Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Lake
KAJA’S BET
Juric Crime Family 03
Sinopsis:
En el primer momento en que puse mis ojos en ella, supe que
seríamos una pareja poderosa. Ella me complementa en todos los
sentidos.
Es la bala de mi arma.
Cuando me advirtieron que la vigilara de cerca, lo descarté. No
necesitaba hacerlo. Le confiaba mi vida… no debería haberlo hecho.
Me vendió para proteger a su hermano. La mujer en quien
confiaba me traicionó justo en uno de los momentos más importantes
de mi vida.
El día que me llamaron para ser parte de la familia Juric, mi mujer
hace un trato con el dueño de un club turbio que podría arruinarlo
todo.
Con un informante trabajando en contra de la familia y los
federales olfateando detrás de nosotros, lo último que debería
preocuparme es cómo voy a hacer para que mi mujer pague por lo
que hizo.
Me traicionó. Debería ser más inteligente que pensar que dejaré
que me haga quedar como un tonto.
La lastimaré, la haré llorar, pero no la dejaré ir.
Al final de todo, le haré desear que nunca hubiera hecho esa
jugada.
☠️ Descargo de Responsabilidad☠️
Este libro incluye varios acontecimientos gráficos traumáticos que
pueden ser preocupantes/desencadenantes para algunos lectores. Se
aconseja prudencia.
Capítulo 1
Kaja
N
— o soy una maldita estúpida, Kaja, sé lo que vi—escupe
Sabina furiosa por encima del hombro mientras cierra la puerta del
coche y entra en la casa.
—Basta, Sabina. No le estoy prestando atención a ninguna de esas
mujeres y me está cabreando que incluso tengas que preguntarme
sobre eso.
Ella se da la vuelta justo en la puerta.
—¿Te está cabreando? ¿Cómo diablos crees que me siento cuando
veo a esas putas encima de ti de esa manera? ¿Cómo diablos te
sentirías si estuviera colgando de otro hombre?
Aprieto los puños y doy otro paso en su dirección. La mujer sabe
cómo meterse debajo de cada capa de piel que tengo sin importar
cuán gruesa sea.
—Cuidado—le advierto.
—¿Qué tal si te cuidas tú? No me asustas, Kaja. No quiero a esas
mujeres cerca de ti otra vez—me ordena ella.
—¿No quieres a esas mujeres a mi alrededor? Creo que te has
golpeado la cabeza, Sabina. Cuando te declaré mi mujer te dije que
siempre caminarías a mi lado, pero esta mierda…—me acerco lo
suficiente para que sus senos se rocen contra mi pecho con cada una
de sus airadas respiraciones—… Esto suena como si pensaras que
estás por encima de mí.
—Kaja, yo…
Agarro su nuca y estrello mi boca contra la suya. Ella gime en voz
alta cuando me alejo.
—Silencio, Predivan (NdelT: maravillosa). Sé lo que necesitas.
—Maldita sea, no te soporto. —Mete las manos en la chaqueta de
mi traje y comienza a sacar los extremos de mi camisa de mis
pantalones.
—Eso no es lo que tu cuerpo me está diciendo. —Introduzco el
código que abre la puerta, sin siquiera tener que mirar el teclado
mientras lo hago.
La puerta se abre y los dos entramos a trompicones.
—Eres mía, Sabina, recuerda tu lugar. —La agarro por debajo del
culo y la levanto para que sus piernas se envuelvan alrededor de mi
cintura.
—No me hagas luchar por lo que es mío.
No puedo detener el gruñido que sale de mi pecho. Yo nunca la
engañaría. No tengo la energía para hacer esa mierda. Además, ni
siquiera tengo ganas de estar con nadie más que ella. Sin embargo, no
importa cuántas veces se lo diga, los celos de Sabina son casi tan
legendarios como su ira.
Además de ser un vor en la familia del crimen Juric, hago muchas
inversiones. La mayoría de las veces las inversiones son para el
mejoramiento de la familia. Puede que no tenga una posición
codiciada dentro de la familia, pero siempre tengo la esperanza de
que mi lealtad y ambición me pondrán en el ojo de Marko, en el buen
sentido.
Hoy tuve una reunión en uno de los clubes que tengo. Katarina y
Matej acababan de traer algunas chicas nuevas que trabajarían en la
barra para servir botellas. Por supuesto, como propietario, debo
asegurarme de que la mercancía sea adecuada.
Sabina tiene un problema con el hecho de que soy demasiado
carismático con las empleadas. ¿Por qué coño necesito follar con
strippers o alguna de las chicas que expenden bebidas cuando la
tengo a ella? Nadie puede ofrecerme nada que no obtenga de Sabina
multiplicado por diez.
—No tienen nada que quiera. Solo tú me vuelves así de loco. —
Dejo caer mi cabeza en su cuello y chupo hasta que aprieta sus
piernas alrededor de mi cintura con fuerza. Puedo sentir lo mojada
que está a través de sus vaqueros. Necesito entrar en ella ahora. Toda
esta discusión me pone tenso, pero conozco una manera segura de
aliviarlo.
Juro que se siente como si Sabina me cabreara solo porque le gusta
que pierda el control. Si eso es lo que necesita, no tengo ningún
problema en dárselo.
Tiro de ella un poco hacia atrás para abrir el botón y la cremallera
de sus pantalones.
—Piso superior. —Jadea y busca a tientas los botones de mi
camisa.
—No.
—¡Kaja! ¡Te deseo, ahora! —Ella golpea la mano en la pared detrás
de ella.
—¿No me escuchaste antes? Tú no gobiernas sobre mí. ¿Quieres
pelear conmigo por el control, pequeña? Déjame mostrarte quién
tiene el control aquí.
La dejo caer de mi cintura y una de sus cejas se levanta desafiante.
—Kaja.
—Ne tjeraj me da čekam (NdelT: No me hagas esperar). —Mi
paciencia se está agotando. No quiero lastimarla demasiado, pero
cuanto más se resiste, más pienso que eso es exactamente lo que ella
quiere—. Desnuda, ahora.
Mantengo mis ojos pegados a los de ella y lentamente la sonrisa
sarcástica que tiene en el rostro desaparece. El pequeño juego que
había pensado que iba a jugar no está funcionando.
Se sienta lentamente en los escalones, demasiado lentamente.
Avanzo unos pasos y le quito los pantalones y la ropa interior. Puedo
oler su excitación, fresca y embriagadora.
Separo sus piernas y me quito el cinturón.
—¿Qué estás haciendo? ¿Kaja? —Hay un ligero temblor en su voz.
—¿Ahora te preocupas? Pasaste todo el viaje en el coche
diciéndome cuánto quiero a esas zorras en el club. Solo te quiero a ti,
Sabina. Y tomo lo que quiero. Déjame recordártelo. —Agarro su
pierna y paso el pulgar por la curva de su pantorrilla. Su espalda se
arquea y se contonea en el duro escalón.
Presiono mi boca en su tobillo, es la única pizca de ternura que
tendrá esta noche.
Separo sus piernas tanto como puedo y uso mi cinturón para
formar un lazo.
—¡Kaja!—chilla cuando ve lo que voy a hacer.
Sujeto su tobillo a la barandilla, dejando solo un pequeño espacio
para no cortarle la circulación.
Ahora, con solo una pierna con la que lidiar, será mucho más fácil
mantenerla exactamente como la quiero.
