su característica principal una presentación estable del mundo
al niño. Esto es algo que no puede hacerse mediante el pensamiento, tampoco puede
ser manejado mecánicamente Sólo puede ser hecho por la continua administración
por un ser humano consistente. No es cuestión de perfección. La perfección
pertenece a las máquinas, lo que el niño necesita es habitualmente lo que tiene, el
cuidado y la atención de alguien quien sigue siendo ella misma. Esto también aplica
a los padres.

[“De la dependencia hacia la independencia”, 1963, pp. 87-88]

La habilidad de la madre de presentar un objeto está dentro de sus funciones vitales


(ver MADRE: 8).

Winnicott luego distingue entre padres que “actúan” la parte de padres quienes son
capaces de ser padres y de ser ellos mismos, introduciendo la idea de padres
verdaderos y falsos.

Necesitamos hacer un punto especial de este “ser ella misma” porque uno debe poder
separar la persona del hombre o mujer, madre o enfermera, quien está actuando el
papel, tal vez actuando muy bien por momentos, y tal vez actuando muy bien por
haber aprendido como cuidar bebés en libros o en una clase. Pero actuar no es
suficiente, El bebé sólo puede encontrar una presentación desenfrenada de la
realidad externa, al ser cuidado por un ser humano que es devoto al bebé y al trabajo
de cuidarlo. La madre crecerá fuera de este estado de fácil devoción, y pronto volverá

143
a su trabajo, o a escribir novelas, o a una vida social junto a su marido, pero por ahora
ella está en esto hasta el cuello.

[“De la dependencia hacia la independencia”, p. 88]

La palabra “fracaso” es reintroducida en este punto de su artículo. Winnicott señala


que “ser ella misma” significa “ser humana”, y los seres humanos cometen errores y
fallan. Paradójicamente, Winnicott enfatiza, son las fallas de la madre las que
comunicarán al bebé su verdadera confiabilidad: A medida que avanza el desarrollo,
y el bebé ha adquirido un dentro y afuera, entonces la confiabilidad del entorno se
convierte en una creencia, un introyecto basado en la experiencia de confiabilidad
(humana, no mecánicamente perfecta).

¿No es cierto que la madre se comunicó con el bebé? Ella dijo: “soy confiable, no
porque soy una máquina, sino porque sé lo que necesitas; y a mí me importa, y quiero
proveer lo que necesitas. Esto es lo que llamo amor en esta etapa de tu desarrollo”.

Pero este tipo de comunicación es silenciosa. El bebé no escucha o registra la


comunicación, sólo los efectos de la confiabilidad; esto se registra en términos de
desarrollo continuo. El bebé no sabe sobre la comunicación excepto de los efectos
del fracaso de la fiabilidad. Aquí es donde entra la diferencia entre la perfección
mecánica y el amor humano. Los seres humanos fallan y fallan; y en el curso del
cuidado ordinario, una madre está todo el tiempo reparando sus fracasos. Estas fallas
relativas con remedio inmediato sin duda suman eventualmente a una comunicación,
así el bebé llega a conocer sobre el éxito. Entonces la adaptación exitosa da un
sentido de seguridad, un sentimiento de haber sido amado.

[“Comunicación entre bebé y madre, y


madre y bebé, comparado y contrastado”, 1968, p. 97-98]

Estos errores humanos sólo tienen sentido para al bebé por el “remedio inmediato”
−son las “fallas enmendadas” las que contribuyen al estado de bienestar del bebé:

Son las innumerables fallas seguidas del tipo de cuidado que cura que construye una
comunicación de amor, del hecho que hay allí un ser humano a quien le importa.
Donde la falla no es reparada en el tiempo requerido, segundos, minutos, horas, es
entonces que usamos el término privación. Un niño que ha sido privado, luego de

144
saber de las fallas reparadas, viene a experimentar fallas no reparadas. Es entonces
el trabajo de la vida del niño provocar condiciones en las que las fallas reparadas una
vez más dan el patrón a la vida.

[“Comunicación entre bebé y madre”, p. 98]

La reparación de las fallas también necesita ocurrir en la relación analítica en relación


a los errores del analista.

7 Conciencia: hacia la independencia

La dependencia absoluta es caracterizada por la falta de consciencia del bebé de su


dependencia de su madre. Durante la etapa de la dependencia relativa, el bebé
comienza a ser consciente de su dependencia. Esta consciencia conduce a la
sensación de ansiedad en el bebé cuando es separado de su madre; la manifestación
de ansiedad indica que el bebé sabe sobre el cuidado y la protección de su madre.

La siguiente etapa más allá de aquella en la que el bebé de alguna manera siente la
necesidad de su madre, es aquella en la que el bebé comienza a saber en su mente
que la madre es necesaria.

Gradualmente la necesidad por la madre (en salud) se vuelve feroz y verdaderamente


terrible, de modo que las madres realmente odian dejar a sus bebés, y sacrifican
mucho en lugar de causar angustia, y, de hecho, producir odio y desilusión durante
esta fase de necesidad especial. Podría decirse que esta fase dura desde los seis
meses (aproximadamente) a dos años.

[“De la dependencia hacia la independencia”, 1963, p. 88]

La demostración del niño de su ansiedad cuando se separa de su madre también


muestra que él está comenzando a distinguir entre Yo y No-Yo.

La identidad también es parte de este proceso, y el bebé que es capaz de identificarse


con su madre, y verla como separada de sí mismo, ha alcanzado una etapa crucial
de desarrollo, que Winnicott describió como “estado de la unidad”. El bebé es ahora
una persona en sí misma. (“Teoría de la relación padre-hijo”, p. 44).

145
Deseo mencionar una forma de desarrollo que afecta especialmente la capacidad del
bebé para realizar identificaciones complejas. Esto tiene que ver con la etapa en la
que las tendencias integradoras del bebé provocan un estado en que el bebé es una
unidad, una persona completa, con un interior y un exterior, y una persona viviendo
en el cuerpo, y más o menos unida por la piel.

Una vez afuera significa “No-Yo” entonces adentro significa Yo, y ahora hay un lugar
donde guardar cosas. En la fantasía del niño la realidad psíquica personal se localiza
adentro. Si está localizada afuera hay buenas razones para ello.

Ahora el crecimiento del bebé toma a forma de un continuo intercambio entre la


realidad interna y la externa, cada una enriquecida por la otra.

[“De la dependencia hacia la independencia”, 1963, pp. 90-91]

Es este “intercambio continuo entre la realidad interna y la externa” lo que hace que
la “percepción sea casi sinónimo de creación”. Este es el marco del estado de la
unidad.

El niño es ahora no sólo un creador potencial del mundo, pero también el niño puede
poblar al mundo con muestras de su propia vida interior. El niño no es ahora solo un
creador potencial, así que gradualmente el niño es capaz de “cubrir” casi cualquier
evento externo, y la percepción es casi sinónimo de creación.

[“De la dependencia hacia la independencia”, p. 91]

Esto se vincula con el concepto de apercepción creativa de Winnicott, en relación con


los objetos subjetivos y la necesidad de ilusión en la vida creativa (ver SER: 3;
COMUNICACIÓN: 9; CREATIVIDAD: 2; MADRE: 4).

En “La teoría de la relación padre-hijo”, Winnicott describe la etapa de “hacia la


independencia” así:

…El bebé desarrolla medios para prescindir de la atención real. Esto se logra
mediante la acumulación de recuerdos de cuidado, la proyección de necesidades
personales y la introyección de detalles de cuidado, con el desarrollo de confianza en
el entorno. Debemos agregar aquí, un elemento de comprensión intelectual con sus
tremendas implicaciones.

146
[“Teoría de la relación padre-hijo, 1960”, p. 46]

Winnicott quiere decir que las dos primeras etapas de dependencia han sido
negociadas lo suficientemente bien, de modo que el niño pequeño ha establecido
ahora un fuerte mundo interno basado en sus experiencias. Esta etapa anuncia el
desarrollo para el resto de su vida.

La creciente independencia del niño en crecimiento se yuxtapone con seguir siendo


dependiente. Esta necesaria contradicción está en su punto más intenso durante la
adolescencia:

Los padres son muy necesarios en el manejo de sus propios hijos adolescentes que
están explorando un círculo social tras otro, debido a su capacidad de ver mejor que
sus niños cuando esta progresión desde círculos sociales limitados hacia los círculos
sociales ilimitados es demasiado rápida, quizás debido a elementos sociales
peligrosos en el entorno inmediato, el barrio, o debido al desafío que pertenece a la
pubertad y a un rápido desarrollo en la capacidad sexual. Son necesarios
especialmente debido a las tensiones instintivas y patrones que reaparecen y que se
establecieron por primera vez en la edad del niño.

[“De la dependencia hacia la independencia”, 1963, p. 92]

El trabajo de Winnicott destaca la lucha del bebé durante las primeras dos etapas de
dependencia, porque el desarrollo emocional desde entonces se basa en este
comienzo. Ser un adulto no significa que se haya alcanzado la madurez emocional.
La vida adulta comienza cuando el individuo ha

…encontrado un nicho en la sociedad a través del trabajo, y…asentado en algún


patrón que sea un compromiso entre copiar a los padres y establecer desafiantemente
una identidad personal.

[“De la dependencia hacia la independencia”, p. 92]

147
DEPRESIÓN

1 La depresión y su valor
2 Depresión saludable
3 El destete en relación a la ilusión y la desilusión
4 El estado de ánimo deprimido
5 Esperando, no curando

Los grados del estado de ánimo depresivo se negocian en cada individuo


dependiendo de lo que ocurra entre la madre y el bebé, particularmente durante el
tiempo de destete, cuando el bebé está comenzando el viaje de diferenciar entre el
Yo y No-yo.

Winnicott ve a la depresión como un signo de logro, y, por lo tanto, una parte normal
del desarrollo emocional. Una depresión patológica asociada con un bloqueo en el
desarrollo emocional suele ser causado por algo que salió, mal en el desarrollo
temprano.

1 La depresión y su valor

A lo largo del trabajo de Winnicott, su uso de la palabra “depresión” surge en varios


contextos, con diferentes énfasis. Esencialmente, el designa la palabra “depresión”,
para indicar un estado de ánimo o estado mental. De todos modos, puede parecer
que él está usando el término en formas contradictorias. Por ejemplo, en su artículo
de 1954, “La posición depresiva en el desarrollo emocional normal”, él dice muy
claramente que el término “posición depresiva” es engañoso, porque “depresivo”
implica que el desarrollo normal involucra una “enfermedad del estado de ánimo”, lo
cual, él dice, no es parte del desarrollo normal (ver PREOCUPACIÓN: 2). Sin
embargo, en 1958, en su artículo “La familia afectada por la enfermedad depresiva en
uno o ambos padres”, Winnicott implica que la depresión es normal y algo que
experimentan personas “valiosas” (usando el término “valioso”, el implica el valor de
la depresión).

148
Para 1963, en un artículo titulado “El valor de la depresión”, Winnicott parece estar
casi celebrando la depresión como un signo de salud, creando individuos que son
miembros responsables de la sociedad. En este artículo que distinguen entre purezas
e impurezas del estado de ánimo deprimido.

La aparente contradicción ocurre porque Winnicott se refiere a un estado de ánimo


que afecta a cada persona de manera diferente. El individuo que haya alcanzado el
“estado de unidad” podrá experimentar una depresión que es valiosa y curativa; el
individuo que no tiene alcanzado el “estado de unidad” movilizará defensas contra el
sentimiento de depresión o se atascará.

Winnicott criticó del término de Klein “posición depresiva” porque implicaba


enfermedad al describir un aspecto de la salud emocional. Sin embargo, el mismo
designó un término psiquiátrico igualmente cargado, “depresión”, para referirse tanto
a salud emocional como a la patología.

En un intento de distinguir cualitativamente entre las diferentes depresiones en el


trabajo de Winnicott, puede ser útil delinear tres áreas principales:

1. La depresión como una capacidad que se desarrolla como parte normal del
proceso de maduración. Este tipo de depresión “normal” es un logro y significa la
negociación exitosa del destete, la sensación de pérdida, la sensación de culpa/
capacidad de preocupación, trabajando a través de la desilusión. Lleva al individuo
de la relación-objeto al uso-objeto, que indica que el objeto sobrevivió (ver
AGRESIÓN: 9, 10). No se necesita cura para la depresión del primer tipo. El
estado de ánimo debe ser tolerado por otros. La única prescripción médica es
esperar.
2. La depresión como un trastorno afectivo que surge como resultado de la falta de
oportunidad para contribuir (ver PREOCUPACIÓN: 7). Este tipo de depresión es
el resultado de un bloqueo en el desarrollo debido al fracaso del entorno temprano.
Es una indicación de que el objeto no ha sobrevivido y el sujeto no ha alcanzado
el uso-objeto.
3. Defensas que son movilizadas para evitar el dolor de la depresión, tales como la
defensa maníaca, hipomanía, y psicosis.

149
2 Depresión saludable

Winnicott ve que la capacidad de sentirse deprimido es un signo de salud. Este


tipo de “depresión” se parece más a la tristeza asociada con un sentimiento de
pérdida y un sentimiento de culpa. Estar al tanto de la pérdida y la culpa lleva al
individuo a asumir la responsabilidad y motiva un deseo de contribuir. Es una señal
de que el individuo tiene logrado el “estado de unidad” y una capacidad de
preocupación (ver PREOCUPACIÓN: 5, 6). En 1958, Winnicott proporciona una
escala.

…en un extremo de la escala hay melancolía, en el otro extremo hay depresión, una
condición que es común a todos los seres humanos integrados. Cuando Keats dijo
del mundo: “Donde pensar es estar lleno de tristeza y desesperación de ojos
plomizos”, no quiso decir que él no tenía valor ni que estaba en un mal estado mental.
Aquí había alguien que tomó el riesgo de sentir las cosas profundamente y asumir la
responsabilidad. En un extremo, por lo tanto, están los melancólicos, quienes se
hacen responsables de todos los males del mundo, especialmente aquellos que
obviamente no tienen nada que ver con ellos, y en el otro extremo están las personas
verdaderamente responsables del mundo, aquellos que aceptan el hecho de su propio
odio, maldad, crueldad, cosas que conviven con su capacidad de amar y construir.
Algunas veces su sentido de su propio horror los deprime. Si miramos la depresión
de esta manera, podemos ver que son las personas realmente valorables en el mundo
quienes se deprimen…

[“La familia afectada por la enfermedad


de la depresión”, 1958, pp. 51-52]

Cuando Winnicott escribe sobre “las personas que se deprimen”, él no está


refiriéndose a un colapso u hospitalización, sino más bien a “personas que se sienten
tristes”. La tristeza es el resultado de la capacidad de reconocer el propio horror, que
generalmente lleva a tomar responsabilidad.

Esta responsabilidad fue mencionada en un artículo que Winnicott dio en 1963 a la


Asociación de Trabajadores Sociales Psiquiátricos, titulada “El valor de la depresión”.
Señaló que las personas involucradas en trabajar con pacientes deprimidos como
analistas y trabajadores sociales psiquiátricos, estaban de algún modo tratando su

150
propia depresión. Esto, dijo, era un ejemplo del aspecto constructivo y valioso de la
depresión.

En este mismo artículo, Winnicott asocia el estado de unidad y la fuerza del Ego con
depresión (ver EGO: 3):

El desarrollo y el establecimiento de la fuerza del ego es la característica importante


o básica que indica salud. Naturalmente el término “fuerza del ego” viene a significar
cada vez más a medida que el niño madura, y al principio el ego tiene fuerza solo por
el apoyo al ego dado por la madre que se adapta, quien por un tiempo pudo de
identificarse estrechamente con su propio bebé.

Llega una etapa en la que el niño se ha convertido en una unidad, se vuelve capaz
de sentir: Yo Soy, tengo un interior, es capaz de conducir sus propias tormentas
instintivas, y también es capaz de contener las tensiones y el estrés que surgen en la
realidad psíquica personal interno. El niño puede deprimirse. Este es un logro del
desarrollo emocional.

[“El valor de la depresión”, 1963, p. 73]

Esto podría ser engañoso, porque Winnicott no quiere decir que el niño se deprime
patológicamente; más bien, él es capaz de sentirse triste y preocupado, vinculado con
un saludable sentimiento de culpa (ver PREOCUPACIÓN: 3).

Siguiendo con lo anterior, Winnicott aclara su significado de la depresión como sigue:

Nuestra visión de la depresión, entonces, está estrechamente ligada a nuestro


concepto de la fuerza del ego y del auto-establecimiento y del descubrimiento de una
identidad personal, y es por esta razón que podemos discutir de la idea de que la
depresión tiene valor.

[“El valor de la depresión”, p. 73]

3 El destete en relación a la ilusión y la desilusión

151
La capacidad de sentirse triste, por lo tanto, es un aspecto de la etapa del destete en
la infancia que acompaña de una desilusión:

Justo detrás del destete está el tema más amplio de la desilusión. El destete implica
una alimentación exitosa y la desilusión implica la provisión exitosa de oportunidades
para la ilusión.

[“Psicosis y cuidado del niño”, 1952, p. 221]

El tema de la ilusión/desilusión se relaciona con el trabajo de Freud sobre la transición


del bebé del principio del placer al principio de realidad. Las observaciones de
Winnicott de madres y bebés, junto con su trabajo como psicoanalista, lo llevó a
explorar lo que describió como el área intermedia de experiencia (ver FENÓMENO
TRANSICIONAL: 3).

La alimentación exitosa y el destete posterior, como mencionamos anteriormente,


muestra al bebé que ha experimentado una sensación de omnipotencia durante la
fase de dependencia absoluta, cuando su madre pudo adaptarse a sus necesidades
(ver MADRE: 8; PREOCUPACIÓN MATERNAL PRIMARIA: 4). Sin esta experiencia
primaria de omnipotencia, Winnicott cree que no es posible para el bebé “desarrollar
una capacidad para experimentar una relación con la realidad externa o incluso para
formar una concepción de la realidad” (“Objetos transicionales y fenómeno
transicional”, 1951, p.238).

Una depresión valiosa y saludable en el trabajo de Winnicott, es parte del proceso


que experimenta un bebé cuando trabaja la transición de fusionarse con la madre a
percibirla como separada y como No-Yo. La depresión−o, más apropiadamente
tristeza es la elaboración patológica del sentido de pérdida al final del tiempo de
fusión−el patrón de luto. Esto está en el corazón del proceso de desilusión cuando el
bebé se da cuenta de que no es, de hecho, el centro del universo (ver
DEPENDENCIA: 5, 6; MADRE: 8).

4 El estado de ánimo deprimido

152
Winnicott usa la metáfora de una niebla o neblina, para describir el estado de ánimo
depresivo como sigue:

…la niebla sobre la ciudad representa el estado de ánimo deprimido. Todo se


enlentece y se lleva a un estado de muerte. Este estado de relativa mortalidad controla
todo, y en el caso del individuo humano nubla los instintos y la capacidad de
relacionarse con objetos externos. Poco a poco la niebla se adelgaza en algunos
lugares o incluso comienza a levantarse. El estado de ánimo disminuye en intensidad
y la vida comienza de nuevo…

Aquí se está considerando no tanto la ansiedad y al contenido de ansiedad, en cuanto


a la estructura del ego y la economía interna del individuo. La depresión que viene,
continúa, y se eleva, indica que la estructura del ego se ha mantenido durante una
fase de crisis. Este es un triunfo de integración.

[“El valor de la depresión”, 1963, pp. 75-76]

Winnicott relaciona el estado de ánimo deprimido con una “nueva experiencia de


destructividad y de ideas destructivas que van junto con amar. Las nuevas
experiencias requieren una re evaluación interna, y es esta re evaluación lo que
vemos como depresión” (“El valor de la depresión”, p.76).

Esta destrucción emana de la “agresión primaria” innata, la cual busca un objeto para
poder darse cuenta del hecho de la realidad (No-Yo). La destrucción repetida en la
fantasía crea la capacidad de percibir la externalidad del objeto, y la consecuencia es
la capacidad de diferenciar entre Yo y No-Yo (ver AGRESIÓN: 7, 8).

Esta “destrucción” es particularmente pertinente para el período adolescente


descripto por Winnicott como “abatimiento” (“Adolescencia: luchando a través del
abatimiento”, 1961).

El estado de ánimo de la depresión está, por lo tanto, asociado con la preocupación


involucrada en lo que Winnicott describe como creatividad primaria: la creatividad de
la vida creativa y/o la preocupación del artista creativo (ver CREATIVIDAD: 4, 5, 6).

En su artículo de 1963 “El valor de la depresión”, Winnicott se refiere al final del


espectro patológico de la depresión como impurezas del estado de ánimo deprimido.
El dibuja siete categorías. En la primera, incluye todos “los fracasos de la organización

153
del ego que indican una tendencia en el paciente hacia un tipo de enfermedad más
primitivo, hacia la esquizofrenia” (“El valor de la depresión”, p.77). Esta categoría se
refiere a la persona que no ha alcanzado “el estado de unidad” y no ha experimentado
un entorno que lo sostenga lo suficientemente bien.

Las otras categorías se refieren a las diversas defensas utilizadas por los individuos
para evitar el trabajo que la “pureza” del estado de ánimo deprimido puede lograr
(“Valor de la depresión”, pp. 78-79).

Winnicott explora una de estas defensas en su artículo, “Reparación con respecto a


las defensas organizadas de la madre contra la depresión”, donde describe como la
depresión de la madre es tomada por el niño que posteriormente no puede diferenciar
entre depresión personal y la depresión de su madre.

Observando muchos de estos casos continuamente por períodos de diez o veinte


años, he podido ver que la depresión del niño puede ser el reflejo de la depresión de
la madre. El niño usa la depresión de la madre como un escape de la suya; esto
proporciona una falsa restitución y reparación con respecto a la madre, y esto dificulta
el desarrollo de una capacidad de restitución personal porque la restitución no se
relaciona con el sentido de la culpa del niño…

Se verá que estos niños en casos extremos tienen una tarea que nunca se puede
lograr. Su tarea es primero lidiar con el estado de ánimo de la madre. Si tienen éxito
en la tarea inmediata, no hacen más que lograr crear una atmósfera en la que pueden
comenzar sus propias vidas.

[“Reparación respecto de la madre”, 1948, pp. 92-93]

Winnicott señala que la depresión de la madre o el padre también pueden ser usadas
fácilmente por el paciente para evitar sentir depresión personal y, que atreves del
análisis puede llegar a distinguir entre los padres y su propia depresión.

5 Esperando, no curando

Winnicott nos advierte contra la tendencia a “animar” a la persona que está deprimida:

154
No queremos que nos corran o sacudan fuera de nuestro estado de ánimo, sino un
verdadero amigo para tolerarnos, ayudarnos un poco, y esperar.

[“La familia afectada por la enfermedad depresiva”, 1958, p. 52]

Como estudiante de medicina me enseñaron que la depresión tiene dentro de sí el


germen de la recuperación. Este es el punto brillante en psicopatología, y vincula la
depresión con el sentimiento de culpa (una capacidad para la cual es un signo de
desarrollo saludable) y con el proceso de luto. El luto tiende también a terminar su
trabajo. La creciente tendencia a recuperarse también vincula la depresión con el
proceso de maduración de la infancia y de la niñez del individuo, un proceso que (en
un entorno facilitador) conduce a la madurez personal, la cual es salud.

[“El valor de la depresión”, 1963, p. 72]

El individuo sano que se siente deprimido está en el proceso de resolver algo y


superar la perdida, como en el duelo.

…la depresión es un mecanismo de cura; cubre el campo de batalla como una


neblina, dejando resolver a un ritmo reducido, dando tiempo a que se pongan en juego
todas las defensas posibles, y para resolver, para que eventualmente ocurra una
recuperación espontánea. Clínicamente, la depresión (de este tipo) tiende a
levantarse…

[“La posición depresiva”, 1954, p. 275]

Y en representación de adolescentes deprimidos, Winnicott hace una petición:

…si el adolescente va a atravesar esta etapa del desarrollo mediante un proceso


natural, entonces debe esperarse un fenómeno que podría llamarse abatimiento
adolescente. La sociedad necesita incluir esto como una característica permanente y
tolerarla, reaccionar activamente a ella, de hecho, llegar a conocerla, pero no a
curarla.

[“Adolescencia”, 1961, pp. 85-86]

Como la depresión contiene un elemento saludable, la ayuda “es la aceptación de la


depresión”, no el impulso de curarla” (“La familia afectada por la enfermedad
depresiva”, p.60).

155
En la década de 1960, Winnicott enfatiza el valor de esperar cada vez más en su
trabajo psicoanalítico. En momentos articulares del análisis, es la capacidad del
analista de esperar (y de tolerar no saber) lo que es interpretación no verbal. Winnicott
estaba aquí en discurso con lo que él percibió como la propensión entre los analistas
británicos a intervenir demasiado.

[“La integración del ego en el desarrollo del niño”, 1962, pp. 56]

EGO

1 No id (ello) antes del ego


2 Integración
3 Cobertura del ego

156
4 No integración y desintegración

En su obra posterior, Winnicott definió el ego como un aspecto del yo que organiza
en integra la experiencia asociada a la comunicación intrapsíquica. Este último tiene
sus raíces en la comunicación intrapsíquica temprana.

El ego existe desde el principio y antes que el yo y, dependiendo del estado de


preocupación materna primaria de la madre, formará el verdadero y/o falso desarrollo
del yo.

1 No id (ello) antes del ego

La declaración más definitiva sobre la especificación del rol y la función del ego en el
desarrollo emocional se puede encontrar en el artículo de Winnicott de 1962,
“Integración del ego en el desarrollo infantil”.

Aquí la descripción del ego es doble: es una “parte de la personalidad que tiende bajo
condiciones adecuadas, a integrarse en una unidad”, lo que sugiere que al comienzo
el ego existe como potencial. La realización del potencial se basa en un cerebro
intacto, que es capaz de organizar la experiencia porque “sin aparatos electrónicos
no puede haber experiencia, y por tanto no hay ego”.

Sin embargo, la capacidad de organizar la experiencia también depende de las


condiciones adecuadas, es decir, de una maternidad lo suficientemente buena.

En la teoría de Freud el yo emerge del id (ello). Winnicott, como Klein, cree que hay
un ego, desde un principio, por poco desarrollado que sea.

En las primeras etapas del desarrollo de un niño humano, por lo tanto, el


funcionamiento del yo debe tomarse como un concepto que es inseparable de a
existencia del bebé como una persona. La vida instintiva que pueda haber aparte de
la fusión del ego puede ser ignorada, porque el bebé aún no es una entidad que tenga
experiencias No hay id (ello) antes que el ego.

157
[“La integración del ego en
el desarrollo del niño”, 1954, p. 275]

Para Winnicott el ego es responsable de recopilar información (experiencias externas


e internas) y de organizarla. Sin embargo, esto es solo posible si la madre es lo
suficientemente buena, porque al principio ella es el ego del bebé, al proporcionar
“cobertura del ego” (ver PREOCUPACIÓN MATERNAL PRIMARIA: 4). Durante la
fase absoluta de dependencia, el estado de principal preocupación materna de la
madre le permite ser el apoyo del ego necesario para su bebé, a través de su
adaptación a sus necesidades. La fuerza de este apoyo del ego depende
completamente de la capacidad de adaptación de la madre (ver PREOCUPACIÓN
MATERNAL PRIMARIA: 4).

El término “relación con el ego”, utilizado principalmente en la década de 1950, se


refiere a la fusión entre madre e hijo que ocurre al principio. Por la década de1960,
Winnicott se refiere al mismo fenómeno como “relación-objeto”. Es el momento en
que el bebé no se da cuenta de sus necesidades, y de que depende de que lo sepan
el entorno, su madre. Ella, a través de su intensa identificación con él, tiene que ser
su ego para poder protegerlo y sostenerlo (ver SOLO: 1, DEPENDENCIA. 2,
SOSTÉN: 4).

Con la ayuda de este fuerte ego al principio, el bebé puede desarrollarse y crecer. La
base de salud mental comienza aquí.

A partir de esta base, el bebé está preparado para negociar las siguientes etapas del
desarrollo, que atraviesan las etapas de dependencia y llegan a un estado de salud y
madurez. Este es una dinámica continua que ocurre en cada individuo en cada etapa
de la vida (ver DEPENDENCIA).

2 Integración

158
De la matriz de la relación madre-hijo suficientemente buena, el ego puede
desarrollarse. Es función del ego, en el esquema de Winnicott, integrar experiencias
en la personalidad.

El desarrollo del ego se caracteriza por varias tendencias:

1) La principal tendencia en el proceso de maduración puede agruparse en los


diversos significados de la palabra integración. La integración con el tiempo se
suma a (lo que podría llamarse) integración en el espacio.

[“La integración del ego en el


desarrollo del niño”, 1962, p. 59]

Winnicott luego se refiere al ego que se basa en el cuerpo y el ego que inicia la
relación-objeto:

2) El ego se basa en el ego corporal, pero es solo cuando todo va bien que la
persona del bebé comienza a estar ligado con el cuerpo y las funciones
corporales, con la piel como membrana limitante. He usado el término
personalización para describir este proceso…

[“La integración del ego en el


desarrollo del niño” p. 59]

El manejo que recibe el bebé de la madre y de los demás, toda la multitud de aspectos
del cuidado corporal: contribuye al sentido de sí mismo como persona. Al usar el
término “personalización, Winnicott destaca lo contrario de la “despersonalización”: el
psique-soma dividido en el paciente que no ha experimentado un buen manejo (ver
SOSTÉN: 2).

3) El ego inicia la relación-objeto. Con la maternidad suficientemente buena al


principio, el bebé no está sujeto a instintos gratificantes excepto en la medida
en que hay participación del ego. Respecto de esto no es cuestión de dar al
bebé satisfacción al dejar que el mismo encuentre y acepte el objeto (pecho,
biberón, leche, etc.)

159
[“La integración del ego en el
desarrollo del niño”, pp. 59-60]

Winnicott se refiere aquí al bebé cuya madre responderá a su necesidad, en lugar de


proporcionarle lo que necesita antes de que él le haga una señal. En este sentido el
bebé siente que él es responsable de recibir lo que necesita.

Debe entenderse que cuando se hace referencia a la capacidad adaptativa de la


madre esto tiene poco que ver con su capacidad para satisfacer los impulsos orales
del bebé, como darle una alimentación satisfactoria. Lo que se discute aquí es
paralelo a una consideración como ésta. De hecho, es posible gratificar un impulso
oral y al hacerlo violar la función del ego del niño, o lo que más tarde será guardado
celosamente como el yo, el centro de la personalidad. La satisfacción de ser
alimentado puede ser una seducción y puede ser traumática si le ocurre a un bebé
sin la cobertura de la función del ego.

[“La integración del ego en el


desarrollo del niño”, 1962, p. 57]

Winnicott se refiere a menudo a este aspecto de la alimentación infantil; como a


principios de 1945, en su artículo titulado “desarrollo emocional primitivo”, describe a
un paciente suyo cuyo “miedo principal era la satisfacción”. En una nota al pie, agrega
lo siguiente:

Solo mencionaré otra razón por la cual un bebé no está satisfecho con la satisfacción.
Se siente engañado. Él pretendía, uno podría decir, hacer un ataque caníbal y fue
sedado por un opioide, la alimentación. En el mejor de los casos él puede posponer
el ataque.

[“Desarrollo emocional primitivo”, 1945, p. 254]

No estar satisfecho con la satisfacción es una de las paradojas importantes de


Winnicott, y se asocia con una madre que no puede sobrevivir a la necesidad de su
bebé de ser despiadado (ver AGRESIÓN: 3, 8; ENTORNO: 7; MADRE: 11).

Este tipo de “engaño” entonces, conduciría a una distorsión del ego, porque disuade
la integración. La capacidad de integración surge durante las primeras etapas de la
vida:

160
1) ¿Integración de qué?

Es útil pensar en el material del cual la integración emerge en términos de


elementos motores y sensoriales, lo referente a narcisismo primario. Esto
adquiriría una tendencia hacia un sentido de existir. Se puede utilizar otro idioma
para describir esta parte oscura del proceso de maduración, pero los rudimentos
de una elaboración imaginativa del funcionamiento corporal puro deben ser
postulada si se pretende que este nuevo ser humano ha comenzado a ser y ha
comenzado a acumular experiencia que puede llamarse personal.

[“La integración del ego en el


desarrollo del niño”, p. 60]

3 Cobertura del ego

El término “cobertura del ego” se refiere a la tarea específica de la madre de proteger


a su bebé de las “agonías primitivas”, “ansiedades impensables” y “ansiedades
psicóticas”.

La primera organización del ego proviene de la experiencia de las amenazas de


aniquilación que no conducen a la aniquilación y que, repetidamente, hay
recuperación. De tales experiencias la confianza en la recuperación comienza a ser
algo que conduce a un ego y a una capacidad del ego para hacer frente a la
frustración.

Espero que se sienta que esta tesis contribuye al tema del reconocimiento del bebé
por la madre como una madre frustrante. Esto es cierto más tarde pero no en esta
etapa temprana.

[“Preocupación maternal primaria”, 1956, p. 304]

Con la cobertura apropiada del ego, el continuo ser del bebé resultará en lo que
Winnicott, en su artículo de 1962, “La integración del ego en el desarrollo infantil”,
domina una unidad del yo que el bebé aprovecha para integrar su experiencia, para
formar una personalidad, y convertirse en él mismo.

161
2) ¿Integración con qué?

No se puede enfatizar demasiado que lo que sucede en esta etapa temprana


depende de la cobertura del ego dada por la madre de la dupla madre-hijo.

Puede decirse que esa cobertura del ego lo suficientemente buena por parte de la
madre (con respecto a las ansiedades impensables) permite a la nueva persona
humana construir una nueva personalidad en el patrón en la continuidad de seguir
siendo.

[“La integración del ego en el


desarrollo del niño”, 1960, p. 60]

Winnicott termina este artículo de 1962 defendiendo el proceso de integración y


reemplaza el término “ego” por “yo”.

La integración está estrechamente relacionada con la función de sostén del entorno.


El logro de la integración es la unidad. Primero viene el Yo” que incluye “todo lo demás
no soy yo”. Luego viene “Yo soy, yo existo, yo recojo experiencias y me enriquezco y
tengo una interacción proyectiva e introyectiva con el NO-YO, el mundo actual de la
realidad compartida.

Agregue a esto: “Yo estoy siendo visto y comprendido por alguien”; más aún, agregar
a esto lo siguiente”: “Consigo la evidencia (como un rostro visto en un espejo) que
necesito de ser reconocido como un ser”.

En circunstancias favorables, la piel se convierte en el límite entre el Yo y el No-Yo.


En otras palabras, la psique ha venido a vivir en el soma y se ha iniciado una vida
psicosomática individual.

[“La integración del ego en el


desarrollo del niño”, 1960, p. 61]

Esta es la descripción de “estado de unidad”, un término ocasionalmente utilizado por


Winnicott para denotar el logro del bebé de diferenciar entre Yo y No-Yo. Durante la
década de 1960, Winnicott también se refiere a la propia unidad.

En general, podría ser útil y más exacto decir que cuando Winnicott usa la palabra
“ego”, de hecho, está definiendo un aspecto del Yo que sirve a la función específica

162
de integración. Puede ser útil tener esto en cuenta cuando se encuentre con la
variedad de “egos” con guiones que Winnicott crea a lo largo de su trabajo. Eso
también implica que, en la teoría de Winnicott del Verdadero y Falso Yo, el “ego”
saludable, sirve tanto al verdadero como al falso Yo (ver YO: 1).

4 No integración y desintegración

Winnicott usa la palabra no integración para describir “estados silenciosos” en el bebé.

Lo opuesto a la integración parecería ser la desintegración. Esto es solo parcialmente


cierto. Lo contrario, inicialmente requiere una palabra como no integración. La
relajación para un bebé significa no sentir la necesidad de integrarse, la función de
apoyo del ego de la madre se da por sentada.

[“La integración del ego en el


desarrollo del niño”, p. 61]

El bebé y el adulto que son capaces de relajarse y desintegrarse conocen


existencialmente la experiencia de la confianza y la sensación de sentirse seguro.
Esta es una experiencia que conduce a la habilidad para disfrutar de actividades
culturales. La desintegración está asociada con el ser y la creatividad. La capacidad
de desintegrarse, por lo tanto, también constituye un logro del desarrollo.

Por el contrario, la desintegración es una defensa.

El término desintegración se utiliza para describir una defensa sofisticada que es una
producción activa de caos en defensa contra la desintegración del apoyo del ego
materno, es decir, contra la ansiedad impensable o arcaica que resulta por falta de
tenencia en la etapa de dependencia absoluta. El caos de la desintegración puede
ser tan “malo” como la falta de fiabilidad del entorno, pero tiene la ventaja de ser
producido por el bebé y por tanto no ser del entorno. Está dentro del área de la
omnipotencia del bebé. En términos del psicoanálisis, es analizable, mientras que las
ansiedades impensables no lo son.

[“La integración del ego en el


desarrollo del niño”, 1960, p. 61]

163
La desintegración siempre implica que un cierto grado de integración ha tomado lugar;
en consecuencia, la interpretación del analista en la transferencia apunta a facilitar el
desarrollo de la capacidad del paciente para integrar lo interpsíquico (objetos
percibidos objetivamente) con objetos subjetivos (objetos percibidos subjetivamente)
(ver ILUSIÓN: 6; MADRE: 10).

El paciente que ha experimentado ansiedades impensables y agonías primitivas no


es capaz de utilizar el marco analítico de la misma manera que la persona que no ha
experimentado su ansiedad. El analista debe adaptarse a las necesidades y esperar
hasta que el paciente sea capaz de usar la interpretación (ver REGRESIÓN: 3).

ENTORNO

1 El impacto del entorno en el desarrollo humano

164
2 El entorno analítico: un entorno de espera
3 Psicosis: una enfermedad por deficiencia del entorno
4 Ansiedad psicótica
5 Impacto
6 Miedo al colapso
7 “Somos pobres de hecho, si solo estamos cuerdos”
8 Padre: el entorno indestructible

La teoría del desarrollo emocional de Winnicott hace hincapié en el entorno psíquico


y su responsabilidad para la salud emocional del bebé.

El primer entorno para el bebé es la madre, y al principio se fusionan en un entorno:


configuración individual.

El entorno emocional no puede ser considerado totalmente responsable por lo que


ocurre con el bebé en términos de su salud mental; solo puede proporcionar un
espectro de experiencia disponible: en el buen extremo, está facilitado, en el otro es
perjudicial.

El entorno facilitador permite al individuo toma la oportunidad de crecer y


generalmente conducirá a la salud, mientras que el entorno emocional que falla,
particularmente al principio, es más probable que provoque inestabilidad mental y
mala salud.

1 El impacto del entorno en el desarrollo humano

La literatura psicoanalítica hace referencia al papel de la madre en relación con su


bebé, pero, en general, hasta alrededor de 1950, mucho del impulso teórico había
sido sobre el individuo y su mundo interior. Al impacto del entorno en la salud mental
del individuo no se le había concedido realmente la importancia que se ha mantenido
desde entonces en la teoría analítica, y la contribución de Winnicott es seminal.

En 1942, Winnicott se encontró saltando en una reunión y diciendo: “¡No existe tal
cosa como un bebé!”. Fue, para él un momento de verdadero descubrimiento, que

165
relata diez años después, en su trabajo “Ansiedad asociada con inseguridad”,
presentado a la Sociedad Psicoanalítica Británica en 1952. El individuo fue a partir de
entonces ya no una unidad, sino un entorno: configuración individual: la dupla
lactante.

…si me muestras un bebé, ciertamente me muestras también a alguien que lo cuide


o al menos un cochecito con oídos y ojos pegados a él. Se ve la dupla lactante…antes
de las relaciones objeto el estado de las cosas es el siguiente: que la unidad no es el
individuo, la unidad es el entorno configuración individual. El centro de gravedad del
ser no comienza en el individuo, Es en la configuración total.

[“Ansiedad asociada a la inseguridad”, 1952, p. 99]

En otras palabras, no existe tal cosa como un individuo, sólo un individuo en relación
con el mundo externo. Winnicott está intentando mostrar que una relación de un
cuerpo no precede a una relación de dos cuerpos, sino que la sigue.

A veces asumimos vagamente que antes de la relación de dos-cuerpos relación-


objeto está la relación objeto de un cuerpo, pero esto está mal, y obviamente mal si
miramos de cerca. La capacidad de la relación de un cuerpo sigue la capacidad de la
relación de dos cuerpos, por medio de la introyección del objeto.

[“Ansiedad asociada a la inseguridad”, p. 99]

Este es un tema que Winnicott desarrolla seis años después, en 1958, en “La
capacidad de estar solo”, donde afirma que la capacidad de estar solo se basa
paradójicamente en la experiencia de estar solo en presencia de otro, es decir el
entorno-madre (ver SOLO: 1, 2).

2 El entorno analítico: un entorno de espera

En 1954, en su artículo “Aspectos clínicos y metapsicológicos de regresión dentro de


la estructura psicoanalítica”, Winnicott comenta cómo Freud llegó intuitivamente a

166
elegir jun escenario para sus pacientes psico-neuróticos. Este escenario refleja aquél
del entorno temprano, y Freud lo creó porque él sabía inconscientemente sobre el
entorno temprano lo suficientemente bueno.

Freud da por sentada la situación de la maternidad temprana y mi argumento es que


apareció en su provisión de un escenario para su trabajo, casi sin que él se diera
cuenta de lo que estaba haciendo. Freud fue capaz de analizarse a sí mismo como
una persona independiente y completa, y se interesó en las ansiedades que
pertenecen a las relaciones interpersonales.

[“Lo metapsicológico y los aspectos clínicos”, 1954, p. 284]

En este artículo, Winnicott comienza a separar las técnicas del psicoanálisis en


interpretación y escenario. Es el escenario que, a finales de la década de 1950, se
convierte en el entorno de explotación.

Hay dos aspectos relacionados con las observaciones de Winnicott en este momento
del desarrollo psicoanalítico. Primero, a través de su extenso trabajo con madres y
bebés Winnicott había descubierto entonces la diferencia entre un buen entorno y uno
que no es tan bueno, el observó que este esencial primer buen entorno está duplicado
en el escenario freudiano, que por supuesto, incluye la personalidad del analista. Por
lo tanto, la paciente que ha sido dañada por una falla en el entorno puede tener la
oportunidad de curarse en el entorno freudiano altamente especializado (ver
SOSTÉN: 4; REGRESIÓN: 2). Y es el paciente psicótico que necesita la estabilidad
y fiabilidad del entorno de espera de una manera más literal (ver ODIO: 5).

Ahora quiero dejar claro de qué manera divido artificialmente el trabajo de Freud en
dos partes. Primero, existe la técnica de psicoanálisis a medida que se ha
desarrollado gradualmente y que los estudiantes aprenden. El material presentado
por el paciente debe ser entendido e interpretado. Y segundo, está el escenario en el
que se lleva a cabo este trabajo.

[“Lo metapsicológico y los aspectos clínicos”, p. 284]

Winnicott enumera 12 aspectos del entorno necesario. Diferente a Freud, Winnicott


no da el escenario por sentado, más bien el ilustra y define cada aspecto crucial del
entorno de sostén:

167
1. A una hora determinada del día, cinco o seis veces por semana, Freud se puso
a él mismo al servicio del paciente (esta vez se dispuso para adaptarse a la
conveniencia tanto del analista como del paciente).
2. El analista estaría allí de manera confiable, a tiempo, vivo, respirando.
3. Durante el período limitado de tiempo preestablecido (aproximadamente una
hora) el analista se mantendría despierto y se preocuparía por el paciente.
4. El analista expresó su amor por el interés positivo tomado, y el odio en el
estricto comienzo y final y en cuestión de tarifa. El amor y el odio se expresaron
honestamente, es decir, no negado por el analista.
5. El objetivo del análisis sería entrar en contacto con el proceso del paciente,
para comprender el material presentado, para comunicar este entendimiento
en palabras.
6. El método del analista era uno de observación objetiva.
7. Este trabajo debía realizarse en una habitación, no en un pasillo, en una
habitación que estaba en silencio y no propensa a sonidos impredecibles
repentinos, pero que no estaba completamente silenciosa, y no estaba libre los
ordinarios ruidos de la casa. Esta habitación estaría bien iluminada, pero no
por una luz que mira fijamente a la cara, y tampoco una luz variable. La
habitación ciertamente no estaría oscura y sería confortablemente cálida. El
paciente estaría acostado en un sofá, cómodo, y probablemente habría
disponible una alfombra y un poco de agua.
8. El analista (como es sabido) mantiene fuera el juicio moral de la relación, no
desea inmiscuirse en detalles de la vida personal del mismo ni sus ideas, y el
analista no desea tomar partido en los sistemas persecutorios, incluso cuando
estos aparecen en forma de situaciones reales compartidas, locales, políticas,
etc. Naturalmente si hay una guerra o un terremoto o si muere el rey, el analista
lo sabe.
9. En la situación analítica, el analista es mucho más confiable, que la gente en
la vida ordinaria; en general puntual, libre de rabietas, libre enamorarse
compulsivamente, etc.
10. Hay una distinción muy clara en el análisis entre hecho y fantasía, para que el
analista no sea herido por un sueño agresivo.
11. Se puede contar con la ausencia de la reacción del talión.
12. El analista sobrevive.
168
[“Lo metapsicológico y los aspectos clínicos”, 1954,
pp. 285-286]

Winnicott enfatiza que la conducta del analista es lo que importa dentro del entorno
físico y temporal. Aunque él es no específico, es la transferencia y la
contratransferencia que son aspectos importantes de este entorno especializado.
Además, este entorno funciona de la misma manera que la crianza ordinaria.

Aquí hay abundante material para estudiar, y se observará que hay una similitud muy
marcada entre todas estas cosas y la tarea ordinaria de los padres, especialmente el
de la madre con su bebé o con el padre desempeñando un papel de madre, y en
algunos aspectos con la tarea de la madre desde un principio.

[“Lo metapsicológico y los aspectos clínicos”, p. 286]

3 Psicosis: una enfermedad por deficiencia del entorno

Winnicott sitúa la etiología de la psicosis en el entorno configuración individual. Por lo


tanto, si la madre no puede entrar en estado de preocupación maternal primaria,
desilusiona al bebé. Este “soltar”, en lugar de sostener, significa que más tarde ella
se enfrenta a compensar por fallarle a su bebé en el momento más crucial:

En la práctica, el resultado es que tales mujeres, habiendo producido un niño, pero


habiendo perdido el barco en la etapa más temprana, se enfrentan con la tarea de
recuperar lo perdido. Tienen un largo período en el que deben adaptarse
estrechamente a las necesidades de su hijo en crecimiento, y no es seguro que
puedan lograr reparar la distorsión inicial. En lugar de dar por sentado el buen efecto
de una preocupación temprana y temporal, se ven atrapados en la necesidad de
terapia del niño, es decir, por un período prolongado de adaptación a la necesidad, o
de mimar. Hacen terapia en lugar de ser padres…Este trabajo de la madre (o de la
sociedad) resulta ser una gran tensión porque no viene de forma natural. La tarea en
cuestión pertenece propiamente a una fecha anterior, en este caso al tiempo en el
que el bebé estaba comenzando a existir como un individuo.

[“Preocupación maternal primaria”, 1956, p. 303]

169
La sensación de sentirse real, en la que Winnicott pone tanto énfasis, es inaccesible
para el bebé que no ha tenido la suerte de experimentar devoción ordinaria:

…sin la disposición inicial del entorno lo suficientemente buena, este yo (que puede
permitirse morir) nunca se desarrolla. El sentimiento de realidad está ausente y si no
hay demasiado caos, el último sentimiento es de inutilidad Las dificultades inherentes
de la vida no pueden ser alcanzadas, por no hablar de las satisfacciones.

[“Preocupación maternal primaria”, pp. 304-305]

La madre que no se encuentra en el estado de preocupación maternal primaria es


incapaz de empatizar con su bebé y, por lo tanto, ella no puede ofrecer el apoyo
necesario para el ego. El bebé es dejado con sus propios dispositivos.

…el destino del bebé que no ha tenido buen cuidado en la etapa temprana antes de
que el bebé haya separado el “No-Yo” del “Yo”. Este es un tema complejo por todos
los grados y variedades de insuficiencia materna. Es rentable, primero, hacer
referencia a lo siguiente:

1) distorsiones de la organización del ego que establecen la base para las


características esquizoides, y
2) la defensa específica de la autonomía, o el desarrollo de un Yo cuidador y la
organización de un aspecto de la personalidad que es falsa (falsa en que lo
que muestra es un derivado no del individuo sino del aspecto materno de la
dupla madre-hijo). Esta es una defensa cuyo éxito puede representar una
nueva amenaza para el núcleo del Yo, aunque está diseñado para ocultar y
proteger este núcleo del Yo.
[“La integración del ego en el desarrollo del
niño”, 1962, p. 58]

Esta segunda distorsión es explorada por Winnicott en su artículo de 1960, “La


distorsión del ego en términos del verdadero y falso Yo” (Ver YO: 6, 9).

La falla del entorno trae varios resultados posibles de enfermedad mental:

Las consecuencias de un apoyo del ego defectuoso por parte se la madre puede ser
muy paralizantes e incluyen lo siguiente:

170
A. ESQUIZOFRENIA INFANTIL O AUTISMO

Esta agrupación clínica bien conocida contiene un trastorno secundario a lesiones


cerebrales físicas o deficiencia y también incluye cierto grado de todo tipo de falla
de los primeros detalles de la maduración. En una proporción de casos no hay
evidencia de defecto o enfermedad neurológica.

B. ESQUIZOFRENIA LATENTE

Hay muchas variedades clínicas de esquizofrenia latente en niños que pasan por
normales, o que incluso pueden mostrar especial brillantez del intelecto o
actuación precoz. La enfermedad se muestra en la fragilidad del “éxito”. Esfuerzo
y estrés en las etapas posteriores del desarrollo pueden desencadenar una
enfermedad.

C. [FALSA-AUTO DEFENSA]

El uso de defensas, especialmente la de un falso Yo exitoso, permite que muchos


niños parezcan dar buenas promesas, pero eventualmente un colapso revela el
hecho de la ausencia del verdadero Yo de la escena.

D. PERSONALIDAD ESQUIZOIDE

Comúnmente se desarrolla un trastorno de personalidad que depende del hecho


de que un elemento esquizoide está oculto en una personalidad que por lo demás
está cuerda. Serios elementos esquizoides graves se socializan en la medida en
que puedan esconderse un patrón de trastorno esquizoide que se acepta en la
cultura local de una persona.

[“La integración del ego en el desarrollo del niño”, p. 59]

La etiología de lo anterior se ubica al comienzo de la relación madre-hijo:

Estos grados y tipos de defectos de la personalidad pueden estar relacionados, en


investigaciones de casos individuales, a varios tipos y grados de falla de sujeción,
manipulación y presentación de objetos en la etapa más temprana.

[“La integración del ego”, p. 59]

171
Winnicott sostiene que las ramificaciones del fracaso en esta temprana etapa llevan
al miedo a la MUJER, ligado con el miedo a la dependencia (ver DEPENDENCIA: 3).

