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TEMA 15: DERECHO INTERNACIONAL

ESPECIALIZADO
Derecho Internacional Penal
Tribunal Penal Internacional
Estatuto de Roma
Delitos de Lesa Humanidad
Delito de Agresión entre Estados

1. DERECHO INTERNACIONAL PENAL

El derecho penal internacional se refiere a los delitos definidos en el derecho


internacional. Se ha diseñado para prohibir cierto tipo de conductas
consideradas comúnmente como graves atrocidades y para establecer la
responsabilidad penal de los autores de dichas conductas, como los
crímenes de guerra, los crímenes contra la humanidad y el genocidio.
Teniendo en cuenta los avances logrados en los últimos diez años en
materia de derecho penal internacional, estas tres categorías de ‘crímenes
atroces’ pueden incluir la violencia sexual cometida contra civiles
(Chaikel , 2008,). Gracias a la labor de los tribunales penales internacionales
especiales para Rwanda y la ex Yugoslavia, creados por el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, la violación y otras formas de
violencia sexual han sido reconocidas como crímenes de guerra y
crímenes contra la humanidad.

El Derecho penal internacional (en la terminología adoptada por la cátedra:


Derecho internacional penal) es la rama del ordenamiento internacional cuya
misión es proteger los bienes jurídicos más importantes del orden social
internacional frente a las formas de agresión más graves mediante normas
dirigidas a los individuos cuya infracción genera la responsabilidad penal
individual de los mismos en Derecho internacional. La evolución de esta rama
del Derecho internacional ha sido notable desde los procesos de Nuremberg y
Tokio hasta nuestros días. Hoy en día nos encontramos con tribunales penales
internacionales ad hoc, tribunales híbridos, una Corte penal internacional de
carácter permanente y tribunales nacionales actuando bajo el principio de
jurisdicción universal. Todas ellos enjuician crímenes internacionales en aplicación
y desarrollo del Derecho penal internacional, que ha sido incorporado también en
gran medida a los ordenamientos internos.

Las relaciones entre el Derecho Penal estatal y el llamado Derecho Penal


internacional (Derecho internacional penal) estaban, en el Derecho Internacional
clásico, afectadas por el principio de que las normas internacionales no podían ser
infringidas por las personas individuales. Como dice JESCHECK solamente el
Derecho Penal estatal podía proteger con sus propias normas el Derecho
Internacional, transformando los deberes jurídicos impuestos al Estado en deberes
del individuo sancionables penalmente. Sólo después de la Primera Guerra
Mundial el individuo será considerado como sujeto del Derecho Internacional
y será concebible que graves infracciones a sus normas puedan ser
castigadas como delitos por el Derecho Internacional. Así nace el denominado
Derecho Internacional penal, cuyos antecedentes se remontan a la escuela
iusnaturalista de FRANCISCO DE VITORIA, FRANCISCO SUÁREZ o HUGO
GROCIO, al intento de extradición del Kaiser Guillermo II por el Tratado de
Versalles y, después de la Segunda Guerra Mundial, a los Tribunales Militares
Internacionales de Nüremberg y de Tokio. Hoy todo un estatuto, la Convención de
Roma sobre el Tribunal Penal Internacional, donde se conjugan Derecho penal y
Derecho procesal penal en su dimensión internacional, llena un importante sector
de una dinámica jurídica en continuo acrecimiento.
Inspirándose en el acuerdo de Londres de 1945, se clasifican los tipos delictivos
del Derecho Penal internacional en: 1. Crímenes contra la paz (preparación,
desencadenamiento y realización de una guerra de agresión). 2. Crímenes de
guerra (infracciones graves contra el derecho de la guerra cometidas durante un
conflicto armado de carácter internacional), y 3. Crímenes contra la humanidad
(infracciones graves contra la vida, integridad corporal, libertad o dignidad humana
cometidas con el apoyo del poder del Estado, contra una persona o grupo de
personas por su pertenencia a una cultura, raza, religión, nacionalidad o
convicción política determinada).
Desde BENTHAM, se ha dado el llamar Derecho Penal internacional al ámbito de
vigencia internacional de las normas penales de un Estado, es decir a los límites
de la ley penal en el espacio. La distinción entre el Derecho Penal internacional e
internacional penal fue expuesta, en clásica monografía, por QUINTANO
RIPOLLÉS. Así, el Derecho Penal internacional se ocupa del aspecto internacional
que muestran las normas penales de un Estado por la nacionalidad del
delincuente o de la víctima, porque el delito se ha cometido en el extranjero o
porque existe la posibilidad de la extradición (o, conforme lo enseña la cátedra, de
reconocer o ejecutar una sentencia penal extranjera). Partiendo del principio de
que cada Estado tiene competencia para decidir los límites de su propio poder
punitivo en su territorio, las reglas del Derecho Penal internacional encuentran su
fundamento en estas ideas fundamentales (JESCHECK): la salvaguardia del
orden público interestatal, la vinculación del ciudadano nacional que se
encuentra en el extranjero al ordenamiento penal propio, la protección del
catálogo nacional de bienes jurídicos protegidos, la solidaridad en la lucha
contra la delincuencia como misión cultural común de la humanidad y la
mayor justicia posible.

