Serie Unearthly World 04 C.L. Scholey Cautious Surrender: Página 1 de 106

SERIE UNEARTHLY WORLD 04
C.L. SCHOLEY
CAUTIOUS SURRENDER
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C.L. SCHOLEY
CAUTIOUS SURRENDER
Índice
Argumento ........................................................................................................................ 3
Capítulo 1 ......................................................................................................................... 4
Capítulo 2 ....................................................................................................................... 12
Capítulo 3 ....................................................................................................................... 25
Capítulo 4 ....................................................................................................................... 32
Capítulo 5 ....................................................................................................................... 41
Capítulo 6 ....................................................................................................................... 50
Capítulo 7 ....................................................................................................................... 56
Capítulo 8 ....................................................................................................................... 64
Capítulo 9 ....................................................................................................................... 78
Capítulo 10 ..................................................................................................................... 84
Capítulo 11 ..................................................................................................................... 91
Capítulo 12 ..................................................................................................................... 97
Sobre la autora ............................................................................................................. 106
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Argumento
Adan salió de un infierno viviente en la Tierra, sólo para ser arrojada a un nuevo purgatorio.
La nave Zargonnii que ella creía que era su salvadora voló en pedazos en un ataque de
guerra alienígena. Un agujero de gusano envía a Adan y a su guerrero protector a un mundo
desconocido. Su única esperanza de sobrevivir en el malvado planeta está en las manos de
Blu, a quien ama. Desafortunadamente, Blu tiene otra agenda.
El cuerpo de Blu arde por la pequeña hembra humana, pero toda su vida adulta tiene un
solo propósito: ser padre de un hijo y crear una familia. Si se empareja con Adan y regresa
a casa, tendrá que mantenerla cerca de él, protegiéndola de su peligrosa vida. Las hembras
humanas sólo producen descendencia femenina en el mundo de Blu. Si sobreviven a este
planeta, Blu tiene que decidir si está dispuesto a renunciar a un sueño por otro.
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Capítulo 1
Adan corría, gritando. Un sabueso del infierno estaba mordiéndole los talones; sólo que este
sabueso era un elemento, el fuego. La nave Zargonnii estaba en guerra en el espacio y
estaban perdiendo. El humo se elevaba en el enorme hangar de la nave espacial, girando
en oleadas siniestras, invadiendo sus torturados pulmones. Los gritos de otras mujeres
resonaban y hacían eco con los estampidos de explosiones que afectaban sus tímpanos.
Más adelante, pudo ver a su amiga Bethany con Finn. Finn llevó a Betania como si fuera
una pluma ligera y la pareja desapareció en un transbordador oscuro. Justo antes de que
Adan perdiera de vista a su amiga, la mirada aterrorizada de Betany se posó sobre ella y
las mujeres intentaron llegar la una a la otra. Habían pasado los últimos cinco años juntas,
sobreviviendo mientras la Tierra se desmoronaba. Morir en una nave espacial después de
una semana a bordo de lo que pensaban que era su salvación era una cruel ironía. Adan
movió sus piernas en un intento desesperado de unirse a su amiga. Casi se derrumba
cuando se cerró la puerta del transbordador.
Finn no la había visto, su atención estaba enteramente en mantener viva a Bethany. Adan
deseaba tener un amor tan dulce. La desolación se escurría por sus poros, ya que cada vez
que se giraba llevaba a una seria destrucción. Los contenedores envueltos en llamas
desencadenaban una serie de pequeñas explosiones. Vivas, salvajes, bobinas de alambre
entrelazadas, bailaban a lo largo del suelo, liberadas en la demolición. Las chispas eléctricas
rebotaban en el líquido que se derramaba desde los barriles. Los paneles de control se
fundían, los coloridos botones se desparramaban en forma de líquido para languidecer en
el suelo al unirse a los charcos, un arco iris de desastre. Naves más pequeñas zapeaban
por la puerta del hangar, girando en una dirección y otra para que no las alcanzaran.
Adan saltó sobre un bidón inflamado que giraba como una peonza, cayó en una voltereta y
se puso de pie. Luces rojas que se burlaban iluminaban la oscuridad del espacio más allá
de las puertas del hangar; la multitud de colores parpadeaban y desaparecían de su vista.
Las naves lanzadera solo podían contener a dos guerreros Zargonnii juntos, pero Adan era
pequeña, si alguien se daba cuenta de su difícil situación. El hangar estaba demasiado
abarrotado; no quedaba ningún sitio donde correr. Si se caía por las puertas abiertas, el
espacio sería una sentencia de muerte.
Por favor, alguien, ¿hacia dónde corro?
Adan aulló cuando la agarraron por detrás. Unas poderosas manos la cogieron de los brazos
y la hicieron girar en el aire, dejando sin aliento lo poco que había respirado en una dura
expulsión. Blu, el guerrero protector de Ada, la tenía y sin perder el ritmo, la colgó por
encima de su enorme hombro, sin que su ritmo vacilara en ningún momento. Un enorme y
fornido brazo le agarró el culo, asegurándola en su lugar. Desde su punto de vista, Adan
podía ver su culo ondulando bajo sus apretados pantalones negros estrechándose hasta
llegar a sus enormes muslos musculosos. Era un bastardo fuerte, este extraterrestre, y
grande como el pecado. Sus largas piernas dieron largos pasos, devorando rápidamente el
suelo que tenía debajo de él. Cuando Adan miró hacia arriba, deseó no haberlo hecho: su
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mundo estaba plagado de llamas más grandes que les pisaban los talones. El pelo largo,
salvaje y blanco como la nieve de Blu se entrecruzaba sobre ella o se quemaba.
Blu se metió en un trasbordador, la arrojó a un asiento y cerró la puerta de golpe mientras
una ola de fuego bañaba la pequeña embarcación. Adan se puso en pie y corrió hacia una
ventana. Su cara presionó con fuerza contra la clara superficie mientras la nave avanzaba.
Adan fue atrapado por la fuerza. El cielo se iluminó como el 4 de julio multiplicado por diez
en forma de Reina del Drama mientras escapaban del hangar y navegaban hacia el espacio.
La nave Zargonnii estaba en llamas, sin esperanzas de sobrevivir; la atacante nave Tonans
fue cortada por la mitad con unos pocos guerreros con escudos grises a la deriva en el
espacio, a la deriva entre los deshechos. La nave Gorgano se había ido al garete. La
oscuridad estaba salpicada de naves dañadas. Había sido una batalla infernal que nadie
parecía haber ganado. La pequeña embarcación en la que se escondía Adan giraba
perezosamente.
Luces encendidas, luces apagadas, luces encendidas.
Cantaba Adan en sus pensamientos mientras cada dos segundos quedaba cegada por la
oscuridad y luego por la luz extrema. Blu, un guerrero Zargonnii estaba gritando en una
consola - no hubo respuesta después del empuje inicial de los motores. El whoop-whoop de
las tambaleantes aspas al girar ahogaba la mayoría de los otros sonidos, salvo el latido
salvajemente fuerte de su corazón. En cada giro Adan veía la nave Gorgano que quedaba y
un agujero negro inminente. La nave Gorgano se encendió repentinamente y cobró vida de
forma renqueante, y Adan vio un destello de luces rojas brillantes que venían hacia ellos
antes de que la nave volviera a quedar negra y sin vida. Blu se volvió y miró hacia la ventana,
pasando a Adan; juró mientras dejaba salir un suspiro, la mirada solemne que lanzó en su
dirección lo decía todo, ellos iban a morir.
No, no, podemos llegar al agujero de gusano.
Una grieta sonó tan bien como un enorme ruido sordo, y el transbordador se deslizó en el
interior del agujero negro, la nave se alargaba a medida que se adentraba más
profundamente en el esfínter del universo. Adan pensó que estaban en caída libre. De
alguna manera, los brazos de Blu la rodearon y Adan se abrazó en su pecho blanco y peludo.
Estaba en modo de batalla, casi dos metros de altura y era un musculoso hijo de perra.
Adan cerró los ojos mientras todo su cuerpo se envolvía alrededor de ella tratando de
acolchonarla y consolarla lo mejor que podía.
Había pasado una semana en la nave Zargonnii después de que Blu y Finn la rescataran a
ella y a otras cinco hembras humanas de una tumba acuática en la Tierra. La Tierra era un
terreno baldío cuando las aguas invadían el suelo. El iglú en el que habían vivido las seis
mujeres se desmoronó ante sus propios ojos en su último día en la Tierra. Los guerreros
Zargonnii habían salvado sus vidas. Finn, un sanador de los Zargonnii, había puesto a
Adan bajo el cuidado de Blu una vez a bordo de la enorme nave espacial.
Adan se había enamorado indefectiblemente del enorme extraterrestre de ojos rojos, pero
Blu no quería tener nada que ver con ella. La había mantenido a salvo, nada más. Adan se
preguntaba si la encontraba repulsiva de ver. Ella no tenía sus labios azules ni ponía
morritos, ni su largo cabello blanco que bailaba locamente cuando estaba en modo batalla.
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Era pequeña y maldecía su cabello rojo. Se preguntaba si Blu pensaba que el verde era un
color extraño para los ojos o si, por estar desnuda debajo de la ropa en lugar de cubierta
por una fina capa de pelo, era fea. Mientras estaba en la Tierra y en la nave espacial, él la
había mantenido a distancia, mientras que su hermosa sonrisa y su perfecta y tronante
risa la atraían.
Ahora, eso no importaba.
"¿Moriremos?" Preguntó Adan, con sus palabras amortiguadas en su pecho. Ella no
esperaba una respuesta; todavía tenía que dominar su extraño lenguaje de gruñidos y
bramidos, pero intentó hacerlo. Se sintió bien oír su voz, cualquier voz, en la desesperación
que se avecinaba.
"No, lo juré. Juré mantenerte a salvo y soy un guerrero de honor".
Adan parpadeó con fuerza. Sus palabras fueron claras, no los gruñidos guturales a los que
ella estaba acostumbrada, en sus prisas por escapar de la nave Gorgano, Adan había
olvidado con la proximidad del alienígena, era capaz de entender perfectamente el extraño
lenguaje de Blu. Los Zargonnii tenían razón, los asesinos Gorgano se metían en la mente
humana, abriendo su capacidad para nuevos lenguajes, cuando no los volaban en sus
pensamientos. Se preguntó que más le había hecho la sorpresiva presencia de los Gorgano
en la nave Zargonnii. El alienígena casi había logrado matar a Bethany. Adan no estaba
segura de si Betany había visto a Adan y a Blu entrar en el gran comedor de la nave antes
de que el solitario Gorgano atacara.
Las palabras de Blu sonaban tan convincentes, que Adan sintió un destello de esperanza,
hasta que Blu murmuró otra palabrota. Adan soltó su agarre mortal sobre Blu y miró por
la ventana. Una masa de vapor verde flotaba en el aire. La sustancia era tan espesa que la
nave se montó al estilo surfista sobre las olas de gas. Hojas negras oscuras de la nada
dividían el gas verde a intervalos impares, lo que se sumaba a la intriga de los alrededores.
Una gigantesca marea alta de verde se estrelló sobre ellos y fueron derribados. Blu se puso
de rodillas con Adan una vez más en sus brazos. Blu le agarró la barbilla con una mano.
Se vio obligada a mirar a los ojos rojos.
"Cuando aterricemos, te quedarás lo más cerca posible de mí"
Su tono era urgente, haciéndola temblar. Ella tragó y asintió. Sus brazos se apretaron tan
brutalmente a su alrededor que ella jadeó, incapaz de tomar un respiro decente. Cayeron
libremente por un instante antes de ser atrapados, y luego cayeron libremente de nuevo.
Adan sintió como la bilis se elevaba en su garganta, amordazándola. Blu envolvió su brazo
sobre la cabeza y el cuello de ella. Sabía que le preocupaba que el movimiento de la nave la
paralizara si sus huesos se rompían demasiado repentinamente en una dirección. Su
trasero estaba en su regazo, asegurando su columna vertebral a su pecho con sus piernas
levantadas acunándola.
El transbordador chocó contra el suelo con una sonora explosión, torturando los oídos de
Adan; una gran cantidad de suciedad cayó sobre la ventana de proa, envolviéndolos en un
mar de marrón y trozos de verde. La nave se derrumbó de punta a punta, rompiendo el
follaje, rebotando contra materiales más duros, antes de deslizarse sobre un costado. El
cuerpo de Blu se le quedó muy apretado, una manta de seguridad. Su torso y piernas
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estaban enterrados contra su pecho y muslos, sus brazos acunaban su cabeza y cuerpo.
Ella estaba a salvo.
Por favor, que estés a salvo, Blu.
Adan había sentido a Blu estrellarse contra las paredes de la nave y luego rebotar de un
lado a otro; chocando contra las sillas de la lanzadera y la consola. Blu gruñó y juró y volvió
a gruñir. Fue gracias a Blu que ella había sobrevivido; Adan estaba segura de que si no la
hubieran amortiguado todos los huesos de su cuerpo se habrían roto, su carne sería un
desastre. Cuando el transbordador finalmente se asentó, Adan se las arregló para sacudirse
unas cuantas lágrimas de su cara antes de rodar sobre su vientre contra Blu. No era una
cobarde, pero la experiencia había sido horrible. Sabía que incomodaba a Blu cuando
lloraba, así que había hecho todo lo posible para no hacerlo en las últimas dos semanas
mientras estaba en su presencia. Blu yacía debajo de ella jadeando rápidamente. Se
preguntó si estaba herido. Ella le miró a la cara, sus ojos estaban cerrados.
"¿Blu?"
Gruñó y parpadeó. "Déjame recuperarme".
Estaban medio atascados bajo los asientos del transbordador. Blu desenrolló su cuerpo del
de ella y él yacía tumbado con las piernas abiertas con ella encima de él. Adan se levantó y
se golpeó la cabeza. Ella gritó y se deslizó sobre su trasero a un lado de él. Se frotó la cabeza
y buscó sangre.
"¿En serio?" Blu sonaba molesto. Levantó la cabeza de su posición de tumbado para mirarla.
"Me acaban de dar una paliza y el solo hecho de golpearte la cabeza te hace aullar".
Adan se alejó de él arrastrándose con cuidado entre los escombros y se puso en pie, se
movió lentamente esperando cualquier dolor. No había ninguno, ella estaba bien, aunque
su cabeza latía con fuerza. Miró a Blu. Estaba un poco desgastado pero vivo, y como
siempre, molesto con ella. Blu parecía tener dos emociones al tratar con ella, molestia y
sobreprotección. Después de la sobreprotección, la molestia se hacía presente. Estaba
frunciendo el ceño cuando se puso en pie.
"¿Crees que alguien más sobrevivió?" Preguntó Adan. La imagen de los rasgos asustados de
Betany revoloteaba en sus pensamientos. El interior de la lanzadera, después de una rápida
mirada, la hizo estremecerse. Una lata vacía y golpeada podría haber caído mejor en el Gran
Cañón, desde el espacio.
"Tus amigas estarán a salvo, no te preocupes"
La puerta del transbordador se había soldado con el calor de la nave madre. Blu utilizó su
tremenda fuerza para desgarrar el material de tipo metálico. Tiró la puerta y agarró la mano
de Adan. La pareja se arrastró hacia afuera con Blue a la cabeza. Adan miró asombrada a
su alrededor. El verde del cielo estaba suspendido bajo en el aire. La luz del sol, si era la
luz del sol, brillaba y se movía a través del cielo en medio de extraños agujeros negros. Para
Adan, las imágenes parecían nubes fantasmas de luz blanca barriendo el cielo. La luz se
deslizaba sobre la tierra verde cazador. Había una capa de musgo bajo sus pies, no más
allá de dos pies de distancia había un montículo de tierra.
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Adan gritó cuando vio a una criatura tirada en el suelo. Era horrible; la cabeza puntiaguda
estaba cubierta de capas colgantes de piel roja rosada, agitándose mientras la cabeza de la
criatura se movía. Había dos agujeros negros para los ojos, sin nariz y cuatro colmillos
amarillos de seis pulgadas en la parte superior e inferior de su boca abierta. Sus miembros
inferiores habían desaparecido en la tierra. Blu la sacó de su estupor. Estaba maldiciendo.
"¿Qué está pasando? ¿Dónde está el resto de esta cosa?" Gritó Adan. "¿Por qué no intenta
huir?"
El suelo se estaba comiendo a la criatura de alguna manera. Adan miró fijamente con los
ojos abiertos, su cerebro sin procesar lo que estaba viendo. Una gran masa de pieles,
miembros y carne convulsionaba a no más de cinco pies de ella. Se tragó la bilis cuando se
abrió un ojo enorme en la tierra, a no más de un pie de distancia de las extremidades
perdidas. La pupila de diez pulgadas era agua con fragmentos negros zigzagueando en un
patrón hacia los bordes del globo ocular. El párpado inclinado se cerró y luego se abrió: el
suelo la miraba fijamente.
Oh, Dios mío.
"No sé su nombre", dijo Blu. "Pero la criatura que se está comiendo no tiene dolor."
"¿Comer?" Adan se lo tragó. "¿El suelo se come a la gente? ¿Dónde coño estamos?"
"La sucia criatura aplasta las extremidades inferiores al ser succionadas por su boca. La
lengua está llena de un agente anestésico. Puedes ver el cuerpo de la criatura-víctima tener
espasmos, pero nada más. Nadie conoce las arenas movedizas de la tierra. Alberga miles de
gusanos de tipo zombi que se alimentan sólo de la carne muerta una vez que ha sido
aplastada. La suciedad mortal da a luz a estos gusanos zombis que se convierten en grandes
montículos. Están por todo el planeta. Una vez devorada la criatura, la suciedad mortal
yacerá allí y digerirá durante una semana todo lo que sus crías no hayan consumido. Luego
se moverá deslizándose por la tierra y se asentará para cazar su siguiente comida".
"¿No podemos ayudar a esa pobre criatura?"
"Esa pobre criatura, como la llamas, te comería. Además, no hay esperanza para la clase
de criatura sin patas. Mira, mientras hablamos la suciedad mortal se ha comida a la víctima
casi hasta la cintura. Podría haber hasta mil criaturas comiendo"
Era verdad. Una boca en la tierra se abrió brevemente para chupar más de su víctima,
dándole a Adan un vistazo a las patas aplastadas, flácidas como una crêpe. Pequeños
gusanos de ojos blancos, diminutos y brillantes la miraban con dientes puntiagudos. Unos
pocos se deslizaron hacia la parte de atrás de la boca abierta como si estuvieran asustados.
Adan sabía que tenía el pelo de punta. Mientras Blu la arrastraba, el ojo parpadeaba y se
cerraba, tres cuartas partes de su comida había desaparecido. La onda de un temblor
sacudió el suelo y Adan olió la asquerosa expulsión gaseosa de un eructo. Adan agarró con
más fuerza la mano de Blu y el sonido de crujir desapareció detrás de ella.
“¿Dónde estamos?” preguntó Adan mientras miraba alrededor. La jungla del infierno no
empezaba a describir los alrededores.
"El planeta se llama Brax. Los Braxians no son la mejor de las especies"
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"¿Son la suciedad?"
"No"
"¿Son la criatura que está siendo devorada por la tierra?"
"No"
"Bueno, ¿qué son? ¿Son grandes o pequeños, o feos? ¿Son peludos como tú? ¿Tienen un
modo de batalla? ¿Nos comerán?"
"Hablas demasiado".
"No hablo mucho. Si hablaras más, te escucharía", dijo Adan.
"Cada pregunta que respondo tiene cinco más"
"¿Es por eso que no te gusto?"
"Nunca dije que no me gustaras"
Estoy enamorada de ti, mi guerrero Zargonnii.
"Tampoco dijiste que te gustaba"
"Te salvé la vida"
Blu se detuvo a mirarla. Adan suspiró. "Eres un guerrero Zargonnii, el honor me mantendrá
a salvo. Nada más. Gracias por salvarme la vida"
Cuando Blu estaba en modo batalla, Adan se sentía un poco abrumada por él. Blu era todo
músculo, alto. Era el hombre más poderoso del mundo por lo que a ella respecta. El pelaje
de su pecho se reducía hasta convertirse en una calva ovalada en su vientre que se
asemejaba a un paquete de diez cuando no se alisaba al ganar en altura. Sus ojos rojos
podían quemar cualquier cosa, cuando se calentaban. Su ceja blanca se extendía a lo largo
de su hermosa frente por los lados de su cara. Llevaba pantalones negros apretados que se
movían en armonía con él. Sus gruesas botas negras y largas cubrían fuertes pies y sus
diez maravillosos dedos. Su impresionante erección era un imán que la hacía sonrojarse.
Cada centímetro de él era un paseo por el cielo. Adan pensaba que no había un hombre
más perfecto en el universo.
Blu le levantó la barbilla con un dedo. Su mirada la hacía derretirse. Si tan sólo pudiera
amarla un poco...
"Hay más, Adan. Puedo sentir lo que sientes por mí y no me opongo. Pero ahora mismo
estamos en peligro. Concentrémonos en seguir vivos. Es más que el honor lo que me obliga".
Adan asintió con la cabeza, con el ligero hueso emocional que le acababa de arrojar, y luego
gritó cuando una enorme criatura pájaro cayó sobre ellos. Adan cayó de rodillas con el
suave empujón de Blu cuando el pájaro atacó. Se echó hacia atrás mientras Blu luchaba,
sacando a la criatura de su camino.
El ave entera estaba cubierta de suave pelo gris, de un pie de largo, excluyendo su cara
redonda y peluda. El pelaje se balanceaba con la brisa que sus alas provocaban compuestas
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por otras cuatro alas aleteando. Blu lo agarró por el cuello y lo mantuvo a raya. La cara
plana, la enorme bola de pelo de ojos redondos con tres agujeros negros limpios y perfectos
para la nariz, meneaba sus finos labios rojos de una manera extraña ante Blu. Bateó sus
ojos con pestañas de dos pulgadas de largo, de color gris y dorado. Las dos alas más
pequeñas dentro de las dos alas más grandes llevaban brazos y manos con garras y
luchaban por acercar a Blu en un abrazo. Las dos alas exteriores más grandes eran de una
envergadura tan impresionante como Adan jamás había visto.
"Maldita cosa, piensa que soy una hembra", se lamentaba Blu mientras luchaba por
sacudírsela para soltarla. "Vete, bestia cachonda; no soy tu tipo, idiota. Ni siquiera soy de
tu especie".
Los ojos de Adan se abrieron de par en par ante sus palabras. Los cinco pies de garra no
dejaban de moverse para tocarle, le acariciaban y luego trataban de envolver cada muslo
para abrirle las piernas. El ave comenzó a envolver sus alas alrededor de Blu. Adan no sabía
si reír o acobardarse cuando vio su largo pene aletear salvajemente alrededor en un patrón
extraño. El pájaro hizo ruidosos chirridos hasta que Adan se tapó los oídos. Blu hizo su
mejor baile sin sexo, sus pies se apresuraron a superar a la decidida criatura. Blu agarró
sus garras por la muñeca con una mano y desenganchó sus pies con garras de sus piernas.
Giró al pájaro de un lado a otro, alto y duro, y lo apartó girando. Crujido. Chilló mientras
volaba patas arriba, cayendo en el verde cielo gaseoso…
"Estúpidos bailarines del aire. Deben estar en celo. Nada con pelo está a salvo de esas
criaturas cachondas". Tanto Blu como Adan miraron a la bola de pelo voladora hasta que
se perdió de vista.
"No tener un pelo, de repente, se ha convertido en un pensamiento reconfortante", murmuró
Adan.
Blu se acercó y la puso de pie. "Son inofensivas, normalmente, incluso en celo, pero las
hembras no vuelan, no tienen alas. Los machos cogen a una hembra del suelo y se ponen
a trabajar en el aire. La hembra, por supuesto, se aferra a la vida, temerosa de ser
abandonada. Los machos llevan a las hembras de vuelta a su nido, cerca de las montañas
donde los machos alimentan y protegen a las hembras".
"Suena como que los machos consiguen el mejor chollo"
"Lo creas o no, las hembras esperan en ciertas áreas a un posible macho. Algunas se
aparean una y otra vez. Si la pareja tiene éxito y se reproduce, el macho mantiene a la
hembra y a su descendencia durante un año en su nido y lo hace todo. Toda la caza, el
mantenimiento del nido. Si es un vástago macho, el padre le enseña a volar. Si es una
hembra, el padre atacará y mantendrá alejado a cualquier otro macho, hasta que la cría
esté lista para aparearse; son padres muy sobreprotectores. La hembra muda durante el
embarazo y pierde la mayor parte de su pelaje en el vientre y la espalda para que el macho
la mantenga caliente.
"Los pequeños no tienen pelo cuando nacen, y sólo tardan unos días en ser grandes, tan
grandes como tú. Así que si te encuentras desnuda aquí, prepárate para ser recogida,
'salvada' y alimentada con trozos muertos de aragno-regurgitados"
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"Aragno?"
"No preguntes".
"¿Es de día o de noche?"
El aire parecía espeso y los pulmones de Adan empezaron a dolerle un poco. El gas verde
estaba flotando más bajo que cuando llegaron. Adan se preguntaba qué tan bajo llegaría.
Su lengua empezaba a sentirse espesa, su piel se arrastraba. Su cabello parecía como si
estuviera huyendo de su cuero cabelludo.
"Es tarde ahora mismo. Las noches son más largas en este lugar, muchas de las criaturas
cazan de noche. Tenemos que encontrar un lugar para quedarnos hasta que Titus nos
encuentre, o algún Zargonnii. Eso llevará tiempo. Mi gente necesita permiso para
buscarnos. Mientras tanto, tienes que quedarte cerca". Blu miró a su alrededor con
ansiedad.
"¿Qué es lo que no me estás diciendo?" Preguntó Adan.
"Este planeta es peligroso."
"Sí, creo que lo mencionaste".
"Los seres de este planeta son diferentes, crueles, malvados. Son una colonia de forajidos
convertidos en asesinos que dejaron aquí hace siglos. Se han criado con otros seres de otras
especies forajidas arrojados aquí. El resultado es..."
"¿Qué?"
"Muerte andante".
Genial, estoy en un maldito planeta zombi.
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Capítulo 2
Blu sabía que necesitaban refugio rápido. Adan estaba en más peligro de lo que él admitiría.
Los seres de este impío planeta se habían transformado con el tiempo en máquinas de
combate. Miles de años criando lo peor con lo peor había convertido a los habitantes de este
planeta en asesinos imparables. Los Braxians eran los supervisores de esta raza de
asesinos. Los asesinos habían sido contratados para brutales ataques por los supervisores.
Los supervisores se consideraban una raza avanzada, erradicando a los no deseados del
universo. En términos simples, los humanos considerarían que los Braxians jugaban a ser
Dios. Cuando era necesario el exterminio crítico, un puñado de los asesinos del planeta
eran seleccionados y liberados después de la eliminación cuidadosa y minuciosa de los
verdaderos ocupantes de un planeta, o de quienquiera que los Braxians consideraran
verdaderos ocupantes de un planeta. Cualquier cosa que quedara en un planeta que
necesitara ser exterminado sería destruido. Básicamente, todo el planeta en el que
aterrizaron Blu y Adan estaba lleno de asesinos en masa.
Blu era un guerrero mercenario. Su gente era llamada para erradicar especies molestas, los
Zargonnii eran exterminadores de oficio. El líder de Blu no elegía objetivos, los mercenarios
eran contratados. Blu podía ser brutal, pero también era misericordioso, todos los guerreros
Zargonnii lo eran. Titus escogía sus misiones con gran consideración. Los asesinos en este
impío planeta eran mucho peores. No podían o no querían diferenciar lo malo de lo bueno.
Ni un roedor ni un insecto eran dejados vivos una vez liberados en un planeta en que habían
sido contratados para atacar. Blu tenía compasión con los inocentes, estos asesinos no
tenían ninguna una vez contratados, incluso algunos cuando ni siquiera eran contratados.
Adan cogió la mano de Blu. Necesitaría mantenerla lo más cerca posible. Sólo había un
problema con su plan: ella conducía su cuerpo a una pesadilla sexual cuando estaba cerca.
La atracción que ella emitía en sus feromonas era casi demasiado para que él se resistiera.
Tener una hembra tan cerca y dispuesta era una rareza para un guerrero Zargonnii. Las
hembras Zargonnii eran más grandes y fuertes que los machos. Cuando entraban en calor
y en Vacaciones, su acoplamiento era duro, rápido y furioso. Había batallas como las que
Blu nunca había conocido hasta su primera experiencia sexual con una mujer.
Con un pequeño sonido, Blu tiró de Adan hasta el pecho para levantarla en el aire. Fue
capaz de acunarla en un brazo. Ella permaneció en silencio, sus brazos alrededor de su
cuello. No lloraba ni lloriqueaba como muchas mujeres de la Tierra con las que se había
cruzado. Aunque se dio cuenta de que las mujeres humanas nunca habían estado
expuestas a tantos horrores. La muerte de la Tierra ya era bastante mala, pero el espacio
era mucho más complejo con nuevas criaturas que contribuían a asustarles. Si Blu
estuviera solo, estaría menos preocupado. Adan era tan pequeña que una ráfaga de viento
podía hacerla volar. Para ser algo tan pequeño, ella era dura. En el transcurso de dos
semanas, Blu la había conocido. Adoraba su risa, la manera en que ella se acurrucaba
junto a él cuando creía que estaba dormido. Su dulce manera de con un solo dedo mover
las hebras de su hermoso cabello para ponerlas detrás de una oreja y fuera de sus
expresivos y sensuales ojos.
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Lo único que le impedía aparearse con ella era su deseo de un hijo. Zane, su hermano
mayor había tenido un hijo, Draven, y Draven era perfecto. Draven era fuerte, inteligente,
con un temperamento despreocupado. Blu quería su propio hijo perfecto. Si Blu se
emparejaba con Adan, sólo tendría descendencia femenina. Eso no sonaba mal cuanto más
pensaba en ello. Era la idea en sí misma lo que le era difícil de comprender a su mente. Una
niña permaneciendo bajo el cuidado de su padre Zargonnii era imposible, o lo había sido
hasta que las hembras humanas habían sido introducidas en su especie.
Sorprendentemente, la primera hembra humana encontrada, lo fue por Blu. Había pensado
que era una mascota; una pequeña mascota femenina era una novedad y su hermano había
perdido recientemente a su mascota. Draven tenía el corazón roto.
La pequeña criatura humana sin pelo que Blu había encontrado, era interesante pero
demasiado cara para su gusto; ni siquiera sabía lo que era. Nunca había oído hablar de una
mascota humana; en última instancia, buscaba un Toff poderoso y leal. Las criaturas eran
difíciles de encontrar. Mientras Blu se alejaba de la jaula, la hembra humana estaba
desperdigada mitad dentro/mitad fuera de ella, su dueño se enfureció y se volvió para
golpear a la asustada criatura. Su aterrorizado y patético chillido detuvo a Blu en su camino
y cedió. Un golpe de un Tonans con escudo mataría a la vulnerable mascota. Algunas
criaturas no están hechas para ser dueñas de mascotas. Fue así como Blu encontró a su
cuñada, en un mercado siendo por un Tonans, una raza sucia de seres crueles.
Originalmente, Blu pensó que Bay era una mascota única. Estaba herida hasta el punto de
no poder hablar al principio. Sólo Draven conocía su inteligencia. Zane se enamoró de Bay,
otra rareza del mundo Zargonnii. Ahora parecía que cada guerrero Zargonnii iba tras su
propia hembra humana. Blu era la única excepción.
"¿Qué pasa?" Preguntó Adan. "¿Qué oyes?"
Blu olvidó que la estaba cargando. "Hay diferentes criaturas en este planeta a las que se les
permite vivir porque entretienen a los demás habitantes o porque son tan intrascendentes
que son ignoradas. Los bailarines del aire son una de esas criaturas".
"Si estos seres son tan crueles, ¿permitirán que tu gente venga a por nosotros?"
"Sí. Los Braxians no quieren la guerra con Zargonnii. Estamos en alianza con los Castians.
Te he hablado de los Castians, los guerreros con escudos de ébano. No lastimarán a las
hembras, pero los Tonans, sí. Como viste de primera mano cuando la nave explotó. Los
canallas Tonans trabajan con los Gorgano. Quieren a las mujeres muertas. Las mujeres
humanas pueden luchar contra la mente, como lo hizo Bethany. Los Tonans odian el hecho
de que algunos de sus hermanos se hayan enamorado de mujeres humanas y se hayan
unido a las filas de Cobra".
"¿Él es el líder Castian?"
"Sí. No te preocupes. Titus entrará y saldrá volando"
"¿Realmente crees que tu líder está vivo?"
La expresión pensativa de Adan le hizo detenerse. Podía decir que su respuesta significaba
todo para ella, significaba esperanza.
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"Sí. Pero puede llevar algún tiempo. Los Braxians querrán localizarnos, entonces
determinarán la gravedad de la situación". Eso esperaba Blu; no tenía ni idea de quién
quedaba con vida. La última vez que lo vio, Titus, su líder, aún estaba en el puente de la
nave luchando contra el enemigo.
"¿Gravedad?"
"Hay ciertos lugares donde los seres de este planeta cohabitan. Las hembras permanecen
juntas. Los machos son solitarios por elección"
"Suena un poco triste y vacío para los machos"
"Por eso te mantengo cerca"
"¿Qué me harán?"
"Una mujer indefensa en este planeta es tan rara como en el mío. Nuestras hembras
Zargonnii no son crueles; dudo que te lastimen. Supongo que te ignorarán o te mantendrán
como mascota. Las mujeres de este planeta se han adaptado para seguir con vida. No entran
en calor; de hecho, prefieren no reproducirse. La sed de sangre aquí es muy elevada".
"Genial" La oyó murmurar.
El aleteo y una ráfaga de viento llamaron su atención. Adan jadeó. Una bailarina del aire
se estaba apareando con una hembra de su propia especie. La hembra gemía y se aferraba
a la bestia. El bailarín tenía los muslos separados. Las criaturas cayeron y giraban sobre
las corrientes de aire. La erección rígida de Blu le apretó la ropa. Si los bailarines del aire
estuvieran en temporada, significaría que muchas otras criaturas también lo estarían. La
situación podría o no funcionar a favor de Blu. Si se encontraban con un asesino, el asesino
no mataría rápidamente a Adan. Adan podría desear que el asesino lo hubiese hecho si
decidiese mantenerla, pero si estaba viva siempre había esperanza.
"Ella no parece muy infeliz", dijo Adan, aún mirando a la pareja en el cielo.
"Probablemente ya se han apareado antes. La primera vez para una mujer puede ser
aterradora. Normalmente su padre la cuida hasta que llega su hora de aparearse. Cuando
es mayor de edad, un macho dará vueltas lentamente. Si el padre se va volando y la deja
desprotegida, el macho entiende que es su primera vez. Algunos se tomarán el tiempo para
traer a una hembra joven de vuelta al nido y cuidarla hasta que esté lista para aparearse.
Un bailarín de aire puede ser muy persuasivo, he leído.
"Los bailarines del aire son normalmente criaturas gentiles. Los machos son excelentes
padres. Su pareja es devuelta al suelo con su descendencia hembra y vigilada. Si tienen un
hijo varón, está listo para partir mucho antes y no necesita protección una vez que ha salido
del nido.
"Si la necesidad de aparearse de nuevo se presenta en el macho, simplemente se quedará
con la hembra. Pero no si tiene una niña. Existe demasiada preocupación de que una niña
se caiga accidentalmente del nido, o de que un macho sin experiencia la convenza de que
se vaya. No sé si es verdad, pero también leí que un macho joven no es lo suficientemente
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fuerte como para mantener a una hembra en el aire durante demasiado tiempo y puede
llevar a una tragedia. Así que un nido es hecho y escondido en el suelo, por el padre"
"¿Así que el macho hace todo el trabajo?"
"Todo".
"De repente desearía ser una bailarina del aire"
Blu se rió. Adan no tenía idea de que si se aparearan, la mantendría a salvo y la observaría
más de cerca que cualquier bailarín del aire. El mundo de Blu era peligroso. Había seres
enormes en su planeta de los que él necesitaría alejarla. Blu también la protegería a ella y
a sus hijos de por vida. Eso le hizo recordar por qué no podía aparearse con ella, aún así.
Si Blu se aparease con Adan, nunca volvería a pasar las Vacaciones con una hembra
Zargonnii. Renunciaría a cualquier oportunidad de tener un hijo y no sabía si podía hacer
eso. Sabía que podía sonar egoísta, pero incluso los guerreros mercenarios soñaban con
algo distinto a la próxima batalla o erradicación.
"¿Blu?"
"¿Hmm?"
"¿Qué es ese olor? Dios mío, no creí que se pudiera crear un olor tan malo".
"Mierda. Necesitamos refugio ahora"
Adán empezó a toser, por un segundo sus ojos lo miraron con alarma hasta que disimuló
su miedo. Blu presionó la cara de ella contra el pecho de él, su mano acunando la cabeza
de ella mientras él enroscaba sus hombros de forma protectora alrededor de ella y comenzó
a correr. Los gases verdes del aire se volvieron más espesos y se acercaron más al suelo con
el descenso de la noche. El gas sería tóxico para un ser humano. Los pesados pulmones
dobles de Blu podrían filtrar las toxinas por un tiempo. Adan luchó, pero la sostuvo
firmemente. Un poco de aire filtrado por su piel era mejor que el veneno que la mataría si
respiraba el gas demasiado profundamente. Empezó a luchar más duro.
"Quédate quieta, Adan. No estoy tratando de asfixiarte. El gas es tóxico. Respira más
despacio".
Y aun haciéndolo, la sintió temblar. Los latidos de su frenético corazón indicaban que su
miedo estaba aumentando, sus cortas respiraciones le mostraban su confianza. No se
merecía a esta pequeña hembra, no sabía si condenar a Finn o agradecerle por confiarle su
seguridad. Ella era digna de mucho más. Blu juró que Adan no moriría en este planeta bajo
su cuidado. Por un segundo, luchó contra la razón e hizo lo mejor que pudo para pensar
que era sólo el honor lo que le impulsaba.
El oscuro estanque que apareció a la vista lo hizo titubear sólo por un segundo. Blu nunca
había estado en Brax, pero había estudiado el planeta en detalle cuando estalló la guerra.
Todos los guerreros necesitaban familiarizarse con cualquier planeta considerado peligroso.
No había escoria acuática mortal que se comiera la tierna carne de Adan en este planeta.
La escoria del estanque sería una amenaza para ella en su mundo. Suficiente escoria podría
consumirla en unos momentos si Blu no fuera diligente. La idea era horrible, pero Blu sabía
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que podía mantenerla a salvo. Blu conocía a los demonios de su planeta. Los demonios de
este planeta eran nuevos. Ahora mismo la amenaza general de animales o criaturas era
mínima al atardecer. El verdadero problema era durante la oscuridad.
Mirando al estanque, la mayor preocupación de Blu era cuánto tiempo Adan podía contener
la respiración. Blu la levantó más alto en sus brazos y cerró la boca sobre los labios y la
nariz de ella. Ella luchó de nuevo y él no pudo calmarla con palabras. Blu se sumergió en
el estanque. La oscuridad los envolvió. Blu retorció a Adan, manipulando su cara hacia un
lado mientras sus ojos se iluminaban, iluminando su entorno. Por fin, Adán se rindió y se
tomó un respiro. Los pulmones extra de Blu se expandieron.
El agua estaba en calma; no había peligro de que Adan fuera arrancada de sus brazos. Si
el agua estuviera en estado salvaje, no podría mantener el contacto resbaladizo de boca a
boca. Si él tenía que soltarle la boca para mantener su agarre sobre ella, ella se ahogaría.
Blu sintió que su proteccionismo se aceleraba. Esta pequeña hembra no debería angustiarle
de la forma en que lo hacía. La primera vez que la vio, ella se metió en su mente, en sus
pensamientos y en sus deseos. Ella puso sus prioridades en confusión. De nuevo condenó
a Finn por entregarla a su cuidado, así como a sí mismo por darle la bienvenida. Una
pequeña hembra humana no tenía derecho a distraerlo, pero lo hacía.
Algunas criaturas acuáticas se aventuraron más cerca, estudiando curiosamente a la
pareja. Un ser con una boca enorme se acercó. Blue vio filas de dientes en una boca ancha;
sus órganos internos estaban situados en el exterior de su cuerpo, haciéndolo parecer
vulnerable. Los intestinos flotaban detrás del ser, probándolo; el corazón verde golpeaba
erráticamente en el pecho. Cada órgano se iluminó al acercarse, saludando de manera
tentadora. Blu sabía qué era esa criatura, las entrañas y los órganos eran engañosos y
letales cuando comían. Los órganos reales estaban escondidos y eran sorprendentemente
pequeños. Mientras se acercaba a ellos, el intestino tocó el dorso de la mano de Blu. Le
quemó por un breve momento. Enfadado, los ojos de Blu se posaron sobre la criatura y él
asó al pequeño bastardo y a los dos que iban detrás. Sus homólogos se escabulleron.
Jaque mate.
Largas enredaderas verdes intentaban llegar a Blu. Preocupado al principio, los viscosos
tentáculos bailaban sobre sus brazos de una manera burlona y no amenazante. Luego, más
audaces, las enredaderas se cerraron firmemente sobre una muñeca. El agente
adormecedor en las secreciones era demasiado pequeño para afectar a Blu, pero las toxinas
noquearían a Adan.
No me jodas esto, a la hembra.
Enfurecido, Blu tiró de la parra agarrándolo del fondo, las raíces se desgarraron del fondo
del estanque liberando una pequeña cantidad de líquido verde que giró bajo el agua, se
mezcló a la deriva y se diluyó. Blu inmediatamente asoció el color con la sangre, la había
matado, la larga longitud se estremeció y Blu oyó un pequeño chillido. Cuando soltó la rama
viscosa, la vid se hundió en el fondo del estanque. Las otras vides se separaron
inmediatamente, alejándose lo más posible de él. Blu había establecido que era un
depredador, no una presa. Todas las demás criaturas le dieron un amplio espacio. El agua
se calentaba y Blu gemía. Sus ojos podían encenderse, pero también se calentaban al arder
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para cortar a través de la oscuridad de ébano. Los herviría a los dos en el espacio confinado
si no hacía algo.
Un murmullo llamó su atención, un sonido de chapoteo, el zumbido del agua contra la roca.
Blu nadó hasta una repisa en el estanque. Salió a la superficie y sacó a Adan del agua con
él y en un rápido movimiento rompió el sello de su boca, la hizo girar detrás de él y quemó
a la pequeña criatura que se acobardó en un rincón. Sus pequeños dientes habían
aparecido para protegerse, lo que la convertía en una amenaza para Adan. Sin duda se
había refugiado en la caverna submarina. Detrás de él, Adan estaba jadeando en el aire;
parecía asustada, pero Blu sabía que se le pasaría.
"Santo cielo, Blu. Pensé que me ahogaría; una pequeña advertencia la próxima vez", gritó
Adan, ella le dio un puñetazo en el brazo mientras se quitaba sus húmedos mechones de
sus ojos.
Sip, ella está bien.
"Definitivamente habrá una próxima vez en este planeta. Vas a tener que confiar en lo que
hago, cuando lo haga".
Ella le miró con ira. "Dile a tu maldito pelo que deje de bailar así; es más espeluznante
cuando está mojado y el agua sigue salpicándome" Adan se tapó la nariz. "Asqueroso. Huele
a barbacoa aquí".
"Umm, sí, sobre eso..."
"Mierda, Blu. ¿Qué es eso?" Adan gritó mientras ella miraba detrás de él.
Blu se encogió de hombros tímidamente. "Cena. Creo que fue un aragno"
La criatura asada a la parrilla era comestible, aunque desagradable de ver. Blu no había
necesitado quemarlo tanto, pero cuando se trataba de Adan, tenía que ser seguro cuando
mataba algo para que se quedara muerto. Cuando Blu lo partió en dos, Adan hizo el gesto
de nauseas mientras sacaba las entrañas. El exterior era negro, pero el interior aún era
rosa y un poco crudo. Tomando trozos, asó trozos más pequeños y se los entregó a Adan.
Ella miró la carne chisporroteando con indecisión.
"Has comido cosas que te he dado antes", le recordó Blu.
"En mi planeta".
"Confiaste en mí para mantenerte en la nave Zargonnii"
Adan cogió un trozo de carne y lo puso delante de sus ojos, a centímetros de sus labios. Blu
se encogió de hombros, podía darle comida, pero no la obligaría a comer. La decisión fue de
ella. Blu la miró mientras sus labios tocaban la comida. Su pequeña lengua rosada salió
para probarla. Sus pequeños dientes blancos se agarraron a una pequeña mordida. Masticó
con la boca abierta, haciendo sonidos chirriantes.
"¿Qué estás haciendo?" Preguntó Blu.
"Si lo mastico y no lo pruebo, puede tragarlo"
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"Sabe bien".
"Aún no has comido apenas", señaló ella.
Blu tomó un pequeño bocado. Definitivamente era diferente, pero había comido peor.
"Seguro que no sabe a pollo" Adan tragó con una lentitud exagerada. Le dio un mordisco
más grande. "Una vez comí serpiente de cascabel. Estaba desesperada. Supongo que estoy
más desesperada que esa vez".
"Es comida y es comestible." El aragno, sin embargo, se le quedó pegado entre sus grandes
dientes.
Adan abrió la boca, hizo una mueca y le mostró el trozo de comida que estaba masticando.
Si fue a propósito o no, no estaba seguro.
"Como un muff lleno, un brote de maní", dijo, masticó y luego usó un dedo para aflojar el
fajo de carne pegado al techo de su boca. La comida salió disparada en su dirección. "Oops,
lo siento"
"Toma bocados más pequeños"
"¿Qué clase de animal se mastica como la mantequilla de cacahuete?"
"Un animal de mantequilla de cacahuete".
"¿Eh? ¿Acabas de decir un animal de mantequilla de cacahuete?" Ella lo miraba como si
fuera tonto y él se estaba avergonzando.
Ella siempre tiene este efecto en mí.
"¿Conoces a esos pequeños roedores peludos que trepan a los árboles de tu planeta Tierra,
o solían hacerlo? Estas criaturas son un poco más grandes que ellas".
Se quedó sentada en silencio durante un momento y sonó un poco condescendiente, dijo:
"Blu, esas son ardillas. La mantequilla de cacahuete se hace con nueces, no con carne de
ardilla. Realmente necesitas prestar atención a los detalles cuando investigas a los
humanos".
"Conozco a los humanos".
"No del todo".
Sonaba triste. La comida que le dio estaba puesta a un lado. Adan suspiró y se apretó la
camiseta. Era la única prenda de la Tierra de la que se negó a desprenderse. Cogió sus
largos y bonitos rizos con ambas manos y escurrió la humedad en el suelo. Él odiaba cuando
ella estimulaba tantas emociones; era más difícil de resistir.
"Hablas mi lengua aún más ahora que antes", gruñó Blu.
"Bien. Voy a dejar de hablar. No estoy tratando de ser infantil; sólo parece ser lo que quieres.
Así que, respetando tus deseos, cerraré el pico".
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Blu la miró fijamente. Ella no duraría; su Adan podía hablarle a un enorme cyron hasta la
muerte. Podría hacer que un árbol echara raíces y huyera. Blu se acomodó para esperar.
Una sonrisa jugó dentro de su mente. Era demasiado guapa para su propio bien. Sus labios
dulces, llenos y rojos, tan ardientes como su precioso cabello que él adoraba. Pequeñas
manos colocadas en su regazo, inmóviles. Rara vez se quedaba quieta, su pequeño bultito
de energía. Su ropa mojada se aferraba a cada curva, haciendo que sus labios se retorcieran
al notar que los brotes de sus pechos presionaban contra el material. Sabía que debía dejar
de fantasear con ella a menos que estuviera dispuesto a aparearse con ella.
Puedo mirar, maldita sea, ¿por qué me siento culpable por mirar?
Pasaron unos momentos. Luego un cuantos más. La mente de Blu dejó de sonreír. Adan
simplemente se sentó con la cabeza baja, sin hablar. Sin decir una maldita palabra. Blu
estaba sentado con la boca llena de carne blanda. Cualquiera que fuera la mantequilla de
cacahuete, estaba seguro de que tendría un sabor asqueroso. El trozo se le quedó pegado
al paladar. Blu lo escupió al agua y luego tiró el resto de la carne después. Adan gritó y
disparó hacia atrás, presionando fuertemente contra la pared de la caverna. El estanque
era un remolino de actividad. El agua se agitó y burbujeó, cobrando vida. Algo se estaba
comiendo la carne.
"Cambié de opinión, voy a hablar ahora, a hablar en voz alta también", gritó Adan.
Ella se lanzó en su regazo. Docenas de criaturas acuáticas lucharon por los restos del
cadáver hasta que no quedó nada. Blu quería enterrar su cara en el pelo de Adan. Su trasero
se movió mientras intentaba acercarse lo más posible a él. Era una tortura. A Blu no le
importaban las criaturas del estanque, Adan era más peligrosa. Los sentimientos que ella
despertaba le llevaban al límite. Cuando ella olía a miedo era más fácil controlar sus
emociones. Cuando su atracción estaba llena de deseo por él, pensaba que se volvería loco.
El miedo es bueno, puedo manejar el miedo.
"¿Subirá el agua?" Preguntó Adan.
Sus pequeñas manos agarraban la piel de su pecho; se estremeció y se quedó quieta,
respirando profunda y calmadamente, siempre tratando de mantener una sensación de
fortaleza. Respiró hondo unas cuantas veces más, calmando sus rasgos externos que él
conocía en su ventaja, siempre intentando transmitir que ella era tan dura como el infierno.
Los latidos erráticos de su corazón contra su pecho, sin embargo, delataban su
preocupación.
Blu sabía que era dura, pero este acto para demostrarlo era aún más bonito de ver. "No,
puedes ver por las marcas de agua debajo del borde lo alto que llega. Además, con la boca
llena de grasa, no comerán nada por un tiempo".
"¿Cómo saldremos de aquí?"
"Por el mismo camino por el que entramos. Nos sacaré de aquí por la mañana".
"¿Entonces qué?"
"¿De regreso a tus mil y una preguntas?"
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"Son preguntas legítimas"

