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Norma Paviglianiti.
Mónica Marquina
Las políticas educativas, entre ellas las universitarias están hoy inmersas en la problemática de las
propuestas neoconservadoras de recomposición de la economía y de la sociedad.
Las sociedades occidentales, en el periodo que transcurre entre la crisis de 1929 y la finalización de
la Segunda Guerra Mundial, recomponen su funcionamiento económico social y político bajo la forma del
denominado “Estado Bienestar”. Aquella crisis fue interpretada como el límite del desarrollo de la sociedad
capitalista bajo régimen del libre mercado.
Algunos de los rasgos centrales del denominado Estado de Bienestar están dados por la intervención
del Estado en la regulación de la economía para asegurar la demanda y el pleno empleo, y evitar así que la
economía desemboque así en crisis similares.
Constituye una nueva forma de compromiso, del equilibrio dentro de la economía capitalista, en la
cual el mercado continúa funcionando pero el Estado interviene planificando para regular los
desequilibrios en la demanda y en el empleo.
Dentro del campo de la socialdemocracia, las críticas se dirigen al incumplimiento de sus funciones
redistributivas y al estilo de redistribución estratificada a que da lugar a practica el funcionamiento del
estado de bienestar, a la falta de equidad resultante, a una escasa participación activa y creativa de la
sociedad civil.
Desde otra óptica la neoconservadora, se realiza una crítica radical al estado de bienestar
considerando que las múltiples intervenciones del estado en la esfera económica impiden que las fuerzas
del progreso del mercado funcionen de manera correcta. Consideran que esta impone normas e impuestos
sobre el capital que conllevan a una desactivación de la inversión y que cuando concede a los trabajadores
derechos, servicios y posiciones de poder en las negociaciones sobre la distribución de los ingresos se
desactiva el trabajo.
¿Cómo colocan a la educación en este contexto? En primer término se debe tener presente y muy
claro un hecho histórico: en las sociedades occidentales los sistemas educativos son siempre mixtos: con
educación pública y con educación privada. Entonces, el debate y la disputa que se desarrolla es acerca de
cuál es el rol del Estado en la direccionalidad a darle al conjunto público y privado del sistema educativo y
esta tensión en cada país adquiere algunas especificidades que les son propias.
Para las posiciones liberales democráticas y socialdemocráticas sostenedoras del Estado de Bienestar,
el sistema educativo se ordena según la concepción de la principalidad del rol del Estado.Es decir, es
función del Estado garantizar el derecho a la educación, que obliga a su intervención de manera
indeclinable e insoslayable, para sostener y promover instituciones de enseñanza públicas en todos los
niveles y orientar a la programación del desarrollo del conjunto público y privado del sistema educativo en
todos sus tipos y modalidades. Su intervención debe asegurar, como mínimo, la educación básica gratuita a
todos los habitantes, la generalización de la formación para el trabajo y la ampliación del acceso a los
estudios superiores.
La posición que considera subsidiario el rol del Estado, entiende que a este le corresponde apoyar al
sector privado a través de diversos medios, tanto pedagógicos como financieros. Hito ricamente, en nuestro
país, esta posición estuvo representada por la Iglesia Católica. Así, se refuerza la posición que sustenta el
rol subsidiario del Estado y, por lo tanto, colocan la centralidad de la responsabilidad por el desarrollo de la
educación en los individuos, las familias, las iglesias y las empresas como educadores; la responsabilidad
originaria es de las instituciones privadas. A través del libre juego del mercado se permite la libre
competencia entre las instituciones y los individuos y es el único modo posible para que el sistema
funcione con eficiencia y calidad.
Más allá de las distintas posiciones que existen en el neoconservadurismo tienen en común que van a
marcar que el desarrollo del sistema público de educación es perjudicial por la burocratización implícita
que conlleva, van a reducir el gasto público destinado al sistema de ecuación pública y van a financiar a
individuos o instituciones del sector privado con recursos públicos.
. Para los partidarios más extremos, lo ideal es que los subsidios monetarios vayan dirigidos a las
familias y a los individuos y no a las instituciones.
. Para otros, la red de educación pública solo esta destinada a aquellos que no pueden acceder a la
enseñanza privada.
. Para los menos ortodoxos, es posible sostener un sistema público de educación, siempre que
potencie la competencia con el sector privado.
Estas posturas en materia de educación son congruentes con la manera en que conciben la sociedad.
La consideran compuestas por individuos aislados que compiten a través del mercado, que los lleva a
valorizar la mercantilización de las relaciones sociales y a negar la política como elemento constitutivo de
las relaciones entre los hombres.
