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Mercados Contestables (Desafiables)

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 Contenidos
 1. ¿Qué es un mercado contestable?
 2. Mercado perfectamente contestable
 3. El rol de la contestabilidad para disciplinar un mercado
 4. Discusión en torno a la teoría de los mercados contestables
 5. Jurisprudencia chilena
o 5.1 Chile: FNE c. Transbank
o 5.2 FNE c. JAC por licitación frecuencias aéreas Santiago-Lima
 6. Mercados digitales: el valor del acceso a la información

1. ¿Qué es un mercado contestable?


La teoría de los mercados contestables (también referidos como “mercados
desafiables”) fue formalizada en el año 1982 por los economistas William Baumol, John
Panzar y Robert Willing en su artículo titulado “Contestable markets: an uprising in the
theory of industry structure”.

En términos generales, la idea central de un mercado contestable es que la presión


competitiva que enfrenta un mercado por parte de potenciales entrantes, es igual
de efectiva que la presión ejercida por la competencia efectiva (esto es, los
competidores que ya se encuentran operando dentro de un mercado) (Fudenberg y
Tirole, 1987).

Un mercado es contestable si, frente a una industria que fija sus precios de tal forma
que genera beneficios sobrenormales, existe un grupo de empresas (o agentes
económicos) que está dispuesto a entrar a dicho mercado y cobrar un precio
marginalmente menor (Chen, 2014). Lo anterior, con el fin de acaparar parte del
mercado y generar utilidades. La teoría del mercado contestable supone que estos
entrantes serían capaces de ingresar al mercado, generar ganancias, y luego salir del
mercado; todo esto, en un tiempo menor al que tardan las empresas incumbentes en
reaccionar y ajustar sus precios. Esto es lo que se conoce como estrategia “entrar y
correr” (Hit-and-run entry).

Frente a esta eventual entrada —o amenaza de potenciales competidores—, las


empresas incumbentes se anticipan, cobrando precios que lleven a beneficios normales.
De esta forma, las empresas dentro del mercado (incumbentes) se aseguran de descartar
la existencia de oportunidades rentables, evitando el ingreso de aquellos que podrían
estar interesados en entrar a competir en dicho mercado. Así, bajo la teoría de los
mercados contestables, en el largo plazo, el mercado alcanza un equilibrio
socialmente óptimo gracias a la presión competitiva ejercida por los potenciales
entrantes.
En un sentido purista, cuando un mercado es perfectamente contestable, una
política laissez-faire sería más efectiva que las políticas antimonopolio usuales. Sin
embargo, como veremos más adelante, los supuestos que deben cumplirse para que un
mercado sea verdaderamente contestable han sido criticados por muchos economistas.

2. Mercado perfectamente contestable


Desde el punto de vista teórico, un mercado es perfectamente contestable cuando se
cumplen 3 condiciones (Viscusi et al., 2005). La primera se refiere a que las empresas
nuevas (entrantes) no enfrenten desventajas respecto de las empresas existentes
(incumbentes) de un mercado. Esto significa que ambos tipos de empresas (entrantes e
incumbentes) tienen acceso a la misma tecnología productiva, precios de insumos,
productos, e información sobre la demanda que enfrentan.

La segunda condición supone que los costos hundidos son nulos o iguales a cero. Esto
significa que todos los costos asociados al ingreso de un nuevo competidor son
recuperables. Así, por ejemplo, si el ingreso de un nuevo competidor exige invertir en
un capital que cuesta “K”; si la empresa decide salir del mercado, podrá vender el
capital a ese mismo precio “K” (descontando cualquier tipo de desgaste o depreciación).

La tercera condición se refiere a que el retraso de entrada (tiempo que transcurre entre


que los incumbentes se percatan del ingreso del nuevo competidor y el momento en que
el entrante puede abastecer al mercado) es menor que el retraso en el ajuste del
precio de las empresas incumbentes (tiempo que tardan los incumbentes en ajustar sus
precios frente al ingreso de un nuevo entrante). En otras palabras, los entrantes se tardan
menos en abastecer al mercado de lo que los incumbentes se demoran en ajustar sus
precios (en respuesta a la entrada).

Como veremos a continuación, el resultado central de que un mercado sea


perfectamente contestable es que conduce a un resultado socialmente eficiente.

3. El rol de la contestabilidad para disciplinar un mercado


Supongamos un mercado compuesto por una sola empresa (incumbente) que, por
simplicidad, asumiremos que enfrenta una curva de costos marginales constante. Esta
empresa vende una cantidad “q0” a un precio “P0”. Bajo la lógica de un monopolista, el
precio que cobra la empresa por las unidades que vende es mayor que el costo en
que tuvo que incurrir para producir y vender esa escala productiva (para más
detalle, ver glosarios CeCo “Abuso de posición dominante” y “Monopolio natural”).
Luego, la empresa obtiene beneficios sobrenormales (área de color rojo en Figura
N°1).

