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Derechos de autor
Nosotros, Guamán Clerque Andrea Cristina y González Pazmiño Jonathan Andrea, en calidad
Universidad Central del Ecuador una licencia gratuita, intransferible y no exclusiva para el uso
Así mismo, autorizamos a la Universidad Central del Ecuador para que realice la digitalización
Los autores declaramos que la obra objeto de la presente autorización es original en su forma
cualquier reclamación que pudiera presentase por esta causa liberando a la Universidad de toda
responsabilidad.
Firma: _____________________________
Guamán Clerque Andrea Cristina
CC: 172318628-2
Email: acguaman@uce.edu.ec
Firma: _____________________________
González Pazmiño Jonathan Andrés
CC: 172405480-2
Email: jagonzalezp@uce.edu.ec
iii
Señor Economista
German Patricio Pérez Rodríguez
Presente. -
De mi consideración:
De conformidad con el oficio No. 002-07-AT-UT-CE-2021, con fecha 07 de julio de 2021, en donde
se me designa cómo TUTOR del Proyecto de Investigación “DETERMINANTES DE LA
PARTICIPACION LABORAL FEMENINA EN EL PERIODO 2011-2021”, presentado por los
señores estudiantes GUAMAN CLERQUE ANDREA CRISTINA y GONZALEZ PAZMIÑO JONATHAN
ANDRES previo a la obtención del título de INGENIEROS EN ESTADÍSTICA informóa través
del presente acerca de la culminación satisfactoria del mismo.
Seguimientos de tutoría firmados por los estudiantes, y yo como tutor, que dan fe
del esfuerzo del/los estudiantes/s, que se plasman como parte de la evidencia de las
400 horas que debieron cumplir en este desarrollo.
Reporte anti-plagio del software URKUND (propuesto por la UCE), cuya página principal
(1ra) se encuentra sumillada por mi persona y por los estudiantes anteriormente
referidos. En este sentido, indico que el porcentaje de similitud es menor al 10% con
otras fuentes, como así lo dispone el artículo 17 del Instructivo General de Titulación de
Grado de la UCE.
Abstract
Dedicatoria
Dedicatoria
Dios el cual ha sido mi guía en este duro proceso para poder alcanzar este sueño
tan anhelado.
Mis amigos que gracias a sus consejos y apoyo fundamental en los momentos
más difícilesme pudieron extender una mano para poder seguir adelante.
Agradecimiento
A nuestro tutor Econ. Wilson Paul Sánchez quien con sus conocimientos,
paciencia y experiencia fue guía para culminar el proyecto.
Agradecimiento
En primer lugar, quiero comenzar dando gracias a Dios por ayudarme a terminar
una etapa mas de mi vida, a mi abuelita Rosario Pazmiño que gracias a su
cariño, guía y apoyo incondicional pude terminar este sueño tan anhelado por
mí.
Tabla de contenidos
DERECHOS DE AUTOR ................................................................................................................ii
APROBACIÓN DEL TUTOR ........................................................................................................iii
CALIFICACIÓN DEL LECTOR EVALUADOR 1 ..................................................................... iv
CALIFICACIÓN DEL LECTOR EVALUADOR 2 ......................................................................v
DEDICATORIA ............................................................................................................................... vi
DEDICATORIA .............................................................................................................................. vii
AGRADECIMIENTO ................................................................................................................... viii
AGRADECIMIENTO ..................................................................................................................... ix
Lista de acrónimos .......................................................................................................................... xv
RESUMEN ...................................................................................................................................... xvi
ABSTRACT ................................................................................................................................... xvii
INTRODUCCIÓN............................................................................................................................ 1
CAPITULO I: PLAN DE PROYECTO ......................................................................................... 3
1.1. TEMA ........................................................................................................................................ 4
1.2. Planteamiento del problema de investigación ........................................................................ 3
1.3. Pregunta general de investigación .......................................................................................... 4
1.4. Preguntas directrices de investigación.................................................................................... 5
1.5. Delimitación .............................................................................................................................. 5
1.5.1. Delimitación Espacial ....................................................................................................... 5
1.5.2. Delimitación Temporal ..................................................................................................... 5
1.6. Objetivos.................................................................................................................................... 5
1.6.1. Objetivo General ............................................................................................................... 5
1.6.2. Objetivos Específicos ........................................................................................................ 5
1.7. Justificación .............................................................................................................................. 6
CAPITULO II: MARCO TEÓRICO, NORMATIVO Y CONCEPTUAL ................................ 8
2.1. MARCO TEÓRICO ................................................................................................................. 8
2.2. Teorías del empleo .......................................................................................................... 10
2.2.1. Teoría de Keynes............................................................................................................. 10
2.2.2. Teoría marginalista ........................................................................................................ 11
2.3. Teorías de género sobre el empleo y desempleo ........................................................... 12
2.4. Investigaciones relacionadas ............................................................................................. 18
2.4.1. Tasa de desempleo en América del Sur......................................................................... 22
2.4.2. Tasa de ocupación en América del Sur ......................................................................... 23
xi
Lista de tablas
Lista de gráficos
Lista de acrónimos
Resumen
El estudio realiza un análisis de los determinantes de la participación laboral femenina en el
Ecuador años 2011-2021, empleando las bases de datos de la ENEMDU que son publicadas
por el INEC, para determinar los factores que influyen en la participación laboral femenina
del Ecuador, mediante un análisis cuantitativo y modelos estadísticos como el probit y logit,
para políticas nacionales que permitan mitigar la integración igualitaria de la mujer en el
mercado laboral. Los principales hallazgos se centran en que existen más mujeres que
hombres en edad de trabajar, con edades entre 45 a 64 años y de 15 a 24, siendo casadas,
solteras y de unión libre, a su vez se autoidentifican como mestizas, con niveles de
instrucción de primaria y secundaria, concentrándose la mayoría en la zona urbana.
En la situación laboral de los hombres y mujeres se determina que existen más hombres que
mujeres que trabajan, las cuales están en el sector informal y los hombres en el formal, en
las ramas del comercio y de la agricultura, la ganadería y pesca, los dos sexos tiene un solo
trabajo con un número de horas para los hombres de 37 a 43 y las mujeres de 31 a 38, con
un sueldo para los hombres de $401 a $533 y para las mujeres de $313 a $422. Finalmente,
se generan tres modelos según la necesidad del estudio, el primero del 2011 al 2016, donde
la variable zona urbana es negativa y positivas la edad al cuadrado, tiene pareja, asiste a
clases, educación no superior, etnia mestiza e indígena y recibe ingreso laboral, alcanzando
una bondad de ajuste del 61%. El segundo del 2017 al 2019 antes del COVID-19, donde las
variables negativas son área urbana, edad al cuadrado y mujeres con educación media, y las
positivas son la edad, jefa de hogar, tiene pareja, asiste a clases, etnia mestiza, indígena,
montubia y educación primaria, alcanzado una bondad de ajuste del 13%. El tercero del 2020
al 2021 durante el COVID-19, donde la variable área urbana es negativa y las positivas son
edad al cuadrado, tiene pareja, jefa de hogar, asiste a clases, educación no superior, etnia
mestiza, indígena e ingreso per cápita, con una bondad de ajuste del 14%.
TOPIC: Factors determining female labor participation in Ecuador for the period 2011-
2021.
Authors: Guamán Clerque Andrea Cristina and González Pazmiño Jonathan Andrés
Thesis Advisor: Econ. Wilson Paul Sanchez Gomez
Abstract
The following research project carries out an analysis on the factors that determine female
labor participation in Ecuador between 2011-2021, using the databases of the National
Survey of Employment, Unemployment and Underemployment (ENEMDU for its
acronym in Spanish) published by the National Institute of Statistics and Census (INEC
for its acronym in Spanish) to determine the factors that influence female labor
participation in Ecuador, through a quantitative analysis and statistical models such as
probit and logit for national policies to mitigate the equality of women's integration in the
workforce. The main results focus on the existence of more women than men at working
age - between 45 and 64 years old and between 15 and 24 years old - who are married,
single and in free union. In addition, they self-identify as mestizo, with primary and
secondary education levels, with the majority concentrated in urban areas. Regarding the
employment status of men and women, it is determined that there are more working men
than women. Women are concentrated in the informal sector and men in the formal sector,
in the commercial, agricultural, livestock and fishing industry. Both genders had only one
job with a number of hours for men between 37 and 43 and for women between 31 and 38
with a salary for men from 401 to 533 dollars and for women from 313 to 422. Finally,three
models are generated according to the need of the study. The first is from 2011 to 2016,
where the variable urban area is negative and the positive ones are age squared, having a
partner, attending classes, non-higher education, mestizo ethnicity, indigenous ethnicity
and receiving labor income, reaching a goodness of fit of 61%. The second is from 2017
to 2019 considered as a reference before COVID-19. The negative variables are urban
area, age squared and women with high school education while the positive ones are age,
head of household, having a partner, attending classes, mestizo ethnicity, indigenous
ethnicity, montubia ethnicity and primary education, reaching a goodness of fit of 13%.
The third is from 2020 to 2021, considered as a reference during COVID-19,where the
urban area variable is negative and the positive ones are age squared, having a partner,
head of household, attends school, non-higher education, mestizo ethnicity, indigenous
ethnicity, and per capita income, reaching a goodness of fit 14%.
FRANCISCO
ORTIZ
Lic. Daniel Sandoval, Mgs.
ICN:1718024910, Authorized Translator of the English/Spanish Language at
Instituto Académico de Idiomas – UCE.
SENESCYT-Registry Numbers MDT-3104-CCL-261893 1045-13-86038434
1
INTRODUCCIÓN
A pesar de que las mujeres han logrado ganarse más espacio y oportunidades en la
sociedad esto no ha sido fácil porque han tenido una lucha constante por los estereotipos y
el machismo que se ha generado en su ambiente laboral, a la vez han tenido que someterse
a la explotación laboral, a la falta de oportunidades y a la falta de tiempo para poder
desempeñar un horario de trabajo debido a que ahora deben dedicarse a su hogar ya la vez
si quieren trabajar a sus trabajos. Es de notar que la participación de los individuos en la
2
fuerza laboral está determinada en parte por la oferta de trabajo de los individuos. Esta
decisión en el caso de la mujer se torna compleja puesto que le toca evaluar si incorporarse
en el mercado de trabajo formal le generará unos beneficios, que excedan o igualen los costes
generados ante la decisión de en cierta forma descuidar las labores del hogar a las que
comúnmente se dedicaba. (Hernández N., 2011, pág. 14)
Capítulo II: En este apartado se desarrolla todo lo referente al marco teórico con los
respectivos antecedentes que han ocurrido sobre la temática, el estado del arte, el marco
conceptual, el marco legal sobre las leyes establecidas por la constitución y a todo el sustento
teórico que permita fundamentar de manera científica el estudio analizado.