Para esta concepción el mercado controla las masas restableciendo la responsabilidad individual, o
sea, diferenciado y atomizado la sociedad.
Si niegan lo político como elemento central de la construcción del bien común, tiene que encontrar
otro elemento que realice la amalgama de la sociedad y lo encuentran en la comunidad: aquí marcan la
ruptura con las concepciones del liberalismo clásico. El individuo debe replegarse la seguridad de las
relaciones primarias, en la familia y en la comunidad. En el pensamiento neoconservador la sociedad
resultara integrada por el orden y la jerarquía y amalgamada por lazos familiares, religiosos y
comunitarios.
Para los neoconservadores un gobierno es “fuerte” cuando impone y hace respetar las leyes del
mercado; “es fuerte” cuando resiste a dar satisfacción a las demandas populares.
Centran su discurso y su accionar sobre la afirmación del mercado como único regulador eficiente
de la responsabilidad individual por la salud, la educación, la vivienda y la seguridad social.
En este contexto se entienden y derivan muchos contenidos de la Ley Federal de Educación y de la Ley
de Educación Superior.
La experiencia latinoamericana
Gran parte de los estudios, investigaciones, planificaciones porpuestas y proyectos de los años 80 han
girado en torno al desarrollo de los estudios superiores y de la universidad en particular .
El crec. De la matricula fue acompañado por la diferenciación de las instituciones de educación
superior grandes, pequeñas públicas, privadas.
Los sist de educación recibieron el impacto y fueron modelados por los profundos cambios
económicos políticos y sociales ocurridos en la década del 80
La educación superior deja de ser una responsabilidad del estado es una responsabilidad individual .
La situación en Argentina
La Argentina al igual que el resto de América Latina, afronta en los inicios de la década del ’90 el
desafío de tener que producir una profunda y significativa transformación de su sistema de educación
superior y deberá hacerlo en un contexto de crisis económica, con escasas posibilidades de repensarse a
partir de una mayor disponibilidad de recursos.
Argentina es uno de los primeros países de América Latina que experimenta una ampliación en el
acceso a los estudios superiores. Es a comienzos de la segunda mitad del siglo que se da un notable
aumento en el número de personas que acceden a los estudios universitarios, en el periodo que va desde
1949 a 1966 que se realiza en el marco de las grandes y tradicionales universidades nacionales: Córdoba,
Buenos Aires, La Plata, Tucumán, Litoral y Cuyo.
También es significativo el crecimiento del personal docente del nivel superior universitario y no
universitario. Es así como comienza a perfilarse en nuestro país la denominada “profesionalización del
cuerpo docente” o la constitución de un mercado académico.
A partir de 1989 cuando asume el Gobierno Nacional otro partido político comienza a aplicarse
sistemáticamente una política de disminución de los montos de las partidas del Tesoro Nacional que se
giran a las Universidades Nacionales y comienza a apropiarse desde el Ministerio de Educación y Justicia el
arancelamiento de las universidades nacionales como principal fuente de nuevos recursos y otras medida
de ajuste financiero.
Cada vez más se pone en marcha otra política para las universidades nacionales impulsadas desde el
Poder Ejecutivo Nacional y se perfila la pugna entre las dos grandes líneas de políticas universitarias que se
describieron en la situación de América Latina.
La primer alternativa intenta achicar el sistema de educación superior, concentra la calidad para
unos pocos y desliga al Estado del financiamiento del a educación pública. Esto, va unido a la ampliación
del sector privado; supone que el “mercado” es el mejor regulador de las políticas universitarias.
Al asumir el segundo gobierno Menem comienzan a perfilarse nuevas orientaciones con respecto a
las políticas universitarias.
Las orientaciones políticas universitarias de este periodo pueden ser agrupadas en 4 temas
principales:
1. El financiamiento.
El tema del financiamiento de las universidades nacionales se pone en el centro del debate con el
propósito de destacar la necesidad de buscar nuevas fuentes de recursos.
En 1990, el entonces Secretario de Coordinación Educativa, Goñi, propone el arancel universitario
como mecanismo de ajuste financiero.
Como otra forma alternativa de financiamiento se auspicia la creación de cooperadoras de padres.
Se autoriza que los fondos así logrados se canalicen hacia fines establecidos de mutuo acuerdo entre
las comisiones de padres y autoridades universitarias. Simultáneamente el Ministerio promueve otras vías
de obtención de recursos como la venta de servicios y de consultorías a empresas privadas y al Estado.