…un reconocimiento de la dependencia absoluta de la madre y de su capacidad de


preocupación maternal primaria…es algo que pertenece a la extrema satisfacción, y
a una etapa no siempre alcanzada por los adultos. El fracaso general del
reconocimiento de la dependencia absoluta al principio contribuye al miedo a la
MUJER que es la suerte tanto de hombres como de mujeres.

[“Preocupación maternal primaria”, 1956, p. 304]

4 Ansiedad psicótica

Las formas de psicosis antes mencionadas son, para Winnicott organizaciones


psicológicas por las que hay que pasar para proteger al Yo central contra ansiedades
impensables o agonías primitivas, Se describen así:

1. Desmoronándose
2. Cayendo para siempre
3. No tener relación con el cuerpo
4. No tener orientación
[“La integración del ego”, 1962, p. 58]

Y sobre esto agregó seis años más tarde, en 1968:

5. Aislamiento completo debido a que no hay forma de comunicación.


[“Comunicación entre hijo y madre, y madre
e hijo, comparadas y contrastadas”, 1968, p. 99]

Las ansiedades son “impensables” porque este tipo de ansiedad no se podía pensar
y devenir a través de la conmoción y del trauma (reacción al ataque o impacto). Para
Winnicott, las agonías primitivas constituyen ataque. El resultado en el niño de
demasiado impacto es que el sentido del Yo se aniquila. Esto es lo contrario de ser;
es el trauma de la aniquilación, que violó el núcleo mismo del Yo (ver
COMUNICACIÓN: 10).

172
Ansiedad en estas primeras etapas de la relación padre-hijo se relaciona con la
amenaza de aniquilación, y es necesario explicar qué se entiende por este término.

En este lugar que se caracteriza por la existencia esencial de un entorno de sostén,


el “potencial heredado” se está convirtiendo en “continuidad del ser”. La alternativa de
ser es reaccionar, y reaccionar interrumpe el ser y lo aniquila. Ser y aniquilar son las
dos alternativas. El entorno de sostén, entonces tiene como función principal la
reducción al mínimo del impacto al cual el bebé debe reaccionar resultando en la
aniquilación del ser personal.

[“La teoría de la relación padre-hijo”, 1960, p. 47]

La aniquilación se produce debido a una amenaza al aislamiento del Yo central. El


apoyo del ego de la madre es necesario para proteger el Yo central del bebé; sin el
soporte del ego, el bebé es forzado a mantener la su propia protección, es decir,
desarrollar defensas psicóticas.

Otro fenómeno que necesita consideración en esta fase es el ocultamiento del núcleo
de la personalidad. Examinemos el concepto de un Yo verdadero Central. El yo
central podría decirse ser el potencial heredado que está experimentando una
continuidad del ser y adquiriendo a su propia manera y a su propia velocidad una
realidad psíquica personal y un esquema corporal personal.

Parece necesario admitir el concepto de aislamiento de este Yo central como


característica de la salud. Cualquier amenaza a este aislamiento del ser verdadero
constituye una gran ansiedad en esta etapa temprana, y las defensas de la primera
infancia aparecen en relación a fallas por parte de la madre (o en el cuidado materno)
para alejar los impactos que pueden perturbar este aislamiento.

[“La teoría de la relación padre-hijo”, p. 46]

Más tarde, Winnicott agrega a la lista de agonías primitivas el tipo de las defensas
que pueden ser movilizadas en el bebé o individuo que ha sufrido una ruptura en la
continuidad del ser:

…es posible hacer una lista de agonías primitivas (la ansiedad no es una palabra lo
suficientemente fuerte aquí).

173
Aquí hay un par:

1. El regreso a un estado no integrado. (Defensa: desintegración).


2. Cayendo para siempre. (Defensa: desintegración)
3. Pérdida de la colusión psicosomática, falta de permanencia. (Defensa:
despersonalización).
4. Pérdida del sentido de realidad. (Defensa: explotación del narcicismo primario).
5. Pérdida de la capacidad de relacionarse con objetos. (Defensa: estados
autísticos, relacionándose solamente con fenómenos propios).
[“Miedo al colapso”, 1963, p. 90]

Así, Winnicott vio la enfermedad psicótica como una defensa contra la agonía
primitiva

Es mi intensión mostrar aquí que lo que vemos clínicamente es siempre una


organización de defensa, incluso en el autismo de la esquizofrenia infantil. La agonía
subyacente es impensable.

Es incorrecto pensar en la enfermedad psicótica como un colapso, es una


organización de defensa relativa a una agonía primitiva y suele tener éxito (excepto
cuando el entorno facilitador no ha sido deficiente sino tentador, tal vez la peor cosa
que le puede pasar a un bebé humano).

[“Miedo al colapso”, p. 90]

5 Impacto

Por “impacto grave”, Winnicott significa aquello que interrumpe la continuidad del ser
del bebé. La naturaleza de un impacto proviene esencialmente del entorno, sin
embargo, el impacto puede ser traumático (como se describe anteriormente) o
fortalecedor. Si el bebé está adecuadamente protegido al principio (si tiene suficiente
apoyo para el ego del entorno), entonces gradualmente aprenderá a enfrentar el

174
impacto, lo que resultará en un fortalecimiento de su autoconciencia. Sin embargo, si
el impacto es demasiado temprano o demasiado intenso, el resultado será traumático
y el bebé no tiene más alternativa que reaccionar. Son las reacciones al impacto que
ocurren durante un período de tiempo, que causan daño a la personalidad y resultan
en la fragmentación:

Si el reaccionar que interrumpe el ser se repite persistentemente, se pone en marcha


un patrón de fragmentación del ser. El bebé cuyo patrón es el de fragmentación de la
línea de continuidad del ser tiene una tarea de desarrollo que es casi desde el
principio, cargado en dirección a la psicopatología. Por tanto, debe haber un factor
muy temprano (que data de los primeros días u horas de vida) en la etiología de la
inquietud, hipercinesia y falta de atención (más tarde llamada incapacidad para
concentrarse).

[“Integración del ego”, m 1962, pp. 60-61]

La tesis del impacto de Winnicott se relaciona con los estados de preparación y estar
preparado. Está ligado a la capacidad de permitir que las cosas sigan su curso. Por
ejemplo, el nacimiento es el primer impacto importante del entorno, que, de ser
normal, no dañará por sí mismo al bebé:

Antes del nacimiento, y especialmente si hay retraso, puede fácilmente haber


experiencias repetidas para un bebé en el cual, por el momento, el estrés está en el
entorno y no en él mismo, y es probable que el feto se vuelva cada vez más atrapado
en este tipo de relaciones con el entorno para el momento del nacimiento.

Así, en los procesos naturales la experiencia del nacimiento es una muestra


exagerada de algo ya conocido por el bebé. Por el momento, durante el nacimiento,
el bebé es un reactor y lo importante es el entorno; y luego, después del nacimiento
hay un retorno a un estado de cosas en el que lo importante es el bebé…En salud, el
bebé es preparado antes del nacimiento para algún impacto ambiental, y ya ha tenido
la experiencia de un retorno natural de reaccionar a un estado de no tener que
reaccionar, que es el único estado en el que el Yo puede comenzar.

[“Memorias del nacimiento, trauma al


nacer, y ansiedad”, 1949, p. 183]

175
Si se establece un patrón de reacción, hay menos oportunidades para desarrollar un
sentido de sí mismo (ver YO: 1, 2).

6 Miedo al colapso

Publicado póstumamente en 1974, pero se cree que fue escrito en 1963, el artículo
de Winnicott, “El miedo al colapso”, explora uno de los resultados de un entorno que
le había fallado al individuo en las primeras etapas:

El miedo al colapso es una característica importante en algunos de nuestros


pacientes, pero no en otros. De esta observación, si es correcta, se puede sacar la
conclusión de que el miedo al colapso está relacionado con la experiencia pasada del
individuo, y con caprichos del entorno.

[“Miedo al colapso”, 1963, p. 87]

La tesis de Winnicott en este artículo es que el miedo del paciente a un colapso futuro,
está basado en un colapso que se produjo en el pasado.

Si el miedo al colapso surge como síntoma durante el curso del análisis, en una señal
de progreso el paciente se vuelve dependiente del análisis, lo que facilita el sentido
de la confianza. Esta, a su vez lleva a que el paciente se sienta lo suficientemente
seguro como para experimentar el trauma original (agonía primitiva) en el contexto
del análisis y la transferencia. El “desglose” se refiere a la ruptura de las defensas,
originalmente establecido (como se describe anteriormente) para proteger de
ansiedades impensables. El paciente se está permitiendo, por tanto, estar más abierto
a sus sensibilidades.

…en los fenómenos más psicóticos que estamos examinando es la ruptura del
establecimiento de la unidad del Yo la que se indica. El ego organiza defensas contra
la ruptura de la organización del Yo, y es la organización del ego la que está
amenazada. Pero el ego no puede organizarse contra fallas del entorno en tanto que
la dependencia es un hecho vivo.

[“Miedo al colapso”, p. 88]

176
Al decir que una defensa tiene éxito, Winnicott quiere decir que el sufrimiento del
individuo, por así decirlo, se mantiene a raya. En un artículo de 1967, “Regresión
clínica en comparación con la organización de la defensa” (reimpreso en 1989 como
“El concepto de la regresión clínica comparado con la organización de la defensa”),
el “mantener a raya” es referido por Winnicott como una organización hacia la
invulnerabilidad, como en la esquizofrenia y el autismo.

Lo que observamos en niños y bebés que se enferman en una forma que nos obliga
a utilizar la palabra “esquizofrenia”, aunque esta palabra se aplicó originalmente a
adolescentes y adultos, lo que vemos muy claro es una organización hacia la
vulnerabilidad.

Se deben esperar diferencias según la etapa del desarrollo emocional del adulto, o
niño, o bebé que se enferma. Lo que es común a todos los casos es esto, que el bebé,
niño, adolescente, o adulto no debe volver a experimentar la ansiedad impensable
que está en la raíz de la enfermedad esquizoide.

El niño autista que ha viajado casi todo el camino hasta el defecto mental, ya no está
sufriendo; casi se ha alcanzado la vulnerabilidad. El sufrimiento pertenece a los
padres. La organización hacia la invulnerabilidad ha tenido éxito y es esto lo que
muestra clínicamente junto con características regresivas que, de hecho, no son
esenciales para esta imagen.

[“Regresión clínica”, 1967, pp. 197-198]

Esta “invulnerabilidad” recuerda la pregunta de Winnicott, planteando en 1963:


“¿Cómo estar aislado sin estar físicamente aislado?” (Ver COMUNICACIÓN: 10).

Basado en el descubrimiento de que “el miedo al colapso es el miedo de una avería


que ya se ha experimentado”, Winnicott recomienda que se le diga al paciente lo
siguiente:

Hay momentos, según mi experiencia, en los que un paciente necesita que le digan
que el miedo al colapso que destruye su vida, ya ha ocurrido. Es un hecho que se
lleva escondido en el inconsciente…En este contexto especial el inconsciente
significa que la integración del Yo no es capaz de abarcar algo. El ego es demasiado
inmaduro para reunir todos los fenómenos en el área de la omnipotencia.

177
[“Miedo al colapso”, 1963, pp. 90-91]

En otras palabras, la reacción al impacto del entorno fue un shock y un trauma para
la psique del bebé porque el bebé no estaba listo para recibirlo y por lo tanto no podía
pensar acerca de ello, es decir, reunirlo como una experiencia e integrarlo. Eso
sucedió, pero no fue experimentado en el sentido del ser procesado. Winnicott plantea
la siguiente pregunta:

Cabe preguntarse aquí: ¿por qué el paciente sigue siendo preocupad por esto que
pertenece al pasado? La respuesta debe ser que la experiencia original de la agonía
primitiva no puede pasar a ser pasado al menos que el ego pueda primero reunirla en
su propia experiencia en tiempo presente y al control omnipotente (asumiendo la
función auxiliar del soporte del ego de la madre [analista]).

En otras palabras, el paciente debe seguir buscando el detalle en el pasado que aún
no se ha experimentado. Esta búsqueda toma forma de buscar este detalle en el
futuro.

A menos que el terapeuta pueda trabajar con éxito sobre la base de que este detalle
ya es un hecho, el paciente debe seguir temiendo encontrar lo que se busca
compulsivamente en el futuro.

[“Miedo al colapso”, 1963, p. 91]

Winnicott sugiere que tanto el terapeuta como el ´paciente deben ser conscientes de
que lo que le ha sucedido en la vida temprana al paciente, en términos de falla del
entorno, debe ocurrir en la relación terapéutica, donde existe la esperanza de que se
pueda experimentar por primera vez.

El propósito de nuestro trabajo es llamar la atención sobre la posibilidad de que la


avería ya haya ocurrido, cerca del comienzo de la vida del individuo. El paciente
necesita “recordar” esto, pero no es posible recordar algo que aún no ha sucedido, y
esta cosa del pasado no ha sucedido todavía porque el paciente no estaba allí para
que le sucediera. La única manera de “recordar” en este caso es que el paciente
experimente esta cosa del pasado por primera vez en el presente, es decir, en la
transferencia. Esta cosa pasada y futura se convierte en algo de aquí y ahora, y el

178
paciente la experimenta por primera vez. Este es el equivalente de recordar, y este
resultado es el equivalente de levantar la represión…

[“Miedo al colapso”, p. 92]

Este concepto también se aplica al miedo a la muerte y miedo al vacío: la muerte y el


vacío han ocurrido en los primeros años de vida, a través de fallas del entorno.

Las recomendaciones de Winnicott al analista se aplican a todos los médicos que


trabajan con niños, adolescentes o adultos desfavorecidos. El terapeuta debe ayudar
al niño a volver al momento antes de que haya ocurrido la privación (ver TENDENCIA
ANTISOCIAL: 5).

7 “Somos pobres de hecho, si solo estamos cuerdos”

De los artículos de Winnicott se desprende claramente que, aunque distinguió entre


salud y no salud, afirmó muy pronto en su trabajo que la psicosis es algo a lo que
cualquiera de nosotros podría estar susceptible:

A veces se asume que en salud el individuo siempre está integrado, además de vivir
en su propio cuerpo, y capaz de sentir que el mundo es real. Sin embargo, hay mucha
cordura que tiene una cualidad sintomática, está acusado de miedo a la negación de
la capacidad innata de todo ser humano para desintegrarse, despersonalizarse y para
sentir que el mundo es irreal. La falta de sueño suficiente produce estas condiciones
en cualquiera

[“Desarrollo emocional primitivo”, 1945, p. 150]

Y a esto añadió una de sus notas a pie de página más famosa, que dice así:

A través de la expresión artística podemos esperar mantenernos en contacto con


nuestro Yo primitivo de donde lo sentimientos más intensos e incluso sensaciones
agudas de miedo se derivan, y somos pobres de hecho, si sólo estamos cuerdos.

[“Desarrollo emocional primitivo”, p. 150]

Quizás esto es lo que Winnicott quiere decir cuando, en 1960, escribe que “la gente
sana puede jugar con la psicosis”:

179
La psicosis es mucho más realista y se preocupa por los elementos de la personalidad
y la existencia humana que la psiconeurosis, y (¡Para citarme a mí mismo!) somos
realmente pobres si solo estamos cuerdos.

[“El efecto de la psicosis en la vida familiar”, 1960, p. 61]

En el último año de su vida, en “Creatividad y sus Orígenes”, agrega lo siguiente:

Es importante para nosotros que no encontremos clínicamente una línea clara entre
la salud y el estado esquizoide o incluso entre la salud y la total esquizofrenia. Si bien
reconocemos el factor hereditario en la esquizofrenia y estamos dispuestos a ver las
contribuciones hechas en casos individuales por los trastornos físicos, miramos con
sospecha sobre cualquier teoría de la esquizofrenia que divorcia al sujeto de los
problemas de la vida ordinaria y los universales del desarrollo individual en un entorno
dado. Vemos la importancia vital e la provisión del entorno especialmente al comienzo
de la vida infantil, por lo que hacemos un estudio especial del entorno facilitador en
términos humanos y en términos de crecimiento humano en la medida en que la
dependencia tiene significado.

[“Creatividad y sus orígenes”, 1971, pp. 66-67]

Este es el reconocimiento de la condición humana (ver DEPENDENCIA: 2).

8 Padre: el entorno indestructible

Aunque en el trabajo de Winnicott el papel del padre no siempre es específicamente


referido, en términos del entorno, contribuye a la fortaleza de la familia como una
“empresa en marcha”. En un artículo “¿Qué pasa con el padre?”, escrito en 1944 y,
en consecuencia, bastante anticuado en términos de los roles de hombres y mujeres
de hoy, pero, sin embargo, todavía pertinente como concepto, Winnicott ve el valor
del padre en tres áreas principales: la relación entre los padres, el apoyo del padre a
la madre en su autoridad, y el ser él mismo “lo que lo distingue de los demás
hombres”:

Un niño es muy sensible a la relación entre los padres, y si todo va bien fuera del
escenario, por así decirlo, el niño es el primero en apreciar el hecho y tiende a mostrar

180
su apreciación al encontrar la vida más fácil, y por estar más contento y ser más fácil
de manejar. Supongo que es esto lo que el bebé o niño significaría por “seguridad
social”.

La unión sexual de padre y madre proporciona un hecho, un hecho duro alrededor del
cual el niño puede construir una fantasía; una roca a la que puede agarrarse y contra
la que puede patear; y, además, proporciona parte de la base natural para una
solución personal al problema de una relación triangular.

[“¿Qué pasa con el padre?”, 1944, pp. 114-115]

Apoyar a la madre y ser él mismo, así como amar y disfrutar de la relación con la
madre, son todos factores que contribuyen a un ambiente suficientemente bueno.

Más tarde, Winnicott especifica que la fuerza de tal entorno para el crecimiento del
niño es que no podría ser destruido por su odio y agresión. Y es la supervivencia del
entorno lo que permite al bebé sentirse seguro y moverse de la relación-objeto al uso-
objeto (ver AGRESIÓN: 10).

Mucho más tarde, en 1967, Winnicott enfatiza la importancia del entorno indestructible
en relación con el padre y la sociedad.

El niño…encuentra que es seguro tener sentimientos agresivos y ser agresivo, porque


el marco de la familia representa a la sociedad de forma localizada.

La confianza de la madre en su marido o en el apoyo que recibirá, si ella grita, de la


sociedad local, tal vez del policía, hace posible que el niño explore actividades
crudamente destructivas que se relacionan con el movimiento en general, y también
más específicamente la destrucción que tiene que ver con la fantasía acumulada
alrededor del odio. De esta forma (por seguridad del entorno, madre sostenida por el
padre, etc.) el niño llega a ser capaz de hacer algo muy complejo, es decir, integrar
todos sus impulsos destructivos con los amorosos…Para lograr esto en su desarrollo,
el niño necesita absolutamente un entorno indestructible en lo los siguientes aspectos
esenciales: ciertamente las alfombras se ensucian y las paredes tienen que volverse
a empapelar, y una ventana ocasionalmente se rompe, pero de alguna manera la
casa se mantiene unida, y detrás de todo esto está la confianza que el niño tiene en
la relación entre sus padres; la familia es una preocupación constante.

181
[“La delincuencia como signo de esperanza”, 1967, p. 94]

Los temas que rodean la “supervivencia del objeto” son omnipresentes en el trabajo
de Winnicott, aunque sólo en 1968, en “El uso de un objeto”, es capaz de aclarar su
teoría de la destrucción y la supervivencia y la importancia de la función del padre (ver
AGRESIÓN: 10, 11). En el último año de su vida Winnicott sugirió que el padre
“comenzó como un agujero en la mente del bebé”.

Es fácil suponer que debido a que la madre comienza como un objeto parcial o como
un conglomerado de objetos parciales, el padre entra en el dominio del ego de la
misma manera. Pero sugiero que en un caso favorable el padre comienza completo
(es decir, como padre, no como madre sustituta) y más tarde se convierte en dotado
con un objeto parcial significativo, que comienza como una integración en la
organización del ego y en la conceptualización mental del bebé.

[“El uso de un objeto en el contexto de


Moisés y el monoteísmo”, 1969, p. 241]

En 1962, valorando la contribución de Melanie Klein en términos del mundo interior


del bebé, Winnicott expresa sus críticas sobre lo que él sintió que era su despido del
papel del entorno:

Sugiero que Melanie Klein no pudo desarrollar su argumento del “pecho bueno” del
analista sin entrar en el asunto de la calidad del trabajo del analista, es decir, la
capacidad del analista para adaptarse a las necesidades del paciente. Ligado a esto
está la capacidad de la madre para adaptarse al principio a las necesidades del ego
del niño (incluyendo las necesidades ID). El argumento de Klein la llevó a un punto
en el que ella debe lidiar con la dependencia del bebé de la madre (paciente del
analista) o bien ignorar deliberadamente la variable del factor externo de la madre
(analista) y excavar de nuevo en términos de mecanismos primitivos que son
personales del bebé. Por elegir el último curso, Klein se involucró en una negación
implícita de la infancia del entorno en sí misma, que es un momento de dependencia.
De esta manera ella fue forzada a una llegada prematura al factor de la herencia.

[“El comienzo de una formulación de apreciación y crítica


de la declaración de envidia de Klein”, 1962, p. 448]

182
Siguiendo el trabajo posterior de Bion, el desarrollo post kleiniano no tiende tanto a
ignorar el impacto de los caprichos del entorno en la salud mental del individuo (Bion,
1962).

ODIO

1 “Odio en la contratransferencia”
2 El odio del analista
3 Los sueños sanadores del analista
4 El entorno necesario
5 La necesidad del paciente de ser odiado antes de ser amado
6 Por qué la madre odia a su bebé

183
En la tesis del odio de Winnicott, se establece un paralelo entre el odio de la madre
hacia su recién nacido y el odio del analista del paciente en regresión, necesitado, y
psicótico. La capacidad de odiar, junto con amar, significa que la ambivalencia ha sido
alcanzada. Esto, para Winnicott, es un logro del desarrollo y llega al bebé en momento
de la dependencia relativa y la etapa de preocupación.

1 “Odio en la contratransferencia”

En el trabajo de Winnicott, la palabra “odio” está estrechamente asociada con lo que


se ha convertido en uno de sus artículos más famosos, “odio en la
contratransferencia”, que presentó a la Sociedad Británica de Psicoanálisis en 1947.
Cabe recordar que, en la década de 1940, cuando se escribió este artículo, el
tratamiento de los pacientes psiquiátricos era muy diferente al de hoy, particularmente
en términos de la disponibilidad de medicamentos para pacientes con trastornos
graves. Sin embargo, la tesis del odio, y todo lo que conlleva como se establece en
este artículo, sigue siendo el mismo a lo largo de todo el trabajo de Winnicott.

Este artículo se centra en la tensión emocional que sufre el analista cuando se trabaja
con el paciente psicótico. La implicación es que el paciente psicótico/ personalidad
límite exige una calidad particularmente intensa de disponibilidad emocional, al igual
que un bebé recién nacido.

Winnicott nunca aceptará la teoría de Klein de que el odio es innato y una


manifestación del instinto de muerte. Para él la capacidad de odia, la conciencia del
odio a diferencia del amor, indica que el bebé ha alcanzado una etapa de desarrollo
emocional. La lucha del bebé al llegar a la capacidad de distinguir sus sentimientos
era la de “almacenar” el odio para usarlo apropiadamente.

Antes de 1949, la “contratransferencia” como concepto no se había desarrollado en


la teoría del psicoanálisis más allá de ser vista como el problema del analista. El
artículo seminal de Paula Heimann, titulado simplemente “Sobre la
contratransferencia”, fue presentado por primera vez en 1950 y actualizado diez años
después.

184
Aunque todo el trabajo de Winnicott sobre la técnica del psicoanálisis se vincula con
lo que ahora es considerado la contratransferencia del analista (respuesta emocional
a la transferencia del paciente), Winnicott rara vez lo usa como un término, y en este
artículo se refiere a él en el sentido de una anomalía o una señal de que el analista
necesita más análisis. A este respecto, el uso de Winnicott del término
“contratransferencia” encajaba con el cómo la veían la mayoría de los analistas en
1947.

Al separar a los pacientes en dos categorías, psicóticos y neuróticos, Winnicott señala


que trabajar con el psicótico es mucho más “molesto” que trabajar con el neurótico, y
por lo tanto lo que él tiene que decir acerca de trabajar con el paciente psicótico en
una relación psicoanalítica también debería ser de valor para el psiquiatra.

Para ayudar al psiquiatra general, el psicoanalista no debe solo estudiar para él las
etapas primitivas del desarrollo del individuo enfermo, pero también debe estudiar la
naturaleza de la carga emocional que soporta el psiquiatra al hacer su trabajo. Lo que
nosotros, como analistas, llamamos contratransferencia, también debe ser entendido
por el psiquiatra. Por mucho que ame a sus pacientes, no puede evitar odiar temerles,
y cuanto mejor sepa esto menor serán su odio y miedo los motivos que determinen lo
que él hace con sus pacientes.

[“El odio en la contratransferencia”, 1947, pp. 194-195]

Esta tesis se aplicaría naturalmente al equipo que trabaja dentro del entorno
psiquiátrico, Winnicott advierte que el paciente psicótico es capaz de despertar
sentimientos en otros que son difíciles de resistir y pueden a menudo conducir a una
mala conducta con el cuidador. Se refiere a la intensidad de las proyecciones del
paciente psicótico y establece tres componentes de la contratransferencia:

1. Anormalidad en los sentimientos de contratransferencia, y relaciones e


identificaciones que están bajo represión en el analista. El comentario sobre
esto es que el analista necesita más análisis…
2. Las identificaciones y tendencias que pertenecen a las experiencias
personales y el desarrollo personal de un analista que proveen el marco
positivo para su trabajo analítico y hacer que su trabajo sea diferente en calidad
a la de cualquier otro analista.

185
Lo anterior se vincula específicamente con el idioma personal del analista:

3. De estos dos distingos la contratransferencia verdaderamente objetiva, o si


esto es difícil, el amor y el odio del analista en reacción con la real personalidad
y comportamiento del paciente, basado en observación objetiva.

[“El odio en la contratransferencia”, p. 195]

Winnicott sugiere que es vital para el analista trabajar si los sentimientos internos
personales se relacionan con lo que el paciente suscita (proyecta) o (lo que podría
verse como) la transferencia del analista al paciente. Por supuesto, ambos conjuntos
de sentimientos pertenecen al analista.

Sugiero que, si un analista va a analizar psicóticos o antisociales, debe ser capaz de


ser tan consciente de la contratransferencia que él puede ordenar y estudiar sus
reacciones objetivas al paciente. Esto incluirá el odio.

[“El odio en la contratransferencia”, p. 195]

Para ayudar aún más a la consciencia de los analistas, Winnicott les recuerda que
cada tipo de paciente sólo será capaz de ver al analista cómo se siente a sí mismo.
El obsesivo, por lo tanto, “tenderá a estar pensando en el analista como haciendo su
trabajo en una forma inútil y obsesiva”, el hipomaníaco, “quien no puede sentir culpa
en forma profunda o un sentido de preocupación o responsabilidad, es incapaz de ver
al trabajo del analista como un intento por parte del miso de reparar sus propios
sentimientos de culpa (los del analista)”, y el neurótico verá al analista como
“ambivalente hacia el paciente, y esperará que el analista muestre una división de
amor y odio; este paciente, cuando tiene suerte, recibe el amor, porque alguien más
recibe el odio del analista”. Y entonces el paciente psicótico no es capaz de imaginar
que el analista se siente diferente a sí mismo, y él está en un estado de “Coincidencia
de amor-odio” (“El odio en la contratransferencia”, p 195).

Por “Coincidencia de amor-odio”, Winnicott significa que el paciente psicótico no es


capaz de distinguir entre el amor y el odio y por lo tanto teme que “si el analista
muestra amor, seguramente al mismo tiempo matará al paciente” (“El odio en la
contratransferencia”, p 195).

186
La “Coincidencia de amor-odio”, en el paciente psicótico “implica que hubo una falla
del entorno en el momento de los primeros impulsos de encontrar-objetos” (“El odio
en la contratransferencia”, p 196). Winnicott se refiere a la psicosis como una
“enfermedad por deficiencia del entorno”. El entorno no fue facilitador, y el primitivo
impulso de amor del bebé no se había cumplido. La consecuencia de este tipo de falla
fuerza al bebé a hacer uso de sus defensas psicóticas (ver ENTORNO: 3).

2 El odio del analista

El analista que trabaja con el psicótico debe estar preparado para recibir todo el poder
de las proyecciones del paciente. Estas proyecciones deberán ser contenidas por el
analista y “almacenadas”, y para lograrlo, el analista debe ser analizado y capaz de
analizar el odio que existe en su interior.

Si al analista se le van a imputar sentimientos crudos es mejor advertirlo y estar así


armado, porque debe tolerar ser colocado en esa posición, Sobre todo no debe negar
el odio que realmente existe en sí mismo. Odio que se justifica en la presente
configuración debe ser ordenada y almacenada y debe estar disponible para una
eventual interpretación.

[“El odio en la contratransferencia”, p. 196]

Winnicott destaca la importancia del análisis para el analista e indica que muchos
analistas pueden optar por trabajar con psicóticos (descrito por él como “casos de
investigación”) como una forma de llegar “más allá del punto al que su propio analista
podría llevarlo” (“Odio en la contratransferencia”, pág. 196). En otras palabras, el
analista debe ser lo suficientemente abierto para que el paciente lo conmueva
emocionalmente, al igual que los padres son movidos por sus bebés y sus hijos.

Al trabajar con el neurótico, el odio en el analista podría permanecer más reprimido y


“latente”; Winnicott proporciona una lista de por qué el odio está más contenido con
el paciente con menor regresión.

El análisis es mi trabajo elegido, la forma en que creo que me ocuparé mejor de mi


propia culpa, la forma en que puedo expresarme de una manera constructiva.

187
Me pagan, o estoy entrenando para ganarme un lugar en la sociedad mediante el
trabajo psicoanalítico.

Estoy descubriendo cosas.

Recibo recompensas inmediatas a través de la identificación con el paciente, que está


progresando, y puedo ver aún más recompensas un poco más adelante, una vez
finalizado el tratamiento.

Además, como analista tengo formas de expresar odio. El odio se expresa por la
existencia del fin de la “hora”.

Creo que esto es cierto incluso cuando no hay ninguna dificultad y cuando el paciente
se alegra de ir. En muchos análisis, estas cosas pueden darse por sentado de modo
que apenas mencionado, el trabajo analítico se realiza a través de la interpretación
verbal de la transferencia inconsciente emergente del paciente. El analista asume el
papel de una u otra de las figuras de la infancia del paciente. La saca provecho del
éxito de quienes hicieron el trabajo sucio cuando el paciente era un bebé.

Estas cosas son parte de la descripción del trabajo psicoanalítico ordinario, que se
ocupa principalmente de los pacientes cuyos síntomas tienen una cualidad neurótica

[“El odio en la contratransferencia”, pp. 196-197]

Sin embargo, la tensión ejercida sobre el analista por el psicótico tiene una cualidad
completamente distinta.

3 Los sueños sanadores del analista

Los sueños de Winnicott instigados por su trabajo con sus pacientes son vistos por él
como curativos, en la medida en que lo llevan a una nueva etapa de su desarrollo
emocional personal. Lo que aprende del sueño descrito en su artículo de 1947 es que
su paciente

…me estaba exigiendo que no tuviera ninguna relación con su cuerpo en absoluto, ni
siquiera de forma imaginaria, no había cuerpo que ella reconociera como suyo y si
ella existía en absoluto, ella sólo podía sentir ser una mente… Lo que ella necesitaba
de mí era que sólo tuviera una mente hablándole a la suya.

188
[“El odio en la contratransferencia”, p. 198]

El sueño de Winnicott es útil para ilustrar (a) el uso que el paciente hace de su
analista, haciéndolo (inconscientemente) experimentar en su cuerpo lo que ella sentía
y no pudo integrar, y (b) los componentes de la contratransferencia; esto es, la
respuesta inconsciente del analista luego de una sesión en la que el reaccionó al
impacto que ella generó.

La disociación del cuerpo de la mente en el sueño de Winnicott le ayuda a comprender


la diferencia entre la ansiedad de castración (neurótica) y la ansiedad psicótica
relacionada con la aniquilación y el caer para siempre.

En la culminación de mis dificultades la noche anterior, el sueño me había irritado y


había dicho que lo que ella necesitaba de mí era poco mejor que quisquilloso.

Esto tuvo un efecto desastroso y el análisis tardó muchas semanas en recuperarse


de mi error. Sin embargo, lo esencial era que debía entender mi propia ansiedad y
esto era representado en el sueño por la ausencia del lado derecho de mi cuerpo…

Este lado derecho de mi cuerpo estaba relacionado con este paciente en particular y,
por lo tanto, fue afectado por su necesidad de negar absolutamente una relación
imaginativa de nuestros cuerpos. Esta negación estaba produciendo en mí este
psicótico tipo de ansiedad, mucho menos tolerable que la ansiedad de castración
ordinaria…

[“El odio en la contratransferencia”, p. 198]

Quizás no pase desapercibido que lo que Winnicott le dice a su paciente tiene algún
significado; de hecho, ella necesitaba que se pusiera quisquilloso para darse cuenta
de la división en ella misma. Winnicott explica cuán importante había sido tener el
sueño, y qué el sueño le permite hacer:

Cualquier otra interpretación que pueda hacerse con respecto a este sueño, el
resultado de haberlo soñado y haberlo recordado fue que pude retomar este análisis
e incluso para curar el daño que le hizo mi irritabilidad que tuvo su origen en una
ansiedad reactiva de una cualidad adecuada a mi contacto con un paciente sin
cuerpo.

189
[“El odio en la contratransferencia”, p. 198]

Aquí Winnicott revela su sentimiento de culpa en relación con este paciente. Es una
reminiscencia de su artículo de 1962, “La dependencia en el cuidado del bebé, en el
cuidado de niños y en el ámbito psicoanalítico”, donde explora los errores del analista
como un componente necesario del análisis, y donde se da cuenta de uno de sus
errores con un nuevo paciente que ocurre demasiado pronto en la relación terapéutica
(ver DEPENDENCIA: 5; REGRESIÓN: 7). Sin embargo, aquí, en 1947, Winnicott
todavía tenía claro que el paciente no debe conocer la enorme carga que tiene que
soportar el analista:

El analista debe estar preparado para soportar tensiones sin esperar que el paciente
sepa nada de lo que está haciendo quizás durante un largo período de tiempo. Para
hacer esto debe ser fácilmente consciente de su propio miedo y odio.

[“El odio en la contratransferencia”, p. 198]

Y luego, de la nada, pero insinuando lo que vendrá al final del artículo, Winnicott dice
del analista en esta situación:

Él está en la posición de la madre de un bebé por nacer o recién nacido.

[“El odio en la contratransferencia”, p. 198]

4 El entorno necesario

Para el paciente que no ha tenido un comienzo suficientemente bueno, el analista


“tiene que ser el primero en la vida del paciente en suministrar ciertos elementos
esenciales del entorno” (““El odio en la contratransferencia”, p. 198).

Esto significa que el entorno, que la mayoría de los pacientes da por sentado, debe
ser pensado más literalmente por el analista, quien tiene que proporcionar algo que
nunca antes se había proporcionado. Winnicott ilustra su punto de la siguiente
manera:

190
Le pregunté a un colega si hace análisis en la oscuridad, y dijo: “¡Por qué, no!
Seguramente nuestro trabajo es proporcionar un entorno ordinario: y la oscuridad
sería extraordinaria”. A él le sorprendió mi pregunta. Estaba orientado hacia el análisis
de neuróticos. Pero esta provisión y mantenimiento de un entorno ordinario puede ser
en sí mismo un elemento de vital importancia en el análisis de un psicótico, de hecho,
puede ser, por momentos, aún más importante que las interpretaciones verbales que
también hay que dar.

[“El odio en la contratransferencia”, p. 199]

De hecho, Winnicott concede a esta una importancia cada vez mayor, y en sus
artículos de la década de 1960, subraya cada vez más que el analista necesita
esperar a que el paciente llegue a sus propias interpretaciones:

Para el neurótico, el sofá, la calidez y la comodidad pueden simbolizar el amor de la


madre; para el psicótico sería más cierto decir que estas cosas son la expresión física
del amor del analista. El diván es el regazo o el útero del analista, y el calor es el calor
vivo del cuerpo del analista.

[“El odio en la contratransferencia”, p. 199]

Por lo tanto, en la teoría de Winnicott, el entorno analítico proporciona una sujeción


literal sin el uso del tacto. (Ver COMUNICACIÓN: 3; REGRESIÓN: 1).

5 La necesidad del paciente de ser odiado antes de ser amado

Una parte enorme y crucial del entorno que debe ofrecerse al paciente es la
disponibilidad emocional del analista, específicamente, el odio:

Quiero agregar que en ciertas etapas de ciertos análisis el odio del analista es
realmente buscado por el paciente, y lo que es entonces necesitado es odio objetivo.
Si el paciente busca odio objetivo o justificado él debe ser capaz de alcanzarlo, de
otro modo el no siente que puede alcanzar el amor objetivo

[“El odio en la contratransferencia”, p. 199]

191
Y la experiencia personal de Winnicott de trabajar con niños evacuados durante la
guerra, así como de sus consultas con familias a lo largo de los años, reconoce lo
crucial que es para el nuevo entorno tolerar el odio causado por el niño que ha sufrido
privación, quien está realmente demostrando su esperanza inconsciente (ver
TENCENCIA ANTISOCIAL: 5).

Quizás sea relevante aquí citar el caso del hijo del hogar roto o el niño sin padres. Tal
niño pasa su tiempo inconscientemente buscando a sus padres. Es notoriamente
inadecuado llevar un niño así a la casa propia y amarlo. Lo que pasa es que al rato
un niño así adoptado gana esperanza, y luego comienza a probar el entorno que ha
encontrado y a buscar pruebas de la habilidad de su tutor de odiar objetivamente.
Parece que puede creer en ser amado solo después de llegar a ser odiado.

[“El odio en la contratransferencia”, p. 199]

Winnicott ilustra esto con su experiencia personal de cuidar de un niño que sufrió
privación durante la Segunda Guerra Mundial.

El punto teórico crucial en esta sección del artículo es que la madre odia al bebé en
un principio.

Dada toda la complejidad del problema del odio y sus raíces quiero rescatar una cosa,
porque yo creo tiene una importancia para el analista de pacientes psicóticos. Sugiero
que la madre odia al bebé antes que el bebé odie a la madre, y antes de que ese bebé
pueda saber que su madre lo odia.

[“El odio en la contratransferencia”, p. 200]

En la tesis de Winnicott, la madre primero odia al bebé porque el bebé no es aún


capaz de odiar. Su necesidad por la madre es despiadada, y es esta crueldad la que
despierta su odio.

La teoría implícita, es que el psicótico tampoco es todavía consciente de su odio y


llega al análisis con su despiadada necesidad del analista.

Desde el punto de vista del desarrollo, este fenómeno ocurre en la fase de sostén,
cuando él bebé es absolutamente dependiente. Este es el momento de la fusión,

192
cuando el bebé es incapaz de relacionarse con objetos completos y por lo tanto es
inconsciente del otro como lo No-Yo.

Sin embargo, se puede lograr una integración temprana, tal vez la integración ocurra
antes en el apogeo de la excitación o rabia: hay una etapa teórica anterior en la que
cualquier cosa que el bebé hace que causa dolor no es hecho por odio. He usado el
término “amor cruel” al describir esta etapa...Cuando el bebé puede sentir que es una
persona completa, también desarrolla sentido la palabra odio, como una descripción
de cierto grupo de sus sentimientos.

[“El odio en la contratransferencia”, p. 201]

6 Por qué la madre odia a su bebé

Como una forma de proporcionar aún más evidencia de la necesidad del analista de
odiar al paciente psicótico primero, Winnicott enumera 17 razones por las que una
madre odia al bebé desde el principio:

La madre odia a su bebé desde el primer momento. Yo creo que Freud pensó que era
posible que una madre, en determinadas circunstancias, sólo pudiera amar a su hijo
varón; pero podemos dudar de esto. Conocemos el amor de una madre y apreciamos
su realidad y poder, Déjame darte algunas de las razones por las que una madre odia
a su bebé incluso, incluso a un niño:

El bebé no es su propia concepción (mental).

El bebé no es el del juego de la infancia, el hijo del padre, hijo del hermano, etc. El
bebé no se produce mágicamente.

El bebé es una interferencia en su vida privada, un desafío a la preocupación.

En mayor o menor medida, una madre siente que su propia madre demanda un bebé,
de modo que su bebé se produzca para aplacar a su madre.

El bebé lastima sus pezones incluso con la succión, que es primero una actividad de
masticación.

193
Él es despiadado, la trata como escoria, como una sirvienta sin remuneración una
esclava.

Ella tiene que amarlo, excreciones y todo, de todas maneras, en un principio hasta
que tenga dudas sobre sí mismo.

Intenta hacerle daño, la muerde periódicamente, todo enamorado.

Muestra desilusión por ella.

Su amor emocionado es el amor armario, de modo que habiendo conseguido lo que


quiere, la tira como a una cáscara de naranja.

El bebé al principio debe dominar, debe estar protegido de coincidencias, la vida debe
desarrollarse al ritmo del bebé y todo esto necesita el estudio continuo y detallado de
su madre. Por ejemplo, ella no debe estar ansiosa cuando lo sostiene, etc.

Al principio él no sabe nada de lo que ella hace o lo que ella sacrifica por él.
Especialmente él no puede permitir su odio.

Él sospecha, rechaza su buena comida y la hace dudar de sí misma, pero come bien
con su tía.

Después de una mañana terrible con él, ella sale y él sonríe a un extraño, que dice:
“¿No es dulce?”

Si le falla en un principio, sabe que él la pagará por siempre.

[“El odio en la contratransferencia”, p. 201]

Esta lista también podría aplicarse al paciente psicótico en relación con el analista.

Él la excita, pero la frustra, no debe comérselo ni intercambiar sexo con él.

Creo que, en el análisis de los psicóticos, y las últimas etapas del análisis, incluso de
una persona normal, el analista debe encontrarse en una posición comparable a la de
la madre de un bebé recién nacido. Cuando sufre una regresión profunda, el paciente
no puede identificarse con el analista o apreciar su punto de vista, más de lo que el
feto o el recién nacido pueden simpatizar con la madre.

[“El odio en la contratransferencia”, p. 202]

194
Nueve años después de que se escribiera este artículo, en otro artículo suyo, llamado
“Preocupación maternal primaria”, Winnicott describe a la madre justo antes de dar a
luz y durante algunas semanas después, como si estuviera en un estado de fusión
con su bebé recién nacido. Aunque la teoría del odio no se ha relacionado con la
preocupación maternal primaria de Winnicott, los mismos temas están presentes en
términos de lo que el analista tiene que ser capaz de tolerar por parte del paciente en
regresión. Es la tolerancia de un amor despiadado, y es esta crueldad la que instigará
el odio (ver PREOCUPACIÓN MATERNAL PRIMARIA: 4; REGRESIÓN: 12). Estos
temas también están relacionados con la dependencia absoluta, el miedo a la MUJER
y la depresión (Ver DEPENDENCIA: 1, 3; DEPRESIÓN).

SOSTÉN

1 Límites y estructura
2 La función de sostén
3 Personalización
4 Administración

Todos los detalles del cuidado materno justo antes del nacimiento e inmediatamente
después, van a la conformación del entorno contenedor. Esto incluye la preocupación
maternal primaria, lo que le permite proveer al bebé del soporte necesario de su ego.

195
El sostén psicológico y físico que un bebé necesita a lo largo de su desarrollo sigue
siendo importante y el entorno nunca pierde su importancia para todos.

El entorno de sostén incluye al padre, la familia y la sociedad en general.

1 Límites y estructura

Aunque Winnicott reconoció la importancia de mantener el derecho desde el


comienzo de su trabajo, no utilizó la palabra “tendencia” hasta mediados de la década
de 1950. Durante la Segunda Guerra Mundial, mientras estaba trabajando con Clare
Britton, quien finalmente se convirtió en su esposa, ambos habían visto la gran
necesidad de un entorno de sostén en términos del manejo y tratamiento del niño
antisocial (ver TENDENCIA ANTISOCIAL: 1).

En la década de 1950, el uso de Winnicott del paradigma de la madre lo


suficientemente buena-bebé como una forma de comprender lo que podría
proporcionarse en la relación analítica, se había convertido en la base de su teoría
del sostén, y su enfoque estaba en tener en la mente al bebé emocionalmente, en
combinación con la alimentación física, el bañarse y el vestirse:

…el bebé es sostenido por la madre, y sólo entiende el amor que se expresa en
términos físicos, es decir, en vivo, el sostén de otro ser humano. Aquí hay una
dependencia absoluta, y el fracaso del entorno en esta etapa tan temprana no puede
defenderse, excepto por un retraso del proceso de desarrollo, y por la psicosis
infantil…Estamos más preocupados porque la madre sostenga al bebé que porque
ella lo alimente.

[“Las influencias grupales y el niño inadaptado”, 1955, pp. 147-148]

Es debido a la buena sujeción que el bebé es más proclive a desarrollar la capacidad


de integrar la experiencia y desarrollar un sentido del “YO SOY” (Yo).

Sin duda, las experiencias instintivas contribuyen en gran medida al proceso de


integración, pero también está todo el tiempo el entorno lo suficientemente bueno,
alguien que da sostén al bebé, y adaptándose lo suficientemente bien a las
necesidades cambiantes. Que alguien no pueda funcionar excepto a través del tipo

196
de amor que resulta apropiado en esta etapa, el amor que conlleva una capacidad de
identificación con el bebé, y un sentimiento de que vale la pena adaptarse a las
necesidades. Decimos que la madre es devota de su bebé, temporariamente pero
verdaderamente…

Sugiero que este momento del YO SOY es un momento crudo; el nuevo individuo se
siente totalmente expuesto. Solo si alguien abraza al bebé en este momento, es que
el momento YO SOY puede ser soportado, o tal vez decimos, arriesgado.

[“Influencias grupales”, p 148]

Este es el momento de la dependencia absoluta, a la que se refiere Winnicott como


la “fase de espera”

En general, creía que era mejor si hay un cuidador principal al comienzo de la vida
del bebé, y en circunstancias óptimas esta persona debería ser la madre biológica.

Sin embargo el argumento de Winnicott a lo largo de su trabajo es que una madre


adoptiva que sea capaz de pasar a un estado de preocupación maternal primaria,
también podrá ofrecer los ingredientes necesarios del entorno de sostén (ver MADRE:
5).

La visión de Winnicott del entorno de espera lo suficientemente bueno comienza con


la relación madre-hijo dentro de la familia y crece había otros grupos de la sociedad.
En el prefacio de su colección de artículos, La familia y el desarrollo individual (1965ª),
enfatiza el siguiente punto:

La familia tiene una posición claramente definida en el lugar donde en niño en


desarrollo se encuentra con las fuerzas que operan en la sociedad.

El prototipo de esta interacción se encuentra en la relación original bebé-madre en la


que, de manera extremadamente compleja, el mundo representado por la madre está
ayudando o dañando la tendencia heredada del bebé a crecer. Es esta idea que se
desarrolla en el curso de su colección de artículos…

[Prefacio a La familia y el desarrollo individual, 1965, p. vii]

197
En 1960, la declaración definitiva de Winnicott sobre la tendencia aparece en su
artículo, “La teoría de la relación padre-hijo”. El entorno de sostén incluye
necesariamente al padre.

El cuidado parental satisfactorio se puede clasificar aproximadamente en tres etapas


superpuestas:

a. Sostén
b. Madre e hijo viviendo juntos. Aquí la función del padre (de lidiar con el entorno
para la madre) no se conoce.
c. Padre, madre, y bebé, los tres viviendo juntos.

[“Relación padre-bebé”, 1960, p 44]

“Vivir justos” se refiere a la capacidad del bebé para separarme de No soy Yo y ver a
la madre y al padre como personas separadas y completas. Esto puede ocurrir solo
como consecuencia de un sostén exitoso por parte de los padres y conduce a una
apreciación de la realidad y “una relación tridimensional o espacial con el tiempo
siendo agregado gradualmente” (“Relación padre-bebé”, 1960, p 44).

Winnicott sostiene en su teoría de la tenencia que un buen sostén por parte del
entorno es responsable de ciertos procesos de desarrollo.

2 La función de sostén

Los padres deben proporcionar a su bebé un entorno que se adapte a sus


necesidades. De nada sirve al niño que le ofrezcan algo que ellos mismos necesitan
pero que proyectan sobre él; esto probablemente cause un impacto a través de
mecanismos proyectivos, y esta actitud puede obligar al niño a volverse obediente,
porque bajo la presión de los padres, el niño puede decir que le gusta algo cuando no
es así. Winnicott quiere decir que los padres siempre deben tener en cuenta la
integridad del bebé al cuidar a su hijo y respetarlo como un ser humano individual, lo
que incluye necesariamente el derecho a ser diferente.

Winnicott enumera las características necesarias de la disposición del entorno.

198
Satisface las necesidades fisiológicas. Aquí la psicología y la fisiología aún no se han
diferenciado, o solo están en el proceso de hacerlo, y es confiable. Pero la provisión
del entorno no es confiable mecánicamente. Es confiable en un modo de requiere la
empatía materna.

Sostén:

Protege contra el daño físico.

Tienen en cuenta la sensibilidad de la piel del bebé; tacto, temperatura, sensibilidad


auditiva, sensibilidad visual, sensibilidad a la caída (acción de la gravedad) y de la
falta de conocimiento de la existencia de cualquier otra cosa que no sea el yo.

Incluye toda la rutina de cuidados a lo largo del día y de noche, y no es lo mismo con
dos bebés porque es parte del bebé, y no hay dos bebés iguales.

También sigue los cambios del día que pertenecen al crecimiento y desarrollo del
bebé, tanto físico como psicológico.

[“Relación padre-bebé”, 1960, pp. 48-49]

Winnicott enfatiza que la calidad de la atención materna en el comienzo de la vida es


responsable de la salud mental del individuo en términos de ser libre de la psicosis.

Transpuesto a la relación terapéutica, es el escenario en análisis que proporciona el


entorno de espera necesario para el paciente (ver ENTORNO: 2). (El escenario
analítico = un entorno de sostén).

3 Personalización

Un aspecto importante del sostén es lo que Winnicott llama manipulación: la forma en


que la madre manipula a su bebé en todos los detalles del cuidado materno diario.
Aquí se incluye el disfrute de la madre de su bebé, lo que es una expresión de su
amor (ver MADRE: 9).

Un manejo suficientemente bueno da como resultado que la “psique del bebé habita
en el soma”, a lo que Winnicott se refiere como “personalización”. Esto significa que
el bebé llega a sentir, como consecuencia de la manipulación amorosa, que su cuerpo

199
es el mismo o/y que su sentido del Yo está centrado dentro de su cuerpo (ver
PSIQUE-SOMA: 1).

