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PRESENTACION

NOMBRE:
WILKANIA TAVERAS

MATRICULA:
20-SDRN-7-016

CARRERA:
DERECHO

ASIGNATURA:
PSICOLOGIA 1

TEMA:
ORIGEN E HISTORIA DE LA PSICOLOGIA Y LA PSIQUIATRIA

MAESTRO:
PABLO JOSE REYES
Introducción

La presente asignación es para redactar una producción escrita acerca del origen de la
psicología así también como su historia y la historia de la psiquiatría y los manicomios.
Antes de dar inicio es bueno saber que son estas ciencias o disciplinas.

Según la Real Academia Española se define como Psicología a “La ciencia que trata la
conducta y los procesos mentales de los individuos”, cuyo campo de estudio abarca todos
los aspectos de la experiencia humana. Es decir, la ciencia como método que la humanidad
ha desarrollado para comprender el entorno que lo rodea.

Mientras que la psiquiatría es la especialidad médica dedicada al estudio de los trastornos


mentales de origen genético o neurológico con el objetivo de prevenir, evaluar, diagnosticar,
tratar y rehabilitar a las personas con trastornos mentales y asegurar la autonomía y la
adaptación del individuo a las condiciones de su existencia. También en un ámbito general,
se dedica al estudio del encéfalo y lo que está funcionando mal dentro de él, no tan solo
enfermedades mentales.
Origen e historia de la psicología

Todas las ciencias tienen su origen y su historia y es importante conocerla para comprender
mejor la disciplina. En el caso del nacimiento de la psicología, sus primeros pasos se
remontan a la época clásica, donde algunas corrientes filosóficas ya nos hablaban de que el
ser humano tenía una capacidad para sentir, expresar y comunicar que se podía diferenciar
de nuestras funciones fisiológicas.

Como cualquier campo del conocimiento, su origen es muy difuso y no podemos establecer
un origen de la psicología exacto en todas partes del mundo. Existen algunas evidencias de
que la palabra "psicología" aparece por primera vez en el siglo XVIII introducida por el
filósofo alemán Christian Wolff.

Este pensador definió la psicología como "la ciencia que estudia el alma". No es de extrañar
que se definiera así pues grandes mentes como Descartes separaron el cuerpo de la parte
pensante del ser humano, delimitando así dos espacios interdependientes conocidos como
"el cuerpo" y "el alma".

El ser humano siempre se ha cuestionado de dónde nacen sus ideas y sentimientos. Como
hemos comentado al inicio del artículo, antes del origen de la psicología ya se habían
realizado distintos supuestos filosóficos, médicos y biológicos al respecto de las dudas que
suscitaba nuestra mente.

Origen de la psicología como ciencia

En los inicios, se definió como un estudio subjetivo sin bases científicas, caracterizado por
el análisis a partir de la observación y la proyección. Sin embargo, en el siglo XIX, Wilhem
Wundt decidió fundar el primer laboratorio de psicología experimental en el mundo.

La psicología experimental ponía sobre la mesa una afirmación revolucionaria: estudiar la


mente humana requiere de experimentos y bases científicas. Es en ese momento donde
podemos observar dos principios muy contrarios entre si dentro de la disciplina de la
psicología:

La mente humana solo puede estudiarse mediante el análisis subjetivo y la proyección de


los pensamientos. La psicología debe ser una ciencia puramente experimental y empírica.
A partir de ese momento, los estudios psicológicos fueron tomando caminos muy extremos
pero complementarios entre sí; desde Freud afirmando que existe una gran parte sumergida
de nuestra mente donde reprimimos recuerdos, pensamientos y sentimientos hasta la teoría
conductista de Skinner donde se postula que podemos hacer un completo análisis
psicológico a partir de la observación del comportamiento.

Hoy en día, ambos supuestos se han ido diversificando y encontramos influencia de estas
teorías en todas las ramas de la psicología. Sabemos que es sumamente importante que la
psicología se establezca como una ciencia, no obstante, no se trata de una disciplina exacta
y perfectamente previsible.
Algunas de las ramas de la psicología que podemos estudiar hoy en día son:

 Psicología clínica.
 Psicología del desarrollo.
 Neuropsicología.
 Psicología cognitiva.
 Psicoanálisis o psicología dinámica.

