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Introducción:
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obligatoriedad y la calidad, la primera presentándose como un derecho de acceso a
la educación a los niños y una obligación para los tutores legales e instituciones ya
que es deber de los mismos que los niños accedan a los niveles obligatorios dentro
de la educación y transcurran la misma con todos los accesos posibles, junto con
unas condiciones que favorezcan su desarrollo. El mismo también determina que las
instituciones estatales dedicadas a la educación (tales como la ANEP) tendrán la
responsabilidad del cumplimiento efectivo de estos principios en el ámbito que les
compete.
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igualdad en el acceso a la misma educación para todos, el sistema educativo debe
aportar al desarrollo personal del individuo pero sin perder de vista que tiene que
hacerlo de igual manera para todos, otorgando las mismas oportunidades, utilizando
las mismas estrategias, entre otras cosas, por lo que obliga a la institución a
repensar las políticas educativas para poder cumpir con este postulado. En cuanto a
los instrumentos internacionales creemos que se relaciona con el artículo 31 de la
Convención y con el artículo 26 de la Declaración, los que en cierta manera
plantean esta idea y abogan que la educación debe servir como instrumento para el
desarrollo del ser humano. En referencia al principio de inclusión entendemos que
es el identificar para poder responder al cúmulo de necesidades presentadas por
cada uno de los alumnos a través del aprendizaje que se pueda generar en ellos, el
sistema debe tratar de incluir y educar a todos por igual sin tener en cuenta sus
diferencias. Este principio está estrechamente ligado a los anteriores y también se
relaciona a los derechos de igualdad y de no discriminación ya citados antes a los
que nos remitimos. También debemos referir al artículo 23 de la Convención que en
relación a la educación tiene que ver con la atención e inclusión de los niños con
discapacidades a la misma. Finalmente al hablar del principio de participación
hacemos referencia a la intervención que tiene el individuo que se está educando
como todos aquellos que forman parte del sistema en el proceso educativo, remite a
individuos activos y participativos que van construyendo los conocimientos en
conjunto. Las instituciones deben habilitar esa participación y expresión de los
docentes, niños, familias, etc. Se refleja en este principio la idea de la libertad de
expresión referida en los artículos 12 y 13 de la Convención en lo que tiene que ver
con el derecho del niño, y 14 en consonancia con la obligación de los Estados de
velar por su cumplimiento; y en el artículo 19 de la Declaración. Concluimos, que los
principios esbozados son sumamente importantes y permiten el ejercicio de
determinados derechos que son fundamentales para el ser humano, en relación a la
educación planteamos por ejemplo el derecho al libre acceso e igualdad de
condiciones para todos, incluso para los discapacitados, la no discriminación, la
libertad de expresión y de opinión, entre otras cosas.
“Es en la primera infancia, desde el embarazo hasta los seis años de edad en donde
se sientan las bases del desarrollo posterior del individuo. En los primeros treinta y
seis meses de vida se constituye una parte importante del desarrollo intelectual,
emocional, físico/inmunológico y social de los seres humanos, dando lugar a nuevos
aprendizajes y a la adquisición de competencias sociales en un proceso que
continúa y se enriquece a lo largo de la vida” (Programa Uruguay crece
contigo/CCEPI, 2014).
En esta cita podemos tener un primer acercamiento a los rangos en que se
comprendería la misma, entre los 0 y 6 años.
En cuanto a la educación en primera infancia la literatura especializada pone en
evidencia que con una combinación de buena salud, nutrición, educación paterna y
buena educación preescolar (desde el nacimiento hasta los cinco años) se nutre el
desarrollo cognitivo, social y emocional del niño fomentando las bases para el éxito
en la escuela y luego en la vida. Los estudios en neurociencia muestran que los
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primeros años de vida, incluido el período entre los tres y los cinco, constituyen una
“ventana de oportunidades” para el desarrollo posterior.