Capítulo IV: En este apartado se presenta el análisis de los resultados obtenidos luego
de haber procesado la información referente a la temática investigada en el respectivo
periodo de tiempo analizado.
Todavía hay muchas personas que consideran inaceptable que la mujer tenga un
trabajo remunerado fuera del hogar; para ser exactos, a escala mundial, un 20% de hombres
y un 14% de mujeres. Numerosas mujeres indicaron que sus familiares directos
desaprobaban su decisión de trabajar fuera del hogar. (OIT, 2018)
A pesar de los progresos que se han generado en los países del mundo y en el Ecuador
para equiparar la igualdad en la participación de la fuerza de trabajo, actualmente es un
problema que continúa aquejando a las sociedades del mundo debido a que no se ha logrado
en su totalidad mejorar la equidad de género con las mujeres. Es por eso que la OIT y Gallup
se asociaron para preguntar a mujeres de todo el mundo si preferían tener un puesto de
trabajo remunerado, cuidar a sus familiares, o ambas cosas a la vez. Los datos indican que,
4
Es así que según estudios realizados en base a los datos del Banco Mundial (BM) en
el año 2016 la tasa de participación activa del mundo para personas mayores de 15 años
modelada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) representó el 76.13% para
los hombres frente a un 49.48% para las mujeres. Donde claramente se evidencia con datos
que existe una brecha de la participación laboral de género, donde las mujeres se encuentran
por debajo de los hombres con un 26.65%. (BM, 2016)
1.2. TEMA
1.5. Delimitación
1.6. Objetivos
1.7. Justificación
A lo largo del tiempo las transformaciones que se han dado sobre el empleo a más de
ser considerado un fenómeno se entienden como construcciones sociales debido a que se
basa en categorías como el sexo, edad, categorías socio-profesionales entre otras. Por lo que
la situación laboral de las mujeres se ha convertido en un conjunto de condicionantes de
diferentes instituciones de la sociedad como las políticas de la legislación laboral que se
desarrollan en cada país y las políticas macroeconómicas que a su vez han ido de la mano
con las relaciones de género. Una de las brechas más marcadas entre hombres y mujeres se
manifiesta en la decisión laboral básica: la de participar o no en el mercado de trabajo. En
promedio, para el caso de América Latina mientras que el 95% de los hombres adultos (25
a 54 años) trabaja o busca empleo activamente, esa proporción cae a 66% en el caso de las
mujeres. Entre las personas ocupadas, la brecha de género en horas trabajadas también es
marcada: un promedio de 40 horas por semana entre las mujeres frente a 48 horas entre los
hombres. (Marchionni M., Gasparini L. y Edo M., 2018, pág. 34)
Es por eso que al transcurrir el tiempo han existido constantes luchas por la igualdad
de género entre los hombres y las mujeres debido a que según datos históricos al trabajo de
las mujeres se le consideraba como secundario y que a la vez era algo complementario al
trabajo de los hombres, porque la única obligación que tenían era que se dediquen a los
quehaceres del hogar, a cuidar a su esposo y a sus hijos, lo que limitaba las oportunidades
de tener acceso a un empleo, generar sus propios recursos y a la vez de ser aceptadas en el
campo laboral sin ningún estereotipo de género. Es así como los indicadores para el caso del
Ecuador ponen en evidencia la desventaja de las mujeres en distintos aspectos. La brecha de
género en el desempleo sigue siendo marcada, con una tasa de 6.7% para las mujeres, casi
el doble del 3.7% en los hombres. (Cámara de Industrias y Producción, 2021)
7
Para las investigadoras como (Avolio B. y Di Laura G., 2017) en 1994 los países de
América Latina y el Caribe aprobaron el Programa de Acción Regional para las Mujeres de
América Latina y el Caribe (1995-2001), cuyas directrices se mantienen vigentes por
decisión aprobada en la octava Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el
Caribe (Lima, 2000) y en la novena Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina
y el Caribe (Ciudad de México, 2004) (CEPAL, 2004).
Para (García J. y Cortez P., 2012) desde hace varios años se señala que es
indispensable respetar los derechos humanos de las mujeres y la igualdad de género, como
una ruta ineludible para lograr el desarrollo y el progreso. Sin embargo, en la época actual
siguen vigentes algunas dificultades con las que la mujer se enfrenta en su integración social
y laboral, debido a que se encuentra restringida a un universo laboral rígido donde se ve
obligada, en muchos casos, a elegir entre su familia y el trabajo.
Según (López J. y López T.) es una teoría que planteó Keynes donde nos indica los
supuestos básicos y fundamentales del mercado de trabajo neoclásico, los cuales son:
fluctúa la inversión. Si esta variable puede someterse a intervención del Estado, también lo
será el nivel de ocupación, que puede entonces ser controlado. (Pérez P. y Neffa J., 2010)
Para (Torres J. y Montero A., 2005) este cambio de planteamiento se traducía en tres
nuevas e importantes hipótesis:
La cuestión radicaba entonces en determinar los factores de los que dependerán tanto
la oferta como la demanda de trabajo y las circunstancias que pueden provocar situaciones
de desequilibrio en dicho mercado o, lo que es igual, la aparición del desempleo. Bajo las
condiciones de competencia perfecta se supone que la oferta de trabajo individual viene
determinada por el arbitraje que realizan los trabajadores entre la utilidad que reporta el
salario obtenido por su trabajo y la proporcionada por el ocio al que pueden dedicar su tiempo
si no lo dedican a trabajar. (Torres J. y Montero A., 2005)
La función de oferta de trabajo será, entonces, creciente con respecto al salario real,
siempre y cuando se suponga que, ante un aumento de éste, el efecto sustitución domina
12
sobre el efecto renta. Además, la función de oferta de trabajo del conjunto de la economía
no será más que el resultado de la agregación simple de las de todos los trabajadores. Por
otro lado, y suponiendo que existe una dotación de capital fija, la demanda de trabajo
dependerá, en forma decreciente, del salario real y, en forma creciente, de la productividad
marginal del trabajo. (Torres J. y Montero A., 2005)
1. La existencia de un salario real de equilibrio por encima del cual no cabe, a nivel
microeconómico, que un individuo encuentre empleo y, a nivel macroeconómico,
que aumente la población ocupada.
2. Los intentos de incrementar la demanda de trabajo por otra vía que no sea la
disminución del salario estarán condenados al fracaso.
3. La existencia de población desocupada sólo puede ser el resultado de que los
trabajadores voluntariamente rechacen ser empleados a salarios más reducidos.
El desempleo será siempre voluntario y no cabe, por lo tanto, que se den situaciones
permanentes de paro masivo (Torres J. y Montero A., 2005).
Desde una perspectiva de género, es necesario hacer una distinción clara entre los
términos "trabajo" y "empleo" por al menos tres razones: en primer lugar, debido a que la
forma en que hombres y mujeres interactúan con estos tipos de actividades afecta sus vidas
de manera diferente; en segundo lugar, porque esta distinción ayuda a identificar la
contribución económica global de las personas, especialmente las mujeres; y en tercer lugar,
para analizar adecuadamente los problemas relacionados con el empleo de las mujeres, es
imprescindible tener en cuenta ambos conceptos.
13
La teoría del valor trabajo, que fue introducida por Adam Smith y posteriormente
desarrollada por David Ricardo y Karl Marx, ha llevado a la asociación simbólica entre
trabajo y empleo asalariado, el cual es una categoría más reciente en términos históricos. A
pesar de que el trabajo asalariado es minoritario en términos de tiempo invertido en
comparación con otros tipos de trabajo, esto es especialmente cierto para las mujeres, en
particular para las latinoamericanas. Las mujeres suelen ocupar puestos de trabajo
informales y precarios en una proporción mayor que los hombres, y también realizan trabajo
no remunerado en el hogar, que incluye tareas domésticas y actividades relacionadas con el
cuidado de las personas. Estas actividades están indisolublemente ligadas a las dinámicas de
los hogares y al papel de las mujeres en el bienestar y el funcionamiento de la economía
global (Espino A., 2011).
A pesar de que las actividades relacionadas con el cuidado y las tareas domésticas
son consideradas como una responsabilidad principalmente femenina y valoradas por su
componente emocional, en términos económicos a menudo son ignoradas. Los economistas
clásicos, como Adam Smith y Karl Marx, reconocieron la importancia de estas actividades
en el hogar, especialmente en relación con la crianza y educación de los hijos, al considerar
que son indispensables para que estos se conviertan en trabajadores productivos y
contribuyan así a la riqueza de las naciones. Sin embargo, no les otorgaron un valor
económico. John Stuart Mill, por otro lado, en su definición ampliada del trabajo productivo,
consideraba los diversos servicios, incluyendo aquellos relacionados con el cuidado de la
vida de las personas (Espino A., 2011).
A pesar de que John Stuart Mill amplió la definición del trabajo productivo para
incluir diversos servicios, excluyó expresamente el trabajo de cuidados en la familia. Alfred
Marshall incluyó todos los servicios como trabajos productivos, pero el trabajo doméstico
familiar se consideró definitivamente fuera del ámbito de las actividades económicas al
asociar lo remunerado con lo productivo y lo no remunerado con lo no productivo. Para
abordar la problemática de las mujeres en el mercado laboral y las desigualdades de género,
es necesario tener en cuenta la división sexual del trabajo predominante. La contribución
humana al funcionamiento de las economías se compone tanto del trabajo dentro como fuera
del mercado. Para alcanzar el bienestar de la humanidad, que es el objetivo último de la
economía, es necesario reconocer la importancia del trabajo doméstico y de cuidados, así
como el trabajo que genera ingresos en el mercado (Espino A., 2011).
Según (Muñoz O., 2009), se puede afirmar que existe una relación entre el grado de
desarrollo de un país o región y la participación femenina en las actividades económicas
formales. En otras palabras, a medida que el grado de desarrollo es mayor, la participación
de la mujer en el mercado de trabajo formal también aumenta. Elizaga y Mellón sostienen
que este fenómeno se debe a la ampliación de las actividades industriales, comerciales y de
servicios que generalmente ocurre con la urbanización. Esto provoca una transferencia de la
mano de obra femenina de formas poco desarrolladas, como las industrias caseras y los
servicios domésticos, a otras más evolucionadas, como el trabajo fabril (Elizaga y Mellón,
1971).