Corriéndose en mi cara.
Me lanzo sin tomarme el tiempo para facilitarle el placer que
quiero tomar de ella.
—¡Oh, mierda! Kaja—gime y trata de alejarse, pero el borde duro
de las escaleras le impide escapar.
Mi lengua lame su raja y chupo todos los jugos que tiene,
bebiéndolos como mi marca favorita de vodka. Sus piernas
comienzan a temblar y tira de la sujeción, pero no me rindo.
—Oh Dios, Kaja, espera... es demasiado. —Ella trata de moverse
de nuevo, pero estoy lejos de terminar.
Ella echa la cabeza hacia atrás cuando su primer orgasmo se
dispara a través de su cuerpo. Levanto el rostro de su hendidura y
uso mi mano libre para quitarle la delgada camisa de su cuerpo.
Sus ojos están muy abiertos, veo una pizca de miedo rodando en
un mar de lujuria y necesidad.
Mantengo su pierna libre inmovilizada mientras me alejo de su
cuerpo y capturo sus pezones entre mis dientes. Los muerdo con
dureza antes de chuparlos para calmarlos con la lengua.
—¡Ah, mierda! —Sabina desliza las manos en mi cabello y me tira
con más fuerza contra ella—. Por favor, Kaja. Te necesito.
—Lo sé, pero esperarás. —Sonrío y la miro desde mi lugar en sus
tetas. Ella gime, pero no discute. Sabe que discutir no hará nada
excepto hacer que la trabaje más tiempo.
Me quito la camisa y deslizo mi mano libre hacia su sexo. Su coño
está resbaladizo e hinchado por mi asalto oral anterior.
—Predivan (NdelT: maravilloso). Nunca quiero a nadie más. —
Deslizo mis gruesos dedos entre su raja y empujo lentamente el dedo
medio y anular dentro de ella.
—Kaja, mmm—tararea y empuja hacia abajo tratando de tomarme
más profundo.
—Dime que entiendes. Dime que sabes que solo eres tú.
Ella no responde, solo gime. Deslizo y empujo mi mano más
rápido asegurándome de frotar las yemas de los dedos sobre su
punto sensible en el interior. Ella chilla y trata de alejarse. La
sensación y la necesidad se han vuelto demasiado abrumadoras.
—Jodidamente dilo, Sabina. No hay ninguna maldita
competencia. Solo tú. —Hemos estado juntos durante más de un año,
pero aún tenía que expresar con palabras cuánto la amo. Nunca he
sido este tipo de hombre. Mis acciones deberían ser suficientes.
Ella grita de nuevo cuando su coño resbaladizo se aprieta con
fuerza en torno a mis dedos, su orgasmo cerrando sus paredes como
una prensa.
—Oh... —Respira profundamente mientras su cuerpo tiembla—.
Kaja.
Abro el botón de mis pantalones y libero mi polla de su prisión de
tela.
—Nadie me vuelve loco como tú. —Deslizo la punta contra su
abertura. Ella suspira desesperadamente y trata de moverse hacia
abajo. Agarro su cuello, aplicando la presión suficiente para hacerle
saber que no debe moverse más. Ella cumple al instante.
Me empujo dentro de su coño y ella rechina los dientes de dolor.
No es la posición más cómoda y no soy un tipo pequeño.
No puedo preocuparme por nada de eso ahora. Todo lo que me
preocupa es atravesar su muro. No el de su coño, sino el de su mente.
La que le impide creer que es más que mi mujer, es mi pareja. Le
confío mi vida y el pedacito de alma que me queda. Ella tiene todo de
mí y me molesta que lo cuestione.
—Solo eres tú—le repito y me hundo más en ella. Sus ojos se
nublan ligeramente mientras se enfoca en mí. Asiente, pero sigue sin
decir nada.
Suelto su garganta, desabrocho mi cinturón alrededor de su
tobillo y ella envuelve la pierna alrededor de mi cintura.
—Nadie. Más. —Me sumerjo en un ritmo brutal, pero las duras
escaleras, mi gran cuerpo y mi brazo detrás de su cabeza le impiden
retroceder. No hay forma de que ella se vaya. No hay dónde
esconderse de la verdad. Quiero que la vea en mis ojos y la sienta en
mis caricias—. Dímelo, Sabina.
Las lágrimas caen lentamente de los rabillos de sus ojos y su
cuerpo se aprieta contra el mío una vez más.
—Solo yo. Solo me quieres a mí. —Sus palabras son poco más que
un susurro.
Mis ojos se ponen en blanco cuando siento que mi cuerpo se
precipita hacia la liberación.
Su cuerpo está completamente laxo, estoy seguro de que podría
empujar sus piernas en una apertura completa y no tendría la energía
para decirme que no. Sus orgasmos la han drenado.
—No cuestiones lo que significas para mí. Nadie me ha hecho esto
nunca. Respeta tu posición—le digo al oído y ella envuelve sus
brazos alrededor de mi cuello con más fuerza, su cuerpo temblando
de emoción y placer.
Como un relámpago, mis nervios chisporrotean y una sensación
de entumecimiento me inunda hasta que latido tras latido de éxtasis
recorre mi cuerpo.
—Savršen (NdelT: Perfecta). —Me cierro sobre ella haciendo lo
mejor que puedo para no apretarla más—. Eres perfecta.
Ella me da una sonrisa relajada y sé que al menos por ahora he
calmado a la zorra celosa dentro de mi mujer.
Salgo y deslizo mis brazos debajo de ella para poder levantarla de
las escaleras. Ella sisea de dolor, pero rápidamente se relaja en mi
agarre.
—Vamos a llevar esto a la cama, ¿de acuerdo?
Ella asiente suavemente y entro con mi mujer en nuestra lujosa
habitación, dejando nuestro desorden en las escaleras. Lo limpiaré
más tarde, primero tengo que asegurarme de que Sabina sepa sin
lugar a dudas lo que significa para mí.
Capítulo 2
Kaja
Sabina
Kaja
Kaja
Kaja
Sabina
Kaja
Kaja
Kaja
Sabina
Kaja
Kaja
Kaja
Kaja
S
—¡ abina! —Me despierto una vez más sudando frío. Mi corazón
late a un millón de kilómetros por minuto y me toma un minuto
darme cuenta de dónde estoy—. ¡Maldito infierno! —Me siento en la
cama y dejo caer la cabeza entre las manos. Demasiado tarde. En mi
sueño, Sabina me gritaba para que la ayudara, pero no fui hacia ella.
Estaba parado justo en frente de ella y vi como ese bastardo del club
la mataba delante de mí. Ella me llamaba llorando y cuando logré
que mis piernas se movieran, era demasiado tarde y la había perdido.
Se había sentido tan real.
Oigo crujir la madera y cuando levanto la vista veo a Sabina en la
puerta. Mi primer instinto es correr hacia ella, pero no lo hago, como
en el sueño.
—¿Qué estás haciendo aquí? —Mis palabras son cortantes.
—Me estabas llamando a gritos. Tenía que venir. —Lo dice como
si fuera la única respuesta en el mundo y yo debería saberlo—. ¿Estás
bien?
Mis ojos saltan de nuevo a los de ella. ¿Está hablando en serio?
¿Cómo puede estar hablando en serio?
—Estoy bien. Vuelve a tu habitación—le ordeno.
