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Evangelio de Lucas, (IV)

1:39-56 María y Elisabet

En estos 2 primeros capítulos de este Evangelio Lucas nos lleva a través de unas escenas de la vida y el
ambiente de unas pocas personas, y nos llama la atención la naturalidad y la frescura de estos relatos.
No da la impresión de estar forzando estas narraciones, o idealizando estos personajes. Lucas nos lleva
a la vida real y las circunstancias de esas gentes ¿No perciben tal cosa al leer estos dos capts.?

Sin embargo se está narrando sucesos extraordinarios, los acontecimientos preparatorios de la Venida del
Mesías, en estas dos familias. Pero con toda naturalidad, sencillez, que es como Dios hace y actúa, parece
todo tan natural, aunque esté haciendo Sus grandiosas obras.
Lucas quiere afirmar bien el Evangelio que hemos creído y abrazado. Así que primero, en el anuncio del
nacimiento de Juan B. nos recuerda que debemos cuidar que nuestro oír sea el oír con fe, pues tenemos
que vigilar de cerca la incredulidad. Ofendemos a Dios con ello, podremos atraer juicios temporales, y
quedar excluidos de esos bienes espirituales que teníamos preparados.
En el anuncio a María, destacamos que para conocer bien las verdades en las que hemos sido instruidos
debemos de poner cuidado quien es el Señor en nuestra vida y quien es el siervo. Venir a relacionarnos con
Cristo, nos debe de llevar a colocarlo en la posición que le corresponde, Él es Señor sobre toda la creación,
y así sobre nosotros. No cabe otra posición con Cristo, no puede ser de otra forma el relacionarnos con
Cristo. Como cuando llegó a María, tenía sus planes, proyectos, ideas, incluso su boda por medio, pero
Cristo vino a ser engendrado en ella, eso podría cambiar y variar todos sus planes, proyectos, incluso era
su cuerpo que tenía que entregar para ello. Así lo hizo. Así es como debemos nosotros de pensar y de
recibir a Cristo y Su Palabra y voluntad.

Presentación del pasaje y tema.


Ahora vemos que las dos mujeres de estos dos diferentes hogares donde fue el ángel Gabriel se ven para
pasar un tiempo juntas, 3 meses, vers.56, eran parientes. De esta vista Lucas destaca el encuentro y las
palabras que dijeron. La escena es sencilla, María va a visitar a Elisabet, se saludan, habla Elisabet, y
luego habla María. Eso es todo, pero en esto encontramos ingredientes importantes para saber bien las
enseñanzas del evangelio.

.- En la visita del ángel a María, 6 meses después de la de Zacarías, estamos ya en el 6º mes del de embarazo
de Elisabet,vers.36. Elizabet quedó embarazada justo a la vuelta de Zacarías de Jerusalén. Gabriel visita
a María y le anuncia el embarazo de su parienta, y María a su vez quedó embarazada tras la visita del ángel
y su anuncio. Oyendo esta gran noticia acerca de su pariente, se va a ver a ver a la anciana Elisabet. Se
preguntaría ¿cómo es que Elisaber, estéril quedó embarazada en su vejez? Voy con ella, vers.39.

.- Vers.40 Llegó a la casa y la ve en su avanzado estado de embarazo, y saluda a su la anciana prima.


¿Saludo que pudo haber incluidos lo que había pasado con María y su embarazo también? Era normal que
los saludos judíos en aquellos tiempos fueran extensos (10:4).

.- Vers.41. Al oír ese saludo, ocurren dos cosas con Elisabet:


a. Su bebé de 6 meses, salta, reacciona ante el saludo de esa visita que llegó. A esa altura del embarazo
es normal que el niño se mueva o salte, pero no es normal que lo haga cuando oye el saludo de un extraño
que acababa de llegar y oír esa voz que no conocía. Seguro que el niño no saltaba cada vez que venía una
visita a Elisabet. Ese bebe, vers.15, seria lleno del E. Santo en el vientre de su madre. Tal cosa
jamás había pasado. Sansón, que le fue anunciado a sus padres, el sería apartado para ser nazareo desde
su nacimiento, pero aquí con este niño de Elisabet era distinto. ¿El E. Santo, llegaría y lo llenaría en ese
momento de esta salutación? vers.41. Lo llamativo de ese salto es su motivo, vers.44, como lo declara su
madre; fue por el gozo que experimentó ese bebé al oír la voz de María en el saludo. María que a su vez
traía a Cristo como feto de apenas un par de semanas en su vientre.
De una forma misteriosa, desconocida para nosotros el Es. Santo influía en ese bebe ya en su periodo de
gestación. Sabemos que uno de los frutos del E. Santo es el gozo, el Es. Santo nos hace entender y saber
las maravillas y bondades de Dios con nosotros, cosa que nos trae gozo. Ese bebe ya tendría su cerebro
formado, pero todavía no podría razonar, que es por donde el E. Santo hace normalmente su obra, por el
entendimiento, sin embargo aquí el E. Santo tuvo se comunicó con los afectos de la criatura y esta expresó
su gozo de la forma que podría moviéndose, saltando en su vientre.

