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La primera infancia y su vinculación con el derecho a la educación

Introducción:

El siguiente trabajo tendrá su foco en la obligatoriedad y calidad siendo principios de


la Educación, a su vez estos principios los llevaremos a primera infancia donde
cargan con una gran controversia y debate que se lleva a cabo hace muchos años
sobre si la misma debería ser de carácter obligatorio y en vinculación a esto la
calidad de la enseñanza de primera infancia y sus aportes para el desarrollo
cognitivo de las personas en niveles superiores. Nos propondremos llevar el
siguiente trabajo a una investigación bibliográfica y experiencial analizando las
diferentes normativas nacionales, vinculando a las mismas con el derecho de
educación establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El Derecho Humano que tomaremos para nuestro trabajo es el artículo 26 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos.
1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al
menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción
elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser
generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función
de los méritos respectivos.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el
fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades
fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las
naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las
actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá
de darse a sus hijos. (Organización de Naciones Unidas, 1948)
Como podemos observar el artículo 26 establece que toda persona tiene derecho a
la educación y está debe ser gratuita, obligatoria, y universal.
Cuando nos referimos en Uruguay a que la educación es un Derecho Humano
fundamental, hacemos alusión a la Ley General de Educación (18437), que nos
orienta a la búsqueda por definir lo que sería un Derecho Humano, que de acuerdo
con Martínez (2008) podríamos definir qué "Derechos humanos son aquellos
derechos –civiles y políticos, económicos, sociales y culturales– inherentes a la
persona humana, así como aquellas condiciones y situaciones indispensables,
reconocidas por el Estado a todos sus habitantes sin ningún tipo de discriminación,
para lograr un proyecto de vida digna".
En lo establecido por el Artículo 15 de la presente ley (Ley N°18437, Art 15), se
presentan los principios de la Educación; ellos son la laicidad, gratuidad e igualdad
de oportunidades junto con otra serie de principios y fines establecidos tales como la

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obligatoriedad y la calidad, la primera presentándose como un derecho de acceso a
la educación a los niños y una obligación para los tutores legales e instituciones ya
que es deber de los mismos que los niños accedan a los niveles obligatorios dentro
de la educación y transcurran la misma con todos los accesos posibles, junto con
unas condiciones que favorezcan su desarrollo. El mismo también determina que las
instituciones estatales dedicadas a la educación (tales como la ANEP) tendrán la
responsabilidad del cumplimiento efectivo de estos principios en el ámbito que les
compete.

Vinculando el derecho internacional con la normativa nacional sobre la Educación

Analizando la Convención sobre los Derechos del Niño y la Declaración Universal


de Derechos Humanos con las Orientaciones de Políticas Educativas y de Gestión
del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), se reflejan los derechos
protegidos por las primeras en los principios promulgados por la última. Partiendo de
esta base, consideramos necesario aportar una breve definición de cada uno de los
principios establecidos en el documento del CEIP. Primeramente se esboza el
principio de calidad, con el mismo refiere a “llegar a todos y llegar mejor para
conseguir mejores aprendizajes que contribuyan a la equidad” (Orientaciones de
Políticas Educativas y de Gestión del Consejo de Educación Inicial y Primaria
(CEIP), año 2015-2019, pág 6), es decir para que la educación sea de calidad es
necesario en primer lugar que la misma esté al alcance de todas las personas y
luego que se utilicen todos los medios que se tienen al alcance para poder enseñar
de la mejor manera posible. Por lo que en este concepto se reflejan 3 aspectos, la
cobertura, la equidad y el aprendizaje, alcanzar a todos de la misma manera y lograr
que todos aprendan de la mejor forma posible, implica una construcción de
conocimientos, muchas veces en forma personal para otorgar herramientas al
alumno a efectos de que se desarrolle en su vida y que siga aprendiendo a lo largo
de ella. En relación a la Convención sobre los Derechos del Niño creo que se ve
reflejado el principio de no discriminación y de igualdad (art 2) porque todas las
personas tienen el derecho de poder educarse y además de hacerlo de la mejor
manera posible. También este principio se relaciona con el artículo 31 en lo que
refiere al desarrollo de las aptitudes y potencialidades del niño en su máxima
expresión, entendemos que una educación de calidad debe aportar a ese desarrollo
como lo expresamos anteriormente. Respecto a la Declaración de Derechos
Humanos consideramos que tiene relación con el artículo 1, en lo referido a la
igualdad, todas las personas sin importar la edad van a poder acceder a la
educación y la misma deberá ser de idéntica calidad para todos sin importar en la
etapa de la vida en la que aquella se encuentre. También se vincula con el artículo 2
en cuanto a la no discriminación por motivo alguno lo que conduce all acceso a la
educación en idénticas condiciones para todos. Vinculado a los 2 artículos citados
anteriormente también tenemos el artículo 7 en lo que refiere a la igualdad ante la
ley y la protección del Estado frente a discriminaciones, si lo pensamos desde el
lado de la educación lleva a las conclusiones descritas anteriormente. Y finalmente
se relaciona con el artículo 26 el que refleja la idea de igualdad en el acceso a la
educación y de el desarrollo de las aptitudes y cualidades de la persona a través de
esta. Centrándonos ahora en el principio de integralidad, creemos que esta es la
educación del ser humano en todas y en cada una de sus dimensiones, la
educación debe aportar al desarrollo de la persona y brindarle herramientas para
poder vivir en sociedad. Este principio está relacionado al anterior, en cuanto a la