—No estás bien, Kaja. —Intenta caminar hacia mí, pero levanto la
mano para detenerla.
—¡Dije que estoy jodidamente bien, vuelve abajo!—le ladro y ella
se encoge un poco antes de darse la vuelta y hacer exactamente lo que
le digo.
Me tiendo en la cama. Se siente como si cada músculo de mi
cuerpo estuviera a punto de arrancarse. Están tan tensos. Lucho
conmigo mismo para mantener mi cuerpo en la cama y no salir
corriendo a traerla de vuelta. En la vida que vivo, la confianza es uno
de los aspectos más importantes de cualquier relación. Confío en que
cualquier miembro de la familia me pondrá una bala en la cabeza si
alguna vez le fuera desleal y necesito confiar en que quienquiera que
sea mi mujer será mi lugar seguro. Se suponía que Sabina era el lugar
donde bajaba toda mi guardia, en lugar de eso, ella me robó. Buena
razón o no, ella había tomado la confianza absoluta que le di y se
cagó en ella. ¿Cómo puedo superar eso? ¿Cómo puedo olvidar que
tengo un nuevo enemigo entre mí, porque ella no se molestó en
prestar atención a mi orden? No puedo.
Miro al techo, contando mis respiraciones esperando que el sueño
me lleve. En el silencio una nota inquietante se filtra por el aire
seguida de otra y otra. Me incorporo y escucho a Sabina cantar desde
algún lugar de la casa. Por primera vez desde que empezó toda esta
mierda, una sonrisa genuina cruza mi rostro.
La voz de Sabina podría convocar a los ángeles. Me encanta
cuando canta. Se siente como si toda la gravedad del mundo se
evaporara y yo estuviera flotando por encima de todo. Ella sabe lo
que me hace su canto. Gimo mientras me recuesto en la cama. Incluso
después de ordenarle que vaya a las entrañas de la casa como si fuera
un perro, todavía está tratando de asegurarse de que estoy bien.
La tensión en mi cuerpo comienza a liberarse lentamente y siento
que mis ojos se vuelven pesados. Mi mente vuelve a la pesadilla que
tuve y pienso en lo que pasó en el club. Él había dicho que no sabía
que ella me pertenecía. Tendré que rectificar eso lo antes posible.
***
En el instante en que me despierto, llamo a Luka y le digo que
necesito dos guardias de seguridad, uno para los detalles internos y
otro para los detalles externos. No confío en que se quede sola en la
casa, pero no puedo arrastrarla conmigo, no importa lo que quiera.
Él está de acuerdo y para las 8 de la mañana, Bruno está parado en
mi puerta listo para vigilar cada movimiento que hace Sabina cuando
no estoy aquí.
—Tengo que hacer algunos recados, volveré en breve. No debe
salir del sótano. Tiene todo lo que necesita allí—le digo a Bruno
mientras salgo. Él asiente y cierra la puerta detrás de mí.
Esta mañana tengo previsto reunirme con Sven para recoger el kit
de tatuaje. Es hora de que Sabina tenga mi marca para que todos
sepan con seguridad que tiene dueño. No quiero más malentendidos.
Sven ya está afuera cuando llego, lo cual es extraño.
—¿Todo bien, hermano?
Él asiente.
—Sí. —Se frota la nuca antes de continuar—. Ema está un poco
molesta contigo. Está demasiado emocional en este momento y no
quiero que sea irrespetuosa. Especialmente cuando sé que no puede
evitarlo en este momento. Hormonas de bebé o algo así. —Se encoge
de hombros.
Asiento con la cabeza y tomo la pequeña maleta. Me giro hacia el
coche, pero antes de dar un paso le pregunto a Sven algo que me he
estado preguntando desde el día que le conté a él y a Josip lo que
pasó.
—¿Crees que me equivoqué al disciplinar a Sabina, Sven?
—No, absolutamente no. Ella la cagó. Si ella fuera cualquier otra
persona y tú fueras cualquier otra persona, estaría muerta ahora
mismo. —Él deja de hablar, pero por la forma en que me mira casi
puedo sentir el 'pero' venir.
—Pero creo que la estás disciplinando por la mierda equivocada.
Esa mujer te es leal. Es leal a la familia y tú eres un cabeza hueca y no
escuchas. A la mierda, quiero decir que esa es tu mujer. Veo que vas a
poner tu marca en ella, tal vez reconsideres torturarla como lo has
hecho. ¿Cuánto debería sufrir ella, porque te ama?
Justo cuando termina, un fuerte y penetrante llanto de bebé suena
de fondo.
—Lo siento hermano, el deber llama. Estaré en contacto. —Sven
me da un abrazo rápido y vuelve corriendo a la casa para cuidar de
su hija. Mi mente vuelve al día anterior a que Sabina me traicionara
cuando pensé que estaba embarazada.
Estaba tan malditamente feliz entonces. Ahora no sé si tener una
familia alguna vez estará en mis cartas.
Hago mi mejor esfuerzo para no dejar que eso me distraiga. Me
subo al coche y conduzco de regreso a mi casa. Cuando entro me
encuentro a Bruno recostado en el sofá dormido.
—¡Oh, no puedes hablar en serio! —Saco el arma y empiezo a
caminar hacia el sótano. No veo a nadie que haya entrado a la fuerza,
pero alguien tiene que estar aquí. Escucho movimiento abajo y
rápidamente bajo las escaleras. Llego y casi me río cuando veo a
Sabina empacando una maleta.
—¿A dónde coño crees que vas?
Ella salta y veo una jeringa en su mano. Es un sedante. Debe
haberlo tomado de mi armario. Me había vuelto a robar.
—¡Maldita perra ladrona!
—¡Vete a la mierda, Kaja! ¡No merezco esto! Me niego a ser
prisionera de nadie. Si quieres pretender que solo soy una mujer
cualquiera, puedo serlo. No tengo que ser nada para ti. Déjame ir. Si
quieres enviar gente detrás de mí, hazlo. Si quieres venderme a Pavel,
hazlo. Si quieres decirles a todos lo horrible que soy, hazlo. No me
importa, pero no me retendrás aquí.
—¿Es eso lo que piensas? Te lo dije antes, somos tú y yo, no voy a
dejarte ir y eso significa que si tengo que encadenarte al maldito
horno lo haré. Cuanto más corras, más te perseguiré, y con más
fuerza tendré que derribarte. Además, después de esta noche, no
importa a dónde vayas, simplemente te devolverán a mí. —Mi mente
se desplaza a la pequeña maleta que dejé arriba con los materiales del
tatuaje.
—¿De qué carajo estás hablando?
—Oh, mi querida Sabina, creo que es hora de que uses mi marca.
Su boca se abre y se lanza alrededor de la cama.
—¡No, no puedes! ¡No te dejaré! Te prometo que lucharé contigo
incansablemente. ¡No soy tu maldita propiedad! ¡No puedes
marcarme como maldito ganado! —Está furiosa y, aunque tengo un
arma, no parece temerle a las balas. Sin embargo, debo tener cuidado,
porque el sedante que sé que está en esa jeringa me va a poner de
culo durante horas si logra inyectarme. No puedo permitir eso.
—Solo haces la mierda difícil, Sabina. Va a suceder de una forma u
otra.
