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WRIGHT, Susan. 2011 (1998). “La politización de la ‘cultura’ “. In: BOIVIN, M, ROSATO, A.

& ARRIBAS,
V. Constructores de otredad. Una introducción a la antropología social y cultural. Buenos Aires:
Antropofagia. pp. 156-173.

 ¿Cómo intervienen las relaciones de poder en las disputas en torno de la cultura?


En el texto, se analiza cómo las relaciones de poder intervienen en las disputas en torno a la cultura. Se
discuten tanto los "viejos" como los "nuevos" enfoques sobre la cultura y cómo los actores, incluidos
los políticos, tomadores de decisiones y antropólogos, utilizan el concepto de cultura como una
herramienta política en diferentes contextos.

En cuanto a los "viejos significados de cultura", se menciona cómo en los primeros años de la
antropología social moderna, los antropólogos tenían una visión más simplista y homogénea de la
cultura. Consideraban a las culturas como entidades fijas y delimitadas que poseían características
definidas y estables. Sin embargo, esta idea fue objeto de críticas, ya que se utilizó para justificar el
colonialismo y la exclusión de minorías, y se le atribuyó una base esencialista que no reflejaba la
realidad compleja y fluida de las culturas.

Por otro lado, los "nuevos significados de cultura" se centran en una visión más dinámica y conflictiva
de la cultura. Se entiende la cultura como un proceso activo de construcción de significado y disputa,
donde los actores posicionados de manera diferente en las relaciones sociales y de poder utilizan
recursos para definir y redefinir la cultura según sus intereses. Se reconoce que las culturas no son
entidades aisladas, sino que se entrelazan con múltiples influencias y conexiones locales, nacionales y
globales.

El texto también aborda cómo los políticos y tomadores de decisiones han politizado el concepto de
cultura en diferentes contextos. Por ejemplo, algunos políticos británicos de derecha utilizaron el
término "cultura" para hablar de nacionalismo y exclusión, mientras que en el campo del desarrollo
internacional, la "cultura" se ha incorporado al discurso para fundamentar políticas globales.

En resumen, el texto enfatiza que la cultura no es una entidad estática y uniforme, sino un proceso en
constante cambio y disputa. Las relaciones de poder juegan un papel importante en la definición y
utilización del concepto de cultura en diferentes contextos, lo que puede tener consecuencias
significativas para aquellos que están marginados o empobrecidos. La comprensión de estos procesos
políticos puede ayudar a revelar cómo los actores utilizan la cultura como una herramienta para
legitimar su poder y mantener el control en diversos campos.

 ¿De qué maneras la globalización y las relaciones mercantiles en el marco de una economía
capitalista en su fase actual transforman los diferentes usos de la noción de cultura(s)?
En el texto, se exploran maneras en las que la globalización y las relaciones mercantiles en el marco de
una economía capitalista en su fase actual transforman los diferentes usos de la noción de cultura.
Racismo cultural:
En la política británica, la Nueva Derecha redefinió la noción de cultura al apropiarse de ideas de los
estudios culturales, como las de Gramsci de hegemonía. La Nueva Derecha se dio cuenta de que para
desestabilizar y reemplazar la ideología dominante, también debían intervenir en la "cultura". Se
apropiaron del lenguaje anti-racista respecto a la necesidad de respetar las diferencias culturales, pero
invirtieron el significado de "diferencia". En lugar de celebrar la diversidad y la hibridez, utilizaron la
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cultura para reforzar la exclusión y afirmar una identidad nacional esencialista. Se concentraron en
definir y defender lo distintivo del ser inglés, excluyendo a las minorías étnicas y restringiendo sus
derechos y participación en la definición y desarrollo de la nación.
Cultura corporativa:
En el ámbito empresarial, la noción de cultura también ha sido transformada por la globalización y las
relaciones mercantiles. La cultura corporativa se convirtió en una palabra resonante en los estudios de
gerenciamiento, y se considera esencial para el éxito de cualquier organización seria. La cultura
corporativa se ha vinculado con la misión de la empresa y se utiliza como una herramienta de
gerenciamiento para dirigir y controlar a los empleados. En algunos casos, la cultura corporativa se
basa en un sistema central de comando y control, con énfasis en la jerarquía y las reglas estrictas. En
otros casos, especialmente en industrias globales donde los productos se diseñan y producen en
diferentes países, la cultura corporativa se enfoca en la participación activa de los empleados en
equipos y alianzas flexibles, buscando empoderarlos para tomar decisiones y adaptarse rápidamente a
nuevas circunstancias.
El texto también aborda cómo los políticos y tomadores de decisiones han politizado el concepto de
cultura en diferentes contextos. Por ejemplo, algunos políticos británicos de derecha utilizaron el
término "cultura" para hablar de nacionalismo y exclusión, mientras que en el campo del desarrollo
internacional, la "cultura" se ha incorporado al discurso para fundamentar políticas globales.
La globalización y las relaciones mercantiles en el marco de una economía capitalista en su fase actual
han transformado los diferentes usos de la noción de cultura de diversas maneras. El texto menciona
dos ejemplos que ilustran estos cambios:
Influencia de organismos internacionales: Organismos como UNESCO (Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) han contribuido a la definición y uso del concepto de
cultura en el contexto del desarrollo de ultramar. En su informe "Nuestra Diversidad Creativa",
UNESCO establece dos definiciones de cultura: la primera considera que la cultura es constructora y
constitutiva de todos los aspectos de la vida, incluyendo la economía y el desarrollo; la segunda
sostiene que el mundo está formado por culturas o pueblos discretos.
Identidades culturales y desarrollo: La globalización, la caída del orden mundial bipolar y los esfuerzos
fallidos en pos del desarrollo han llevado a confrontaciones por recursos escasos entre identidades
culturales estrechas. Esto ha provocado la manipulación de identidades culturales y, en algunos casos,
ha llevado a la violencia. El desarrollo exitoso, según se argumenta, puede conducir al florecimiento
cultural, la creatividad y el progreso.
El texto también menciona cómo la noción de cultura puede tener diferentes significados y usos según
quién esté definiendo. Por ejemplo, cuando la cultura es definida por organismos internacionales o por
personas externas a una comunidad, puede llevar a la objetivación y simplificación de las prácticas
culturales. Sin embargo, cuando los propios grupos indígenas definen su cultura, pueden usarla como
una estrategia para resistir la opresión y establecer los términos de sus relaciones con el mundo
exterior.
En resumen, la globalización y las relaciones mercantiles han influido en cómo se entiende y utiliza el
concepto de cultura, tanto desde la perspectiva de organismos internacionales como desde la de las
comunidades locales. Ha habido una tensión entre las definiciones impuestas desde afuera y la
autodefinición de las culturas por parte de los grupos locales, lo que ha llevado a diferentes usos y
significados de la noción de cultura en el contexto actual. La noción de cultura se ha convertido en una
herramienta para consolidar y ejercer el poder, ya sea para afirmar una identidad nacional excluyente
o para dirigir y controlar a los empleados en el ámbito empresarial. La globalización y las relaciones
mercantiles han influido en cómo se entiende y utiliza la cultura en distintos contextos, y estas
transformaciones tienen profundas implicancias para las políticas públicas y la vida de las personas.
1. Preste atención en los diferentes momentos históricos a cómo la noción de cultura va tomando
protagonismo.
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En el texto, se muestra cómo la noción de cultura ha ido tomando protagonismo de diferentes
maneras a lo largo del tiempo. Inicialmente, los antropólogos tenían la idea de cultura como la
totalidad del estilo de vida de un grupo o sociedad. Sin embargo, esta concepción fue objeto de críticas
y cuestionamientos.
En el siglo XX, surgieron nuevos enfoques que rechazaron la visión evolucionista y determinista de la
cultura. Se enfatizó la particularidad de cada cultura como resultado de las respuestas del grupo a
condiciones medioambientales y de su desarrollo histórico específico. Se argumentó que cada pueblo y
grupo tenía un estilo de vida distintivo y legítimo que debía ser valorado.
Sin embargo, con el tiempo, esta idea de cultura como entidad fija y auténtica también fue
cuestionada. Se criticó la forma en que se trataba a la cultura como un conjunto de ideas o significados
compartidos por toda una población homogénea, ignorando la diversidad y la dinamicidad de las
culturas.
Se reconoció que las identidades culturales no son inherentes, definidas o estáticas, sino que son
dinámicas, fluidas y construidas situacionalmente. Las culturas son producto de procesos de
construcción de significado y están sujetas a disputas y negociaciones. Las definiciones de cultura son
influenciadas por las relaciones de poder y las diferentes posiciones de los actores sociales.
En resumen, la noción de cultura ha evolucionado y se ha alejado de la idea de una entidad fija y
auténtica. Se reconoce que la cultura es un proceso activo de construcción de significado y que las
definiciones de cultura están en constante disputa. Además, se enfatiza la diversidad, la fluidez y la
historicidad de las culturas.

