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Universidad Mariano Gálvez De Guatemala

Carrera de licenciatura en ciencias jurídicas y sociales

TRABAJO DE EXPOSICION
FILOSOFIA

Anderson meregildo Godoy tista 5017-23-6223

Jairyn Naomi Hernández Paiz 5017-23-3655

Edwin Ronaldo Orellana Morales 5017-23-10734

Lincy maricruz moya 5017-18-10539


Tema: Filosofía Moral
La filosofía moral estudia lo que es correcto y lo incorrecto, y cuestiones filosóficas
relacionadas.
Filosofía moral La filosofía moral es un área de la filosofía que considera el bien y el mal.
Explora los orígenes de la moralidad y cómo las personas deben vivir sus vidas en relación
a los demás.
La filosofía moral es un área de la filosofía que considera el bien y el mal. Explora
los orígenes de la moralidad y cómo las personas deben vivir sus vidas en relación
a los demás.

La filosofía moral se refiere a las teorías filosóficas sobre la ética humana. Un área
de estudio que se remonta a las civilizaciones antiguas, el examen del bien y el
mal y los códigos creados por estos términos ha sido un área de constante debate
y teorización a lo largo de la historia. Hay muchos campos de estudio en filosofía
moral, incluida la metaética, la ética práctica o normativa y la ética aplicada.

Los filósofos morales meta-éticos consideran las cuestiones de cómo las personas
determinan el bien del mal, si la moralidad es relativa o universal, y dónde se
origina el concepto de moralidad. A diferencia de la ética práctica, que busca
establecer códigos de conducta basados en teorías de la ética, la metaética busca
definir los términos del vocabulario de la filosofía moral. Por ejemplo, para decirle
a alguien que debe hacer algo porque es «bueno», es fundamental comprender
qué significa «bueno», dónde se originó el concepto y cómo se determina
lógicamente que una acción es «buena». . » Hay muchas teorías diferentes en el
campo de la metaética, que se extienden desde la antigüedad hasta la actualidad.
Platón y Aristóteles se citan con frecuencia como los padres de la metaética, ya
que ambos escribieron extensos exámenes sobre la naturaleza de la filosofía
moral.

La filosofía moral práctica implica la determinación de reglas mediante las cuales


juzgar las acciones sobre una base ética. Mientras que algunas teorías morales
establecen un código ético específico, otros teóricos morales optan por desarrollar
un marco con el que una persona puede responder a las cuestiones morales y
éticas planteadas por cualquier situación dada. Por ejemplo, la filosofía moral del
consecuencialismo afirma que la moralidad de una acción está determinada por su
resultado, independientemente de la acción en sí. Si las consecuencias de una
acción pueden considerarse «buenas», puede justificar los medios. El deontismo,
el más famoso estudiado por Immanuel Kant, afirma exactamente lo contrario,
sugiriendo que las acciones son morales o inmorales independientemente del
resultado.

La ética aplicada se refiere a la aplicación de la filosofía moral normativa a


circunstancias específicas. En este campo, los académicos y pensadores intentan
razonar las decisiones morales utilizando un marco de ética práctica. Por ejemplo,
la posición de una persona sobre la cuestión de torturar a sospechosos de
terrorismo puede determinarse aplicando principios filosóficos morales. Si una
persona cree que la tortura es intrínsecamente incorrecta, pero adopta el
argumento consecuencia lista de que la información obtenida a través de la tortura
podría salvar vidas, podría inclinarse por permitir la tortura. Tomando un
argumento deontista, si una persona cree que la tortura es intrínsecamente
incorrecta, entonces está mal independientemente de las consecuencias y debe
evitarse. Las leyes, los sistemas de justicia y las opiniones personales sobre
cuestiones sociales son frecuentes preocupaciones de la filosofía moral aplicada.

La filosofía moral tiene tres ramas:

Una rama, la metaética, investiga preguntas amplias como, “¿qué es la


moralidad?” “¿qué es la justicia?” “¿existe la verdad?” y “¿cómo podemos justificar
nuestras creencias, o privilegiarlas, cuando entran en conflicto con las de los
demás?”

Otra rama de la filosofía moral es la ética normativa. Esta se enfoca en preguntas


relacionadas a lo que deberíamos hacer. La ética normativa ofrece un marco para
guiar la toma de decisiones para distinguir el bien del mal. Los tres marcos más
comunes son la deontología, el utilitarismo, y la ética de la virtud.

La última rama es la ética aplicada. Concierne temas morales concretos como lo


son la guerra y la pena de muerte. La ética aplicada también trata de resolver los
desafíos morales que las personas enfrentan en su vida cotidiana, como si es
correcto mentir para ayudar a un amigo o colega.