La psicología en el siglo XX:

Ya establecidos las bases de la psicología moderna en los siglos XVIII y XIX, en el siglo
pasado empezaron a surgir una multitud de autores que ofrecieron puntos de vista muy
importantes e interesantes. Algunos de los autores más importantes del siglo XX son los
siguientes:

 Sigmund Freud: padre del psicoanálisis, sentó las bazas de la psicoterapia actual
postulando la necesidad de establecer un diálogo íntimo con el paciente.

 B.F Skinner: psicólogo conductista experimental, aportó a la teoría del conductismo


la idea del condicionamiento operante.

 Carl Rogers: una de las figuras más importantes de la psicología humanista.

 Abraham Maslow: teorizó sobre la motivación y la jerarquía de las necesidades


(creando la famosa pirámide de Maslow)

 Hans Eyesenk: uno de los psicólogos más importantes en la segunda mitad del
siglo XX, dedicó gran parte de su vida a estudiar las distintas características de la
personalidad.

Estos son algunos de los psicólogos que aportaron las teorías que hoy en día seguimos
utilizando en la psicología. Por suerte, esta disciplina está en continuo crecimiento y
actualmente muchas personas dedican sus conocimientos y estudios a aportar teorías y
prácticas terapéuticas a la psicología.
Historia de la psiquiatría y los manicomios:

La primera referencia con este nombre es de Johann Cristian Reil en 1803. El modelo
cultural de salud-enfermedad propio de cada época ha sido determinante para la
comprensión de las enfermedades mentales: desde una concepción primitiva de la
enfermedad como castigo divino, en la que la enfermedad mental se considera el
paradigma del castigo por la ruptura de algún tabú (el loco está poseído por algún
demonio o es directamente castigado por Dios), pasando por un modelo social y
psicoanalítico, hasta la más moderna perspectiva bioquímica y genética de la
enfermedad mental, como expresión más de la alteración del órgano o de su función
fisiológica.

En el Antiguo Egipto se desarrolla un sistema médico público notable, que ya establece


la importancia de ambientes estimulantes o de actividades recreativas como la pintura o
el baile para el tratamiento de determinados trastornos del comportamiento. En el papiro
Edwin Smith se afirma que el cerebro es el asiento de la mente (contrariamente a la
creencia griega que la sitúa en el corazón). En el papiro Ebers se mencionan algunas
enfermedades mentales, entre las que se incluye la epilepsia, que será considerada
durante muchos siglos una forma de locura.

Han llegado hasta nuestros días evidencias de que entre los aztecas existía un modelo
médico de la locura: Tlazoltéotl es la madre tierra, diosa de la fecundidad, pero también
la diosa de la enfermedad y de los trastornos mentales. Según algún grabado, la diosa
se adueña del alma del hombre, provocándole convulsiones o la locura.

La gran revolución médica desarrollada por la civilización griega a través de varios


personajes de gran importancia para la salud, como Hipócrates, el Padre de la Medicina,
alcanzará también a las enfermedades mentales. Platón ya había subrayado la
importancia de la entrevista clínica como herramienta diagnóstica, y en muchos casos
terapéutica, pero será la teoría de los cuatro humores del inmortal médico de Cos la que
apuntale la evidencia del complejo sistema de relaciones entre el comportamiento de
una persona y su situación orgánica. En sus obras pueden encontrarse descripciones de
cuadros como la epilepsia, la manía, la paranoia, el delirio tóxico, las fobias o la histeria.

En la época del renacimiento época de despegue de las ciencias físicas y de la


medicina no aportará, sin embargo, grandes novedades al campo de la protopsiquiatría.
Hay que destacar, sin embargo, algunas figuras individuales, como la de Paracelso
(1493-1541), autor del tratado "Sobre las enfermedades que privan de la razón". En esta
obra propone que las enfermedades mentales no tienen su causa en Dios, sino en
procesos naturales, y adelanta una clasificación en cinco grupos: epilepsia, manía,
locura verdadera, baile de San Vito y "suffocatio intellectus". Los locos verdaderos se
dividen también en cinco tipos: lunáticos, insanos, vesánicos, melancólicos y obsesos.