Figura N°1: Monopolización de un mercado


Fuente: Elaboración propia.

El equilibrio anterior dista del óptimo social, que se alcanza cuando la empresa vende
una cantidad “q*” a un precio “P*”. En este punto, el precio que cobra la empresa es
igual al costo que le significa producir y vender esa cantidad del producto (que, en
la Figura N°1, está dado por la curva de costos marginales “CMg”). Así, bajo un
equilibrio socialmente óptimo, la empresa obtiene beneficios normales. En el caso de
esta empresa, esto no ocurre porque el precio que cobra es mayor que el socialmente
óptimo (P0 > P*).

Si este mercado fuera perfectamente contestable, una segunda empresa podría entrar al
mercado y competir con la incumbente, cobrando un precio marginalmente inferior al
que cobraba esta última (“P0-e”). Esto haría que la nueva empresa obtenga ganancias
cercanas a las que obtenía inicialmente la empresa incumbente (área de color azul en la
Figura N°2).

Figura N°2: Entrada de un competidor producto de la contestabilidad del mercado


Fuente: Elaboración propia.

El hecho de que las ganancias del entrante se aproximen a las del incumbente se debe a
que el producto que ambas ofrecen, y los costos que enfrentan, son los mismos.
Además, el mismo hecho de que la entrada sea rentable significa que la empresa
entrante fue más rápida en ofrecer un precio más barato de lo que el incumbente se
demoró en responder. Así, cuando la empresa incumbente responda ajustando sus
precios, la empresa entrante podrá salir del mercado sin costo, asegurando así las
ganancias que obtuvo por cobrar un precio momentáneamente más bajo que el del
incumbente.

Justamente es por esto que, bajo este ejemplo, si la empresa incumbente cobra el precio
socialmente óptimo (P*), evita que nuevas empresas entren y le quiten ganancias
entrando al mercado.

4. Discusión en torno a la teoría de los mercados


contestables
La teoría de los mercados contestables ha sido largamente discutida, pues no sería
robusta ante cambios pequeños en sus supuestos. En particular, una de las condiciones
más controversiales es aquella que sostiene que las empresas entrantes pueden entrar y
competir en el mercado en un lapso de tiempo menor a lo que tardarían las empresas
incumbentes en responder a dicha entrada. Si esto no se cumple (lo cual es muy
factible), el mercado deja de ser contestable.

En esta línea, en una entrevista hecha por el académico Allan Krueger a William


Baumol, Baumol sostuvo que la teoría de los mercados contestables “se metió en
problemas cuando los abogados comenzaron a utilizarla como un argumento para
decir que la contestabilidad de un mercado podría ser indicativo de ausencia de poder
monopólico” (Krueger, 2001; pág. 11. Traducción libre).

De acuerdo con Baumol, la teoría de los mercados contestables es un marco teórico,


similar a la teoría de los mercados perfectamente competitivos. Así, lejos de querer
dar una visión realista de los mercados, serviría como una guía para orientar las
políticas que los regulan. En este sentido, medidas que permitan aumentar el grado de
contestabilidad en los mercados —por ejemplo, reducir barreras de entrada o exigir
parámetros de interoperabilidad—, ayudarían a aumentar los niveles de eficiencia en los
mercados.

5. Jurisprudencia chilena
5.1 Chile: FNE c. Transbank
En el año 2003, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) ingresó un recurso de reclamación
en contra del joint venture bancario Transbank, por abuso de su posición monopólica en los
servicios de adquirencia (FNE c. Transbank por abuso).

En su defensa, uno de los argumentos que planteó Transbank es que operaba en un


mercado impugnable (“desafiable”), por lo que no podría beneficiarse de una eventual
posición monopólica. En esta línea, Transbank señaló la existencia de sustitutos cercanos a
la tarjeta de crédito bancaria (como las tarjetas de crédito de las casas comerciales), y la
fuerte competencia que existía entre los emisores de tarjetas de crédito y débito.

En respuesta a lo anterior, el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) señaló


que un mercado impugnable (desafiable) es aquel donde los actores, independiente de
su número, actúan como si estuvieran en un mercado competitivo.

Según el TDLC, para que esto ocurra, deben cumplirse los siguientes requisitos: (i) ausencia
de barreras de entrada que coloquen en desventaja a nuevos competidores, respecto de las
firmas ya establecidas (incumbentes); (ii) inexistencia de costos hundidos; (iii) rezago en la
respuesta de las empresas establecidas frente a la noticia de la entrada de un nuevo
competidor; y, (iv) la tecnología debe permitir que los nuevos competidores entren apenas
el precio del mercado se fije por sobre los niveles de un mercado competitivo.

