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UNIDAD 3
3.1 Edad moderna europea. Emergencia de la clase burguesa. Liberalismo. Las
naciones europeas. Monarquía absoluta, constitucionalismo inglés. La
revolución francesa.

 El concepto de edad moderna europea. La culminación del capitalismo comercial, la


crisis de la sociedad estamental y el desarrollo del pensamiento político.
Para comenzar con el estudio de esta unidad, vamos a decir como primer dato importante que
tanto Locke como Rousseau se ubican dentro de la Modernidad y esta empieza en el siglo XVI.
Desde este comienzo de la Modernidad se puede advertir una de las características principales de
esta época. Esta época se concibe así mismo como un momento que está asignado por quiebre,
fracturas de distintas lógicas, políticas, económicas, sociales, culturales. Son quiebres
absolutamente revolucionarios en la medida en que implantan transformaciones muy radicales.
Estos quiebres o fracturas dan lugar a nuevas maneras de concebir lo social, político, qué es lo
justo, qué es lo verdadero, etc. Son maneras completamente distintas a las que operaban en la
Edad Media e incluso en la antigüedad.
El primero de estos quiebres es, sin lugar a duda, el proceso de conquista y colonización de
América. Porque este proceso de conquista y colonización implicó una nueva dimensión del
mundo, y esta nueva dimensión del mundo, hace referencia a una nueva distribución, un nuevo
ordenamiento del sistema mundo, nuevos modos de política, nuevos problemas antropológicos.
Esta nueva dimensión del mundo, supuso también una transformación de la economía, en la que
Europa resultó una de las principales beneficiada, mediante el enriquecimiento que llevó a cabo
por las colonias que instituyó.
En segundo lugar, otro de los quiebres fundamentales que define el paso de la Edad Media a la
Edad Moderna, está dado por el pasaje del feudalismo al capitalismo. Esto es el pasaje de un
sistema dominado por la figura del clero, noble y siervos, a uno completamente distinto.
Esta transformación del feudalismo hacia el capitalismo no sucede de un día para el otro, se trata
de un proceso paulatino.
Lo importante que hay que tener en cuenta es que el cambio de un modo de producción a otro,
tiene como uno de sus principales fundamentos, el surgimiento de una nueva clase social que no
existía en la Edad Media. Esta nueva clase social es la burguesía.
Los siervos de la gleba, que hacia la baja Edad Media se trasladaron a aquellos viejos burgos que
habían quedado abandonados, hacia la baja Edad Media y principios de la Modernidad,
comenzaron a perfilarse como una nueva clase social, como la burguesía y esta clase social es
cada vez más ascendente a nivel económico, porque mediante sus actividades comerciales, los
primeros siglos de la Modernidad, comienzan a enriquecerse mucho.
Esta burguesía es la protagonista de muchos procesos revolucionarios durante la Modernidad.
Otro de los quiebres que definen a la Modernidad, es el que está asociado a lo que sucede al nivel
de la relación entre la razón y la religión.
En la Edad Media, prima la representación teológica del mundo, esto es, las relaciones sociales y
también las relaciones que el hombre tiene con la naturaleza y con el universo, está asignada,
ordenada y regida por Dios. La religión y la historia durante la Edad Media, se funden en una

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sola narración que explica toda la realidad. Es decir, durante la Edad Media, el conocimiento del
mundo, el orden y la distribución del poder político de la vida ética, están dictaminados por un
conocimiento y un poder superior, que es el de Dios. Pero en la Edad Moderna, esto se altera de
manera radical, porque comienza un proceso en el que se van extinguiendo las explicaciones y
los sentidos teológicos y divinos del mundo.
Podríamos decir que la Edad Moderna puede ser caracterizada como un momento histórico que
insiste cada vez más en la necesidad de explicar las relaciones entre los hombres, de explicar la
naturaleza, a través de medios racionales.
Dicho técnicamente, la modernidad es un proceso de racionalización del mundo. Este proceso se
trata de un proceso de secularización, es decir, se desacralizan las relaciones sociales, o sea, se
pierde o se impugna el carácter sagrado de ciertas instituciones y de ciertas relaciones sociales.
Un síntoma claro de esta desacralización de las relaciones sociales, es la Reforma Protestante.
Esta es ese movimiento que se inicia hacia el siglo XVI por Lutero. Lo que hace este es
cuestionar el carácter sagrado o intocable que tiene la institución más importante de la iglesia
católica, y es el papa. Lutero cuestiona la autoridad del papa, y con eso da lugar a una nueva
dimensión de la religión, que es el protestantismo.
Entonces este proceso de racionalización del mundo en cuanto, proceso de secularización, de
desacralización de las relaciones sociales también puede ser encontrado en otra revolución, que
es muy importante para comprender la modernidad. Esta revolución es la científica, propia del
siglo XVI, pone de manifiesto en qué consiste racionalizar el mundo, la naturaleza, independiente
del sentido teológico que enseña la biblia.
Este cambio de paradigma nos representa en cuanto al pasaje de la explicación teológica del
mundo y de la naturaleza, a una explicación absolutamente racional. Algunos intelectuales como
Kepler, Galileo, Copérnico y como muchos intelectuales de la modernidad como Locke y
Rousseau, no deja de creer en Dios, pero, sin embargo, buscan conocer el funcionamiento de la
naturaleza en sus fundamentos físicos y matemáticos fundamentalmente. Esto significa, que la
modernidad es una época en la que la ciencia se interesa por descubrir racionalmente, cuáles son
las leyes que rigen el universo. Los fundamentos físicos y matemáticos, son las leyes que
permiten comprender el funcionamiento de la naturaleza.
Podemos encontrar con las leyes de Kepler, que describen matemáticamente, el movimiento de
los planetas alrededor del sol, también podemos encontrar con las leyes del movimiento de
Newton, entre las que sobre sale la más importante que es la ley de gravitación universal. Con
esta, Newton mostró que la racionalidad humana, podía descifrar una ley que rige la interacción
entre los distintos objetos del universo.
La Modernidad es la época que denota un momento, en el que la racionalidad humana se va a
empeñar en conocer y en codificar leyes, es decir, todas las leyes que explican toda la realidad.
Además son leyes que están presente no solamente en la naturaleza, sino también en el espacio de
lo político, en el espacio de lo social.
Acá es donde aparece John Locke. Este es una figura fundamental y tiene como uno de sus
principales objetivos, buscar cuáles son las leyes que explican una sociedad civil.
Locke fue un filósofo, un médico inglés, que nació en las primeras décadas del siglo XVII (1632)
y murió apenas iniciado el siglo XVIII (1704).

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A Locke se lo considera el fundador del empirismo y del liberalismo. El liberalismo, podríamos


decir que es una perspectiva económica, política y tiene como su representante económico Adam
Smith. Sostiene que todo gobierno tiene como propósito proteger la vida, la libertad y la
propiedad privada de cada individuo que forma parte de una sociedad. Este liberalismo surge
como consecuencia de otro de los fenómenos de la modernidad que fue relevante, y es la lucha de
la burguesía contra la nobleza y la iglesia. Este enfrentamiento entre la nueva clase social
(burguesía) con una clase precedente como la nobleza y el clero, es muy importante y es un
proceso que duró mucho tiempo y además se dio en distintas partes de Europa. Este
enfrentamiento se da, debido a que la burguesía comienza a disputar el poder político, y para
hacer esto, la burguesía se va a valer de argumentos racionales, filosóficos, es decir, la disputa del
poder político, se va a hacer cuestionando racionalmente el poder del clero y de la nobleza. Por
ejemplo: la Revolución Gloriosa. Esta consiste en el derrocamiento de Jacobo II, el rey de
Inglaterra, Escocia e Irlanda, por parte de la burguesía. Esta revolución es el fruto de un proceso
de transformaciones políticas muy importantes.
Jacobo II, era un católico declarado y pretendía el poder absoluto. Esta pretensión significaba un
desafío muy grande para la burguesía, porque esta estaba empeñada en disputar el poder político
y en participar de las decisiones políticas. Por eso, la burguesía, que además en su mayoría eran
protestantes, se reveló contra esta monarquía absoluta de Jacobo II, por considerarla tirana y por
eso Jacobo II tuvo que huir de Inglaterra.
Lo importante de la Revolución Gloriosa, filosóficamente es que pone de manifiesto, primero,
que el poder político empieza a ser codificado desde un punto de vista racional. Este poder
político tiene que poder ser argumentado racionalmente, pero además, otro dato importante, es
que mediante la Revolución Gloriosa, el parlamento logró que se adoptara la declaración de
derechos, una declaración de derechos que limitaba el poder del monarca y esto es una
característica muy importante del liberalismo, ya que busca limitar el poder político de las
autoridades del Estado.
Locke, en esta disputa histórica por la lucha del poder va a ser un defensor de los intereses de esta
nueva clase social que es la burguesía, de hecho, es considerado uno de los fundadores del
liberalismo. Por esto, podríamos decir que Locke, como buen moderno, va a tratar de comprender
y explicar de manera racional estos fenómenos históricos implicados en las disputas asociadas a
la Revolución Gloriosa y a los hechos que favorecen a esa revolución. Esto significa, buscar
cuáles son las leyes, argumentos, que tornan legítima una monarquía parlamentaria que defiende
los derechos individuales de cada ciudadano, y específicamente cada uno de estos como
propietario, y también tratar de encontrar cuáles son los argumentos que tornan ilegítima la
concentración del poder político en manos de un monarca, es decir, explicar por qué es ilegítima
una monarquía.
Por esto es que Locke, en su obra “El segundo tratado sobre el gobierno civil”, le pone un
subtítulo, y es que “El segundo tratado sobre el gobierno civil”, se trata de una reflexión que
consiste en determinar cuál es el verdadero origen, alcance y fin de un gobierno civil.
Cuando Locke dice “el verdadero origen”, hace referencia a una verdad que es conocida
racionalmente, no a una verdad que es creída religiosamente.
De este fragmento, los temas más importantes son los que se refieren al –estado de naturaleza, ley
natural, propiedad privada, estado de guerra y al origen de la sociedad civil mediante un contrato.

