Está en la página 1de 3

MAESTRIA EN INTEREVENCIÓN E INNOVACIÓN PARA EL

DESARROLLO EDUCATIVO

ESCRITO:

“EL ANIMADOR COMO PERSONA”

PRESENTA:
ING. BALTAZAR HERNANDEZ TREJO

DOCENTE:
MTRA. MARÍA DEL SOCORRO SÁNCHEZ RAMÍREZ
La tarea del animador y la Animación Sociocultural radica en la posibilidad de ser y actuar, por ello
se hace necesario el estudio de las características del ser humano o persona. El ser precede a la
acción, y la posesión a la donación, porque nadie da lo que no tiene.

El análisis de la definición de persona, nos lleva a relacionar y distinguir los conceptos de persona e
individuo, podemos definir a la persona como, sujeto psico - físico de valor absoluto, dotado de
razón y afectividad con dominio de sí y abierto a sus semejantes. Con ello se quiere expresar que
la persona es sujeto —substrato o sustancia real material e inmaterial— cuyas características o
notas esenciales son la dignidad, la razón, el afecto, la voluntad y la apertura.

Persona y personalidad se distinguen y relacionan como el ser y cl movimiento. En consecuencia,


pues, cl ser humano es en todo momento persona, puesto que nace persona, se hace persona
(personalización) y se manifiesta persona (personalidad).

La persona piensa, razona para dar solución a sus problemas, respuesta a sus interrogantes,
seguridad a sus afirmaciones y negaciones, es decir, para llegar a la verdad y al bien, tanto en el
plano teórico como práctico.

El animador ha de ser consciente y poseer las aptitudes y actitudes necesarias para realizar un
proceso formativo de optimización y mejora, es decir, que la nueva forma que quiere dar al ser
humano por medio de su influjo o intervención, es de mejora, de perfeccionamiento, completando
lo incompleto.

Todo esto exige de la persona del animador:

— Unas actitudes que le permitan captar la realidad en la que actúa, despertar respuestas, acoger
sugerencias. — Unas aptitudes para la tarea que asume. — Una amplia información sobre la
población, grupo, con d que ha de trabajar en su acción dinamizadora.

El autor italiano Ellena (1989) considera que cl animador ha de ser una persona realizada en estos
cuatro ámbitos:

— Saber (área cognitiva). — Saber hacer (área operativa). — Saber ser (área relacional). — Saber
esperar (dimensión de continuidad).

Los destinatarios de su acción. La forma de actuar del animador incide directamente en todo el
proceso de la Animación Sociocultural. Su tarca es educativa, pero con las peculiaridades
suficientes para distinguir su actividad de la acción educativa en las instituciones tradicionales,
como familia, escuela…

El percibir juega un papel importante en la dinámica cognoscitiva. Se considera la percepción


como un proceso complejo, mediacional e integrador en cl que inciden no sólo las sensaciones,
sino también las experiencias y aprendizajes socioculturales previos. Por tanto, hay que enseñar a
«ver», oír y a percibir desde una perspectiva más global c integradora.

De la percepción que el animador tenga de tales motivaciones conductuales dependerá que


emprenda unas u otras acciones, que tenga unos u otros métodos de trabajo, y que sea capaz o no
de crear un clima positivo en el grupo.

Valle (1972) propone algunos caracteres personales relacionados con la tarca del animador:
Dinamismo y personalidad. Capacidad y entrega. Juicio seguro de las personas. Mentalidad abierta
y visión de conjunto. Tolerancia y comprensión. Espíritu de organización y trabajo sistemático.
Capacidad de comunicación. Conocimientos técnicos. Espíritu y talante democrático.

Ander-Egg (1989), afirma que las cualidades que propone, no son una condición que se ha de
lograr. Se trata del horizonte o ideal al que debemos marchar en el proceso de vivir y de hacemos
como seres humanos. Entre las cualidades que destaca podemos encontrar:

Existen dos alternativas para la descripción de la personalidad, constituidas por los «tipos» y los
«rasgos». Un tipo, es un modelo completo que se repite con notable frecuencia y que es posible
distinguir de otros modelos que también suelen presentarse entre los individuos de la población.
Es decir, podemos hablar de un héroe o de un truhán, de un esquizofrénico o un histérico. Al
hablar de un tipo, empicamos sustantivos; al hablar de rasgos empleamos adjetivos.

Su eficacia radica en la extensión y profundidad de los valores personales. Porque la persona es


cuerpo, razón y afecto, singularidad, apertura y trascendencia, desea para su felicidad los valores
corporales, intelectuales, afectivos, estéticos, individuales, morales, sociales, ecológicos,
instrumentales y religiosos. La finalidad de la Animación Sociocultural hace siempre referencia a
un valor o conjunto de valores que se pretende alcanzar con los individuos o grupos.

También podría gustarte