Este proceso culmina en septiembre de 1991, con la formalización del establecimiento del arancel
universitario. Este ante proyecto provoca la reacción pública de la comunidad universitaria, ya que la
propuesta incluía la posibilidad del arancelamiento, el impuesto al graduado y la búsqueda por parte de las
universidades nacionales de recursos adicionales en el mercado productivo.
El anteproyecto tiene una fuerte oposición. Si bien en aquel momento no avanzo en el proceso de
sanción, el tema se reinstala durante 1992 y 1993 durante el tratamiento de la Ley Federal de Educación.
El gobierno interpreta que es el Poder Ejecutivo el órgano revisor de las decisiones del cuerpo
máximo de la universidad.
3. La diferenciación institucional.
4. La evaluación universitaria.
La necesidad de evaluar las instituciones universitarias es otro de los temas que se instala en este
momento como supuesto mecanismo privilegiado para mejorar la calidad de las casas de estudio.
La ley federal de educación como transición entre dos ministerios, vertientes de una misma
reconversión
El proceso de sanción de la Ley Federal de Educación recién se inicia con el envió de parte del Poder
Ejecutivo Nacional al Senado de la Nación de un Proyecto de Ley Federal de Educación, durante el
ministerio de Salonia.
El Senado no aprueba el texto original que presenta el Ejecutivo y elabora otro proyecto, que
denomina Ley General de Educación, al que le da media sanción el 6 de Mayo de 1992.
El texto definitivo no altera la concepción del papel subsidiario del Estado en materia de Educación,
ya presente en el primer texto que envía el Poder Ejecutivo. Se asegura la gratuidad de la enseñanza de los
servicios que presta el sistema de educación pública a través de sus distintas jurisdicciones.
Esta ley se caracteriza por contener muchos textos ambiguos, cuando no contradictorios. Se destacan
solo algunos de los temas más significativos que señalan los componentes neoconservadores de la
direccionalidad que el gobierno da a las políticas educativas para el país: la primacía de lo privado sobre lo
público, la derivación de las responsabilidades en la atención y financiamiento a las jurisdicciones paralela
a una concentración de las decisiones centrales del Poder Ejecutivo, un cambio sin fundamentar de la
estructura académica y el retiro paulatino del financiamiento de la educación pública.
Las políticas de subsidiariedad del Estado
La Ley 24.195 otorga al Estado un papel subsidiario, o sea que la función del estado consiste en
favorecer el desarrollo del sector privado a través de medidas pedagógicas, organizativas y financieras y
materializa en las principales disposiciones referidas al sector privado:
. Coloca un pie de igualdad al sistema de educación pública y la enseñanza particular. Esta es la
expresión jurídica del principio que la Iglesia Católica sostiene y denomina “pluralismo escolar” o “libertad
de opciones educativas”.
. Otorga al orden privado, los siguientes derechos: crear, organizar y sostener escuelas; nombrara su
personal docente directivo, docente y no docente; disponer sobre la utilización de su edificio escolar,
formular planes y programas de estudio; otorgar certificados y títulos reconocidos y participar del
planeamiento educativo.
Se asegura que el sector privado pueda recibir aportes monetarios provenientes de los fondos
públicos para cubrir los salarios docentes de los establecimientos educativos privados.
El Estado Nac. Las Provincias y la Municipalidad de la ciudad de Buenos aires se obligan mediante la
asignación en los respectivos presupuestos educativos a garantizar el principio de gratuidad de los
servicios estatales, en todos los niveles y regímenes especiales.
Sin embargo, con respecto a la universidad del Estado Nac. Realizara el aporte financiero principal
sistema universitario estatal para asegurar que ese servicio se preste a todos los habitantes que lo requieran
Las ambigüedades del texto sobre el rol del Estado, el ámbito del aplicación de la ley y los
mecanismos de derivación de decisiones a los poderes ejecutivos
Entre los aspectos significativos de los principios básicos que condicionaran la política educativa del
futuro caben mencionar por lo menos dos: la ambigüedad sobre el rol del Estado y de los alcances de la ley.
En cuanto al rol del Estado, en su artículo tercero, tiende a reflejar una concepción más cercana al rol
principal del Estado en materia de educación, mientras que el artículo cuarto. Contiene las expresiones
correspondientes al rol subsidiario del Estado.
Artículo 3ro: “El Estado Nac. Las provincias y la Municipalidad de Buenos Aires, garantizan el acceso
a la educación de todos los ciclos, niveles y regímenes especiales a toda la población, con la participación
de la familia, la comunidad, sus organizadores y la iniciativa privada”, agrega que el Estado tiene la
responsabilidad principal e indelegable de fijar y controlar el cumplimiento de la política educativa.