—¡No! ¡No lo permitiré! No querías marcarme cuando yo lo
deseaba, pero ahora que no me soportas, ahora que no me vas a
tocar...—Su voz se quiebra antes de continuar—. ¿Ahora quieres
marcarme? No, no lo quiero. No quiero esto.
—Es demasiado tarde. Ya te tengo. —Me lanzo hacia ella y
rápidamente agarro la mano que tiene la aguja. Giro su brazo y
pincho la aguja en su hombro a través de su camisa delgada. Ella
toma una dolorosa bocanada de aire por un segundo, antes de que
comience a tambalearse sobre sus pies.
—Duérmete. —La abrazo por primera vez en mucho tiempo. Su
pequeño cuerpo encaja perfectamente en mis brazos. La giro para
mirarme mientras observo el efecto de la medicina.
—Lo siento, Kaja. Lamento haberte fallado. Te amo. —Sus
palabras son apenas audibles, pero se entierran profundamente en mi
negra alma. Segundos después cae en un sueño profundo. Una dosis
completa para una mujer del tamaño de Sabina probablemente
podría matarla, pero la cantidad que le inyecté es suficiente para
mantenerla dormida durante al menos unas buenas seis horas. Será
tiempo más que suficiente para dejar mi marca en ella. Sven me había
advertido que me tomaría un tiempo completarlo. Quiero hacerlo
bien, pero también quiero hacerlo esta noche.
La llevo a mi estudio y la acuesto en la tumbona. Necesito que sea
resistente y cómoda. Examino todo su cuerpo y me doy cuenta de
que no tengo ni idea de dónde querría esto. Ella había dicho que ya
no la quería. Sacudí mis dudas y le levanté la camisa para mostrar su
espalda limpia. Mi deseo por ella aumenta con solo tocar este
pequeño pedazo de piel. Anhelo sentirla, pero sé que no puedo. No
me gusta la necrofilia, pero eso no me impide fantasear. Hago mi
mejor esfuerzo para concentrarme en lo que estoy a punto de hacer,
pero todo lo que puedo pensar mientras la toco es cuánto quiero que
ella desee que la toque. Pienso en lo mucho que quiero que se quede.
No vi lo que estaba empacando, pero el hecho de que recogiera los
sedantes que tengo en el dormitorio significaba que sabía que
encontraría cierta resistencia. Sabe que si se va enviaré a alguien por
ella y está dispuesta a arriesgarse solo para alejarse de mí. Si me
hubieras preguntado hace unos días si esto me hubiera molestado,
habría dicho que no. Ella es una ladrona, por supuesto que no quiere
estar con el hombre al que le robó. Solo que ahora, después de
escuchar lo que dijo Sven, y lo que dijo ayer, la idea de que se pusiera
en tanto riesgo es perturbador. Ella sabe que no puede ganar, pero
prefiere fracasar que quedarse.
Borro esos pensamientos de mi mente y me instalo en la nuca. Es
un espacio lo suficientemente pequeño como para tatuar mi firma allí
y puede esconderla con su cabello cuando esté todo curado si eso es
lo que elige. De cualquier manera, cuando Sabina despierte, será mía
para siempre. No importa lo que ella o cualquier otra persona diga.
Capítulo 16
Sabina
Kaja
Sabina
Kaja
H
—¡ ijo de puta! —Golpeo con la mano el escritorio mientras veo
las noticias. Hay otro tiroteo masivo en Arizona, todos los culpables
tenían balas de punta hueca. Este problema se está volviendo más
grande de lo que todos pensábamos y todos me miran para averiguar
qué está pasando. Después de revisar el libro mayor de la casa
depósito, parece que el intercambio debe haber ocurrido algún
tiempo antes de que se colocara en el camión, pero ¿dónde? Ser
arrojado en medio de esta mierda es como tratar de ganar una pelea
con las manos atadas a la espalda. Quería esto. Quería más
responsabilidad, pero ahora estoy empezando a pensar que Marko
me puso aquí para que pueda fallar.
Necesito más información, más conocimiento. Sólo hay una
persona que sé con certeza que la tendría. El problema es que no sé si
ella va a estar abierta a dármela. Me refiero a cuántas personas
pueden decir que están dispuestas a ayudar a la persona que ocupó
su lugar.
Saco el teléfono y marco el número de Katarina. Se está haciendo,
pero todavía contesta al tercer timbre.
—¿Da?—responde.
—Ja sam,(NdelT: Soy yo) Kaja. —Me identifico de inmediato y
espero a que me maldiga o me cuelgue. Cualquiera de las dos cosas
podría suceder.
—Esperaba esta llamada antes, Kaja. ¿Cómo estás?
Aparto el teléfono de mi oreja. ¿Está siendo agradable? ¿Por qué?
Joder, odio ser tan malditamente paranoico con todo.
—Podría estar mejo—respondo honestamente.
—Sí, también estoy viendo las noticias.
Hay un largo silencio en la línea, necesito averiguar dónde está su
cabeza antes de comenzar a hacer preguntas. No tiene sentido para
mí buscar ayuda cuando es probable que ella me dé la información
incorrecta para que pueda fracasar.
—¿Estás molesta conmigo, Katarina?—digo tan claramente como
puedo.
—¿Contigo? Absolutamente no. ¿Con mi padre? Sí. No creo que
sea justo, pero así es nuestra vida. Mi padre nunca me quiso en ese
puesto, pero trabajé duro para conseguirlo. Duele que me lo
arranquen, por algo sobre lo que no tenía control, pero sucedió. Si
hay alguien en todas nuestras filas que merece tomar mi lugar, eres
tú. No, Kaja, no tengo mala voluntad hacia ti.
Dejé escapar un suspiro de alivio.
—Estoy feliz de escucharlo. ¿Estás lo suficientemente enojada con
tu padre como para no querer ayudarme a controlar esta mierda?
—Nunca, lo que sea que la familia necesite, estoy aquí para
facilitarlo. Bratok o no. ¿Qué necesitas?
Le explico lo que Sven y yo encontramos en el depósito de armas,
omitiendo el hecho de que tuve que matar a uno de los trabajadores
porque mintió sobre ella. Me explica que todos los que tenían una
mano en las cajas eran parte de la familia. Soldados, gente leal a
Marko. No tiene sentido que filtren dentro de la munición y no nos
avisen.
—Obviamente, alguien no está tan pendiente por la familia como
nos gustaría. Necesito saber exactamente quién está cargando estos
camiones.
—Trabajaré para armar la lista. Te la tendré a primera hora de la
mañana—me dice Katarina con confianza.
—Genial, gracias—respondo y cuelgo el teléfono. Trabajar con
Katarina no significa que esté más cerca de descubrir quién está
detrás. Ahora mismo siento que estoy dando vueltas en círculos. No
conozco a nadie que iría en contra de nuestra familia y no esperaría
morir. Sin embargo, recientemente parece que cada vez más personas
están tomando ese riesgo.
Agarro la botella de vodka que tengo en el cajón del escritorio y
sin sacar el vaso que guardo allí, abro la botella y tomo un largo
trago. Se siente como si todo se me estuviera cayendo encima a la vez.
Muevo la cabeza de lado a lado tratando de que desaparezca parte de
la tensión que hay en la base de mi cráneo.
Hay un golpe en la puerta.
—Adelante—grito, tal vez Dagger llega temprano. No lo espero
hasta dentro de treinta minutos.
