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República Bolivariana de Venezuela

Universidad de los Andes


Postgrado de Psiquiatría
Historia de la Psiquiatría

Antiguas Culturas y Periodo Medieval

(Resumen)

García R, Alexandra M.
Residente de Tercer Año
Prof. Pabón Albis
06 de Junio del 2023
Antiguas Culturas y Periodo Medieval

La historia de la psiquiatría tiene sus raíces en la medicina primitiva,


desde el momento en el que el ser humano intenta aliviar el sufrimiento de otro
hombre influyendo sobre él, y atendiéndolo en su dolor. A los hombres con
capacidades curativas, se les atribuían poderes misteriosos, heredados de
generación en generación o elegidos por dioses, cuando el sujeto presentaba
una convulsión, sueños reveladores, alucinaciones o al caer en un trance,
siendo captado por el curandero y sometido a un aprendizaje, que incluye una
compleja ceremonia de iniciación, con el propio padecimiento de la enfermedad
e instrucciones de las maniobras rituales. Este método de selección tuvo su
origen en las civilizaciones organizadas de la antigüedad, como en
Mesopotamia, Egipto y otros.

Los primeros babilónicos probablemente migraron de las montañas de


Persia, cuyo pueblo fue conquistado en el año 2100 A.C por Hammurabi,
creador de un gobierno regido por un conjunto de leyes, conocidas como el
código Hammurabi, centrado sobre todo en los médicos laicos, llamados Asu,
encargados de las manifestaciones patológicas externas, como heridas,
empleando formas más naturales de tratamiento, sin jurisdicción sobre las
enfermedades ocultas, como las de tipo interno, la epilepsia, y las
enfermedades mentales, atribuidas a posesiones demoniacas, las cuales
correspondían a los médicos sacerdotes o Asipu. A pesar de no encontrarse
codificadas, los babilónicos tenían concepciones animistas, recurriendo a
tratamientos con magia y adivinación, un poderoso instrumento psicológico
usado en pacientes convencidos de que su sufrimiento era producto del
pecado.

La medicina mesopotámica era psicosomática, y describieron con detalle


muchas enfermedades, siendo los primeros en incluir la biografía de los
pacientes en el desarrollo de la enfermedad, ameritando de su trabajo los
egipcios. Sin embargo, a pesar de que, tanto los egipcios como los babilónicos
basaban su práctica médica en conceptos mágicos y religiosos, los egipcios
tenían dificultad a la hora de delimitar los hechos reales de los imaginarios, y
los papiros en ocasiones eran largos o incomprensibles, entre ellos se
encontraban, el papiro de Ebers, con escritos sobre medicina interna y
farmacología, describiendo el cerebro como fuente de las funciones mentales,
mientras que el papiro de Edward estaba destinado a encantamientos
religiosos y ritos mágicos. Destinaron además medios ambientes para ejecutar
actividades recreativas, estimulando a los pacientes para emplear de manera
constructiva su tiempo libre.

A su vez, los egipcios y los mesopotámicos fueron de influencia en la


práctica de la medicina de los hebreos, con la diferencia de que estos no
disponian de textos médicos. En el Talmud, se logran evidenciar mecanismos
psicológicos como, culpar al otro de los pecados propios, conocido como
proyección, así como el uso de los sueños para expresar deseos que los
principios morales conscientes prohíben, hablando libremente de sus
preocupaciones, como medida terapéutica, atribuyendo a un solo Dios la
sanidad y la enfermedad.

Con respecto a la influencia persa, surge a mediados del primer milenio


antes de Cristo, con el Venidad o “la ley contra los demonios”, detallando
enfermedades susceptibles de afligir a los seres humanos provocadas por
demonios, donde se describen tres clases de médicos, el medico del cuchillo,
el medico de las hierbas y el médico de la palabra/magos, quizás los
equivalentes para los cirujanos, los internistas y los psiquiatras. Y a partir del
segundo milenio cobra fuerzas la religión dualista, entre el dios de la luz y el
espíritu del mal, que se encontraban en constante combate, incluso en el
interior del cuerpo.

El dios de la luz, delega el reino de la medicina al ángel Thrita,


convirtiéndose en el medico supremo mitológico de los persas, controlando las
influencias del mal a través de los continuos exorcismos, insistiendo en la
estructura demonológicas de la influencia babilónica y egipcia, pero su
concepción de la práctica médica se abocaba a una estructura más racional y
empírica. La profilaxis, la higiene, la pureza de mente y cuerpo, las buenas
acciones y los buenos pensamientos eran considerados como las vías que
llevaban a lograr y mantener una buena salud.

