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EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE N° 03
“ PROMOVEMOS EL CUIDADO DE LA SALUD Y EL AMBIENTE “
SITUACION SIGNIFICATIVA
El virus SARS-CoV-2 y sus variantes a nivel mundial, nacional y local siguen afectando la salud de la
población. También, observamos condiciones desfavorables en el ambiente que ponen en mayor riesgo la
salud de la población. Estos problemas requieren plantear propuestas o estrategias para prevenir, conservar y
participar con acciones que protejan nuestra salud, la de nuestra familia y comunidad, y el ambiente en que
vivimos. Ahora, nos preguntamos: ¿Cómo podemos promover la conservación de nuestra salud, la de nuestra
familia y comunidad, y del ambiente en que vivimos?
PROPOSITO
COMPETENCIA CAPACIDADES PROPOSITO
Asume una vida saludable. -Comprende las relaciones entre la actividad En esta actividad tendremos la
física, alimentación, postura e higiene oportunidad de proponer y practicar
corporal y la salud actividades físicas de diferente
intensidad, considerando nuestra edad,
-Incorpora prácticas que mejoran su calidad necesidades y preferencias, y las de las
de vida personas a quienes dirigimos nuestra
propuesta.
-Practico actividades físicas de moderada y vigorosa intensidad por lo menos tres veces
por semana, incorporándolas a miss hábitos de vida saludable.
CRITERIO -Argumento la importancia y los beneficios de la práctica regular de actividades físicas,
teniendo en cuenta mi contexto y posibilidades de movimiento para evitar el
sedentarismo y mejorar mi calidad de vida.
EVIDENCIA Folleto Tríptico en donde practicamos actividades físicas de diferente intensidad,
considerando nuestra edad, necesidades y preferencias, y las de las personas a quienes
dirigimos nuestra propuesta.
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Leemos el texto “Actividad física y recomendaciones de la OMS”, que nos ayudará seleccionar las actividades
según nuestra condición física, partiendo del conocimiento con base científica. Lo encontraremos en la sección
“Recursos para mi aprendizaje” (Actividad 11 - Recurso 1).
A partir de la lectura, respondemos las siguientes preguntas y organizamos la información en un organizador
visual el aplicativo Mindomo
Actividad física
Se considera actividad física cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de
energía.
Se ha observado que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo en lo que respecta a la mortalidad mundial (6 % de
las muertes registradas en todo el mundo). Además, se estima que la inactividad física es la causa principal de
aproximadamente un 21 % - 25 % de los cánceres de mama y de colon, el 27 % de los casos de diabetes y
aproximadamente el 30 % de la carga de cardiopatía isquémica.
Un nivel adecuado de actividad física regular en los adultos:
• reduce el riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes, cáncer de mama y de
colon, depresión y caídas;
• mejora la salud ósea y funcional; y
• es un determinante clave del gasto energético y, por tanto, es fundamental para el equilibrio calórico y el control del
peso.
Los niveles de actividad física recomendados por sus efectos beneficiosos en la salud y como prevención de
enfermedades no transmisibles se pueden consultar aquí.
La "actividad física" no debe confundirse con el "ejercicio". Este es una variedad de actividad física planificada,
estructurada, repetitiva y realizada con un objetivo relacionado con la mejora o el mantenimiento de uno o más
componentes de la aptitud física.
La actividad física abarca el ejercicio, pero también otras actividades que entrañan movimiento corporal y se realizan
como parte de los momentos de juego, del trabajo, de formas de transporte activas, de las tareas domésticas y de
actividades recreativas.
Aumentar el nivel de actividad física es una necesidad social, no solo individual. Por lo tanto, exige una perspectiva
poblacional, multisectorial, multidisciplinaria y culturalmente idónea.
¿Cómo reconocer cuando las actividades son de moderada y vigorosa intensidad?2
La intensidad refleja la velocidad a la que se realiza la actividad o la magnitud del esfuerzo requerido para realizar un
ejercicio o actividad.
