La teoría de las ventanas rotas nos explica el comportamiento humano frente a
distintas circunstancias. Cuando se está en un ambiente caótico y sin control se aprecia con normalidad las acciones negativas y en consecuencia su recurrencia. Con esto se busca identificar las situaciones "detonantes" que desencadenan faltas cada vez mayores y poder solucionar las fallas en nuestro sistema. Por ejemplo, al observar el deterioro y los ataques a un equipo u objeto, las personas se acostumbran a la falta de control y al desorden y lo siguen efectuando, lo que provocaría la quiebra del equipo. Por nuestra parte, consideramos que esta teoría se relaciona con la gestión de mantenimiento en el cuidado de los equipos, por las siguientes razones: Se vuelve habitual para el personal de mantenimiento un cuidado mediocre y una falta de interés, debido a que se viene trabajando de esa forma anteriormente.
Se realizan correctivos de manera provisional para conseguir el
funcionamiento momentáneo, sin embargo, estos “arreglos” terminan perjudicando mucho más al equipo en el futuro.
Los colaboradores nuevos se habitúan a la rutina de actividades de
mantenimiento del área y con ello, a la falta de cuidado y correctivos provisionales de los equipos.
Se da prioridad a los mantenimientos correctivos al ser los más
“necesarios” y dejamos de lado los mantenimientos preventivos, ya que estos no conllevan una mejora al momento.
Como propuestas de mejora para estos puntos, proponemos lo siguientes:
Cumplir cabalmente el cronograma establecido de mantenimientos predictivos y preventivos, ya que con ello no tendríamos correctivos frecuentes.
No realizar correctivos de manera provisional, excepto en casos
excepcionales como, por ejemplo, no contar con el repuesto de manera inmediata.
Las jefaturas deben tener identificadas cualquier problema operativo en
el tema de mantenimiento, y aplicar una tolerancia cero, ante cualquier desvío, de tal manera que se dé una solución inmediata.
Brindar las herramientas necesarias al personal para que puedan
efectuar una correcta gestión del mantenimiento. Como conclusión, consideramos que se requiere de un compromiso por parte de alta gerencia de identificar sus “ventanas rotas”, efectuar una política de tolerancia cero y tomar las medidas correspondientes para erradicarlas. Y por parte de los colaboradores, cumplir con las políticas establecidas para lograr un trabajo más eficiente y organizado.