 Repare en cómo la autora explica que la noción de cultura ha sido retomada en un sentido
antropológico, por parte de diferentes actores de sociedades contemporáneas.

En el texto, se retoma la noción de cultura al analizar cómo la Nueva Derecha británica redefine el
concepto y lo utiliza como una herramienta para promover su agenda política. La Nueva Derecha se
apropia de las ideas de cultura de los estudios culturales, el antirracismo y la antropología social, y las
manipula para fortalecer la exclusión y promover un racismo renovado.
La Nueva Derecha reconoce que el mundo ya no puede verse como un mosaico de culturas discretas
debido a la migración y la diáspora, pero en lugar de celebrar las diferencias y la hibridez cultural,
invierten el significado de "diferencia". Se oponen a la dilución de la identidad y defienden una versión
exclusiva y esencialista de la cultura inglesa. Utilizan la cultura como un criterio para definir la
identidad nacional y establecer límites, reforzando la idea de que ser inglés implica adherirse a ciertas
prácticas y valores específicos.
La Nueva Derecha redefine la nación en términos de cultura en lugar de raza, presentando esta idea
como moral y noble. Argumentan que defender la propia cultura de las influencias externas es legítima
auto-defensa. Sin embargo, en realidad, esta reinterpretación de la cultura y la defensa de la identidad
nacional tienen implicaciones racistas y excluyentes, ya que las minorías étnicas son excluidas de
participar en la definición y desarrollo de la cultura y se ven sujetas a políticas discriminatorias.
En resumen, se retoma la noción de cultura al analizar cómo la Nueva Derecha utiliza y manipula el
concepto para fortalecer la exclusión y promover un racismo renovado. Se apropian de las ideas de
cultura, nación, raza y diferencia, cambiando sus significados para promover su agenda política y
justificar la exclusión de las minorías étnicas.

En el texto, se retoma la noción de cultura al examinar cómo se utiliza en el campo de los estudios
organizacionales y el gerenciamiento. Se observa que a principios de los años 80, la cultura corporativa
se convirtió en un tema relevante en el ámbito empresarial, y se atribuyó a la antropología el concepto
de cultura utilizado en este contexto.
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Se menciona que la cultura corporativa se considera crucial para cualquier organización seria, y se
utiliza para definir la identidad y los comportamientos de la empresa. Algunas empresas enfatizan una
cultura corporativa fuerte, con límites claros y comportamientos estandarizados, mientras que otras
empresas utilizan nuevas ideas de cultura para adaptarse a formas más flexibles de organización,
especialmente en industrias donde los productos se diseñan y fabrican en diferentes países.
Sin embargo, se señala que hay una diferencia entre la nueva idea de cultura como un proceso
continuo de construcción de significado y la antigua idea de cultura como una entidad definida y
controlada desde arriba. En el campo del gerenciamiento, a veces se tiende a adoptar la perspectiva de
los directivos sobre los trabajadores, utilizando la cultura como una herramienta para dirigir y controlar
la participación de los empleados en nuevas formas de organización. Esto puede llevar a una visión
parcial y a un desequilibrio de poder en las relaciones laborales.
Además, se menciona que se cita a Geertz, un antropólogo reconocido, en el campo de los estudios
organizacionales, pero su enfoque sobre la cultura y su comprensión del conflicto y el poder a menudo
se simplifican o se desvían hacia la vieja idea de cultura como una entidad estática y controlada desde
arriba.
En resumen, la noción de cultura se retoma en el texto al analizar cómo se utiliza en el campo de los
estudios organizacionales y el gerenciamiento. Se señala la diferencia entre la nueva idea de cultura
como un proceso de construcción de significado y la antigua idea de cultura como una entidad definida
y controlada desde arriba. Además, se destaca la importancia de no adoptar una perspectiva exclusiva
de los directivos sobre los trabajadores al utilizar la cultura como una herramienta de gerenciamiento.