—Oh, jefe, no te ves muy bien—dice Mackie desde la puerta.
Mis ojos recorren su cuerpo. Lleva un bikini ajustado que no
oculta nada. Ni siquiera necesitaría apartar la tira de tela para follarla,
mi polla podría atravesarla.
—¿Qué estás haciendo aquí arriba? ¿No deberías estar trabajando
abajo? — Me recuesto en mi silla y la observo mientras camina en mi
dirección.
Se está volviendo más audaz a medida que pasan los días. Antes
la callaba en el momento en que intentaba algo conmigo, pero ahora
que Sabina y yo estamos en suspenso, la he estado complaciendo.
—Mi presentación terminó y ya he trabajado. Es mi descanso—
dice—. ¿Estás bien?—pregunta y se desliza frente a mí apoyándose
en el escritorio mientras se para entre mis piernas. Retrocedo para
darle algo de espacio.
—No tienes que preocuparte por mí, Mackie. Todo lo que tienes
que hacer es preocuparte por asegurarte de que los clientes estén
contentos.
—Pero, ¿a quién le preocupa si el jefe es feliz o no? ¿Mmm? ¿No
quieres ser feliz? —Lentamente arrastra sus manos por sus costados y
cuello empujando sus senos más cerca de mí.
Ha pasado un tiempo, y estoy jodidamente tenso. Quiero ser feliz.
Quiero follar. Mi polla empuja con fuerza contra mis pantalones y
tengo que agarrarme a la silla para evitar tocarme con las manos.
—Déjame hacerte feliz Kaja. Veo lo estresado que estás. No quiero
nada más que ayudarte a relajarte. Has hecho mucho por mí. Solo
quiero mostrarte lo agradecida que estoy.
Ella da otro paso más cerca de mí y vuelvo a retroceder. La mierda
está yendo demasiado lejos.
No puedo retroceder más.
—Déjame mostrarte, Kaja. —Se sienta a horcajadas sobre mí y su
cálido coño se apoya sobre mi polla.
—¡Jebote! (NdelT: mierda) —Mis manos se aferran a sus caderas y
la mezo una vez mientras el zumbido de placer se dispara a través de
mí.
—Ves, quieres esto. Fóllame, Kaja. Por favor—me ruega, sus
manos están sobre mí. Ella la mete en mi cabello, las pasa por mis
brazos y me rasca el pecho mientras continúa montándome.
—Mackie, yo... tú... Sabina—siseo incluso cuando el líquido
preseminal sale de mi polla todavía dentro de mis pantalones.
—Ella no está aquí por ti. Ella te tenía y no pudo soportarlo. No lo
quiero todo, Kaja. Solo un poco. Solo lo suficiente para hacerte feliz.
—Su voz es entrecortada. No puedo mentir y decir que no estoy
increíblemente intrigado por un polvo rápido y sin compromiso justo
aquí contra mi escritorio.
—Por favor—gime ella antes de estirar la mano y tirar el lazo que
mantiene unida la mitad superior de su bikini. El delgado trozo de
tela se afloja y cae inmediatamente, sus grandes pechos rebotan
libres.
—Maldita sea. —Mi fuerza de voluntad se está desvaneciendo
rápidamente. Mis manos pican por tocarla.
—Tócame. Estoy tan cerca. —Mackie se mece más fuerte y sus
manos van a sus pechos. Estoy hipnotizado mientras pellizca y tira de
sus pezones sentada en mi regazo.
Se le entrecorta la respiración y se estremece ligeramente. Una
canción que a menudo escuché cantar a Sabina se filtra por las
escaleras hacia mi oficina y siento un rápido deseo de calmarme. No
puedo hacer esto.
—Tienes que bajarte, Mackie. Esto no va a pasar. —Me paro
asegurándome de sostener su cintura para que no se caiga hacia
atrás. Sin embargo, está tan cerca de mí que no hay espacio real para
que me aleje de ella. Pasamos de estar cerca mientras estaba en mi
regazo a estar aún más cerca mientras se apoya en mí contra la pared.
Sus manos rápidamente se deslizan hacia la parte delantera de mis
pantalones y agarra mi polla a través de la tela. Mis rodillas se
debilitan y empujo mis caderas hacia arriba en su agarre. Esa mierda
se siente jodidamente bien.
—Sí, quieres esto. Puedo verlo. Será tan bueno. Lo prometo.
Levanto las manos para apartarla, pero todavía no tengo fuerzas.
Dejo que mi cabeza golpee la pared con fuerza y cierro los ojos.
—Mmm. Kaja. Por favor, te necesito. —Se inclina hacia adelante y
su boca se conecta con mi cuello donde me besa y lame. Los nervios
de mi cuerpo se están volviendo locos y cada pensamiento en mi
cabeza está en silencio, excepto el que me dice que la arroje sobre este
escritorio y la folle hasta que no pueda caminar más.
Un segundo después, el vello de mis brazos se eriza y en lugar de
esa intensa sensación de placer que Mackie me estaba dando, tenerla
sobre mí de esta manera me da ganas de vomitar. Esta mierda se
siente mal.
Abro los ojos para apartarla, pero en lugar de una oficina vacía
veo a Sabina parada en la puerta mirándonos.
Mi reacción inicial es de miedo, no conozco a ningún hombre que
quiera ser atrapado por su mujer con otra mujer semidesnuda
besándolo. Cuando Sabina todavía no se mueve ni dice nada después
de ver que la miro, ese miedo se convierte en ira.
Ella me mira como si estuviera decepcionada, como si yo fuera
menos hombre, debido a esto. Ella nos hizo esto. Solo la deseaba a
ella. Al diablo con eso, ella nos hizo esto. Todavía no dice nada, la veo
dar un paso atrás, darse la vuelta y cerrar la puerta mientras me deja
allí con Mackie tratando de meterse en mis pantalones.
Esa ira se convierte en repugnancia, no hacia ella sino hacia mí.
¿Qué carajo estoy haciendo?
Esa no es la Sabina contra la que pensé que estaba luchando. Pensé
que estaba luchando contra la Sabina que nunca retrocedía. La Sabina
que se enfrentó a todos en una partida clandestina de póquer para
decirme que me estaban engañando. Había pensado que estaba
luchando por la Sabina que todavía luchaba por mí. La que acababa
de salir por la puerta se ha dado por vencida conmigo.
—Quítate de encima.
—Kaja, no.
Agarro la mano de Mackie y la retiro con fuerza. Ella grita de
dolor y una lágrima recorre su pestaña inferior.
—Dije que te quites de encima. Tu descanso ha terminado. No
quiero que vuelvas aquí a menos que tengas algo que decirme. No te
voy a follar, no importa cuánto te arrojes sobre mí. Ahora vete a la
mierda de aquí. —La empujo un poco más bruscamente de lo que
debería.
Su boca se abre y se cierra varias veces en estado de shock. Me
volví completamente loco y no tenía nada que ver con ella, sino con
lo que una mirada de Sabina podía hacerme.
Mackie se pasa el pelo por encima del hombro, se vuelve a colocar
la parte superior del biquini y sale de mi oficina, cerrando la puerta
detrás de ella para causar efecto. Podría hacer que la despidieran solo
por eso, pero no me voy a deshacer de mi mejor bailarina porque está
cabreada.