Entonces la filosofía moral nos ayuda a vivir una vida ética al tratar no sólo
preguntas abstractas, pero también al ofrecernos marcos prácticos para la toma
de decisiones y para resolver los desafíos morales concretos.

La filosofía de la moral es una de las ciencias más significativa que revela el valor
de la sabiduría como medio de meditación desde diferentes perspectivas. Esta
disciplina también es conocida como ética y permite comprender entre aquello que
no es correcto y lo que sí lo es, desde un punto moralista.

La conducta de la reflexión moral es muy importante en la sociedad porque


enseña la rectitud con la que se debe vivir. Es decir, el obrar bien ayuda al ser
humano a corregirse a sí mismo y a lograr la vida buena. La filosofía moral se
encarga de mostrar la responsabilidad que debe tener el ser humano para aportar
confianza a la humanidad en la que se habita, debido a que por medio de las
labores que realice cada persona también se cultiva un dominio en el bien común.
El objetivo principal de esta ciencia es perseguir el bien común de la sociedad,
porque el bien grupal alimenta también la felicidad del individuo. Con la ayuda de
la reflexión ética que ofrece la filosofía de la moral se puede apoyar al orden de la
colectividad. Esta ciencia toma a su favor principios esenciales del
comportamiento humano, las normas éticas que implanta esta disciplina es
el amor propio, el principio del deber, la búsqueda de la felicidad, el respeto hacia
las demás personas y la superación personal.

Valores básicos en los que se basa la Filosofía de la Moral

La libertad: este valor se fundamenta en reconocer la independencia del ser


humano para que este pueda elegir su propio destino y su actuación como
persona en el mundo. Es la autonomía que se tiene para realizar un hecho
teniendo en cuenta el sentido de responsabilidad.

La solidaridad: es la conducta que se ejecuta al aportar soluciones a los


problemas que afligen al prójimo. Este valor ayuda con la formación de las
personas en la bondad. Para emplear la solidaridad se exige dejar de lado el
individualismo, el egoísmo y la competencia.

La dignidad humana: este valor se concibe desde que se nace, es propio del


hombre. Es una conducta que pide para el hombre, el respeto superior. La
dignidad precisa a que el bienestar de las personas sea la felicidad principal de
todas las acciones.

justicia: es un valor social que radica en proceder con un juicio de equidad. El


principal objetivo de este valor es que las personas apliquen la igualdad en todos
los individuos de la sociedad.

La igualdad: el hombre se debe regir por este valor para lograr el respeto. La
igualdad hace que las personas no puedan discriminarse por alguna condición
mental, física, social o económica. Este valor es importante que se cumpla en la
sociedad para lograr la exclusión de la pobreza, la esclavitud, la explotación,
la autocracia y todo lo que genera dolor en el ser humano.
CONDUCTA MORAL

Porque, en definitiva, reclamamos a niños, niñas y jóvenes conductas morales. Entiendo


por conducta moral el conjunto de actitudes y comportamientos por los que el individuo,
en conciencia, se ve obligado a responder mediante una justificación responsable: no solo
evitar el mal, sino hacer el bien.
Que los chicos y chicas a nuestro cargo sigan un proceso de aprendizaje que les lleve a
reconocer y elegir libremente comportarse de forma responsable, y ser coherentes con
una ciudadanía global y con los derechos fundamentales del ser humano, constituye la
finalidad de la enseñanza de valores (Fundamentar la Educación en Valores).
De entrada, diremos que la ética surge como estudio de la conducta moral. De modo que
parece conveniente aclarar primero que es la conducta moral.
Podemos definir la conducta moral como aquella conducta que llevamos a cabo siguiendo
ciertas normas y valores a los que denominamos normas y valores morales.
Conducta moral. Conjunto de acciones de las que tenemos que responder, justificándolas
responsablemente. Ser moral o tener una conducta moral significa no solo evitar el mal,
sino también hacer el bien. Para ello en ocasiones es necesario tener el valor de
enfrentamos al código moral de nuestro entorno cultural...el ser humano decide lo que
tiene q hacer en cada situación.
La acción de ser libre y responsable significa que desde nuestra inteligencia respondemos
a los estímulos con conductas que elegimos según nuestros criterios y escala de valores
responsabilidad trata de construirnos nuestra vida y ser libres los seres humanos por ser
libres somos responsables seriamos irresponsables si no fuéramos capaces de vencer el
egoísmo
En general, una norma es una regla (una pauta, una directriz), que nos permite regular
nuestras decisiones, nuestra conducta libre. Así, por ejemplo, hablamos de las normas de
circulación, que nos permiten regular el tráfico. O los derechos y deberes de los alumnos,
que permiten regular la conducta de los alumnos en el instituto. Con frecuencia las
normas tienen como objetivo alcanzar ciertos valores. Por ejemplo, las normas de tráfico
tienen por objetivo la seguridad y eficacia cuando nos desplazamos por calles y carreteras.
Tipos de Moral

