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FIDENCIO PEÑA, auténtico hijo del desierto

Por: ALÍNDOR TERÁN OLASCOAGA


Miguel Ángel Arbildo Ramírez, escritor chiclayano
afincado en Guadalupe, escribe cuento y poesía. Ha
publicado “EL JILGUERO Y OTROS CUENTOS”
(2011) y “CERRAZÓN” (2015). Cuatro cuentos suyos
integran el volumen de relatos A ORILLAS DEL
ARROZAL (2013). Obtuvo el Primer Puesto en el
Concurso Internacional de novela, Cuento y Poesía
EMILIANO NIÑO PASTOR & EZRA POUND,
organizado por Conglomerado Cultural de Lambayeque,
el año 2012.
En Cerrazón, memorable cuento,
predominan algunas constantes narrativas de sus relatos
anteriores, como personajes de extracción popular,
ambientes suburbanos o rurales y la amalgama de lo
cotidiano con lo fantástico.
Los coprotagonistas de Cerrazón son: FIDENCIO,
joven ansioso y solícito, y LORENZA, moza vehemente,
indómita y voluptuosa. Desde el comienzo de la
narración vemos frente a frente a los dos jóvenes, cuyas
acciones referidas a lo largo del relato nos van a permitir
conocer su personalidad.
El escenario del encuentro y convivencia de la joven
pareja es VALLE SECO, paraje desértico, salpicado de
algunas chozas semidestruidas. Fidencio, sin norte
preciso aparece por esos pagos y se detiene al lado de una
choza que estaba siendo reparada por Lorenza, a quien
ofrece su ayuda. Motiva este ofrecimiento, el cuerpo muy
deseable de la joven, quien, asimismo, parece reconocer
en el recién llegado al hombre ideal para juntarse como
pareja; además lo siente con la fuerza y la hombría
necesarias “para aguantarle sus males”. Así las cosas,
Fidencio ya no explorará más el paisaje baldío y se
queda a vivir con la fémina.
Pero el relato no refiere una historia de amor o
desamor. Ni lo uno ni lo otro afloran a lo largo del
discurso narrativo. Percibimos, en cambio, una realidad
en la que no hay una problemática colectiva o social, sino
una problemática individual o si se quiere, de pareja, con
insoslayables implicancias sicológicas. La clave para
hallar sentido a la vida de Fidencio, de Lorenza, de la hija
que procrean, de un anciano carpintero, amigo del joven y
de lo que sucede en el relato es tomar conciencia de un
mundo en el que hemos nacido y aún no entendemos,
Todos se encuentran sumidos en un profundo horror
metafísico. Todos son marginados.
Según Sigmund Freud, creador del psicoanálisis, la
existencia del ser humano transcurre en una constante
lucha entre la pulsión de vida (Eros) y la pulsión de
muerte (Tánatos). Pulsiones que se dan en forma
conjunta, por lo tanto ninguna actividad síquica o
conducta es producto de una sola pulsión. Esta palabra
significa fuerza o componente psíquico y equivale al
vocablo alemán trieb, utilizado por Freud.

Dichas pulsiones se alternan rotundamente tanto en


Fidencio como en Lorenza. Las de vida, alimentadas por
la libido, impulsan a la pareja hacia al deseo de vivir, de
procrear o sea a la supervivencia, y las de muerte,
responden a conductas de tendencia agresiva y destructiva
y les incitan al sufrimiento, al dolor, a la autodestrucción;
esto último se encarna con más fuerza en Lorenza.

Todos los personajes del relato, incluso la niña,


muestran la dimensión más profunda, primitiva e innata de
su personalidad y representan sus impulsos, deseos y
necesidades más elementales y primitivas de su ser. Su
personalidad está construida por impulsos tan básicos
como la tendencia natural a satisfacer el hambre, la sed, la
sexualidad. Sus actos son producto de la dimensión
instintiva o irracional de su mente y de su impotencia para
satisfacer sus necesidades primarias como el hambre, el
trabajo. Esto les lleva a la degradación y deshumanización.
Cuando lo racional aflora y surgen las ideas, éstas no
pueden concretarse, y en su afán de superar este trance, su
ánimo y fuerzas decaen, no pueden vencer los obstáculos,
entonces la falta de alimentos les condena a morir por
inanición, pero cuando la muerte está muy próxima,
Fidencio, motivado por la imagen de su niña y por el amor
a la vida decide dejar la choza y aventurarse, con su
familia, en la búsqueda de un lugar que les brinde las
condiciones para desarrollarse como seres humanos. Esto
es lo referente a “Cerrazón”, cuento
que muestra un buen flujo narrativo y una historia bien
bosquejada y coherentemente contada. Este comentario es
necesario porque con ligeras variantes CERRAZÓN
constituye las primeras páginas de HIJO DEL
DESIERTO, “nouvelle” o “roman court” (novela corta)
en que la trama de Cerrazón continúa con la aparición de
otros personajes que interactúan con Fidencio Una novela
corta suele estar centrada en una sola trama, Generalmente
tiene un acontecimiento base del cual surgen otros hechos,
o narraciones enmarcadas o “relatos dentro del relato” .

