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PROGRAMA JÓVENES RESILIENTES

PLAN DE
RESILIENCIA
JUVENIL
PLAN DE RESILIENCIA JUVENIL

EDICIÓN
ACDI/VOCA
ACDI/VOCA

www.acdivoca.org.co Cra 10 # 80 – 66 Bogotá D.C., Colombia


USAID / Colombia
Alejandro Feferbaum
Director

Emily Wann
Directora Encargada, Oficina de Gobernabilidad y Construcción de Paz

Laura Calderón
Gerente del Programa de Jóvenes Resilientes

ACDI/VOCA / Colombia

Ricardo Amaya
Director Programa de Jóvenes Resilientes

Enrique Maruri Londono


Subdirector Collaborating, Learning, & Adapting (CLA)
Programa de Jóvenes Resilientes

Angela Suárez Alvarez


Subdirectora Técnica - DCOP Programa Jóvenes Resilientes

Ana Maria Mendoza Diaz


Gerente para el Cambio Social Programa Jóvenes Resilientes

© USAID United States Agency for International Development www.usaid.gov


1300 Pennsylvania Avenue, NW
Washington, DC 20532, Estados Unidos de América

Esta cartilla fue posible gracias al generoso apoyo del pueblo de Estados Unidos a
través de su Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID). Los contenidos son
responsabilidad de ACDI/VOCA y no necesariamente reflejan las opiniones de USAID o del
gobierno de Estados Unidos.

Realizado en Bogotá D.C., Colombia, 2022 Todos los derechos reservados


PLAN DE RESILIENCIA
JUVENIL
Introducción

El Programa Jóvenes Resilientes #EfectoColectivo (en adelante, el Programa), de USAID y


ACDI/VOCA, acompaña a jóvenes de 30 municipios de Colombia, con el objetivo de apoyar a
la juventud para alcanzar todo su potencial como sujetos seguros, productivos, saludables y
comprometidos con ambientes que promueven su protección, que previenen y mitigan riesgos
asociados a la violencia y la delincuencia.
El Programa está estructurado desde tres resultados centrales: 1. Relaciones y redes saludables
2. Promoción de entornos protectores 3. Empoderamiento económico juvenil, y un resultado
transversal: comunicaciones estratégicas para la cohesión social. Con el fin de articular las acciones
para alcanzar estas apuestas o resultados, se parte del análisis del contexto y las necesidades
e intereses de la juventud, y se establece una estrategia que agrupa dichas acciones a favor de
cada joven participante del Programa, la cual se denomina: Plan de Resiliencia Juvenil (PRJ).

El Plan de Resiliencia Juvenil (en adelante, PRJ), comprende las actividades psicosociales,
comunitarias, técnicas y/o productivas que permitirán mejorar la capacidad de agencia de lxs
jóvenes, así como el aprovechamiento de las oportunidades sociales y económicas enmarcadas
en el Programa, y que serán facilitadas por los aliados en cada territorio, los cuales cocrearon
proyectos con organizaciones juveniles, actores públicos y empresariales para la generación de
estas oportunidades económicas y sociales para el pleno desarrollo de las personas jóvenes.
Es así como al aumentar los factores protectores de sus entornos y disminuir los factores de
riesgo, se permite que las personas jóvenes desarrollen su resiliencia, la cual se comprende
no sólo como la capacidad de los jóvenes para resistir, responder o adaptarse a circunstancias
adversas (incluida la violencia), sino más bien, la capacidad de encontrar y desarrollar factores
y activos de protección para superar obstáculos y vivir vidas más saludables y significativas
(Liebenberg, 2011), por ende, tiene menos posibilidades de presentar comportamientos de
riesgo y es más probable que prospere en entornos de riesgo.
El PRJ se apoya en la Herramienta de Evaluación de Resiliencia Juvenil ( YRAT, por sus
siglas en inglés), la cual permite identificar los factores protectores y de riesgo de las personas
jóvenes en cinco (5) dimensiones: individual, familiar, amigos, escuela, comunidad y desde es-
tos resultados abordar en el PRJ, de manera conjunta y bajo un modelo socio-ecológico, las
acciones sobre los puntos críticos identificados.

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Entonces, esta ruta de acompañamiento como se concibe el PRJ, se establece de manera
conjunta con cada joven participante del Programa para potenciar sus habilidades desde un
proceso integral que vincula a sus familias, comunidades, grupos de amigos, instituciones
locales, sector privado, medios de comunicación y entidades públicas, para la consolidación
de entornos protectores, el mejoramiento su calidad de vida e incluir más comportamientos de
protección en su acervo conductual.
El proceso de acompañamiento psicosocial que enmarca el PRJ contempla el uso del
Programa para el Cambio Social - DecidoSer de ACDI/VOCA y sus profundizaciones relacion-
adas con juventud, familia, proceso migratorio, igualdad de oportunidades desde un enfoque
de género e inclusión, entre otras; buscando fortalecer la capacidad de agencia de las personas
jóvenes y sus habilidades para comprometerse desde las acciones cotidianas al cambio social
y así, lograr transformar su realidad. DecidoSer estará acompañado de las metodologías y es-
trategias de los aliados locales para abordar las problemáticas asociadas a las personas jóvenes
que impactan tanto en su salud mental como en sus dinámicas de relacionamiento, como con-
sumo de sustancias psicoactivas (SPA), ideación suicida, violencia intrafamiliar (VIF), violencia
basada en género (VBG), entre otros temas.
En el presente documento encontrarán los postulados conceptuales, teóricos y metodológicos
que orientarán el desarrollo del PRJ, así como los tres (3) momentos y acciones que permitirán
su puesta en marcha, siendo cada joven protagonista de su Plan y reconozca en su resiliencia,
la capacidad para incidir favorablemente en su entorno.
En este sentido, el Programa busca que las personas jóvenes al reconocer su resiliencia y
su capacidad como agentes de cambio estén dispuestos, de manera consciente, a afrontar los
desafíos de la vida cotidiana de manera positiva y prosocial, aprendiendo de las crisis vitales
desde lo personal y su relación con el entorno, superando los efectos de la violencia para perci-
bir un futuro posible con oportunidades de realización personal, favoreciendo la construcción
de país desde la inclusión, el respeto y la transformación de conflictos y contribuyendo al desar-
rollo social, económico, político, cultural y medio ambiental de Colombia.

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Referentes teórico – conceptuales

Tanto el Programa Jóvenes Resilientes como el PRJ se cimientan en los postulados del
Desarrollo Positivo de la Juventud ( PYD por sus siglas en inglés), enfoque teórico que
centra su interés en el fortalecimiento de las capacidades individuales o activos de la juventud,
a través de brindar oportunidades y experiencias que activen la capacidad de agencia de este
grupo poblacional, para la consecución de su desarrollo personal y compromiso con el cambio
en sus contextos comunitarios.
Para el desarrollo de este enfoque se busca reconocer cuatro dominios de trabajo con la
juventud:

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Ι. Activos: lxs jóvenes tienen los recursos, habilidades y competencias necesarias para lograr
los resultados deseados.
ΙΙ. Agencia: lxs jóvenes tienen la capacidad de emplear sus activos y aspiraciones para de-
cidir autónomamente sobre el establecimiento de metas y acciones coherentes con sus decisiones y
objetivos planteados.

ΙΙΙ. Contribución: lxs jóvenes se reconocen e involucran como agentes de cambio de su


comunidad.
ΙV. Entorno propicio: sitúa a los recursos del contexto como aspecto fundamental en la
generación de servicios y oportunidades que proporcionen a lxs jóvenes un crecimiento más
saludable, autónomo y resiliente, y a su vez, promueve su competencia social y emocional para
prosperar en ambientes adversos.
En consecuencia, el PRJ contempla un acompañamiento integral a cada joven, donde se
reconoce su autonomía, capacidades, experiencias de vida y metas; así como, la incidencia de
estos en la comunidad. Además, al tener en cuenta el enfoque sistémico, el PRJ se apoya en
los actores locales de los municipios donde se desarrolla el Programa para la generación de
oportunidad y servicios que garanticen la sostenibilidad de sus proyectos de vida y el desarrollo
de sus iniciativas sociales, políticas y económicas.
Dado que es necesario comprender las particularidades de cada joven, el PRJ implica el enfoque
género e inclusión social GIS y la perspectiva interseccional que analiza los múltiples cruces
que intervienen en su construcción de identidad a partir de los marcadores de diferencia (sexo,
género, etnia, edad, etc.) e identificar las posibles vulneraciones asociadas a estos. A su vez,
el enfoque informado de trauma permite reconocer que lxs jóvenes han estado expuestxs
a diversos estresores o eventos que pueden llegar a ser traumáticos, incluso llegando a ser
constantes en su vida, por lo que las acciones emprendidas en el acompañamiento del PRJ
deben tener presente no generar nuevas victimizaciones, sino potenciar la resignificación de
dichos eventos a partir de la comprensión de sus afectaciones.
Lo anterior, guarda coherencia con el enfoque sensible al conflicto y acción sin daño (ASD)
que busca desde la reflexión y continua observación de las acciones emprendidas, la mitigación
de los posibles impactos negativos, potenciar los factores conectores en los contextos del joven
y que se respeten los mínimos éticos reconociendo la libertad, autonomía y dignidad de lxs
participantes.  Por todo esto, el involucramiento del mismo joven en la formulación de su PRJ
garantiza el compromiso con la implementación de estos enfoques y del PYD.