Para (Muñoz O., 2009), otro factor que podría tener influencia en los niveles de
participación femenina es la fecundidad. De hecho, el aumento del tamaño total de la fuerza
laboral está directamente relacionado con los niveles de fecundidad, como señala (Abellán,
1998).
domésticas, la fecundidad no tendría una gran influencia en las tasas de participación laboral
de las mujeres (Elizaga y Mellón, 1971).
En contraste, según (Muñoz O., 2009) en una economía más desarrollada y urbana,
donde las actividades domésticas y laborales están separadas en tiempo y espacio, es posible
que los niveles de fecundidad tengan un mayor impacto en las tasas de participación
femenina, ya que estos se verán afectados por la cantidad de hijos que tenga la mujer. Sin
embargo, es esencial destacar que un alto nivel de fecundidad no implica necesariamente
una baja participación femenina en las actividades económicas, ni al contrario (Elizaga y
Mellón, 1971).
(Muñoz O., 2009) sostiene que los niveles educativos tienen una gran influencia en
la participación femenina en la actividad económica. En este sentido, según Elizaga y
Mellón, aunque la asistencia a la escuela afecta la participación en la actividad económica
tanto de hombres como de mujeres (en ciertos grupos de edad), el nivel educativo es un
factor que refleja con mayor claridad ciertos comportamientos de las mujeres respecto a la
actividad económica. De hecho, a medida que las mujeres completan más años de estudio,
su nivel de participación en la actividad económica es mayor (Elizaga y Mellón, 1971).
Según, (Muñoz O., 2009),los factores culturales son un aspecto crucial que afecta los
niveles de participación femenina. En muchos países, independientemente de su nivel de
desarrollo socioeconómico, a la mujer se le ha asignado tradicionalmente el papel de ama de
casa. En países menos desarrollados, la mentalidad predominante impide a las mujeres,
especialmente si están casadas, dedicarse a actividades remuneradas fuera del hogar. En
cambio, se espera que se centren en atender a su marido e hijos y no participen en la
producción de bienes y servicios (Elizaga y Mellón, 1971).
a que las mujeres adapten su vida personal a las condiciones laborales para no abandonar su
puesto de trabajo (Abellán, 1998).
De acuerdo con (Muñoz O., 2009) la preferencia de los empleadores por la fuerza
laboral masculina es otro de los factores culturales que incide en la participación de la mujer
en el mercado de trabajo. Esta tendencia se basa en paradigmas que han sido construidos
históricamente, los cuales no reconocen a la mujer las mismas habilidades intelectuales y
físicas que al hombre. Además, los empleadores, especialmente en la industria, suelen
preferir a los trabajadores masculinos para evitar los problemas que pueden surgir de la
maternidad y otras obligaciones domésticas que enfrentan las mujeres, como el embarazo,
las ausencias prolongadas por el parto o las responsabilidades familiares (Elizaga y Mellón,
1971: 89).
En una investigación llevada a cabo por (Avolio B. y Di Laura G., 2017) sobre "Progreso y
evolución de la inserción de la mujer en actividades productivas y empresariales en América
del Sur", se concluye que en los últimos años ha habido cambios importantes en cuanto a la
participación de las mujeres en el mercado laboral en América del Sur, y se ha observado un
aumento en su participación en las actividades económicas y productivas, según estadísticas
descriptivas. Se reconoce la importancia de promover la participación de la mujer en la
economía mundial como un agente de desarrollo para su familia y su comunidad. A pesar de
la reducción de la brecha de género en los indicadores de participación económica, todavía
existen desigualdades. La tasa de desempleo para las mujeres sigue siendo elevada y ellas
reciben en promedio una remuneración menor por el mismo trabajo que los hombres, y se
concentran en trabajos de baja remuneración. Además, la inserción en el mercado laboral no
garantiza un empleo pleno, ya que las mujeres tienen más probabilidades de estar
subempleadas, lo que limita su crecimiento económico y profesional.
Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU) entre los años 1990 y 2011, con una muestra
para el análisis formada por 441.421 registros, divididos por entre las provincias del Ecuador
y por años, en el que concluyen utilizando una metodología de regresión logística con
coeficientes para cada provincia para encontrar los principales resultados que el progreso
alcanzado por las mujeres no es uniforme y que depende de la edad, la educación de ella y
las características familiares, la mujer reduce su probabilidad de participar en el mercado
laboral, en todas las provincias del país, cuando en su núcleo familiar se cuenta con ingresos
económicos distintos de los que ella aporta. Dentro de las políticas para mejorar la
participación laboral femenina manifiestan que se podría pensar en dos tipos de medidas:
primero, la implementación de servicios que apoyen las labores de cuidado del hogar y
crianza de los hijos; en este caso, se podría incluir medidas como la creación de servicios de
guardería de buena calidad, y otras dirigidas a disminuir la doble jornada de las mujeres.
Segundo, se deberían llevar a cabo campañas de educación para que los hombres puedan
hacerse cargo de algunas de las labores de crianza y cuidado de los hijos, y de la
administración del hogar.
los coeficientes aplicando un modelo PROBIT fueron: para el nivel de escolaridad de las
mujeres 0.0599 y para los hombres 0.2199, para la edad de las mujeres 0.1289 y para los
hombres 0.0315, para el número de hijos de las mujeres -0.0596 y para los hombres -0.3062,
para la categoría si es jefe de hogar de las mujeres 0.2201 y para los hombres 0.1688,
finalmente el estado civil para las mujeres -0.5575 y para los hombres 0.3971, con una
constante del modelo para mujeres -2.8187 y para los hombres -0.8844.
En una investigación llevada a cabo por (Ramos T., 2021) en la Escuela Politécnica
Nacional de Ecuador, se analizaron los determinantes de la participación laboral femenina
utilizando los datos de la Encuesta de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU) de los
años 2018 y 2020. La muestra de análisis en el año 2018 constaba de 482.548 registros, de
los cuales 236.523 eran hombres y 246.025 eran mujeres, mientras que en el año 2020 la
muestra se redujo a 30.646 registros, divididos entre hombres (15.036) y mujeres (15.610).
Se aplicó un modelo de probabilidad lineal para identificar los principales hallazgos y se
encontró que aún persisten prejuicios y discriminación hacia la mujer en el mercado laboral.
Aunque se han registrado mejoras en la situación laboral de las mujeres en las últimas
décadas, la pandemia del COVID-19 ha generado un retroceso en la igualdad de
oportunidades. Por lo tanto, es necesario seguir trabajando en sociedad para evolucionar
hacia la equidad de género y valorar a las personas en función de su calidad como
profesionales, en lugar de prejuicios sociales. Los resultados obtenidos en los coeficientes
aplicando un modelo de probabilidad lineal en el año 2018 muestran que la edad, el estado
civil con pareja, la educación superior, la etnia indígena y si es jefe de hogar son factores
determinantes para que una mujer ecuatoriana se encuentre empleada, mientras que en el año
2020, los factores determinantes fueron la edad, el estado civil con pareja, la educación
superior, la etnia indígena y si es jefe de hogar.
del 82% al 77.7% (OIT, 2010), lo que indica una reducción gradual de la brecha de género
en las últimas décadas. En el año 2014, la tasa de participación femenina fue del 50.3%,
mientras que la de los hombres fue del 76.7%, lo que representa una brecha de alrededor de
26 puntos porcentuales (OIT, 2014). Este descenso en la tasa de participación laboral tanto
para hombres como para mujeres se debe a factores cíclicos como la recesión y la lenta
recuperación de la crisis financiera, así como a factores estructurales como el envejecimiento
de la población y el aumento en los años de educación (OIT, 2016).
De acuerdo con la CEPAL (2004), las mujeres han sido las principales beneficiarias
de la igualdad de género, pero han tenido que desarrollar estrategias para optimizar el uso
del tiempo debido a la falta de participación de los hombres en las tareas domésticas.
laboral ha disminuido a nivel mundial, impulsada por el incremento del empleo femenino y
la disminución de la tasa de participación masculina, aún existen diferencias significativas
entre ambos géneros, según indica la OIT (2012) (CEPAL, 2017).
masculino. Según la OIT (2012), esta brecha se debe a varios factores, como la prevalencia
del empleo temporal entre las mujeres, las diferencias educativas, la segregación en el
mercado laboral y la salida del mercado laboral debido a responsabilidades familiares, lo que
puede afectar la capacidad de reingreso laboral de la mujer en el futuro (CEPAL, 2017, pág.
6).
De acuerdo con (Di Laura G. y Alecchi B., 2017) ), una tasa de ocupación más
elevada implica una mayor contribución a las actividades productivas remuneradas, lo que a
su vez tiene un impacto positivo en el desarrollo económico (OIT, 2014). Sin embargo, es
importante destacar que este indicador no considera la calidad del empleo, por lo que es
necesario examinar más a fondo la distribución de la población ocupada en función de las
características del trabajo.
Para (Di Laura G. y Alecchi B., 2017) la disparidad de género en el empleo en todo
el mundo se mantuvo estable hasta 2008, pero después de la crisis financiera internacional,
la brecha de género aumentó. La contracción del mercado laboral y la disminución del
crecimiento en la tasa de ocupación femenina en todas las regiones fueron los motivos
principales (OIT, 2012). En América del Sur, la tasa de ocupación femenina se estancó en
2009, posiblemente como resultado de la crisis financiera, pero se recuperó a partir de 2010,
y la brecha entre hombres y mujeres siguió reduciéndose. Esto se debe a que la tasa de
ocupación masculina aumentó en menor medida que la femenina (OIT, 2013).
Según (Alecchi B. y Mendoza G., 2017, pág. 2) es esencial destacar que el trabajo
asalariado abarca tanto el empleo pleno como el subempleo por ingresos, por lo que este
indicador se refiere a las personas que reciben un salario mensual fijo, pero no se diferencia
si este es mayor o menor que el salario mínimo legal. En Bolivia (Estado Plurinacional de),
Ecuador, Paraguay y Perú, la tasa de autoempleo femenino es mayor que la tasa de
autoempleo masculino. Al analizar la composición del autoempleo, se observa que la
mayoría de las mujeres se encuentra en las categorías de trabajadores familiares y por cuenta
propia, considerados empleos vulnerables. Según Otobe (2011), el empleo vulnerable se
encuentra principalmente en la economía informal urbana y rural, caracterizado por baja
productividad, bajos salarios y falta de protección legal y social. Además, las personas que
trabajan en trabajos familiares dependen de las relaciones de poder dentro de la familia para
negociar sus condiciones laborales, lo que significa que la mayoría de las mujeres ocupadas
en este tipo de trabajos se encuentran en una posición subordinada (OIT, 2012).
comparar las condiciones de género: ¿Cuál es la brecha entre mujeres y hombres en términos
de desarrollo personal y social? ¿Cómo se relaciona el avance de los hombres con respecto
a las mujeres y el avance de las mujeres con respecto a los hombres? ¿Es posible que las
relaciones entre los géneros caracterizadas por el dominio y la opresión, y las formas de ser
mujer y ser hombre en las condiciones patriarcales, fomenten el desarrollo social, la
realización de los derechos humanos y la mejora de la calidad de vida? La perspectiva
feminista de género permite establecer conexiones entre las oportunidades de vida de
mujeres y hombres y los tipos de sociedad, las épocas históricas, la diversidad cultural y los
modelos de desarrollo en los que viven (Lagarde M., 1996).