En opinión del TDLC, era altamente improbable que el mercado de servicios de tarjetas de
crédito y débito cumpliera los cuatro requisitos antes mencionados. Lo anterior, debido a la
existencia de costos hundidos, la factibilidad de Transbank de reaccionar ante la entrada de
nuevos operadores, el hecho de que la entrada de nuevos operadores no fuera inmediata y la
existencia de barreras de entrada para potenciales competidores.

En particular, según los antecedentes recabados por el TDLC, la plataforma operada por
Transbank pareciera tener la característica de instalación esencial para los adquirentes y
emisores. Además, el hecho de que fuera propietaria de las principales entidades financieras
(que emitían tarjetas de pago) hacían impracticable la creación de un sistema paralelo que
pudiera competirle a Transbank. Por otro lado, el TDLC consideró que las tarjetas de
crédito emitidas por las casas comerciales no sería sustitutos perfectos de las tarjetas de
crédito emitidas por las instituciones financieras.

Este ejemplo es interesante pues ilustra claramente el argumento que Baumol planteó en su
entrevista. En este caso, la empresa requerida argumentó que el hecho de que compitiera en
un mercado contestable, le impediría beneficiarse de poder monopólico. Sin embargo, la
autoridad de competencia verificó si acaso el mercado de medios de pago cumplía o no con
los requisitos de un mercado contestable. En efecto, al no verificarse estos requisitos,
consideró que el argumento de Transbank no sería válido.

5.2 FNE c. JAC por licitación frecuencias aéreas Santiago-Lima


En el año 2007, el TDLC acogió un requerimiento presentado por la FNE que ordenaba
modificar las Bases de Licitación elaboradas por la Junta de Aeronáutica Civil (JAC), que
adjudicaban siete frecuencias aéreas restringidas directas entre las ciudades de Santiago y
Lima. Posteriormente, la Corte Suprema revocó la decisión del TDLC, dejando sin efecto la
sentencia del TDLC y las medidas ordenadas a la JAC (FNE c. JAC por licitación
frecuencias aéreas Santiago-Lima).

En el contexto de esta causa, la aerolínea LAN argumentó que la ruta Santiago-Lima


era competitiva, y se enmarcaba dentro de un mercado desafiable. Entre sus
argumentos, la compañía sostuvo que los vuelos entre Santiago y Lima con escalas (que no
se encontraban restringidos) serían vuelos sustitutos al vuelo directo entre ambas ciudades.
Además, consideró que la oferta de vuelos a Lima podría aumentar, ya sea por el ingreso de
nuevas aerolíneas, como por cambios en las prácticas ejercidas por las aerolíneas
incumbentes (cambios en la asignación de asientos o de tamaño de avión).

Frente a esto, el TDLC sostuvo que la evolución de las tarifas promedio de LAN en la
ruta Santiago-Lima no era consistente con la hipótesis de desafiabilidad de los
mercados. Según el Tribunal, en vista de que las tarifas de LAN bajaron luego de que
ingresara una aerolínea competidora de bajo costo (“low cost”), quedaba en evidencia que,
de haber sido un mercado desafiable, la mera amenaza de entraba habría sido suficiente para
disciplinar al mercado. En este sentido, si la ruta hubiera sido desafiable, las tarifas no
habrían bajado tan abruptamente ante el ingreso de la nueva aerolínea. En otras palabras, la
caída en las tarifas ponía en evidencia de que LAN estaba cobrando tarifas excesivas, que
no fueron “desafiadas” hasta que se produjo la entrada efectiva (y no potencial) de un
competidor.

Por otro lado, el TDLC observó que la aerolínea del país contraparte (Perú), que atiende la
ruta Santiago-Lima, sería “LAN Perú”, filial de la línea aérea dominante chilena (LAN). En
este sentido, al no existir un contrapeso de una línea aérea en el país de destino, es menos
probable que haya una aerolínea que ejerza presión competitiva a LAN en dicha ruta.

En caso tiene la particularidad de que la autoridad contaba con datos de precios, cuya
evolución sirvió para argumentar que la tarificación de LAN no era consistente con la teoría
de mercados contestables. Más aun, el hecho de que las aerolíneas que tenían la mayor
capacidad para ejercer presión competitiva estuvieran relacionadas, descartaba que hubiera
espacio para que existieran sustitutos cercanos capaces de disciplinar la prestación de dicha
ruta.

6. Mercados digitales: el valor del acceso a la información


Recientemente, las políticas que buscan promover la contestabilidad han tenido un
rol importante en la regulación de los mercados digitales (Krämer et al., 2020). Esto
podría deberse, por un lado, a la «inmediatez» que caracteriza los entornos digitales: el
hecho de que los usuarios puedan navegar en distintas plataformas al mismo tiempo, y
comparar entre distintas opciones, a un costo relativamente bajo, podría asociarse con
un alto nivel de contestabilidad.