2. TRIBUNAL PENAL INTERNACIONAL 

La Corte Penal Internacional (CPI), llamada también Tribunal Penal


Internacional, es un tribunal de justicia internacional permanente cuya misión es
juzgar a las personas acusadas de cometer crímenes de genocidio, guerra,
agresión y lesa humanidad. Es importante no confundirla con la Corte
Internacional de Justicia, órgano judicial de Naciones Unidas, ya que la CPI
tiene personalidad jurídica internacional, y no forma parte de las Naciones
Unidas, aunque se relaciona con ella en los términos que señala el Estatuto
de Roma, su norma fundacional. Tiene su sede en la ciudad de La Haya, en
los Países Bajos.

HISTORIA 

Los fundamentos políticos y doctrinales tras el establecimiento de un tribunal


internacional para el enjuiciamiento de crímenes son de largo recorrido en
Occidente. Ya en 1919, una vez terminada la Primera Guerra Mundial, los países
victoriosos quisieron juzgar al Káiser Guillermo II de Alemania por el crimen
de agresión, pero nunca se llegó a un acuerdo sobre la materia. Su
fundamento original más directo se encuentra en los tribunales internacionales
establecidos en Núremberg y Tokio para juzgar a los criminales de guerra de
Alemania y Japón por los delitos cometidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Pese a que el primero de estos ha sido objeto de graves críticas —tanto por
castigar penalmente a personas jurídicas como las S.S. o la Gestapo, o por no
aplicar principios de temporalidad y territorialidad de los delitos— fueron en
conjunto considerados un gran avance en materia de justicia internacional.
Posteriormente, en los albores de la Organización de las Naciones Unidas, el
Consejo de Seguridad recomendó a un panel de expertos que se explorase la
posibilidad de establecer una corte permanente de justicia en materia criminal,
similar o complementario a su principal órgano judicial, la Corte Internacional de
Justicia. Sin embargo, después de largos debates académicos y políticos, la idea
no prosperó hasta los graves acontecimientos del genocidio yugoslavo (1991-
1995) y ruandés (1994). En parte por estos trágicos hechos, y por el
desarrollo alcanzado por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos
y por el Derecho Penal Internacional, se celebró en la ciudad de Roma una
Conferencia Diplomática de plenipotenciarios de las Naciones Unidas sobre
el establecimiento de una Corte Penal Internacional, en cuya acta final,
suscrita el día 17 de julio de 1998, se estableció la Corte Penal Internacional.
Se trata así del primer organismo judicial internacional de carácter
permanente encargado de perseguir y condenar los más graves crímenes,
cometidos por individuos, en contra del Derecho Internacional.

ORGANIZACIÓN 

La Corte está compuesta de cuatro (4) órganos, dos (2) oficinas


semiautónomas y el Fondo para las Víctimas (The Trust Fund for Victims -
TFV). Los órganos son: Presidencia, Divisiones Judiciales, Oficina del Fiscal
y Secretaría.

ASAMBLEA DE LOS ESTADOS PARTE 

La Asamblea de los Estados Partes es el órgano legislativo de la Corte Penal


Internacional y está encargada de supervisar su gestión. Está compuesto por
representantes de los Estados que han ratificado y adherido al Estatuto de Roma.
Por principio de independencia de la Corte, y para garantizar su imparcialidad
política, la Asamblea de los Estados Partes no es un órgano de la CPI. La ASP
funciona, a cambio, como el brazo legislativo de la Corte que igualmente
garantiza su financiamiento. Según la Corte Penal Internacional, en su página
web, actualizada hasta noviembre de 2019, 123 países han firmado el Estatuto De
Roma de la Corte Penal Internacional, quedando dividido por zonas geográficas,
así: países africanos, países asiáticos, Europa del Este, Latinoamérica y el Caribe
y Europa del Oeste y otros países. Una de las ideas que dirigió aquella Asamblea
de los Estados Partes fue convertir a la Corte en un organismo realmente
internacional. Pese a las críticas que suscitaron en su momento las reglas de
ratificación que no permiten reservas, se estableció un alto número de cuórum
para que esta entrara en funciones (60 ratificaciones). Las ratificaciones fueron
logradas en cuatro años, entrando en vigor el Estatuto el 1 de julio de 2002.