 La moral se puede clasificar de acuerdo a situaciones y reflexiones sobre lo bueno


y lo malo. Por lo tanto, algunos tipos son:
 Moral religiosa. Está determinada por una tradición religiosa determinada, y que
se rige por los mandamientos de su credo o doctrina.
 Moral laica. No está determinada por una tradición religiosa, incluso si muchos de
sus valores coinciden con los de una tradición cultural muy marcada por el pasado
religioso.
 Moral fundamental. Aspira a ser universal, o sea, que tiende a juzgar los elementos
más básicos de la existencia del ser humano.
 Moral social. Diferencia los preceptos morales de la sociedad, o sea, las tradiciones
que obran en un momento determinado a un colectivo determinado.
 Moral individual. Aquella que manifiesta la aproximación personal, singular e
individual que cada quien tiene hacia los conceptos de lo bueno y lo malo.
Deberes morales:
Nos indican las cosas que sí debemos hacer. Es decir, los deberes o mandatos morales
señalan las buenas acciones que debemos practicar para construir una sociedad
armoniosa.
1. Tratar a los demás como queremos ser tratados.
2. Ser misericordiosos y compasivos con los demás.
3. Respetar a los padres, ancianos y personas de autoridad.
4. Cuidar de los hijos.
5. Cuidar de los padres en su vejez.
6. Asistir a los ancianos, enfermos y heridos.
7. Ayudar al necesitado.
8. Compartir nuestros bienes con los demás.
9. Reparar el daño causado a otros.
10. Disculparse cuando es necesario.
11. Tener una ocupación honorable (trabajar, estudiar, atender el hogar).
12. Cumplir las promesas.
13. Ser responsables.
14. Ser justos.
15. Ser leales.
16. Ser agradecidos.
17. Ser humildes.
18. Ser cortés y amable en el trato con los demás.
19. Ser tolerante con las personas diferentes y sus opiniones.
20. Dar prioridad a niños, mujeres embarazadas y ancianos durante las emergencias.
Prohibiciones morales
Las prohibiciones morales indican las cosas que no debemos hacer. Por lo tanto, son
normas que prohíben comportamientos negativos, es decir, las malas acciones o acciones
incorrectas.
1. No hacer a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.
2. No robar.
3. No matar.
4. No engañar.
5. No calumniar a las personas.
6. No murmurar sobre los demás.
7. No tener relaciones extramatrimoniales.
8. No tomar la justicia en nuestras manos.
9. No golpear a las mujeres.
10. No maltratar a los niños.
11. No maltratar a los animales.
12. No corromper a los menores de edad.
13. No realizar actos íntimos en público.
14. No utilizar a las personas.
15. No tocar a nadie sin su consentimiento
ETICA FORMAL

Ética formal, por su parte, es la que considera que lo que determina la bondad o maldad de la
norma moral es su forma. Toda norma moral va en imperativo, es categórica. Es decir, es universal
y necesaria. Válida para todos y sin excepción posible.

Denominamos en nuestra lengua como ética a todo aquello propio o relativo a esta rama de
la filosofía que trata de la moralidad de las acciones humanas y que de acuerdo a su circunstancia
nos permitirá calificarlas como buenas o malas.

También, el concepto de ética designa a todo aquello que se ciñe a la moral y a las
buenas costumbres y a la serie de normas que regulan una relación o conducta humana dentro de
un contexto específico como puede ser la medicina, la abogacía, el periodismo, entre otras
actividades profesionales.

Dentro del vasto universo de la ética nos podremos encontrar con diversas vertientes y corrientes
que fueron elaboradas y propuestas a lo largo de la historia por diversos filósofos, a continuación,
nos referiremos a la Ética Formal propuesta por el gran filósofo alemán Immanuel Kant.

¿Qué clases de ética hay?

Se considera que existen tres dimensiones principales al estudiar la ética: metaética, ética


normativa y ética aplicada.

LA ETICA MATERIAL
son aquellas que, en general, nos dicen qué debemos hacer para alcanzar el bien, para ser
buenos. Es decir, son éticas de contenidos, éticas que prescriben una serie de normas
acerca de lo que debemos hacer si queremos obtener un fin ulterior. Por ejemplo: “si
quieres ser feliz, busca el placer”.
 Los juicios morales podríamos que tienen un contenido, materia, fin u objeto -todos ellos
son términos sinónimos-. Es decir, mandan algo. Así la materia del juicio moral que dice
"no robarás" tiene como materia, como contenido el robo. Pero, además, todo juicio
moral tiene una forma, un modo de mandar el contenido. Así las normas morales, mandan
de forma imperativa, van en imperativo. Esa es la forma de todo juicio moral.