"Tal vez, al igual que la pregunta sobre cuán larga es mi polla. Eso fue justo antes de la
batalla". Quería desconcertarla para cambiar sus emociones. El agotamiento era un
sentimiento con el que podía lidiar.
Adan se fue con el bonito color rojo que tanto le gustaba. Significaba que la había
avergonzado y que había logrado su objetivo.
"En realidad no te pregunté eso" Se avergonzó mientras decía esto, lo que le hizo gemir
antes de recuperar el control.
"Sonó como algo así como, ¿tu polla es siempre tan grande dentro o fuera del modo batalla,
o se encoge?"
"Pero todo en ti crece en el modo de batalla. Te haces más alto, más ancho, tus dientes se
expanden. Tu pelo se vuelve loco"
"Mi pelo no asusta"
"Te pareces a Medusa drogada"
Blu movió su suave trasero de lado. Hablar de su polla y sus erecciones siempre le llevaba
a querer sexo. Ya era bastante difícil controlar sus impulsos cuando ella estaba cerca, pero
así de cerca le estaba matando. Peor aún, no había adónde ir para escapar por un tiempo
y no se podía hacer para aflojar su pito con Adan, como pedir la bebida fuerte que a él le
gustaba beber para mantener sus impulsos bajo control. Estaba atrapado con ella y con
una erección.
Malditos impulsos masculinos Zargonnii.
"¿Estás seguro de que esas criaturas no vendrán aquí?" Preguntó Adan y miró por encima
del borde.
"No, no estoy seguro"
Joder, ¿por qué he dicho eso?
“Bien”
Blu sintió como ella se pegaba a él. "¿Qué estás haciendo?"
"Vas a tener que dormir encima de mí. Puedes protegerme mejor de esta manera, Sr.
Obligado por el Honor"
Blu se pasó una rápida mano por la cara. Habría problemas si se acostaba con ella. Un
Zargonnii macho que dominaba a una hembra era lo más. Dos semanas de evitar el sexo
con ella le habían llevado a beber hasta que pasó más tiempo flácido de lo que le gustaba
recordar. No sirvió de nada. Adan se movió hacia él y lo convenció de que la abrazara. Podía
oler su excitación. Su atracción hacia él emanaba de su ser, ella quería que él la tomara.
Se sentiría más segura si tuvieran sexo. La idea era descabellada, pero cierta.
"Me estás matando", gruñó.
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"Aguántate, florecilla".
Era suave y cálida cuando se abrazó más cerca. Adan no tenía miedo de él; sus emociones
estaban llenas de necesidad. Blu sabía que si le arrancaba la ropa, ella estaría encantada.
Se puso tenso cuando sus dedos acariciaron la piel de su pecho; era un hábito de ella. Sus
pálidos y pequeños dedos se veían muy pequeños y rosados junto a su llamativo pelaje
blanco. Gruñó cuando ella abrió las piernas buscando una posición más cómoda mientras
su polla presionaba contra ella. Su dureza sentía su calor.
Mierda.
"Buenas noches", dijo Adan. Se inclinó hacia arriba y besó su mejilla, sus labios eran más
suaves que cualquier material que Blu pudiera nombrar. Su movimiento hizo que su polla
presionara más duramente contra su calor.
Ella no tenía ni idea de que sus inocentes movimientos golpeaban cada nervio de su cuerpo.
Era lo mismo todas las noches; ella le deseaba, él lo sabía, pero ella se contentaba con su
cercanía, nada más. Los machos y hembras Zargonnii permanecían separados excepto en
Vacaciones por una razón. Un Zargonnii macho tenía un apetito sexual insaciable cuando
estaba rodeado de hembras. Ambos sexos Zargonnii disfrutaban de la batalla de las
Vacaciones. De los gruñidos y rugidos, de la lucha, de la fuerza que se necesitaba para
someter a su pareja.
Aquí estaba Adan, libre para ser tomada, dispuesta. Adorable de la manera más
exasperante. Ella tendría que someterse, él era el dominante. Un dominante raro que
empujaba sus feromonas a distancias locas. ¿Por qué demonios quería tanto un hijo? ¿Por
qué un hombre Zargonnii estaba tan desesperado por tener un hijo? Porque una niña que
se quedaba con un padre era algo inaudito hasta ahora. ¿Era un hijo lo que deseaba o era
una descendencia que podía tener? Durante dos semanas enteras la confusión gobernó su
vida. Blu gimió y se golpeó la cabeza contra el suelo repetidamente.
"Que me jodan", gruñó. "Que me jodan".
"Me encantaría. Si sigues golpeándote la cabeza, te revolverás los sesos. Algo me dice que
ser estúpido por aquí no es algo bueno".
"Estás disfrutando con esto"
"Puede ser", era su turno de gruñir.
"Adan, no eres tú..."
"No termines esa frase si quieres que tu paquete sobreviva a la noche".
"Me temo que tu idea de golpearme sería considerada un juego previo en mi mundo"
"¿En serio? ¿Es un reto o una invitación?"
Mierda.
"Adan, no"
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Ella le mordió el brazo con sus perfectos y romos dientes blancos. Un bebé Zargonnii podría
morder más fuerte. Le clavó sus largas uñas en el pecho, separando el pelo en filas durante
segundos mientras se concentraba en lo brusca que debería ser. Sus acciones eran lindas,
ella se esforzaba mucho y él se excitaba de una manera divertida. Sin duda ella vio su
sonrisa y sus labios hicieron una fina línea al decidir un nuevo curso de acción. Una
pequeña mano se metió en sus pantalones y Blu supo que estaba condenado; ninguna
hembra Zargonnii había hecho eso.
Los músculos de Blu se tensaron a medida que cada dedo quemaba donde ella tocaba. Su
mano recorrió su longitud desde la punta hasta la base. Sabía que debía detenerla, pero no
podía, no quería, y no lo haría. Cuando ella le apretó la verga, él le cogió de la camisa, la
que ella había hecho con el material que él le había dado, la camisa que él consideraba
molesta, larga y poco reveladora. La miró con una oscura expresión, haciéndola jadear
mientras ella liberaba lentamente su polla y retiraba su mano. Le quitó la camisa por
encima de la cabeza y llevándose el chaleco con ella. Colocándole las muñecas por encima
de la cabeza, Blu miró sus pechos femeninos. Dos pequeños, perfectos y redondos objetos
de deseo. Las hembras Zargonnii sólo tenían senos cuando amamantaban, nunca cuando
estaban de Vacaciones. Blu quería probar esos pechos. Ella arqueó la espalda de tal manera
que le ofreció una invitación. Todo lo que tenía que hacer era aceptar.
"Me provocas para que no tenga un hijo", sus palabras fueron extraídas de sus labios.
Adan parecía destrozada, su espalda se acomodó para descansar en el suelo. "No tienes que
aparearte conmigo o cuidarme. Has sido perfectamente claro y sabes que aún te deseo, pase
lo que pase. ¿Por qué siempre se reduce a eso? ¿Por qué no puedes simplemente desearme?"
"Si llevas mi semilla que hace a mi hijo, estaremos apareados. Me necesitarás en mi planeta.
No eres como una mujer Zargonnii. Respeto eso. Estaríamos vinculados hasta el final"
"¿Por qué es tan diferente? Dices que quieres un hijo varón, lo que significa que debes tener
sexo con una mujer Zargonnii. ¿Por qué no os apareáis con esa hembra si concibe? Es
demasiado discutible y conflictivo. Sé que no estás mintiendo, pero ¿por qué las mujeres
humanas son diferentes de las mujeres Zargonnii para ti?"
"Una mujer Zargonnii sólo quiere al niño, no al guerrero. Se entiende que el sentimiento es
recíproco. Ellas, nosotros, no tenemos intención de tener una relación. Para nuestras
hembras es ridículo. Tanto para los hombres como para las mujeres, Vacaciones y
separación. Ha sido así durante miles de años. Cada pareja espera tener un hijo en sus
hogares separados. Una Zargonnii hembra no necesita la protección de un macho; si lo
intentara, ella misma le mataría. Necesitas protección; serías demasiado vulnerable para
criar sola a una niña en mi planeta.
"Percibo tus sentimientos por mí. Me siento halagado y confundido y no estoy desinteresado.
No te daré información falsa. Nunca te mentiré. Sí, eres así de importante.
"Me darías una hija, Finn ha descubierto que sólo la descendencia femenina resultará entre
humano y Zargonnii. Hay algo que le falta a un Zargonnii macho, o que produce demasiado,
para que una hembra humana pueda concebir un Zargonnii macho. Mi hija necesita mi
protección, al igual que tú. Debo aparearme contigo si te embarazas, ambas estaríais bajo
mi protección para siempre. No puedo simplemente alejarme de ti. Yo no lo haría. No puedo
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empezar a explicar lo desesperadamente que te quiero que ti y a una niña mía, sí, es verdad,
pero por favor entiende que nuestra costumbre es tener un hijo varón para formar una
familia. Ha sido así durante siglos. Hombres con hombres, mujeres con mujeres. Es todo lo
que he conocido. Estar contigo es muy confuso".
Adan se quedó callada. Blu sabía cómo sonaba. Quería que ella esperara a que él tuviera
un hijo varón, y luego se aparearía con ella. Parecía algo estúpido incluso para él. Blu se
sentía como un bicho. Él no querría embarazarla a pesar de todo en este planeta, entonces
estaría protegiendo una vida adicional, una vida femenina que sería tan inocente como la
de Adan.
"Lo siento, Adan. Sueno cruel. No quiero serlo. Has sido sincera conmigo y mereces lo
mismo. He tenido un cierto sueño durante mucho tiempo. Por favor, no me odies".
"No te odio por querer un hijo" Su tono era tranquilo, y él sabía que ella decía la verdad y
desde su corazón. "Nunca has sido cruel. No puedo evitar lo que siento por ti. Nuestras
costumbres son diferentes y las mismas, algunos hombres sólo quieren un hijo y otros una
hija. En la Tierra, si un hombre deja embarazada a una mujer, no siempre se queda con
ella, aunque se casen. Algunos no están tan atados al honor como los Zargonnii. Me parece
admirable que estés siendo sincero, y me encanta el hecho de que quieras tener hijos y que
el honor esté ligado a ellos, sean hombres o mujeres. A veces un hombre en la Tierra ni
siquiera quiere al niño que ayuda a crear, sea niño o niña".
Blu estaba horrorizado. "¿Cómo puede ser eso? Un macho debe saber que cuando entra en
una hembra puede crear un niño. Cuando los Zargonnii están en Vacaciones es por una
razón, la concepción. ¿Los hombres de la Tierra no entienden el concepto? Estoy
confundido"
"Espera. ¿Es eso lo que te molesta? ¿Quieres decir que si entras dentro de mí crees que de
repente nos hemos apareado porque puede haber un niño y necesitas protegernos?".
"Sí. El Zargonnii se aparea para tener hijos. Sólo nos apareamos para tener hijos. Una
hembra Zargonnii no querrá estar conmigo, pero tú y nuestro bebé me necesitaréis para
siempre. Es nuestra semilla masculina la que una hembra codicia"
Ella sonrió. "Bueno, entonces no entres dentro de mí."
Blu estaba perplejo. "¿Qué?"
"Te deseo a ti, Blu. Sé que me deseas. Me dijiste tus deseos; no estoy bajo ningún delirio.
No te quitaré tus sueños; si quieres un hijo, entonces deberías tener uno. Podemos tener
sexo. Podemos estar cerca. Todo lo que tienes que hacer es dejar salir tu carga fuera de mí.
Sin apareamiento, sin hijos, sin compromiso. No soy una perra. Lo entiendo. Yo también
tengo sueños".
Blu parpadeó con fuerza. Nunca había oído hablar de tener sexo con una hembra y de
liberar a propósito su semilla en otro lugar. De vez en cuando se había atendido en la ducha.
Pero tener una hembra debajo de él y tener sexo sin otro propósito que el de la satisfacción...
¿era posible? El olor de Adan a deseo era alto. No era una mentirosa. Nunca lo había sido.
Su resolución se desmoronó en gran parte, nunca había deseado una hembra como lo hacía
con ella. Unas Vacaciones no podrían llevar a más, ya había experimentado unas antes. La
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batalla, que nunca llegaría, era irrelevante. Una vez que los sentimientos de Adan tuvieran
una liberación, las cosas se calmarían.
"Eres la mujer más extraña", dijo Blu.
"Por favor, dime que eso es un sí. Te deseo"
"Que me jodan, eso es un sí".

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Capítulo 3
Adan podría haberse reído de la expresión de Blu. Su inocencia era muy tierna. Ella había
tenido conocimiento de hombres que decían que querían tener relaciones sexuales, pero si
se quedaba embarazada, estaba sola. Blu le decía que quería un hijo, pero no la engañaba
para conseguir lo que quería. Adan le amaba. Pensaba que le amaba desde el momento en
que le vio en el iglú de la Tierra. La había mantenido a salvo desde entonces. No pudo evitar
amarlo.
Su mano acarició su enorme erección mientras él se quitaba los pantalones. Cuando
llegaran a su planeta, ella tendría que dejarlo ir. Le dolía, pero en su corazón sentía que un
padre siempre debía poner a sus hijos en primer lugar y que cada especie debía seguir un
sueño. Si no fuera por Blu, Adan estaría muerta, no tendría sueños. Ella tenía uno ahora
mismo. Ahora mismo él era todo de ella, cada centímetro de él y había mucho. Blu estaba
temblando.
"¿Estás bien?" Preguntó Adan.
"Sólo he tenido una hembra. Fue en las últimas Vacaciones. Ella era dominante y joven, yo
también era el primero, y ambos estábamos bien emparejados y casi demasiado exhaustos
para unirnos después de nuestra batalla. Estuvimos a punto de hacernos daño
mutuamente".
"Ya no hay batalla, Blu"
"Lo sé. Es muy raro. Cada parte de mí exige que te domine, cada parte de mí sabe que puedo
y que tengo que hacerlo, y que debo tener cuidado. No necesito pelear contigo. El sexo con
una hembra humana es sobrecogedor. Quisiera bramar mi frustración"
"Así que bramar"
"Te asustaré"
Adan resopló. "Como si pudieras"
La sensación de su polla dura era perfecta en su mano mientras ella se quitaba los
pantalones cortos. Una vez libre de todas las cargas, Adán levantó sus esbeltas piernas para
envolver su cintura. Él permaneció inmóvil sobre ella, aturdido.
"Para tener sexo realmente necesitas insertar tu polla dentro de mí", dijo ella, luego guiñó
un ojo y susurró: "Confía en mí, se siente mejor así".
En vez de eso, Blu se puso de rodillas, cogiéndole los muslos y ella chilló cuando su espalda
fue arrastrada por el suelo. Durante un largo momento, simplemente la miró fijamente.
Sintió que el rubor le subía por el cuello y le bañaba la cara. Parecía encontrarla fascinante.
Se movió y Blu bajó el culo al suelo. Aún con sus manos temblando, se dirigió de los muslos
a los pechos de ella. Sus manos ahuecaron cada pecho; sus dedos dieron un apretón
cauteloso, cuando ella no protestó, los frotó más fuerte hasta que ella gimió. Se detuvo.
"No me haces daño, Blu. ¿Tus hembras no hacen ruido cuando estás de Vacaciones?"
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"Gruñen y refunfuñan y gritan y rugen. Y luchamos mucho, y rodamos por el suelo".

"Qué curioso. Suena a batalla campal"
Luego, Blu bajó las manos hasta las caderas de ella, y las puso debajo de su trasero hasta
que ella gritó. Él gruñó desde lo profundo de su garganta y alivió la presión. Sus uñas eran
negras y afiladas, de dos pulgadas de largo, y ella se estremeció cuando él siguió el rastro
de su montículo.
"Un movimiento en falso y tu tierna carne quedaría hecha jirones", dijo Blu. Sonaba
estrangulado como si luchara por respirar.
"Evitemos cualquier movimiento en falso, ¿de acuerdo?"
"Una hembra Zargonnii me mataría si lo intentara, aunque yo fuera el dominante"
"Suena como mi idea de unas malas Vacaciones"
Adán pudo ver que quería tocar más, pero se frustró con sus garras. Dobló los dedos y tocó
su calor con los nudillos tocaron. Adan se abstuvo de sonreírle, se esforzaba mucho por ser
gentil pero nunca había estado con una hembra humana, nunca había estado con ninguna
hembra con la que tuviera que ser tan cauteloso. Blu le cogió la mano y con las uñas de
sus garras las apretó contra la pared de la caverna arrastrándolas hacia abajo. Las garras
cortaron fácilmente la roca mientras él continuaba moviendo un nudillo hacia las
profundidades de ella. La pared pronto fue desmenuzada. Adan pudo ver que él estaba
observando su expresión. Se dio cuenta de que intentaba mantener sus emociones en
calma.
"Blu, estaré bien. Respira hondo".
En vez de eso, echó la cabeza hacia atrás y rugió haciendo que se le pusieran los pelos de
punta. Se le puso la piel de gallina en los brazos. Cuando retiró el nudillo y lo lanzó hacia
delante empalándola, Adán gritó. No pudo evitarlo. Habían pasado años desde su último
encuentro sexual, y ella esperaba más juegos previos. Impresionante no empezaba a
describir su polla. Blu mantuvo su peso alejado de ella, pero dejó caer sus manos hacia
abajo a cada lado de su cabeza, levantando polvo hacia arriba en forma de espiral. Sus uñas
se clavaron en el suelo junto a ella, destrozando la tierra y la roca en minúsculos pedazos.
No podía luchar contra ella, así que luchó contra su entorno mientras la tomaba.
Su fuerza era impresionante. El poder que irradiaba dentro de él hacía que cada músculo
se contrajera bajo las manos de ella. Sus caderas la inmovilizaban, el suelo estaba frío y
duro y ahora parecía un lío tosco que un motocultor rabioso hubiera dejado tras de sí. Blu
aullaba y bramaba, el sonido rebotando en las paredes.
Blu la estiró por dentro hasta el límite. Él volvió el rostro hacia el estanque y pronto el agua
comenzó a burbujear y hervir. Las piernas de Adan están cansadas por sus golpes de
martillo. Ella gimió y luego lloriqueó. Cuando Blu la miró fijamente, sus fieros ojos estaban
bajo control. La presionó más fuerte debajo de él.
“Blu”, advirtió ella cuando él se separó, la levantó por debajo de sus brazos, exponiendo su
vulnerable pecho, y su cabeza se sumergió entre sus pechos.
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"No te provocaré con mi boca y mi lengua de la forma en que te provoqué con mis dedos"
Blu respiró hondo. Ella sintió el cambio en él cuando se deshizo del modo batalla. Adan se
sorprendió de su control y se maravilló de lo mucho que quería succionarla. Sus dientes no
eran menos afilados, sino más pequeños y menos depredadores. Los labios húmedos y
calientes atrajeron su capullo hacia la boca de él. Tuvo cuidado de no rozar sus dientes
sobre la tierna carne de ella. Su lengua lamió con fuerza alrededor de su piel haciendo que
arqueara su espalda más alto para darle más. Su pezón se endureció hasta convertirse en
un guijarro. Su mano soltó un brazo y amasó el otro pecho de ella, despojado de sus afiladas
uñas.
Blu la soltó y puso sus manos a cada lado de ella mientras le lamía el pecho, los hombros,
el cuello y la oreja. Adan estaba lista cuando se zambulló en ella de nuevo. La fuerza no era
menor y ella gritó. Sus entrañas lo aceptaron más profundamente; ella se aferró a su pecho
peludo gimiendo hasta que dio un grito ahogado. Blu gruñó, su aliento se agitó haciendo
que sus pulmones se expandieran mientras se ponía en modo de batalla otra vez. La fuerza
bruta la bañó en una ola de orgasmo y sus gritos se hicieron más fuertes. Blu rugió con un
grito de victoria.
Adan sabía que él estaba listo. "Blu no te corras dentro de mí", susurró ella.
"Sólo tú importas ahora mismo. Siento tu humedad, te entregaste a mí"
Adan cerró los ojos deseando que fuera verdad, que sólo ella importaba y que quizás lo
fuera ahora, pero no lo sería. Ella no lo retendría así.
"Blu, no puedo concebir en este lugar. No me obligues".
Su forma de no andar con rodeos le hizo asentir con la cabeza. Otro rugido surgió de él
mientras salía del calor de ella. Se desplomó por encima de ella, sus rodillas y codos
aguantando su peso. Se deshizo del modo batalla. Adan sintió el poder del torrente de su
eyaculación, la fuerza la sorprendió marcando su vientre hasta que el flujo cesó, la tibia
humedad cubrió su vientre. Ella acarició su largo pelo blanco, jugando con los gruesos
mechones.
"Siento pérdida y satisfacción al mismo tiempo", dijo Blu, su tono era tranquilo.
Siento amor, pensó Adan.
"No me arrepiento de nada. De nada, Blu".
Blu se movió para girarla en sus brazos acunándola de lado. "Te habría apareado"
"Lo sé. No quiero que lo hagas. No quiero que me guardes rencor".
"No te merezco"
"Probablemente no. Pero te quedas conmigo hasta que salgamos de este planeta".
"Te deseo de nuevo".
"Bien".
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Adan enterró su cara en su pecho. Ella sintió más que oyó su risa. Su cuerpo volvió al modo
batalla y ella se alegró. Era poderoso, brutal y frágil. Ella le protegería de sí mismo. Adan
nunca había sentido un dolor tan fuerte en su corazón. Vencida por su amor hacia él, ella
luchó por salir de sus brazos y se dirigió al agua para recobrar la compostura.
"Espera", gritó Blu y saltó para detenerla. Movió las yemas de los dedos sobre la parte
superior de la piscina. "Podría haber hervido algo accidentalmente. No, está un poco
caliente, pero bien".
Adan le lavó el vientre con agua muy tibia. Le dio un nuevo significado a la idea de que
mirar podía matar - la suya podía hacerlo. Adan, desnuda y más limpia, caminó hacia él
mientras él se acomodaba contra la pared.