Pienso en la mierda que Sven me dijo el día que recogí el equipo
de tatuaje, cómo estaba enojado por la mierda equivocada. Pienso en
lo que me dijo Stephan. Incluso pienso en todo lo que Sabina ha
intentado decirme. No sé si es porque quiero que sea verdad o
porque lo es. Sabina siempre me ha sido fiel. Sin embargo, estoy tan
concentrado en todo lo que me arrojan a la vez que olvidé que ella
tiene otra familia a la que ser leal. Su hermano, tan jodido como está,
también merece su lealtad.
Capítulo 20
Sabina
La noche finalmente terminó y siento que nunca antes había
trabajado tan duro en mi vida. No sé cómo lo hacen estas chicas
noche tras noche. Entro en la trastienda donde algunas de ellas se
están vistiendo. Sandy me había pedido que le llevara una botella de
agua, porque ya habíamos cerrado el bar y no podían acceder a la
nevera. La agarré por ella, ya que es una de las mujeres que fue
amable conmigo desde que llegué aquí. No tengo ningún problema
en conseguir el agua para ella.
—¡No puedo esperar a la fiesta de mañana! ¡Va a ser fuera de
serie! —Jade está hablando con una de las otras chicas—. Oh Sabina,
pregunté si podías venir también, estabas preguntando por él antes y
dijo que necesitaba más camareras. ¿Qué dices? ¿Crees que el jefe te
dejará ir?
Niego con la cabeza después de darle el agua a Sandy.
—¿Esperar qué? ¿Ir a dónde? ¿A qué fiesta?
—¡Sí, será genial! Vamos, Sabina, será divertido. —Sandy salta a
mi lado con entusiasmo.
Me río de sus payasadas, pero todavía no tengo idea de lo que
están hablando.
—Estoy segura de que lo será, pero no sé en qué estoy de acuerdo.
—Dean, va a tener una fiesta en un yate mañana. Nos llevará y nos
traerá de regreso en su avión.
Mierda. No hay forma de que Kaja acepte eso. Pienso en lo que vi
en su oficina. Que le den. Solo estoy haciendo esto para obtener la
información como una forma de pagar mi deuda. Si él cree que puede
follar con otras mujeres y yo regresaré con él, se va a llevar un puto
chasco.
—Genial, haré todo lo posible para manejarlo.
—Por Dios, ¿vas por otro? ¿No es Kaja suficiente para ti? Quiero
decir, honestamente, Saca tus garras de ese primero antes de abrir las
piernas para Dean también—dice Mackie desde su casillero donde se
está poniendo los vaqueros.
—¿Disculpa? —Camino en su dirección y todas las chicas a su
alrededor se alejan—. ¿Qué, estás enojada, Mackie? ¿Tu coño no es
suficiente para que vuelvan por más? —le digo con sorna.
Su boca se abre antes de cerrar su casillero de un golpe y girar en
mi dirección.
—¿Con quién mierda crees que estás hablando? Mi coño es más
que suficiente. Si tienes alguna pregunta al respecto, puedes ir a
preguntarle a tu hombre. Está más que satisfecho con este bonito
coño. —Pasa una mano vulgarmente por la parte delantera de sus
pantalones y me sonríe.
—¿Crees que estoy preocupado por lo que Kaja está haciendo
contigo? Lo quieres, es todo tuyo, pero cuando te está follando,
cuando tienes la boca en su polla, recuerda que solo te está usando
para olvidarme. Soy la que él desea, tú solo eres un coño fácil.
—¡Perra! —chilla Mackie antes de correr hacia mí moviendo los
brazos como aspas de molino. Los bloqueo y la golpeo dos veces
rápidamente en la cara. Ella retrocede un poco, pero no se cae. Vuelve
a cargar contra mí, pero esta vez en lugar de balancearse
salvajemente, araña mi ropa. Agarro su mano para que no me
desgarre la camisa y ella agarra mi cabello con la otra mano libre.
Ambas caemos al suelo y rodamos. Ninguna tiene la ventaja o quiere
dejarlo ir.
Esto es con lo que me engañó.
Estoy avergonzada por él.
Kaja
Justo cuando el club está a punto de cerrar, Dagger y Matej
aparecen. Ninguno de los dos parece feliz.
—Hermanos—los abrazo y se sientan en el escritorio—. ¿Supongo
que tenéis algo de información para mí?
Dagger es el que habla primero.
—Sí, y no te va a gustar. Necesito que reúnas toda tu mierda,
porque vas a tener que ir a Marko con esto.
¿Marko? Espera un minuto. ¿Qué tiene que ver Pavel con Marko?
—¿Estás hablando de las municiones?
—No, se trata de Pavel. Resulta que tanto tú como yo contactamos
a Dagger para obtener información sobre este hijo de puta. Pude
esquivar trabajar con él, pero está bajo tu contrato de arrendamiento.
Es una mala noticia y la gente con la que está trabajando son
jodidamente peores. No sé qué mierda estaba haciendo el hermano
de Sabina con él, pero mi instinto me dice que estaban jugando con él,
de la misma manera que Pavel está tratando de jugar con nosotros.
—¿Qué diablos averiguaste? He verificado con las cámaras y la
seguridad, ni siquiera ha pasado nada por el área de atraque.
—No, es porque van por debajo. —Dagger saca un montón de
fotos aéreas.
—¿Cómo diablos conseguiste esto? ¿Qué estoy mirando? —Se
parece a mi muelle, pero desde arriba.
—¿Ves eso de ahí? —Matej se inclina hacia adelante en la silla y
señala algo oblongo en la foto. ¿Está debajo del agua, un pez, una
ballena o algo así?
—¿Qué es?—pregunto de nuevo, cada vez más molesto a medida
que pasa el tiempo.
—Es un maldito submarino.
Miro a Dagger por un segundo, ha perdido la cabeza.
—Estás loco. ¿De qué mierda estás hablando?
—Así es como mete su mierda. Pavel ha estado tratando de llegar
a ciertos muelles en la costa oeste durante un tiempo, pero la mayoría
de ellos eran propiedad del gobierno o de otras personas con alto
poder. Él no tenía los fondos, ni la credibilidad de la calle para lograr
lo que quería, pero ahora tiene otras personas que lo respaldan que
conocen los entresijos de cómo contrabandear mierda. Pavel tiene una
flota de pequeños sumergibles y equipo submarino. Se convirtió en
un maestro en lo que hace, pero sabe que se está poniendo caliente.
—Dagger apunta hacia la parte inferior de la foto que estoy
sosteniendo y veo muy débilmente el logo del FBI. Esta foto fue
robada de la base de datos del FBI o de alguna otra organización
oficial legal. Justo cuando me doy cuenta de eso, me doy cuenta de
que esta fotografía aérea fue tomada por satélite.
Esta mierda se está poniendo mal, jodidamente mal ahora mismo.
—¿Qué mierda está contrabandeando para que los malditos
federales estén tan metidos en él?
—No es qué, es quién. —Dagger saca el teléfono y pasa algunas
fotos que debe haber tomado mientras seguía a Pavel. La mayoría son
de hombres saludando al tipo.
Niego con la cabeza sin entender el significado.
—¿Sabes quiénes son estas personas?—me pregunta Matej.
—No—digo con los dientes apretados.