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importante para el conjunto de la educación inicial y primaria, pero asume niveles
críticos, en términos comparativos, en el nivel inicial. A pesar de algunas señales de
mejora registradas en los últimos años, en 2015 una cuarta parte de los alumnos de
educación inicial de las escuelas públicas del país concurrió menos de 140 días a la
escuela o al jardín (una tercera parte en el caso de los niños de tres).
Efectivamente, la asistencia en estas edades es, para buena parte de los niños, muy
baja, o bien tiene un carácter altamente intermitente, lo que compromete
fuertemente la continuidad de la acción escolar y en consecuencia las
oportunidades efectivas de desarrollo. Otro conjunto de desafíos está vinculado a
las condiciones de enseñanza y de aprendizaje en las aulas. En el nivel inicial, la
existencia de grupos numerosos constituye todavía un problema importante: en
2015, los grupos en las escuelas y jardines públicos eran en promedio de 24,4 niños
y funcionaban 423 grupos con más de 30 alumnos (un 15% del total). El objetivo de
incrementar la cobertura en tres años plantea, en cierta medida, una tensión en
relación a la posibilidad de avanzar en la disminución del tamaño de los grupos y en
la progresiva erradicación de las clases numerosas. Por último, aparecen desafíos
vinculados a la calidad de la enseñanza y de los aprendizajes esperados para el
ciclo. Los temas de calidad en la educación inicial adquieren una creciente
importancia relativa, a medida que el país ha ido logrando cumplir con las metas de
incorporación de todos los niños a las aulas. En 2008, el CEIP definió un nuevo
Programa de Educación Inicial y Primaria, el cual incluye los niveles de tres, cuatro y
cinco años. En tanto, ha participado, junto con otro conjunto de instituciones, en el
desarrollo del “Marco Curricular para la atención y educación de niñas y niños
uruguayos desde el nacimiento a los seis años”. Por otro lado, más recientemente
se ha comenzado a impulsar el Sistema de Evaluación Infantil Temprana (EIT), con
una fuerte orientación hacia la calidad y el desarrollo de competencias básicas para
el nivel. La EIT es un sistema de alertas tempranas, basado en un protocolo de
identificación de dificultades, prevención e intervención oportuna y personalizada en
el ámbito escolar. Para esto, la EIT realiza un monitoreo sistemático de distintas
dimensiones del desarrollo de los niños, de acuerdo a los objetivos de logro para la
edad y el nivel: conciencia de sí mismo y del entorno, habilidades sociales,
habilidades cognitivas, lenguaje y comunicación, desarrollo físico y psicomotriz. El
programa busca, de este modo, intervenir tan pronto como sea posible, en forma
oportuna y pertinente, tratando de evitar que las dificultades terminan
manifestándose demasiado tarde en la trayectoria escolar, por ejemplo, ante la
repetición del curso al ingreso a 1er. año
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demostrado con la existencia de un solo jardín de infantes público hasta 1946, año
en el que se crea el segundo jardín de infantes público en uruguay. Tres años
después se crean 200 clases de preescolar en las escuelas públicas.
Nos parece importante para una mejor comprensión brindar dos definiciones
extraídas del documento “A los 140 años de la educación del pueblo”:
Primera Infancia: En el artículo 38 de la Ley General de Educación se define la
educación en la primera infancia: “La educación en la primera infancia comprenderá
el ciclo vital desde el nacimiento hasta los tres años, y constituirá la primera etapa
del proceso educativo de cada persona, a lo largo de toda la vida.”
En el artículo 24 de esta ley (Ley General de Educación) se define la educación
inicial: “La educación inicial tendrá como cometido estimular el desarrollo afectivo,
social, motriz e intelectual de los niños y niñas de tres, cuatro y cinco años. Se
promoverá una educación integral que fomente la inclusión social del educando, así
como el conocimiento de sí mismo, de su entorno familiar, de la comunidad y del
mundo natural.” Según los artículos 7 y 22 de la misma Ley, dentro de la estructura
de la educación formal, la educación inicial comprende los 3, 4 y 5 años de edad y
será obligatoria para los niños y niñas de cuatro y cinco años de edad.