Así, ética material será toda ética que considera que lo que determina la bondad o maldad
de la norma moral es la materia de la norma moral. Así "no robarás" es una norma moral
que nos manda no robar porque el robo en sí mismo es malo.
Principios de Ética

La ética, o filosofía moral, es una rama de la filosofía destinada al estudio teórico del


comportamiento humano y las acciones morales. Tiene su origen en la obra Ética
Nicomáquea, de Aristóteles, cuyo objeto de estudio excedió el campo de la moralidad.

La ética como teoría de las virtudes o teoría de los deberes responde a la pregunta por
cómo debemos vivir la vida. Además de Aristóteles, distintos filósofos de la Antigüedad,
como Sócrates, Platón o los estoicos, trataron de responder a la pregunta por cómo vivir.

Como disciplina autónoma, la ética se ha visto subordinada a distintas cosmovisiones en


diferentes ocasiones. Tales son los casos del platonismo, el estoicismo antiguo o
la teología cristiana, para los que el comportamiento humano está ligado al conocimiento
de una voluntad superior. Recién a partir del siglo XIX, con la ética kantiana, se pudo
hablar de una independencia y autonomía propias de la disciplina, con la que su estudio
viró a los fenómenos morales a partir de su normatividad y regulación.

Se considera que existen tres dimensiones principales al estudiar la ética: metaética, ética
normativa y ética aplicada.

También se habla de ética para referirse a un comportamiento determinado en el marco


de alguna actividad específica. Así, se habla de ética profesional, ética política o ética
médica según el ámbito de su aplicación. Dicho comportamiento está reglamentado en los
códigos profesionales y deontológicos que regulan las actividades específicas de los
distintos sectores de la sociedad.

La palabra “ética” viene del riego ethikós (ἠθικός, “relativo al carácter de uno”) y tiene su


raíz en ethos (ἦθος) y significa “carácter” o “morada”. Cercana a la moral (del
latín moralis), la ética debe entenderse como la disciplina filosófica que estudia las
normas que rigen a la moral, que es el conjunto de valores, normas y principios que rigen
las acciones de las personas.
Historia de la ética

La ética tiene su origen en la filosofía griega. Las obras de Platón, Gorgias, Fedón y La


República, trataron la naturaleza de las virtudes y la dificultad de su definición. Aristóteles,
discípulo de Platón, indagó en la naturaleza de la felicidad y la vida feliz en su Ética
nicomáquea. Este fue probablemente el primer tratado formal sobre la forma en que se
debe alcanzar la felicidad.

En la Edad Media, las inquietudes griegas respecto a la virtud, el deber y la felicidad


entraron en conflicto con la moral cristiana, que se regía de manera estricta bajo los
mandamientos del Antiguo Testamento y la doctrina de los Evangelios. De la mano de
pensadores como Agustín de Hipona (354-430) y Tomás de Aquino (1224-1274) apareció
la idea de la caridad como fin último de la vida, entendida como el amor gratuito al prójimo
y a las otras formas de vida.

En la Edad Moderna y gracias al surgimiento del Renacimiento, se retomó la tradición


grecorromana junto a la escolástica medieval. El racionalismo ocupó entonces la
conducción de los asuntos éticos, siguiendo la obra de filósofos como Baruch Spinoza,
David Hume e Immanuel Kant, entre otros.

El trabajo de Immanuel Kant (1724-1804) fue responsable de revolucionar la ética


moderna. Obras como Fundamentación metafísica de las costumbres, Crítica de la razón
práctica y Metafísica de las costumbres impusieron el imperativo categórico como la
máxima que debía regir al comportamiento humano. Esta sostiene que solo se debe obrar
según una máxima que pueda postularse como ley universal: antes de actuar, hay que
preguntarse qué pasaría si todas las personas hicieran exactamente lo mismo.

La ética contemporánea, a partir del siglo XX, dio lo que se conoce como el “giro ético”. El
giro ético se dio a través de distintas investigaciones realizadas en el campo de la ética
aplicada. El resurgimiento de la filosofía moral como objeto del hacer filosófico volvió
necesaria la distinción entre la metaética y la ética normativa.
La meta ética es el estudio del significado de los términos morales, la relación lógica entre
los juicios morales (y otros tipos de juicios) y su estatuto epistemológico. La ética
normativa, en cambio, se da en el estudio de los estados buenos o malos de las cosas y
de las acciones que está bien o mal realizar desde un punto de vista moral.