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En definitiva, el Programa se apoya en estas perspectivas ya que ponen en el centro a la persona
joven, reconocen la relevancia del contexto y sus actores, y comprenden a la resiliencia como
el proceso resultante del afrontamiento asertivo ante situaciones adversas y crisis vitales, que
robustecen las capacidades propias para el desarrollo de una vida sana, permitiendo la mejora
continua en sus entornos y la realización personal desde su proyecto de vida.

Marco conceptual / definiciones claves

El PRJ contiene un componente conceptual que acompaña el proceso y permite el abordaje de


manera más técnica y clara al momento de implementar las acciones propuestas.
Proyecto de Vida
El proyecto de vida se puede concebir como un proceso que estructura tanto las expectativas
vitales como las estrategias para lograr dichos objetivos en el marco de un contexto social. De
este modo, no es posible pensar en la construcción de un proyecto de vida, sin tener en cuenta
las posibilidades concretas de realización de acuerdo con la realidad social e histórica a la que
pertenece el individuo. Desde esta perspectiva, el proyecto de vida representa la relación del
individuo consigo mismo y con la comunidad a la que pertenece, definiendo las posibilidades
para lograr esas aspiraciones (D’Angelo, 2002). Así que el proyecto de vida adquiere sentido a
partir de la relación del individuo con su entorno y con las posibilidades que éste ofrece.
Debemos tener en cuenta que la construcción del proyecto de vida es un proceso de largo
aliento, en ocasiones inacabado y que depende no sólo de las decisiones propias del sujeto,
sino también de cómo se articulan con el ámbito familiar o comunitario, y combinan la acción
individual con condicionamientos sociales, estructurales o institucionales. Por esto, no se puede
negar el potencial transformador sobre la propia realidad, pero al mismo tiempo es pertinente
reconocer las circunstancias limitantes o realizadoras en la construcción del proyecto de vida.
En consecuencia, si el proyecto de vida se constituye como una construcción del individuo
sobre sus expectativas vitales, determinando sus valores esenciales y las acciones frente a estas
proyecciones, entendiendo su entorno y posibilidades; la finalidad es acompañar a lxs jóvenes
para que cuenten con las herramientas suficientes para afrontar cambios y reaccionar frente a
eventos inesperados. En otras palabras, en un acompañamiento a proyecto de vida se enfatiza
en aportar a la constitución de personas con capacidades para pensar, sentir y realizar actos
coherentes y responsables consigo mismo, con los demás y con su entorno; adolescentes que
posean la sensibilidad de apreciar el pasado, vivir el presente y proyectar el futuro (López, 1999,
citado en D’ Angelo, 2002).

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Declaración de Sentido de Vida
La propuesta de realizar la declaración del sentido de vida en la etapa de la juventud se
fundamenta en la importancia que requiere para lxs jóvenes construir un propósito
existencial en el cual se reconozca el valor y la necesidad de encontrar el equilibrio entre el
orden y el caos que presenta la vida cotidiana. Para Guix (2017) “El sentido de la vida, es el
que cada uno le atribuya según lo vivido, las causas por las que querer luchar, entregar o
crear se convierten en nuestros sentidos, y para cada uno, las causas por las que vivir son
su sentido”. Es así como cada sentido de vida es único y específico para cada persona en
un contexto determinado, por lo que dicho sentido no es sólo una serie de pensamientos
o metas que surgen de la propia existencia, sino también incluye la postura (acciones e
ideas) con las que se hace frente precisamente a la existencia cotidiana (Velazco, 2004).

Resiliencia
USAID define la resiliencia como la capacidad de las personas, los hogares, las comunidades,
los países y los sistemas para mitigar, adaptarse a y recuperarse de las crisis y las tensiones de
manera que se reduzca la vulnerabilidad crónica y se facilite el crecimiento inclusivo (Cepal,
2021).
Los orígenes del concepto en los años 70 están asociados a investigaciones con niños, donde
definen la resiliencia como el conjunto de procesos sociales e intrapsíquicos, que posibilitan
tener una vida “sana” en un medio insano, procesos que se realizan a través del tiempo,
produciendo afortunadas combinaciones entre los atributos del niño y su ambiente familiar,
social y cultural (Rutter, 1984, citado en Pereira, 2006). Kotliarenco, Cáceres y Fontecilla (1997)
identificaron que parte de las características que determinarían la capacidad para enfrentar
las situaciones adversas, están asentadas desde la niñez, no obstante, la interacción entre
los factores ambientales y la interpretación subjetiva de los acontecimientos durante la vida,
pueden influir en la variabilidad en la respuesta ante una situación desbordante.
Por ser un campo en estudio, no existe consenso sobre su definición ni sobre los factores que
la componen o la manera de medirla, sin embargo, se plantean tres aspectos de convergencia
entre las principales definiciones:
a. La noción de adversidad, que refiere a la presencia de uno o más factores de riesgo
acumulados, o a la existencia de una calamidad inesperada
b. La referencia a una adaptación positiva ante dicha adversidad, que no sólo implica
enfrentarla, sino fortalecerse a partir de ella
c. La concepción de la resiliencia como un proceso más que como una característica inherente
de la persona (Masten, 2018; Rutter, 2012; citados en Bravo et al, 2019).

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En este sentido, el Programa se acoge a lo propuesto por Liebenberg (2011): la resiliencia no es
simplemente la capacidad de los jóvenes para resistir, responder o adaptarse a circunstancias
adversas, incluida la violencia, sino más bien, a la capacidad de encontrar recursos y redes en
sus comunidades para superar obstáculos y vivir vidas más saludables y significativas. Este
concepto se basa en la importancia de los niveles socio-ecológicos más amplios en los que los
individuos interactúan, pero pone el foco en el factor protector, no sólo en el riesgo.
Al hablar de la resiliencia como un proceso, se afirma que las personas crean su propia
competencia y confianza en sí mismas en una sucesión de pequeñas victorias (Pereira, 2006),
entendiendo que la vivencia de diferentes crisis durante la vida, ayudan a fortalecer los
recursos propios permitiendo ver cada dificultad como una oportunidad de crecimiento y
enriquecimiento personal.
Factores Protectores
Los factores protectores son aquellos aspectos que potencialmente disminuyen la probabilidad
de caer en un comportamiento de riesgo, los cuales Garmezy y Rutter (1983, citado en Amar,
et al., 2003) consideran que pueden alterar (e incluso revertir) las predicciones de efectos
negativos y permitir a los individuos evitar estresores de vida. Los factores protectores son
recursos o condiciones con los que cuentan las personas como mecanismo de defensa ante las
situaciones de riesgo o vulnerabilidad, favoreciendo el manejo de emociones, la regulación del
estrés y permitiéndoles potencializar sus capacidades humanas (Amar, et al., 2003).
Así mismo, Amar, et al., (2003) plantean que los factores protectores se asocian con: filiación,
seguridad, afectividad, formación de valores, enseñanza de normas, acceso a la educación
formal, y grado de capacitación de los padres.
Saldaña (2011) concreta que los factores protectores corresponden a todos aquellos elementos,
personales o del entorno, que posibilitan la salud integral, la calidad de vida y el desarrollo
de la persona. Los factores protectores se pueden distinguir entre externos e internos: los
primeros se refieren a condiciones del medio que actúan reduciendo la probabilidad de daño
(familia extendida, integración social y laboral, etc.); mientras que los segundos se refieren
a atributos de la propia persona (estima, seguridad y confianza en sí mismo, facilidad para
comunicarse, empatía). Por otra parte, las conductas de protección se definen como aquellos
comportamientos que dependen de los individuos y que los aleja de uno o más riesgos o daño.
Es así como los factores protectores, tanto internos como externos, facilitan la capacidad de lxs
jóvenes para hacer frente al día a día. Por lo tanto, la resiliencia juvenil sobreviene cuando un joven
que posee más factores protectores tiene menos posibilidades de presentar comportamientos
de riesgo y es más probable que prospere a pesar de los entornos vulnerables.

