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DISEÑO DE PLAN DE INTERVENCION PARA LA PREVENCION DEL

BULLYING EN LOS ESTUDIANTES DE SEPTIMO GRADO DE LA


INSTITUCION EDUCATIVA MADRE INMACULADA DE SABANALARGA

KARY ANDREA AMAYA ROJAS

UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR


PROGRAMA DE PSICOLOGÍA
NOVENO SEMESTRE

BARRANQUILLA

2022
JUSTIFICACION

Colombia es uno de los países con mayor número de casos de bullying, donde al

menos el 20% de los niños de todo el país sufren algún tipo de acoso según la Fundación

Universitaria de Ciencias de la Salud, donde 1 de cada 5 niños son víctima de persecución

por parte de sus compañeros (Colombia legal Corporation, 2015). Es una situación que

amerita atención, teniendo en cuenta que es grave y de alto riesgo, tanto para la víctima

como para el agresor, éste último de no ser atendido, tiene crecientes posibilidades de

seguir desarrollando situaciones violentas.

Disminuir el bullying en las instituciones es de vital importancia, ya que permitirá la

recreación y el respeto entre todos los estudiantes y se logrará mediante talleres y

actividades didácticas que permitan el manejo del buen trato entre compañeros y

compañeras. Dentro de las charlas se resaltarán valores para tener una buena tolerancia que

se desarrollaran en espacios pactados con el centro educativo, también se aclararan las

consecuencias legales y psicológicas que representa el cometer discriminación entre

alumnos.

Los programas sociales contribuyen a la prevención y promoción de demás

conflictos que se presentan en las comunidades, por lo que la intervención en casos de

bullying es bastante necesaria en las instituciones educativas, por medio de estos programas

se beneficiara la salud mental de los estudiantes y también el manejo de conductas violentas

y/o agresivas que se puedan presentar. Estas estrategias se relacionan con la mejora en la

calidad de vida, tanto en sus dimensiones objetivas como subjetivas, y con la capacidad de

control personal sobre el medio (Alvaro, 1997)


La importancia de emprender acciones preventivas contra éste flagelo, radica en las

consecuencias que genera en las víctimas que tienden a volverse depresivas, inseguras,

ansiosa, desarrollar deseos de venganza violenta, deserción escolar y bajo rendimiento

académico y hasta suicidios, de manera, que la mayor violencia que experimentan los

colombianos es la violencia interpersonal en el aula de clases y en las instituciones

educativas, siendo la que menos atención se le ha brindado (Vanegas, 2012).

Esta conducta con el pasar de los años ha ido aumentando considerablemente por lo

que los niños y hasta las instituciones educativas lo han normalizado, por ende, el trabajar

en la prevención del bullying, se ha vuelto una necesidad de gran relevancia, con la cual se

puede aportar a elementos estratégicos para quienes están siendo víctimas, a los que aún no

les han atacado, a los padres y docentes para que estén atentos a las señales sospechosas

que presenten sus hijos y alumnos, de manera que puedan buscar la ayuda profesional

requerida de manera oportuna, invitar a los menores a no optar por el silencio, y brindarles

ayuda interdisciplinar (salud, psicología, pedagogía, etc.).


OBJETIVOS

Objetivo general

 Diseñar un Plan de Intervención para la prevención del Bullying en

estudiantes de Séptimo grado de la Institución Educativa Madre Inmaculada

Objetivos específicos

 Describir e Identificar las distintas formas de Bullying dirigido a niños,

niñas y adolescentes, y sus consecuencias psicológicas y legales

 Sensibilizar a través de talleres sobre Buen Trato que contribuye a la

prevención del bullying para los estudiantes


MARCO TEORICO

 PROGRAMAS SOCIALES

Puede decirse que un programa social es una iniciativa destinada a mejorar las condiciones

de vida de una población. Se entiende que un programa de este tipo está orientado a la

totalidad de la sociedad o, al menos, a un sector importante que tiene ciertas necesidades

aún no satisfechas. La mayoría de los programas sociales son desarrollados por el Estado,

que tiene la responsabilidad de atender las necesidades de todas las personas. Un gobierno,

de este modo, puede poner en marcha planes que busquen garantizar el acceso a la

educación, campañas de prevención para cuidar la salud o iniciativas para combatir la

desnutrición infantil. (Pérez Porto, 2013)

El proceso de gestión de los programas sociales comprende las funciones de: Organización,

Dirección, Programación, Ejecución, Monitoreo y Evaluación de Impacto, a partir de las

que se construye el acrónimo ODPEME.