Blu vio cómo se acercaba Adan. No era cautelosa ni vacilante. Ella acudió a él libremente,
abiertamente, deseándole. Adan no tenía ni idea de lo que eso significaba para él. Ninguna
mujer Zargonnii acudía a un hombre por su propia voluntad. Y rara vez se dominaba a una
mujer. Adan tampoco había sido exactamente dominada. Ella acudió a él por su propia
voluntad, él no la había dominado; ella confiaba en él. La idea le hizo gemir.
Cuando ella se acomodó en sus brazos había mucho deseo emanando de ella. Había un
cierto olor que no podía entender. Era tan fuerte que le hizo envolver sus brazos alrededor
de ella, abrazándola fuertemente, sin querer soltarla nunca. Blu lo dijo en serio cuando dijo
que ese momento antes de derramar su semilla le pertenecía a ella. Cada momento le
pertenecía a ella. Durante toda su vida adulta, tener un hijo significó mucho para él. La
alegría que su joven sobrino trajo a su mundo solitario fue significativa. La inocencia del
niño y cada nuevo logro hizo que no sólo su padre se sintiera orgulloso.
Pasando su mano por el sedoso pelo rojo de Adan, pensando que si volvían a su planeta
tendría que entregarla. No podía esperar que ella lo esperara mientras él salía en cada
Vacaciones. Su amigo Finn le habló no hace mucho tiempo de la agonizante espera, de la
pregunta de si era padre después de haberse unido a una mujer. La anticipación, la tristeza
con el paso del tiempo y el darse cuenta de que él no era el afortunado que iba a sostener
al codiciado niño. Si la hembra no hubiera concebido un macho, habría otra espera de dos
años antes de las siguientes Vacaciones - la espera después de eso se repetiría, entonces
posiblemente de nuevo, tal y como Finn había experimentado, así como muchos hombres
experimentaron. Algunos guerreros nunca recibieron a un niño varón y murieron sin hacer
un hogar para ellos mismos. Antes en la vida de Blu, la espera parecía merecer la pena.
Ahora sólo se añadía a su sufrimiento.
La vida venía hacia él más rápido ahora con su propia hembra literalmente en sus manos.
Un niño varón significaba una familia. Con Adan nunca tendría que esperar, vería a su hija
crecer dentro de ella. Un bebé compartido, otra novedad. Había visto cómo se expandía el
vientre de la compañera de su hermano, sentía las patadas de la joven hembra en su
interior. Aunque su sobrina, Luna, era sólo un bebé, Blu no estaba menos orgulloso de ella
que de Draven.
Estar con una hembra humana era mucho mejor que una hembra Zargonnii en diferentes
formas. Adan podía comunicarse con él, ella quería hacerlo, a veces en exceso, pero aún así
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él estaba contento de tenerla cerca. Ella se contentaba con pasar las noches acurrucada en
sus brazos. Cuando Blu Vacacionaba, no dormía en dos semanas. Hubiera sido demasiado
peligroso.
"Te ves muy intenso. ¿En qué estás pensando?" Preguntó Adan.
Blu quería decirle que había cambiado de opinión, pero que ahora no era el momento. Sabía
que ella se sentiría culpable por haberle hecho cambiar de opinión, tal vez incluso escéptica,
y no la culparía. Un hijo hubiera sido maravilloso, pero Blu podría tener una hija a la que
no tendría que renunciar. Adán y él podían hacer un hogar; sólo necesitaba reevaluar sus
valores largamente aprendidos. Con una hembra humana, la vida sería muy distinta a la
normal, en el buen sentido de la palabra. A pesar de sus sentimientos, no podía arriesgarse
a que Adan quedara embarazada. Finn era el sanador Zargonnii y había estado haciendo
una gran cantidad de investigaciones sobre hembras humanas. Los guerreros Zargonnii
eran increíblemente viriles. Tuvieron que serlo porque las Vacaciones eran muy cortas y el
tiempo entre las concepciones largo, cada apareamiento contaba. No había duda en su
mente de que si él y Adan intentaban concebir, lo harían.
“Estoy pensando que eres preciosa” dijo Blu.
“Hmmm, me pregunto por qué. Quizás porque estoy desnuda en tus brazos y acabamos de
tener sexo”
“Zane no lo llama sexo o unas Vacaciones con su compañera Bay”
“Si ella está emparejada con él, supongo que ella preferiría el término ‘hacer el amor’”
“¿Podemos hacer el amor? ¿Cómo haces el amor?”
“No es un proyecto científico. Es una creación de sentimientos”
“Tú me haces sentir toda clase de cosas”
Blu luchó para deshacerse su modo de batalla. Siempre en un extraño planeta, se les decía
a los guerreros Zargonnii que permanecieran en modo batalla. Adan era demasiado
tentadora; quería tocarla por todas partes pero no podía arriesgarse a cortarla por
accidente. La transformación fue dura en territorio hostil, pero se las arregló. Mirando a su
alrededor los cuerpos flotantes de criaturas acuáticas fritas, supuso que no corrían mucho
peligro en este mismo instante. Los dedos cuidadosos trazaron su piel suave y sedosa desde
el hombro hasta la cintura. Se mostraban costillas delicadas que le recordaron su precaria
situación en la Tierra. Pensó que ella había engordado un poco mientras estaba bajo su
cuidado.
La primera vez que Blu puso sus ojos en Adan, ella le necesitó. Arrodillada suplicando por
un poco de la comida cocinada que él y Finn habían cazado. Era muchas veces más grande
que ella y sin miedo ella se le acercó y él la persuadió para que se pusiera a su lado. Había
habido seis mujeres en total. Finn eligió a Bethany en cuanto la vio y ella le atacó. La
hembra Bethany hacía reír a Blu, a él le parecía extraña, aunque bella. Adan no era rara,
ruidosa, sí, pero no extraña. Sus emociones no estaban en todas partes como las de
Bethany. Todo lo que Adan quería era que Blu se fijara en ella. ¿Cómo podría no hacerlo?
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“¿Vamos a quedarnos aquí hasta que Titus llegue por nosotros? Si llega. La nave espacial
estaba destrozada”
Adan tenía razón. La nave quedó aniquilada; Blu no tenía pistas de quién había sobrevivido
y dónde estaban.
"Los Braxians tienen un recinto cerrado en el que los asesinos no pueden entrar. Si vamos
allí, se nos podría conceder la entrada".
"¿Cómo son?"
"Los supervisores de Brax son seres duros en un sentido emocional. Tienen que serlo. Saben
que cuando sus asesinos son elegidos para un trabajo no hay otra opción. La muerte vendrá
después" Blu esperaba que los asesinos lo dejaran a él y a Adan en paz; no eran una tarea
o un objetivo.
Adan puso su cabeza contra su pecho. Él sintió su estremecimiento, sintió su miedo, pero
ella no dijo nada que indicara que tenía miedo, nunca lo hacía.
"Te protegeré", dijo Blu.
"Lo sé y yo te protegeré a ti"
Blu cambió de opinión, su hembra era extraña. "¿Y cómo lo lograrás?"
Ella le sonrió. "Te daré algo por lo que merezca la pena luchar"
Su pequeño trasero se movió sobre su verga y Blu se perdió. El modo de batalla se disparó
y ella jadeó cuando él le dio la vuelta y se posó sobre ella.
"Blu, hay otras formas de hacer el amor"
¿En serio? Eso era nuevo para él.
"¿Qué otras formas?"
"Date la vuelta, gran bestia".
Blu se puso de espaldas y se sorprendió cuando Adan le deslizó la pierna por encima de la
cintura. Su verga se tensó y se volvió más dura hasta que gimió. Adan balanceó sus caderas
de un lado a otro, con sus manos abiertas sobre su pecho. Blu no pudo soportarlo más, la
levantó y la empaló. Ella jadeó, pero sonrió.
"Ahí vas, grandullón".
Estaba bromeando con él. Era una posición interesante. Una mujer Zargonnii tendría sus
brazos y piernas inmovilizados mientras ella tomaba su placer. Blu tenía el control total y
adoraba cada segundo.
Ah, lo entiendo, hacer el amor es amar de la forma en que haces el amor.
Blu presionó sus dedos contra la carne de ella, evitando que sus uñas la cortasen. Actuó
para levantar su redondeado trasero. Tiró de ella hacia abajo con calma. Ella no iba a
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ninguna parte; él no tenía que luchar continuamente por el dominio. Blu no estaba
completamente seguro de que estuviera al mando, pero eso no importaba.
“¿Blu?”
Él gruñó.
"Hazme el amor como nunca más lo harás"
La mirada de ella era pensativa. Él olió su miedo. Ella estaba en él tanto como él estaba en
ella. Tiernamente los hizo rodar. Cada centímetro de él encontró su objetivo. Su cuerpo se
curvó sobre ella hasta que cada gramo de ella le tocaba. Era demasiado pesado y la oyó
gemir, pero ella no le pidió que se detuviera ni que se moviera. El extraño olor ya no era tan
extraño. Él la amaba. Blu era capaz de amar, pero esto era diferente a todo lo que había
experimentado. Ella había estado esculpiendo sus emociones desde que la conoció.
Blu sabía que ella le quería y esperaba que el extraño aroma que él sentía saliendo de ella
fuera amor. Tendría que ser precavido. Sería mortal dejar que sus emociones le hicieran
tomar una decisión precipitada. Zane dijo que a veces no podía mantener la cordura cuando
Bay estaba cerca, Blu entendía por qué.
Los diminutos sonidos de Adan crecieron con intensidad hasta que sintió de nuevo su cálida
humedad. No tenía ni idea de lo que se necesitaba para hacer una liberación a las hembras
Zargonnii. Adan parecía disfrutar dándosela toda a él. El intercambio de fluidos era
emocional para un Zargonnii. Era un regalo. Normalmente sólo los varones compartían su
don. Tan pronto como estuvieran fuera del planeta y en casa, Blu le daría su don y ella
entendería por qué su compromiso con ella significaba tanto.

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Capítulo 4
El planeta era igual de espeluznante durante el día. Adan se aferró a la mano de Blu
mientras deambulaban a través de un follaje sin brillo. Había pájaros interesantes que,
según Blu le explicó, los habitantes dejaban vivir. Un pájaro redondo, de largas patas, de
color rojo sangre, grande y pomposo, con ojos morados y sin brillo, observaba cómo se
acercaban. Adan se estremeció cuando su pico se abrió y una lengua bífida se movió para
agarrar una serpiente negra de seis pulgadas de largo con patas de ciempiés.
Un gran zumbido captó su atención y cuando Adan miró hacia el cielo, se agachó detrás de
Blu. Las arañas avispas voladoras de ocho pulgadas de altura les rodeaban. Adan había
pasado cinco años en la nieve helada cuando la Tierra se desmoronó, no estaba
acostumbrada a los bichos, especialmente a dos de los peores bichos que podía imaginar
que se habían convertido en el mismo ser. Grandes alas aleteaban mientras el aguijón en
el culo de la criatura de ocho patas y ocho ojos trataba de picar a Blu. Lo aplastó con una
mano. Adan hizo una mueca de dolor mientras se sacudió el destrozo de su mano y el bicho
aplastado se estrelló contra el suelo. El enjambre se fue volando.
"No puedo imaginar el tamaño del EpiPen1 que necesitarías aquí", susurró Adan.
Blu la cogió de los pies y saltó. La amplia mirada de Adan voló sobre su hombro. Un solo
ojo apareció en el suelo, parpadeó y luego se cerró. La imagen de la criatura estrujada
siendo devorada viva cuando aterrizó por primera vez le vino a la mente.
"Siento una crisis nerviosa acercándose", murmuró Adan.
“No toques nada a menos que yo te lo diga, y no comas nada a menos que te lo dé yo” le
advirtió Blu.
"¿Tú crees?"
Adan se agarrotó en los brazos de Blu. Detrás de los árboles cortos y verdes cazador, una
bola de pelo largo se elevaba y caía al estilo de las orugas. Tenía dos metros de altura y al
menos dos metros de largo. Ella captó imágenes fugaces mientras se abría camino a través
de la selva.
El bicho más grande de la historia.
Blu la puso de pie. Los gases verdes estaban en lo alto del cielo, girando entre los rayos del
sol entre las nubes. El aire era terroso, con un sabor extraño que llenaba sus fosas nasales
y se asentaba en su lengua. Las bolas de naftalina eran más agradables. El día era más
brillante que el anterior y más cálido. No húmedo ni sofocante, pero Adan se sentía cómoda
con su ropa corta de camiseta improvisada con su chaleco de piel. El chaleco era útil, desde
sus días en el iglú, y se había negado a deshacerse de él. También llevaba unos pantalones
cortos negros muy ajustados. El material era el mismo que el que llevaba Blu, sólo que más
pequeño para que le quedara bien, y Blu nunca se ponía camisa. Su replicadora le había
ofrecido el material y Adan trabajó diligentemente para hacer cambios hasta que ella quedó
1 Epinefrina auto inyectable para alergias.
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satisfecha, devolviendo la ropa al replicador con instrucciones. En sus pies llevaba

mocasines que un replicador le había hecho en la nave. Habían sido fabricados según el
diseño que ella llevaba originalmente cuando abordó por primera vez la nave Zargonnii, sólo
que más ligero.
Al igual que la ropa de Blu, la de Adan era a prueba de fuego y prácticamente indestructible
-salvo Adan y su chaleco. Cada cambio en el paño tenía que ser recargado en el replicador
con instrucciones sobre qué hacer más corto o más largo o más ancho o más estrecho. El
replicador se utilizaba para abrigar guerreros, no para hembras más pequeñas. Blu se quejó
de que podría provocar un cortocircuito en el dispositivo. La camisa le llegaba por debajo
del culo, los pantalones cortos le llegaban a las rodillas. Blu indicó que las hembras
Zargonnii se desnudaban durante las Vacaciones. Una hembra vestida era una visión
extraña para un guerrero. Adan le dijo en la nave que, de exhibirse, nada. Los guerreros
tendrían que acostumbrarse a ella y a su ropa.
Su barriga retumbó recordándole a Adan que había pasado un tiempo desde que había
comido algo sustancial. Cuando el Gorgano atacó, ella y Blu estaban entrando al comedor.
Vio horrorizada cómo moría una mujer humana, simplemente cayendo al suelo sin ninguna
herida visible, y Betany luchó contra el Gorgano que luchaba con la mente. Blu le había
advertido a Adan sobre el Gorgano, criaturas que querían a todos los humanos muertos,
especialmente a las hembras. Una vez que estuvieron sometidas al Gorgano, tenían un
efecto extraño en los humanos. Por un momento en la nave Zargonnii, la criatura entró en
la mente de Adan pero Betany había sido más fuerte, desviando el dolor. De repente, Adan
sintió la agonía del Gorgano y el triunfo de Betany al matar a la criatura. Adan hablaba el
idioma de Blu con facilidad, mientras que antes luchaba a diario con los extraños gruñidos
y bramidos.
Blu se detuvo ante un árbol ancho, numerosos objetos multicolores crecieron dentro de las
ramas en forma de paraguas. Blu cogió algo de color naranja y dio un pequeño mordisco.
Una pequeña pelusa de pelo en movimiento en una rama acercaba a Adan, dejando el lado
de Blu. Una pequeña criatura peluda y dorada menor al tamaño de una ardilla la miraba
con unos adorables ojos rosas. Orejas pequeñas y redondeadas que se inclinan para
saludarla. Una pequeña nariz negra arrugada. La pequeña boca sacó una lengua roja de la
forma más linda. En cuestión de segundos, Adan se enamoró del factor "oooohhhhh".
"Hola. Dios mío, te pareces a Gizmo, pero eres muy pequeño".
Adan nunca había visto nada tan adorable. Pasó el dorso de su mano por su suave y sedosa
espalda peluda y sonrió cuando la criatura ronroneó. Su dedo meñique le hizo cosquillas
bajo la barbilla y Adan sonrió alegremente cuando parpadeó como si le hicieran cosquillas,
estirando su cuello por más. Adán extendió su mano y el pequeño ser se posó en su palma.
Blu se le acercó y le extendió el globo naranja.
"Te dije que no te alejaras. Incluso unos pocos pies puede ser peligrosos así que mantente
cerca. Aquí, esto es comestible, de hecho todas estas frutas son comestibles", dijo Blu.
Adan miró al árbol. Era bonito y lleno de maravillas. "Pero hay tantas, y de todas las
variedades. Todo es de diferentes colores".
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"Sí y se están formando otros brotes; debe producir diferentes frutas y verduras durante
todo el año"
"Increíble".
"¿Qué tienes en la mano?"
Adán levantó a la criatura dorada. "¿No es esto lo más dulce? Tan pequeño e indefenso y
adorable"
"Devuélvelo a su sitio"
"Ooooh, Blu", levantó una de las patas de la criatura e hizo un movimiento para darle. "Grr,
soy tan espeluznante que me como a los guerreros de Zargonnii para desayunar", dijo con
voz tonta.
"Adan".
Adán mordió la fruta; era dulce y húmeda y se derritió en su boca. Ofreció un pequeño trozo
a la criatura.
"Aquí, baby. Es bueno"
"Adan, lo digo en serio"
El pequeño ser olfateó la comida y tomó algunos bocados. Se acomodó en su mano y se
durmió.
"Por favor, Blu, déjame quedármelo"
"Ya tengo bastante con mantenernos vivos a ti y a mí"
"Preciosa no será ningún problema."
"¿Preciosa?"
"Es su nombre. ¿No parece preciosa?"
"¿Esperas que un guerrero que patea traseros tenga un animal llamado Preciosa? De
ninguna manera. Me moriría de la vergüenza. Devuélvelo a su sitio".
"Pero"
"Devuélvelo". Blu señaló con fuerza hacia el árbol.
Adán frunció el ceño, la pequeña cosa estaba demasiado indefensa por sí sola; se giró y
apoyó su mano en la rama mientras escondía a la criatura tras la espalda hasta que Blu no
la miró. Empezaron a caminar; tanto Blu como Adan comieron algunas de las frutas. Adán
intentó abrir la fruta verde que Blu le había dado, pero era casi imposible, ella no le pidió
ayuda, la golpeó en una roca abriendo un pequeño agujero, un líquido verde brotando. Adán
lamió la sustancia e hizo un mal gesto; no era agradable y, tan repugnante como parecía,
lo dejó caer. Cuanto menos necesitara su ayuda, mejor. Uno de los problemas de Blu parecía
ser que ella estaba indefensa, tal vez si no lo estuviera, él no se preocuparía tanto. La fruta
anaranjada que ya había abierto era la mejor.
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Su mano se volvió pegajosa por la comida. Adan se preguntaba en qué poner a su pequeña
mascota; no podía sostenerla todo el tiempo. Blu finalmente se daría cuenta de su canturreo
y se preocupación por ella. ¿Qué daño haría conservarlo? Era inofensivo y el planeta era
horrible. Algo tan dulce no debería dejarse solo. Estaba despierta y mirándola de forma tan
preciosa que le derritió el corazón. Adan siempre había querido otra mascota. Había tenido
un perro de niña, pero no era realmente suyo; pertenecía a sus abuelos. Cuando la Tierra
murió, no era posible que pudiera mantener viva a una mascota.
A lo largo del camino, se perfilaba una vegetación diferente. Algunas hojas eran más suaves
que otras. Su mano pasó por encima de las puntas hasta que llegó a una planta que se
sentía suave como la seda. Decidió que podía forrar un bolsillo en su chaleco y dejar que el
baby durmiera. Ésta bostezaba cansada. Adán estaba a punto de poner al ser sobre una
pequeña hoja verde en su bolsillo cuando un sonido espantoso les gritó desde el arbusto.
Adan gritó, Precious gritó con una voz pequeñita. De repente, Blu estaba luchando contra
una criatura del infierno.
Una masa en movimiento de pieles negras y dientes amarillos atacó. Adan enrolló su cuerpo
alrededor de la dorada criatura intentando calmar sus lastimosos gritos. El pequeño ser no
podía ser consolado. El monstruo arañó a Blu que desvió los golpes. El largo pelo de la cara
de la criatura ondeó, dejando al descubierto sus brillantes ojos negros. La criatura estaba
erguida sobre sus patas traseras mientras luchaba. Era más alto que Adan, más delgado
que Blu. Enormes y redondeadas orejas flojas se levantaron y cayeron cuando Blu le golpeó
en la cara con su puño. Del follaje surgió otra amenaza. Adan se quedó boquiabierta de
horror cuando un horrible monstruo de dos metros y medio de altura, de color marrón y
cubierto de plumas puntiagudas de un pie de largo, se arrojó a la refriega.
Blu pronto estaba cubierto de plumas, la criatura negra retrocedió. Gemía lamentablemente
mientras tiraba de la única pluma de su pelaje. Adan no sabía qué hacer cuando la criatura
de plumas se enfrentó a Blu.
"¿Por qué atacas a esta pobre criatura?" exigió la criatura de plumas, su tono era gutural,
profundo y espeluznante. Adan se sorprendió de que hablara Zargonnii.
“Nos atacó primero” dijo Blu gruñendo profundamente en su pecho. Flexionó los músculos
y las plumas cayeron al suelo sin dejar marcas.
"Imposible. Estas criaturas son inofensivas".
"Um, discúlpame." Adan comenzó a levantarse del suelo. "Nos atacó primero"
El ser de plumas la midió y respiró hondo. Las plumas desaparecieron. El alienígena era
impresionante y salvajemente raro al mismo tiempo. No tenía pelo, parduzco hasta el punto
de decir que estaba bronceado no sería cierto, el color era diferente y terroso. Ojos verdes
claros parpadeaban tan extrañamente como el gas que había sobre la cabeza. Los tatuajes
cubrían su musculoso cuerpo sin hacer ningún dibujo o diseño real. Cuando señaló a Adán
con el dedo, ella vio unas manos enormes con el mismo gas espeluznante que cubría las
uñas.
"Una ladrona", escupió el ser.
"Yo no robé nada", gritó Adan.
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"No es de extrañar que la madre atacara. Le robaste su bebé".

Adan miró a la dulce criatura que tenía en sus manos. Pequeñas lágrimas caían por su fino
y suave rostro.
"¿Esa es la madre de esta linda cosita?" Adan estaba incrédula.
La criatura de plumas gruñó y avanzó a toda velocidad. Blu le agarró y lo arrojó tan lejos
que el ser se fue navegando mientras se convertía de nuevo en la criatura de plumas. Adan
parpadeó rápidamente. La fuerza que habría hecho falta para enviar a un monstruo tan
poderoso era fenomenal. Blu tomó al bebé dorado y se lo entregó a su madre. El bebé arrulló
y sonrió mientras su madre lo acariciaba con una pequeña nariz negra en medio de la cara
peluda y lo colocaba bajo sus pieles, escondiéndolo. Adan vio al menos a tres bebés más
mientras sacaban la cabeza de una bolsa del tamaño de un bolsillo en la piel. Blu agarró la
mano de Adan y la apartó.
"Te dije que no tocaras nada, y sé que te dije que lo devolvieras", gruñó Blu.
"¿Era la madre de esa linda cosita?"
"Aparentemente. Y ahora los malditos asesinos nos conocen".
"Tal vez debiste haberlo lanzado más lejos"
"Tal vez deberías haberme escuchado"
"¿Vas a ser mandón en tu planeta también?"
"Voy a conseguirte una mascota, y cuando te diga que te quedes quieta, se sentará sobre ti
porque será tres veces más grande que tú". Y seguro que no se llamará Preciosa. Te alejaste
de mí en el árbol. Ese asesino podría haber estado cerca. Se acabó el deambular"
Blu la arrastró detrás de él a buen ritmo hasta que Adan estuvo jadeando. El follaje era
sombrío y poco impresionante. Aburrido, el follaje era aburrido. En un momento dado, Blu
se escondió detrás de un tronco cubierto de musgo y Adan observó con asombro cómo
numerosas criaturas de diversas formas recogían fruta de otro árbol lleno de colorido.
"Feo, más feo, mucho más feo, y jodidamente feeeeeoo" susurró Adan mientras enumeraba
las criaturas.
Los labios de Blu se mantuvieron en una fina línea mientras él la animaba a permanecer
cerca del suelo mientras se alejaban. Debieron pasar horas. Blu estaba molesto con ella e
ignoró sus preguntas hasta que se quedó callada. La garganta de Adan estaba reseca;
estaba exhausta y necesitaba descansar. Blu estaba siendo irracional. Porque se había
quedado con la mascota; ella parecía que estaba sola y necesitaba ayuda. No era nada malo.
Finalmente, arrancó su mano de la de Blu y se tiró al suelo.
"Cinco minutos, ¿de acuerdo? Cinco malditos minutos". Adan jadeó.
Blu miró a su alrededor con aprensión. "No tenemos cinco minutos"
"¿Cuál es tu problema? No has dicho una palabra en horas"
"Creo que nos están siguiendo"
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La criatura de plumas cayó rápidamente al suelo entre donde Adan estaba sentada y Blu.
Sus plumas habían desaparecido, pero no parecía menos mortal.
"Este ser estaría muerto antes de que pudieras acercarte", advirtió la criatura a Blu cuando
él se movió para recuperar a Adan.
Blu dio un paso atrás. "Hablas zargonnii así que sabe qué clase de guerrero soy", amenazó
Blu. "Despiadado cuando está enojado".
"Tengo curiosidad", dijo el ser, se encogió de hombros y añadió, "y me aburro como la
mierda. No le haré daño si te quedas donde estás".
El alienígena levantó a Adan y la puso de pie, manteniendo una mano alrededor de la parte
superior de su brazo. Él la olfateó; ella le miró con indiferencia y le dio una bofetada. Su
mirada gaseosa parecía sorprendida. Más cerca, él parecía más grande pero Blu estaba
cerca; ella no tenía miedo pero su molestia crecía. Adan tenía calor y estaba sudada y
apestaba y aquí estaba esta criatura actuando como un perro oliendo un trasero. La olfateó
una y otra vez y Adan le dio una bofetada en la cara. Sus altos y fuertes pómulos le
lastimaron la mano, pero él no se inmutó y ella no dejó marca alguna.
"¿Eso es todo?", le dijo la criatura a Blu. "¿Esa es la extensión de su fuerza?"
Blu se veía incómodo. "Ella podría interrogarte hasta la muerte", refunfuñó.
"¿Qué eres?", le preguntó el ser suavemente a Adan.
Por un segundo, ella se asustó. Hablaba un idioma muy extraño. Era evidente que no
esperaba que ella respondiera. Estaba tan cerca que podía ver lo que creía que eran
tatuajes, no eran tatuajes, sino pequeños agujeros que cubrían su cuerpo, pequeños
pinchazos de alfiler. Olía como el planeta, terrenal e indómito. Era de músculo sólido y sólo
vestía una piel muy baja alrededor de sus caderas.
"Soy humano, Tarzán, ungawa", dijo en su idioma.
La criatura se sobresaltó y su mano se tensó. "Una espía".
"En serio, amigo, mírame. ¿Parezco una espía?"
Una sola pluma sobresalió de la criatura haciendo que Blu gruñera bruscamente. "Si la
matas, no sólo morirás, sino que los Zargonnii y los Castianos harán la guerra a los asesinos
que destruyen a las mujeres humanas indefensas"
"Palabras fuertes, Zargonnii"
"Palabras verdaderas".
La criatura soltó a Adan y dio un paso atrás. "Ya he luchado bastante. No tengo necesidad
de hacer la guerra contra los Zargonnii o contra los Castians. Me llamo Veikko. Soy el
asesino jefe. Vuestra perturbación ha sido sentida. Estoy evaluando vuestra amenaza"
"Nos dirigimos al campamento principal con sus supervisores. Ellos nos abrirán sus
puertas", dijo Blu.
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"No estés tan seguro. Mis asesinos se impacientan. Últimamente han habido pocos trabajos.
Parece que un ser llamado Gorgano está destruyendo muchos planetas".
"El Gorgano destruyó mi nave Zargonnii con la ayuda de unos Tonans renegados", dijo Blu.
Veikko dejó que Adan volviera al lado de Blu. "Los Tonans no tienen piedad. Luché contra
uno una vez. Luchamos durante horas en un planeta diferente hasta que el sol cayó, y
finalmente su escudo cayó y le maté. Mis plumas no parecen tener ningún efecto en ti,
Zargonnii". Levantó una ceja marrón oscuro en cuestión.
"Blu, y ella es Adan. Es mía y mataré a cualquiera que intente hacerle daño. Los Tonans
necesitan sol constante o su escudo se debilita. Dile a tus asesinos que nos dejen en paz y
nos iremos tan pronto como podamos", dijo Blu.
Veikko sonrió. "Tu pequeña hembra Adan es una novedad aquí. No tienes nada que temer
de los guerreros masculinos; al menos no la matarán. Nuestras hembras, por otro lado,
matarían a sus propios hijos si demuestran ser débiles".
"Eso es asqueroso", dijo Adan con rabia.
"Mejor que sus madres acaben con ellos de una manera misericordiosa que en el almuerzo
de alguien". Los niños son una rareza en este planeta. Sólo he visto dos. Si una hembra
permite que su hijo viva, lo esconde hasta que alcanza la edad de ser liberado de la prisión
en la que está recluido, aprendiendo a sobrevivir durante años de duro y a veces brutal
entrenamiento".
"Pero matar a tu propio hijo", dijo Adan y se estremeció. Ya odiaba a estos alienígenas.
"Si un niño no tiene manera de defenderse, será hecho trizas", dijo Veikko refunfuñando.
"Un padre lo defiende", le gritó Adan.
"¿Y cuando el padre muere?"
"Para entonces debería ser lo suficientemente mayor..."
"La edad no tiene nada que ver con la supervivencia en este planeta. Es habilidad. Mantener
vivo a un niño hasta la edad adulta es exigente. Si la madre es elegida para una tarea, debe
ir. Ella es una asesina en primer lugar" Veikko se convirtió de nuevo en una criatura de
plumas. Las plumas giraban por su cuerpo a intervalos, sus manos y luego sus brazos,
moviéndose y desapareciendo y reapareciendo. Adan estaba hipnotizada por sus ojos
brillantes. "Un toque de pluma y te quedarías paralizada. Si agarrara tu mano y soltara las
toxinas de mis uñas en ti, podrías sentir todo lo que te hicieran y no podrías moverte,
parpadear o gritar".
"No te tengo miedo" Adan levantó su barbilla.
"Entonces eres una estúpida. No todos los asesinos se parecen a mí. Algunos son tan
atemorizantes que harían temblar tu pequeño cuerpo; congelándote en el lugar en el que
morirías. Algunos pueden despegar la carne de tus huesos con una simple mirada. Otros
se mueven tan rápido que te cortarían en un millón de pedazos antes de caer al suelo".
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"Basta", gritó Blu. "Déjala en paz y déjanos pasar. Necesito encontrar refugio para pasar la
noche lejos de las toxinas gaseosas".
Adan miró al cielo, el gas había bajado tanto que si Blu intentaba alcanzarlo podía tocarlo.
Su mirada temerosa se dirigió a Blu; este monstruo se arrastraba en silencio. Las toxinas
quemaban. Antes, sus pequeñas respiraciones de esa sustancia la hicieron querer llorar.
Tenía que ser fuerte. Adan sabía que Blu se preocupaba por ella, pero un guerrero
necesitaba una hembra con fuerza. Como ella no era físicamente fuerte en comparación con
él, necesitaba tener una voluntad fuerte.
"Huelo tu miedo", le dijo Veikko.
¡Imbécil! Tanta fuerza, me pregunto si atándole dos barras enteras de desodorante debajo de
cada fosa nasal serviría de algo.
"No tengo miedo", repitió y enderezó sus hombros. "Estoy un poco, sólo un poquito,
preocupada"
"Sólo soy un poquito letal," contestó Veikko.
Él se estaba burlando de ella, pero ella no estaba a la altura del cebo. Blu no perdió tiempo
en abrazarla. Adan estaba agradecida; ella enterró su cara en su pecho peludo y se
concentró en pequeñas respiraciones.
"¿Realmente morirá este humano si se expone a las simples toxinas?" Preguntó Veikko.
"¿Te importa?" Blu dijo.
Adan sintió como se agarraba más fuerte a ella mientras empezaba a alejarse a zancadas.
Cuando ella miró hacia arriba, el gas estaba cayendo más cerca. La arena en un reloj de
arena era en lo que se había convertido su vida mientras estuviera en este planeta. La noche
era una asesina silenciosa.
"Sería misericordioso matar a la humana", dijo Veikko. Adan podía verlo siguiéndoles.
"No permitiré que muera". Las palabras de Blu fueron dichas en un tono tan duro que Adan
se relajó contra él.
"Pero es inútil, pequeña y asustada. Ella te retrasa"
"Ella es mía" Blu se detuvo y miró fijamente a Veikko. "No tienes compasión, no tienes
piedad, no tienes nada. Estás vivo sin vida. Estás muerto por dentro. Tu planeta es igual.
La nada engendra la nada. Ve a dormir con mierda, no necesita nada de ti. Mi hembra es
la vida; puede dar vida".
"Si ella concibiera aquí, me imagino que los Braxians la tomarían a ella y a su hijo y los
mantendrían a salvo. Es otra razón por la que nuestras hembras matan a los pequeños
débiles; los gobernantes los roban con compasión. Les gustan los débiles e inusuales", dijo
Veikko.
"¿Entonces por qué codiciar asesinos?" Blu dijo.
"Codician más el poder"
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"Deja de seguirme o ayúdame a encontrar refugio", exigió Blu. Reanudó su viaje.

"¿Esta humana realmente morirá?"
Adan se dio cuenta de que su incapacidad para procesar la información era difícil. No
parecía estúpido, sólo escéptico.
"Sí", Blu se enfureció. "¿Es eso lo que quieres oír? ¿Te gusta tanto la muerte de un
inocente?"
"No necesito una muerte inocente. No hay honor en matar inocentes cuando no es
necesario, a menos que sea para ahorrarles dolor y sufrimiento. He matado a muchos que
no poseen mi poder, pero no muchos lo hacen".
"Entonces ayúdame o quítate de mi camino"
"Hay un lugar llamado tutus, un refugio seguro. Puedes quedarte allí con tu hembra
mientras yo informo a los Braxians de tu estado".
"¿Podrá respirar?"
Adan vio a Veikko asentir con la cabeza. "El tutus está más bajo que el nivel del suelo. El
gas sólo cae hasta el suelo, pero se detiene ante agujeros y hendiduras. Te escoltaré hasta
allí. La humana vivirá, por ahora. Pediré a mis guerreros que respeten tu espacio, pero si
nuestras hembras oyen hablar de una hembra indefensa, serán muy susceptibles. Ellas
querrán matarla. No por malicia, sino por simpatía. Tal vez sea necesario un rumor de sus
hazañas. Podemos inventar algo. ¿Qué es cuestionar a alguien hasta la muerte?
"Doloroso", contestó Blu.
Adan tiró de su piel.
Escuchó a Veikko suspirar. "Intentad seguirme el ritmo", dijo Veikko y se fue.
Adan se encontró a sí misma en el viaje de su vida, ya que, de hecho, Blu siguió el ritmo de
Veikko. El verde de las toxinas bajó más allá de la cabeza y el cuello de Blu mientras se
movían hasta que Adan estaba en sus brazos hasta la cintura. Ella comenzó a toser cuando
Blu dio un gran salto, y luego se aferró como si no hubiera un mañana mientras descendían
en espiral. Adan casi fue arrancada de los brazos de Blu cuando cayeron al suelo. Adan se
dejó caer en su trasero cuando fue liberada.
Sentada en el suave suelo con sus brazos envueltos alrededor de una de las piernas de Blu,
se quedó boquiabierta ante el paisaje. Las imágenes de las visiones y los sonidos ante ella
estaban ligeramente más allá de la entrada de una cueva. Lo que quedaba por venir nadie
lo adivinaría.