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Factores de Riesgo
Los factores de riesgo se definen como elementos o determinantes que tienen una relación
directa y causal con un problema o vulneración. En este sentido, podría decirse que “Un factor
de riesgo es cualquier característica o circunstancia detectable de una persona o grupo de
personas que se sabe asociada con un aumento en la probabilidad de padecer, desarrollar
o estar especialmente expuesto a un proceso mórbido. Estos factores de riesgo (biológicos,
ambientales, de comportamiento, socioculturales, económicos) pueden ir sumándose unos
a otros, y aumentar el efecto aislado de cada uno de ellos produciendo un fenómeno de
interacción” (Pita, et al. 2007).
El identificar el factor de riesgo permite reconocer que se cuenta con una mayor probabilidad
de tener esa situación adversa, aunque no dependa exclusivamente de ese factor, además se
puede llegar a establecer una estrategia para disminuir dicho factor o los daños que pueda
ocasionar.
En este sentido, vale resaltar la conceptualización de Valverde et al. (2001, citado en Saldaña,
2011) que definen los factores de riesgo como todos aquellos determinantes que están en el
ambiente, que no dependen de los sujetos y que aumentan la probabilidad de que ocurra, en
el corto, medio o largo plazo, algún acontecimiento dañino. Por otra parte, las conductas de
riesgo son comportamientos que implican un efecto placentero inmediato, pero carecen de
una valoración de las consecuencias posteriores, por lo que pueden tener efectos nocivos.
Niveles de riesgo
De acuerdo con el Democracy Internacional, Centers for Disease Control and Prevention Center los
niveles de riesgo se caracterizan por intervenciones diseñadas de la siguiente manera:
Primario: Esta dirigido hacia la población general y aborda factores de riesgo socioeconómicos
generales que llevan al crimen y la violencia, como la falta de confianza de los ciudadanos en las
instituciones, la erosión del tejido social y una alta tolerancia para crimen.
Secundario: Está dirigido a jóvenes considerados en riesgo de comportamiento criminal
o violento como víctimas de violencia intrafamiliar, miembros de familias disfuncionales,
deserción escolar, adicciones a sustancias psicoactivas, personas sin trabajo que viven en
comunidades con presencia de pandillas y actores armados ilegales.
Terciario: Está dirigido a jóvenes que ya están o estuvieron involucrados en comportamiento
criminal o violento, para proporcionar intervención y apoyo para evitar la reincidencia o la
reiteración.

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Familia
La familia se concibe como un sistema primario de socialización e incorporación de principios,
creencias y pautas de comportamiento, donde se espera que se desarrollen vínculos afectivos
positivos basados en las relaciones de cuidado y aprecio entre los seres vivos.
Para ACDI/VOCA, la familia transciende del parentesco consanguíneo, por afinidad o civil; para
reconocer familias construidas a partir de afectos, empatías, emociones, que pueden tener o
no una composición tradicional y que también incluye relaciones no heteronormativas como
familias homoparentales, trans, de amigxs, o multiespecies.
Desde una comprensión sistémica y ecológica, se plantea que el sistema familiar es dinámico,
reciproco y complementario, y provee un ambiente para vivir y reconstruir los procesos cruciales
de pertenencia, intimidad, diferenciación e individuación, en diferentes niveles generacionales
(ICBF, 2008), donde se procura que el establecimiento de vínculos de apego positivo en la
infancia y adolescencia, contribuyan a formas más seguras y empáticas de relacionamiento,
“la evidencia indica que los chicos con modelos seguros van a resolver mejor la tarea de
conseguir autonomía emocional de sus padres, y también presentan un mejor desempeño
en las relaciones amistosas y románticas. Por el contrario, los adolescentes preocupados /
ambivalentes y autosuficientes / evitativos no sólo muestran más dificultades relacionales, sino
también un mayor desajuste emocional y comportamental” (Oliva, A. 2011).
Por consiguiente, la familia es el primer pilar del desarrollo de un vínculo adecuado basado en la
dedicación, el afecto, la comunicación, la cohesión, la adaptabilidad, etc; por lo cual la dinámica
familiar, los modelos parentales y otros adultos significativos serán referentes en el desarrollo
de hábitos de vida, formas de expresar afectos, de relacionarse con los demás, de resolver
conflictos y de desarrollar conductas de autocuidado. Por este motivo, en el acompañamiento
brindado a cada joven contempla, de manera especial, el abordaje familiar a través del Plan de
cohesión familiar (PCF).
Enfoque Interseccional
“La interseccionalidad es una metodología que examina cómo varias categorías biológicas,
sociales y culturales (como el enfoque diferencial, la religión, la edad, la nacionalidad, la
educación, nivel económico, etc.) interaccionan en la vida de una persona en múltiples
y simultáneos niveles.” (Bolaños & Flisi, 2017). Entonces se considera que esta naturaleza
interconectada de diversas categorizaciones sociales crea sistemas superpuestos e
interdependientes de discriminación o desventaja para un individuo o grupo determinado,
concluyendo que las opresiones y las desigualdades están interrelacionadas y no pueden
resolverse de manera independiente.

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Leslie McCall (2005, citada en Galindo et.al. 2014) concibe la interseccionalidad como “aquellas
relaciones entre múltiples dimensiones y modalidades de las relaciones sociales y formaciones
del sujeto”. En consecuencia, resalta que la complejidad de las relaciones de desigualdad
está dada por la interacción entre las diferentes dimensiones, entre y dentro de las categorías
analíticas, las cuales son dependientes del contexto y el tiempo. Es así como el análisis desde la
interseccionalidad no es estático ni estable, sino que depende también de las transformaciones
históricas y sociales que se gestan principalmente por el reconocimiento de esos lugares de
privilegio y opresión.
Por esto, desde el PRJ se plantea indagar desde las concepciones de lxs jóvenes acerca de
sus realidades más inmediatas, su percepción frente a su contexto y los tipos de relaciones
establecidas en sus entornos, y cómo éstas interfieren en sus decisiones, metas, e incluso, en su
sentido de vida.
Enfoque de Acción Sin Daño
Según Rodríguez (2008), el enfoque de acción sin daño (ASD) se constituye en una apuesta ética
y conceptual para reducir los impactos negativos en el desarrollo de acciones humanitarias y
procesos de intervención social, que facilita la reflexión y las posibilidades de mejora desde la
propuesta del Do No Harm (no hacer daño). Bello y Vásquez (2011) explican que este enfoque es
asumido como una oportunidad para la reflexión sobre la ética en las acciones humanitarias, de
desarrollo y de construcción de paz, convirtiéndose en una posibilidad que permite el análisis
de la pertinencia de las acciones emprendidas o por emprender y de los tipos de impactos de
carácter positivo y negativo, susceptibles a producirse en este contexto particular de la realidad
nacional.
Al respecto, Rey (2014, citando a Vela et al, 2011) señala la necesidad de construir un saber
orientado por la evaluación de las acciones de sujetos o instituciones sobre la base implícita
de la búsqueda del bien, que oriente al pensamiento reflexivo sobre el fin, consecuencias e
impactos de las actuaciones en relación con los valores y metas que las rigen a la luz de unos
mínimos éticos. Estos mínimos éticos (autonomía, libertad, dignidad) están enmarcados en el
análisis de la ética civil, que busca preservar y estimular la diferencia de los proyectos de vida
(Rodríguez, 2008)
Es así como desde el PRJ, el enfoque de ASD conlleva el reconocimiento de los contextos
culturales, sociales, económicos y políticos, velando por el cuidado de las personas,
desarrollando acciones coherentes, responsables y con un alto sentido ético, tanto en los
procesos sociales como en el conjunto de las interacciones cotidianas. Una postura de acción
sin daño no busca imponer un proyecto de vida a lxs jóvenes, sino que valora y respeta sus
decisiones de vida y ofrece opciones para su pleno desarrollo como sujetos.