 Organización. Se ocupa de estructurar e integrar los recursos y órganos

responsables de la gestión, estableciendo sus relaciones y atribuciones. Permite una

utilización equilibrada de los recursos. Relaciona el trabajo (incluyendo sus

instrumentos y localización) con el personal que lo debe ejecutar. Conforma la

estructura social y material para el proceso de producción y distribución. La

particular forma que asume la función de organización está influenciada por la

racionalidad política impulsora del programa, por las condicionantes de insumos

(humanos, materiales y financieros), de estructura y marco regulatorio externo. El

ámbito de esta función depende del grado de exhaustividad de la formulación.


Mientras más detallada sea la formulación, más adelantada estará la organización

de las actividades. Cuando se inicia la operación del programa sin haberlo

formulado y evaluado adecuadamente, la organización del mismo crece en

responsabilidad para dar cuenta de dichas falencias. Una dimensión relevante de

esta función es introducir las modificaciones necesarias a la organización original,

a la luz de la información emanada de la operación del programa, cualquiera sea el

momento y la periodicidad de dichos cambios.

 Dirección. Trata de orientar el comportamiento de los operadores del proyecto a la

consecución de sus objetivos. Comprende la conducción, supervisión,

sincronización de las acciones individuales y coordinación de las actividades que

están definidas para ser desarrolladas por las distintas unidades de la estructura. Se

expresa mediante un particular estilo de liderazgo. La dirección se encarga de la

conducción estratégica del programa, de la prevención y de la resolución de

problemas y conflictos (por áreas, grupales y personales). Realiza un balance de las

amenazas, oportunidades, fortalezas y debilidades. Guía, supervisa y coordina las

actividades definidas en la organización bajo criterios de desempeño (eficiencia

interna e impacto externo). Conduce 25 personas y equipos (socialización de

valores, comunicación interpersonal y participación).

 Programación. Se encarga de establecer la secuencia cronológica de las

actividades a realizar, optimizando los recursos asignados e identificando a los

responsables y las interacciones requeridas para su ejecución.3 Asigna los recursos

presupuestarios y realiza la gestión financiera. Se basa en la organización y

formulación.
 Ejecución. El concepto "ejecución" se ha utilizado con distintos significados en el

análisis de proyectos. Se lo ha hecho sinónimo de operación o se ha asociado a la

ejecución financiera e inversión en activos fijos. En este marco, la ejecución

corresponde a la implementación de las actividades enmarcadas en los procesos

(sustantivos y de apoyo) para alcanzar los objetivos de producto e impacto

buscados (proceso principal) por el programa.

 Monitoria. Es la observación concomitante de la ejecución. Compara lo realizado

con lo programado, con estándares (promedios u óptimos) y con otros programas.

La información resultante de la monitora se canaliza a través de distintos circuitos

de información (monitoria-ejecución, monitoria-programación, monitoria-dirección

y monitor-organización) con el objetivo de producir acciones correctivas en dichas

funciones y procesos. Su implementación requiere indicadores, periodicidad de

recolección de datos, fuentes de información y su sistematización.

 Evaluación de impacto. Tiene por finalidad determinar la magnitud de los cambios

producidos por el programa, tanto buscados como no buscados. A la luz de los

resultados generados, es posible realizar acciones correctivas en los objetivos y

procesos implementados. Dicha información es un insumo para la función de

organización, la formulación y evaluación ex-ante de otros programas y las

políticas del sector. (gestion de programas sociales en america latina, 1998)

 SALUD MENTAL

La salud mental es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a

los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder

aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad. Es parte


fundamental de la salud y el bienestar que sustenta nuestras capacidades individuales y

colectivas para tomar decisiones, establecer relaciones y dar forma al mundo en el que

vivimos. La salud mental es, además, un derecho humano fundamental. Y un elemento

esencial para el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico.

La salud mental es más que la mera ausencia de trastornos mentales. Se da en un proceso

complejo, que cada persona experimenta de una manera diferente, con diversos grados de

dificultad y angustia y resultados sociales y clínicos que pueden ser muy diferentes.

Las afecciones de salud mental comprenden trastornos mentales y discapacidades

psicosociales, así como otros estados mentales asociados a un alto grado de angustia,

discapacidad funcional o riesgo de conducta autolesiva. Las personas que las padecen son

más propensas a experimentar niveles más bajos de bienestar mental, aunque no siempre es

necesariamente así.

 Promoción de la salud mental y prevención de las afecciones de salud mental

Las intervenciones de promoción y prevención se centran en identificar los determinantes

individuales, sociales y estructurales de la salud mental, para luego intervenir a fin de

reducir los riesgos, aumentar la resiliencia y crear entornos favorables para la salud mental.