Por otro lado, las grandes empresas tecnológicas tendrían la capacidad de incursionar en
mercados especializados o “de nicho” a un costo relativamente bajo, pues cuentan con
la infraestructura tecnológica y el equipo técnico necesario para hacerlo. Por su parte,
los emprendimientos tecnológicos también enfrentarían bajos costos fijos, al ser
fácilmente escalables.

Si bien estas características están lejos de ser una regla general en los mercados, al
menos son aspectos que podrían ir en la dirección de facilitar la contestabilidad en los
entornos digitales.

Ahora bien, otro análisis interesante es aquel que evalúa hasta qué punto el acceso a los
datos personales reduciría el nivel de contestabilidad de los mercados digitales. En
los mercados donde el acceso a los datos es un insumo clave, es muy probable que
las condiciones que definen un mercado como contestable no se cumplan.

La razón de esto es que los datos suelen impulsar efectos de red que, a su vez, tienen el
potencial de convertirse en importantes barreras de entrada (Krämer y Schnurr, 2022).
Por ello, aquellas empresas incumbentes que poseen grandes volúmenes de información
sobre sus usuarios, tendrían más facilidades que las start-ups para innovar e ingresar en
mercados más especializados o de nicho.

Un ejemplo que sirve para entender este punto es el caso de Amazon, que en 1995 entró
al mercado como una plataforma digital dedicada a la venta minorista de libros. La
información que Amazon recopiló, a través de su plataforma, le permitió desarrollar una
tecnología de recomendaciones personalizadas, diferenciándose de las librerías
tradicionales.

En relación con lo anterior, en un reciente artículo escrito por los académicos Wen Wen
y Feng Zhu, los autores observaron empíricamente que los desarrolladores de
aplicaciones móviles que trabajan para la plataforma Android (pequeñas empresas, a
menudo referidas como “complementadores”) ajustaban sus niveles de inversión cuando
anticipan que Google podría ingresar en el mercado de una aplicación específica donde
estos participaban. En otras palabras, cuando los complementadores anticipaban que
Google podría desarrollar su propia aplicación, y esta competiría con una de sus
aplicaciones (ya existente en el mercado), los complementadores desviaban sus recursos
y los invertían en nichos donde era menos probable que Google quisiera participar.

Según Wen y Zhu, el hecho de que los complementadores reduzcan sus niveles de
inversión se debería a que estas empresas anticipan que la entrada de una aplicación de
Google podría quitarles parte importante del mercado de una aplicación móvil donde
estas participan. Lo anterior, puesto que Google, al ser el dueño de la plataforma
Android, puede acceder a detalles técnicos que permitirían que sus aplicaciones sean
más compatibles con Android, que aquellas plataformas desarrolladas por los
complementadores.

En definitiva, la dinámica de los mercados digitales plantea desafíos sumamente


interesantes desde el punto de vista de la contestabilidad de los mercados. Lo
anterior, debido a que las plataformas incumbentes suelen tener acceso a información
(tanto técnica como de usuarios) que le entrega una ventaja competitiva difícilmente
replicable por nuevos entrantes.

La implicancia que esto tiene en la regulación de los mercados es variada. Así, por
ejemplo, distintos especialistas han argumentado que el acceso a los datos (no
procesados) de los usuarios de las plataformas podría favorecer la contestabilidad en los
mercados digitales.

Enlaces relacionados

Baumol, W. J. (1982). Contestable markets: an uprising in the theory of industry


structure. American economic review, 72(1), 1-15.

Chen, S. (2014, January). The Applied Research of Contestable Market Theory in the
Development of the Theory of Industrial Organization. In 2014 International
Conference on Global Economy, Commerce and Service Science (GECSS-14) (pp. 26-
29). Atlantis Press.

Fudenberg, D., & Tirole, J. (1987). Understanding rent dissipation: on the use of game
theory in industrial organization. The American Economic Review, 77(2), 176-183.

Krämer, J., Schnurr, D., & Micova, S. B. (2020). The role of data for digital markets
contestability: case studies and data access remedies. Centre on Regulation in Europe
asbl (CERRE).

Krämer, J., & Schnurr, D. (2022). Big data and digital markets contestability: Theory of
harm and data access remedies. Journal of Competition Law & Economics, 18(2), 255-
322.

Krueger, A. B. (2001). An Interview with William J. Baumol. Journal of Economic


Perspectives, 15(3), 211-231.

Viscusi, W. K., Harrington Jr, J. E., & Sappington, D. E. (2018). Economics of


regulation and antitrust. MIT press.

Wen, W., & Zhu, F. (2019). Threat of platform‐owner entry and complementor
responses: Evidence from the mobile app market. Strategic Management Journal, 40(9),
1336-1367.

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