—Estos son tres de los terroristas vivos más buscados. Pavel está
usando tu muelle, bajo tu nombre, para escabullirse de la seguridad
nacional. Una jodida cosa es enfrentarse a la policía local por la
munición de punta hueca, pero enfrentarse a todo el puto gobierno
por transportar y albergar terroristas nos matará a todos. Estás
absolutamente jodido y Marko necesita saberlo ahora.
—Bueno… mierda. —Dejo caer las manos y la foto sobre mi
escritorio. Había pensado que estaba listo. Me lancé de lleno
pensando que sabía lo que se necesitaba para ser parte de la familia.
No lo sabía. Sé lo que pasará si Marko siente que lo he engañado.
Nunca lo haría, pero no importa lo que le diga, esta evidencia apunta
a algo completamente diferente.
—¿Qué vas a hacer?—me pregunta Matej.
—Voy a averiguar todo lo que pueda e iré a Marko. Necesita saber
qué está pasando. Tenemos que asegurarnos de que nadie haga
ningún movimiento en este momento hasta que arreglemos esto—
digo con una confianza que en realidad no siento.
—¿Vas a ser capaz de mantener la cabeza en condiciones para
esto?—me pregunta Matej.
—¿Qué se supone que significa eso? —Mis ojos se mueven en su
dirección.
—Esta mierda con Sabina, tiene que parar. No necesitas ningún
estrés adicional en este momento, no con todo lo que está pasando
con las municiones y ahora con este tipo Pavel.
—¿Qué está pasando con Sabina?—pregunta Dagger.
—Ella me engañó. —Les explico toda la situación, agradecido de
poder sacar esto de mi pecho incluso si eso significa que sabrán cómo
ella me había engañado. Solo necesito a alguien con quien hablar
antes de volverme loco.
—Maldita sea, eso es intenso.
—Sí, solo pido lealtad y ella...
Dagger levanta la mano y me interrumpe:
—Espera, ¿por qué estás enojado? ¿Por el dinero que robó?
—Sí, ella me mintió y me robó, ¿no estabas escuchando?
Dagger se inclina hacia atrás.
—Sí, escuché, pero no creo que eso fuera lo que te enfadó. Pensé
que te enfadarías porque ella no confiaba en ti lo suficiente como para
hacerte saber lo que estaba pasando antes de ir tras él. Quiero decir,
¿qué tiene eso que ver con su lealtad? No lo entiendo. En todo caso, el
hecho de que ella llamó en el momento en que el hombre se ofreció a
follarla mientras la grababa, prueba que es leal a ti. Podría haberlo
hecho y nunca la hubieras atrapado.
—Ella me dijo que dejaría de ayudar a su hermano. Confié en que
cumpliría su palabra.
Dagger se ríe.
—Marko confió en ti para exiliar a Josip cuando fue en contra de
su palabra. Hiciste lo contrario. Todos en la familia confiaron en que
me dispararías en cuanto pensaran que estaba tratando de iniciar una
guerra entre los Vavra y los Juric, pero hiciste lo contrario. Incluso
con todo eso bajo tu cinturón, no conozco a una persona dentro o
fuera de la familia que cuestione tu lealtad a Marko Juric. Es por eso
que nadie peleó cuando te dio el puesto de Katarina. Es la razón por
la que no te mató cuando descubrió que me estabas ayudando. Has
hecho la misma mierda por la que estás tan enojado con Sabina, el
único inconveniente es que ella era leal a su hermano mucho antes de
que tú aparecieras. En todo caso, él es el que debería estar enojado en
este momento porque alguien es desleal.
Mi puto mundo deja de girar. Intento argumentar en contra de sus
argumentos, pero no puedo. Tiene razón, yo había hecho la misma
mierda. He sido desleal antes, pero en mi mente hacer esas cosas era
por el bien de la familia.
Sabina me había dicho que no me dijo nada porque sabía que me
iba a enojar. Dijo que tenía la intención de decirme de inmediato
sobre el dinero, pero solo se movió rápidamente cuando se dio cuenta
de que iban a matar a Stephan si no lo hacía.
He sido un maldito imbécil con ella y, a su manera sutil, todos me
han estado diciendo que estoy equivocado. Estoy jodidamente
equivocado.
—Zajebao sam (NdelT: Cometí un error). —Me paso la mano por la
cara.
—Sí, hermano, seguro que la cagaste. Eso no quiere decir que ella
tenga toda la razón, pero ¿tal vez el tiempo del castigo ya pasó?—dice
Dagger y se ríe.
—Um, no estoy seguro de qué tipo de actividades después del
horario de trabajo tienes, pero ¿la lucha libre femenina es parte de
eso?—dice Matej desde su asiento.
—¿Qué? —Levanto la cabeza y lo miro. Señala el circuito cerrado
de televisión detrás de mí y cuando me giro veo una gran multitud
en los vestuarios. Sabina y Mackie están en el suelo golpeándose.
—¡Jebote! (NdelT: Mierda)—maldigo y salgo corriendo de la
habitación para detener esto antes de que alguien salga lastimado.
—¡Oh, yo también quiero ver! —Matej se ríe y ambos me siguen.
Irrumpo en el vestuario, Sabina y Mackie todavía estaban en el
suelo tratando de matarse entre ellas.
—¡Alto! ¡Maldita sea, deteneos ahora!—rujo y trato de separarlas.
Agarro a Sabina y arranco sus dedos de la espesa melena de Mackie.
Matej la agarra y la aleja mientras trato de controlar a Mackie.
—¡Mackie! ¡Cálmate!—le grito.
—¡No, vete a la mierda! —Ella retira su mano y la balancea con
todas sus jodidas fuerzas golpeándome en la cara. No duele, pero me
aturde por un segundo. Oigo el sonido de cristales rompiéndose.
Antes de que pueda orientarme de nuevo, Sabina está frente a mí con
una botella de vidrio rota presionada contra el cuello de Mackie.
Todos dejan de moverse y noto a Matej detrás de mí.
—¿Acabas de poner tus malditas manos asquerosas sobre él?
Cortaré cada uno de tus malditos órganos y se los daré de comer a los
perros callejeros. No sé qué mierda crees que estás haciendo o quién
crees que eres, pero nadie le pone una puta mano encima.
Mackie gime y vuelvo a mirar a Dagger y Matej, que me están
dando esa mirada de te lo dije.
Incluso después de toda la mierda por la que la hice pasar durante
la última semana, todavía está tratando de protegerme.
—Suéltala, Sabina.
—No, debería cortarle la puta garganta por tocarte.
—Estoy bien. Mackie se está yendo, no volverá, pero si la matas,
vamos a tener una serie de problemas completamente diferentes.
Suéltala.
Sabina presiona la botella rota con más fuerza contra la garganta
de Mackie y una gota de sangre cae.
—¡Sabina! —Mi voz suena como un trueno y finalmente ella
retrocede para dejar ir a Mackie.
Mackie jadea antes de empezar a llorar, agarra su bolso y sale
corriendo de mi club.
—¡Finalmente esa perra se ha ido!—dice Jade, una de las strippers
unos segundos después de que la puerta se cerrara. Ella tira de
Sabina en un abrazo y la tensión en el aire se evapora.
—Parece que la fiesta ha terminado. Mañana iremos a hablar con
Marko, ¿verdad?—dice Dagger y yo asiento con la cabeza.
Mañana puede ser mi último día en la tierra, pero esta noche
tengo que arrastrarme ante mi mujer.