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Enfoque de informado de trauma
Este es un enfoque emergente orientado a la atención integral de los sujetos con historias
traumáticas que promueve la comprensión de la respuesta al impacto traumático, enfatiza la
seguridad física, psicológica y emocional, y crea oportunidades para que los sobrevivientes
puedan reconstruir un sentido de control y empoderamiento (Raja et al, 2017, citado en Vitroil,
et al, 2020).
Desde edades tempranas algunas personas se ven expuestas a traumas y experiencias infantiles
adversas, como violencia, negligencia, discriminación, pobreza, abuso emocional, sexual o
físico entre otras, lo que puede llegar a afectar el desarrollo e interferir con sus respuestas ante
el estrés. Otros traumas pueden estar relacionados con eventos altamente estresantes como
desplazamiento forzado, situaciones de guerra, desastres naturales, aspectos lamentablemente
frecuentes en el contexto colombiano.
Con el tiempo muchas personas luchan con problemas relacionados con la regulación
emocional, depresión, ansiedad o trastorno por el uso de sustancias; también tienen más riesgo
de contraer enfermedades crónicas, problemas de comportamiento e incluso cometer suicidio
(Center for Health Care Strategies, 2019), ya que los acontecimientos traumáticos destrozan los
sistemas de protección normales que dan a las personas una sensación de control, de conexión
y de significado.
Si bien no toda persona que pasa por un acontecimiento extremadamente estresante quedará
necesariamente traumatizada, este enfoque resalta que lo más importante es que el hecho
traumático cambia la visión que tiene la persona de ella misma y del mundo; el hecho marcará
un antes y un después, y esa fractura es lo que lo define como traumático. El modo en que
resulte afectada la persona dependerá de su historia personal (sistema de creencias previo),
el tipo de situación traumática, las circunstancias que la rodearon y qué esquemas cognitivos
sean centrales en el armazón del individuo (cuáles son aquellos que le identifican y definen en
mayor medida como ser en el mundo) (Saldaña, 2011).
Vale aclarar que, el abordaje y diagnóstico de los traumas debe realizarse por un profesional
especializado en intervención clínica y que el enfoque informado de trauma se enfatiza en brindar
la posibilidad de apoyar las decisiones y estrategias de afrontamiento del sujeto, a partir de la
comprensión de sus experiencias de vida, por eso, las personas cercanas al acompañamiento
deberán contar con sensibilidad al contexto y a la realidad del / la joven.
En consecuencia, el Center for Health Care Strategies (2019) plantea que el reconocer las
experiencias de vida como causa principal de los problemas de salud y comportamentales,
permite una mejor comprensión de las necesidades de las personas, partiendo del
establecimiento de vínculos de confianza e involucrar a las personas en la planificación de las
acciones a emprender para su bienestar.

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Así, el enfoque informado del trauma enfatiza la autonomía de la persona y el reconocimiento
de la resiliencia como factor fundamental que explica las capacidades del ser humano para
sobreponerse e incluso desarrollar crecimiento psicológico tras la exposición a situaciones
traumáticas (Bonanno, 2008, citado en Vitroil, et al, 2020).
Enfoque sistémico con perspectiva socio-ecológica
Desde este enfoque se concibe al ser humano como multidimensional, reconociendo que su
identidad y comportamiento parte de la interacción generada con su entorno y está constituido
por cuatro dimensiones: desarrollo cognoscitivo, desarrollo biológico (físico), desarrollo
emocional (socio afectivo) y desarrollo social. Cada una de estas esferas del ser se ve afectada
por el resultado de constantes intercambios entre el individuo y el entorno, siendo además
éste último comprendido en sus múltiples particularidades y matices. Esta propuesta ha sido
aceptada dentro de las teorías dialécticas contextuales concluyendo que el comportamiento de
un individuo será diferente de un contexto a otro.
Al reconocer las relaciones que se establecen desde el individuo, en particular desde el / la
joven, permite ver las estructuras en las que está inmerso e influenciado su desarrollo (ICBF,
2008): El microsistema constituye el nivel más inmediato en el que se desarrolla el individuo
(usualmente la familia). El mesosistema comprende las interrelaciones de dos o más entornos
en los que la persona en desarrollo participa activamente. El exosistema lo integran contextos
más amplios que no incluyen a la persona como sujeto activo. Al macrosistema lo configuran la
cultura y la subcultura en la que se desenvuelve la persona y todos los individuos de su sociedad.
De igual manera, el enfoque destaca dos conceptos claves 1 la importancia del cambio y 2 el efecto
mariposa. El primero es entendido como la capacidad que tiene el contexto y el ambiente para
impactar en el desarrollo conductual y al apego emocional que se establece con las personas
significativas en el marco de este proceso cambiante (Rosa, 2013). El segundo concepto expone
que los cambios en la vida de los individuos, aun cuando sean muy leves, pueden generar un
notorio impacto en el sistema, incluso aplica para pensamientos y emociones (Torres, 2019).
Recuerde: Cada profesional de acompañamiento podrá consultar la Guía Indicativa No. 0
de DecidoSer y los marcos de referencia de sus profundizaciones para ampliar el marco de
referencia conceptual relacionado con los temas abordados en DecidoSer.

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Marco metodológico
El PRJ es la ruta de acompañamiento integral que busca reconocer y fortalecer las capacidades
de lxs jóvenes para alcanzar logros que contribuyan al desarrollo de su resiliencia, una
participación más activa en su comunidad, así como el acceso a nuevas oportunidades para el
empoderamiento económico.
Esta ruta contribuye a la construcción de proyectos de vida sostenibles y realizables, dado
que con la implementación del PRJ cada joven contará con las suficientes herramientas
psicosociales para comprender y afrontar las situaciones adversas y conflictivas que implican
la vida, así como para transformar su realidad, su comunidad y su calidad de vida a partir del
aprovechamiento de las oportunidades sociales, políticas y económicas promovidas en sus
entornos por el Programa y la misma juventud.

Objetivo General
Fortalecer el proyecto de vida de lxs jóvenes a través de un proceso de acompañamiento sistémico
que movilice acciones individuales y colectivas a favor del agenciamiento, la protección y el
desarrollo integral de la juventud.

Objetivos Específicos

1. Identificar factores protectores y de riesgo de lxs jóvenes para intencionar acciones que
den respuesta a las necesidades y ofrezcan alternativas diferenciadas desde el PRJ de cada
joven.
2. Potenciar las habilidades resilientes y para la vida de cada joven, a través de la consecución
de acciones que le permitan fortalecer su proyecto de vida e incidir positivamente en su
contexto familiar, comunitario y organizacional.
3. Articular los entornos habilitantes y ambientes protectores de lxs jóvenes para promover
su desarrollo positivo y su capacidad de agencia en dinámicas familiares, sociales y
comunitarias.
4. Activar las redes de apoyo familiares, comunitarias e institucionales para que cooperen
entre sí para el fortalecimiento del proyecto de vida de lxs jóvenes en la legalidad.
5. Articular oportunidades económicas, educativas, de ocupación del tiempo libre,
psicosociales y desarrollo ciudadano, teniendo en cuenta el ciclo vital, intereses y factores
protectores y de riesgo de lxs jóvenes.

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Para el desarrollo del PRJ es necesario que el aliado implementador cuente con un tiempo
preparatorio que incluya:
Reconocimiento del contexto de las zonas a intervenir y las particularidades de lxs
jóvenes de dichos territorios.
Focalización y caracterización de lxs jóvenes participantes.
Contar con el consentimiento de los padres, madres, tutores o cuidadores para la
participación de los menores de edad, con la debida documentación que acrediten la
representación legal (Consentimiento informado firmado, registro civil que demuestre
parentesco, acta de custodia).
Conocer y firmar los documentos relacionados con salvaguarda a menores de edad y
manejo de datos e imagen de USAID y ACDI/VOCA.
Planeación de actividades y oferta para todos los grupos etarios identificados.
Contemplar dentro de los cronogramas de los proyectos, los espacios de capacitación,
a desarrollarse en la fase inicial, brindados por el equipo técnico de ACDI/VOCA, así
como reuniones y encuentros de articulación con los equipos de los otros aliados
implementadores en territorio.
Comprensión del/la joven desde los postulados de los enfoques estratégicos del
Programa.
Establecer acercamientos a entidades gubernamentales y no gubernamentales que
presten servicios a la juventud y que hagan parte de las distintas rutas de atención a esta
población.
Claridad frente a las rutas de atención, mecanismos de respuesta rápida para el reporte
de alertas ante la vulneración de derechos, teniendo en cuenta el flujo organizacional y
del Programa.
Contratación de personal calificado, por lo cual, el/la profesional de acompañamiento
deberá contar con formación en psicología o trabajo social y experiencia certificada
en atención clínica o psicosocial a jóvenes y problemáticas de salud mental y
comportamentales como consumo de SPA, ideación suicida, entre otras.
Consulta del anexo sobre mapeo, rutas de atención y alistamiento de profesionales.