En el texto se retoma la noción de cultura al examinar su uso en el contexto del desarrollo de ultramar
y la influencia de los antropólogos. Se presentan dos ejemplos que ilustran diferentes perspectivas
sobre la cultura.
En el primer ejemplo, se menciona el informe de UNESCO titulado "Nuestra Diversidad Creativa", el
cual define la cultura como entidades discretas y aboga por la protección de la diversidad cultural. Este
enfoque se basa en una visión tradicional de la cultura como una forma de vida distintiva de un pueblo
o sociedad. Se argumenta que el descuido de la cultura ha llevado a confrontaciones violentas y que
fomentar la diversidad cultural conduciría a la creatividad, la innovación y el progreso.
Sin embargo, se señala que esta visión de la cultura se basa en una perspectiva arcaica que no aborda
los procesos de disputa y poder que definen las organizaciones y las relaciones entre grupos. Además,
el informe de UNESCO establece juicios de valor sobre qué aspectos de la diversidad cultural son
aceptables y cuáles no, lo que plantea interrogantes sobre quién tiene el poder para definir y decidir.
En contraste, el segundo ejemplo presenta el caso de los líderes Kayapó en Brasil, quienes utilizan el
film etnográfico para afirmar su propia definición de cultura y desafiar los procesos que los han
marginado. En este caso, los Kayapó han aprendido a objetivar y utilizar su cultura como un recurso en
las negociaciones con agencias gubernamentales e internacionales. Han logrado definir su cultura para
establecer los términos de sus relaciones con el mundo exterior y recuperar el control sobre el
concepto de cultura.
En resumen, la noción de cultura se retoma en el texto al examinar cómo se utiliza en el contexto del
desarrollo de ultramar y la influencia de los antropólogos. Se destacan diferentes perspectivas, desde
una visión tradicional y arcaica que enfatiza la protección de la diversidad cultural hasta una visión más
autónoma y política de la cultura, como se evidencia en el caso de los líderes Kayapó.

 ¿De qué forma los formuladores de políticas públicas, tomadores de decisiones


gubernamentales y antropólogos (entre otros agentes y agencias) están politizando la cultura
en los casos que ella expone?

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Los formuladores de políticas públicas, tomadores de decisiones gubernamentales y antropólogos
están politizando la cultura de varias maneras en el texto.
En primer lugar, se menciona que los antropólogos han adoptado nuevas ideas de cultura que
reconocen que las definiciones académicas de cultura son políticas y toman una posición. Esto implica
que los antropólogos mismos están involucrados en la politización de la cultura al utilizarla como un
recurso en la construcción de significado y en la lucha por el poder para definir conceptos clave,
incluyendo el concepto mismo de cultura.
En segundo lugar, se destacan diferentes estrategias políticas en las que se despliega el término
"cultura" con efectos materiales diferentes. Por ejemplo, los políticos de la Nueva Derecha británica se
apropian de la nueva idea de cultura para reforzar la exclusión y marginación, utilizando la cultura
como un eufemismo de raza. En el contexto de la "cultura corporativa", tanto las viejas como las
nuevas ideas de cultura se utilizan como herramientas de gestión para definir y controlar el proceso de
construcción de significado, reservando el poder último a los gerentes.
Además, se presenta el caso de los líderes Kayapó, quienes politizan la cultura al hacer valer su propia
definición de cultura y utilizarla para establecer los términos de sus relaciones con el mundo exterior.
Los políticos Kayapó utilizan las viejas ideas de cultura de manera consciente y estratégica, logrando
que su voz sea escuchada en foros nacionales e internacionales. En este caso, la politización de la
cultura implica una lucha por el poder de definición con el estado y las agencias internacionales.
En general, la politización de la cultura implica el despliegue de diferentes ideas de cultura en
diferentes contextos políticos, con el objetivo de establecer poder, legitimidad y control. Tanto los
actores políticos como los antropólogos están involucrados en este proceso, y el texto plantea la
necesidad de reflexionar sobre cómo intervenir de manera más efectiva en la politización de la cultura
para beneficiar a aquellos en situación desventajosa y marginados. Esta reflexión puede ayudar a
restaurar la autoridad y relevancia de la antropología en el estudio de los procesos culturales
contemporáneos.
 La autora describe cómo diferentes antropólogos -algunos de ellos presentes en la bibliografía
de esta materia- contribuyeron a la denominada “vieja” idea de cultura. Atienda a sus
principales críticas.

Susan Wright critica a los antropólogos que contribuyeron a la denominada "vieja" idea de cultura por
su enfoque objetivador y despolitizado de la cultura. Según Wright, estos antropólogos construían una
clasificación objetiva de las personas y sus culturas, delineándolas con límites y una lista de rasgos
característicos. Esta concepción de la cultura como algo estático y homogéneo permitía a los
antropólogos situarse aparentemente por fuera de la política y presentarse como meros observadores
neutrales.
Sin embargo, Wright argumenta que esta objetivación de la cultura implicaba una toma de posición
política y era un recurso utilizado tanto por antropólogos como por otros actores para establecer
procesos de dominación y marginación. Al construir la cultura como una entidad separada y definible,
los antropólogos contribuyeron a la creación de categorías que justificaban la exclusión y la opresión
de ciertos grupos.
Wright critica la falta de conciencia política de los antropólogos que adoptaban estas viejas ideas de
cultura y señala que ahora, con las nuevas ideas de cultura como un proceso político de lucha por el
poder para definir conceptos clave, los antropólogos están obligados a reconocer el carácter político de
sus definiciones y a reflexionar sobre su propio análisis antropológico de cómo se politiza la cultura.
En resumen, la crítica de Susan Wright a los antropólogos que contribuyeron a la "vieja" idea de cultura
se centra en su enfoque objetivador, despolitizado y descontextualizado de la cultura, que ocultaba las
dinámicas de poder y contribuía a procesos de dominación y marginación.

 Observe el rol que cumplieron los estudios culturales, la antropología estructural y los
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feminismos en la renovación de las ideas sobre cultura.