Mientras que en la antigua medicina Hindú, conocida como Vedas, las


masas golpeadas por la indigencia, hallaron consuelo en las creencias
místicas, especialmente en la transmigración del alma, que prometía una mejor
suerte en la próxima vida, y la posibilidad de redención mediante la renuncia de
los placeres del mundo. Su base estribaba en la idea de lucha entre fuerzas del
mal (Siva) por medio del demonio que moraban en el cuerpo humano y las
fuerzas de restauración (Visnú), por medio del exorcismo, rituales y oraciones
al dios Brahma, sin separación entre las prácticas médicas y los rituales de
encantamiento. En cuanto a la influencia de la India sobre la psiquiatría, está la
insistencia del budismo en la supresión del interés hacia el mundo externo y su
dirección hacia el interior del individuo, a través de la meditación, relacionando
las emociones con la conducta.

En la edad media, los ciudadanos de la antigua Grecia, encontraban su


seguridad interior en el conocimiento y la razón, influencias adoptadas por los
romanos y sus creencias en las leyes igualitarias hasta que su sistema de
seguridad declina, ocurriendo una regresión hacia las creencias
misticoreligiosas. El cristianismo logro brindar una explicación a las epidemias
del momento, satisfaciendo las demandas psíquicas de las masas
desmoralizadas que tenían la necesidad de explicaciones sobrenaturales,
convirtiendo las iglesias en santuarios para enfermos y preparando a los
sacerdotes para cumplir la labor de médico.

El pueblo estaba mejor preparado para soportar las penas y los azares
de este mundo debido a la promesa de una vida mejor después de la muerte,
suministrando consuelo y energía. La fe y la moral estaban relacionadas con la
psicología, y la salvación del alma se halla en estrecha relación con la curación
de las mentes. Donde apenas se distinguía la psiquiatría de la demonología
primitiva y el tratamiento del exorcismo.

Posteriormente, durante la baja edad media, ya fuera que la locura se


considerara como resultado de una crisis emocional o por posesión demoniaca,
los cuidados del enfermo competían a la comunidad, siendo el aspecto
humanitario de la medicina medieval, su principal aportación. Uno de los
primeros asilos para enfermos mentales que recibieron un trato humanizado
fue en el hospital de Londres, quienes al mejorar regresaban con sus
familiares.
Entre los destacados autores medievales se encuentran, Aurelius
Augustinus conocido como San Agustín, quien se vio implicado durante su
juventud en diversas controversias, que le permitieron más adelante
exteriorizar sus conflictos, fundamentando el principio de sinceridad, sin
compromiso con uno mismo. Presentado actualmente como eje de la doctrina
psicoanalítica de Freud, en donde los trastornos neuróticos pueden vencerse
reconociendo su origen inconsciente mediante la concienciación. Fue el
primero en describir las experiencias emocionales subjetivas (cólera,
esperanza, alegría y temor), parte importante de la psicología y precursor del
existencialismo, considerando además, que el alma es la continua conciencia
de sí mismo y el pensamiento es la vida reflejada y percibida por el organismo.

Durante los cinco siglos siguientes a la caída de Roma, los monjes se


ocuparon simultáneamente de la medicina y de la teología, durante un periodo.
Sin embargo, la universidad de Salerno contribuye en su separación, no siendo
afortunada la psicología, cuya relación con la teología filosófica y el
escolasticismo medieval permaneció, resultando de ello la participación de
Santo Tomas de Aquino, quien reconcilio las enseñanzas de Aristóteles con el
dogma cristiano, mediante la subordinación de estas a la revelación religiosa.
Creía además que el cuerpo estaba dominado por el alma, pero que el alma
podía existir independientemente del cuerpo, separándolos y otorgó la función
de la percepción a los órganos sensoriales. Se considera que su influencia en
la psiquiatría fue un signo regresivo y no empírico- racionalista.

Este período caracteriza el eterno conflicto entre los dos principios


psicológicos fundamentales con los que el hombre intenta dominar su
inseguridad, el conocimiento y la fe. Evidentemente mientras algunos tipos de
dolencias respondían a la fe, no ocurría lo mismo con los trastornos orgánicos.
Los monjes conservaron su preocupación por los problemas de la mente
efectuando exorcismos, pero abandonaron la medicina a sus rivales los
médicos laicos, al emplear métodos empíricos para aliviar las dolencias
orgánicas. Paradójicamente esta regresión al sobrenaturalismo, condujo a una
corriente más fuerte del conocimiento y la investigación, desviándose a una
represión violenta de las herejías por parte de la tradición del razonamiento
escolastico, afectando a los enfermos mentales que terminaron en la hoguera.
Referencias Bibliográficas

 Franz, A y Selesnick, S. Historia de la psiquiatría. Una evaluación del


pensamiento psiquiátrico desde los tiempos prehistóricos hasta nuestros
días. Editorial Epaxs. Barcelona, 1970.

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