Ramas de la ética

En la filosofía contemporánea se distinguen tres dimensiones de estudio ético:

 Metaética. Estudia el origen, el significado y las características de los principios éticos


y los juicios morales. Algunos de los problemas frecuentes de la metaética son el
problema del ser y el deber ser, la existencia o no del libre albedrío, etc.
 Ética normativa. Estudia los criterios normativos de la moral. Trabaja con aquellos
preceptos que determinan cuándo una conducta es ética y qué está bien y mal. En
general, se desarrolla a partir de tres aproximaciones diferentes: el
consecuencialismo, la deontología y la ética de las virtudes. Por ejemplo: un código
civil.
 Ética aplicada. Estudia los principios de la ética aplicados a problemas e intereses
cotidianos y concretos, es decir, piensa problemáticas específicas de la sociedad
desde un punto de vista ético. Por ejemplo: el maltrato animal.

Relación entre ética y moral

Aunque a menudo se las plantea como sinónimos, y si bien hay una relación entre
ambas, la ética y la moral son dos cosas distintas.

La moral tiene que ver con el conjunto de normas espirituales, sociales y personales con
que una comunidad determinada se rige, en base a lo considerado como “bueno” y lo
considerado como “malo”.

La ética, en cambio, apunta a la revisión de los códigos de valores y


del pensamiento inherente a estos, es decir, no evalúa sus asuntos en base a lo permitido
y lo prohibido, sino que intenta poner en perspectiva los modelos de comportamiento
posibles en torno a un tema determinado.
Así, pues, mientras la moral juzga, la ética comprende. En general, se dice que la moral
es el conjunto de costumbres y prácticas de una sociedad, mientras que la ética es el
estudio de los principios que los fundamentan.

Ética profesional

La ética profesional es aquella vinculada con el ejercicio de un oficio determinado. Se


interesa por los límites del ejercicio de la profesión de manera honrada y responsable, así
como por los códigos deontológicos que rigen los colectivos profesionales.

Por ejemplo, el código de ética de los periodistas es un reglamento que contiene los
principios del “sano” ejercicio de dicha profesión, tal como se los entiende en un momento
y lugar determinados.

Ética personal

Se entiende por ética personal a la manera que tiene un individuo para manejarse en la
sociedad y en los diversos ámbitos de interacción personal. Se trata de un enfoque
respecto a los valores con los que una persona elige vivir su vida, muchos de los cuales
están determinados por su tradición moral, religiosa, profesional y cultural, pero también
por elecciones vitales que el individuo tendrá que hacer por su cuenta.

La ética personal incluye a las relaciones interpersonales, y tiene que ver con temas como
el adulterio, la lealtad, la amistad y el amor, entre otros.

Ética y religión

Las distintas religiones, en tanto son un sistema entendido como una totalidad, influyen en
la moral y los códigos éticos que rigen a las distintas comunidades que las practican.

La ética estudia estos códigos y la tradición que fundan conforme al paso de los siglos,
para entender cómo la huella religiosa en las culturas influye en el comportamiento y en
las escalas de valores adoptadas por una u otra sociedad.

Importancia de la ética
La ética es una rama fundamental en la filosofía, dado que le sirve al hombre para
pensarse a sí mismo y pensar la manera en que concibe lo correcto y lo incorrecto en los
distintos ámbitos de su vida. La ética es clave en la formación de códigos de conducta y
en la impartición de la justicia. No obstante, es necesario señalar que la ética no busca
discernir entre lo bueno y lo malo, sino pensar cuál es la naturaleza de esa distinción.

La ética filosófica

La ética es el estudio filosófico de la conducta humana. La voz ética aparece ya en el


título de los tres tratados morales del corpus aristotélico (Ética a Nicómaco, Ética a
Eudemo y Gran ética). Procede del vocablo ēthos que significa carácter, modo de ser, que
se deriva a su vez de éthos, que se traduce por hábito, costumbre [Aristóteles, Ética a
Nicómaco, II, 1: 1103 a 17-18]. Estas aclaraciones etimológicas permiten entender que el
carácter o modo de ser al que se alude no es el temperamento o la constitución
psicobiológica que se tiene por nacimiento, sino la forma de ser que se adquiere a lo largo
de la vida, y que está emparentada con el hábito, que es bueno (virtud) o malo (vicio). La
traducción latina de éthos es mos (costumbre), de donde deriva la palabra castellana
moral, tradicionalmente empleada como sinónimo de ética. Por eso a la ética filosófica se
la llama también filosofía moral.