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igualdad en el acceso a la misma educación para todos, el sistema educativo debe
aportar al desarrollo personal del individuo pero sin perder de vista que tiene que
hacerlo de igual manera para todos, otorgando las mismas oportunidades, utilizando
las mismas estrategias, entre otras cosas, por lo que obliga a la institución a
repensar las políticas educativas para poder cumpir con este postulado. En cuanto a
los instrumentos internacionales creemos que se relaciona con el artículo 31 de la
Convención y con el artículo 26 de la Declaración, los que en cierta manera
plantean esta idea y abogan que la educación debe servir como instrumento para el
desarrollo del ser humano. En referencia al principio de inclusión entendemos que
es el identificar para poder responder al cúmulo de necesidades presentadas por
cada uno de los alumnos a través del aprendizaje que se pueda generar en ellos, el
sistema debe tratar de incluir y educar a todos por igual sin tener en cuenta sus
diferencias. Este principio está estrechamente ligado a los anteriores y también se
relaciona a los derechos de igualdad y de no discriminación ya citados antes a los
que nos remitimos. También debemos referir al artículo 23 de la Convención que en
relación a la educación tiene que ver con la atención e inclusión de los niños con
discapacidades a la misma. Finalmente al hablar del principio de participación
hacemos referencia a la intervención que tiene el individuo que se está educando
como todos aquellos que forman parte del sistema en el proceso educativo, remite a
individuos activos y participativos que van construyendo los conocimientos en
conjunto. Las instituciones deben habilitar esa participación y expresión de los
docentes, niños, familias, etc. Se refleja en este principio la idea de la libertad de
expresión referida en los artículos 12 y 13 de la Convención en lo que tiene que ver
con el derecho del niño, y 14 en consonancia con la obligación de los Estados de
velar por su cumplimiento; y en el artículo 19 de la Declaración. Concluimos, que los
principios esbozados son sumamente importantes y permiten el ejercicio de
determinados derechos que son fundamentales para el ser humano, en relación a la
educación planteamos por ejemplo el derecho al libre acceso e igualdad de
condiciones para todos, incluso para los discapacitados, la no discriminación, la
libertad de expresión y de opinión, entre otras cosas.

Primer acercamiento a la primera infancia: conceptualización y relación con la


educación.

“Es en la primera infancia, desde el embarazo hasta los seis años de edad en donde
se sientan las bases del desarrollo posterior del individuo. En los primeros treinta y
seis meses de vida se constituye una parte importante del desarrollo intelectual,
emocional, físico/inmunológico y social de los seres humanos, dando lugar a nuevos
aprendizajes y a la adquisición de competencias sociales en un proceso que
continúa y se enriquece a lo largo de la vida” (Programa Uruguay crece
contigo/CCEPI, 2014).
En esta cita podemos tener un primer acercamiento a los rangos en que se
comprendería la misma, entre los 0 y 6 años.
En cuanto a la educación en primera infancia la literatura especializada pone en
evidencia que con una combinación de buena salud, nutrición, educación paterna y
buena educación preescolar (desde el nacimiento hasta los cinco años) se nutre el
desarrollo cognitivo, social y emocional del niño fomentando las bases para el éxito
en la escuela y luego en la vida. Los estudios en neurociencia muestran que los

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primeros años de vida, incluido el período entre los tres y los cinco, constituyen una
“ventana de oportunidades” para el desarrollo posterior.