Pueden ir dirigidas a individuos, grupos específicos o poblaciones enteras.

Actuar sobre los determinantes de la salud mental requiere a veces adoptar medidas en

sectores distintos del de la salud, por lo que los programas de promoción y prevención

deben involucrar a los sectores responsables de educación, trabajo, justicia, transporte,

medio ambiente, vivienda y protección social. El sector de la salud puede contribuir de


modo significativo integrando los esfuerzos de promoción y prevención en los servicios de

salud, y promoviendo, iniciando y, cuando proceda, facilitando la colaboración y la

coordinación multisectoriales.

La prevención del suicidio es una prioridad mundial y forma parte de los Objetivos de

Desarrollo Sostenible. Algunas medidas permitirían avanzar considerablemente al respecto,

como limitar el acceso a los medios de suicidio, fomentar una cobertura mediática

responsable, promover el aprendizaje socioemocional en los adolescentes y favorecer la

intervención temprana. Prohibir los plaguicidas muy peligrosos es una intervención

particularmente económica y rentable para reducir las tasas de suicidio.

La promoción de la salud mental de los niños y adolescentes es otra prioridad, que puede

lograrse mediante políticas y leyes que promuevan y protejan la salud mental, apoyando a

los cuidadores para que ofrezcan un cuidado cariñoso, poniendo en marcha programas

escolares y mejorando la calidad de los entornos comunitarios y en línea. Los programas de

aprendizaje socioemocional en las escuelas son de las estrategias de promoción más

eficaces para cualquier país, independientemente de su nivel de ingresos.

La promoción y protección de la salud mental en el trabajo es una esfera de interés

creciente, que puede favorecerse mediante la legislación y la reglamentación, estrategias

organizacionales, capacitación de gerentes e intervenciones dirigidas a los trabajadores.


 Atención y tratamiento de la salud mental

Las iniciativas nacionales de fortalecimiento de la salud mental no deben limitarse a

proteger y promover el bienestar mental de todos, sino también atender las necesidades de

las personas que padecen afecciones de salud mental.

Esto debe hacerse mediante la atención de salud mental de base comunitaria, que es más

accesible y aceptable que la asistencia institucional, ayuda a prevenir violaciones de

derechos humanos y ofrece mejores resultados en la recuperación de quienes padecen este

tipo de afecciones. La atención de salud mental de base comunitaria debe proporcionarse

mediante una red de servicios interrelacionados que comprendan:

 servicios de salud mental integrados en los servicios de salud generales, ofrecidos

comúnmente en hospitales generales y en colaboración con el personal de atención

primaria no especializado;

 servicios comunitarios de salud mental a nivel comunitario, que puedan involucrar a

centros y equipos comunitarios de salud mental, rehabilitación psicosocial, servicios

de apoyo entre pares y servicios de asistencia para la vida cotidiana, y

 servicios que brinden atención de salud mental en los servicios sociales y entornos

no sanitarios, como la protección infantil, los servicios de salud escolar y las

prisiones.

Dado el enorme déficit de atención de diversas afecciones de salud mental, como la

depresión y la ansiedad, los países deben encontrar formas innovadoras de diversificar y


ampliar la atención para estas afecciones, por ejemplo, mediante servicios de asesoramiento

psicológico no especializado o de autoayuda digital. (OMS, 2022)

 BULLYING

El primer término que se utilizó fue “mobbing”. Se empleó en las primeras investigaciones

realizadas en la década de los setenta en el norte de Europa (Heinemann, 1972; Olweus

1973), haciendo referencia al ataque colectivo que emprende un grupo de animales contra

un animal de distinta especie, con frecuencia más grande y considerado enemigo natural del

grupo (Lorenz, 1963). Pero el mobbing, se limitó a designar conductas grupales, con lo cual

no podía usarse para designar las agresiones individuales, que es una modalidad sumamente

frecuente, si no la más, entre las agresiones escolares. Para superar esta limitación

comenzaron a utilizarse los vocablos anglosajones bully y bullying. “Bully” presenta dos

acepciones; a) persona o animal que se convierte en terror para el débil o indefenso; y b)

aquel que protege y vive de las prostitutas. Es decir, en ambos prevalece la tendencia a

aprovecharse del otro que está en una situación de inferioridad. En castellano habría de

traducirse como “intimidador”, si bien, se trata de un término apenas utilizado, adaptándose

mejor los términos de “abusón”, “matón” o “chulo”.