La intensidad de la actividad física (que realizará una persona) depende de lo ejercitada que esté la persona y de su
condición física.
Requiere una gran cantidad de esfuerzo, y provoca una respiración rápida y un aumento sustancial de la frecuencia
cardíaca. No es posible mantener una conversación. Se consideran ejercicios vigorosos:
Ascender a paso rápido o trepar por una ladera, desplazamientos rápidos en bicicleta, aeróbicos, natación, deportes y
juegos competitivos (fútbol, vóleibol, baloncesto), trabajo intenso con pala o excavación de zanjas, desplazamiento de
cargas pesadas (>20 kg)
RECUERDA
La actividad física vigorosa siempre es más difícil de identificar. Por ello, te dejamos estas pistas para que puedas
determinar si la intensidad de tu ejercicio se encuentra en un nivel vigoroso:
• Tu respiración es profunda y rápida.
• Sudas después de solo unos minutos de actividad.
• No puedes decir más que unas pocas palabras sin antes detenerte para respirar.
Consideraciones importantes
Ten cuidado de esforzarte mucho con demasiada frecuencia. Si tienes dificultad para respirar, dolor o no logras hacer
ejercicio durante el tiempo que habías estimado, la intensidad de tu ejercicio probablemente sea mayor a la que puede
soportar tu nivel de condición física. Si es así, retrocede un poco y aumenta la intensidad gradualmente.
Cuando estás haciendo actividades aeróbicas, como caminar o andar en bicicleta, la intensidad del ejercicio se
correlaciona con la dificultad que la actividad implica para ti. La intensidad del ejercicio también se refleja en la
respiración y la frecuencia cardíaca, en el hecho de si estás sudando y qué tan cansados tienes los músculos.
Hay dos maneras básicas de medir la intensidad del ejercicio:
• Cómo te sientes. La intensidad del ejercicio es una medida subjetiva de la dificultad que la actividad física implica para
ti, es decir, el esfuerzo que percibes. El nivel de esfuerzo que percibes puede ser diferente al que otra persona siente al
hacer el mismo ejercicio. Por ejemplo, una carrera intensa para ti quizás es un ejercicio liviano para una persona que
tiene un mejor estado físico.
• Tu frecuencia cardíaca ofrece una visión más objetiva de la intensidad del ejercicio. En general, cuanto más alta sea la
frecuencia cardíaca durante la actividad física, mayor será la intensidad del ejercicio.
Es posible que el esfuerzo percibido no siempre sea similar al nivel de la frecuencia cardíaca; además, depende de cada
persona. No obstante, puede ser una guía general para medir el nivel de esfuerzo. Si sientes que estás ejercitando
arduamente, es probable que tu frecuencia cardíaca sea más alta de lo normal.
Puedes usar cualquiera de las dos formas para medir la intensidad del ejercicio. Si te gusta la tecnología, puedes
controlar tu frecuencia cardíaca con un dispositivo de registro de actividad que incluye un monitor de frecuencia
cardíaca. Si sientes que estás en sintonía con tu cuerpo y el nivel de esfuerzo, es probable que no necesites un monitor.
Demasiado esfuerzo
No te presiones demasiado muy seguido. Si tienes dificultad para respirar, sientes dolor o no puedes entrenarte como
habías previsto, es probable que la intensidad del ejercicio sea mayor de la que admite tu estado físico. Desacelera un
poco y aumenta la intensidad gradualmente.
Usar la frecuencia cardíaca para medir la intensidad
Otra manera de medir la intensidad del ejercicio es ver qué tan fuerte te late el corazón durante la actividad física. Para
usar este método, primero tienes que calcular tu frecuencia cardíaca máxima, es decir, el límite más alto que tu sistema
cardiovascular puede tolerar durante la actividad física.