Pero la influencia de la religión, que empieza a verse parcialmente resquebrajada en


otros ámbitos del conocimiento, apuntala su poder sobre el campo de la locura. En el
Malleus maleficarum, (obra heterodoxa incluida en el Índice de Libros Prohibidos varios
siglos después), se define a la enfermedad mental como una forma de brujería o
posesión demoníaca cuyo tratamiento pasaba por la tortura o la hoguera para "liberar" el
alma del enfermo. Hay que destacar también dentro del cristianismo el papel de San
Juan de Dios (1495-1550) puesto que vivió en sus propias carnes la violencia de la
contención de los locos en el Hospital Real de Granada, y eso tuvo algo que ver con la
fundación de su Orden Hospitalaria, la cual se planteaba formas de atención
humanitaria en las instituciones asistenciales (y cuyo modelo inspiró en el XVII la
fundación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl).

Mucho antes, desde el siglo XIII, en Inglaterra, en Bedlam se acogían locos, y


posteriormente en algunas ciudades europeas bajomedievales, hubo fundaciones civiles
y religiosas para la tutela de dementes. En la Corona de Aragón, tanto el Hospital
General de la Sancta Creu de Barcelona, fundado en 1401, como el Hospital des
Innocents de València fundado por Juan Gilaberto Jofré el 1409, acogía a locos. La
acogida de locos no tenía ninguna implicación terapéutica, solamente se desplazaba la
responsabilidad de la tutela legal del loco de una persona física habitualmente un
pariente, a una persona jurídica la fundación hospitalaria. Ya en 1385 el franciscano
Francesc Eiximenis, escribió un Regiment de la cosa pública destinado a los Jurats de la
Ciudad de Valencia en el que establecía las responsabilidades de los gobernantes de la
ciudad en proveer los medios para gestionar a dementes y enfermos, y que inspiró
indudablemente la obra del valenciano Luis Vives siglo y medio más tarde. Por eso, en
la Corona de Aragón, como en el Norte de Italia y en la Europa Católica, muchas de
estas instituciones eran ya en el XV civiles y controladas por los municipios y así
siguieron hasta las leyes de reforma de la beneficencia promulgadas por el
constitucionalismo moderno en el s. XIX.

En 1567 Bernardino Álvarez, soldado retirado, inaugura el primer centro de estas


características de América, en México. También por Europa se extiende esta política de
confinamiento: en Inglaterra Enrique VIII inaugura el primer hospital para locos, el
Bethlem Royal Hospital o asilo de Bedlam.

Pero será a finales de este siglo y en los albores del siglo XX cuando comiencen a surgir
los primeros psiquiatras de influencia crucial en la historia de esta especialidad. Al igual
que en otras ramas de la medicina el nivel de conocimientos (elevado exponencialmente
durante el siglo XVIII y XIX) alcanzará el nivel crítico necesario para generar alternativas
de tratamiento razonablemente eficaces para muchas de las enfermedades mentales
conocidas.
Manicomios:

Desde la antigüedad, las personas con algún problema mental convivían con el resto de
la sociedad. La relación con los demás dependía del lugar o la cultura, y se movía entre
el rechazo y la consideración. Según el historiador Nacho Ares, director del programa
SER Historia, "los locos campaban a sus anchas por las calles y, dependiendo un poco
de la cultura en la que vivieran, eran entedidos de una u otra forma. En la mayor parte
de los casos, desde la prehistoria, habían sido vistos como chamanes o personas
elegidas por la divinidad, y se veía en ellos una especie de conexión con el mundo del
más allá".

Fue a principios del siglo XV cuando un fraile mercedario, Juan Gilabert Jofré, consideró
oportuno abrir un hospital específico para dar cabida a las personas con problemas
mentales y, de esa forma, evitar su contacto con el resto de los ciudadanos. Nacía, así,
el primer Hospital de Inocentes, nombre con el que se empezaron a conocer estas
casas de reclusión en sus inicios, creadas bajo el auspicio de órdenes religiosas
cristianas.

