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LOS TRASTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN: UN PROBLEMA QUE VA

MÁS ALLÁ DE LA COMIDA


Por: Lucero Cordero Tucta
Los trastornos de la alimentación son afecciones graves que se relacionan con las conductas
alimentarias que afectan negativamente la salud, las emociones y la capacidad de desempeñarte en
áreas importantes de la vida. Con frecuencia, estos trastornos se manifiestan en la adolescencia y los
primeros años de la adultez, aunque también pueden aparecer a otras edades. El siguiente discurso
tiene como objetivo conocer los diferentes tipos de trastornos de la alimentación: un problema que
va más allá de la comida. En primer lugar, hablaré sobre la anorexia; en segundo lugar, analizaré
sobre la bulimia; en tercer lugar, comentaré sobre el trastorno por atracón. Para finalizar, brindaré
una conclusión.
La anorexia se caracteriza por una restricción de la ingesta alimentaria, lo que da lugar a una
considerable pérdida de peso que se mantiene por debajo del mínimo esperable para la edad, sexo o
el desarrollo evolutivo de cada paciente, hasta llegar en ocasiones a un estado de grave desnutrición.
Esta pérdida de peso está originada por el propio paciente, que se acompaña frecuentemente de
conductas encaminadas a perder peso: la auto provocación del vómito, uso o abuso de laxantes y
diuréticos o la práctica de ejercicio físico intenso. Los síntomas principales que padecen estos
pacientes son: miedo intenso a ganar peso, la distorsión de la imagen corporal o verse gorda/gordo a
pesar de estar muy delgada/delgado, reducción del peso por debajo de lo normal hasta llegar a una
malnutrición. Como consecuencia del adelgazamiento extremo aparecen algunos signos físicos
como piel seca y rugosa, caída del cabello, en las chicas; pérdida de la menstruación durante al
menos 3 ciclos consecutivos. También presentan síntomas psicopatológicos como la tristeza,
angustia, irritabilidad o aislamiento social. La personalidad de estas pacientes suele ser de
perfeccionismo y de autoexigencia en sus vidas, que se acompaña de una baja autoestima.
La bulimia afecta aproximadamente al 2-4% de las adolescentes y mujeres jóvenes, es mucho más
frecuente en mujeres que en varones. Es un trastorno psiquiátrico, en concreto una alteración de la
conducta alimentaria, existe una preocupación excesiva en relación con la comida, el peso y la
figura. Se caracteriza por la presencia de “atracones” de comida seguidos de comportamientos
dirigidos a compensar esta sobre ingesta. Los atracones consisten en la toma de grandes cantidades
de alimentos, casi siempre de gran contenido calórico, en periodos breves de tiempo y a escondidas
de los demás. Estos episodios producen sentimientos de intensa culpabilidad, que llevan a la
realización de comportamientos para “evitar engordar”, lo más frecuente es que recurran al vómito
autoprovocado. En otros casos toman medicamentos laxantes o diuréticos, generalmente productos
que se comercializan como “adelgazantes”.
Las personas con bulimia suelen tener un peso normal o incluso sobrepeso y con muchas
variaciones. Al igual que las personas con anorexia, se obsesionan con el peso y la figura,
sobrevalorando su importancia y tienen “dismorfofobia”, es decir, se ven determinadas zonas del
cuerpo más voluminosas de lo que las tienen en realidad. Estas personas tienen casi siempre
síntomas de ansiedad, aislamiento social y síntomas depresivos.

El trastorno por atracón es un trastorno grave de la alimentación en el que sueles consumir


cantidades extraordinariamente grandes de alimentos y te sientes incapaz de parar de comer. Casi
todos comemos de más en algunas ocasiones, por ejemplo, cuando nos servimos una segunda o una
tercera porción de una comida durante las fiestas. Sin embargo, para algunas personas, comer de
manera excesiva con la sensación de que se pierde el control y que esto se vuelva algo habitual pasa
a ser un trastorno de apetito desenfrenado. Cuando tienes el trastorno de apetito desenfrenado,
puedes sentirte avergonzado por comer en exceso y prometer que vas a dejar de hacerlo. No
obstante, sientes una compulsión tan fuerte que no puedes resistir la necesidad y continúas
comiendo en exceso. La mayoría de las personas con trastorno por atracones tienen sobrepeso o son
obesas, pero tú puedes tener un peso normal. Los signos y síntomas conductuales y emocionales del
trastorno por atracones incluyen los siguientes: Comer cantidades inusualmente grandes de comida
en un tiempo determinado, por ejemplo, durante un período de dos horas. Sentir que la conducta
alimenticia está fuera de control. Comer incluso cuando estás lleno o no tienes hambre. Comer con
rapidez durante los episodios de atracones. Comer hasta que estás demasiado lleno. Comer solo o a
escondidas con frecuencia. Sentirte deprimido, enojado, avergonzado, culpable o molesto por tus
hábitos alimentarios. Hacer dietas con frecuencia, posiblemente sin bajar de peso. A diferencia de
una persona con bulimia, después de un atracón, no sueles vomitar, usar laxantes ni hacer ejercicios
físicos en exceso para compensar las calorías adicionales que comiste. Puedes intentar hacer una
dieta o comer las comidas habituales. Sin embargo, restringir tu alimentación puede llevarte a más
atracones.
Para concluir es muy importante aclarar que ningún trastorno alimenticio es bueno. todos tienen
consecuencias graves y es por eso que necesitan atenderse después de ser diagnosticados, los
factores psicológicos son muy importantes pues son los principales causantes del padecimiento de
algunos trastornos. Al que padece la enfermedad no solo requiere asesoramiento nutricional sino
también tratamiento terapéutico ya sea grupal o individual pues como dije anteriormente los
trastornos son causados por motivos psicológicos. Los trastornos alimenticios son algo parecido a
un monstruo que nos puede atacar a cualquiera de nosotros, informémonos bien para evitarlos. Si
deseas hablar con alguien sobre estos trastornos y no te sientes cómodo haciéndolo con tus padres,
intenta con un amigo, un maestro, un primo, un tío, un médico o cualquier otro adulto que te inspire
confianza. Debemos aprender a sentirnos cómodos con nuestro peso, debemos aprender a aceptar
nuestro cuerpo, a comprender las conductas alimenticias y la relación entre lo emocional y la
alimentación, es decir, todas las herramientas que necesitas para sentirte bajo control y para gustarte
y aceptarte tal como eres.

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