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INTRODUCCIÓN:

Hoy vamos a trabajar el primer chakra que es el chakra de la raíz, se encuentra localizada en la
base de la espina dorsal, expandiéndose al área genital.

En este se aloja todo el tema de la confianza, ser capaz dé y atreverse.

Se bloquea con el miedo este chakra.

Vas a trabajar sobre la confianza básica y primaria, aquella tan necesaria para que puedas vivir en
paz y tranquilidad.

Confiar en la vida, confiar en cada paso que das, segura, estable, con determinación, confiar en tú
corazón, en tú sabiduría y en el universo.

En que cada experiencia, cada nuevo desafío que la vida te pone es para tú crecimiento, para tú
desarrollo personal y espiritual.

Vamos a trabajar nuestros pies, nuestras piernas, nuestros cimientos, nuestra conexión con la
tierra, sintiéndonos cobijados, sintiéndonos en nuestro hogar, en nuestro templo.

Sintiendo que tú camino y tú misión están siendo siempre sostenidos.

Te invito a soltar todos los miedos, las incertidumbres que a todos nos abundan y a despertar, a
conectarse y a recordar esa confianza dentro de ti.

Vamos a empezar dejando los pies al ancho de las caderas, en esta postura que se llama Tadasana
o de la montaña, buscando el enraizamiento de tus pies hacia la tierra.

Reconociendo ese contacto que nos da seguridad y estabilidad. Comenzando a conectar con esa
confianza básica que la tierra nos otorga.

Siente tus piernas alargase hacia las caderas, la columna alargarse desde el cóccix hasta la
coronilla. Tu pecho abierto, los hombros suavemente rotados hacia atrás y cayendo por su propio
peso hacia abajo.

Palmas abiertas hacia la vida, hacia los demás, dispuestos a recibir… pies conectados y firmes hacia
la tierra.

Examínate ahí un momento.

Siente como está tú energía, tu mente, tus emociones, solo obsérvate sin juicio y sin la necesidad
de querer cambiar nada.

Siente el fluir de tu respiración, registra el ritmo de ese aire, inhalando y exhalando naturalmente
por la nariz.

Vamos a pensar qué te ha generado miedo en tu vida o en este momento, y como puedes sustituir
este miedo por confianza.

Vamos con toda la energía a hacer los ejercicios a conciencia y siempre teniendo presente tú
propósito.
Haz una inspiración profunda, abre el pecho, rota tus hombros hacia adelante y hacia atrás, y al
exhalar abre los ojos.

Vas a tomar la pelota o botella y la colocarás debajo de tu pie derecho. Pasas el peso hacia el pie
izquierdo.

Hazte cerca de una pared o baranda si crees necesario el apoyo para mantener el equilibrio.

Vas a empezar a hacer un suave masaje sobre la planta de ese pie. Desde el Talón hacia los dedos,
comenzando a masajear suavemente y siente toda esa superficie.

Comienza a despertar todas las sensaciones de esa zona.

Ve masajeando todas las terminaciones nerviosas de tu pie.

Ahora haz círculos hacia afuera.

Tiene que ser un masaje placentero que comience a despertar la sensibilidad del pie, de tu raíz
más próxima a la tierra.

Ahora círculos hacia adentro.

Sentirás como el pie poco a poco se va relajando. Quitando cualquier tensión. Y deja que esa
sensación de relajación de traslade al resto del cuerpo.

Puedes presionar en alguna zona que sientas que precise presión y relajar.

Escucha tu cuerpo. Mandíbula y labios relajados, columna relajada.

Bien. Deja la pelota o botella en el centro de tus pies, alinea caderas, relaja ambos apoyos de los
pies hacia la tierra y tómate un momento para sentir las diferencias de una pierna a la otro.

Solo siente y deja que las sensaciones vengan.

Nos damos la vuelta y comenzamos a realizar el mismo trabajo con el pie izquierdo.

Tomas la pelota o botella y colócala debajo de tu pie izquierdo. Pasas el peso hacia el pie derecho.

Hazte cerca de una pared o baranda si crees necesario el apoyo para mantener el equilibrio.

Vas a empezar a hacer un suave masaje sobre la planta de ese pie. Desde el Talón hacia los dedos,
comenzando a masajear suavemente y siente toda esa superficie.

Comienza a despertar todas las sensaciones de esa zona.

Ve masajeando todas las terminaciones nerviosas de tu pie.

Ahora haz círculos hacia afuera.

Tiene que ser un masaje placentero que comience a despertar la sensibilidad del pie, de tu raíz
más próxima a la tierra.

Ahora círculos hacia adentro.


Sentirás como el pie poco a poco se va relajando. Quitando cualquier tensión. Y deja que esa
sensación de relajación de traslade al resto del cuerpo.

Puedes presionar en alguna zona que sientas que precise presión y relajar.

Escucha tu cuerpo. Mandíbula y labios relajados, columna relajada.

Repite: “Confío en la vida, la vida cuida de mí”

Dejamos la pelota o botella al lado y volvemos a nuestra postura de Tadasana y te enraízas hacia la
tierra y siente el apoyo presente y firme de ambos pies.

Esa seguridad que te da un apoyo amplio, te empieza a transmitir confianza a todo tu cuerpo y tu
ser.

Ahora vas a realizar una respiración profunda de 1:3, durando un poco más en esa espiración.

Siente como el aire recorre todo tu cuerpo. No pares de concentrarte en tu respiración y repite
para tus adentros: “Confío en la vida, la vida cuida de mí”.

Haz una inspiración profunda, abre el pecho, rota tus hombros hacia adelante y hacia atrás, y al
exhalar abre los ojos.