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3.2 Legitimidad política. La libertad como derecho de propiedad. La libertad y la ley:


la sociedad política. La libertad como resistencia (John Locke).
 Legitimidad política. Estado de naturaleza: características. Derechos naturales: vida,
libertad y propiedad. Derecho a la propiedad: uso, defensa y castigo. El trabajo como
origen de la propiedad privada. Caducidad de los productos y aparición de la
moneda. Posibilidad de acumulación.

Es importante saber que Locke es considerado un representante del contractualismo, esto es,
aquella perspectiva filosófica que plantea que la creación de una sociedad civil, se da mediante la
adhesión, voluntaria y libre, de distintos individuos a un contrato. Contrato que saca a los
individuos de un estado de naturaleza y los incorpora a una sociedad política.
Para un contractualista, el estado de naturaleza es un estado imaginario, que según todos los
filósofos contractualistas permite pensar y entender correctamente, en qué consiste y cómo se
configura el poder político. Pensar en el estado de naturaleza, significa pensar en cómo viviría el
ser humano si no existiesen las instituciones políticas.
Para Locke, el estado de naturaleza es lo que acabamos de decir. Él intenta conocer cuál es la
naturaleza del poder político imaginando en cómo vivirían los individuos si no existiera ninguna
institución política, o sea, ningún poder instituido. Y además sostiene, que el hombre en este
estado de naturaleza, vive en un estado de perfecta libertad. Esto lo explica Locke, diciendo que
el hombre en un estado de naturaleza, como individuo, puede disponer de sus acciones y de sus
posesiones como mejor le parezca, o sea, sin pedirle permiso a nadie puede hacer lo que quiere.
En este estado de naturaleza, entonces, ningún individuo somete a otro, porque todos los
individuos son iguales entre sí, y son absolutamente libres. Ahora bien, esto que dice Locke,
sobre la vida de los hombres en el estado de naturaleza, tiene un fundamento importantísimo, ya
que para él, los individuos son libres e iguales entre sí, en la medida en la que ellos son
racionales, porque la razón, dice Locke, que la razón puede descubrir una ley natural, y según él,
la ley natural está inscripta en el corazón de los hombres y es el fundamento de cualquier ley
positiva, o sea, esta ley natural está presente, manda y rige el estado de naturaleza, pero también
va a estar presente en la sociedad civil.
Locke dice que esta ley natural enseña que, siendo todos los hombres iguales e independientes,
ninguno puede dañar a otro ni en su vida, ni en su libertad, ni en sus posesiones. Es decir, la ley
natural, ordena respetar la vida, las libertades de cada individuo y los bienes de cada uno de los
hombres. El derecho a la vida, el derecho a la libertad y el derecho a los bienes, son derechos
absolutamente irrenunciables y es así que como estos derechos son irrenunciables, si algún
individuo, ataca la vida, la libertad o la propiedad de una persona, esa persona que es perjudicada,
tiene un derecho natural a juzgar y castigar a esa persona que no respeta la ley natural, y es por
esto que la ley natural significa no solamente que cada hombre tiene esos derechos
irrenunciables, sino también que la ley natural indica que cada hombre posee los medios para
poner en práctica esa ley, es decir, para hacerla cumplir.
Locke establece que el castigo a la persona que infringe la ley natural debe darse con el grado y la
severidad necesaria para que ese que ha infringido se arrepienta, pero también para que los demás
tengan miedo de infringir la ley al temer ser castigados.

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El estado de naturaleza es pre-político, indica un estado en el que no se han instituido poderes


políticos que ordenen la vida en sociedad, pero el estado de naturaleza no es un estado pre-social,
porque el estado de naturaleza indica el estado de situación en el que los hombres viven en
comunidad, en sociedad y viven de manera tal en que todos son libres, independientes y se rigen
por la ley natural. En el estado de naturaleza, cada individuo goza de una libertad natural, esta
libertad natural, Locke la define al decir que significa que ningún individuo se haya sometido a
ningún poder legislativo de ningún otro hombre.
Un aspecto definitorio de este estado de libertad natural es el que se refiere a la propiedad
privada. Locke dice que la propiedad privada en cuanto derecho, es anterior a cualquier sociedad
política o a cualquier gobierno, es decir, para Locke la propiedad privada es un derecho natural,
implicada en la ley natural, y eso significa o tiene como consecuencia que ningún gobierno o
poder político, puede atentar contra ese derecho.
Cuando Locke trata este tema de la propiedad, se hace evidente una polémica contra Robert
Filmer. Este último es un escritor inglés que defendía la doctrina del derecho divino. Esta
doctrina sostiene que el poder absoluto y el gobierno de un rey es legítimo, porque ese poder
proviene de Dios, es decir, es Dios quien le ha cedido el poder al monarca para que gobierne. Por
eso es que Filmer apoyaba el absolutismo real, aquello a lo que se opone la burguesía y critica
Locke.
Según Filmer, Dios le confirió a Adán la propiedad de todo el mundo y el gobierno de todos los
hombres, entonces, son los descendiente de Adán los que heredan la propiedad del mundo y el
poder de gobernar, y los herederos de Adán, serían para Filmer los reyes, es decir, los sustitutos
de Adán.
Filmer equipara el poder paternal con el poder real, por eso dice que el modelo de gobierno de
Filmer es el patriarcal. Sin embargo, Locke le replica entre varias cosas a este autor, que no se
puede determinar quién es el heredero de Adán. Esto significa que Locke está diciendo que el
Estado no es una creación divina, sino que todo Estado es una unión política que emerge como
fruto de un consenso efectuado entre individuos libres e iguales.
Una de las cosas importantes que dice Locke en relación a la propiedad, es que Dios no le dio la
tierra a Adán, sino que se la dio a toda la humanidad.
Locke establece que Dios le da la tierra y los animales al hombre, para que cumpla con la ley
natural, es decir, que si la ley natural indica que cada hombre tiene derecho a la vida, derechos
que aseguran su libertad individual y sus bienes, la tierra y los animales que Dios le ha regalado
al hombre, tienen como propósito garantizar que se cumpla esa ley natural. Pero, no obstante,
aunque todo es común, Locke establece que tiene que existir un modo de apropiación de las cosas
para poder usarlas y que sea fiel a esta ley natural. Entonces Locke entiende que la manera de
comprender cuál es este modo legítimo de apropiarnos de aquello que Dios le ha regalado a la
humanidad de manera comunitaria, es prestándole atención a una propiedad que pertenece
individualmente a cada hombre y que no puede ser transferida, esta propiedad es su propia
persona, su cuerpo, y con esto estamos pensando en su fuerza, en la capacidad de trabajo.
Locke dice que aquella propiedad que pertenece desde el inicio a cada individuo es su trabajo, es
decir, todo lo que haga el individuo con su propio cuerpo, todo lo que produzca con su trabajo
individual, le pertenece individualmente de manera privada a la persona que trabajó. El trabajo
individual modifica la naturaleza y esa modificación es un plus o agregado que pertenece

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privadamente al individuo, que tal como lo dice Locke, se ha esforzado por extraer ese recurso
que estaba en la naturaleza, por eso el fundamento de la propiedad privada para Locke es el
trabajo.
Para Locke, el trabajo aporta algo nuevo que no existía en la naturaleza, y eso nuevo que pone el
individuo, es lo que le da el derecho de apropiárselo, es decir, es ese trabajo que imprime una
novedad en esa naturaleza que era inicialmente comunitaria lo que transforma al individuo en
propietario, de hecho, dice Locke que cuando el individuo trabaja modificando la naturaleza, no
le está quitando nada a nadie, sino que lo que está haciendo es, multiplicar el beneficio para la
humanidad. Pero, así como el trabajo brinda ese derecho legítimo a la propiedad privada, también
en un primer momento, el trabajo es el que establece el límite de cuánto puede cada individuo
apropiarse. Inicialmente Locke establece que el hombre solo puede poseer aquello sobre lo que
puede trabajar, es decir, el individuo solo se puede apropiar de aquello que realmente puede
consumir y todo lo que se puede malograr no puede ser acumulado. Locke dice que el hombre
solo puede apropiarse de la tierra que puede cultivar, o “que puede mejorar con su trabajo”.
Ahora bien, este límite que está implicado en la posibilidad de apropiarse solo de aquello que
efectivamente se puede trabajar, cambia o se altera cuando se inventa el dinero, porque la
introducción del dinero permite trabajar más de lo necesario, porque la característica principal del
dinero es que no es perecedero, no perece, es algo que los hombres pueden conservar sin que se
malogre. Dice Locke, que por mutuo consentimiento, el dinero permite que los hombres o
individuos intercambien ese dinero por productos que son necesarios para la vida pero que son
perecederos.
Entonces la introducción del dinero pone de manifiesto algo importante, porque si el dinero
supone una convención a partir de la cual es posible hacer intercambios, la existencia del dinero,
incluso el estado de naturaleza, pone de manifiesto que hay pactos que son previos a la sociedad
civil, porque el pacto por el cual se consensua el valor del dinero, es un pacto anterior a la
sociedad civil, se da en el estado de la naturaleza. Por eso decimos que en el estado de naturaleza
se dan pactos anteriores al contrato social que crea la sociedad civil y en el estado de naturaleza
es posible acumular, es decir, la existencia del dinero en el estado de naturaleza muestra que la
acumulación, que extender las propiedades y crecer comercialmente es posible en un estado de
naturaleza. Ahora bien la posibilidad de acumular, de incrementar las propiedades, produce una
desigualdad, porque no todos acumulan de la misma manera, porque según establece Locke, no
todos los individuos trabajan la misma cantidad y esta desigualdad origina una serie de conflictos
que son los que van a terminar con este ideal estado de naturaleza en la que todos los individuos
son libres, iguales, trabajan, etc.

 Estado de guerra y proceso hacia el estado civil. Origen de la sociedad civil: pacto
social. Conservación y protección de la propiedad.

Lo importante a saber es que, el estado de naturaleza en un primer momento es un estado idílico,


en el que la propiedad está limitada por el trabajo individual pero la vida es agradable, pero
luego, en una segunda instancia, se inventa el dinero, y esa invención introduce la posibilidad de
acumulación ilimitada de la propiedad y esta acumulación ilimitada de la propiedad supone el

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advenimiento de la desigualdad en las posesiones y es precisamente esta desigualdad la que va a


irrumpir ese estado apacible de naturaleza y va a dar comienzo al estado de guerra.
Para Locke, el problema no es la desigualdad, porque de hecho justifica la desigualdad, porque él
entiende que aquellos que poseen menos es porque son menos laboriosos, o sea, porque trabajan
menos y los que poseen más es porque trabajan más, o sea, son más laboriosos. El problema para
Locke no es la desigualdad, el problema que origina el estado de guerra es que alguien quiera
atentar contra esas propiedades acumuladas, que alguien robe, mate, es decir, que alguien viole
esa ley natural presente en todo hombre. Y cuanto esto sucede, es decir, cuando estamos ante la
violencia, se ingresa a un estado de guerra, que es definido por Locke, como un estado de
enemistad y destrucción. Este estado de guerra supone el enfrentamiento entre el individuo que
respeta la ley natural, que es un individuo racional que sigue lo dictado por la ley natural, y por
otro lado, un individuo que no respeta la ley natural, es decir, es irracional, no se guía por la
razón, sino que actúa solo conforme a la fuerza, según la violencia.
Locke entiende que este estado de guerra, es decir, el uso de la violencia puede acontecer tanto en
el estado de naturaleza como en una sociedad civil, pero en el estado de naturaleza acontece algo
muy específico. En el estado de naturaleza, si empieza el estado de guerra no cesa nunca, porque
como dijimos anteriormente, el estado de naturaleza se define por la inexistencia de autoridades,
ningún individuo se somete a ningún otro, entonces, cuando en un estado de naturaleza surja un
conflicto entre hombre justo y hombre violento, faltan leyes positivas, faltan jueces, no hay
árbitros que puedan dirimir ese conflicto, entonces se corre el riesgo de que no gane el justo, sino
que gane el más fuerte, que puede ser el violento o el irracional y en ese sentido puede que el
estado de guerra se perpetúe, como así también la violencia y se infrinja la ley natural. Por eso
para Locke es muy importante la necesidad de terminar con ese estado de guerra y solo porque
hay que terminar con ese estado de guerra es que se crea una sociedad civil.
Los hombres, individuos, abandonan el estado de naturaleza porque la sociedad civil es la
garantía de que esa ley natural va a ser respetada y ante el incumplimiento de esa ley natural
mediante el ejercicio de la violencia, una sociedad civil, puede estatuir una autoridad que
solucione ese conflicto según el criterio de la justicia y no según el criterio del más fuerte o
violento.

 Características del estado liberal. División de poderes y derecho a la resistencia.

Para Locke, los hombres laboriosos y racionales tienen como interés llevar a cabo lo que
dictamina la ley natural, es por eso que quieren proteger su vida, sus bienes, sus posesiones, sus
libertades individuales, por eso comprender que es necesario y conveniente la existencia de una
institución que imparta justicia, es decir, que haga respetar esa ley natural y para crearla, los
distintos individuos ingresan por consenso voluntariamente, a un estado político llamado
sociedad civil. El fin de esta, para Locke, es la protección, la garantía de todos esos derechos que
están contenidos en esa ley natural. La sociedad civil no suprime la ley natural sino que la
protege al crear un gobierno que tenga la capacidad de legislar conforme a lo que dictamina la ley
natural, por eso la sociedad es una creación surgida del contrato entre propietarios que quieren
defender su propiedad.

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El órgano político de esta sociedad civil es un gobierno que extrae su legitimidad de la voluntad
libre de todos esos individuos que por contrato pasan de un estado de naturaleza a un estado civil
que ya es político. Y por este pasaje, el individuo se convierte en un ciudadano, cuya libertad no
es la que mencionamos, aquella libertad absoluta, independiente, sin ninguna sujeción a ninguna
otra voluntad que no sea la propia. Esta libertad civil, es decir, la libertad del ciudadano, consiste
en someterse pero no a cualquier poder, sino a un poder legislativo, que ha sido creado por libre
consentimiento y que legisla, crea leyes que se adecuan a la ley natural.
El ciudadano, sometiéndose a este poder legislativo, renuncia a su derecho a castigar a los
infractores de la ley natural, y en esta renuncia, Locke lee un acto de confianza, porque el
individuo renuncia en la medida en que confía esta misión a un órgano de gobierno. Este acto
define lo propio de una sociedad civil para Locke, por eso este filósofo dice que si un gobierno se
vuelve opresor, o sea, si un gobierno no respeta el fin por el que fue creado, no respeta las
libertades de los individuos, no garantiza el ejercicio de esas libertades, esos individuos pueden
disolver esa autoridad por ser ilegitima.
Para Locke entonces, el gobierno de una sociedad civil, no puede ser absoluto, por el contrario
tiene límites. El gobierno, para Locke, solo debe ser un árbitro pasivo, que no regula la vida, sino
que solamente interviene cuando hay algún conflicto entre los miembros de la sociedad civil.
Locke establece otro principio característico del liberalismo, establece que el Estado y la iglesia,
tienen fines diferentes y deben permanecer separados.
Este autor va ser muy crítico con la centralización del poder, desde su punto de vista el gobierno
político es un gobierno que para ser respetuoso y poder garantizar los derechos y libertades de
cada individuo, Locke va a criticar fuertemente a la monarquía absoluta, porque esta supone la
concentración del poder y eso es muy peligroso porque es riego de tiranía, y de sobrepasar los
derechos de cada individuo.
Locke entonces afirma por la separación entre el poder ejecutivo y el poder legislativo. Para este
autor, el poder legislativo está a cargo de formular las leyes teniendo como base la ley natural y él
dice expresamente que este poder legislativo tiene que estar en manos de un cuerpo colectivo que
puede ser senado, parlamento, etc. El poder ejecutivo tiene que estar subordinado a este poder
legislativo, el ejecutivo le rinde cuentas al legislativo.
Locke también va a hablar de un poder federativo, cuyas tareas se refieren a las relaciones
internacionales.
Para Locke, el Estado de una sociedad civil tiene como fin la protección de los derechos, eso
significa que tiene como propósito fines seculares, por eso este filósofo establece que el Estado y
la iglesia tienen fines distintos, y es por eso que deben permanecer separados.
Locke sostiene que ningún hombre es tan sabio como para dictar la religión que debe seguir otro,
y que en todo caso, cada individuo es responsable por sí mismo ante Dios. Además establece que
la verdadera moralidad consiste en respetar las distintas creencias, porque esa acción la del
respeto a la diversidad de credos, es la que está encaminada a fomentar la paz y el amor en el
mundo y que castigar a los hombre por lo que creen, es absolutamente irracional y lo que define a
los hombres es su racionalidad, en todo caso el castigo debe aplicarse cuando se viola la ley
natural o las leyes positivas dictadas por el parlamento, senado o cuerpo colegiado que lleva a
cabo las tareas del poder legislativo.

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3.3 Denuncia de la sociedad civilizada. El “hombre de la naturaleza”, ficción


necesaria. El contrato social y la “entrada en la institución”. Hombre natural,
ciudadano y voluntad general (Jean-Jeacques Rousseau).

 Una nueva concepción de la naturaleza humana. División del trabajo e institución de


la propiedad. Desigualdad económica, social y política.

“Contrato Social” este texto fue escrito por Jean-Jacques Rousseau. Este nació en Ginebra a
principios del siglo XVIII (1712) y murió en Enmernovil a finales del siglo XVIII (1778).
Para comprender alguno de los núcleos de lo que se propone en el contrato civil, es necesario
caracterizar este siglo en particular y también algunos aspectos de la vida de Rousseau, porque
fue un filósofo que hizo de su propia historia de vida, la materia de su pensamiento.
En primer lugar Rousseau nunca fue a la escuela, se formó leyendo aquellos libros de autores que
estaban presentes en su casa paterna. Su casa se trataba de una familia modesta y protestante que
vivió cierta decadencia en su prestigio social y económico, porque inicialmente era una familia de
la aristocracia que empezó a perder su poderío económico y su influencia y prestigio social. Su
mamá se murió cuando Rousseau nació, pero su papá tampoco estuvo presente en su vida, porque
él era relojero, y cuando Rousseau era niño, tuvo un problema con un vecino y a raíz de esto,
abandonó la ciudad y lo abandonó a él también, entonces a partir de este momento comienza a
darse una característica bastante recurrente en la vida de Rousseau, que es la de la vida errante.
Siendo muy niño, Rousseau comienza a vivir diversas situaciones en diversas ciudades. Vivió en
muchas casas y en muchas ciudades primordialmente suizas y francesas, además adquirió un
sinnúmero de oficios, porque trabajó como músico, profesor, relojero, etc. Y esta vida errante que
atraviesa a Rousseau siempre estuvo asociada a un juicio de incorrección moral, ya que muchas
veces se lo acusó de tener una vida licenciosa, de tener una vida viciosa, por eso para este
filósofo es tan importante pensar la educación moral y ética.
Todo esto, tiene como propósito mostrar que esta vida errante de Rousseau, su paso por distintas
ciudades sumado a este declive económico en su vida, pueden ser identificados como alguno de
los hechos que en lo personal lo llevaron a reflexionar sobre el carácter o naturaleza de una figura
que para él es muy importante, una figura política que es la del ciudadano.
Esta insistencia en su pensamiento entorno a la figura del ciudadano tiene una explicación que
sobrepasa el derrotero vital de Rousseau, porque como dijimos, el campo de acción de este
filósofo está determinado por dos coordenadas, en el sentido temporal, Rousseau está pensando
según lo lineamientos del siglo XVIII y, en el sentido espacial, ubicamos la filosofía de Rousseau
principalmente en Suiza, Francia y también pasa por Bélgica, es decir, en Europa. Y si pensamos
en el siglo XVIII europeo, centrados en Suiza y en Francia, podemos ver que se trata de un
momento muy especial dentro de lo que nosotros llamamos Modernidad. Y es así que la
caracterizamos como momentos de fracturas o cambios muy profundos en lo social, político y
económico, entonces todo esto que dijimos en ese momento, en el contexto en el que Rousseau
desarrolle su filosofía se a mantener e incluso en muchos aspectos se complejiza, porque en el
siglo XVIII ya se puede ver un fortalecimiento del capitalismo, la presencia del absolutismo
monárquico, del despotismo ilustrado.

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En el caso de Francia tenemos esta seguidilla de monarcas que son: Luis XIV, Luis XV, Luis
XVI y este absolutismo monárquico en la figura del despotismo, también va a estar signada por la
disputa del poder político por parte de la burguesía ascendente, en el mismo sentido o con
características similares pasa cuando mencionamos e introdujimos esta unidad.
Todo este combo detona en aquel famoso suceso que aconteció en 1789 llamado Revolución
Francesa.
Así como la Revolución Gloriosa que nombramos cuando hablamos de Locke, la Revolución
Francesa es también una revolución clave para comprender la filosofía política de la Modernidad,
las transformaciones políticas de ese período.
La Revolución Francesa indica también un derrocamiento de un rey, un monarca real llamado
Luis XVI, en manos de la burguesía que estaba absolutamente cansada de una nobleza y de un
clero demasiados aferrados a sus privilegios feudales.
Las clases populares como el campesinado, estaban también muy incomodos y empobrecidos
por las política de este monarca, por los impuestos y por los derechos señoriales que él estaba
aplicando y todo esto condujo a una crisis muy grande de la monarquía que terminó con esta
rebelión del pueblo, que suele identificarse como la toma de la bastilla.
Lo importante es preguntarnos ¿Cuáles son los fundamentos filosóficos de este hecho político?
Para esto hay que tener en cuenta el lema de la Revolución Francesa basado en tres conceptos
muy importantes en la filosofía política de la Modernidad y son: libertad, igualdad y fraternidad.
Cuáles son las ideas filosóficas que están en la base de este lema, las ideas que circulan durante el
siglo XVIII y en las que se ve involucrado Rousseau.
El siglo XVIII es conocido como el siglo de las luces, esta expresión indica la luminosidad
implicada en la racionalidad humana.
Como mencionamos antes, en la introducción a la unidad, la Modernidad podía ser leída como un
proceso de racionalización creciente de las distintas esferas de la vida, podemos decir que esta
perspectiva de la racionalización del mundo eclosiona en el siglo XVIII y filosóficamente esta
eclosión está marcada por una corriente de pensamiento muy importante que se llama ilustración
o iluminismo. Estos conceptos, podríamos decir que significan lo mismo, pero uno alude al
desarrollo que se da en Alemania de esta corriente de pensamiento, y otro, hace referencia a esta
misma perspectiva pero en Francia.
Para la ilustración y sus intelectuales que son los iluministas y los ilustrados, la razón es la fuente
de toda verdad y bien, es una luz que ayuda a combatir la oscuridad, y esta oscuridad indica la
ignorancia, la superstición religiosa, la tiranía política.
Esta razón no es una razón cualquiera, es una razón evidentemente matemática o geométrica, o
sea, es una razón exacta que puede medir o determinar fundamentos universales y absolutos con
certeza. Entonces los ilustrados del siglo XVIII son mayormente filósofos, matemáticos, físicos,
astrónomos, etc., que sostienen que la razón humana es tan universal y verdadera que puede guiar
a la humanidad hacia la consecución de la perfección y el conocimiento total del universo. Lo que
quiere decir que la razón sea universal para los ilustrados es que, básicamente para un ilustrado,
la razón y la conquistas de la razón son válidas en todo momento y en todo lugar, es decir, los
logros de esta racionalidad, el conocimiento al que arriba esta racionalidad, no dependerían de un
contexto histórico, la razón no estaría condicionada por las condiciones materiales de la historia,
sino que esta razón es una facultad que es más grande que un momento y que por eso puede

Introducción a la Filosofía Franco Sepúlveda


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conocer aquello que es eterno y universal, por ejemplo: la ley de gravedad o las leyes
matemáticas. Y la razón puede conocer esta verdad universal y cierta porque ella misma también
es universal y tiene la capacidad de la certeza, entonces de esa misma manera, puede descubrir la
verdadera forma de todas las cosas, incluso la verdadera forma del mejor gobierno posible y esto
es la causa de otra de las características de la filosofía iluminista, porque esta filosofía sostiene
que gracias a los descubrimientos de la razón, a lo largo de la historia, la humanidad entera
progresa.
La humanidad en el siglo XVIII entiende que está en un estadío superior a la humanidad del siglo
XII, XI o X.
Los iluministas entienden que las conquistas de la razón humana son crecientes, podríamos decir
que se acumulan, entonces estos ilustrados filósofos iluministas, se representan la historia como
una línea ascendente, o sea, la humanidad entera participa de un mismo y único proceso histórico
en el que va consiguiendo vivir mejor porque cada vez conoce más.
Si el conocimiento se acumula y logra llegar a un conocimiento universal que es cada vez más
poderoso, de la misma manera los filósofos ilustrados sostienen que políticamente, culturalmente,
la humanidad puede afinar sus instrumentos racionales y construir sociedades cada vez más
sofisticadas, justas e igualitarias.
Rousseau es considerado un iluminista, pero a pesar de que hay muchos de estos elementos en su
filosofía política, va a cuestionar algunos de ellos y va a comenzar a perfilar los cimientos de una
perspectiva filosófica que se llama romanticismo, que se origina hacia finales del siglo XVIII y
sobre es muy fuerte en la primera mitad del siglo XIX. El romanticismo va a exaltar los
sentimientos, incluso para pensar lo político.
Para Rousseau los sentimientos son muy importantes, en definitiva es un filósofo cuyo margen de
reflexión se sitúa en el siglo XVIII. Su filosofía y la filosofía política del contrato social tienen
muchos elementos del iluminismo, pero también muchas críticas hacia la filosofía ilustrada.
Él piensa según elementos de la filosofía ilustrada, pero también pone en cuestión esa confianza
en la razón y esa caracterización del progreso histórico que son tan fundamentales para la
ilustración, y lo hace de tal manera que se lo considera, no solo un filósofo iluminista sino
también un precursor del romanticismo.
Siguiendo con el texto “Contrato Social”, nos corresponde decir que en el pensamiento de
Rousseau suelen distinguirse dos períodos. El primero se inicia hacia 1750 aproximadamente
cuando este filósofo escribe su primera obra llamada “Discurso sobre las ciencias y las artes”. En
esta etapa Rousseau cuestiona uno de los pilares de la ilustración, que es la confianza filosófica
en el progreso histórico de la humanidad y en el progreso del conocimiento. La segunda etapa del
pensamiento de este filósofo se inaugura hacia 1762 con un texto titulado “Emilio o de la nueva
educación”. Esta segunda etapa se caracteriza por el intento de este filósofo de encontrar
alternativas pedagógicas o políticas a la sociedad, que él ya ha criticado. Lo que quiere hacer
Rousseau es discernir cómo llevar a cabo las relaciones sociales según su propia perspectiva
antropológica y política.
El “Contrato Social” pertenece al segundo período del pensamiento de Rousseau y fue publicado
en 1762.
En este texto, Rousseau comienza afirmando cuál es su objetivo. Él dice que lo que se propone
hacer con el contrato social es averiguar si puede haber en el orden civil alguna regla de

Introducción a la Filosofía Franco Sepúlveda


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administración legítima y segura, pero esta averiguación quiere ser hecha teniendo en cuenta, dos
cosas muy importantes. Este filósofo emprende esta averiguación teniendo en cuenta cómo son
los hombres y cómo pueden ser las leyes.
Para responder estas preguntas, Rousseau va a conjugar una doble perspectiva, en cuando a lo
que la ley permite y de lo que el interés prescribe. Ahora bien, este abordaje no es efectuado
desde el punto de vista de un político, porque Rousseau dice que el político ejecuta, hace, él en
cambio, escribe el contrato social, no pensando como un político, sino situándose en la
perspectiva del ciudadano.
Metiéndonos en la primera pregunta de su pensamiento “cómo son los hombres”, encontramos
que el capítulo I del libro primero comienza con una afirmación: “El hombre ha nacido libre y sin
embargo por todas partes se encuentra encadenado”. Hay una contradicción, Rousseau afirma que
la condición originaria del hombre es la libertad y en esto podemos establecer un punto de
encuentro con Locke, pero que luego no es un punto de encuentro, porque se separan muchísimo.
Para Rousseau el hombre es por naturaleza libre, pero algo ha acontecido ya que el hombre no es
libre en la actualidad, Rousseau entiende que en el escenario histórico que él está mirando, el
hombre no ha permanecido libre, sino que se muestra encadenado, sometido a algún yugo,
especialmente al yugo político del despotismo ilustrado, característico de las monarquías del siglo
XVIII.
Rousseau dice que el hombre en este siglo XVIII se cree amo de todo lo demás eso es lo que
propone la ilustración, ya que sostiene que el hombre sea independizado y que logre su
emancipación mediante el uso de la razón, pero Rousseau está criticando esa perspectiva porque
él dice que el hombre, en realidad no vive como un amo, ni de manera autónoma, sino que vive
más bien, como un esclavo.
Para resolver cómo ha sido todo esto posible, cómo el hombre habiendo nacido libre se ha
construido una historia en la que ha terminado viviendo como un esclavo, es preciso indagar, dice
Rousseau, el orden social, porque en tanto derechos sagrados, el orden social es la base de todos
los demás derechos, entonces explicándolo, se podrá explicar el resto de los derechos y con ello
la condición de los hombres en las sociedades que lo esclavizan.
Ahora bien, algo muy importante que dice Rousseau, es que este orden social, este derecho
sagrado, no viene de la naturaleza, no es natural, sino que al contrario, está fundado sobre
convenciones y para explicar esto Rousseau comienza a indagar cuáles fueron y cómo se
caracterizan las primeras sociedades. A raíz de esto, Rousseau establece que la más antigua de las
sociedades es la familia, esta es la única sociedad que puede considerarse “natural”, o sea, toda
las demás formas de asociarse en comunidad son artificiales.
Rousseau dice que siendo la familia la única sociedad natural, sin embargo, no es una sociedad
que podamos pensar como eterna, no permanece, porque para él la familia solo se constituye
mientras los hijos necesitan de los padres para conservarse, es por esto que cuando los hijos
pueden valerse por sí mismos, conservarse sin correr ninguna necesidad, cada miembro de la
familia recobra su independencia originaria. Si se mantiene la familia después de esta necesidad
que tienen los hijos respecto de los padres, eso ya no es por naturaleza dice Rousseau, eso ocurre
por convención.
Ahora bien, por qué Rousseau está pensando en estos términos a la primera sociedad que es la
familia. Este filósofo entiende que esta dinámica de la familia se debe a la naturaleza del hombre,

Introducción a la Filosofía Franco Sepúlveda


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y determinar cuál es la naturaleza del hombre es un punto clave en la filosofía política de


Rousseau.
Este filósofo al igual que Locke, es considerado un contractualista, entonces para él también va
ser muy importante determinar cuál es el estado de naturaleza y de qué manera un contrato funda
una sociedad civil, por eso para entender cuál es la naturaleza del hombre es necesario entender el
modo en que Rousseau concibe ese estado de naturaleza.
Este filósofo explora la naturaleza del hombre, la estructura de la humanidad, previa a su
configuración social. Hay que recordar que el estado de naturaleza indica el intento filosófico que
pone al hombre en un estado de absoluta naturaleza y suspende cualquier presencia de
instituciones políticas. Entonces pensando en cómo sería la naturaleza del humano, previo a su
configuración social, Rousseau establece que muchos filósofos precedentes han intentado pensar
ese estado de naturaleza pero lo han hecho mal. Él nombra a Hobbes, pero también nombra a
Grossio y de Aristóteles. Y dice que estos dos últimos toman las cosas como si fueran naturales, o
sea, toman los efectos por las causas, el hecho por derecho, entonces lo que corresponde es
pensar las cosas de manera más rigurosa ese estado de naturaleza.
Cómo es el hombre en estado de naturaleza, despojado de todos los dones, de todas las facultades
adquiridas a lo largo de la historia.
Así como dijimos anteriormente, Rousseau dice que todos los filósofos que han investigado el
estado de naturaleza han cometido el mismo error, han atribuido al hombre natural: ideas,
necesidades, pasiones, que solo son concebibles en el estado civil, pretendían hablar del hombre
salvaje los filósofos previos, pero hablaban más bien del hombre civil. Por eso Rousseau va a
intentar precisar cómo es el hombre natural y es muy distinto a como se lo imagina Locke.
Para Rousseau, el hombre natural no ha tenido convivencia estable con otros hombres, el hombre
naturalmente no vive en comunidad, por el contrario este hombre ha crecido y vivido en solitario
y vivir en soledad es su condición más natural, precisamente como ese hombre ha crecido y
vivido en solitario, no ha adquirido muchas capacidades. El hombre al no vincularse con otros
hombres, no adquiere distintas habilidades que están ligadas a la convivencia, por ejemplo el
lenguaje, no tiene lenguaje porque no necesita comunicarse y tampoco tiene conciencia porque
no establece vinculaciones intersubjetivas. En la medida en que no tiene lenguaje, no puede
desarrollar conceptos abstractos, tiene una vida bastante limitada y como no desarrolla conciencia
porque tiene relaciones con otras personas, no ha tenido que desarrollarse moralmente. Esto
significa que en ese estado, para Rousseau, este hombre no adquiere nociones de lo bueno y lo
malo, lo bueno y lo malo surgen cuando los hombres viven en comunidad, por eso, este hombre
no es ni bueno ni malo, en todo caso es “bueno” porque es piadoso, no es egoísta sino que tiene
sentimientos afables y podríamos decir que los sentimientos que rigen a este hombre natural son:
el amor de sí, la compasión y la piedad.
Este hombre entonces, está caracterizado como piadoso naturalmente, significa que le repugna
ver sufrir a un semejante, pero a pesar de que tiene estos sentimientos nobles, este hombre es muy
limitado, sus necesidades son pocas, su carácter es tranquilo y su salud es robusta.
En este estado de naturaleza, el hombre permanece viviendo en soledad porque no necesita de
otros hombres, en la medida en que sus necesidades son satisfechas por la naturaleza. Esta
naturaleza le provee a cada hombre lo que necesita para satisfacer sus necesidades más básicas
(comida, refugio, vestimenta, etc). Sin embargo, hay que reconocerlo dice Rousseau, estas

Introducción a la Filosofía Franco Sepúlveda


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necesidades en el estado de naturaleza, son inmediatas. Este hombre al no desarrollar la


conciencia, al no desarrollar la capacidad de abstracción porque no ha desarrollado el lenguaje,
no posee objetivos lejanos, ni grandes ambiciones para intervenir la naturaleza o la historia, pero
así como no desarrolla grandes ambiciones ni objetivos a largo plazo, tampoco siente el impulso
de buscar competencia, es decir, así como el hombre no colabora, no genera lazos con otros
semejantes, tampoco compite. En definitiva este hombre es libre, bueno y feliz.
Es libre porque vive con absoluta independencia en relación a otros hombres, es “bueno” porque
aunque no ha desarrollado conciencia moral ni conducta ética, sin embargo ama el reposo, la
soledad, le repugna el sufrimiento de los semejantes, etc, y es feliz, pero en un sentido muy
limitado, porque la naturaleza le provee todo lo que necesita pero su vida espiritual es bastante
pobre dice Rousseau.
El mundo cultural, el mundo de la razón, no son desarrollados inicialmente porque para
Rousseau, el hombre no es social por naturaleza.
Cómo surge entonces la vida en sociedad se pregunta Rousseau. Podríamos decir entonces que, la
convivencia entre los hombres surge cuando en un determinado momento, esta vida pasible se ve
alterada por el crecimiento numérico de la población o porque la naturaleza y sus ciclos enfrentan
a los hombres a situaciones de escasez, incluso los desastres naturales cuando acontecen
terremotos, tsunamis, sequías, etc., el alimento comienza a faltar, entonces el hombre se ve en la
necesidad de asociarse con los otros hombres y esta vida en convivencia introduce cambios muy
profundos. En primer lugar nace la familia, esto implica un nuevo estadío del desarrollo moral
porque con el nacimiento de la familia y de los hijos nacen también nuevos sentimientos, como el
amor conyugal, amor paternal y además este núcleo de las sociedades más básicas que es la
familia, introduce el nacimiento del lenguaje, porque el padre tiene la necesidad y el deseo de
comunicarse con sus hijos y viceversa.
Cuando varias familias llegan a reunirse empiezan a formarse estas primeras sociedades que están
unidas por las costumbres y no por las leyes.
Este fue el periodo más feliz de la historia de la humanidad, según Rousseau, porque en este
periodo, en este estado de naturaleza, el hombre y los hombres ya han desarrollado conciencia,
moralidad, la capacidad de un lenguaje abstracto, pero al mismo tiempo, a pesar de haber
desarrollado esta vida en sociedad sigue manteniéndose la libertad y la independencia originaria,
y esto se debe a que, según piensa Rousseau, estas familias son autosuficientes, es decir, no existe
un vínculo legal. No obstante, este estadío idílico, se altera radicalmente cuando esta asociación
de familias desarrolla la agricultura. La agricultura introduce una alteración fundamental del
estado de naturaleza, porque el desarrollo de la agricultura implica la división especializada del
trabajo, es decir, el desarrollo de una actividad tan compleja como la agricultura, exige la
distribución de distintas tareas, entonces esa misma sociedad que previamente era autosuficiente
y cohesionada, empieza a ser segmentada en diversos sectores.
Según establece Rousseau, las consecuencias del desarrollo de la agricultura son dos grandes
pérdidas que son absolutamente catastróficas para el punto de vista de este filósofo. En primer
lugar dice que se pierde la independencia original, porque por ejemplo, aquel hombre que se
dedica al riego, necesita de aquel hombre que se dedica a la siembra, cada una de estas tareas está
tan ensamblada que se requieren recíprocamente, y eso es visto por Rousseau como una
dependencia. En segundo lugar, otra pérdida que está asociada a la que acabamos de mencionar,

Introducción a la Filosofía Franco Sepúlveda


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porque con el desarrollo de la agricultura Rousseau entiende que se pierde la igualdad y ese es el
gran problema de las sociedades que él analiza.
La agricultura crea la división de tierras y con esto, se propicia la circunstancia a partir de la cual,
algunos hombres se apropian de la tierra y crean con ello la propiedad privada, por eso Rousseau
dice que la agricultura favorece a la riqueza en la medida en que permite la acumulación.
Los productos agrícolas no perecen de inmediato, tales como sí ocurre con los productos de la
caza.
En definitiva, la división del trabajo asociada a la invención de la propiedad privada tienen como
consecuencia una desigualdad económica y social, ya que en estas sociedades los hombres no son
libres, independientes e iguales entre sí, sino que se ha introducido la desigualdad económica y
social, y lo que es más grave, es que ambas desigualdades arrastran a la desigualdad política.

 Norma de administración legítima: crítica del carácter natural de lo político y del


derecho del más fuerte. El contrato social como correctivo de las desigualdades. La
legitimidad política. La sociedad civil.
 Libertad natural y libertad civil. Sentimientos y libertad moral. Posesión y propiedad.
Voluntad de todos y voluntad general.

En este capítulo Rousseau aborda el derecho del más fuerte, y ahí él establece que el fuerte no
logra imponerse en cuanto fuerte, sino en tanto que transforma su fuerza en derecho, en ley,
porque Rousseau entiende que ese estado de naturaleza se termina cuando ante la desigualdad
económica y social, aquellos que están favorecidos por esa desigualdad, trasforman su estado
favorecido por la riqueza, en derecho, en ley. Estos últimos, según Rousseau, son cómplices ya
que fomentan la desigualdad.
Este filósofo dice que los ricos experimentan el placer del dominio y del poder, que aquellos que
lograron apropiarse de la tierra y que lograron acumular, idean el modo de perpetuarlo, entonces
crean una sociedad civil mediante un pacto político que los favorece.
El fundamento de estas sociedades civiles es la propiedad privada, su objetivo no es proteger la
libertad, sino someterla institucionalmente.
La desigualdad económica creciente que supone la división del trabajo y la propiedad privada,
avanza hacia la idea de un pacto político que crea una sociedad civil, cuyo objetivo es perpetuar,
reproducir esa igual económica y social. Pero este pacto que está denunciando Rousseau, no es el
que él va a proponer. Él está denunciando un pacto que ha acontecido en algún momento de la
historia, que ha dado origen a sociedades desiguales en la que los hombres permanecen
encadenados en lugar de ser libres.
Rousseau está denunciando un pacto malisioso, malintencionado, porque se trata de un pacto que
ha hecho de la usurpación de la tierra, un derecho de propiedad, y haciendo ley la apropiación de
lo que era inicialmente común, se destruye definitivamente la libertad e igualdad natural, es decir,
la desigualdad económica y social es reforzada con la desigualdad política.
Esto es lo que responde a lo que dijimos en un primer momento: Rousseau dice que el hombre ha
nacido libre pero se encuentra por todas partes encadenado. Es decir, en estado de naturaleza el
hombre es absolutamente libre e independiente, pero en las sociedades civiles actuales,
permanece encadenado.

Introducción a la Filosofía Franco Sepúlveda


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A diferencia de muchos ilustrados, Rousseau no ve en los escenarios actuales del siglo XVIII un
estado de progreso de la humanidad, sino que al contrario, él ve una historia de decadencia, la
historia que ha conducido hasta el presente, tiene en su raíz la desigualdad social y esto para
Rousseau es un problema muy grande. Para este filósofo, la raíz de la desigualdad está dada por
la invención de la propiedad privada.
El pensamiento de Rousseau es radicalmente distinto a lo que piensa Locke, porque este entiende
que la propiedad privada es un derecho natural, y la desigualdad no es un problema en sí mismo,
sino que es una consecuencia de la laboriosidad o de la holgazanería de cada individuo y que toda
sociedad civil tiene que proteger este derecho natural que es el de la propiedad privada.
Sin embargo, Rousseau está poniendo de manifiesto que la propiedad privada no es un derecho
natural, sino que es un proceso histórico, una invención, la propiedad privada ha sido inventada y
esa invención tiene como una de sus principales consecuencias la desigualdad social. En esa
desigualdad social está la raíz de las sociedades civiles actuales que está analizando Rousseau.
Por eso el hombre político, tal y como lo está pensando Rousseau, es un prisionero de las leyes
que protege la desigualdad social. Las leyes que ve Rousseau no son leyes que protejan o
garanticen la libertad, sino que condenan el hombre a vivir en estado de incertidumbre.
El hombre político es prisionero y corrupto dice Rousseau porque compite en pos de acumular y
preservar propiedad privada y es absolutamente infeliz porque es prisionero, o sea, no es libre.
Para Rousseau el hombre es naturalmente libre, pero un pacto corrupto ha insertado a este
hombre natural en una sociedad civil, cuyo propósito no es ya preservar ni garantizar esta libertad
natural, sino asegurar la desigualdad.
Las instituciones de esa sociedad civil, sus leyes mantienen al hombre encadenado, por eso
Rousseau dijo que también quería averiguar no solo cómo es el hombre sino también cómo
pueden ser las leyes.
Al inicio del texto del “Contrato Social”, Rousseau había dicho que quería averiguar si puede
haber en el orden civil, alguna regla de administración legítima y segura, tomando a los hombres
tal como son y las leyes tal como pueden ser.
Hasta el momento ya explicó cómo es el hombre, cómo vive, en qué consiste el estado de
naturaleza y por qué Rousseau cuestiona ese pacto que ha conducido al hombre a una sociedad
civil en la que el hombre permanece encadenado, pero lo que va a explicar ahora es esa segunda
parte, es decir, de ver cómo Rousseau habiendo ya explicado cómo son de malas las leyes que
mantienen a este hombre encadenado, explora ahora cómo pueden ser las leyes, es decir, no va a
analizar cómo son las leyes que mantienen a los hombres que han nacido libres, encadenados,
sino que lo que va a hacer Rousseau es explorar cómo puede ser una sociedad civil que no
encadene al hombre, cómo serían las leyes que no fomenten la desigualdad que ha estado
denunciando, sino unas leyes que sean legítimas, porque lo que hacen estas es combatir esa
desigualdad, es decir, porque tienden a proteger y garantizar la libertad e igualdad entre los
hombres. La intención que tiene Rousseau entonces, es determinar qué condiciones pueden hacer
legítima la situación universal de sujeción política y con qué derechos se configuran las
sociedades civiles.
Al respecto es necesario tener en cuenta dice Rousseau, que la indagación del estado de
naturaleza muestra que no existe una autoridad natural entre los hombres, es decir, naturalmente