Se puede alcanzar una comprensión inicial de la naturaleza y tareas de la ética


mediante la consideración de tres conceptos de importancia capital: bien, libertad y
conducta. En la Grecia clásica, la reflexión ético-filosófica tuvo como punto de partida la
constatación de que el hombre aspira al bien, y de que esa aspiración es el motor de toda
su actividad. Así Aristóteles inicia su Ética a Nicómaco poniendo de manifiesto que acción
y bien son términos correlativos: «Toda arte y toda investigación, y del mismo modo toda
acción y elección, parecen tender a algún bien; por esto se ha dicho con razón que el bien
es aquello a que todas las cosas tienden» [Aristóteles, Ética a Nicómaco, I, 1: 1094 a 1-3].
No hay acción ni deseo humanos que no miren a un bien, y sólo se puede hablar de bien
en sentido práctico si se trata de un bien realizable a través de la acción. Ningún hombre
cuerdo actúa para hacerse miserable o desgraciado. Pero como a la vez es indudable que
los hombres realizan a veces acciones de las que después se arrepienten, es más exacto
decir que la acción y el deseo humanos miran siempre a un bien o a algo que parece un
bien. Surge así la distinción entre el bien verdadero y el bien aparente, entre lo que en
verdad es un bien y lo que parece ser un bien sin serlo en realidad, porque más tarde se
comprueba que es un mal.

La posibilidad del error en la realización de la aspiración humana hacia el bien pone de


manifiesto que, a diferencia de lo que sucede con otros seres vivos, no hay un instinto
natural e impersonal que acomode de modo automático y generalmente infalible las
acciones del hombre a los objetivos que le convienen. El hombre es libre. Por eso es el
hombre mismo quien tiene que ajustar personalmente sus acciones, prefijándose sus
fines y proyectando el modo de realizarlos. La realidad que los términos “ética” y “moral”
significan directamente es este gobierno personal de las acciones, como se ve en el uso
común del lenguaje: de quien renuncia a proyectar personalmente su conducta,
abandonándose al vaivén de las emociones o al curso de los acontecimientos, decimos
que está “desmoralizado”. Cabe decir por ello que la ética o moral estudia el modo
específico de autogobierno de la libertad humana. Lo moral (en sentido genérico,
comprensivo de lo bueno y lo malo) y lo libre tienen exactamente la misma extensión.
Todas las acciones libres, y sólo ellas, son morales; todas las acciones morales, y sólo
ellas, son libres. Todo lo que el hombre libremente es y todo lo que deliberada y
libremente hace, queda dentro del campo moral. El hecho de que lo que libremente se
realiza sea un comportamiento privado, interpersonal o político no introduce ninguna
diferencia sustancial al respecto. Y la razón es la que se ha indicado antes: todo lo que en
el comportamiento humano no es determinado por el instinto o por algún tipo de
necesidad causal, ha de ser proyectado por la razón práctica y querido por la voluntad
personal, y esto es exactamente lo mismo que ser gobernado moralmente. Manifestaría
una notable incomprensión del punto de vista ético, por ejemplo, quien, refiriéndose a su
vida privada, quisiera excusarse diciendo: “en mi casa soy libre de obrar como me
parece”. La moral concierne a la persona humana precisamente porque ella es libre de
obrar como le parece. Quien se excusa de esa manera está diciendo, en realidad, que es
psicológicamente posible evadir las exigencias de lo razonable, lo que evidentemente es
verdad. Pero para la ética lo decisivo es que en el mismo instante en que la persona
humana decide apartarse de lo razonable, esa decisión suya merece desaprobación, lo
que muestra que su capacidad psicológica de “obrar como le parece”, lejos de ponerla
fuera del ámbito de la moral, es precisamente lo que la incluye en él. La responsabilidad
moral está inseparablemente unida a la capacidad personal de gobernar el propio
comportamiento: el hombre puede y tiene que “responder” (dar razón) sólo de las
acciones que ha elegido y proyectado él mismo.

El concepto de conducta contiene algunos aspectos que la idea de libertad no explicita


suficientemente, sobre todo si esta última fuese entendida como simple libertad de
coacción (como poder hacer lo que se desea hacer, sin que nadie ni nada lo impida). Se
habla de conducta porque las acciones libres —aun siendo muchas, realizadas a lo largo
del tiempo y en circunstancias muy diversas— constituyen una forma de ser compleja,
pero biográficamente unitaria y dotada de sentido. Las acciones libres dan lugar a un
estilo de vida, a una personalidad moral. La libertad no es sólo la fuente de un conjunto de
acciones aisladas, porque mediante sus acciones el hombre “se conduce a sí mismo”
hacia la forma de ser que libremente quiere darse.