Winnicott usa el término “personalización” para acentuar el opuesto


“despersonalización”: la condición en la cual el individuo experimenta una separación
mente-cuerpo y no se siente dentro de su cuerpo:

Ser amado en un comienzo significa ser aceptado…el niño tiene un plan para la
normalidad que es en gran parte una cuestión de la forma y el funcionamiento de su
propio cuerpo…

Casi todos los niños han sido aceptados en las últimas etapas antes del nacimiento,
pero el amor se muestra en términos de cuidado físico que suele ser adecuado
cuando se trata del feto en el útero. En estos términos, la base de lo que llamo
personalización, o la ausencia de una responsabilidad especial por la
despersonalización, comienza incluso antes del nacimiento del niño, y ciertamente es
una cuestión de importancia una vez que el niño tiene que ser sostenido por personas
cuya implicación emocional debe tenerse en cuenta, así como su respuesta
fisiológica. El comienzo de esa parte del desarrollo del bebé que yo llamo
personalización, o que puede describirse como un residente de la psique en el soma,
se encuentra en la capacidad de la madre para unir su implicación emocional, que es
originalmente física y fisiológica.

[“Bases del Yo en el cuerpo” 1971, p. 264]

En la situación analítica, es la atención del analista, en combinación con la fisicalidad


del entorno, el diván, la calidez, el color de la habitación, etc., que refleja la principal
preocupación materna de la madre. El concepto de Winnicott de la celebración en el
entorno terapéutico no incluye al analista tocando al paciente. (Ver COMUNICACIÓN:
3; HODIO: 4; REGRESIÓN: 1).

4 Administración

Winnicott a menudo se refería a la tendencia como una forma de administración,


especialmente cuando se dirigía a grupos de profesionales que estaban involucrados
en el cuidado diario de personas que no podían cuidar de sí mismos. Administración

200
fue también el término utilizado para el cuidado de pacientes en un entorno
psiquiátrico, así como en la relación analítica. El grado de manejo depende de la
patología del paciente en términos de cuanto sostén se requiere:

En el tratamiento de las personas esquizoides, el analista necesita conocer todo sobre


las interpretaciones que pueden hacerse sobre el material presentado, pero debe
poder abstenerse de que lo desvíen para hacer este trabajo inapropiado, porque la
necesidad principal es el apoyo del ego poco inteligente, o un tipo de sostén. Este
“sostener”, como la tarea de la madre en el cuidado del niño, reconoce tácitamente la
tendencia del paciente a desintegrarse, a dejar de existir, a caer para siempre.

[“Desórdenes psiquiátricos en términos


de procesos de maduración infantil”, 1963, p. 241]

Winnicott destaca la importancia de la administración como el entorno de espera para


el tratamiento de niños y adolescentes que están demostrando una tendencia
antisocial. Sin embargo, estaba consciente de cuanto sostén era también requerido
por el personal para trabajar con personas que hicieron demandas emocionales tan
pesadas sobre los cuidadores. Un artículo escrito por Claire Britton en 1947,
“Administración residencial como tratamiento para niños difíciles”, detalla todos los
aspectos del cuidado residencial en relación con aspectos cruciales de un entorno de
sostén. Sus conclusiones son relevantes en la actualidad.

En términos de la relación analítica es el escenario, la atención del analista, junto con


e incluyendo el trabajo de interpretación que crea el entorno de sostén que regula las
necesidades psicológicas y físicas del paciente.

Sólo desde este sostener puede generarse el espacio potencial (ver FENÓMENO
TRANSICIONAL: 7). (Las consecuencias de la falla en el entorno de sostén se
exploran en ENTORNO: 3, 4, 5, 6.)

201
ILUSIÓN (DE OMNIPOTENCIA)

1 Los recién desilusionados


2 Ilusión-desilusión como transición dolorosa
3 Alucinaciones, fantasías y fantasear
4 La sustancia de la ilusión
5 La primera alimentación teórica
6 Objetos subjetivos

La ilusión de omnipotencia del bebé surge como resultado de la capacidad de la


madre para adaptarse a sus necesidades. Esto ocurre de forma acumulativa al
principio y sienta las bases para el posterior desarrollo emocional saludable del bebé.
Por lo tanto, un saludable sentido de sí mismo surge de la ilusión del recién nacido de
haber creado al objeto a través de su necesidad, y esto lo hace sentir todopoderoso,
pero sin ser consciente de la necesidad de poder, las cosas son simplemente como

202
deberían ser. La capacidad de jugar se basa en la experiencia de la ilusión de este
tipo de “omnipotencia” y es vital a “vivir creativamente” y “sentirse real”. El bebé que
no ha tenido oportunidad suficiente para experimentar esta ilusión es probable que
encuentre dificultades en el desarrollo emocional.

1 Los recién desilusionados

La evolución del pensamiento de Winnicott sobre la ilusión como concepto se deriva


de su trabajo pediátrico temprano y sus observaciones sobre los efectos de la
desilusión prematura en los bebés.

En su primera publicación en 1931, “Notas clínicas sobre los desórdenes de la


infancia”, hay una pequeña nota al pie en el capítulo VII “La clínica reumática”, donde
el discute cómo reconocer los síntomas físicos de un niño, en relación con su vida
emocional.

…los dolores comunes de la niñez son, en mi opinión, no reumáticos, y no conllevan


riesgo especial de carditis. Tales dolores son extremadamente comunes; pueden
sentirse en los muslos, en los gemelos, en la ingle, la espalda, a través del pecho, en
el epigastrio, en la espalda baja, en la cabeza, casi en todos lados. La vasta mayoría
de niños con estas afecciones duermen mal, permanecen despiertos o se despiertan
con terrores nocturnos, o de alguna otra manera muestran ansiedad. Tales dolores
pueden tomarse como parte del cuadro resultante de las dificultades comunes de
desarrollo emocional…

[“La clínica reumática” 1931, p. 66]

Es aquí que el incluye la nota al pie:

“En el mejor de los casos, el cuerpo es un paquete de dolores…” Este es un grito


típico de los recién desilusionados.

Unos años más tarde, en 1939, en un breve artículo. “Desilusión temprana”, que no
se publicó durante la vida de Winnicott, comienza a explorar cómo este fenómeno
surgirá en un psicoanalítico tratamiento. Él empieza:

203
Nuestros pacientes, que nos enseñan mucho de lo que conocemos, a menudo dejan
en claro que en efecto, se encontraron con la desilusión muy temprano. No tienen
ninguna duda de esto y pueden llegar a una tristeza más profunda con el
pensamiento.

[“Desilusión temprana” 1939, p. 21]

Aquí Winnicott comienza a conceptualizar la responsabilidad del entorno por


desilusión temprana debido a su interferencia con lo que es algo natural para el bebé.

…el bebé yace ahí chupándose el pulgar y pensando, y alguien viene y le quita el
pulgar de la boca. Tiene que aprender a seguir con sus pensamientos sin la parte
obvia del acompañamiento orgástico.

[“Desilusión temprana”, p. 21]

Este impacto en el sistema del bebé parecerá ser una forma efectiva de detener la
succión del pulgar del bebé, señala Winnicott, debido al sentimiento de culpa del bebé
por “elementos destructivos del material de fantasía”. Más adelante en su obra
muestra cómo esta “reacción” del bebé constituirá un gran impacto que interrumpe la
continuidad del ser (ver ENTORNO: 3, 5).

Los síntomas de desilusión están asociados a la tendencia antisocial y al trabajo con


los evacuados en el que Winnicott estuvo comprometido durante la Segunda Guerra
Mundial.

En un artículo en que escribió con Clare Britton en 1947, “Administración residencial


como tratamiento para niños difíciles”, las sugerencias para el diagnóstico y
tratamiento surgen de la aplicación del trabajo psicoanalítico de Winnicott y su
creciente apreciación de la importancia del entorno interpsíquico e interpersonal.

En su trabajo con los evacuados que causaron dificultades quedó claro que cada uno
de ellos había experimentado un impacto grave desde el principio, y así las tendencias
antisociales fueron los síntomas manifiestos que indicaban un impacto temprano (ver
TENDENCIA ANTISOCIAL: 1, 2).

4 Ilusión-desilusión como transición dolorosa

204
Winnicott continuó desarrollando su pensamiento sobre la ilusión, y en su transmisión
en la BBC, a las madres en la década de 1940, especialmente en las charlas “Su
estándar y el Suyo” y “¿Qué queremos decir con niño normal?” Lleva el concepto aún
más allá. Ambos artículos pueden encontrarse en la colección del 1964, El niño, la
familia, y el mundo exterior.

En “Su estándar y el suyo” (1945f [1944]) Winnicott, hablando directamente con las
madres, quiere mostrar lo importante que es que los padres reconozcan que cada
niño es diferente y tiene un derecho a que se le permita su propio desarrollo y,
además, que deben fomentarse las propias propensiones. La idea central de su
argumento es que los padres deben confiar en que cada niño nace con una moralidad
innata. Este tema se exploraría en un artículo posterior presentado a la Sociedad
Psicoanalítica Británica: “Moral y Educación” (2963d [1962]). Pero aquí Winnicott no
está hablando con psicoanalistas sino, más bien, a la madre devota ordinaria.
Después de expresar su punto, como para recordarle a la madre lo suficientemente
buena, Winnicott le muestra cómo ella ya ha iniciado este proceso en el comienzo de
la vida.

Por supuesto, este es el tipo de cosas que normalmente hace una madre al comienzo
de la vida del bebé. No pudiendo estar completamente a la entera disposición de su
bebé, le da el pecho a intervalos regulares, que es la mejor opción, y ella a menudo
tiene éxito en darle al bebé un corto período de ilusión, en el cual él no tiene que
reconocer todavía que un pecho de ensueño no satisface, por hermoso que sea el
sueño, No se puede engordar con un pecho de ensueño.

[“Su estándar y el suyo”, 1944, p.122]

En “¿Qué queremos decir con niño normal?” (1946c) Winnicott se refiere a la dolorosa
“transición” de la ilusión a la desilusión cuando analiza las cuestiones relativas a la
tarea de los padres de comprender a sus hijos.

De hecho, los niños que seguramente pueden llamarse normales, pueden ser
demostrado que tiene tales síntomas, y tenerlos simplemente porque la vida es difícil,
inherentemente difícil para todo ser humano, para todos desde el principio…

Una de las principales tareas para los que cuidan y se preocupan por un niño pequeño
es ayudar en la dolorosa transición de la ilusión a la desilusión, simplificando el

205
problema tanto como sea posible inmediatamente y en cualquier momento, delante
de un niño. Mucho de los gritos y las rabietas de la infancia oscilan en este tira y afloja
entre la realidad interna y la externa, y este tira y afloja debe considerarse como
normal.

Una parte especial de este particular proceso de desilusión es el descubrimiento del


niño de la alegría del impulso inmediato. Si el niño debe crecer, sin embargo, para
unirse con los demás de un grupo, gran parte de la alegría que pertenece a la
espontaneidad ha de ser abandonada.

[“Qué queremos decir por niño normal”, 1946, p.128]

Estas transmisiones al aire fueron hechas en los mismos años en los que Winnicott
estaba escribiendo dos de sus artículos seminales, “Desarrollo emocional primitivo”,
en 1945, y “Odio en la contratransferencia” en 1947, ambos presentados a sus
colegas psicoanalistas. En ambos artículos se clarifica aún más el proceso de
transición de la ilusión a la desilusión.

5 Alucinaciones, fantasías y fantasear

En “Desarrollo emocional primitivo” Winnicott presenta muchos temas que pasaría el


resto de su vida desarrollando. En una pequeña sección de ese documento titulada
“Adaptación a la realidad”, siguiendo claramente a la teoría de la alucinación de Freud
y el principio de realidad, Winnicott muestra cómo comienza a extender esa teoría, y
en particular lo siguiente:

 La distinción entre alucinación e ilusión;


 Los grados de fantasía según la cantidad de ilusión;
 La aniquilación del objeto a través de la satisfacción;
 La necesidad de que el bebé sienta que adentro y afuera son la misma cosa.

El llamado paciente inanalizable no puede diferenciar entre el mundo externo y el


interno, y por lo tanto en estos casos la transferencia dificulta mucho el trabajo
psicoanalítico. Winnicott describe cómo ve el fenómeno de la analizabilidad y la
imposibilidad de analizar en términos de la relación padre-hijo. A partir de la
descripción de dos fenómenos: los impulsos instintivos del bebé y la “idea de la madre
206
de que le gustaría ser atacada por un bebé hambriento”. Winnicott muestra que los
dos fenómenos no pueden integrarse hasta que la madre y el niño “vivan una
experiencia juntos”.

Pienso en el proceso como si dos líneas vinieran de direcciones opuestas,


susceptibles de acercarse entre sí. Si se superponen, hay un momento de ilusión: un
poco de experiencia que el bebé puede tomar como su alucinación o como algo que
pertenece a la realidad externa.

[“Desarrollo emocional primitivo”, 1945, p.152]

El punto de Winnicott es que debido a la superposición, el bebé construye la


capacidad de alucinar.

En otro idioma, el bebé se acerca al pecho cuando está excitado y listo para alucinar
algo apto para ser atacado. En ese momento que aparece el pezón real y él es capaz
de sentirlo, es ese el pezón que él alucinó. Entonces sus ideas se enriquecen por
detalles reales de vista, tacto y el olfato y la próxima vez estos materiales son usados
en la alucinación. De esta manera comienza a construir una capacidad para evocar
lo que realmente está disponible.

[“Desarrollo emocional primitivo”, 1945, pp.152-153]

Esto, por supuesto, dependerá del grado en el que se faciliten estos “momentos de
ilusión”. Winnicott enfatiza aquí la necesidad, en un principio, de que madre biológica
sea consistente en lugar de una serie de enfermeras, y el punto se hace con una de
sus bien conocidas paradojas de que “Solo en las bases de la monotonía puede una
madre enriquecer provechosamente” (ibid. P. 153).

El pensamiento de Winnicott sobre la distinción entre fantasía y fantasear comienza


aquí. Casi treinta años después, se desarrollará más profundamente en el capítulo 5
de “Juego y realidad”. En breve, la fantasía, es decir, la capacidad de fantasear, está
vinculada con tener suficiente experiencia con la ilusión, mientras que fantaseaba, es
decir, una especie de defensa de ensueño: es una forma de lidiar con las frustraciones
y el dolor psíquico, por no haber tenido suficiente experiencia de ilusión.

Se ver [a que la fantasía no es algo que el individuo crea para hacer frente a las
frustraciones de la realidad externa. Esto es solo cierto sobre el fantasear. La fantasía

207
es más primaria que la realidad, y el enriquecimiento de la fantasía con las riquezas
del mundo depende de la experiencia de la ilusión.

[“Desarrollo emocional primitivo”, p. 153]

A partir de esto, Winnicott introduce la noción de ser aniquilado por la satisfacción.

No querer, como resultado de la satisfacción, es aniquilar el objeto. Es por eso que


los bebés no siempre están felices y contentos después de una alimentación
satisfactoria.

[“Desarrollo emocional primitivo”, p. 153]

A esto agrega una importante nota al pie:

Sólo mencionaré otra razón por la cual un bebé no está satisfecho con la satisfacción.
Se siente engañado. El pretendía, uno diría, hacer un ataque caníbal y lo han
apaciguado con un opiáceo. En el mejor de los casos puede posponer el ataque.

Este tema se desarrolla en 1962 en “Estado de preocupación” de Winnicott, cuando


describe la importancia de “contribuir en” y posteriormente, en 1968, en su teoría del
“Uso de un Objeto” (ver AGRESIÓN: 10; PREOCUPACIÓN.: 7).

Esta breve pieza termina con una declaración sobre el “encuentro del interior y el
exterior del niño como esencial”.

…al principio tiene que hacerse un simple contacto con la realidad externa o
compartida, por las alucinaciones del bebé y el mundo que se le presenta, con
momentos de ilusión para el niño en los que ambos son tomados por él cómo
idénticos, lo cual nunca son en realidad.

[“Desarrollo emocional primitivo”, 1945, p. 154]

En 1948, en un discurso de la Sección Médica de la Sociedad Británica de Psicología,


Winnicott enfatiza por qué la ilusión es una capacidad importante a lo largo de la vida.
Se enfrenta al problema del principio de realidad.

Cabe preguntarse, ¿qué hace la gente común sobre este tema del contacto con la
realidad? Por supuesto, a medida que avanza el desarrollo suceden muchas cosas
que parecen superar la dificultad, porque el enriquecimiento mediante la incorporación

208
de objetos es un fenómeno tanto físico como psíquico, y lo mismo puede decirse de
su incorporación incluyendo la eventual contribución a la fertilidad mundial, que es
incluso un privilegio de los menores de nosotros. Y especialmente la vida sexual
ofrece una vuelta, con la concepción de los bebés, una verdadera mezcla física de
dos individuos. Sin embargo, mientras tengamos vida, cada uno de nosotros siente
que la cuestión del contacto crudo es vital, y la tratamos de acuerdo con la forma en
que la realidad nos fue presentada en un principio. En algunos de nosotros la
habilidad de utilizar lo objetivamente verificable, objetivar lo subjetivo, es tan fácil que
el problema fundamental de la ilusión tiende a perderse. A menos que estén enfermos
o cansados, las personas no saben que hay un problema de relación con la realidad,
o una propensión universal a la alucinación, y sienten que los locos deben estar
hechos de un material diferente a ellos mismos. Por otro lado, algunos de nosotros,
somos conscientes de una tendencia en nosotros hacia lo subjetivo, que sentimos
más significativo que los asuntos de mundo, y para ello los cuerdos pueden pareces
aburridos, y lo común parece mundano.

[“Pediatría y psiquiatría”, 1945, p. 154]

De la recopilación gradual de sus reflexiones instigadas por la práctica clínica y


pediátrica, Winnicott se está moviendo hacia la creación de uno de sus mayores
logros teóricos (ver FENÓMENO TRANSCICIONAL).

4 La sustancia de la ilusión

En su artículo de 1951 “Objetos de transición y fenómenos transicionales”, Winnicott


quiere explorar la sustancia misma de la ilusión que está en el centro de los
fenómenos transicionales. Comienza mirando la primera posición “NO YO” y, aunque
reconoce la importancia de la “excitación oral” freudiana en el apego del bebé a un
muñeco de peluche o a una muñeca, el enfoque de Winnicott está en el “área entre
el erotismo oral y la verdadera relación de objeto; entre el desconocimiento y el
reconocimiento de endeudamiento (“dice: tan!”). Es en esta “zona intermedia de
experiencia”, extendiendo así las dos áreas de experiencia, es decir, la interior y la
exterior. El “reclama” una declaración triple (ver FENÓMENO TRANSCICIONAL: 1) e
introduce la necesidad de la ilusión como facilitador para que el individuo negocie lo

209
interno y lo externo, extendiendo sutilmente la teoría del principio de realidad de
Freud.

Es habitual referirse a las “pruebas de la realidad” y dejar una clara distinción entre
apercepción y percepción. Estoy aquí reclamando un estado intermedio entre la
incapacidad y la capacidad creciente para reconocer y aceptar la realidad. Por lo tanto
estoy estudiando la sustancia de la ilusión, aquello que se le permite al niño, y que en
la vida adulta es inherente al arte y la religión. Podemos compartir el respeto por la
experiencia ilusoria, y si lo deseamos podemos reunirnos y formar un grupo en la base
de la similitud de nuestras experiencias ilusorias. Esta es una raíz natural de
agrupamiento entre seres humanos.

[“Objetos de transición y fenómenos transicionales”, 1951, p. 231]

Pero luego Winnicott agrega una advertencia y hace una distinción entre ilusión y
engaño.

Sin embargo, es un sello distintivo de la locura cuando un adulto reclama


poderosamente sobre la credulidad de los demás, obligándolos a reconocer una
ilusión compartida que no es la propia.

[“Objetos de transición y fenómenos transicionales”, 1951, p. 231]

El bebé al que se le ha permitido la experiencia de descubrir y dar con el objeto de


transición es el bebé que está menos propenso a (a) “reclamar poderosamente la
credulidad de los otros”, o (b) ser víctima de tal presión. Winnicott continúa aquí
elaborando el uso del objeto de transición (ver FENÓMENO TRANSICIONAL: 2, 3,
4). Antes de pasar al proceso de ilusión y desilusión, Winnicott desea hacer una
distinción entre el objeto interno y el objeto de transición de Klein.

El objeto de transición no es un objeto interno (que es un concepto mental), es una


posesión. Sin embargo, no es tampoco (para el niño) un objeto externo.

Debe hacerse la siguiente declaración compleja. El niño puede emplear un objeto de


transición cuando el objeto interno está vivo, es real y lo suficientemente bueno (no
persecutorio). Pero este objeto interno depende en sus cualidades de la existencia,
vitalidad, y comportamiento del objeto externo (mamá, madre, figura, cuidado general

210
del medio ambiente). La maldad o la falla del último conducen a la muerte o a una
cualidad persecutoria del objeto interno.

[“Objetos de transición y fenómenos transicionales”, p. 237]

Esta es una aclaración importante y conduce al énfasis de Winnicott sobre el entorno


y su impacto en las capacidades del bebé.

No hay posibilidad alguna de que un bebé proceda del principio del placer al principio
de realidad o hacia y más allá de la identificación primaria (ver Freud, 1923b, p.14) a
menos que haya una madre lo suficientemente buena. La madre lo suficientemente
buena (no necesariamente la propia madre del bebé) es una que hace una adaptación
activa a las necesidades del bebé, una adaptación activa que disminuye
gradualmente, de acuerdo con la capacidad creciente del bebé para explicar el
fracaso de la adaptación y tolerar los resultados de frustración.

[“Objetos de transición y fenómenos transicionales”, 1951, p. 238]

Para promover su afirmación del valor de la ilusión Winnicott enfatiza la delgada línea
entre ilusión y engaño, ilusión y pensamiento mágico.

La madre, al principio, mediante una adaptación de casi el 100%, le brinda al niño la


oportunidad de la ilusión de que su pecho es parte del bebé. Está, por así decirlo, bajo
control mágico. Lo mismo se puede decir en cuanto al cuidado infantil en general, en
los momentos de tranquilidad entre excitaciones. La omnipotencia es casi un hecho
de la experiencia, La tarea eventual de la madre es desilusionar al bebé
gradualmente, pero no tiene esperanzas de tener éxito a menos que al principio haya
podido dar suficiente oportunidad para la ilusión.

En otro idioma, el bebé crea el pecho una y otra vez de la capacidad del bebé para
amar (uno puede decir) o por necesidad. Un fenómeno subjetivo se desarrolla en el
bebé al que llamamos, el pecho de la madre. La madre coloca su pecho real justo allí
donde el bebé está listo para crear, y en el momento justo.

[“Objetos de transición y fenómenos transicionales”, p. 239]

6 La primera alimentación teórica

211
Aproximadamente a partir de 1953 Winnicott comenzó a redactar las conferencias
sobre Desarrollo Humano que había estado dictando a estudiantes de Trabajo Social
en preparación para su libro. La Naturaleza Humana, es una descripción general de
las principales conceptualizaciones de Winnicott e incluye algunas que no se discuten
en otra parte de sus escritos. “La primera alimentación teórica”, como el la llama, se
refiere a la capacidad de la madre para “colocar” su pecho en el momento adecuado.
En una sección titulada “Establecimiento de una relación con la realidad externa”,
Winnicott comienza a explorar su significado de la primera alimentación teórica.

Esta primera alimentación teórica también es una primera alimentación real, excepto
que en la experiencia real no se trata tanto de una sola cosa sucediendo sino como
una acumulación de recuerdos de eventos. Puede decirse que debido a la extrema
inmadurez del bebé recién nacido la primera toma no puede ser significativa como
experiencia emocional. Sin embargo, no hay duda de que si la primera alimentación
sale bien, se establece el contacto, de modo que el patrón de la siguiente alimentación
se desarrolla en base a la primera experiencia, y entonces la tarea de la madre está
inmensamente simplificada.

[“Naturaleza humana”, 1954, p. 100]

De modo que la primera alimentación teórica surge de una acumulación de buenas


experiencias, es decir, la experiencia del bebé de que su impulso ha creado lo que
necesita.

En la primera alimentación teórica, el bebé está listo para crear y la madre hace
posible que el bebé tenga la ilusión del pecho, y lo que el pecho significa, ha sido
creado por impulso debido a la necesidad.

[“Naturaleza humana”, p. 101]

Es la unión de la identificación maternal primaria de la madre con las necesidades de


su bebé lo que coincide con la necesidad del bebé de alimentarse lo que equivaldrá
a una primera alimentación teórica, que es la forma que tiene Winnicott de nombrar
la internalización de un proceso.

La primera alimentación teórica está representada en la vida real por el resumen de


las primeras experiencias de muchas alimentaciones. Después de la primera

212
alimentación teórica el bebé comienza a tener material con el cual crear. Poco a poco
se puede decir que el bebé está dispuesto a alucinar con el pezón en el momento en
que la madre lo tiene listo para él. Los recuerdos se construyen a partir de
innumerables impresiones sensoriales asociadas con la actividad de alimentar y de
encontrar el objeto. Con el paso del tiempo llega una etapa en la cual el bebé se siente
seguro de que el objeto de deseo puede ser encontrado, y esto significa que el bebé
tolera gradualmente la ausencia del objeto.

[“Naturaleza humana”, p. 106]

La capacidad de tolerar la ausencia conducirá a la capacidad de llorar. Pero lo que es


tan importante de este proceso es que desde la experiencia de que el bebé tenga sus
necesidades satisfechas, entonces puede pasar al desarrollo de la capacidad de
desear. Sin esta experiencia primaria, será consignado a estar sólo en un estado de
necesidad (ver PREOCUPACIÓN MATERNAL PRIMARIA: 3, AGRESIÓN: 9; YO: 8).

Innumerables ensayos de adaptación y fallas de adaptación ya han tenido lugar


cuando podemos postular una primera alimentación teórica. En el momento de esta
primera alimentación teórica el bebé ya tiene ciertas expectativas y ciertas
experiencias que en mayor o menor grado complican la situación. Donde las
complicaciones no son demasiado grandes sucede algo muy simple. Es difícil
encontrar las palabras correctas para describir este simple evento; pero se puede
decir que por razón de una vitalidad en el bebé y mediante el desarrollo de la tensión
instintiva, el bebé llega a esperar algo; y luego hay un acercamiento que pronto puede
tomar la forma de un movimiento impulsivo de la mano o un movimiento de la boca
hacia un presunto objeto. Creo que no está fuera de lugar decir que el bebé está listo
para ser creativo. Allí sería una alucinación de un objeto si hubiera memoria material
para usar en el proceso de creación, pero esto no puede ser postulado en la
consideración de la primera alimentación teórica. Aquí el nuevo ser humano está en
la posición de crear el mundo. El motivo es la necesidad personal; somos testigos de
cómo la necesidad se transforma gradualmente en deseo.

[“Naturaleza humana”, 1954, p. 102]

La magia del deseo está relacionada con la ilusión, no una magia psicótica, por
supuesto, sino una magia que se relaciona con la capacidad de tocar (ver JUGAR: 7).

213
A través de la magia del deseo se puede decir que el bebé tiene la ilusión de un poder
creativo mágico, y la omnipotencia es un hecho a través de la adaptación sensible de
la madre. La base para el reconocimiento gradual del bebé de la falta del control
mágico sobre la realidad externa, radica en la omnipotencia inicial que se convierte
en hecho por la técnica adaptativa de la madre.

[“Naturaleza humana”, p. 106]

Deseoso de enfatizar esta área de ilusión y las características de la magia y la


omnipotencia, Winnicott agrega lo siguiente:

Hay una tierra de nadie entre lo subjetivo y lo que es percibido objetivamente que es
natural para la infancia, y eso lo esperamos y lo permitimos. El bebé no es desafiado
al principio, no tiene que decidir, se le puede permitir reclamar algo que está en el
límite y que es al mismo tiempo auto generado y percibido o aceptado del mundo, el
mundo que existía antes de la concepción del bebé. Alguien que reclama indulgencia
respecto de esto en una edad posterior, se llama loco. En la religión y en las artes,
vemos el reclamo socializado de modo que el individuo no se llama loco y puede
disfrutar en el ejercicio de la religión o la práctica y apreciación de las artes que el
resto de los humanos necesitan una discriminación absoluta en inagotable entre la
realidad y la fantasía.

[“Naturaleza humana”, 1954, p. 107]

6 Objetos subjetivos

El término “objeto subjetivo” fue utilizado por Winnicott cada vez más en la última
década de su vida. El usa este término para enfatizar la existencia subjetiva del bebé
del objeto externo/madre/otros y para distinguir entre la relación-objeto y el estado de
fusión primaria.

Desde el punto de vista del observador, puede parecer que hay relación de objetos
en el estado de fusión primaria, pero tiene que recordarse que al principio el objeto
es un “objeto subjetivo”. He usado este término objeto subjetivo para permitir una
discrepancia entre lo que se observa y lo que se experimenta en el bebé (Winnicott,
1962).

214
[“Interrelacionarse aparte del impulso
instintivo y en términos de identificaciones cruzadas”, 1971, p. 130]

La madre que puede estar en un estado de preocupación maternal primaria facilitará


la ilusión de omnipotencia del bebé, y en este sentido, para el bebé, ella es el objeto
subjetivo. Este es el tipo de locura que la madre permite.

Lo que he llamado “objeto subjetivo” se vuelve gradualmente relacionado con objetos


que se perciben objetivamente, pero esto sucede sólo con una buena provisión del
entorno o “un entorno esperado promedio” (Hartman, 1939) permite que el bebé se
enloquezca de una manera particular que se les concede a los bebés. Esta locura
solo se convierte en verdadera locura si aparece en la edad adulta. En la etapa de la
infancia es el mismo tema que aquello a lo que me referí cuando hablé de la
adaptación de la paradoja, como cuando un bebé crea un objeto pero el objeto no
habría sido creado como tal si no hubiera estado allí de antemano.

[“La creatividad y sus orígenes”, 1971, p. 71]

Esta última parte se refiere a la distinción entre ilusión y engaño como se muestra
arriba y la “paradoja esencial” en el corazón de los fenómenos de transición (ver
ILUSIÓN: 3, FENÓMENOS TRANSICIONALES: 8). Pero como siempre, Winnicott,
escribiendo en el último año de su vida, desea enfatizar el papel crucial del entorno
para el desarrollo de la creatividad psíquica primaria (ver CREATIVIDAD: 1).

Descubrimos que los individuos bien creativamente y sentimos que vale la pena vivir
la vida o de lo contrario no pueden vivir creativamente y tienen dudas sobre el valor
de vivir. Esta variable en los seres humanos está directamente relacionada con la
calidad y cantidad de provisión inicial del entorno, o provisión en las primeras fases
de la experiencia de la vida de cada bebé.

[“La creatividad y sus orígenes”, p. 71]

Y, extendiendo teoréticamente la teoría del instinto freudiano, Winnicott dice:

Mientras que los analistas hacen todo lo posible para describir la psicología del
individuo y los procesos dinámicos de organización del desarrollo y la defensa, y para
incluir el impulso y la pulsión en términos del individuo, aquí en seste punto donde o
la creatividad nace o no nace (o alternativamente se pierde) el teórico debe tomar en

215
cuenta el entorno, y ninguna declaración que concierna al individuo como aislado
puede tocar este problema central de la fuente de la creatividad.

[“La creatividad y sus orígenes”, p. 71]

Más adelante, en el mismo artículo, Winnicott presenta sus pensamientos sobre los
elementos masculinos y femeninos. El objeto subjetivo pertenece al “elemento
femenino puro” de la existencia porque es una etapa de desarrollo que precede a la
separación que conduce a la percepción.

El término objeto subjetivo se ha utilizado para describir el primer objeto, el objeto aún
no repudiado como un fenómeno no-yo. Aquí en esta relación de elemento femenino
puro con el “pecho” es una aplicación práctica de la idea del objeto subjetivo, y la
experiencia de esto allana el camino para el objeto subjetivo, es decir, la idea de un
yo y el sentimiento de realidad que surge de la sensación de tener una identidad

[“La creatividad y sus orígenes”, 1971, p. 80]

Relacionarse con el objeto subjetivo es la experiencia del bebé de ser en un estado


de identificación primaria (ver SER: 4). Winnicott, centrándose, como siempre, en la
responsabilidad del medio ambiente, afirma lo siguiente:

…Estoy tratando de mostrar cuán vitalmente importante es esta primera experiencia


para el inicio de todas las experiencias posteriores de identificación.

Las identificaciones proyectivas e introyectivas se derivan de este lugar donde cada


uno es igual que el otro.

[“La creatividad y sus orígenes”, p. 80]

Pero como el objeto subjetivo, como madre real, se convierte en objeto percibido
objetivamente por el bebé, es decir, el bebé comienza a distinguir entre yo y no yo,
surge un nuevo objeto subjetivo en su existencia: la ilusión internalizada de la madre
que hizo que el bebé se sienta omnipotente. Winnicott introduce la noción de una
destrucción benigna a la que debe sobrevivir el objeto, porque si no hay sensación de
que el objeto haya sobrevivido, entonces el bebé no puede pasar a la siguiente etapa
de desarrollo y está destinado a proteger siempre el objeto. En esta fase de relativa

216
dependencia, entonces, el objeto subjetivo no se destruye sino, más bien, el objeto
(ver DEPENDENCIA: 4, 5) Pero, de manera crucial para el desarrollo saludable del
bebé, el objeto externo real debe sobrevivir a la destrucción.

En el punto de desarrollo que está bajo repudio, el tema es crear el objeto en el sentido
de encontrar la exterioridad misma, y hay que añadir que esta experiencia depende
de la capacidad del objeto para sobrevivir. Es importante que “sobrevida” en este
contexto, significa “no tomar represalias”). Si es en un análisis que estos asuntos
están teniendo lugar, entonces el analista, la técnica analítica, y el entorno analítico,
todos entran en juego a cómo sobrevivir o no a los ataques destructivos del paciente.
Esta actividad destructiva es el intento del paciente de colocar al analista fuera del
área de control omnipotente, es decir, fuera en el mundo. Sin la experiencia de
máxima destructividad (objeto no protegido) el sujeto nunca coloca al analista afuera,
y por lo tanto, nunca puede hacer más que experimentar un tipo de autoanálisis,
utilizando al analista como proyección de una parte del yo. En términos de
alimentación, el paciente, entonces, solo puede alimentarse del yo y no puede usar el
pecho para engordar. El paciente puede incluso disfrutar de la experiencia analítica,
pero no podrá cambiar fundamentalmente.

[“El uso de un objeto y relacionarse


mediante identificaciones”, 1968, p. 91]

Por lo tanto, la supervivencia del objeto es absolutamente necesaria para que el bebé/
analizando pase de la ilusión de la omnipotencia a “Colocar al analista fuera del
control omnipotente”. Esta es la desilusión necesaria que tiene que ocurrir para un
desarrollo saludable. Pero el objeto subjetivo no debe ser destruido, porque este es
el recurso para una rica vida interior, así como la base de una vida cultural y de la
capacidad para jugar (ver AGRESIÓN: 10).

El postulado central de esta tesis es que mientras que el sujeto no destruye al objeto
subjetivo (material de proyección), la destrucción aparece y se convierte en una
característica central en la medida en que el objeto se percibe objetivamente, tiene
autonomía y pertenece a la “realidad compartida”.

[“El uso de un objeto y relacionarse


mediante identificaciones”, p. 91]

217
Existe un espacio potencial entre el objeto subjetivo y el objeto percibido
objetivamente, y es este espacio potencial donde se desarrollará la capacidad de
juego /ver REPRODUCCIÓN: 6).

MADRE

1 Pediatría y psicoanálisis
2 La madre “sana” y “natural”
3 La madre suficientemente buena
4 La ilusión suficientemente buena
5 La biología y el cuerpo de la madre
6 La mujer que convirtiéndose en madre y el hombre convirtiéndose en padre
7 Fantasías rodeando el acto sexual
8 Las innumerables funciones de una madre suficientemente buena
9 El disfrute confiable de la madre
10 El rol de espejo de la madre
11 El valor del proceso de desilusión
12 La madre que no es lo suficientemente buena

La madre es pívot en la teoría del desarrollo emocional de Winnicott. Ella es para el


bebé, el primer entorno, biológica y psicológicamente. Cómo se comporta y se siente
la madre en relación con su bebé influirá en la salud del bebé, en particular alrededor
del momento del embarazo, justo después del nacimiento, durante el resto de su vida.

El concepto de madre entorno incluye a la mujer madre, es decir, la mujer que ella
era antes de tener al bebé y la mujer que será en su propio desarrollo, así también
como el padre, los hermanos, la familia extendida, la sociedad y el mundo en general.

El reconocimiento de los detalles de la buena maternidad se utiliza como paradigma


de Winnicott en el ámbito psicoanalítico y terapéutico. Las técnicas del analista en el
consultorio simbólicamente reflejan las técnicas del buen cuidado materno.

218
1 Pediatría y psicoanálisis

La inusual posición en la que se encontraba Winnicott, como pediatra mientras se


capacitaba en psicoanálisis, significa que a lo largo de su trabajo como analista la
relación madre-hijo siempre está muy presente. Aunque ya no continuó su trabajo
como pediatra después de la Segunda Guerra Mundial, continuó con su trabajo en
Paddington Green, donde llevó a cabo lo que describe como “consultas terapéuticas”.
Winnicott publicó una colección de los detalles de estas consultas, en las que él se
preocupaba con “la aplicación del psicoanálisis a la psiquiatría infantil”, en su libro,
Consultas terapéuticas en psiquiatría infantil (1971b). (Ver JUEGO DE LA
ESPÁTULA; JUEGO DE LOS GARABATOS).

En 1957, en la postdata de la colección de Winnicott de charlas transmitidas:


publicadas con el título El niño y la familia (1957ª) y reeditadas en 1964 con el título
ampliado, El niño, la familia, y el mundo externo (1964ª), Winnicott dejó muy claro que
él tenía una “dirigida propulsión” para hablar con las madres en particular, en gran
parte porque la contribución de la madre a la sociedad solo estaba siendo reconocido.
Esto no quería decir que el ignorase el rol del padre.

…Ya puedo ver el gran papel que se ha jugado en mi trabajo por el impulso de
encontrar y apreciar la madre buena madre común. Los padres, lo sé, son igualmente
importantes y, de hecho, el interés en la maternidad incluye un interés en los padres,
y en el papel vital que juegan en el cuidado infantil. Pero para mí ha sido de las madres
de quienes tanto he necesitado hablar.

Me parece que falta algo en la sociedad humana. Los niños crecen y se convierten a
su vez en padres y madres, pero, en general, no llegan a saber y reconocer lo que
sus madres hicieron por ellos en el comienzo de sus vidas. La razón es que el papel
que desempeña la madre solo recientemente comenzó a ser percibido.

[“La contribución de la madre a la sociedad”, 1957, p. 124]

Winnicott creía que si la sociedad fuera capaz de apreciar la naturaleza crucial de la


crianza de los hijos, habría menos miedo en la sociedad y, en consecuencia, menor

219
necesidad del tipo de conflictos y destrucción que es causado esencialmente por el
miedo non reconocido a la dependencia (ver DEPENDENCIA: 2, 3).

¿No es acaso esta contribución de la madre devota no reconocida precisamente por


su inmensidad? Si se acepta esta contribución, se deduce que todo hombre o mujer
cuerdo, todo hombre o mujer que tenga la sensación de ser una persona en el mundo,
y para quien el mundo significa algo, cada persona feliz, está en una deuda infinita
con una mujer. En el momento en que era un bebé (hombre o mujer) esta persona no
sabía nada sobre dependencia, había absoluta dependencia.

Una vez más, permítanme enfatizar, el resultado de tal reconocimiento cuando llegue
no será gratitud o incluso elogios. El resultado será una disminución en nosotros de
cierto miedo. Si nuestra sociedad se demora en reconocer plenamente esta
dependencia, que es un hecho histórico en la etapa inicial del desarrollo de cada
individuo, debe quedar un bloqueo tanto para progresar como para la regresión, un
bloqueo que se basa en el miedo. Si no hay verdadero reconocimiento del papel de
la madre, entonces debe quedar un vago miedo a la dependencia. Este miedo a veces
tomará la forma de miedo a la MUJER, o miedo a una mujer, y en otros momentos
tomará formas menos reconocibles. Siempre incluyendo el miedo a la dominación.

[“La contribución de la madre a la sociedad”, 1957, p. 125]

Winnicott vincula el “miedo a la MUJER” con el tiempo absoluta dependencia (ver


DEPENDENCIA: 3, 4).

2 La madre “sana” y “natural”

Winnicott hace hincapié en la madre “natural” y lo que hace “naturalmente”. Por


“natural” Winnicott se refiere a una madre que en primer lugar pudo identificarse con
su bebé recién nacido (preocupación paternal primaria) y posteriormente permitirle
crecer y convertirse en él mismo.

…La verdadera fuerza pertenece a la experiencia individual del proceso de desarrollo


a lo largo de líneas naturales…Desde mi punto de vista, desde un principio la madre
establece la salud mental del individuo porque proporciona lo que yo he llamado un
entono facilitador, es decir, uno en que los procesos e interacciones naturales del

220
crecimiento del bebé con el entorno pueden evolucionar según patrones heredados
del individuo. La madre (sin saberlo) establece los cimientos para la salud mental del
individuo.

[“Amamantar como medio de comunicación”, 1968, pp. 24-25]

El énfasis de Winnicott en la palabra “natural” realmente implica “normal”. ¿Qué le


resultaría natural a una mala madre, por ejemplo, no sería normal, y ciertamente no
sería saludable. Las “líneas naturales” para Winnicott implican la concesión de los
procesos de maduración saludables que ocurren dentro del entorno facilitador.
Entonces, la madre “natural” es la madre “sana”. ¿Qué quiere decir Winnicott con
“salud”?

En su artículo, “El concepto de un individuo sano” (1967), Winnicott expone sus


pensamientos sobre la salud; cubre prácticamente la totalidad de su teoría del
desarrollo emocional: la primera relación entre madre-bebé, colusión psicosomática,
el verdadero y falso Yo

, la cultura, el valor de “sentirse real”, y una nueva palabra “psicomorfología”, que


Winnicott inventó para su uso en este artículo.

La psicomorfología significa que el potencial heredado del bebé es tan externo como
el entorno es inicialmente en términos de desarrollo emocional; la unión de estos dos
factores, la herencia y el entorno, contribuyen a la salud o a la patología del individuo.
En breve,

En términos de desarrollo…salud implica madurez de acuerdo con la madurez que


pertenece a la edad del individuo.

[“El concepto de un individuo sano”, 1967, p. 22]

La deconstrucción de Winnicott de los componentes de la maternidad lo


suficientemente buena incluye todos aquellos aspectos que conducen a la salud del
individuo. En consecuencia, se deduce que la madre natural y sana es la mujer que
ha recibido ella misma una buena maternidad.

3 La madre suficientemente buena

221
El uso de Winnicott del término “suficientemente bueno” se relaciona con la
adaptación de la madre a las necesidades de su bebé recién nacido. Él usa el término
de principios de la década de 1950 en adelante como una forma de distinguir entre
su terminología Kleiniana. En una carta escrita en 1952 Roger Money-Kyrle (un
psicoanalista y miembro del grupo Kleiniano), Winnicott clarifica lo que el significa con
suficientemente bueno.

A menudo se piensa que estoy hablando de la madre, personas reales con bebés,
como su fueran perfectos o como si correspondieran a “la buena madre” que forma
parte de la carga Kleiniana. De hecho, siempre hablo de “la madre lo suficientemente
buena” o de “la madre que no es lo suficientemente buena” porque de hecho estamos
hablando de la mujer real, sabemos entonces que lo mejor que puede hacer es ser lo
suficientemente buena, y que la palabra “suficiente” gradualmente (en circunstancias
favorables) amplía su alcance de acuerdo con la capacidad creciente del bebé para
lidiar con el fracaso por comprensión, tolerancia a la frustración, etc. La “madre
suficientemente buena” y la “mala madre” de la jerga Kleiniana son objetos internos y
no tienen nada que ver con mujeres reales. Lo mejor que puede hacer una mujer real
con un bebé es ser lo suficientemente sensible y buena en un principio para que sea
posible la ilusión de que esta madre lo suficientemente buena es el “buen pecho”.

[“Carta a Roger Money-Kyrle”, 1952, p. 38]

La adaptación de la madre a las necesidades del bebé lo provee con la ilusión


omnipotente de que es él quien crea el objeto (ver ILUSIÓN: 5).

4 La ilusión lo suficientemente buena

En 1960, en su artículo, “La distorsión del ego en términos del verdadero y falso Yo”,
Winnicott elabora sobre la conexión entre su término “lo suficientemente bueno” y
“Omnipotencia e ilusión”.

…por un extremo la madre es una madre suficientemente buena y por otra, la madre
no es una madre lo suficientemente buena. La pregunta que se hará será: ¿qué se
entiende por el término “suficientemente bueno”?

222
La madre suficientemente buena se encuentra con la omnipotencia del bebé y hasta
cierto punto le da sentido. Ella hace esto repetidamente. Un verdadero yo, comienza
a tener vida, a través de la fuerza dada al ego débil del bebé por la implementación
de la madre de las expresiones omnipotentes del bebé.

La madre que no es lo suficientemente buena no puede implementar la omnipotencia


del bebé, por lo cual ella falla repetidamente en encontrar el gesto del bebé; en cambio
ella sustituye su propio gesto al que se le debe dar sentido mediante la conformidad
del bebé. Este cumplimiento por parte del bebé es la etapa más temprana del falso
Yo, y pertenece a la incapacidad de la madre para sentir las necesidades de su bebé.

Es una parte esencial de mi teoría que el Verdadero Yo no se convierta en una


realidad viva excepto como resultado exitoso repetido de la madre en encontrar el
gesto espontáneo del bebé o alucinación sensorial.

[“La distorsión del ego”, 1960, p.145]

Respecto de esto, entonces, la madre lo suficientemente buena es la misma que la


“madre devota ordinaria”, que es la madre saludable, en un estado de “preocupación
maternal primaria”.

5 La biología y el cuerpo de la madre

Una sim ple conclusión a la tesis de Winnicott sobre la madre sana: que naturalmente
entra en un estado de preocupación maternal primaria durante el embarazo e
inmediatamente después, es que, en consecuencia, la madre biológica sería la mejor
persona para llevar a cabo la tarea de la maternidad. Sin embargo, Winnicott no es
rígido sobre esta visión y dice:

Podemos decir ahora porque pensamos que la madre del bebé es la más adecuada
para el cuidado del bebé; es ella quien puede llegar a este estado de preocupación
maternal primaria sin estar enferma. Pero una madre adoptiva, o cualquier mujer
quien pueda estar enferma en el sentido de la “preocupación maternal primaria”,
puede estar en condiciones de adaptarse lo suficientemente bien, debido a tener
alguna capacidad de identificación con el bebé.

223
[“Preocupación maternal primaria”, 1956, p. 304]

La identificación de la madre biológica con su bebé está en el centro del “estar


enfermo…en el sentido de preocupación maternal primaria”. Este estado permite a la
madre adaptarse a las necesidades de su bebé, que incluye óptimamente la
capacidad de amamantar. Pero Winnicott no ve la lactancia como un componente
esencial de preocupación materna primaria.

Winnicott también es consciente de que las mujeres que no pueden lograr la


“enfermedad normal de la preocupación maternal primaria”, pueden seguir siendo
buenas madres, en el sentido de que se esfuerzan mucho por mantener a su bebé.
Sin embargo, su tarea en el cuidado infantil será más complicado más adelante
porque se verán obligados a compensar la pérdida para el bebé en un principio.
Winnicott dice:

Ciertamente hay muchas mujeres que son buenas madres de cualquier otra manera
y que son capaces de una vida rica y fructífera, pero que no pueden lograr esta
“enfermedad normal” que les permite adaptarse con delicadeza y sensibilidad a las
necesidades del bebé desde el principio; o lo logran con un niño y no con otro.

Estas mujeres no pueden preocuparse por su propio bebé con exclusión de otros
intereses, en la forma que es normal y temporal. Puede suponerse que hay un “vuelo
a la cordura” en algunas de estas personas…

En la práctica el resultado es que estas mujeres, habiendo tenido un hijo, pero


habiendo “perdido el barco” en la etapa más temprana, se enfrentan con la tarea de
recuperar lo que se ha perdido. Tienen uh largo período en el que deben adaptarse
estrechamente a las necesidades de su hijo en crecimiento, y no es seguro que
puedan lograr reparar la distorsión inicial.

[“Preocupación maternal primaria”, 1956, pp. 302-303]

También está la mujer psicótica y capaz de arreglárselas inicialmente con su bebé,


pero que más tarde no podrá leer los signos del bebé cuando el necesite separarse
de ella.

En el otro extremo está la madre que tiende a preocuparse por todo, y el bebé se
convierte ahora en su preocupación patológica. Esta madre puede tener una

224
capacidad esencial para prestar su propio Yo a su bebé, pero ¿qué sucede al final?
Es parte del proceso normal que la madre recupera su propio interés, y lo hace al
ritmo que su bebé puede permitirle hacerlo. La patológicamente preocupada no sólo
sigue identificándose con su bebé por demasiado tiempo, sino que también cambia
repentinamente de la preocupación por el bebé a su antigua preocupación.

La recuperación de la madre normal de la preocupación por su bebé proporciona una


especie de destete. El primer tipo de madre enferma no puede destetar a su bebé
porque su bebé nunca la tuvo, por lo que el destete no tiene sentido; el otro tipo de
madre enferma no puede destetar, o tiende a hacerlo de repente, sin tener en cuenta
la necesidad creciente del niño de un destete gradual.

[“La relación de la madre con su bebé en


el principio”, 1960, pp. 15-16]

Sin embargo es importante señalar que Winnicott no creía en un instinto maternal


como tal, y sentía que demasiado énfasis en la biología resta valor a los estados
emocionales entre madre e hijo como menciona en el siguiente párrafo:

…al pensar en el instinto maternal nos empantanamos en la teoría, y nos perdemos


en una mezcla de seres humanos y animales. De hecho, la mayoría de los animales
manejan esta maternidad temprana bastante bien, y en las primeras etapas del
proceso evolutivo bastaban los reflejos y las respuestas instintivas simples. Pero de
alguna manera u otra madres y bebés humanos tienen cualidades humanas y estas
deben ser respetadas. También tienen reflejos e instintos toscos, pero no podemos
describir satisfactoriamente a los seres humanos en términos de lo que comparten
con los animales.

[“La relación de la madre con su bebé en el principio”, 1960, p. 16]

También está claro que cualquier énfasis que Winnicott puso en la naturaleza crucial
del papel de la madre en el cuidado de su hijo, ni romántico ni sentimental sobre lo
mucho que esto le costó. Sobre esto dice:

La pregunta es la siguiente: ¿puede una madre defenderse con éxito y guardar sus
secretos sin privar al mismo tiempo al hijo de un elemento esencial: el sentimiento de

225
que la madre es accesible? Al principio el niño estaba en posesión, entre la posesión
y la independencia seguramente debe haber una casilla intermedia de accesibilidad.