Funcionamiento 

La Corte funciona como un organismo autónomo de cualquier otro poder o Estado.


Sin embargo, esto no obsta a que, en el cumplimiento de su deber, cuente con la
colaboración de los poderes.

Crímenes

Los crímenes que puede conocer la Corte se encuentran limitados a los señalados
en el artículo 5 del Estatuto de Roma, que son:
• El genocidio (art. 6).
• Los crímenes de lesa humanidad (art. 7).
• Los crímenes de guerra (art. 8).
• El Crimen de agresión (art. 8 bis, según Resolución 6 del 11/06/2010 de la
Asamblea de Estados Parte del Estatuto de Roma).

Principios aplicables
El funcionamiento de la Corte se rige por una serie de normas y principios que lo
transforman en un tribunal especial, solo para conocer casos realmente
particulares. Los principios aplicables son:
• Complementariedad: la Corte funciona solo cuando un país no juzga o no
puede juzgar los hechos de competencia del tribunal.
• Nullum crime sine lege: el crimen debe estar definido al momento de la
comisión y que sea competencia de la Corte.
• Nulla poena sine lege: un condenado por la Corte solamente puede ser penado
como ordena el Estatuto.
• Irretroactividad ratione personae: nadie puede ser perseguido por la Corte por
hechos o delitos cometidos con anterioridad a su entrada en vigencia.
• Responsabilidad penal individual: no serán objeto de la pretensión punitiva las
personas jurídicas, salvo como hecho agravante por asociación ilícita.
• La Corte no es competente para juzgar a quienes eran menores de 18 años
en el momento de comisión del presunto crimen.
• Improcedencia de cargo oficial: todos son iguales ante la Corte, aunque el
acusado sea, por ejemplo, jefe de Estado.
• Responsabilidad por el cargo.
• Imprescriptibilidad.
• Responsabilidad por cumplimiento de cargo: no es eximente de responsabilidad
penal.

3. ESTATUTOS DE ROMA
El Estatuto de Roma es el instrumento constitutivo de la Corte Penal
Internacional. Fue adoptado en la ciudad de Roma, Italia, el 17 de julio de 1998,
durante la "Conferencia Diplomática de plenipotenciarios de las Naciones Unidas
sobre el establecimiento de una Corte Penal Internacional".
Durante la Conferencia, los Estados Unidos, Israel y China hicieron causa común
en contra de este. Pese a esto tanto Israel como los Estados Unidos firmaron,
pero no ratificaron el Tratado. De hecho, la firma por la parte estadounidense la
realizó el presidente Bill Clinton solo un día antes de dejar el poder a George W.
Bush.
Pese a la experiencia internacional en suscripción de tratados multilaterales, el
mismo estatuto fijó un alto cuórum para su entrada en vigencia (60 países). Sin
embargo, el proceso fue sumamente rápido, partiendo por Senegal hasta que diez
países en conjunto depositaron ante la Secretaría General de las Naciones Unidas
el instrumento de ratificación el 11 de abril de 2002. El Estatuto entró en vigor el 1
de julio del 2002. A julio de 2020, la convención cuenta 183 signatarios y
123 ratificaciones,
ESTRUCTURA