Introducción a la Filosofía Franco Sepúlveda


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todos los hombres son libres, iguales e independientes. En consecuencia, el derecho no tiene un
fundamento natural, a diferencia de lo que propone Locke en relación a la ley natural.
Para Rousseau, la base del derecho son las convenciones, ya que estas fundamentan toda
autoridad legítima entre los hombres, es decir, aquello que es más adecuado a la naturaleza
humana. En relación a esto, Rousseau establece que no puede determinarse como base legítima,
como convención legitima de una sociedad civil, la renuncia de los hombres a su libertad, ya que
la renuncia total o parcial de los hombres a su libertad, no constituye una convención a partir de
la cual pueda pensarse una sociedad legítima, porque para este filósofo, renunciar a la libertad
equivale a renunciar a la condición humana, es decir, enajenar la libertad, cederla de manera total
o parcial a un otro hombre o a una institución, a un rey o a un cuerpo colegiado, implica
renunciar a la propia voluntad y cuando un hombre renuncia a decidir, renuncia a la moralidad, o
sea, también renuncia a decidir qué es lo bueno y qué es lo malo. Entonces, si se funda una
sociedad en la renuncia a la voluntad, se trataría en consecuencia, de una sociedad sin moral y
esto es una locura dice Rousseau, y la locura no puede ser fundadora del derecho. Por eso, no
puede establecerse como un fundamento legítimo de la sociedad civil, la renuncia del hombre a
su libertad. La enajenación de la libertad no puede constituir la convención sobre la que
comenzar a pensar una sociedad civil legitima, ni siquiera apelando a un estado de guerra como
lo hace Locke.
La guerra dice Rousseau, no es una relación que se da entre los hombres, no existen hombres
individuales que estén en guerra contra otros hombres individuales. Rousseau establece que la
guerra se da entre los estados, donde los particulares se enfrentan pero solo como soldados.
Todas estas disquisiciones de Rousseau, en relación a la enajenación de la libertad, de la
esclavitud, de la guerra, introducen un punto fundamental de su teoría política, porque luego de
tematizar estas cuestiones, Rousseau establece que para pensar un contrato que de nacimiento a
una sociedad civil legítima, es decir, adecuada a la naturaleza del hombre, que promueva la
libertad e igualdad entre los hombres, para pensar eso es preciso tener en cuenta una diferencia
fundamental que existe entre someter a una multitud y regir una sociedad. Someter una multitud
y regir una sociedad son dos modos completamente distintos de pensar la sujeción política,
porque dice Rousseau, no es lo mismo la relación que se da entre un señor y un esclavo, en donde
un señor somete a la multitud de los esclavos, que la relación que existe entre un pueblo y su jefe.
Someter a una multitud y regir una sociedad, son cosas distintas porque no es lo mismo una
simple sumatoria de personas sometidas a un determinado poder, porque en esta agregación lo
que prima es el interés particular. Esta agregación donde prima el interés particular, es
completamente distinta de una asociación de hombres libres que constituyen un cuerpo político
en el que impera un interés colectivo.
Es muy distinto pensar un conjunto de hombres que se agregan, donde cada cual se rige por su
interés particular, que pensar un conjunto de hombres libres que se asocian y que en esa sociedad,
pueden orientarse por un interés colectivo, que es mucho más amplio que un interés particular. Y
en este punto Rousseau introduce una perspectiva que es muy original, porque lo diferencia del
resto de los filósofos políticos de su época. Él para indagar este fundamento legítimo que rige una
sociedad civil y no que la somete, se detiene a pensar no el acto por el que un pueblo elige un rey
o un jefe determinado, sino que al contrario, para encontrar este fundamento que está buscando
Rousseau, establece como prioritario examinar cuál es el acto que configura a un pueblo como

Introducción a la Filosofía Franco Sepúlveda


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tal, es decir, este filósofo no tiene como interés principal pensar cuál es la forma legítima que
tiene un pueblo de elegir un gobierno, sino que lo prioritario es conocer qué hace que un conjunto
de personas se constituya como pueblo y no como cualquier otra cosa. Conocer qué hace que un
pueblo sea tal cosa, es el fundamento dice Rousseau de cualquier otro acto que lo involucre.
Indagar, explorar qué hace que un grupo de hombres se asocie de tal manera que constituya un
cuerpo político movido por un interés común, significan indagar propiamente la cuestión del
contrato social. De hecho, el capítulo sexto del libro primero del contrato social tiene como
propósito tal cosa. Allí Rousseau determina de manera muy clara, cuál es el propósito de esta
obra que estamos analizando.
Él dice que el contrato social es la solución filosófica a un problema político fundamental,
encontrar una forma de asociación que defienda y proteja a cada uno de los miembros que
conforma este cuerpo colectivo llamado pueblo, pero de tal manera que al mismo tiempo lo
defienda y proteja de manera tal que cada hombre al obedecer lo que determina esa asociación,
no obedece a una autoridad otra, sino que se obedece asimismo, esto es, encontrar una forma de
asociación en la que cada hombre que forma parte de esta asociación, al tiempo que obedece una
ley, obedece su propia voluntad y de esa manera, al tiempo en que obedece en cuanto se somete a
su propia voluntad, no estaría ya encadenado, sino que sigue siendo libre.
Explicándolo mejor, Rousseau pretende encontrar un modo de fundamentar una sociedad en la
que cada hombre respeta una ley, pero esa ley no es otra cosa que su propia voluntad, por eso
seguiría siendo libre, porque respeta una ley que se ha dado asimismo. Por eso suele decirse que
Rousseau se propone con esto definir el concepto de una sociedad política ideal, o sea, establecer
aquel pacto mediante el cual, el hombre consigue fundar una sociedad civil en la que no se ve
sometido más que asimismo, esto es, donde el interés particular coincide con el interés colectivo.
Cómo es posible que el interés particular de un individuo coincida con un interés colectivo de un
pueblo, de una sociedad civil entera, bueno, esto es lo que se consigue mediante el contrato
social, dice Rousseau. Además aclara este filósofo que las cláusulas de este contrato se reducen a
una sola. Dice que la cláusula que para que tal sociedad sea posible, es necesario que cada
asociado, cada miembro de esta sociedad, enajene todos sus derechos a la humanidad. Cabe
preguntarnos ¿cómo puede el hombre ser libre si está enajenando todos sus derechos?, entonces
cabe también esta aclaración, Rousseau no está diciendo con esto que el hombre tiene que
renunciar a todos sus derechos para cedérselos a alguien más, ya sea una persona, un rey o un
monarca o sea un cuerpo colegiado institucionalizado como el parlamento. Al contrario,
Rousseau está diciendo que es posible que cada hombre, integre una sociedad en la que el interés
particular no se contradice con el interés colectivo, en el que obedeciendo a la ley se obedezca así
mismo, en la medida en que cada hombre enajene totalmente sus derechos a toda esa humanidad,
porque si cada miembro ejecuta esa acción, entonces todos los integrantes de esa sociedad
estarían en la misma condición. Son todos los miembros de ese cuerpo llamado pueblo quienes
enajenan su libertad, no son solo unos miembros que ceden ese poder a un monarca o a un
parlamento, al contrario, cada miembro está igualmente sometido, y también es igualmente libre,
hay igualdad de condiciones para todos y cada uno de los hombres que forman parte de esa
sociedad, no hay desigualdad de ningún tipo, según propone Rousseau.
Este filósofo lo expresa así: “dándose cada cual a todos, no se da a nadie”, esto significa que no
hay asociados que ostenten una posición de superioridad, dado que al entregarse de esta manera