Teniendo en cuenta que la implementación del PRJ se plantea como un proceso


de acompañamiento personalizado e integral que abarca el desarrollo de las
actividades de los cuatro (4) resultados del Programa y cuya duración en promedio
será entre 9 y 15 meses; es necesario que los aliados implementadores aparte
contemplen los tiempos para el alistamiento (selección, capacitación,focalización,
caracterización, etc.) y para e l cie rre administrativo de l proye cto, con e l fin de dar
cumplimiento a los tiempos de la ejecución del PRJ.

17
Este acompañamiento será liderado por el/la profesional de acompañamiento psicosocial,
quien tendrá asignados entre 35 y 60 jóvenes dependiendo de la distribución de los mismos
en el territorio, por ejemplo, el/la profesional de zona urbana tendrá una asignación mayor
cerca o igual a los 60 jóvenes ya que estos están concentrados geográficamente en una zona,
a diferencia del profesional de zona rural dispersa, quien podrá hacer seguimiento a 35 o 45
jóvenes dependiendo de las distancias entre lxs jóvenes y la distancia de acceso a estas zonas.
Recomendación: Evitar la rotación de profesionales de acompañamiento toda vez que se
deteriora el vínculo del/la joven con el Programa y su PRJ. No olvidar que el profesional de
acompañamiento debe contar con experiencia en trabajo con jóvenes, así como, claridad
conceptual y metodológica para la implementación de los enfoques estratégicos del Programa.
En pocas palabras, el PRJ reúne todas las actividades que vivirá cada joven, teniendo en cuenta
las dimensiones priorizadas, ya sea porque hayan tenido una puntuación crítica en el YRAT o
porque el / la joven considere relevante abordar según su historia de vida. Estas actividades
incluyen desde las asesorías individuales, hasta los espacios de formación para el trabajo /
emprendimiento, pasando por actividades grupales asociadas con entornos protectores y el
fortalecimiento de habilidades psicosociales.
El PRJ comprende 3 momentos que obedecen a:
• Generación de confianza y acuerdos
• Ejecución de actividades
• Consolidación del proceso de acompañamiento; y que deberán desarrollarse en el
tiempo pactado entre el proyecto y el/la joven (9 a 15 meses). Estos momentos serán
explicados más adelante con mayor detenimiento.
Este acompañamiento contempla:
• Identificación de los factores protectores y de riesgo de lxs jóvenes a partir de la
aplicación del YRAT, como insumo para la priorización y evaluación de las dimensiones
en el PRJ.
• Priorización en tres (3) dimensiones de las personas jóvenes que permiten la
interrelación entre el fortalecimiento de la redes y vínculos saludables, la creación de
ambientes protectores y el empoderamiento económico juvenil.
• Implementación de metodologías de aliados locales que articuladas con la
implementación de DecidoSer aportan a la resiliencia de las personas jóvenes y sus
entornos.
• Seguimiento y retroalimentación a los logros acordados con cada joven, donde se
evidencien y refuercen los avances progresivos en los logros.
• Activación de rutas de atención integral y especializada a través de la remisión a la
oferta pública existente en los territorios para lxs jóvenes, en caso de que se requiera.
• Articulaciones intersectoriales e interinstitucionales que favorezcan el acceso a
servicios y oportunidades que atiendan las necesidades e intereses de la juventud.

18
Acerca de las dimensiones del plan de
resiliencia juvenil

Si bien el PRJ toma como insumo los resultados obtenidos de la aplicación del YRAT, en
su estructura se plantea el abordaje holístico o sistémico de seis (6) dimensiones, según lo
representa la siguiente gráfica y descripción:

19
• Individual: Recoge las ideas acerca de sí mismo, dando cuenta de los autoesquemas
(autoestima, autoconocimiento, autoeficacia, autoconfianza, autoconcepto, autocontrol,
autoimagen) y comportamientos de cuidado a partir de la apropiación de valores y la
disposición a determinadas conductas de riesgo. También explora algunas competencias
sociales como el sentido del humor, el optimismo y la capacidad de poder cumplir sus
metas.
• Familiar: Abarca las relaciones interpersonales y los vínculos de apego seguro que permiten
dar cuenta de las acciones de protección, pautas de crianza, antecedentes de violencia,
transformación de estereotipos y respeto por la diferencia.
• Educativa: Contempla todo lo relacionado con los espacios de educación formal, no formal
e informal, la identificación de la institución educativa como espacio socializador y seguro, y
el acceso a la complejización de los procesos de pensamiento.
• Amigxs: Hace referencia a las relaciones interpersonales establecidas con personas en
su mismo curso de vida, donde se establecen vínculos filiales y pertenencia a grupos que
influyen en el proceso identitario.
• Comunidad: Reúne lo concerniente a los espacios de participación ciudadana y promoción
de derechos, deberes y obligaciones. Permite reconocer percepciones acerca del Estado y la
comunidad como agentes de protección y bienestar.
• Empoderamiento Económico Juvenil: Resalta las capacidades de gestión y desempeño
frente a las oportunidades sociales y económicas que incluyen los procesos de formación
para el empleo, vinculación laboral y desarrollo de iniciativas de emprendimiento.

El PRJ plantea el acompañamiento sistémico e integral desde las seis (6) dimensiones
del ser, sin embargo, de estas seis (6) dimensiones sólo se priorizarán tres (3),
donde una de estas es la dimensión individual más otras dos (2) dimensiones
que surjan críticas o requieran trabajarse según la información recolectada de los
resultados del YRAT y la historia de vida del joven.

Tomando como punto de partida la premisa de DecidoSer “el cambio comienza por mí”, se
contempla imprescindible el abordaje de la dimensión individual para todos los PRJ, en tanto
que las reflexiones promovidas desde esta dimensión, desencadenan cambios de percepción
y comportamiento que soportan la capacidad de agencia, la sostenibilidad del desarrollo
positivo juvenil, el enraizamiento del sentido de vida y la construcción de un proyecto de vida
en coherencia con los principios éticos y de convivencia.

20
Por otro lado, cuando el/la joven obtiene un resultado crítico en la dimensión familiar en el
YRAT, se abre la opción de realizar un acompañamiento complementario al PRJ que incluye
a su sistema familiar. Este acompañamiento complementario y voluntario, denominado Plan
de Cohesión Familiar-PCF, procura potenciar el sistema familiar como entorno protector y
garante de derechos de cada integrante de la familia, desde el fortalecimiento de los vínculos y
comportamientos de cuidado, con una comprensión amplia de familia. Para profundizar en el
PCF Plan de cohesión familiar, consultar el Anexo 1.

Logros por dimensión


Para fortalecer las tres (3) dimensiones priorizadas, se contempla un listado de logros que
evidencien el agenciamiento por parte de cada joven y que permiten conocer el avance del
PRJ. Para ello, además de priorizar junto con el/la joven las dimensiones a fortalecer, también
se escogen entre 2 y 3 logros por dimensión sobre los cuales se centrará el acompañamiento.
En consecuencia, se seleccionarán entre 6 y 9 logros en totalidad, y se espera que el / la joven
alcance el 100% de los logros seleccionados o por lo menos, el 70% de los mismos.
A continuación, se relacionan las dimensiones, logros y algunos ejemplos de las evidencias y
comportamientos esperados en el cumplimiento del PRJ:

21
EJEMPLOS DE
Dimensión Logros COMPORTAMIENTOS
EVIDENCIA

- Listado de prioridades y
1. Analizo de manera crítica objetivos de vida, mapa de
las situaciones estresantes que sueños y estrategias.
se me presentan, y tomo una - Listado de pro y contra
decisión cuidadosa conmigo y para la toma de decisiones.
con lxs otrxs. - Construcción de narrativas
2. Realizo actividades diarias autobiográficas desde
o semanales que aportan a mi diversos formatos: escrito,
salud física y mental porque me audiovisual, performance,
Individual importa mi bienestar. etc.
3. Reconozco mis emociones, - Desarrollo de rutinas de
soy consciente de lo que generan higiene física y mental como:
en mis comportamientos y las ejercicios de respiración;
armonizo en función de mi yoga, mindfulness,
bienestar. stretching, entre otros.
4. Logro reconocer esas - Practicar deporte y llevar
situaciones de mi historia una alimentación saludable.
que generaron una herida o - Participar en sesiones
afectación, para trabajar en su terapéuticas con
aceptación y resignificación. profesionales de la salud
5. Reconozco los obstáculos cuando sea necesario.
que he superado, los logros que - Evitar o disminuir consumo
he tenido y planeo acciones para de SPA
alcanzar mis metas y sueños.

