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De Algunas Espacialidades y Temporalidades de La Memoria
De Algunas Espacialidades y Temporalidades de La Memoria
e algunas
espacialidades
y temporalidades
de la memoria
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Este texto es una versión revisada y ampliada de la conferencia, que llevó el mismo título, presentada el 27 de septiembre
de 2019 en el panel «Memoria local y problemas contemporáneos» del Decimocuarto Foro Anual de Filosofía STOA: Memoria y
Olvido, el cual tuvo lugar en el municipio de El Carmen de Viboral-Antioquia.
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Docente investigador, INER-Universidad de Antioquia - lantonio.ramirez@udea.edu.co
R ecurro a las nociones de espacia-
lidad y temporalidad para referirme a los nodos
o puntos de relevo donde se concretan relacio-
nes y producciones de espacio y tiempo a par-
tir de los debates que se generan en torno a la
memoria en nuestra sociedad. Espacialidad y
temporalidad se entienden entonces no como
esencias o ideas3, sino como producciones es-
paciales y temporales específicas4. Reconoz-
co que espacio y tiempo son ya dos categorías
espantosamente abstractas, pero advierto o
reitero que de lo que se trata aquí es de seguir
algunas de sus trayectorias, intersecciones, po-
rosidades y sedimentos en tanto producciones
sociales aún no terminadas, esto es, en devenir,
en abierto debate respecto a la memoria, enten-
dida esta también como producción.
Dicho esto, empecemos diciendo que la me-
moria no es un fin en sí mismo; tampoco es algo
que emerge de manera espontánea o inmediata
respecto a los hechos o personas que la cons-
3
Etimológicamente el sufijo «idad», de origen latino,
se emplea para formar sustantivos abstractos que indican
«cualidad de o relación con» la palabra que está en la raíz; en
este caso se estaría hablando de lo que estaría relacionado
con, o de la cualidad, la esencia del espacio y del tiempo.
4
Ello concuerda con lo que perfila Soja (1999) acerca de
una interpretación materialista del espacio en tanto pro-
ducto, y que aquí se extiende además a una concepción del
tiempo como algo producido socialmente, es decir, no desde
un posible carácter abierto o inconmensurable sino desde
aspectos concretos como a los que nos referimos cuando
hablamos de «la época de la Violencia» o seis décadas del
conflicto armado colombiano.
82 a través de la instrumentalización que estas
políticas hacen de las víctimas se crea:
Un espacio que reúne a todos, desde el
principio de que todos los muertos, tortu-
rados u ofendidos son iguales. Algo que
resulta tan indiscutible empíricamente
como inútil y desconcertante a efectos
de comprensión histórica, al disipar la
causa y el contexto que produjo el daño
tituyen. Ella es un medio o instrumento con al ciudadano. Ese aprovechamiento del
el que individuos y colectivos se insertan en sujeto-víctima genera un espacio en el
una red de significados en donde se gestan que se disuelven todas las fronteras éti-
diferentes formas de lo cultural y lo político. cas, estableciendo un vacío que el Estado
En este sentido, la producción de memoria ha colmado con una memoria adminis-
tiene un uso estratégico, en tanto posiciona- trativa derivada de la ideología de la re-
miento y recurso que tienen personas e ins- conciliación, que nada tiene que ver con
tituciones para acceder a, o hacer pervivir, la reconciliación como proyecto político.
caracteres culturales y políticos con el fin de (Vinyes, 2010)
obtener un reconocimiento social de hechos, Esta advertencia de Vinyes es una alerta so-
personajes, gestas, afectaciones, entre otros. bre la sustancialidad del uso de la memoria
Ese uso estratégico de la memoria no está re- para la reconciliación, donde subsiste el ries-
lacionado únicamente con instituciones cen- go de que la pluralidad de memorias se diluya
tralizadas o estatales de recepción de la me- dejando a un lado la diversidad de proyectos
N.° 83, noviembre de 2020 . Universidad de Antioquia
moria —como las utilizadas para efectos de la políticos, sociales y culturales y haciendo
verdad, la justicia, la reparación, la reconcilia- imperar lo que Castillejo (2007, p. 77) nombra
ción, etc.—, sino que también puede tener una como el «evangelio de la reconciliación».
pertinencia y una apuesta cultural y política Jaume Peris Blanes presenta una crítica
desde espacios territoriales en donde se ha- semejante respecto a la sustancialidad de la
cen relevantes las expresiones locales de la memoria, pero no refiriéndose ya a ese fin
memoria que revitalizan lugares, personas y ideológico de la reconciliación sino al «éxito
comunidades marginadas o incluso borradas. cultural» de las representaciones del pasado
DEBATES
«lo pasado pisado» (Bevernage, 2015, p. 38). mado colombiano tienen respecto al despla-
Valga añadir que, de la consciencia de esta zamiento forzado; desplazamiento que se
temporalidad, los procesos de construcción solapa con un desplazamiento «negociado» o
de memoria, individuales y colectivos, tienen «forzoso» cuando deben reubicarse en otros
clara la imposibilidad de retornar al pasado lugares porque en sus territorios han habido,
para cambiarlo —de ahí aquella posición de y siguen existiendo, intereses de explotación
que no se puede reparar lo irreparable—; em- agrícola o minero-energética.
pero, lo que sería posible cambiar son los sen- Ahora bien, estas características encon-
timientos y significados de la memoria de lo tradas desde la investigación sobre la violen-
padecido, cuestión sobre la cual tratan de ope- cia producida en el marco del conflicto ar-
rar algunos enfoques tendientes a la recupera- mado colombiano pueden llevar a considerar
ción o «sanación» de las afectaciones produci- que la producción y recepción de la memoria
das por la violencia. configura también una dimensión local, des-
Lo irrevocable, esto es, la sobrevivencia de la cual se hacen relevantes no solo los he-
de un pasado —de un «pasado persistente o chos particulares del conflicto, sino además
sus nexos con otros hechos y condiciones aún tienen vivas sus propias historias y rei-
sociales y económicas. Es así que también vindicaciones. Pero a eso que aún sigue vivo
pueden encontrarse otras memorias, otras quizá le falta el salto cualitativo del tiempo
temporalidades y espacialidades de la me- cotidiano al tiempo histórico; ardua tarea de
moria que incluso beben de prácticas y lu- la memoria en la que no opera únicamente el
gares cotidianos en los cuales está presente ardiente tronar de los tambores de la guerra,
la voluntad de recomponer y construir otros sino también el sonido apenas audible de los
modos y espacios de vida. Es el caso de lo que pasos de una paloma o acaso el repicar inten-
hemos encontrado en el Oriente antioqueño so del sirirí.
con los convites que se hacen para restaurar
caminos, escuelas, casas y sembríos perdidos
o averiados por causa del conflicto armado. Referencias
Los convites —cuya práctica se remonta Benjamin, W. (Abril de 1995). Tesis sobre filo-
a mucho antes del conflicto y que se reali- sofía de la historia. Decursos: Revista de
za en diferentes zonas rurales y urbanas del Ciencias Sociales [Bolivia], 01(01), pp. 27-38.
país— son un espacio de trabajo colectivo Bevernage, B. (2015). Historia, memoria y vio-