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Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales U.N.L.P.

Materia: Derecho Privado III - Cátedra II


Prof. Titular: Dr. Luis F. P. Leiva Fernández

Autor: Prof. Abog. Juan Martín del Torno

Contratos celebrados por adhesión a cláusulas generales predispuestas

Art. 984. Definición. El contrato por adhesión es aquel mediante el cual uno de los
contratantes adhiere a cláusulas generales predispuestas unilateralmente, por la
otra parte o por un tercero, sin que el adherente haya participado en su redacción.

La figura en análisis pone de manifiesto un importante cambio que ha sufrido la sociedad, no


solo nacional, sino a nivel mundial, en la manera de contratar.

El contrato clásico resultado de las ideas que acompañaron a las revoluciones norteamericana
y francesa tenía como modelo la discusión paritaria entre dos sujetos “libres e iguales” que no
podían sino velar cada uno por su propio interés y por tanto la conclusión era “quien dice con -
tractual, dice justo”. Para la celebración de los contratos el modelo a seguir era el del mercado
en la plaza, en donde el propio productor o elaborador de las mercaderías las ofrecía a las per -
sonas y naturalmente se daba la discusión sobre los términos del acuerdo.

En virtud de la aparición de fenómenos sociales que resultan complementarios ese modelo de


contratar ha perdido lugar en el tráfico actual, podemos mencionar en primer término, la in-
corporación al mercado de una gran cantidad de personas con dinero para gastar y al mismo
tiempo, la concentración en pocas manos de los bienes a comerciar, se puede agregar también
el hecho que el tiempo con que se cuenta en la actualidad parecen ser mas escaso que aque-
llos que disfrutaban nuestros mayores y debe también agregarse en el presente el fenómeno
tecnológico que significa internet y las redes sociales con sus consecuencias para la sociedad y
la manera que esta celebra hoy contratos.

Todo este conjunto de cosas que suceden en la sociedad y que resulta imposible pelear con
ellas, debe de alguna manera ser abordada por el derecho y con ello velar por que sus fines se
consagren.

Quiero decir, parece a primera vista malo, dejar a una sola de las partes establecer los térmi -
nos del acuerdo que se aplicará a todos los demás por el riesgo implícito que significa que el
predisponente aproveche esta oportunidad que se le brinda para incluir en el contrato cláusu -
las que desequilibren el acuerdo y solo velen por los intereses de quien predispone, quebran -
do de esta manera el equilibrio que todo contrato debe tener.

Lo que se debe observar es, entonces, cuales son los términos que la ley establece para que se
utilice esta figura.

Art. 985. Requisitos. “Las cláusulas generales predispuestas deben:

- Ser comprensibles y autosuficientes.


- La redacción debe ser clara, completa y fácilmente inteligible.
- Se tienen por no comprendidas aquellas que efectúen un reenvío a textos o docu-
mentos que no se facilitan a la contraparte del predisponente, previa o simultá-
neamente a la celebración del contrato”

Es esta una manifestación de lo que se denomina deber de información del predisponente

Debemos destacar dos aspectos de este deber de información.

1. Resulta indispensable para quien no participó de la redacción del contrato conocer


claramente a que se obliga y cuáles son las condiciones de este, para con ello poder
establecer con certeza si le resulta o no conveniente su perfeccionamiento.

Este aspecto es lo que se desarrolla en el artículo en comentario, los requisitos de claridad,


completitud e inteligibilidad hacen a la comprensión del texto para cualquier persona, aunque
no sea avezada en derecho, lo que le permitirá conocer a ciencia cierta a que se está obligando
si opta por la celebración del contrato en los términos predispuestos.

Por otro lado, el impedir remisiones a otros documentos que no se acompañan en el momento
de la celebración evita el vicio de sorpresa, es decir, la incorporación de cláusulas que contradi-
gan o desdigan a aquel documento que el predisponente entregó, que no tiene que ver con el
contexto que el contrato predispuesto mostraba, que agrava la situación jurídica del adheren -
te, y que, de haberlas conocido, probablemente no hubiera celebrado el contrato.