Artículo 4to: “Las acciones educativas son responsabilidad de la familia, como agente natural y
primario, del Estado Nacional, de las provincias, de los municipios, la Iglesia Católica, las demás
confesiones religiosas y la organizaciones sociales”.
Los temas que en la ley se derivan y no se establecen taxativamente son los que dan forma a las
políticas educativas que se llevaran adelante en el sector público. El sector privado tiene asegurado
explícitamente sus reclamos: dictar sus propios planes de estudio, determinar las formas de gobierno y
administración de sus institutos, otorgar certificados con validez nacional, elegir su propio personal y
recibir los aportes del Tesoro Público para su funcionamiento.
Se sintetizan aquí la estructura propuesta por el Senado y sancionada en la ley y la que contenía la
media sanción de diputados:
En las combinaciones de textos que se hace en la ley con las medias sanciones del senado y de la
Cámara de Diputados restituye del texto del Senado que considera la temática de las universidades
nacionales de manera indirecta, de todas las modificaciones solo se incorporan dos funciones que le
corresponden a las universidades.
En el texto sancionado nunca se trata claramente el tema de las universidades nacionales, siempre se
refiere a la “universidad” en general sin especificar si se trata de nacionales o privadas.
Limita su autonomía a una de sus facetas: la académica. Quedan en esta ley sin contemplar el
derecho de las universidades nacionales a dictar su propio estatuto y a determinar en ellos su forma de
gobierno y de elegir sus autoridades, etc.
Introduce nuevas variantes institucionales dentro del sistema publico-privado actualmente existente.
Permite la organización de universidades alternativas, experimentales, de posgrado, abiertas, a distancia,
institutos tecnológicos que se regirán por una ley especial.
Sin hacerlo explicito la ley está estructurando el nivel universitario en 3 subsistemas:
1. Las universidades nacionales
2. Las universidades privadas creadas del mercado dentro del mercado de la ley 17.604, vigente en
ese momento y no deroga específicamente por esta ley
3. Las universidades de nuevas modalidades que se creasen en el marco de otra ley especial, a
dictarse en un futuro.
La Ley 24.195 o Ley Federal de Educación en materia universitaria constituye un retroceso respecto
de los modestos avances que se habían introducido en la media sanción de Diputados: el sistema
universitario en su conjunto queda con la estructura académica existente y se da la posibilidad de abrir
ofertas de grado y posgrado indiscriminadamente a un nuevo sector universitario sobre el que no fijan
normas. Las universidades nacionales pierden su carácter de instituciones con derecho publico y son
sometidas a todas las cláusulas de ajuste económico-financiero.
El financiamiento
El Estado se hace cargo del mínimo y para el futuro no contempla incremente reales, se desliga del
financiamiento de las necesidades derivadas de las diferencias sociales y regionales, se desentiende de
cubrir recursos para las provincias y las universidades nacionales, pero sí asegura recursos para el
financiamiento de las universidades privadas.
La política universitaria implementada por el Gobierno Nacional posterior a la sanción de las Ley
Federal de Educación
Objetivos y Políticas:
El dictamen de mayoría cambia de la Ley federal de Educación aquellos artículos que establecen que
el CIN forma parte del Consejo Federal de Educación ya que, el órgano máximo de coordinación es el
Consejo de Universidades. De esta forma se observa una fuerte presencia del Ministerio de Cultura y
Educacion en los órganos de coordinación de subsistemas.
Se establece un procedimiento en el que el Ministerio de Educacion adquiere un importante
protagonismo. En definitiva, es él el que autoriza la puesta en marcha de la nueva universidad siendo la
creación por ley de formalidad.
Una novedad con respecto a los proyectos presentados surge con el establecimiento, en el proyecto de
mayoría, de un capitulo especifico para el sostenimiento y régimen económico financiero de las
instituciones universitarias nacionales.
En lo que respecta a las instituciones universitarias privadas, estas son autorizadas por el decreto del
PEN que admite su funcionamiento provisorio por 6 años. Durante ese lapso el Ministerio hace un
seguimiento, hasta que se le otorga la autorización definitiva, si cumple con los requisitos. Además, el
Estado podrá brindar apoyo económico a las instituciones privadas con reconocimiento definitivo para el
desarrollo de proyectos de investigación.
La evaluación de las instituciones privadas es de tipo interna y externa. La evaluación interna a cargo
de las propias instituciones, tiene como objetivo analizar los logros y dificultades en el cumplimiento de las
funciones de las universidades, asi como sugerir medida para su funcionamiento. La evalucion externa se
realiza cada 6 años y estaba a cargo de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria.