Algunas ideas de Maquiavelo se encuentran obsoletas o poco funcionales como menciona
Pasquino (2000) “Resulta fuerte la tentación de actualizar su pensamiento, de explotarlo para la comprensión de la política contemporánea y para su orientación” (p. 11). Nicolás Maquiavelo vivió en Florencia en tiempos de Lorenzo y Pedro de Médicis. Fue nombrado secretario de la segunda cancillería encargada de los Asuntos Exteriores y de la Guerra de la ciudad, cargo que ocupó hasta 1512 y que le llevó a realizar importantes misiones diplomáticas ante el rey de Francia, el emperador Maximiliano I y César Borgia, entre otros. Su actividad diplomática desempeñó un papel decisivo en la formación de su pensamiento político, centrado en el funcionamiento del Estado y en la psicología de sus gobernantes. Su principal objetivo político fue preservar la soberanía de Florencia, siempre amenazada por las grandes potencias europeas, y para conseguirlo creó la milicia nacional en 1505. Intentó sin éxito el acercamiento de posiciones entre Luis XII de Francia y el papa Julio II, cuyo enfrentamiento terminó con la derrota de los franceses y el regreso de los Médicis a Florencia en 1512. Como consecuencia de este giro político, Maquiavelo cayó en desgracia, fue acusado de traición, encarcelado y levemente torturado en 1513. Tras recuperar la libertad se retiró a una casa de su propiedad en las afueras de Florencia, donde emprendió la redacción de sus obras, entre ellas su obra maestra, El príncipe, que Maquiavelo terminó en 1513 y dedicó a Lorenzo de Médicis a pesar de ello, sólo sería publicada después de su muerte. Tiempo después, las reformas protestantes discutían la autoridad del papado y de la Iglesia católica. En Inglaterra el autoritario Enrique VIII separo la autoridad papal de su reino, y se estableció como cabeza de la Iglesia anglicana para poder divorciarse. Estas guerras religiosas provocaron más adelante, en el siglo XVII la guerra de los Treinta Años. El Príncipe trata de como los gobernantes de esa época deberían de dirigir para mantener el territorio que se le haya heredado o conquistado, en el caso de que sea heredado el pueblo va a aceptar de manera absoluta el nuevo poder y en el caso de que sea conquistado existen múltiples variables que se debe de tener en cuenta para poder mantener el poder sobre ese nuevo territorio, permitiendo el uso de la violencia para erradicar de manera permanente las ideologías del poder anterior o para evitar revoluciones de la nobleza; Maquiavelo menciona que existe un límite donde la violencia es permitida, pasando esa línea, un príncipe deja de serlo y se convierte en un tirano. Maquiavelo decía las cosas de manera directa y fría, sin tener en cuenta la opinión de sus allegados o de sus lectores, permitiéndose ser más conciso y efectivo para dar su punto de vista de lo que quiere decir o redactar. Como sociedad no estamos acostumbrados a expresar comentarios de la manera en la que Maquiavelo lo hace, la forma en la que lo hacía quedo muy marcado en la sociedad que se creó un término para explicar la crudeza de una acción o un comentario llamado “Maquiavélico”. Aunque El Príncipe sea un libro con más de 500 años de antigüedad y algunas ideas que propone ya no se puedan aplicar en la actualidad, hay otras que todavía se pueden aplicar a los distintos tipos de gobierno, tomando a México como referente, en la historia de México, el personaje de Benito Juárez es considerado como bueno, aunque haya causado la muerte de Maximiliano de Habsburgo para poder llegar a la presidencia de México y librarse de las posibles conquistas Europeas en un futuro. En el actual sexenio dirigido por Andrés Manuel López Obrador existe un conflicto constante entre las personas que lo quieren y que lo odian. Desde que gano las elecciones busca el control absoluto del Estado y de la sociedad. De ahí, la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la eliminación del Estado Mayor Presidencial y su confrontación con la prensa crítica, pero también ha buscado y aplicado algunas estrategias para ser aceptado en el pueblo como en el caso más cercano las “Becas Benito Juárez” dando como consecuencia que sea amado y respetado a la vez.
El Príncipe: precedido de la biografia del autor y seguido del 'Anti-Maquiavelo' o 'Exámen del Príncipe', por Federico II rey de Prusia, y con un prefacio de Voltaire.