Los estudios culturales, la antropología estructural y los feminismos han desempeñado roles
importantes en la renovación de las ideas sobre cultura. Cada uno de estos enfoques ha contribuido a
cuestionar y ampliar nuestras concepciones tradicionales de lo que constituye la cultura y cómo se
produce y reproduce.
Los estudios culturales surgieron en la década de 1960 como una respuesta crítica a las formas
establecidas de estudiar la cultura. En lugar de considerar la cultura como algo estático y homogéneo,
los estudios culturales se centraron en la cultura como un campo de luchas y tensiones, donde las
relaciones de poder y las desigualdades sociales desempeñan un papel importante. Los estudios
culturales se interesaron por las culturas populares y subculturales, y analizaron cómo se producen y
consumen los significados en el contexto de la vida cotidiana. Este enfoque destacó la importancia de
estudiar la cultura desde una perspectiva crítica y política, y tuvo un impacto significativo en la
renovación de las ideas sobre cultura.
La antropología estructural, asociada en gran medida con el trabajo de Claude Lévi-Strauss, también
influyó en la renovación de las ideas sobre cultura. Lévi-Strauss argumentó que las estructuras
subyacentes del pensamiento y las relaciones sociales son fundamentales para comprender la cultura.
Su enfoque se centró en el análisis de las estructuras simbólicas y las oposiciones binarias en diferentes
culturas, y destacó la importancia de los mitos y los sistemas de parentesco en la organización social.
Este enfoque estructuralista ayudó a desafiar las concepciones simplistas de la cultura y promovió una
comprensión más profunda de cómo funciona y se articula en diferentes sociedades.
Por último, los feminismos también han sido fundamentales en la renovación de las ideas sobre
cultura. El feminismo ha cuestionado las formas en que la cultura ha perpetuado la desigualdad de
género y ha buscado desafiar los roles y normas tradicionales de género. Los feminismos han
destacado la importancia de considerar las experiencias y perspectivas de las mujeres en el estudio de
la cultura, así como de analizar las relaciones de poder y la construcción social del género. Además, los
feminismos han contribuido a ampliar el concepto de cultura para incluir no solo las prácticas y
expresiones culturales dominantes, sino también las subculturas y las formas de resistencia y
empoderamiento de las mujeres.
En conjunto, los estudios culturales, la antropología estructural y los feminismos han desafiado las
concepciones tradicionales de la cultura, destacando su carácter dinámico, político y relacional. Han
ampliado nuestra comprensión de la diversidad cultural, han puesto énfasis en las relaciones de poder
y han promovido una mayor atención a las voces y experiencias marginadas en el estudio de la cultura.
En conjunto, estos enfoques han enriquecido y renovado nuestras ideas sobre cultura.

 Preste especial atención a cómo un mismo concepto (por ej. cultura, raza, desarrollo) puede ser
apropiado por diferentes actores para fines diversos y hasta contrapuestos entre sí.

El fenómeno de apropiación de un mismo concepto por diferentes actores con fines diversos y, a
veces, contrapuestos, es una característica común en el ámbito social y académico. Esto ocurre debido
a que los conceptos son construcciones abstractas y su interpretación puede variar según el contexto,
los intereses y las perspectivas de los actores involucrados. Permíteme darte algunos ejemplos
específicos para ilustrar esta situación.
El concepto de cultura puede ser apropiado de diferentes maneras por distintos actores. Algunos
pueden enfocarse en la cultura como un conjunto de prácticas y expresiones artísticas, destacando su
valor estético y promoviendo su preservación. Otros pueden utilizar el concepto de cultura para
enfatizar las tradiciones y valores culturales de un grupo étnico o nacional, a menudo con el objetivo
de fortalecer la identidad colectiva y la cohesión social. Sin embargo, también puede haber
apropiaciones negativas de la cultura, donde se utilice para justificar actitudes racistas o
discriminatorias, reforzando estereotipos perjudiciales.
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En resumen, los conceptos son flexibles y pueden ser apropiados por diferentes actores según sus
intereses y perspectivas. Esta apropiación diversa puede generar interpretaciones y usos
contradictorios y conflictivos, reflejando las complejidades y las disputas inherentes a la vida social y
política. Es importante ser consciente de estas apropiaciones y analizar críticamente cómo se utilizan
los conceptos en diferentes contextos para comprender mejor sus implicaciones y posibles efectos.

 Subraye las diversas situaciones de politización de la cultura presentados por la autora

He distinguido dos conjuntos de ideas acerca de la cultura en la antropología: un conjunto de ideas


más viejo, que equipara a ‘una cultura’ con ‘un pueblo’, que puede ser delineado con un límite y una
lista de rasgos característicos; y nuevos significados de ‘cultura’, no como una ‘cosa’, sino como un
proceso político de lucha por el poder para definir conceptos clave, incluyendo el concepto mismo de
‘cultura’. Años atrás, los antropólogos usaban las viejas ideas de ‘cultura’, la construcción de una
clasificación objetiva de las personas, como una estrategia para situarse aparentemente por fuera de la
política. Ahora los antropólogos que adoptan las nuevas ideas de ‘cultura’ están compelidos a
reconocer que tales definiciones académicas implican una toma de posición y son políticas, y por ende
un recurso que antropólogos y otros pueden usar para el establecimiento de procesos de dominación y
marginación o el desafío a ellos.
La ‘cultura’ tanto en sus viejos como nuevos sentidos ha sido introducida en muchos nuevos dominios
en los ’80 y los ’90, incluyendo racismo cultural y multiculturalismo, cultura corporativa, y cultura y
desarrollo. A veces los antropólogos han estado directamente involucrados, como al preparar el
reporte UNESCO o filmar a los Kayapo. A veces, políticos o gerentes han apelado a las ‘ideas
antropológicas de cultura’ en busca de legitimidad. De cualquier modo, los antropólogos están
implicados en la politización de la ‘cultura’.
En las estrategias políticas exploradas en este artículo, los actores han desplegado el término ‘cultura’
en una cantidad de maneras diferentes y con diferentes efectos materiales. Los políticos de la Nueva
Derecha británica se han apropiado de la nueva idea de ‘cultura’, la transformaron en un eufemismo
de ‘raza’, y la movilizaron para reforzar la exclusión y marginación. En la ‘cultura corporativa’, las viejas
y nuevas ideas de ‘cultura’ han sido usadas como herramientas de gerenciamiento, a menudo
deslizándose de unas a otras, en estrategias para asegurar la participación activa de los trabajadores en
un proceso de construcción de significado donde los gerentes se reservan en última instancia el poder
para definir y controlar. Los Kayapo proporcionan un ejemplo de políticos indígenas haciendo valer su
propia definición de ‘cultura’ y usándola para establecer los términos de sus relaciones con el mundo
exterior. Conscientemente, estaban usando viejas ideas de ‘cultura’ con una apreciación de las políticas
de su construcción. La voz de los políticos Kayapo, al presentar una ‘cultura auténtica’ aparentemente
consensual, ha logrado ser escuchada en foros nacionales e internacionales. El reporte UNESCO
aspiraba a que las ‘culturas’ en el viejo sentido tuvieran la creatividad y el dinamismo de los Kayapo.
Sin embargo, el reporte no enfrentaba el tema central en el caso Kayapo: que estaban involucrados en
una lucha con el estado y las agencias internacionales sobre el poder de definición. En cambio, tanto el
reporte UNESCO como el racismo cultural de la Nueva Derecha británica despliegan una voz sin
cuerpo, ‘nosotros’, para autorizar una definición de arriba hacia abajo de la ‘cultura’ como si fuera de
sentido común o ‘natural’. Esta estrategia, como la antigua estrategia antropológica de objetivación,
intenta enmascarar o borrar la politización de la cultura.
Es decepcionante que la oportunidad provista por el reporte UNESCO a los antropólogos para hacer
impacto sobre el uso político de ‘cultura’ en formas beneficiosas para aquellos en situación
desventajosa y los marginados no haya sido usada más efectivamente. Si nuestro objetivo es
influenciar procesos locales, nacionales e internacionales mediante los cuales las personas son
empobrecidas y sojuzgadas, nos compete reflexionar sobre nuestro propio análisis antropológico de
cómo políticos, asesores políticos y tomadores de decisiones están desplegando viejas y nuevas ideas
de cultura. Podríamos aprender de nuestros análisis de las estrategias políticas de los otros cómo
intervenir más efectivamente nosotros mismos en la politización de la ‘cultura’. En el contexto de
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lamentos recientes acerca de la pérdida de autoridad de la antropología y la disminución de su
relevancia para el estudio de los procesos culturales contemporáneos (debido en parte al avance de los
estudios culturales, GDAT 1996), tal reflexión podría ayudar también a restaurar un muy necesario filo
crítico de la disciplina.