Marco situacional y contextual de la educación en primera infancia

Uruguay ha realizado esfuerzos sostenidos en relación a la atención a la primera


infancia. Dentro del ámbito específico de competencia del CEIP, estos esfuerzos
han redundado ante todo en una progresiva incorporación a las escuelas, primero
de los niños de cinco años y, progresivamente, de cuatro y de tres. Los logros del
país en este sentido son sustantivos: a inicios de la década de 1970, concurrían a la
educación inicial (pública o privada) unos 32 mil niños aproximadamente. La
matrícula había aumentado a 42 mil a comienzos de los 80, a 66 mil diez años más
tarde y a más de 100 mil alumnos durante la década de 1990. Para el año 2015,
unos 113 mil niños uruguayos asistían a inicial. En términos de cobertura, esta cifra
implica que Uruguay ha universalizado el nivel cinco (este logro se conquistó a
mediados de 1990), se encuentra muy próximo a universalizar el nivel cuatro y ha
alcanzado una cobertura muy importante, próxima al 70%, en el nivel 3. En los
últimos 25 años el país ha cerrado completamente la brecha socioeconómica en la
asistencia de los niños de cinco y prácticamente ha eliminado las brechas para los
de cuatro, como resultado de la universalización de estos niveles. En tanto,
persisten aún diferencias importantes en tres años. Para contextualizar estos
resultados, es interesante subrayar que, de acuerdo a los datos de SITEAL-
UNESCO, Uruguay es el país de la región con mayor cobertura educativa en el nivel
inicial y presenta, además, la menor brecha socioeconómica en el acceso,
posiciones que ya ostentaba una década atrás.
La progresiva universalización de la educación inicial ha sido impulsada y
acompañada desde el CEIP por un conjunto de políticas que comprenden desde la
provisión de cargos y la creación o adaptación de espacios físicos hasta la revisión
curricular (reformulación de los programas para el nivel en 2008, participación en la
elaboración del Marco Curricular Común que abarca desde el nacimiento hasta los
seis años en 2014), entre otras. Adicionalmente, la universalización de la educación
inicial ha sido acompañada por la progresiva adecuación del marco político-
normativo referido a la obligatoriedad de los niveles cuatro y cinco expresado en las
Leyes de Educación Inicial (1998), de Obligatoriedad (2007) y en la Ley General de
Educación de 2008, así como en las sucesivas Leyes de Presupuesto. En otros
términos, ha sido el resultado de una definición nacional clara respecto a la meta de
universalización del nivel que se tradujo en la transformación del marco normativo-
institucional y en políticas públicas sostenidas posibilitadas por una importante
asignación de recursos presupuestales.
Los desafíos para el nivel inicial son de distinta naturaleza. En primer término, el
país se ha propuesto para los próximos años seguir aumentando la cobertura en
tres años. Cabe recordar que este nivel no es obligatorio de acuerdo a la legislación
vigente. La ANEP ha definido la meta de cubrir el conjunto de la demanda.
Un segundo tipo de desafíos está asociado al logro de una educación inicial de alta
calidad, en un sentido amplio que comprende tanto a las características de la
educación que se brinda como a las condiciones de trabajo en las escuelas y, muy
especialmente, a la oportunidad, pertinencia y riqueza de las experiencias
educativas que tienen los niños en esta etapa de su escolarización. En este nivel,
deben señalarse, en primer lugar, los altos y persistentes niveles de ausentismo de
los alumnos. La asistencia efectiva a clases (más allá del acceso) constituye un reto

