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Contenidos
1. ¿Qué es un mercado contestable?
2. Mercado perfectamente contestable
3. El rol de la contestabilidad para disciplinar un mercado
4. Discusión en torno a la teoría de los mercados contestables
5. Jurisprudencia chilena
o 5.1 Chile: FNE c. Transbank
o 5.2 FNE c. JAC por licitación frecuencias aéreas Santiago-Lima
6. Mercados digitales: el valor del acceso a la información
Un mercado es contestable si, frente a una industria que fija sus precios de tal forma
que genera beneficios sobrenormales, existe un grupo de empresas (o agentes
económicos) que está dispuesto a entrar a dicho mercado y cobrar un precio
marginalmente menor (Chen, 2014). Lo anterior, con el fin de acaparar parte del
mercado y generar utilidades. La teoría del mercado contestable supone que estos
entrantes serían capaces de ingresar al mercado, generar ganancias, y luego salir del
mercado; todo esto, en un tiempo menor al que tardan las empresas incumbentes en
reaccionar y ajustar sus precios. Esto es lo que se conoce como estrategia “entrar y
correr” (Hit-and-run entry).
La segunda condición supone que los costos hundidos son nulos o iguales a cero. Esto
significa que todos los costos asociados al ingreso de un nuevo competidor son
recuperables. Así, por ejemplo, si el ingreso de un nuevo competidor exige invertir en
un capital que cuesta “K”; si la empresa decide salir del mercado, podrá vender el
capital a ese mismo precio “K” (descontando cualquier tipo de desgaste o depreciación).
El equilibrio anterior dista del óptimo social, que se alcanza cuando la empresa vende
una cantidad “q*” a un precio “P*”. En este punto, el precio que cobra la empresa es
igual al costo que le significa producir y vender esa cantidad del producto (que, en
la Figura N°1, está dado por la curva de costos marginales “CMg”). Así, bajo un
equilibrio socialmente óptimo, la empresa obtiene beneficios normales. En el caso de
esta empresa, esto no ocurre porque el precio que cobra es mayor que el socialmente
óptimo (P0 > P*).
Si este mercado fuera perfectamente contestable, una segunda empresa podría entrar al
mercado y competir con la incumbente, cobrando un precio marginalmente inferior al
que cobraba esta última (“P0-e”). Esto haría que la nueva empresa obtenga ganancias
cercanas a las que obtenía inicialmente la empresa incumbente (área de color azul en la
Figura N°2).
El hecho de que las ganancias del entrante se aproximen a las del incumbente se debe a
que el producto que ambas ofrecen, y los costos que enfrentan, son los mismos.
Además, el mismo hecho de que la entrada sea rentable significa que la empresa
entrante fue más rápida en ofrecer un precio más barato de lo que el incumbente se
demoró en responder. Así, cuando la empresa incumbente responda ajustando sus
precios, la empresa entrante podrá salir del mercado sin costo, asegurando así las
ganancias que obtuvo por cobrar un precio momentáneamente más bajo que el del
incumbente.
Justamente es por esto que, bajo este ejemplo, si la empresa incumbente cobra el precio
socialmente óptimo (P*), evita que nuevas empresas entren y le quiten ganancias
entrando al mercado.
5. Jurisprudencia chilena
5.1 Chile: FNE c. Transbank
En el año 2003, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) ingresó un recurso de reclamación
en contra del joint venture bancario Transbank, por abuso de su posición monopólica en los
servicios de adquirencia (FNE c. Transbank por abuso).
Según el TDLC, para que esto ocurra, deben cumplirse los siguientes requisitos: (i) ausencia
de barreras de entrada que coloquen en desventaja a nuevos competidores, respecto de las
firmas ya establecidas (incumbentes); (ii) inexistencia de costos hundidos; (iii) rezago en la
respuesta de las empresas establecidas frente a la noticia de la entrada de un nuevo
competidor; y, (iv) la tecnología debe permitir que los nuevos competidores entren apenas
el precio del mercado se fije por sobre los niveles de un mercado competitivo.
En opinión del TDLC, era altamente improbable que el mercado de servicios de tarjetas de
crédito y débito cumpliera los cuatro requisitos antes mencionados. Lo anterior, debido a la
existencia de costos hundidos, la factibilidad de Transbank de reaccionar ante la entrada de
nuevos operadores, el hecho de que la entrada de nuevos operadores no fuera inmediata y la
existencia de barreras de entrada para potenciales competidores.
En particular, según los antecedentes recabados por el TDLC, la plataforma operada por
Transbank pareciera tener la característica de instalación esencial para los adquirentes y
emisores. Además, el hecho de que fuera propietaria de las principales entidades financieras
(que emitían tarjetas de pago) hacían impracticable la creación de un sistema paralelo que
pudiera competirle a Transbank. Por otro lado, el TDLC consideró que las tarjetas de
crédito emitidas por las casas comerciales no sería sustitutos perfectos de las tarjetas de
crédito emitidas por las instituciones financieras.
Este ejemplo es interesante pues ilustra claramente el argumento que Baumol planteó en su
entrevista. En este caso, la empresa requerida argumentó que el hecho de que compitiera en
un mercado contestable, le impediría beneficiarse de poder monopólico. Sin embargo, la
autoridad de competencia verificó si acaso el mercado de medios de pago cumplía o no con
los requisitos de un mercado contestable. En efecto, al no verificarse estos requisitos,
consideró que el argumento de Transbank no sería válido.