2. La información técnica sobre el producto o bien en sí, el predisponente debe infor-


mar si lo que los adherentes buscan se corresponde con el producto ofrecido, sus ca-
lidades y cualidades que hagan a la satisfacción de quien contrata.

Esta deber de información tiene como complemento necesario la información del producto,
sus usos y características que hacen a su aprovechamiento, más cuando se trata de productos
tecnológicos o técnicos específicos, en donde para la satisfacción de una necesidad particular
se necesita un producto específico.

Art. 986. Cláusulas particulares. Las cláusulas particulares son aquellas que, nego-
ciadas individualmente, amplían, limitan, suprimen o interpretan una cláusula ge-
neral. En caso de incompatibilidad entre cláusulas generales y particulares, preva -
lecen estas últimas.

El artículo 986 pone de manifiesto una circunstancia que debe ser observada, en la inmensa
mayoría de las relaciones de consumo la posibilidad de modificar el contrato predispuesto re -
sulta una materia imposible y ello se da, fundamentalmente, por la diferente capacidad nego-
cial que existe entre proveedor y consumidor y, además, del hecho que el consumidor rara-
mente puede ponerse en contacto directo con quien decide los términos del contrato para in -
tentar negociarlo, es decir, el empleado que vende no tiene ninguna facultad o poder para
cambiar aquello que ha sido establecido.

Sin embargo, la posibilidad de incorporar cláusulas particulares a un contrato de adhesión pa -


rece mas real cuando se trata de un contrato entre empresas con una capacidad negocial simi-
lar y en donde el derecho de consumo no rige.

Es en estas circunstancias en donde, de la negociación paritaria puede surgir un cambio al mo -


delo tipo establecido por una de ellas, así conforme dispone el citado artículo 986, prevalecerá
aquella cláusula que ha sido negociada.
Art. 987. Interpretación. Las cláusulas ambiguas predispuestas por una de las par-
tes se interpretan en el sentido contrario a la parte predisponente.

Podría interpretarse este artículo 987 como un corolario del artículo 985, es decir, al momento
de la redacción de las cláusulas de un contrato de adhesión, el predisponente asume la obliga -
ción de ser absolutamente claro en su redacción para que los adherentes puedan conocer los
términos del contrato.

Luego, la incorporación de cláusulas ambiguas implica un incumplimiento del deber de infor-


mación asumido por el predisponente y hasta sospechado de cometer alguna argucia para
confundir y sacar provechos que no se corresponden con lo que la ley establece, por lo tanto,
para evitar esto la ley dispone que ante las dudas por ambigüedades la interpretación debe ser
contraria al predisponente.

Art. 988. Cláusulas abusivas. En los contratos previstos en esta Sección, se debe
tener por no escritas:

a) Las cláusulas que desnaturalicen las obligaciones del predisponente;


b) Las que importen renuncia o restricción a los derechos del adherente, o
amplíen derechos del predisponente que resultan de normas supletorias;
c) Las que, por su contenido, redacción o presentación, no son razonable-
mente previsibles.

El modo en que nuestro derecho ha reaccionado frente a la realidad social de los contratos por
adhesión ha sido evitar que quien predispone los términos de un contrato saque provechos
que no puedan justificarse y lo hace sancionando con la nulidad de las cláusulas consideradas
abusivas, obsérvese que lo que se anula son las aquellas disposiciones que se consideran reñi-
das con el equilibrio natural que todo contrato debe tener y no así el contrato, el cual deberá
integrarse, si es necesario, con aquellas normas que sean, o bien orden público en función de
un contrato de consumo, o supletorias cuando el contrato sea discrecional.

Concepto de cláusula abusiva

El código hace una descripción de aquello que considera abusivo sin establecer un listado es-
pecífico, ello tiene la ventaja de evitar que la creación humana supere el límite establecido y
queden sin cubrirse situaciones que caen en el concepto de cláusula abusiva.