Las mujeres han utilizado diversas formas de comunicación para intercambiar ideas,
experiencias y propuestas a nivel global. Han aprovechado tanto canales formales como
informales para difundir su mensaje y crear consenso en la lucha por la liberación de las
mujeres. A través de la concatenación de espacios, fuerzas y recursos, han logrado convocar
a cada vez más mujeres y ampliar la acción feminista a nivel social, político e institucional.
A pesar de que la globalización ha promovido el sentido patriarcal y neoliberal de la vida, el
feminismo ha logrado difundirse y fortalecerse gracias a esta misma red de comunicación,
incluso atravesando fronteras y burocracias bajo el nombre de perspectiva de género
(Lagarde M., 1996).
Las teorías y políticas desarrolladas desde la perspectiva de género, junto con las
experiencias y logros en la lucha contra la opresión patriarcal, han permitido una
construcción multifacética de las mujeres, que es a la vez individual y colectiva, intelectual
y empírica, pragmática y teórica, filosófica y siempre política. La perspectiva de género
también ofrece múltiples propuestas, programas y acciones alternativas a los problemas
sociales derivados de la desigualdad de género y las injusticias resultantes. Hoy, millones de
personas, especialmente mujeres, han encontrado en la perspectiva de género formas
legítimas de construir alternativas a la injusticia, la violencia, la pobreza, la ignorancia y la
falta de atención médica. La creatividad de las mujeres se destaca en la invención y
aplicación de opciones para resolver sus propios problemas, a pesar de la oposición y la
hostilidad que han enfrentado. Por primera vez, las políticas públicas y los procesos
participativos impulsados por las mujeres tienen a las mujeres como protagonistas,
destinatarias y beneficiarias, a pesar de la resistencia y la oposición que aún persisten
(Lagarde M., 1996).
Según (Di Laura G. y Alecchi B., 2017) la brecha salarial de género se refiere a la
disparidad en los ingresos medios entre hombres y mujeres. El Foro Económico Mundial
(2014) utiliza la medida de ingresos estimados en dólares a paridad del poder adquisitivo
(PPA).
Para (Artza L., Chaves M., Carcedo A y Sánchez A., 2016) la división sexual del
trabajo establece una serie de roles y mandatos sociales, políticos y económicos para
hombres y otros para mujeres. Como resultado se otorga a los hombres la responsabilidad
29
de ser los proveedores económicos de su grupo familiar, mientras que a las mujeres se les
adjudica la responsabilidad sobre el cuido. Este engranaje de desigualdad se completa
cuando las tareas que realizan los hombres se sobrevaloran social y económicamente y se
desvalorizan las que realizan las mujeres. El mundo del trabajo está atravesado por esta
lógica de la división sexual del trabajo. Esto se comprueba en las trayectorias laborales que
siguen hombres y mujeres, en las ocupaciones que desempeñan, en el valor económico y
simbólico que se otorga a sus trabajos. El ejercicio de identificar estas dinámicas permite
develar desigualdades, así como las estrategias sutiles que socialmente se utilizan para
naturalizarla, por ejemplo, nombrando de diferente forma el mismo trabajo cuando es
realizado por mujeres o por hombres, y valorándolos de forma desigual. Tal es el caso de
cocinera o chef, y costurera o sastre (Oeltz et al., 2013).
Para (Artza L., Chaves M., Carcedo A y Sánchez A., 2016) sin embargo, la
naturalización también ocurre de forma explícita cuando no se permite que una mujer
desempeñe ocupaciones tradicionalmente realizadas por hombres, o cuando una norma
establece salarios diferentes para la misma tarea si es realizada por un hombre o por una
mujer. Si bien estas formas explícitas de discriminación han ido disminuyendo, otras
persisten, como es el caso de la desigualdad salarial. Al respecto Carrasco plantea que al
estar depositado sobre los hombres el mandato del proveedor económico el salario de las
mujeres es considerado un complemento de ese ingreso principal (Hartmann 1981, Folbre y
Hartmann 1988, Pujol 1992, citados por Carrasco, 2006).
Otra dimensión que cobra gran relevancia para analizar la brecha salarial por razones
de género es la segregación vertical y horizontal del mercado de trabajo. La segregación
vertical, también conocida como techo de cristal, hace referencia al tope que enfrentan las
mujeres para acceder a los estadios superiores de la estructura jerárquica en el centro de
trabajo, lo cual las concentra en los puestos técnicos, no estratégicos y de menor
responsabilidad, por lo tanto, de menor remuneración (Celiberti & Ardache, 2011: 9).
Según Ñopo (2012), en América Latina las mujeres ocupan solo el 33% de los
trabajos mejor remunerados y aun en esos trabajos existe una brecha salarial promedio del
58%. Aunque ha habido progresos en los últimos años, la disminución de la brecha salarial
se produce de manera lenta, posiblemente debido a que la mayoría de las mujeres tienen
condiciones de acceso al mercado laboral diferentes a las de los hombres, a menudo
trabajando en empleos considerados vulnerables o en situación de subempleo (por horas o
salario) que tienen remuneraciones inferiores al promedio. Por ejemplo, la alta tasa de
subempleo femenino podría interpretarse como una elección por la flexibilidad de tiempo
que les permite encargarse de las responsabilidades familiares (CEPAL, 2017, pág. 8).
En las sociedades antiguas como modernas se puede apreciar que cada persona tiene
su rol o función específica para transformar dicha sociedad; es decir, cada quien desarrolla
su determinada actividad para poder tener una buena calidad de vida y de esta manera vivir
dignamente. En muchas ocasiones tanto en el ámbito económico, político y social existen
diferentes desigualdades entre individuos que conllevan a hacer una sociedad inequitativa
en bienes materiales y recursos. (Flores K. y Rivera K., 2015, pág. 27)
32
El grupo poblacional de las mujeres ha sido quien más ha sufrido con temas de
discriminación y desigualdad, donde las labores que estas efectuaban se las consideraba
como el complemento de las actividades que los hombres realizaban, sin darles el crédito
que merecían. No obstante, han formado parte de las múltiples transformaciones que la
sociedad ha tenido a lo largo de los años. Desde que la mujer empieza a formar parte de la
economía del país se encuentra sujeta a actividades que no requieren de mucha o poca
especialización, pues no se la consideraba capaz de cumplir con actividades que impliquen
mayor responsabilidad o requieran de ingenio. (Universidad de Cuenca, 2015, pág. 27)
A pesar que con el tiempo se ha ido instaurando el respeto a los derechos humanos
de las mujeres y la igualdad de género, aún persisten ciertos trances que la mujer sufre por
su inclusión en el ámbito laboral; donde muchas veces se ve en la obligación de elegir entre
su familia y el trabajo, optando por elegir trabajos que no requieren de un horario fijo
apoyados en la informalidad y uno de los indicadores de la informalidad en el Ecuador es la
creciente tasa de desocupación en la PEA (Población Económicamente Activa. (Universidad
de Cuenca, 2015, pág. 27)
En la historia del Ecuador, las mujeres han formado parte de aquellos espacios
cotidianos como su labor en el hogar, con respecto a la violencia, a la beneficencia y el
incumplimiento de la normativa religiosa, en su relación con los hombres, en la participación
a la educación, el arte, y la escritura; pero su participación en el ámbito político o en la lucha
de obtener el poder se ha visto difícil de encontrar debido a que se encuentran sujetas a una
sociedad patriarcal. Sin embargo, su intervención en el campo político empieza con la
independencia del país, donde son las mujeres quienes se quedan a cargo de sus familias
puesto que sus compañeros o esposos eran reclutados para la guerra y los enfrentamientos.
(Universidad de Cuenca, 2015, pág. 27)
A partir de 1929, las mujeres obtuvieron su derecho al voto, el mismo que fue muy
corto pues este era opcional y solo para aquellas quienes eran instruidas; y dicho derecho no
fue forzoso sino hasta 1978, en el cual se implementó la mayoría de edad como límite para
formar parte del ámbito político electoral. (Mujeres en Ecuador, 1979)
Según (Loja K. y Robles K., 2015) en el Plan Nacional del Buen Vivir (2013) se
implementaron dos grandes objetivos que se basan directamente sobre la igualdad de género,
los cuales son:
Históricamente, el Ecuador ha tenido marcadas épocas de crisis entre los años que
van de 1980 a 2008, siendo el sector de la educación uno de los más afectados para la
economía nacional a causa del crecimiento de la privatización y la mercantilización. Durante
estos períodos hubo una marcada ausencia de un proyecto educativo nacional y una falta de
integralidad del sistema de educación tanto formal como informal. (Universidad de Cuenca,
2015, pág. 31)
en la constitución un marco legal donde se expongan los derechos de las mujeres dentro de
la equidad de género. (Loja K. y Robles K., 2015, pág. 31)
Las preferencias se forman desde los deseos del individuo, y las elecciones resuelven
aquello que se desea hacer, mediante lo que se cree necesario para hacerlo. La consideración
deseos creencias, permite estudiar con más profundidad las elecciones racionales. Bajo este
esquema ampliado, frente a la inconsistencia medios fines de una elección cualquiera, la
racionalidad influye si son consistentes los deseos y las creencias de lo que es posible hacer.