Por otro lado el término bullying hace referencia a la acción cometida por el bully o

“matón”, considerándose que ofrece una cobertura semántica más globalizadora. Pese a ello

“el concepto de Bullying no abarca la exclusión social como forma agresiva de relación

pero, aun con esta limitación, proporciona las características básicas para definir el

fenómeno (…) y tiene un uso consensuado en la literatura científica que aborda este

problema” (Informe del defensor del pueblo, 2000, pp 27-28).


El “bullying” es un proceso complejo de victimización de otra persona que va más allá de

las simples discusiones o malas relaciones entre compañeros, y que se diferencia de éstos

por su naturaleza, su duración, su intensidad, sus formas, sus protagonistas, sus

consecuencias y sus ámbitos. Ha sido definido por diferentes investigadores en la forma

que describo a continuación.

 “Subconjunto de conducta agresiva en la que hay un desequilibrio de poder y

donde el acto agresivo es repetido todo el tiempo” ( Olweus, 1978; 1991; Smith y

Thompson, 1991).

 “Una persona es intimidada si está expuesta, repetida y duraderamente a acciones

negativas por parte de otro u otras personas” ( Olweus, 1987 a).

 “Conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un alumno o alumna

contra otro, al que elige como víctima de repetidos ataques. Esta acción negativa e

intencionada, sitúa a la víctima en posiciones de las que difícilmente puede salir

por sus propios medios” (Olweus, 1993).

 “Se trata de un sistemático abuso de poder” (Smith y Sarph, 1994).

 “Sentimiento de ser maltratado injusta e impunemente de forma prolongada y la

sensación de indefensión que provoca el no saber salir, por los propios medios, de

esa situación social” (Ortega y Mora-Merchán, 1997).

 “Es un tipo de conducta dirigida a hacer daño; es repetida en el tiempo; y se

produce en el seno de una relación interpersonal caracterizada por un

desequilibrio de poder” (Olweus, 1999).

 En el Informe del Defensor de Pueblo (2000), se indica que el término

bullying puede traducirse como “intimidación” y refiriéndose a la persona podría


aplicarse a los más coloquiales de “matón”, “abusón” o “chulo”. (Javieryuste,

conflicto escolar, 2007)

 CONDUCTA VIOLENTA Y AGRESIVA

Socialmente, el comportamiento agresivo ha sido inherente al ser humano desde los

inicios de su existencia. En lo individual, suele manifestarse desde los primeros años de

vida, pero su frecuencia se va reduciendo a través de los años. Sin embargo, hay

personas que continúan siendo agresivas en edades adultas, encontrándose por eso

comportamientos agresivos en los diferentes contextos sociales, como el de la familia o

en ámbitos educativos y laborales.

Para explicar la agresividad, se hace también referencia al modelo familiar de Gerard

Patterson (citado en Disk-Nelson, R., e Israel, A., 1998), quien es la persona más

representativa en la investigación sobre la agresión en los niños y adolescentes. Este

autor considera que el entorno familiar puede ser la esfera principal en el aprendizaje

del comportamiento agresivo, por ser el más cercano al niño y el que mayor influencia

produce en él. “Cuando en la familia se intentan solucionar los problemas con

agresividad y enfrentar la agresividad con agresividad”, los niños fácilmente relacionan

la fuerza con la consecución del objetivo y ven que la fuerza funciona de una forma

muy efectiva para convencer y controlar a otros (Buss, A., Perry, 1992). Si observamos

el término desde la psicología social, se encuentra que el ser humano tiene tanta fuerza

y tendencia a la agresividad como propensión a la sociabilidad y afiliación (Ledesma,

1980). Shaffer (2000) advierte incluso sobre la existencia de actos agresivos que se

realizan como medio para obtener fines no agresivos, que el impacto de los indicios

agresivos depende en mayor proporción de las interpretaciones que se hagan de los


estímulos y hechos (factores cognitivos) que de la mera presencia de tales indicios. Al

referirse a la agresividad desde las teorías cognitivas es importante destacar dos

términos claves: esquema y actitud. Desde esta perspectiva, Beck y Freeman (1995, en

Castrillón, 2004) definen los “esquemas como unidades organizacionales”, poseedoras

de contenidos construidos por el individuo y altamente personales, que contienen

información acerca de sí mismo y acerca del mundo. Además, sirven de guía y de

orientación, en la búsqueda de información relevante para cada quien y para determinar

cuáles estímulos ambientales son recibidos y cuáles no. El contenido de los esquemas

puede hacer referencia a relaciones personales (como las actitudes respecto a uno

mismo o a los demás) o a categorías impersonales (como las referidas a objetos

impersonales). (Castillo, 2006)

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