Los parámetros establecidos son:

a) Cláusulas que desnaturalicen las obligaciones del predisponente.


b) Las que importen renuncia o restricción de los derechos del adherente, o amplíen los
derechos del predisponente que resulten de normas supletorias.

Coincidiendo con el Dr. Rubén Stiglitz (Rubén Stiglitz, Nuevos temas incorporados a la teoría general del
contrato en el Código Civil y Comercial. La Ley, publicado en Suplemento especial Nuevo Código Civil y Comercial.
Contratos, 2015, 25/02/2015), como está redactado el artículo 988, “… las cláusulas que desnaturali-
zan las obligaciones del predisponente y las que importan una renuncia o restricción de dere-
chos del adherente, o amplían los derechos del predisponente que resulten de normas suple-
torias parecen referirse a lo mismo, dado que no hay modo de desnaturalizar las obligaciones
o la relación obligacional que no sea ampliando significativamente los derechos del predispo -
nente o suprimiendo sus obligaciones, o restringiendo los derechos del consumidor o amplian -
do sus obligaciones…”.
Esta desnaturalización significa disminuir o eliminar para el predisponente, o aumentar para el
adherente, obligaciones que son propias del tipo específico de contrato de que se trata.

A título de ejemplo, la obligación de saneamiento de todo contrato a título oneroso, pero de-
bemos distinguir entre contrato de consumo y contrato discrecional, además en este segundo
supuesto, debemos hacer una distinción.

Si el contrato es de consumo, las disposiciones de orden público que hacen a la garantía y se -


guridad de los bienes y servicios que los proveedores brindan impide cualquier tipo de modifi -
cación o eliminación, luego, siempre este tipo de cláusulas serán nulas. Además de la lectura
del art. 1118 surge claramente que tal conducta no tiene ningún valor.

Si el contrato predispuesto fuera un contrato discrecional la eliminación de esta obligación de


saneamiento sería válida sólo si surge de una Cláusula Particular dispuesta por el art. 986,
puesto que fue un tema tratado de manera paritaria y con partes que se encuentran en una si-
milar situación de poder negocial. Si ello no es así, si la redacción del contrato ha sido realizada
unilateralmente o no existe paridad para realizar la negociación, tal cláusula no tendría valor.

c) Las que, por su contenido, redacción o presentación no son razonablemente previsi-


bles.

Es el supuesto que plantea el último párrafo del art. 985, en cuanto que del contexto del ins-
trumento que se tiene ante sí no puede esperarse que alguna otra documentación lo contradi -
ga, cambiando las reglas de juego que se han establecido y por las cuales el adherente decidió
la celebración del contrato.

Art. 989. Control judicial de las cláusulas abusivas. La aprobación administrativa


de las cláusulas generales no obsta a su control judicial. Cuando el juez declara la
nulidad parcial del contrato, simultáneamente lo debe integrar, si no puede subsis-
tir sin comprometer su finalidad.

Existen contratos predispuestos que requieren de la aprobación de autoridades administrati -


vas como pueden ser los de seguros, cuyo órgano de contralor es la Superintendencia de Segu -
ros, o los planes de ahorro con fines determinados, cuyos modelos deben pasar el control de la
Inspección General de Justicia, aun cuando estos modelos hubiesen sido aprobados, tal hecho
no obsta a que en sede judicial alguna de las cláusulas pueda ser considerada abusiva y por lo
tanto ser pasible de anulación.

Esto pone de manifiesto un doble control en estos casos particulares, el primero de la autori -
dad administrativa y también en última instancia de la judicial.

Ahora, conforme el principio de conservación de los actos y velando por el interés del adheren-
te, que normalmente necesita la cosa objeto del contrato, se opta por la anulación parcial, es
decir, solo de la cláusula que se considera abusiva.

Entonces, sí resulta necesario el juez deberá integrar el contrato, ya sea con las disposiciones
de orden público, tratándose de contratos de consumo, o de lo contrario, las normas supleto-
rias que rigen la contratación discrecional.

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