Los errores sólo son creencias equivocadas que, para el individuo pueden ser ciertas, y por
ser creencias consistentes con lo deseado, derivan en elecciones racionales. Cuando la
realidad encara las creencias, el individuo puede percibir fricciones entre lo deseado y lo
posible, y por ello busque reducir la frustración adaptando sus preferencias y, por tanto, sus
objetivos. Bien, desdeñando lo no alcanzable; bien, prefiriendo lo único al alcance:
magnificando sus virtudes. (Castro A., 2010)
Por tanto, las elecciones se basan en las preferencias del trabajador y se encuadran
en constreñimientos estructurales. Las preferencias están también sujetas a las expectativas
y, por consecuencia, están relacionadas con las oportunidades percibidas de empleo (lo que
se cree posible). Es decir, cuando la estructura económica se torna más excluyente, la
percepción de oportunidades cambia por consecuencia. De esta manera, es posible plantear
que el proceso de precarización laboral que se ha profundizado durante las últimas tres
37
décadas ha podido modificar las expectativas de movilidad que suponen las elecciones
laborales. (Castro A., 2010)
hijos y a su crianza será menos probable que se capacite en derecho, medicina, contabilidad,
ingeniería y otras áreas que principalmente tienen valor en el mercado laboral, del mismo
modo, es menos probable que asistan a la universidad o a la escuela de posgrado. Esta línea
de razonamiento sugiere que a medida que las tasas de natalidad, las tasas de matrimonio y
la estabilidad marital han disminuido, las ganancias de la especialización entre hombres y
mujeres deberían haber disminuido y las consecuencias en el mercado laboral de cualquier
ventaja comparativa de base biológica deberían han declinado. (Altonji J., 1999)
2.9. Discriminación
Becker y muchos otros han discutido el hecho de que su modelo implica que los
empleadores que discriminan obtienen ganancias más bajas que los que no discriminan, ya
que los que no discriminan pagarán menos por su trabajo al contratar trabajadores del grupo
minoritario. Como señala Becker, si hay entrada libre y rendimientos constantes a escala,
entonces, a la larga, los empleadores no discriminatorios aumentan hasta el punto de que ya
no es necesario que los trabajadores minoritarios trabajen para perjudicados empleadores, lo
que permitirá que esto elimine la brecha salarial. A diferencia de las predicciones a largo
plazo, ha persistido una brecha salarial entre los hombres blancos y otros grupos en el
mercado laboral durante largos periodos de tiempo. (Altonji J., 1999)
39
Mujer: Se usa para referirse a una persona del sexo femenino, la cual se diferencia
de lo que es el hombre. Una mujer es un individuo que alcanzó la edad adulta. Es por este
motivo que se convierte en mujer cuando alcanza la pubertad. (Cao C., 2019)
Empleo no remunerado: Este grupo está compuesto por personas que tienen empleo
durante la semana en que se realiza la encuesta, pero que no recibieron ingresos laborales en
el mes anterior. Entre los trabajadores que pertenecen a esta categoría se incluyen aquellos
que trabajan en hogares sin recibir remuneración, los trabajadores no remunerados en
hogares de otras personas y los ayudantes no remunerados de asalariados y jornaleros (INEC,
2019).
Otro empleo no pleno: Se refiere a personas con empleo que tienen una insuficiencia
en horas y/o ingresos y que no desean o no están disponibles para trabajar horas adicionales.
Esta categoría incluye a aquellos que trabajaron menos de 40 horas durante la semana de
referencia y recibieron ingresos por debajo del salario mínimo durante el mes anterior a la
encuesta, sin tener el deseo ni la disponibilidad de trabajar horas adicionales. Además,
también se incluyen aquellos con empleo que trabajan 40 horas o más a la semana, pero
cuyos ingresos laborales mensuales son inferiores al salario mínimo y que no desean o no
están disponibles para trabajar horas adicionales (INEC, 2019).
Subempleo por insuficiencia de tiempo de trabajo: Las personas con empleo que
trabajan menos de 40 horas durante la semana de referencia y que recibieron ingresos
laborales iguales o mayores al salario mínimo durante el mes anterior a la encuesta se
consideran parte de este grupo. Además, también se incluyen las personas que ganan menos
del salario mínimo al mes y trabajan menos de 40 horas a la semana, pero tienen el deseo y
la disponibilidad de trabajar horas adicionales.. (INEC, 2019)
Ocupados no clasificados por sector: Estos son los trabajadores empleados que no
tienen conocimiento si la empresa o establecimiento donde trabajan posee un Registro Único
de Contribuyente (RUC) (INEC, 2018).
adicional, que son las empresas de empleadores informales. El sector informal está definido
independientemente del lugar de trabajo donde se lleva a cabo la actividad productiva, del
grado de utilización de activos de capital fijo, y de la duración de la actividad de la empresa,
ya sea que sea indefinida, estacional u ocasional (INEC, 2018).
Para dar sustento legal a la presente investigación se han tomado como referencia los
artículos de la Constitución de la República del Ecuador, donde se presentan los siguientes:
Artículo 1:
Artículo 2:
Finalidad: Esta Ley tiene como finalidad prevenir y erradicar la violencia ejercida
contra las mujeres, mediante la transformación de los patrones socioculturales y estereotipos
que naturalizan, reproducen, perpetúan y sostienen la desigualdad entre hombres y mujeres,
así como atender, proteger y reparar a las víctimas de violencia. (Constitución, 2018, pág. 8)
Artículo 7:
la normativa vigente, que comprende, entre otros según la (Constitución, 2018) son los
siguientes:
por las Comisiones Sectoriales del Ministerio del Trabajo, establecidas en el artículo 125, de
este Código" (Congreso Nacional, 1997).
Convenio N.º 100 sobre la igualdad de las remuneraciones, 1951: Las mujeres
tienen derecho a percibir el mismo salario que los hombres cuando realizan un trabajo del
mismo valor que éstos (OIT, 2006).
Convenio N.º 156 sobre los trabajadores con responsabilidades familiares, 1981:
Todas las trabajadoras y trabajadores con responsabilidades familiares tienen derecho a
protección especial y a no ser discriminados en el empleo y ocupación por esta condición
(OIT, 2006).
49
3.1. Método
3.2. Enfoque
Utilizando las variables numéricas de las bases de datos del cuarto trimestre de la
ENEMDU de los años 2011 al 2021 publicadas en la página web oficial del INEC se llegan
a conclusiones concretas sobre los principales determinantes de la participación laboral
femenina en el Ecuador en el periodo señalado, que se encuentran sustentadas de manera
científica por medio del análisis de estadísticas básicas hasta modelos logísticos.
A continuación, se detallan las variables que permiten dar respuesta a los objetivos
de investigación propuestos en el presente estudio, variables que fueron seleccionadas de la
base ENEMDU del cuarto trimestre desde el año 2011 al 2021. Estas variables fueron
elegidas primero como referencia de los estudios revisados en la parte de la teoría, donde la
mayoría de las variables se reflejan en esta base, y segundo de acuerdo con la frecuencia que
tenían en todos los años en estas bases, debido a que algunas variables no eran constantes en
la mayoría de los años desde 2011 hasta el 2021.
Cabe mencionar que estas variables fueron consideradas de las bases de la ENEMDU
de todos los meses de diciembre, que son las del cuarto trimestre de cada año.
Según (Bernal C., 206) menciona que las técnicas de procesamiento de datos
“consiste en procesar los datos (dispersos, desordenados, individuales) obtenidos de la
población objeto de estudio, y generar resultados a partir de los cuales se realizará el análisis
según los objetivos de la Investigación”.
Esta técnica nos indica la forma de cómo será procesada la información para obtener
los respectivos resultados y analizarlos.
La regresión logística es una técnica estadística multivariante que nos permite estimar
la relación existente entre una variable dependiente no métrica, en particular dicotómica y
un conjunto de variables independientes métricas y no métricas (Salcedo P., 2002, pág. 14).
Para (Salcedo P., 2002) los objetivos principales de la regresión logística son dos:
1
𝑌𝑖 = + 𝑢𝑖
1 + exp(−𝑧)
1
𝑃(𝑌 = 1|𝑋) = 𝑃(𝑌 = 1|𝑋1 = 𝑥1 , 𝑥2 , … , 𝑋𝑘 = 𝑥𝑘 ) =
1 + exp[−(𝛽0 + ∑𝑘𝑖=1 𝛽𝑖 𝑋𝑖 )]
55
1
𝑃(𝑌 = 0|𝑋) = 1 − 𝑃(𝑌 = 1|𝑋) =
1 + exp[−(𝛽0 + ∑𝑘𝑖=1 𝛽𝑖 𝑋𝑖 )]
exp[−(𝛽0 + ∑𝑘𝑖=1 𝛽𝑖 𝑋𝑖 )]
=
1 + exp[−(𝛽0 + ∑𝑘𝑖=1 𝛽𝑖 𝑋𝑖 )]
Para (Fernández H. y Pérez F., 2005) otro concepto de interés es el de odds ratio
(OR) de un determinado patrón x el cual se denota por OR(x) y se define como el cociente
entre la probabilidad de que el patrón pertenezca a la clase 1 entre la probabilidad de que el
patrón pertenezca a la clase 0. Es decir:
𝑃(𝑌 = 1|𝑋)
𝑂𝑅(𝑋) =
1 − 𝑃(𝑌 = 1|𝑋)
Para trabajar con OR(x) de manera ágil, (Fernández H. y Pérez F., 2005) menciona
que es conveniente expresar el modelo de regresión logística en la manera logit. Para ello se
efectúa una transformación del modelo, de la manera siguiente:
𝑃(𝑌 = 1|𝑋)
𝑙𝑜𝑔𝑖𝑡(𝑃(𝑌 = 1|𝑋)) = 𝑙𝑛 𝑂𝑅(𝑋) = ln [ ]
1 − 𝑃(𝑌 = 1|𝑋)
Para (Vargas E., 2007) es un modelo que está diseñado para ajustar un modelo de
regresión en el cual la variable dependiente Y caracteriza un evento con sólo dos posibles
resultados. Se pueden modeladar dos tipos de datos:
𝑃(𝑋) = ϕ(𝛽0 + 𝛽1 𝑋1 + 𝛽2 𝑋2 + ⋯ + 𝛽𝑘 𝑋𝑘 )
𝑎+𝑏𝑋 −𝑢2
1 𝑑𝑢
Pr(𝑎 + 𝑏𝑋) = ∫ 𝑒 2
√2𝜋 ∞
Donde Pr significa la estimación del modelo probit, que estaría representado por la
variable dependiente Y.
Para la construcción de las variables que se incluirán en los modelos tanto probit
como logit se procede a la respectiva dicotomización de la variable dependiente y a la vez la
agrupación de las categorías de las variables independientes con características de
cualitativas, teniendo como referencia las bases del cuarto trimestre de la ENEMDU desde
el año 2011 al 2021. Estas variables fueron seleccionadas para la construcción de los
modelos en base a la revisión teórica de otros estudios que se relacionan a la misma temática
y a la vez porque permitirán explicar de mejor manera los determinantes de la participación
laboral femenina en el Ecuador en el periodo 2011-2021.
VARIABLES DICOTÓMICA
Variable cualitativa dependiente
Mujer con empleo (1)
Población con empleo (Solo mujeres)
Mujer sin empleo (0)
Variables cualitativas independientes
No se utiliza esta variable para los
Sexo modelos porque la población objetivo son
solo mujeres
Estado civil
Se utiliza la categoría de casada y de unión libre para crear la
Tiene pareja (1)
variable tiene pareja.