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Capítulo 5
El tutus era increíble. Blu había visto la belleza entre los desastres, pero este lugar era una
anomalía en un mundo de violencia. Veikko se adelantó incitándoles a que le siguieran. Ver
a un asesino letal en la cima de una jungla letal no era una sorpresa. Aquí abajo... La
conmoción fue similar a la de la criatura dorada que tenía un perro de caza por madre.
Todo un subsuelo de misterios estaba ante ellos y encima de ellos, luces verdes
centelleaban. Una pequeña luz verde descendió para estudiar a Adan, y Blu notó que era
un bicho lleno de gas. Humana e insecto se miraban con curiosidad. Blu gruñó, no quería
nada cerca de Adan. Veikko le dijo sin más que el bicho era inofensivo. El insecto volvió a
subir hasta el techo, donde fue rodeado por otros insectos hasta que formaron un enjambre.
"Parece que están hablando", susurró Adan, su cara inclinada hacia el techo con una
expresión de asombro.
Blu cogió la mano de Adán mientras ella se aferraba a su brazo con la otra mano. Podía oír
su corazón latiendo en su pecho. A su favor, no lloriqueó ni se quejó. Ella se movió con él,
presionada a su lado, con los ojos muy abiertos, maravillada.
"¿Qué es este lugar?" Susurró Adan.
"Mi hogar," contestó Veikko. "Normalmente no permito extraños aquí, especialmente otros
hombres guerreros, pero en ocasiones he recibido a mujeres"
Adan llegó a tocar una alta planta verde con flores blancas. Veikko le cogió la mano. Antes
de que Blu pudiera matarle, Veikko explicó que la planta le quemaría la piel o le causaría
ceguera. Adan se quedó mirando extrañamente al asesino.
“Tu mano está caliente” dijo ella.
“¿Esperabas hielo?” preguntó Veikko.
“No sé lo que esperaba. Las plumas afiladas que salen, ¿adónde van?"
"Se retraen. Yo las controlo, mira." Algunas de las plumas afiladas salieron de la palma de
su mano. Las plumas se desplegaron a cámara lenta, desenrollándose cada una de ellas,
adquiriendo mayor altura hasta que se pusieron de pie. Las plumas se retrajeron de la
misma manera hasta que sólo se vio el pinchazo del alfiler. Blu pudo ver que Adan estaba
hipnotizada. Veikko cerró la palma de su mano, miró a Adan y luego la abrió; las plumas
pasaron de cámara lenta a ser más rápidas que la velocidad de la luz, disparando para
llamar la atención. Veikko miró fijamente a Blu. "Controlo mi modo de batalla cuando y si
me transformo"
Blu se puso tenso. "Tengo el control de cuando cambio. Elijo no hacerlo cuando estoy
protegiendo otra vida".
"Ella está en poco peligro aquí"
"No es nuestro entorno con el que tengo un problema"
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"Si te quisiera muerto, lo estarías", dijo Veikko.

"Lo dudo"
"Chicos, no nos metamos en un concurso de meadas", dijo Adan.
Blu y Veikko la miraron fijamente, Blu frunció el ceño. Nunca había participado ni
participaría en un concurso de meadas con nadie. Algunas cosas eran privadas.
"Puedes dormir aquí", dijo Veikko.
Adan se dirigió al lugar indicado. No había nada más que enormes hojas verdes en el suelo.
Al llegar al centro de las hojas, las ocho hojas se cerraron alrededor de ella haciéndola
desaparecer de su vista. Blu entró en pánico, al igual que Adan. La oyó gritar.
"La maldita cosa se la ha comido", gritó Blu.
"No se la ha comido". Veikko negó con la cabeza, Blu no estaba seguro de si el alienígena
estaba divertido o disgustado. "Adan, sólo di 'abajo' y se abrirá"
Adan mantuvo su aullido constante. "Ábrelo", exigió Blu.
"No puedo, sólo se activa por órdenes internas. Es un refugio seguro. Nada puede entrar".
Blu se estrelló contra la planta. No dejó una abolladura. Intentó saltar y agarrar la parte
superior de una hoja pero no pudo despegarla.
"¿Qué demonios está gritando tu mujer?" Preguntó Veikko.
Blu detuvo su ataque y escuchó. Veikko tenía razón; Adan no gritaba al azar, sino que
gritaba palabras.
"Se abrirá, me dice, maldita sea", gritó ella. "Abracadabra. Jodido abracadabra. Alakazam,
puuuf. Daba-daba-du. Shazam"
"Ordénale que pare", exigió Veikko.
"Sí, no tengo otra cosa que hacer. Ella está asustada. Me pregunto por qué, oh, espera, se
la habrá comido una planta gigante".
"Sándwiches de mantequilla de maní". Blu escuchó a Adan gritar con una vocecita.
Blu se agachó cerca del suelo. Puso sus manos contra las hojas. Le dolió el corazón cuando
la oyó sollozar. Para que Adan llorara, Blu sabía que había llegado a su límite.
"¿Adan?" Su voz era suave.
"¿Qué?" Enorme sofocamiento.
"Cariño, di la palabra 'Baja'. Inténtalo, por mí".
"Baja".
Las hojas bajaron, dejando al descubierto la forma acurrucada de Adan. Ella se arrastró a
los brazos de Blu.
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"Me comió una planta", sollozó Adan, y le agarró con más fuerza. "Pensé que era lo mismo
que la sucia muerte. Esperaba que los gusanos zombis me comieran"
No me extraña que esté tan alterada.
"Es un refugio seguro. Nada puede hacerte daño cuando estás dentro". Veikko estaba de
pie con los brazos cruzados sobre el pecho.
"Este es mi refugio seguro", susurró Adan al oído de Blu haciéndole sonreír.
"Tu hembra no puede hacer eso", dijo Veikko.
"¿Hacer qué?" Preguntó Blu.
"Las lágrimas son para los bebés débiles"
Adan se levantó de los brazos de Blu y se puso en pie con dificultad. Se paró frente a Veikko.
"Escucha, imbécil, casi me vuelan por los aires y me meten en una lata. El gas venenoso
amenaza cada noche. Y la madre de mi mascota es un perro del infierno. Me comió una
planta. Si alguien merece unas cuantas lágrimas, esa soy yo".
La mandíbula de Veikko se movió. "Después de todo eso, ¿te arriesgas a la ira de un
asesino?"
"Además de todo eso, das tanto miedo como un Bubble Guppy o Mike el Caballero. Si
necesito algo para salvarme de ti, llamaré a las Mascotas Maravilla".
"Algo me dice que no estás siendo muy halagadora, gruñó Veikko.
"Sí, realmente deberías tener ese sentimiento", contestó Adan.
El brillo verde y nublado de sus ojos se iluminó por un segundo. Su mano se levantó como
para agarrarla. Blu se puso de pie y se puso entre ellos. Veikko respiró hondo. Miró a Blu.
"¿Cómo se disciplina algo que se puede matar sin intentarlo?"
"Aprendiendo a controlar tu temperamento", dijo Blu.
Cogió a Adán y se subió a las hojas verdes que se encajaron en su sitio.
"¿Estás bien?" Le preguntó Blu mientras la tranquilizaba, arrodillándose a su lado.
"Estoy bien. Lo siento, estoy muy nerviosa. Ahora todo está bajo control. Ha sido un largo
día".
"En realidad, los días aquí son cortos comparados con mi planeta. Pero supongo que los
asesinos prefieren la oscuridad"
"No está muy oscuro aquí".
"Mis ojos son una buena luz nocturna. Las hojas parecen ser permeables cuando se trata
de luz".
Adan se acercó para acariciar su cara. Su mano era muy suave. "Nunca he hecho el amor
en un lecho de hojas"
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Blu había tenido Vacaciones en el suelo del bosque de su planeta. Al aire libre, desnudo
como el día en que nació. Esta planta olía bien pero no estaba en casa, no podía esperar
para llevar a Adan a casa y que conociera a su familia. Otro recordatorio de que ya tenía
familia. Esta nueva forma de pensar tenía cada vez más sentido.
Adan estaba buscando su excitación en el exterior de sus pantalones. "Me encanta tu
verga".
"¿Estás enamorada de mi verga? Eso suena un poco antinatural, y un poco extraño, pero
está bien si tú lo dices".
Ella se rió. "No, amar algo y estar enamorado son dos cosas diferentes. Me encantaba el
helado, pero no lo he comido en años".
"¿Así que estás comparando mi verga con la comida? No estoy seguro de que eso me haga
feliz."
Adan le miró con la mirada más curiosa. "Podrías sorprenderte"
Adan le bajó los pantalones hasta que su virilidad erguida se liberó de sus confines. Ambas
pequeñas manos la capturaron con un ligero apretón. Ella se movió más abajo y le miró
fijamente antes de lamerle la punta de la verga. Los ojos de Blu se abrieron de par en par.
Ella lo estaba probando.
"Eep." El pequeño sonido pasó por sus labios. Era una palabra tonta que había oído usar a
Adan cuando estaba incómoda.
Espera, los guerreros no exclaman jodidamente ‘Eep’. Hey, ella me está saboreando,
concretamente a mi verga, algo que de lo que realmente tengo necesidad, mi virilidad, así que
vuelvo a decir eep. Eep funciona por alguna razón.
Se dio cuenta, después de unos segundos, de que sus dientes eran demasiado romos como
para hacer daño y Blu dejó de alarmarse, pero cuando se llevó a su enorme erección a través
de sus labios, quiso rugir. Su pequeña y cálida lengua, el suave terciopelo de su boca le
hizo aspirar una gran cantidad de aire.
“Si esto es lo que le haces a los helados, hazlo todo lo que quieras” dijo Blu y gruñó.
Ella se movía de un lado a otro, su pequeño trasero acercándose y retrocediendo. Cuando
ella se acercaba, él le bajaba los pantalones cortos. Ella fue capaz de quitárselos, así como
su calzado. Blu la agarró de los hombros y la giró mientras ella aún le succionaba. Desde
esta posición, ella lo llevó más profundamente. Blu le levantó la camisa por encima de sus
senos hasta sacársela por la cabeza. Agarró un seno y apretó, con cuidado de sus largas
garras.
Blu nunca había sentido nada como lo que ella hacía. Ella era frágil, entusiasta, tan
entusiasta que sus piernas y pies desnudos se levantaron para frotar su espalda y hombros.
Mierda, ella es flexible.
Blu atrapó una rodilla bajo su codo. Él se balanceaba más rápido, alejándose un poco de
vez en cuando de su boca para que ella cogiera aire. Se humedeció con la saliva de ella y
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las primeras gotas de su semilla fluyeron. Se sintió frustrado como el infierno cuando eso
pasó. No podría hacer el amor con ella aunque estuviera a punto de explotar. Adan aún lo
agarraba con sus manos. Él agarró sus muñecas y las inmovilizó en lo alto de la cabeza.
"Necesito estar dentro de ti en alguna parte", sus palabras fueron arrancadas de su boca,
con su respiración entrecortada.
Adan apretó sus labios sobre él y se sumergió más. Sus piernas lo agarraban con más fuerza
mientras él cabalgaba su dulce boca. Blu bramó cuando llegó, la soltó para que ella pudiera
girar la cabeza y escupir su semilla, pero él había estado dentro de ella. Su semilla fue
diseñada para estallar rápidamente, el acoplamiento con una hembra Zargonnii era
complicado. Adan jadeó en el aire, su velocidad había sido una sorpresa para ella. Blu sabía
sin duda que le habían dado su regalo. Sin aparearse completamente con ella, ella era suya.
Blu cayó hacia delante cubriéndole la cara, lleno de emoción. Cerró los puños mientras
golpeaba el suelo.
"¿Cómo es que confías tanto en mí que me permites hacer esto?" Preguntó Blu.
“Eso es verdad” dijo ella. "Pero la primera vez es más una rendición cautelosa"
"¿Eso se considera hacer el amor?"
"Hacer el amor no es el acto; es el sentimiento que lo acompaña. Es con quién estás. Así
que, sí, era hacer el amor"
Blu la atrajo a sus brazos. La envolvió con su cuerpo. Enterró su cara en el pelo de ella.
Pasar el resto de su vida con ella parecía lo correcto, reconsiderando lo que debería ser una
familia. Él también estaba haciendo una cautelosa rendición; lo que vendría, vendría porque
también confiaba en ella.
"Si hacer el amor es un sentimiento, ¿esto es hacer el amor?" Preguntó Blu.
"Es ser amado", susurró.
Blu quería preguntarle qué quería decir, pero estaba dormida.

Adan se despertó y miró fijamente las hojas cerradas. Si fueran blancas, podría imaginarse
a sí misma y a las demás dentro de su iglú en la Tierra. A medida que su pequeño grupo de
mujeres había viajado más al norte, conforme las aguas se elevaban, pasaban más frío y
estaban más hambrientas con el paso del tiempo. Su grupo había crecido en número a
medida que atravesaban la dureza. Bethany y Tasia habían viajado juntas encontrando a
Adan, Dyani, Chiyo y finalmente a Bertha. Las mujeres estaban lo más unidas que podían
estar, con la excepción de Bertha, que podía ser muy difícil. Adan se preguntó de nuevo si
alguna había sobrevivido.
Miró a Blu, que dormía. Su último día en la Tierra había sido horrible, el agua y el hielo
atacaron brutalmente. Su iglú se derrumbó en el océano. Blu tenía a Adan, pero ni siquiera
un guerrero poderoso podía luchar contra la madre naturaleza. Picos polares helados se
habían disparado desde el agua; los glaciares se deslizaron hacia abajo y luego se elevaron.
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Durante un tiempo, Adan sobrevivió día a día en la nave Zargonnii. Todo era diferente. Los
guerreros eran como Blu y sin embargo no lo eran. La comida era interesante, los
replicadores, raros. Los Zargonnii hablaban con gruñidos y rugidos, sus voces profundas,
incluso espeluznantes. No había visto mucho a sus amigas, pero se le advirtió que los
guerreros lo estaban pasando mal con sus emociones venidas arriba por tener hembras a
bordo. Su pequeño grupo de seis no eran las únicas hembras descubiertas. Adan no
entendía a Blu al principio, no había hablado mucho en el iglú, pero con la consola en la
nave convirtiendo sus palabras para ayudarles cada día, se sintió cada vez más cerca del
alienígena. Se había convertido en su mundo en muy poco tiempo.
No queriendo despertar a Blu pero necesitando un trago, Adan se arrastró hasta el borde
de las hojas después de cambiarse de ropa.
"Bajar", susurró Adan.
Blu seguía durmiendo mientras las hojas rodaban hacia abajo y luego se extendían. Ella
dejó su círculo. Por un segundo entró en pánico cuando las hojas volvieron a subir, pero
recordó que él podía oírla si ella le llamaba. Estaba sedienta. Todo estaba en silencio
mientras caminaba de puntillas alrededor de la planta que quemaba que, de hecho, estaba
ardiendo. Adan la miró con curiosidad. Por dentro, las hojas estaban finas e intactas a
pesar de las llamas. No había humo ni calor de verdad.
"Qué raro", murmuró ella.
Se detuvo en otra extraña planta. Las hojas estaban enroscadas a los lados, formando
pequeñas barcas que contenían agua. Adan se acercó a recoger un poco. Su pelo se puso
de punta cuando el agua retrocedió por la hoja hacia la siguiente hoja, juntando más agua.
Ella tiró de sus manos hacia atrás y se dirigió a su izquierda cuando el agua huyó a otra
hoja. Escuchando juraría que oyó palabras susurradas.
"Un significado nuevo y espeluznante para el término un arroyo balbuceante”, dijo y dio
media vuelta.
Chocó con Veikko. La agarró de los hombros para estabilizarla. Adan le miró fijamente. El
gas verde de sus ojos se puso blanco. Los mismos gases eran prominentes en cada uña.
Las puntas de sus dedos estaban oscuras junto a su pálida piel.
"¿Por qué deambulas?" Preguntó Veikko.
"Tengo sed."
"Mi refugio seguro lo provee todo"
"No veo ningún grifo. Y tu agua es escalofriante"
"No sé lo que es un grifo, pero si te refieres a un caño, está a la vista" Hizo un gesto con la
mano en una dirección; Adan no tenía ni idea de lo que le estaba mostrando. Se encogió de
hombros. "No importa, ven conmigo. No sé nada sobre tu planeta, pero es evidente que era
primitivo".
¿Mi planeta era primitivo?
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CAUTIOUS SURRENDER
Adán se detuvo y miró hacia donde Blu estaba durmiendo en la cápsula segura, lejos de
ella; ella había vagado. Realmente necesito trabajar en mis habilidades de escucha... a
veces. Veikko la miró y sonrió con suficiencia. Ella sabía lo que él estaba pensando; si él la
quería muerta, ya lo estaría. Ella se acomodó en silencio tras él. El pequeño estanque era
impresionante. Enormes rocas de color azul oscuro rodeaban el agua clara. Vio a Veikko
recoger una gran cantidad y beber sediento. Supuso que quería demostrarle que no estaba
envenenada. O tal vez pensó que ella era estúpida y necesitaba una lección.
Adan se recostó sobre una roca y se inclinó sobre ella, su cara flotando cerca hasta que
estuvo sorbiendo el líquido frío que pasaba por sus labios. Se detuvo para quitarse el pelo
que le estorbaba y se resbaló perdiendo el equilibrio. Veikko se acercó y la estabilizó
cogiéndola de la parte trasera de su camiseta. Le cogió el pelo, no cruelmente, estudiándolo.
Cuando Adan terminó, se sentó.
"¿Todos los humanos se parecen a ti?" Preguntó Veikko.
“Depende de a lo que te refieras” dijo Adan. “Algunos tienen un color de ojos, o de pelo, o
de piel diferente. Unas son hembras, otros machos. Todos tenemos piel. Unos son altos,
otros bajos, gordos, delgados e intermedios. Somos iguales, y aún así cada humano es
único”
“Todos los asesinos son únicos. Algunos son más grandes con diferentes habilidades.
Algunos matan sólo por ver morir. Solo nuestras hembras permanecen juntas por
seguridad. Todas son letales, pero parece que les gusta la compañía".
"¿Realmente nunca has visto a un niño, o qué fue de uno?"
"Apenas he visto dos. Nuestras madres, cuando somos jóvenes, pasan poco tiempo con
nosotros en una caverna secreta que ella crea antes de dar a luz. Si se considera que un
niño es débil, no sirve para nada y se le elimina de la forma más humana posible, según
me han dicho. Tiendo a creer que algunas de las mujeres con las que he estado han perdido
un hijo y están profundamente doloridas. Los que no se consideran como tal riesgo son
protegidos por una madre lo mejor que puede, rara vez está involucrado el padre, pero
algunos pocos han mostrado interés. Se sabe que algunos machos encuentran la guarida y
enseñan a sus hijos habilidades. A medida que un niño crece normalmente, sólo su madre
le enseña las habilidades necesarias o le ayuda a desarrollar las habilidades que pudiera
tener".
Adan se preguntaba si era uno de esos hombres que enseñaban a sus hijos. "¿Como tus
plumas?"
"Sí. Era la habilidad de mi padre. Era un asesino brutal, pero creo que le importaba mi
madre, y quizás yo también. Cuando sabemos cómo escapar de nuestra prisión, somos lo
suficientemente mayores para sobrevivir por nuestra cuenta".
"No me extraña que te falten habilidades sociales"
"Hay algunos niños que son llevados por los Braxians. Si muestran signos de compasión,
se los roban a sus madres".
"Si están escondidos, ¿cómo es posible?"
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“Los Braxians lo ven todo. Es una de las razones por las que nuestras hembras eligen no
tener hijos. No quieren que se los roben”
“Qué triste”
Veikko la miró duramente por un segundo. "Si tuvieras un hijo en este planeta, lo tomarían,
al igual que a tí"
"No planeo quedarme por aquí" Además, Blu no quiere que tenga su hijo.
"He estado en el consejo mientras dormías; han permitido a los Zargonnii recuperar a Blu"
Adán sintió como una ola de ansiedad la cubría. "¿Qué hay de mí?"
"Eso está por verse. No quieren empezar una guerra, pero nunca han encontrado a una
humana. Planean pedirte que te quedes".
"¿Por qué?"
"Si te crías con un macho elegido, te ofrecerán un refugio seguro, más seguro que el mío".
Puedes quedarte con los hijos que tengas".
Adan se quedó estupefacta. "¿Quieren que me acueste con un asesino? Me matarán".
"Serás mimada, protegida y adorada. Una hembra que puede dar a los Braxians un nuevo
lote de supervisores no tiene precio. Saben de tus capacidades lingüísticas, les interesa
expandir tu proceso de pensamiento. A menos, por supuesto, que Blu sea tu compañero y
te lleve a casa. Su mundo es casi tan aterrador como el mío. Necesitarás un gran protector
en el mundo de Zargonnii".
Blu no quería aparearse con ella. Quería un hijo; era su sueño, su herencia. Adan lo
entendía. Adan no había pensado en el mañana mientras trataba de mantenerse viva en el
aquí y ahora. ¿Qué sería de ella cuando Blu la arrojara sin ceremonias en un planeta sin
hogar? ¿Qué clase de trabajo podría conseguir? Blu mencionó que no sabía lo que era el
dinero. ¿Ella estaba siendo egoísta? Si Blu no tuviera que cuidarla, podría llegar más rápido
a los supervisores. Ella no quería que se fuera sin ella. ¿Lo haría si se le diera la
oportunidad?
No, no mi honorable Blu.
Si cuando llegaran a los supervisores, él no la quisiera, pensaría en otra cosa por su cuenta.
Hasta entonces, él estaba atrapado con ella. La idea le facilitó la respiración.
"Maldita sea, Adan. Deja de vagar -gritó Blu y la aplastó contra su pecho.
"Tenía sed", murmuró ella. No se atrevía a preguntarle si quería dejarla atrás. Le dolería
demasiado si la abandonara.
"Deberías haberme despertado", gritó Blu.
"Ella está bien conmigo", dijo Veikko.
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Adan miró al extraño alienígena. De repente se preguntó si lo habían elegido para ser su
pareja. Veikko era extraño, pero no cruel. Era guapo de una manera extraña, pero no era
Blu. Blu había conquistado su corazón. Ella quería estar en su planeta con él.
"Ella está mejor conmigo", dijo Blu y miró con ira.
"Los supervisores han permitido a tus guerreros entrar en una sola sección de nuestro
espacio. Pueden permanecer en el territorio espacial especificado hasta que puedan
recuperarte. Nuestros asesinos se ponen un poco nerviosos cuando una nave vuela. Debes
venir conmigo. Debo escoltarte hasta los Braxians," les informó Veikko.
"Soy capaz de seguir vivo y mantener a Adan a salvo", refunfuñó Blu. "No te necesito"
"Hay algo que necesitas saber. Otro alienígena ha sido visto en este planeta y si quieres que
Adan sobreviva, tendrás que moverte rápido. Este alienígena está hablando de una humana
indefensa. Las hembras asesinas temen que sea agredida y por eso la matarán. Están
contratando asesinos masculinos para matarla. Los Braxians han puesto precio a su cabeza
por su regreso a salvo; este no es un planeta para el que los asesinos han sido contratados.
Cada asesino actuará por su cuenta -o para ella. Pronto será una zona de guerra para ver
quién puede matarla o retenerla, por eso los Braxians la necesitan para llegar pronto a la
zona de seguridad. Este tipo de atención llevará a que los asesinos quieran capturarla para
venderla al mejor postor. Se va a poner feo ahí fuera".
"¿Se va a poner feo?" Murmuró Adan. "Bueno, llevo despierta menos de media hora y está
resultando ser el peor día de mi vida, con ayer en segundo lugar. Apuesto a que es lunes".
"¿Quién o qué es el otro alienígena?" Preguntó Blu.
"Un Tonan".
"Sí, es lunes", gruñó Adan.

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Capítulo 6
Blu no se sentía feliz. Estaba en un planeta de mierda con un guía de mierda esperando
que pasara algo. Adan estaba callada, lo que era más que raro. Peor era el hecho de que no
dejaba de mirar a Veikko, quien a su vez trató de mantenerla tan cerca como estaba Blu.
Quizás debería haberle dicho que no podía vivir sin ella y que nada era más importante que
ella. Blu estuvo tan cerca de aparearse con ella. Ella tenía razón; aquí no había lugar para
que ella concibiera. Cuando salieran de este impío planeta, él recuperaría el tiempo perdido.
Cuando Veikko se transformó repentinamente en su espeluznante forma plumífera, Blu se
detuvo y se puso rígido. Veikko olfateó el aire. Todo lo que Blu podía oler eran los restos del
gas que flotaban sobre sus cabezas. No había un planeta que odiara más que éste.
"Nos están siguiendo." La mirada de Veikko se centró en un enorme y feo árbol cubierto de
musgo espeso. "Sal, mujer".
Adan jadeó cuando una asesina salió de detrás del árbol sonriendo. Su cara era larga, su
nariz puntiaguda. Sus ojos eran del mismo verde gaseoso que los de Veikko. Era más del
doble del tamaño de Adan. A lo largo de sus antebrazos había puntas puntiagudas. Su físico
enorgullecería a cualquier guerrero descarriado.
"Esta hembra humana está bajo mi protección", dijo Veikko, haciendo gruñir a Blu.
"¿Desde cuándo protege un asesino?", replicó la mujer.
Adan susurró las palabras que la hembra decía a Blu. La hembra no había respondido en
Zargonnii, pero como Veikko le había hablado en el idioma de Blu, sabía que ella le
entendería.
"Muévete y te dejaré vivir", amenazó Blu.
Ella se rió. "Desayuno Zargonnii".
"Con esos feos dientes tuyos, podría creerlo", se mofó Blu.
La sonrisa murió en sus delgados y redondeados labios. Sus dientes eran extraños. Sus
labios no los cubrían, los dientes sobresalían y no estaban hacia atrás sino hacia adelante.
Cuando la parte superior e inferior se tocaban, formaban un círculo perfecto. Dijo algo en
su lengua materna.
"No voy a repetir eso", susurró Adan por la comisura de su boca.
"Estaré observando", le dijo la hembra a Adan. "No le temas a la violación, te prometo que
te mataré primero" La asesina se desvaneció en el arbusto.
Adan miró a Blu. "Bueno, ella era un rayo de sol"
"Ella no planea matarte, bueno, no ahora de cualquier manera", dijo Veikko. "Las hembras
han formado una manada, supongo. Lo he visto antes cuando a una hembra se le ha
permitido vivir aunque se la considera débil, una rareza y no se hace a menudo. Su madre
y los demás la observaban de cerca. Cuando un grupo de mujeres asesinas se unen, sólo
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un hombre tonto intentará conseguir un premio. Tiene suerte si lo matan rápidamente.

Pero una hembra débil puede ser una carga; no vivió mucho tiempo, el planeta, no los
asesinos, la mataron. Hay otros peligros"
"Dímelo a mí", murmuró Adan sarcásticamente.
Continuaron su viaje hasta que Veikko maldijo en voz baja. No se transformó en asesino.
Blu miraba con los ojos muy abiertos cuando se veía a un macho.
"Me disculpo por adelantado", le dijo Veikko a Adan.
Adan miró desconcertada al nuevo macho. Blu no sabía qué pensar. La criatura, una
especie de asesino, tenía las armas a su lado y empezó a moverse. Una pierna subió y se
estiró luego hacia atrás. Su cuerpo giró a la izquierda, y luego a la derecha por las caderas.
Parches blancos de triángulos brillaban alrededor de sus ojos. Su cuello era largo. Ambos
lados de su cráneo estaban más altos que en el medio. Un pajarito de largo pelo de ébano
estaba sentado en medio de su cabeza, con una trenza colgando por su espalda hasta el
culo. Continuó con sus extraños movimientos.
"¿Qué demonios?" Murmuró Adan.
"¿Recuerdas el hombre tonto del que te hablé?" Dijo Veikko, sonaba enfadado.
"¿Es un baile de apareamiento?" Preguntó Adan.
"Sí"
"Parece un pájaro borracho, un pájaro muy gracioso." Adan siguió mirando con los ojos
abiertos de par en par.
"Está anidando y cachondo", dijo Veikko.
El asesino siguió pavoneándose haciendo que Blu se enfadara y se divirtiera al mismo
tiempo.
"Tiene bastante ritmo", dijo Blu.
"Sí, estoy toda cachonda e incómoda, no", gruñó Adan.
Ella tenía los brazos cruzados sobre el pecho. El asesino-hombre-pájaro se pavoneó en
círculo haciendo ruidos extraños en lo profundo de su garganta. Su largo cuello se expandió
mientras empujaba su cabeza en el aire. Veikko maldijo en voz baja. Adan se tapó la boca
cuando el asesino regurgitó una bola de carne y la lanzó cerca de sus pies.
"Creo que voy a vomitar", dijo Adan detrás de su mano mientras la bola rodaba hasta dejar
de acumular trozos de follaje y suciedad a lo largo del camino.
El asesino la estaba mirando, esperanzadoramente. Se pavoneó unas cuantas veces más y
empujó el pedazo de carne más cerca con su pie.
"Si lo coges, significa que lo quieres", dijo Veikko.
"Oh Dios mío, ¿en serio? ¿Tienes que preguntarme cuál es mi respuesta?" Adan agarró la
mano de Blu, se giró y se lo llevó. Blu no pudo evitar reírse.
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Veikko estaba pronto a su lado. "Es inofensivo cuando anida".

"¿Y cuando no lo está?" dijo Adan.
"Digamos que podría haberte arrojado parte de otro asesino para mostrarte su fuerza"
"¡Odio el día de hoy!" Adan gritó.
Su declaración resumía los sentimientos de Blu. Estaba compadeciéndose de Adan.
Amenazada y seducida en cuestión de segundos. Estaba entre un asesino y un guerrero.
Otros asesinos la querían muerta.
Veikko los llevó a otro árbol frutal. Adan miró a una pequeña criatura dorada desde lejos
pero no hizo ningún movimiento para interactuar. Seguía callada, lo que preocupaba a Blu.
La redondeada fruta verde que le dio permanecía entre sus manos. Veikko le dio una fruta
naranja abierta que había partido por la mitad. Adan dejó caer la fruta verde y aceptó la
ofrenda de Veikko. Fue simbólico para Blu después de presenciar el baile de apareamiento.
Blu cogió a Adan por el codo y la alejó de Veikko. "¿Estás enfadada conmigo?" Preguntó
Blu.
"No, ¿por qué piensas eso?"
"No aceptaste mi ofrenda de comida"
"Es curioso, no pareces un asesino de pájaros cachondo y no vi ninguno de tus grandes
movimientos para atraerme." Su sarcasmo no se le escapó y se sintió estúpido. "Probé el
verde antes; apuesto a que la mierda que el asesino cachondo tosió sabría mejor. Me gusta
la naranja; es dulce, además es una perra para abrirla".
"¿Por qué no dijiste nada?"
Ella le miró en silencio, frunciendo el ceño. "No debería aprender a depender de ti. Iba a
buscar la mía y la iba a estrellar contra una roca, pero Veikko ya tenía una abierta. Veikko
dice que tu mundo es tan aterrador como éste. Voy a tener que hacerme hombre para
sobrevivir sola. Supongo que debería haber elegido mi propia comida"
Blu debería haber sabido que estaba preocupada. "Nunca tendrás que aprender a ser un
hombre, sea lo que sea que signifique eso, eres una mujer. Por supuesto que puedes contar
conmigo. Cuando lleguemos a mi planeta tenemos mucho que discutir y planes que hacer".
"Te lo dije, Blu. No me debes nada. Has sido sincero y lo respeto. Se te permite tener tus
sueños. Quería ser policía, pero la Tierra se fue a la mierda cuando me gradué de la
secundaria. Luego encontré a Bethany y a las otras y sobrevivimos cinco años hasta que tú
y Finn nos salvasteis. Si no hubierais encontrado nuestro iglú, nos habríamos muerto de
hambre o de frío esa misma noche".
"No quiero que me hagas el amor porque estás agradecida"
"No es eso en absoluto. Amo…" Adan miró hacia otro lado. "Me gusta hacerte el amor".
Blu sonrió y le ahueco la barbilla. "A mí también me gusta hacerte el amor".
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"Necesitamos refugio, o más específicamente, Adan necesita un refugio seguro", dijo Veikko
mientras deambulaba.
"¿Conoces alguno?" Preguntó Blu.
"Sí y no"
"¿Qué demonios significa eso?" Preguntó Blu.
"Hay un refugio seguro, pero otros asesinos podrían estar utilizándolo, también, y no tengo
idea de quién es amigo o enemigo"
"Bueno, el diablo que tú conoces", dijo Adan. "Que en este caso es el gas que me matará.
Tendré que arriesgarme con los asesinos".
"¿No hay ningún otro lugar?" Preguntó Blu. No quería arriesgarse con Adan.
"No"
"Mejor nos vamos", dijo Adan y levantó la vista. El gas estaba empezando a descender.

Adán estaba hipnotizada. De hecho, había otros asesinos en el refugio no tan seguro. Un
enorme extraterrestre macho la miró abiertamente. Era más grande que Veikko, de
complexión enorme como Blu. Sus pies estaban descalzos. Adan podía ver pinchos en la
punta de los dedos de los pies hasta los talones agarrándose al suelo. Ella sospechaba que
nada podría derribarlo. Cuando exhaló un gas verde que salía de sus fosas nasales. Sus
ojos de gato amarillos e inclinados estaban en lo alto de su frente. El gas verde se arremolinó
como una pupila. Cuando se giró un poco, mirando ahora a Veikko y a Blu, Adan pudo ver
enormes músculos redondeados desde la espalda hasta los tobillos, cada uno de ellos
abultado. Una hilera de púas de seis pulgadas corría desde la nuca hasta el culo. Le
sorprendió que no tuviera cola.
El alienígena estaba vestido con trozos de pelo. Y piel. El negro y espeso pelaje se rizaba en
algunos lugares, dejando a Adan preguntándose si era una piel o su propio pelo. Su culo y
su polla estaban cubiertos, así como parches en ciertas partes del cuerpo. Era bestial,
depredador y raro todo de una vez.
"Así que de esto se trata el alboroto", dijo el alienígena con una voz profunda y descarada.
Su mirada volvió a Adan. "Una cosa muy pequeña para causar tanta conmoción" Hablaba
en la misma lengua extraña que Veikko.
Otros alienígenas que Adan no había notado empezaron a rodearles cuando el asesino se
acercó. Cada alienígena era diferente, cada uno con patrones únicos que salpicaban partes
del cuerpo, cada uno con habilidades notables. Todos letales. Algunos no se parecían a
ninguna forma de vida cercana a los humanoides. Algunos sin ojos, ni nariz. Un poco de
carne goteando que se regeneraba a la vista. Olores extraños permeaban desde muchos,
más repugnantes que el gas verde tóxico. Seis extraterrestres de todos los tamaños miraban
a Adan hasta que ella quiso esconderse. En vez de eso, se quedó de pie sintiendo que podían
oler el miedo. Una vez más, deseó dos desodorantes para ponérselos en las axilas.
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"Vete", exigió Veikko. Habló Zargonnii para que Blu le entendiera.