[“¿Qué es lo que molesta?”, 1960, p. 74]

Por “posesión”, Winnicott se refiere a ese estado físico y emocional que constituye la
preocupación maternal primaria.

El observador puede fácilmente recordar que es sólo por un tiempo limitado que la
madre está enteramente disponible para sus hijos. Ella tuvo sus secretos antes y los
volverá a tener nuevamente. Y se sentirá afortunada de haber sido por un tiempo
molestada con las infinitas demandas de sus propios hijos.

Para la madre que está atravesando este momento no hay pasado ni futuro. Para ella
existe solamente la experiencia presente de no tener ningún área sin explorar, ni polo
Norte ni polo Sur, pero algún explorador intrépido la encuentra, la mantiene calentita;
no hay un Everest sino un escalador que alcanza la cima y se la come. El fondo de
su océano está siendo visto por batiscopio, y de ella guardar algún misterio, la
contracara de la luna, es entonces que aún esto es alcanzado, fotografiado, y
reducido de ser un misterio a ser algo comprobado por los hechos. Nada en ella tiene
miedo.

¿Quién sería entonces madre?

[“¿Qué es lo que molesta?”, 1960, p. 74]

6 La mujer convirtiéndose en madre y el hombre convirtiéndose en padre

Es útil echar un vistazo a las cinco áreas pertinentes de las que Winnicott conversa
cuando se refiere al “principio del individuo” dentro del contexto de formar una familia.

 Las memorias de la mujer y del hombre que potencialmente serán madre y


padre;
 Las fantasías que rodean el acto sexual;
 La necesidad de los padres de un bebé;
 La concepción;

226
 Las verdaderas memorias de la madre del nacimiento, las cuales le permiten
entregarse al acto de dar vida.

Winnicott, en línea con la teoría del inconsciente de Freud, creía que había un
reservorio de memorias dentro de cada individuo. No todas estas memorias están
accesibles de modo cognitivo porque muchas de ellas son inconscientes. Para
padres primerizos, estas memorias emergerán en sus sueños y en su vida emocional
asociadas con el proceso de planear su primer bebé.

Esta orientación a las necesidades del bebé depende de muchas cosas, una de las
cuales es que la madre y el padre llevan consigo memorias escondidas de haber sido
ellos mismos bebés, y de haber sido cuidados en términos de confianza, de haber
sido escudados de lo impredecible, y de haber tenido la oportunidad de continuar con
la muy importante cuestión del crecimiento personal.

[“La construcción de la confianza”, 1969, p. 133]

Las memorias y los sentimientos en cada ser humano se relacionan con el pasado y
contribuyen a nuestro presente en términos de la relación de los padres entre sí y en
relación con otros grupos sociales. Todo esto es parte de la atmósfera general que
emerge del pasado y contribuye a la cultura en evolución de la nueva familia. En 1969,
dirigiéndose a las madres Winnicott dice lo siguiente:

El entorno que uno provee es primeramente el personal, tu persona, tu naturaleza,


tus características distintivas de tu persona que te hacen dar cuenta que eres tú. Esto
incluye, por supuesto todas aquellas cosas que colectas a tu alrededor, tu aroma, la
atmósfera que va contigo, y esto incluye el hombre que resultará ser el padre de tus
hijos, y puede incluir otros niños si es que los tienes, así como también a los tíos, tías
y abuelos. Es decir, no estoy haciendo más que describir la familia como la va
descubriendo gradualmente el bebé, incluyendo las características del hogar que lo
hacen único y diferente de otros hogares.

[“La construcción de la confianza”, 1969, p. 125]

Doce años antes, en un artículo de 1957 que exploraba los factores integradores y
disruptivos en la vida familiar, Winnicott había tomado en cuenta el entorno familiar
como describe a continuación:

227
La existencia de una familia y el mantenimiento de una atmósfera familiar resultado
de la relación entre los padres y el entorno social en el que viven. Lo que los padres
pueden “contribuir” a la familia que están formando depende en gran medida de su
relación general con su entorno social inmediato. Uno puede pensar en círculos de
gente cada vez más amplios, cada grupo social dependiendo de lo que es desde su
interior y su relación con otros grupos sociales externos. Por supuesto, los círculos se
superponen. Muchas familias son una empresa en marcha, pero no soportarían ser
desarraigadas ni trasplantadas.

[“Factores integradores y disruptivos de la vida en familia”, 1957, p. 41]

La calidad de la relación con los padres entre sí es un factor importante en la creación


de una atmósfera determinada.

7 Fantasías rodeando el acto sexual

Winnicott señala que la fuerza de atracción sexual entre hombre y mujer en la creación
de una familia es importante, y “las satisfacciones sexuales son un logro del
crecimiento personal; cuando tales satisfacciones pertenecen a relaciones que son
personal y socialmente agradables, representan un pico de salud”. Pero Winnicott se
apresura a agregar esa satisfacción sexual en la relación es deseable pero no siempre
posible. Winnicott dice:

…aunque el poder sexual es de vital importancia, la satisfacción completa no es en sí


misma un objetivo cuando el tema de la familia es considerado. Cade señalar que una
gran cantidad de familias existen y se consideran buenas aunque se construyan sobre
una base de satisfacciones físicas no muy poderosas por parte de los padres.

[“Factores integradores y disruptivos de la vida en familia”, 1957, p. 41-42]

Aparte de esto, sin embargo, existe la dificultad de la agresividad involucrada en el


acto sexual, y cómo la pareja lidia con sus fantasías de dañar al otro o ser dañado por
el otro. Tanto hombres como mujeres tienen estos miedos, que, según Winnicott, son
en su mayoría inconscientes. Sin embargo particularmente en el momento del
embarazo y el parto, estas fantasías emergen en términos de una mayor ansiedad.
(fue con este tipo de ansiedad que le preocupaba a Winnicott al construir su teoría del

228
“uso de un objeto” diez años después de que este artículo fuera escrito) (ver
AGRESIÓN. 7, 8, 9, 10).

La fantasía sexual total, consciente e inconsciente es casi infinitamente variable y


tiene una importancia vital. Es importante comprender, entre otras cosas, el sentido
de preocupación o culpa que surge de los elementos destructivos I en gran parte
inconscientes) que acompañan al impulso amoroso cuando éste es expresado
físicamente. Se puede conceder fácilmente que este sentido de preocupación y culpa
contribuye en gran medida a la necesidad de cada padre, y de los padres juntos, de
tener una familia. Las ansiedades muy reales en el padre en el momento del parto de
la madre reflejan mejor que nada las ansiedades que pertenecen a la fantasía del
sexo y solamente a las realidades físicas.

[“Factores integradores y disruptivos”, p.42]

Las ansiedades de los padres, señala Winnicott, serán potencialmente aliviados por
el bebé, porque la felicidad que trae un bebé al nacer vivo y el bienestar se intensifica
porque la vitalidad del bebé alivia las ansiedades de ellos padres de que podría
haberse causado daño. Winnicott dice:

La familia en crecimiento mejor que cualquier otra cosa neutraliza las ideas
aterradoras de haber causado daño, de cuerpos destruidos, de monstruos
generados…

Seguramente mucha de la alegría que el bebé trae a la vida de los padres se basa en
el hecho de que el bebé es completo y humano, y además que el bebé contiene algo
que contribuye a vivir, es decir, a vivir separados de ser mantenido vivo; que el bebé
tiene una tendencia innata hacia respirar y moverse y crecer. El niño, de hecho, lidia
por el momento, con todas las fantasías del bien y del mal, y la vitalidad innata de
cada niño da a los padres una gran sensación de alivio a medida que gradualmente
llegan a creer en eso; alivio de las ideas que surgen de su sentimiento de culpa e
indignidad.

[“Factores integradores y disruptivos”,1957, p.42]

229
Sin embargo, según Winnicott, la contribución del niño a la evolución de la familia, va
más allá del alivio de las ansiedades asociadas con las relaciones sexuales. Winnicott
dice lo siguiente:

No se puede enfatizar demasiado que la integración de la familia se deriva de la


tendencia integradora de cada niño individual. La integración del individuo no es algo
que puede darse por sentado. La integración personal es una cuestión de crecimiento
emocional…

Cada niño individual, mediante un crecimiento emocional saludable y por el desarrollo


de su personalidad de manera satisfactoria, promueve el ambiente familiar y a la
familia. Los padres, en sus esfuerzos por construir una familia, se benefician de la
suma de las tendencias integradoras de los niños individuales. Está no es
simplemente una cuestión de la amabilidad del bebé o del niño; hay algo más que
eso, porque los niños no son siempre dulces.

El bebé y el niño pequeño y el mayor nos alagan esperando cierto grado de


confiabilidad, a lo que respondemos, en parte, supongo, por nuestra capacidad para
identificarnos con ellos. Esta capacidad de identificarse con los niños nuevamente
depende de que hayamos hecho un crecimiento lo suficientemente bueno en el
desarrollo de su propia personalidad cuando teníamos la misma edad. De esta forma,
nuestras propias capacidades se fortalecen y se potencian, desarrollan, por lo que se
espera de nosotros de nuestros hijos. De innumerables y muy sutiles formas, así
como de manera obvia, los bebés y los niños forman una familia a su alrededor, tal
vez al necesitar algo, algo que damos por lo que sabemos sobre expectativa y
cumplimiento. Vemos lo que crean los niños al jugar en las familias, y sentimos que
queremos hacer realidad los símbolos de su creatividad.

[“Factores integradores y disruptivos”,1957, pp.46-47]

En 1966, en respuesta a una carta en The times de Dr. Fisher, entonces arzobispo de
Canterbury, sobre el debate sobre el comienzo de la vida y la legislación sobre el
aborto, Winnicott escribió un breve artículo, “El comienzo del individuo”. Winnicott
distingue entre la “concepción de” y “concebir”. La “concepción de” está relacionada
con el juego creativo del niño y demuestra un potencial en la niña para convertirse en
madre.

230
Si ha tenido un comienzo suficientemente bueno, “concebirá” un bebé en su juego,
es parte de los sueños de muchas ocupaciones” (“El comienzo del individuo”, págs.
51-52). Winnicott no plantea ni responde a la pregunta de si cada niña crece con la
fantasía de tener un bebé.

Cuando la mujer concibe en realidad, ya se ha ido preparando de alguna manera para


la maternidad. Mientras el embarazo continúa, la preparación se vuelve menos una
fantasía y más una realidad, aunque la fantasía en términos del bebé imaginado es
siempre una característica. Como dice Winnicott:

Notamos en la futura madre una identificación cada vez mayor con el bebé. El bebé
se vincula con la idea de un “objeto interno” en la madre, un objeto imaginado para
ser colocado allí adentro y mantenido a pesar de todos los elementos persecutorios
que también tienen lugar allí. El bebé tiene otro significado para la madre en la
fantasía inconsciente, pero el rasgo predominante puede ser la voluntad y la
capacidad de la madre para drenar el interés de su propio Yo

en el bebé. Me he referido a este aspecto de la actitud de la madre como


“preocupación maternal primaria”.

[“La relación de la madre con su bebé”,1960, p.15]

A medida que su interés se desvanece de sí misma hacia el bebé imaginado, que se


está convirtiendo en un bebé real, por lo que la madre se vuelve cada vez más
fusionada emocionalmente con su bebé a medida que se evocaban sus propios
recuerdos de nacimiento. La máxima ironía es que como madre e hijo finalmente
separados a través del acto del nacimiento, se vuelven uno: el entorno configuración
individual. La madre sana tiene que entregarse al parto de la misma manera que ella,
de bebé, tuvo que entregarse a nacer. A lo largo de las etapas del parto, por lo tanto,
sus recuerdos inconscientes infantiles son evocados.

Entre las características típicas de la verdadera memoria de nacimiento está la


sensación de estar en las garras de algo externo, de modo que uno está
indefenso…Aquí hay una relación muy clara entre lo que experimenta el bebé y lo
que experimenta la madre al estar confinados, como se dice. Llega un estado en el
trabajo en el que, en estado de salud, una madre tiene que poder resignarse a un
proceso casi exactamente comparable a la experiencia del bebé al mismo tiempo.

231
[“Memorias del nacimiento, trauma del nacimiento y ansiedad”,1949, p.184]

El último párrafo fue escrito en 1949, en 1957 Winnicott agrega la siguiente nota al
pie:

Ahora llamo a este estado especial de sensibilidad de la madre “preocupación


maternal primaria”.

8 Las innumerables funciones de una madre suficientemente buena

Las funciones naturales de la madre cubren tres áreas: sostener, manipulación y


presentación de objetos. Las tres áreas se inician en las primeras semanas, durante
la fase de dependencia absoluta. Sostener y manipular contribuyen a que el bebé viva
en su cuerpo, que Winnicott describe como “personalización” y “colusión
psicosomática” (ver ESPERA: 3; PREOCUPACIÓN MATERNAL PRIMARIA: 1, 2).

Winnicott se refiere al tiempo durante el cual la madre y el bebé se fusionan como en


una “relación con el ego” en la década de 1950 y como “relación con el objeto” en la
década de 1960. Los términos son sinónimos y se refieren al hecho de la
dependencia, es decir, que el bebé depende de la madre para el soporte, la protección
y la cobertura del ego (ver DEPENDENCIA: 2).

La madre es consciente de cosas que el bebé no puede ser consciente aún. Debido
a su conciencia, sabrá que cuando el bebé llora, está llorando por una razón. Esto es
algo que él no sabe al comienzo de su vida, el simplemente se encuentra llorando.
Entonces la madre le ofrece el pecho (o el biberón) y (si está llorando por hambre)
chupa y se siente aliviado, y ya no necesita llorar.

Imagínese un bebé que nunca ha sido alimentado. El hambre aparece y el bebé está
listo para concebir algo; por necesidad el bebé está listo para crear una fuente de
satisfacción, pero no hay experiencia previa para mostrarle al bebé que es lo que se
puede esperar. Si en este momento la madre coloca su pecho donde el bebé está
listo para esperar algo, y si tiene suficiente tiempo permitir que el bebé se sienta
completo, con la boca y las manos y tal vez con el sentido del olfato, el bebé “crea” lo
que está allí para ser encontrado. El bebé eventualmente tiene la ilusión de que este
pecho real fue creado exactamente por su necesidad, avaricia, y sus primeros

232
impulsos de amor primitivo. Vista, olfato, y gusto registrados en alguna parte, y luego
de un tiempo el bebé estará creando algo como el pecho que la madre tiene que
ofrecer. Mil veces antes del destete un bebé puede dar esta particular introducción a
la realidad externa por medio de una mujer, la madre. Unas mil veces ha existido el
sentimiento de que lo que era deseado era creado, y se encontraba allí disponible.
De esto se desarrolla una creencia de que el mundo puede contener lo que se desea
y se necesita, con el resultado de que el bebé tiene la esperanza de que existe una
viva relación entre la realidad interna y la externa, entre la creatividad innata primaria
y el mundo en toda su extensión que es compartido con todos.

[“Más pensamientos sobre bebés y personas””,1947, p.90]

Es el ofrecimiento de la madre de su pecho en el momento exacto que da al bebé el


sentimiento de que esto es justo lo que necesita. Si el niño recién nacido pudiera
hablar, diría que “necesito algo, pero no sé qué es porque acabo de nacer”. En
respuesta, la madre quien escucha el llanto de hambre se dice a sí misma, “reconozco
ese llanto; me recuerda a un sentimiento que tenía cuando acababa de nacer, me
pregunto cómo puedo aliviar su necesidad. Tratemos esto”.

Esta comunicación entre madre y bebé, resultando en la madre que provee al bebé
lo que él necesita, lleva al bebé a tener la sensación de que él ha “creado” lo que se
le ha dado. Consecuentemente, el bebé se siente como un dios omnipotente.
Winnicott cree que este sentimiento es crucial, en las primeras etapas de la vida,
porque ayuda al bebé a aprender a confiar que en el mundo real él puede encontrar
lo que necesita. La paradoja es que este sentido de la confianza en el mundo viene
de la ilusión de que es Dios quien creó al mundo. Winnicott dice:

La adaptación de la madre a las necesidades del bebé, cuando es lo suficientemente


buena, da al bebé la ilusión de que existe una realidad externa que corresponde a la
capacidad del bebé para crear. En otras palabras, hay un solapamiento entre lo que
la madre provee y lo que el niño puede crear. Para el observador, el bebé percibe lo
que la madre le presenta, pero esta no es toda la verdad. El bebé percibe el pecho
solo si el pecho es creado allí mismo y en ese preciso momento. No hay intercambio
entre la madre y el bebé. Psicológicamente el bebé toma del pecho que es parte del
bebé, y la madre da leche a un bebé que es parte de sí misma.

233
[“Objetos de transición y fenómeno transcicional”,1951, p.239]

Winnicott da gran valor en la necesidad de la ilusión del bebé a través de la


experiencia de omnipotencia. Sin esta ilusión, no hay capacidad de confiar (ver
CREATIVIDAD: 2; ILUSIÓN; FENÓMENO TRANSCICIONAL: 3, 4).

La manera en que la madre ofrece su pecho, o cualquiera que sea que el bebé
requiera, Winnicott llama “presentación del objeto” (ver DEPENDENCIA: 6).

En 1949, en uno de los programas que dio Winnicott para la BBC, comparó el bebé
que es alimentado en un escenario institucional con el bebé que es alimentado por su
propia madre. Winnicott dice:

Cuando veo la delicadeza con que una madre que no está ansiosa maneja de la
misma situación siempre me sorprendo. Uno la ve allí, haciendo que el bebé esté
confortable, y arreglando un escenario en el cual pueda ocurrir la alimentación, si todo
va bien. Este escenario es parte de las relaciones humanas. Si la madre está
amamantando vemos como ella deja al bebé, incluso a uno muy pequeño, tener las
manos libres mientras expone su pecho y puede sentirse la textura de su piel, y su
calor, aún más, la distancia de su pecho al bebé puede medirse, porque el bebé tiene
sólo un poquito de mundo en el que puede colocar objetos, ese poquito que puede
alcanzarse con la boca, las manos, y los ojos. La madre permite que la cara del bebé
toque su pecho. Al principio los bebés no saben que el pecho es parte de la madre.
Al principio, si el pecho toca su cara los bebés no saben si esa linda sensación viene
del pecho o de su cara. De hecho los bebés juegan con sus mejillas, y se las rascan,
tal cual como hacen con el pecho, y hay suficiente razón del porqué de que las madres
permiten todo el contacto que el bebé quiere. No hay duda que las sensaciones de
un bebé respecto de esto son muy agudas, y si son agudas podemos estar seguro de
que son importantes.

[“Primer plano de la madre amamantando al bebé”,1949, p.46]

Aquí hay un bebé quien aún no ha comprendido el Yo y el No-Yo. Él está en lo que


Winnicott describirá como un “estado no integrado”, Es una ilustración de la fusión
entre madres y bebés, en términos de mutualidad. Esto es lo que Winnicott significa
con el Yo y el elemento femenino, de ambos madre y bebé por separado y en su
conjunto (ver CREATIVIDAD: 2, 3, 8; COMUNICACIÓN: 2).

234
El bebé, ante todo, necesita todas estas experiencias bastante tranquilas que estoy
describiendo, y necesita sentirse abrazado con amor, es decir, de una manera viva,
pero sin alboroto, ansiedad y/o tensión. Este es el escenario. Tarde o temprano habrá
algún tipo de contacto entre el pezón de la madre y la boca del bebé. No importa lo
que suceda exactamente. La madre está ahí en la situación y es parte de esta, y a
ella particularmente le gusta la intimidad de la relación. Ella viene sin nociones
preconcebidas sobre cómo debe comportarse el bebé.

[“Primer plano de la madre”, p.46]

Y luego viene la emoción, el alejamiento y la “construcción de una imaginación” que


Winnicott describe como:

¡Este contacto del pezón con la boca del bebé le da al bebé la siguiente idea!: “quizás
hay algo fuera de la boca que vale la pena buscar”. La saliva comienza a fluir; de
hecho, puede fluir tanta saliva que el bebé puede disfrutar tragándola, y por un tiempo
casi no necesita leche. Gradualmente la madre permite al bebé construir en la
imaginación lo mismo que tiene que ofrecer, y el bebé comienza a tocar el pezón y a
llegar a la base del mismo con sus encías y llega a morderlo, y tal vez a succionar.

Y luego hay una pausa. Las encías sueltan el pezón y el bebé se aleja de la escena
de acción. La idea del pecho se desvanece.

¿Ves lo importante que es el último instante? El bebé tubo una idea, y el pecho con
el pezón aparecieron, se estableció un contacto. Entonces el bebé terminó con la idea
y se volvió lejos, y el pezón desapareció. Esta es una de las formas más importantes
en las que la experiencia del bebé que estamos describiendo difiere de la que
colocamos en la ajetreada institución. ¿Cómo maneja la madre que el bebé se aleje
de ella? El bebé no tiene nada siendo empujado en su boca para que los movimientos
de succión se re inicien. La madre entiende lo que siente el bebé, porque está viva y
tiene imaginación. Ella espera, en el curso de unos minutos, o menos, el bebé vuelve
una vez más hacia donde ella está todo el tiempo dispuesta a colocar el pezón, y así
se hace un nuevo contacto, justo en el momento preciso. Estas condiciones se repiten
una y otra vez, y el bebé toma, no de una cosa que contiene leche, sino de una
posesión personal prestada por el momento a una persona que sabe qué hacer con
él.

235
El hecho de que la madre sea capaz de hacer una adaptación tan delicada demuestra
que ella es un ser humano y el bebé no tarda mucho en apreciar este hecho.

[“Primer plano de la madre”,1949, p.47]

A medida que estas experiencias se repiten, el bebé finalmente llega al “extremo de


la omnipotencia”. Esto sólo se puede lograr si la madre tiene la habilidad de brindar
al bebé la oportunidad, en primer lugar, de sentirse omnipotente, lo que en estado de
salud, debe conducir al bebé a saber lo que es el mundo real, y que él no es tan
poderoso.

…de estas comunicaciones silenciosas podemos pasar a las formas en las que la
madre hace realidad lo que el bebé está listo para buscar, para que le dé al bebé la
idea de qué es lo que el bebé está listo para experimentar. El bebé dice (por supuesto
sin palabras) lo siguiente: “simplemente tengo ganas…” y justo llega la madre, da
vuelta al bebé o lo viene a alimentar y el bebé puede entonces terminar la oración:
“…me dan vuelta, me dan un pecho, un pezón, leche, etc. etc.” Tenemos que decir
que el bebé creó el pecho, pero no pudo haberlo hecho ¿No había venido la madre
con el pecho en el momento justo? La comunicación para el bebé es: “ven al mundo
creativamente, crea el mundo; es solo lo que tu creas que tiene significado para ti”.
Luego viene: “el mundo está bajo tu control”. De esta experiencia inicial de
omnipotencia, el bebé es capaz de comenzar a experimentar frustración e incluso
llegar un día en el otro extremo de la omnipotencia, es decir, teniendo la sensación
de ser una mera peca en un universo que estaba allí antes de que el bebé fuera
concebido, y concebido por dos padres que disfrutan uno del otro. ¿No es por ser
Dios que los seres humanos llegan a la humildad propia de la individualidad humana?

[“Comunicación entre la madre y el bebé, y el bebé y la


madre, comparados y contrastados” 1968, pp.100-101]

9 El disfrute confiable de la madre

La presentación de objetos de la madre depende de su consistencia y fiabilidad. En


su artículo fundamental, “desarrollo emocional primitivo” (1945), Winnicott crea una
de sus famosas paradojas: “Sólo sobre la base de la monotonía puede una madre
agregar riqueza de manera rentable”. Esta repetición de confiabilidad lo que crea el

236
ambiente. Sin embargo, “monótono” aquí no implica embotamiento. El placer de la
madre por su bebé es un aspecto crucial de su capacidad para sostenerlo.

… ¡Diviértete! Disfruta que te consideren importante. Disfrutar dejar que otras


personas se ocupen del mundo mientras usted produce uno nuevo de sus miembros.
Disfruta entregarte y casi enamorarte con ti mismo, el bebé es casi parte de ti. Disfruta
la forma en que tu pareja se siente responsable de su bienestar y del de tu bebé.
Disfruta descubriendo cosas nuevas acerca de ti mismo. Disfruta teniendo más
derechos. Disfruta tener más derecho que nunca de hacer lo que te hace sentir bien.
Disfruta de que te moleste cuando el bebé llora y sus gritos impiden la aceptación de
la leche con la que anhelas ser generosa. Disfruta todo tipo se sentimientos
femeninos que ni siquiera puedes comenzar a explicar a un hombre. Particularmente,
sé que disfrutará las señales que poco a poco aparecen de que el bebé es una
persona, y que usted es reconocida como una persona por el bebé.

Disfruta de todo esto por tu propio bien, pero el placer que puedes extraer de este
complicado negocio de cuidar de un bebé, sucede que es de vital importancia desde
el punto de vista del bebé. El bebé no quiere le den la alimentación correcta en el
momento justo, sino ser alimentado por una persona que ama amamantar a su bebé.
El bebé da por sentado todas las cosas como la suavidad de la ropa y tener el agua
para el baño a la temperatura adecuada. Lo que no se puede dar por sentado es el
placer de la madre que acompaña a la ropa y al baño de su propio bebé. El estar allí
disfrutando de todo, es como cuando sale el sol, para el bebé. El placer de la madre
tiene que estar allí o de lo contrario todo el procedimiento está muerto, es inútil y
mecánico.

[“El bebé como una preocupación constante” 1949, pp.26-27]

El disfrute de la madre también está vinculado a su capacidad de disfrutar la vida en


sus propias interacciones sociales lejos del bebé, y gradualmente, a medida que su
principal preocupación maternal primaria se desvanece, seguirá como antes, hasta
cierto punto. Esto también es muy importante para el bebé, siempre y cuando las
separaciones de la madre ya no puedan ser afrontadas. Este afrontamiento variará
de un bebé a otro, pero la separación de la madre se produce a través de la
consciencia del niño de su necesidad personal (ver PREOCUPACIÓN: 8;
DEPENDENCIA: 6, 7).

237
La recompensa en esta etapa de dependencia relativa es que el bebé comienza a ser
consciente de alguna manera, de la dependencia. Cuando la madre no está por un
momento más allá del lapso de tiempo de su capacidad de creer en su supervivencia,
aparece la ansiedad, y esta es la primera señal que conoce el bebé. Antes de esto, si
la madre está ausente el bebé simplemente no se beneficia de su capacidad especial
de protegerlo de los impactos y los desarrollos esenciales en la estructura del ego,
fallan de establecerse correctamente.

La siguiente etapa más allá de aquella en la que el bebé de alguna manera, siente la
necesidad de la madre, es una en la que el bebé comienza a saber en su mente que
la madre en necesaria.

Gradualmente, la necesidad de la madre real (en estado de salud) se vuelve feroz y


verdaderamente terrible, de modo que las madres realmente odian dejar a sus hijos,
y sacrifican mucho lugar de causar angustia y de hecho producir odio y desilusión
durante esta fase de esencial ansiedad. Se podría decir que esta frase dura
(aproximadamente) de seis meses a dos años.

[“De la dependencia a la independencia en el desarrollo


del individuo” 1963, p.88]

Winnicott hace hincapié en que el mejor entorno de espera es uno en el cuál una
persona, preferiblemente la madre biológica, es responsable del bebé, hasta la edad
de aproximadamente 2 años. En este momento, el niño está preparado para afrontarla
pérdida y diferentes entornos de cuidado. Sin embargo, el niño tiene dificultades para
darse cuenta qué es real y qué no es real. El papel de la madre es adaptarse a esta
lucha presentando el mundo en “pequeñas dosis”, mientras en todo momento aprecia
en el juego los intensos momentos del niño en crecimiento (ver JUGAR: 3).

Para el niño pequeño, e incluso más para el infante, la visa es solo una serie de
experiencias terriblemente intensas. Has notado lo que sucede lo que ocurre cuando
interrumpimos el juego, de hecho te gusta dar alguna advertencia, de modo que, si
es posible, el niño pueda poner fin al juego, y así tolerar la interferencia. Un juguete
que le dio tu tío a tu pequeño pertenece en parte al mundo real, y sin embargo, si se
da de manera correcta y en el momento adecuado y la persona adecuada, tiene un
significado para el niño que deberíamos poder comprender y permitir.

238
[“El mundo en pequeñas dosis” 1949, p.70]

La diferencia entre una realidad exterior compartida y una realidad interior personal
es parte de lo que el niño pequeño está resolviendo. Lo que los adultos permiten es
el jugar involucrado en compartir ambos mundos, el real y el imaginado.

El mundo que compartimos con el niño es también el propio mundo imaginario del
niño, y así el niño puede experimentarlo intensamente. La razón de esto es que no
insistimos, cuando estamos tratando con un niño de esa edad, con una percepción
exacta del mundo exterior. Los pies de un niño no necesitan estar todo el tiempo
firmemente plantados en la tierra. Si una niña quiere volar, no le decimos simplemente
“los niños no vuelan”. En lugar de eso, la levantamos por encima de nuestras cabezas
y la ponemos sobre un armario, de modo que siente que ha volado como un pájaro a
su nido.

Muy pronto el niño descubrirá que no se puede volar por arte de magia.
Probablemente en sueños mágicos flotar a través del aire puede retenerse hasta
cierto punto, o en cualquier caso habrá un sueño en el que se dan pasos bastante
largos. Alguna historia de hadas como la de “Las botas de las siete leguas”, o “La
alfombra mágica” será las contribuciones de los adultos a este tema. A los diez años
aproximadamente el niño estará practicando el salto en largo y el salto en alto,
tratando de saltar más alto y más lejos que otros, Eso será todo lo que quede, excepto
los sueños, de las tremendas sensaciones agudas asociadas con la idea de volar que
vino naturalmente a la edad de tres años.

El punto es que no reprimimos la realidad en los niños pequeños, y esperamos que


no tengamos que reprimirlo incluso cuando el niño tiene cinco o seis años, porque, si
todo va bien, a esa edad el niño habrá comenzado a tener un interés científico en esto
que los adultos llaman el mundo real. Este mundo real tiene mucho que ofrecer,
siempre que su aceptación no significa una pérdida de la realidad de la imaginación
personal o el mundo interior.

Para el niño pequeño es legítimo que el mundo interior sea tanto por fuera como por
dentro, y por lo tanto entramos en el mundo imaginario del niño cuando jugamos con
los juguetes del niño y participamos de otras formas en las experiencias imaginativas
del niño.

239
[“El mundo en pequeñas dosis” 1949, pp.7-71]

Aunque de lo anterior queda claro que Winnicott se refiere a la capacidad del adulto
para interactuar con el niño en juegos imaginarios, es igualmente importante, llegado
el momento, que el adulto sea muy claro sobre lo que es y no es real. Winnicott dice:

Aquí hay un niño de tres años. Es feliz, juega todo el día solo con otros niños, y puede
sentarse a la mesa y comer como los adultos. Durante el día se está volviendo
bastante bueno para saber la diferencia entre lo que llamamos cosas reales de lo que
llamamos imaginación del niño ¿Cómo es él durante la noche? El niño duerme y sin
duda sueña. A veces se despierta con un grito desgarrador. La madre salta de la
cama y entra en su cuarto y prende la luz, toma al niño en sus brazos. ¿Está contento?
De lo contrario; grita “¡Vete bruja! Quiero a mi mamá”. Si mundo soñado se ha
extendido a lo que llamamos el mundo real, y durante unos veinte minutos la madre
espera, incapaz de hacer cualquier cosa, porque para la niña ella es una bruja. De
repente él le rodea el cuello con los brazos y se aferra a ella como si acabara de
aparecer, y antes de que pueda contarle sobre el palo de escoba él se queda dormido,
entonces su madre puede dejarlo en su cuna y regresar a su propia cama.

[“El mundo en pequeñas dosis” 1949, pp.7-71]

La madre es capaz de esperar y comprender intuitivamente que el niño está entre


medio de una vida despierto y una vida de sueños.

De todas formas tu claro conocimiento de lo que es real y lo que no es real ayuda al


niño, porque el niño está solo gradualmente llegando a comprender que el mundo no
es como se lo imagina, y que la imaginación no es exactamente como el mundo. Se
necesitan mutuamente, Tú sabes cuál es ese primer objeto que el bebé ama, un
pedazo de acolchado o un juguete blando, para el bebé es casi parte del yo, y si se
le quita o se la lava el resultado es desastroso. A medida que el bebé comienza a
poder tirar estas y otras cosas (esperando que se las levanten y se las den
nuevamente) sabes que está llegando el momento en que tu bebé comenzará a
permitir que te vayas y regreses.

[“El mundo en pequeñas dosis” p.73]

240
10 El rol de espejo de la madre

En 1967, Winnicott elaboró sus pensamientos sobre las funciones de la madre en su


artículo, “El rol de espejo de la madre y la familia en el desarrollo del niño”. Su tesis
principal es que para mirar creativamente y ver al mundo, el individuo debe primero
que todo haber internalizado la experiencia de haber sido mirado. La experiencia
ocurre naturalmente en las primeras semanas de la relación madre-hijo, y el
“precursor del espejo es el rostro de la madre”.

En esta teoría Winnicott enfatiza que el niño depende de las respuestas faciales de
su madre cuando la mira a la cara y, si ella está en un estado de preocupación
maternal primaria, esto le ayudará a él a establecer u auténtico sentido de Yo.

¿Qué es lo que ve el bebé cuando él o ella miran a la cara de su madre? Sugiero que,
ordinariamente, lo que el bebé ve es, a sí mismo o a sí misma. En otras palabras, la
madre está mirando al bebé y cómo ella se ve está relacionado con lo que ella está
viendo allí. Todo esto se da fácilmente por sentado. Estoy preguntando que esto que
es naturalmente bien hecho por madres que cuidan de sus bebés, no debe darse por
sentado. Puedo decir lo que quiero significar yendo directamente al caso del bebé
cuya madre refleja el mismo humor, o aún peor, la rigidez de sus propias defensas.
En tal caso ¿Qué es lo que ve el bebé? En primera instancia su propia capacidad
creativa comienza a atrofiarse, y de un modo u otro, miran alrededor buscando otra
manera de obtener algo de ellos desde el entorno…El rostro de su madre no es allí
un espejo. Entonces, la percepción toma el lugar de la apercepción, la percepción
toma el lugar de aquello que debe haber sido el comienzo de un intercambio
significativo con el mundo, un proceso de dos vías en el cual el enriquecimiento
personal se alterna con el descubrimiento de significado en el mundo de las cosas
vistas.

[“El rol de espejo de la madre”, 1967, pp.112-113]

“La apercepción”, el término que Winnicott dio a la experiencia subjetiva del bebé de
fusionarse con su madre, implica entonces relacionarse con objetos subjetivos (ver
YO: 3). Consecuentemente, apercepción significa verse a sí mismo siendo visto por
nuestra madre. “Percepción” deriva de apercepción y se refiere a la habilidad de ver
objetos en su totalidad, lo que es la habilidad de diferenciar entre Yo y No-Yo. Si la

241
percepción debe ocurrir de forma prematura por la inhabilidad de la madre de
responder al rostro de su bebé, el bebé encuentra caminos alternativos, pero con un
gran costo para su sentido del Yo. Este tipo de falla de parte de la madre resulta en
un desarrollo prematuro del ego del bebé.

Algunos bebés tentados por este tipo de falla maternal relativa, estudian las variantes
del rostro de su madre como un intento de predecir el estado de ánimo de la madre.
Exactamente como todos estudiamos el clima.

El bebé aprende rápidamente a hacer un pronóstico: “Solo ahora es seguro olvidar el


estado de ánimo de la madre y ser espontáneo, pero en cualquier momento el rostro
de la madre se volverá fijo o su estado de ánimo dominará, y mis propias necesidades
personales deberán ser retiradas, de lo contrario mi yo central puede sufrir” …Si la
cara de la madre ni responde, entonces un espejo es algo para mirar pero no para
mirarse.

[“El rol de espejo de la madre”, p. 113]

Winnicott ve la siguiente secuencia en el camino de la apercepción a la percepción:

Cuando miro, soy visto, luego existo.


Ahora puedo permitirme mirar y ver.
Ahora miro creativamente y lo que apercibo también percibo.
De hecho, me cuido de no ver lo que no se ve (a menos que esté cansado).

[“El rol de espejo de la madre”, 1967, p. 114]

El bebé que “ahora puede permitirse mirar y ver” tiene la suerte de tener una madre
que también pueda “darse el lujo de mirar y ver” y empezar el proceso de conocer a
su bebé. El gesto espontáneo del bebé (que Winnicott define como el verdadero yo
en acción), si responde de una manera positiva, anima al bebé a desarrollar su sentido
de sí mismo (ver SELF: 9). Winnicott transpone esta interacción en el marco analítico:

El atisbo de cómo el bebé y el niño se ven a sí mismos en la cara de la madre, y luego


en un espejo, da una forma de mirar el análisis y a la tarea psicoterapéutica. La

242
psicoterapia no hace interpretaciones inteligentes y adecuadas; en general es,
considerando todo, un largo plazo que le devuelve al paciente lo que el paciente trae.
Es un derivado complejo del rostro que refleja lo que está allí para ser visto. Me gusta
pensar en mi trabajo de esta manera, y pensar que si hago esto lo suficientemente
bien, el paciente encontrará, su propio yo, y será capaz de existir y sentirse real.
Sentirse real es más que existir, es encontrar una manera de existir como uno mismo
y relacionarse con los objetos como uno mismo, y tener un yo en el cual poder
retirarse para relajarse.
[“El rol de espejo de la madre” p. 117]
Winnicott enfatiza que este negocio de la duplicación es más fácil de decir
que de hacer, pero el “ser visto” es lo crucial.
Pero no me gustaría dar la impresión de que creo que esta tarea de reflejar lo que
aporta el paciente es fácil. No es fácil, y es emocionantemente agotador. Pero
obtenemos nuestras recompensas. Incluso cuando nuestros pacientes no se curan,
están agradecidos con nosotros porque los veamos cómo son, y esto no da una
satisfacción de un tipo profundo.
[“El rol de espejo de la madre”, pp. 117-118]

11 El valor del proceso de desilusión

Cuando la madre comienza a recuperar su sentido de sí misma y a emerger del estado


de preocupación maternal primaria, ella se “des adapta” y “falla” (ver DEPENDENCIA:
5). Esto contribuye a la desilusión del bebé que debe tener lugar par que ocurra un
desarrollo saludable.

A lo largo del trabajo de Winnicott, se pone mucho énfasis en la importancia de la


relación temprana madre-hijo en términos de ilusión. Debido a esto, el valor que le da
al proceso de desilusión a veces se pierde. Sin embargo, a menudo se refiere a la
necesidad muy real del niño de estar desilusionado y sentir la sensación de decepción
(ver DEPRESIÓN: 3).

243
El bebé solo puede pasar por el proceso de desilusión cuando ha tenido suficiente
experiencia de la ilusión de que fue él quien creó al mundo. Se desilusiona, por así
decirlo, cuando comienza a despertar, desde esta ilusión de omnipotencia, hasta la
comprensión de que, en realidad, no lo es. Si la ilusión termina demasiado rápido, es
decir, antes de que el bebé esté listo para reconocer este hecho, es probable que ya
esté traumatizado.
En 1939, en un breve artículo titulado “Desilusión temprana”, Winnicott presentó a un
paciente suyo que se había desilusionado demasiado pronto cuando era bebé,
mostrando que la desilusión temprana es traumática (ver ILUSIÓN: 1, 2).
Sin embargo, parte de la función de una madre sana es “traumatizar” gradualmente.
Winnicott dice:
Por lo tanto, hay un aspecto normal del trauma. La madre está siempre
“traumatizando” dentro de un marco de adaptación. De este modo el bebé pasa de la
dependencia absoluta a la dependencia relativa. Pero el resultado no es como en el
trauma, debido a la habilidad de la madre de sentir la capacidad del bebé, momento
a momento, para emplear nuevos mecanismos mentales. El sentido del No-Yo para
el bebé, depende del hecho de cómo opera la madre en este campo de cuidado
materno. Los padres actuando juntos, y luego el funcionamiento de la unidad familiar,
continua este proceso de desilusión del niño.
[“El concepto de trauma en relación al
desarrollo del individuo dentro de la familia”, 1965, p. 146]
Otra forma de expresar esto sería, en el lenguaje de Winnicott, que la madre falle y
luego repare sus fallas, que paradójicamente enseña al bebé y al niño en crecimiento
el significado de su confiabilidad. Winnicott escribe:
El bebé no sabe nada de la comunicación excepto de los efectos de la falla de
confiabilidad. Aquí es donde entra la diferencia entre la perfección mecánica y la del
amor humano. Los seres humanos fallan una y otra vez, y en el curso del cuidado
ordinario, una madre está todo el tiempo reparando sus fallas. Estos fracasos
relativos con remedio inmediato, sin duda se suman eventualmente a una
comunicación, de modo que el bebé llega a conocer el éxito. Una adaptación exitosa
confiere así una sensación de seguridad, una sensación de haber sido amado. Como
analistas, sabemos sobre esto porque todo el tiempo estamos fallando, y esperamos,
y nos enojamos. Si sobrevivimos nos acostumbramos. Son los innumerables fracasos
seguidos por el tipo de cuidado que repara, que construye una comunicación de amor,
244
del hecho de que hay un ser humano a quien le importamos. Donde el fracaso no se
repara dentro del tiempo requerido, sean segundos, minutos, horas, luego entonces
usamos el término privación. Un niño que ha sido privado es aquel que, después de
saber acerca de los fracasos reparados, llega a experimentar el fracaso sin reparar.
Es entonces que el trabajo de la vida del niño para provocar condiciones en las que
las fallas se reparan una vez más, que da un patrón a la vida.
[“comunicación entre el bebé y su madre”, 1968, p. 98]
Las fallas reparadas son, por supuesto, distintas de lo que Winnicott llama “fallas
graves”, que conducen a agonías primitivas y ansiedades impensables.

12 La madre que no es lo suficientemente buena


Las madres que no pueden proporcionar el entorno que el bebé necesita para su
desarrollo normal, pueden dividirse en tres grupos:
 la madre psicótica;
 la madre que no puede rendirse a la preocupación maternal primaria;
 la madre tentadora.

La madre psicótica bien puede, al principio, hacer frente a las pequeñas demandas
del bebé, pero no es capaz de separase del mismo al tiempo que el bebé necesita
crecer separado de su preocupación (ver MEDIO AMBIENTE: 3).
La madre que no se encuentra naturalmente en un estado de preocupación
maternal primaria, tal vez porque está demasiado deprimida o preocupada por otra
cosa, puede tener más tarde que ser terapeuta de su hijo, quien probablemente
busque una compensación por la pérdida anterior.
La madre tentadora tiene, para Winnicott, el peor efecto sobre la salud mental de
su bebé, como la naturaleza errática del medio ambiente viola la esencia misma
del sentido del Yo (ver COMUNICACIÓN: 10, PSIQUE – SOMA: 3).
Winnicott traspone continuamente las técnicas de una maternidad suficientemente
buena al entorno analítico, de modo que el uso positivo puede hacerse a partir del
paradigma madre-familia-niño suficientemente bueno. Para el paciente con muy
poca experiencia lo suficientemente buena en su pasado, Winnicott dice:
…el analista tiene que ser el primero en la vida del paciente en suministrar
ciertos elementos ambientales esenciales. En el tratamiento de un paciente de

245
este último tipo, todo tipo de cosas en la técnica analítica se vuelven de vital
importancia…
[“El odio en la contratransferencia”, 1947, p. 198]

EL JUGAR

1 La evolución de la teoría del jugar


2 La calidad del juego como significante
3 Agresión
4 Ansiedad
5 Experiencia personal y amistad
6 El jugar y el inconsciente
7 El jugar en relación con una secuencia de desarrollo
8 El jugar y la psicoterapia

La capacidad para jugar es un logro en la teoría de Winnicott del desarrollo emocional.


Al jugar, el bebé/niño/adulto une el mundo interior con el mundo exterior, dentro y a
través del espacio de transición. La calidad del juego en la tercera área, fenómeno
transicional, es sinónimo de vida creativa y constituye la matriz de la auto experiencia
a lo largo de la vida. Transpuesto a la relación analítica, el jugar es el logro absoluto
del psicoanálisis, porque sólo a través del juego se puede descubrir y fortalecer el yo.
246
1 La evolución de la teoría del jugar

La estrecha observación de Winnicott de bebés y niños significó que era muy


consciente del papel del juego en las relaciones humanas. Se dio cuenta por primera
vez del significado y la función de tocar en la década de 1930, y en la última década
de su vida destacó el valor del juego, particularmente en relación con el psicoanálisis
y la búsqueda y el descubrimiento de uno mismo.

En su artículo de 1967, “El jugar: su estatuto teórico” (que fue reimpreso en 1972
como “El jugar: una afirmación teórica”), escrito en os dos últimos de su vida, el propio
Winnicott reflexiona sobre sus pensamientos en evolución sobre el jugar:
Cuando vuelvo a mirar los artículos que marcaron el desarrollo de mi propio
pensamiento y entendimiento, puedo ver que mi presente interés en el jugar en una
relación de confianza que puede desarrollarse entre el bebé y la madre, y la madre
fue siempre una característica de mi técnica de consulta, como lo muestra el siguiente
ejemplo de mi primer libro. Y además, diez años después, iba a elaborarlo en mi
artículo “La observación de los bebés en una situación establecida”

[“El jugar: una afirmación teórica”, 1967, p. 48]

Como reconoce, la teoría del juego en la obra de Winnicott comienza como “una
característica de su técnica de consulta”, inicialmente, el juego de la espátula, que
funciona como herramienta de diagnóstico (ver EL JUEGO DE LA ESPÁTIULA). Más
tarde, Winnicott inventó el juego de los garabatos para niños mayores, otro elemento
de diagnóstico para sus consultas terapéuticas (ver El JUEGO DE LOS GARABATOS
).
La evolución desde los juegos de la espátula y de los garabatos contribuyó a la
comprensión de Winnicott de la naturaleza crucial del objeto de transición del niño en
desarrollo, como puede verse en su artículo de 1951, “Objetos de transición y
fenómenos transicionales” (ver FENÓMENOS TRANSICIONALES: 4). En la década
de 1960, la principal preocupación de Winnicott se había convertido en el papel y la

247
función de jugar en términos de la vida creativa y el descubrimiento (ver
CREATIVIDAD. 6; SER: 11).

2 La calidad del juego como significante

Winnicott evaluó la calidad del juego como significado del desarrollo y el sentido del
Yo. En su artículo de 1936 “Apetito y desorden emocional”, se postula una escala de
juego como sigue a continuación:
En clasificación de una seria de casos se puede utilizar una escala: en el extremo
normal de la escala hay juego, que es una dramatización simple y agradable de la
vida del mundo interior, en el extremo anormal de la escala hay un juego que contiene
una negación del mundo interior, siendo el juego en este caso siempre compulsivo,
excitado, impulsado por la ansiedad y más como explotador de los sentidos que un
juego feliz.

[“Apetito y desorden emocional”, 1936, p. 47]

Diez años después, en un documento escrito para padres: “¿A qué nos referimos al
hablar de un niño normal? (1946), Winnicott advierte que lo que puede aparecer como
un comportamiento anormal puede, de hecho, ser normal en algunos niños en
determinados momentos. El disfrute del jugar es el sello distintivo de buena salud de
un niño en crecimiento.

En lugar de seguir intentando de explicar por qué” la vida es normalmente difícil voy
a concluir con una indirecta amistosa. Hay mucho que se guarda en la capacidad de
un niño para jugar. Si un niño está jugando hay lugar para uno o dos síntomas, y si
un niño es capaz de disfrutar el jugar, tanto solo como con otros niños, es que no hay
serios problemas. Si en este jugar se usa una imaginación rica, y si también, puede
sentirse placer en juegos que dependen de una percepción exacta o una realidad
externa, luego se puede estar bastante feliz, aunque el niño en cuestión moje la cama,
si tartamudea, si está teniendo ataques temperamentales, o sufra repetidos ataques
de furia o depresión. El jugar muestra que este niño es capaz, dado un entorno
razonablemente bueno y estable, de desarrollar un estilo de vida personal, y de
248
eventualmente convertirse en un ser humano completo, querido como tal, y
bienvenido por el mundo entero.
[“¿A que nos referimos?”, 1946, p.130]

El “empleo de una rica imaginación mientras se juega” significa que el niño está
utilizando la tercera área, que es símbolo de salud.
Winnicott, más preocupado con el jugar en el niño y el adulto que con el contenido del
jugar, enfatiza el modo en que el individuo usa el jugar para procesar experiencias
personales, y al mismo tiempo, para comunicarse.
Para él, el lenguaje es simplemente una amplificación y una extensión del juego y la
comunicación, y la capacidad de jugar es tan relevante para el adulto como lo es para
un niño (ver COMUNICACIÓN: 1).
El terapeuta busca la comunicación del niño y sabe que el niño habitualmente no
posee el dominio del lenguaje para poder transmitir las infinitas sutilezas que pueden
ser encontradas en el juego para aquellos que las buscan…
Cualquier cosa que diga sobre el jugar de los niños también aplica a los adultos, solo
que eso es más difícil de explicar cuando el material del paciente aparece
mayormente en modo de comunicación verbal. Sugiero que debemos esperar
encontrar el jugar como algo tan evidente en los adultos, como es el caso con nuestros
pacientes niños. Se manifiesta, de hecho, en la elección de palabras, en las
inflexiones de la voz, y por supuesto, en el sentido del humor.
[“El jugar; una afirmación teórica” 1967, pp.39-40]

En un corto artículo escrito para padres en 1942, “Por qué los niños juegan”, Winnicott
destaca algunas funciones del jugar para el niño, En este artículo corto y simple,
Winnicott cubre todas las preocupaciones claves que seguirá desarrollando hasta
1970: agresión, ansiedad, experiencia personal, amistad, e integración.

3 Agresión

En 1942, el precursor del tema de Winnicott, la supervivencia del objeto, de su artículo


de 1968, “El uso de un objeto y relacionarse mediante identificaciones”, ya es
aparente. El jugar involucra la actuación de sentimientos agresivos en relación al

249
entorno, un entorno que debe “tolerar”. Es esta palabra, “tolerar”, que para 1968, se
convierte en “sobrevivir” (ver AGRESIÓN: 10).

