Juego,

Arte y Educación
Red de Promotores Interculturales
Del León III

Cuando la educación se encuentra con el arte y la cultura,
se abre una vía que brinda a niños, niñas y jóvenes
la posibilidad de desarrollar todo su potencial.
Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, 2018, Cl.

¿Porqué enseñar arte y como hacerlo?

INTRODUCCIÓN

¿Qué significa educar, en medio de las agudas transformaciones que están viviendo nuestras
sociedades latinoamericanas, en estos primeros años del siglo XXI?

Nos enfrentamos a la necesidad de construir un entorno más libre, más justo, con mayores
posibilidades para el desarrollo, atendiendo la realidad de un mundo interconectado,
diverso, complejo y desafiante.

Abrirse a conocer otras formas de educación nos invita a replantear nuestras creencias
sobre lo que consideramos más importante de educar, y también nos ayuda a encontrar un
sentido de acuerdo a nuestro actuar. (Cultura de infancia, 2021)

Lejos de limitar nuestro actuar pedagógico bajo una lista de “disposiciones”, invita más que
a seguir un método en concreto, a ser sensibles a buscar las condiciones más adecuadas
para acompañar el crecimiento de los niños y niñas en cada contexto y realidad, por lo tanto
invita a comenzar a observar más en las aulas, escucharlos, respetarlos y en definitiva
amarlos.

Rebeca Wild nos menciona que hay que abrazar al “amor sin condiciones”, que nuestros
niños y niñas sepan que pase lo que pase serán amados, sentir esto les dará libertad,
la libertad que necesitan para equivocarse, para ser ellas/os mismas/os, para poner
en práctica su curiosidad. En definitiva, para aprender sin miedos.

Las emociones de los niños y niñas toman un rol fundamental en este sentido ya que el
aprendizaje puede desarrollarse de una forma significativa si les escuchamos, si dejamos de
decirles “no llores” y en vez de eso les decimos “está bien llorar”. De esta forma les
demostramos que está bien sentir, está bien ser tú.

Ya es hora de entender que este desastre cultural no se remedia ni con plomo ni con plata,
sino con una Educación para la Paz [...]. Una educación inconforme y reflexiva que nos incite
a descubrir quiénes somos, en una sociedad que se parezca más a la que merecemos.
Gabriel García Márquez

El cambio de paradigma en las aulas y fuera de ellas, va más allá de las complejas iniciativas
en la currícula educativa, que bien aportan en la consecución de los objetivos educativos
imprescindibles para mejorar la calidad de vida de muchos estudiantes y sus familias en el
país, sin embargo, son muchas las herramientas que podemos utilizar para lograr que los
aprendizajes sean relevantes, significativos, que estén abiertos a la reflexión, a la
indagación, la crítica, que permitan que los estudiantes encuentren un ejercicio libre y
autónomo para que sean ellos gestores de su aprendizaje, que les permita hacer frente a sus
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propios contextos y retos que a lo largo de su vida enfrentarán, pero sobretodo que les
permita encontrar su propia voz en un entorno que permita la expresión de lo diverso, que
permita su existencia, que lo reconozca y que lo atesore como posibilidades para la
expansión y el desarrollo, para el crecimiento y la prosperidad.

El objetivo es acercar una educación de calidad, una educación de calidad debe propender a
asegurar que niños, niñas y jóvenes, independientemente de sus condiciones y
circunstancias, alcancen los objetivos generales y los estándares de aprendizaje. La
educación de calidad está vinculado con un aprendizaje integral, de ahí que la propuesta
contenida en el Informe Delors (Unesco, 1996), de desarrollar una educación integradora
cimentada en cuatro pilares, sigue vigente.

1 Aprender hacer 2Aprender a ser 3Aprender a convivir 4Aprender a conocer.

Como nunca antes, las artes construyen y condicionan nuestras vidas cotidianas a través de
los medios de comunicación y de las industrias culturales. Ya no están limitadas a los
museos y a los teatros, sino que son un valor añadido para nuestras economías nacionales y
mejoran la calidad de la educación, lo que acarrea no pocas implicaciones para la educación.
(Bamford, 2009)

Partimos de la definición de arte como una forma de conocimiento, e incorpora en el
ámbito de la educación artística los principales planteamientos del paradigma de la Plástica
Social: reconoce que la importancia del arte no recae en los objetos o en la enseñanza de las
técnicas artísticas, sino en los vínculos que genera la creación y la socialización del arte.
Desde esta perspectiva, algunas actividades que -a simple vista- no serían nominalmente
consideradas como arte (por ejemplo: la agricultura, la transmisión de los mitos y
tradiciones orales, el Tequio, etc.) en realidad lo son, en la medida que contribuyen a
generar relaciones interpersonales constructivas al interior de las comunidades.

El arte provoca pensar, el arte es una herramienta imprescindible para desarrollar el
pensamiento flexible en los estudiantes, el arte aporta visiones críticas, nos permite
desarrollar una mirada pluri-focal, nos permite encontrar la relación que tenemos de
manera personal y colectiva con el entorno en el que nos encontramos, el arte, en el
ejercicio o en la apreciación, nos incita a crear, a pensar, a entender nuestras emociones.

Nos damos cuenta en la vida diaria que la infancia nos está pidiendo una educación que va
más allá de aprender las figuras geométricas. Nos están pidiendo aprendizajes para la vida,
como conocerse sí mismos, resolver conflictos, relacionarse con otros o entender la
realidad.

Las artes tienen la facultad de mejorar la calidad de vida de las personas y comunidades.
Durante años, tal vez décadas, han sido una herramienta potente para impulsar el
desarrollo emocional e intelectual de quienes encuentran en la expresión artística, un
lenguaje y un vértice desde donde comprender el mundo y conectarse con los otros.

MA. Rosa Carmina López Urquieta
Promotora Intercultural