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WRIGHT, Susan. 2011 (1998). “La politización de la ‘cultura’ “. In: BOIVIN, M, ROSATO, A. & ARRIBAS,
V. Constructores de otredad. Una introducción a la antropología social y cultural. Buenos Aires:
Antropofagia. pp. 156-173.

 ¿Cómo intervienen las relaciones de poder en las disputas en torno de la cultura?


En "La politización de la cultura" de Susan Wright, se aborda cómo las relaciones de poder influyen en
las disputas en torno a la cultura. La autora argumenta que la cultura es un campo de batalla político
donde diferentes actores compiten por imponer su visión, valores e intereses.
En primer lugar, las relaciones de poder determinan qué formas de cultura son valoradas y promovidas
en una sociedad. Aquellos con mayor poder político o económico tienden a tener una influencia
desproporcionada en la definición de lo que se considera culturalmente valioso. Esto puede llevar a la
marginalización de ciertas formas de expresión cultural o a la imposición de una cultura dominante
sobre otras.
Además, las relaciones de poder también influyen en la producción y distribución de la cultura. Los
actores con más recursos pueden tener la capacidad de financiar y difundir determinadas
manifestaciones culturales, mientras que otros pueden enfrentar barreras para acceder a recursos y
audiencias más amplias. Esto puede generar desigualdades y perpetuar dinámicas de dominación en el
campo cultural.
Asimismo, las disputas en torno a la cultura a menudo reflejan luchas por el poder y la identidad.
Diferentes grupos sociales pueden tener intereses y visiones contrapuestas sobre qué narrativas y
representaciones culturales deben predominar. Estas disputas pueden volverse especialmente intensas
cuando se trata de cuestiones de identidad étnica, de género, religiosa o política.

En resumen, las relaciones de poder desempeñan un papel central en las disputas en torno a la cultura.
Determinan qué formas de cultura son privilegiadas, quién tiene acceso a los recursos y quién tiene la
capacidad de influir en la definición de la cultura dominante. Comprender estas dinámicas es
fundamental para analizar cómo se construyen las identidades culturales y cómo se negocian y resisten
las relaciones de poder en el ámbito cultural.

 ¿De qué maneras la globalización y las relaciones mercantiles en el marco de una economía
capitalista en su fase actual transforman los diferentes usos de la noción de cultura(s)?
En "La politización de la cultura" de Susan Wright, se exploran las formas en que la globalización y las
relaciones mercantiles en el marco de una economía capitalista transforman los diferentes usos de la
noción de cultura.
En primer lugar, la globalización ha llevado a una mayor interconexión e interdependencia entre las
culturas de diferentes países. Esto ha dado lugar a la difusión y mezcla de ideas, prácticas y productos
culturales a escala global. En este contexto, la noción de cultura se ha expandido para incluir no solo
las expresiones culturales tradicionales de un grupo específico, sino también las influencias culturales
externas y las formas híbridas de cultura resultantes.
Además, en el marco de una economía capitalista globalizada, la cultura se ha convertido en un recurso
económico y en una mercancía. Las industrias culturales, como el cine, la música, la moda y los medios
de comunicación, han experimentado una creciente comercialización y se han convertido en motores
clave de la economía global. La noción de cultura se utiliza cada vez más en términos de su valor
económico y su potencial para generar beneficios comerciales.
En este contexto, se ha producido una mercantilización de la cultura, donde las manifestaciones

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culturales se comercializan y se convierten en productos para su consumo masivo. Esto ha llevado a
una estandarización y homogeneización de ciertos aspectos de la cultura, ya que se adaptan para ser
más atractivos y rentables en el mercado global. Al mismo tiempo, se han generado desafíos y
tensiones en torno a la propiedad intelectual, los derechos de autor y la apropiación cultural.
Adicionalmente, la globalización y las relaciones mercantiles han creado desigualdades en el acceso y la
distribución de la cultura. Las grandes corporaciones y los países económicamente poderosos tienden a
tener una mayor capacidad para difundir y promover su propia cultura a nivel global, mientras que las
voces y expresiones culturales de comunidades marginalizadas o de países en desarrollo pueden verse
subrepresentadas o excluidas.
En resumen, la globalización y las relaciones mercantiles en el marco de una economía capitalista han
transformado los diferentes usos de la noción de cultura. Ha ampliado su alcance para incluir la
influencia global y las formas híbridas de cultura, mientras que también ha generado una
comercialización de la cultura y desigualdades en su acceso y distribución. Estas transformaciones
plantean importantes interrogantes sobre la diversidad cultural, la identidad y el poder en el contexto
contemporáneo.

 Preste atención en los diferentes momentos históricos a cómo la noción de cultura va tomando
protagonismo.