Se dice comúnmente que los niños “se deshacen del odio y la agresión” en el juego,
como si la agresión fuera una mala sustancia que puede ser desechada. Esto es
parcialmente verdad, porque el resentimiento y los resultados de una experiencia de
enojo, pueden sentirse para el niño como tener algo malo dentro de sí mismo. Pero
es más importante expresar que esto mismo, diciendo que el los valores del niño al
encontrar ese odio o impulsos agresivos pueden ser expresados en un entorno
conocido, sin que vuelva ese odio o impulsos agresivos del entorno hacia el niño. El
niño sentirá que un buen entorno debería ser capaz de tolerar sentimientos agresivos
si son expresados de forma más o menos aceptable. Debe aceptarse que la agresión
está allí, inherente al niño, y el niño se siente deshonesto si esto se esconde o se
niega.
[“¿Por qué juegan los niños?”, 1942, p.143]

Y en el artículo de 1967, “El jugar: una afirmación teórica”, Winnicott vuelve a una
serie de consultas con una madre y su bebé sobre lo que había escrito en su primer
libro, en 1931. No deja absolutamente claro qué punto desea ilustrar mirando hacia
atrás en este caso, pero la implicación es que tomar al bebé sobre su rodilla y
permitirle que el mordiera los nudillos, “tan severamente que casi se le rasgó la piel”,
la llevó a ser capaz de empezar a jugar. El punto de inflexión parece ser el momento
en el que el bebé pudo morder el nudillo de Winnicott “sin mostrar sentimientos de
culpa”, que ilustra (a) la necesidad del bebé de expresar su agresión y permitir que
su “yo despiadado” reine libremente, y (b) la supervivencia de Winnicott de su
agresión primaria.
En una consulta tuve al niño de rodillas observándola. Ella hizo un intento furtivo de
morderme el nudillo tres veces tan fuerte que casi me rasgó la piel. Luego jugó a tirar
espátulas en el suelo incesantemente durante quince minutos. Todo el tiempo lloraba
como si estuviera realmente triste. Dos días después la tuve en mi rodilla durante
media hora. Había tenido cuatro convulsiones en los últimos dos días. Al principio
lloró como de costumbre, De nuevo me mordió el nudillo con mucha fuerza, esta vez
sin mostrar sentimientos de culpa, y luego jugó a morder y a tirar espátulas; mientras
estaba de rodillas logró disfrutar del juego. Después de un rato, empezó a tocar los
250
dedos de los pies por lo que le quité los zapatos y los calcetines. El resultado de esto
fue un período de experimentación que absorbió todo su interés. Parecía como si
estuviera descubriendo y probando una y otra vez, para su gran satisfacción, que
mientras las espátulas pueden llevarse a la boca, tirarse y perderse, los dedos de los
pies no pueden ser arrancados.
[“El jugar; una afirmación teórica” 1967, p. 49]

La capacidad de este bebé para jugar, mientras está en el regazo de Winnicott,


contiene el aspecto del autodescubrimiento en relación con el mundo externo que es
el trabajo del Yo y No-Yo.

4 Ansiedad

El dominio de la ansiedad es otra característica del jugar:


La ansiedad es siempre un factor en el juego del niño y, a menudo, es un factor
principal. La amenaza de exceso de ansiedad conduce a un juego compulsivo o al
juego repetitivo, o a una búsqueda exagerada de los placeres que pertenecen al jugar;
y si la ansiedad es demasiado grande, el jugar se descompone en pura explotación
de la gratificación sensual.
…en la medida en que los niños juegan por placer, se les puede pedir renunciar a
ello, mientras que, en la medida en que el juego se ocupa de la ansiedad, no podemos
evitar que los niños lo hagan sin causar angustia, ansiedad o nuevas defensas contra
la ansiedad (como la masturbación o el soñar despierto).
[“¿Por qué juegan los niños?”, 1942, p.144]
Aquí nuevamente, el entorno está implicado. Si el niño está jugando está al servicio
de lidiar con la ansiedad. entonces su interrupción debe realizarse con sensibilidad
por parte del adulto.
El tema del jugar en relación con la ansiedad no está realmente elaborado en el
trabajo de Winnicott, tal vez porque su enfoque está en el proceso del jugar sana y
creativamente.

9 Experiencia personal y amistad

251
El jugar incorpora un enriquecimiento de la experiencia de vivir, y Winnicott cree que
es solo jugando que el niño y el adulto son capaces de descubrirse a sí mismos.
El niño gana experiencia en el juego. El jugar es una gran parte de su vida. Las
experiencias, tanto externas como internas pueden ser ricas para el adulto, pero para
el niño las riquezas se encuentran principalmente en el juego y la fantasía. Así como
las personalidades de los adultos se desarrollan a través de su experiencia de vida,
las de los niños se desarrollan a través de su propio juego y de las invenciones lúdicas
de otros niños y adultos. Enriqueciéndose los niños aumentan gradualmente su
capacidad para ver la riqueza del mundo exteriormente real. El juego es la evidencia
continua de creatividad, que significa vitalidad.
[“¿Por qué juegan los niños?”, 1942, p.144]

La creatividad, la vitalidad y el sentido de sentirse real son los sellos distintivos del
individuo sano y, como conceptos, del trabajo de Winnicott.
Es solo jugando que pueden surgir amistades, y Winnicott señala que jugar con otros
es esencial para que una relación se convierta en una amistad. En el contexto de la
amistad, el otro puede ser diferente y separado.
Es principalmente a través del juego, en el que los niños se adaptan en roles
preconcebidos, que un niño comience a permitir que estos otros tengan una
experiencia independiente. Así como algunos adultos hacen amigos y enemigos
fácilmente en el trabajo, mientras otros pueden sentarse en una casa de huéspedes
durante años y no hacen más que preguntarse porqué nadie los quiere, también los
niños hacen amigos durante el juego, mientras que no hacen amigos fácilmente
aparte del juego. El juego proporciona una organización para el inicio de las relaciones
emocionales, y por tanto, permite desarrollar los contactos sociales.
[“¿Por qué juegan los niños?”, 1942, pp.144-145]

10 El jugar y el inconsciente

Winnicott veía el jugar como “la puerta hacia el inconsciente”:


El inconsciente reprimido debe mantenerse oculto, pero el resto del inconsciente es
algo que cada individuo quiere conocer y jugar con él, como los sueños, cumple la
función de autorrevelación.
252
[“¿Por qué juegan los niños?”, 1942, p.146]

En 1968, Winnicott agregó cuatro comentarios a este artículo de 1942 sobre el niño y
el adulto que juegan.

1. El jugar es esencialmente creativo


2. El jugar es siempre emocionante porque se trata de la existencia de un límite
precario entre lo subjetivo y lo que puede ser percibido objetivamente
3. El jugar tiene lugar en el espacio potencial entre el bebé y la figura materna.
Este espacio potencial pertenece al cambio que debe tenerse en cuenta
cuando el bebé fusionado con la madre siente que la madre se separa de él.
4. El jugar se desarrolla en este espacio potencial según la oportunidad que tiene
el bebé de experimentar la separación, siendo esto posible porque el estado
de estar fusionado con la madre es reemplazado por la adaptación de la madre
a las necesidades del bebé. Dicho de otro modo, la iniciación al jugar está
asociada con la experiencia de vida del bebé que ha llegado a confiar en la
figura materna.
[“¿Por qué juegan los niños?”, 1942, p.146]

11 El jugar en relación con una secuencia de desarrollo

En 1967, Winnicott ubica el juego en el contexto de las relaciones. La secuencia de


desarrollo de las relaciones cambia la naturaleza del juego.
Es posible describir una secuencia de relaciones relacionadas con el proceso del
desarrollo, mirar y ver a dónde pertenece el jugar.
A. El bebé y el objeto se fusionan entre sí. La visión del bebé del objeto es
subjetiva y la madre está orientada hacia la concreción de lo que el bebé está
listo para encontrar.
[“El jugar: una afirmación teórica”, 1967, p.47]

Esto se vincula con el momento de la dependencia absoluta, la preocupación maternal


primaria y el papel de la madre como presentadora de objetos (ver DEPENDENCIA:
2; MADRE: 8; PREOCUPACION MATERNAL PRIMARIA. 2).
253
B. El objeto es repudiado, reaceptado y percibido objetivamente. Este complejo
proceso depende en gran medida de que esté presente una madre o figura
materna dispuesta a participar y devolver lo que se le entrega.
Esto significa que la madre ( o parte de la madre) está en un “ir y venir” entre ser
aquello que el bebé tenía la capacidad de encontrar y (alternativamente) estar ella
misma esperando ser encontrada.

Si la madre puede desempeñar este papel durante un período de tiempo sin admitir
impedimentos (por así decirlo), entonces el bebé tiene alguna experiencia de control
mágico, es decir, una experiencia de eso que se llama “omnipotencia” en la
descripción del proceso intrapsíquico.
[“El jugar: una afirmación teórica”, 1967, p.47]

Todos los aspectos del pensamiento de Winnicott relacionados con el entorno


facilitador y el sostén son relevantes aquí, y se superponen con la capacidad de estar
solo y el escenario de la preocupación (ver SOLO: 1, YO: 3, PREOCUPACIÓN: 5;
ENTORNO: 1, SOSTEN: 3).
Esto lleva a que el bebé pueda confiar en su entorno y, en consecuencia, en las
personas que lo rodean.
En el estado de confianza que crece cuando una madre puede hacer bien esta cosa
difícil (no si ella no puede hacerlo), el bebé comienza a disfrutar de experiencias
basadas en un “matrimonio” de la omnipotencia de los procesos intrapsíquicos con el
control del bebé de lo actual. La confianza en la madre genera aquí un parque de
juegos, donde se origina la idea de la magia, ya que el bebé de alguna manera
experimenta la omnipotencia…Llamo a esto un parque de juego porque el juego
comienza aquí. El parque de juegos es un espacio potencial entre el bebé y la madre
o un espacio de unión entre madre y bebé.
[“El jugar: una afirmación teórica”, p.47]

En este punto, Winnicott introduce el componente de “precariedad” involucrado en el


juego.

Jugar es tremendamente emocionante. Es emocionante no principalmente por


involucrar a los instintos ¡esto es importante de entender! La cosa sobre el jugar es
siempre la precariedad de la interacción de la realidad psíquica personal y la

254
experiencia de control de objetos reales. Esta es la precariedad de la misma magia,
la magia surge en la intimidad, en una relación en la que se está sintiendo confianza.
Para ser confiable, la relación es necesariamente motivada por el amor de la madre,
o su amor-odio, o su relación-objeto, no por formaciones de reacción.

[“El jugar: una afirmación teórica”, p.47]

Esta magia está inspirada en la experiencia del bebé de la empatía de la madre a


través de su comunicación y reciprocidad, un sentido que “la madre conoce muy bien”
(ver COMUNICACIÓN: 2; MADRE: 3, 4).

C. La siguiente etapa es estar solo en presencia de alguien. El niño ahora está


jugando sobre la base del supuesto que la persona que ama y que por tanto
es de fiar, está disponible y sigue estando disponible cuando se recuerda
después de haber sido olvidado. Esta persona se siente que refleja lo que
ocurre en el jugar.

[“El jugar: una afirmación teórica”, 1967, pp.47-48]

La capacidad de estar solo se basa en la paradoja de la experiencia de estar solo en


presencia de otra persona, generalmente la madre (ver SOLO: 1, 2).

D. El niño ahora se está preparando para la siguiente etapa, que es permitir y


disfrutar de una superposición de dos áreas de juego. Primero seguramente,
es la madre quien juega con el bebé, pero ella es bastante cuidadosa al
integrarse al juego del niño. Tarde o temprano, sin embargo, introduce su
propio juego, y ella encuentra que los bebés varían según su capacidad para
que les guste o no la introducción de ideas que no son las suyas.

Así se allana el camino para jugar juntos en una relación

[“El jugar: una afirmación teórica”, p. 48]

12 El jugar y la psicoterapia
Para Winnicott, la psicoterapia implica que dos personas jueguen juntas, dos
personas capaces de utilizar el espacio potencial.

255
La psicoterapia tiene lugar en la superposición de dos áreas del jugar, la del
paciente y la del terapeuta. Psicoterapia tiene que ver con dos personas
jugando juntas. El corolario de esto es que donde no es posible jugar, entonces
el trabajo realizado por el terapeuta está dirigido a sacar al paciente de un
estado de no poder jugar en un estado de poder jugar.
[“El jugar: una afirmación teórica”, p. 38]

De esta manera Winnicott pode un nuevo énfasis en la relación terapéutica en


psicoanálisis, que altera radicalmente el escrito freudiano. Mientras que la
interpretación freudiana puso énfasis en que el analista sepa algo del inconsciente
del paciente, Winnicott considera que el jugar y la capacidad de jugar son más
importantes. De hecho, para él el psicoanálisis era una forma “altamente
especializada de jugar”:

…es el juego lo que es universal y pertenece a la salud, jugar facilita el crecimiento y


por tanto la salud: jugando en relaciones grupales, el jugar puede ser una forma de
comunicación en psicoterapia; y por último, el psicoanálisis ha sido desarrollado como
una forma de juego altamente especializada al servicio de la comunicación con uno
mismo y con los demás. Lo natural es jugar y el altamente sofisticado fenómeno del
siglo XX es el psicoanálisis. Debe ser de valor para el analista que se le recuerde
constantemente no sólo lo que se le debe a Freud sino también lo que le debemos a
esa cosa universal y natural llamada jugar.

[“El jugar: una afirmación teórica”, 1967, p. 41]

Winnicott le indica al terapeuta de niños que de espacio de juego es más importante


que la interpretación, precisamente porque permite la creatividad del niño en lugar de
la inteligencia del analista al hacer la interpretación.

Mi propósito aquí es simplemente recordarles que el juego de los niños tiene todo,
aunque el psicoterapeuta trabaja en el material, el contenido natural del juego.
Naturalmente en un contexto profesional con una hora fija se presenta una
constelación más precisa de lo que ocurriría en una experiencia sin un tiempo fijo
recostado en el piso de la propia casa; pero nos ayuda a comprender nuestro trabajo
si sabemos que la base de lo que hacemos es el juego del paciente, una experiencia
creativa ocupando el espacio y el tiempo, e intensamente real para el paciente.

256
Además, esta observación nos ayuda a comprender cómo es que la psicoterapia de
tipo profundo puede realizarse si trabajo interpretativo. Un buen ejemplo de esto es el
trabajo de Axline (1947) de Nueva York. Su trabajo en psicoterapia es de gran
importancia para nosotros. Agradezco el trabajo de Axline de una manera especial
porque se une al punto que hago al informar lo que llamo “consultas terapéuticas”,
que el momento significativo es aquel en el que el niño se sorprende a sí mismo a ella
misma. No es el momento de mi inteligente interpretación que es significante.

[“El jugar: una afirmación teórica”, pp. 50-51]

La tarea del analista es facilitar el espacio dentro del cual el niño o el paciente es
capaz de descubrir algo por sí mismo. Winnicott implica que el peligro es que las
interpretaciones del analista pueden conducir al desarrollo del paciente de un falso
Yo, consecuencia de un pseudo análisis (ver YO: 7, 10).

La interpretación fuera de la madurez del material es adoctrinamiento y produce


cumplimiento. Un corolario es que la resistencia surge de la interpretación dada fuera
del área de la superposición del juego del paciente y del analista. La interpretación
cuando el paciente no tiene capacidad para jugar simplemente no es útil o causa
confusión. Cuando hay un jugar mutuo la interpretación de acuerdo con los principios
psicoanalíticos aceptados puede llevar adelante el trabajo terapéutico. Este jugar
tiene que ser espontáneo, y no obediente o condescendiente, si se va a hacer
psicoterapia.

[“El jugar: una afirmación teórica”, 1967, p.51]

El gesto espontáneo proviene del verdadero yo, y el individuo que es capaz de ser
espontáneo está, por tanto, viviendo creativamente. Estos temas y el juego como
actividad creativa se exploran en gran detalle en el libro de Winnicott, Realidad y
Juego (1971a), especialmente en el capítulo 4, “El jugar : una actividad creativa y la
búsqueda del Yo” (ver CREATIVIDAD: 6; YO: 11).

257
PREOCUPACIÓN MATERNAL PRIMARIA

1 Devoción ordinaria
2 Continuar siendo
3 Satisfacer las necesidades

La mujer embarazada sana se vuelve “enferma” mentalmente justo antes de dar a luz,
y durante algunas semanas después del nacimiento. A este estado único Winnicott
denomina “preocupación maternal primaria”. La salud psicológica y física del bebé,
según esta tesis, depende de si la madre es capaz de entrar y salir de este estado
especial del ser.

1 Devoción ordinaria

La colección de charlas inéditas, publicadas póstumamente en 1987 y titulado “Los


bebés y sus madres” (1987a), reúne las presentaciones de Winnicott específicamente

258
sobre los primeros momentos del bebé, es decir el momento de la dependencia
absoluta, cuando, en estado de salud, la madre se encuentra en un estado de
preocupación maternal primaria. La mayoría de estos artículos provienen de las
conferencias de Winnicott durante la década de 1960 dadas a varios grupos en Gran
Bretaña y alrededor del mundo. Uno de estos artículos, “La madre devota ordinaria”,
está basado en una charla dada a la sucursal de la Asociación de la Escuela de Jardín
de Infantes de Londres en 1966. Pero el término “la madre devota ordinaria” surgió a
principios de 1949, como explica Winnicott:

Caminaba, en el verano de 1949, para tomar unas copas con la productora de la BBC
Miss Isa Benzie…y ella me decía que podría dar una serie de nueve charlas sobre
cualquier tema que quisiera. Ella estaba, por supuesto, en busca de un eslogan, pero
yo no sabía esto. Le dije que no tenía ningún interés en decirle a la gente lo que tiene
hacer. En principio, no lo sabía. Pero me gustaría hablar con las madres sobre aquello
que hacen bien y que lo hacen bien simplemente porque cada madre se dedica a la
tarea que tiene entre manos, es decir, el cuidado de un bebé, o quizás gemelos. Dije
que normalmente esto simplemente sucede, y es la excepción cuando un bebé tiene
que arreglárselas sin ser atendido en un principio por un especialista. Isa Benzie captó
esta pista en cuestión de veinte metros de nuestra caminata, y dijo: ¡Espléndido! “La
madre devota ordinaria”, así que así fue.

[“La madre devota ordinaria”, 1966, pp.3-4]

Más adelante en el mismo documento, el propio Winnicott se refiere a una madre


funcionando al “nivel” de “madre devota ordinaria”, y explica por qué las palabras
“ordinaria” y “devota” son útiles para describir la preparación psicológica que ocurre
en las mujeres justo antes del nacimiento.

Yo sugiero…que ordinariamente la mujer entra en una fase, una fase de la que


normalmente se recupera en las semanas y meses después del nacimiento del bebé,
en los que en gran medida ella es el bebé y el bebé es ella. Al fin y al cabo, ella fue
un bebé alguna vez, y tiene en ella los recuerdos de haber sido un bebé; también
tiene recuerdos de haber sido cuidada, y estos recuerdos la ayudan u obstaculizan
en sus primeras experiencias como madre.

[“La madre devota ordinaria”, p. 6]

259
Es a través de estos recuerdos inconscientes que la madre se preocupa y se vuelve
“devota”, debido a su intensa identificación con su bebé (ver MADRE: 6, 7).

En 1956 Winnicott escribió su artículo teórico definitivo sobre este tema, titulado
“preocupación maternal primaria”.

En la introducción de este artículo se puede ver que Winnicott se siente incitado a


hacer esta declaración para enfatizar su desacuerdo con Anna Freud y Margaret
Mahler. El siente que no se presta suficiente atención al estado de ánimo de la madre
antes y después del embarazo.

Mi tesis es que en la primera fase estamos tratando con un estado muy especial de
la madre, una condición psicológica que merece un nombre, como Preocupación
Maternal Primaria. Sugiero que no se ha pagado suficiente tributo en nuestra
literatura, o tal vez en cualquier lugar, a una condición psiquiátrica muy especial de la
madre, de quien voy a decir las siguientes cosas:

Se desarrolla gradualmente y se convierte en un estado de aumento de sensibilidad


durante, y especialmente hacia el fin del embarazo.
Dura algunas semanas después del nacimiento del niño.
Las madres no lo recuerdan fácilmente una vez que se han recuperado de ella.
Iría más allá y diría que la memoria que las madres tienen de este estado tiende a ser
reprimida.
[“Preocupación maternal primaria”, 1956, p. 302]
Este estado se compara con una enfermedad que ocurre en mujeres sanas y de
hecho debe ocurrir para facilitar la salud del niño.

Este estado organizado…podría compararse con una retirada o un estado disociado,


como una fuga, o incluso a un nivel más profundo, como un episodio esquizoide en el
que algún aspecto de la personalidad se hace cargo temporalmente. Me gustaría
encontrar un bien nombre para esta condición y proponerlo como algo a tener en
cuenta en todas las referencias a la vida temprana del niño. No creo que sea posible
comprender el funcionamiento de la madre en el comienzo de la vida del bebé sin
darse cuenta de que debe poder alcanzar este estado de alta sensibilidad, casi un
estado de enfermedad, y de recuperarse de ello (traigo la palabra “enfermedad”

260
porque una mujer debe estar sana para poder desarrollar este estado y recuperarse
de él cuando el bebé la suelte).

[“Preocupación maternal primaria”, p. 302]

2 Continuar siendo

El bebé sano establece un sentido de sí mismo y un sentido de “continuar siendo”.


Esto puede ocurrir solo en el entorno apropiado: el que la madre puede proporcionarle
en el estado de preocupación maternal primaria (ver SEER: 3, 4, 5; ENTORNO: 1;
YO: 5).

La madre que desarrolla este estado que he llamado “preocupación maternal


primaria” proporciona un entorno para que el bebé pueda comenzar a constituirse
como persona, para que las tendencias del desarrollo comiencen a ocurrir y para que
el bebé experimente movimiento espontáneo y se convierta en el dueño de sus
sensaciones que son apropiadas en esta fase temprana de la vida…

La suficiencia de seguir siendo sólo es posible al principio si la madre se encuentra


en este estado que (sugiero) es algo muy real cuando la madre sana está cerca del
final de su embarazo, y durante un período de unas pocas semanas después del
nacimiento del bebé.

[“Preocupación maternal primaria”,1956, p. 304]

Las primeras experiencias prepararon el escenario para todos los aspectos del
desarrollo posterior (ver MADRE: 8, 9, 10).

No es posible satisfacer las necesidades del bebé sin el apoyo del amor incondicional
de la madre, que equivale a toda su empatía con la situación de su bebé.

Solo si una madre está sensibilizada en la forma en que estoy describiendo puede
sentirse en el lugar de su bebé, y así complacer las necesidades del mismo. Estas
son al principio necesidades físicas, y gradualmente se convierten en necesidades
del ego a medida que emerge una psicología de la elaboración imaginativa de la
experiencia física.

261
Surge una relación del ego entre madre y bebé, de los cuales la madre se recupera,
y de lo que el bebé puede eventualmente construir la idea de una persona en la
madre. Desde este ángulo, el reconocimiento de la madre como una persona viene
en una manera positiva, normalmente, y no fuera de la experiencia de la madre como
símbolo de frustración.

[“Preocupación maternal primaria”, p. 303]

La principal preocupación materna es el entorno especializado temprano. La madre


en este estado es sana y lo suficientemente buena y capaz de ofrecer un entorno
facilitador en el que su bebé pueda ser capaz de ser y crecer.

Según esta tesis, una buena provisión del entorno lo suficientemente buena en la fase
más temprana permite que el bebé comience a existir, tener experiencia, construir un
ego personal, conducir sus instintos y afrontar todas las dificultades inherentes de la
vida. Todo esto se siente real para el bebé que se vuelve capaz de tener un yo que
eventualmente incluso puede permitirse sacrificar la espontaneidad, incluso para
morir.

[“Preocupación maternal primaria”, p. 304]

El punto principal que Winnicott desea transmitir con su tesis de la preocupación


maternal primaria es que el bebé y la madre están psicológicamente fusionados desde
el comienzo de la vida del niño. Es un momento, por tanto, en el que todavía no hay
relaciones objeto, pero solo el apoyo del ego de la madre al bebé y la relación del ego
(más tarde denominada relación-objeto) del bebé a la madre (ver SER: 4; EGO: 4).

Las consecuencias de las fallas que puedan ocurrir en este momento se exploran en
muchas otras áreas del trabajo de Winnicott (ver ENTORNO: 3; PSIQUE-SOMA: 3;
REGRESIÓN: 1, 3)

262
PSIQUE-SOMA

1 La mente y la psique-soma
2 Negligencia viva
3 La madre tentadora
4 Catalogación de reacciones
5 Enfermedad psicosomática
6 Una fuerza positiva

Winnicott describe la integración de la mente y el cuerpo como una colusión


psicosomática; también se refiere a la “psique habitando el soma”.

La psique que habita en el soma describe el resultado exitoso del proceso de


“personalización” que ocurre como resultado del “manejo” de la madre de su bebé
durante la fase de sostén. Este es el momento de la dependencia absoluta cuando la
madre (sana) está en un estado de preocupación maternal primaria.

263
En el trabajo de Winnicott, el uso de la palabra “psique” se describe como la
elaboración imaginativa de partes somáticas, sentimientos, y funciones” y es a
menudo sinónimo de “fantasía”, “realidad interior” y “yo”.

Si la madre no ha podido proporcionar un manejo lo suficientemente bueno durante


la fase de sostén, es posible que su bebé nunca se sienta uno con su cuerpo, y por
tanto se produce una escisión cuerpo-mente.

La enfermedad psicosomática es un síntoma de que algo ha desaparecido mal en el


desarrollo emocional temprano del individuo.

1 La mente y la psique-soma

La contribución original de Winnicott de la naturaleza psicosomática comenzó con su


artículo de 1949, “la mente y su relación con la psique-soma” que se inspiró en parte
en un comentario de Ernest Jones en un artículo de 1946, en el que escribe: “No creo
que la mente realmente existe como una entidad”. Winnicott está de acuerdo, pero
agrega que en su práctica clínica advierte que hay pacientes que sienten que su
mente está localizada en algún lugar, como si fuera una entidad separada.

Esta cita…me estimuló a tratar de resolver mis propias ideas sobre este vasto y difícil
tema. El esquema corporal con sus aspectos temporales y espaciales proporcionan
una declaración valiosa del diagrama del individuo en sí mismo, y en eso creo que no
hay un lugar obvio para la mente. Sin embargo, en la práctica clínica nos encontramos
con la mente como una entidad localizada por el paciente en algún lugar…

[“La mente y su relación”, 1949, p. 243]

Winnicott luego designa la palabra “mente” para describir un funcionamiento


intelectual que es similar a una disociación en el individuo que siente que su mente
como entidad no es parte de su sentido de sí mismo. Más adelante en su trabajo,
Winnicott se refiere a este fenómeno como “intelecto escindido” (ver YO: 7). Es esta
escisión en la personalidad que Winnicott aborda cuando escribe sobre enfermedades
psicosomáticas.

264
En este artículo de 1949, Winnicott critica a los médicos que insisten en solo ver el
componente físico del paciente y no ver que los trastornos psicosomáticos se
encuentran a mitad de camino entre lo mental y lo físico.

Estos médicos físicos están completamente en el mar con su teoría; curiosamente


parecen estar dejando de la importancia del cuerpo físico, del cual el cerebro es una
parte integral.

[“La mente y su relación”, p. 244]

Para Winnicott, en el desarrollo saludable, la psique y el soma no son distinguibles en


lo que respecta al lactante y al niño en desarrollo. El individuo sano da por sentado
que su sentido del yo está en su cuerpo.

Aquí hay un cuerpo, y la psique y el soma no deben ser distinguidos excepto según
la perspectiva de donde se mire.

Uno puede morar al cuerpo en desarrollo o a la psique en desarrollo. Supongo que la


palabra aquí significa la elaboración imaginativa de partes somáticas, sentimientos y
funciones, es decir, de vitalidad física. Sabemos que esta imaginación elaborativa
depende de la existencia y el funcionamiento saludable del cerebro, especialmente
ciertas partes del mismo. Sin embargo, el individuo no siente que la psique esté
localizada en el cerebro, o de hecho estar localizada en alguna parte.

Gradualmente, la psique y los aspectos soma del crecimiento de una persona, se


involucran en un proceso de interrelación mutua. Esta interrelación de la psique con
el soma constituye una fase temprana del desarrollo individual.

[“La mente y su relación”, 1949,p. 244]

Esta “interrelación entre psique y soma” constituye el centro desde el cual puede
crecer el sentido del yo en desarrollo.

En una etapa posterior, el cuerpo vivo, con sus límites, y con un interior y un exterior,
es sentido por el individuo para formar el núcleo del yo imaginativo

[“La mente y su relación”, p. 244]

265
Consecuentemente el núcleo del yo que emerge de la primera relación madre-hijo
implica la noción de la integración cuerpo-mente (ver SER: 2, 3; YO: 3, 5).

Supongamos que la salud en el desarrollo temprano del individuo implica continuidad


del ser. La psique-soma temprana avanza a lo largo de un a cierta línea de desarrollo
siempre que no se perturbe su continuidad de ser; en otras palabras, para el sano
desarrollo de la psique-soma temprana existe la necesidad de un ambiente perfecto.
Al principio, la necesidad es absoluta.

[“La mente y su relación”, p. 245]

Winnicott se refiere a la completa identidad de la madre con el bebé, que es


precisamente lo que proporciona el entorno perfecto. Esto significa que puede
sostener, manipular y cuidar de su bebé con preocupación, protección y todos
componentes del amor, y si esto va lo suficientemente bien en las primeras etapas, le
proporciona al niño la sensación de ser y de sí mismo alojado en su propio cuerpo
(Ver SOSTÉN: 3; PREOCUPACIÓN MATERNAL PRIMARIA: 2).

2 Negligencia viva

A medida que la madre sale del estado de preocupación maternal primaria, comienza
a des adaptarse y a fallarle a su bebé, a través de su propio proceso de recuperación
y a recordarse a sí misma y quién era ella antes. Este proceso necesario marca el
comienzo de desilusión para el bebé. Es en este punto del desarrollo emocional, entre
la ilusión y la desilusión, entra la absoluta dependencia y la dependencia relativa, que
la comprensión intelectual del bebé se desarrolla.

La necesidad de un buen entorno, que es absoluto al principio, rápidamente se vuelve


relativo. La buena madre ordinaria es lo suficientemente buena. Si es lo
suficientemente buena, el bebé puede permitir sus deficiencias por actividad mental.
Esto se aplica no solo a satisfacer los impulsos intelectuales, sino también los más
primitivos tipos de necesidad del ego, incluso la necesidad de cuidados negativos o
una negligencia viva. La actividad mental del bebé convierte un entorno lo
suficientemente bueno en un entorno perfecto, por ejemplo, convierte el relativo

266
fracaso de la adaptación en un éxito adaptativo. Lo que libera a la madre de su
necesidad de ser casi perfecta es la comprensión del bebé.

La mente, entonces, tiene como una de sus raíces un funcionamiento variable de la


psique-soma, uno relacionado con la amenaza a la continuidad del ser que sigue a
cualquier falla de adaptación al entorno (activa). A continuación, el desarrollo de la
mente está muy influenciado por factores no específicamente personales para el
individuo, incluidos los acontecimientos fortuitos.

[“La mente y su relación”, 1949 p. 246]

La capacidad del bebé para usar su aparato intelectual para pensar y comprender
depende de su funcionamiento eficaz en el entorno primario y la presencia de ilusión.
Mientras que la madre falla (ella es un ser humano por lo que siempre fallará), el bebé
tiene que compensar sus inconsistencias y lo hace empleando sus capacidades
mentales para llenar el vacío resolviendo las cosas. De este modo la desilusión
contribuye al desarrollo del intelecto del bebé de una manera positiva (ver
DEPENDENCIA: 5; DEPRESIÓN: 3; MADRE: 11).

Sin embargo, existen peligros inherentes a esta etapa de la vida del bebé en
desarrollo.

3 La madre tentadora

El peor entorno, para Winnicott, es el errático, cuando el bebé se ve obligado a


compensar intelectualmente demasiado y muy a menudo por las inconsistencias de
una madre que a veces es buena y a veces es mala. Esto conduce a la defensa de la
intelectualización.

Ciertos tipos de fallas por parte de la madre, especialmente la conducta errática,


producen una sobreactividad del funcionamiento mental. Aquí, en el crecimiento
excesivo de la función mental reactivo a la maternidad errática, vemos que se puede
desarrollar una oposición entre la mente y la psique-soma, ya que en reacción contra
este estado anormal del entorno el pensamiento del individuo comienza a hacerse
cargo del cuidado del psique-soma, mientras que en estado de salud esto es función

267
del entorno. En estado de salud, la mente no usurpa la función del entorno, pero hace
posible una comprensión y, finalmente, hacer uso de su relativa falla.

[“La mente y su relación”, 1949 p. 246]

Mediante la “usurpación” de la función del entorno por la “mente” el bebé7niño usa su


propio intelecto para “ser madre” a sí mismo. Más tarde, en su artículo de 1960, “La
distorsión del ego en términos del verdadero y falso yo”, Winnicott ve esta actividad
de intelectualización como el falso yo intelectual (ver YO: 7, 8).

…uno podría preguntarse ¿qué pasa si la tensión que se ejerce en el funcionamiento


mental organizado en defensa contra un entorno primario tentador es cada vez
mayor? Uno esperaría estados de confusión, y (en el extremo) defecto mental del tipo
que no depende de una deficiencia del tejido cerebral. Como resultado más común
de los menores grados de cuidado tentador de un bebé en las primeras etapas,
encontramos que el funcionamiento mental se vuelve una cosa en sí misma,
prácticamente reemplazando a la buena madre, y haciéndola innecesaria.
Clínicamente, esto puede ir junto con la dependencia de la madre real y un falso
crecimiento personal sobre una base de cumplimiento. Este es un estado de lo más
incómodo, especialmente porque la psique del individuo ha sido “seducida” en esta
mente de la relación especial que la psique tenía originalmente con el soma. El
resultado es una mente-psique, que es patológica.

[“La mente y su relación”, p. 246-247]

Aquí Winnicott describe al individuo que tiene que colocar su sentido del yo en su
mente que posteriormente asume la función de la madre-entorno. El peligro de esta
defensa es que la identidad del individuo no se fundamenta en el cuerpo, lo que hace
que la persona se sienta cada vez más inútil y vacía por dentro (ver YO: 6, 7).

4 Catalogación de reacciones

La mente-psique es equivalente al intelecto escindido que es asociado con las


defensas esquizoides; como Winnicott dedujo de su práctica clínica, a menudo es
localizado físicamente por el paciente en la cabeza:

268
Por supuesto, no puede haber una asociación directa entre la mente-psique y el
cuerpo del individuo. Pero la psique mental está localizada por el individuo u se coloca
dentro o fuera de la cabeza en alguna relación especial con la cabeza, y esto
proporciona una fuente importante de dolor de cabeza como síntoma.

[“La mente y su relación”, 1949,p. 247]

Winnicott creía que algunas de estas dificultades que estaban relacionadas con la
división de la mente y el cuerpo pueden ser una consecuencia de un nacimiento
traumático. Winnicott cree que , el nacimiento no es necesariamente traumático,
aunque algunos nacimientos pueden serlo.

Por lo general, al nacer, es probable que haya una alteración excesiva de continuidad
debido a las reacciones a los impactos, y la actividad mental que estoy describiendo
en este momento es la que se ocupa de la memorización exacta durante el proceso
de nacimiento. En mi trabajo psicoanalítico a veces me encuentro con regresiones
totalmente bajo control y sin embargo volviendo a la vida prenatal. Los pacientes que
hicieron una regresión ordenada revisan el proceso del parto una y otra vez, y me ha
asombrado la prueba convincente que he tenido de que un bebé durante el proceso
de parto, no solo memoriza cada reacción perturbadora de la continuidad del ser, sino
también parece memorizarlos en el orden correcto…El funcionamiento mental del tipo
que estoy describiendo, que podría llamarse memorizar o catalogar, puede ser
extremadamente activo y preciso en el momento del nacimiento de un bebé…Quiero
dejar claro mi punto de que este tipo de funcionamiento es un estorbo para la psique-
soma, o para la continuidad del ser del ser humano individual que constituye el
yo…este tipo de catalogación de actos de funcionamiento mental como un cuerpo
extraño si está asociado con una falla de adaptación del entorno u que está más allá
de la comprensión o predicción.

[“La mente y su relación”, 1949,p. 248]

Al “catalogar”, Winnicott se refiere a un recuerdo inconsciente de una reacción al


trauma, basado en su creencia de que recordamos todo lo que nos ha pasado,
corporal y emocionalmente. Si la experiencia del nacimiento es demasiado repentina,
por ejemplo, será traumática. La experiencia se almacenará inconscientemente, pero
no puede ser procesada. Esto es lo que Winnicott quiere decir con catalogar, la

269
memoria está allí en alguna parte del cuerpo, pero no está integrada como una
experiencia a través del análisis, el paciente vuelve a visitar ,los primeros momentos
del trauma, a través de la regresión en la sesión analítica. De esta manera existe la
oportunidad de comenzar a integrar la experiencia por primera vez. Al hacer una
regresión para procesar el trauma, el paciente puede seguir adelante y comenzar la
vida, con los traumas vividos y puestos en el pasado (ver REGRESIÓN: 5, 6).

5 Enfermedad psicosomática

Winnicott considera que el objetivo inconsciente de la enfermedad psicosomática es


“llevar la psique de la mente a la asociación íntima con el soma” (“La mente y su
relación”, p 254). El tema de las enfermedades psicosomáticas y su significado en
términos de la motivación inconsciente del paciente es explorado por Winnicott en su
artículo de 1964, “Las enfermedades psicosomáticas en sus aspectos positivos y
negativos”, que fue presentado ante la Sociedad de Investigación de Enfermedades
Psicosomáticas.

Este artículo analiza el dilema interno del psicosomatista y cómo se realiza la


disociación interna cuerpo-mente es exteriorizada, a menudo entre diferentes
especializaciones de las profesiones médicas.

Muchos pacientes no dividen su atención médica en dos; la división ocurre en muchos


fragmentos, y como médicos nos encontramos actuando en el papel de uno de estos
fragmentos. He usado el término “dispersión de agentes responsables” para describir
esta tendencia.

( Esto se mencionó por primera vez en 1958 en la revisión de Winnicott de Michael


Balint´s “El médico, su paciente y la enfermedad”).

Estos pacientes proporcionan los ejemplos citados en las encuestas de trabajadores


sociales en las que veinte o treinta o más agencias se han involucrado en el alivio de
la angustia de una familia. Los pacientes con disociaciones múltiples también explotan
las divisiones naturales en la profesión médica.

[“La enfermedad psicosomática y sus


aspectos positivos y negativos”, 1964, p. 104]

270
Para describir el papel del psicosomatista, Winnicott ilustra con una metáfora la
imposibilidad de la enfermedad psicosomática.

4 El psicosomatista se enorgullece se si capacidad para montar dos caballos, un pie


en cada una de las dos sillas, con ambas tiendas en sus hábiles manos
[“La enfermedad psicosomática”, p. 103]

Los síntomas corporales del psicosomatista no contribuyen a la enfermedad, sino que


son, más bien, significantes de la disociación intrapsíquica.

7 La enfermedad en el trastorno psicosomático no es la el estado clínico expresado


en términos de la patología somática o el funcionamiento patológico (colitis, asma,
eccema crónico). Es la persistencia de una escisión en la organización del yo del
paciente, o de las disociaciones múltiples, que constituye la verdadera
enfermedad. Los síntomas del psicosomatista no constituyen la enfermedad, sino
más bien, son significantes de la disociación intrapsíquica.
[“La enfermedad psicosomática”, p. 103]

Estas divisiones en la personalidad tienden a estar poderosamente arraigadas y


en consecuencia extremadamente difícil de tratar.
Tengo el deseo de dejar claro que las fuerzas que actúan en los pacientes son
tremendamente fuertes.
[“La enfermedad psicosomática”, p. 104]

El poder de la división interna a menudo se refleja en la provisión del entorno como


se describió anteriormente, cuando los pacientes pueden movilizar decenas de
médicos. Esto no puede lograr más que servir como una representación externa
de las disociaciones que existen en el interior. El problema es que mientras los
diferentes fragmentos de la profesión médica continúan tratando al paciente como
si el problema fuera sólo físico, la disociación intrapsíquica responde a la
conclusión externa afianzándose más.
Por otro lado, Winnicott deja caro que no sirve de nada confrontar al paciente con
lo que está haciendo. Esto solo serviría para ampliar su defensa intelectualizada
y así también mantenerlo a él en el mismo lugar.

271
Supongamos que tengo un paciente entre los lectores, un paciente con una
variedad de este trastorno que etiquetamos como psicosomático. Probablemente
al paciente no le importará que lo citen, que no es el problema aquí. El problema
aquí es que no sería posible para mí dar una explicación aceptable de algo que
aún no se ha vuelto aceptable en la economía interna de ese paciente. Solamente
la continuación del tratamiento es útil en el caso real, y con el transcurso del tiempo
el paciente cuya existencia postulo puede llegar a aliviarme del dilema de que su
enfermedad me coloca en el dilema que es el tema de mi trabajo. Y una cosa que
odiaría hacer sería seducir al paciente para que haga una declaración
consensuada que implicaría el abandono de la psique-soma y una huida hacia la
conclusión intelectual.
[“La enfermedad psicosomática”, 1964, p. 106]

En otras palabras, el paciente con una enfermedad psicosomática está demasiado


dispuesto a comprender algo sobre sí mismo en un plano intelectual. Después de
todo, esto es lo que ha tenido que hacer toda su vida. La alternativa es darle tiempo
al paciente para que se recupere de la disociación.
¿Estoy empezando a transmitir mi significado de que en la práctica existe una
dificultad real e insuperable, la disociación en el paciente, que, como defensa
organizada, mantiene separados la difusión somática y el conflicto en la psique?
Dado el tiempo necesario y las circunstancias favorables el paciente tenderá a
recuperarse de sus disociaciones. Fuerzas integradoras ene l paciente tienden a
hacer que el paciente abandone la defensa. Debo intentar hacer una declaración
que evite el dilema.
Será evidente que estoy haciendo una distinción entre el verdadero caso
psicosomático y el problema clínico casi universal de la participación funcional en
los procesos emocionales y conflictos mentales. No necesariamente llamo a mi
paciente cuya dismenorrea está relacionada con componentes anales en la
organización genital, un caso psicosomático, ni el hombre que debe miccionar con
urgencia en determinadas circunstancias. Esto es simplemente vida y vivir.
Pero mi paciente que dice que el disco que se le derramó se debe a una ráfaga
de viento puede ser etiquetado como psicosomático, por lo que merece nuestra
atención en este artículo.
[“La enfermedad psicosomática”, 1964, p. 106]
272
5 Una fuerza positiva

Winnicott cree en una fuerza que integra la personalidad y que, dadas las
circunstancias adecuadas, un entorno suficientemente bueno, gana una defensa que,
aunque originalmente se estableció para defenderse a sí mismo, ahora realmente lo
drena.

EL ELEMENTO POSITIVO EL LA DEFENSA PSICOSOMÁTICA

La enfermedad psicosomática es lo negativo de lo positivo; siendo positiva la


tendencia a la integración en varios de sus significados e incluyendo a lo que me he
referido como personalización. Lo positivo es la tendencia heredada de cada individuo
para lograr una unidad de la psique y el soma, y la identidad experiencial del espíritu
o psique y la totalidad del funcionamiento físico. Una tendencia lleva al bebé y al niño
hacia un cuerpo funcional en el cual y del cual se desarrolla una personalidad
funcional, completa con defensas contra la ansiedad de todos los grados y clases…

Esta etapa del proceso de integración es una que podría ser llamada la etapa “YO
SOY”. Me gusta este nombre porque me recuerda de la evolución de la idea de
monoteísmo y de la designación de Dios como el “Gran YO SOY”. En términos de
juego infantil, esta etapa se celebra (aunque a una edad posterior que ahora tengo en
mente) por el juego “Soy el rey del castillo, tú eres el pícaro sucio”. Es el significado
de “yo” y “yo soy” que se ve alterado por la disociación psicosomática.

[“La enfermedad psicosomática”, p. 112]

En la enfermedad psicosomática, la etapa de desarrollo entre Yo y No-Yo está


detenida. El entorno que no es suficientemente bueno conduce a una tendencia al
trastorno psicosomático, que se relaciona con lo siguiente:

El Yo débil (que depende en gran medida de una maternidad no suficientemente


buena) con un establecimiento endeble de una morada interior de desarrollo personal;
y/o retirado del YO SOY y del mundo hecho hostil por el repudio individual del No-Yo,
a una forma especial de división que está en la mente pero que sigue líneas
psicosomáticas.

273
De esta manera, la enfermedad psicosomática implica una escisión en la personalidad
del individuo, con debilidad del vínculo entre psique y soma, o una división organizada
en la mente en defensa contra la persecución generalizada del mundo repudiado. Sin
embargo, permanece en el individuo enfermo una tendencia no de todo a perder el
vínculo psicosomático.

Entonces, aquí está el valor positivo de la participación somática.

[“La enfermedad psicosomática”, p. 113]

El tratamiento del paciente con tales las disociaciones tan arraigadas deben
abordarse con la máxima paciencia. Winnicott compara la defensa psicosomática a la
defensa antisocial, porque debajo de la defensa está la esperanza. La mera
existencia. La mera existencia de la escisión comunica un fracaso en el desarrollo, al
igual que la tendencia antisocial comunica privación. La esperanza es que la
comunicación será escuchada y que surgirá una oportunidad donde las fuerzas
integradoras ganarán el día.

Nuestro difícil trabajo es tener una visión unificada del paciente y de la enfermedad
sin que parezca hacerlo de una manera que se adelante a la capacidad del paciente
para lograr la integración a una unidad. A menudo, muy a menudo, debemos estar
contentos de dejar que el paciente lo tenga, y manipular la sintomatología, en una
relación caja-timonel de roles opuestos, sin intentar curar la verdadera enfermedad,
siendo la enfermedad real la división de personalidad del paciente que se organiza a
partir de la debilidad del ego y se mantiene como una defensa contra la amenaza de
aniquilación en el momento de la integración.

La enfermedad psicosomática, como la tendencia antisocial, tiene este aspecto


esperanzador, de que el paciente está en contacto con la posibilidad de una unidad
psicosomática (o personalización) y dependencia, a pesar de que su condición clínica
ilustra activamente lo contrario de esto a través de la división, a través de varias
disociaciones, a través de un intento persistente de dividir la provisión médica, y
mediante el autocuidado omnipotente.

[“La enfermedad psicosomática”, 1964, p. 114]

274
Un año antes de su muerte en 1971, Winnicott enfatizó los importantes comienzos de
la vida y el amor materno como prerrequisito para sentirse en el propio cuerpo:

Se amado al principio significa ser aceptado, y es una distorsión desde el punto de


vista del niño si la figura materna tiene una actitud de: “te amo si eres bueno, si estás
limpio, si sonríes, si bebes toda tu leche” etc., etc. Estas sanciones pueden llegar más
tarde, pero al principio el niño tiene un modelo de normalidad que es en gran parte
una cuestión de la forma y el funcionamiento de su propio cuerpo…Es
verdaderamente en el comienzo que el niño necesita ser aceptado como tal, y se
beneficia de tal aceptación.

[“Las bases para ser en yo en el cuerpo”, 1971, p. 264]

Esta aceptación, corporal y psicológica, es exactamente (inconscientemente) lo que


el paciente espera encontrar dentro del contexto de la relación analítica. También es
lo que el analista espera ofrecer a través del trabajo analítico dentro del marco del
análisis y su actitud.}

275
REGRESIÓN

1 Una teoría de la regresión


2 Clasificación
3 Dos tipos de regresión
4 La sensación de sentirse real o la sensación de futilidad
5 “Tenemos éxito fracasando”
6 Adaptación no arte
7 El significado de la realidad
8 Un entorno que da confianza
9 Distinguir deseos de necesidades
10 Regresión y retirada

La regresión a la dependencia puede ocurrir en el contexto analítico como una forma


de revivir el trauma aún no experimentado que sucedió en el momento de una falla
temprana del entorno. El entorno analítico proporciona el potencial para que el
paciente experimente un entorno de espera, probablemente por primera vez. Esta
tenencia facilita al paciente a descubrir la esperanza inconsciente de que surgirá una
oportunidad para que el trauma original sea experimentado y así procesado. Esta
experiencia, a su vez, permitirá al paciente, mientras regresa a la dependencia, para

276
buscar y descubrir el verdadero yo. Esta búsqueda dentro del contexto de la relación
analítica es parte del proceso de curación.

La retirada o el estado retirado es u tipo de regresión que no se puede procesar sin


que el analista reconozca y satisfaga la necesidad del paciente de ser retenido.

Regresión a la dependencia, que es relevante para todos los grupos de pacientes,


debe distinguirse del paciente “en regresión”. El primero se relaciona con el paciente
que, a lo largo del análisis, retrocede a la dependencia como parte de la relación de
transferencia; el último se relaciona con el paciente que aún no ha alcanzado aún la
madurez emocional, probablemente por un fracaso inicial del entorno.

1 Una teoría de la regresión

La teoría de la regresión de Winnicott pasó a primer plano a finales de la década de


1940 y principios de la década de 1950. En 1954, presentó su trabajo, “Aspectos
metapsicológicos y clínicos de la regresión dentro de la configuración psicoanalítica”,
a la Sociedad Psicoanalítica Británica. Es un largo y denso artículo que cubre los
aspectos principales del trabajo con pacientes que retroceden o están retrocediendo,
e incluye recomendaciones sobre la técnica para trabajar psicoanalíticamente con
pacientes que no pueden utilizar la interpretación psicoanalítica, sino que necesita,
en cambio, una participación literal en el manejo de las sesiones.

Simplemente hablando, la regresión significa volver a una antigua etapa del


desarrollo, En el trabajo analítico, la regresión del paciente a la dependencia suele
asociarse con volver a visitar muy temprano experiencias no verbales, que a menudo
pueden estar relacionadas con mecanismos psicóticos. Esta nueva visita se produce
en el contexto de la relación de transferencia, una vez que se ha establecido un
entorno analítico y el paciente puede confiar en el analista. Winnicott cree que dentro
de cada paciente hay una fuerza innata empujando hacia la salud y el desarrollo.

Para mí, la palabra simplemente significa lo contrario de progreso. Este progreso en


sí mismo es la evolución del individuo, psique-soma, personalidad y mente con
(eventualmente) formación y socialización del carácter. El progreso comienza desde

277
una fecha ciertamente anterior al nacimiento. Hay un impulso biológico detrás del
progreso…

Es uno de los principios del psicoanálisis que la salud implica continuidad en relación
con este progreso evolutivo de la psique y que la salud es la madurez del desarrollo
emocional apropiado a la edad del individuo, es decir la madurez con respecto a este
proceso evolutivo.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión dentro del escenario psicoanalítico”, 1954, p. 280-281]

Esto lleva a Winnicott a la conclusión de que en la regresión

…no puede haber un simple proceso de reversión del progreso. Para que este
progreso sea revertido debe haber en el individuo una organización que permite que
ocurra tal regresión.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de


la regresión”, p.281]

En otras palabras, el paciente tiene que tener una capacidad innata (u organización
interna) que le permitirá hacer uso de estar en regresión.

Winnicott indica dos aspectos de esta “organización” psicológica como se describe a


continuación:

Un fallo de adaptación por parte del entorno que resulta en el desarrollo de un falso
yo.