Introducción a la Filosofía Franco Sepúlveda


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cada uno de los miembros, lo que gana este cuerpo, es cohesión, solidez, porque se trata de la
posibilidad de establecer una unión perfecta.
Ahora bien, el concepto central que está en la base de estas afirmaciones, es un concepto muy
importante, se trata del concepto de voluntad general. Para comprender qué es la voluntad general
según Rousseau, es muy importante tener en cuenta que se trata de algo distinto a la voluntad de
todos.
Voluntad de todos, supone que los distintos miembros de una sociedad deciden aisladamente,
cada cual por su lado, que cada hombre toma una decisión en solitario y luego cada decisión
individual es contrastada con el resto de las decisiones individuales de cada integrante de esa
sociedad. Cuando hablamos de voluntad de todos, aludimos a muchas visiones particulares del
bien social, pero Rousseau cuando habla de la voluntad general, está haciendo hincapié en algo
muy distinto, porque voluntad general, supone una decisión que es tomada colectivamente en un
sentido eminente, no se trata de una votación para ver qué opción tiene más votos y esa gana, al
contrario, voluntad general implica que cada individuo además de ser un hombre particular, con
intereses individuales con su propia perspectiva subjetiva, goza en simultáneo de una visión
comunitaria. Lo que quiere decir Rousseau con esto, es que cada hombre que integra esa
asociación, a la que daría nacimiento el contrato social, es un individuo particular, pero no es
solamente un individuo particular, porque al mismo tiempo, cada hombre tiene la capacidad de
trascender esa individualidad y acceder a un principio universal que también lo constituye y que
reside en su alma, y es el principio de la voluntad general.
Esto podemos pensarlo de la siguiente manera: si cada hombre tiene en su vida en particular
distintas situaciones matemáticas diversas que enfrentar, por ejemplo: hay quienes tienen que
sumar frutos, calcular muebles, calcular zapatos, etc., según el trabajo de cada quien cada persona
se enfrenta a distintas situaciones, pero a pesar de que cada uno de estos hombres se enfrenta a
esta situación particular de su propia vida, sin embargo, todos ellos pueden comprender un
principio matemático universal que les permite comprender que 2+2 es 4. Entonces algo así,
análogamente podemos pensar sobre la voluntad general, porque lo que quiere decir Rousseau
con este concepto tan fundamental, es que cada hombre tiene sus intereses particulares, pero a la
misma vez, cada uno tiene un principio universal que le permite trascender, es decir, ir más allá y
configurar un cuerpo colectivo que esté regido por intereses comunitarios. Estos intereses
comunitarios es lo que Rousseau va a denominar “bien común”.
Por eso, cualquier ley legitima y cualquier sociedad civil que pretenda legitimidad, tiene que
tener como fundamento un contrato y este contrato junto con las decisiones que se tomen,
siempre deben estar orientadas por la voluntad general, porque al obedecer la voluntad general,
cada hombre no hace otra cosa que obedecerse asimismo, o sea que, obedeciendo a esta voluntad
general, cada hombre puede ser absolutamente libre.
En síntesis, orientar la sociedad civil según la determinación de la voluntad general, es la
posibilidad de que cada hombre se dé asimismo una ley y respete la ley que ha salido de sí.
Este acto, dice Rousseau, produce un cuerpo moral y colectivo, esto es, una persona pública que
adquiere distintos nombres según la perspectiva desde la que se lo analice. Por ejemplo, si
pensamos este cuerpo moral y colectivo, como un cuerpo político, entonces lo llamamos
“república”, si lo pensamos como un cuerpo pasivo en sus funciones pasivas, es un “estado”, si lo
pensamos en sus funciones activas, es un “soberano”. Todos estos nombres aluden a lo mismo,

Introducción a la Filosofía Franco Sepúlveda


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son distintas funciones de un mismo pueblo, compuesto por estos hombres que ejercen su
voluntad general y que se dejan legislar por esta misma.
Para Rousseau, esta sociedad en la que los hombres ya no estarían esclavizados, sino que serían
enteramente libres, es una sociedad en la que no hay representantes ni ejecutores de la ley.
Cada hombre, por virtud de esta voluntad general, es un ciudadano que participa en la
elaboración de las leyes que rigen la vida en común. Esto significa que para Rousseau, una
sociedad absolutamente legítima es una sociedad compuesta por ciudadanos que participan de
manera directa y por sí mismos, en la toma de decisiones legislativas. O sea, el ciudadano no
puede ser representado en su función esencial, que es la de la toma de decisiones.
El régimen representativo, supone para Rousseau, el riesgo de que determinados grupos
impongan una voluntad particular y con ello se pierde cualquier legitimidad.
Las leyes legítimas son tales, solo cuando responden al principio universal y comunitario de la
voluntad general, o sea, para que las leyes respondan a la voluntad general, es necesario que cada
ciudadano ejerza la función legislativa, que acuda a una asamblea y que en esa ocasión ejerza de
manera directa su participación ciudadana, tomando la decisión junto con cada ciudadano del
pueblo.
Para Rousseau, la forma de gobierno más legítima no sigue el régimen de la representatividad,
por el contrario, él piensa en el ejercicio directo de lo político.
El ciudadano, para este filósofo, se encuentra comprometido justo por esto, con ese cuerpo moral
y colectivo que se llama pueblo, bajo una doble relación, porque al participar de manera directa
cada ciudadano en la función legislativa, cada uno de estos ciudadanos es miembro del soberano
y del estado. O sea, colectivamente todos los hombres son un pueblo, pero si pensamos a los
hombres en un sentido particular, cada uno de ellos en cuanto que participa de la autoridad, en
cuanto que ejerce la función legislativa, se llama ciudadano, pero no solo ejerce la función
legislativa sino también que respeta la ley, entonces en cuanto que obedece esa ley emergida de la
voluntad general, cada hombre actúa también como súbdito.
Así entonces, y para ir concluyendo toda esta argumentación, podemos decir que Rousseau traza
ese tránsito de un estado de naturaleza a un orden civil justo, legítimo, en el que cada hombre es
realmente un ciudadano libre.
Por este contrato, fundamentado y orientado por la voluntad general, el hombre pasa del estado
de naturaleza a una sociedad civil justa y en ese pasaje el hombre pierde su libertad natural,
pierde su independencia natural, pero sin embargo gana una libertad civil dice Rousseau.
Podríamos decir que la diferencia entre una y otra es la siguiente, la libertad natural es aquella
que está limitada solamente por las fuerzas del individuo, en cambio la libertad civil tiene como
fundamento y así también como límite la voluntad general, dado que cada ciudadano no puede
hacer nada contrario a lo determinado por el dictamen de la voluntad general. La libertad civil,
dice Rousseau, se transforma en un auténtica libertad moral porque en esta libertad coinciden
obediencia y libertad, el doble carácter ya mencionado “cada hombre legisla y obedece su propia
ley”.
Entonces, el contrato que da origen a este tipo de sociedad civil, sustituye aquella igualdad
natural, con una igualdad moral y legítima, esto es una igualdad que está fundamentada en la
voluntad general y plasmada en el bien común. Este es el auténtico fin de un estado, es
realización de esos interese colectivos, la base sobre la cual debe gobernarse.

Introducción a la Filosofía Franco Sepúlveda


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Es importante señalar, que Rousseau no está brindando en este texto una receta para construir una
sociedad, o trazando un plan con pasos para crear una sociedad civil. Lo que está haciendo
Rousseau en este texto es llevar a cabo una reflexión que permita juzgar con un buen criterio, las
leyes e instituciones que existen.
Este filósofo asume un desafío intelectual muy grande porque intenta pensar la legitimidad de las
sociedades civiles, según las contradicciones que le ofrece su propio contexto histórico. Este
contexto estaba marcado por la presencia del despotismo real, del despotismo monárquico e
ilustrado frente a individuos que luchan por ser cada vez más libres.
Así como Locke es considerado uno de los fundadores del liberalismo, Rousseau suele ser
concebido como uno de los fundadores modernos del socialismo por su denuncia de la
desigualdad ligada a la invención de la propiedad privada, pero también por su insistencia en la
soberanía comunitaria gestada por hombres libres.
Se podrán advertir también en este texto, puntos diferentes entre Locke y Rousseau, pero lo que
podemos decir es que ambos filósofos insisten en la libertad de los hombres como un valor
supremo, pero cada uno de ellos entiende la libertad de manera muy distinta, le otorgan un rol
muy distinto a la propiedad privada. Ambos conciben el estado de naturaleza y de guerra,
también de manera muy divergente.
Los dos pensadores nos brindan elementos muy importantes, no solo para comprender el
desarrollo de la política moderna sino que también, nos sugieren preguntas cuestionando aspectos
de las sociedades a las que nosotros pertenecemos.

Introducción a la Filosofía Franco Sepúlveda

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