En el texto, se muestra cómo la noción de cultura ha ido tomando protagonismo de diferentes


maneras a lo largo del tiempo. Inicialmente, los antropólogos tenían la idea de cultura como la
totalidad del estilo de vida de un grupo o sociedad. Sin embargo, esta concepción fue objeto de críticas
y cuestionamientos.
En el siglo XX, surgieron nuevos enfoques que rechazaron la visión evolucionista y determinista de la
cultura. Se enfatizó la particularidad de cada cultura como resultado de las respuestas del grupo a
condiciones medioambientales y de su desarrollo histórico específico. Se argumentó que cada pueblo y
grupo tenía un estilo de vida distintivo y legítimo que debía ser valorado.
Sin embargo, con el tiempo, esta idea de cultura como entidad fija y auténtica también fue
cuestionada. Se criticó la forma en que se trataba a la cultura como un conjunto de ideas o significados
compartidos por toda una población homogénea, ignorando la diversidad y la dinamicidad de las
culturas.
Se reconoció que las identidades culturales no son inherentes, definidas o estáticas, sino que son
dinámicas, fluidas y construidas situacionalmente. Las culturas son producto de procesos de
construcción de significado y están sujetas a disputas y negociaciones. Las definiciones de cultura son
influenciadas por las relaciones de poder y las diferentes posiciones de los actores sociales.
En resumen, la noción de cultura ha evolucionado y se ha alejado de la idea de una entidad fija y
auténtica. Se reconoce que la cultura es un proceso activo de construcción de significado y que las
definiciones de cultura están en constante disputa. Además, se enfatiza la diversidad, la fluidez y la
historicidad de las culturas.

 Repare en cómo la autora explica que la noción de cultura ha sido retomada en un sentido
antropológico, por parte de diferentes actores de sociedades contemporáneas.

En el texto, se retoma la noción de cultura al analizar cómo la Nueva Derecha británica redefine el
concepto y lo utiliza como una herramienta para promover su agenda política. La Nueva Derecha se
apropia de las ideas de cultura de los estudios culturales, el antirracismo y la antropología social, y las
manipula para fortalecer la exclusión y promover un racismo renovado.
La Nueva Derecha reconoce que el mundo ya no puede verse como un mosaico de culturas discretas
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debido a la migración y la diáspora, pero en lugar de celebrar las diferencias y la hibridez cultural,
invierten el significado de "diferencia". Se oponen a la dilución de la identidad y defienden una versión
exclusiva y esencialista de la cultura inglesa. Utilizan la cultura como un criterio para definir la
identidad nacional y establecer límites, reforzando la idea de que ser inglés implica adherirse a ciertas
prácticas y valores específicos.
La Nueva Derecha redefine la nación en términos de cultura en lugar de raza, presentando esta idea
como moral y noble. Argumentan que defender la propia cultura de las influencias externas es legítima
auto-defensa. Sin embargo, en realidad, esta reinterpretación de la cultura y la defensa de la identidad
nacional tienen implicaciones racistas y excluyentes, ya que las minorías étnicas son excluidas de
participar en la definición y desarrollo de la cultura y se ven sujetas a políticas discriminatorias.
En resumen, se retoma la noción de cultura al analizar cómo la Nueva Derecha utiliza y manipula el
concepto para fortalecer la exclusión y promover un racismo renovado. Se apropian de las ideas de
cultura, nación, raza y diferencia, cambiando sus significados para promover su agenda política y
justificar la exclusión de las minorías étnicas.

En el texto, se retoma la noción de cultura al examinar cómo se utiliza en el campo de los estudios
organizacionales y el gerenciamiento. Se observa que a principios de los años 80, la cultura corporativa
se convirtió en un tema relevante en el ámbito empresarial, y se atribuyó a la antropología el concepto
de cultura utilizado en este contexto.
Se menciona que la cultura corporativa se considera crucial para cualquier organización seria, y se
utiliza para definir la identidad y los comportamientos de la empresa. Algunas empresas enfatizan una
cultura corporativa fuerte, con límites claros y comportamientos estandarizados, mientras que otras
empresas utilizan nuevas ideas de cultura para adaptarse a formas más flexibles de organización,
especialmente en industrias donde los productos se diseñan y fabrican en diferentes países.
Sin embargo, se señala que hay una diferencia entre la nueva idea de cultura como un proceso
continuo de construcción de significado y la antigua idea de cultura como una entidad definida y
controlada desde arriba. En el campo del gerenciamiento, a veces se tiende a adoptar la perspectiva de
los directivos sobre los trabajadores, utilizando la cultura como una herramienta para dirigir y controlar
la participación de los empleados en nuevas formas de organización. Esto puede llevar a una visión
parcial y a un desequilibrio de poder en las relaciones laborales.
Además, se menciona que se cita a Geertz, un antropólogo reconocido, en el campo de los estudios
organizacionales, pero su enfoque sobre la cultura y su comprensión del conflicto y el poder a menudo
se simplifican o se desvían hacia la vieja idea de cultura como una entidad estática y controlada desde
arriba.
En resumen, la noción de cultura se retoma en el texto al analizar cómo se utiliza en el campo de los
estudios organizacionales y el gerenciamiento. Se señala la diferencia entre la nueva idea de cultura
como un proceso de construcción de significado y la antigua idea de cultura como una entidad definida
y controlada desde arriba. Además, se destaca la importancia de no adoptar una perspectiva exclusiva
de los directivos sobre los trabajadores al utilizar la cultura como una herramienta de gerenciamiento.

En el texto se retoma la noción de cultura al examinar su uso en el contexto del desarrollo de ultramar
y la influencia de los antropólogos. Se presentan dos ejemplos que ilustran diferentes perspectivas
sobre la cultura.
En el primer ejemplo, se menciona el informe de UNESCO titulado "Nuestra Diversidad Creativa", el
cual define la cultura como entidades discretas y aboga por la protección de la diversidad cultural. Este
enfoque se basa en una visión tradicional de la cultura como una forma de vida distintiva de un pueblo
o sociedad. Se argumenta que el descuido de la cultura ha llevado a confrontaciones violentas y que
fomentar la diversidad cultural conduciría a la creatividad, la innovación y el progreso.
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Sin embargo, se señala que esta visión de la cultura se basa en una perspectiva arcaica que no aborda
los procesos de disputa y poder que definen las organizaciones y las relaciones entre grupos. Además,
el informe de UNESCO establece juicios de valor sobre qué aspectos de la diversidad cultural son
aceptables y cuáles no, lo que plantea interrogantes sobre quién tiene el poder para definir y decidir.
En contraste, el segundo ejemplo presenta el caso de los líderes Kayapó en Brasil, quienes utilizan el
film etnográfico para afirmar su propia definición de cultura y desafiar los procesos que los han
marginado. En este caso, los Kayapó han aprendido a objetivar y utilizar su cultura como un recurso en
las negociaciones con agencias gubernamentales e internacionales. Han logrado definir su cultura para
establecer los términos de sus relaciones con el mundo exterior y recuperar el control sobre el
concepto de cultura.
En resumen, la noción de cultura se retoma en el texto al examinar cómo se utiliza en el contexto del
desarrollo de ultramar y la influencia de los antropólogos. Se destacan diferentes perspectivas, desde
una visión tradicional y arcaica que enfatiza la protección de la diversidad cultural hasta una visión más
autónoma y política de la cultura, como se evidencia en el caso de los líderes Kayapó.