Una creencia en la posibilidad de una corrección del original fracaso representado por
una capacidad latente de regresión que implica una compleja organización del ego.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, 1954, p.281]

El falso yo se desarrolla para defender el yo central, y esto ocurre como resultado de


reacciones a ciertos impactos.

La elaboración de la teoría de Winnicott del verdadero y falso yo iba a llegar seis años
después, en 1960. En 1954, sin embargo, cuando este artículo fue presentado,

278
Winnicott estaba en el proceso de evolución de su teoría del verdadero y falso yo (ver
YO: 6, 9).

La segunda oración contiene una parte importante de la teoría de Winnicott del


desarrollo emocional. Él mismo tenía una “creencia en” la capacidad del individuo, a
nivel inconsciente, de conocer la posibilidad de encontrar una oportunidad para
compensar la interrupción temprana. Este impulso inconsciente indica la existencia
de una “organización compleja del Yo”.

Cuando hablamos de regresión en psicoanálisis implicamos la existencia de una


organización del ego y una amenaza de caos. Hay mucho para estudiar aquí, en la
forma en que el individuo almacena recuerdos, ideas y potencialidades. Es como si
hubiera una expectativa de que puedan surgir condiciones favorables justificando la
regresión y ofreciendo una nueva oportunidad para el futuro desarrollo, lo que se hizo
imposible o difícil inicialmente por fracaso del entorno.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, p.281]

En 1949 en su artículo, “La mente y su relación con el psique-soma”, Winnicott se


había referido al almacenamiento de recuerdos como “catalogar”, recuerdos
tempranos de las minucias de las sensaciones corporales que ocurren antes, durante
y después del nacimiento (ver PSIQUE-SOMA: 4).

Los recuerdos pueden, sin embargo, están divididos en dos categorías.

El primer grupo consta de recuerdos que son pensables, en tanto como el bebé no
está traumatizado (afectado gravemente) por la experiencia. Para Winnicott, la
intrusión denota el impacto de cualquier cosa externa que le suceda al babé, el
nacimiento puede en este sentido ser visto como el primer impacto. El impacto o
intrusión en sí mismo no es perjudicial para el bebé; es, de hecho, una parte necesaria
del desarrollo saludable. El impacto traumático ocurre si el bebé no es capaz, por
alguna razón, debido al entorno o dotación, de procesar lo que ha ocurrido.

Si el bebé no está preparado para cualquier experiencia, se ve obligado a reaccionar.


Por tanto, son las reacciones al impacto las que causan una distorsión en el desarrollo
emocional (ver ENTORNO: 5).

279
El segundo grupo está formado por recuerdos impensables; se producen debido a
que impactos graves que ocurren al bebé en un momento en el que no está listo para
procesarlos. Es este grupo de recuerdos que hay que catalogar (ver ENTORNO: 7;
PSYQUE-SOMA: 4). Ambos tipos de recuerdos son, por supuesto, una mezcla de
memorias inconscientes, preconscientes y cognitivas.

En su teoría de la regresión, Winnicott señala que los recuerdos impensables se


“congelaban”; pero, lo que es más importante, cree que junto con este congelamiento
se espera que haya una oportunidad, dada una nueva disposición del entorno, para
llevar a cabo la descongelación necesaria. Esto es lo que quiere decir cuando habla
de la experiencia que se vive por primera vez.

El congelamiento indica una organización del ego”, porque ilustra que el bebé es
capaz de establecer una defensa contra el ataque del entorno, que se siente contra
del yo. La defensa entonces puede verse como una reacción normal a un entorno que
no es suficientemente bueno.

Uno tiene que incluir en su teoría del desarrollo de un ser humano la idea de que es
normal y saludable para el individuo para poder defenderse a sí mismo contra fallas
del entorno específicas mediante el congelamiento de la situación de falla. Junto con
esto va una suposición inconsciente (que puede convertirse en una esperanza
consciente) de que la oportunidad ocurrirá en una fecha posterior para una
experiencia renovada en la que la situación de falla será capaz de ser descongelada
y re experimentada, con el individuo en un estado de regresión, en un entorno que
está haciendo la adaptación adecuada. Aquí se presenta la teoría de la regresión
como parte de un proceso de curación, de hecho, un fenómeno normal que se pueda
estudiar adecuadamente en la persona sana.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, 1954, p.281]

Winnicott ve una relación entre la “congelación de la situación de fracaso” y el “punto


de fijación” de Freud. Esta diferencia aludida más que aclarada, es que el punto de
fijación se encuentra en una etapa posterior del desarrollo emocional que el
“congelamiento de la situación de fracaso”, que ocurre entre las etapas de absoluta
dependencia relativa.

280
La elaboración y desarrollo de la noción de fuerza inconsciente dentro de cada
individuo, buscando el entorno facilitador, se desarrolla en el psicoanálisis
contemporáneo, sobre todo en términos de la “pulsión del destino” en el trabajo de
Christopher Bolas (1989a).

El pensamiento de Winnicott sobre la regresión se enfocó para él particularmente


mientras estaba trabajando con un paciente que, durante el curso del análisis,
necesario para volver al trauma de trauma de la experiencia de su nacimiento. A
través de la experiencia de Winnicott de trabajar con este paciente y permitiéndole
retroceder completamente, emerge su original contribución de la regresión en la
práctica psicoanalítica y la necesaria adaptación de la técnica psicoanalítica.

La paciente, una mujer de unos cuarenta años, ya se había sometido a un largo


análisis, pero llegó a Winnicott sin “cambios en el núcleo de su enfermedad”, como
dice Winnicott a continuación: Conmigo, pronto se hizo evidente que este paciente
debe realizar una severa regresión o de lo contrario abandonar la lucha. Por lo tanto,
yo seguí la tendencia regresiva, dejándola tomar a la paciente donde la llevara;
eventualmente la regresión alcanzó el límite de la necesidad el paciente, y desde
entonces ha habido una progresión natural con el verdadero o falso Yo en acción…

En el análisis anterior del paciente se habían producido incidentes en el que la


paciente se había arrojado del sofá de una manera histérica. Estos episodios se han
interpretado a lo largo de líneas ordinarias para fenómenos histéricos de este tipo. En
la regresión más profunda de este nuevo análisis se aclaró el significado de estas
caídas. En el transcurso de los dos años de análisis conmigo, el paciente ha
regresado repetidamente a una etapa temprana que ciertamente fue prenatal. El
proceso del nacimiento subyacía lo que había sido previamente una histérica caída
del sofá.

[“La mente y su relación”, 1949, p.249]

Winnicott no deja de enfatizar que trabajar con pacientes quienes hacen regresión,
ejercen una gran presión sobre el analista.

El tratamiento y manejo de este caso ha requerido todo lo que poseo como ser
humano, como psicoanalista y como pediatra. He tenido que hacer un crecimiento
personal en el curso de este tratamiento que fue doloroso y que con mucho gusto

281
habría evitado. En particular he tenido que aprender a examinar mi propia dificultad
técnica cada vez que surgieron dificultades, y siempre ha resultado en la docena de
frases de resistencia que la causa estaba en un fenómeno de contratransferencia que
requirió un mayor autoanálisis en el analista.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, 1954, p.280]

Uno de los principales requisitos previos para trabajar con el paciente que retrocede
en el entorno analítico, es que para el analista conozca la naturaleza del trabajo que
se está realizando.

Lo que somos capaces de hacer nos permite cooperar con el paciente en el


seguimiento del proceso, lo que en cada paciente tiene su propio ritmo y sigue su
propio curso; todas las características importantes de este proceso se derivan del
paciente y no de nosotros mismos como analistas.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, p.278]

Aunque pareciera que Winnicott defendía el tacto para pacientes que experimentan
regresión, debe enfatizarse que el concepto de sostén es en gran parte metafórico en
su trabajo. Mediante los detalles del entorno analítico el analista proporciona un literal
sostén sin contacto físico (ver COMUNICACIÓN: 3, ODIO: 4; SOSTÉN: 3).

2 Clasificación

El seguimiento del analista del proceso del paciente y su adaptación a las


necesidades del paciente son paralelas, por supuesto a las habilidades de una madre
suficientemente buena que se adapta a las necesidades de su bebé. Los analistas
deben, sin embargo conocer sus propias limitaciones y tener mucho cuidado con su
diagnóstico y clasificación.

Tengamos también presente que por el método legítimo de elección cuidadosa del
caso podemos y generalmente evitamos aspectos de la naturaleza humana que
deben llevarnos más allá de nuestro equipamiento técnico.

282
La elección del caso implica una clasificación. Para mí propósito actual, agrupo los
casos de acuerdo con el equipo técnico que requiera el analista.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”,1954, p.278]

Winnicott identifica tres grupos de pacientes en el contexto de las etapas de la


dependencia.

El primer grupo ha alcanzado la madurez y, por tanto, puede distinguir entre Yo y No-
Yo. La técnica para estos pacientes “pertenece al psicoanálisis tal como se desarrolló
en manos de Freud a principios de siglo” (“Metapsicología y Aspectos clínicos”, pág.
279). Estos pacientes habrán alcanzado la etapa de “hacia la independencia” y se
clasifican comúnmente como psiconeuróticos.

El segundo grupo ha alcanzado o logrado la etapa de desarrollo en relación con la


etapa de dependencia relativa. La técnica requerida en su caso es más o menos la
misma que la del primer grupo, pero con énfasis en la supervivencia del analista. Este
tema de la supervivencia eventualmente conducirá a la teoría de Winnicott del “uso
de un objeto” en 1968 (ver AGRESIÓN: 10).

El tercer grupo está formado por personas que habían sufrido las consecuencias de
una falla del entorno en las etapas muy tempranas de la vida, cuando eran
absolutamente dependientes. Estos pacientes generalmente se clasifican como en
regresión y generalmente se etiquetan como de personalidad límite o de tipo
esquizoide, o esquizofrénico, etc.

En el tercer grupo coloco a todos aquellos pacientes cuyos análisis deben lidiar con
las primeras etapas del desarrollo emocional antes y hasta el establecimiento de la
personalidad como una entidad, antes de la consecución del estado de unidad del
espacio-tiempo. La estructura personal aún no se está bien fundada. En lo que
respecta a este tercer grupo, el acento está más seguro en el manejo y, a veces,
durante largos períodos con estos pacientes el trabajo analítico ordinario debe
ponerse en suspenso, el manejo de la situación siendo lo más importante.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, p.279]

283
Por “manejo” Winnicott se refiere aquí a todos los componentes de la explotación que
en un entorno lo suficientemente bueno se toman por sentado.

Las cuestiones de clasificación y evaluación eran tan complejas entonces como


todavía lo son hoy, y Winnicott señala que el paciente en la ilustración clínica de este
artículo parece inicialmente ser de la primera categoría, pero su diagnóstico analítico
“tomó en cuenta un desarrollo muy temprano de un falso Yo”. El concluye por lo tanto,
que “para que el tratamiento sea eficaz, debe haber una regresión en busca del
verdadero Yo” (“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la regresión”, p.280).

3 Dos tipos de regresión

Winnicott describe dos tipos de regresión:

Los analistas han considerado necesario postular que, más normalmente, hay buenas
situaciones pregenitales a las que el individuo puede volver cuando se encuentra en
dificultades en una etapa posterior. Esto es un fenómeno de la salud, Ha surgido la
idea de dos tipos de regresión con respecto al desarrollo del instinto, el primero siendo
una regresión a una situación de fracaso temprano y el segundo a una situación de
éxito temprano.

…En el caso de la situación de falla del entorno, lo que vemos es evidencia de


defensas personales organizadas por el individuo y que requieren análisis. En el caso
de una situación más normal de éxito temprano, lo que vemos más obviamente es el
recuerdo de la dependencia, y por lo tanto nos encontramos con una situación del
entorno en lugar de con una organización de defensa personal. La organización
personal no es tan obvia porque ha permanecido fluida y menos a la defensiva.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, 1954, p.282-283]

El último tipi de regresión ocurre en el paciente que ha tenido un buen sostén del
entorno lo suficientemente bueno, mientras que el primero ocurre a través de la
seguridad del entorno mientras que el paciente vuelve a visitar el fracaso del entorno.

284
Ambos tipos de regresión normal toman al paciente de regreso al impacto temprano
del entorno.

Debo mencionar en este punto que me estoy basando en una suposición que a
menudo he hecho antes y que no siempre es aceptada, es decir, que hacia el
comienzo de la teoría hay cada vez menos fracasos personales, eventualmente sólo
el fracaso de la adaptación del entorno.

Nos preocupa, por tanto, no meramente la regresión a los puntos buenos y malos en
las experiencias instintivas del individuo, sino también a los puntos buenos y malos
en la adaptación del entorno a las necesidades del ego y las necesidades de ID en la
historia del individuo.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, 1954, p. 283]

Para asegurarse de que se ha asimilado su punto, Winnicott enfatiza varias veces


cómo la disposición del entorno influye la experiencia del yo del bebé. Esto se
relaciona con su debate en curso con Melanie Klein, quien en su opinión, no prestó
suficiente atención.

Winnicott ve la autodefensa falsa como un componente de un ego altamente


organizado, con lo cual él quiere decir altamente defensivo.

Se verá que estoy considerando la idea de regresión dentro de un mecanismo de


defensa del yo altamente organizado, uno que implica la existencia de un falso yo. En
el paciente a quien nos referimos anteriormente este falso yo se convirtió
gradualmente en un “yo cuidador”, y sólo después de algunos años podría el cuidador
ser entregado al analista, y la auto entrega al ego.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, p. 281]

El paciente en cuestión se describe por primera vez en el artículo de Winnicott de


1949 llamado “Recuerdos de nacimiento, trauma de nacimiento y ansiedad”, luego en
1954, en “Aspectos metapsicológicos y clínicos de la regresión en la estructura
psicoanalítica”, y una vez más, brevemente en 1960, en “La distorsión del ego en
términos del verdadero y falso yo”. Usando las palabras del paciente, Winnicott llegó

285
a ver la falsa autodefensa como una división en la personalidad que se había
establecido en reacción ante un fracaso del entorno.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, 1954, p. 281]

Si el entorno decepciona al bebé, se ve obligado a cuidar de sí mismo; esto causa el


desarrollo prematuro del ego, que conduce al establecimiento del falso yo cuidador
(ver YO: 8).

4 La sensación de sentirse real o la sensación de futilidad

La teoría de Winnicott del verdadero y falso yo, puede verse como germinando
durante la década de 1950, y claramente su trabajo con sus pacientes y su regresión
a la dependencia lo acerca a su formulación de 1960 en “La distorsión del ego en
términos del verdadero y falso yo”.

Para Winnicott, especialmente durante la última década de su vida y trabajo, es la


sensación de sentirse real lo que hace que la vida valga la pena. El sistema del falso
yo altamente organizado” logra proteger al yo central, pero a costa de la sensación
de sentirse real (ver EGO: 3).

El desarrollo de un falso yo es una de las organizaciones de defensa más exitosas


diseñadas para la protección del centro yo verdadero, y su existencia resulta en el
sentido de futilidad. Me gustaría repetir mis palabras y decir que mientras que el centro
operativo del individuo está en el falso yo, hay una sensación de futilidad, y en la
práctica encontramos el cambio a la sensación de que la vida vale la pena llegando a
un momento de cambio del centro operativo desde el falso yo al verdadero yo, incluso
antes de la entrega total del yo central al ego total.

A partir de esto se puede formular un principio fundamental de existencia: lo que


procede del verdadero yo se siente real (un bien tardío) cualquiera que sea su
naturaleza, por agresiva que sea: aquello que ocurre en el individuo como una

286
reacción del impacto del entorno se siente irreal, Inútil (luego malo) pero
sensualmente satisfactorio.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, 1954, p. 292]

El axioma para trabajar con pacientes que habían desarrollado un sistema de falso
yo, es esa regresión a la dependencia en el entorno analítico que puede ayudar al
paciente a volver al fracaso temprano y encontrar el sentido de lo que es verdad. La
búsqueda del verdadero yo, conduce a la sensación de sentirse real.

En el corazón de la sensación de sentirse real es la suficientemente buena adaptación


del entorno a las necesidades del paciente. Así el paciente es compensado y curado
al regresar y encontrar el entorno analítico que debería haberse proporcionado antes
pero no estaba disponible, es decir, el entorno facilitador, que sostiene y contiene.

El “mecanismo de curación” inherente a la regresión es un potencial, que sólo puede


realizarse dentro de una “nueva y confiable adaptación del entorno que puede ser
utilizada por el paciente en la corrección del fracaso adaptativo original”. Este entorno
es absolutamente aparejado con un cuidado del niño lo suficiente bueno y lo que
puede ser provisto por “las amistades, el disfrutar de la poesía, y las actividades en
general” (“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la regresión”, págs. 293-294).

La “recuperación” lleva al paciente a al “análisis ordinario diseñado para el manejo de


la posición depresiva y del Complejo de Edipo en las relaciones interpersonales”
(“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la regresión”, p. 294).

5 “Tenemos éxito fracasando”

El fracaso del analista es un componente crucial de este nuevo entorno. Tiene que
ocurrir dentro de la transferencia, en una recreación de situaciones de fracaso
tempano. El fracaso del analista,

Entonces, es una puesta en acto, y también necesita ser articulado en el momento


adecuado. Sin embargo, para que haya un el marco curativo en el paciente, solo debe
ocurrir una vez establecido el marco analítico.

287
¿Qué es lo que puede ser suficiente para que algunos de nuestros pacientes se
pongan bien? A fin de cuentas, el paciente utiliza los fracasos del analista, a menudo
bastante pequeños, quizás maniobrados por el paciente…y tenemos que soportar ser
incomprendidos en un contexto limitado. El factor operativo es que el paciente ahora
odia al analista por su fracaso que vino originalmente como un fracaso del entorno,
fuera del área de control omnipotente del bebé, pero que ahora se escenifica en la
transferencia.

Entonces, al final, tenemos éxito al fallar, fallando al camino del paciente. Esta es una
gran distancia de la simple teoría de la cura mediante la experiencia colectiva. De esta
forma, la regresión puede estar al servicio del ego si es recibido por el analista y
convertido en una nueva dependencia en la que el paciente trae el factor malo externo
al área de su control omnipotente, y el área manejada por mecanismos de
introyección y proyección.

[“Dependencia en el cuidado infantil, en el cuidado


del niño y el escenario psicoanalítico”, 1962, p. 258]

EL punto crucial aquí es la cuestión de si el analista es capaz de reconocer la


necesidad del paciente de retroceder y está listo para adaptarse y satisfacer la
necesidad, al igual que la madre lo suficientemente buena en su estado de
preocupación maternal primaria es capaz de adaptarse a las necesidades del bebé.
El analista que necesita tener éxito al fallar en la transferencia, es como la madre que
necesita desadaptarse gradualmente (ver DEPENDENCIA: 5).

6 Adaptación no arte

En el momento que Winnicott estaba trabajando en cuestiones relacionadas con la


regresión, había un desacuerdo generalizado en el mundo psicoanalítico en cuando
al valor del psicoanálisis para tales pacientes, que a menudo eran vistos como
inanalizables. Aunque la cuestión de la analizabilidad sigue siendo debatida entre los
médicos. Se ha hecho mucho trabajo nuevo con el paciente en regresión desde la
época de Winnicott.

Winnicott tenía algunas críticas en su camino, que él deseaba abordar.

288
A veces se plantea la siguiente idea: por supuesto que todo el mundo quiere
retroceder; la regresión es un picnic; debemos evitar que nuestros pacientes hagan
regresión; o Winnicott quiere e invita a sus pacientes a la regresión.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, 1954, p. 290]

También desea dejar claro cuán extremadamente dolorosa la dependencia es para el


paciente, y que trabajar con alguien que atraviesa una regresión no es un picnic.

No hay razones por las que el analista deba querer que un paciente haga regresión,
salvo por razones manifiestamente patológicas. Si a un analista le gusta que sus
pacientes hagan regresión, esto eventualmente debe interferir con el manejo de la
situación de regresión. Además, el psicoanálisis que implica regresión clínica es
mucho más difícil todo el tiempo que aquél en el que no es necesario realizar ninguna
disposición adaptativa especial del entorno. En otras palabras, sería agradable si
pudiéramos tomar por análisis sólo aquellos pacientes cuyas madres al principio y
también en los primeros meses habían podido proporcionar condiciones lo
suficientemente buenas. Pero esta era del psicoanálisis se está acercando
constantemente a su fin.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, pp. 290-291]

Winnicott está desafiando a los analistas sobre su práctica mientras que al mismo
tiempo está haciéndoles un pedido de (a) el reconocimiento de la responsabilidad por
la salud mental del paciente, y (b) la adaptación del entorno analítico para adaptarse
a las necesidades del paciente a que regresa a la dependencia.

Pero surge la pregunta ¿Qué hacen los analistas cuando la regresión (incluso en
mínimas cantidades) aparece?

Algunos dicen crudamente: ¡Ahora siéntate! ¡Súbete las medias! ¡Ven aquí! Habla!

Pero esto no es psicoanálisis.

Algunos dividen su trabajo en dos partes, aunque desafortunadamente no siempre


reconocen esto:

289
a. Son estrictamente analíticos (asociación libre en palabras, interpretación en
palabras; sin garantías)
b. Son intuitivas.
Aquí viene la idea del psicoanálisis como forma de arte.
Algunos dicen: inanalizable, y tiran el trapo. Se hace cargo un hospital psiquiátrico.
La idea de psicoanálisis como forma de arte debe gradualmente dar camino a un
estudio de la adaptación del entorno en relación con las regresiones de los
pacientes. Pero si bien el estudio científico de la adaptación al entorno no está
desarrollado, supongo que los analistas deben seguir siendo artistas en su trabajo.
Un analista puede ser un buen artista, pero (como he preguntado con frecuencia):
¿Qué paciente quiere ser el poema o el cuadro de otra persona?
[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la
regresión”, pp. 290-291]

7 El significado de la realidad

Al explorar las técnicas de trabajo con pacientes en regresión Winnicott aborda el


concepto de tranquilidad, y dice:

Por último examinemos el concepto de regresión poniendo contra él el concepto de


tranquilidad. Esto se vuelve necesario debido al hecho de que la técnica adaptativa
que debe cumplir la regresión de un paciente a menudo se clasifica (incorrectamente)
como seguridades…

Sin embargo, si miramos un poco más detenidamente, vemos que este es un lenguaje
demasiado simple. No es solo una cuestión de seguridad y no seguridad.

De hecho, todo el asunto necesita un examen. ¿Qué es tener una seguridad? ¿Qué
puede ser más seguro que estarse analizando bien, estar en un entorno confiable con
una persona madura a cargo, capaz de hacer interpretaciones penetrantes y precisas,
y encontrar que se respeta nuestro proceso personal? Es una tontería negar que la
seguridad está presente en la situación analítica clásica.

290
Toda la estructura del psicoanálisis es un gran consuelo, especialmente la objetividad
y el comportamiento confiables del analista, y las interpretaciones de transferencia
usando constructivamente en lugar de explotar inútilmente la pasión de momento.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, pp. 290-291]

Este artículo nuevamente expresa la pasión personal de Winnicott por la importancia


de reconocer las necesidades del paciente y distinguirlas de los deseos y la noción
de gratificación. Él está demandando con fuerza un cambio de actitud a sus colegas
analistas:

¿Qué se diría de la incapacidad de un analista para asegurar? En el analista existe


una creencia en la naturaleza humana y en el proceso de desarrollo si es que se va
a realizar algún trabajo, y esto es detectado rápidamente por el paciente.

No se puede obtener ningún valor al describir la regresión a la dependencia, con su


concomitante adaptación del entorno, en términos de tranquilidad, al igual que hay un
punto muy real al considerar la seguridad nociva en términos de contratransferencia.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, pp. 292-293]

Por “contratransferencia”, en este contexto, Winnicott se refiere a la reacción


patológica del analista a la tensión que le pone el paciente en regresión (ver ODIO:2).

1. Un entorno que da confianza

Winnicott reconoce que Freud tomó por sentado los principios suficientemente buenos
del entorno porque “aparece” en el entorno que Freud divisó. En este mismo
escenario que evolucionó para el psiconeurótico también le sirve muy bien al paciente
psicótico o en regresión, porque replica el entorno de espera:

La enfermedad psicótica está relacionada con fallas del entorno en una etapa
temprana del desarrollo emocional del individuo. El sentido de futilidad y de irrealidad
pertenecen al desarrollo del falso Yo que se desarrolla para proteger al verdadero yo.

291
El escenario del análisis reproduce las primeras técnicas de maternidad. Invita a la
regresión debido a su fiabilidad.

La regresión de un paciente es un regreso organizado a la dependencia temprana o


doble dependencia. El paciente y la configuración se fusionan en la situación de éxito
original de narcicismo primario.

El progreso del narcicismo primario comienza de nuevo con el verdadero yo capaz de


afrontar situaciones de fracaso del entorno sin la organización de defensas que
implican un falso yo que proteja al verdadero yo.

En esta medida, la enfermedad psicótica solo puede aliviarse con provisión


especializada del entorno entrelazada con la regresión del paciente. El progreso
desde la nueva posición, con el verdadero yo entregado al ego total, ahora se puede
estudiar en términos de los procesos complejos de crecimiento individual.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, 1954, pp. 286-287]

Winnicott usa el término de Freud “narcicismo primario” para describir la fusión entre
madre e hijo durante el tiempo de dependencia absoluta, o “doble” dependencia,
como él se refiere a ella en el artículo de 1950. La fusión se refiere a la falta de
conciencia del bebé sobre el cuidado que está recibiendo (ver DEPENDENCIA: 4;
MADRE: 10).

Una vez que el paciente ha comenzado la terapia, surge una “secuencia de eventos”
que Winnicott enumera como sigue a continuación:

1. La provisión de un entorno que dé confianza


2. Regresión del paciente a la dependencia, con el debido sentido del riesgo
involucrado.
3. El paciente siente un nuevo sentido de sí mismo, y el yo hasta ahora devenir oculto
entregado al ego total. Una nueva progresión de los procesos individuales que se
habían detenido.
4. Descongelamiento de una situación de fracaso del entorno
5. Desde la nueva posición de la fuerza del ego, la ira relacionada con el fracaso
temprano del entorno, sentido en el presente y expresado.

292
6. Regreso de la regresión a la dependencia, en un progreso ordenado hacia la
independencia.
7. Necesidades y deseos instintivos que se vuelven realizables con genuina vitalidad
y vigor. Todo esto se repite una y otra vez.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, 1954, p. 287]

Esencialmente, Winnicott ve la enfermedad psicótica como “una organización


defensiva diseñada para proteger el verdadero yo”, causada por un fracaso temprano
del entorno (fracaso de la madre de adaptarse a las necesidades del niño) (ver
ENTORNO: 3).

Ocho años más tarde, en 1962, Winnicott aborda la cuestión de la etiología de la


psicosis:

…¿Atribuyo la psicosis principalmente a experiencias traumáticas graves, en parte a


privaciones en la primera infancia? Puedo entender bien que esta impresión que he
dado, y tengo cambió la forma en que presento mi punto de vista en el curso de la
pasada década. Sin embargo, es necesario hacer algunas correcciones, Yo he
afirmado esto definitivamente en la etiología de la enfermedad psicótica y
particularmente en la esquizofrenia…Hay que señalar un fracaso en el proceso total
del cuidado infantil. En un artículo llegué a afirmar que “La psicosis es una deficiencia
del entorno. Zetzel utiliza el término “experiencias traumáticas graves”, y estas
palabras implican que suceden cosas malas, cosas que parecen malas desde el punto
de vista del observador. Las diferencias que yo me refiero son fallas de suministro
básico. El principal punto es que estos fracasos son impredecibles; ellos no pueden
ser contabilizados en términos de proyección, porque el bebé aún no ha alcanzado la
etapa de estructuración del yo que hace esto posible, y resultan en la aniquilación del
individuo cuyo desarrollo se interrumpe.

[“Dependencia en el cuidado infantil”, 1962,


p. 256]

293
9 Distinguir deseos de necesidades

Esta parte de la teoría de la regresión de Winnicott está relacionada con la evaluación


de la capacidad del paciente para simbolizar. Un paciente que está funcionando en
un nivel psicótico encuentra más difícil apreciar una “realidad compartida”:

El diván y las almohadas están ahí para uso del paciente. Aparecerán ideas y sueños
y luego se mantendrán para el cuerpo del analista, pechos, brazos, manos, etc. en
una infinita variedad de formas. En la medida en que el paciente retrocede (por un
momento o durante una hora o durante un largo período de tiempo) el diván es el
analista, las almohadas son los pechos, el analista es la madre en cierta época
pasada. En el extremo ya no es cierto decir que el diván representa al analista.

Es apropiado hablar de los deseos del paciente, el deseo (de hecho) de estar callado.
Con el paciente en regresión la palabra deseo es incorrecta; en su lugar usamos la
palabra necesidad. Si un paciente en regresión necesita tranquilidad, entonces sin
ella no se puede hacer nada en absoluto. Si no se satisface la necesidad, el resultado
no es ira, solo una reproducción de la situación de fracaso del entorno que detuvo los
procesos de crecimiento personal. La capacidad del individuo para “desear” ha sido
interferida, y somos testigos de la reparación de la causa original de un sentido de
futilidad.

El paciente en regresión está cerca de revivir el sueño y situaciones de su memoria;


una actuación de un sueño puede ser la manera para que el paciente descubra lo que
es urgente, y hablar de lo que fue actuado sigue a la acción pero no puede precederla.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, 1954, p. 288]

Winnicott se refiere al paciente que todavía no puede simbolizar en el entorno


analítico y solo puede comunicarse a través de la promulgación.

El “yo observador” es el término de Winnicott para la capacidad del paciente de entrar


en un estado de regresión en la hora analítica y luego salir de ella. Con el paciente
cuyo yo observador no está tan desarrollado, la necesidad de actuar es la única forma
de revivir lo que necesita para ser revivido.

294
Un elemento importante de esta teoría es el postulado de la observación del ego. Dos
pacientes muy similares en sus aspectos clínicos pueden ser muy diferentes en
cuanto al grado de organización del yo observador. En un extremo, el yo observador
es casi capaz de identificarse con el analista y puede ser la recuperación de la
situación de regresión al final de la hora analítica. En el otro extremo hay muy poco
ego observador, y el paciente puede recuperarse de la regresión en la hora analítica,
y debe ser cuidado y alimentado.

La mala conducta debe ser tolerada en este tipo de trabajo, y con la actuación en la
hora analítica el analista encontrará necesario desempeñar un papel, aunque
normalmente en forma simbólica. No hay nada más sorprendente , tanto para el
paciente como para el analista , que las revelaciones que ocurren en estos momentos
de actuación. La actuación real en el análisis es sólo el comienzo, sin embargo,
siempre debe seguir el poner en palabras, por pequeño que sea, lo nuevo que se
haya comprendido.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, 1954, p. 289]

Aunque el paciente en regresión está luchando con su capacidad para simbolizar y


para distinguirme del No-Yo, la actuación dentro del marco analítico es simbólico; es
la única forma en que el paciente puede comunicar algo del trauma pasado al analista.
Winnicott enfatiza que cualquier actuación que ocurra en la sesión, será analizable en
una etapa posterior del análisis. Él ve una secuencia de desarrollo que trabaja hacia
esta distinción.

1. Una declaración de lo que sucedió en la actuación.


2. Una declaración de lo que se necesitaba del analista. De esto se puede decir:
3. Qué salió mal en la situación de fracaso del entorno original. Esto produce
cierto alivio, pero sigue como:
4. Ira perteneciente a la situación del fracaso del entorno original. Esta ira se
siente quizás por primera vez, y el analista ahora puede tener que participar
siendo utilizado con respecto a sus fracasos más que a sus éxitos. Esto es
desconcertante a menos que se entienda. El progreso se ha realizado a través
del cuidadoso intento del analista de adaptación, y sin embargo es el fracaso

295
que en este momento se destaca como importante para ser una reproducción
del fracaso o trauma original. En casos favorables se sigue al fin:
5. Un nuevo sentido de sí mismo en el paciente y un sentido del progreso que
significa verdadero crecimiento. Es esto último lo que debe ser la recompensa
del analista a través de su identificación con su paciente. No siempre llegará
una etapa posterior en la que el paciente sea capaz de comprender la tensión
que el analista ha sufrido y pueda decir gracias con verdadero significado.

[“Aspectos metapsicológicos y clínicos de la


regresión”, pp. 289-290]

10 Regresión y retirada

En el capítulo 8 de Naturaleza Humana (escrito principalmente en 1954, aunque no


publicado hasta 1988), Winnicott describe el estar retirado como sigue:

Es útil pensar en la abstinencia en la que la persona en cuestión (niño o adulto) tiene


una parte en regresión del yo y lo cuida, a expensas de las relaciones externas.

[“Naturaleza humana”, p. 114]

Es como si el paciente llevara consigo su niño interno en su yo interior.

Si, en el momento de abstinencia en una psicoterapia donde hay oportunidad para


una observación y un manejo delicados, el terapeuta interviene rápidamente y da
sostén al bebé, luego la persona entrega el cuidado del bebé al terapeuta y se
convierte en el bebé.

[“Naturaleza humana”, p. 114]

Si el paciente permite que el analista “sostenga al bebé”, entonces se ha producido


una regresión a la dependencia. Si el entorno (escenario analítico) es lo
suficientemente confiable, entonces el paciente puede hacer uso completo de las
regresiones a la dependencia durante un período de tiempo.

La regresión tiene una cualidad curativa, ya que la experiencia temprana puede ser
corregida en una regresión y hay un verdadero descanso en la experiencia y el

296
reconocimiento de la dependencia. El regreso de la regresión depende de la
recuperación de la independencia, y si esto es bien manejado por el terapeuta , el
resultado es que la persona eta en mejor estado que antes del episodio.

[“Naturaleza humana”, p. 114]

La retirada, sin embargo no tiene una cualidad curativa y no beneficia al paciente.


Simplemente demuestra que el paciente ha tenido que sostenerse en el pasado, y es,
en ese sentido, un grito de pedido de ayuda en la sesión.

En un artículo escrito en 2954, “Retirada y regresión”, Winnicott ilustra con datos


clínicos cómo el analista debe reconocer el estado retirado y posteriormente encontrar
una manera de sostener al bebé en el paciente. Si el analista puede hacer esto,
entonces el paciente es capaz de regresar a la dependencia y por tanto, se corrige la
situación de fracaso anterior.

…si conocemos la regresión en la hora analítica, podemos atenderlo de inmediato y


de esta manera permitir a ciertos pacientes que no están demasiado enfermos para
hacer la regresión necesaria en cortas fases, tal vez incluso casi momentáneamente.
Yo diría que en el estado retirado el paciente está sosteniendo a su Yo, y si el estado
retirado aparece inmediatamente, el analista puede sostener al paciente, entonces lo
que de otra manera hubiera sido un estado de retirada se convierte en una regresión.
La ventaja de una regresión es que conlleva la oportunidad de corregir una adaptación
inadecuada a las necesidades en la historia del paciente, es decir, en el manejo de la
infancia del paciente. Por el contrario el estado retirado no es rentable y cuando es
rentable y cuando el paciente se recupera de un estado de retirada él o ella no
cambiaron.

[“Retirada y regresión”, 1954, p. 261]

Winnicott deja en claro que no hay peligros inherentes del paciente a la dependencia,
además de las insuficiencias en el analista. Se piensa comúnmente que existe algún
peligro en la regresión de un paciente durante el psicoanálisis, El peligro no radica en
la regresión, sino en la falta de preparación del analista para encontrar la regresión y
la dependencia que le pertenece. Cuando un analista ha tenido una experiencia que
le da confianza en su manejo de la regresión, entonces probablemente sea cierto
decir que cuanto más rápidamente el analista acepta la regresión y la encuentra

297
plenamente, es menos probable que el paciente necesite entrar en una enfermedad
con cualidades regresivas.

[“Retirada y regresión”, p. 261]

YO

1 Subjetividad y el yo
2 El yo como burbuja y núcleo
3 La no-integración primaria

298
4 Tres yoes
5 La calidad de la atención que fortalece el sentido de sí mismo
6 El falso yo
7 Intelecto dividido
8 Concientización simbólica
9 El verdadero yo
10 Cumplimiento y compromiso
11 Psicoterapia y búsqueda de uno mismo

Aunque Winnicott afirma con frecuencia que existe una diferencia entre el “yo” y el
“ego”, su distinción no siempre es clara en toda su obra, porque con frecuencia el
término “yo” se una indistintamente con los términos “ego” y “psique”.

En su última década, el término “yo” se utilizó para describir cómo el individuo siente
subjetivamente, y es la sensación de “sentirse real” lo que Winnicott sitúa en el centro
del sentido del yo.

Desde el punto de vista del desarrollo, el “yo” comienza como un potencial en el recién
nacido, dado un entorno lo suficientemente bueno, se convierte en un todo el yo, es
decir, una persona que es capaz de distinguir entre Yo y No-Yo.

En la última década de su vida, Winnicott distinguió entre el verdadero y falso yo y


enfatizaba un incomunicado, aislado yo central, que para la salud mental debe
permanecer protegido a todo costo.

1 Subjetividad y el yo

Para el lector, el significado preciso de Winnicott del término “yo” a menudo puede
resultar confuso. A lo largo de su trabajo, aunque a menudo diferencia entre el ego y
el yo (ver EGO:1), es útil tener en cuenta que el ego es un aspecto del yo que tiene
una función particular: organizar e integrar la experiencia.

299
Así, el yo está formado por todos los diferentes aspectos de la personalidad que, en
el lenguaje de Winnicott, forman el Yo, a diferencia del No-Yo, de cada persona. El
término “yo”, por lo tanto, describe un sentido subjetivo de ser.

Se puede discernir en el trabajo de Winnicott que los términos yo, ego y psique
implican diferentes énfasis en la realidad y función internas, y que, como con todos
los términos que usa, ninguno puede, ni debe, ser inmovilizado.

Generalmente, Winnicott coloca el yo núcleo verdadero al comienzo de la vida, pero


cuando se refiere a un yo completo, el nacimiento del yo se ubica en la etapa de
preocupación (ver PREOCUPACIÓN: 5; EGO: 2).

2 El yo como burbuja y núcleo

En 1949, en su artículo “Recuerdos de nacimiento, trauma de nacimiento, y ansiedad”,


Winnicott cita a uno de sus pacientes para describir el yo:

Estoy en deuda con un paciente por una forma de expresar esto que provino de una
apreciación muy arraigada de la posición del bebé en una etapa temprana…Este
paciente dijo: “Al principio el individuo es como una burbuja”. Si la presión desde el
exterior se adapta activamente a la presión interior, entonces la burbuja es lo
significativo, es decir, el yo del bebé. Sin embargo, si la presión del entorno es mayor
o menor que la presión dentro de la burbuja, entonces no es la burbuja la que es
importante sino el entorno. La burbuja se adapta a la presión exterior”.

[“Recuerdos de nacimiento”, 1949, pp. 182-183]

Winnicott usó esta cita para describir la tarea del bebé, durante el nacimiento, de
hacer frente al impacto del entorno en el cuerpo-yo como la burbuja que se adapta a
la presión exterior:

Antes del nacimiento, y especialmente si hay retraso, puede fácilmente haber


repetidas experiencias para un niño en las que, en ese momento, el estrés está en el
entorno más que en uno mismo, y es probable que el feto se vuelva cada vez más
atrapados en este tipo de relaciones con el entorno cuando llega el momento del
nacimiento.

300
Así, en el proceso natural la experiencia del nacimiento es una muestra exagerada de
algo ya conocido por el bebé. Por el momento, durante el parto, el bebé es un reactor
y lo importante es el entorno; y entonces después del nacimiento hay un retorno a un
estado de cosas en el que lo importante es el bebé, sea lo que sea que eso signifique.
En estado de salud el bebé está preparado antes del nacimiento para algunos
problemas del impacto del entorno sobre él, y ya ha tenido la experiencia de un retorno
natural de reaccionar a un estado de no tener que reaccionar, que es el único estado
en el que el yo puede comenzar a estar.

[“Recuerdos de nacimiento”, 1949, p.183]

En este artículo, el yo se ubica incluso antes del nacimiento, y está claro que no puede
empezar a “ser” si está en posición de tener que reaccionar a los impactos del entorno
(ver ENTORNO: 5; Psique-Soma: 4; REGRESIÓN: 2, 3).

Más tarde, en 1952, en un artículo titulado “La ansiedad asociada con la inseguridad”,
Winnicott describe la díada madre-hijo ates del comienzo de las relaciones de objeto
como un individuo – configuración del entorno (ver SER:1) una corza (madre) y un
núcleo (bebé), que describe metafóricamente que el yo, y todas sus partes, comienza
bien dentro de la unidad materno-infantil:

El centro de gravedad del ser no parte del individuo, Está en la configuración total.
Para un cuidado infantil lo suficientemente bueno, técnica, sostén y manejo general,
la coraza va siendo tomada gradualmente y el núcleo (que hemos percibido todo el
tiempo como un bebé) puede comenzar a ser un individuo.

…El ser humano que ahora está desarrollando una entidad desde su centro puede
localizarse en el cuerpo del bebé y así puede comenzar a crear un mundo externo al
mismo tiempo que adquiere una membrana limitante y un interior.

[“Ansiedad asociada a la inseguridad”, 1952, p.99]

Aunque el yo y el ego no se mencionan aquí, debe asumirse que la entidad se refiere


al yo y al ego potencial y en desarrollo (ver EGO:1, 2). El ego y el yo se usan
indistintamente en el párrafo final de “La preocupación maternal primaria” (1956):

301
El ego aquí implica una suma de experiencia. El Yo individual comienza como una
suma de experiencia en reposo, espontánea motilidad y sensación, retorno de la
actividad al reposo…

[“Preocupación maternal primaria”, 1956, p.305]

El énfasis aquí, en 1956, es que el comienzo del yo es una “suma de experiencias”,


que en 1962 se describe como el comienzo del ego:

La primera pregunta que se hace sobre lo que está etiquetando el ego es esta:

¿Es que hay un ego desde el principio? La respuesta es que es al comienzo donde
comienza el ego.

[“La integración del ego en el desarrollo del niño”, 1962, p.56]

Una nota al pie se lee como sigue:

Es bueno recordar que el comienzo es una suma de principios.

[“Integración del ego”, p.56]

Sin embargo, en el mismo artículo, Winnicott escribe categóricamente lo siguiente:

Se verá que el ego se ofrece al estudio mucho antes de que la palabra yo tenga
relevancia. La palabra yo llega después de que el niño ha comenzado a usar el
intelecto para mirar lo que los demás ven o sienten, u oyen y lo que conciben cuando
se encuentran con este cuerpo infantil.

[“Integración del ego”, p.56]

Aquí parece que para Winnicott el yo no llega a existir hasta que el bebé comience a
separarme del No-Yo durante la etapa de preocupación.

3 La no-integración primaria

El tema de la realidad interna y la realidad psíquica es explorado por Winnicott en su


artículo de 1935, “La defensa maníaca”. En 1945, en “Desarrollo emocional primitivo”,
los temas de realidad interior son elaborados, y Winnicott postula un estado de no

302
integración primaria, a veces denominada, narcisismo primario, que se refiere
específicamente al estado del yo potencial del bebé.

Entonces, para Winnicott, el yo no existe hasta que toma lugar la conciencia, que
enfatiza el “sentido” en la existencia del “Yo” (este tema se explora en el trabajo de
Winnicott sobre los fenómenos de transición, el juego y la búsqueda de uno mismo
(ver El JUGAR: 5, 6; YO; 11; FENÓMENOS TRANSICIONALES: 6).

Para que tenga lugar la autoconciencia, hay tres procesos que necesitan salir del
estado de no integración primaria. Ellos son los siguientes:

…integración, y personalización, siguiendo estos, la apreciación del tiempo y el


espacio y otras propiedades de la realidad, en corta comprensión.

[“Desarrollo emocional primitivo”, 1945, p.149]

Winnicott se refiere brevemente al problema asociado con la personalización:

Un problema relacionado con el de la personalización es la de los amigos imaginarios


de la infancia. Estos no son simples construcciones de fantasía. Estudio del futuro de
estos amigos imaginarios (en análisis) muestra que a veces son otros yoes de un tipo
muy primitivo.

[“Desarrollo emocional primitivo”, p.151]

Winnicott no explora el fenómeno de los amigos imaginarios en este artículo, pero


afirma que este tipo de uso de la imaginación es lo siguiente:

…es una creación muy primitiva y mágica (que es)…fácilmente utilizado como
defensa, ya que mágicamente pasa por alto todas las ansiedades asociadas con la
incorporación, digestión, retención y expulsión.

[“Desarrollo emocional primitivo”, p.151]

Esto introduce el tema de la naturaleza de la defensa, que , en este contexto, sugiere


que el yo se ve obligado a defenderse, si está siendo atacado. Una defensa útil es la
de la disociación.

Del problema de la no integración surge otro, el de la disociación. La disociación se


puede estudiar de manera útil en su forma inicial o natural. Según mi punto de vista,

303
surgen de la no integración una serie de lo que luego se llamaran disociaciones, que
surgen debido a que la integración es incompleta o parcial.

[“Desarrollo emocional primitivo”, p.151]

A partir de esta declaración, Winnicott continúa explicando que el bebé, desde el


principio, todavía no ha podido apreciar que sigue siendo el mismo bebé, ya sea que
esté “tranquilo” o “emocionado”:

Por ejemplo, hay estados relajados y estados emocionados. Creo que no se puede
decir que un bebé sea consciente al principio de que mientras se siente esto y aquello
en su cuna o disfrutando de los estímulos cutáneos del baño, es lo mismo que cuando
él está gritando de satisfacción, poseído por un impulso de llegar a algo a menos que
esté satisfecho con su leche. Esto significa que no saber al principio que la madre que
el bebé está construyendo a través de sus experiencias relajadas, es lo mismo que el
poder detrás de los pechos que tiene en mente destruir.

[“Desarrollo emocional primitivo”, p.151]

Aquí hay dos bebés en uno y dos madres en una. En un principio, desde el punto de
vista del sujeto, las emociones involucradas en los estados de ánimo “relajado” y
“emocionado” están separados y “disociados”. El trabajo de integración consiste en
acercarlos. (ver AGRESIÓN: 6; preocupación: 3, 4, 5; odio: 6).

4 Tres yoes

Winnicott se refiere a la existencia de tres yoes en una personalidad es un sol artículo,


en 1950, “Agresión en relación con el desarrollo emocional”:

La personalidad consta de tres partes: un verdadero yo, conmigo y No-yo claramente


establecido, y con alguna fusión de elementos agresivos y eróticos, un yo que se deja
seducir fácilmente a lo largo de las líneas de la experiencia erótica, pero con el
resultado de una pérdida del sentido de lo real; un yo que se entrega por completo y
sin piedad a la agresión.

[“Agresión en relación al desarrollo emocional”, 1950, p.217]

304
En este modelo, el verdadero yo ya ha establecido límites, a diferencia del yo que se
gana fácilmente y el yo “entregado a la agresión”. Más adelante en el mismo
documento, Winnicott vincula este yo despiadado con el gesto impulsivo, en salud,
que busca la exterioridad (ver AGRESIÓN: 7) como dice el siguiente párrafo:

La principal conclusión a extraer de estas consideraciones es que existe confusión


cuando usamos el término agresión a veces cuando nos referimos a la
espontaneidad. El gesto impulsivo se extiende y se vuelve agresivo cuando la
oposición es alcanzada. Hay realidad en esta experiencia, y fácilmente se fusiona con
las experiencias eróticas que aguardan al recién nacido. Lo que sugiero es: esta
impulsividad y la agresión que se desarrolla a partir de ello, que hace que el bebé
necesite un objeto externo, y no simplemente un objeto satisfactorio.

[“Agresión en relación al desarrollo emocional”, 1950, p.217]

El contenido de estos dos párrafos ilustra el propio desarrollo teórico de Winnicott en


este momento (esta parte del artículo fue presentado a un grupo privado en 1954),
que parece deshacerse de la teoría del instinto de Freud (el impulso ahora es buscar
un objeto en lugar de la satisfacción), así como la postulación de que la creatividad
surge del temprano “impulso amoroso primitivo” en lugar de la necesidad de reparar,
como en la teoría de Klein de la “posición depresiva”.

En otras palabras, mientras que Freud creía que el instinto en el bebé humano se
esforzaba por saciarse, Winnicott se dio cuenta de que la satisfacción puede ser un
“engaño” si el bebé no ha sentido su parte en obtener satisfacción.

En el mismo año, 1954, en “La posición depresiva en el desarrollo normal”, Winnicott


explora el significado de engañar.

El bebé es engañado por la alimentación misma; la tensión instintiva desaparece y el


bebé queda engañado. También se asume muy fácilmente que una alimentación va
seguida de satisfacción. A menudo, la angustia sigue a este engaño, especialmente
si la satisfacción física roba demasiado pronto el entusiasmo del niño. El bebé se
queda con lo siguiente: agresión no descargada, debido a la falta de erotismo
muscular o impulso primitivo (o movilidad) que se utilizó en el proceso de
alimentación, o una sensación de “fracaso”, ya que una fuente de entusiasmo por la
vida ha desaparecido de repente, y el bebé no sabe que volverá. Todo esto aparece

305
claramente en la experiencia clínica analítica, y al menos no se contradice con la
observación directa de bebés.

[“La posición depresiva”, 1952, p.268]

Dos años más tarde, en la conferencia de Winnicott en conmemoración del centenario


de Freud, él parece aclamar la crueldad en la creatividad del artista cuando dice lo
siguiente:

…la gente corriente, abrumada por la culpa, encuentra esto desconcertante; todavía
tienen un respeto furtivo por la crueldad que de hecho…logra más que el trabajo
impulsado por la culpa.

[“El psicoanálisis y el sentido de la culpa”, 1956, p.27]

Winnicott da a entender que esta crueldad forma parte en gran medida del impulso
creativo, colocado al comienzo de la vida en el amor, en lugar de a través de la
sublimación de Freud o mediante un impulso reparador en “La posición depresiva” de
Klein (ver AGRESIÓN: 7, 8; CREATIVIDAD: 1, 2, 3).

Sin embargo, para que el yo de desarrolle, la crueldad agresiva en el bebé que es


parte del “impulso amoroso primitivo”, tiene que ser encontrado por el entorno externo,
la madre, a fin de fortalecer el yo. Siempre con el énfasis en el entorno, Winnicott
finalmente llega a cambiar el verdadero yo y el yo cruel de 1854 en el verdadero yo
de 1960 (ver COMUNICACIÓN: 10).

5 La calidad de la atención que fortalece el sentido de sí mismo

Así, los temas de la autodefensa y la disociación culminan en el artículo de Winnicott


de 1960 “La distorsión del ego en términos del l verdadero y falso yo”. Aquí, Winnicott
establece una distinción entre el verdadero y falso yo con referencia a un espectro.
En un extremo, el falso yo protege al verdadero yo y el otro extremo el falso yo no
sabre sobre el verdadero yo porque está muy escondido.