La experiencia moral como punto de partida de la ética filosófica

La ética, como estudio filosófico de la conducta, presupone la conducta. La vida moral


es lo primero; la reflexión filosófica sobre ella viene después. Esto significa que el objeto
de la ética, así como la necesidad de estudiarlo, no es puesto por otro saber, con el que la
ética debiera enlazarse deductivamente o, en todo caso, especulativamente. El problema
moral se plantea originariamente por sí solo o, mejor, surge porque el hombre es un ser
moral, y lo es antes de ser un estudioso de ética o de cualquier otra disciplina filosófica.
La ética goza por tanto de un punto de partida propio y específico, que se puede llamar
experiencia moral.

La experiencia moral de los hombres y de los pueblos comprende ideas y juicios


morales, costumbres, instituciones, leyes, sanciones, etc. Pero lo que constituye el núcleo
de la experiencia moral, que se presenta a cada hombre como un dato de hecho de gran
importancia para la posterior reflexión ética, es el ejercicio directo de la razón práctica.
Con esta expresión se alude aquí a la actividad espontánea, no reflexiva, por la que cada
persona gobierna sus acciones para que sean buenas. Es una actividad de la inteligencia
que no consiste sólo en conocer, sino principalmente en ordenar, proyectar y organizar las
acciones, la conducta y la vida. Esta actividad espontánea, que todos realizan, es
después objeto de reflexión, sea de la reflexión que origina el conocimiento y las ideas
éticas del hombre común, sea de la reflexión crítica y sistemática propia del filósofo, que
da lugar a la ética filosófica, y que se propone sacar a la luz, explicitar y exponer
sistemáticamente la lógica práctica implícita en el gobierno de sí mismo.

Cuando el filósofo fija su atención en la “moral vivida” para explicitar e iluminar su


estructura y contenidos mediante la reflexión crítica, ha de poner extremo cuidado para no
olvidar, en el paso al nivel reflexivo propio de la filosofía, ninguna de las condiciones
específicas del ejercicio directo de la razón práctica, incluso en el caso de que algunas de
esas condiciones no fuesen igualmente importantes para el ejercicio filosófico de la razón
moral. Así, por ejemplo, Aristóteles señaló que el recto ejercicio directo de la razón
práctica requiere la educación y el equilibrio de las tendencias humanas, porque la razón
práctica parte siempre del deseo de un fin [Aristóteles, Ética a Nicómaco, VI, 5: 1140 b 11-
12; Tomás de Aquino, Suma Teológica, I-II, q. 58, aa. 4-5]. Desde un punto de vista
abstracto, parece existir un círculo vicioso entre la razón práctica y el equilibrio afectivo,
puesto que cada elemento presupone el otro. Pero, en el plano real de la “moral vivida”,
ese aparente círculo se supera por el hecho de que la persona crece y se educa
intelectual y afectivamente en el seno de grupos sociales (familia, comunidad política,
comunidad religiosa, etc.) que tienen su propio ethos.

La reflexión filosófica no podrá olvidar por tanto que la lógica para el gobierno de sí
mismo no es elaborada por cada persona a partir de la nada. Tiene unos presupuestos
naturales específicos, los primeros principios prácticos y las tendencias que constituyen el
dinamismo profundo de la psique. Tiene además unos presupuestos experienciales, en
cuanto que la comprensión de las verdades éticas no se alcanza por la sola razón
independientemente de las formas de la experiencia y de las relaciones prácticas, como si
se tratase de teoremas matemáticos. Y tiene en tercer lugar unos presupuestos histórico-
sociales. Desde un punto de vista genético, el ethos del grupo es anterior al ethos de la
persona singular. En cada tipo de sociedad (Estado, familia, clan, comunidad religiosa)
existen fines y costumbres compartidas, leyes, fiestas que exaltan acontecimientos o
personajes del pasado importantes para la identidad del grupo, símbolos significativos a
los que se tributa respeto, etc. La personalidad moral del individuo se va constituyendo en
un contexto ético determinado, que será siempre un punto de referencia, aunque en la
medida en que la persona madura puede distanciarse críticamente, de modo parcial o
incluso total, del ethos social en que ha sido educada.
El ethos del grupo social está sometido a una cierta evolución, que normalmente no
tiene un carácter de ruptura, ya que responde más bien al hecho de que el cambio de las
circunstancias y condiciones de vida muestra que determinados fines compartidos por
todos (justicia, igualdad, etc.) admiten o requieren ahora una forma diferente de
realización concreta. Por otra parte, diversas sociedades pueden concebir de modo
diverso la mejor realización de esos fines, o pueden considerar como dignos de
realización fines diferentes e incluso opuestos. En la sociedad actual, vistosamente
caracterizada por el pluralismo racial, cultural, religioso, etc., así como por el predominio
del sentido de la autonomía personal sobre la fidelidad a las propias raíces sociales,
culturales, éticas, etc., es fácil encontrarse ante modos de gobernar la propia vida
(“modos de conducirse”) diversos e incluso parcialmente opuestos entre sí, tanto desde el
punto de vista estructural como desde el punto de vista de los contenidos.