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EJEMPLOS DE
Dimensión Logros COMPORTAMIENTOS
EVIDENCIA

1. Reconozco la importancia de - Elaboración de un plan


responsabilizarme de las tareas con responsables y tiempos
de la casa de manera equitativa para la realización de los
con todas las personas de la quehaceres del hogar (lavar,
familia. barrer, cocinar, limpiar, cuidar
2. Siento el apoyo de mi familia a otras personas, entre otros).
para el cumplimiento de mis
Familiar sueños y metas. - Salidas recreativas en
3. Me siento apoyadx por mi familia, activaciones a través
familia cuando participo o lidero de juegos en casa, cenas
alguna actividad de mi interés. familiares, otras actividades.
4. Demuestro cariño y apoyo
hacia mi familia y realizamos - Manifestaciones de afecto
actividades que nos permiten a través de palabras y gestos
compartir espacios de encuentro. que demuestran cariño,
5. Converso con mi familia respeto, ternura y amor.
de manera respetuosa sobre
las dificultades y escucho - Se establecen horarios
atentamente para encontrar y espacios para el uso
juntos una solución. responsable de los aparatos
tecnológicos y las TIC. (por
ejemplo: en el momento
del almuerzo no se usa el
celular).

- Reuniones familiares para


compartir acerca de sus
vidas, retos y logros.

23
EJEMPLOS DE
Dimensión Logros COMPORTAMIENTOS
EVIDENCIA

- Se acerca a los profesores


1. Reconozco mi institución u orientadores en busca de
educativa como un espacio apoyo.
donde puedo recibir apoyo
académico y emocional. - Argumenta con propiedad
en espacios de debate.
2. Expreso con seguridad y
asertividad mis puntos de vista y - Preguntar ante las dudas
Educativa los demás lo reconocen. que surjan.
3. Participo en espacios de - Certificaciones de los
formación. procesos formativos.
4. Participo en actividades - Matrícula escolar.
escolares para mi beneficio y el
de mi comunidad educativa. - Participación en
intervenciones artísticas
5. Reconozco en el estudio una en espacios escolares,
oportunidad para mi desarrollo realización de murales,
personal y proyecto de vida. adecuación de espacios
deportivos.

- Realización de
voluntariado o servicio
social.

- Cumplir con los deberes


académicos y asistencia a
clases.

24
EJEMPLOS DE
Dimensión Logros COMPORTAMIENTOS
EVIDENCIA

1. Comparto con mis amigxs - Intercambio de


experiencias de vida que nos experiencias y encuentros de
aportan al cumplimiento de saberes. Círculos de palabra
nuestras metas. entre jóvenes.

2. Busco transformar los - Apoya a sus amigos en


conflictos que se generan con dificultades cotidianas.
Amigxs mis amigxs, desde una postura
propositiva y responsable que - Busca reparar los daños
procure bienestar personal y causados con sus actos.
colectivo.
- Liderar iniciativas
3. Soy un ejemplo positivo para prosociales que inspiren a
mis amigxs. otros jóvenes.

4. Tomo distancia de los - No participa de actos


comportamientos nocivos de vandálicos o delincuenciales,
otrxs que ponen en riesgo mi ni tiene comportamientos
integridad. autodestructivos.

5. Hago uso de redes sociales - No publica en redes


y plataformas digitales sin sociales datos personales,
ponerme en riesgo, ni afectar a ni mensajes que ofensivos,
los demás. ni da acceso a su perfil a
personas desconocidas.

25
EJEMPLOS DE
Dimensión Logros COMPORTAMIENTOS
EVIDENCIA

1. Me vinculo a escenarios - Vinculación a espacios


de participación ciudadana de participación ciudadana
y procesos democráticos, como JAC, consejos
ejerciendo mis derechos, deberes municipales de juventud,
y obligaciones. gobierno escolar, plataformas
de juventud, entre otras
2. Reconozco a organizaciones, formas de liderazgo y
Comunidad instituciones y/o personas como participación.
una red de apoyo y acudo a ellos
cuando tengo dificultades. - Acude y activas rutas de
atención y de servicios.
3. Me siento reconocido en Cuenta con el reconocimiento
la comunidad por mis ideas y de personas cercanas como
acciones. referente positivo.

4. Participo en el mejoramiento - Intervenciones artísticas a


de espacios públicos a favor de la través de la pintura y las artes
convivencia y la seguridad en la visuales como la realización
comunidad. de grafitis o murales, que
promueven cambios de
imaginarios.

- Organizar y llevar a cabo


acciones de limpieza de las
zonas comunes en el barrio,
adecuaciones de espacios
públicos como canchas,
parques, salones comunales,
entre otras.

26
EJEMPLOS DE
Dimensión Logros COMPORTAMIENTOS
EVIDENCIA

1. Me organizo con otrxs jóvenes - Proyectos de iniciativas


para acceder a oportunidades juveniles presentados a
sociales y económicas legales convocatorias.
que nos benefician a nosotros y
a nuestros contextos. - Le invierte tiempo y
dedicación a tareas o
2. Identifico mis habilidades actividades en las que se
Empoderamiento y destrezas que me permiten destacan sus habilidades.
económico juvenil proyectarme en mi realización
personal y mi aporte a la - Certificaciones de los
sociedad procesos formativos para el
trabajo.
3. Me intereso por aprender
y fortalecer habilidades que - Realización de hojas de
me permitan tener un buen vida y envío a diferentes
desempeño en espacios empresas u organizaciones
laborales y mejorar mis ingresos. donde exista un posible
empleo.
4. Logro una oportunidad
laboral formal gracias a mi - Contrato laboral
proceso de formación y
compromiso conmigo mismo y - Buscar y gestionar
mi entorno. con otras organizaciones
la viabilidad del
5. Desarrollo una iniciativa emprendimiento
productiva o emprendimiento
que me permita mejorar mi - Afiliación de
calidad de vida y que contribuya emprendimientos
a mi realización personal. productivos ante cámaras de
comercio

27
De conformidad con lo anterior, se entenderá que:

• El/la joven deberá cumplir con las actividades concertadas y programadas, lo cual
implica no sólo asistencia a los espacios, sino compromiso, motivación y participación.
• El profesional de acompañamiento hará el seguimiento frente al avance y las alertas
que pongan en riesgo el alcance de los logros, donde tendrá en cuenta las actividades
cotidianas, ejercicios de trabajo autónomo, asesorías individuales y reporte de talleristas
y/o facilitadores de procesos de formación, empleo, etc.
• El avance en el cumplimiento de los logros debe registrarse en los espacios
destinados para tal fin en el aplicativo de Activity Info, para su sistematización y
validación del proceso.
• El PRJ culmina con éxito cuando el/la joven cumpla mínimo con el 70% de los logros
seleccionados.

Tipo de actividades
Para el desarrollo del PRJ se establecen los siguientes tipos de actividades que permitirán
fortalecer el abordaje del acompañamiento:
• Asesoría Individual:
Es el acompañamiento personalizado, confidencial y de escucha activa, donde sólo interactúan
el/la joven y el profesional de acompañamiento, siendo el escenario propicio para retroalimentar
los resultados de YRAT, asesorías acerca de problemas de salud mental y comportamental,
así como los avances PRJ y el seguimiento a actividades que quedan en el marco de los
compromisos.
Para el desarrollo de esta actividad se definirá con el/la joven un espacio seguro como su casa,
la sede del proyecto o salón comunal, procurando siempre por la confidencialidad y seguridad
de las personas. Este tipo de actividad se realizará entre 60 a 90 minutos, previa concertación
con el/la joven; a menos que surja una situación atípica que requiera una intervención en crisis.
• Encuentros Colectivos:
Hace referencia a los encuentros grupales donde las personas jóvenes contarán con espacios
para la reflexión y fortalecimiento de sus habilidades para la vida, desde la metodología vivencial
y experiencial de DecidoSer, principalmente y/o metodologías de aliados locales. Para esto, se
contará con la transferencia y asesoría metodológica por parte de ACDI/VOCA.