Desarrollando sus pensamientos en evolución sobre la naturaleza de la agresión en


relación con los instintos y el entorno, Winnicott llega a una tesis clara sobre la
diferencia entre lo que él llama “necesidades del ego” y “necesidades del ID”.

306
Recuerde al bebé que no puede reconocer que él es esencialmente el mismo bebé,
ya sea que esté tranquilo o emocionado (ver AGRESIÓN: 6; PREOCUPACIÓN: 3).

Debe enfatizarse que al referirme a la satisfacción de las necesidades del bebé no


me refiero a la satisfacción de los instintos. En el área que estoy examinando los
instintos aún no están claramente definidos como internos al bebé o infante. Los
instintos pueden ser tan externos como un trueno o un golpe. El ego del bebé se está
fortaleciendo y en consecuencia está avanzando hacia un estado en el que las
demandas de ello se sentirán como parte del yo y no tanto del entorno. Cuando ocurre
este desarrollo, entonces la satisfacción del ID se convierte en un reforzador del ego
muy importante, o del verdadero yo; pero las emociones del ID pueden ser
traumáticas cuando el ego aún no es capaz de incluirlas, y aún no puede ser capaz
de contener los riesgos involucrados y las frustraciones experimentadas hasta el
punto en que la satisfacción del ID se convierte en un hecho.

[“La distorsión del ego”, 1960, p.141]

Las demandas del ID, instintos impulsados biológicamente, solo se convertirán en


arte del yo, integrado en la experiencia, si la madre es capaz de satisfacer las
necesidades del bebé. Esta satisfacción de necesidades consiste tanto en recibir
como en dar, respondiendo al gesto impulsivo del bebé (ver PREOCUPACIÓN: 7).

Siempre consciente de los paralelismos entre el cuidado infantil y el cuidado del


paciente, Winnicott transpone esta noción del ego y las necesidades del ID:

Un paciente me dijo: “buen manejo” (cuidado del ego) “tal como he experimentado
durante esta hora ES una alimentación” (la satisfacción del ID). No podría haberlo
dicho al revés, porque si lo hubiese alimentado él hubiese comido y esto jugaría en
su falsa autodefensa, o de lo contrario habría reaccionado y rechazado mis avances,
manteniendo su integridad eligiendo la frustración.

[“La distorsión del ego”, pp.141-142]

La buena gestión se refiere a la naturaleza de retención del marco analítico. Esto


recuerda a un párrafo de 1945 de un artículo de Winnicott, “Desarrollo emocional
positivo”, donde ilustra la necesidad del paciente de utilizar al analista para recopilarse
(integrar):

307
La integración comienza de inmediato al comienzo de la vida, pero en nuestro trabajo
nunca podemos darlo por sentado. Tenemos que dar cuenta de ello y observar sus
fluctuaciones.

Un ejemplo de fenómenos de no integración es proporcionado por la experiencia muy


común del paciente que procede a dar todos los detalles del fin de semana y se siente
satisfecho si todo ha sido dicho, aunque el analista sienta que no se ha realizado
ningún trabajo analítico. A veces debemos interpretar esto como la necesidad del
paciente de ser conocido en todos sus aspectos y piezas de una persona, el analista.
Ser conocido significa sentirse integrado al menos en la persona del analista. Esta es
la materia ordinaria de la vida infantil, y un infante que no ha tenido a ninguna persona
para reunir sus partes, comienza con una desventaja en su propia tarea de
autointegración, y tal vez no pueda tener éxito, o en cualquier caso no puede
mantener la integración con confianza.

[“Desarrollo emocional primitivo”, 1945, p.150]

Winnicott continuó trabajando en este tema en la última década de su vida. Destacó


el ambiente de espera en el consultorio, lo que facilitaría al paciente a llegar a su
propia interpretación. Como el bebé que necesita sentir que la alimentación se debe
a su esfuerzo, también el paciente necesita sentir que el trabajo analítico es parte de
su esfuerzo (ver COMUNICACIÓN: 6).

6 El falso Yo

Es en su práctica clínica que Winnicott llegó a distinguir entre u yo verdadero y uno


falso. El falso yo, llamado por un paciente el “yo cuidador”- es el yo que Winnicott se
da cuenta que tiene que tratar durante los primeros dos o tres años del trabajo
analítico con ese paciente.

Este caso le lleva a dividir la organización del falso yo en un espectro que va desde
lo patológico a lo sano. En cada clasificación, sin embargo, el falso yo es una
estructura que está allí para defender al verdadero yo, aún, o especialmente, en el
sano final. El entorno temprano da forma a la calidad de defensa requerida (ver
ENTORNO: 1). Este tema se desarrolla en el artículo de Winnicott de 1963,

308
“comunicarse y no comunicarse conduce a un estudio de ciertos opuestos” (ver
COMUNICACIÓN. 10).

7 Intelecto dividido

La personalidad del falso yo bien podría engañar al mundo, dice Winnicott al referirse
a un intelecto particularmente fino que podría localizarse en el falso yo.

Cuando ha tenido lugar esta doble anomalía, (i) el Falso Yo organizado para ocultar
al Verdadero Yo, (ii) un intento por parte del individuo para solucionar el problema
personal mediante el uso de un intelecto fino, resulta un cuadro clínico que es peculiar
en que engaña muy fácilmente.

El mundo puede observar un éxito académico de alto grado y puede resultarle difícil
creer en la angustia muy real del individuo en cuestión, quien se siente “falso” cuanto
más éxito tiene. Cuando tales individuos se destruyen en sí mismos de una forma u
otra.

[“La distorsión del ego” 1960, p.144]

En 1965, en un artículo que presentó a los profesores del Centro Devon para la
educación superior, Winnicott localiza la etiología del intelecto escindido:

Si tomamos ahora el caso de un bebé cuya madre falló en adaptarse demasiado


rápido, podemos encontrar que el bebé sobrevive mediante la mente. La madre
explota el poder de pensar del bebé de cotejar y comprender. Si el bebé tiene un buen
aparato mental, este pensamiento se convierte en un sustituto de atención y
adaptación materna. El bebé se “amamanta” a sí mismo mediante la comprensión, y
comprende demasiado…

Esto da como resultado la inquietante inteligencia de algunos, cuyos buenos cerebros


han sido explotados. La inteligencia escinde cierto grado de privación. En otras
palabras, siempre hay para aquellos con cerebros explotados, una amenaza de
ruptura de la inteligencia y la comprensión del caos mental o la designación de la
personalidad.

[“Nueva luz sobre los pensamientos de los niños” 1965, p.156]

309
8 Concientización simbólica

La etiología del falso yo se localiza en la etapa materno-infantil temprana, y la parte


de la madre es crucial. Winnicott define a continuación lo que quiere decir con lo
suficientemente bueno:

La madre suficientemente buena se encuentra con la omnipotencia del bebé y hasta


cierto punto le da sentido. Ella hace eso repetidamente. Un verdadero yo comienza a
tener vida, a través de la fuerza que se le da a al ego débil del bebé por la
implementación de la madre de las expresiones omnipotentes del bebé.

[“La distorsión del ego”, p.145]

Esta adaptación por parte de la madre permitirá al bebé simbolizar. Winnicott enfatiza
que esto depende del gesto del bebé hecho realidad por la madre, que conduce a la
capacidad del bebé para usar un símbolo. (Esto fue elaborado en la última década
del trabajo de Winnicott en todos los artículos incluidos en Juego y realidad,
especialmente en el artículo “El uso de un objeto y relacionarse mediante
identificaciones”) (ver AGRESIÓN: 10; CREATIVIDAD: 3; EL JUGAR: 7).

El libro Concientización simbólica, un libro publicado en 1951 por el analista francés,


M. A Sechehaye, es un relato del trabajo del analista con u paciente esquizofrénico
durante un período de tiempo, detallando la manera en que ella, la analista, tuvo que
adaptar su técnica psicoanalítica con el fin de proporcionar a la paciente algo que
nunca había recibido de su entorno temprano.

Presenta un viaje de cómo Sechehaye logró satisfacer las necesidades del paciente
y cómo esta “adaptación de las necesidades” contribuyó a la necesidad del paciente
de comenzar a usar los símbolos. La concientización simbólica se refiere al uso del
paciente de objetos reales en las sesiones, que vienen a representar y compensar lo
hecho por las fallas tempranas del entorno. Esto, a su vez, ayuda al paciente a
comenzar a distinguir entre Yo y No-Yo.

Winnicott se refiere ocasionalmente al trabajo de Sechehaye, y a su teoría de la


adaptación a las necesidades es particularmente pertinente en el caso de un paciente
desfavorecido y perturbado. Utilizando el paradigma de la madre en un estado de
preocupación maternal primaria que es capaz de adaptarse a las necesidades de su

310
bebé. Winnicott encuentra una manera de reconocer la regresión a la dependencia
dentro de la sesión analítica y cómo el analista debe cumplir con la regresión ver
REGRESIÓN: 2, 9, 10).

Para equilibrar el concepto del falso yo, Winnicott sugiere la existencia de un


verdadero yo como se describe a continuación:

El gesto espontáneo es el verdadero Yo en acción. Solamente el Verdadero Yo puede


ser creativo y solo el verdadero yo puede sentirse real. Mientras que un verdadero yo
se siente real, la existencia de u falso yo da como resultado un sentimiento irreal o
una sensación de futilidad.

[“La distorsión del ego”, 160, p.148]

Winnicott hace referencia a su paciente con el “yo cuidador” que llegó, al final de su
análisis, “al comienzo de su vida” que hasta ahora “no contenía experiencia
verdadera”…Ella empieza con cincuenta años de vida desperdiciada, pero al sin se
siente real, y por eso ahora quiere vivir” (La distorsión del ego”, p.148).

Y luego Winnicott elabora su descripción del verdadero yo, que parece muy similar,
si no la misma que, su descripción, dos años después, del ego, en “Integración del
ego en el desarrollo infantil” en 1962.

Es importante señalar que, según la teoría que se está formulando aquí, el concepto
de una realidad interior individual de los objetos ser aplican a una etapa posterior a la
del concepto de lo que se llama el verdadero yo. El verdadero yo aparece tan pronto
ya existe alguna organización mental del individuo, y significa poco más que la suma
de la vitalidad sensorio-motora.

[“La distorsión del ego”, p.149]

Cuatro años más tarde, en 1964, Winnicott se dirigió a un grupo de la Universidad de


Oxford en una charla que tituló “El concepto del falso yo”. Aquí, atribuye la
preocupación por la verdad a los poetas y a las personas que sienten intensamente.

Los poetas filósofos y videntes siempre se han preocupado por la idea de un


verdadero yo, y la traición del yo ha sido un ejemplo típico de lo inaceptable.
Shakespeare tal vez para evitar ser engreído, reunió un conjunto de verdades y las

311
entregó a nosotros por vía de un aburrido llamado Polonio. De esta forma podemos
seguir el siguiente consejo:

Esto sobre todo: sé sincero contigo mismo, y debe seguir, como la noche al día, no
podrás ser falso con ningún hombre.

Podrís citarme a casi cualquier poeta de pie y mostrar que este es un tema favorito
de las personas que sienten intensamente. Además, podría señalarme que el drama
actual es la búsqueda del verdadero centro dentro de lo que es cuadrado, sentimental,
exitoso o hábil.

[“El concepto del falso yo”, 1964, pp. 65-66]

12 Cumplimiento y compromiso

En el lenguaje de Winnicott, el cumplimiento siempre se asocia con una vida falsa del
yo, y está conectado con la desesperación más que con la esperanza (ver
TENDEMNCIA ANTISOCIAL: 2) En su artículo de 1962, “Moral y educación”,
Winnicott afirma lo siguiente:

La inmoralidad para el bebé es cumplir a expensas de la forma personal de vida. Por


ejemplo, un niño de cualquier edad puede sentir que comer está mal, incluso hasta el
punto de morir por este principio. El cumplimiento trae recompensas inmediatas y los
adultos fácilmente confunden cumplimiento con crecimiento.

[“Moral y educación”, 1962, p. 102]

Sin embargo, la capacidad de comprometerse es un signo de salud en la apreciación


de una realidad compartida; es el componente saludable y positivo del “equivalente
normal del falso yo”.

Hay un aspecto complaciente del verdadero yo en la vida sana, la capacidad del bebé
para obedecer y no exponerse. La capacidad de comprometerse es un logro. El
equivalente del falso yo em el desarrollo normal es lo que puede desarrollarse en el
niño de una manera social, algo que es adaptable. En estado de salud, esta forma
social representa un compromiso. Al mismo tiempo, en estado de salud, el
compromiso deja de ser permisible cuando los problemas se vuelven cruciales.

312
Cuando esto sucede, el yo verdadero es capaz de anular al yo cumplidor.
Clínicamente esto constituye un problema recurrente de la adolescencia.

[“La distorsión del ego”, pp. 149-150]

Winnicott se está refiriendo realmente a lo que podría considerarse como una división
sana de la personalidad y, como él lo describe, un yo de “no llevar el corazón en la
manga”:

De alguna manera, simplemente estoy diciendo que cada persona tiene un yo


socializado, y también un yo privado personal que no está disponible excepto en la
intimidad. Esto es lo que se encuentra comúnmente y podríamos llamarlo normal.

Si miras a tu alrededor, puedes ver que en estado de salud esta división del yo es un
logro de crecimiento personal; en la enfermedad la escisión es una cuestión de cisma
en la mente que puede ir a cualquier profundidad; en su forma más profunda, se le
denomina esquizofrenia.

[“El concepto del falso yo”, 1964, p. 66]

Esto es una reminiscencia de la “persona” (latín para “máscara”) en la teoría de Jung,


que se define por la presentación educada y socializada del yo en la sociedad. Esto
lo hace similar al saludable falso yo de la teoría de Winnicott, que media entre el yo
privado y el mundo exterior en general. Sin embargo, Jung considera que demasiada
identificación con la propia persona es una organización patológica, como el falso yo
patológico del espectro de Winnicott.

11 Psicoterapia y búsqueda de uno mismo

¿Qué tiene de significativo la tesis de Winnicott del verdadero yo el falso yo en su


implicación a la técnica en la relación analítica? Winnicott encontró muchos pacientes
que habían recibido análisis largos, que descubrió, equivalían a pseudo análisis.

Se podría enunciar un principio, que en el área del falso yo de nuestra práctica


analítica encontramos que avanzamos más mediante el reconocimiento de la
inexistencia del paciente que por un trabajo prolongado con el paciente sobre la base
de la los mecanismos de defensa del ego. El falso yo del paciente puede colaborar

313
indefinidamente con el analista en el análisis de las defensas, siendo por así decirlo,
del lado del analista en el juego. Este trabajo poco gratificante solo se interrumpe de
manera rentable cuando el analista puede señalar y especificar la ausencia de alguna
característica esencial: “No tienes boca”, “NO has empezado a existir todavía”,
“Físicamente tú eres un hombre, pero no sabes por experiencia nada sobre la
masculinidad”, y así sucesivamente. Estos reconocimientos de hechos importantes,
aclarados en los momentos adecuados, allanan el camino para la comunicación con
el verdadero yo.

[“La distorsión del ego”, 1960, p. 152]

Esto es característico de la contribución revolucionaria de Winnicott al psicoanálisis,


y es seguido por un ejemplo del consultorio del uso imaginativo de la paradoja de
Winnicott.

Un paciente que tuvo muchos análisis inútiles sobre la base de un falso yo,
cooperando vigorosamente con un analista que pensaba que eso era todo su yo, me
dijo lo siguiente: “La única vez que sentí esperanza fue cuando me dijiste que no veías
esperanza y tu continuaste con el análisis”.

[“La distorsión del ego”, 1960, p. 152]

En Juego y realidad (1971a) es una colección de artículos de Winnicott dedicada a la


exploración de “fenómenos transicionales. (ver FENÓMENOS TRANSICIONALES).
En el capítulo 4, titulado “jugar: actividad creativa y búsqueda de uno mismo”,
Winnicott define la búsqueda del yo, es decir, la búsqueda del sentido de sentirme
real por dentro. El área terapéutica debe ser, como el entorno suficientemente bueno,
un espacio facilitador que es la tercera área, ni adentro ni afuera, sino en el entorno
(ver CREATIVIDAD: 6; EL JUGAR: 8).

…la psicoterapia se realiza en la superposición de las dos áreas de juego, la del


paciente y la del terapeuta. Si el terapeuta no puede jugar, entonces no es adecuado
para el trabajo. Si el paciente no puede jugar, entonces es necesario hacer algo para
que el paciente pueda jugar, después de lo cual puede comenzar la psicoterapia. La
razón por la que jugar es esencial es que es en el juego y solo en el juego que el
paciente está siendo creativo.

314
…Me preocupa la búsqueda de uno mismo y la reafirmación del hecho de que ciertas
condiciones están asociadas con lo que se suele llamar creatividad. Está jugando y
sólo jugando a que el niño o el adulto individual pueda ser creativo y utilizar toda la
personalidad, y es sólo en el ser creativo que el individuo se descubre a sí mismo.

[“El jugar: una actividad creativa y la búsqueda del yo”, 1971, p. 54]

Una gran obra de arte o su equivalente no indica que el artista ha descubierto el yo:

El yo no se encuentra en lo que está hecho de productos del cuerpo o la mente por


muy valiosos que puedan ser estos constructos en términos de belleza, habilidad, e
impacto…La creación terminada nunca cura la falta subyacente de sentido del yo.

[“El jugar: una actividad creativa”, pp. 54-55]

La “no integración” del artículo de Winnicott de 1945, “Desarrollo emocional primitivo”,


ahora se convierte en el “estado de reposo” y/o “sin forma”.

El paciente no ha experimentado la relajación de la no integración en su vida temprana


con su madre, necesita encontrar esta experiencia con su terapeuta, y esto dependerá
de un sentido de confianza y confiabilidad en el entorno ofrecido:

La experiencia es de un estado sin propósito, como se podría decir, una especie de


tic-tac de la personalidad no integrada. Yo referido a esto como sin forma…

Debe tenerse en cuenta la fiabilidad o falta de fiabilidad del entorno en el que opera
el individuo. Nos encontramos contra una necesidad de una diferenciación entre
actividad intencionada y la alternativa de no ser intencionado…

Estoy tratando de referirme a los elementos esenciales que hacen que la relajación
sea posible. En términos de asociación libre, esto significa que el paciente en el sofá
o el paciente infantil entre los juguetes en el piso debe poder transmitir una sucesión
de ideas, pensamientos, impulsos, y sensaciones que no están vinculadas…

[“El jugar: una actividad creativa”,1971 p. 55]

Aunque Winnicott parece estar celebrando la técnica de Freud de libre asociación, al


mismo tiempo indica que la vinculación conjunta de “varios componentes del material
de asociación libre” está en peligro de convertirse en una defensa contra la ansiedad

315
de no comprender. En otras palabras, el analista que continuamente intenta encontrar
los vínculos y “entender” para interpretar el inconsciente, será interrumpido en la
capacidad de “estar” con el paciente e incluso, o especialmente, aceptar tonterías.
Winnicott dice:

…si uno piensa en un paciente que puede descansar después del trabajo pero no
puede alcanzar el estado de reposo a partir del cual puede tener lugar un alcance
creativo. Según esta teoría, la libre asociación que revela un tema coherente ya está
afectada por la ansiedad, y la cohesión de ideas es una organización de defensa. Tal
vez debe ser aceptado que hay pacientes que en ocasiones necesitan terapeuta para
notar sus tonterías, es decir, sin la necesidad de que el paciente organice sus
tonterías. Las tonterías organizadas ya son una defensa, así como el caos organizado
es una negación del caos. El terapeuta que no puede aceptar esta comunicación se
vuelve comprometido en un intento inútil de encontrar alguna organización en las
tonterías, como resultado de lo cual el paciente deja el área de las tonterías debido a
la desesperanza de contar tonterías.

Se ha perdido una oportunidad de descansar debido a la necesidad del terapeuta de


encontrar sentido donde están las tonterías.

[“El jugar: una actividad creativa”,1971 pp. 55-56]

El paciente es decepcionado por un entorno que no facilita el estado de reposo.


Winnicott cree que el “alcance creativo” no puede ocurrir sin esta concesión de lo “sin
forma”, y él ilustra el significado que da a la falta de forma en su relato de una sesión
con jun paciente que duró tres horas. La cuenta de la sesión está precedida por la
siguiente petición de Winnicott a los terapeutas:

Mi descripción equivale a una súplica a cada terapeuta para que permita la capacidad
del paciente para jugar, es decir, ser creativo en el trabajo analítico. La creatividad del
paciente puede ser robada demasiado fácil por un terapeuta que sabe demasiado.

[“El jugar: una actividad creativa”, p. 57]

Winnicott sugiere específicamente una actitud mental; no intenta entrar en si él


recomienda o no sesiones de tres horas. Lo que sí deja claro sin embargo, es que
esto es lo que su paciente había solicitado, y para él haber estipulado un período

316
específico de tiempo habría sido una imposición en su proceso. Su adaptación a su
necesidad es ofrecer una extensión del marco temporal.

El relato de esta sesión de tres horas ilustra el yo, la falta de forma y el juego como
parte del camino hacia el autodescubrimiento. La búsqueda se vuelve más importante
(o tan importante) como el descubrimiento.

Winnicott usa las palabras del paciente para resumir lo que él desea transmitir en el
siguiente párrafo:

Ella había hecho una pregunta y yo dije que la respuesta a la pregunta podría
llevarnos a una discusión larga e interesante, pero era la pregunta que me interesaba.
Dije: “¿Teínas la idea de hacer esa pregunta?”.

Después de esto, ella dijo las mismas palabras que necesito para expresar mi
significado. Ella dijo, lentamente, con profundo sentimiento: “Si ya veo, se podría
postular l existencia de un YO desde la pregunta, como desde la búsqueda”.

Ahora había hecho la interpretación esencial de que la pregunta surgió de lo que solo
puede llamarse su creatividad, creatividad que fue un encuentro después de la
relajación, que es lo opuesto a la integración.

[“El jugar: una actividad creativa”, pp. 63-64]

Conclusión cartesiana de Winnicott: cuestiono, luego existo, aunque no se especifica,


implica una consciencia que surge buscando y encontrando la pregunta. Esta
búsqueda y el descubrimiento, sin embargo, tiene que ocurrir dentro de una relación,
y la relación lo suficientemente buena es aquella que se reflejará. Winnicott explica:

La búsqueda sólo puede provenir de un funcionamiento desordenado y sin forma, o


quizás de un juego rudimentario, como en una zona neutral. Es sólo aquí, en este
estado no integrado de la personalidad, que aquello que describimos como creativo
puede aparecer. Esto, si se refleja de nuevo, pero sólo si se refleja de nuevo, se
convierte en la parte de la personalidad individual organizada, y eventualmente esto
en suma hace que el individuo sea encontrado; y eventualmente se capacita a sí
mismo para postular la existencia del yo.

[“El jugar: una actividad creativa”, 1971 p. 64]

317
Un año antes de su muerte, Winnicott indicó su aprensión personal sobre una
definición del yo. Winnicott dice:

…lo principal tiene que ver con la palabra “yo”. Me pregunté si podría escribir algo
sobre esta palabra, pero por supuesto, tan pronto como viene a hacerlo, encontré que
hay mucha incertidumbre incluso en mi propia mente acerca de mi propio significado.
Descubrí que había escrito lo siguiente:

…lo principal tiene que ver con la palabra “yo”. Me pregunté si podría escribir algo
sobre esta palabra, pero por supuesto, tan pronto como vine a hacerlo, encontré que
hay mucha incertidumbre incluso en mi propia mente acerca de mi propio significado.
Encontré haber escrito lo siguiente:

Para mí, el yo, que no es el ego, es la persona que soy yo, que tiene una totalidad
basada en el funcionamiento del proceso madurativo. Al mismo tiempo, el yo tiene
partes y está constituido por esas partes. Estas partes se aglutinan desde una
dirección exterior en el curso del funcionamiento del proceso de maduración, ayudado
como debe ser (como máximo al principio) por el entorno humano que sostiene y
maneja y de manera viva facilita. El yo se encuentra naturalmente colocado en el
cuerpo, pero en ciertas circunstancias se disocian del cuerpo en los ojos y la expresión
facial de la madre y en el espejo que puede llegar a representar el rostro de la madre.
Eventualmente el yo llega a una relación significativa entre el niño y la suma de las
identificaciones que (después de suficiente incorporación e introyección de la
representación mental) se vuelve organizado en la forma de una realidad viviente
psíquica interna. La relación entre el niño o la niña con su propia organización psíquica
interna se modifica según las expectativas que muestran el padre y la madre y
aquellos que se han vuelto importantes en la vida externa del individuo. Es que es el
yo y la vida del yo lo que da sentido a la acción de vivir desde el punto de vista del
individuo que ha crecido hasta ahora y que continúa creciendo desde la dependencia
y la madurez hacia la independen, y la capacidad de identificarse con objetos de amor
maduros sin pérdida de la identidad individual.

[“Las bases para el yo en el cuerpo”, 1971 p. 271]

318
Esta descripción incluye casi todos los aspectos de la teoría del desarrollo de
Winnicott. Sin embargo, es sorprendente que , aunque Winnicott establece
claramente al principio que el yo no es el ego, nunca realmente explica la diferencia.

El proceso que “aglutina” partes del yo implica la organización de la experiencia. Esto


alude a una parte del yo siendo el organizador, ¿cuál debe ser el ego? Por lo tanto,
el ego es parte del yo.

Además, aquí el yo, que se encuentra en el cuerpo, es el mismo que al referido por
Winnicott como la psique que habita en el soma, al que también se refiere como el
ego corporal relacionado con el proceso de personalización.

En el libro de Bettelheim, Freud y el alma del hombre (1983, una crítica de la


traducción inglesa de la obra de Freud), critica particularmente la traducción de “das
Ich” al latín “ego” en lugar de en el inglés “Me” o “I”. Bettelheim cree que la decisión
de usar latín en lugar de inglés debe haber sido debido al deseo de medicalizar el
psicoanálisis. Para Bettelheim, sin embargo, esto significó un gran costo, no solo para
la obra de Freud, sino para las intenciones esenciales detrás de la elección original
de Freud de “das Ich”.

Ninguna palabra tiene connotaciones más grandes e íntimas que el pronombre “yo”.
Es una de las palabras más utilizadas en el lenguaje hablado y , lo que es más
importante, es la palabra más personal. Traducir mal Ich como “ego” es transformarlo
en una jerga que ya no transmite el compromiso personal que hacemos cuando
decimos “yo” o “mi” . Por no mencionar nuestros recuerdos subconscientes de la
profunda experiencia emocional que cuando, en la infancia, nos descubrimos a
nosotros mismos como aprendimos a decir “yo”. NO se si Freud estaba familiarizado
con la afirmación de Ortega y Gasset de que crear un concepto es dejar atrás la
realidad, pero ciertamente era consciente de su verdad y traté de evitar este peligro
tanto como fuera posible. Al crear el concepto del Ich, lo vinculó a la realidad utilizando
un término que hizo prácticamente imposible dejar atrás la realidad. Leer o hablar
sobre el yo obliga a mirarse introspectivamente. Por el contrario, un “ego” que utiliza
mecanismos claros, como el desplazamiento del yo y la proyección, para lograr su
propósito en su lucha contra el “ID” es algo que se puede estudiar desde el exterior,
observando a los demás. Con esta inapropiada y, en cuanto concierne a nuestra

319
respuesta emocional al mismo, una traducción engañosa, una psicología introspectiva
se convierte en una psicología conductual, que observa desde el exterior.

[“Bettelheim, 1983”, pp. 53-54]

Un estudio detallado del uso de Winnicott de la palabra “ego” revela que es una
función específica del yo. El “yo” es un término que Winnicott usó precisamente por
la misma razón que Freud usó “das Ich”, que es, para acentuar la experiencia
subjetiva e interna. De hecho, todo el trabajo de Winnicott puede verse dedicado a la
evocación de la subjetividad.

EL JUEGO DE LA ESPÁTULA

320
1 La situación establecida
2 Las tres etapas
3 El período de vacilación y l papel de la fantasía
4 La espátula como pecho o pene
5 Permiso del entorno
6 Vacilación, resistencia e ilusión

El juego de la espátula consiste en observar la forma en que un bebé que tiene entre
5 y 13 meses de edad, responde a una espátula brillante colocada al borde de una
mesa y al alcance de la mano. El infante tiene que estar en lo que Winnicott describe
como una “situación establecida”.

Winnicott dice que para la mayoría de los bebés se puede observar una secuencia de
tres etapas en términos de lo que hace el bebé con la espátula. La desviación en
estas etapas indica que algo no está bien. Por lo tanto Winnicott utiliza el juego de la
espátula como herramienta de diagnóstico.

1 La situación establecida

Winnicott se graduó como psicoanalista en 1935, y como analista de niños en 1936.


Después de su calificación como analista, continuó para dirigir una clínica en el
Hospital de niños Paddington Green, donde se realizaron miles de consultas.

El juego de la espátula se describe con mayor detalle en el artículo de Winnicott de


1941, “La observación de los bebés en una situación establecida”, pero ya en su
artículo de 1936, “Apetito y desorden emocional”, el juego de la espátula está siendo
utilizado por Winnicott como medio para evaluar el mundo interior del infante.

Cabe mencionar que en la década de 1930 se disponía de espátulas de varios


tamaños, dependiendo de la edad de la persona con quien serían utilizados. Eran
objetos de metal plateado y brillante y colocados en ángulo recto.

321
En una sección de “Trastorno emocional y trastorno del apetito”, titulada “La clínica
de Pacientes Ambulatorios del Hospital”, Winnicott describe la clínica en Paddington
Green deseando “transmitir una impresión del boato de la mañana”, como si fuera
una corte real, o tal vez una iglesia o incluso un teatro.

Primero quiero dar cuenta de lo que hace un bebé cuando se sienta en el regazo de
su madre con la esquina de la mesa entre ellos y yo.

Un niño de un año se comporta de la siguiente manera. Él ve la espátula y pronto


pone su mano sobre ella, pero probablemente pierde el interés un par de veces, antes
de tomarla, todo el tiempo mirando mi cara y la de su madre para medir nuestras
actitudes. Tarde o temprano la toma y la mastica. Él ahora disfruta de la posesión de
ella y al mismo tiempo patea y muestra una intensa actividad corporal. Todavía no
está listo para que se la quiten. Pronto deja caer la espátula al suelo; al principio, esto
puede parecer una casualidad, pero cuando eventualmente se le devuelve la
espátula, finalmente el repite ese error, y por fin arroja la espátula, y obviamente tiene
la intención de que caiga. La mira, y a menudo el ruido de su contacto con el suelo se
convierte en una nueva fuente de alegría para él. Le gustará tirarla repetidamente si
le doy la oportunidad Ahora quiere bajarse de la falda de la madre para estar con ella
en el suelo.

[“Apetito y desorden emocional”, 1936, pp. 45-46]

Aquí, entonces, están las tres etapas asociadas con la normalidad: (a) ver y alcanzar
la espátula y luego perder interés a medida que mide la actitud del adulto; (b) tomarla
y masticarla; (c) dejarla caer.

En general, es cierto decir que las desviaciones de este medio del comportamiento
indican desviaciones del desarrollo emocional normal, y a menudo es posible
correlacionar tales desviaciones con el resto del cuadro clínico. Por supuesto que hay
diferencias de edad. Los niños de más de un año tienden a hacer cortocircuito al
proceso de incorporación (mordiendo la espátula) y estar cada vez más interesado en
lo que se puede hacer con la espátula en el juego.

[“Apetito y desorden emocional”, 1936, p. 46]

322
Usando dos casos, Winnicott es capaz de ilustrar tanto la saludable como el uso
patológico de la espátula. Hay dos sorprendentes elementos de estas descripciones.
Primero, Winnicott demuestra fe y confianza en la capacidad de la madre para
predecir el comportamiento de su bebé y saber si algo anda mal. Segundo, las madres
y los bebés, que están esperando consultar a Winnicott, están a la misma distancia
del área de consulta en la misma sala grande, y de alguna manera llegan a ser
incluidos en la situación establecida. Su respuesta está determinada por el
protagonista el bebé con la espátula.

Una madre me trae su bebé de aspecto extremadamente saludable para que lo vea,
como medida de rutina, tres meses después de la primera consulta. El bebé, Philip,
tiene ahora once meses y hoy me hace su cuarta visita. Su fase difícil ha pasado y
ahora está bastante bien física y emocionalmente.

No se coloca ninguna espátula, por lo que toma el cuenco, pero su madre lo evita. La
cuestión es que busca algo inmediatamente, recordando visitas pasadas.

Le coloco una espátula, y mientras su madre dice: “Esta vez hará más ruido que la
última vez”, y ella tiene razón. Las madres a menudo me dicen correctamente lo que
hará el bebé, mostrando, si hubiera duda, que lo que se gana con los pacientes fuera
del consultorio no es ajeno a la vida. Por supuesto la espátula va a la boca y luego la
usa para golpear la mesa o el cuenco. Así que al cuenco le pega varias veces. Me
mira todo el tiempo, y no puedo evitar ver que estoy involucrado. De alguna manera
está expresando su actitud hacia mí. Otras madres y bebés están sentados en la
habitación detrás de la madre a unos metros de distancia, y el estado de ánimo de
toda la habitación está determinada por el estado de ánimo del bebé. Una madre dice:
“Él es el herrero del pueblo”. Él está complacido con tal éxito y agrega a su juego un
elemento para lucirse. Entonces dirige la espátula hacia mi boca de una manera
dulce, y se alegra de que juego y finjo comerla, sin ponerme en contacto con ella; el
comprende perfectamente si yo solo le muestro que estoy jugando a su juego. Se la
ofrece también a su madre, y luego con un gesto magnánimo se vuelve y se lo da
mágicamente a la audiencia durante el camino. Entonces el vuelve al cuenco y retoma
el golpeteo.

323
Después de un tiempo se comunica a su manera con uno de los bebés al oro lado de
la habitación, eligiéndolo entre unos ocho adultos y niños allí. Todo el mundo es ahora
de un humor hilarante, la clínica va muy bien.

[“Apetito y desorden emocional”, 1936, p. 46]

Claramente, Winnicott se está divirtiendo, mientras que al mismo tiempo es muy


consciente de la importancia de lo que está ocurriendo en términos de la relación
madre-hijo y la comunicación del mundo interno del bebé.

Su madre ahora lo defrauda y él toma la espátula del suelo, jugando con ella y
acercándose gradualmente hacia la otra persona pequeña con la que acaba de
comunicarse mediante ruidos.

Te das cuenta de cómo se interesa no solo en su propia boca, pero también en la mía
y en la de su madre, y creo que siente que ha alimentado a todas las personas de la
habitación. Esto lo ha hecho con la espátula, pero no podría haberlo hecho si no
hubiera sentido que lo había incorporado, de la manera que he descrito.

Esto es lo que a veces se denomina “poseer un buen pecho internalizado” o


simplemente “tener confianza en una relación con el pecho bueno, basado en la
experiencia”.

El punto que deseo hacer aquí es el siguiente: cuando es un hecho físico que el bebé
toma la espátula y juega con ella y la deja caer, al mismo tiempo, físicamente, lo
incorpora, lo posee y se deshace de la idea de ella.

Lo que hace con la espátula (o con cualquier otra cosa) entre la toma y la caída es
una tira de película de la pequeña parte de su mundo interior que está relacionado
conmigo y su madre en dicho momento, y de esto se puede adivinar mucho de sus
experiencias de su mundo interior en otras épocas y en relación con otras personas
y cosas.

[“Apetito y desorden emocional”, pp. 46-47]

Y aquí, en 1936, Winnicott introduce la noción de juego y las diferentes cualidades


del juego relevantes para el interior del mundo interior.

324
En la clasificación de una serie de casos se puede utilizar una escala: en el final
normal de la escala hay juego, que es una simple y una divertida dramatización de la
vida del mundo interior; en el extremo anormal de la escala hay un juego que contiene
una negación del mundo interior, siendo el juego en ese caso siempre compulsivo,
excitado, impulsado por la ansiedad y más bien explorador de los sentidos que feliz.

[“Apetito y desorden emocional”, 1936, p. 47]

El siguiente caso contrasta marcadamente con el primero, aunque hay características


comunes como la capacidad de la madre para predecir la acción del bebé, así como
su percepción de que algo anda mal, y la capacidad del bebé para determinar la
atmósfera de la clínica.

El siguiente niño, David, tiene dieciocho meses y su comportamiento tiene una


característica especial.

Su madre lo trae y lo sienta en su regazo junto a la mesa y el bebé pronto va por la


espátula que coloca dentro de su alcance. Su madre sabe lo que hará, porque esto
es parte de lo que no está bien con el niño. Ella dice: “Lo arrojará en el suelo”. Toma
la espátula y rápidamente la arroja al suelo. Repite esto con todo lo que tiene
disponible. La primera etapa de acercamiento tímido y la segunda de la boca y del
juego vivo están ausentes. Este es un síntoma con el que todos estamos
familiarizados, pero en este caso tiene un grado patológico, y la madre tiene razón al
traerlo por esto. Ella le deja seguir el objeto, bajándose y tomándola del piso, la deja
caer nuevamente y sonríe en un intento artificial de aprobación, mientras tanto
atornillándose en una posición en la que sus antebrazos están presionando en sus
ingles. Mientras hace esto mira esperanzado a su alrededor, pero los otros padres en
la habitación están ansiosos por distraer a sus hijos de mirarlo, lo que para ellos
significa algo que ver con la masturbación.

El niño se encuentra a sí mismo en su manera peculiar y sonriendo de una manera


que indica un intento desesperado de negar la miseria y un sentido de rechazo. Hay
que tener en cuenta la forma en que este niño crea un entorno anormal para sí mismo.

[“Apetito y desorden emocional”, p. 47]

325
Por supuesto, este “entorno anormal” que el niño crea es una comunicación a
Winnicott de que el entorno temprano le había fallado. Pero en este momento en 1936
Winnicott aún no había hecho su descubrimiento, que “no existe tal cosa como un
bebé”. Eso vendría a llegar seis años después, en 1942 (ver ENTORNO: 3, 4). Por lo
tanto, en esta ocasión, Winnicott enfatiza la demostración del mundo interior, sin la
preocupación por el entorno que él comienza a elaborar algunos años después.

En 1941, Winnicott había ampliado considerablemente sus observaciones anteriores


y la importancia del entorno había comenzado a entrar al foro; y en la década de 1950,
la situación establecida y todos sus componentes se denominan “entorno de espera”
(ver SOSTÉN: 2).

2 Las tres etapas

En 1941, Winnicott había estado trabajando en su clínica en el Hospital de Niños de


Paddington Green durante casi veinte años. Además, había sido calificado como
psicoanalista durante seis años. El artículo explora los detalles y significados del juego
de la espátula, “la observación de los bebés en una situación determinada”, también
anticipa todo lo que va a desarrollar durante el curso de los siguientes veinte años:
juego, creatividad, fenómenos transicionales y el uso de un objeto.

Aquí tenemos furente a nosotros al bebé, atraído por un objeto muy atractivo, y ahora
voy a describir lo que, en mi opinión, es una secuencia normal de eventos. Sostengo
que cualquier variación de esto, que yo llamo normal, es significativa.

Etapa 1. El bebé pone la mano en la espátula, pero en este momento descubre


inesperadamente que la situación debe ser pensada. Está en un aprieto. O con su
mano apoyada en la espátula y su cuerpo bastante quieto me mira a mí y a su madre
con ojos grandes, y mira y espera, o, en ciertos casos, retira completamente el interés
y entierra el rostro en la parte delantera de la blusa de su madre. Normalmente es
posible manejar la situación de modo que no se brinde tranquilidad activa, y es muy
interesante observar el regreso gradual y espontáneo del interés del niño por la
espátula.

326
Etapa 2. Todo el tiempo, en el período de vacilación (como yo lo llamo), el bebé
sostiene su cuerpo quieto (pero no rígido). Gradualmente él se vuelve lo
suficientemente valiente como para dejar que sus sentimientos se desarrollen, y luego
la imagen cambia con bastante rapidez. El momento en que esta primera fase cambia
a la segunda es evidente, ya que la aceptación del niño de la realidad del deseo de la
espátula es anunciada por in cambio en el interior de la boca, que se vuelve flácida,
mientras que la lengua se ve gruesa y suave, y la saliva fluye copiosamente. En poco
tiempo pone la espátula en su boca y la mastica con las encías, o parece estar
copiando al padre fumando una pipa. El cambio en el bebé en el comportamiento del
bebé es una característica sorprendente. En lugar de expectativa y quietud ahora se
desarrolla la confianza en uno mismo, y hay movimiento corporal libre, este último
relacionado con la manipulación de la espátula.

Con frecuencia he hecho el experimento de tratar de colocar la espátula en la boca


del bebé durante la etapa de vacilación. Si la vacilación corresponde a mi normalidad
o difiere de ella en grado o calidad, encuentro que es imposible durante esta etapa
poner la espátula en la boca el bebé sin hacer una fuerza brutal. En ciertos casos
donde la inhibición es aguda cualquier esfuerzo de mi parte que resulte en mover la
espátula hacia la boca del bebé produce gritos, estrés mental, o cólicos.

[“Observación de bebés”, 1941, pp. 53-54]

Esto recuerda al artículo de Winnicott de 1962, “Moral y educación”. En este artículo,


postula una moralidad innata en el bebé emanando del verdadero yo. Por tanto, los
valores morales sólo pueden ser comprendidos y apreciados por el niño si ha tenido
la experiencia de un entorno facilitador, donde se le ha permitido desarrollar su
sentido de sí mismo. Para el infante que no ha tenido un comienzo lo suficientemente
bueno, la tendencia antisocial puede ser una característica. La cura para esta
tendencia no puede ser a través de la enseñanza de valores morales a la fuerza. En
otras palabras, el objeto no se le puede imponer al infante, para que tenga algún
significado en absoluto (ver PREOCUPACIÓN: 9; CREATIVIDAD; 2; DEPENDENCIA:
6).

Esta segunda etapa está relacionada con la sensación de control del bebé: su
sentimiento de omnipotencia, que Winnicott considera tan crucial para que el bebé se

327
desarrolle normalmente. Esta “área de omnipotencia” es la ilusión del bebé de que es
Dios y tiene el control total se su entorno (ver ILUSIÓN: 5).

El bebé ahora parece sentir que la espátula está en su poder, ciertamente disponible
para el propósito de autoexpresión. Golpea con ella en la mesa o en un cuenco de
metal que está cerca de la mesa, haciendo todo el ruido que puede, o la sostiene
cerca de mi boca y de la boca de la madre, y se siente muy a gusto si pretendemos
ser alimentados por ella. Definitivamente desea que juguemos a ser alimentados, y
se molesta si somos tan tontos de meter la cosa en nuestras bocas y estropear el
juego como tal.

En este punto, podría mencionar que nunca he visto evidencia de un bebé


decepcionado de que la espátula no sea, ni comida ni un recipiente con comida.

[“Observación de bebés”, 1941, p. 54]

Aquí entonces, hay una demostración de que el infante es capaz de usar su


imaginación y juego, que es el resultado positivo de la ilusión relacionada con el
mundo interno. La tercera etapa está relacionada con el repudio del objeto, y en este
sentido la espátula puede verse como algo que representa un objeto de transición
(ver FENÓMENO TRANSCICIONAL: 4).

Etapa 3. Hay una tercera etapa. En la tercera etapa el bebé en primer lugar deja caer
la espátula como por error. Si se restaura está contento, vuelve a jugar con él y lo
deja caer una vez más, pero esta vez menos por error. Al ser restaurada nuevamente,
él la deja caer a propósito, y disfruta mucho deshaciéndose agresivamente de él, y
está especialmente complacido cuando hace un sonido de timbre al contacto con el
suelo.

El final de esta tercera fase llega cuando el bebé desea tirarse al suelo con la espátula,
donde comienza a pronunciarlo y a jugar con él de nuevo, o cuando está aburrido de
él y se acerca a cualquier otro objeto que tenga a mano.

[“Observación de bebés”, p. 54]

Estas son las etapas del juego de la espátula que normalmente ocurren en un lactante
entre los 5 y 13 meses de edad. Winnicott comenta que la situación establecida, con
él observando al bebé con la espátula mientras está en el regazo de su madre, puede

328
ser útil y terapéutica. Describe con cierto detalle a un bebé que sufría de asma. En
ambos casos Winnicott detalla que a través de la capacidad del consultor para
sostener la situación establecida, el bebé puede, a veces por primera vez, procesar
la dificultad interna. En cada caso, el problema está relacionado con el momento de
vacilación.

Cabe señalar que en 1936, Winnicott se refirió al momento de la vacilación como el


“período de sospecha”, “vacilación” como palabra, tiene una connotación más
positiva, implicando salud, normalidad y, sobre todo, valor. Sin embargo, la sospecha
también puede ser saludable.

3 El período de vacilación y l papel de la fantasía

El período de vacilación, aunque normal indica ansiedad. El bebé duda, no por la


expectativa de desaprobación de los padres, aunque esto puede tener algo que ver
con eso, pero sobre todo en su lucha por resolver la realidad de la situación (la
situación establecida) y su propio mundo interior de impulsos, sentimientos, recuerdos
y demás:

…si es o no la actitud de la madre la que determina el comportamiento del bebé,


sugiero que la vacilación significa que el bebé espera producir una madre enojada y
quizás vengativa por su indulgencia. Para que un bebé se sienta amenazado, incluso
por una madre verdadera y obviamente enojada, debe tener en mente la noción de
una madre enojada…

SI la madre se ha enojado mucho, y el niño tiene razón real para esperar que ella esté
enojada en la consulta cuando el agarre la espátula, nos lleva a las fantasías de
aprensión del bebé, como en el caso ordinario en el que el niño duda a pesar de que
la madre es bastante tolerante con tales comportamientos e incluso lo espera. El
“algo” sobre lo cual se crea la ansiedad está en la mente del bebé, una idea de maldad
potencial o severidad, y en la nueva situación cualquiera que fuese lo que está en la
mente del bebé puede proyectarse. Cuando no ha habido experiencia de la
prohibición, la vacilación implica conflicto, o la existencia en la mente del bebé de una
fantasía correspondiente al recuerdo de otro bebé de su madre realmente estricta. En
cualquier caso, como consecuencia, primero tiene que frenar su interés y deseo, y

329
sólo se vuelve capaz de encontrar su deseo de nuevo en la medida en que esta
prueba del entorno arroja resultados satisfactorios, yo proporciono el escenario para
dicha prueba.

[“Observación de bebés”, 1941, p. 60]

Winnicott no explica realmente por qué el bebé que no tiene una madre estricta
todavía está ansioso. ¿Podría tener que ver con la comunicación inconsciente del
odio de madre a hijo, que es explorado por Winnicott en 1947? (ver ODIO: 6).

4 La espátula como pecho o pene

Winnicott señala que la espátula puede representar cualquier seno o pene, los
símbolos de la madre y el padre, porque en el momento un bebé tiene 5 o 6 meses,
puede diferenciar entre Yo y No-Yo, lo que significa que las personas se perciben
como objetos completos. Sin embargo, la situación establecida del bebé sentado en
la falda de su madre enfrente a un extraño (que también es un hombre) es una réplica
del triángulo edípico; aquí el bebé es puesto en la posición de tener que negociar su
relación con dos personas al mismo tiempo.

En la medida en que el bebé es normal, uno de los principales problemas ante él es


el manejo de dos personas al mismo tiempo. En esta situación establecida a veces
parezco ser el testigo del primer éxito en esta dirección. En otras ocasiones veo
reflejado en el comportamiento del bebé los éxitos y fracasos que esté teniendo en
sus instintos de poder tener una relación con dos personas al mismo tiempo en su
casa. A veces soy testigo del inicio de una fase de dificultades sobre esto, así como
unan recuperación espontánea.

[“Observación de bebés”, 1941, p. 66]

Aquí radica la naturaleza crucial de la situación establecida, en términos de


relacionarse no solo con dos personas, sino también con la madre y el padre.
Winnicott no está ignorando las cuestiones edípicas. Pero opta por enfatizar la
tolerancia de los padres hacia el bebé y la influencia que esto tendrá en su sentido de
sí mismo en desarrollo en su relación con sus deseos.

330
Es como si los dos padres permitieran la gratificación infantil de deseos sobre los que
tiene sentimientos contradictorios, tolerando su expresión de sus sentimientos sobre
sí mismos. En mi presencia no siempre puede hacer uso de mi consideración de sus
intereses, o sólo puede hacerlo gradualmente.

La experiencia de atreverse a querer y toma la espátula y hacerlo suyo sin alterar la


estabilidad del entorno inmediato actúa como una especie de lección objetiva que
tiene como valor terapéutico para el bebé. A la edad que estamos considerando y
durante toda la niñez, tal experiencia no es meramente tranquilizadora
temporalmente: la acumulación de experiencias felices y de una atmósfera estable y
amistosa alrededor de un niño es la de fortalecer su confianza en las personas del
mundo exterior y su sensación general de seguridad.

[“Observación de bebés”, p. 66]

5 Permiso del entorno

El buen entorno, para Winnicott, es aquel que permite al bebé recorrer todo el curso
de una experiencia con la menor interrupción posible Esto está representado por los
padres que pueden ver lo que hace el bebé y permitirle tomar su tiempo y lograr la
tarea en su propio tiempo. Este es el entorno facilitador, que también es aplicable al
entorno psicoanalítico.

EXPERIENCIAS COMPLETAS

Lo que hay de terapéutica en este trabajo reside, creo, en el hecho de que se permite
el curso completo de una experiencia. De este puede sacar algunas conclusiones
sobre una de las cosas que van a crear un buen entorno para el bebé. En el manejo
intuitivo de un bebé, una madre naturalmente permite el pleno curso de las diversas
experiencias, manteniéndolo así hasta que el infante es lo suficientemente grande
para comprender su punto de vista. Ella odia entrar en experiencias tales como
alimentarse o dormir o defecar. En mis observaciones, le doy al bebé artificialmente
el derecho a completar una experiencia de especial valor para él como una lección
práctica.

[“Observación de bebés”, 1941, p. 67]

331
“Lección objetiva” aquí implica aumentar la capacidad del bebé para usar objetos (ver
AGRESIÓN: 5). Hay una secuencia de un comienzo, un medio y un final de las
experiencias controladas por el sujeto. En este sentido, el psicoanálisis es también
una lección objetiva. Winnicott dice lo siguiente:

En el psicoanálisis propiamente dicho hay algo parecido. El analista deja que el


paciente marque el ritmo y él hace lo mejor para dejar decidir al paciente cuando ir y
venir y, fija el tiempo y la duración de la sesión, y se apega al tiempo que ha fijado. El
psicoanálisis se diferencia de este trabajo con niños en que el analista siempre está
tanteando, buscando su camino entre la mesa de material ofrecido y tratando de
averiguar cuál es, en este momento, la forma y de lo que tiene que ofrecer el paciente,
aquello que él llama la interpretación. A veces el analista encuentra valioso mirar
detrás de toda la multitud de detalles para ver hasta qué punto se podría pensar el
análisis que está realizando en los mismos términos que aquellos en los que uno
puede pensar de la relativamente simple situación establecida que acabo de describir.
Cada interpretación es un objeto brillante que excita la codicia del paciente.