—Vamos, Sabina. —Extiendo la mano, pero ella la ignora y camina
en la dirección de la salida.
Esto no va a ser fácil. Nada con ella nunca lo es.
Capítulo 21
Kaja
Kaja
Kaja
D
— éjame ir contigo. Puedo explicarle lo que pasó. Hacerle ver
que no fue tu culpa. —Sabina se aferra a mí mientras trato de salir
por la puerta. Llamé a Sven temprano esta mañana y le expliqué lo
que había sucedido y también pedí una reunión de emergencia con
Marko. Es hora de que acepte la responsabilidad por lo que he hecho.
Por supuesto que Sabina tiene miedo y no quiere que vaya solo. Si
supero esto, prometo que la mantendré más informada. Excepto que
ahora mismo, no puedo permitir que venga conmigo y que Marko le
haga algo para llegar a mí. La necesito a salvo y lejos.
—Sabina, hemos pasado por esto. No puedes. No esta vez. Déjame
superar esto. Si vuelvo, te prometo que Matej y el resto de la familia
cuidarán de ti. Ya lo arreglé. Llevas mi marca, así que eres familia.
—Por favor, Kaja. —Ella llora y trata de aferrarse a mí.
—Necesito que te mantengas a salvo, ¿lo entiendes?
—Sí—dice sollozando y asiente con la cabeza.
—Lo siento mucho por todo lo que te he hecho. No te merezco. —
Me inclino hacia adelante y beso su frente, antes de salir por la puerta
hacia un Sven que espera. Él está enojado conmigo y, en buena
medida, la mierda no debería haber podido llegar tan lejos. Solo que
ahora que lo ha hecho, tenemos que hacer lo necesario para
superarlo.
Me subo al coche y empezamos a conducir hasta Košnica. Justo
antes de llegar, veo a Luka, Matej, Liam Juric, Zeus, Ante y Josip,
todos esperándome afuera de la entrada. Mierda, ¿me van a matar
aquí?
—¿Qué es esto?
—¿Pensaste que íbamos a dejar que pasaras por esto solo? Todos
juntos, Marko tendrá que entrar en razón. Eres nuestro hermano,
Kaja. Incluso antes de que te ascendieran, te hubiéramos cubierto la
espalda. Nos has cuidado la nuestra demasiadas veces antes para no
hacerlo. —Sven se baja del coche dejándome allí atónito. ¿Esto acaba
de pasar?
Quiero sonreír, pero ahora no es el momento.
La reunión con Marko es tensa y cuando termino de contarle toda
la historia, su cara está roja como una remolacha por la cantidad de
gritos que ha dado. Mira alrededor de la habitación todo el apoyo
que tengo… Bratoks, su hermano y sus hijos, todos detrás de mí.
—Supongo que matarte está fuera de cuestión. —Marko se
acomoda y toma un sorbo de su bebida.
—Aceptaré cualquier castigo que consideres adecuado—le
respondo, es lo único que puedo decir en un momento como éste,
aunque quiero darle todos los argumentos que pueda para que no
acabe con mi vida.
—Kaja, si viniste aquí creyendo que iba a cuestionar tu lealtad
hacia mí, no lo haré. Sin embargo, tu estupidez todavía está en
discusión. Lo que sea que esté pasando con esta mierda es mucho
más grande que solo una propiedad inmobiliaria que posees. Tengo
la sensación de que esta mierda va a ser más grande de lo que
cualquiera de nosotros puede imaginar. Desafortunadamente, te
involucraste en esta mierda, así que vas a encontrar una manera de
asegurarte de que todos sepan que la familia Juric no está de ninguna
manera asociada con la mierda que este Pavel está tratando de traer.
Toma a quien necesites, pero no regreses hasta que esté hecho. —
Marko mueve una mano hacia mí despidiéndome y siento que mi
pecho se desinfla. Él no va a matarme, joder. Quiero saltar de alegría,
pero tendré que esperar hasta que esté fuera de aquí para hacerlo.
—Josip, necesito que revises las propiedades restantes de Kaja
para asegurarte de que todo estén bien. Sven, tal vez nos
comuniquemos con una de nuestras conexiones dentro de la oficina y
les informemos que podemos tener la ubicación de algunos grandes
jugadores para ellos. Eso de forma anónima.
No puedo creer lo que estoy escuchando. Sven no hace una
mierda con los federales, así que escuchar a Marko decirle que
debería llamarlos me deja boquiabierto. Es un buen comienzo para el
plan.
Salgo de la sala de reuniones y agradezco a todos los presentes
antes de sacar el teléfono y comenzar a hacer llamadas. No sé a
cuántas personas Pavel ha metido de contrabando, pero sé que no
usarán mi muelle para entrar ninguna más.
***
Llamo a Dagger, Krsto, Katarina y Matej para ayudarme. Todos lo
hacen sin recriminarme. No sé si es porque ahora soy un Bratok o
porque una vez fui uno de ellos. De cualquier manera, estoy tan feliz
de que estén a mi lado. Luka se ofrece de voluntario para
acompañarme, pero creo que es porque tiene algunas frustraciones
que sacar de su pecho. No hay mejor manera de liberar algo de estrés
que matando a un montón de gente.
Sabina está encantada de que no me hayan matado, pero está
igual de molesta porque me voy a Oregón a tender una emboscada a
un grupo de terroristas conocidos.
No puedo dejar de sonreír cuando cuelga el teléfono después de
decirme que me ama.
—Me alegro de que hayas descubierto esa mierda. Sabina es una
chica demasiado buena para perderla—dice Matej mientras empaca
una bolsa con municiones y armas. Llegamos a Oregón a través de un
vuelo directo y estamos esperando que Dagger regrese con cualquier
información en tierra que pueda encontrar.
—Sí, estaba siendo un maldito idiota.
—Repite es mierda—dice Katarina desde su lugar junto a la
ventanilla por la que está mirando. Aparentemente, yo era la única
persona que no se daba cuenta de lo estúpido que estaba siendo, al
menos no hasta que terminó. Me alegro de que Sabina aguantara.
—Dagger—dice Katarina y Dagger entra lentamente en la
habitación.
—Los tengo. —Saca su teléfono y comienza a mostrarme algunas
fotos. Apenas puedo ver el interior, pero aparentemente hay un
desagüe pluvial enorme que conduce directamente a donde Pavel ha
estado traficando con estas personas. Así los meten debajo del agua,
por el desagüe.
—Tendremos que entrar de noche. También tendremos que
encontrar una manera de destruir este desagüe para que nadie pueda
volver a hacer esta mierda—dice Luka mientras mira las fotos por
encima de mi hombro.
—¡Oh, tengo algo solo para eso!—dice Katarina, se apresura a
volver a su bolso y saca seis cartuchos de dinamita.
Todos nos echamos para atrás, instantáneamente.
—Kat, ¿quién diablos anda por ahí con dinamita?
—¿Qué, nunca lo has hecho?
Tengo que reírme de eso. Tomo el teléfono de Dagger y empiezo a
formular un plan. Según Dagger, Pavel viene aquí cada dos días
desde que le alquilé el lugar. Debería estar de vuelta mañana por la
noche. Entonces podemos derribarlo y estará fuera de mi vida para
siempre.
Capítulo 24
Sabina
Kaja
Kaja
Stephan
Colmillo
Corrección
La 99
Edición
El Jefe
Diseño
Max