28
Estos encuentros tendrán una duración entre 3 a 4 horas, con participación de 10 a 25 jóvenes
y podrán realizarse de manera presencial o virtual a través de plataformas que permitan la
interacción en tiempo real como zoom, meet, teams, otras. Se espera que, para estos encuentros,
lxs jóvenes sean convocados teniendo en cuenta la dimensión a abordar y el curso de vida.
• Espacios Parche conSentido:
Esta actividad busca generar espacios donde las personas jóvenes puedan expresar sus ideas,
experiencias y conocimientos sobre su cotidianidad. En estos espacios de construcción conjunta
pueden desarrollarse actividades como cineforo, fogatas, elaboración de manualidades o
charlas informativas mientras se intencionan las reflexiones sobre diversos temas como: la
prevención de consumo de SPA, uso de redes sociales, los diferentes tipos de violencia, ideación
suicida, entre otros. El profesional de acompañamiento psicosocial también puede hacer uso
de las metodologías propias de su organización para el abordaje de estos temas.
Los espacios Parche conSentido son encuentros que se programan con jóvenes de acuerdo con
el grupo etario y necesidades identificadas, con una duración de 2 a 3 horas.
• Actividad Autónoma:
Son aquellas que el/la joven debe realizar de manera individual con la orientación del profesional
de acompañamiento psicosocial y servirán para reforzar e intencionar las acciones del PRJ, y a
su vez, serán evidencia de los avances en los logros por dimensión. Estas actividades puede ser
el desarrollo de alguno de los podcats de DecidoSer, ejercicios de introspección o superar algún
reto o desafío donde haga uso de las habilidades fortalecidas.
Para el soporte de estas actividades se puede hacer uso de fotos, videos y se propone que
tengan una periodicidad mensual.
• Actividades Proyectos:
Corresponden a las actividades que realiza el / la joven en el marco de los proyectos asociados a
los resultados 1, 2, 3 y 4 del Programa, como, por ejemplo, actividades de formación, ocupación
del tiempo libre, participación ciudadana, empleo, emprendimiento, mejoramiento de espacio
públicos, entre otras, que contribuyen al avance del PRJ y cumplimento de los logros.
La participación se establece de acuerdo con los cronogramas que tengan establecidos los
proyectos y el profesional de acompañamiento debe promover que el/la joven no se limite
únicamente a la asistencia, sino que se involucre activamente.

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• Pausa y Reflexiona:
Es una asesoría individual especial que se realiza cada tres (3) meses con el fin de revisar y
retroalimentar el proceso entre el / la joven y el profesional de acompañamiento, en donde
se valide el proceso y se tenga la oportunidad de planear, acordar los avances e intereses y
contemplar posibles alertas o ajustes del PRJ concertado inicialmente.

DESARROLLO DEL PLAN DE RESILIENCIA


JUVENIL
El PRJ es la guía para organizar el acompañamiento personalizado en la ejecución de las
actividades de los proyectos, la consecución de los logros priorizados, y permite documentar la
participación y los avances de cada joven en los proyectos a los cuales están vinculados. Para
estructurar este acompañamiento, se han definido 3 momentos que cuentan con un tiempo y
actividades esperadas.

El profesional de acompañamiento debe invitar a cada joven a ponerle nombre a los momentos
o etapas de su PRJ, revistiendo de significado el proceso de acompañamiento, generando
mayor apropiación y compromiso.

30
Momento I- 1 a 2 meses
Este primer momento busca generar un acercamiento con el / la joven a través de encuentros
que permitan profundizar en el objetivo de su PRJ por lo que, estos primeros encuentros deben
contribuir a la creación de un espacio de confianza, motivación, empatía y reconocimiento
de su realidad. En consecuencia, en este momento es importante indagar por la historia y la
experiencia de cada joven, así como sobre sus expectativas, intereses, gustos y cómo estos se
relacionan e interactúan con la oferta del Programa y el territorio.
Para este momento 1, se debe contar con el proceso de focalización y caracterización
previo. A cada joven inscrito se le deberá aplicar la herramienta del YRAT, la cual permite la
identificación de los factores protectores y de riesgo del joven relacionados con: a) los activos
individuales (habilidades y actitudes), b) las relaciones, a nivel familiar, de amigos y comunidad;
y c) vínculos con los servicios de apoyo comunitario e institucional, lo que contribuye a una
mejor comprensión de sus capacidades y necesidades posibilitando un acompañamiento
diferenciado.
La aplicación del YRAT debe ser presencial, por lo cual es un espacio ideal para desarrollar la
generación de confianza con el/la joven, conocer parte de su historia de vida y necesidades más
sentidas como persona y como joven.
Teniendo en cuenta toda la información recolectada sobre el / la joven desde la entrevista
inicial, el YRAT y demás espacios de encuentro, se estructura el PRJ desde la concertación entre
el / la joven y el profesional de acompañamiento en una asesoría individual, donde se priorizan
dimensiones y logros, se establece compromiso para el desarrollo y participación durante el
proceso, llegando a indicar horarios y actividades. La estructuración del PRJ se realiza según lo
expuesto en el capítulo anterior.

El profesional que realiza el


acompañamiento debe tener en cuenta…
En el reconocimiento de la caracterización inicial:

• Revisar con antelación la información sociodemográfica que se levantó en el proceso de


preinscripción de lxs jóvenes.
• Conocer el manual sobre la lectura, análisis e interpretación de los resultados del YRAT.
• Tener claridad del tipo de proyecto e iniciativas co-creadas presentes en los territorios
focalizados en las que participa el/la joven.

31
Durante la priorización y concertación del PRJ:
• Motivar y explicar alcance del PRJ al joven.
• Escuchar al joven en sus intereses, gustos, necesidades y expectativas con el Programa
y su proyecto de vida.
• Considerar en el ejercicio de priorización de dimensiones, logros y actividades, la
disponibilidad de tiempo que deben lxs jóvenes para así establecer aquello que es posible
cumplir en el período del PRJ comprendido entre 9 a 15 meses.

Actividades Momento I
Para la implementación del momento 1, se sugiere desarrollar las siguientes actividades:

Socialización del Programa Jóvenes Resilientes #Efecto Colectivo y los proyectos con los cuales
estará vinculado cada joven.
• Espacio de Parche conSentido: Encuentro reconocimiento del territorio y generación de
vínculo.
• Asesoría individual para la aplicación y retroalimentación de resultados del YRAT.
• Asesoría individual para la priorización/concertación de PRJ: dimensiones, logros y
actividades.
• Espacio de Parche conSentido: Encuentro para la integración y reconocimiento.

Se proponen encuentros con las personas jóvenes cada quince días, que motiven su
adherencia al proceso e inviten a la continuidad de su PRJ.

Momento I – Hitos y Evidencias


-
Registro en el sistema activity info del PRJ:
• Aplicación y resultados de YRAT
• Dimensiones y logros priorizados, que evidencie la relación con los intereses, expectativas
y necesidades de lxs jóvenes, y la articulación con el portafolio de proyectos que se
implementará en cada territorio.
• Aceptación del joven para el desarrollo del PRJ.
• Actividades programadas para el primer trimestre del momento 2 del PRJ.
• Memorias sistematizadas de los espacios de Parche ConSentido.
• Registro audiovisual
• Listados de asistencia.

Esta información estará apoyada por los informes


mensuales de ejecución del proyecto, actas de reunión y articulación.

32
Momento II – 6 a 12 meses
En el momento II se desarrollan las actividades de cada proyecto que aportarán al PRJ y al
proyecto de vida de cada joven, lo cual se hará a través de encuentros individuales y colectivos
concertados con el/la joven, que puede obedecer a los espacios de participación comunitaria,
a espacios de formación para el trabajo, empleo, emprendimiento, liderazgo positivo o al
aprovechamiento de tiempo libre, entre otras.

Durante este momento II, se debe realizar cada tres (3) meses una actividad de Pausa y
Reflexiona, expuesta anteriormente como el espacio privilegiado para la retroalimentación. En
cada Pausa y reflexiona, también se establecerá el cronograma de actividades de los tres (3)
meses siguientes, lo que permitirá una mejor organización, planeación y seguimiento de las
actividades, por lo cual se deben articular y coordinar los tiempos y las actividades de manera
armónica para permitir la participación en todas las actividades. Por lo tanto, las reuniones
de seguimiento y articulación de los aliados implementadores de proyectos cobran gran
relevancia, ya que permitirán la coordinación y revisión de casos, verificación de la participación
y realización de actividades e identificación de posibles remisiones para atención especializada.

Posterior a cada Pausa y reflexiona, el profesional de acompañamiento realizará el reporte de


avance y cumplimiento de los logros priorizados en cada dimensión en el Activity Info con sus
respectivas evidencias, teniendo en cuenta todas las actividades realizadas en el marco del PRJ.
Durante el proceso de implementación del PRJ es muy probable que el profesional de
acompañamiento identifique o perciba situaciones que amenazan o atentan la salud física,
mental y los derechos de lxs jóvenes requiriéndose una atención especializada. Estas situaciones
pueden estar relacionadas con violencias basadas en género-VBG, Violencia intrafamiliar-VIF,
maltrato infantil, abuso sexual, explotación sexual o comercial, trata de personas, bullying,
cutting, abuso de sustancias psicoactivas, entre otras.