 Preámbulo
 Parte I: Del establecimiento de la corte (artículos 1-4)
 Parte II: De la competencia, la admisibilidad y el derecho aplicable (5-21)
 Parte III: De los principios generales de derecho penal (22-33)
 Parte IV: De la Composición y administración de la corte (34-52)
 Parte V: De la investigación y el enjuiciamiento (53-61)
 Parte VI: Del Juicio (62-76)
 Parte VII: De las Penas (77- 80)
 Parte VIII: De la Apelación y la revisión (81-85)
 Parte IX: De la cooperación internacional y la asistencia judicial (86-105)
 Parte X: De la ejecución de la pena (103-111).
 Parte XI: De la Asamblea de los estados partes (112)
 Parte XII: De la financiación (113-118)
 Parte XIII: Cláusulas finales (119-128)
Guatemala ratifica el Estatuto de Roma que crea la Corte Penal Internacional.
Guatemala ratifica el Estatuto de Roma que crea la Corte Penal Internacional.
El 12 de abril del 2012 Guatemala depositó el instrumento de adhesión al Estatuto
de Roma de 1998 por medio del cual se crea la Corte Penal Internacional (CPI).
La entrada en vigencia de dicha disposición fue el 1 de julio del 2012.
El proceso para formar parte de dicho estatuto fue prolongado ya que
transcurrieron 10 años desde que la Corte de Constitucionalidad (CC) fuera
llamada a pronunciarse acerca de la compatibilidad o incompatibilidad del Estatuto
con la constitución guatemalteca (expediente 171-2002, sentencia de 25 de marzo
de 2002). De conformidad con el artículo 163 e) de la Ley de Amparo, Exhibición
Personal y Constitucionalidad, la Corte de Constitucionalidad puede “emitir opinión
sobre la constitucionalidad de los tratados, convenios y proyectos de ley (…)”. La
CC concluyó que no existía incompatibilidad alguna entre el Estatuto de Roma y la
Constitución Política de la República de Guatemala.
De manera específica vale la pena mencionar dos temas que fueron abordados
por la CC al estudiar el Estatuto de Roma en la opinión consultiva arriba
mencionada. Como primer punto relevante, reconoció que la Corte Penal
Internacional solamente podría ejercer jurisdicción sobre individuos si el Estado de
Guatemala no puede o no quiere hacerlo a nivel interno. De esa manera, la CC
reafirmó el principio de subsidiariedad por medio de la cual el tribunal
internacional no se constituye como una instancia de apelación sino como un ente
coadyuvante o complementario de la jurisdicción interna. El segundo punto
relevante se relaciona con el principio de irretroactividad de la norma
penal “nullum crimen nullum pena sine lege” lo cual significa que la CPI no
conocerá de ningún caso cuyos hechos hayan ocurrido antes de la entrada en
vigencia del Estatuto, lo cual significa el año 2012 para el caso de Guatemala.

4. DELITOS DE LESA HUMANIDAD

Los delitos catalogados de lesa humanidad son una abstracción creada por el


derecho internacional para calificar a aquellos delitos por tal brutalidad y magnitud,
que alcanzan a vulnerar los valores fundamentales de convivencia, dignidad
humana y civilizada de la comunidad internacional.

sabes realmente qué son los crímenes de lesa humanidad? La Real Academia


Española (RAE) define leso/a como “que ha recibido un daño o una ofensa”.
Por tanto, podríamos decir que se trata de aquellos crímenes que dañan a la
humanidad.
Hablamos de delitos especialmente graves, que suponen un ataque
contra derechos humanos fundamentales. Y que son, además, un agravio no
solo contra sus víctimas concretas, sino contra la Humanidad en su
conjunto. Pero esa es, sin duda, una definición muy amplia.

¿Qué son los crímenes de lesa humanidad?

Crímenes de lesa humanidad: significado


El Diccionario del Español Jurídico es más concreto, y ofrece algunos ejemplos
que pueden ayudarte a entenderlo mejor. Define el crimen de lesa humanidad
como aquel “de especial gravedad, como el asesinato, el exterminio, la esclavitud,
la deportación o el traslado forzoso de población, la privación grave de libertad o la
tortura, que se comete como parte de un ataque generalizado o sistemático contra
una población civil y con conocimiento de dicho ataque”.
Así pues, de acuerdo con esta definición, para poder calificar los hechos de
crímenes de lesa humanidad no solo debe haber una acción violenta grave,
también otras circunstancias. Por ejemplo, no se considera crimen de lesa
humanidad una acción aislada. Esta debe formar parte de un objetivo mayor
contra un sector de la población. Además, debe haber intención por parte de quién
la comete. O lo que jurídicamente llamamos ‘dolo’. Y solo se consideran crímenes
de lesa humanidad si han sido cometidos contra población civil. Quedan excluidos,
según esta definición, los ataques contra soldados en combate.