El tratamiento de la enfermedad, que se observaba casi siempre en personas que vivían


en la extrema pobreza y muchas veces como consecuencia de ésta, consistía en
mantener ocupados con tareas cotidianas a los afectados. Si mostraban un
comportamiento rebelde, se les azotaba, se les encadenaba o se les metía en jaulas.
Algunos de estos métodos se mantuvieron en España prácticamente hasta el siglo XX,
en parte debido a la superstición que atribuía a la enfermedad mental cierto componente
diabólico. Hubo intentos de cambiar algo las cosas, pero la masificación de los
manicomios y la falta de recursos económicos para los centros, hicieron que las
calamidades de las personas internadas en estos hospitales pervivieran cuando, en el
resto de Europa, se les aplicaban tratamientos o cuidados menos agresivos. Nacho Ares
señala que "el problema que tenían estas instituciones, sobre todo a partir de la Edad
Media, es que todas las personas eran aglutinadas en los mismos espacios. Daba igual
el nivel o el tipo de enfermedad que tuvieran. Todos eran hacinados en el mismo
espacio, lo que generaba situaciones realmente dramáticas".

En general, se tendía a separar a los hombres de las mujeres y, entre ellos, se aislaba a
quienes presentaban un carácter más fuerte, segregándolos de los que se mostraban
sumisos. A estos últimos se les podía permitir salir del manicomio para pedir lismosna o
para hacer de bufones. Las personas que atendían a estos enfermos no estaban, ni
mucho menos, cualificadas para ello. En el siglo XVIII, eran las autoridades municipales
las que debían emitir la orden de ingreso en un manicomio, y lo hacían no por razones
médicas sino de seguridad ciudadana.

En el siglo XIX se crearon los hospitales específicos para locos con la intención de
otorgarles un tratamiento médico, sin violencia y buscando sosegarlos. No obstante,
seguían existiendo las celdas de aislamiento para los de un carácter más indomable. Ya
en esos momentos se empezó a distinguir entre distintos tipos de locos, para impedir
que los de unos grupos y los de otros mantuvieran contacto entre sí. También en el siglo
XIX nacieron los primeros manicomios privados, pero ni siquiera así se pudo evitar el
desbordamiento.

En el primer cuarto del siglo XX se empezó a fomentar una enfermería de tipo mental,
hasta que en 1926 se creó la primera escuela de Psiquiatría para el estudio y
tratamiento de las enfermedades mentales. Los hospitales psiquiátricos, sobre todo en
las ciudades, permitían a los enfermos más leves entrar y salir de los centros en los que
eran tratados. Sin embargo, a partir de los años treinta, toda reforma emprendida
chocaba siempre con la eterna falta de presupuesto, lo que condenaba al fracaso
cualquier política que pretendiera mejorar drásticamente la situación de estos enfermos.
Todavía en esos años se utilizaba el electroshock, la lobotomía o la insulina como
métodos para tratar a los pacientes.

En 1950 se empezó a utilizar el primer medicamento antipsicótico, y en 1970 se creó la


especialidad de Ayudante Técnico Sanitario Psiquiátrico. El cambio más radical y
definitivo llegaría a mediados de los años ochenta, cuando el ministerio de Sanidad llevó
a cabo la plena integración de la salud mental dentro de la asistencia sanitaria general,
acabando con cerca de 600 años de dolor y sufrimiento para las personas con alguna
enfermedad psiquiátrica. "En los hospitales públicos quedarían plantas dedicadas a
psiquiatría, aunque los avances en la medicina y, sobre todo, la importancia de la labor
familiar en el entorno de estos enfermos, hizo que el problema de los antiguos
manicomios haya desaparecido", apunta Nacho Ares.
Conclusión:

Podemos cerrar esta asignación destacando que desde el principio el hombre trae
consigo misterios que no son tan fáciles de entender o percibir, llevándolo así a la
creación de ciencias y especialidades como estas y también a la creación de centros
como los manicomios con el fin de regular la conducta. Estas ciencias han ido creciendo
y desarrollándose con los años y abriéndose paso en un mundo que no las creía tan
necesarias y no le daba el valor e importancia que merecen. Sus precursores se
esforzaron mucho para que hoy día dispongamos de las bases necesarias y lo
suficientemente solidas para posicionarlas como especialidades de carácter
indispensable para la ayuda en el conocimiento de la mente y el comportamiento del ser
humano.
Bibliografía:

https://www.psicologia-online.com/el-origen-de-la-psicologia-resumen-y-autores-
4248.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_psiquiatr%C3%ADa

https://cadenaser.com/programa/2015/10/10/hora_14_fin_de_semana/1444442081_777
173.html

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