Ante estas situaciones que exceden el alcance del acompañamiento psicosocial, el profesional
deberá guiar al joven y a su familia para la activación de rutas de atención. No obstante, el
profesional de acompañamiento debe contar con las capacidades para brindar atención en
crisis y posteriormente gestionar la respectiva remisión. Para estas remisiones a los servicios
sociales o de salud, es necesario conocer las ofertas de servicios disponibles en los territorios,
teniendo claridad sobre los alcances de las instituciones del Estado y demás organizaciones allí
presentes.

33
El profesional que realiza el
acompañamiento debe tener en cuenta…
Durante la realización de las actividades:

• Seguimiento a la participación del/la joven en las actividades individuales y colectivas


programadas.
• Determinar y revisar el cumplimiento de los retos/desafíos que fueron concertados y
que están relacionados con la actividad autónoma.
• Facilitar los espacios de encuentro colectivo desde la implementación de DecidoSer con
un mínimo de 16 horas.

En actividades con los aliados y en relación con los proyectos:


• Articular el seguimiento y coordinación de actividades con los aliados de los proyectos,
de acuerdo con las reuniones bimensuales de seguimiento territorial para el despliegue
del enfoque sistémico.
• Dar a conocer los casos de jóvenes que requieran una atención especializada para su
remisión al ente público y activación de la ruta de atención pertinente.
• Gestionar la participación del joven en actividades de grupos de apoyo, asesoría y
acompañamiento especial, en los casos en los que se requiera, con organizaciones
locales comunitarias, juveniles e institucionales.

Actividades momento II
Para la implementación del momento II, considere lo siguiente:

• Cada joven deberá contar mínimo con un encuentro colectivo o asesoría individual
por mes.
• Se sugiere que el profesional de acompañamiento mantenga un contacto permanente
con el/la joven a través de llamadas telefónicas y/o WhatsApp.
• Los espacios de Parche conSentido se recomienda realizarlos cada trimestre.
• Los espacios de formación y participación deberán coordinarse con el desarrollo de las
otras actividades, de tal manera, que el/la joven cuente con la disponibilidad de asistir a
la mayor parte de actividades propuestas.
• En lo posible, se debe brindar el desarrollo de actividades en horarios que se acomoden
a las dinámicas de vida de lxs jóvenes, es decir, que contemplen que las personas
jóvenes pueden estar laborando, estudiando o a cargo de otras personas, por lo cual no
cuentan con una disponibilidad exclusiva al PRJ.

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Momento II- Hitos y evidencias
• Reportar el avance y cumplimiento de los logros con sus respectivas
evidencias en Activity Info.
• Programación trimestral de las actividades.
• Realizar registro en Activity Info de los encuentros colectivos y parches
• conSentido de manera mensual.
• Sistematizar las memorias de las reuniones de seguimiento y articulación.
• Listados de asistencia.
• Registro audiovisual.

Esta información estará apoyada por los informes mensuales de ejecución del proyecto, actas
de reunión y articulación.

Momento III- 1 a 2 meses


El momento III corresponde a un espacio participativo de valoración del proceso de
acompañamiento, que suscita un proceso de reflexión conjunta entre el profesional de
acompañamiento y el / la joven, y permite consolidar aprendizajes y/o transformaciones desde
las dimensiones del ser.
Para ello, se plantean actividades individuales y colectivas para la culminación del proceso y
graduación de lxs jóvenes de su PRJ. Finalmente, se aplicará por segunda vez, la herramienta
YRAT para validar el cambio a favor de la resiliencia en el marco de las dimensiones acompañadas.
El cierre del PRJ se presenta cuando:
1. Cierre satisfactorio/exitoso: El/la joven cumple mínimo el 70% de los logros priorizados,
aplica el YRAT post y realiza en coordinación con el profesional de acompañamiento el cierre de
la ruta. El tiempo establecido será mínimo de 9 meses y máximo de 15 meses. Esto dependerá
de la duración del proyecto en el que participa el/la joven.
2. Terminación del plan por deserción o intermitencia: el/la joven abandona la ruta de
acompañamiento antes del tiempo concertado o no cumple con la participación y compromisos
acordados.
El profesional de acompañamiento debe generar las estrategias necesarias que contribuyan a la
permanencia de lxs jóvenes en el PRJ, e informar y hacer seguimiento en la mesa de seguimiento
y articulación del proyecto. Para los casos donde no sea posible la continuidad, se debe dejar
evidencia de las estrategias y acciones que se realizaron y la razón definitiva del abandono o
retiro del joven.

35
El profesional que realiza el
acompañamiento debe tener en cuenta…
Durante la coevaluación del proceso:
• Escuchar atentamente las percepciones del joven con relación a sus logros alcanzados
y el proceso de acompañamiento desarrollado.
• Socializar y analizar los resultados del YRAT post
• Identificando su proyección a futuro a partir del establecimiento de nuevas metas y
objetivos realizables, plausibles y flexibles.
• Correlacionar de manera directa los aprendizajes, logros y expectativas frente a las
ganancias y aprendizajes obtenidos evidenciando su trascendencia en su proyecto de
vida.

Para el cierre que marcará la culminación de este proceso, se propone que el profesional de
acompañamiento junto con lxs jóvenes acuerden la realización de una actividad simbólica
donde se expresen las ganancias obtenidas y la sostenibilidad en su proyecto de vida,
invitando a quienes hicieron parte de esta trayectoria como la familia, instituciones educativas,
organizaciones comunitarias, etc.

Así, mismo se propone reforzar el enganche de lxs jóvenes ‘graduados’ con el Programa como
ejemplos de vida para futuros cohortes, conformando una red de #JóvenesResilientes.

Actividades momento III


Para el momento III se contempla:

• Aplicación Post de YRAT y su respectiva retroalimentación.


• Co-evaluación del proceso de acompañamiento.
• Asesoría individual que aborde los cambios de imaginarios y comportamientos,
el sostenimiento de los aprendizajes y el fortalecimiento de habilidades.
• Cierre simbólico que invite a la proyección de metas y evidencie el fortalecimiento
del agenciamiento de las personas jóvenes.

36
Momento III- Hitos y evidencias
• Co-evaluación final del cumplimiento de los logros priorizados por dimensión.
• Aplicación de la herramienta YRAT, para determinar el avance en el nivel de resiliencia.
• Documento de compromiso de sostenibilidad con relación al alcance de sus logros.
• Cierre del PRJ y acto simbólico de culminación.
• Registro audiovisual

Esta información estará apoyada por los informes mensuales de ejecución del proyecto, actas
de reunión y articulación.

37
PRJ EN PROYECTOS NACIONALES
El PRJ como ruta de acompañamiento integral a jóvenes, podrá ser utilizado en el marco de
proyectos nacionales o de ciudad que no se encuentren en las zonas focalizadas del Programa.
En estos casos, la priorización de las dimensiones y logros a abordar con el / la joven estarán
relacionadas con los propósitos y objetivos de cada proyecto, que a su vez deben estar
conectados con los resultados del Programa.
El objetivo de estos PRJ es acompañar a cada joven de manera personalizada en su dimensión
individual y en las actividades programadas en el marco de los proyectos, las cuales se
articularán a los logros y acuerdos de la ruta. Por lo anterior, se deben considerar las siguientes
instrucciones:
• El proyecto como mínimo debe tener una duración de seis (6) meses y contemplar la
realización de actividades que ameriten un proceso que permita impactar y movilizar las
capacidades de lxs jóvenes que se acompañarán.
• Se aplicará la herramienta YRAT a cada joven participante, y se identificarán los factores
protectores y de riesgo de la dimensión individual y de las dimensiones que se relacionen
con el proyecto que se va a implementar.
• Los logros y actividades para trabajar en las dimensiones priorizadas responderán a las
estrategias, programas, acciones que se hayan establecido en el proyecto y que buscan
un objetivo claro al finalizar el proceso de ejecució
• El alcance de los tres momentos del PRJ se mantienen, además de las actividades
correspondientes a la programación del proyecto, se deberán priorizar las asesorías
individuales y los encuentros colectivos que buscan fortalecer habilidades resilientes y
para la vida de cada joven participante.
• Al cierre del PRJ y del proyecto, se aplicará nuevamente la YRAT, donde se podrá
evidenciar el avance de los y las jóvenes en las dimensiones que fueron priorizadas y
trabajadas durante la ejecución del proyecto.

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