Puedes calcular tu frecuencia cardíaca máxima restando tu edad a 220. Por ejemplo, si tienes 45 años de edad, resta 45
a 220: la frecuencia cardíaca máxima es de 175. Este es el promedio máximo de veces que tu corazón debe latir por
minuto durante el ejercicio.
Una vez que conozcas tu frecuencia cardíaca máxima, puedes calcular el rango de frecuencia cardíaca deseado, es decir,
el nivel en que tu corazón se ejercita y se acondiciona, pero no se esfuerza demasiado.
La Asociación Americana del Corazón recomienda una frecuencia cardíaca objetivo de los siguientes valores:
Intensidad moderada de ejercicio: del 50 % al 70 % de tu frecuencia cardíaca máxima
Intensidad de ejercicio vigoroso: del 70 % al 85 % de tu frecuencia cardíaca máxima
Si no estás en forma o apenas estás comenzando un programa de ejercicios, apunta a un valor inferior del rango de tu
frecuencia cardíaca objetivo. Luego, aumenta gradualmente la intensidad. Si estás sano y quieres hacer ejercicio a una
intensidad vigorosa, opta por el valor superior del rango de tu frecuencia cardíaca.
Usa una calculadora en línea para determinar el rango de frecuencia cardíaca deseado, o bien, a continuación,
encontrarás una forma simple de hacer el cálculo tú mismo. Si apuntas a una frecuencia cardíaca objetivo en el rango
vigoroso del 70 % al 85 %, puedes usar el método de frecuencia cardíaca de reserva (FCR) para calcularla de esta
manera:
Resta tu edad a 220 para obtener tu frecuencia cardíaca máxima.
Calcula tu frecuencia cardíaca en reposo contando las veces que tu corazón late por minuto cuando está en reposo, por
ejemplo, a primera hora de la mañana. Suelen ser entre 60 y 100 latidos por minuto en el adulto promedio.
Calcula tu frecuencia cardíaca de reserva (FCR) restando tu frecuencia cardíaca en reposo a tu frecuencia cardíaca
máxima.
Multiplica tu FCR por 0,7 (70 %). Agrega tu frecuencia cardíaca en reposo a este número.
Multiplica tu FCR por 0,85 (85 %). Agrega tu frecuencia cardíaca en reposo a este número.
Estos dos números son tu rango de frecuencia cardíaca objetivo promedio para una intensidad de ejercicio vigorosa al
usar la FCR para calcular tu frecuencia cardíaca. Por lo general, tu frecuencia cardíaca durante el ejercicio vigoroso debe
estar entre estos dos números.
Vóleibol sentado
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• Elegimos el espacio más amplio de la casa o adaptamos el que tenemos para tener espacio libre, y verificamos las
condiciones de seguridad para todos. Preparamos el espacio; para ello, lo demarcamos y dividimos en dos con los
materiales que tengamos a la mano y, si no tenemos un balón, podemos realizarlo con otro material, por ejemplo, un
globo. Ahora, invitamos a los miembros de nuestra familia a participar. Les explicamos cuál es la finalidad del juego y,
según las condiciones y en acuerdo, podemos adaptar las reglas del juego..
• Ahora vamos a liderar la activación corporal para todos los integrantes de la familia, iniciamos con la toma del pulso, y
continuamos con los pasos sugeridos: a) realizamos movimientos articulares buscando amplitud de movimiento
gradualmente, b)movimientos diversos como saltos, trote en el lugar u otros de desplazamientos para elevar la
temperatura corporal, el ritmo cardiorrespiratorio y aumentar la irrigación muscular a todo el cuerpo, y c) realizamos
elongaciones o estiramientos sin forzar las articulaciones, ligamentos y musculatura, por aproximadamente entre cinco
y doce minutos.
• Antes de iniciar conformamos los equipos de forma democrática y a Jugar¡¡
• Al finalizar el juego, realizamos la relajación entre 5 y 8 minutos con ejercicios de respiración y elongaciones que no
fuercen las articulaciones