Crímenes de lesa humanidad en el Estatuto de Roma


La definición del Diccionario del Español Jurídico es, en todo caso, un resumen o
interpretación del concepto original. Desde finales del siglo XIX, y especialmente
tras las guerras mundiales, el Derecho Internacional fue tipificando las conductas
criminales que consideraba más graves, aquellas que atacaban derechos
fundamentales. Y recogió algunas de estas en el Estatuto de Roma de la Corte
Penal Internacional, del 17 de julio de 1998. Es ahí donde se sientan las bases del
concepto crímenes de lesa humanidad.
Se definen, en concreto, en el artículo 7. En él se citan, como en la definición
anterior, el asesinato, el exterminio, la esclavitud, la deportación, la tortura o la
privación de libertad física violando las normas del Derecho Internacional. Pero,
además, se añaden otros delitos. Entre ellos, la “persecución de un grupo o
colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales,
nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género…”. Y se señala al apartheid o
la desaparición forzada de personas, entre ellos.
Además, se añaden delitos sexuales. “Violación, esclavitud sexual, prostitución
forzada, embarazo forzado, esterilización forzada u otros abusos sexuales de
gravedad comparable”. Al igual que el resto, todos ellos serán considerados
crímenes de lesa humanidad siempre que se cometan también “como parte de
un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con
conocimiento de dicho ataque”.
Ejemplos de crímenes de lesa humanidad
El apartheid sufrido por la población en Sudáfrica o el genocidio de Ruanda en
1994 son algunos ejemplos de esa variedad de formas que pueden adoptar los
crímenes de lesa humanidad. Durante el intento de los hutus de exterminar a la
población tutsi, asesinaron a un millón de personas, aproximadamente. Pero
las violaciones sistemáticas fueron también parte del horror. Y se calcula que
más de 200 000 mujeres padecieron entonces ese tipo de crímenes de lesa
humanidad.
Por desgracia, tampoco podemos decir que estas acciones sean cosa del pasado.
Este mismo año expertos de las Naciones Unidas denunciaban posibles
crímenes de lesa humanidad en el conflicto de Sudán del Sur. Entre ellos,
también torturas y violaciones. Y todavía hay mucho por hacer en lo que respecta
a los derechos humanos en África.
En cualquier caso, hay otras cosas que podemos hacer para frenar las injusticias.
Por ejemplo, ayudar a los países más desfavorecidos a salir de la pobreza y la
desigualdad. Y en eso tú también puedes colaborar.

5. CRIMEN DE AGRESIÓN
El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, establecido en 1998 y en
vigor desde el año 2002, tipificó cuatro delitos para la competencia de la Corte. El
crimen de genocidio, los crímenes de lesa humanidad y los crímenes de
guerra fueron definidos en los artículos 6, 7 y 8, respectivamente, dejando
el crimen de agresión como el único tipo penal sin definir.
Esta situación irregular de configurar un tipo penal sin que sea estrictamente
definido (lo que en terminología jurídica se denomina "tipo penal abierto") existió
entre los años 2002, año en que el Estatuto de Roma entró en vigor, y 2010. El 11
de junio de ese año la Asamblea de Estados Miembros de la Corte Penal
Internacional aprobó por consenso la Resolución RC/Res.6, la cual define el
crimen de agresión y de conformidad con los artículos 121 y 123 del Estatuto de
Roma, por lo que se trata de una enmienda al Estatuto, y con ello, aplicable a
todos sus miembros.
La Resolución 6 agrega un artículo 8 bis que establece que "una persona comete
un “crimen de agresión” cuando, estando en condiciones de controlar o dirigir
efectivamente la acción política o militar de un Estado, dicha persona planifica,
prepara, inicia o realiza un acto de agresión que por sus características, gravedad
y escala constituya una violación manifiesta de la Carta de las Naciones Unidas."
Así mismo, dice que "por “acto de agresión” se entenderá el uso de la fuerza
armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la
independencia política de otro Estado, o en cualquier otra forma
incompatible con la Carta de las Naciones Unidas. De conformidad con la
resolución 3314 (XXIX) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de 14 de
diciembre de 1974, cualquiera de los actos siguientes, independientemente de
que haya o no declaración de guerra, se caracterizará como acto de agresión:" y
enumera una serie de siete clases de actos que constituyen el tipo penal al que
nos referimos, entre los que se incluyen:

 La invasión de un Estado por otro;


 El ataque (por fuera de lo establecido en el Art. 51 de la Carta de la ONU)
de fuerzas armadas de un Estado contra otras de otro Estado o contra la
población civil de éste;
 Toda ocupación militar que derive de los actos anteriores y que implique
el uso de la fuerza;
 El bombardeo;
 El bloqueo de puertos o de costas de un Estado;
 La utilización de las fuerzas armadas de un Estado que se encuentren en
un Estado extranjero con acuerdo de éste pero que exceda las condiciones
pactadas entre ambos Estados incluyendo toda prolongación de la presencia
en el territorio extranjero de fuerzas militares de un Estado foráneo;
 La disposición de un territorio propio de un Estado para que otro Estado
pueda agredir a un tercero;
 O el envío por parte de un Estado de grupos irregulares (generalmente
denominados “paramilitares”) o mercenarios que lleven a cabo actos
armados contra otro Estado.