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importante para el conjunto de la educación inicial y primaria, pero asume niveles
críticos, en términos comparativos, en el nivel inicial. A pesar de algunas señales de
mejora registradas en los últimos años, en 2015 una cuarta parte de los alumnos de
educación inicial de las escuelas públicas del país concurrió menos de 140 días a la
escuela o al jardín (una tercera parte en el caso de los niños de tres).
Efectivamente, la asistencia en estas edades es, para buena parte de los niños, muy
baja, o bien tiene un carácter altamente intermitente, lo que compromete
fuertemente la continuidad de la acción escolar y en consecuencia las
oportunidades efectivas de desarrollo. Otro conjunto de desafíos está vinculado a
las condiciones de enseñanza y de aprendizaje en las aulas. En el nivel inicial, la
existencia de grupos numerosos constituye todavía un problema importante: en
2015, los grupos en las escuelas y jardines públicos eran en promedio de 24,4 niños
y funcionaban 423 grupos con más de 30 alumnos (un 15% del total). El objetivo de
incrementar la cobertura en tres años plantea, en cierta medida, una tensión en
relación a la posibilidad de avanzar en la disminución del tamaño de los grupos y en
la progresiva erradicación de las clases numerosas. Por último, aparecen desafíos
vinculados a la calidad de la enseñanza y de los aprendizajes esperados para el
ciclo. Los temas de calidad en la educación inicial adquieren una creciente
importancia relativa, a medida que el país ha ido logrando cumplir con las metas de
incorporación de todos los niños a las aulas. En 2008, el CEIP definió un nuevo
Programa de Educación Inicial y Primaria, el cual incluye los niveles de tres, cuatro y
cinco años. En tanto, ha participado, junto con otro conjunto de instituciones, en el
desarrollo del “Marco Curricular para la atención y educación de niñas y niños
uruguayos desde el nacimiento a los seis años”. Por otro lado, más recientemente
se ha comenzado a impulsar el Sistema de Evaluación Infantil Temprana (EIT), con
una fuerte orientación hacia la calidad y el desarrollo de competencias básicas para
el nivel. La EIT es un sistema de alertas tempranas, basado en un protocolo de
identificación de dificultades, prevención e intervención oportuna y personalizada en
el ámbito escolar. Para esto, la EIT realiza un monitoreo sistemático de distintas
dimensiones del desarrollo de los niños, de acuerdo a los objetivos de logro para la
edad y el nivel: conciencia de sí mismo y del entorno, habilidades sociales,
habilidades cognitivas, lenguaje y comunicación, desarrollo físico y psicomotriz. El
programa busca, de este modo, intervenir tan pronto como sea posible, en forma
oportuna y pertinente, tratando de evitar que las dificultades terminan
manifestándose demasiado tarde en la trayectoria escolar, por ejemplo, ante la
repetición del curso al ingreso a 1er. año

Obligatoriedad como medida de avance

Dentro del país se han hecho grandes avances en la extensión de la educación


inicial, posicionándose como el país americano con mayor tasa de escolarización en
este nivel. Este esfuerzo está en sintonía con la importancia de la primera infancia
para potenciar el aprendizaje durante toda la vida.
Enriqueta Compte y Riqué fundó el primer Jardín de Infantes público del Uruguay,
en el año 1892, siendo el primero a nivel oficial, con carácter público, no sólo de
Uruguay sino de América.
La educación en primera infancia desde sus inicios hasta el siglo XXI sufrió algunos
estancamientos, ya que, la misma no era obligatoria. A la educación en primera
infancia y preescolar no le daban la relevancia que hoy en día tiene, porque no la
veían como un espacio de aprendizaje, sino de juego y socialización, queda

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demostrado con la existencia de un solo jardín de infantes público hasta 1946, año
en el que se crea el segundo jardín de infantes público en uruguay. Tres años
después se crean 200 clases de preescolar en las escuelas públicas.
Nos parece importante para una mejor comprensión brindar dos definiciones
extraídas del documento “A los 140 años de la educación del pueblo”:
Primera Infancia: En el artículo 38 de la Ley General de Educación se define la
educación en la primera infancia: “La educación en la primera infancia comprenderá
el ciclo vital desde el nacimiento hasta los tres años, y constituirá la primera etapa
del proceso educativo de cada persona, a lo largo de toda la vida.”
En el artículo 24 de esta ley (Ley General de Educación) se define la educación
inicial: “La educación inicial tendrá como cometido estimular el desarrollo afectivo,
social, motriz e intelectual de los niños y niñas de tres, cuatro y cinco años. Se
promoverá una educación integral que fomente la inclusión social del educando, así
como el conocimiento de sí mismo, de su entorno familiar, de la comunidad y del
mundo natural.” Según los artículos 7 y 22 de la misma Ley, dentro de la estructura
de la educación formal, la educación inicial comprende los 3, 4 y 5 años de edad y
será obligatoria para los niños y niñas de cuatro y cinco años de edad.
La ANEP se ha propuesto avanzar en la cobertura de tres años para potenciar
esta etapa, ya es crucial en la vida de las personas, en la misma se producen hitos y
procesos relevantes del desarrollo que requieren ambientes enriquecidos afectiva y
culturalmente para favorecer aprendizajes oportunos en situaciones con sentido
para los niños.

