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Definición :
• Apnea Obstructiva. La más frecuente, el flujo cesa por una oclusión de la vía
aérea superior a nivel de la orofaringe, por lo que existen movimientos
toracoabdominales (esfuerzo muscular respiratorio) durante la apnea.
• Apnea Central. El flujo aéreo cesa debido a una ausencia transitoria de
impulso ventilatorio central y no hay, por tanto, movimientos
toracoabdominales durante la apnea.
• Apnea Mixta. Consiste en episodios centrales seguidos de un componente
obstructivo.
Una hipopnea es una reducción discernible del flujo respiratorio (al menos del 30%)
acompañada de una desaturación (al menos 3%) o un microdespertar en el
electroencefalograma (EEG). El índice apnea-hipopnea resulta de sumar el número de
apneas e hipopneas en una noche y dividirlo por el número de horas de sueño.
Los eventos respiratorios asociados a microdespertar (ERAM) se definen como periodos de
más de 10 s de aumento del esfuerzo respiratorio sin reducción de flujo (sin hipopnea)
seguido de un microdespertar. El índice de alteración respiratoria (IAR) es la suma total de
apneas, hipopneas y ERAM en una noche divididos entre el número de horas de sueño. A
efectos prácticos, el IAH y el IAR se consideran superponibles.
Patogenia
Factores De Riesgo:
Género masculino, obesidad, alcohol, tabaco, fármacos depresores y posición corporal
(algunos pacientes solo tienen SAHS al adoptar la posición de decúbito supino.
Clínica
SINTOMAS NOCTURNOS
- Apneas observadas
- Despertares frecuentes
- Diaforesis
- Episodios asfícticos
- Insomnio
- Movimientos anormales
- Nicturia (adultos) y enuresis (niños)
- Pesadillas
- Reflujo gastroesofágico
- Ronquidos
- Sueño agitado
SINTOMAS DIURNOS
Otros sintomas
Las arritmias cardíacas son comunes. En la mayoría, hay bradicardia moderada de 30-50
lpm y elevación temporal de la presión arterial durante la apnea, seguido de taquicardia al
reanudarse la respiración. Existen datos que relacionan el SAHS con las enfermedades
cardiovasculares, sobre todo, la hipertensión arterial, y cerebrovasculares. Además, en el
SAHS, hay un empeoramiento de la función ventricular en los pacientes con
cardiopatías subyacentes.
Durante los episodios de apnea, hay vasoconstricción pulmonar aguda, pero la presión
arterial pulmonar durante el día es típicamente normal. No parece que la hipoxemia
nocturna aislada se asocie con fallo derecho. Un 10-15% de pacientes, generalmente
obesos, presentan hipercapnia crónica. La debilidad en el impulso respiratorio se atribuye a
factores genéticos, a la hipoxemia crónica o a la fragmentación crónica del sueño. Se
considera que estos pacientes muestran síndrome de hipoventilación-obesidad asociado.
El SAHS eleva la presión arterial, especialmente en personas con desaturaciones nocturnas.
Este aumento de presión aumenta el riesgo de eventos.
Diagnóstico
El método definitivo para confirmar el SAHS es la polisomnografía nocturna que consiste
en la medición durante el sueño de una serie de parámetros cardiorrespiratorios (flujo
aéreo, movimientos toracoabdominales, saturación de O2, electrocardiograma, ronquido,
posición corporal) y neurofisiológicos (electroencefalograma, electromiograma,
electrooculograma). Hay pruebas más simples como la poligrafía cardiorrespiratoria
(estudio sin variables neurofisiológicas), que en manos expertas y en pacientes con
sospecha clínica alta permiten iniciar tratamiento, reservando la polisomnografía completa
para casos dudosos o si se sospecha otros trastornos del sueño.
Tratamiento
A. Medidas Generales
Las medidas generales van encaminadas a controlar los factores predisponentes:
• Mejorar la respiración nasal: esta medida disminuye la presión subat-mosférica
inspiratoria.
• Reducir el peso: aumenta el calibre de la vía aérea.
• Evitar el alcohol y el uso de medicamentos hipnóticos o sedantes: dis-minuyen
el tono muscular.
B. Presión positiva continua en la vía aérea
La presión positiva continua en la vía aérea (CPAP, del inglés Continuous Positive Airway
Pressure), aplicada mediante mascarilla nasal, genera una presión positiva continua en la
vía aérea superior impidiendo su colapso. Mejora la respiración durante el sueño, la calidad
del sueño, la somnolencia diurna, el estado de alerta, las alteraciones neuropsicológicas, la
calidad de vida y reduce la presión arterial. Es el tratamiento de elección y está indicado
en pacientes con SAHS sintomático (somnolencia diurna excesiva). En pacientes
oligosintomáticos se considera la indicación con IAR por encima de 30, sobre todo en
menores de 70 años.