 ¿De qué forma los formuladores de políticas públicas, tomadores de decisiones


gubernamentales y antropólogos (entre otros agentes y agencias) están politizando la cultura
en los casos que ella expone?

Los formuladores de políticas públicas, tomadores de decisiones gubernamentales y antropólogos


están politizando la cultura de varias maneras en el texto.
En primer lugar, se menciona que los antropólogos han adoptado nuevas ideas de cultura que
reconocen que las definiciones académicas de cultura son políticas y toman una posición. Esto implica
que los antropólogos mismos están involucrados en la politización de la cultura al utilizarla como un
recurso en la construcción de significado y en la lucha por el poder para definir conceptos clave,
incluyendo el concepto mismo de cultura.
En segundo lugar, se destacan diferentes estrategias políticas en las que se despliega el término
"cultura" con efectos materiales diferentes. Por ejemplo, los políticos de la Nueva Derecha británica se
apropian de la nueva idea de cultura para reforzar la exclusión y marginación, utilizando la cultura
como un eufemismo de raza. En el contexto de la "cultura corporativa", tanto las viejas como las
nuevas ideas de cultura se utilizan como herramientas de gestión para definir y controlar el proceso de
construcción de significado, reservando el poder último a los gerentes.
Además, se presenta el caso de los líderes Kayapó, quienes politizan la cultura al hacer valer su propia
definición de cultura y utilizarla para establecer los términos de sus relaciones con el mundo exterior.
Los políticos Kayapó utilizan las viejas ideas de cultura de manera consciente y estratégica, logrando
que su voz sea escuchada en foros nacionales e internacionales. En este caso, la politización de la
cultura implica una lucha por el poder de definición con el estado y las agencias internacionales.
En general, la politización de la cultura implica el despliegue de diferentes ideas de cultura en
diferentes contextos políticos, con el objetivo de establecer poder, legitimidad y control. Tanto los
actores políticos como los antropólogos están involucrados en este proceso, y el texto plantea la
necesidad de reflexionar sobre cómo intervenir de manera más efectiva en la politización de la cultura
para beneficiar a aquellos en situación desventajosa y marginados. Esta reflexión puede ayudar a
restaurar la autoridad y relevancia de la antropología en el estudio de los procesos culturales
contemporáneos.
 La autora describe cómo diferentes antropólogos -algunos de ellos presentes en la bibliografía
de esta materia- contribuyeron a la denominada “vieja” idea de cultura. Atienda a sus
principales críticas.

Susan Wright critica a los antropólogos que contribuyeron a la denominada "vieja" idea de cultura por
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su enfoque objetivador y despolitizado de la cultura. Según Wright, estos antropólogos construían una
clasificación objetiva de las personas y sus culturas, delineándolas con límites y una lista de rasgos
característicos. Esta concepción de la cultura como algo estático y homogéneo permitía a los
antropólogos situarse aparentemente por fuera de la política y presentarse como meros observadores
neutrales.
Sin embargo, Wright argumenta que esta objetivación de la cultura implicaba una toma de posición
política y era un recurso utilizado tanto por antropólogos como por otros actores para establecer
procesos de dominación y marginación. Al construir la cultura como una entidad separada y definible,
los antropólogos contribuyeron a la creación de categorías que justificaban la exclusión y la opresión
de ciertos grupos.
Wright critica la falta de conciencia política de los antropólogos que adoptaban estas viejas ideas de
cultura y señala que ahora, con las nuevas ideas de cultura como un proceso político de lucha por el
poder para definir conceptos clave, los antropólogos están obligados a reconocer el carácter político de
sus definiciones y a reflexionar sobre su propio análisis antropológico de cómo se politiza la cultura.
En resumen, la crítica de Susan Wright a los antropólogos que contribuyeron a la "vieja" idea de cultura
se centra en su enfoque objetivador, despolitizado y descontextualizado de la cultura, que ocultaba las
dinámicas de poder y contribuía a procesos de dominación y marginación.

 Observe el rol que cumplieron los estudios culturales, la antropología estructural y los
feminismos en la renovación de las ideas sobre cultura.

Los estudios culturales, la antropología estructural y los feminismos han desempeñado roles
importantes en la renovación de las ideas sobre cultura. Cada uno de estos enfoques ha contribuido a
cuestionar y ampliar nuestras concepciones tradicionales de lo que constituye la cultura y cómo se
produce y reproduce.
Los estudios culturales surgieron en la década de 1960 como una respuesta crítica a las formas
establecidas de estudiar la cultura. En lugar de considerar la cultura como algo estático y homogéneo,
los estudios culturales se centraron en la cultura como un campo de luchas y tensiones, donde las
relaciones de poder y las desigualdades sociales desempeñan un papel importante. Los estudios
culturales se interesaron por las culturas populares y subculturales, y analizaron cómo se producen y
consumen los significados en el contexto de la vida cotidiana. Este enfoque destacó la importancia de
estudiar la cultura desde una perspectiva crítica y política, y tuvo un impacto significativo en la
renovación de las ideas sobre cultura.
La antropología estructural, asociada en gran medida con el trabajo de Claude Lévi-Strauss, también
influyó en la renovación de las ideas sobre cultura. Lévi-Strauss argumentó que las estructuras
subyacentes del pensamiento y las relaciones sociales son fundamentales para comprender la cultura.
Su enfoque se centró en el análisis de las estructuras simbólicas y las oposiciones binarias en diferentes
culturas, y destacó la importancia de los mitos y los sistemas de parentesco en la organización social.
Este enfoque estructuralista ayudó a desafiar las concepciones simplistas de la cultura y promovió una
comprensión más profunda de cómo funciona y se articula en diferentes sociedades.
Por último, los feminismos también han sido fundamentales en la renovación de las ideas sobre
cultura. El feminismo ha cuestionado las formas en que la cultura ha perpetuado la desigualdad de
género y ha buscado desafiar los roles y normas tradicionales de género. Los feminismos han
destacado la importancia de considerar las experiencias y perspectivas de las mujeres en el estudio de
la cultura, así como de analizar las relaciones de poder y la construcción social del género. Además, los
feminismos han contribuido a ampliar el concepto de cultura para incluir no solo las prácticas y
expresiones culturales dominantes, sino también las subculturas y las formas de resistencia y
empoderamiento de las mujeres.
En conjunto, los estudios culturales, la antropología estructural y los feminismos han desafiado las
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concepciones tradicionales de la cultura, destacando su carácter dinámico, político y relacional. Han
ampliado nuestra comprensión de la diversidad cultural, han puesto énfasis en las relaciones de poder
y han promovido una mayor atención a las voces y experiencias marginadas en el estudio de la cultura.
En conjunto, estos enfoques han enriquecido y renovado nuestras ideas sobre cultura.

