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Erika Sequeira
Año 2023
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Introducción
Formación ACR, donde comencé a trabajar en agosto de 2021. Allí imparto clases de Audioperceptiva y
llevando a cabo la labor docente en Audioperceptiva, aunque en los cursos de niños he adaptado
adultos.
habilidad y nos acercamos principalmente a la interpretación de música popular. Las clases son de tipo
taller grupal, aunque tuvimos temporadas donde trabajamos individualmente y turnándose entre cada
enseñanza de ambas materias, mi objetivo central es desarrollar clases donde lo simple y activo sea el
motor para que cada estudiante parta hacia un nuevo nivel musical, subjetivo y a corto plazo, como así
también a largo plazo lograr un crecimiento grupal, que trascienda las edades y las habilidades musicales
de cada quien.
El propósito de este análisis de experiencias didácticas, es reflexionar sobre todo aquello que se
pone en juego a la hora de diseñar clases efectivas para los estudiantes (en nuestro ideal),
pero realmente muchas veces se terminan sólo convirtiendo en clases efectivas para quienes
enseñamos. Busco encontrar un camino orientativo para guiar a otros desde un lugar de
acompañamiento y no de autoritarismo, sin dejar de tener en cuenta cuál es mi rol como docente:
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¿Para quién enseño, para ellos o para mi?, ¿para qué?, ¿por qué lo hago de esta forma?,
¿puedo brindar algo más útil, más específico, más efectivo?... Todas estas preguntas fueron apareciendo
Desarrollo
A continuación, ejemplo de dos modelos de unas de las primeras clases que planifiqué en el
primer año de enseñanza (2021), una pensada para niños y otra para adultos.
Adultos
Objetivo: Conocer las figuras rítmicas derivadas del compás simple. Percibir auditivamente la
Contenido: Cualidad del sonido “duración”, ritmo, compás simple. Acentuaciones características
Duración: 50 min.
1- Lectura grupal del material. Audición de ejemplos en pista de audio, luego buscar
2- Buscar juntos un pulso en común para palmear el siguiente ejercicio del libro de H. Pozzoli:
Niños
Objetivo: Conocer las figuras rítmicas derivadas del compás simple de 2 tiempos.
Contenido: Cualidad del sonido “duración”, ritmo, compás simple. La duración de las figuras
rítmicas básicas derivadas del compás simple de 2/4 - Sincronicidad grupal en la interpretación percusiva
de células rítmicas .
Duración: 50 min.
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1- Ensayamos percutir el ritmo de la sección “A” a modo de eco rítmico, (primero toco yo y ellos
repiten) sobre el banco y sin música. Probar en diferente orden y dirección, leyendo al revés, etc.
2- Dar play a la pista y percutir la sección A sobre la pista. Repetir y detener la pista las veces que
sea necesario.
4- Probar una última vuelta pero ahora cada uno siguiendo su propia partitura rítmica (PDF
impreso):
Conclusión
A partir de las anteriores clases que planteé, analizo los siguientes puntos:
grupal, por turnos y luego simultánea con palmas interpretando las células rítmicas con
• Problematización de una situación a resolver por los estudiantes: Encontrar un tempo en común
que permita tocar sincronizados, percutir las figuras rítmicas ayudándose mediante la oralidad al
usar sílabas para representar distintas duraciones y así poder diferenciar e interpretar figuras
• Problematización de una situación a resolver por los estudiantes: A partir de la escucha, el toque
ensayos sin música en el medio de la práctica para variar la velocidad e intensidad y así lograr
una interpretación prolija pero también musical (por ejemplo, bajando la velocidad en pasajes
que generaban dificultad para seguir el tempo - cuatro semicorcheas antes o después de un par
También ajustamos la entrada, trabajamos la concentración para poder comenzar a tocar justo
al darles la indicación.