EL CRIMEN DE AGRESIÓN DESDE LA PERSPECTIVA DE LAS RELACIONES


INTERNACIONALES. LA OPOSICIÓN DE LOS ESTADOS PERMANENTES DEL
CONSEJO DE SEGURIDAD
Desde un punto de vista analítico, respecto de las relaciones complejas en el
sistema mundo, el crimen de agresión definido en Kampala se enfrenta a la
oposición de los cinco Estados miembros del Consejo de Seguridad, en tanto ven
limitado su derecho al uso de la fuerza contra otros países, enunciado en la Carta
de la ONU. Esta posición privilegiada se ha convertido en uno de los obstáculos
más grandes para el futuro desarrollo, entrada en vigor y aplicabilidad del crimen
de agresión, por parte de la CPI. Por ejemplo, Estados Unidos, que participó como
Estado observador en Kampala, se opone a la entrada en vigencia del crimen de
agresión en cabeza, si bien no exclusiva, de la CPI. A esto se le debe sumar que
la Corte Penal se encuentra limitada en su capacidad de investigar los crímenes
que le competen, según lo consagrado en el Artículo 16 del ER:
“En caso de que el Consejo de Seguridad, de conformidad con una resolución
aprobada con arreglo a lo dispuesto en el Capítulo VII de la Carta de las Naciones
Unidas, pida a la Corte que no inicie o que suspenda por un plazo de doce meses
la investigación o el enjuiciamiento que haya iniciado, la Corte procederá a esa
suspensión; la petición podrá ser renovada por el Consejo de Seguridad en las
mismas condiciones”. Esta suspensión de una investigación por parte de la Corte,
a petición del Consejo de Seguridad, se presentó en la Resolución 1422 de junio
12 de 2002, la cual fue prorrogada un año más a solicitud del Consejo de
Seguridad, por la Resolución 1487 del 12 de julio de 2003. Dice así la Resolución
1422: “Actuando con arreglo al Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, 1.
Pide, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 16 del Estatuto de Roma, que
la Corte Penal Internacional, si surge un caso en relación con acciones u
omisiones relacionadas con operaciones establecidas o autorizadas por las
Naciones Unidas y que entrañe la participación de funcionarios, ex funcionarios,
personal o antiguo personal de cualquier Estado que no sea parte en el Estatuto
de Roma y aporte contingentes, no inicie ni prosiga, durante un período de doce
meses a partir del 1° de julio de 2002, investigaciones o enjuiciamiento de ningún
caso de esa índole salvo que el Consejo de Seguridad adopte una decisión en
contrario; 2. Expresa la intención de renovar en las mismas condiciones, el 1° de
julio de cada año, la petición que se indica en el párrafo 1 para períodos sucesivos
de doce meses durante el tiempo que sea necesario; 3. Decide que los Estados
Miembros no tomarán ninguna medida que no esté en consonancia con el párrafo
1 y con sus obligaciones de carácter internacional. 4. Decide seguir ocupándose
del asunto”.
La resolución anterior es una facultad otorgada a las fuerzas de paz autorizadas
por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en zonas de conflicto
internacional donde participan soldados estadounidenses que, en caso de cometer
crímenes de competencia de la Corte, no pueden ser juzgados por esta.
Esta situación constituye un obstáculo para que la Corte pueda actuar ante
crímenes de agresión en un futuro. Una situación esperanzadora al respecto
puede inferirse del comentario de Concepción Hernández, quien destaca como
importante el dato de que “desde el 2004, el Consejo no ha renovado su decisión
de ejercer la prerrogativa de suspender la jurisdicción de la Corte conforme al
artículo 16”. Ahora bien, en cuanto al ejercicio y puesta en práctica del crimen de
agresión en el contexto internacional, puede decirse que este se enfrenta a un
sistema internacional fragmentado; por ejemplo, por un lado se encuentran las
potencias que más incurren en este tipo de crimen y que se oponen a la entrada
en vigencia del crimen de agresión en competencia de la Corte, tales como
Estados Unidos, China, Rusia. Es de anotar que los cinco países le apuestan a
que sea el Consejo de Seguridad el que conserve la competencia sobre el crimen
de agresión con sustento en el Artículo 39 de la Carta de la ONU.

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