El más grande se rió. "¿Qué pasa, Veikko? ¿No puedes decir quién quiere matar a la hembra
humana, mantenerla o rescatarla?"
"Puedo olerlo todo. Sé lo que quieres, Alaric. Puedo olerlo. Nuestras hembras asesinas te
matarán si la tocas sin su permiso", dijo Veikko gruñendo.
"Por extraño que parezca, no me detendrán de matarla, sin su permiso", contestó Alarico,
también en Zargonnii.
"Yo lo haré".
Adan fue empujada de nuevo al brazo de Blu mientras que su puño se disparaba y golpeaba
a Alaric en la cara. Hubo un crujido enfermizo. Alaric se inclinó hacia atrás en las caderas,
pero no fue cayó al suelo. Sus brazos se movieron, tocando el suelo. Adan tenía razón al
pensar que nada podría derribar al enorme extraterrestre y no tenía duda de que si Blu la
golpeaba así, estaría muerta antes de tocar el suelo, y lo más probable es que aterrizara en
otro planeta. Alaric se sacudió mientras se enderezaba y sonreía a Blu. Sus incisivos eran
grandes colmillos amarillos rodeados de dientes blancos y brillantes.
"Tendrías que hacerlo mejor que eso" Un círculo de púas rodeaba ahora la cabeza del
alienígena con dos púas en la barbilla y ambos pómulos, lo que le hacía parecer más grande
y mortífero. Creció en tamaño, o quizás fueron las púas en sus pies que ganaban pulgadas.
Las púas adornaban sus puños.
"Mírame", gruñó Blu.
Los ojos de Blu se iluminaron con intensidad y Adan jadeó mientras algunos de los clavos
de Alaric se derretían con la mirada acalorada de Blu. Había tirado de Adan para ponerla
detrás de él, su pelo arremolinándose salvajemente alrededor de Adan para protegerla.
"Basta", exigió Veikko. "Este es un refugio seguro. Conoces las reglas, Alaric. Blu, tienes
que entenderlo. Todos en este lugar son intocables. No habrá peleas esta noche aquí".
"Hasta mañana” -dijo Alaric, las puntas de la cara y de la cabeza se retrajeron, él y los
demás fueron a instalarse en ciertas zonas.
"Estoy en una guarida de víboras", murmuró Adan. "Unas malditas víboras muy raras".
Veikko se inclinó acercándose a Blu. "Conozco algunos de tus rituales y te advierto que
porque tu olor está en Adan no hace que esté más segura. De hecho, si huelen sexo en ella,
despertará un ritual de cría en algunos, incluyendo a Alarico que hará que los machos
luchen por ella hasta la muerte".
"¿Por qué me siento como si estuviera en un antro para ligar?", se quejó Adan. "¿No podéis
aprender a mantenerla en vuestros pantalones? ¿Todos los machos alienígenas sois unos
salidos? Mi olor les volverá locos. Tienen que tenerme"
"¿Qué quiso decir con 'hasta mañana'?" Preguntó Blu.
"Una vez que dejemos el refugio seguro, tendremos que vigilar a Adan más de cerca. Ahora
que los asesinos saben dónde está tendremos que sacarla lo antes posible", dijo Veikko.
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"Puedo oler que hay dos que desean rescatarla al mejor postor, dos que deben haber sido
contratados por el Tonan, y dos que han sido contratados por los Braxians si fallo en
entregaros a ambos. También necesitas saber que una vez que un asesino es contratado,
nunca se detienen hasta que su misión es cumplida -a menos que mueran".
"¿Cazada de por vida?" Preguntó Adan. "Sí, hoy es el mejor día de todos"
"Podemos dormir aquí. Nadie puede tocarte aquí a menos que quieran arriesgarse a ser
desterrados".
La cabeza de Adan se detuvo ante las palabras de Veikko mientras se alejaba. Ella y Blu le
siguieron. "¿Destierro? ¿Me estás tomando el pelo? ¿Hay un lugar más impío que este?"
"Sí. He estado en el planeta para escoltar a unos cuantos asesinos que no quieren o son
incapaces de seguir las reglas. Algunos asesinos regresan de un asesinato y ya no pueden
controlar su sed de sangre. Son un peligro para todo. Esperemos que otros de tu nave no
hayan acabado allí".
Adan sintió que su pánico se acumulaba. Se aferró a Blu. "¿No crees que Bethany y Finn o
cualquiera de los otros terminaron en ese planeta, verdad?"
Blu la abrazó. "Finn no permitirá que le pase nada a su compañera. Bethany no tiene nada
que temer"
Adan se puso tenso. Blu la llevó a un montón de pieles cerca de Veikko. No, ella no creía
que un compañero Zargonnii permitiera que algo malo le pasara a la persona que amaba
más allá de lo creíble. Adan sólo deseaba ser una de ellas.
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Capítulo 7
Blu se mantuvo despierto, vigilando durante toda la noche. Uno por uno los asesinos se
fueron, dándose cuenta de que no conseguirían golpear a Adan. A cualquiera que se
aventurara demasiado cerca se le recordaba lo mortales que eran los ojos de Blu. Respetaba
sus costumbres y no mataba a nadie, pero unos pocos estarían cuidando su gentil
recordatorio durante semanas. Veikko había mirado pero no dijo nada ni a Blu ni a los
asesinos. No interfirió. Poco después, los asesinos captaron el mensaje y dieron espacio a
Blu y Adan. Por la mañana, Blu se sentía mortífero. Nadie tocaba a su pequeña Adan.
Cuando Veikko los guió desde el refugio seguro a la mañana siguiente, una salvaje tormenta
les golpeó en la cara. La lluvia verde caía del cielo a mantas. El trueno en el planeta era
diferente al de Blu, el ruido no explotaba, sino que explotaba en enormes vapores negros y
verdes, seguidos de un rayo verde oscuro erosionado que golpeaba detrás de enormes
objetos para siluetearlos, exhibirlos y luego aniquilarlos. Los árboles eran arrancados por
el ataque, el gas verde en el aire giraba salvajemente en todas direcciones. Mini tornados
del tamaño de Blu irrumpieron y se desataron salvajemente por el suelo.
La vegetación en las zonas se tomó un año sabático y desapareció bajo tierra. Grandes ojos
verdes de sucias muertes en el suelo parpadeaban repetidamente para deshacerse del
exceso de humedad. Mientras Blu observaba, algunos de las muertes se deslizaron, girando
en un movimiento perezoso con el agua que parecía llevárselas. A sus pies, el agua se
arremolinaba hasta acariciar los tobillos de Adan. Se formaron pequeñas olas.
Blu acercó a Adan, tratando de protegerla, pero ella se alejó. Su piel estaba empapada de
humedad verde a pocos segundos del diluvio. Veikko no sirvió de nada, se había
transformado en sus plumas, el agua chisporroteaba al tocar la luz verde en las puntas
puntiagudas. Mantuvo su distancia de Adan para el alivio de Blu. El cabello de Blu seguía
ondeando salvajemente, pero el agua goteaba de sus mechones saturados.
"Lo siento, Blu." Adan lo empujó lejos de nuevo. "Te ves y te sientes como un moco blando.
Moco Blu".
Adan no se veía mucho mejor. Estaba empapada; se agarró la camisa y se la despegó de la
piel, haciendo un ruido extraño cuando trató de escurrirla. Estaba temblando. Blu no se
daba cuenta del frío, pero era evidente que Adan lo estaba sintiendo.
"Necesitamos algo para protegerla", gritó Blu sobre el ruido de la tormenta.
"Tengo una idea", le gritó Veikko.
Se dirigió a una masa de rocas cubiertas de musgo y buscó. Cuando regresó estaba
sosteniendo un largo capullo. Lo que había estado viviendo en él había desaparecido. Era
lo suficientemente largo como para cubrir a Adán de pies a cabeza, pero limitaría su
movimiento. Blu sostuvo el capullo y animó a Adan a entrar.
"No puedes decirlo en serio", gritó ella.
"Está seco por dentro. Te mantendrá caliente".
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El suelo tembló y Blu la estabilizó mientras Adan casi pierde el equilibrio. A su derecha una
grieta en el suelo sonaba como si se abriera un agujero en el fregadero. El agua verde se
arremolinaba más rápido a medida que el suelo comenzaba a desaparecer. Blu empujó a
Adan dentro del capullo, la arrojó sobre su hombro y empezó a correr. Veikko pudo pasar
del suelo al árbol y a las rocas cubiertas de musgo. Sus plumas se agarraron y luego se
retiraron para permitirle soltar su agarre mientras rodaba.
El agua que se arremolinaba a los pies de Blu se elevó hasta las rodillas, lo que dificultó la
carrera. Veikko estaba haciendo un gesto de que subían a una montaña de rocas. La
montaña era enorme, el ascenso húmedo y resbaladizo. Cuanto más lejos corrían de la
crecida, más se acercaban al gas. Adan ya estaba tosiendo. Si Blu presionara su boca sobre
la nariz y la boca de ella, él tendría que disminuir su movimiento para que ella no se
descolgara. Si ralentizara su movimiento, sus pulmones, por poderosos que fueran, estarían
expuestos al gas el doble de tiempo. El verdadero problema era que todavía estaría
respirando el gas y se lo transferiría a Adan. Si dejaba de respirar como si estuviera bajo el
agua, el gas invadiría sus oídos, ojos y extremidades, ya que no era como el agua. No era
una sustancia sólida.
Veikko le animó a subir más alto, gritando que habría cuevas, pero estaban demasiado
arriba y Blu sabía que si subía más alto expondría a Adan al gas sin importar lo que hiciera.
Estaba indeciso, dejando caer a Adan en su abrazo. Bajo sus pies el agua verde se agitaba,
sobre su cabeza los gases se arremolinaban oscuros y ominosos. El agua se movía
demasiado rápido, no sería capaz de mantener una sólida sujeción en la resbaladiza boca
de ella. Podrían estar bajo el agua durante horas, golpeados sin piedad contra cualquier
cosa. Blu podía sentir como su propio corazón se aceleraba, estaba empezando a sentir un
miedo real y le dolía.
Adan luchó por salir del capullo cuando Blu no se movió, incierto en sus siguientes
movimientos. Adan miró hacia arriba y luego hacia abajo. Por un segundo su mirada se
posó sobre los agujeros de la montaña, posiblemente cuevas, pero el gas bajaba para
cubrirlos. Veikko había desaparecido de la vista. Miró a Blu con una mirada tan llena de
compasión que él quería morir. Había muerte por todas partes por donde Blu miraba. No
podía ver una salida a su situación. La terrible realidad le golpeó fuerte en el pecho hasta
que quiso morir. Le había fallado.
"No puedo salvarte" Las palabras le salieron de la boca. El dolor de la pérdida casi le mata.
No podía luchar contra el tiempo. Pensó que su corazón se rompería en ese mismo
momento.
Ella le apretó la mano y le sonrió. La lluvia verde caía por su barbilla. En la oscuridad de la
noche, la tormenta tronaba detrás de ella. Vio en ese instante lo que ella había querido decir
tantas veces pero que no lo hizo. Ella le amaba.
"Puedes salvarte, Blu"
"No" No lo haría. No podía, se quedaba con ella; sólo necesitaba más tiempo para pensar.
"Sí. Hazlo por mí. Te amo, Blu. Lo he hecho desde el segundo en que puse mis ojos en tí"
Se encogió de hombros tímidamente. "Lástima que no pueda volar."
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Ella le sonrió de la manera tan linda en que lo hacía cuando estaba asustada pero resuelta.
La cogería en sus brazos y aliviaría sus temores. Él presionaría su boca contra la de ella; él
vociferaría en las cuevas, él... Blu bramó cuando Adan saltó de sus brazos. Ella estaba
demasiado resbaladiza para retenerla y no tuvo ninguna advertencia. Ella sacrificaba su
vida para salvar la de él.
Su cuerpo cayó en picado hacia el agua y las rocas muy por debajo. El impacto la mataría
inmediatamente. Blu rugió su terror y se preparó para saltar tras ella mientras caía
libremente por el aire. Si podía atraparla, podía envolver su cuerpo, pensaría en algo
después de que ella estuviera a salvo en sus brazos, tenía que haber algo que estuviera
pasando por alto. Una mano rodeó su muñeca y lo detuvo. Blu se resistió, pero Veikko hizo
un gesto y señaló. Una gran bestia peluda atrapó a Adán en sus alas, envolviéndola con
fuerza hasta que Blu no pudo verla. Subió, desapareciendo en el gas.
"Ella morirá", gritó Blu.
Nooooo.
"No lo hará. Vamos"
Veikko tiró de Blu detrás de él y lo arrastró sobre las rocas hasta el espeso gas, tirando de
él hacia una profunda caverna llena de vueltas y revueltas. La caverna estaba libre de gas
pero Blu no sabía por cuánto tiempo. Cuando se detuvieron, tanto Blu como Veikko
respiraban con dificultad. Blu odiaba al alienígena.
"El gas la matará, bastardo". Gruñó y se acercó.
"No, la piel de la bailarina de aire filtra el gas. Ella nunca habría sobrevivido al gas a esta
altura; tu pelo mojado no lo filtraría. El agua se retirará. La tormenta se detendrá con el
tiempo. La bailarina del aire no podría haber hecho una mejor aparición".
"¿Qué le hará a ella? Las malditas cosas se están apareando. Uno intentó aparearme".
"Adan parece una pequeña niña para una bailarina de aire. Si uno intentó aparearse contigo
es porque probablemente os rondó a ambos y cuando no fue desafiado por otro macho
puede haber pensado que su pareja estaba muerta y que tú y tus crías necesitaban
protección. Quién sabe, podría haber estado siguiéndonos todo el tiempo. Una hembra sola
con una cría y sin protección se habría lanzado por sí misma hacia el macho".
"No estoy exactamente en el mercado para un compañero peludo. ¿Qué hará con ella?"
"Mantenerla a salvo. La llevará a su nido, esperará a que pase la tormenta y vendrá a buscar
a su madre". Blu pensó que vio a Veikko esconder una risa.
"No dejaré que me atrape. Querrá aparearse en el aire".
"Parece que tenemos un problema”
"¿Tú piensas, imbécil?"
"La tormenta pasará en unas horas. Deberíamos tener un plan para entonces. Mientras
tanto, una bailarina del aire es sorprendentemente despiadada. Ni siquiera los asesinos se
molestan con esas criaturas. Nada le hará daño a Adan. La bestia peluda la considerará su
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descendencia; son padres muy cariñosos con los jóvenes, incluso con los que no son suyos.
La bailarina regresará por ti y esperará que caigas en sus brazos con gratitud. Vamos a
tener que hacerte poco atractivo para el macho, más de lo normal. Maldita sea, estás feo y
verde".
A Blu le hubiera gustado clavar algunas de las plumas del asesino donde no hubiera gases
verdes.
"Más vale que tengas razón", dijo Blu gruñendo. "O tu planeta será asediado por un guerrero
Zargonnii cabreado que busca sangre -cualquier sangre"

Adan dejó de gritar, sus piernas dejaron de patear. Cuando la bailarina la agarró por
primera vez, estaba aterrorizada. Se aferró impotente preguntándose qué le haría. No hizo
nada más que abrazarla con fuerza. Su piel era ligera como una pluma que le permitía
respirar, y cuando se dio cuenta de que podía respirar sin que el gas invadiera sus
pulmones, fue un suspiro de alivio.
Los brazos de la bailarina del aire la rodeaban, las alas internas la envolvían, calentando
su cuerpo congelado contra su ancho pecho. Adan podía sentir lo poderoso que era. El ser
volaba por el aire con facilidad; era obvio que ella no era una carga para su fuerza. La
criatura la miraba de vez en cuando, sus labios rojos ofreciéndole una sonrisa. Un suave
arrullo desde lo profundo de su garganta estaba calmando sus rápidos latidos. Mientras
que la enorme envergadura del tamaño de un autobús los impulsaba a través del aire por
encima del gas, por debajo de su cuerpo se enroscaba a su alrededor. No hizo ningún
movimiento para aparearse con ella, abrazándola como si fuera una niña pequeña.
Cuando llegaron a un nido redondo de enormes ramitas entrelazadas, rocas y barro, la
bailarina del aire se detuvo, planeando en el aire, un enorme pie con garras se agarró al
borde donde el nido tenía una abertura. La miró fijamente, su mirada seria y Adan gritó
cuando la dejó caer. Su cuerpo se desplomó por el cielo mientras ella jadeaba para respirar.
Estaba aturdida; ¿la había salvado de matarla? No tenía sentido.
Adan sintió el aleteo de una fresca brisa junto a ella. La bailarina estaba en caída libre a su
lado. Sus alas se apretaban contra su cuerpo. Su mirada se enfocaba en ella de una manera
persuasiva. Adan no dudó; lo agarró con los dos brazos extendidos. Inmediatamente, ella
fue arrastrada a su abrazo y una vez más llevada al nido. Cuando se había instalado en el
interior de la criatura señaló el borde del nido y a ella y negó con la cabeza. La implicación
era clara. Le había dado una lección. Cualquier intento de fuga la mataría; caería hasta la
muerte. Cuando la criatura se acomodó ante ella, una gran mano peluda con garras acarició
su mejilla. Volvió a arrullar. La criatura estaba tratando de calmarla. Recordó lo que dijo
Blu. La criatura obviamente pensaba que era una cría.
Oh Dios, ahora cree que soy su cría.
La bailarina se acercó al borde del nido y saltó. Adan se puso en pie y observó como volaba
hacia abajo en el gas y desaparecía. Ella estaba sola. Cagada de miedo no empezaba a
describir sus emociones. Otros nidos salpicaban el horizonte en el sorprendente aire claro;
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por encima y por debajo de ese aire claro, el gas verde flotaba en una gruesa capa. Podía
ver el relámpago zigzagueando en el cielo debajo de ella.
"Bueno, parece que hoy va a ser una repetición de ayer", murmuró Adan en voz alta. "Tengo
un buen comienzo. Casi me ahogo, casi caigo hasta la muerte, he sido secuestrada por un
pájaro. Un millón de millas en el cielo. El Mago de Oz parece bastante tentador ahora, bruja
mala y todo eso".
Vagabundeando por ahí, observó lo que la rodeaba. El nido era grande y redondo por dentro.
Las paredes eran sorprendentemente lisas en la mayoría de las áreas; en otras, eran
ásperas, como si el nido estuviera en construcción. Adan se preguntaba cuántas
compañeras había tenido esta bailarina del aire. Desde el suelo hasta el techo estaba
cubierto de musgo, el suelo blando bajo sus pies con pequeños tallos que sobresalían en
diferentes lugares. Había áreas que se asemejaban a cuartos. Uno era más grande y
acogedor, sin duda donde Casanova cortejaba a su hembra. Un área más pequeña era
posiblemente para cualquier descendencia. La última área le hizo sentir náuseas. Trozos
de carne y fruta manchaban el área de comida. Blu mencionó que los hombres mantenían
la casa limpia, Adan se preguntó si la criatura era soltera.
Adan fue a mirar afuera de nuevo pensando que el nido no podía estar simplemente
flotando, sino que tenía que estar pegado a algo. Agarró la madera que tenía bajo sus manos
y se elevó, mirando hacia abajo de vez en cuando, buscando al pájaro. Cuando llegó a la
cima vio una enorme montaña de rocas en la distancia. El nido estaba suspendido por una
larga hilera de ramitas, barro seco o arcilla y rocas. Estaba impresionada, era resistente
como un infierno.
El aire estaba limpio, pero por encima de la masa sólida de verde que cubría el planeta, en
forma de manta, se preguntaba de dónde venía la luz del sol. Grandes bolsas de luz
nublada, a través de las cuales ella asumía que el sol brillaba, se estaban oscureciendo.
Los días en el planeta eran cortos. Adan estaba cansada y comenzó la tarea de bajar de
nuevo. Podría escapar, pero tendría que esperar hasta mañana. Una vez que lograra
arrastrarse por el puente de ramitas, tendría que bajar de la montaña.
En la pequeña habitación de adentro había un lugar que evidentemente estaba destinado
a dormir. El nido de cama estaba cubierto de pieles cálidas. Adan se acostó cansada. Si el
pájaro pensaba que era una cría, entonces podría pensar que Blu era su madre. Adan sabía
que Blu no lo aceptaría. Esperaba que estuviera a salvo en una de las cavernas que vio. Blu
nunca habría subido la montaña a las cuevas con ella a cuestas. El gas la habría matado;
la piel de Blu estaba demasiado húmeda para filtrar el aire. Pudo haber muerto tratando
de salvarla y Adan no podía entender esa idea. Su sueño era Blu. Se preguntaba si la
bailarina se confundiría por la desaparición de Blu. Obviamente pensaría que una madre
iría con él para estar cerca de su cría.
"Me duele mucho la cabeza", refunfuñó Adan.
Sabiendo que no era un sueño del que se despertaría, Adan optó por dormir. Quería soñar
con sus padres. Quería recordar el hogar lleno de amor en el que creció en la Tierra. Al
cerrar los ojos, imaginó la granja de sus abuelos. El viejo caballo de lomo hundido que le
encantaba montar, era de color gris y el animal más dulce. Los patitos tontos flotando en
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el plato de agua del perro. No había pensado en Trooper en años. Nadie se dio cuenta de
qué clase de perro era, salvo que era grande. Trooper era un chucho de 80 kilos. Durante
once maravillosos veranos fue su mejor amigo hasta su muerte. La protegía de todo, incluso
de sí misma en momentos en que se acercaba demasiado a un río enfurecido. Las sonrisas
del hogar la adormecieron.
Adan se sorprendió al despertar antes de que la alcanzara un sueño verdadero. El
nerviosismo del pájaro que se acercaba hizo que se sentara. Cuando la criatura la vio
mirándole, la arrulló. Adan tembló al notar la caída de la temperatura. Podía ver el vapor
de agua de su respiración. Se le puso la piel de gallina en los brazos. El aire helado se había
metido rápidamente.
Adan retrocedió mientras la bailarina del aire se acercaba. La criatura fue hacia ella y la
recogió. La llevó a una especie de cama. Recostándose, envolvió sus brazos alrededor de
ella, seguido de sus alas interiores y luego los rodeó a ambos con sus enormes alas
exteriores.
Caliente y segura, Adan volvió a cerrar los ojos. "Buenas noches, Trooper", susurró ella.

Los ligeros movimientos de la bailarina del aire despertaron a Adan. Vio como la noche
oscura se deslizaba por las paredes del nido, moviéndose hacia el techo y luego
desapareciendo. La criatura pájaro olía raro. Despierta y hambrienta, arrugó la nariz y la
apartó. La criatura le sonrió, deslizó un dedo ganchudo por su mejilla y corrió hacia la
entrada, donde salió a pasearse. Adan se levantó y le siguió, mirando por encima del borde.
Muchas más criaturas aladas pasaron volando. Algunas eran más pequeñas, unas pocas
más grandes que ella y se preguntaba si eran descendientes de hombres.
Por un momento, una pequeña bailarina alada se mantenía en el aire cerca de la entrada
de su nido. Era linda de una manera extraña. Le hizo señas para que se fuera con él. Adan
ladeó la cabeza. ¿De verdad esperaba que ella saltara a sus brazos?
No era muy probable.
Adan saltó hacia atrás cuando su bailarina de aire, a la que llamaba Trooper, voló hacia la
joven criatura. Otro macho se apresuró a defender al joven, pero estaba claro que Trooper
los estaba echando a los dos. Su Trooper se convirtió en padre comandante
desbocadamente. Adan pensó que el joven había tenido suerte de que Trooper no tuviera
una escopeta.
El joven y el que fuera muy probablemente su padre, se fueron. El padre del joven agarraba
al macho por una oreja, arrastrándolo, aleteando, hacia afuera. Trooper miró a Adan por
un segundo, indicándole la parte de atrás. Él esperó a que ella obedeciera. Adan retrocedió
y se sentó en el suelo blando. Trooper voló, pero regresó en poco tiempo. En sus manos
sostenía fruta y un trozo de algún tipo de carne y la condujo al área de comer. Adan cogió
la fruta, pero no tocó la carne.
Trooper le hizo señas para que le siguiera cuando terminara. La llevó a la habitación más
pequeña y la sentó en la cama. Abrió las manos indicando que ella se quedaría aquí. Esta
vez, cuando se marchó, Adan sabía que estaba buscando a Blu. Blu tendría un dilema.
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Sabía que no había forma de que se aparease con el pájaro en el aire. No podía matar a la
criatura o nunca la encontraría. Después de que el frío helado se instaló durante la noche,
Adan estaba segura de que sin Trooper para mantenerla caliente se congelaría a esta altitud
cuando llegara la noche.
Teniendo su propio dilema, Adan no estaba segura de qué hacer. Blu mencionó que un
macho no retenía a una hembra por mucho tiempo, por temor a que cayeran hasta la
muerte. Tal vez los bailarines jóvenes atraían a una hembra con la esperanza de aparearse,
pero debido a su pequeño tamaño no podrían volar con una hembra. El macho tendría que
dejarla caer. Que era lo que el padre del joven probablemente le estaba explicando al joven
mientras se lo llevaban a rastras.
Adan se preguntaba qué haría la bailarina del aire con ella una vez que se diera cuenta de
que Blu no se aparearía con él. Esperemos que él la devolviera. Con sus pensamientos
girando en su cabeza, Adan se preguntaba si moriría de aburrimiento. No había ni una sola
cosa que hacer en el nido. Supuso que podría volver a salir, pero después de presenciar el
intento del joven de convencerla para que saliera, se preguntó si sería más seguro quedarse
en su casa.
Durante un tiempo ella paseó de un lado a otro. Adan reunió unas pocas ramitas y las
enrolló para crear una pequeña escoba. Barrió el área del comedor para liberarlo de comida
vieja y decidió airear la piel emplumada en el pequeño nido. Un pequeño sonido llamó su
atención. Adan se giró hacia la entrada y parpadeó. Alaric se quedó mirándola. No se había
transformado, pero era enorme. Cuando se acercó, sus músculos se tensaron bajo su piel.
Adan tragó saliva. No había escapatoria.
"El Tonan te contrató", dijo Adan.
"No"
"¿Los Braxians?" Ella estaba esperanzada.
"Inténtalo adivinar de nuevo".
Sólo había otra razón. Alaric quería rescatarla. Lo que él haría con ella mientras tanto sería
una incógnita para cualquiera. Los Braxians querían que se apareara. Cuando Adan
retrocedió, ella no pensó que les importaría con quién se apareara y se alegraría si llegara
embarazada. Se preguntó si había una hembra asesina al acecho. La montaña era
monstruosa. Las púas en los pies de Alaric le habían dado una ventaja.
"No te mataré, mujer", dijo Alaric. "Tengo planes más interesantes"
Adan agarró la escoba con sus manos. Sabía que se veía ridícula. Alaric no iba a tocarla.
Respiró hondo y deseó con todo su corazón que la escoba fuera la de una bruja y pudiera
volar. Apretando los dientes, Adan corrió hacia él.
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"Alakazam"2.

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Capítulo 8
Blu observaba los cielos. Había cubierto su cuerpo con el más asqueroso olor a 'barro' que
jamás había tenido la desgracia de que Veikko se encontrara. Blu arrugó su nariz y miró a
Veikko.
"¿Estás seguro de que esto funcionará?"
"Estás verde y hueles tan mal que ni tu propia madre reconocería tu olor" Veikko le sonrió.
"Esto es barro, ¿verdad?"
"Claro".
Blu tenía sus dudas. Un punto se formó en la distancia. A medida que se acercaba, Blu
pudo distinguir los contornos de una bailarina del aire. Voló sin esfuerzo hacia él y quedó
suspendido. La criatura ladeó la cabeza y luego estornudó. Los labios retorciéndose
formaron una fina línea de desagrado. Para alivio de Blu, mantuvo las distancias.
"Haz el ruido", instó Veikko.
Un sonido estrangulado vino de lo profundo de la garganta de Blu durante unos instantes
antes de que se detuviera. "Sueno ridículo", se quejó.
"Te lo dije, es el ruido que hace una madre bailarina del aire si ha perdido a su cría"
Blu apretó los dientes y luego volvió a hacer el ruido. La bailarina del aire voló más cerca,
abrió los brazos, se detuvo y volvió a estornudar. Se agitó alrededor de Blu, indeciso. Veikko
dijo que, si la bailarina del aire se negaba a la madre, él devolvería la cría, o a Adan en este
caso, o eso esperaban. La bailarina se acercó hasta que se encontró cara a cara con Blu. La
bailarina agitó la cabeza con tristeza y voló hacia el cielo.
"Felicidades, eres demasiado repugnante incluso para un posible compañero desesperado",
dijo Veikko.
"Será mejor que me devuelva a Adan".
"Lo hará, tenemos que esperar. Puede que la tenga un día o dos, pero se dará cuenta de
que sin la madre allí para protegerla mientras está en el nido es susceptible a los jóvenes
bailarines del aire".
"¿Qué demonios? ¿Quieres decir que es verdad que los jóvenes machos intentan atraer a
las jóvenes hembras? ¿Por qué no lo mencionaste antes?"
"Parecía irrelevante en ese momento"
"Imbécil".
"Cuidado."
Blu se giró y se agachó al mismo tiempo. Estaban siendo atacados por dos asesinos, ambos
hombres. Veikko luchó contra una bestia verde escamosa. Blu fue atacado por una criatura
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viscosa y recubierta. La baba goteaba del ser, los sentidos de Blu le decían que era tóxica,
pero su piel no permitía que entraran las toxinas. Sería mortal para Adan. Significaba que
Blu estaba luchando contra un asesino que la quería muerta. Veikko le había informado a
Blu que cuando contrataron a dos asesinos no significaba que trabajaran juntos. Si uno
tenía éxito, obtenía ambas recompensas.
"Dame a la hembra".
Las palabras en Zargonnii eran toscas para los oídos de Blu, pero él entendió al ser viscoso.
"Eso no va a suceder".
“Entonces muere”
Una bola de baba fue lanzada a la cara de Blu en una pequeña descarga; sus ojos le
prendieron fuego antes de que le alcanzara, las cenizas cayeron al suelo. El asesino rugió
de dolor cuando Blu centró su mirada en él. La criatura no era inmune al fuego y pronto
todo su cuerpo se quemó mientras se agitaba. Desesperado, el asesino corrió hacia Blu. Los
ojos de Blu lo cortaron por la mitad en las caderas. El cuerpo del asesino se separó.
Veikko y el lagarto escamoso continuaron luchando. "Vete", gritó Veikko.
"La bailarina del aire", le gritó Blu.
"La bailarina del aire no se la dará a nadie más que a ti. Vete, con tu hedor puede
encontrarte"
Reconfortante.
Blu se fue. El día se estaba desvaneciendo. Si la bailarina devlvía a Adán, necesitaba un
refugio para ella. El terreno que cubría se movía rápidamente bajo sus hostigados pies. Si
dos asesinos los hubieran encontrado, otros los habrían seguido. Blu esperaba que Veikko
matara al lagarto. Tenía que ser uno de los asesinos que había contratado el Tonan.
Blu se metió en una pequeña cueva. Miró las hojas verdes en el suelo. Se adelantó para
ponerse en el medio. Las hojas se cerraron sobre él.
"Más abajo", dijo Blu.
Las hojas bajaron. Todo lo que tenía que hacer era esperar. Blu salió de la cueva haciéndose
visible al cielo. Él recuperaría a Adan, tenía que hacerlo. Y él la aparearía. No más esperas,
ella era suya. Los sentimientos de Blu eran demasiado fuertes. Aunque no hubiera tenido
lugar un apareamiento real con su semilla sellando el trato, ella era suya. Él había querido
morir cuando ella había saltado. Su pesadilla era Adan cayendo hacia la muerte ante sus
ojos. Apretó los ojos y los cerró.
"Adan", susurró. "Por favor, vuelve a mí"

Adan intentó esquivar a Alaric. Mientras ella corría hacia la abertura del nido, Alaric corrió
hacia el interior del nido, sus pies puntiagudos colgándolo del techo. Ella le golpeó en la
cara con la escoba cuando él la levantó de sus pies. Pateó y golpeó su enorme cuerpo hasta
que le dolieron los puños. Alaric la levantó, su puño en el chaleco, tirando de ella para
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ponerlos cara a cara. Adan le escupió. Alaric la tiró al suelo y le puso una rodilla sobre el
pecho, inmovilizándola. Adan se quedó boquiabierta cuando su saliva fue absorbida por la
piel de él. Él sonrió y le tocó el pelo. Adan ya no podía patearlo, si ella subía sus piernas,
sus muslos serían empalado por las púas de sus pies. Sus manos descansaban a ambos
lados de su cabeza.
"¿Qué será, pequeña humana. ¿Debería entregarte al Tonan que está deseando matarte?
¿O debería aparearme contigo y enviarte a los Braxians embarazada de mi descendencia?
Los bailarines del aire están criando, lo que deja un cierto olor deseable en el aire. Tu sabor
es embriagador y fluye a través de mi sangre, iluminando un sendero caliente. Mira."
Adán observó el lugar donde su saliva absorbida chisporroteó a la vida, una mecha
encendida bajó por su barbilla hasta su garganta, por un segundo estuvo segura de ver el
latido del corazón de él en su pared torácica. El chisporroteo siguió hacia abajo haciendo
su camino, hasta deslizarse más allá de su cintura.
"¿Adivina dónde termina?" Adan lo sabía y se estaba asustando. "Me han dicho los asesinos
que los Braxians contrataron que si Veikko fallaba les gustaría aparearse contigo. Si te
devuelven en estado de crianza, ganarán mucho más. Ahora la fortuna será mía. Si te
apareo, no te entregaré al Tonan. Soy cruel, incluso malvado, pero soy conocido por cuidar
de mis hijos".
Adan estaba en apuros preocupándose por el tema de acostarse con esta cosa. Adan sabía
que no importaba que ella regresase con Blu. Si los Braxians eran lo suficientemente crueles
como para enviar asesinos a reproducirse con ella antes de que la devolvieran, ella no quería
tener nada que ver con ellos. No le importaba si tenía que esperar a Blu para siempre.
Amarle y quedarse con él sería suficiente. Él le buscaría un lugar y la cuidaría. No era
perfecto, pero cualquier cosa era mejor que el infierno mirándola a la cara.
Cuando ella apretó un puño y lo envió hacia su barbilla, Alaric le agarró las muñecas. Púas
salieron disparadas para cubrir su rostro.
"Veo que será interesante mantenerte a salvo de mí", dijo Alaric como si estuviera
reflexionando. Estudió su mano. "Nuestras hembras son resistentes y letales. Se han estado
reproduciendo cada vez menos. Creo que los supervisores se están preocupando. Quién
sabe, pueden tentar a sus asesinos con regalos de hembras humanas".
La idea causó nauseas a Adan. Los asesinos que había conocido hasta ahora, excluyendo
a Veikko, eran repugnantes y brutales. Veikko era bastante espeluznante pero tenía
compasión. Las púas desaparecieron de la cara de Alaric. Miró detrás de él y Adán vio que
las espigas de sus pies también desaparecían. Él le sonrió.
"Saca lo peor de tí, pequeña hembra. No puedo esperar"
Adan levantó la rodilla y le dio en las pelotas. Alaric aspiró el aire, pero aún así sonrió. Por
un segundo, más de su peso presionó a Adan contra el suelo. No podía respirar. Alaric la
observó mientras ella luchaba y él alivió su peso.
"Tu tráquea es claramente vulnerable. Es bueno saberlo. Me abstendré de hacerte daño ahí"
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Con una mano le giró el rostro a ambos lados, apretando hasta que ella hizo un gesto de
dolor. Su mano se movió para tocar un pecho y ella se agitó salvajemente. Alaric se detuvo
antes de tocarla. Su mirada era pensativa.
"Me crucé con una hembra cuya coraza intentó cortarme la muñeca. Parece que no tienes
pectoral. De hecho, no tienes nada que te sirva de defensa. Nunca he visto una garganta
tan vulnerable. Un apretón y estarías muerta. No estoy seguro de que los Braxians te
quieran si les das algunas de mis habilidades con tu descendencia. A menos que quieran
un medio desamparado medio humano para estudiar y reproducirse".
Alaric metió una mano bajo la camisa de ella por el costado. Su mano se mantuvo alejada
su pecho vagando por debajo de su axila. Por un segundo sintió una sensación de escozor
en el lugar que él tocó.
"Bájate de mi puta cabeza", gritó Adan.
"Ah, sí, deben ser tus encantadoras palabras inteligentes y llenas de ingenio las que los
supervisores desean" Alaric sacó su mano del interior de su camisa y sonrió.
Adan estaba en pánico, sus pensamientos se centraban en Alaric. Un pequeño dolor de
cabeza comenzó a formarse deseando con todas sus fuerzas que Trooper regresara y la
llevara con Blu. Ella se concentró más hasta que miró detrás de él. Su miedo desapareció
con su dolor de cabeza.
"Creo que es mejor que te alejes de mí"
"Me gusta estar aquí". Sus palabras eran lentas.
"No lo harás por mucho tiempo. Papá está en casa y parece enojado".
Alarico se giró cuando las garras de Trooper le arañaron la espalda. Adan gritó cuando
Alaric se movió en un intento de escapar. La presión en el pecho y en el vientre le dolía,
recordándole que la ropa que llevaba era indestructible, pero no lo era. Alaric saltó y Adan
se fue rodando. Trooper rodeó a Alaric y mantuvo a Adan detrás de él. Su dulce criatura
pájaro se había transformado en Godzilla.
De su cara plana y peluda brotó un pico agudo, ganchudo y negro. Las manos con garras
que le habían acariciado las mejillas antes eran dos veces más grandes, formando un solo
puño. Las cuatro alas ya no eran suaves como un peluche, sino afiladas como una navaja.
Todo el ser se tornó de color púrpura oscuro.
Cuando Trooper atacó, Alaric fue agarrado por sus alas internas y empujado contra un
pecho con una dura coraza mientras le vapuleaba. Trooper no perdió el tiempo. Huyó del
nido con el asesino a remolque. Adan corrió a ver la pelea por la puerta. Alaric se retorció
de Trooper, moviendo sus pies hacia el exterior del nido; se las arregló para agarrarse fuerte
y se liberó del pájaro. Corrió directamente a la cima, obviamente tratando de escapar a
través del puente de madera y barro.
Trooper voló hacia él, desgarrándole los brazos con las garras, tratando de derribar a Alaric.
Los dos eran un torbellino de movimientos. Trooper retrocedió. Desde su posición,
prácticamente colgada de la abertura, Adan pudo ver a Alaric de pie en la parte superior
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del nido mirando de Trooper hasta al puente. Con un rugido, Trooper se lanzó tan rápido
como pudo clavando a Alaric en las tripas. Madera fue arrancada por los punzantes pies de
Alaric. Ambos cayeron girando en el aire dando volteretas y haciendo piruetas. Alaric
golpeaba a la poderosa criatura-pájaro, pero si mataba a Trooper, caería a su muerte. Si
soltaba a Trooper, caería hasta la muerte.
Adan se mordió una uña mientras la pareja luchaba frente a la abertura del nido. No quería
que Trooper muriera; tampoco quería quedarse para siempre en un nido considerado como
el bebé de una bailarina del aire. La pelea fue la cosa más violenta que Adan había
presenciado. Alaric arrancó trozos de plumas peludas de la parte inferior de las alas de
Trooper. Las púas en las plantas de sus pies golpearon, tratando de destrozar al pájaro. El
pico de Trooper se clavó en la frente de Alaric y le dejó una gran herida. Luego le arrancó
dos de los clavos de la mejilla mientras Alaric aullaba.
Alarico agarró un ala interior y se retorció, dando la vuelta a la bailarina del aire sobre un
hombro. Trooper gritó cuando se le rompió el ala. Los pies de garra de Trooper atraparon a
Alaric por cada muslo y trató de partirlo en dos. Un puño golpeó entre las piernas de Alaric
contra su punto débil. Alaric soltó a Trooper. Adan se cubrió la boca mientras veía a Alaric
caer en caída libre, boca arriba, brazos y piernas extendidos, en espiral hasta su muerte.
Él la observó mientras caía hasta que ella lo perdió de vista cuando el gas verde se cerró
sobre él.
Cojeando y herido, Trooper entró en el nido. Cayó al suelo en su forma normal. Adan corrió
hacia él. Ella agarró algunas de las ramitas del suelo y usando material de su chaleco de
piel arrancó tiras para hacer una tablilla para su ala. Trooper parecía sorprendido. Adan le
pasó un dedo por la mejilla. Trooper se sentó en silencio durante unos instantes antes de
ponerse en pie. Reunió a Adan en su pecho y dejó el nido.
Volaron un rato antes de que Trooper empezara a rodear un área bajo el gas. Cuando el
poderoso alienígena apareció, Adan supo que era Blu. Estaba en el suelo esperándolos.
Trooper aterrizó a unos metros de Blu. La criatura-pájaro apretó a Adan contra su pecho,
estornudó en la dirección de Blu y se fue volando. Adan corrió hacia Blu y se detuvo.
"Dios mío, ¿de qué demonios estás embadurnado?" Preguntó Adan.
"No estoy del todo seguro", contestó él.
"El gas huele mejor que tú"
Miró a su orgulloso y apestoso guerrero verde y se rió. Blu le hizo señas para que entrara
en la cueva y ella se instaló justo fuera de las hojas.
"Voy a lavarme. La lluvia puede ser verde, pero cuando se detiene, el sedimento de ella se
asienta y el agua se vuelve clara en los estanques. Hay uno cerca. Dame unos minutos y
luego baja las hojas".
Adan entró en el centro de las hojas y perdió de vista a Blu mientras se cerraban. Contó
diez minutos y pidió a las hojas que bajaran. Blu esta de pie frente a ella sujetando dos
bolas redondas de fruta de color naranja, divididas por la mitad. Le ofreció una y tenía agua
clara. Con agradecimiento, Adán aceptó las ofrendas. Ella sonrió descaradamente.
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"¿Qué, no hay baile cachondo para cortejarme y deslumbrarme?"