No tiene pareja (0)
Se utiliza la categoría de divorciada, separada soltera, viuda
para crear la variable no tiene pareja.
Mestiza (1)
Etnia Indígena (1)
Esta variable tiene categorías de referencia que varían en los modelos, Montubia (1)
pero las principales que se utilizan por separado son la categoría de Afro, blanca, mulata (0)
mestiza, indígena y montubia Negro, Otra (0)
Urbana (1)
Área
Rural (0)
Jefe (1)
Cónyuge, hijo o hija (0)
Empleada doméstica (0)
Relación de parentesco
Nietos, no parientes (0)
Parientes, padres, suegros (0)
Yerno o nuera (0)
Si (1)
Asiste a clases
No (0)
Nivel de instrucción
Se utiliza la categoría de centro de alfabetización, educación
media, educación básica, primaria, secundaria y ninguno para
crear la variable educación no superior. Educación no superior (1)
Se utiliza la categoría de superior no universitario, superior Educación superior (0)
universitario y post-grado para crear la variable educación
superior.
No (0)
Suspensión temporal del trabajo
(1)
Razón por la que no trabajaron las mujeres
Enfermedad accidente, licencia
con sueldo, vacaciones, otro (0)
Ama de casa (1)
Estudiante, Incapacitado,
Condición de inactividad
Jubilado pensión, Rentista, Otro
(0)
PEI (1)
Condición de actividad
Todas las demás (0)
No se utiliza esta variable porque ya se
Población con desempleo (Solo mujeres)
está utilizando a las mujeres con empleo
Sector formal (1)
Empleo doméstico, no
Sectorización de los empleados
clasificados por sector, sector
informal (0)
Comercio (1)
Agricultura, ganadería y pesca
Actividad de las mujeres ocupadas (CIIU4)
(1)
Todas las demás (0)
Ingreso laboral
Se utiliza la información que presenta ingresos para crear la
Recibe ingreso laboral (1)
variable recibe ingreso laboral.
No recibe ingreso laboral (0)
Se utilizan la información que no presentan ingresos para crear
la variable no recibe ingreso laboral.
Variables cuantitativas independientes (Descripción)
Edad Edad de las mujeres de la PET
Edad al cuadrado de las mujeres de la
Edad²
PET
Número de horas trabajadas la semana anterior Horas que trabajaron las mujeres
Número de trabajos Trabajos que tienen las mujeres
Ingreso per cápita Ingresos de las mujeres de la PET
En la tabla anterior también se enlistan las variables cuantitativas que se utilizan para
los modelos estadísticos que se estiman en el presente estudio. Todas las variables antes
enumeradas son referencia para cada modelo, porque algunas se utilizarán en ciertos
modelos y otras no, debido a la significancia estadística que represente cada una de ellas al
modelo global.
El límite de edad adoptado en las encuestas de la PEA varía de un país a otro; sin
embargo, se recomienda en concordancia con las directrices de Naciones Unidas para los
Censos de Población y Vivienda, y para facilitar la comparación internacional, utilizar un
umbral de 15 años de edad. (INEC, 2016)
60
Para esto se establece un marco conceptual para clasificar a las personas según sus
actividades durante un período de referencia corto. Las tres categorías exhaustivas y
mutuamente excluyentes de población eran: la población con empleo, la población
desempleada y la población no económicamente activa. Para realizar esa clasificación, se
consideraba dos características: el período de referencia, el cual debe reflejar la situación de
la oferta laboral en un momento específico, y la categoría de actividad, que recoge las
principales características de la actividad realizada durante el período de referencia. (INEC,
2016)
Según el (INEC, 2016) los criterios básicos utilizados para definir los grupos de la
clasificación son el tipo de riesgo económico, que implica la solidez del vínculo entre la
persona y el empleo, y el tipo de autoridad que tienen o tendrán los titulares sobre los
establecimientos y sobre otros trabajadores. Cabe señalar que la definición hace referencia a
la distinción entre los empleos asalariados y los empleos independientes, por lo que se
61
compone de los siguientes grupos: Asalariados, empleadores, trabajadores por cuenta propia,
miembros de cooperativas de productores, trabajadores familiares auxiliares y trabajadores
que no pueden clasificarse según la situación en el empleo.
Según el (INEC, 2016) partir de marzo de 2014, todas las encuestas tienen cobertura
urbana, rural y nacional; y desde junio de 2014, también se incrementa la cobertura de la
encuesta para abarcar la Región Insular. La ENEMDU ofrece la caracterización de la
población ecuatoriana de acuerdo con diferentes dimensiones tales como:
3.10.2.1. Variables
Educación: asistencia, nivel más alto y año aprobado, analfabetismo, título obtenido.
Idiomas que hablan el informante y los padres.
Auto identificación étnica.
Migración
Para el (INEC, 2018) el diseño muestral es probabilístico con dos etapas de selección:
Para el (INEC, 2021) los dominios de estudio planificados para esta encuesta son:
En este apartado se da el sustento técnico al estudio, por medio del análisis de los
respectivos resultados obtenidos luego de realizar el procesamiento de las variables, donde
se realiza el análisis de las estadísticas descriptivas hasta los respectivos análisis de los
modelos probabilísticos y logísticos sobre los determinantes de la participación laboral
femenina en el Ecuador en el periodo 2011-2021. Para todos los análisis al ser un estudio
sobre empleo se consideran solo aquellas personas de 15 a más años de edad, que son
consideradas como la Población en Edad de Trabajar (PET) en el territorio del Ecuador.
Sexo
51,1%
51,1%
51,1%
51,1%
51,2%
51,4%
51,4%
51,5%
51,6%
51,7%
51,8%
48,9%
48,9%
48,9%
48,9%
48,8%
48,6%
48,6%
48,5%
48,4%
48,3%
48,2%
2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
Hombre Mujer
El gráfico nos muestra que en el Ecuador existen más mujeres que hombres de 15
años a más, porque representan en promedio aproximadamente el 51% desde el año 2011 al
2021. Este porcentaje se ha mantenido a lo largo del periodo analizado y no han existido
68
En la siguiente tabla se muestran los porcentajes por rangos de edad de las mujeres
que corresponden a la PET desde el año 2011 al 2022 en base a los datos proporcionados
por la ENEMDU.
La tabla nos muestra que la mayoría de las mujeres en edad de trabajar son casadas,
porque a lo largo del periodo analizado en promedio aproximadamente este estado civil
representa el 33% de los demás, en cada uno de los años. El segundo estado civil que tiene
un peso mayor después de las mujeres casadas es el estado civil de las solteras, porque en
promedio aproximadamente representan año tras año el 28% de todos los demás.
Con menor representación tenemos las mujeres que tienen un estado civil de
divorciadas, porque en promedio año tras año generaron un peso 3% aproximadamente,
respecto a los demás estados civiles.
Área
68,4%
68,5%
70,0%
70,1%
70,1%
70,2%
70,4%
70,4%
70,5%
70,5%
70,5%
31,6%
31,5%
30,0%
29,9%
29,9%
29,8%
29,6%
29,6%
29,5%
29,5%
29,5%
2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
Rural Urbana
Asiste a clases
14,2%
14,5%
14,5%
14,6%
14,9%
14,9%
15,1%
15,4%
15,7%
16,0%
16,5%
85,8%
85,5%
85,5%
85,4%
85,1%
85,1%
84,9%
84,6%
84,3%
84,0%
83,5%
2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
No Si
Centro
Educaci Educaci Superior Post-
de Secundar Superior
ón ón Ningu Primar no grad
AÑO alfabetiz ia Universita
Media Básica no (%) ia (%) universita o
ación (%) rio (%)
(%) (%) rio (%) (%)
(%)
2011 0.5 7.6 5.6 7.8 32.6 26.7 0.7 17.9 0.5
2012 0.8 8.0 5.7 7.4 31.8 26.4 0.9 18.3 0.7
2013 0.8 9.0 5.7 6.2 31.8 27.3 1.0 17.5 0.8
2014 0.8 10.3 7.0 4.9 31.5 27.1 0.9 16.7 0.7
2015 0.6 11.4 6.7 5.1 28.6 27.6 1.4 17.8 0.9
2016 0.5 13.0 7.3 5.0 28.5 26.4 1.4 17.0 1.0
2017 0.6 13.5 6.9 5.2 27.8 26.0 1.6 17.3 1.0
2018 0.5 12.2 6.4 5.4 29.6 26.7 1.6 16.5 1.2
2019 0.5 14.1 7.2 5.2 28.6 24.9 1.7 16.6 1.2
2020 0.3 15.1 5.9 5.6 28.3 25.6 1.8 15.9 1.5
2021 0.3 15.3 6.8 3.9 26.7 26.1 2.7 16.7 1.6
Por lo tanto, podemos generalizar que el nivel de instrucción de las mujeres en edad
de trabajar se encuentra entre primaria, secundaria y superior universitario, que sumados los
tres niveles de instrucción concentran aproximadamente en promedio el 73% del total de los
otros niveles de instrucción cada año.
No Si
Hombre (%) Mujer (%) Hombre (%) Mujer (%)
AÑO
2011 12.5 29.4 35.8 22.3
2012 13.3 29.3 35.1 22.3
2013 13.0 29.0 35.8 22.3
2014 11.7 28.0 36.6 23.6
2015 11.9 27.6 36.7 23.9
2016 12.5 27.1 36.1 24.3
2017 12.0 26.5 36.5 25.0
2018 12.9 26.9 36.0 24.2
2019 13.2 26.6 35.7 24.5
2020 14.2 28.6 34.7 22.5
2021 13.2 26.2 35.6 25.0
2011 1.8 0.8 17.2 0.2 6.5 16.1 52.2 0.8 4.3
2012 1.7 0.6 18.5 1.1 6.5 14.6 52.5 0.7 3.8
2013 1.8 0.8 18.7 0.1 6.0 14.8 52.3 0.7 4.9
2014 1.8 0.6 19.6 0.1 6.3 15.3 49.8 0.7 5.8
2015 2.3 0.9 19.2 0.3 6.7 15.3 48.0 0.9 6.5
2016 2.7 0.7 17.5 0.1 7.8 15.6 45.2 1.2 9.2
2017 2.7 0.7 18.0 0.1 8.5 14.8 44.4 1.5 9.4
2018 1.9 0.5 17.3 0.2 9.0 16.2 46.6 1.0 7.3
2019 2.0 0.5 16.3 0.3 9.9 15.8 46.5 1.0 7.6
2020 2.9 0.6 12.5 0.5 10.1 15.3 47.6 0.8 9.8
2021 2.4 0.3 15.3 0.2 9.6 16.5 43.8 1.0 10.9
Como siguientes condiciones de actividad a las que pertenecen las mujeres en edad
de trabajar tenemos el empleo adecuado pleno y otra manera de empleo no pleno, que son
los que ocupan en promedio aproximado el 17 y 15% respectivamente, en relación con el
peso de las otras condiciones actividad. En consecuencia, si se suman estas tres condiciones
de actividad en promedio aproximado en todo el periodo analizado se obtiene una
concentración de las mujeres en edad de trabajar del 81%, que equivale a un porcentaje muy
alto a lo largo del año 2011 al 2021. Finalmente se puede evidenciar que la menor
concentración de las mujeres de la PET se encuentra en la condición de actividad de empleo
no clasificado, desempleo oculto, subempleo por insuficiencia de ingresos y el desempleo
abierto, porque en promedio aproximado las tres condiciones de actividad concentran el 1%
del total de las mujeres en edad de trabajar.