Los sucesos en los que participan los nuevos personajes


tienen como escenarios el caserío CORAZÓN DEL
DESIERTO y sus alrededores, en los que se mueven
personas con destinos truncados y rotas ilusiones y que
conforman una población perdida entre las áridas tierras
de un paisaje casi abandonado por los hombres que
huyeron a tierras más fértiles en búsqueda de porvenires
más esperanzadores. Los personajes de “Hijo del desierto”
que cumplen un rol preponderante en la transformación de
Fidencio Peña son: el MATASUERTE, SAMUEL OJEDA
y NECIOSUP ALVARADO,

La novela se desenvuelve a partir de la narración de la


vida de Fidencio Peña para luego fusionarse con ella
diferentes modalidades ficcionales con la finalidad de
crear un todo original mucho más complejo que las partes
que la integran

En HIJO DEL DESIERTO se refieren diversos


acontecimientos y conflictos que protagonizan los personajes
referidos, ficticios pero muy vinculados a la realidad.
Algunos protagonistas que al principio de la novela aparecen
apoyando el relato en su carácter anecdotal, como el anciano
carpintero, asumen progresivamente una mayor gravitación
en la medida que son portavoces de causas sociales, políticas,
patrióticas o policiales. Esto permite que Fidencio vaya
descubriendo dimensiones nuevas de la realidad. La novela
muestra una singular coherencia en la revelación de un
universo donde coexisten diversos estratos humanos y cuya
atmósfera atrapa al lector y lo transporta a un territorio
mágico de sorprendentes ramificaciones donde se tejen y
entretejen, se hilvanan y funden en un solo relato, episodios y
escenas que hacen posible la transformación de Fidencio o
sea que refieren quién o qué es y su proceso de
autodescubrimiento. La estructura de la narración parece
simple: la historia empieza cuando el personaje tiene un
problema, en ese momento comenzará un proceso de cambio;
la historia acaba cuando el personaje termina el proceso; bien
cambiando —para bien o para mal—, bien quedándose como
estaba.
La travesía del desierto de Fidencio y su familia en busca de
un lugar mejor que Valle Seco es titánica, a tal punto que al
terminar el día, quedan exhaustos, desfallecientes y Fidencio
piensa retornar a Valle Seco, pero en su cansino avance, al
divisar unos algarrobos se dirigen hacia ellos y luego de
descansar exploran el lugar El panorama es desalentador y
el primer habitante del lugar con el que se cruzan es el
MATASUERTE, hosco, abusivo y empedernido timador que
organizaba peleas de gallos en las que que empleando
diversas artimañas las ganaba. Luego Fidencio conoce a un
hombre que se distinguía del resto de los lugareños y que
responde al nombre de SAMUEL OJEDA, los lleva a su casa
y les dice que el lugar al que habían arribado se llama
CORAZÓN DEL DESIERTO, caserío que cobija a una
población perdida entre las desérticas tierras de un paisaje
casi abandonado por los hombres que huyeron a tierras más
fértiles que les posibiliten porvenires más esperanzadores
Ojeda, les da noticias sobre Matasuerte y presta a Fidencio
herramientas de labranza. Es el nexo entre las ciudades más
cercnas y Corazón del desierto. Ojeda confecciona collares y
brazaletes de chaquiras y los vende en poblados cercanos de
los cuales traía cosas que hacían falta a los lugreños. Esta
actividad le permite vivir tanto a él como al caserío Huyendo
de la policía que lo sindica de ser terrorista es que llegó a
Corazón del desierto
Neciosup Alvarado es teniente del ejército y su incursión en
Corazón del desierto es con el propósito de reclutar gente
para que peleen contra el ejército ecuatoriano en el Alto
Cénepa. Solo Matasuerte y Fidencio se resisten a sus órdenas
pero al ser golpeados por el teniente, los soldados los suben
al camión de los reclutas
HIJO DEL DESIERTO tiene un valor simbólico: la del
hombre libre en la plenitud de su potencia productiva

La arquitectura de la novela es adecuada y el ritmo


que preside el engarce de los sucesos es rápido, fluido,
natural, está íntimamente ligado a los tiempos y modos
verbales y perfectamente acomodado a la novela corta, solo
una vez se ralentiza (lentifica) cuando se narra el encuentro
en Corazón del desierto de Fidencio con el anciano
carpintero, quien dice llamarse ALBERCIO ARENAL
OCAÑA y refiere que se dedicaba a la agricultura y que
fue combatiente del 41 en la Guerra que el Perú sostuvo
contra el Ecuador.
Tanto en el desarrollo de la temática como en el
lenguaje empleado por el narrador (Fidencio) y los otros
personajes el autor con gran destreza combina el lenguaje
literario con el lenguaje lugareño.
Algunos sucesos memorable sue descuellan por alcanzar un
aliento épico, mítico o una prosa poética son: la travesía del
desierto de Fidencio y su familia, la pelea de los gallos
MOROMO y HURACÁN que protagonizan un fiero y
sangriento combate
Ribetes épicos de gran verbosidad y luz muestra la narración
de la pelea de Fidencio con el teniente Neciosup Alvarado
“que había barrido terrucos hasta con el fuego de su voz”,
pero que obtiene como respuesta: “pero yo no soy terruco,
ahora enfrentas a Fidencio Peña, fibroso como el pino que no
lo tumba ni la sed”. Pelean hasta agotar sus fuerzas porque
está en tela de juicio su valentia y honor, por ello es que el
teniente pelea con el torso desnudo porque antes de empezar
la pelea se saca la camisa militar. Ambos desfallecen en
titánico combate en el que no se avisora ni ganador ni
perdedor.
Lo mítico se da através de la voz del desierto que se dirige a
Fidencio para decirle que se prepare porque se avecinaba un
día muy bravo.
HIJO DEL DESIERTO es una estupenda y admirable novela y
CERRAZÓN, un cuento memorable. Ambos textos se erigen
en notables referentes de la narrativa regional y nacional.

ALÍNDOR TERÁN OLASCOAGA


Director de la revista literaria ALBATROS
Pacasmayo, 14 de abril del 2019

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