En este primer nivel, se identifican dos tipos de desafíos complementarios: uno


vinculado al acceso y el otro a la calidad de la enseñanza en el nivel.
En relación al acceso, la evidencia presentada en el capítulo II de este informe
muestra que resta por incorporar a la educación formal niños de tres años. Debido a
la estratificación de la asistencia, una parte importante de estas incorporaciones
corresponden a niños provenientes de los hogares de menores ingresos, donde la
cobertura es sensiblemente menor (55,6% en el primer quintil, frente al 94,7% del
quinto quintil). Se trata de un objetivo ambicioso. El número de niños por incorporar
equivale a casi el doble de la matrícula actual atendida por el CEIP en el nivel.
Potenciar al máximo la educación inicial supone el desafío de profundizar en los
aspectos referidos a la calidad de la enseñanza y del desarrollo un conjunto de
habilidades cognitivas y no cognitivas y de la incorporación de hábitos y rutinas de
trabajo indispensables para la progresión en los niveles siguientes de la
escolarización.
La evidencia internacional muestra que en esta etapa del ciclo vital existe un
conjunto de habilidades imprescindibles para el desarrollo integral de los niños,
asociadas además con la probabilidad de éxito en la trayectoria escolar posterior.
En este marco, el CEIP está trabajando en el desarrollo de una modalidad de
Evaluación Infantil Temprana (EIT), basada en estas dimensiones fundamentales,
que permitirá el monitoreo continuo, el diagnóstico temprano de las habilidades y de
los logros de los niños en este nivel y permitirá la intervención oportuna. El
desarrollo temprano de habilidades genera más posibilidades para continuar el
círculo virtuoso de potenciación de habilidades en las etapas siguientes. Junto con
los esfuerzos por universalizar la cobertura, extendiéndose a la población de tres
años, el sistema educativo propenderá al fortalecimiento de los aspectos vinculados
a la calidad, procurando que en el ciclo de educación inicial se logren generar bases
sólidas para el desarrollo de la trayectoria escolar posterior.

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Una educación de cantidad pero también de calidad

El CEIP, tiene en cuenta dos aspectos cuando hablamos de la Expansión de los


Educación Inicial. Por un lado está la consolidación de la universalidad en el Nivel 4
y, por otro lado, la ampliación de la cobertura del Nivel 3.
Se fundamenta la Educación en Inicial, y en particular la incorporación del nivel 3
años, desde una perspectiva de derechos, incrementando una educación que
asegure el pleno desarrollo de las potencialidades infantiles.
Desde el punto de vista pedagógico, una temprana inserción de los niños en centros
educativos diseñados para su atención promueve el desarrollo integral con fuerte
impacto en la escolaridad posterior. Además, se atiende a las necesidades sociales
de las familias posibilitando la incorporación de las mujeres al mercado laboral,
contribuyendo a la ruptura de los círculos de pobreza.
Varios factores fundamentan la expansión del Nivel de 3 años.
En primer lugar, las investigaciones han mostrado que la asistencia al Nivel Inicial
afecta significativamente y de forma positiva en el rendimiento académico de los
alumnos, la educación infantil tiene efectivamente un carácter formativo y no
meramente asistencial. A nivel regional, el número de años de asistencia al Nivel
Inicial incide positivamente en el aprendizaje de todas las áreas.
En segundo lugar, la focalización de las políticas de cobertura en Inicial a sectores
más vulnerables de la población, propicia una mayor igualdad de oportunidades
dentro de la sociedad. Esto permite promover el aprendizaje y fortalecer las
oportunidades educativas en el largo plazo.
En tercer lugar, la calidad de la educación Inicial, para que en ella se ponga
énfasis en objetivos educacionales tales como el desarrollo del lenguaje y aspectos
socioemocionales de los pequeños, como la Evaluación Infantil Temprana (EIT).
Y por último, se debe promover la asistencia al nivel Inicial entre las familias
pertenecientes a sectores más vulnerables.
El CEIP asume la meta de incorporar aproximadamente 8000 niños en el nivel de 3
años a los 9743 existentes en diciembre de 2014. En 2016 la matrícula alcanza los
13500 alumnos. Todo esto requiere la creación de 34 jardines de tiempo simple y 15
de jornada completa, lo que supone incorporar 326 grupos de 25 niños por grupo,
con sus respectivos maestros.
Es fundamental asumir el compromiso de posicionar la educación Inicial, en
términos de cantidad, y también de calidad. En ese sentido, el Marco Curricular para
la atención y la educación de los niños uruguayos, ayuda al fomento de la calidad
educativa. La Evaluación Infantil Temprana (EIT) que se viene desarrollando, es un
poste fundamental para mejorar la calidad del egreso de educación inicial. Esta
evaluación se basa en el desarrollo evolutivo de los niños. La EIT provee un marco
de valoración de las dimensiones más significativas que la investigación en el
campo ha identificado como las más relevantes para la continuidad educativa a
saber a) conciencia de sí mismo y del entorno, b) lenguaje y comunicación, c)
habilidades cognitivas, d) habilidades sociales y enfoques hacia el aprendizaje y e)
desarrollo motriz. Esto le permite a los maestros sistematizar las observaciones de
cada dimensión dentro del aula. Los estudios longitudinales han mostrado que
intervenir en esta etapa es fundamental para acortar las brechas de habilidades
cognitivas al inicio de la escolaridad y garantizar una transición exitosa. Implica
además una forma de profesionalizar al docente dotándolo con herramientas
potentes de diagnóstico y de intervención oportuna. En el 2017 se completará la

