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Unidad: I EL MEDIO AMBIENTE Y EL DERECHO

1.1 La Preocupación Social por el Medio Ambiente

Actualmente es muy preocupante el deterioro ambiental del planeta, es por


ello que existen diferentes asociaciones que luchan por combatir dicho
deterioro, sin embargo, vemos día a día como la globalización nos está
invadiendo nuestros hogares y con ello encontramos ahora envoltorios en
las cosas más absurdas que podemos imaginar. Vivimos en una sociedad
con doble moral, “preocupadas por el medio ambiente” pero no dejando el
consumismo y la utilización en exceso de desechables o contaminando
constantemente lugares a los cuales asisten de turismo ocasional.

En base a esta preocupación es como surge el derecho ambiental y las


diferentes leyes que proyegen el medio ambiente y protegiendo con ello el
lugar donde habitamos para evitar un mayor deterioro.

1.2 La Función del Derecho en la Preservación del Medio Ambiente

El derecho a un medio ambiente sano puede definirse como el derecho de las


personas a desarrollarse en un medio adecuado, saludable y propicio para la vida
humana, pero qué condiciones deben darse para que pueda calificarse como tal,
sigue siendo una cuestión sobre la que no existe consenso.

Se deduce que estamos ante un derecho íntimamente relacionado con


otros, como el derecho a la vida o la salud, sobre los que se afirma que
existe una relación de indivisibilidad e interdependencia, en el sentido de
que el medio ambiente refuerza su significado. De este modo, el
contenido del derecho a la vida amplía su contenido que incluye ahora,
no solamente la vida en sí misma, si no el derecho a desarrollarla en
unas condiciones adecuadas. 

Cabe mencionar que, junto con el derecho a un medio ambiente sano


aparecen los llamados derechos de acción ambiental, esto es, el acceso a
la justicia, a la información y la participación ciudadana. Estos derechos,
como ahora se verá, aparecieron por primera vez en la década de los
años 90 y, en la actualidad, están integrados en la mayoría de
ordenamientos jurídicos del mundo. Su finalidad no es otra que
garantizar el derecho a un medio ambiente adecuado, para lo cual
facultan al público general a adoptar una posición activa en la toma de
decisiones de carácter ambiental.

En las últimas décadas la preocupación por la conservación del medio


ambiente ha sufrido un crecimiento asombroso en todos los niveles,
debiendo considerarse hoy en día una de las materias más relevantes a
nivel científico, doctrinal y normativo. En efecto, si hace menos de
cincuenta años se ignoraba la relación existente entre los derechos
humanos y el medio ambiente, en la actualidad son numerosos los
textos normativos vinculantes que consagran tanto el derecho a un
medio ambiente sano, como los denominados derechos de acción
ambiental, todo lo cual se predica ahora como necesario para garantizar
que las generaciones presentes y futuras puedan desarrollarse en un
medio saludable y beneficioso para la vida humana.

La protección jurídica del medio ambiente sufrió una importante


evolución a lo largo del siglo XX, que obedeció a un cambio en la visión
tradicional del medio natural, desde su concepción como una mera
fuente de recursos económicos para los seres humanos, a su
consideración como un bien universal cuya protección es de vital
importancia para toda la humanidad. 

Es en este proceso evolutivo cuando surgen las teorías antropocentrista


y ecocentrista, que buscan ofrecer una justificación o fundamento a la
protección jurídica del medio ambiente. La primera entiende que la
protección del medio ambiente reside en su condición de bien
perteneciente a toda la humanidad -cuya lesión provocaría un perjuicio a
las personas-, mientras que para el ecocentrismo el medio ambiente es
digno de protección por sí mismo, de forma que todos los elementos que
integran la naturaleza son merecedores de tutela y existe un deber de la
sociedad internacional de proteger el medio ambiente. En la actualidad
ambas posiciones confluyen y así se desprende de los distintos
instrumentos jurídicos que protegen el medio ambiente, no solamente
como un derecho de las personas, sino también por sí mismo.

1.3 Antecedentes Históricos del Derecho Ambiental


Desde el México prehispánico el Medio Ambiente jugó un papel muy importante en las
sociedades prehispánicas existentes, sobre todo en la civilización azteca ya que era de vital
importancia para su sociedad en diversos aspectos como el religioso con el dios Tláloc
quien era la representación del agua divinizada y de la fecundadora de la tierra, que residía
en las más altas montañas donde se forman las nubes, dónde se veía reflejada la
importancia que le daban al agua en relación a la agricultura, en su economía el cacao era
usado como moneda, así como también esto era proyectado en la medicina y sus
construcciones, esto en relación con la civilización mexica.

A la llegada de los españoles, iniciando así el periodo de la conquista y la colonia, en ese


orden respectivamente, la importancia que le dieron los aztecas a su entorno se perdió
completamente ya que introdujeron al territorio animales ajenos al ecosistema local
además de que se comenzó a registrar una sobreexplotación de los recursos naturales, en
respuesta a las nuevas necesidades de construcción y consumo. Esto trajo en consecuencia
la sobreexplotación de recursos naturales del Valle de México dándole mayor importancia
a las riquezas, anteponiéndolas al prestigio de la naturaleza. Lo único rescatable durante
esta fase de la historia de México (y del medio ambiente) fue la implementación de
algunas leyes forestales que ya eran aplicables en España.

Durante el México Independiente se establecieron las leyes y políticas públicas necesarias


para aumentar la población de la nación favoreciendo a la propiedad privada, y en general
las relativas a la tala de árboles, puesto que en esta etapa continuó la sobreexplotación de
la madera, es decir, se acrecentó la deforestación en el país. Un claro ejemplo de esta
situación se da en 1861 cuando el gobierno federal expidió el Reglamento para corte de
árboles, con base en el cual y el decreto sobre colonización y compañías deslindadoras de
1883 y la Ley sobre enajenación de terrenos baldíos de 1884, se privó de la tierra a miles
de comunidades y se otorgaron grandes concesiones para la extracción de la madera para
el mercado estadounidense, lo cual en general provocó sobreexplotación de los montes.
No fue sino hasta inicios del siglo XX cuando se empezaron a sistematizar las legislaciones
ambientales en nuestro país, siendo las primeras de ellas La Ley de Aguas Nacionales de
1910 y la Ley Forestal de 1926; pero el objeto primordial de estas disposiciones se
complementó y consolidó hasta antes de que terminara el penúltimo tercio de ese mismo
siglo con la Ley Federal para Prevenir y Controlar la Contaminación Ambiental de 1971.

1.4 Introducción a los Conceptos Ambientales

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