"Puedo enseñarte un baile", dijo Blu.
Adán se sentó, engulló el agua y mordisqueó algo de su fruta. El cuenco de agua estaba
puesto a un lado. "Adelante, sorpréndeme"
Blu cogió la comida y le quitó la camisa. Frunció el ceño y trazó una larga marca roja desde
su pecho hasta su vientre.
"¿Qué pasó?"
"Estoy bien. Alaric me visitó en el nido de la bailarina. Esos pájaros son geniales cuando
están enojados".
Blu parecía amenazador. "Bastardo, le mataré".
"Ya está muerto. La bailarina del aire le mató".
Adan frotó las manos contra el pecho de Blu. Sus ojos rojos brillaban, haciendo una luz
suave, mejor que cualquier vela. Le encantaba su posesividad y su protección. En la vaina
de la hoja, Blu podría cambiar en modo batalla. Su pelo salvaje se asentó, sus dientes ya
no eran dagas. Su mano agarró una de las de ella y él la besó tiernamente en la palma de
la mano.
"Estaba muy preocupado", dijo Blu. "Lo siento mucho".
"Nada de esto es culpa tuya"
"Casi mueres por mi culpa"
"No por causa tuya, sino por ti"
"Hay algo que tengo que decirte, algo que tenemos que hacer. Algo importante".
Las palabras de Blu eran difíciles de escuchar. Un fuerte golpe de trueno rasgó el aire,
haciendo saltar a Adan y ella trató de no entrar en pánico. Se avecinaba otra tormenta. Las
lluvias eran mortales, el terreno podría abrirse. La vaina de la hoja en la que estaban empezó
a mecerse. Una tormenta fue la forma en que se separaron antes. La idea era aterradora
para Adan, no podía volver a perderle.
"¿Blu?"
"Veikko me dijo que nada puede penetrar esta cápsula. Por debajo está unida a una vid
irrompible; simplemente flotará con el agua y se volverá a su sitio cuando el agua retroceda".
"Estoy dentro de las tripas de un lirio gigante", murmuró Adan, y luego más fuerte, "Genial.
¿Cuándo sabremos si podemos abrir la planta?"
"La planta no se abrirá a menos que se sienta segura. No sólo protege a los ocupantes".
Se sentaron por un momento sintiendo la vaina subir y bajar con el agua. Las hojas
superiores se inclinaron pero la planta no se desplazó. Bajo su trasero, la piel de Adan se
sentía movida por el oleaje. Las hojas permitían flexibilidad y por un segundo Adan pensó
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que estaba en un remolino. Se pusieron a un lado, se detuvieron y luego volvieron a girar

en la dirección opuesta.
"Esto se va a poner molesto", dijo.
Una dura ola bajo su trasero la hizo volar. Adan fue arrojada a los brazos de Blu.
"Muy molesto", dijo, e inclinó su cara para besarla.
"Estamos en un velero verde", dijo Adan cuando se separaron. "¿No oyes esa maldita lluvia?
Debemos haber flotado desde la cueva. Suena horrible".
"Entonces escúchame a mí"
Un canto dulce salía de los labios de Blu creciendo en velocidad. El ruido era calmante.
Adan tocó la garganta de Blu, su piel se onduló bajo su mano haciéndola sonreír. La melodía
era para ella, derritiendo su angustia. Su nariz hizo cosquillas cuando le acarició el cuello.
Su frente presionaba su mejilla. Hubo veces en que ella le había oído hacer la extraña
melodía mientras dormía.
"Preciosa", susurró ella.
Te amo
Deseaba decir las palabras en voz alta. La cápsula se mecía y giraba; no importaba, Blu
estaba en modo batalla. Adan estaba desnuda cuando él le quitó los pantalones cortos, ella
riéndose mientras él se caía tratando de quitarse los pantalones y las botas.
"Maldición, es mucho más fácil desnudarse en el bosque cuando estamos de Vacaciones"
"Desnudo en la cama está bien", dijo Adan. "Pero quitarle la ropa a tu pareja se supone que
es como desenvolver un regalo"
"Mi gordo trasero no puede desenvolverse de este regalo lo suficientemente rápido".
"No eres gordo, mi guerrero patea-traseros".
Blu lanzó sus botas, una onda las arrastró hacia arriba y una se estrelló contra su cabeza.
Adan se cubrió la boca con la mano, y luego se apartó a un lado.
"Dios mío, estamos bajo fuego aquí, ponte las botas de nuevo, póntelas"
Chilló cuando una bota salió disparada en su dirección. Atrapando el objeto ofensivo antes
de que llegara a Adan, Blu volvió a meter los pies en las botas. El cuenco de agua cayó sobre
su cabeza. La camiseta de Adan revoloteaba entre sus piernas y ella empezó a reírse. Se
cayó en el regazo de Blu. Su pelo salvaje se estaba asentando de nuevo para cubrirlos.
"Maldición", juró Blu. Tomó el cuenco de agua que era fruta perforada y se lo comió,
librándoles de un problema.
"Tengo una idea, pero no te gustará, o tal vez te guste", dijo Adan.
"Intentaré cualquier cosa. Tengo una erección tan mala que podría golpear a un asesino en
la cabeza hasta la muerte con ella".
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Adan soltó una risita ante esa imagen. Hizo un balance de lo grande que era su entorno y
de lo grande que era Blu.
"Acuéstate boca arriba y estira los brazos y luego los pies", aconsejó.
"¿En serio?"
"Confía en mí"
Blu extendió las piernas abiertas. Fue capaz de mantener el cuerpo en su sitio. Sus ojos la
miraron con frustración. Adan quería tomarse su tiempo y burlarse de él trepando
tranquilamente sobre él. Una ola la levantó y lo cubrió. Se quedó allí tumbada durante un
momento y luego dobló los codos, se empujó hacia arriba y aseguró las rodillas a cada lado
de él. Le apretó el pecho con fuerza. Blu rebotó y movió las caderas debajo de ella.
"Tranquilo, esto es difícil. Estoy en un toro de hierro."
Por un segundo, Blu la soltó con una mano, la agarró fuertemente por debajo de un brazo
y tiró de ella hacia arriba y luego hacia abajo. Adan jadeó. La dejó ir y los estabilizó una vez
más. Las olas se elevaron y cayeron bajo sus rodillas haciendo su propio movimiento. Blu
no había estado bromeando; su polla era una montaña dura y sólida. Adan rebotó sin
piedad sobre él. Poderosos músculos se contraían bajo sus muslos. Ella amaba su pecho,
como se sentía bajo sus manos.
Blu liberó su presión sobre las paredes y la puso en posición sentada. Su espalda presionó
contra la vaina mientras él estaba de rodillas, sujetándola de nuevo en posición. Sus largos
brazos estaban altos y sus palmas apretadas contra las hojas. Sus movimientos golpeaban
su ligero cuerpo hasta que ella apenas podía respirar.
La cápsula se inclinó con su peso y la presión, pero sólo lo suficiente para atrapar a Adan.
Blu no podía destruir las paredes; la vaina podría arrojarlos al agua si se sintiera
amenazada. No había ningún lugar para liberar sus poderosas necesidades excepto en ella.
Su enorme polla se introdujo en ella, haciéndola jadear y correrse al mismo tiempo. Ella
dijo su nombre. Blu le rodeó la cintura con un brazo para mantenerla en su posición. Su
intensa mirada le calentó el rostro hasta que ella se sintió caliente. El sudor le recorría la
frente.
Entre sus muslos se sintió devastada hasta que una oleada tras otra de orgasmos la
consumió. Sus piernas temblaban mientras jadeaba, intentando recuperar el aliento. Adan
le rodeó el pecho con sus brazos, con su rostro presionado contra él. Su guerrero se estaba
llevando su premio, su regalo dulcemente torturado. Adan gritó mientras él se sumergía,
sus entrañas suplicando clemencia. Ella le sintió en esos momentos, su deslizamiento. Ella
trató de alejarse pero él se negó a liberarla.
"No. Blu, no."
"Conseguiré que salgamos de aquí"
"Tu sueño" No quería llorar. Debió haberlo detenido antes de que fuera demasiado tarde.
Blu se desplomó sobre su costado con cansancio. "Lo siento, Adan. Estaba tan preocupado
por ti. No he dormido desde que te raptaron. Te prometo que podremos hablar pronto"
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Adan sabía que estaba dormido después de hablar. La culpa la consumió. Ella le amaba
mucho y le había costado su hijo. Por supuesto que no estaba pensando si no había
dormido. Era el guerrero más honorable que había conocido. Se habría sentido abrumado
por la culpa de perderla cuando no había sido culpa suya.
Oh, Blu, ¿qué he hecho?

Cuando Blu se despertó, encontró a Adan acurrucada a su lado, sin tocarle. Su dedo dibujó
la redonda curva de su cadera. Estaban apareados. La idea le sorprendió y le complació.
Después de casi perderla, Blu se dio cuenta de lo tontamente que se había estado
comportando. Dejarla embarazada no era una buena idea, pero aparearse con ella sí lo fue.
Quién sabía lo que hoy les esperaba. Todo lo que importaba era el aquí y el ahora.
La sintió agitarse y se vistió. Él le daría más fruta y agua. Cuando Blu le dijo a la planta
que bajara, miró a su alrededor. Veikko estaba sentado no lejos de ellos, las piernas
cruzadas por los tobillos, apoyándose en el tronco de un árbol que goteaba. Las emociones
mezcladas asaltaron a Blu, estaba contento de que Veikko estuviera vivo y esperaba que
hubiera matado al asesino, pero molesto de que Veikko siguiera pensando que era él quien
protegía a Adan.
"Ya no apestas más, siempre es algo bueno" Los ojos de Veikko estaban cerrados mientras
hablaba.
"Sigues vivo, siempre es algo bueno"
"Aw, te preocupas por mí"
Blu admitió que el asesino era una especie de amigo, pero preocuparse por él era ir
demasiado lejos. "¿Mataste al bastardo?"
Veikko se rió. "Así que no es a mí a quien adoras, sólo me quieres por mi habilidad. Y sí, lo
aplasté como a un insecto"
Veikko se levantó y Adan se arrastró hacia delante. Blu la vio marcharse. "Oye, ¿adónde
vas?"
"A orinar".
“Hazlo dentro de la capsula” dijo Veikko.
Ella arrugó la nariz. “No orino donde duermo”
"No dormirás ahí dentro. Estamos cerca. Deberíamos llegar hoy a los supervisores", dijo
Veikko.
"¿Qué tal si alguien más tropieza con mi, eh, desastre?"
Veikko la miró con una sonrisa de satisfacción. "No importa adónde vayas, los asesinos
pueden rastrearte por lo que dejes atrás"
Adan se puso rojo remolacha. "¿Huelen mi mierda?"
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"Orinar, mierda, sudar, cuando Blu te lleva como su carga. Lo cual, por cierto, provoca
algunas risitas, que tu guerrero no pueda entrar en una hembra. O tal vez lo ha hecho ya".
Adan se pasó la mano por la cara, pareciendo culpable de pecado. Blu habría golpeado a
Veikko en la boca, pero al mirar a Adan supo que algo le molestaba. Se preguntaba si ella
estaba preocupada porque estaba embarazada. Escapó hacia la cápsula y les dio la espalda
mientras las hojas la ocultaban.
"Es mejor que te asegures de que lleve a tu hijo antes de que veamos a los Braxians. Sabrán
que te la llevas a casa contigo. No ofrecerán santuario a Adan si eso causa una guerra entre
ellos y los Zargonnii".
"¿De qué estás hablando?" Preguntó Blu.
"Los Braxians se ofrecieron a quedarse con Adan, ya que no parecías interesado. Puedo oler
que cambiaste de opinión. La habrían mantenido a salvo. Habrían elegido a un asesino que
quisiera aparearse con ella, o quizás con unos cuantos. Nada le habría hecho daño, ni
siquiera las mujeres asesinas".
"¿Como tú?" Blu estaba furioso.
"Se me pasó por la cabeza. Hasta que me di cuenta de lo peligroso que es este lugar para
ella. Me gusta estar aquí afuera. Aparearse con ella significaría quedarse en el refugio. No
quiero esa vida".
"¿Adan sabía de esto?"
"Por supuesto, el segundo día cuando volví de mi reunión con los supervisores. Si no
tuvieras que cuidar a Adan, ya estarías en tu nave yendo a casa".
"Lo siento mucho, Blu. Fue por mi culpa. No quería que te fueras sin mí. No quería
quedarme. Saqué de mis pensamientos la idea de que me dejaras atrás. Sabía en mi corazón
que nunca lo harías, eres demasiado honorable. Estar en tu planeta y estar cerca de tí es
mejor que no tenerte en absoluto. Debí haberme esforzado más por detenerte anoche. Tal
vez no hemos concebido"
Adan había regresado, estaba pálida y temblando mientras hablaba. Blu se odiaba a sí
mismo cuando miraba su expresión desolada. Ella no estaba contenta de que él se hubiera
apareado con ella; ella aún pensaba que él tenía sueños más grandes que ella. Nada era
más importante que Adan.
¿Qué es lo que he hecho?

Blu miró a Adan. "¿Lo sabías? ¿Cuándo ibas a decirme lo que querían los Braxians?"
"No estaba segura de qué pensar. Sé que te importo, pero sé lo que quieres. Sé que piensas
que lo que pasó fue culpa mía y no te culpo. Todo saldrá bien. No estoy segura, pero puedo
decir que no estoy embarazada. Aún puedes conseguir tu sueño".
Blu tomó sus manos en las de él.
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"Lo siento mucho, Adan. Debería haberte dicho que te quiero. Sólo a tí. Preocupándome por
ti, me cansaste más que cualquier Vacaciones, debería haberme quedado despierto, pero
estabas a salvo, finalmente a mi lado y en mis brazos, donde perteneces. Tú eres quien es
importante para mí. Tú eres real. Tú eres mi sueño. Por favor, ven a casa conmigo; por
favor, haz de mi mundo un hogar que me guste. Finn tenía razón todo el tiempo. Podría
esperar años y años por un hijo. ¿Por qué haría eso cuando mi futuro me mira a la cara?
Agárrate al amor cuando llegue y agárrate fuerte, dijo Finn. He sido un imbécil por no
decirte antes que no puedo vivir sin ti. Quién sabe lo que nos deparará el futuro, pero por
ahora nos tenemos el uno al otro. Es suficiente para mí. Espero ser suficiente para ti.
"Ya casi estamos en casa. No me habría arriesgado a dejarte embarazada antes. Estamos
muy lejos del santuario de los supervisores".
Adan había esperado tanto tiempo por esas palabras que se quedó sin palabras. La quería
todo el tiempo después de todo. Ella quería lanzarse sobre él y decirle cuánto lo amaba. Ella
iría a cualquier parte con él, nunca hubo otro lugar en el que quisiera estar. Se preguntó si
los consideraba apareados. Necesitaba saberlo, no podía esperar.
Adán gritó cuando unas garras afiladas atravesaron el pecho de Blu por detrás. Blu jadeó
y luchó por mantener sus pies. Las garras parpadeaban y se retraían de una manera
extraña, las puntas desaparecieron. Cuando Blu giró, Adan se quedó en shock cuando las
garras estaban por la parte delantera de Blu y por la parte de atrás de Blu y luego se
soltaron para apuñalarle nuevamente.
Adan no pudo soportarlo. Ella odiaba esas garras, estaban lastimando a Blu, ella nunca
había odiado nada tan malo en su vida. La cabeza le empezó a latir, más fuerte, más dura,
a medida que su concentración se hacía más abrumadora. Quería esas garras destrozadas,
podía verlas destrozadas en sus pensamientos. Las garras se replegaron y cuando
aparecieron frente a Blu las partió por la mitad, se derrumbaron en el suelo. El asesino
gritó.
"Corre", gruñó Blu mientras se agarraba el pecho. "Corre, Adan, los supervisores están
cerca. Los Zargonnii te llevarán a casa"
Cortes en zigzag alrededor de su pecho, sangre azul empapando su piel. Los ojos de Blu
brillaban mientras cauterizaba sus heridas, pero Adan podía ver que había demasiado daño
interno y no podía llegar a su espalda donde fluía la sangre. Adan no podía moverse. Blu
estaba luchando por su vida. Ella pensaba que era imparable. Su agonía era un libro abierto
en su cara. Veikko luchó contra Alaric. Ella lo había creído muerto, no había forma de que
pudiese haber sobrevivido a la caída, pero ahí estaba. Otros dos se unieron a la batalla.
Tenían que ser ellos los que la llevaran a los Braxians. Eran horribles y le recordaron que
a los supervisores no les importaba cómo llegaba a ellos. No tuvo tiempo de contarle a Blu
el plan de los supervisores, y que nunca podría quedarse en este planeta con criaturas como
esas, y lo que ellos querían hacer antes de llegar a los supervisores. Blu no sabía lo cruel
que ella pensaba que eran.
"Corre, Adan"
Adan vio como Blu cogía lo que quedaba de las destrozadas garras de la criatura y se las
clavaba en la barriga. Cuando la criatura cayó, Blu cayó encima de él. No se movió. Un
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rugido sonó en los oídos de Adan. En ese horrible momento supo que Blu estaba muerto.
El rojo de sus ojos parpadeó, y luego se extinguió. Estaba tendido sin ver, sus ojos vacíos
en su dirección. Adan estaba en shock sin saber qué hacer o qué pensar mientras sus
pensamientos corrían como ríos a través de su mente y no se asentaba ninguno. Ella quería
correr hacia él, pero las tres criaturas que luchaban contra Veikko no la matarían, su
destino sería mucho peor. Todos lucharían hasta la muerte para ver quién la retendría si
Veikko perdía. No había forma de que el asesino solitario pudiera ganar. Si ella hubiera
muerto, la muerte de Blu habría sido en vano y Blu lo había sido todo para ella. Adan corrió.
Adan bombeó sus piernas furiosamente mientras volaba por el terreno. Blu estaba muerto.
Su vida había terminado. Estaría atrapada en este horrible planeta para siempre. Ella sería
perseguida por las hembras, por los asesinos. ¿Adónde había que correr? Desde el rabillo
del ojo, vio movimiento mientras avanzaba a toda velocidad. Su corazón estaba en su
garganta preguntándose quién había ganado la batalla, o si se trataba de una hembra
asesina.
Saltó sobre la vegetación, apenas sin ver la boca abierta de un montículo de suciedad
muerta, el ojo parpadeando hacia ella mientras ella tropezaba fuera de su alcance. Adan
retrocedió. El susurro del follaje y la risa aguda llegaron a sus oídos.
"La venganza será dulce cuando te mate. Tu Zargonnii destruyó nuestra nave"
Adan se dio la vuelta y se quedó inmóvil. "¿Cómo llegaste aquí?"
Adán había visto la nave Tonan cuando fue cortada por la mitad. Ella había oído hablar de
los Tonans, pero este era su primer encuentro de cerca. Era tan grande como ella sabía que
sería un Tonan. Estaba completamente cubierto con su escudo gris. Había luces donde sus
ojos deberían estar. Sus dedos eran garras largas y afiladas. Sus pies parecían un
velociraptor. Dos colmillos colgaban de su boca sobre sus labios grises. El término horrendo
no le hacía justicia.
"Pude agarrar vuestra nave antes de que se deslizara en el agujero de gusano. Ahora estoy
atrapado. En las noches solitarias, mientras miro al enfermo gas tóxico, me quedo dormido
imaginando como gritas pidiendo clemencia cuando te mato".
Adan recordó el fuerte golpe antes de que se metieran en el agujero de gusano; había estado
aquí todo este tiempo. Los Tonan la querían muerta. Adan esperó a que usara sus garras y
le abriera el vientre. Sus hombros rectos, no suplicaba nada, pensaba en Blu. Gritó cuando
la agarraron por detrás. Veikko la tiró por encima del hombro. Adan jadeó cuando su nariz
estuvo a pocos centímetros de una pluma mortal. Veikko era un torbellino de movimiento.
Adan no permaneció mucho tiempo sobre su hombro. Mientras el Tonan atacaba, Veikko
arrastró su cuerpo a través de su vientre, cada pluma desapareciendo y reapareciendo
después de que su cuerpo se deslizara sobre él.
Con los ojos bien abiertos, Adan levantó la cara hacia arriba mientras era arrastrada por el
pecho y el vientre de Veikko. Sus púas salían al segundo que su piel ya no quedaba expuesta
a ser pinchada. Su largo cabello rojo era una excepción. Cada mechón fue separado y
atravesado. Hizo una serie de muecas de dolor cuando se le cepilló el pelo sin piedad,
arrancándole algunos gruñidos.
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Todas las plumas retrocedieron alrededor de un enorme muslo mientras Adan se deslizaba
entre sus piernas durante unos segundos antes de ser empujada en el aire cuando el Tonan
atacó a Veikko en los lugares donde creía que era más vulnerable, que era dondequiera que
Adan se deslizaba sobre él y a su alrededor. Las mortíferas plumas no pudieron penetrar el
escudo del Tonan. La cola del Tonan se movió en su dirección pero no pudo derribar a
Veikko, sus plumas le sujetaban firmemente en el suelo bajo sus pies. Garras fueron a por
el rostro de ella y Veikko la agarró por la parte delantera de su camisa con un puño. La
lanzó tan rápido en el aire sobre su cabeza, que sus piernas y brazos se doblaron detrás de
ella por las rodillas y los codos. El Tonan intentó cortarle la mano manteniéndola
suspendida. Adan fue empujada hacia arriba cuando el puño de Veikko se abrió, su pecho
ahora suspendido en la punta de sus dedos. Púas a milímetros de sus pechos. El Tonan
tuvo que acercarse para continuar su asalto.
"Su compañero está muerto", bramó el Tonan. "No puede sobrevivir aquí".
"Yo elijo si vive o muere", gritó Veikko. Adan gritó cuando Veikko metió dos dedos en la boca
del Tonan mientras se preparaba para hablar de nuevo. El Tonan se ahogó y jadeó cuando
el gas fue liberado por su garganta.
Adan fue lanzada más alto durante unos segundos y cayó cuando las yemas de los dedos
de Veikko ya no la suspendieron. Veikko se giró, golpeando con sus dos poderosos brazos
la espalda protegida del Tonan. El Tonan cayó de rodillas cuando Veikko agarró a Adan
antes de que cayese al suelo. Su torso rodó por el antebrazo de Veikko y giró limpiamente
hasta ponerse de pie donde se acuclilló. La lucha no estaba ni mucho menos terminada.
Veikko le arrancó la cola al Tonan y se la envolvió alrededor de los brazos y el pecho,
atándole. A dos manos, Veikko golpeó repetidamente la cabeza del Tonan contra el suelo.
Veikko arrancó un colmillo y luego el otro; se rompieron como ramitas y salieron volando.
Veikko ordenó a Adan que no los tocase, tenían veneno. Adan parpadeó pensando que no
se acercaría a nada de un sucio Tonan. Por un segundo, el escudo del Tonan vaciló en su
cuello. Era todo lo que Veikko necesitaba. Tres plumas se enterraron en el cuerpo del Tonan
y le paralizaron. Su escudo cayó, absorbiéndose de nuevo en su cuerpo. Había demasiado
daño, Blu tenía razón, el escudo de Tonan no podía regenerarse tan rápidamente sin la
ayuda constante de un sol brillante.
Veikko golpeó al Tonan en la espalda con un puño de púas. Una y otra vez continuó su
asalto hasta que Adan quiso vomitar. El Tonan se convirtió en un destrozo. Cuando
finalmente Veikko detuvo su brutal ataque, el Tonan estaba muerto. Su escudo chillaba sin
su huésped, separándose del cuerpo. Sin nadie que proteja el escudo se oxidó y se convirtió
en polvo.
Adan se tapó la cara con las manos y sollozó. Oyó a Veikko arrodillarse ante ella.
"Solo los débiles lloran", escuchó Adan, pero no de Veikko.
Cuando buscó a la misma mujer asesina con la que se habían cruzado, la miraron. La ira
tal como ella nunca había conocido envolvió a Adan. Con un grito de guerra se levantó,
lanzando su cuerpo contra la hembra asesina. Retrocedieron con el pequeño cuerpo de
Adan empujando a la mujer más grande lo más fuerte que pudo hasta que chocaron contra
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un árbol. La hembra se estremeció al hacer contacto con la corteza dura. Adan se echó
atrás.
"Débil mi culo, perra", dijo Adan y gruñó.
Adan esperó el asalto, la venganza. Nunca sucedió. La mujer asesina estaba mirando a
Veikko.
"Este no es lugar para ella. Los Zargonnii se ciernen sobre el planeta. Las hembras están
transportando al Zargonnii muerto mientras hablamos con los Braxians. Luchó bien y
merece ser enterrado en su propio planeta. No estamos en guerra con los Zargonnii"
La asesina pasó junto a Adan, golpeándola en el hombro, pero no fue un golpe brutal, fue
un reconocimiento. Adan se quedó en silencio cuando Veikko se acercó por detrás de ella.
Puso una mano en su hombro.
"No hay vida sin Blu", susurró Adan.
"Los Zargonnii cuidarán de ti. Lamento tu pérdida, pero la asesina tenía razón. Este no es
lugar para ti. Alaric escapó de mí. Él está curando sus heridas y te perseguirá hasta que te
tenga si te quedas aquí. Los Braxians le quieren escoltado al destierro. Cuando un asesino
deja de pensar con la cabeza y sólo con la polla, es volátil y hace cosas peligrosas, incluso
empieza guerras. Los Zargonnii han dejado claro que tú eres de ellos. Alaric dejó claro que
pusiste sus sentidos a toda marcha. Todo lo que hace un asesino es con pasión, cuando
mata, come o quiere".
"Yo era de Blu; nunca pertenecí a los Zargonnii"
"Pertenecer a Blu te convierte en Zargonnii. Especialmente si llevas la descendencia de Blu"
"No lo sé".
Veikko la volvió a mirar a los ojos. "Eso no es algo que los Braxians necesiten saber".
Adan asintió.

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Capítulo 9
Blu parecía dormido. Estaba tan limpio que su pelo blanco brillaba; una pequeña sábana
cubría sus extremidades. Cuando Adan tocó la mano de Blu, aún estaba caliente. La
habitación sin ventanas en la que había sido colocado estaba tranquila al amanecer. Veikko
la entregó a los Braxians, y se sorprendió cuando les dijo con vehemencia que estaba fuera
de los límites. Adan no sabía qué hacer con las criaturas. Todos eran del ébano más oscuro
con enormes ojos blancos. Ella sabía que eran brillantes, escuchó su lenguaje hablado
dentro de su mente antes de que sus oídos escucharan los sonidos. Expresaron simpatía
por su pérdida. Adan se dio cuenta de que sabían que no llevaba el bebé de Blu. Los
alienígenas también sabían que los Zargonnii no se irían sin ella. Si nada más, su honor
estaba en juego. Los Braxians entendían el honor en un guerrero. Se le permitió salir. El
intercambio la hizo sentir extraña, pero su corazón dolía demasiado como para
preocuparse.
La mesa en la que estaba Blu era lo suficientemente alta como para empujar su caja torácica
cuando Adan se inclinó para presionar sus labios contra los de Blu. Sus emociones se
calmaron; todo lo que sentía era una pena abrumadora. Lo que podría haber quedado en
su mente. En este odiado planeta hubo algunos de los momentos más felices de su vida.
Por un breve tiempo, ella fue de Blu, y al final él la quiso.
No quedaban lágrimas para que Adan llorara, estaba entumecida; se preguntó si su corazón
seguía latiendo. Los Braxians habían limpiado a Blu, su pecho olía dulce, desprovisto de
sangre. Veikko dijo que no se dejaría rastro del planeta en su cuerpo. Con Adan pasó igual,
ya que al entrar en la habitación cada centímetro de su interior se iluminó. Cuando la luz
se desvaneció, su ropa estaba impecable y ella sintió más que vio la limpieza de su cuerpo.
Su cara estaba enterrada contra Blu mientras le acariciaba el brazo. La sensación de
elevarse hizo que su cabeza girase durante un momento al desaparecer la habitación,
convirtiéndose en el hangar de la nave Zargonnii. Adan fue suavemente alejada de Blu.
Adan cayó en los brazos de Bethany, agradecida de ver a su amiga, y de ver que había
sobrevivido. La nave estaba en un alboroto. La vida se agitaba a pesar de que Blu se había
ido, de alguna manera no parecía correcto. Blu estaba siendo trasladado con Finn corriendo
al lado de la enorme camilla llevando a Blu hacia su consultorio. Adan y Bethany
caminaban detrás.
"Se ha ido. Le perdí," dijo Adan.
"Finn estaba frenético cuando oyó que mataron a Blu. Es una rareza que un Zargonnii
sucumba ante un oponente, especialmente uno tan joven", dijo Bethany.
"Fue atacado por detrás por un asesino. Fue tan extraño, las garras apenas tocaron a Blu
y, sin embargo, de repente, parecían sólidas y le atravesaban el pecho", dijo Adan.
"La mente del asesino las introdujo", dijo Titus. "Convirtió un holograma en vida. Algunas
especies pueden hacer eso con objetos, lo que les convierte en letales".
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Adan miró al líder Zargonnii sorprendida y feliz de verle. Pensaba que había perecido en la
explosión.
“Blu mató al asesino, le rompió las garras” dijo Adan.
"Si Blu rompió las garras, irrumpió en la mente del asesino de alguna manera, o tal vez tú
lo hiciste, Adan. Estuviste expuesta al Gorgano, aunque fuera brevemente. Hablas bien
Zargonnii"
"¿Quieres decir que podría haber salvado a Blu y fallado?"
"No tenías ni idea. Esto no es culpa tuya". Bethany agarró más fuerte la mano de Adan.
"¿Qué les pasó a las demás de nuestro iglú?" Preguntó Adan.
"Están localizadas, excepto una" dijo Titus y parecía incómodo.
"¿Bertha?"
"Sí", dijo Bethany.
Adan entendió por qué Titus parecía avergonzado, él era responsable de ella. Bertha era
una mujer horrible con la que nadie quería estar. Todos se esforzaron mucho evitándola, lo
que no era fácil cuando vivían juntos en el iglú. Cuando las seis mujeres fueron salvadas
por Finn y Blu, nadie a bordo de la nave espacial quería tener nada que ver con Bertha y
su gran boca de perra. No significaba que Adan no estuviera triste al enterarse de que se
había ido.
"Los últimos transbordadores de escape de la nave fueron dañados por el fuego cuando
llegué al hangar. Todo estaba explotando y no tenía mucho tiempo. Le dije a la hembra que
se atara, introduje el código en nuestro planeta, pero la consola estaba ardiendo. Vi salir la
nave", explicó Titus. "Puse a Bertha en la más grande con la esperanza de que tuviera más
éxito. Le expliqué mi razonamiento, pero se veía tan triste y me dijo que la estaba
abandonando como todos los demás que había conocido.
"No se pudo evitar. Le prometí que estaría bien y la encontraría, no dejaría de buscarla,
pero no me creyó. Tomé la nave más pequeña que no era más que una cápsula. La nave
explotó cuando yo estaba saliendo, mi nave estaba envuelta en fuego y pensé que me
quemaría. Perdí de vista a Bertha; la explosión debe haberla hecho girar en un agujero de
gusano como muchos otros. El mío me llevó a casa".
"No terminó en el destierro, ¿verdad?" Preguntó Adan, aunque su mente estaba en Blu.
"No, parece que no la encontramos por ningún lado", dijo Titus. "El dispositivo de rastreo
debe haberse dañado. Ningún otro planeta parece saber adónde fue, o no lo dicen. No puedo
imaginarme a ningún extraterrestre queriendo mantenerla -dijo Tito con cara de culpable
mientras murmuraba sus últimas palabras-.
Llegaron al consultorio de Finn, donde él se movía alrededor de Blu. Adan quería gritarle
que se fuera y dejara que ella tomara la mano de Blu en paz como lo habían hecho los
Braxians. Necesitaba un tiempo a solas con él para decirle cómo se sentía a pesar de que
era demasiado tarde. Sus emociones tenían que ser liberadas.
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"Murió protegiéndome", dijo Adan. "Murió por mi culpa"