Frente a esto, el TDLC sostuvo que la evolución de las tarifas promedio de LAN en la
ruta Santiago-Lima no era consistente con la hipótesis de desafiabilidad de los
mercados. Según el Tribunal, en vista de que las tarifas de LAN bajaron luego de que
ingresara una aerolínea competidora de bajo costo (“low cost”), quedaba en evidencia que,
de haber sido un mercado desafiable, la mera amenaza de entraba habría sido suficiente para
disciplinar al mercado. En este sentido, si la ruta hubiera sido desafiable, las tarifas no
habrían bajado tan abruptamente ante el ingreso de la nueva aerolínea. En otras palabras, la
caída en las tarifas ponía en evidencia de que LAN estaba cobrando tarifas excesivas, que
no fueron “desafiadas” hasta que se produjo la entrada efectiva (y no potencial) de un
competidor.
Por otro lado, el TDLC observó que la aerolínea del país contraparte (Perú), que atiende la
ruta Santiago-Lima, sería “LAN Perú”, filial de la línea aérea dominante chilena (LAN). En
este sentido, al no existir un contrapeso de una línea aérea en el país de destino, es menos
probable que haya una aerolínea que ejerza presión competitiva a LAN en dicha ruta.
En caso tiene la particularidad de que la autoridad contaba con datos de precios, cuya
evolución sirvió para argumentar que la tarificación de LAN no era consistente con la teoría
de mercados contestables. Más aun, el hecho de que las aerolíneas que tenían la mayor
capacidad para ejercer presión competitiva estuvieran relacionadas, descartaba que hubiera
espacio para que existieran sustitutos cercanos capaces de disciplinar la prestación de dicha
ruta.
Por otro lado, las grandes empresas tecnológicas tendrían la capacidad de incursionar en
mercados especializados o “de nicho” a un costo relativamente bajo, pues cuentan con
la infraestructura tecnológica y el equipo técnico necesario para hacerlo. Por su parte,
los emprendimientos tecnológicos también enfrentarían bajos costos fijos, al ser
fácilmente escalables.
Si bien estas características están lejos de ser una regla general en los mercados, al
menos son aspectos que podrían ir en la dirección de facilitar la contestabilidad en los
entornos digitales.
Ahora bien, otro análisis interesante es aquel que evalúa hasta qué punto el acceso a los
datos personales reduciría el nivel de contestabilidad de los mercados digitales. En
los mercados donde el acceso a los datos es un insumo clave, es muy probable que
las condiciones que definen un mercado como contestable no se cumplan.
La razón de esto es que los datos suelen impulsar efectos de red que, a su vez, tienen el
potencial de convertirse en importantes barreras de entrada (Krämer y Schnurr, 2022).
Por ello, aquellas empresas incumbentes que poseen grandes volúmenes de información
sobre sus usuarios, tendrían más facilidades que las start-ups para innovar e ingresar en
mercados más especializados o de nicho.
Un ejemplo que sirve para entender este punto es el caso de Amazon, que en 1995 entró
al mercado como una plataforma digital dedicada a la venta minorista de libros. La
información que Amazon recopiló, a través de su plataforma, le permitió desarrollar una
tecnología de recomendaciones personalizadas, diferenciándose de las librerías
tradicionales.
En relación con lo anterior, en un reciente artículo escrito por los académicos Wen Wen
y Feng Zhu, los autores observaron empíricamente que los desarrolladores de
aplicaciones móviles que trabajan para la plataforma Android (pequeñas empresas, a
menudo referidas como “complementadores”) ajustaban sus niveles de inversión cuando
anticipan que Google podría ingresar en el mercado de una aplicación específica donde
estos participaban. En otras palabras, cuando los complementadores anticipaban que
Google podría desarrollar su propia aplicación, y esta competiría con una de sus
aplicaciones (ya existente en el mercado), los complementadores desviaban sus recursos
y los invertían en nichos donde era menos probable que Google quisiera participar.
Según Wen y Zhu, el hecho de que los complementadores reduzcan sus niveles de
inversión se debería a que estas empresas anticipan que la entrada de una aplicación de
Google podría quitarles parte importante del mercado de una aplicación móvil donde
estas participan. Lo anterior, puesto que Google, al ser el dueño de la plataforma
Android, puede acceder a detalles técnicos que permitirían que sus aplicaciones sean
más compatibles con Android, que aquellas plataformas desarrolladas por los
complementadores.
La implicancia que esto tiene en la regulación de los mercados es variada. Así, por
ejemplo, distintos especialistas han argumentado que el acceso a los datos (no
procesados) de los usuarios de las plataformas podría favorecer la contestabilidad en los
mercados digitales.
Enlaces relacionados
Chen, S. (2014, January). The Applied Research of Contestable Market Theory in the
Development of the Theory of Industrial Organization. In 2014 International
Conference on Global Economy, Commerce and Service Science (GECSS-14) (pp. 26-
29). Atlantis Press.
Fudenberg, D., & Tirole, J. (1987). Understanding rent dissipation: on the use of game
theory in industrial organization. The American Economic Review, 77(2), 176-183.
Krämer, J., Schnurr, D., & Micova, S. B. (2020). The role of data for digital markets
contestability: case studies and data access remedies. Centre on Regulation in Europe
asbl (CERRE).
Krämer, J., & Schnurr, D. (2022). Big data and digital markets contestability: Theory of
harm and data access remedies. Journal of Competition Law & Economics, 18(2), 255-
322.
Wen, W., & Zhu, F. (2019). Threat of platform‐owner entry and complementor
responses: Evidence from the mobile app market. Strategic Management Journal, 40(9),
1336-1367.