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Adormecer a los felices, Diego Trelles Paz.

Por René Llatas Trejo

A propósito de la publicación de Adormecer a los felices (Planeta), de Diego Trelles Paz


mencionaba en una entrevista que se sentía más onettiano que vargasllosiano. “Usted escribe
como un oficinista, ¡qué horror!”, fue lo que el autor de Juntacadáveres a Vargas Llosa cuando
este último le mencionó su método y férrea disciplina para escribir. El mismo Onetti había dicho
también en la entrevista que le hizo Joaquín Soler Serrano en su programa de televisión A fondo
allá por 1976 que Vargas Llosa tenía una relación conyugal con la literatura, mientras que él
mantenía una relación como si fuera con una amante. Menciono esto pues lejos de sentirse más
cercano a Onetti que Vargas Llosa, Diego Trelles (Lima, 1977) tiene.

Si en Hudson el redentor (2001) encontramos relatos urbanos, historias de iniciación de la


personalidad, de la amistad y del amor, en el barrio de Magdalena del Mar, aquí, en Adormecer a
los felices, nos convocan episodios de personajes que se confrontan a la vida o se defienden de
esta –en el Perú, Europa o Estados Unidos– desde su propia condición: un pornógrafo que
pretende hacer de sus películas una obra de arte; un escritor vinculado a las drogas, que intenta
recuperar su pasado turbulento y afectivo; un exvigilante de museo de origen mexicano que vive
entre fantasmas y antepasados.

Sin embargo, estos once relatos que conforman el presente volumen tienen y mantienen una
conexión especial con ciertos tópicos de la realidad que Trelles Paz no deja escapar y aloja, como
trasfondo, con gran mérito: la política, los grupos paramilitares, los conflictos mineros, la
inmigración, la religión, el desarraigo, los triunfos imposibles, las intrigas y motivaciones del
mundo literario: la poesía y cultura joven de Lima; así como el vértigo y la música. Todo con un
lenguaje ágil, directo, en donde el humor y lo coloquial, y por momentos la ironía, resaltan y se
tornan ingredientes principales.

Adormecer a los felices dimensiona la obra narrativa de Trelles Paz, desde el primer libro de
cuentos ya mencionado, la novela El círculo de escritores asesinos, y Bioy, Premio de Novela
Francisco Casavella 2012, pues nos muestra a un escritor con una visión más amplia en relación
con sus personajes, situaciones y contextos, como ocurre en los relatos “¿Cómo se encuentra hoy,
Madame Arnoux?”, “Sección surrealista en el Harry Ransom Center”, “Vladimir y la resistencia”, y
especialmente en “Nunca he sabido cómo hacer para odiarla”.

Un libro que exige una disciplina en la búsqueda de lo literario, de lo anecdótico y conversacional,


por eso sus viajes, relacionarse con personas mundanas, descubrir sus pensamientos en torno a un
contexto, la convivencia que mantienen en un determinado país que puede estar lleno de
conflictos, de violencia, de hipocresías y discriminación. Toda virtud tiene su literatura inmunda,
escribió Céline, y lo inmundo también adormece, mucho más a los felices.

René Llatas Trejo

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