Finn la miró extrañamente. "Murió demasiado pronto, pero no fue culpa tuya. Normalmente
estoy preparado para esto, normalmente un guerrero está preparado y hace arreglos para
verme"
Ahora era Adan quien miraba a Finn extrañamente. "¿Los Zargonnii saben cuándo
morirán?"
"Sabemos cuándo es el momento para que nuestro nuevo órgano se haga cargo. El interior
de Blu debe estar en un estado de turbulencia", dijo Finn.
"¿Qué?"
"Su corazón, Adan", dijo Finn. "No debería haber necesitado reemplazar su corazón durante
años. Todavía está en su primera vez y la segunda es generalmente la más difícil. La tercera
y última lo llevará a su quincuagésimo año, pero puede que haya perdido unos cuantos
años dependiendo de lo fuerte que sea este nuevo corazón".
"¿Eh?" Preguntó Adan.
Titus la sentó en una silla fuera del camino. Bethany pudo apretarse a su lado. Ambas
mujeres vieron cómo Finn tomaba un láser azul y se lo pasaba por el pecho a Blu. El cuerpo
de Blu saltó, luego se estabilizó y luego saltó de nuevo. Adan se cubrió la boca cuando vio
cómo el pecho de Blu se abría ligeramente y una gran masa amorfa de carne se escurría
por el agujero antes de volver a cerrarlo. Finn tomó la masa de carne y la tiró a la basura.
"El nuevo está en su lugar desde que empujó al viejo. Está latiendo, pero apenas, el órgano
necesita encontrar su propio ritmo. Es todo lo que puedo hacer". Finn miró a Adan. "Puede
que lleve algún tiempo, pero el segundo corazón de Blu madurará. Cuando lo haga, latirá
más fuerte, una vez que lo haga, saldrá de la estasis en la que está y estará bien".
"¿No está muerto?" Preguntó Adan.
"Técnicamente sí, pero en teoría no", contestó Finn.
"Lo trasladaremos a su propio alojamiento y tú puedes quedarte conmigo, o con otro
guerrero", dijo Titus.
"Ella puede quedarse con Bethany y conmigo", contestó Finn.
"¿Por qué no puedo quedarme con Blu?" Preguntó Adan.
"No te has apareado con él", dijo Finn. "Habéis estado juntos todo este tiempo y Blu ha
dejado claras sus intenciones. Otros guerreros piensan que está siendo deshonesto. Y
francamente, estoy sorprendido con él"
"¿Deshonesto?" balbuceó Adan y se puso de pie de un salto, lo que hizo que Bethany cayera
al suelo. "¿Dónde estaría el honor de embarazarme en ese horrible planeta?"
"Sabes a lo que me refiero", dijo Finn. "Blu ha tenido un sueño desde que llegó a la edad
adulta. Quiere un hijo".
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"Quería un hijo. Él me ama. Yo le amo. Nos atacaron tan rápido que no sé si nos considera
apareados. Nunca le privaría de un sueño, pero fuiste tú, Finn, quien le convenció de lo
contrario, no yo".
"¿Cómo?"
"Le dijiste que esperar la oportunidad de tener un hijo le consumiría. Cuando llegó Bethany,
tu sueño te miraba a la cara. Una familia. Blu quiere una familia. Quiero estar con él. Todos
sabemos que un Zargonnii vive cientos de años. Una humana no lo hace. Blu puede tener
a su familia ahora, yo estoy aquí esperando. Pero no duraré para siempre. Blu estará aquí
mucho después de que me vaya. Puede intentarlo con su hijo entonces"
A Adan le entristeció decir las palabras. Blu viviría más allá de ella y tal vez de cualquier
hija que crearan. También de una manera que la hizo feliz, Blu conseguiría el hijo que
siempre quiso, así como una familia.
"¿Blu comprometido contigo?" preguntó Finn, la miró extrañamente.
"Sí. Prometió llevarme a casa con él"
“Es cierto”
Adan gritó de júbilo cuando escuchó hablar a Blu. Finn miró asombrado y todo el mundo
se puso alrededor de la mesa.
“Esto es una rareza”, dijo Finn. "Normalmente sólo los padres con hijos regresan más rápido
por el bien de sus hijos"
"Necesito proteger a mi pareja", dijo Blu y miró a Adan.
"Pero ella no lleva tu olor", dijo Titus.
"Los Braxians tienen un ritual de limpieza. Se aseguraron de que Blu no llevara ningún
rastro de sus guerreros, debieron haber destruido mi rastro en él también," dijo Adan.
Estaba empezando a entender dónde estaba el problema con los otros guerreros.
"Nos apareamos, Adan es mía" Blu gruñó profundamente en su garganta. Incluso Adan
sabía que era un desafío.
Finn ordenó a los demás que salieran de la habitación. Adan se subió a la mesa y se acostó
a su lado, sus dedos jugando con la piel de su pecho.
"Creí que te había perdido", dijo ella.
"Aun así, viniste conmigo"
"Si no podía tenerte, quería estar en tu mundo"
"Según tus estándares, mi hogar será peligroso. Te juro que no te comerá un montón de
tierra, pero vamos a tener que tener una larga charla sobre los peligros de los cyrones y la
escoria de los estanques".
"Suena fascinante."
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"Quise decir lo que dije antes"

"Te amo. desde que te conocí".
"He pensado mucho. Sobre ti, sobre nuestras hembras Zargonnii. Un macho Zargonnii sufre
durante la espera después de unas Vacaciones. Pensé que sólo era un varón el que sufría,
pero me di cuenta de lo equivocado que estaba. Un hombre Zargonnii nunca pasa por el
dolor de sostener a su hija y tener que entregarla, nunca las vemos, o sabemos si existen.
Una hembra sostiene y ama a su hijo durante muy poco tiempo. Entonces se enfrenta a la
brutal tarea de entregarlo. Todo en lo que pensaba era en mi alegría por reclamar a mi hijo,
nunca pensé en la hembra. No es de extrañar que sean tan fuertes. Recuerdo los llantos de
mi madre y los míos cuando mi padre me abrazó por primera vez. Se veía muy feliz cuando
yo estaba tan triste. Pero él me amaba. Estaba muy orgulloso.
"Adan, si me das una hija, no habrá un padre que la quiera más que a yoí. Estaría muy
orgulloso y honrado. Debería habértelo dicho antes. La primera vez que hicimos el amor
supe que eras mi pareja, pero era demasiado peligroso dejarte embarazada en ese planeta.
Por favor, no creas que soy deshonesto por mis acciones. Necesitaba que supieras que eres
demasiado importante para perderte".
"No pensé ni por un segundo que eres deshonesto. Me culpé porque no entendí que habías
cambiado de opinión".
Blu la acercó y le besó la cabeza. "Esa criatura con la que peleé me habría cortado en
pedazos buscando todos mis corazones. Me salvaste la vida. Le rompiste las garras con tu
mente. Yo no podría haber roto un holograma. Hiciste que las piezas permanecieran
enteras. Mientras moría, me esforcé tanto por hacer latir mi otro corazón, pero incluso un
guerrero necesita ayuda de vez en cuando. Estaba muy preocupada por ti"
"¿Yo hice eso?"
"Sí. Me pregunto cuánto poder tienes en tus pensamientos"
Adan también se preguntaba. Cuántas cosas extrañas habían sucedido en el planeta,
haciéndola preguntarse si ella era responsable. Mientras que en la nave Zargonnii, en el
hangar ardiendo, quería que alguien la ayudara, deseaba que Blu la encontrara. Había
deseado para ellos entrar en el agujero de gusano cuando la nave Zargonnii explotó y el
Gorgano les había disparado. Ella no había querido que Blu se lastimara cuando chocaron
contra el planeta en el transbordador, ¿había mantenido a Blu a salvo? Se preguntó si había
invocado al pájaro para salvarla mientras caía cuando deseaba poder volar. Había deseado
muchísimo tener alas. Llamó en sus pensamientos a Trooper cuando Alaric la atacó, pero
ella también quería a Blu. ¿Había hecho esas cosas? Los Braxians habían estado en sus
pensamientos, pero ella los sentía allí y estaba tan enojada por su pérdida que quería que
se retiraran, y lo habían hecho.
"¿Te obligué a que te corrieras en mí?" Preguntó Adan. "¿Te obligué a aparearte conmigo?"
Blu jugó con un mechón de su pelo. “No, de hecho, sentí tu pánico. Fue mi propio egoísmo
el que actuó. Tenía que tomarte. Estábamos tan cerca de volver a casa, que en mi estupidez
pensé que estaríamos bien. Mientras moría, me reconfortaba saber que, si había dejado mi
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semilla en ti, no había forma de que los Zargonnii te permitieran quedarte atrás. Sí, harían
la guerra por un bebé medio Zargonnii".
"Por favor, no te me vuelvas a morir".
"Entonces será mejor que resista el impulso de hacerte el amor hasta que mi corazón esté
más fuerte. Por otra parte, la espera puede matarme".
Adan le besó dulcemente. Su Blu había vuelto. Su sueño estaba a su lado.

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Capítulo 10
Blu observaba como Adan miraba los alrededores. No podía empezar a describir su aspecto;
era un cruce entre desconcierto, excitación y tal vez estrés. Era mejor que el terror, ella no
tenía miedo. Desde su punto de vista, él sabía que era mucho para digerir. Para Blu, era su
hogar, era su planeta. Para Adan, era escalofriante, tal y como ella le dijo tan
ingeniosamente. Al menos no le pareció tan aterrador como Brax. La casa de Blu estaba
situada bajo un montón de huesos blancos de Cyron. Adan dijo que se parecían a su iglú,
pero la casa de él era mucho más fuerte, más grande y más cálida. Tocó un árbol enorme y
saltó hacia atrás cuando una enredadera trató de rodear su muñeca.
"Blu, este árbol está vivo, quiero decir, muy, pero que muy vivo"
"El árbol no te hará daño, pero te capturará si te acercas. Podría dejarle"
Ella lo miró con pánico. Blu la empujó de espaldas contra el árbol, el cual inmediatamente
le agarró las muñecas dentro de sus enredaderas. Era hora de que sus pensamientos
estuvieran en otra cosa, en él. Blu le subió la camisa y le acarició los senos. Sus ojos estaban
muy abiertos cuando el árbol le agarró los tobillos y le abrió las piernas. Blu le tiró de los
pantalones cortos, le bajó los pantalones y se metió profundamente dentro de ella.
"Mi corazón se siente mucho mejor", le susurró al oído.
"Estamos a la intemperie"
Blu se rió. "Estamos en mi patio trasero, rodeados por una valla. No se ve la valla, las vides
están cubiertas de vegetación. Tendré que deshacerme del árbol ahora que estás aquí, pero
aún no".
Adan jadeó mientras embestía con más fuerza. Las enredaderas del árbol no eran rivales
para un guerrero Zargonnii. Adan estaba completamente indefensa mientras él apoyaba
sus caderas contra ella. El árbol tendría que irse, pero tal vez no hasta que tuviera su primer
hijo. A un macho Zargonnii le encantaría jugar con las enredaderas; era evidente que
mientras Adan luchaba, al árbol le encantaba jugar con ella.
“¿Hay de éstos por todos sitios?” dijo Adan jadeando.
"En muchos lugares. Estos árboles son relativamente inofensivos. Mantiene a sus víctimas
a salvo de otras criaturas que cree que son una amenaza. Puede sentir que no tengo
intención de hacerte daño. Simplemente te sostiene, te estudia y luego te libera".
Blu embistió más fuerte hasta que Adán gritó. Una enredadera comenzó a envolverse en el
brazo de Blu. Si el árbol pensara que la estaba dañando, intentaría detenerlo y pondría a
Adan más alto en el aire contra sus ramas. Blu rompió la enredadera, embistió más fuerte
por unos momentos y rugió mientras soltaba su semilla en ella. El árbol soltó a Adan
después de romper la enredadera, dándose cuenta de que no era un depredador con el que
se podía jugar. El coloso había sido un recorte del árbol de su padre que Blu había rescatado
antes de mudarse de la casa de su padre. El árbol había estado aquí mucho tiempo. Le
entristecería que se fuera.
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CAUTIOUS SURRENDER
"Mierda, Blu, eso ha sido raro"

"Divertido, también".
Él tomó su mano y la llevó a su casa. Adan deambuló de habitación en habitación,
familiarizándose con lo que la rodeaba. Ella le hizo mil y una preguntas hasta que él declaró
que era hora de acostarse. No estaba realmente cansado; necesitaba asimilar lo que había
sucedido. Sus vidas habían sido un viaje loco en el transbordador. Fue agradable recostarse
con Adan en sus brazos, sabiendo que ella era suya y que estaban a salvo. Ella yacía
tranquilamente en sus brazos mientras dormía. Tan agradecida porque estuviera aquí, que
no se había quejado de la comida que él le daba, era la misma que en la embarcación
Zargonnii. Declaró que se había perdido la comida y se sumergió en el puré con trozos de
carne.
Su hermoso rostro estaba bañado por hilos de luz que se filtraban a través de una ventana.
Los cielos de Blu eran multicolores, pero los días eran considerablemente más largos que
en Brax y mucho más brillantes. La ventana era impenetrable para los intrusos, pero
permitía que una inofensiva y dulce brisa entrara y volviera a despeinar sus cabellos. Adan
dijo que le encantaba el aire de aquí. También a Blu.
Blu besó los labios de Adan y ella sonrió mientras dormía y susurró su nombre. Nunca en
toda su vida pensó Blu que estaría en su cama en su casa con su pareja en brazos. Era
inaudito, pero cierto. Blu cerró los ojos y apretó más a Adan; suspiró de alegría.
Un leve gemido llegó a los oídos de Blu. Venía de fuera, más allá de su valla, más allá del
bosque. Blu se levantó de la cama y se vistió. Estaba seguro de que había oído ese sonido
antes, en algún momento de su pasado. Miró por el gran ventanal de la sala de estar. No
podía ver nada. La ventana se disolvió por un segundo para entrar en su patio trasero. Blu
se detuvo y olfateó el aire. No olía el peligro, pero había algo ahí fuera observándole. El
gemido bajo volvió a sonar. Eso lo acercó más. En la oscuridad, más allá de un árbol, una
sombra se movía.
"¿Quién está ahí?" Preguntó Blu. Sus instintos para proteger a Adan se dispararon. Una
oleada como ninguna otra se deslizó por su cuerpo a una mayor proporción. Cuando un
macho dominaba a una hembra se hacía más grande, era su recompensa. Blu había llegado
a su recompensa. Eso le hacía aún más peligroso. Para empezar, era territorial por
naturaleza, y sus emociones se amplificaban.
Un gruñido sonó y Blu se quedó quieto cuando una mujer Zargonnii saltó a su paso. Blu
estaba perplejo; ya había pasado mucho tiempo de las Vacaciones. Si ella iba tras Adan, él
mataría a la hembra, sentía que era más poderoso que ella; ella era joven. La idea le asustó,
el hombre Zargonnii no mataba a sus hembras, nunca había pensado en ello.
La hembra olfateó el aire, se detuvo insegura, sin duda sintiendo que estaba en peligro, lo
que también la sorprendió. Ella gimió de nuevo, sonando como si hubiera sufrido. Su cabeza
se inclinó y se alejó aullando en agonía. Blu la vio irse llena de confusión. ¿Por qué
enfrentarse a él y marcharse, a menos que ella olfateara que él la superaría en una batalla?
Se preguntó por sus acciones, se encogió de hombros y se volvió para irse.
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Un pequeño sonido lo detuvo. Con precaución, Blu caminó alrededor del árbol. Un pequeño
bulto se movió y empezó a llorar. Atónito, Blu levantó al bebé en sus brazos. Se le ocurrió
entonces, conocía a la hembra, había ido de Vacaciones con ella hace meses. Sólo había
una razón por la que una mujer entregaría a su hijo a él.
Tengo un hijo.
Finn había mencionado que había una mujer descarriada vagando por el bosque con un
bebé, negándose a entregarlo. Blu no lo había pensado otra vez, tenía a Adan. Una gratitud
abrumadora se precipitó en su ser. Tenía a Adan y a su hijo. Tenía todo lo que siempre
quiso. Con ternura, Blu miró la dulce cara de su hijo. El bebé lloró por su madre. Era mayor
de lo que un bebé debería ser cuando va a ver a su padre. Blu se dio cuenta de que la madre
de su hijo había esperado todo este tiempo. El bebé era el primer hijo de ella, sólo lo
entregaría a su padre o, en su desesperación, a un hermano.
"Lo sé pequeño, lo sé. Estás asustado. Nunca has visto un guerrero masculino. Huelo
diferente, hablo diferente. Por favor, que sepas que no te abandonaron, tu madre no tuvo
elección. Entregarte a mí es lo más seguro que ha hecho. Ella te ama, tanto como yo a ti.
Yo soy tu padre. Te protegeré para siempre. Te quiero, niño precioso".
Blu se rió. Tenía que dejar de usar las bonitas palabras de Adan. Pero mirando a su hijo,
la palabra "precioso" era apropiada. Blu sujetó al bebé en su pecho y se lo llevó a casa.
Adan le estaba esperando. Parecía aliviada al verle entrar por la ventana.
"Pensé que tal vez fuiste secuestrada por una vid y comido por un insecto colosal", dijo ella.
"Mejor que eso, mira a quién encontré."
Adán se adelantó y miró a su hijo. "Vaya, cuando quieres algo no pierdes el tiempo".
"Su madre es la primera y última mujer Zargonnii con la que he estado de Vacaciones.
¿Cómo deberíamos llamar a nuestro hijo?"
Adan se acercó al pelo blanco y largo del bebé. "¿Cómo puede una madre renunciar a algo
tan precioso?"
"Oh no. No le estás llamando precioso."
"Nunca podría entregar a mi bebé"
"Nunca tienes que hacerlo. Nunca tendrás que renunciar a él, ni a ninguna hija que
tengamos."
Adan lo tomó en sus brazos. "Se parece a ti. Es enorme y pequeño, también"
"Necesita un nombre"
Adan fue a sentarse en los muebles rellenos que ella llamaba sofá. "Nada excepto tú me
resulta familiar. Nada me es familiar desde hace mucho tiempo. Todo lo que he tenido lo he
perdido. El nombre de mi padre era Rafe. Fue un padre maravilloso".
Blu fue a sentarse a su lado. El bebé estaba durmiendo. Vio a Adan balanceándose de un
lado a otro. Había estado muy callada últimamente, haciendo preguntas sólo cuando
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entraron en su casa. Ella había sido tan valiente en Brax, tan valiente como lo fue la primera
vez que la vio en ese iglú helado. Nunca se había quejado. Blu tenía a su hermano, a su
casa, a Adan y ahora a su hijo.
"Ahora tienes una familia. Rafe y yo cuidaremos de ti", dijo Blu.
Adan sonrió. "¿Qué tal si tú y yo cuidamos de Rafe, y puedes patear el trasero de todo lo
demás por nosotros"
"Trato hecho".

Adan mecía al bebé en sus brazos. Rafe se parecía mucho a un Blu en miniatura. Sus ojos
rojos la miraban con confianza. Blu le había informado que no corría peligro, que sus ojos
no prenderían fuego hasta que pudiera controlarlos o que todos los Zargonnii estarían en
peligro de que sus casas se quemaran hasta quedar reducidas a cenizas durante un
berrinche. La idea hizo reír a Adán y hacer un gesto de dolor al mismo tiempo.
El bebé balbuceó y Adan aprendió palabras bonitas en el idioma de su madre. Como este
bebé había pasado más tiempo con su madre, tenía un mejor vocabulario que la mayoría
de los bebés Zargonnii. Desafortunadamente, Blu no le entendía; le estaba enseñando las
palabras masculinas de Zargonnii.
Blu había hecho comida Rafe. Era muy parecida al puré de avena con pequeños trozos de
carne que había hecho para Adan a bordo de la embarcación Zargonnii y su primera noche
en su nuevo hogar. Le explicó que una vez que una madre entregaba a su bebé, él estaba
listo para la comida sólida. Adan había mirado los dientes de Rafe con cautela cuando se
fijó en sus pechos, queriendo amamantar. Ella no sabía cómo su madre podía amamantarlo,
a menos que tuviera tetas de hierro.
"Bueno, hombrecito, ¿qué hacemos hoy?"
Adan sentó a Rafe en el suelo. Era del tamaño de un niño de uno o dos años de la Tierra y
más resistente. Ya caminaba, pero con los pies gordos e inestables. Por ahora, él estaba
contento de sentarse y reírse mientras ella jugaba a esconderse con él. Ella se rió cuando
él se concentró e hizo bailar las puntas de su cabello. Blu dijo que Rafe practicaría ser un
guerrero todos los días, lo llevaba en la sangre. A las doce años sería letal para sus
enemigos, pero cariñoso con su familia. También sería más grande que Adan a los ocho
años.
Había un área en una habitación diferente preparada para que pudiera dormir. Por ahora,
Rafe no podía salir de su enorme jaula tipo corralito. Estaba para su seguridad. Rafe quería
explorar todo y Adan y Blu tenían las manos ocupadas manteniéndole alejado de los
problemas. Adan se paseaba por la casa cuando dormía la siesta, el bebé lo probaba todo.
"Buuuu", dijo en alto Adan desde detrás de sus manos y Rafe se rió nerviosamente. "Tu
padre volverá pronto de su reunión con Titus. Luego prometió llevarnos a dar un paseo esta
tarde".
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Recién llegados de otra caminata matutina. A Rafe le encantaba estar afuera y Blu era
indulgente, explicando que el niño y Adan necesitaban aprender inmediatamente de qué
alejarse. Rafe bostezó y se deslizó en su regazo. Adan acarició su sedoso, suave y largo pelo
blanco. En pocos días se había enamorado del niño. Luchó por un momento para ponerse
de pie, él era un niño pesado, y lo llevó a su habitación. Pronto lo hizo instalarse con su
manta y su juguete, y él estaba dormido antes de que ella saliera de la habitación.
La casa de Blu era una fortaleza, así que no tenía miedo de que nadie entrara ni nada. Blu
la había llevado a ella y a Rafe a recorrer la zona que él llamaba su hogar. Había monstruos
feos que Blu dijo que eran Bangors. Pelo rojo con mocos goteando de sus narices de cerdo.
En cuanto Blu vio a la criatura, la mató. Con el pequeño Rafe en una mano, Blu lanzó al
Bangor contra un árbol, rompiéndole la espalda. Rafe se había reído, Adan estaba
horrorizada. Blu explicó que la comida favorita de la criatura era el bebé Zargonnii.
Una vez más, Adan se arrastró por la casa con las manos y las rodillas, buscando cualquier
cosa que considerara peligrosa para su hijo. Ella amaba el sonido de esas palabras, su hijo.
El sueño de Blu era ahora de ella y él dormía en su habitación con su juguete favorito. El
juguete era una criatura de aspecto espantoso, la imagen de una bestia que Blu decía que
era inofensiva y que estaba en otro planeta. Adan se alegraba por los pequeños detalles; la
criatura le producía pesadillas, pero Rafe lo adoraba.
De pie, Adán se dirigió al gran ventanal de la sala de estar. Ella pensó que el material era
un dispositivo genial. Ella podía entrar por la ventana como Blu y salir. También podía
retroceder. Nada más podía penetrar la sustancia. Blu introdujo un código cuando sacaban
a Rafe fuera, la ventana no dejaba pasar al bebé de otra manera para su protección. En la
Tierra la sustancia habría sido maravillosa para ventanas de gran altura u obligatoria para
cualquier ventana de cierta altura. Habría salvado a miles de niños de la caída.
Un movimiento llamó la atención de Adan, haciendo que se le erizara el pelo. Blu dijo que
a veces un Bangor podía escalar las paredes, pero era raro. De cualquier manera, ella y
Rafe estaban a salvo y cómodos siempre y cuando se quedaran dentro. Un arbusto se
meneó. Algo se estaba acercando en su patio trasero. No era un Bangor; Adán nunca había
visto nada igual. La criatura era enorme, más alta que Blu, pero de complexión un poco
diferente. Su largo pelo blanco casi tocó el suelo. No tenía pechos pero Adan sabía que era
una hembra por unas curvas bien formadas. Se acercó lo suficiente como para poner sus
palmas contra la ventana. Adan vio el parecido con Rafe. Su corazón se desplomó. La
hembra debe querer a Rafe de vuelta.
"Vete", gritó Adan.
"Eres demasiado peligrosa para estar cerca de mi hijo", dijo la hembra, gruñendo.
Adán entendió sus palabras, pero estaba desconcertada. "Nunca le haría daño".
"Hay un asesino detrás de ti"
Adan pensó en eso. "El único asesino que quedó fue Alaric y ha sido llevado al destierro"
"El asesino contratado para llevarse a Alarico fue herido. Fue abandonado en el destierro.
Alaric está en este planeta"
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Adán quedó aturdida. "¿Veikko ha sido desterrado?"

"Hasta que pueda salir del planeta o hasta que vengan sus supervisores, sí. Alaric matará
a mi hijo y te llevará. Sé que Blu no está ahí".
"¿Cómo puedes saber esto? Blu dijo que las mujeres Zargonnii no viajan. No son capaces
de volar al espacio".
"Las hembras Zargonnii no son tan estúpidas como creen los machos. Sabemos todo lo que
entra en nuestro planeta; olemos todo lo que es una amenaza para nuestras hembras y
nuestros machos. La comunicación se mueve rápidamente a través de nuestra red de
llamadas que viajan a través de las enredaderas de los árboles. Los árboles no son
simplemente para mostrar, sirven para algo".
Adan estaba asombrada y avergonzada, ¿sabían las hembras de Zargonnii lo que ella y Blu
habían hecho? Adán esperaba que los árboles sólo ofrecieran cierta información sobre la
base de la necesidad de saber. Nadie necesitaba saber lo que ella y Blu hacían juntos.
"Nada puede entrar aquí." Adan sabía que estaba enfatizando un punto y esperaba que Blu
tuviera razón. No iba a entregar al niño.
La hembra lloró y golpeó sus manos contra la sustancia. "Lo mantuve a salvo. Sólo se lo di
a su padre. Esperé a su padre, más tiempo que cualquier mujer. Todo el tiempo él estuvo
contigo en vez de con su hijo".
“No planeamos estrellarnos en Brax. No hay forma de que Alaric pueda encontrarme”
“Puede. Se acercó a ti en algún momento. Puede rastrearte en cualquier parte con la marca".
Adan no lo entendía. "Nunca me marcó"
"Él lo hizo", insistió ella. "Fue detectado hace poco tiempo. Activado esta mañana. Tiene la
tecnología de los Braxians que Alaric logró poner en sus manos o que le había sobrado de
un golpe anterior. La marca hará que la ventana se caiga sintiendo que eres su compañera.
La tecnología es así de fuerte para manipular tu entrada. Por eso tuve que venir".
"Espera, Alaric no es mi compañero"
"La ventana es una sustancia, no se puede discutir con una sustancia. Déjame entrar para
proteger a mi hijo y huir. Necesitas encontrar a Blu y al sanador. Es tu única forma de
salvarte y hacer que te quiten la marca. Por favor, también es mi hijo. Lo entregué para
protegerlo. Si le amas, tienes que hacer lo mismo. Un asesino no se detendrá, nunca se
detendrá a menos que tú estés muerta o él lo esté".
Veikko había dicho lo mismo. Mirando a la frenética mujer Adan se encontró con una razón
por la cual una madre dejaría a su hijo.
"Voy a volver", dijo Adan, apretó los dientes.
La hembra la miró de arriba a abajo y negó con la cabeza. "No durarás sin la protección de
Blu. Necesitas encontrarle. ¿Sabes dónde está?"
"Sí"
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Blu la había llevado a ella y al bebé para registrar a Rafe, todos los guerreros eran
registrados ante el hall. Todos los guerreros se encontraban con Titus. Blu estaba en el
pasillo listo para presentarse para tareas livianas hasta que Rafe fuera mayor.
Normalmente, un guerrero llevaba a su hijo a todas partes siéndole imposible pelear. Con
Adan allí y una guerra en ciernes, las hembras humanas eran otra de las razones que Titus
codiciaba, por lo que liberaba las manos de sus guerreros.
Con Adan allí y una guerra en ciernes, las hembras humanas eran otra razón por la que
Titus las cuidaba, liberando las manos de sus guerreros. “Mantendré a mi bebé a salvo
hasta que Blu regrese. Sólo entonces me iré. Necesitas encontrar Blu ".
Adan introdujo el código en el panel junto a la ventana que permitía la entrada a cualquiera.
No dudaba de la hembra, pero se preguntó si creía que matarla sería más eficaz. No había
peligro de que ella dañara a Rafe, y Blu estaba satisfecho cuando mencionó que él había
crecido. Adan sabía que era verdad, Blu podría dañar a la hembra si quería. La hembra
entró y luego Adan perforó el código para sellarlos juntos.
"Nunca mataría nada de lo que mi hijo amara", dijo la hembra. Ante la expresión de
curiosidad de Adan, ella sonrió. "Puedo oler que lo amas, tus emociones son así de fuertes.
Espero que vuelvas. No puedo protegerte de Alaric. Moriría por mi hijo, y Alaric moriría por
llegar a ti. Blu casi me gana cuando lo reté en las Vacaciones. Ahora es más fuerte con el
nacimiento de su hijo, dudo que pueda vencerle de nuevo. Sin el chip, Alaric no puede
entrar, eso significa que debes irte. Ve, encuentra a Blu. Es la única oportunidad que
tienes".

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Capítulo 11
Adan sabía la ruta directa hacia donde se encontraba Blu. Tenía que ser rápida, pero lo
más importante, tenía que ser inteligente. Al Bangor le gustaría comer bebés, pero Adan
era pequeña y Blu mencionó que sería un bocadillo sabroso, así que debería evitarlos.
¿Te lo puedes creer?
El ambiente de la selva era cálido. En la parte superior, los brillantes colores del arco iris
del reluciente cielo permitían la entrada de la luz del sol, lo que añadía belleza a los fieros
alrededores. Después de estar en Brax con sus horrendos olores y colores apagados, Adán
estaba feliz de estar bajo la luz del sol. Al menos lo había estado. Saltó sobre una enredadera
queriendo mantenerse alejada de los altos y curiosos árboles.
"Ristra de chismosos", susurró ella.
A regañadientes, Adan admitió que una advertencia era una advertencia, incluso si la
información procedía de la proverbial enredadera. El aire estaba lleno de olores, no todos
malos, pero fuertes en este lugar terrenal. El planeta era definitivamente el hogar de seres
poderosos, los fuertes sobrevivían, no es de extrañar que Blu se preocupara por ella. Adan
se estaba moviendo enérgicamente pero permaneciendo alerta, esta era la primera vez que
estaba sola en el planeta. Quizás la Tierra yéndose a la mierda en los últimos cinco años la
había preparado mejor para esta vida, no más paseos por el parque, la escoria del agua se
la podría comer.
Blu había señalado que innovadores eran los estanques de su planeta, no. Cuanto más
grande sea el estanque, mayor sería la amenaza. Los montones de musgo peligroso se
agrupaban, se elevaban alto y se estrellaban sobre una víctima mordisqueando y
desgarrando la carne del cuerpo. Adan había presenciado la muerte de un Bangor de esa
manera. No es un espectáculo agradable de contemplar, incluso Rafe miraba en silencio.
El planeta de Blu era peligroso como el infierno, al igual que Alaric. El movimiento venía de
todas partes. Su corazón latía erráticamente mientras huía en busca de seguridad. Saber
que Alaric la seguiría era un pequeño consuelo. Era un bastardo peligroso e impredecible.
Si iba a ser desterrado, Adan no tenía ni idea de adónde la llevaría ni a quién se la
entregaría. Con la guerra comenzando a enfurecerse, Adan podría ser un peón para
cualquier bando.
Otro gran día en la vida de Adan.
Ella lo oyó reírse antes de verlo. "Te he estado observando." Alaric se balanceó desde una
enredadera al suelo ante ella. Se le veía rudo. Estaba cubierto de tierra y le faltaba un
colmillo. Algunas de las púas de su espalda estaban rotas.
"Parece que Veikko te pateó el trasero"
Alaric se encogió de hombros. "Pero yo estoy aquí y él no"
"Los Braxians irán tras él y él vendrá tras de ti"
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"No esperaría que te salvara, otra vez. Tengo una vaina esperando para llevarnos", se acercó
Alaric. "Podemos hacer esto de la manera difícil, o de la manera fácil."
Una bocanada de gas verde se deslizó por su nariz y su boca. Adan había pensado que
nunca más tendría que oler esas desagradables toxinas.
Genial, estoy con un asesino que podría matarme con mal aliento o con un pedo. "No seré
secuestrada de nuevo."
"Eres mía."
"Jódete, soy de Blu"
"Mira bajo tu brazo"
Adán levantó sus brazos; debajo de su brazo derecho, donde la había cortado en el nido,
había una pequeña mancha de color verde que no era más grande que un punto negro.
Adan no lo había notado, Blu no lo había notado. Le había crecido el pelo; no se había
afeitado porque a Blu no le importaba.
"¿Qué coño me has hecho, gilipollas?"
"Te reclamé"
"Eso no estaba ahí antes"
"Ha estado ahí desde el nido. No lo activé completamente hasta que llegué a este planeta.
No podía arriesgarme a que lo encontraran. De lo contrario, es indetectable. Puedo apagarlo
y encenderlo cuando lo desee. ¿Cómo crees que te encontré tan rápido antes de que llegaras
a los supervisores? Siempre te encontraré"
Adan estaba enojada. Estaba furiosa. No era suficiente que hubiera perdido su casa,
sobreviviendo años de mano en mano. La habían cazado, secuestrado y visto morir a Blu.
Deseaba que el estúpido y lamentable trasero de Alaric estuviera en llamas. Ella podía
visualizar en su mente su trasero en llamas. Su concentración la envolvió. Su cabeza
empezó a latir con fuerza. Alaric empezó a gritar. Su trasero estaba en llamas. Asustada,
Adan parpadeó y saltó hacia atrás. Él corrió dando vueltas tratando de apagar el fuego.
Adan se quedó ahí parada, esforzándose por respirar. Aturdida. Ella había luchado contra
el atacante de Blu. ¿Podría luchar contra el suyo?
Concentrándose, Adan invocó su ira. Ahora tenía una familia, un bebé que proteger. Rafe
era suyo. La hembra Zargonnii dijo que Adan tenía que irse, pero era por culpa de Alaric
que Adan tuvo que ir a buscar a Blu para que la salvara. Pero Blu no estaba aquí, Adan
dependía de Adan.
"¿Quién es el asesino ahora, imbécil?" dijo Adan refunfuñando.
"No puedes hacer esto", gritó Alaric.
Adan podía. Centró sus pensamientos, sus emociones. El Gorgano la había dotado de
fuerza. Alaric vomitó. Era malo y cruel, malvado y ahora nada. A Adan le dolía la cabeza y
le clavó en un árbol con la mente. Adan se acercó a él. Él la estaba mirando.
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"Veikko está en mis pensamientos" Era una sensación extraña, pero ella lo sintió
fugazmente, estaba vivo. Parecía que los Gorgano no eran los únicos seres capaces de
meterse en una cabeza humana. "Estoy conectada con los Braxians. No lo dejarán pudrirse
en un planeta malo. Vendrá a por ti, un asesino nunca se detiene hasta que su contrato
esté muerto, o hasta que él lo esté".
"A donde te llevo, nadie nos encontrará. Tendremos mucho tiempo en la cápsula para que
conozca tus zonas de peligro". Alaric sacó su cuerpo tortuosamente del árbol, Adán se dio
cuenta de que la había engañado para que se sintiera segura. Él le sonrió. "¿Pensaste que
un poco de fuego y algunos trucos me detendrían? Sabes lo que soy".
"Eres un asesino."
"¿Cuál fue tu primera pista?"
"Vete a la mierda".
"Prefiero follarte"
Cuatro puntiagudas puntas de flecha de dos pulgadas de largo sobresalieron de la carne de
Alaric en sus nudillos en ambas manos. Él movió sus dedos hacia ella. Las puntas brillaban
de verde. Con la parte superior del pie, Adan cogió un gran palo en el suelo y, con una
patada, lo puso en su mano. Una de las flechas afiladas voló hacia ella. Adan tragó y tropezó
cuando la flecha se incrustó en el palo a centímetros de su garganta.
"Sólo necesito uno", dijo Alaric mientras ambos se daban vueltas el uno al otro. "No sentirás
ningún dolor, funciona instantáneamente"
Ambos puños sostenían cuatro puntas cada uno. Adán podía ver cada músculo abultado
en el torso de Alaric cuando se giraba de lado. Las púas de sus pies se retraían a cada paso,
y luego volvían a dispararse contra el suelo al hacer contacto. Adan sintió el sudor gotear
desde su frente hasta la punta de su nariz. Alaric disparó de nuevo. Adan giró cogiendo la
flecha en el palo antes de que le dispararan en la cadera.
"Dos abajo, faltan seis", susurró Adan.
"Parece que tengo un dilema", dijo Alaric. "Si disparo a demasiados, te atraparé, pero no sé
lo que tu pequeño cuerpo humano puede soportar. Cada púa te dejará inconsciente durante
horas, demasiadas te matarán".
"Escoge con cuidado"
Alarico se giró, se movió tan rápido que estaba detrás de ella. Rifle rápido, lanzó dos púas
más. Una hacia el culo y otra hacia el cuello. El palo estaba en una mano, hacía arriba
detrás de ella. La muñeca de Adán se dobló hacia atrás con la fuerza del impacto de ambas
puntas en el palo. Con la boca abierta, intentó respirar tratando de no desmayarse. El palo
cayó y ella cayó sobre una rodilla, su muñeca estaba rota.
Alaric apuntó una vez más. "Buenas noches, mujer".
Adan levantó la mano y agarró la enredadera de un árbol y le dio un fuerte tirón. El árbol
envolvió su muñeca buena y la subió hasta las ramas. Oyó el rugido de Alaric. El agarre en
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su muñeca era apretado, pero su sudor la hacía resbaladiza y Adán se escurría del asidero.
Corrió a través de las enormes ramas, evitando las enredaderas mientras tiraban de su ropa
y la tocaban.
Cuando ella miró hacia abajo, Alaric estaba subiendo por el lado del árbol, un brazo
extendido esperando su disparo. Adan se agachó mientras dos disparos más se dirigían
hacia ella; dos enredaderas de árboles se aflojaron al ser golpeadas. Las enredaderas
trabajaron a su favor sintiendo la amenaza; mientras corría, una barricada de parras se
elevó detrás de ella, entretejiéndose. Alaric las atravesó. Los lugares donde las ramas se
entrelazaban se separaron repentinamente, tratando de pillarle desprevenido cuando Alaric
se tropezó con ellas. Si no fuera por sus clavos, se habría caído.
Acunando su muñeca dolorida contra su pecho, con el corazón palpitando, los pulmones
ardiendo, Adan vio a la criatura bajo el árbol. Un colosal y peludo Cyron negro se movía
abajo. Eran mortales. Blu le había dicho que la hembra Zargonnii trataba de mantener a
las bestias alejadas de los machos; las hembras dejaban a sus hijos pero ellas hacían todo
lo posible para protegerlos. Se sabe que los Cyron ocasionalmente conseguían pasar más
allá de las hembras.
Adan saltó. Aterrizó en el Cyron; su aliento explotó de sus pulmones. La bestia rugió, se
encabritó y Adan se deslizó de su culo al suelo y corrió, mirando hacia atrás. El Cyron hizo
girar su cuerpo, sus enormes dientes aparecieron cuando rugió de nuevo y se preparó para
ir tras Adan. Alaric cayó sobre la bestia cuando bajó a cuatro patas y disparó cuatro de las
flechas en su cuello. La bestia se hundió, colapsando bajo el asesino, sus pies peludos
intentaron levantarse y fracasaron. La bestia no estaba inconsciente, sólo inmóvil. Alaric
saltó al suelo y fue tras Adan.
Joder, se puede mover.
Adan nunca había impulsado sus piernas tan rápido. Alrededor de la siguiente curva hubo
un estruendoso Bangor. La bestia era de su tamaño. Su nariz goteaba moco, empapando la
parte inferior de su cara. No tuvo tiempo de mover sus garras hacia ella.
"Vete a la mierda, bolsa de basura", gritó Adan y empujó a la bestia fuera de su camino,
derribándola.
Dos de las flechas verdes puntiagudas golpearon un árbol junto a ella, otra golpeó al
Bangor. Adán miró hacia atrás; Alaric estaba apuntando, nuevos pinchos en sus puños
brillaban.
"¿En serio? ¿En serio? ¿Puede recargarse?"
En un claro, Adan se detuvo, no pudo correr más. Cuando Alaric entró corriendo en su
visión, Adan cerró los ojos apretándolos, concentrados y bramando, y Alaric fue lanzado
volando hacia atrás en una enorme roca. Rebotó sin esfuerzo, su cuerpo giró en una
voltereta hasta caer sobre sus pies. Ahora Adan sabía cómo había sobrevivido a la caída del
nido, ella apostó a que la había dejado ir a propósito sabiendo que tendría otra oportunidad.
Los músculos de su espalda rompieron la roca, partiéndola por la mitad. Alaric simplemente
se sacudió a sí mismo.
"No puedes vencerme", dijo Alaric mientras la acechaba, sonriendo.
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"Tal vez no", dijo, su pecho subía y bajaba mientras jadeaba buscando aire. "Pero puedes
vencerte"
Por un segundo, la miró con curiosidad. Adan se concentró con toda su energía. Esta sería
su última oportunidad. Alaric levantó el puño. Le guiñó un ojo y le dijo que la cuidaría de
manera especial mientras dormía, vulnerable. De repente, su puño extendido se levantó y
disparó cuatro flechas en su propio cuello. Se quedó boquiabierto y jadeante, su cuerpo
tembló con un ataque compulsivo. Cayó de rodillas en el suelo, y luego, de frente, se
desplomó entero sobre el suelo. Adan cayó redonda, sus poderes agotados mientras él caía.