• el diálogo: donde el estudiante comenta, compara, pregunta, descubre, recuerda y eso mismo lo
tomé como estrategia para partir hacia aquello que me había propuesto enseñar. Por ejemplo:
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el toque famoso que ya conocían de dos corcheas y una negra de la base rítmica de “We will
rock you” de Queen, en el curso de niños apareció al instante después de probar y tocar dicha
célula rítmica, lo que permitió continuar con confianza todo lo que seguía;
• la explicación, como herramienta principal para transmitir y verbalizar con palabras propias el
musicales de secciones formales (en el caso del curso de niños), y en el caso de los adultos al
distinguir compases en cada ejemplo musical, también al nombrar con sílabas las figuras
rítmicas para distinguirlas en sus duraciones, cuando descubrimos cuál era la diferencia entre
• Apoyaturas tanto visuales como auditivas: con las escrituras en el pizarrón, las partituras en
Tarea docente
La labor docente comienza justo antes de pasar a escribir una planificación. En mi caso,
surgieron preguntas una detrás de otra en ese momento donde enseñaría a dos cursos tan distintos por
¿Todos tendrán la misma edad o no?, ¿Saben todos leer, escribir? ¿Presentaré material escrito
de entrada o después de un tiempo?, ¿Son todos principiantes en la música?, ¿Lo que quiero enseñar
“universo” de mis estudiantes? su entorno, la música que escuchan, qué consumen en los medios, qué
les apasiona, qué les aburre, qué los detiene, sus experiencias previas, ¿etc.?
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Mis objetivos al diseñar las clases estaban condicionados no sólo por lo meramente curricular, el
contenido en sí, o el tiempo, sino más bien por el grupo sus subjetividades, sumado a lo que
aprenderían en sus clases grupales de instrumento. Por eso, quiero citar textual a Lee S. Schulman, que
deja expuesto de forma clara la importancia de ese “razonamiento pedagógico” para lograr una
adaptación/adecuación del saber teórico que poseemos como docentes hasta hacerlo enseñable
“El razonamiento pedagógico forma parte de la enseñanza en la misma medida que lo hace el
acto real de enseñar. El razonamiento no termina cuando culmina la instrucción. Las actividades de
En cuanto a las clases con adultos, conociendo el caso de la prof. Colleen investigado por
Grossman en el mismo libro citado anteriormente, puedo hoy entender por qué es que las clases
terminaban siendo más expositivas que dinámicas en muchos de los casos. Quizás no estuve
acostumbrada a enseñar educación Audioperceptiva antes, y menos a edades superiores. Supongo que
esa incomodidad me llevó mucho tiempo al camino más “fácil” y opté por cambiar mi estilo de
canciones a otras tonalidades, por ejemplo. La facilidad “de oído” instrumental que gané con el tiempo
ligado a la práctica y acción inmediata, me ayudó en una clase a transmitirles de manera simple y segura
No puedo dejar de mencionar este dilema, que ha sido el movilizador más grande de todas mis
autocríticas después de cada clase. Me ha costado desprenderme de esa idea de que “saber música”
significa saber leer y escribir música, porque en sí, la idea de la materia es que cada estudiante obtenga
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herramientas para poder estudiar y conocer su instrumento de forma particular. Y ahí es donde
encuentro a la música vista como acción, o “performance”, Al tener en cuenta la música como una
forma de ejecución, el significado se hace vivo durante ese momento mismo de la interpretación. Es ahí
donde cuido actualmente desde donde partir y como lugar de llegada, y que si hay alguna instancia
donde encontremos el texto en la música sea como un ingrediente que aporte una ayuda para un
momento específico dentro del estudio y la interpretación. Cuidando que esa instancia “teórica” quede
“La significación ocurre entonces cuando operamos con el sonido. Como tiene que ver con lo
performativo, el significado se ajusta a una realidad que por definición es siempre cambiante, otorgando
un sentido a lo musical que incluye lo contextual y lo cultural.” (El desarrollo de las habilidades
auditivas de los músicos: teoría e investigación. Favio Shifres y Pilar Holguín Tovar, p. 63)
Para finalizar, hoy por hoy pienso que en ambas clases hubo predominio de enfoque
conductista, con una mirada muy fuerte de la música como texto, que predominó sobre cada intento de
equilibrar la lecto-escritura con la música en acción. Quizás en el curso de niños pudimos vivenciar una
experiencia musical diferente que los adultos al tocar sobre una pista grabada, donde no sólo oíamos la
música sino también a nosotros mismos percutir sobre ella buscando la complicidad actitudinal/musical
de tocar en grupo por primera vez (gestos, miradas, coincidir en los toques, risas en las equivocaciones,
Sin embargo, hoy, repensando y analizando estas clases, imagino otras posibilidades para lograr
tanto a leer un ejercicio rítmico como para tocar un arreglo sobre una obra musical. Tal vez llegar
mediante la música desde otros aspectos (baile, canto, apreciación auditiva de la instrumentación,
identificar secciones formales a través del movimiento, la utilización de objetos mediadores, crear
llevó días buscar, seleccionar y editar las pistas, pero sin dudas el resultado fue una clase dinámica
donde entre todos pusimos en palabras lo que escuchábamos diferente en cada caso, para luego ir a la
teoría.