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universalización de la Evaluación Infantil Temprana a las jurisdicciones que falta
instrumentar. Esto permitirá tener reportes de todo el sistema de ANEP a los efectos
de poder apoyar a los estudiantes que muestran algún grado de rezago para que
puedan alcanzar su máximo potencial.

Conclusiones
Para concluir este trabajo podemos determinar que los principios de obligatoriedad y
calidad en la de educación de primera infancia, determinan una profesionalización
de la misma que se viene generando como proceso de las políticas educativas
establecidas en las últimas décadas a nivel nacional, legisladas desde la Ley
General de Educación y apoyadas desde las leyes internacionales de Derechos
Humanos y Derechos del niño, se ha logrado un gran avance y adherencia a estas
políticas posicionandonos en América como pioneros en educación de primera
infancia. Fue un proceso de construcción largo y de mucho trabajo a nivel
educacional y social, vinculando a las familias uruguayas para comprender la
importancia de la educación en los niveles tempranos.
A su vez la obligatoriedad y calidad se sigue trabajando ya que los Niveles Iniciales
son los que tienen mayor grado de inasistencia de niños, y a su vez son niveles que
no cuentan con la suficiente carga docente para abordar esta especialidad debido
también a una limitación de cupos en la carrera terciaria de la misma.
También cabe destacar que desde INAU ahora acompañando un integración con
ANEP tiene los planes CAIF Y CAIP que brindan educación asistencial a los niños
de 0 a 3 años, siendo la misma aún no formal pero cubriendo un primer nivel de
educación en primera infancia que no comprendía la Administración Nacional de
Educación Pública. Llegando ese nivel a profesionalizarse de gran manera con
cursos terciarios de Educadores en Primera Infancia, asistiendo los centros con
diferentes asistentes técnicos que vinculan la educación desde una perspectiva
interdisciplinar que hace muy fuerte al plan educativamente, pedagógicamente y
asistencialmente desde la intervención no solo a los niños sino también la
vinculación a las familias. Esto también es un reto para la ANEP ya que el cambió
de este nivel CAIF a Nivel Inicial genera muchas veces problemas de vinculación ya
que se maneja un nivel asistencial distinto entre los mismos.

BIBLIOGRAFÍA
● de los Derechos Humanos, D. M. Declaración Universal de los Derechos
Humanos.
● de Uruguay, M. D. E. Ley General de Educación 16/01/09.
● Legislativo, P. (1997). Constitución de la República Oriental del Uruguay.
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Uruguay Crece Contigo (UCC): Ministerio de Educación y Cultura. Dirección
de Educación. CCEPI, 2014.
● Consejo de Educación Inicial y Primaria, 2016. “Documento Base de Análisis
Curricular”, 3ra Edición.
● Dirección General de Educación Inicial y Primaria. 2017 “Orientaciones de
Políticas Educativas del Consejo de Inicial y Primaria Quinquenio 2016-2020”

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● UNICEF, 2006. Convención sobre los derechos del niño. Nuevo Siglo.
● ANEP, CODICEN, CEIP (2008). Programa de Educación Inicial y Primaria.

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