Blu acercó a Adán a su pecho. "Está herida. Finn, su muñeca no se ve bien. Está más pálida
de lo normal. Está empapada en sudor, necesita agua. Apenas respira. Finn haz algo"
"Debe haber sido una gran batalla", dijo Titus mientras Finn tomaba a Adan de los brazos
de Blu.
"Necesito llevarla a mi consultorio", dijo Finn. Colocó su boca sobre la nariz y la boca de
ella y sopló hacia ella, expandiendo sus pulmones. Adan se estremeció, jadeó en el aire y se
estabilizó. "Ella estará bien, Blu. Está respirando. Trata con ese maldito asesino."
Cuando Finn salió corriendo con Adan acunada en sus brazos, con el pelo envuelto en ella,
Blu y Titus se dirigieron al asesino. Blu le dio una patada en las tripas con un pie. Alaric
gimió pero no se movió. Blu quería destrozarle la cara. Nunca había odiado tanto a otro ser.
"Los Braxians deberían haber enviado su advertencia antes", dijo Blu gruñendo. "Creo que
querían que Alaric se la llevara"
"Los Braxians quieren que lo envíen al santuario", dijo Titus. "Veikko no pudo ponerse en
contacto con ellos antes, había caído en algún agujero o volcán, algo en lo que Alaric le
empujó. Perdió el conocimiento o lo habrían sentido antes".
"Si Alaric queda con vida, nunca dejará de cazar a Adan. No puedo permitirlo, Titus"
Titus pareció reflexionar sobre las palabras de Blu. "Si le matas, puede empezar una guerra.
A los Braxians les gustan los guerreros renegados donde ellos quieren ponerlos".
"He matado a sus asesinos antes. Saben lo que hay que hacer para detener un contrato. No
importa que el Tonan haya muerto, para un asesino es cuestión de honor el terminar su
trabajo".
Titus suspiró. "No fue enviado por el Tonan, Alaric se volvió un renegado. Quería criar con
Adan. Así que es más que un contrato, no fue conducido por la codicia al final. Quiere a tu
hembra. Si los Braxianos declaran la guerra, será por mi culpa, no por uno de mis guerreros
del que dirán que se ha vuelto un renegado y que es tan malo como Alaric".
Titus miró fijamente a Alaric. Sus ojos ardientes lo cortaron a lo largo, cortándolo por la
mitad. Un enorme chorro de gas verde salió del cuerpo del asesino. Tanto Blu como Titus
tosieron.
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"Mierda desagradable. Incluso muerto, quiere llevarse a un oponente con él. Me alegro de
que las toxinas puedan ser filtradas por nuestros pulmones", dijo Blu.
Titus estornudó. "¿Has estado respirando esa mierda todo este tiempo?"
"Principalmente".
"Maldita sea, no es de extrañar que tu compañera sea una patada en el culo. Estaría de mal
humor si tuviera que oler esa maldita mierda todo el tiempo".
"Titus, ¿quieres ir a sentarte con Adan? Dile que ya voy para allá. Necesito encontrar a mi
hijo".
"Vete. Pero supongo que está bien. Algo me dice que Adan no le dejó solo y que no dejaría
que nada le hiciera daño a su hijo".
Blu estuvo de acuerdo.
Sólo habría una razón por la que Adan hubiera dejado a Rafe, sería para salvar su vida.
Debe haber averiguado la forma en que Alaric venía a por ella. O había ido a la casa primero.
Blu especuló mientras corría, todos los pensamientos pasando por su mente. No pensó ni
por un segundo que Adan permitiría que le pasara algo a su hijo, ella quería a Rafe tanto
como Blu. Fue una idea sorprendente; Blu sabía que su hijo estaba a salvo. No dudaba de
que Adan pelearía con un Cyron hasta la muerte por su hijo.
Blu corrió a través de su puerta principal y se detuvo en seco. La madre de Rafe estaba allí
sosteniendo al niño. Siseó a Blu por un segundo antes de oler el aire. Ella se tranquilizó
cuando Rafe se rió y le levantó las manos a Blu. A regañadientes, entregó al bebé. La hembra
dijo algunas palabras pero Blu no las entendió. Hizo un gesto con la mano a cierta altura,
la altura de Adan.
"Ella está bien", dijo Blu y sonrió. La hembra frunció el ceño y levantó la mano hasta la
altura de Alaric. "Muerto". Blu hizo un movimiento, sus ojos se iluminaron por un segundo.
La hembra no estaba en peligro por su parte, pero lo entendió.
Blu adivinó que la hembra fue la que envió a Adan lejos. Adan nunca habría tirado la
ventana por ninguna otra razón. Ella debe haber estado corriendo para encontrarle. Blu
miró a la hembra y la señaló con un gesto, quería que supiera que Adan había luchado
valientemente y que Rafe no corría peligro. La hembra asintió con la cabeza, se giró y salió
por la ventana. Blu introdujo el código que sólo les permitiría a él y a Adan volver a entrar.
Vio como la hembra se alejaba con la cabeza agachada. Podía oler su tristeza incluso desde
lejos. Blu acurrucó a Rafe en sus brazos. De repente se alegró mucho de no tener que
preguntarse si había engendrado una hija que nunca conocería.

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Capítulo 12
La superficie era blanda bajo Adan; metió el dedo en el material que tenía debajo de ella,
excepto que una mano estaba sujeta. Sus ojos se abrieron de par en par y se sorprendió al
ver a Finn, Blu y Titus todos inclinados sobre ella, mirándola fijamente a la cara. Fue un
poco desconcertante. Ella se sobresaltó y ellos se enderezaron. Adan parpadeó e intentó
sentarse; tres enormes manos abiertas la empujaron hacia atrás al mismo tiempo.
"¿Dónde está Rafe?", preguntó. Su mirada miró ansiosamente la habitación.
"Zane y Bay lo tienen, está bien", dijo Blu. "Se lo está pasando en grande con sus primos,
siendo adorado"
"¿Alaric?"
"Muerto", dijo Titus.
"¿Yo lo maté?" Preguntó Adán atónita.
"Lo hice yo", dijo Titus.
"¿Habrá guerra entre los Zargonnii y los Braxians?" Preguntó Adan.
Ella sabía que mientras estaban en el planeta los Braxians tenían su propio motivo oculto
para no decir nada sobre la muerte de sus asesinos, pero Alaric estaba en territorio de
Zargonnii. No había sido contratado para recuperarla, sino para él mismo, el contrato más
peligroso que había hecho. Los Braxians esperarían que su asesino fuera entregado y
enviado al santuario, quizás a rehabilitación. Adan sabía que si Alaric estaba vivo estaría
pendiendo sobre su cabeza para siempre. Blu nunca lo permitiría. Parecía que ningún
Zargonnii lo permitiría. Se alegraba de que se hubiera ido, ¿pero a qué precio?
"Si hay guerra, tenemos un arma secreta", dijo Titus y sonrió a Adán. Le guiñó un ojo y
salió de la habitación.
Adan miró su muñeca. "¿En qué has metido mi brazo?"
Su brazo, desde el codo hasta la punta de los dedos, estaba envuelto en un gran molde
negro. El tubo era redondeado, caliente y latía. Emitía un suave sonido de suaves
campanadas. Luces con formas de insectos y criaturas 'caminaban' o 'volaban' a través de
la parte superior de una manera linda. Era muy llamativo.
"En raras ocasiones, realmente raras, un niño Zargonnii se rompe un hueso. Este cilindro
cura el hueso. Si funciona con un niño, debería funcionar contigo", dijo Finn. "Volveré en
una hora para quitármelo".
El concepto de las criaturas tenía sentido para Adan, a un niño le encantaría el molde, sería
entretenido. Una idea inteligente para estar seguros. Cuando Finn se fue, Blu se deslizó
sobre la cama y se la llevó a sus brazos con cuidado del cilindro. Adán lo agarró con su
mano buena. Ella estaba en la etapa en la que quería llorar, estaba tan aliviada, pero sabía
que él estaría angustiado y que preferiría que Adan le sonriera.
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"¿Qué pasó?" Preguntó Blu. "¿Cómo te encontró?"

"Alaric puso un dispositivo en mi piel; lo activó cuando llegó al planeta. Así es como me
encontró. No sé cómo se enteró la madre de Rafe, excepto que tenéis un servicio celular
muy raro aquí, pero lo hizo y vino y me dijo que tenía que irme para proteger a Rafe. Dijo
que no podía protegernos a mí y a su hijo de un asesino como Alaric. Ahora sé por qué las
mujeres dejan a sus hijos, para protegerlos de que vuestra especie se destruya entre sí".
"Está bien, Finn quitará el dispositivo. Ya no se activa cuando el huésped depositario muere,
el sistema se corta porque la conexión se interrumpe".
"Cuando Alaric me encontró en la jungla estaba muy enfadada. No podía soportar perder a
otra familia, perder a mi primera casi me arranca el corazón. No pude llegar a ti. Quería
que Alaric se quemara y su gordo trasero se incendió. Me dolió la cabeza después, pero me
di cuenta de que no estaba tan indefenso como pensaba".
"¿Cómo se lesionó tu muñeca?"
"Alaric tenía estas puntas verdes que salían de sus muñecas. Los desvié con un palo hasta
que envió dos a la vez. Mi muñeca se dobló hacia atrás. Dios, me dolió"
"¿Te duele ahora?" La preocupación se le grabó en la cara.
"No, estoy bien"
Blu la miró fijamente. "Estás bien, ¿verdad? Tienes tus propias armas y habilidades. Estoy
muy orgulloso de ti"
"Me preocupaba que pensaras que me había vuelto loca"
"Adan, ¿te duele la cabeza? No tienes verga, pero tienes la mitad de una".
Adan se rió. "No importa. Sólo abrázame hasta que esto me cure. El timbre es jodidamente
molesto, incluso si las criaturas son lindas".
Blu acurrucó su cara junto a su garganta. Empezó con la dulce canción que tanto amaba
Adán. Mientras escuchaba, notó algo extraño. El tono era más que un simple zumbido. El
tono tenía palabras incrustadas. Nunca las había oído antes. Los Braxians habían alterado
aún más sus ondas cerebrales con su encuentro con ellos.
Las palabras tenían la intención de calmar al receptor hasta la aceptación. Blu la estaba
reclamando, calmándola. El tono era una hipnosis añadida. Adan se preguntó si Blu sabía
que la había reclamado con sus primeros pensamientos. La primera vez que había
convocado el tono fue alterado para una compañera.
Se apareó con ella en la nave y no se dio cuenta.
Adan estaba aturdida. No era una melodía sencilla, sino que se remonta a los comienzos de
los Zargonnii, cuando los hombres y las mujeres no estaban en Vacaciones, sino que
permanecían juntos. Los hombres habían olvidado la letra, y también las mujeres, pero
Adán escuchó la canción. Se preguntó si era la primera en milenios en saber lo que
significaba. Blu la amaba más de lo que cualquiera de ellos pensaba. Adan nunca en su
vida había escuchado un sonido tan precioso.
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Un poder surgió dentro de su pecho, el amor la abrumó. Adan parpadeó con el poder que
sentía. Iba a estar bien en este planeta, su nuevo hogar. Ella estaría más que bien. Ella se
arrepintió cuando una hora más tarde Finn entró y quitó el dispositivo de rastreo. Blu
estaba dormido a su lado, aún cantando cuando Finn entró. Le sonrió mientras le quitaba
el dispositivo del brazo. Adan no tuvo el valor de decirle que ella misma había sanado su
hueso roto.

"¿Qué demonios es esa cosa?" aulló Adan.
Rafe había estado jugando en el suelo cuando Blu entró en su casa; ella levantó a su hijo
del suelo. Adan nunca había visto nada como esa criatura. Blu sonreía como si hubiera
encontrado oro.
"Esta es la cosa que dije que te conseguiría. Déjame decirte que son difíciles de conseguir.
Tuve que hacer un regateo bastante duro para conseguirlo. Pero sé lo mucho que querías
una mascota".
"Una mascota, Blu. No la descendencia de Godzilla. Es enorme"
Eso ha sido la subestimación del año.
El toff era tan grande como un oso negro. Adan sostuvo a Rafe en alto en sus brazos. La
serpenteante criatura de pelo flexible era una fregona de rizos. Lamió los pies de Rafe y al
bebé le encantaba.
"Se comerá a Rafe", gritó Adan y saltó al sofá para alejarse de él.
"Tonterías. Estas criaturas son tan leales como vienen. Son gentiles como el infierno a
menos que algo vaya por uno de nosotros en su familia. Entonces es una pesadilla con
dientes".
"Vas a necesitar un contenedor y un camión para contener su caca"
Blu tomó a Rafe de sus brazos y lo sentó en el suelo. Adan saltó del sofá y se agachó cerca
de su hijo.
"Relájate, Adan. Es una mascota, no lo mates, dale una oportunidad".
Adan sabía que Blu iba en serio. Podía matar al ser, estaba muy preocupada. Rafe agarró
al toff con sus pequeños puños y tiró de él. Adan se concentraba en el toff, un mal
movimiento, un gruñido, un pedo, un eructo, cualquier cosa, y lo quemaba. Rafe se rió y,
con la ayuda de los demás, caminó con facilidad por la sala de estar hasta que se agotó y
sonrió al alcanzar a Adan.
Adan abrazó a Rafe en el pecho. Ella le acarició su largo cabello. Le besó su regordeta
mejilla. Blu los miraba extrañamente. Adan sabía que no estaba celoso de ella y del vínculo
de Rafe; se preguntaba si Blu estaba pensando en cómo habría sido tener una madre y un
padre mientras crecía. Blu besó a su hijo y ambos le acostaron para pasar la noche. El toff
se instaló en el suelo blando de su dormitorio.
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"Estará allí toda la noche. El toff reconoce al miembro más débil de la manada y se encarga
de él", dijo Blu.
"Ya es aterrador como el infierno", dijo Adan. "Si algo lo enoja, la cosa no se convertirá de
repente en Cujo, ¿verdad?"
"Si Cujo es una palabra para asustar como la mierda, entonces sí, será Cujo. Pero no se
transforma, lo que ves es lo que obtienes, a menos que se moleste, entonces se enoja, pero
se mantiene del mismo tamaño. Bajo todo ese pelaje hay un conjunto de dientes con los
que ningún Bangor del planeta se metería".
Blu cogió a Adan de la mano. Tiró de ella hacia la ventana. Adan se contuvo.
"No podemos dejar a Rafe solo"
"Sólo vamos al patio trasero. Se pondrá bien. Estoy programando el ADN del toff en el panel;
si Rafe se despierta, vendrá a buscarnos".
"¿Estás seguro de que es seguro aquí afuera?" Preguntó Adan. "Está oscuro"
Blu mencionó antes que quería llevarla desnuda a su planeta y mostrarle su patrimonio.
Pero estar en medio de la naturaleza era otra cosa. La primera vez que estuvieron juntos en
su patio trasero fue espeluznante, pero ya era de día.
"Los Zargonnii sobrevuelan el cielo, Titus ha reforzado las patrullas. Te prometo que estás
a salvo conmigo. Pueden llevarnos a bordo en cualquier momento si pido ayuda, estoy
monitorizado. Hasta que acabe la guerra, Titus tiene a todo el mundo vigilado".
"No estoy monitorizada, Rafe tampoco"
"Ambos lo están, ¿recuerdan la inyección que Finn les puso en su oficina? No fue sólo una
inoculación, hay un pequeño chip en ella. El chip se asienta en el torrente sanguíneo a
través de las venas monitoreando tu salud. Nuestra consola puede detectar cuando estás
bajo demasiada presión"
"¿Me marcaste sin mi permiso?"
"¿No crees que tu gobierno no marcaba a los humanos sin su conocimiento?"
"Ellos nunca..."
"¿No lo crees? No importa ahora de todos modos, no queda nadie para monitorearte en la
Tierra".
Adan estaba pensando en eso mientras Blu estaba ocupado. Su camiseta fue arrancada de
su piel y arrojada al suelo de la selva. Blu sintió los dos pechos en sus enormes manos por
un momento antes de quitarle los pantalones. Adán miró a su alrededor con nerviosismo;
sabía que los Zargonnii podía ver en la oscuridad.
"Blu, estoy desnuda. No quiero aparecer de repente en un hangar de hombres"
Le puso la cara entre las manos. "Aunque lo hicieras, un hombre Zargonnii protegería a su
pareja de cualquier cosa."
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La ternura de su tono lo decía todo. Adan estaba a salvo, de todo. El aire limpio era dulce y
le recordaba a los viajes de acampada de verano. Sintió como su orgulloso y poderoso
guerrero la cogía en sus brazos. La acostó en el suelo de la jungla, el crujido de las viejas
hojas sonó mientras ella se acomodaba. Por un momento se puso triste y tocó la piel del
pecho de Blu.
"La madre de Rafe, es una madre maravillosa. Cuando me vaya, ¿volverá a ver a Rafe?"
"No lo sé. No sé cuánto tiempo sobreviven nuestras hembras, pero Finn dijo que viven tanto
como nosotros por culpa de los machos".
"¿Qué quieres decir?"
"Nuestro esperma las mantiene vivas y jóvenes". Blu habló entre besos en su cuello y
hombros. "Una mujer Zargonnii no tiene tres corazones, sólo uno. Hay algo en el esperma
de un hombre que mantiene a una mujer a flote".
"Espera un segundo", dijo Adan y detuvo sus acciones. "¿Qué hay de las hembras
humanas?"
"Mientras yo viva, tú vivirás", dijo Blu y se encogió de hombros.
"¿Durante tanto tiempo como tú?"
"Sí."
"Siempre supiste que si me apareaba contigo sería tuya para siempre?"
"Sí."
"Pero tú querías un hijo. Pensé que cuando me muriera te irías de Vacaciones y tendrías
otra oportunidad. Todavía pensaba que después de que me fuera, podrías intentar tener
otro hijo. Pero nunca lo harás. ¿Por qué no dijiste nada?"
"Te quería más. No quiero que pienses que eres una segunda opción. Tú eres mi primera
opción. Rafe es un regalo".
"¿Cuánto tiempo viviremos?"
"Unos cuatrocientos años más. Mi último corazón fue asesinado demasiado pronto, pero
este nuevo es más fuerte que todo el infierno. Supongo que es por tu culpa".
"Santo cielo. ¿Cuatrocientos años? ¿Voy a envejecer?"
"En realidad no. Envejeceremos juntos, pero pasarán años antes de que aparezcan signos
de desaceleración".
"Rafe ya es muy grande. Dijiste que los machos crecen rápido para su propia protección.
¿El proceso de envejecimiento se ralentiza una vez que alcanzan cierta edad?"
"¿Por qué haces tantas preguntas todo el tiempo?"
"Pero, pero ¿cuatrocientos años?"
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Blu estaba encima de ella. Él la embistió. Adan jadeó. "Ese no será tiempo suficiente" Blu
estaba gruñendo.
Adan envolvió sus piernas alrededor de su cintura deseando todo de él. Sus emociones
estaban en su apogeo. Viviría cuatrocientos años.
"¿Cómo es posible?", preguntó ella.
Blu gimió. "Cuatrocientos años de preguntas serán... interesantes. Nuestro esperma tiene
ingredientes que nos hacen durar mucho tiempo. No solemos ir de Vacaciones a menudo,
es para sobrevivir".
"¿Tu esperma es la fuente de la juventud?"
"No tengo ni idea de lo que eso significa"
"La fuente de la juventud es un mito, el agua que mantiene a la gente joven para siempre"
"Entonces sí, mi semilla es la fuente de la juventud. La semilla de los Zargonnii es noventa
por ciento agua. El rápido flujo de las aguas únicamente toma las cápsulas escogidas más
fuertes hacia la madre anfitriona. Es por eso que nuestra tasa de natalidad es tan exitosa.
Se entregan al útero en segundos. Nuestros pequeñines son grandes, poderosos y con el
rápido empuje del agua se conectan inmediatamente".
Adán recordó lo asombrada que estaba la primera vez que su semilla explotó en su vientre
en la cueva de agua, se le hizo tan fuerte que le dolió la piel. Ella pensó que se ahogaría
cuando él entrara en su boca, apenas teniendo tiempo de escupir algo de su semilla.
"¿Cuándo, Blu, cuándo surte efecto?"
Blu dejó de balancearse contra ella y suspiró. "En el momento en que mi semilla entró en
tu boca. Algo de mi semilla bajó; hasta la más pequeña cantidad se agarra inmediatamente.
Incluso si escupes un poco, quedaba más en tu boca para que lloviznee por tu garganta.
Ahora cállate la boca, por favor, y déjame hacerte el amor".
¿Lloviznear? Interesante palabra para un chorro de agua.
Adan se balanceó con la presión de su martilleo embistiéndola. Ella nunca perdería a Blu.
Ella estaría a su lado hasta el final. Criarían a Rafe todo el tiempo que pudieran. Ella sería
parte de la vida de su hija cuando concibiera.
El suelo de la jungla le rozó la espalda. Los olores de la noche eran intensos. Una racha de
relámpagos blancos brillaron sobre su cabeza y Adán olió a lluvia. Las tormentas en el
planeta de Blu eran increíbles. En la Tierra, una tormenta provocaba terror en su corazón.
Aquí estaba a salvo con Blu. En la esquina del patio, el árbol que Blu dijo que se desharía
de sus enredaderas escondidas alrededor del tronco. Adan le había pedido a Blu que dejara
el árbol. Nunca le contó lo que dijo la madre de Rafe. El secreto pertenecía a las hembras.
El viento se levantó, aullando, tratando de ahogar los gruñidos que Blu estaba haciendo.
Los elementos no tendrían éxito. Palmadas salían de sus muslos mientras Blu bombeaba.
Sus músculos se contraían mientras luchaba por mantener el control. Grandes uñas con
garras removían el suelo a su lado.
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CAUTIOUS SURRENDER
"Vacaciona conmigo, Blu".

"Es primitivo, y tú eres muy vulnerable"
"¡Jódeme los calcetines!".
"¿Calcetines? No llevas nada, ¿qué son los calcetines?"
"Los calcetines cubren tu desnudez. Te cubren y te envuelven en un capullo de calor.
Escondes los pies descalzos en ellos. Se ciernen sobre ti, te cobijan, te cubren. Son algo que
se necesita, se quiere y se codicia cuando hace mal tiempo".
"Entonces, ¿por qué quieres que me los joda? No tienes sentido".
Adan se levantó y le mordió el cuello. Blu gruñó y embistió más fuerte. "Ahí tienes", jadeó
ella.
"El aire, tu sensación aquí es..."
"¿Preciosa?"
Blu gimió. "No"
Adan curvó sus labios en una sonrisa. Blu la hizo girar de un lado a otro sobre el áspero
terreno del suelo de la jungla. La cogió en sus brazos y la hizo rebotar hacia arriba y hacia
abajo mientras se ponía de pie. Adan estaba clavada en los árboles, y la áspera cerca hecha
de ramas entrelazadas. Blu sacó y levantó sus caderas para asentar la boca de él entre las
piernas de ella mientras sus piernas se envolvían alrededor de su cuello. Ella se maravilló
de la fuerza de su cuerpo. Un brazo rodeaba su cintura mientras que el otro brazo le
sujetaba la espalda. Adan se echó hacia atrás, dejando los brazos colgados a los costados.
Succionar y lamer su calor le daba ganas de retorcerse, pero en vez de eso se quedó quieta
y se dejó llevar por la cálida lengua que daba vueltas por dentro y por fuera. Un agudo y
perforante grito la hizo girar para mirar como un Bangor los miraba a través de una pequeña
abertura en la cerca. Blu la bajó y con un puño en el pecho de ella la presionó contra el
suelo, manteniéndola inmóvil. Rápidamente cogió una rama sólida y Blu la lanzó a través
de una grieta entre las enredaderas, matando a la bestia.
"¿Blu?", jadeó.
"Me desharé de él por la mañana".
Él estaba de nuevo encima de ella. Sus enormes uñas rasgando el suelo a ambos lados de
su cara. Le dijo que si fuera una Zargonnii hembra, esas uñas estarían arañando su torso
dejando muy pocas marcas. Adan sería cortado por la mitad. Blu la agarró del brazo derecho
y la hizo girar tan rápido que estaba boca abajo, pero él la penetraba. Ella tenía levantadas
las caderas, sus rodillas del suelo. Ella tembló cuando su espalda se calentó con la mirada
de él.
A Adan no le quedaba aliento, estaba agotada. Blu le dijo que Zargonnii se apareaban
durante horas durante las dos semanas de Vacaciones para hacer de su unión un éxito.
Toda la frustración del hombre y de la mujer que se había prolongado durante dos años
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CAUTIOUS SURRENDER
necesitaba una liberación desesperada. Adan entendió por qué Blu afirmaba haber dormido
durante dos semanas seguidas después de su primer encuentro.
Con sus brazos flojos sobre la cabeza, Adán apoyó su mejilla en el suelo, jadeando lo
suficiente para no desmayarse. Blu aulló su liberación; un número de criaturas se hicieron
eco del aullido en la distancia. Se apartó de Adan y suavemente le dio la vuelta. Era
poderoso, majestuoso, arrodillado sobre ella. Él también respiraba con dificultad. La lluvia
comenzó a caer a mantas, enfriando su cuerpo. Los truenos estallaron cuando un rayo
cruzó el cielo. El follaje se desbocó, las hojas y las ramas danzaban y se asentaban hasta
que el viento les daba vida. Todo era perfecto.
"¿Ahora qué?" Susurró Adan.
Blu sonrió. “Soy el macho dominante, lo que significa que te llevaré a un lugar de mi elección
y me saldré con la mía otra vez".
"Voy a necesitar más calcetines".

"¿Veikko quiere quedarse en el destierro?" Adan estaba incrédula.
Ella hizo rebotar a Rafe en sus brazos dentro de su casa. Blu se veía igual de incrédulo.
"Ha encontrado algo", dijo Titus.
"¿Qué?" Preguntó Adan.
"No lo dirá. Ha rechazado toda ayuda de los Braxians que están furiosos. Es su mejor
asesino", dijo Titus.
"¿No pueden simplemente sacarle?" Preguntó Adan.
"Esta vez no. Está fuera de la red. Algo le ha hecho súper sensible. Los Braxians le quieren
de vuelta, nos han pedido ayuda para localizarlo en el planeta, pero tengo otros problemas",
dijo Titus.
"¿Qué convierte a un súper asesino tan desafiante?" Preguntó Blu.
Adan se lo preguntaba. Conocía el temperamento de Veikko. "¿Puede un asesino
enamorarse?", preguntó.
Tanto Blu como Titus la miraron con asombro. Titus finalmente sonrió.
"Cualquier cosa puede enamorarse, incluso un asesino. Me pregunto si Bertha terminó allí.
Haría falta un asesino para ver más allá de sus defectos".
Adan era escéptica. "Bertha estaba dañada mucho antes de conocerla, necesitaba algo más.
El purgatorio no es realmente un nuevo comienzo".
"Aún así es un comienzo", dijo Blu.
Titus arruinó el pelo de su bullicioso toff. Adan finalmente se había acostumbrado a la
enorme criatura. Blu tenía razón, era súper protector y Rafe adoraba a esa criatura.
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CAUTIOUS SURRENDER
"¿Cómo se llama tu mascota?" preguntó Titus.

"Precioso", murmuró Blu con una mano en la boca.
"Lo siento, ¿qué?" preguntó Titus confundido.
Blu suspiró teatralmente. "Precioso, ¿de acuerdo? Su nombre es Precioso"
Titus hizo un sonido sorprendentemente parecido al de la risa de una colegiala antes de
que rugiera de risa. Dio una palmada a Blu en la espalda y prácticamente se alejó a
zancadas de su casa. Blu miró a Adan, molesto.
"Todos los guerreros lo sabrán en menos de una hora".
"Diles que le puse yo el nombre"
"Supongo que llegarán a esa conclusión por sí mismos"
"¿Quieres que les golpee por ti?"
Adan puso a Rafe en el suelo con Precioso. Ella caminó hacia los brazos de Blu, quien ahora
le sonreía.
"Tal vez", dijo él descaradamente.
"Me pregunto por qué Veikko se queda en ese planeta, musitó Adan.
"Quién sabe, tal vez Bertha esté allí. Excepto que es Veikko quien necesitará protección. La
boca de esa mujer era verdaderamente una asesina".
Adan no estaba segura de Bertha. Pero Adan estaba segura de que era feliz en su casa. Se
había emparejado con Blu con un hermoso hijo. Y pronto le diría a Blu que sería el orgulloso
padre de una niña. Adan sintió al bebé dentro de ella, sus emociones. El bebé que llevaba
era fuerte. Tan fuerte que ya interactuaba con Rafe y Precioso.
Había algo más también. A veces sentía que su pequeña interactuaba con otra cosa. Adan
no estaba segura si era la otra hembra mitad humana, mitad Zargonnii. Los Gorgano se
sorprenderían si supieran que han creado un arma más fuerte. Tal vez los Braxians lo
sabían y esa era la razón por la que habían unido fuerzas con los Zargonnii y los Castians.
El territorio Zargonnii estaba a un infierno de viaje. Adan era el proverbial cinturón de
seguridad. No le pasaría nada a su planeta. Ella se derritió contra Blu mientras él bajaba
la cabeza por un beso.
El planeta puede esperar, al menos unas horas.
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C.L. SCHOLEY
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Sobre la autora
¡Por favor, llamadme Connie! Ha sido fantástico trabajar con grandes editores y seguir mi
sueño de escribir. Cuando no estoy escribiendo, estoy ocupada cuidando de mis hijos, mi
esposo, mis nietos y la mascota de la familia, nuestra nueva adición, un cachorro de mastín
llamado Aramis, en honor a los Tres Mosqueteros.
Actualmente estoy trabajando demasiado, como de costumbre, pero me encanta cada
segundo. Por favor, no dudéis en poneros en contacto conmigo en clscholey@hotmail.com
Buscadme en mi página web, www.clscholey.com o únete a mí en Twitter y Facebook.
Espero tener noticias vuestras.

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SERIE UNEARTHLY WORLD 04

"Son preguntas legítimas"

"Gruñen y refunfuñan y gritan y rugen. Y luchamos mucho, y rodamos por el suelo".

1 Epinefrina auto inyectable para alergias.

satisfecha, devolviendo la ropa al replicador con instrucciones. En sus pies llevaba

"No es de extrañar que la madre atacara. Le robaste su bebé".

"Deja de seguirme o ayúdame a encontrar refugio", exigió Blu. Reanudó su viaje.

"Si te quisiera muerto, lo estarías", dijo Veikko.

un hombre tonto intentará conseguir un premio. Tiene suerte si lo matan rápidamente.

Veikko estaba pronto a su lado. "Es inofensivo cuando anida".

"Vete", exigió Veikko. Habló Zargonnii para que Blu le entendiera.

"¿Qué, no hay baile cachondo para cortejarme y deslumbrarme?"

que estaba en un remolino. Se pusieron a un lado, se detuvieron y luego volvieron a girar

"Murió protegiéndome", dijo Adan. "Murió por mi culpa"

"Quise decir lo que dije antes"

"Mierda, Blu, eso ha sido raro"

Adán quedó aturdida. "¿Veikko ha sido desterrado?"

"¿Qué pasó?" Preguntó Blu. "¿Cómo te encontró?"

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"¿Cómo se llama tu mascota?" preguntó Titus.

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