 Preste especial atención a cómo un mismo concepto (por ej. cultura, raza, desarrollo) puede ser
apropiado por diferentes actores para fines diversos y hasta contrapuestos entre sí.

El fenómeno de apropiación de un mismo concepto por diferentes actores con fines diversos y, a
veces, contrapuestos, es una característica común en el ámbito social y académico. Esto ocurre debido
a que los conceptos son construcciones abstractas y su interpretación puede variar según el contexto,
los intereses y las perspectivas de los actores involucrados. Permíteme darte algunos ejemplos
específicos para ilustrar esta situación.
El concepto de cultura puede ser apropiado de diferentes maneras por distintos actores. Algunos
pueden enfocarse en la cultura como un conjunto de prácticas y expresiones artísticas, destacando su
valor estético y promoviendo su preservación. Otros pueden utilizar el concepto de cultura para
enfatizar las tradiciones y valores culturales de un grupo étnico o nacional, a menudo con el objetivo
de fortalecer la identidad colectiva y la cohesión social. Sin embargo, también puede haber
apropiaciones negativas de la cultura, donde se utilice para justificar actitudes racistas o
discriminatorias, reforzando estereotipos perjudiciales.
En resumen, los conceptos son flexibles y pueden ser apropiados por diferentes actores según sus
intereses y perspectivas. Esta apropiación diversa puede generar interpretaciones y usos
contradictorios y conflictivos, reflejando las complejidades y las disputas inherentes a la vida social y
política. Es importante ser consciente de estas apropiaciones y analizar críticamente cómo se utilizan
los conceptos en diferentes contextos para comprender mejor sus implicaciones y posibles efectos.

 Subraye las diversas situaciones de politización de la cultura presentados por la autora

He distinguido dos conjuntos de ideas acerca de la cultura en la antropología: un conjunto de ideas


más viejo, que equipara a ‘una cultura’ con ‘un pueblo’, que puede ser delineado con un límite y una
lista de rasgos característicos; y nuevos significados de ‘cultura’, no como una ‘cosa’, sino como un
proceso político de lucha por el poder para definir conceptos clave, incluyendo el concepto mismo de
‘cultura’. Años atrás, los antropólogos usaban las viejas ideas de ‘cultura’, la construcción de una
clasificación objetiva de las personas, como una estrategia para situarse aparentemente por fuera de la
política. Ahora los antropólogos que adoptan las nuevas ideas de ‘cultura’ están compelidos a
reconocer que tales definiciones académicas implican una toma de posición y son políticas, y por ende
un recurso que antropólogos y otros pueden usar para el establecimiento de procesos de dominación y
marginación o el desafío a ellos.
La ‘cultura’ tanto en sus viejos como nuevos sentidos ha sido introducida en muchos nuevos dominios
en los ’80 y los ’90, incluyendo racismo cultural y multiculturalismo, cultura corporativa, y cultura y
desarrollo. A veces los antropólogos han estado directamente involucrados, como al preparar el
reporte UNESCO o filmar a los Kayapo. A veces, políticos o gerentes han apelado a las ‘ideas
antropológicas de cultura’ en busca de legitimidad. De cualquier modo, los antropólogos están
implicados en la politización de la ‘cultura’.
En las estrategias políticas exploradas en este artículo, los actores han desplegado el término ‘cultura’
en una cantidad de maneras diferentes y con diferentes efectos materiales. Los políticos de la Nueva
Derecha británica se han apropiado de la nueva idea de ‘cultura’, la transformaron en un eufemismo
de ‘raza’, y la movilizaron para reforzar la exclusión y marginación. En la ‘cultura corporativa’, las viejas
y nuevas ideas de ‘cultura’ han sido usadas como herramientas de gerenciamiento, a menudo
deslizándose de unas a otras, en estrategias para asegurar la participación activa de los trabajadores en
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un proceso de construcción de significado donde los gerentes se reservan en última instancia el poder
para definir y controlar. Los Kayapo proporcionan un ejemplo de políticos indígenas haciendo valer su
propia definición de ‘cultura’ y usándola para establecer los términos de sus relaciones con el mundo
exterior. Conscientemente, estaban usando viejas ideas de ‘cultura’ con una apreciación de las políticas
de su construcción. La voz de los políticos Kayapo, al presentar una ‘cultura auténtica’ aparentemente
consensual, ha logrado ser escuchada en foros nacionales e internacionales. El reporte UNESCO
aspiraba a que las ‘culturas’ en el viejo sentido tuvieran la creatividad y el dinamismo de los Kayapo.
Sin embargo, el reporte no enfrentaba el tema central en el caso Kayapo: que estaban involucrados en
una lucha con el estado y las agencias internacionales sobre el poder de definición. En cambio, tanto el
reporte UNESCO como el racismo cultural de la Nueva Derecha británica despliegan una voz sin
cuerpo, ‘nosotros’, para autorizar una definición de arriba hacia abajo de la ‘cultura’ como si fuera de
sentido común o ‘natural’. Esta estrategia, como la antigua estrategia antropológica de objetivación,
intenta enmascarar o borrar la politización de la cultura.
Es decepcionante que la oportunidad provista por el reporte UNESCO a los antropólogos para hacer
impacto sobre el uso político de ‘cultura’ en formas beneficiosas para aquellos en situación
desventajosa y los marginados no haya sido usada más efectivamente. Si nuestro objetivo es
influenciar procesos locales, nacionales e internacionales mediante los cuales las personas son
empobrecidas y sojuzgadas, nos compete reflexionar sobre nuestro propio análisis antropológico de
cómo políticos, asesores políticos y tomadores de decisiones están desplegando viejas y nuevas ideas
de cultura. Podríamos aprender de nuestros análisis de las estrategias políticas de los otros cómo
intervenir más efectivamente nosotros mismos en la politización de la ‘cultura’. En el contexto de
lamentos recientes acerca de la pérdida de autoridad de la antropología y la disminución de su
relevancia para el estudio de los procesos culturales contemporáneos (debido en parte al avance de los
estudios culturales, GDAT 1996), tal reflexión podría ayudar también a restaurar un muy necesario filo
crítico de la disciplina.

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