• Primero, establecí una velocidad de tempo: 90 PPM. Descargué una pista de audio con
metrónomo en 90 PPM.
• Segundo, busqué con ese mismo tempo, pistas rítmicas/instrumentales de diferentes géneros:
4- Tango (instrumental “La cumparsita”) (modificado el tempo). Sucedió que, al elegir este
género, no tuve forma de encontrar una pista en la que puedan identificar un ritmo específico de tango.
Como quería que apareciera en la lista de pistas para escuchar, no encontré opción más que elegir un
instrumental.
• Tercero, el momento de la edición: Seleccioné fragmentos de cada pista para que tuvieran la
misma duración. Los guardé como pequeñas pistas individuales por género. Luego, sobre la pista
del metrónomo, mezclé esas mismas pistas cuidando que coincidieran con el pulso del click.
La dinámica de la clase consistió en escuchar cada pista por separado, y dejar que ellos
nombraran qué género musical estaba sonando. Luego de cada escucha, imitamos vocal y/o
persuasivamente sobre el cuerpo el ritmo que había sonado. Los comparamos uno con otro, algunos
nombraron canciones que conocían, pensamos en qué instrumentos tenía una banda de rock, un grupo
Después de todo eso, escuchamos la gran pista con metrónomo con cada uno de esos géneros
añadidos. Luego sucedió lo mismo, dejé que ellos me dijeran qué era ese click
que sonaba de fondo, constante, siempre igual, y qué pasaba con esos fragmentos musicales:
Coincidían con el click, pero eran distintos entre ellos; apareció su propia definición de ritmo y pudieron
distinguir que cada género estaba sonando a una misma velocidad. Comentamos cómo cada género
usaba bases rítmicas e instrumentaciones características para diferenciarse y caracterizarse entre sí, que
permitían que nos diéramos cuenta por ejemplo que una cumbia no era lo mismo que un huayno.
Para finalizar, gracias a este trabajo final de Didáctica pude poner en cuestionamiento, por
escrito, y con acompañamiento bibliográfico la forma en la que enseño. Donde todo entra en juego: el
entorno, mis conocimientos, mis debilidades, personalidad, prejuicios del saber, prejuicios de cómo
Entiendo hoy por hoy, que aún si en una clase no todo funcionó como lo planeé, donde la
planificación escrita ideal quedó lejos de lo que sucedió en el aula, no necesariamente es una “mala
clase”. Es una mala clase para la planificación, sí, pero es aprendizaje para mí.
Cada desacierto me acerca más a poner en crisis lo que diseño, lo que imparto, lo que creo que
formas de enseñar, a desarmar el aula para crear espacios que convoquen a vivenciar la música y
encontrar el equilibrio con la “teoría”, y buscando, como anteriormente mencioné, que esa teoría sea el
soporte de registro de lo que ya sucedió en el grupo: el ritmo que tocaron, la música que bailaron, las
repeticiones que eligieron, los silencios que hicieron, las coreografías que crearon, los instrumentos que
Espero poder continuar con este aprendizaje a lo largo de este camino apasionante que elegí,
Bibliografía
• Sanjurjo L. y Rodríguez X., (2013). Volver a pensar la clase. Las formas básicas de enseñar. Homo
Sapiens Ediciones.
• Schulman L. S., Conocimiento y enseñanza. Ensayo. Harvard Educational Review, Vol. 57, N° 1,
primavera 1987 (Copyright © 1987 by the President and Fellows of Harvard University).
• Shifres F. y Holguín Tovar P., (2015). El desarrollo de las habilidades auditivas de los músicos.