[“Observación de bebés”, 1941, p. 67]

Así, el énfasis aquí, y en la actitud de Winnicott hacia el psicoanálisis en general, es


que la interpretación no es tan significativa como la forma en que primero es ofrecido
por el analista y posteriormente por el paciente.

Hacia el final de su vida, el mayor placer que Winnicott experimentó en la consulta fue
cuando sus pacientes llegaron a sus propias interpretaciones.

…es solo en los últimos años que he podido esperar y seguir esperando la evolución
natural de la transferencia que surge de la creciente confianza del paciente en la
técnica y el entorno psicoanalítico, y que evite romper este procero natural haciendo
interpretaciones. Se notará que yo estoy hablando de hacer interpretaciones y no
interpretaciones como tales. Me espanta pensar el profundo cambio que he prevenido
o retrasado en pacientes…por mi necesidad personal de interpretar. Si tan solo
podríamos esperar, el paciente llega a comprender de manera creativa y con inmensa
alegría, y ahora disfruto de esta alegría más de lo que solía disfrutar de la sensación
de haber sido inteligente. Creo que interpreto principalmente para dejar que el

332
paciente conozca los límites de mi entendimiento. El principio es que es el paciente y
solo el paciente el que tiene las respuestas.

[“El uso de un objeto y relacionarse


mediante identificaciones”, 1968, pp. 86-87]

6 Vacilación, resistencia e ilusión

El desarrollo de Winnicott de la necesidad de vacilar lo lleva a decir, en su artículo de


1963, “comunicarse y no comunicarse, conduciendo al estudio de ciertos opuestos”,
que cada individuo tiene derecho a no comunicarse. Así, mientras Freud recomendó
que el paciente dijera todo lo que se le ocurriera ( asociación libre), Winnicott, en 1963,
defiende que cada paciente tiene derecho a guardarse las cosas para sí mismo, a
mantener su privacidad y “no comunicado” (ver SER: 2; COMUNICACIÓN : 5, 11).

La reciprocidad entre madre e hijo se puede ver en la forma en que el bebé usa la
espátula/ objeto. El uso del objeto, por lo tanto, se produce a través del niño y la madre
“viviendo una experiencia juntos”.

En 1945, cuatro años después de “observación de bebés en una situación


determinada”, Winnicott escribió “Desarrollo emocional primitivo”. En este artículo
reúne sus veinte años de trabajo como pediatra y sus diez años trabajando como
psicoanalista con adultos y niños, y usa el pasado y anticipa el futuro en términos de
su propio desarrollo de la teoría psicoanalítica. El uso de las palabras como
“personalización”, “concientización”, “ilusión” y “desilusión” indican sus
descubrimientos personales, mientras que alterando la terminología Freudiana y
Kleiniana.

Seis años más tarde, en 1951, en su artículo “Objetos de transición y fenómenos


transicionales”, las ideas de Winnicott, arraigadas en sus observaciones del juego de
la espátula, culminan en sus contribuciones sobre los fenómenos de transición.

Como desarrollo posterior del juego de la espátula, Winnicott ideó el Juego de los
garabatos para niños mayores. Todos los pilares de los cimientos de sus consultas
terapéuticas con el uso del Juego de los garabatos se estableció en la década de
1930 en las clínicas de Paddington Green.

333
EL JUEGO DE LOS GARABATOS

1 Una herramienta de diagnóstico


2 Creer en algo
3 “Juguemos”
4 La técnica
5 Una pantalla de sueños

334
Winnicott inició el juego de los garabatos en las primeras entrevistas de evaluación
con niños. Comenzó dibujando un garabato en una hoja de papel; luego le pidió al
niño que agregue cosas al garabato. Durante el transcurso de la consulta inicial,
Winnicott, y el niño se turnaron para dibujar algo en respuesta a lo que garabateó el
otro. De esta manera, los garabatos a veces se convertían en imágenes. En cada
entrevista, generalmente se produjeron unos treinta dibujos.

Para Winnicott, el Juego de los garabatos no era solo una herramienta para
diagnóstico, sino también lo que llamó una “consulta psicoterapéutica”.

1 Una herramienta de diagnóstico

Winnicott utilizó el “juego de los garabatos”, que surgió de su propio interés por el
dibujo, combinado con una capacidad de encontrar una forma apropiada de
comunicarse con un nuño pequeño invitándolo a jugar.

Así como el juego de la espátula se originó en las clínicas de diagnóstico de Winnicott


para madres y bebés, surgió el juego de los garabatos de su práctica de psiquiatría
infantil. El artículo publicado póstumamente titulado simplemente “El juego de los
garabatos” es una fusión de dos artículos, uno publicado en 1964 y el otro en 1968
en un tiempo en que Winnicott estaba al final de los 60 años y al principio de sus
setenta años, cerca del final de su vida.

Las principales características del juego de los garabatos son:

 Es una herramienta de diagnóstico y también terapéutica para el niño en un


entorno lo suficientemente bueno.
 Se basa en la esperanza y la confianza del niño (y la familia) que se puede
encontrar ayuda.
 Es iniciada y se mantiene, pero nunca debe ser dominada por el analista: la
igualdad es fundamental.
 La técnica es sencilla; el objetivo es facilitar el juego y el elemento sorpresa.

335
 Los resultados de la interacción en el papel se pueden comparar con los
sueños, como representaciones del inconsciente.

Winnicott llegó a llamar a su uso del juego de los garabatos una “consulta
psicoterapéutica”, para distinguirlo del psicoanálisis o psicoterapia e indicar que la
primera consulta, en y por sí misma, puede ser terapéutica.

En mi práctica de psiquiatría infantil he encontrado que debe darse un lugar especial


a la primera entrevista. Gradualmente he desarrollado una técnica para aprovechar al
máximo la primera entrevista material. Para distinguir este trabajo de la psicoterapia
y del psicoanálisis uso este término “consulta psicoterapéutica”. Es una entrevista de
diagnóstico, basada en la teoría que no se puede a hacer ningún diagnóstico en
psiquiatría excepto bajo la prueba de la terapia.

[“El juego de los garabatos”, 1964 -1968, p. 299]

Por “prueba de la terapia”, Winnicott quiere decir que está evaluando, a lo largo del
juego, cómo el niño puede hacer uso de la situación ofrecida tal como evaluó al bebé
en una relación con la espátula y el paciente al entorno analítico (ver EL JUEGO DE
LA ESPÁTULA: 1).

Winnicott señala que el niño necesita estar en un entorno donde se pueda hacer uso
de la consulta como se muestra a continuación:

Existe una categoría de casos en los que se debe evitar este tipi de entrevista
psicoterapéutica. No diría que con niños muy enfermos no es posible hacer un trabajo
útil. Lo que yo diría es que si el niño se aleja de la consulta terapéutica y regresa a
una situación familiar o a una situación social anormal, entonces no hay una provisión
del entorno del tipo necesario y que doy por sentado. Confío en un “entorno esperado
promedio” para cumplir y hacer uso de los cambios que se han producido en el niño
o niña en la entrevista, cambios que indican un aflojamiento del nudo en el proceso
de desarrollo.

[“Consultas terapéuticas en psiquiatría infantil”, 1971, p. 5]

2 Creer en algo

336
Winnicott tenía fe en la creencia inconsciente del individuo en encontrar ayuda. Lo
encontró en todas las personas y familias que consultó a lo largo de los años, quienes
han sufrido privaciones y enfermedades psicosomáticas. El veía los síntomas como
un signo de esperanza en los pacientes de que su comunicación sea escuchada. La
psicoterapia y la dirección podrían brindar una oportunidad para revivir las privaciones
pasadas para integrar la experiencia (ver TENDENCIA ANTISOCIAL: 4, 5; PSIQUE-
SOMA: 4, 5, 6).

La base de este trabajo especializado es la teoría de que un paciente (niño o adulto)


levará la primera entrevista una cierta cantidad de capacidad para creer en obtener
ayuda y de confiar en la persona que ofrece ayuda. Lo que se necesita del ayudante
es un entorno estrictamente profesional en el que el paciente es libre de explorar la
oportunidad excepcional que brinda la consulta para la comunicación. La
comunicación del paciente con el psiquiatra hará referencia a las específicas
tendencias emocionales que tienen forma actual y que tienen raíces que se remontan
al pasado o se adentran en la estructura de la personalidad del paciente y de su
realidad interior personal.

[“El juego de los garabatos”, p. 299]

3 “Juguemos”

Como en el juego de la espátula, la “situación establecida” es crucial, en el Juego de


los garabatos, el marco de trabajo que ofrece el consultor es crucial como base desde
la cual puede moverse libremente. Esto dependerá de la capacidad del consultor para
sostener al niño, metafórica y emocionalmente.

En este trabajo, el consultor o especialista no necesita ser tan inteligente como para
poder proporcionar una relación humana natural que se mueve libremente dentro del
entorno profesional, mientras que el paciente se sorprende gradualmente por la
producción de ideas y sentimientos que no se han integrado previamente en la
personalidad total. Quizás el principal trabajo realizado sea de naturaleza integradora,
posible gracias a la dependencia de una relación humana pero profesional: de una
forma de “tenencia”.

337
[“El juego de los garabatos”, p. 299]

El papel del consultor es mantener la situación de la consulta evaluadora, así como


participar en el juego. Esto significa que la consulta consta con dos humanos
relacionándose entre sí, iguales en su condición humana, en lugar de expertos que
“saben” y un paciente que “no sabe”.

El hecho de que el consultor desempeñe libremente su papel en el intercambio de


dibujos, ciertamente tiene una gran importancia para el éxito de la técnica; tal
procedimiento no hace que el paciente, por ejemplo, se sienta inferior cuando está
siendo examinado por un médico con respecto a su salud física, o frecuentemente,
cuando se le da un tratamiento psicológico de prueba (especialmente una prueba de
personalidad).

[“El juego de los garabatos”, p. 301]

De hecho, Winnicott era bastante reacio a escribir sobre el juego de los garabatos, no
sea que algunos lo conviertan en una prueba psicológica. Winnicott dice:

…He dudado en describir esta técnica, que vengo utilizando mucho durante varios,
no solo porque es jun juego natural al que podrían jugar dos personas cualesquiera,
pero también, si empiezo a describir lo que hago, entonces es probable que alguien
empiece a describir lo que describo como si fuera una técnica establecida con reglas,
y regulaciones. Entonces, se perdería todo el valor del procedimiento. Si describo lo
que hago hay un peligro muy real de que otros lo tomen y lo conviertan en algo que
corresponde a una Prueba Temática de Apercepción. La diferencia entre esto y un
T.A.T es en primer lugar que no es una prueba, y en segundo lugar que el consultor
contribuya desde su propio ingenio casi tanto como el niño. Naturalmente, la
contribución del consultor es abandonada, porque es el niño, no el consultor, que está
comunicando angustia.

[“El juego de los garabatos”, p. 301]

4 La técnica

Winnicott describe la simplicidad de la técnica como sigue:

338
En un momento adecuado después de la llegada del paciente, generalmente después
de pedirle al padre que se vaya a la sala de espera, le digo al niño: “juguemos a algo.
Yo sé a lo que me gustaría jugar y te lo mostraré”. Tengo una mesa entre el niño y
yo, con el papel y dos lápices. Primero tomo parte del papel rompo las hojas a la
mitad, dando la impresión de que lo que estamos haciendo no es desesperadamente
importante, y liego empiezo a explicar. Digo lo siguiente: “este juego que me gusta
jugar no tiene reglas. Solo tomo mi lápiz y sigo así…”, Y probablemente entorno los
ojos y hago un garabato a ciegas. Sigo con mi explicación y digo: “muéstrame si eso
se parece a algo para ti o si puedes convertirlo en algo, y luego tu haz lo mismo por
mí y veré si puedo hacer algo tuyo”.

Esto es todo lo que hay a modo de técnica, y hay que enfatizar que soy absolutamente
flexible incluso en esta etapa temprana, de modo que si el niño desea dibujar o hablar
o jugar con juguetes o hacer música o jugar libremente, me siento libre de amoldarme
a los deseos del niño. A menudo, un niño querrá jugar a lo que él llama un “juego de
puntos”; es decir, algo que se pueda ganar o perder. Sin embargo, en una alta
proporción de casos de primera entrevista, el niño se adapta lo suficiente a mis deseos
y lo que me gusta jugar para poder progresar. Pronto comienzan a llegar las
recompensas, por lo que el juego continúa. A menudo, a lo largo de una hora hemos
hecho veinte o treinta dibujos juntos, y gradualmente el significado de estos dibujos
compuestos se ha vuelto más y más profundo, y el niño lo siente como parte de la
comunicación de importancia.

[“El juego de los garabatos”, pp. 301-302]

Sin embargo, para llevar a cabo la técnica, Winnicott señala que es vital tener en
mente, o mejor dicho, en los huesos, la teoría del desarrollo emocional.

El único compañero que tengo para explorar territorio desconocido del nuevo caso es
la teoría que llevo con migo y que se ha convertido en parte de mí y que ni siquiera
tengo que pensar deliberadamente. Esta es la teoría del desarrollo emocional del
individuo que incluye para mí la historia completa de la relación del niño individual con
su entorno específico. No se puede evitar que cambios en estas bases teóricas para
mi trabajo ocurran en el transcurso del tiempo y la experiencia. Uno podría comparar
mi posición con la de un violonchelista, que primero se aleja de la técnica y luego
realmente se vuelve capaz de tocar música, tomando la técnica por sentada. Soy

339
consciente de hacer este trabajo más fácilmente y con más éxito del que pude hacer
hace treinta años y mi deseo es comunicarme con los que están todavía esforzándose
en la técnica, al mismo tiempo dándoles la esperanza que algún día vendrá de tocar
música.

[“Consultas terapéuticas”, p. 6] Comentado [WU1]:

1. Una pantalla de sueños

El análisis de Winnicott de cómo se relacionan los garabatos entre sí puede ser visto
como paralelo a una conversación en el marco analítico en la primera reunión:

Es interesante notar, con respecto a los garabatos mismos, lo siguiente:

1. Soy mejor en ellos que los niños, y los niños son generalmente mejores que yo
dibujando.
2. Contienen un movimiento impulsivo.
3. Están locos, a menos que lo haga una persona en su sano juicio. Por esta razón,
algunos niños las encuentran aterradoras.
4. Son incontinentes, salvo que acepten limitaciones, por lo que algunos niños
sienten que son traviesos. Esto está aliado al concepto de la forma y el contenido.
El tamaño y la forma del papel es un factor.
5. Hay una integración en cada garabato que proviene de la integración que forma
parte de mí; esto no es, creo, una integración típicamente obsesiva, que
contendría el elemento de negación del caos.
6. A menudo, el resultado de un garabato es satisfactorio en sí mismo. Es entonces
como un “objeto encontrado”, por ejemplo, una piedra o un trozo de madera vieja
que un escultor puede encontrar y configurar como una forma de expresión, sin
necesidad de trabajo. Esto atrae a los perezosos niños y niñas, y arroja luz sobre
el significado de la pereza. Cualquier trabajo realizado estropea lo que comienza
como un objeto idealizado. Un artista puede sentir que el papel o el lienzo es
demasiado hermoso, no debe estropearse Potencialmente, es una obra maestra.
En la teoría psicoanalítica tenemos el concepto de pantalla de sueños, un lugar
dentro o sobre el cual un sueño podría ser soñado.
[“El juego de los garabatos”, pp. 301-302]

340
Por “pantalla de sueños”, Winnicott se refiere a la naturaleza inconsciente de los
garabatos, similar a un dibujo a lápiz de un sueño, que reproduce aspectos de la
relación temprana madre-hijo.

De vez en cuando, Winnicott mostraba los garabatos a los padres; esto también tuvo
una implicación terapéutica:

También hay un significado práctico del garabato o del material de dibujo en el sentido
de que puede resultar beneficioso llevar a los padres a la propia confianza y hacerles
saber cómo era su hijo en la situación especial de la consulta terapéutica. Esto es
más real para ellos que si les informo lo que dijo el niño. Ellos reconocen los tipos de
dibujos que adornan la pared de la guardería o que el niño trae a la casa de la escuela,
pero a menudo se sorprenden cuando ven los dibujos en secuencia, dibujos que
muestran cualidades de personalidad y habilidades perceptivas que pueden no haber
sido evidentes en el entorno del hogar.

[“Consulta terapéutica”, pp. 3-4]

Sin embargo, Winnicott agrega la siguiente advertencia:

…naturalmente, no siempre es bueno darles a los padres esta información (que puede
ser muy útil). Los padres tal vez puedan abusar de la confianza que el terapeuta ha
depositado en ellos, y así deshacer e, trabajo que depende de una especie de
intimidad entre niño y terapeuta.

[“Consulta terapéutica”, pp. 4-5]

Claramente, Winnicott descubrió que el juego de los garabatos se adaptaba a su


propósito para la primera, aunque generalmente no más que la primera, entrevista
terapéutica. Era una gran parte de su carácter y la manera en la que disfrutaba
jugando, y sintió que otros consultores necesitarían encontrar su propio estilo, que
puede o no implicar garabatos.

El principio es que la psicoterapia se realiza en una superposición de el área de juego


adulto o terapeuta. El juego de los garabatos es una forma de ejemplo de la manera
en que tal interacción puede ser facilitada.

[“El juego de los garabatos”, p. 317]

341
( Los relatos detallados de cómo Winnicott usó el juego de los garabatos pueden
encontrarse en “Consultas terapéuticas en psiquiatría infantil” [1971b]).

FENÓMENO TRANSCICIONAL

1 Una triple declaración sobre la naturaleza humana


2 El verdadero objeto No-yo es una posesión
3 Objetos de transición y el viaje al simbolismo
4 La función del objeto de transición
5 Experiencia cultural
6 Amistad y grupos

342
7 El espacio potencial y la separación
8 La paradoja esencial

El concepto de fenómenos transicionales se refiere a una dimensión de un vivir que


no pertenece ni a la realidad interna ni externa; más bien, es el lugar que conecta y
separa interior y exterior, Winnicott utiliza muchos términos para referirse a esta
dimensión: la tercera área intermedia, el espacio potencial, un lugar de descanso y
ubicación de la experiencia cultural.

Desde el punto de vista del desarrollo, los fenómenos de transición ocurren desde el
principio, incluso antes del nacimiento, en relación con la díada madre-hijo. Aquí se
ubica la cultura, el ser y la creatividad.

A medida que el infante comienza a separarme del no-yo, yendo desde la absoluta
dependencia a la etapa de relativa dependencia, él hace uso del objeto de transición.
Este recorrido de desarrollo necesario conduce al uso de la ilusión, el uso de símbolos
y el uso de un objeto.

Los fenómenos de transición están indisolublemente ligados al juego y creatividad.

1 Una triple declaración sobre la naturaleza humana

Antes de 1951, cuando Winnicott presentó su artículo fundamental, “Objetos de


transición y fenómeno de transicional”, no se tuvo en cuenta el espacio entre el interior
y el exterior en la literatura psicoanalítica. El concepto de Freud del desarrollo del
principio del placer pasando al principio de la realidad, había contribuido a
comprender la transición por la cual tiene que pasar el bebé humano, sin centrarse
en el proceso de transición en sí. Según Winnicott, el enfoque de Melanie Klein en el
mundo interior y las fantasías del niño no parecían tener suficientemente en cuenta el
impacto del mundo exterior en su percepción. También se ha trabajado mucho sobre
el punto en desarrollo cuando el bebé emergió de su propio estado y comenzó a ser
más objetivo y capaz de pensar simbólicamente. Después de más de treinta años
trabajando con madres y bebés, y casi veinte años trabajando como psicoanalista,

343
Winnicott se encontró plateando un área intermedia: un área que no es
completamente subjetiva, ni completamente objetiva.

Generalmente se reconoce que una declaración de la naturaleza humana es


inadecuada cuando se da en términos de relaciones interpersonales, incluso cuando
la elaboración imaginativa de la función, la fantasía tanto consciente como el
inconsciente, incluyendo el inconsciente reprimido, se permite. Hay otra manera de
describir a las personas que surge de las investigaciones de las últimas dos décadas,
eso sugiere que de cada individuo que ha llegado a la etapa de ser una unidad (con
una membrana limitante, un exterior y un interior) se puede decir que hay una realidad
interior para ese individuo, un mundo interior que puede ser rico o podre y puede estar
en paz o en estado de guerra.

Mi afirmación es que si hay una necesidad de esta doble declaración, hay necesidad
de una triple; la tercera parte de la vida de un ser humano, una parte que no podemos
ignorar, un área intermedia de vivencia, a la que tanto la realidad interior como la vida
exterior contribuyen. Es un área que no se desafía, porque no se hace ningún reclamo
en su nombre, excepto que deberá existir como un lugar de descanso para el individuo
comprometido en la perpetua tarea humana de mantener separada la realidad interna
y la externa, aunque interrelacionadas.

[“Objetos de transición”, 1951, p. 230]

Winnicott llegó a esta comprensión al ver un vínculo entre el uso de los puños, dedos
y pulgares por parte del recién nacido y el uso de ositos, muñecos o juguetes blandos
por parte del bebé mayor (de 3 a 12 meses), a veces además de chuparse el pulgar
o los dedos.

Existe una amplia variación de eventos que comienza con las actividades de puño en
boca del recién nacido, y que finalmente conduce a un apego a un peluche, a una
muñeca o un juguete blando, o un juguete duro.

Está claro que algo es importante aquí además de la emoción y satisfacción oral,
aunque esto puede ser la base de todo lo demás. Se pueden estudiar muchas otras
cosas importantes. Estas incluyen lo siguiente:

La naturaleza del objeto.

344
La capacidad del bebé para reconocer el objeto como No-yo.
El lugar del objeto: afuera, adentro, en el borde.
La capacidad del bebé para crear, pensar, idear, originar, producir un objeto.
El inicio de un tipo de afectuoso de relación de objeto.
[“Objetos de transición”, pp. 229 - 230]

2 El verdadero objeto No-yo es una posesión

El objeto externo que adopta el bebé o niño es su primera posesión. EN otras


palabras, desde el punto de vista del observador, es un símbolo de un camino que el
bebé está haciendo a partir de la experiencia de la adaptación de su madre a sus
necesidades durante el tiempo de dependencia absoluta, a la dependencia relativa,
donde comienza a ver a ver a su madre como a un otro, no él mismo y se da cuenta
de que ahora debe comenzar a pararse sobre sus propios pies, por así decirlo (ver
DEPENDENCIA; 1, 6). Por lo tanto aunque el objeto externo representa todos los
componentes de maternidad, también significa la capacidad del bebé para crear lo
que él necesita. Así es como el objeto de transición es la primera posesión del niño:
le pertenece verdaderamente, porque él lo ha creado (ver CREADIVIDAD: 2;
DEPENDENCIA: 6).

Cada bebé individual encuentra su forma única de crear su primera posesión:

En el caso de algunos bebés, es el pulgar que se coloca en la boca mientras que los
otros dedos acarician el rostro mediante movimientos de pronación y supinación de
su antebrazo. La boca es entonces activa en relación con el pulgar, pero no en
relación con todos los dedos. Los dedos que acarician el labio superior, o alguna otra
parte, pueden ser o pueden llegar a ser más importantes que la participación del
pulgar en la boca. Además esta actividad acariciadora se puede encontrar solo, sin la
unión más directa entre el pulgar y la boca.

En la experiencia común ocurre una de las siguientes cosas, complicando una


experiencia autoerótica como la se chuparse el pulgar:

345
1. Con la otra mano el bebé toma un objeto externo, digamos una parte de una
sábana o frazada, hacia la boca junto con sus dedos, o
2. De algún modo u otro el pedacito de ropa es sostenido y chupado no solo
chupado. Los objetos utilizados habitualmente incluyen servilletas y más tarde
pañuelos, y esto depende de lo que esté al alcance del bebé: o
3. El bebé comienza desde los primeros meses a arrancar algodón y lo colecciona
y usa para acariciarse. Es poco común que el bebé se trague el algodón,
aunque esto de ocurrir puede causar problemas; o
4. Masticar, acompañado de sonidos del estilo “mum-mum”, balbuceando,
emitiendo sonidos anales, las primeras notas musicales, etc.
[“Objetos de transición”, pp. 231 - 232]

El objeto de transición no necesita ser un objeto real: puede ser…una palabra o


melodía, o un manierismo, que se vuelve vitalmente importante para que el bebé lo
use en el momento de irse a dormir, y es una defensa contra la ansiedad,
especialmente la ansiedad de tipo depresivo.

[“Objetos de transición”, p.232]

Las madres y los padres aprecian intuitivamente la importancia de estos objetos para
su hijo.

Los padres llegan a conocer su valor y lo llevan consigo cuando van de viaje. La
madre deja que se ensucie y hasta que huela mal, sabiendo que al lavarlo introduce
una ruptura en la continuidad de la experiencia del bebé, una ruptura que puede
destruir el significado y el valor del objeto para el bebé.

[“Objetos de transición”, p.232]

Los padres parecen saber que para el bebé el objeto de transición es absolutamente
una parte de sí mismo como una boca o un pecho:

…Los padres respetan este objeto incluso más que los peluches y muñecos y
juguetes que le siguen rápidamente. El bebé que pierde el objeto transicional al mismo
pierde ambos, boca y pecho, mano y piel materna, creatividad y percepción objetiva.
El objeto es uno de los puentes conectores entre la psique individual y la realidad
externa.

346
[“Influencia de grupo y el niño mal adaptado”, 1955, p.149]

Winnicott observa que aparte de la elección del objeto, no hay diferencia en la manera
en que niños y niñas usan el objeto de transición:

Gradualmente en la vida de un infante se adquieren, ositos y muñecas y juguetes


duros. Los niños, en cierto grado, tienden a usar objetos duros, mientras que las niñas
suelen proceder de entrada por la adquisición de una familia. Es importante destacar,
sin embargo, que no hay diferencia notable entre niños y niñas, en el uso de esta
primera posesión original que llamamos no-yo, a lo cual denomino objeto de
transición.

[“Objetos de transición”, p.232]

El objeto transicional es habitualmente llamado por el niño cuando adquiere el uso del
sonido, y habitualmente tiene una palabra usada por los adultos parcialmente
incorporada en él. De hecho, “baa” puede ser el nombre y la letra “b” puede derivar
del uso de la palabra “bebé” por un adulto. Aunque la adquisición del lenguaje es
relevante aquí, el énfasis de Winnicott es en la creación por parte del bebé de una
palabra personal.

Hay muchos otros aspectos del objeto de transición, todo parte de lo que Winnicott
describe como “cualidades especiales en la relación”. Winnicott enumera siete
cualidades:

1. El bebé asume derechos sobre el objeto, y nosotros estamos de acuerdo con


ello. Sin embargo, desde el inicio hay algo de abrogación de omnipotencia.
2. El objeto es mimado afectuosamente, así como mutilado y amado
excitadamente.

[“Objetos de transición”, p.232]

Winnicott usa bastante la palabra “afecto” en relación con el uso del objeto de
transición por parte del bebé. “Afectuosamente mimado así como amado
excitadamente” hace referencia a los estados excitados y tranquilos del bebé
en relación con su madre. En esta etapa del desarrollo, el bebé está teniendo
que lidiar dentro de sí con la experiencia del objeto-madre, a quien el ama
excitadamente , y su madre-entorno quien es la madre de los estados

347
tranquilos. Se puede ver como el bebé usa el objeto de transición, a través del
acto, para relacionarse con estas dos madres y poder juntarlas (ver
AGRESIÓN: 6, 9; PREOCUPACIÓN: 3; DEPENDENCIA: 6, 7). Esto aplica a
los puntos 3 y 4.

3. Nunca debe cambiar, salvo que sea cambiado por el bebé.


4. Debe sobrevivir el amor instintivo, así como el odio, y si es una característica,
la pura agresión.
5. Aun así, debe ser percibido por el bebé como algo que brinda calidez, o que
se mueva o tenga textura, o que haga algo que parezca mostrar su vitalidad o
realidad propia.
6. Viene sin forma o punto de vista, pero no es así desde la perspectiva del bebé.
Ni viene de adentro, no es una alucinación.
7. Su suerte es poder ser gradualmente distanciado, así con el transcurso del
tiempo no se olvida, sino que queda relegado al limbo. Quiero decir, que en
estado de salud, el objeto de transición, no va “dentro” ni tampoco el
sentimiento por este es reprimido. No se olvida ni se duela. Pierde su
significado, y esto es debido a que el fenómeno de transición se ha hecho
difuso, dispersado sobre todo el territorio intermedio entre la “realidad psíquica
interna” y el “mundo exterior percibido por dos personas en común”, es decir,
sobre todo el campo cultural.
[“Objetos de transición”, p.233]

El ultimo ítem hace del objeto de transición, un objeto único no solo para el
niño en desarrollo, sino para el desarrollo de la teoría psicoanalítica. En
psicoanálisis los objetos eran o internalizados o perdidos. Por primera vez, aquí
hay un objeto que no es ni internalizado, ni perdido, sino más bien “relegado al
limbo”. Pero ¿por qué?

Una vez que la transición de relación-objeto a uso-objeto ha tenido lugar, el objeto de


transición ya no es necesitado por el bebé, porque su objetivo, por decir de algún
modo, se ha terminado. Ahora el niño pequeño es capaz de distinguir entre Yo y No-
yo y de vivir en esta tercera área, manteniendo separados el adentro y el afuera, pero
relacionados. Esta es la “difusión” y el “esparcimiento” en, como lo describe Winnicott,

348
“rodo el campo cultural”. Quince años después, con motivo de la celebración de la
culminación de la traducción de la edición estándar de las obras psicológicas
completas de Sigmund Freud, Winnicott introdujo el tema de la ubicación de la cultura,
que en 1967 se convirtió en un periódico: “El lugar de la experiencia cultural” (ver
CREATIVIDAD: 3; EL JUGAR: 1, 2). El uso por parte del bebé del objeto de transición
y la capacidad de los padres para permitir este juego ya se está construyendo sobre
los cimientos establecidos en la primera relación madre-hijo (ver SER: 1, 3:
CREATIVIDAD: 1; JUGANDO: 2).

3 Objetos de transición y el viaje al simbolismo

El objeto de transición es un símbolo, desde el punto de vista del observador, de un


aspecto de la experiencia del bebé de sobre su entorno. Sin embargo, esto no significa
que el bebé que usa un objeto ha alcanzado la capacidad de utilizar símbolos; más
bien, él está en su forma de usar símbolos. Así, el objeto de transición indica una
etapa de transición del desarrollo, de la relación de objeto al uso de un objeto (ver
AGRESIÓN: 10).

Es cierto que el trozo de manta (o lo que sea) simboliza algún objeto parcial, como el
pecho, sin embargo el punto no es tanto su valor simbólico como su actualidad. Que
no sea el pecho (o la madre) es tan importante como el hecho de que representa el
pecho (o la madre).

Cuando se emplea el simbolismo, el bebé ya está claramente distinguiendo entre


fantasía y realidad, entre objetos internos y externos, entre creatividad primaria y
percepción. Pero el término objeto de transición, según mi sugerencia, da espacio
para que el proceso pueda volverse capaz de aceptar la diferencia y la semejanza.
Creo que hay uso para un término para la raíz del simbolismo en el tiempo, un término
que describe el viaje del bebé desde lo puramente subjetivo a la objetividad; y me
parece que el objeto de transición (pedazo de manta, etc.) es lo que vemos de este
viaje de progreso hacia la experiencia.

[“Objetos de transición”, pp.233-234]

349
Parece que el simbolismo solo puede estudiarse adecuadamente en el proceso de
crecimiento de un individuo, y que tiene, en el mejor de los casos, un significado
variable. Por ejemplo, si consideramos la hostia del Santísimo Sacramento, que es
un símbolo del cuerpo de cristo, creo que tengo razón al decir que para la comunidad
católica romana es el cuerpo, y para la comunidad protestante es un sustituto, un
recordatorio, y no es esencialmente, de hecho en realidad el cuerpo mismo.

[“Objetos de transición”, p.234]

La “doble respuesta”, podemos asumir, es que Winnicott se la come en la fantasía y


en la realidad, en paralelo con la creencia en la transubastación en la iglesia Católica
Romana.

4 La función del objeto de transición

Al principio, el bebé necesita creer que él es el responsable de crear el pecho. Tiene


hambre, llora, le ofrecen el pecho justo en el momento adecuado y obtiene lo que
necesita. Todo eso lleva que el bebé piense que él ha creado el pecho. Ésta es la
ilusión necesaria de omnipotencia (ver MADRE: 4).

Una vez que la ilusión se ha establecido, la función de la madre durante el tiempo de


la dependencia relativa del bebé, es desilusionarlo. El bebé empieza a percibir
objetivamente, en lugar de apercibir subjetivamente (ver DEPENDENCIA: 6). Pero, y
eso es crucial para la teoría de Winnicott, si el bebé no ha tenido suficiente experiencia
de esta ilusión, no ser capaz de percibir objetivamente, y el viaje que implica resolver
la diferencia entre el Yo y No-yo se desilusionará (ver ILUSIÓN: 1).

Desde el nacimiento…el ser humano se preocupa por el problema de la relación entre


lo que se percibe objetivamente y lo que se concibe subjetivamente, y en la solución
de este problema no hay salud para el ser humano al que su madre no le ha dado un
buen comienzo. La zona intermedia a la que me refiero es la zona que le está
permitida al infante entre la creatividad primaria y la percepción objetiva basada en la
prueba de realidad. Los fenómenos de transición representan las primeras etapas del
uso de la ilusión, sin las cuales no tiene sentido para el ser humano la idea de una
relación con un objeto que otros perciben como externo a ese ser.

350
[“Objetos de transición”, p.239]

Winnicott ilustra su punto con dos diagramas. El primero muestra cómo la


presentación de objetos por parte de la madre en un estado de preocupación maternal
primaria, conduce a la ilusión del niño que ha creado lo que necesita, y el segundo
demuestra cómo el área de ilusión se transforma en una forma: el objeto de transición.

En la figura 20 se le da una forma al área de la ilusión, para ilustrar lo que considero


que es la función principal del objeto de transición y de los fenómenos transicionales.
El objeto de transición y los fenómenos transicionales ponen en marcha a cada ser
humano con lo que siempre será importante para ellos, es decir: un área neutral de
experiencia que no será desafiada. Del objeto de transición puede decirse que se
trata de un acuerdo entre nosotros y el bebé de que nunca haremos la siguiente
pregunta: “¿Lo hiciste? ¿Has creado esto o te lo presentaron desde afuera?” Lo
importante es que no se espera una decisión sobre este punto. No debe formularse
la pregunta.

[“Objetos de transición”, pp.239-240]

Fig. 19 Fig. 20

En otro artículo, “El niño privado y cómo se le puede compensar por la pérdida de la
vida familiar” (1950), escrito un año antes del artículo sobre los fenómenos
transicionales, Winnicott explica más profundamente por qué no debe formularse la
pregunta. Winnicott dice a continuación:

351
…una dificultad que todo niño experimenta es el relacionar la realidad subjetiva con
la realidad compartida que puede ser percibida objetivamente. De estar despierto a
dormir, el niño salta de un mundo percibido a un mundo creado por él mismo. En el
medio hay una necesidad para todo tipo de fenómenos transicionales, territorio
neutral. Describiría este precioso objeto diciendo que hay un entendimiento tácito de
que nadie afirmará que esta cosa real es parte del mundo o que es creado por el
bebé. Se entiende que ambas cosas son ciertas: el bebé creó y el mundo lo
suministró. Esta es la continuación hacia delante de la tarea inicial que la madre
ordinaria permite a su hijo emprender, cuando mediante una adaptación activa más
delicada ella se ofrece, tal vez, ofrece su pecho, mil veces en el momento que el bebé
está listo para crear algo como el pecho que ella ofrece.

[“El niño que ha sufrido privación”, 1950, pp.143-144]

“Desde la vigilia hasta el sueño” ilustra claramente la calidad de los dos mundos
diferentes: el mundo “interior” que pertenece al sueño y al soñar, el inconsciente y la
“realidad subjetiva”; pertenencia “exterior” al entorno y una “realidad compartida”, que
se percibe más conscientemente como No-yo. El objeto de transición puede entonces
ser visto como utilizado por el niño para unir estos dos estados, lo que explica la
necesidad de los niños por el objeto de transición, particularmente en el momento de
irse a dormir. En este momento, el niño pequeño ya está viviendo en la zona
intermedia, aunque, como señala Winnicott, ninguno de nosotros tiene nunca clara la
cuestión de la lucha de la interrelación entre el interior y el exterior.

Se asume aquí que la tarea de la aceptación de la realidad nunca es completada, que


ningún ser humano está libre de la tensión de relacionar la realidad interior y la
exterior, y que el alivio de esta tensión es proporcionado por un área intermedia de
experiencia que no es desafiada (artes, religión, etc.). Esta área intermedia está en
continuidad directa con el área de juego del niño pequeño que está “perdido” en el
juego.

[“Objetos de transición”, p. 241]

Los temas relacionados con los fenómenos transicionales juegan un papel importante
en los escritos de Winnicott, y los capítulos de su libro “Juego y realidad”, todos están
asociados con diferentes aspectos de los fenómenos transicionales.

352
5 Experiencia cultural

En un capítulo Winnicott examina “El lugar en el que vivimos” como sigue a


continuación:

Deseo examinar el lugar, usando la palabra en un sentido abstracto, en donde nos


encontramos la mayor parte del tiempo cuando experimentamos la vida.

[“El lugar en el que vivimos”, 1971, p. 104]

Aquí Winnicott extiende la relación temprana madre-hijo a la vida adulta y al vivir. Él


observa los dos extremos: el de la conducta y el de la vida interior.

Al considerar la vida de los seres humanos, existen aquellos a los que les gusta
pensar suficientemente en términos de comportamiento, y en términos de reflejos
condicionados y condicionamiento; lo que lleva a lo que se llama terapia conductual.
Pero la mayoría de nosotros nos cansamos de restringirnos a la conducta o a la vida
extrovertida observable de personas que, les guste o no, son motivadas desde el
inconsciente. Por el contrario, existen aquellos que ponen énfasis en la vida “interior”,
que piensan que los efectos de la economía e incluso de la propia hambruna tienen
poca importancia en comparación con la experiencia mística.

Es mi intención meterme entre estos dos extremos. Si nosotros observáramos


nuestras vidas, probablemente encontraremos que pasamos la mayor parte de
nuestro tiempo ni en la conducta ni en la contemplación, sino en otro lugar. Yo
pregunto: ¿dónde? Y trato de sugerir una respuesta.

[“El lugar en el que vivimos”, pp. 104-105]

La literatura psicoanalítica, señala Winnicott, no da una respuesta a la pregunta de


dónde vivimos todos en nuestra vida cotidiana.

¿Qué hacemos, por ejemplo, cuando escuchamos una sinfonía de Beethoven o un


mientras hacemos un peregrinaje a una galería de cuadros o mientras leemos Troilo
y Crésida en la cama, o mientras jugamos al tenis?¿Qué hace un niño cuando está
sentado en el suelo jugando con juguetes pajo la égida de la madre? ¿Qué hacen un
grupo de adolescentes al participar de una sesión de Pop?

353
No es solo: ¿qué estamos haciendo? La pregunta también necesita para ser
planteada lo siguiente:¿dónde estamos (si es que hay algún lugar?) Hemos usado
conceptos de interior y exterior, y queremos un tercer concepto. ¿Dónde estamos
cuando estamos haciendo lo que de hecho hacemos una gran parte de nuestro
tiempo, es decir, divirtiéndonos?

[“El lugar en el que vivimos”, 1971, pp. 105-106]

La respuesta de Winnicott es que vivimos, en salud en la zona intermedia, la tercera


área, el espacio de transición. Y dependiendo en qué cultura nacemos, nuestro
disfrute será perseguido de diferentes formas: leyendo, jugando al fútbol, bailando. La
cultura primaria, sin embargo, es la relación temprana madre-hijo (ver CREATIVIDAD:
3).

Es en la búsqueda de estas actividades culturales que se mejora y se desarrolla


nuestra propia experiencia. Todas estas actividades contribuyen a la calidad de vida.

…el juego y la experiencia cultural son cosas que valoramos de una manera especial;
estos vinculan el pasado, el presente y el futuro; ocupan tiempo y espacio. Exigen y
obtienen nuestra atención concentrada y deliberada, deliberada pero sin demasiada
de la deliberación de intentarlo.

[“El lugar en el que vivimos”, p. 109]

Marion Milner ha escrito mucho sobre la tercera área de experiencia a lo largo de todo
su trabajo y sus ideas fueron desarrolladas en paralelo a Winnicott. “Sobre no poder
pintar” (1950) es probablemente su mayor contribución a los temas de los fenómenos
transicionales.

6 Amistad y grupos

La relación con el ego de la relación madre-hijo, donde el ser, la creatividad, la


desintegración y las experiencias culturales se localizan, son vistas por Winnicott
como “la materia de la que se construyen las amistades” (“La capacidad de estar
solo”, 1957, p.33). Es del disfrute original de la relación con la madre y el entorno
(padre, hermanos, etc.). que la capacidad de jugar y hacer amigos se hace posible.

354
Así como algunos hace amigos y enemigos fácilmente en el trabajo mientras que otros
pueden sentarse en una pensión durante años y no hacer más que preguntarse por
qué nadie parece quererlos, así los niños hacen amigos y enemigos durante el juego,
mientras les resulta fácil hacer amigos fuera del juego. El jugar proporciona una
organización para el inicio de las relaciones emocionales, y así permite que se
desarrollen los contactos sociales.

[“Por qué los niños juegan”, 1942, pp. 144 -145]

La capacidad de hacer amigos y mantener amistades se basa en la capacidad de


estar solo (ver SOLO: 1, 2). De hecho una descripción de amistad, basada en la tesis
de Winnicott, implica la capacidad de tener en cuenta al amigo, y al mismo tiempo
reconoce la separación. Seguir actividades culturales dentro de las relaciones de
amistad, es hacer uso del espacio de transición entre individuos (ver JUGANDO: 7).

Partiendo de esto, Winnicott especula que la experiencia de los fenómenos


transicionales que son altamente satisfactorios podría ser pensado en términos de
éxtasis o de “orgasmo del ego”. Él pide lo siguiente:

…sólo si se puede tener valor pensar en el éxtasis como un orgasmo del ego. En la
persona normal, una experiencia altamente satisfactoria como la que se puede
obtener en un concierto en el teatro o en una amistad puede merecer un término como
orgasmo del ego, que llama la atención sobre el clímax y la importancia del clímax.

[“La capacidad de estar solo”, 1957, p. 35]

La expresión “orgasmo del ego” no se menciona específicamente de nuevo por


Winnicott para describir la sensación de alegría, felicidad y todos esos aspectos
involucrados en vivir creativamente. En 1960, Lacan se refiere a algo del mismo
fenómeno como “goce”, que más tarde en 1989, es retomado Bollas en “Fuerzas del
destino”.

El goce es el derecho inalienable del sujeto al éxtasis, un imperativo virtualmente legal


para perseguir el deseo.

[Bollas 1989, pp. 19-20]

355
La búsqueda de la felicidad tiene lugar en el espacio de transición, donde la
satisfacción puede o no cumplirse. Si el deseo viene del yo verdadero, hay más
posibilidades de un resultado satisfactorio, en tanto a como “sentirse real”.

Winnicott considera que las actividades culturales tienen lugar en la tercera área a
través del juego.

…es el juego que es universal y que pertenece a la salud, el juego facilita el


crecimiento y por ende la salud; jugando a ser líder en relaciones de grupo; jugar
puede ser una forma de comunicación en psicoterapia; y, por último, el psicoanálisis
se ha desarrollado como una forma de juego altamente especializada al servicio de
la comunicación con uno mismo y los demás.

Lo natural es jugar y el fenómeno altamente sofisticado del siglo XX es el


psicoanálisis.

[“El jugar: una afirmación teórica”, 1967, p. 41]

7 El espacio potencial y la separación

El bebé necesita un buen comienzo fusionándose con su madre. Esta experiencia, si


todo va bien, lleva al bebé a confiar y entregarse a su madre, interiorizando la buena
experiencia de estar dentro de ella, nacer de ella y convivir con ella (ver ILUSION: 4,
5). Como él desarrolla y sale de la etapa de dependencia absoluta, necesita repudiarla
como No-yo para separarse y comprender la diferencia entre el interior y el exterior.
Mientras esto sucede, la madre debe empezar a adaptarse, es decir, recordar sus
propias necesidades y, por tanto, desilusionar al bebé.

De un estado de fusión con la madre, el bebé está en una etapa de separar a la madre
del yo, y la madre está reduciendo el grado de adaptación a las necesidades del bebé
(tanto por su recuperación de in alto grado de identificación con si bebé y debido a su
percepción de las nuevas necesidades del bebé, la necesidad de que ella sea un
fenómeno separado de sí.)

[“El lugar en el que vivimos”, 1971, p. 107]

356
Winnicott compara este período con el tiempo en psicoterapia cuando el paciente,
habiendo reducido la confianza y la confiabilidad, necesita separarse y lograr
autonomía.

Como el bebé con la madre, el paciente no puede volverse autónomo excepto en


conjunción con la disposición del terapeuta para desprenderse…

[“El lugar en el que vivimos”, p. 107]

Winnicott sugiere que no existe tal cosa como separación, sólo la amenaza de
separación. Esta noción amplía el concepto de la capacidad de estar solo que se basa
en la experiencia de estar solo en presencia del otro o de la madre-otro (ver SOLO)
Winnicott presenta la cuestión de cómo se produce la imposibilidad de separación.

Se podría decir que con los seres humanos no puede haber separación, solo una
amenaza de separación; y la amenaza es máxima o mínimamente traumática según
la experiencia de la primera separación.

¿Cómo cabe preguntarse, la separación del sujeto y objeto, de bebé y su madre, de


hecho parecen ocurrir, y suceden con beneficio para todos los interesados, y en la
gran mayoría de los casos? ¿Y esto, a pesar de la imposibilidad de separación? (La
paradoja debe ser tolerada).

[“El lugar en el que vivimos”, p. 108]

A través de la empatía de la madre con su bebé y la empatía del terapeuta con el


paciente, el infante o paciente es capaz de internalizar y sentirse seguro en su paso
de la dependencia a la autonomía. Solamente a través de esta confiabilidad y
confianza, un espacio potencial comienza a ocurrir. Winnicott postula que en el
momento en que el infante se separa de la madre, al mismo tiempo está llenando el
espacio potencial a través del juego y la experiencia cultural.

La confianza del bebé en la fiabilidad de la madre y, por lo tanto, en el de otras


personas y cosas, posibilita una separación del no-yo del yo. Al mismo tiempo, sin
embargo, se puede decir que la separación evita rellenar el espacio potencial con el
juego creativo, con el uso de símbolos, y con todo lo que eventualmente se suma a
una vida cultural.

357
[“El lugar en el que vivimos”, p. 109]

La “evasión” a la que se refiere Winnicott aquí es otra manera de describir el fenómeno


interno de relacionarse con objetos subjetivos.

Este concepto de Winnicott de que nunca hay separación, sólo la amenaza de


separación, es fundamental para el concepto de fenómenos transicionales porque el
espacio transicional separa y une emocionalmente y mentalmente. Central a este
concepto es la “paradoja esencial” de Winnicott.

La paradoja sólo puede resolverse mediante un “vuelo hacia la escisión del


funcionamiento intelectual” pero esto indica una resistencia a tolerar la paradoja.

9 La paradoja esencial

En su última década, Winnicott enfatizó lo que él llamó la “paradoja esencial”, que fue
central para el concepto de objeto de transición y fenómenos transicionales.

Indudablemente el concepto de objeto de transición y de los fenómenos transicionales


me llevaron a mi deseo de estudiar esta área intermedia, que tiene que ver con la
experiencia de vida y no es un sueño no una relación de objeto. Al mismo tiempo que
no es ni el uno ni el otro de estos dos, es también amos. Esta es la paradoja esencial,
y en mi artículo sobre los fenómenos transicionales, la parte más importante(en mi
opinión) es mi afirmación de que tenemos que aceptar la paradoja, no resolverla.

[“El lugar y la cultura”, 1968, p. 204]

Es por eso la pregunta sobre los orígenes del objeto de transición no debe hacérsele
al niño.

El objeto de transición y los fenómenos transicionales inician al ser humano con lo


que aquello que siempre les resultará importante, esto es, un área neutral de
experiencia que no será desafiada. Del objeto de transición se puede decir que es
una cuestión de acuerdo entre nosotros y el bebé que nunca le preguntaremos lo

358
siguiente: ¿Esto lo creaste vos o te fue presentado? El punto importante es que
ninguna decisión sobre esto es prevista. La pregunta no debe formularse.

[“Objetos de transición”, 1951, pp. 239-240]

La paradoja solo puede ser resuelta por medio de un “vuelo para separar el
funcionamiento intelectual” pero esto indica una resistencia a tolerar la paradoja.

Sugiero que si miramos la filosofía y por el momento ignoramos los detalles


inmensamente significantes del contenido, podemos ver que opera una dinámica a la
cual llamaré la no aceptación de la paradoja inherente. Para mí, la paradoja es
inherente. En los términos del objeto transicional, es que aunque el objeto estaba allí
para ser encontrado, fue creado por el bebé. Uno podría referirse a Ronald Knox
Limerick, y en teología lo mismo aparece en la interminable discusión sobre la
cuestión de si existe un Dios. Si Dios es una proyección, ¿es que aun así existe un
Dios que me creó de tal manera que tengo el material en mí para tal proyección?
Etiológicamente, si puedo aquí usar una palabra que habitualmente se refiere a la
enfermedad, la paradoja debe ser aceptada, no resuelta. Lo importante para mí, debe
ser, ¿es que tengo en mí la idea de un Dios?, de no ser así, entonces la idea de Dios
no tiene valor para mí (excepto de manera supersticiosa).

[“El jugar y la cultura”, 1968, p. 205]

Las últimas palabras publicadas de Winnicott sobre la paradoja esencial y su lugar en


su teoría viene como “la última pieza” de Juego y realidad publicado en el año de su
muerte, y puede ser visto como una conclusión de su vida laboral.

Propongo que hay una etapa en el desarrollo de los seres humanos que viene antes
de la objetividad y la percepción. En el principio teórico, se puede decir que un bebé
vive en un mundo subjetivo o conceptual. El cambio del estado primario a uno en el
cual la percepción objetiva es posible, no es sólo una cuestión de un proceso de
crecimiento inherente o heredado ; necesita además un entorno mínimo. Pertenece
al vasto tema del camino del individuo desde la dependencia hacia la independencia.

Este espacio concepción-percepción provee rico material de estudio. Yo postulo una


paradoja esencial, una que debemos aceptar y que no es para resolver. Esta

359
paradoja, central al concepto, debe permitirse, y debe permitirse por un período de
tiempo en el cuidado de cada bebé.

[“La última pieza”, de Juego y realidad, 1971, p. 151]

REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA

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