En la siguiente tabla se muestra las razones por las cuales tanto mujeres como
hombres no trabajaron la semana pasada.
Otra de las causas con menor representación por la que los hombres no trabajaron
fue por suspensión temporal del trabajo, razón que concentra entre el 6 y el 17% en el periodo
de estudio de la investigación.
En la siguiente tabla se muestran los estadísticos del número de horas trabajadas por
los hombres y por las mujeres en los años 2011 al 2021.
Hombre Mujer
Desviación Desviación
Media Mediana Moda Máximo Mínimo Media Mediana Moda Máximo Mínimo
AÑO estándar estándar
Para el caso de los hombres y mujeres tenemos que han trabajado un máximo de 140
horas la semana pasada, mientras que el mínimo es de 1 hora para los dos sexos, valores que
se han venido repitiendo de manera constante a lo largo de los años analizados en la presente
investigación. Finalmente tenemos que la desviación estándar para los hombres oscila entre
13 a 16 horas, mientras que para las mujeres se encuentra en un intervalo de 14 a 17 horas.
Los estadísticos antes mencionados nos indican que los hombres tienen más horas
trabajadas en comparación a las mujeres, porque existen diferencias en la media, mediana y
en la desviación estándar de horas trabajadas en los años analizados.
77
En la siguiente tabla se muestra el número de trabajos que las mujeres y los hombres
en edad de trabajar han tenido a lo largo del tiempo durante el periodo analizado 2011 al
2021.
Lo antes mencionado evidencia que nuevamente los hombres han trabajado más que
las mujeres, ya sea porque se concentraron en su hogar y al cuidado el mismo y a la vez de
su familia, porque como se revisó en el análisis del estado civil la mayoría de las mujeres
son casadas.
38,8%
39,0%
39,5%
39,8%
40,1%
40,8%
41,3%
41,4%
41,5%
41,7%
42,3%
61,2%
61,0%
60,5%
60,2%
59,9%
59,2%
58,7%
58,6%
58,5%
58,3%
57,7%
2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
Hombre Mujer
Como se evidencia en los datos a lo largo del tiempo ha existido una diferencia
porcentual entre el 15 y 22% de hombres con empleo, diferencias que son altas y que
muestran que en su mayoría las mujeres siguen siendo las que menos trabajan. Por tal motivo
si se calcula la media porcentual aproximada de todos los años existe una concentración del
59% de hombres con empleo, mientras que para las mujeres es del 41%, existiendo una
diferencia promedio aproximada del 19% en comparación de un sexo a otro.
Población en desempleo
46,4%
49,6%
50,3%
50,5%
50,9%
51,1%
51,5%
51,7%
52,4%
55,2%
56,4%
53,6%
50,4%
49,7%
49,5%
49,1%
48,9%
48,5%
48,3%
47,6%
44,8%
43,6%
2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
Hombre Mujer
Por tal motivo y como sustento de los datos presentados en el gráfico, se puede decir
que a lo largo de los años la mayoría de las mujeres ecuatorianas se encontraban
desempleadas, porque si se calcula la media porcentual aproximada de todos los años existe
una concentración del 52% de mujeres desempleadas, mientras que para los hombres es del
48%. Donde se debe tener en cuenta que en el año 2012 y en el 2016 los hombres estuvieron
más desempleados con una diferencia porcentual aproximada del 7 y 1% respectivamente.
Otra de las observaciones según los datos, es que en el año 2017 y 2020 existió una
diferencia porcentual aproximada de desempleo para las mujeres del 10 y 13%
respectivamente, donde se evidencia que en el año 2020 existió más desempleo de mujeres
que de hombres.
En la tabla sobre la sectorización de los empleados por sexo podemos observar que
la mayor concentración de los porcentajes se encuentra entre el sector formal y el sector
informal, tanto para hombres como para mujeres.
Tabla 15: Rama de Actividad CIIU4 mujeres (población ocupada de 15 años y más)
CIIU4 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
Agricultura, ganadería y pesca 20.5 20.7 19.6 20.6 21.0 23.0 23.4 25.6 26.8 29.2 28.2
Minas y canteras 0.1 0.1 0.2 0.2 0.1 0.2 0.1 0.1 0.2 0.1 0.1
Manufactureras 10.2 9.9 11.0 10.2 9.3 9.6 10.6 9.5 9.2 7.7 8.3
Suministro de electricidad y gas 0.2 0.1 0.2 0.2 0.1 0.1 0.2 0.1 0.2 0.1 0.2
Distribución de agua 0.1 0.2 0.3 0.5 0.3 0.1 0.1 0.2 0.1 0.1 0.0
Construcción 0.8 0.8 0.7 0.4 0.7 0.5 0.6 0.8 0.5 0.3 0.5
Comercio 26.5 26.3 22.4 23.8 23.7 23.8 23.5 22.3 21.0 23.8 23.2
Transporte y almacenamiento 1.3 1.1 1.2 1.2 1.2 0.9 1.0 1.3 1.2 1.0 1.1
Alojamiento y servicios de comida 8.4 8.5 9.4 9.2 10.0 10.6 10.1 9.1 9.6 9.7 10.9
Información y comunicación 1.0 1.2 1.2 1.2 1.2 1.0 1.0 0.9 0.7 0.7 0.4
Actividades financieras y de seguros 1.4 1.1 1.5 1.3 1.1 0.8 1.0 1.0 0.8 1.0 0.9
Actividades inmobiliarias 0.2 0.3 0.2 0.2 0.2 0.2 0.2 0.2 0.2 0.1 0.3
Actividades profesionales 1.6 2.0 1.9 1.4 1.8 1.6 1.7 2.2 2.2 1.9 1.3
Actividades y servicios administrativos 2.0 1.8 2.4 2.0 2.3 2.0 2.4 2.8 2.8 3.3 2.9
Administración pública y defensa 2.7 2.8 2.9 3.3 3.3 3.0 3.1 2.2 2.3 2.2 2.4
Enseñanza 8.2 8.3 8.1 7.1 7.4 6.6 6.0 6.0 6.3 5.6 5.7
Actividades de salud humana y asistencia social 4.7 4.8 4.4 4.0 4.5 4.7 4.7 4.5 4.7 4.0 3.3
Artes, entretenimiento y recreación 0.3 0.2 0.5 0.5 0.5 0.5 0.4 0.4 0.4 0.2 0.2
Otras actividades de servicios 4.0 3.9 4.2 4.7 5.0 4.4 4.2 4.1 3.9 3.7 4.8
Actividades de los hogares 5.7 5.9 7.5 7.8 6.3 6.4 5.6 6.6 7.0 5.2 5.1
Actividades de organizaciones y extraterritoriales 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0
En la tabla se muestra los diferentes tipos de ramas de actividad en las que trabajan
las mujeres ecuatorianas que han tenido empleo a lo largo del periodo analizado, donde se
puede observar que las ramas en las que se concentran los trabajos de las mujeres con un
mayor porcentaje en relación con las otras son en el Comercio y Agricultura, ganadería y
pesca. La rama de actividad de Comercio se ha mantenido a lo largo de todo el periodo de
tiempo analizado en un rango de 21 y 27% de mujeres que trabajan en las diferentes áreas
del comercio, con una media aproximada de todos los años de 24%. Luego tenemos la
segunda rama de actividad que es la agricultura, ganadería y pesca que se encuentra a lo
largo del tiempo entre 20 y 29% de mujeres que han trabajado en esta rama, con una media
aproximada de 24 en todos los años analizados.
Si se suman los promedios de las dos ramas de actividad con mayor porcentaje a las
demás, se obtiene que durante todo el periodo analizado el 47% de las mujeres han trabajado
82
en estas dos ramas, porcentaje que está próximo a concentrar el 50% de la población de
mujeres que cuentan con un trabajo.
Otra de las ramas de actividad que tienen un porcentaje representativo pero muy
inferior al Comercio y Agricultura, ganadería y pesca son las manufactureras, el alojamiento
y servicios de comida, las cuales se encuentran en promedio aproximado de todos los años
analizados en 10% cada una, del total de las otras ramas de actividad. Y con un peso más
pequeño tenemos las ramas de enseñanza y las actividades de los hogares que en promedio
aproximado representan el 7% de las mujeres en cada una de estas ramas. Adicional es
oportuno mencionar que todas las demás ramas de actividad de la CIIU4 representan en
promedio aproximado entre 1 y 4% de las mujeres que han trabajado en el periodo analizado.
Según lo analizado sobre las ramas de actividad se puede determinar que tanto los
hombres como mujeres mayoritariamente trabajan en la agricultura, ganadería, pesca, en el
Comercio y en las Manufacturas, mientras que otras de las ramas secundarias en relación
con las principales en las que trabajan los hombres en menor cantidad son la Construcción y
el Transporte y almacenamiento, mientras que las mujeres en las ramas de Alojamiento y
servicios de comida y Enseñanza. Lo cual nos muestra que lo que respecta a las ramas de
actividad tanto hombres y mujeres se desempeñas en ramas similares.
En la tabla podemos observar los ingresos promedio que las mujeres y hombres
ecuatorianos han recibido por su trabajo, donde la media de las mujeres corresponde a un
rango aproximado de 313 a 422 dólares a lo largo del periodo analizado. Además, se presenta
una mediana que se encuentra entre 232 y 320 dólares, como ingresos que las mujeres ha
recibido.
Además, se debe mencionar que durante todos los años analizados los ingresos
promedio de las mujeres son inferiores al de los hombres, con variaciones considerables y
que marcan una diferencia clara de los ingresos entre los dos sexos, mientras que en la
mediana de ingresos pasa lo mismo entre los hombres y las mujeres.