La ANEP se ha propuesto avanzar en la cobertura de tres años para potenciar
esta etapa, ya es crucial en la vida de las personas, en la misma se producen hitos y
procesos relevantes del desarrollo que requieren ambientes enriquecidos afectiva y
culturalmente para favorecer aprendizajes oportunos en situaciones con sentido
para los niños.
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Una educación de cantidad pero también de calidad
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universalización de la Evaluación Infantil Temprana a las jurisdicciones que falta
instrumentar. Esto permitirá tener reportes de todo el sistema de ANEP a los efectos
de poder apoyar a los estudiantes que muestran algún grado de rezago para que
puedan alcanzar su máximo potencial.
Conclusiones
Para concluir este trabajo podemos determinar que los principios de obligatoriedad y
calidad en la de educación de primera infancia, determinan una profesionalización
de la misma que se viene generando como proceso de las políticas educativas
establecidas en las últimas décadas a nivel nacional, legisladas desde la Ley
General de Educación y apoyadas desde las leyes internacionales de Derechos
Humanos y Derechos del niño, se ha logrado un gran avance y adherencia a estas
políticas posicionandonos en América como pioneros en educación de primera
infancia. Fue un proceso de construcción largo y de mucho trabajo a nivel
educacional y social, vinculando a las familias uruguayas para comprender la
importancia de la educación en los niveles tempranos.
A su vez la obligatoriedad y calidad se sigue trabajando ya que los Niveles Iniciales
son los que tienen mayor grado de inasistencia de niños, y a su vez son niveles que
no cuentan con la suficiente carga docente para abordar esta especialidad debido
también a una limitación de cupos en la carrera terciaria de la misma.
También cabe destacar que desde INAU ahora acompañando un integración con
ANEP tiene los planes CAIF Y CAIP que brindan educación asistencial a los niños
de 0 a 3 años, siendo la misma aún no formal pero cubriendo un primer nivel de
educación en primera infancia que no comprendía la Administración Nacional de
Educación Pública. Llegando ese nivel a profesionalizarse de gran manera con
cursos terciarios de Educadores en Primera Infancia, asistiendo los centros con
diferentes asistentes técnicos que vinculan la educación desde una perspectiva
interdisciplinar que hace muy fuerte al plan educativamente, pedagógicamente y
asistencialmente desde la intervención no solo a los niños sino también la
vinculación a las familias. Esto también es un reto para la ANEP ya que el cambió
de este nivel CAIF a Nivel Inicial genera muchas veces problemas de vinculación ya
que se maneja un nivel asistencial distinto entre los mismos.
BIBLIOGRAFÍA
● de los Derechos Humanos, D. M. Declaración Universal de los Derechos
Humanos.
● de Uruguay, M. D. E. Ley General de Educación 16/01/09.
● Legislativo, P. (1997). Constitución de la República Oriental del Uruguay.
● Lennon, G. E. (Ed.). (2014). A 140 años de la educación del pueblo: Aportes
para la reflexión sobre la educación en el Uruguay. Ministerio de Educación y
Cultura, Dirección de Educación.
● Presidencia de la República. Área de Políticas Territoriales. Programa
Uruguay Crece Contigo (UCC): Ministerio de Educación y Cultura. Dirección
de Educación. CCEPI, 2014.
● Consejo de Educación Inicial y Primaria, 2016. “Documento Base de Análisis
Curricular”, 3ra Edición.
● Dirección General de Educación Inicial y Primaria. 2017 “Orientaciones de
Políticas Educativas del Consejo de Inicial y Primaria Quinquenio 2016-2020”
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● UNICEF, 2006. Convención sobre los derechos del niño. Nuevo Siglo.
● ANEP, CODICEN, CEIP (2008). Programa de Educación Inicial y Primaria.