b. La otra cosa que pasó, también tenía que ver con el E.Santo, la madre de ese niño que saltó fue llena del
E. Santo, al oír la salutación de María. Viene María, trayendo al Salvador en su vientre, y en esa salutación
de María, el E. Santo viene sobre Elisabet. ¿Eso fue lo que hizo que su hijo saltase? Los dos madre e hijo
fueron llenos del E. Santo.
Esto también era algo extraño, nunca se había oído que una mujer en el AP fuese ungida con el E. Santo
(casos excepcionales de mujeres que profetizaron o gobernaron, como Débora, Juec.4:6-7. Hulda,
2Rey.34:21ss, ¿eran guiadas por el Esp. Santo?) Pero jamás vemos que se unja con el E.S. a una mujer,
solo a reyes, sacerdotes y profetas. Esto avisaba que algo nuevo se estaba preparando, el tiempo de
la llegada del Mesías Salvador está al llegar, amanecía el día de la Nueva Creación, y se ven rallos que
asoman por el horizonte, este es uno, como anunció el prof Joel.2:28,29. Esto acontecería el Día de
Pentecostés. Pero aquí se avisa, ya se ven los rayos del nuevo día, mira las mujeres y aun ancianas son llenas
del E.Santo, aun un bebé.

.- Vers.42-45. Elisabet llena del E.Santo, no salta, sino habla, explota en gozo y júbilo con palabras de
agradecimiento y adoración a Dios por verse objeto de semejantes favores.
vers42. Reconoce el privilegio y honor tan grande que se le ha dado a María, honor único que a ninguna otra
mujer se le ha dado ni nunca más se dará. Una cosa es adorar a María, y otra muy distinta es reconocer
lo que Dios le ha dado. Al huir de lo 1º, no eliminemos lo 2º. Luego reconoce que María está embarazada
ya, y enaltece el fruto de ese vientre, que es Jesús.
Vers.43. Y añade que agradecida y privilegiada se ve, por esta visita de "la madre de mi Señor" Es su Señor
que ha venido a ella con María, que ya está aqui, y lo tiene como su Señor, es su Salvador.
Vers.44 explica lo del bebe en el vientre, momento en que fue lleno de E. Santo.
Vers.45 Aquí la felicita y la anima. Ella, María ha creído, creyó el anuncio del ángel eso hará que pueda ver
cumplido todo lo que Dios le ha dicho y anunciado. No como su pobre marido Zacarías, que permanecía
mudo, y puede ser sordo, vers.62, ¿estaría en otra habitación, perdiéndose todas estas cosas tan
extraordinarias que Dios les concedía? El no creó, por su incredulidad al anuncio del ángel. No así María,
esta su fe, este creer lo que Dios dice y promete, es lo que permitirá ver y aun participar de todo eso que
Dios en Su gracia le había puesto delante. Que bienaventurada, que feliz condición es la de ese que cree
lo que Dios en su gracia le anuncia.

.- Vers.46-55 A lo que entonces María responde, y lo que hace es magnificar al Señor, esto es
engrandecer, decir lo grande que es Dios, y resalta la manifestación de la gracia de Dios, y el gobierno de
Su providencia.

Sin duda tenemos aquí como un entrañable encuentro entre estas dos mujeres, una anciana y una joven,
ambas embarazadas, y ambas bajo el poder y la influencia del Espíritu Santo. En la cual una a otra se
estimulan a la gratitud, exaltación y adoración a Dios. Aparece María, con su noticia y con su embarazo, lo
cual provoca que el niño en el vientre de Elisabet salte de gozo, y su madre sea llena del Es. Santo. Esta
siendo llena del E.S. habla, exclama a gran voz a Maria, y con palabras para adorar a Dios, honrar a María,
y para animarla; Y le expresa lo privilegiada que se ve con su visita, siendo ella tan baja e indigna.