AÑO 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021
Centro de alfabetización 131 123 156 127 150 136 246 107 101 64 72
Educación Media 204 249 280 266 264 259 285 279 280 270 247
Educación Básica 164 187 183 247 203 201 194 222 239 168 193
Ninguno 107 111 141 158 127 140 139 162 147 121 123
Post-grado 819 1176 1346 1279 1419 1296 1357 1439 1501 1281 1390
Primaria 188 218 216 249 231 233 249 252 238 200 189
Secundaria 271 301 322 322 343 333 354 344 344 271 303
Superior no
422 615 484 564 568 562 528 501 574 573 508
universitario
Superior Universitario 530 570 650 673 675 735 712 714 698 677 639
En los datos presentados también podemos observar que los ingresos promedio más
bajos se encuentran en los niveles de instrucción bajos, como centro de alfabetización,
ninguno, educación básica, primaria y educación media.
Tabla 18: Segmentación de los periodos de tiempo para los modelos estadísticos
El modelo matemático que representa a este periodo con sus respectivas variables
significativas luego de haber procesado la información se presenta en la siguiente tabla, tanto
del modelo probit como del modelo logit del periodo 2011-2016.
86
Los resultados obtenidos en los modelos del primer periodo fueron en base a un nivel
de significancia del 95%, con un valor de Z > 1.96 para que una variable tenga significancia
estadística dentro del modelo.
Test Z: Todas las variables de los dos modelos con un 95% de nivel de significancia
son estadísticamente significativas porque son mayores al valor de contraste de 1.96, con
excepción de la variable educación no superior que en el caso del modelo probit no tiene
significancia estadística.
87
R²: Este estadístico nos indica que en el modelo probit un 60.42% y en el modelo
logit un 60.62% de la variable dependiente mujer con empleo es predicha por las variables
independientes que se analizaron en los dos modelos. En consecuencia, este estadístico nos
indica que este modelo predice o tiene una bondad de ajuste fuerte porque se encuentra en
un intervalo de 0.6 a 0.61 en los dos modelos analizados.
Coeficientes con signo positivo: Las variables edad al cuadrado, tiene pareja, asiste
a clases, educación no superior, etnia mestiza, etnia indígena y recibe ingreso laboral tienen
un efecto positivo o aportan de manera positiva para que una mujer pueda acceder a un
trabajo en el mercado laboral.
En cuanto a la variable recibe ingreso laboral en los dos modelos tanto probit y logit,
tenemos que las mujeres que trabajan tienen mayor seguridad de recibir ingresos por su
trabajo, esto se debe a que están entregando su mano de obra por un salario y de esta manera
generan ingresos para su hogar, a la vez esta variable tiene un peso alto en el modelo que
determina la participación laboral de las mujeres en el mercado laboral durante el primer
periodo.
Etnia mestiza: Una mujer que se identifica como mestiza según sus costumbres y
tradiciones tiene mayor probabilidad de tener empleo, manteniendo constante las
otras variables independientes, en este caso para el modelo probit aumenta la
probabilidad en 0.108% mientras que para el modelo logit aumenta en 0.096%.
Etnia indígena: Otra de las etnias que aporta al modelo global es que mujer que se
identifica como indígena según sus costumbres y tradiciones tiene mayor
probabilidad de tener empleo, manteniendo constante las otras variables
independientes, en este caso para el modelo probit aumenta la probabilidad en
0.108% mientras que para el modelo logit aumenta en 0.096%
Recibe ingreso laboral: Esta variable es la que más aporta al modelo que explica
las determinantes de la participación laboral femenina en el Ecuador en el periodo
uno, porque aquellas mujeres que trabajan o tienen un empleo tienen mayor
probabilidad de obtener un ingreso por vender su mano de obra, manteniendo
constante las otras variables independientes, donde en el modelo probit esta variable
tiene un peso en probabilidades del 16.1% mientras que en el logit 44.8%
El modelo matemático que representa a este periodo con sus respectivas variables
significativas luego de haber procesado la información se presenta en la siguiente tabla, tanto
del modelo probit como del modelo logit del periodo 2017-2011
Los resultados obtenidos del segundo periodo al igual que en el primer periodo fueron
en base a un nivel de significancia del 95%, con un valor de Z > 1.96 para que una variable
tenga significancia estadística dentro del modelo.
Test Z: Todas las variables de los dos modelos con un 95% de nivel de significancia
son estadísticamente significativas porque son mayores al valor de contraste de 1.96, con
excepción de la variable edad al cuadrado que en el caso del modelo logit no tiene
significancia estadística.
R²: Este estadístico nos indica que en el modelo probit un 13% y en el modelo logit
un 13.05% de la variable dependiente mujer con empleo es predicha por las variables
91
independientes que se analizaron en los dos modelos. En consecuencia, este estadístico nos
indica que este modelo predice o tiene una bondad de ajuste baja porque se encuentra en un
intervalo de 0.13 a 0.1305 en los dos modelos analizados.
Coeficientes con signo positivo: Las variables edad, jefa de hogar, tiene pareja, asiste a
clases, etnia mestiza, etnia indígena, etnia montubia y educación primaria tienen un efecto
positivo o aportan de manera positiva para que una mujer pueda acceder a un trabajo en el
mercado laboral.
Jefa de hogar: Una mujer que sea jefa de hogar tiene más probabilidad de tener
empleo en el mercado laboral del Ecuador, manteniendo constante las otras variables
independientes, para el modelo probit aumenta la probabilidad en 1.12% mientras
que para el modelo logit aumenta en 0.928%. Esto nos muestra que una mujer que
tiene más responsabilidades que otras, tiene mayor necesidad de tener un empleo con
la finalidad de cubrir todas las responsabilidades que incurre ser jefa de hogar.
Tiene pareja: Una mujer que tiene pareja tiene más probabilidad de tener empleo en
el mercado laboral del Ecuador, manteniendo constante las otras variables
independientes, para el modelo probit aumenta la probabilidad en 1.62% mientras
que para el modelo logit aumenta en 1.36%. Esto nos muestra que una mujer que
tiene un hogar tiene mayor necesidad de sustentarlo en comparación a las que no lo
tienen, y por ese motivo busca la manera se tener un empleo.
Asiste a clases: Una mujer que asiste a clases en algún centro de educación tiene
más probabilidad de tener empleo en comparación a las que no asisten, manteniendo
constante las otras variables independientes, en este caso para el modelo probit
aumenta la probabilidad en 1.94% mientras que para el modelo logit aumenta en
1.61%. En consecuencia, se puede inferir que esto sucede porque esas personas están
aprendiendo nuevos conocimientos que de alguna manera los pueden aplicar en su
trabajo, generando así más oportunidades laborales en sus vidas.
Etnia mestiza: Una mujer que se identifica como mestiza según sus costumbres y
tradiciones tiene mayor probabilidad de tener empleo, manteniendo constante las
otras variables independientes, en este caso para el modelo probit aumenta la
probabilidad en 2.35% mientras que para el modelo logit aumenta en 1.88%.
Etnia indígena: Otra de las etnias que aporta al modelo global es que una mujer que
se identifica como indígena según sus costumbres y tradiciones tiene mayor
probabilidad de tener empleo, manteniendo constante las otras variables
independientes, en este caso para el modelo probit aumenta la probabilidad en 3%
mientras que para el modelo logit aumenta en 2.59% aproximadamente.
Etnia montubia: También tenemos otra de las etnias que aporta al modelo globa, en
este caso es que una mujer que se identifica como montubia según sus costumbres y
tradiciones tiene mayor probabilidad de tener empleo, manteniendo constante las
otras variables independientes, en este caso para el modelo probit aumenta la
93
El modelo matemático que representa a este periodo con sus respectivas variables
significativas luego de haber procesado la información se presenta en la siguiente tabla, tanto
del modelo probit como del modelo logit del periodo 2020-2021.
Los resultados obtenidos del tercer periodo al igual que en el primero y segundo
periodo fueron en base a un nivel de significancia del 95%, con un valor de Z > 1.96 para
que una variable tenga significancia estadística dentro del modelo.
Test Z: Todas las variables de los dos modelos con un 95% de nivel de significancia
son estadísticamente significativas porque son mayores al valor de contraste de 1.96,
variables que permiten explicar los determinantes de la participación laboral femenina en el
Ecuador en el año 2020 y 2021.
R²: Este estadístico nos indica que en el modelo probit un 13.25% y en el modelo
logit un 13.52% de la variable dependiente mujer con empleo es predicha por las variables
independientes que se analizaron en los dos modelos. En consecuencia, este estadístico nos
indica que este modelo predice o tiene una bondad de ajuste baja porque se encuentra en un
intervalo de 0.1325 a 0.1352 en los dos modelos analizados.
Coeficientes con signo positivo: Las variables edad al cuadrado, tiene pareja, jefa
de hogar, asiste a clases, educación no superior, etnia mestiza, etnia indígena e ingreso per
cápita tienen un efecto positivo o aportan de manera positiva para que una mujer pueda
acceder a un trabajo en el mercado laboral.
5.1. CONCLUSIONES
En el periodo dos que comprende los años 2017 al 2019, periodo que fue tomado
como referencia antes de la pandemia COVID-19, las variables que aportan de manera
negativa a que una mujer tenga la oportunidad de tener empleo son pertenecer al área urbana,
la edad al cuadrado y que las mujeres tengan una educación media, mientras que las variables
que influyen de manera positiva son la edad, jefa de hogar, tiene pareja, asiste a clases, etnia
mestiza, etnia indígena, etnia montubia y educación primaria. Además, el modelo global
alcanzó una bondad de ajuste de aproximadamente del 13%, porcentaje que indica que la
variable dependiente es explicada por las variables independientes.
En el periodo tres que comprende los años 2020 al 2021, periodo que fue tomado
como referencia durante la pandemia COVID-19, la variable que aporta de manera negativa
a que una mujer tenga la oportunidad de tener empleo es pertenecer al área urbana, mientras
que las variables que influyen de manera positiva son edad al cuadrado, tiene pareja, jefa de
hogar, asiste a clases, educación no superior, etnia mestiza, etnia indígena e ingreso per
cápita. Además, el modelo global alcanzó una bondad de ajuste de aproximadamente del
14%, porcentaje que indica que la variable dependiente es explicada por las variables
independientes.
101
Con lo antes mencionado se determina que en los tres periodos analizados existen
cambios e incluso son diferentes las variables que aportan a que el modelo explique de
manera adecuada a la variable dependiente que es si una mujer tiene empleo.
5.2. RECOMENDACIONES
BIBLIOGRAFÍA
Alecchi B. y Mendoza G. (Agosto de 2017). Recuperado el Abril de 2022, de
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/42031/1/RVE122_Avolio.pdf
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