Comenzaremos con nuestros ejercicios.

MEDITACIÓN:

Vamos a dar finalización a la sesión de hoy, acuéstate en tu colchoneta.

Estira tu cuerpo, separando ligeramente las piernas entre sí, dejando caer los pies de los lados y
separa los brazos ligeramente del cuerpo, colocando las palmas de las manos boca arriba, como
hicimos al comienzo, proyectadas hacia el cielo y hacia los demás para dar y recibir.

Asegúrate de alinear tu cabeza, tu cuello y tu espina dorsal y aprovecha estos primeros instantes
para hacer todos los ajustes que necesites para estar cómoda y no tener que moverte.

Ahora observa tu cuerpo, tumbado en el suelo y suelta cada una de las partes de tu cuerpo.

Observando si hay tensión en alguna de ellas, cuando localices esa tensión vas a relajar esa zona
en la espiración, dejando que tu cuerpo en cada exhalación prolongada que haces se relaje un
poco más.

Soltando todo el peso del cuerpo hacia la tierra, hasta que en tu cuerpo y en tu mente no haya
ninguna tensión.

Déjate ir… Más y más hacia la tierra.

Ahora toma una profunda respiración y lentamente cuando exhales, experimenta la calma y
relajación extenderse a través de todo tu cuerpo.

Hazte consciente de los sonidos que llegan en la distancia.


Afinando el sentido de la audición, y haciéndote consciente de los oídos que puedas escuchar más
y más lejos.

Deja que el oído funcione como si fuera un radar identificando todos los sonidos, uno tras otro.
Durante unos segundos y luego pasa al siguiente sonido, sin quedarte en uno en particular.

Mueve tu atención, de sonido en sonido, sin intentar encontrar su procedencia. La conciencia está
en los sonidos, pero no busca de dónde vienen, solo los observa. Los identifica y pasa al siguiente
sonido.

Ahora abandona este ejercicio. Es el momento de repetir una frase corta y positiva que viene a ser
un deseo de algo que deseas hacer realidad en tu vida, lo repetirás mentalmente 3 veces.

Para esta práctica repetirás “Transformo el miedo en fortaleza, me siento a salvo allá donde esté”.

Repítelo 3 veces, de forma consciente y con sentimiento.

Muy bien, llevaremos ahora una rotación de la conciencia por todas las partes del cuerpo, te
moverás de forma rápida de una parte del cuerpo a otra. Lleva tu conciencia, tu ojo mental a esa
parte del cuerpo que nombre y seguidamente repite el nombre de esa parte del cuerpo, sintiendo
como se relaja progresivamente, después nombraré otra y realizarás el mismo ejercicio.

Recuerda que es un proceso ágil, no te quedarás demasiado en alguna de las partes del cuerpo.

Empezamos en el chakra muladhara, tu chakra raíz, ubicado en la base de la columna. Lleva tu


atención a muladhara chakra. Siente la energía de muladhara chakra.

Ahora lleva tu atención hacia tu ingle derecha, cadera derecha, muslo derecho, rodilla, tibia
derecha, tobillo, ´talón, toooda la planta del pie derecho, empeine, dedo gordo del pie derecho,
2do dedo, 3er dedo, 4to, 5to.

Lleva de nuevo tu atención a muladhara chakra, en la zona del peinéo. Ingle izquierda, cadera izq,
muslo izquierdo, rodilla izquierda, tibia, tobillo, ´talón izquierdo, toooda la planta del pie, empeine,
dedo gordo del pie izquierdo, 2do dedo, 3er dedo, 4to, 5to.

Lleva de nuevo tu atención a Muladhara chakra y abandona y ejercicio anterior.

Pasa ahora tu concentración a la respiración, vas a realizar la respiración completa, de 3 tiempo,


empezando con la elevación de tu abdomen, costillas inferiores y luego superiores, y al momento
de la espiración de manera inversa. Costillas superiores, costillas inferiores y abdomen.

Siente como el aire recorre todos tus pulmones y todo tu cuerpo. Solo enfócate en la respiración y
en el flujo de aire.

No intentes alterar el ritmo o flujo de la respiración, simplemente deja de suceda.

No te duermas, mantén la atención en la respiración.

Ahora con cada inhalación visualiza una luz a nivel de Muladhara chakra y siente como con cada
respiración asciende esta luz por todo tu canal central que es la columna, hasta la coronilla.
Siente como la tierra te regala una sensación de calidez y calma a todo tu cuerpo, es como un
baño de todas las cualidades de la tierra.

Te sientes cerca de la tierra y arropada por ella. La tierra generosamente te da más luz y esa luz
sigue penetrando todo tu cuerpo, ahora iluminándote por completo.

Estás a salvo, aquí y ahora.

Tu cuerpo se siente fuerte, seguro, firme y lleno de energía terrenal. Te sientes con los pies en el
suelo, capaz de sobrellevar cualquier cosa.

Experimenta esa nueva energía que despierta en ti.

Recuerda, mantén tu atención en la respiración.

Finalizamos nuestra sesión, repitiendo nuestra frase motivadora: “Transformo el miedo en


fortaleza, me siento a salvo allá donde esté”

Repítelo 3 veces poniendo atención a cada una de las palabras.

Ahora lentamente comienza moviendo los pies, luego los dedos de las manos, finalmente las
manos, y los brazos. Estírate desde los brazos hasta los pies, haciendo un gran estiramiento.

Luego flexiona tus rodillas hacia el pecho y gírate hacia el lado derecho.

Quédate unos instantes en posición fetal y busca en esta postura, 3 cosas por las cuales quieras
dar gracias en el día de hoy.

Cuando termines te incorporas y te sientas.

Namasté.

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