M. 23- Agosto 2015 Evangelio de Lucas. 1:5-25 (IV) 2


María oyendo esto, a su vez, recibe estas palabras de tal manera que la mueve, la estimula a bendecir a
Dios, vislumbra Su gracia y como obra, y gobierna los acontecimientos de nuestras vidas. Dándonos así a
conocer cuáles eran esos pensamientos y principios dominantes en su mente y corazón hacia Dios.

Todo esto no es sino un adelanto, un primer vistazo de cómo va a ser el ministerio del Espíritu Santo, que
después desarrollará más en Hechos. La obra que hará en nosotros por Cristo. Pues todo esto se
desencadena porque Cristo estaba presente en el vientre de María. Allí donde está Cristo como debe de
estar, allí el E. Santo llevará a cabo su ministerio de santificación, como se muestra en esta sencilla escena
de estas dos mujeres.
Una escena de dos mujeres llevadas bajo la influencia el E. Santo, no hay entre ellas envidia o rivalidad
por los acontecimientos y lo que Dios da a una y a la otra..., no, antes bien se respira un tierno amor, y
cariño, como la una honra a la otra, la anciana a la jovencita, y la más jovencita a la ya anciana (cuando viene
a visitarla) Observar como una a la otra se ayudan a ver claramente y degustar la gracia que Dios, que
se ha manifestado en ellas. La una a la otra se animan para enaltecer a Dios, y hablar de Sus maravillas.
Esta es la obra del Es. Santo y su ministerio en nuestros corazones y ente nosotros.
¿No es esto unos de los asuntos esenciales de la vida y la relación de los santos en la iglesia? La presencia
y el poder E.Santo en nosotros. Esto es el efecto de Cristo en su iglesia. Pues esto es lo que empieza a
asomar en este pasaje, antes que todo esto llegue mas plenamente, Hech.2. Es lo que nos exhorta Pablo
en Ef. 5:17-19, no ser lleno de... sino ser llenos del Espíritu, hablando entre notros..." como estas mujeres
se hablaban.

Aplicación.
Lucas no nos presenta experiencias meramente, sino nos quiere dar enseñanzas. Quiere que Teófilo
conociese bien las verdades del Evangelio en las que fue instruido. Eso mismo debemos buscar. Y el punto
que podríamos destacar es: Cristo en nosotros es como el E. Santo nos santifica. Allí donde Cristo está
como Señor y Salvador, por la predicación del Evangelio y la fe salvadora, allí obrará también el E. Santo
transformando los corazones y las vidas y guiando. Mira tal cosa en esta escena entrañable y sencilla.

Conocemos bien las verdades del Evangelio de Cristo cuando el E Santo nos está fortaleciendo y guiando.
Mira a estas dos mujeres Cristo estaba entre ellas, pues se ve el efecto y la presencia la del Esp. S. en
sus almas y sus vidas. Lucas insistirá sobre la obra del E. Santo tanto el Evangelio como en Hechos.

.- Se puede estar oyendo el Evangelio y recibiendo el Evangelio, pero la presencia y el poder del Espíritu
apenas asoma. 1Cor.3:1,3, actúan como hombres, no como hijos y herederos de Dios. Qué triste y delicado
ver esto en la iglesia. Que la "vida cristiana" sea fruto más bien de un esfuerzo humano. Si, se demanda
esfuerzo y constancia, pero se puede estar haciendo solo por ideas y fuerzas meramente de hombres, no
fruto de la presencia del Esp. pues no hay una adecuada relación con Cristo.
Se puede estar oyendo y entendiendo el Evangelio en base a la sabiduría humana, a la capacidad del hombre,
no asistido por el E. Santo que ilumina el entendimiento para reproducir la vida del cielo en ese hombre.
Se puede estar esforzando en hacer "buenas obras", pero es para hacer algo, para dejar tranquilo a
algunos, o para no ser menos que otros, o para no quedar mal. Eso es fruto del hombre y sus ideas y
aspiraciones y no del E. Santo, porque Cristo no está ahí por el evangelio.
Se puede estar andando en el sendero cristiano, pero según las propias fuerzas y capacidad humana, no
por el poder y la vida del Es. Santo que imparte tal cosa en el corazón, porque Cto no es recibido por la fe.
Esto hace que en la iglesia hayan como esas figuras de cera hechas en honor a un personaje popular, te
parecen que son de verdad,. Pero están sin vida.
Así en la iglesia alguno puede estar, escuchan, leen, oran, adoran, hablan con otros, pero sin vida, porque
eso en sus casas apenas se ve, con su mujer o sus hijos. Andan por aquí sin el poder de la vida que imparte
el E. Santo, porque Cristo o no vive y o nogobierna en su corazón.