No cabe duda de que estos fenómenos complican las fases iniciales de la reflexión
ética. Sin embargo debe notarse que el pluralismo de formas de vida no significa que
éstas renuncien a la pretensión de ser razonables. Cada forma de vida responde a una
“lógica”, y por ello cada forma de vida puede ser, en línea de principio, objeto de
explicitación, de investigación y de juicio racional. El pluralismo no se opone a la
comunicación. Pluralismo no significa aislamiento o solipsismo. La ética puede realizar
una comparación dialéctica entre las diversas “lógicas” para el gobierno de la vida: puede
analizar sus puntos comunes y sus divergencias; puede advertir la superioridad parcial o
total de unas sobre otras, en cuanto que unas pueden dar razón de los puntos comunes y
de las divergencias de modo cumplido, mientras que otras no hacen más que encerrarse
en el propio punto de vista sin llegar a arrojar luz sobre las razones o sinrazones de las
demás y, en definitiva, sobre importantes dimensiones de la vida humana.

Estas consideraciones permiten advertir que las relaciones de la experiencia moral con
la reflexión ética son bastante complejas. La reflexión filosófica tiene la misión de
comprender y fundamentar contenidos de la experiencia moral, así como la de esclarecer,
purificar, precisar y desarrollar los criterios de juicio y las motivaciones presentes en la
“moral vivida”. Aunque el conocimiento moral prefilosófico contiene muchas veces
indicaciones éticas de alcance y precisión admirables, también es verdad que está sujeto
a condicionamientos históricos, sociales, educativos, ideológicos y filosóficos
(determinadas concepciones del hombre y del mundo) que pueden deformar sus
contenidos y su sentido mismo, y en casos límite hasta su mismo darse, aunque el
significado genuino de la experiencia moral nunca desaparece por completo.

Planteamientos fundamentales de la ética

A lo largo de la historia del pensamiento ético se ha dado una gran variedad de


propuestas para la interpretación y elaboración filosófica de la experiencia moral. En esa
multiplicidad de soluciones confluyen dos órdenes de problemas. Por una parte, la
concepción filosófica general (realista, empirista, analítica, idealista, fenomenológica,
historicista, etc.) desde la que el filósofo afronta el estudio del fenómeno moral. Por otra,
la concepción que se tiene de la vida moral y de la finalidad del saber filosófico que
reflexiona sobre ella.

Si nos limitamos al estudio del problema constituido por la pluralidad de visiones de la


vida moral y del saber ético, resulta muy útil el concepto de “figura de ética” [Abbà 1996:
9-203]. Una figura de ética es un modo de entender cuál es el objeto principal de la
investigación ética o, si se prefiere, una idea acerca de la pregunta fundamental a la que
la ética debería dar una respuesta filosófica. De lo que se considera objeto principal del
saber ético depende el tipo de conocimiento y el grado de certeza que se busca, el
método que se sigue en la investigación, la estructura que se da al saber alcanzado y el
modo en que se relacionan entre sí los conceptos éticos más importantes, etc. Se
exponen a continuación cinco concepciones de la ética que tienen en la actualidad gran
importancia.
PREGUNTAS
 ¿Es una de las ciencias más significativa que revela el valor de la sabiduría como
medio de meditación desde diferentes perspectivas?
La filosofía de la moral 

 ¿Cuáles son las tres ramas de la filosofía moral?


La metaética, la ética normativa y la ética aplicada.

 ¿Cuáles son los valores básicos en la que se basa la filosofía de la moral?


La libertad, la solidaridad, la dignidad humana, la justicia y la igualdad

 Describa 3 ejemplos de la conducta moral


Puede ser cualquiera

 Describa 3 ejemplos que sean prohibiciones morales


Puede ser cualquiera

 ¿Qué es ética formal?


es la que considera que lo que determina la bondad o maldad de la norma moral es su
forma.

 ¿Cuántas clases de ética hay?


metaética, ética normativa y ética aplicada.

 Que la ética material:


considera que lo que determina la bondad o maldad

 Se considera que existen tres dimensiones principales al estudiar la ética cuales son:
metaética, ética normativa y ética aplicada.

 Que estudia la Ética aplicada:

Estudia los principios de la ética aplicados a problemas e intereses cotidianos y concretos.

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