M. 23- Agosto 2015 Evangelio de Lucas. 1:5-25 (IV) 3


Se llenan de cosas, del mundo y no del E. Santo. En Corintio esto promovía divisiones, y la mundanalidad
en la iglesia. Así no se puede ser cristiano. Conocer bien las verdades del Evangelio lleva a que Cristo viva
en el corazón, y esto hace que el E.. Santo esté transformando y guiando a ese creyente

Mira estas mujeres donde Cristo moraba verdaderamente, como obraba el E. santo en ellas.
.- Una quería estar con la otra, Dios había hecho una obra en Elisabet, Dios había hecho una obra en María,
y eso atraía la una a la otra. No es lo que nos dice, Hech.2:42(perseverar en la comunión unos con otros)
44, 46, por eso "estaban juntos", "comían juntos..." Esta es la marca de la presencia del E. santo que
atraía el uno al otro. ¿Porqué, cual es esa fuerza que atrae? El amor, fruto del E. santo. Dios ha hecho
algo en ese hombre, Cristo está allí, y eso atrae. ¿Qué atraía a María hacia Elisabet. Hay quienes vienen
a la Iglesia a escuchar las predicación y poco más. Está bien, pero si esto no te lleva a lo otro, ahí pasa
algo. Donde se está recibiendo a Cristo, es patente la obra del E. santo, y el E.Santo despierta el amor
de unos a otros. ¿ Conoces tu así a Cristo?

.-Observa estas dos mujeres, María saluda a su pariente anciana, y esta es llenada del E. S., y habla; pero
al hacerlo, estimula a su vez a María a enaltecer a Dios y afirmarse en la fe, en la gracia. No te recuerda
esto Heb.10:24-25. La iglesia se congrega en la presencia de Dios, pues los santos unos a otros se
estimulan a la fe, la obediencia, el amor... Unos excitan a otros en esto. Esta es la gran finalidad de la
comunión de los creyentes. Esto se puede hacer llenándonos del E. Santo, como dice nuestro texto.
Pero si no estamos llenos del E.S., sino de otras preocupaciones, buscando y persiguiendo otras cosas. Si
hemos venido llenos de este mundo... ¿vamos a estimularnos a la fe, al amor, a la obediencia? Estaremos
hablando de las cosas del mundo.
Cuando estamos conociendo bien las verdades del evangelio andamos con Cristo, y esto hace que el E. santo
obre en nosotros, para que queramos estar con los santos y nos estimulemos unos a otros, como estas
mujeres.

.- Observa también las palabras de estas mujeres, como ejemplo de la presencia y la obra del E.SAnto en
ella por estar Cristo en ellas debidamente. Se saludan y en en eso Elisabet es llena del E. Santo.
¿Recuerdan como se nos exhorta al saludo? Rom.16:16; 1Cor.16:22b; 2Cor.13:12; 1Tes.5:26; 1Ped,5:14 Un
saludo santo, de amor, no un formalismo, una rutina, ni apariencia o hipocresía, sino fruto de la obra del
E. Santo en nuestros corazones. Mira lo que pasó en Elisabet al ser saludada por María, cuanto puede
hacer un saludo.
Observar también las palabras entre ellas, que ven y aprecian lo que Dios le da a una y a la otra, y esto les
lleva a agradecer a Dios, vers.42,43. Ahí nos conduce el E. Santo, a darnos cuenta y apreciar lo que Dios
le da a los otros y a nosotros, a pesar de nuestra bajeza. El E. Santo nos permite ver claro dónde está la
mano de Dios y en qué ha obrado. Nos llenamos del E. Santo dando siempre gracias por todo a Dios,
Ef.5:18-20, dad gracia en todo porque esta es la voluntad de Dios 1Tes.5:18.

Este breve relato del encuentro entre estas dos mujeres, en aquel hogar de la zona montañosa del sur de
Judea, hace 2000 años, nos dice como debemos de estar viviendo nosotros hoy en la iglesia con los santos
de Dios. ¿Tú tienes a Cristo viviendo como Salvador y Señor en tu corazón? ¿Estás oyendo el Evangelio de
esa manera? Mira eso se mostrará en que el E. Santo estará vivificando tu alma para amar a los santos y
querer estar con ellos, para saludarlos y hablar con ellos para estimularlos al amor, la fe y la obediencia.
¿Es así? No solo hay que prepararnos para venir a adorar a Dios, sino para estar con los santos, siendo
guiados por el E.Santo, para estimularnos unos a otros a la fe y el amor y la obediencia a Cristo.

M. 23- Agosto 2015 Evangelio de Lucas. 1:5-25 (IV) 4

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